山、竜のうなり声でささやき (Susurros en la montaña, rugidos de dragón) [Priv: Hibiki Sanjō]

Hibiki no quedó mortificado, pero sí notoriamente sorprendido por la forma en la cual Sven había comenzado a comportarse, o más bien, la forma en la cual había tratado a aquel Agumon, en ocasiones realmente podía sorprenderle de sobremanera la forma en la cual trataba a los demás tan solo por llevar a cabo lo que buscaba, hubiera realmente odiado estar en el puesto de la lagartija amarilla que seguramente apenas y podía respirar. Además claro estaba que incluso había quedado shockeado por la forma en la cual habló, comenzando a considerar dos veces si es que alguna vez se proponía luchar contra él aunque fuese de forma amistosa, ¡era de temer, maldición!

—. . .— Hibiki se mantuvo simplemente sin decir nada, sabía que no le convenía en lo absoluto el interrumpir el interrogatorio del oso más que nada por su propio bienestar.

—¡Megalo Growmon y Metal Tyrannomon!.— Dijo entre tosidos mientras seguía intentando recuperarse de la golpiza que le habían propinado hace prácticamente nada, el Agumon apenas y podía respirar, realmente era un milagro que no se convirtiese en datos o que hubiese vuelto a su etapa como bebé o a su forma de digitama. —Decidieron atacar para así poder hacerse con la zona y luego harían un trato para separarlo de forma equitativa.— Dijo con sus últimos alientos mientras diminutas lágrimas se deslizaban desde sus ojos.

—Tribus.— Repitió Hibiki haciendo referencia a lo dicho anteriormente por el saurio amarillo. —Tribalmente hablando, seguramente se hubieran apuñalado mutuamente para así hacerse con el control de la zona.— Inquirió, viendo aún el interrogatorio.

—¿Ahora qué?.— Preguntó Dracomon, después de todo el interrogatorio estaba listo, ¿ayudarían ahora a Adam?

Muy bien, muy bien, muy bien, ¿qué acababa de pasar exáctamente?, hace tan solo unos instantes el oso le había propinado vaya paliza a aquel Agumon y lo que ahora hacía era prácticamente recompensarlo por haber hablado, ¿sería que acaso el sollozo de la lagartija había hablandado el corazón de Sven al punto en el cual acabaría perdonándole la vida de forma definitiva?, y vamos, que ahí que no acababa la cosa, el tamer de ojos rojos acabó notoriamente sorprendido cuando la nieve artificialmente aparecida gracias a los disparos del digimon oso hizo acto de presencia.

—Está bien.— Y así, oleadas y oleadas de pequeños digimon en etapa bebé y uno que otro en su etapa infante comenzaron a aparecer en búsqueda del anunciado helado y a medida que el mismo se les era entregado estos brindaban la información que tanto solicitaba Sven, realmente era impresionante la forma en la cual su caracter había cambiado de la nada.

—¿No podemos hacer nada para ayudarlo?.— Claramente Dracomon estaba un tanto inquieto ya que apenas había adoptado aquella forma y lo que quería era salir a batallar y así poder demostrar todo el potencial que podía llegar a tener, ¡realmente quería poder ayudar a Adam! —¡Tenemos que luchar a su lado!.— El ímpetu y los ánimos del dragón eran notorios, no planeaba quedarse de brazos cruzados observando la acción.

—¿No crees que sería buena idea separarlos para que así acabe con uno de ellos y luego con el otro?.— Tan solo había dado una idea, ahora solo esperaba no ser asesinado por la bola de nieve andante.

Hibiki ya había formulado un plan en base a lo visto anteriormente, claramente Sven estaba totalmente convencido de lo que debía de hacer y realmente sería difícil hacer que cambiase de idea, sin embargo no perdía absolutamente nada intentándolo, ¡además su aliado estaba en graves problemas si es que no le ayudaban ahora mismo!, Hibiki realmente jamás había tenido el poder de la labia dominado por completo, pero según sus ideales bien sabía lo que debían de hacer.

—Nosotros los llevaremos a un lugar seguro, hay muchas cavernas por aquí.— Hibiki habló claramente convencido, tenía mucha convicción y la epicidad realmente le dominaba, seguía sus instintos pero al mismo tiempo hablaba de forma lógica en vista de lo complicada que se estaba tornado la situación, debían de hacer algo aunque eso significase que Sven desobediese la primera orden que le habían dado. —¡Adam necesita de tu ayuda!.— Dijo con fuerza mientras apuntaba lo sucedido a la lejanía. —¡¿Quieres proteger a estos pequeños?!.— Le preguntó de forma directa, apretando sus puños.

Tragó saliva, no podía creer lo que estaba haciendo.

—¡Entonces transfórmate en el lobo metálico ese y distrae a uno mientras Adam se encarga del otro!.— Era una idea descabellada, lo sabía, pero confiaba plenamente en las capacidades de Sven y que realmente haría lo correcto. —O perderás mucho más que tan solo a estos pequeños.— Pequeños los cuales se colocaron esta vez detrás del humano que producía un aura de digisoul alrededor de él debido a la convicción con la cual hablaba.

—¡Yo me encargaré de los digimon malvados que quieran hacerles daño!.— Y claro estaba que Dracomon, su fiel compañero no le dejaría atrás en su descabellado plan.

Hibiki jamás pretendió realmente dar una orden directa a Sven principalmente porque no podía, además de que aquel no era su estilo a la hora de trabajar y hacer las cosas como se debian, más que nada había sido un consejo, o por lo menos lo que él hubiera hecho de encontrarse en la posición del oso de nieve, temía que las cosas empeoraran en gran medida y que el grandote aliado no pudiese contra los otros dos que hasta el momento no habían hecho nada más que complicarle la existencia, ahora por lo menos con los pequeñines bajo la protección de ellos era que podían salir bien de allí, no parecían haber más digimon 'malvados' en las cercanias, y si es que estaban bien hacían lo que el pequeñín había dicho, pelearse entre ellos tan solo para saber quién se llevaría el puesto superior luego de la hipotética victoria.

—Pero debe haber algo más que podamos hacer por él...— El Digimon dragón insistía, claramente se sentía inútil en su posición, apenas evolucionado y sin haber hecho nada más que luchar contra un gran rojo y volverlo a su etapa de Digitama en compañia de Sven que realmente había hecho gran parte del trabajo táctico. El dragón progenitor quería hacer algo más que tan solo escoltar a los pequeñines, aunque al mismo tiempo sabía que no había nada que pudiese hacer contra aquellos titanes para así ayudar a su aliado, y así, al igual que su tamer anteriormente fue minimamente rodeado de digisoul.

Por otra parte, su tamer apretaba sus puños sintiendo casi la misma sensación que su compañero, ¡quería ayudar!, pero quizás el pequeñín tenía razón en cuanto a lo que decía, temía decir algo más, "¿y ahora qué?", conocía la respuesta que por lo menos su acompañante le daria, ya no había nada más que hacer además de observar al grandote hacer su trabajo y escoltar a los bebés a la zona segura.

Maldición, se sentía inútil.

¡Querían poder hacer algo más!

Hibiki avanzó sin rechistar ni decir absolutamente nada, sabía que había momentos y momentos, y sinceramente para su propio criterio aquel era el mejor momento para no decir ni una sola palabra, simplemente dejarse conducir por Sven hasta la supuesta zona segura en la cual, valga la rebundancia, estarían seguros de todo el problema que sucedía afuera, por lo lejos el tamer logró divisar lo que claramente parecía una presa en proceso de construcción, la misma ya parecía casi completada, claramente tan solo habían unos pequeños detalles que debían de concretarse, sin embargo aquella no era su área, tan solo era su leve observación a modo personal.

El castaño rió de forma casi perceptible tras lo dicho por el menor y las miradas acusatorias acompañadas de carcajeos por parte de los saurios y dragones que estaban siendo escoltados por los mayores allí presentes, Sven realmente parecía estar muy comprometido con el cuidar a los pequeños allí presentes, ¿sería que se sentiría identificado con los mismos o tan solo un atisbo de compasión se haría presente en su supuesta programación?.

Habían muchos técnicos en la zona, claramente era un trabajo a gran escala que había tomado gran cantidad de tiempo para llegar al punto en cual se encontraba en la actualidad, y vamos, realmente merecían un aplauso por avanzar tanto como para llegar hasta donde lo habían hecho, eso no lo podía negar absolutamente nadie... ¿sería aquella misma presa la razón del enfado y supuesta invasión por parte de las tribus de saurios y dragones furiosos que ahora yacían en su etapa bebé?, ellos solo eran los peones más bajos, la carne de cañón y seguramente la distracción que habían decidido emplear pues la batalla principal se había estado llevando a cabo de forma simultánea en todo momento, Adam realmente parecía estar sufriendo en aquella batalla de titanes desde un principio.

—¡Yo venía desde otra zona!.— No podían culparle de nada, se había entrometido en una batalla que no le correspondía y había acabado en uno de los bandos tan solo por la intervención del menor que había llegado en su socorro tras la explosión del asunto.

Hibiki apenas lograría atender a lo sucedido y en el momento en el cual avanzaría al ya citado ascensor acabó siendo agarrado y jalado sin compasión hasta el mismo, ¡él mismo iría hasta aquel lugar!, al parecer la preocupación que sentía la fémina allí presente por todos los civiles era bastante grande.

—Perderá si no recibe ayuda.— Dolía admitirlo, sin embargo era consciente de aquello desde hace un buen momento, y claro, lo dicho en parte no había sido nada más que una leve indirecta para Sven el cual parecía observar estupefacto lo sucedido.

—¡Tenemos que ayudarlo!.— Alzó la voz Dracomon, el cual desgraciadamente con su poder actual realmente no podía hacer demasiado.

—. . .— Hibiki se mantuvo en silencio tras la petición de su compañero Digimon, apretando el puño con obvia impotencia.

La acción estaba al orden del día, y ver como tales criaturas no dejaban de luchar contra aquel que no dejaba de cambiar y cambiar entre Digimon y Digimon realmente era impresionante, mas la resistencia de los grandes dragones parecía no flaquear, la batalla era ardua y estratégica por ambos lados, pero más denotándose desde el bando de la ahora gran sierpe marina que había logrado evitar un potente golpe que iba dirigido hacia la presa en la cual el humano y un montón de seres y personas se mantenían, algunos aún a medio de su trabajo incluso con el gran caos que había fuera con la trifulta que parecía no tener fin ante la gran resistencia que Adam estaba demostrando, quizás en sí Sven tenía razón, Adam no perdería aquella batalla, pero con una pequeña asistencia por parte de ellos la balanza podría incluso estar más a su favor.

—Muy cerca.— Respondió ante lo que la fémina había dicho, Hibiki soltó un suspiro un tanto más relajado, y la verdad en ningún momento tuvo temor sobre su vida por razón que desconocía, aquel momento en el cual el ataque había sido disparado en dirección a la presa el humano no se tensó, quizás confiaba en el accionar de aquel que les había estado defendiendo en todo momento.

Dracomon observó como Sven con total tranquilidad se tumbaba en el piso como si nada, ¡como si fuese tan solo esperar y ver como el Metal Seadramon se encargaba de aquellos dos!, claramente las cosas no podían ser tan, tan fáciles, debían de aportar su granito de arena y eso, el no saber exáctamente lo que podían hacer era lo que agobiaba al Digimon dragón debido a su forma hiperactiva de actuar, pues el mantenerse quieto y no ser partícipe aunque fuese de forma indirecta de la batalla que se estaba llevando a cabo realmente le estresaba.

—¡¿Eh?!.— Se mostró claramente sorprendido, pero aún así recibió la tarjeta de identificación que se le era entregada, estaba bien, prácticamente le haría el favor de hacer eso CUANDO NO TENÍA IDEA DE DONDE ESTABA EL CONTROL MANUAL, cosa que ella sí sabía, ¿por qué no lo hacía ella en lugar de mandar a un completo desconocido a hacer eso?, ni siquiera era parte de los US, le era realmente impresionante la confianza que había depositado en él prácticamente de la nada. El humano asintió y luego observó a Sven, mas no buscó levantarle de su lugar, si quería ayudar lo haría, podía ser tan caprichoso como un niño pequeño, pero como tal debía de poseer la insistencia de uno y no perdería tiempo con aquello, por lo que se puso manos a la obra, si el osito pretendía seguirle era cosa de él.

Y así fue como usó una vez más el ascensor siguiendo las instrucciones que se mantenían plasmadas en carteles y mapas de la zona en construcción, haciendo el mejor uso de su memoria intentó recordar cada pasillo, piso y esquina que debía de tener en cuenta para llegar su objetivo, y tras bajar un par de pisos en el ascensor una desafortunada situación se presento, pues el elevador se había estancado de la nada misma. Hibiki no se lo planteó dos veces, y usando la salida de emergencia salió y ayudó a su compañero a hacer de igual forma, por lo que entre escaleras tuvo que comenzar a movilizarse en búsqueda de aquel control manual que sería la jugada definitiva para llegar a la victoria.

Aquella emoción, estar contra el reloj, ¡todo aquello le llenaba de determinación!.

Las escaleras parecían interminables, sin embargo el joven de ojos rojos no lo sufría demasiado, por lo menos no como su compañero digimon sí lo estaba sufriendo, pues Dracomon apenas y podía subir aquellas escaleras debido a sus garras, por lo que una vez llegaron hasta el objetivo el Digimon Rookie volvió a su etapa de bebé II para lograr recuperar parte de sus energias, ¿qué haría ahora?, se subiría a la cabeza de su tamer, no parecía tener ánimo o energias para ponerse a correr.

—Tengo hambre...— Se quejó sonóramente la bola rosada mientras el tamer buscaba el pasillo por el cual ahora tendría que movilizarse con su compañero sobre su cabeza, que a decir verdad pesaba un poco, sin embargo Hibiki con el tiempo ya se había acostumbrado a lo pesado (en ambos sentidos) que podía llegar a ser su compañero cuando quería ser caprichoso.

De la nada un fuerte temblor azotó las instalaciones que comprendían la presa que Adam debía de ser protegiendo allí fuera. Hibiki comenzó a correr y siguió corriendo hasta donde su memoria le daba apoyo en cuanto al camino que debía de seguir, ¡pero llegaría el punto en el cual ya estaría completamente perdido!, además para variar el estómago de Koromon seguía sonando, era una sorpresa bastante grande el que no se estuviese quejando como hacía de costumbre, una grata y sorprendente sorpresa.

—Hmm...— Se detuvo por un momento y cerró los ojos en un último intento de hacer memoria, ¡y corrió una vez más!, finalmente lograría ver lo que él creía que era el sistema manual, se acercó a este y le observó de reojo, ¿cómo demonios se supone que funcionaba algo como eso?, soltó un sonoro suspiro y su compañero saltó sobre la máquina.

—¿Qué es esto...?.— Observó un botón rojo en medio de toda la maquinaria y rebotó sobre este, ante lo cual la estructura comenzó a moverse con sonoros ruidos y una luz roja que iluminó toda la sala. —¡¡¡AAAAAAAAAAAAH!!!.— Sorprendido volvió a saltar a la cabeza de su tamer, el cual se mantenía observando el tablero que se había aparecido cuando su compañero presionó aquel botón.
—Bien hecho.— Sonrió divertido y divisó un espacio en el cual podía caber aquella tarjeta de identificación que se le había entregado, la cual introdujo y observó como la pantalla que yacía en medio del gran tablero comenzaba a iluminarse en gran medida y mostraba códigos inentedibles para él, Hibiki crujió los dientes, ¿cómo dem...? oh. De la nada, dos opciones se presentaron ante él, "Sí", y "No", eran estas.

Muy bien, ¿ahora qué?.

Hibiki tragó saliva y crujió los dientes mientras aún observaba las dos opciones que se le eran presentadas, suspiró, acabó decantándose ante la positiva, por lo que sin más demoro (no más, por favor) presionó el botón para que el agua saliese, un pequeño temblor azotó, claramente la maquinaria del lugar estaba en pleno funcionamiento y al estar dentro de la presa los movimientos eran mucho más notorios que como podían llegar a ser en el exterior. Koromon observó hacia todas partes, no estaba nervioso, solo estaba alerta ante cualquier posible eventualidad, claramente estando en su etapa como bebé no era el más fuertes ni el más indicado para proteger a su tamer, sin embargo se sentía con la seguridad y el ímpetud como para mostrarse valeroso, se supone que estaban en una zona segura pero prefería no arriesgarse.

—¿Hum?.— Observó detrás de él tras oir una vez no perteneciente a Koromon, mas esta le era reconocida, o por lo menos lo era parcialmente debido al tono que esta pareció haber empleado, y así en el piso observó una masa de nieve que parecía estar recomponiéndose, al parecer finalmente Sven sí se había animado a seguirle, o por lo menos a encontrarle ahora que el trabajo parecía estar listo. —¿Por qué estás...?.— Agitó la cabeza y prefirió mejor no seguir con la pregunta, no era el mejor momento, ¡ahora tenían que salir de allí para saber cómo seguirían las cosas!, ¿acaso Adam ya con el agua saliendo habría logrado acabar con los dragones que estaba enfrentando?.

Tragó saliva e intentó volver por donde había llegado hasta allí, mas la zona yacía bloqueada por vigas que al parecer caerían desde lo alto, en ellas habían restos de nieve, ahora sabía perfectamente lo que le había sucedido a Sven para llegar de la forma en la cual se encontraba. ¿Cómo pasarían?, simple, el Bebé se adelantó y adoptó su forma de Rookie, sus cuernos se iluminaron y una potente llama salió desprendida de su boca derritiendo el material para permitir el paso de los presentes por el agujero que se había formado, así prosiguió durante todo momento mientras los constantes movimientos seguían manteniendo bajo peligro al equipo.

—Perfecto.— Llegarían hasta la zona en la cual estaría el lugar del ascensor que claramente seguía sin sarcasmo lo que había empleado, ¿qué se supone que harían ahora?. —¿Alguna idea?.— Preguntó.