Sentimiento oculto [ Privado Ethrios]

Era un dia como cualquier otro, soleado, caluroso, Kagura habia decidido explorar las ruinas de una vieja ciudad, la ciudad de atlantis del mundo digital, habia escuchado que cabía la posibilidad de encontrar algún tesoro antiguo de alto valor, esto lleno de entusiasmo al joven peli plata, por lo cual no dudo ni un momento en ir lo más pronto al lugar y comenzar la cacería de tesoros. Él pensaba que podría existir algo que fuera de utilidad para Mizuki para volverla más fuerte, ambos seguían en su búsqueda de poder, sin embargo últimamente la joven Renamon de pelaje plata no podía evitar mirar el rostro de su tamer y sentir cierta presión en su pecho, era una sensación muy rara para ella, tampoco podía soportar ver al joven tarmer interactuar de manera tan sociable con compañeras tamer o amigas, simplemente se ponía de un humor un tanto raro para ella, pues nunca se habia imagino que querría tanto destrozar a alguna persona como cuando Kagura habla con alguna fémina.

Se encontraban caminando, Mizuki tenía cierto impulso de tratar de tomar la mano de su tamer entre sus manos/patas, un impulso incomprensible por su parte, ya antes habia logrado tomar una de sus manos sin la necesidad de sentirse tan nerviosa, animada por la curiosidad de saber el porqué de ese sentir, trato de tomar la mano de su tamer, el intento fue en vano pues en ese instante el chico de ojos rojos llevo aquella mano a su boca, bostezaba, Mizuki no sabia si se debía a aburrimiento, pues había solo estando viendo los restos de aquello que antes era una ciudad y que ahora en su mayor parte son ruinas, o si se debia a que se habia trasnochado nuevamente, pues la falta de descanso se hacía presente tras haberse unido a los US y empezar a hacer trabajos y misiones para aquel grupo.

Amo... ¿esta bien?, ¿no ah podido descansar adecuadamente de nuevo?, si es así podemos ir a descansar a ciudad central y volver después. - Hablo Mizuki preocupada un tanto por el estado de salud de Kagura, pero este contestó un poco de manera seca. - ¿Eh?, oh... no, descuida, aun puedo aguantar un poco, tenemos que averiguar si existe algo de valor aquí, tal vez encontremos algo que nos ayude a volvernos más fuertes. - Pasaron unas cuantas horas, antes de que la oscuridad de la noche comenzará a ganar terreno conforme la luz del día se iba por el horizonte poco a poco.

Hmmm... tal vez deberíamos volver a la ciudad después de todo... no podemos buscar nada en medio de la noche. -Kagura al fin mostraba signos de fatiga, necesitaba descansar urgentemente o su salud podría comprometerse. - Concuerdo con ello... pero creo es mejor descansar aquí al menos por el momento, no es buena idea movernos en la oscuridad de la noche por una zona de la cual no sabemos mucho... descanse un momento amo Kagura, yo lo cuidare. - Se ofreció Mizuki amablemente a cuidarlo, para que pudiera descansar adecuadamente, así fue como Kagura accedió, se fue a recostar al suelo, recargando su espalda y cabeza contra un mural, habia caído rápidamente en sueño profundo.

Mizuki terminó finalmente sola, al menos eso creía, decidió recoger un poco de madera para iniciar una fogata y mantener caliente a su tamer. Por su mente pasaba aquel momento en que casi lograba retener entre sus manos/patas, la mano de su tamer, sin darse cuenta las mejillas de su rostro se había puesto ruborizadas, parecía algo atontada pensando en aquello.

Mizuki tranquilamente recolectaba pequeños trozos de madera, procurando tomar siempre aquellas que estuvieran secas y evitando aquellas que estuvieran un tanto podridas por la humedad presente en la zona, si bien el frio no era tanta molestia pues mas que frio era una fresca brisa la cual iba y venía de las corrientes de viento, viento que tenia la facilidad de ondular el suave y brilloso pelaje color plata que si bien su brillo era ya de por si hermoso, con la luz de la luna proyectada sobre ella, resaltando aún más su esbelta silueta, una figura muy femenina. Recolectaba la madera en silencio al principio para no molestar a su tamer quien seguía descansando, no fue sino hasta que confirmó que su tamer estuviera profundamente dormido que se relajo por momento.

Colocar los trozos de madera seca en una pequeña pila para comenzar a hacer la fogata, las habia colocado cuidadosamente dentro de un circulo conformado por rocas para evitar que el fuego se expandiera y se saliera de control, luego se acercó a su tamer, registró el bolsillo de la chaqueta de este y saco un encendedor, si bien Kagura no fumaba, siempre lo llevaba consigo por si a caso, en especial porque comenzaba a viajar entre ambas dimensiones muy seguido, gracias al servicio de los Trailmon. Mizuki fijo su mirada en el tranquilo rostro de su tamer, sus finas facciones, el color pálido de su piel, algunos mechones de pelo plateado cubriendo la frente de aquel joven, no sabia el porque, pero el solo poder acercarse un poco a él, así como estaba, sentía las aceleradas palpitaciones en su pecho, su rostro se volvió a ruborizar, incluso sin querer dejaba escapar un pesado y profundo suspiro como si anhelara algo.

Cuando se habia dado cuenta su cuerpo ya estaba casi completamente acostada sobre el de su tamer, reaccionó muy apenada y se separo de él lo más rápido que pudo, apenada por su acción trato de volver a recobrar la calma. Con el encendedor en sus manos/patas,  se alejó para dirigirse a la pila de madera que habia juntado anteriormente y encendió la fogata. Se sentó un poco lejos de su tamer, sobre una roca que parecía haber sido parte de una antigua ruina, cruzó sus piernas y cerró momentáneamente los ojos, pensante, como si tratara de analizar algo, o descifrar algo, vagaba por su mente, llevo su mano/pata a la parte inferior de su mandíbula.

¿Será esto lo que he leído de aquellos escritos secretos ocultos bajo la cama de mi amo?, ¿esto es romance?, no, puede que sea respeto... o ¿lealtad? ¿qué es esto?. - Se ruborizó tenuemente pensando en aquellas escenas que eran parte de aquellos mangas que habia leído y le pertenecian al joven tamer, si bien ninguno de esos mangas plasmaban la idea de amor como tal, si un poco sobre lo que era el romance, Mizuki se frustro un poco y como era de costumbre no lo soporto, la única forma en que pudo volver a calmarse fue a la manera que Kagura le habia enseñado hace tiempo, tratar de dejar ir todo por medio de una canción, así fue como Mizuki comenzó a cantar a voz baja pero aun asi audible en la cercanía.

Mizuki se alteró un poco al escuchar un voz que no podía reconocer, se levantó lo más rápido que pudo y se puso en una pose de guardia esperando lo peor, volteo a ver al lugar del cual provenía la voz, vio un digimon algo raro en el lugar, era como un niño pequeño, enano y con cola, un rostro pálido, ojos verdes y piel... ¿morada?, al poderlo apreciar mejor gracias a la luz de la fogata y de la flama que este digimon creo con una mano, pudo identificarlo, era un Impmon, un digimon perteneciente a la misma familia que ella, un Nightmare Soldier. Escuchó atentamente las palabras de aquel digimon, palabras que estaban más que clara que intenciones tenía aquel ser, cerró los ojos, suspiro y recuperó la calma, se acerco un poco a su tamer tratando de cuidarlo y protegerlo de cualquier ataque, el que haya visto solo a un digimon salvaje significa que podría haber algunos mas cerca.

Al menos eso sospechaba, escuchó nuevamente la voz de aquel ser, le resultaba un poco irritante lo que le decía, se notaba en su rostro, al menos así fue hasta que aquel ser digital fijó la mirada en el tamer refiriéndose a él como la persona que en verdad debía ser quien escuchara aquella canción. Aquella aclaración le coloreó el rostro de un color rojizo momentáneamente, provocó que la personalidad de Mizuki se altera por un momento, pasando de ser una Renamon tranquila y de mente fría y calculadora a la de una pobre tímida y preocupada chica. Mizuki estaba tan alterada que sin darse cuenta y se hallaba nuevamente sentada y sosteniendo la chaqueta de cuero negro de su tamer nuevamente, con la cual oculto repetidamente su rostro.

N-no se a que te refieres!!! - Exclamó un tanto molesta... o nerviosa, no se sabía con exactitud debido a que ocultaba repetidas veces su rostro con aquella prenda, eso hasta escuchar nuevamente las palabras de aquel ser, Mizuki volvió a poner la chaqueta donde estaba y nuevamente con un rostro serio y calmado camino hacia la fogata, la luz de las llamas iluminaba su rostro, y el color azul cristalino seguía presente en sus ojos, brillando como zafiros. Aún si contestar siquiera la pregunta de aquel ser que parecía que preguntaba por gusto de hacer sufrir que el de curiosidad.

En verdad... me preguntas que se siente saber que ¿siempre estaré en las sombras?, soy una Renamon... mi lugar es entre las sombras, mi deber es cuidar y proteger a mi tamer, él y yo peleamos juntos después de todo, él me ayuda a ser más fuerte... y yo quiero ser mas fuerte por él. Eso es algo que siempre eh dado por hecho. -Hizo una pausa mirando nuevamente al chico peli plata. - Los ninja trabajan mejor en las sombras... Yo que vengo de una aldea de digimon ninja igualmente trabajo mejor entre las sombras, si, se que siento algo, pero nuestro deber ahora mismo, no tiene nada que ver con aquello... así que... ¿como me siento en las sombras?, sencillo, me siento como en casa.

Nuevamente fijo su mirada sobre la llama de aquella fogata, tal vez buscando consuelo en la cálida luz, tal vez buscando la forma de cambiar las cosas, el silencio fue sólo momentáneo, ahora era su voz la que irrumpía en la calma de la noche. - Y tu... eres salvaje ¿no es así? acaso... ¿tienes algún tamer al cual cuidar y proteger? por tu forma de expresarte creo que conoces más sentimientos humanos que yo... por eso creo que tienes mas experiencia con seres humanos, para eso debiste de haber conocido antes a algún humano. ¿Ese humano sabe de tu fascinación por buscar el desesperar a otras personas?. ¿Ese humano está contigo en este momento? - No eran mas que simples preguntas de curiosidad

Mizuki se sintió un poco intrigada ante las respuestas de aquel digimon, no se podía imaginar el perder a su actual tamer, no le agradaría nada tener que estar sin él, todo progreso hasta ahora habría sido en vano, todas las batallas, todas las aventuras, su búsqueda, la de ambos, habría sido algo sin sentido, Mizuki ya habia olvidado lo que era ser un digimon independiente sin tamer, pero esto era por los cuidados que Kagura le habia dado en el mundo humano, le habia dado mas que una un lugar, una cama, una comida, le habia dado algo que sus compañeros no le habían dado nunca, cariño y amistad sincera.

Seguía un tanto ruborizada por el hecho de recordar los pequeños gestos de cuidado que aquel humano le brindaba, desde cepillar su pelaje y su cabello cuando esta usando su disfraz de humana en aquel nuevo mundo, hasta el hecho de ayudarle a comprender un poco mejor a los humanos para no hacer nada ridiculo y poder pasar desapercibida entre las multitudes, el comportamiento que debería tener frente a los demás y aquel apoyo moral que pocas veces le mostraba. Ella definitivamente encontraba algo cálido en aquel humano.

Escucho la risa de aquel digimon que la acompañaba, no sabia como reaccionar, no recordaba haber dicho algo que le diera gracia, ladeo la cabeza y lo miró curiosa. - Oh... ya veo, bueno, no se que sea lo que te "fascine" pero si tu tamer no le veía nada de malo... creo que debería disculparme por confundir las cosas. - Asintió un poco con la cabeza dando una pequeña disculpara después atender a la duda de su "nuevo amigo". - Estamos aquí solamente explorando... mi tamer aun no conoce todo el digimundo... así que estamos... reconociendo el terreno, buscando aventuras y todo eso... - Hizo una pausa para avivar la pequeña flama de la fogata poniendo unas cuantas ramas mas- Corren rumores de que en estas antiguas ruinas se pueden encontrar muchos tesoros... tratamos de encontrar algún tesoro oculto al cual podamos sacarle provecho, esta cumpliendo con su deber de tamer, me ayuda a volverme mas fuerte, me ayuda a lograr alcanzar mi máxima etapa evolutiva... o al menos trata de hacer que logre llegar a ella. - Sonrio calidamente antes de volver a ver al humano que estaba descansando tranquilamente.

Puede que conozca a muy pocos humanos... pero el fue el primero que conocí... cuando mi maestro me dijo que para volverme mas fuerte necesitaria la ayuda de un humano... mi primera reacción fue negarme, no podia creer que un simple humano pudiera ayudarme a ser lo suficientemente fuerte para proteger la pequeña aldea de la que provengo, pero... - Miró fijamente la llama de aquella pequeña fogata- No tuve elección alguna, me habia estancado, por mas que me esforzara, me hacía falta un impulso, tuve que acceder, así fue como me propuse a buscar a mi tamer ideal, bajos mis condiciones, mis preferencias, no quería tener de tamer a cualquier humano después de todo,así que a través de un espejo mi maestro me mostró el mundo humano, primero trate de encontrar al humano mas fuerte... pero todos carecían del más mínimo intelecto, la mayoría eran demasiado egocéntricos, otros eran demasiado vanidosos... y otros mas carecían de moral o el más mínimo deseo bondadoso. Después trate de buscar a un humano sumamente inteligente, pero eran demasiado soberbios, carecían de valor para enfrentar los problemas de frente, no entendían las batallas que en verdad importaba, solo les importaba lo que los demás pensaran de ellos.

Estaba a punto de darme por vencida... cuando accidentalmente lo vi a él... era demasiado joven...  era de familia noble, rica, muy arraigada a su cultura de origen, pero él... él era desinteresado, gustaba de ayudar a otros porque le nace del corazón, no era fuerte, pero lo vi enfrentarse a otros con los cuales no tendría posibilidad alguna, tenia el valor, tenía la bondad y la voluntad de querer proteger a los demás, eso llamó mi atención en él, lo comencé a seguir observando, lo vi crecer, lo vi enfrentar situaciones complejas en su vida y... cuando lo vi enfrentarse ante un Megidramon, enfrentar a otro tamer, aun a sabiendas que probablemente podría haber muerto, todo para salvar a otra tamer, fue suficiente para mí, decidí que él sería mi tamer, decidí que lo seguiría y lo protegeria, que juntos llegaríamos a ser muy fuertes. - Se habia dado cuenta que habia estado hablando un poco de mas, se sonrojo mucho y pidió nuevamente disculpas.