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El descubrimiento de las ruinas del Monasterio Draco, tallado en lo alto de una desolada montaña en el valle de los dragones, ha despertado un gran interés por todo el Digimundo. Principalmente porque según los tallados de la pared exterior dentro de las ruinas se encuentra un obre mágico que contiene en su interior la data y poder del treceavo Royal Kinght, la cual sera dada a quien reclame dicho objeto. Según la historia grabada en los murales, el obre fue dejado allí por el mismo Royal Kinght en caso de que su poder sea necesario para derrotar al mal que se alce en el futuro...por desgracia semejante premio también a llamado la atención de quienes usarían el poder para sus propias metas egoístas. Por lo que esta aventura ahora se a vuelto una carrera por ver quien consigue el gran premio.
6 meses despues de la ultima carrera, un BanchoLeomon reune al viejo equipo de organizacion para dar un nuevo espectaculo, pero en esta carrera, el misterioso patrocinador ha enviado a un "Aspirante a Campeon" con un extraño y unico Digivice. ¿Que es lo que sucedera a lo largo del evento y como funciona este nuevo digivice?.
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-Skin hecho por Hardrock de The Captain Knows Best.
-Imagenes realizadas por Runari Wildy
y Sigrun Vinter
-Imagenes realizadas por Runari Wildy
y Sigrun Vinter
La Biblioteca subterránea del Desierto (Priv.Ethrios)
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La Biblioteca subterránea del Desierto (Priv.Ethrios)
Luego de mucho tiempo vagando en el Digimundo, tenía como rumbo investigar un poco mas acerca del DigiSpirit, hasta el momento tenía poca información de que eran estas extrañas estatuillas. Si bien, sabía que se trataban de espíritus que fueron sellados en ''tótem'' o esas especies de estatuas, como un sello, donde dentro de este se almacenaba toda la información de lo que una vez fue un Digimon.
Mis pasos y un viejo mapa que me había dado una vieja Babamon durante mis viajes en las tierras flotantes, me llevaron al desierto digital, en donde la temperatura comenzaba a subir cada vez mas.
Me hallaba con una bolsa y unas cuantas botellas llenas de agua para mi viaje. El viento que corría por esos alrededores estaba acompañado de arena, por ello llevaba conmigo una delgada mascada que cubría mi rostro para no tener que lidiar con la arena digital. Si bien no había mucha diferencia entre el mundo humano y el Digimundo, es ciertos aspectos eran muy parecidos.
Llegue a una cabaña en medio de las dunas. Era algo extraño puesto que no se podía ver civilización o algún pueblo Digimon por los alrededores, simplemente una cabaña, para aquellos viajeros que se perdían entre el laberinto de arena.
Sin pensarlo mucho me dispuse a entrar a esa vieja cabaña. Sacudiéndome la arena del cabello, miraba a mi alrededor –¿Hay alguien aquí?- Pregunté en voz alta, pero nadie parecía responder a mi pregunta.
Totalmente deshabitada y con muchos crujidos debido al viento del exterior, me dispuse a sentarme a beber un poco de agua. Me senté sobre una silla que estaba al lado de una gran mesa, lo que parecía un comedor; sobre este se encontraba un gran letrero que decía lo siguiente:
Se podía apreciar que se trataba de un tablero que había sido tallado a mano –Que extraño que un lugar así se encuentre solitario y justo en medio del Desierto, pero bueno creo que me vendrá de ayuda cambiarme esta ropa polvorienta- Dije mientras soltaba mis coletas dejando caer mi cabello por mi espalda.
Al entrar en una de las habitaciones pude ver un armario lleno de vestimentas árabes y todo tipo de ropaje esencial para sentirse mas cómodo por estas zonas –Bueno creo que por lo menos podre vestirme de acuerdo a la ocasión- Si bien algo que me gustaba era vestir diferentes modelos de ropa…
Luego de que estuviera lista, tome mi bolsa y proseguí con mi viaje por lo que restaba del camino. Antes de salir de la cabaña revise bien el mapa y me percate que me encontraba muy cerca de la biblioteca subterránea del antiguo Dios de la Tierra. Busque en uno de los libros que me había prestado Babamon, este libro tenía mucha información de las zonas del Digimundo, esto me haría tener un poco mas de conocimiento y saber a lo que me enfrentaría...
Buscando entre las paginas llegue al punto de encontrarme con la dirección exacta de la biblioteca, donde el guardián que había ahí era Wisemon un antiguo guarda libros –Muy bien, quizá pueda obtener mas respuestas- Dije algo entusiasmada para después salir de la vieja cabaña en dirección a la biblioteca.
Mis pasos y un viejo mapa que me había dado una vieja Babamon durante mis viajes en las tierras flotantes, me llevaron al desierto digital, en donde la temperatura comenzaba a subir cada vez mas.
Me hallaba con una bolsa y unas cuantas botellas llenas de agua para mi viaje. El viento que corría por esos alrededores estaba acompañado de arena, por ello llevaba conmigo una delgada mascada que cubría mi rostro para no tener que lidiar con la arena digital. Si bien no había mucha diferencia entre el mundo humano y el Digimundo, es ciertos aspectos eran muy parecidos.
Llegue a una cabaña en medio de las dunas. Era algo extraño puesto que no se podía ver civilización o algún pueblo Digimon por los alrededores, simplemente una cabaña, para aquellos viajeros que se perdían entre el laberinto de arena.
Sin pensarlo mucho me dispuse a entrar a esa vieja cabaña. Sacudiéndome la arena del cabello, miraba a mi alrededor –¿Hay alguien aquí?- Pregunté en voz alta, pero nadie parecía responder a mi pregunta.
Totalmente deshabitada y con muchos crujidos debido al viento del exterior, me dispuse a sentarme a beber un poco de agua. Me senté sobre una silla que estaba al lado de una gran mesa, lo que parecía un comedor; sobre este se encontraba un gran letrero que decía lo siguiente:
''Viajero cansado, puedes reposar el tiempo necesario hasta que recuperes tu energía, esta casa es para los viajeros perdidos y agotados. Puedes tomar lo que necesites. Solo una advertencia, la avaricia no lleva por el camino correcto''
Se podía apreciar que se trataba de un tablero que había sido tallado a mano –Que extraño que un lugar así se encuentre solitario y justo en medio del Desierto, pero bueno creo que me vendrá de ayuda cambiarme esta ropa polvorienta- Dije mientras soltaba mis coletas dejando caer mi cabello por mi espalda.
Al entrar en una de las habitaciones pude ver un armario lleno de vestimentas árabes y todo tipo de ropaje esencial para sentirse mas cómodo por estas zonas –Bueno creo que por lo menos podre vestirme de acuerdo a la ocasión- Si bien algo que me gustaba era vestir diferentes modelos de ropa…
- Spoiler:
Luego de que estuviera lista, tome mi bolsa y proseguí con mi viaje por lo que restaba del camino. Antes de salir de la cabaña revise bien el mapa y me percate que me encontraba muy cerca de la biblioteca subterránea del antiguo Dios de la Tierra. Busque en uno de los libros que me había prestado Babamon, este libro tenía mucha información de las zonas del Digimundo, esto me haría tener un poco mas de conocimiento y saber a lo que me enfrentaría...
Buscando entre las paginas llegue al punto de encontrarme con la dirección exacta de la biblioteca, donde el guardián que había ahí era Wisemon un antiguo guarda libros –Muy bien, quizá pueda obtener mas respuestas- Dije algo entusiasmada para después salir de la vieja cabaña en dirección a la biblioteca.
Re: La Biblioteca subterránea del Desierto (Priv.Ethrios)
Con mis tareas en el desierto finalizadas pe encontraba listo para abandonar aquella zona en busca de otro sitio donde seguir plantando las semillas del caos. Antes de irme hice una pequeña parada en un simple pueblecito donde me aprovisione de agua y comida necesaria para unos cuantos días, mientras realizaba mis comprar pude escuchar el rumor de cierta biblioteca antigua ubicada en alguna parte del desierto.
-Interesante un lugar de conocimientos antiguos- luego de tantas batallas no era malo cambiar de rutina y más si podía obtener conocimientos aunque antes tuviera que asesinar a quien quiera que custodiara el lugar. Mi plan era simple, tenía que encontrar el lugar, acabar con el que estuviera a cargo y buscar toda la información que quisiera –no, pensándolo bien no es buena idea hacer aquello- solo pensándolo un poco si mataba al guardián tal vez activaría alguna trampa y no podía arriesgarme a perder aquel sitio repleto de conocimiento.
De los compartimientos agregados a behemoth saque un mapa y un lápiz –yo estoy aquí...- marque con un pequeño círculo la zona donde me encontraba –he estado aquí...- trace otro círculo más y estos aumentaron hasta que quedo una pequeña zona de búsqueda –aunque sigue siendo mucho es mejor que nada- el radio en el que se podía encontrar la biblioteca podía tomar más de seis horas recorrerlos, solo si no tenías un medio de transporte.
Guarde nuevamente el mapa en su lugar correspondiente, monte en behemoth acelerándola suavemente he internándonos ambos en la búsqueda de aquel sitio. Por el camino pasamos frente a una especie de casa hecha para los viajeros –“pobres seres que necesitan parar a descansar”- cualquier digimon que poseyera un medio de transporte parecido al mío pensaría igual.
El viaje que debía ser de unas seis horas tan solo me tomo una, pero encontrar la entrada consumió más tiempo de lo esperado, si alguien fuera quien fuese me viera en mi forma de beelzemon buscando aquí pensaría que estoy planeando algo malo, ya lo había vivido muchas veces. –Tch!! Supongo que tendré que volver a ser un impmon- tome todos los implementos necesarios de behemoth y con una orden esta se alejó desapareciendo en la nada. Lentamente la energía abandono mi cuerpo, junto con mi forma y tamaño, si alguien veía hacia donde me estaba no se encontraría con un alto demonio, sino con un pequeño diablillo con un gran bolso en su espalda y una mirada huraña.
-Uh!! No es tan malo volver a tener esta forma- casi como magia aunque era más el acto reflejo de una costumbre, en mi mano apareció mi cuaderno negro donde solía anotar todo lo relevante. –Solo espero que mi mala suerte no me acompañe…- deje de perder el tiempo en mis pensamientos y retome la busqueda de alguna pista que indicara las coordenadas exactas de la biblioteca.
-Interesante un lugar de conocimientos antiguos- luego de tantas batallas no era malo cambiar de rutina y más si podía obtener conocimientos aunque antes tuviera que asesinar a quien quiera que custodiara el lugar. Mi plan era simple, tenía que encontrar el lugar, acabar con el que estuviera a cargo y buscar toda la información que quisiera –no, pensándolo bien no es buena idea hacer aquello- solo pensándolo un poco si mataba al guardián tal vez activaría alguna trampa y no podía arriesgarme a perder aquel sitio repleto de conocimiento.
De los compartimientos agregados a behemoth saque un mapa y un lápiz –yo estoy aquí...- marque con un pequeño círculo la zona donde me encontraba –he estado aquí...- trace otro círculo más y estos aumentaron hasta que quedo una pequeña zona de búsqueda –aunque sigue siendo mucho es mejor que nada- el radio en el que se podía encontrar la biblioteca podía tomar más de seis horas recorrerlos, solo si no tenías un medio de transporte.
Guarde nuevamente el mapa en su lugar correspondiente, monte en behemoth acelerándola suavemente he internándonos ambos en la búsqueda de aquel sitio. Por el camino pasamos frente a una especie de casa hecha para los viajeros –“pobres seres que necesitan parar a descansar”- cualquier digimon que poseyera un medio de transporte parecido al mío pensaría igual.
El viaje que debía ser de unas seis horas tan solo me tomo una, pero encontrar la entrada consumió más tiempo de lo esperado, si alguien fuera quien fuese me viera en mi forma de beelzemon buscando aquí pensaría que estoy planeando algo malo, ya lo había vivido muchas veces. –Tch!! Supongo que tendré que volver a ser un impmon- tome todos los implementos necesarios de behemoth y con una orden esta se alejó desapareciendo en la nada. Lentamente la energía abandono mi cuerpo, junto con mi forma y tamaño, si alguien veía hacia donde me estaba no se encontraría con un alto demonio, sino con un pequeño diablillo con un gran bolso en su espalda y una mirada huraña.
-Uh!! No es tan malo volver a tener esta forma- casi como magia aunque era más el acto reflejo de una costumbre, en mi mano apareció mi cuaderno negro donde solía anotar todo lo relevante. –Solo espero que mi mala suerte no me acompañe…- deje de perder el tiempo en mis pensamientos y retome la busqueda de alguna pista que indicara las coordenadas exactas de la biblioteca.
Ethrios
Re: La Biblioteca subterránea del Desierto (Priv.Ethrios)
Llevaba caminando unos cuantos metros siguiendo el camino que Babamon había marcado en el mapa. Me era un poco difícil el caminar sobre la arena que se encontraba totalmente suelta y poco a poco la ventisca arenosa se hacía da vez mas fuerte. Por suerte llevaba una delgada tela transparente que cubría mi rostro pero no me impedía ver hacía donde caminaba.
El caminar parecía eterno, había tomado ya dos botellas de agua, las cuales deje tiradas en el trayecto de mi camino, a decir verdad, poco a poco me iba a quedar sin botellas de agua, únicamente me quedaban tres mas, así que debía guardar esas que tenía para momentos mas difícil. Si bien no tenía en mente quesería mas difícil de lo que había planeado.
Llegue hasta el punto de encontrarme en una zona completamente rocosa, en donde las grandes eminencias de piedra y estatuas impedían que la ventisca de arena entrara por los alrededores –Que suerte, ahora si podre descansar si quiera un poco- Solté un gran suspiro y tire mi bolso al suelo mientras ya un tanto exhausta me recostaba sobre una de las piedras que tenía forma de caja.
La caminata me había dejado un poco cansada. Mire a mi alrededor y pude deducir que me encontraba en una ciudad similar a Egipto, la única diferencia era que aquí en el Digimundo el idioma era otro. Los jeroglíficos tallados en las paredes y pirámides eran un tanto extraños, como si se tratara de lenguaje de computadoras –Que curioso, parece como si se tratara de las pirámides del mundo real- Mencioné mientras leía un poco el escrito que tenía la roca sobre la cual estaba sentada.
Cerré mis ojos por unos cuantos minutos mientras recobraba el aliento para seguir caminando. De una de las piedras saltó lo que parecía ser un Kunemon adentrándose en mi mochila sacando las pocas botellas de agua que tenía sin que me diera cuenta. Al momento que abrí los ojos únicamente vi una nube de polvo que se alejaba –Genial ahora me quede sin suministros- Molesta me levante de mi asiento para recoger el mapa y mi bolso.
Mire por unos momentos el pergamino que tenía plasmado el mapa –Veamos, me encuentro en este punto, así que eso quiere decir que debo caminar hacia…-
Analice por un momento el punto donde me encontraba hasta hallar la ruta mas cercana para encontrar la puerta escondida de la biblioteca –Bueno si es una biblioteca secreta, no creo que sea tan fácil entrar- Dije soltando un gran suspiro y continuando con la búsqueda.
Llegue a un pasadizo estrecho donde al final había un sarcófago muy grande –Genial, ahora solo falta que un Digimon salga de ahí, no me quedare para averiguarlo- Opté por tomar otro camino para no pasar por ahí, ciertamente era un tanto tétrico.
Camine alrededor de dos horas en busca de la entrada escondida de la biblioteca, según el mapa, indicaba que estaba por esta zona, el único detalle era que el mapa no pintaba exactamente el lugar donde se encontraba la entrada –Que pesadilla- Mis ánimos bajaban un poco mas al no encontrar nada, todo parecía como si me encontrara dando vueltas sin lograr encontrar la puerta principal.
El caminar parecía eterno, había tomado ya dos botellas de agua, las cuales deje tiradas en el trayecto de mi camino, a decir verdad, poco a poco me iba a quedar sin botellas de agua, únicamente me quedaban tres mas, así que debía guardar esas que tenía para momentos mas difícil. Si bien no tenía en mente quesería mas difícil de lo que había planeado.
Llegue hasta el punto de encontrarme en una zona completamente rocosa, en donde las grandes eminencias de piedra y estatuas impedían que la ventisca de arena entrara por los alrededores –Que suerte, ahora si podre descansar si quiera un poco- Solté un gran suspiro y tire mi bolso al suelo mientras ya un tanto exhausta me recostaba sobre una de las piedras que tenía forma de caja.
La caminata me había dejado un poco cansada. Mire a mi alrededor y pude deducir que me encontraba en una ciudad similar a Egipto, la única diferencia era que aquí en el Digimundo el idioma era otro. Los jeroglíficos tallados en las paredes y pirámides eran un tanto extraños, como si se tratara de lenguaje de computadoras –Que curioso, parece como si se tratara de las pirámides del mundo real- Mencioné mientras leía un poco el escrito que tenía la roca sobre la cual estaba sentada.
Cerré mis ojos por unos cuantos minutos mientras recobraba el aliento para seguir caminando. De una de las piedras saltó lo que parecía ser un Kunemon adentrándose en mi mochila sacando las pocas botellas de agua que tenía sin que me diera cuenta. Al momento que abrí los ojos únicamente vi una nube de polvo que se alejaba –Genial ahora me quede sin suministros- Molesta me levante de mi asiento para recoger el mapa y mi bolso.
Mire por unos momentos el pergamino que tenía plasmado el mapa –Veamos, me encuentro en este punto, así que eso quiere decir que debo caminar hacia…-
Analice por un momento el punto donde me encontraba hasta hallar la ruta mas cercana para encontrar la puerta escondida de la biblioteca –Bueno si es una biblioteca secreta, no creo que sea tan fácil entrar- Dije soltando un gran suspiro y continuando con la búsqueda.
Llegue a un pasadizo estrecho donde al final había un sarcófago muy grande –Genial, ahora solo falta que un Digimon salga de ahí, no me quedare para averiguarlo- Opté por tomar otro camino para no pasar por ahí, ciertamente era un tanto tétrico.
Camine alrededor de dos horas en busca de la entrada escondida de la biblioteca, según el mapa, indicaba que estaba por esta zona, el único detalle era que el mapa no pintaba exactamente el lugar donde se encontraba la entrada –Que pesadilla- Mis ánimos bajaban un poco mas al no encontrar nada, todo parecía como si me encontrara dando vueltas sin lograr encontrar la puerta principal.
Re: La Biblioteca subterránea del Desierto (Priv.Ethrios)
-Nada… hasta el momento ni siquiera una sola pista...- Ya había recorrido casi tres cuartos del lugar marcado y todavía no daba con una seña o estructura que me pudiera indicar si estaba cerca o tan solo era el lugar indicado, esto casi me hacía lamentar encontrarme en esta forma tan débil y no poder arrasar con todo en un simple ataque y no es que no lo deseara. Pese a no dar con el lugar todavía no pensaba rendirme.
-¡Uh! Que es eso- Mientras me dirigía al siguiente punto pude ver una pequeña figura que se arrastraba, al ponerle un poco de atención me di cuenta que se trataba de un Kunemon, este estaba tan concentrado huyendo con algo que ni cuenta se dio cuando me acerque a él tomándolo de su largo cuello con una mano, mientras con la otra usaba un ataque de atributo hielo para congelar su parte inferior.
-¡¡¡Iegh!! ¿Quién eres?- pregunto el digimon la ver como tenía su cuerpo casi paralizado -¡estas botellas de aguas son mías, yo las robe!- entre sus patas delanteras y las cuales no estaban congeladas se encontraban tres contenedores de plástico llenos de agua, bueno la gente le suele llamar botellas pero eso es lo de menos. – ¿Acaso vienes de parte de la muchacha para recuperarlas? ¡No pienso entregártelas!- el pequeño digimon intentaba safarse desesperadamente pero gracias a la imposibilidad de mover su parte inferior esto le era imposible.
-¡Acaso importa quién sea!- apreté más su cuello, el rostro del Kunemon se iba deformando lentamente por el dolor y la congelación que se extendía por todo su cuerpo lentamente – ¡¿Tú crees que me importan unas simples botellas de agua?!- con un fuerte movimiento incruste mis garras en él, provocando que este gritara de dolor -Tan solo quiero saber dos cosas y podrás irte tranquilo a descansar. ¿Dónde hallaste el agua? ¿Quién era la chica a la que se la robaste, acaso tenía un digimon?- en mi forma actual no podía descuidarme, cualquier competencia por mínima que fuera debía ser tomada en cuenta y si aquella muchacha si esta podía poseer un digimon al mismo nivel que mi etapa más avanzada debía ir preparado para combatir.
El Kunemon retorciéndose de dolor de muy buenas maneras contesto a mis preguntas –Las encontré en unas zonas rocosas- con su mirada me indico el lugar, el cual por suerte estaba en la zona que no había revisado aun. Un leve sonrisa se me dibujo en el rostro, pero el Kunemon estaba tan concentrado en mantenerse consiente que no la pudo notar –y…y la chica es una humana común, viste ropas de humana, habla como humana y no parecía tener ningún acompañante digimon, pero… no pude verla bien ya que me concentre en huir con el botín- dijo con un poco de dificultad el Kunemon.
Amablemente le di las gracias por darme una información tan útil –Agradezco de todo corazón que me revelaras dicha información y como lo prometido es deuda puedes irte a descansar… ¡A la ciudad del inicio!- mis garras se cernieron sobre el cuerpo del digimon perforándolo, inmediatamente su cuerpo se transformó en datos y desapareció dejando las tres botellas de agua intactas -!Jackpot! Tenemos premio- me agache y recogí las res botellas guardándolas en mi mochila, luego de aquello revise que no hubiera nadie a la vista y me dirigí hacia la zona indicada por el Kunemon.
Fue un cambio sustancial aunque no agradable, lejos de dejar un paramo casi desolado este lugar de ahora era la solidificaion de la arena utilizada para edificar grandes construcciones llamadas pirámides -tch!! Nunca entenderé la recreación del mundo humano en el nuestro- pese a ello aquellas construcciones poseían jeroglíficos en el idioma digital -¡ja! Que idioma tan sencillo- traducirlo era realmente demasiado fácil. Con cuidado de no encontrarme con aquella humana comencé a revisar uno por uno las escrituras del lugar. Entre tanto dato basura pude hallar unas inscripciones con las siguientes palabras: “Si el conocimiento oculto deseas encontrar, más allá de la vida debes buscar” –mmm más allá de la vida… esto se parece al Egipto humano…entonces…- mientras buscaba el sitio de la entraba me halle en un pasadizo cuyo objeto más destacable era un gran sarcófago.
-¡Eso es, ahí está la entrada!- rápidamente corrí hacia él y usando mis fuerzas comencé a remover la tapa, al principio no cedió ni siquiera un milímetro lo que me hizo proferir unas cuantas maldiciones, luego con un esfuerzo mayor la pesada loza se arrastró hasta caer a un lado no sin estés causar un gran estruendo que despertaría hasta a los muertos de su sueño eterno.
El interior del sarcófago estaba demasiado oscuro incluso para mis ojos, por lo que echando mano de mi mochila saque una pequeña lámpara de aceite ¿Por qué de aceite? Incluso teniendo una más moderna encontraba que esta era ideal para la ocasión. Apunte la luz de esta al interior del sarcófago y en vez de un cuerpo momificado unas escaleras que descendían se podían ver –parece que encontré la entrada a la biblioteca o a mi muerte, bueno da igual…- siendo un digimon la muerte era lo que menos me importaba. Tome unas especies de barritas luminosas y las lance al interior de aquellas escaleras y sin esperar que estas me mostraran todo el camino me interne en esta y comencé el descenso.
-¡Uh! Que es eso- Mientras me dirigía al siguiente punto pude ver una pequeña figura que se arrastraba, al ponerle un poco de atención me di cuenta que se trataba de un Kunemon, este estaba tan concentrado huyendo con algo que ni cuenta se dio cuando me acerque a él tomándolo de su largo cuello con una mano, mientras con la otra usaba un ataque de atributo hielo para congelar su parte inferior.
-¡¡¡Iegh!! ¿Quién eres?- pregunto el digimon la ver como tenía su cuerpo casi paralizado -¡estas botellas de aguas son mías, yo las robe!- entre sus patas delanteras y las cuales no estaban congeladas se encontraban tres contenedores de plástico llenos de agua, bueno la gente le suele llamar botellas pero eso es lo de menos. – ¿Acaso vienes de parte de la muchacha para recuperarlas? ¡No pienso entregártelas!- el pequeño digimon intentaba safarse desesperadamente pero gracias a la imposibilidad de mover su parte inferior esto le era imposible.
-¡Acaso importa quién sea!- apreté más su cuello, el rostro del Kunemon se iba deformando lentamente por el dolor y la congelación que se extendía por todo su cuerpo lentamente – ¡¿Tú crees que me importan unas simples botellas de agua?!- con un fuerte movimiento incruste mis garras en él, provocando que este gritara de dolor -Tan solo quiero saber dos cosas y podrás irte tranquilo a descansar. ¿Dónde hallaste el agua? ¿Quién era la chica a la que se la robaste, acaso tenía un digimon?- en mi forma actual no podía descuidarme, cualquier competencia por mínima que fuera debía ser tomada en cuenta y si aquella muchacha si esta podía poseer un digimon al mismo nivel que mi etapa más avanzada debía ir preparado para combatir.
El Kunemon retorciéndose de dolor de muy buenas maneras contesto a mis preguntas –Las encontré en unas zonas rocosas- con su mirada me indico el lugar, el cual por suerte estaba en la zona que no había revisado aun. Un leve sonrisa se me dibujo en el rostro, pero el Kunemon estaba tan concentrado en mantenerse consiente que no la pudo notar –y…y la chica es una humana común, viste ropas de humana, habla como humana y no parecía tener ningún acompañante digimon, pero… no pude verla bien ya que me concentre en huir con el botín- dijo con un poco de dificultad el Kunemon.
Amablemente le di las gracias por darme una información tan útil –Agradezco de todo corazón que me revelaras dicha información y como lo prometido es deuda puedes irte a descansar… ¡A la ciudad del inicio!- mis garras se cernieron sobre el cuerpo del digimon perforándolo, inmediatamente su cuerpo se transformó en datos y desapareció dejando las tres botellas de agua intactas -!Jackpot! Tenemos premio- me agache y recogí las res botellas guardándolas en mi mochila, luego de aquello revise que no hubiera nadie a la vista y me dirigí hacia la zona indicada por el Kunemon.
Fue un cambio sustancial aunque no agradable, lejos de dejar un paramo casi desolado este lugar de ahora era la solidificaion de la arena utilizada para edificar grandes construcciones llamadas pirámides -tch!! Nunca entenderé la recreación del mundo humano en el nuestro- pese a ello aquellas construcciones poseían jeroglíficos en el idioma digital -¡ja! Que idioma tan sencillo- traducirlo era realmente demasiado fácil. Con cuidado de no encontrarme con aquella humana comencé a revisar uno por uno las escrituras del lugar. Entre tanto dato basura pude hallar unas inscripciones con las siguientes palabras: “Si el conocimiento oculto deseas encontrar, más allá de la vida debes buscar” –mmm más allá de la vida… esto se parece al Egipto humano…entonces…- mientras buscaba el sitio de la entraba me halle en un pasadizo cuyo objeto más destacable era un gran sarcófago.
-¡Eso es, ahí está la entrada!- rápidamente corrí hacia él y usando mis fuerzas comencé a remover la tapa, al principio no cedió ni siquiera un milímetro lo que me hizo proferir unas cuantas maldiciones, luego con un esfuerzo mayor la pesada loza se arrastró hasta caer a un lado no sin estés causar un gran estruendo que despertaría hasta a los muertos de su sueño eterno.
El interior del sarcófago estaba demasiado oscuro incluso para mis ojos, por lo que echando mano de mi mochila saque una pequeña lámpara de aceite ¿Por qué de aceite? Incluso teniendo una más moderna encontraba que esta era ideal para la ocasión. Apunte la luz de esta al interior del sarcófago y en vez de un cuerpo momificado unas escaleras que descendían se podían ver –parece que encontré la entrada a la biblioteca o a mi muerte, bueno da igual…- siendo un digimon la muerte era lo que menos me importaba. Tome unas especies de barritas luminosas y las lance al interior de aquellas escaleras y sin esperar que estas me mostraran todo el camino me interne en esta y comencé el descenso.
Ethrios
Re: La Biblioteca subterránea del Desierto (Priv.Ethrios)
No me encontraba muy lejos de las pirámides que había pasado anteriormente, no estaba muy segura de que era lo que buscaba en realidad. Sabía que simplemente estaba buscando una puerta, pero realmente comenzaba a dudar que ese era mi objetivo.
De un momento a otro comencé a sentirme un tanto cansada, el calor que estaba rodeando toda esta zona me daba mas y mas cansancio, ya que había estado caminando por varios días. Comenzaba a pensar si valía la pena el esfuerzo que estaba haciendo.
Sacando de mi bolso, tome mi Digivice mirando de cerca lo que era la pequeña pantalla que en este se veía. Podía observarse la estatuilla que con anterioridad había obtenido cuando recién había llegado al Digimundo. Solté un gran suspiro recordando las palabras que la vieja Babamon había dicho sobre los Spirit que
tenían conexión conmigo…
´´…El poder del espíritu te escoge a ti, por tu valor, por tu esencia y mas importante aun, por tu corazón, el espíritu del zorro que tienes en tus manos te brindara el poder cuando tu lo necesites, pero recuerda, una vez tengas acceso a ese poder no podrás controlarlo completamente, así que vagaras como un Digimon y volverás a tu forma humana cuando tu y el espíritu sean uno mismo…’’
Las palabras de esa vieja bruja Digimon comenzaban a retumbar en mi mente, no estaba segura si este sería el momento en que debería activar tal poder. Mire detenidamente mi Digivice –Se que podría ser mas fácil vagar por el Digimundo como un Digimon, pero, no es el momento aun- Cerré mis ojos por unos cuantos segundos para después guardar nuevamente el Digivice en mi bolso.
Mientras caminaba por la arena suelta un gran temblor retumbo por todo el suelo –¡Que esta pasando!- Dije un tanto sorprendía, pensaba que me encontraba sola ya que no había visto a otros Digimon por todo el lugar.
La arena comenzó a moverse, como si algo comenzaba a succionar desde el subsuelo. Comencé a correr nuevamente en la dirección que antes había recorrido intentando escapar del agujero que comenzaba a tragar las grandes rocas y las pirámides del lugar. Parecía como todo se comenzaba a derrumbar, si bien era algo predecible, todo lo que se encontraba en esta zona era antiguo y fácilmente podría desvanecerse.
Mientras corría, pase nuevamente por el pasadillo que antes había visto, pero algo había cambiado. El sarcófago que se encontraba al final de este estaba abierto y unas pequeñas huellas parecían terminar en su interior, como si alguien hubiera entrado –Supongo que esto fue lo que causo que la tierra se moviera de esa forma- Los bordes del sarcófago pintaban un aura oscura y un tanto extraña que se emanaba desde el interior –Aquí debe ser- Dije mientras miraba el mapa.
Solté un gran suspiro mientras cerraba mis puños –Muy bien, allá vamos- Lleve mis pasos dentro del sarcófago. Una vez dentro, la tapa se levanto como arte de magia sellando la salida –Creo que no hay vuelta atrás, que pesadilla- Mi voz se notaba algo molesta por encontrarme ahora encerrada, pero si bien me encontraba en lo que era la entrada de la biblioteca.
Todo se encontraba oscuro, no se podía ver nada y no podía ni si quiera comenzar avanzando en línea recta –No debo moverme, puedo activar alguna trampa. Si esto es como las cámaras de las antiguar pirámides de Egipto, esto debe estar repleto de trampas, deberé ser cuidadosa- Muchos decían que era una chica inteligente y me las arreglaba para salir de mis propios embrollos, pero en esta ocasión no tenía nada en mente, me encontraba completamente en blanco y sin alguna idea, esperando que algo extraordinario sucediera…
De un momento a otro comencé a sentirme un tanto cansada, el calor que estaba rodeando toda esta zona me daba mas y mas cansancio, ya que había estado caminando por varios días. Comenzaba a pensar si valía la pena el esfuerzo que estaba haciendo.
Sacando de mi bolso, tome mi Digivice mirando de cerca lo que era la pequeña pantalla que en este se veía. Podía observarse la estatuilla que con anterioridad había obtenido cuando recién había llegado al Digimundo. Solté un gran suspiro recordando las palabras que la vieja Babamon había dicho sobre los Spirit que
tenían conexión conmigo…
´´…El poder del espíritu te escoge a ti, por tu valor, por tu esencia y mas importante aun, por tu corazón, el espíritu del zorro que tienes en tus manos te brindara el poder cuando tu lo necesites, pero recuerda, una vez tengas acceso a ese poder no podrás controlarlo completamente, así que vagaras como un Digimon y volverás a tu forma humana cuando tu y el espíritu sean uno mismo…’’
Las palabras de esa vieja bruja Digimon comenzaban a retumbar en mi mente, no estaba segura si este sería el momento en que debería activar tal poder. Mire detenidamente mi Digivice –Se que podría ser mas fácil vagar por el Digimundo como un Digimon, pero, no es el momento aun- Cerré mis ojos por unos cuantos segundos para después guardar nuevamente el Digivice en mi bolso.
Mientras caminaba por la arena suelta un gran temblor retumbo por todo el suelo –¡Que esta pasando!- Dije un tanto sorprendía, pensaba que me encontraba sola ya que no había visto a otros Digimon por todo el lugar.
La arena comenzó a moverse, como si algo comenzaba a succionar desde el subsuelo. Comencé a correr nuevamente en la dirección que antes había recorrido intentando escapar del agujero que comenzaba a tragar las grandes rocas y las pirámides del lugar. Parecía como todo se comenzaba a derrumbar, si bien era algo predecible, todo lo que se encontraba en esta zona era antiguo y fácilmente podría desvanecerse.
Mientras corría, pase nuevamente por el pasadillo que antes había visto, pero algo había cambiado. El sarcófago que se encontraba al final de este estaba abierto y unas pequeñas huellas parecían terminar en su interior, como si alguien hubiera entrado –Supongo que esto fue lo que causo que la tierra se moviera de esa forma- Los bordes del sarcófago pintaban un aura oscura y un tanto extraña que se emanaba desde el interior –Aquí debe ser- Dije mientras miraba el mapa.
Solté un gran suspiro mientras cerraba mis puños –Muy bien, allá vamos- Lleve mis pasos dentro del sarcófago. Una vez dentro, la tapa se levanto como arte de magia sellando la salida –Creo que no hay vuelta atrás, que pesadilla- Mi voz se notaba algo molesta por encontrarme ahora encerrada, pero si bien me encontraba en lo que era la entrada de la biblioteca.
Todo se encontraba oscuro, no se podía ver nada y no podía ni si quiera comenzar avanzando en línea recta –No debo moverme, puedo activar alguna trampa. Si esto es como las cámaras de las antiguar pirámides de Egipto, esto debe estar repleto de trampas, deberé ser cuidadosa- Muchos decían que era una chica inteligente y me las arreglaba para salir de mis propios embrollos, pero en esta ocasión no tenía nada en mente, me encontraba completamente en blanco y sin alguna idea, esperando que algo extraordinario sucediera…
Re: La Biblioteca subterránea del Desierto (Priv.Ethrios)
Pasaron algunos segundos desde mi ingreso al interior de aquel sarcófago, momento en el cual a mis espaldas se escuchó un gran retumbar indicando que la tapa se había sellado, ya que la intensidad de la luz disminuyo –Lo normal, se ha sellado la entrada y el único camino que queda es el de bajada- al entrar una infinidad de veces en lugares parecidos; uno ya casi no se sorprendía con estas situaciones, es más según mi conocimiento en breve deberían empezar a activarse las trampas, algunas solo para distraer y otras mortales.
Cada tramo recorrido me internaba más en lo que parecía ser el sub suelo, gracias al brillo de la lámpara de aceite podía apreciar los detalles grabados en las pareces, mezcla de escritura digital y dibujos cuyo significado estaba lejos de mi interés – Si tuvieron tanto tiempo como para hacer estas cosas, bien pudieron hacer una bajada más agradable- las escaleras a mis pies se veían desgastadas y en algunas ocasiones fue necesario saltarla ya que faltaban uno o dos peldaños, si uno no se fijaba y daba un paso en falso terminaría rodando hasta llegar a la base de estar. Lo que podía ser rápido pero muy doloroso.
Una cosa que note en mi camino al final de las escaleras es que a los lados cada cierto tramo se podía apreciar unos espacios vacíos, cuya anchura y profundidad tenían la medida exacta para que una persona o digimon pudieran esconderse, apoye mi pie en el siguiente escalón -¡Eh!- sentí como mi pie se hundió haciendo que perdiera el equilibrio levemente y soltando mi lámpara la cual comenzó a rodar por la escalera. La lámpara comenzó a realizar movimientos irregulares dando saltos de vez en cuando y para mi buena suerte esta pareció tener ganas de impactar unas especies de placas elevadas.
-¡Trampas!- Frente a mí un montón de mecanismos comenzaron a activarse y de inmediato comenzaron a saltar las defensas del lugar; lanzas de metal aparecieron de las paredes saliendo y entrando a en sus agujeros; placas pesadas de piedra caían aplastando todo lo que estuviera bajo ellas, flechas volaban en direcciones random y quizás que otra cosa más habían en donde no se veía.
-Por suerte solo son en bajada...- mirando hacia atrás todo estaba en calma por lo que me di la vuelta y en el momento que comenzaba mi camino de regreso en busca de un atajo se escuchó un clic. La bendita lámpara había activado la última trampa, a la distancia y en dirección de la entrada se escuchó como cayo un gran objeto, el ruido se repitió, no eran ni dos; fue una sucesión de cinco objetos cayendo los que parecía que comenzaban a bajar. Rápidamente corrí en dirección a uno de los espacios libres en la pared y me coloque allí esperando que fuera lo suficiente para no salir lastimado, no deseaba morir tan pronto.
Cada tramo recorrido me internaba más en lo que parecía ser el sub suelo, gracias al brillo de la lámpara de aceite podía apreciar los detalles grabados en las pareces, mezcla de escritura digital y dibujos cuyo significado estaba lejos de mi interés – Si tuvieron tanto tiempo como para hacer estas cosas, bien pudieron hacer una bajada más agradable- las escaleras a mis pies se veían desgastadas y en algunas ocasiones fue necesario saltarla ya que faltaban uno o dos peldaños, si uno no se fijaba y daba un paso en falso terminaría rodando hasta llegar a la base de estar. Lo que podía ser rápido pero muy doloroso.
Una cosa que note en mi camino al final de las escaleras es que a los lados cada cierto tramo se podía apreciar unos espacios vacíos, cuya anchura y profundidad tenían la medida exacta para que una persona o digimon pudieran esconderse, apoye mi pie en el siguiente escalón -¡Eh!- sentí como mi pie se hundió haciendo que perdiera el equilibrio levemente y soltando mi lámpara la cual comenzó a rodar por la escalera. La lámpara comenzó a realizar movimientos irregulares dando saltos de vez en cuando y para mi buena suerte esta pareció tener ganas de impactar unas especies de placas elevadas.
-¡Trampas!- Frente a mí un montón de mecanismos comenzaron a activarse y de inmediato comenzaron a saltar las defensas del lugar; lanzas de metal aparecieron de las paredes saliendo y entrando a en sus agujeros; placas pesadas de piedra caían aplastando todo lo que estuviera bajo ellas, flechas volaban en direcciones random y quizás que otra cosa más habían en donde no se veía.
-Por suerte solo son en bajada...- mirando hacia atrás todo estaba en calma por lo que me di la vuelta y en el momento que comenzaba mi camino de regreso en busca de un atajo se escuchó un clic. La bendita lámpara había activado la última trampa, a la distancia y en dirección de la entrada se escuchó como cayo un gran objeto, el ruido se repitió, no eran ni dos; fue una sucesión de cinco objetos cayendo los que parecía que comenzaban a bajar. Rápidamente corrí en dirección a uno de los espacios libres en la pared y me coloque allí esperando que fuera lo suficiente para no salir lastimado, no deseaba morir tan pronto.
Ethrios
Re: La Biblioteca subterránea del Desierto (Priv.Ethrios)
Sentada por unos cuantos instantes pensando en que hacer para comenzar avanzando hacía el interior de la cámara oscura, decidí el levantarme y mirar a mi alrededor, aunque no pudiera ver nada, todo era completa oscuridad.
De mi bolso comenzó a salir un pequeño destello de luz, tal parecía que algo había hecho reaccionar a mi Digivice, ya que inusualmente este hacia ese tipo de cosas. Tome el Digivice en mis manos –Y ahora que sucede, nunca antes te había visto actuar de esta manera- Dije para mi misma y en voz baja.
En la pequeña pantalla se hallaba lo que parecía ser un Digimon, no sabía muy bien de quien se trataba pero era muy parecido a la estatuilla que antes ocupaba ese lugar –¿Tu…Tu eres el espíritu del Digispirit?- Pregunte sin saber si este me respondería o no, simplemente fue pura inercia. A lo que me sorprendió ver como el Digimon asentía con la cabeza –¿Puedes entenderme?- Me impresioné un poco ya que siempre pensé que el Digivice no haría nada fuera de lo común.
Antes de que pudiera ver si el Digimon respondiera mi ultima cuestión, comenzó a salir ahora un gran destello del Digivice alumbrándome completamente un tercio de la habitación. Esta parecía que tuviera tallado en las paredes letras, dibujos y unos cuantos jeroglíficos.
Algo llamó mi atención, un dibujo en la pared parecía mostrar algo poco común. La figura era de un humano tocando una parte del suelo sobre el que estaba parada, como una especie de interruptor, al parecer era un botón que abría un pequeño panel debajo del suelo.
Busque el interruptor topándome con un pedazo de piedra que al presionarla, un cuadro sobre el que estaba parada se abrió de repente haciéndome caer al interior. La caída no había sido muy dura puesto que no era tanta la altura.
Ahora me encontraba debajo de lo que parecía ser el pasadillo superior, otra cosa inusual era que se podía ver como si se tratara de un vidrio completamente transparente. Todo el pasillo estaba iluminado por antorchas con fuego, algo distinto al superior.
Analicé un poco la situación –Ahora entiendo todo, que fácil, siempre que alguien entra no presta atención al inicio y en este caso ahí es donde se encuentra una de las salidas- Mire hacía arriba viendo como otro ser extraño caminaba sobre mi un poco mas adelante. Comencé a correr para alcanzar al Digimon, quizá este sabría a donde dirigirse o quizá no…
Todo parecía que desde arriba no se podría notar el pasadillo secreto –Así es como se pueden evitar todas las trampas de la entrada eh. Que buena jugada poner un panel en la entrada- Solté un gran suspiro aliviada de no tener que lidiar con todas esas cosas –Ahora espero que ese pequeñín no salga herido- Continuaba mirando hacía el techo siguiendo los pasos desde debajo de aquel Digimon con forma de diablillo, el cual evitaba todas las trampas con gran agilidad.
Mientras caminaba siguiendo lo que restaba del pasillo, mire nuevamente mi Digivice, ya no se encontraba el Digimon de antes, ahora era una simple estatuilla –Creo que debo agradecerte- Sonreí levemente para continuar caminando.
Llegue a un punto donde me encontraba con una puerta de piedra un tanto pesada para abrirla –Quizá es aquí donde te perderé el paso- El panel de cristal superior se terminaba una vez entrando por la puerta, ahora simplemente debía intentar abrir y pasar a la siguiente cámara.
De mi bolso comenzó a salir un pequeño destello de luz, tal parecía que algo había hecho reaccionar a mi Digivice, ya que inusualmente este hacia ese tipo de cosas. Tome el Digivice en mis manos –Y ahora que sucede, nunca antes te había visto actuar de esta manera- Dije para mi misma y en voz baja.
En la pequeña pantalla se hallaba lo que parecía ser un Digimon, no sabía muy bien de quien se trataba pero era muy parecido a la estatuilla que antes ocupaba ese lugar –¿Tu…Tu eres el espíritu del Digispirit?- Pregunte sin saber si este me respondería o no, simplemente fue pura inercia. A lo que me sorprendió ver como el Digimon asentía con la cabeza –¿Puedes entenderme?- Me impresioné un poco ya que siempre pensé que el Digivice no haría nada fuera de lo común.
Antes de que pudiera ver si el Digimon respondiera mi ultima cuestión, comenzó a salir ahora un gran destello del Digivice alumbrándome completamente un tercio de la habitación. Esta parecía que tuviera tallado en las paredes letras, dibujos y unos cuantos jeroglíficos.
Algo llamó mi atención, un dibujo en la pared parecía mostrar algo poco común. La figura era de un humano tocando una parte del suelo sobre el que estaba parada, como una especie de interruptor, al parecer era un botón que abría un pequeño panel debajo del suelo.
Busque el interruptor topándome con un pedazo de piedra que al presionarla, un cuadro sobre el que estaba parada se abrió de repente haciéndome caer al interior. La caída no había sido muy dura puesto que no era tanta la altura.
Ahora me encontraba debajo de lo que parecía ser el pasadillo superior, otra cosa inusual era que se podía ver como si se tratara de un vidrio completamente transparente. Todo el pasillo estaba iluminado por antorchas con fuego, algo distinto al superior.
Analicé un poco la situación –Ahora entiendo todo, que fácil, siempre que alguien entra no presta atención al inicio y en este caso ahí es donde se encuentra una de las salidas- Mire hacía arriba viendo como otro ser extraño caminaba sobre mi un poco mas adelante. Comencé a correr para alcanzar al Digimon, quizá este sabría a donde dirigirse o quizá no…
Todo parecía que desde arriba no se podría notar el pasadillo secreto –Así es como se pueden evitar todas las trampas de la entrada eh. Que buena jugada poner un panel en la entrada- Solté un gran suspiro aliviada de no tener que lidiar con todas esas cosas –Ahora espero que ese pequeñín no salga herido- Continuaba mirando hacía el techo siguiendo los pasos desde debajo de aquel Digimon con forma de diablillo, el cual evitaba todas las trampas con gran agilidad.
Mientras caminaba siguiendo lo que restaba del pasillo, mire nuevamente mi Digivice, ya no se encontraba el Digimon de antes, ahora era una simple estatuilla –Creo que debo agradecerte- Sonreí levemente para continuar caminando.
Llegue a un punto donde me encontraba con una puerta de piedra un tanto pesada para abrirla –Quizá es aquí donde te perderé el paso- El panel de cristal superior se terminaba una vez entrando por la puerta, ahora simplemente debía intentar abrir y pasar a la siguiente cámara.
Re: La Biblioteca subterránea del Desierto (Priv.Ethrios)
El sonido se iba acrecentando y de acuerdo a las vibraciones generadas por estos cuerpos en movimiento, estaba claro que aquellas cuatro rocas estaban a punto de llegar donde me encontraba, yo no pensaba dejar que pasaran así como así, si ellos con tanto esmero habían colocado algunas trampas porque no usarlas en mi favor –Por el sonido tardaran alrededor de diez segundos- podía estar equivocado pero tome en cuenta un margen de error sobre dos segundos para tener un mejor tiempo estimado.
-¡¡1..2..3.. Ahora!!- acumule un poco de energía en mi mano la cual se volvió de un color blanco y de aspecto gélido, esta era una de mis habilidades de hielo ideales para congelar. Con un suave movimiento la arroje a uno de los peldaños creando una leve inclinación, la cual pese a su tamaño era muy resistente.
Cuando las rocas empezaron a llegar pude ver que en vez de seguir su camino hacia abajo tomaron rutas erráticas, la primera impacto contra una gran cantidad de trampas destrozándolas y esparciendo restos por doquier; la segunda simplemente continuo avanzando, pero no mucho ya que inmediatamente la tercera se impactó con la que le antecedía rompiéndose en miles de pedazos y la última, bueno esta fue la de la suerte; por toda la cantidad de escombros y mi pequeña plataforma de hielo esta se impactó a un costado de la pared abriendo un camino en descenso lo que parecía más una resbaladera rustica que otra cosa.
-¡Oh! Vaya un nuevo atajo y yo que no tenía ganas de caminar- sin pensármelo dos veces salte al interior de esa cueva y con la ayuda de mis pies me deslice por la superficie , se podía decir que el paseo era casi divertido de no ser por el hecho de tener que usar mi propio cuerpo, bueno parte de el cómo deslizador..
Un camino recto, seguido de unas cuantas vueltas intercaladas me termino conduciendo hacia una luz intensa. Instintivamente cubrí mis ojos ante tal brillo intenso lo que vi luego de abrirlos era un cuarto completamente diferente a lo anterior. Ante mi había un inmenso cuarto cubierto completamente por oro; habían estatuas de oro; adornos del mismo material. Prácticamente no había nada a excepción mía que no fuera oro. –Claramente es una trampa- de seguro cualquier cosa que tomara activaría una trampa lo que conllevaría a una situación peligrosa, pero ya me encontraba un poco cansado por lo que simplemente busque un lugar lo más alejado de los objetos y deje caer mi cuerpo, de mi mochila tome una botella de agua y unos cuantos bocadillos comenzando a comer para recuperar un poco de fuerzas.
-¡¡1..2..3.. Ahora!!- acumule un poco de energía en mi mano la cual se volvió de un color blanco y de aspecto gélido, esta era una de mis habilidades de hielo ideales para congelar. Con un suave movimiento la arroje a uno de los peldaños creando una leve inclinación, la cual pese a su tamaño era muy resistente.
Cuando las rocas empezaron a llegar pude ver que en vez de seguir su camino hacia abajo tomaron rutas erráticas, la primera impacto contra una gran cantidad de trampas destrozándolas y esparciendo restos por doquier; la segunda simplemente continuo avanzando, pero no mucho ya que inmediatamente la tercera se impactó con la que le antecedía rompiéndose en miles de pedazos y la última, bueno esta fue la de la suerte; por toda la cantidad de escombros y mi pequeña plataforma de hielo esta se impactó a un costado de la pared abriendo un camino en descenso lo que parecía más una resbaladera rustica que otra cosa.
-¡Oh! Vaya un nuevo atajo y yo que no tenía ganas de caminar- sin pensármelo dos veces salte al interior de esa cueva y con la ayuda de mis pies me deslice por la superficie , se podía decir que el paseo era casi divertido de no ser por el hecho de tener que usar mi propio cuerpo, bueno parte de el cómo deslizador..
Un camino recto, seguido de unas cuantas vueltas intercaladas me termino conduciendo hacia una luz intensa. Instintivamente cubrí mis ojos ante tal brillo intenso lo que vi luego de abrirlos era un cuarto completamente diferente a lo anterior. Ante mi había un inmenso cuarto cubierto completamente por oro; habían estatuas de oro; adornos del mismo material. Prácticamente no había nada a excepción mía que no fuera oro. –Claramente es una trampa- de seguro cualquier cosa que tomara activaría una trampa lo que conllevaría a una situación peligrosa, pero ya me encontraba un poco cansado por lo que simplemente busque un lugar lo más alejado de los objetos y deje caer mi cuerpo, de mi mochila tome una botella de agua y unos cuantos bocadillos comenzando a comer para recuperar un poco de fuerzas.
Ethrios
Re: La Biblioteca subterránea del Desierto (Priv.Ethrios)
Habiendo cruzado el pasadizo termine por entrar en una cámara completamente diferente. Toda la estructura de lo que ya antes había visto hasta llegar a este punto eran cimientos completamente estructurados con arena, piedra y otros materiales naturales propiamente del mismo desloado desierto.
Miraba las paredes laterales mientras la extraña puerta al otro extremo de la cámara alumbraba por completo la habitación –Pareciera como si estos tallados fueran contando historias, pero bueno no estoy aquí para cuentos… Donde estará la biblioteca- Deje salir un gran suspiro mientras continuaba caminando.
El piso se encontraba bañado en arena suelta que impedía ver sobre los grabados que pisaba. Sin darme cuenta, apoye mi pie en el siguiente paso, inmediatamente parecía como se sumía un interruptor. Estaba segura que cualquier interruptor escondido significaba ser algo malo y mas en esta especie de cámaras diseñadas para ocultar algo importante.
El piso comenzó a caer a pedazos cuadrados dejando unos cuantos que se encontraban sobre delgados pilares de piedra –Demonios- Rápidamente comencé a moverme un tanto mas aprisa dando unos cuantos saltos en los trozos que iban cayendo de suelo –Si caigo a eso seguro quedare frita- Mi concentración estaba principalmente en cada paso y salto que daba manteniendome calmada ante la situación. Analizaba cada eslabón para no pisar alguno lo suficientemente frágil como para romperse.
Finalmente pude cruzar la cámara ilesa, pero todo el brincoteo me había dejado exhausta. Busque en mi bolso una botella de agua. Desgraciadamente solo me quedaba un sorbo de liquido, ya que el Digimon que me robo las botellas de agua antes de entrar había huido con el resto –Que suerte tienes Leyla- Bufé molesta para continuar el camino.
Delante de mi se apreciaba un gran brillo un tanto cegador. Por un momento y mientras entraba cubrí mis ojos mientras la luz disminuía a cada paso que daba.
Me asombré al ver delante de mi una gran cantidad de oro, joyas y todo objeto de incontable valor –Valla he conseguido el premio mayor- Bromé mientras bajaba unas escaleras de piedra. Detrás mío se azotaba dejando caer una gran lapida que sellaba la puerta por la cual había entrado levantando un poco de polvo–Que predecible, ya no hay vuelta atrás- Me cruce de brazos mientras me disponía a pasearme por el lugar apreciando las cosas brillantes que se encontraban por todo alrededor.
No me interesaba en nada todo el oro y las joyas, simplemente necesitaba llegar al lugar que buscaba desde un principio. Buscaba con la mirada otra puerta, necesitaba continuar, no tenía ni tiempo para descansar, sabía que si encontraba al Digimon guardián de la biblioteca seguramente mas que agua podría conseguir.
Mientras caminaba buscando la siguiente habitación, a lo lejos pude ver una figurilla un tanto familiar –¿Podrá ser el Digimon que vi anteriormente?- Me pregunté a mi misma en voz baja mientras me acercaba un poco mas hacia la dirección donde se encontraba intentando hacer que no se percatara de mi presencia, si bien no sabía que clase de Digimon era.
Últimamente me había topado con Digimon agresivos y poco amigables, esperaba que este fuera la excepción…
Miraba las paredes laterales mientras la extraña puerta al otro extremo de la cámara alumbraba por completo la habitación –Pareciera como si estos tallados fueran contando historias, pero bueno no estoy aquí para cuentos… Donde estará la biblioteca- Deje salir un gran suspiro mientras continuaba caminando.
El piso se encontraba bañado en arena suelta que impedía ver sobre los grabados que pisaba. Sin darme cuenta, apoye mi pie en el siguiente paso, inmediatamente parecía como se sumía un interruptor. Estaba segura que cualquier interruptor escondido significaba ser algo malo y mas en esta especie de cámaras diseñadas para ocultar algo importante.
El piso comenzó a caer a pedazos cuadrados dejando unos cuantos que se encontraban sobre delgados pilares de piedra –Demonios- Rápidamente comencé a moverme un tanto mas aprisa dando unos cuantos saltos en los trozos que iban cayendo de suelo –Si caigo a eso seguro quedare frita- Mi concentración estaba principalmente en cada paso y salto que daba manteniendome calmada ante la situación. Analizaba cada eslabón para no pisar alguno lo suficientemente frágil como para romperse.
Finalmente pude cruzar la cámara ilesa, pero todo el brincoteo me había dejado exhausta. Busque en mi bolso una botella de agua. Desgraciadamente solo me quedaba un sorbo de liquido, ya que el Digimon que me robo las botellas de agua antes de entrar había huido con el resto –Que suerte tienes Leyla- Bufé molesta para continuar el camino.
Delante de mi se apreciaba un gran brillo un tanto cegador. Por un momento y mientras entraba cubrí mis ojos mientras la luz disminuía a cada paso que daba.
Me asombré al ver delante de mi una gran cantidad de oro, joyas y todo objeto de incontable valor –Valla he conseguido el premio mayor- Bromé mientras bajaba unas escaleras de piedra. Detrás mío se azotaba dejando caer una gran lapida que sellaba la puerta por la cual había entrado levantando un poco de polvo–Que predecible, ya no hay vuelta atrás- Me cruce de brazos mientras me disponía a pasearme por el lugar apreciando las cosas brillantes que se encontraban por todo alrededor.
No me interesaba en nada todo el oro y las joyas, simplemente necesitaba llegar al lugar que buscaba desde un principio. Buscaba con la mirada otra puerta, necesitaba continuar, no tenía ni tiempo para descansar, sabía que si encontraba al Digimon guardián de la biblioteca seguramente mas que agua podría conseguir.
Mientras caminaba buscando la siguiente habitación, a lo lejos pude ver una figurilla un tanto familiar –¿Podrá ser el Digimon que vi anteriormente?- Me pregunté a mi misma en voz baja mientras me acercaba un poco mas hacia la dirección donde se encontraba intentando hacer que no se percatara de mi presencia, si bien no sabía que clase de Digimon era.
Últimamente me había topado con Digimon agresivos y poco amigables, esperaba que este fuera la excepción…
Re: La Biblioteca subterránea del Desierto (Priv.Ethrios)
Pese que a simple vista se viera como si me encontrara ensimismado en mi labor realmente prestaba atención a todo lo que ocurría en mis alrededores, no tenía planeado ni ser emboscado ni caer en una trampa por culpa de la poca atención. Todo en este cuarto podía convertirse en una terrible trampa mortal y aunque como digimon yo tenía la opción de continuar viviendo, pasar tiempo en mi etapa bebe era algo que no desea experimentar nuevamente en algún tiempo. – Ya debería encontrarme cerca de mi objetivo o por lo menos me faltara menos camino...- mordí el bocadillo mientras me daba cuenta de aquel hecho, estaba claro que mientras me adentrara en la biblioteca más difíciles se harían las trampas.
Mientras discutía conmigo mismo pude escuchar el leve movimiento creado por unos pasos, algo se estaba acercando hacia donde me encontraba –“parece que el primer enemigo ha aparecido”- aquel pensamiento fue la señal de partida para pensar en una contra medida para aquel ser fuera enemigo o no; dentro de los planes estaba la opción de digievolucionar pero claro eso arruinaría todo el trabajo por el que pase estando en esta forma, además quería guardar la energía todo lo posible para si en caso de que se negara el guardián de este lugar a entregarme el conocimiento deseado, le haría ver por la fuerza que ese era un craso error y quien sabe hasta podía hacerle recapacitar mandándolo un tiempo a la ciudad del inicio en lo que yo llamaría unas vacaciones obligatorias no pagadas.
Los pasos parecían seguir acercándose como si incluso pensaran que no me daba cuenta de ellos, eso me daba a entender que el que se acercaba o era un muy mal atacante, o simplemente se trataba de un ser perdido vagando por este laberintico sitio. –“Supongo que tendré que comprobar que clases de intenciones tiene”- tenía que decidir un plan de acción; podía actuar primero y atacarlo aunque si era el guardián eso causaría una gran pelea, también podía esperar a que el actuara para efectuar un acto de legítima defensa, como fuese siempre mantuve mi vista lejos de aquello que se acercaba para que no se percatara que lo había notado.
-“¡Al demonio lo atacare yo!”- mi decisión ya había sido tomada, rápidamente me levante y una bola de fuego se formó en mi mano mientras dejaba caer mis cosas al suelo, levante mi cabeza y cuando estaba a punto de lanzar aquel ataque pude comprobar quien era el que se acercaba.
-Un humano…- de todos los seres posibles que me podía esperar aquí en una de las partes más profundas, ni en un millón de años se me hubiera pasado por la mente que un débil humano estaría aquí y mucho menos uno del sexo femenino, la cual parecía venir de un carnaval con aquellas vestimentas.
No había caso en atacar a una criatura como ella y aunque sabía de la existencia de humanos capaces de transformarse en digimon aquello no me causaba ninguna preocupación. Moviendo ligeramente mi mano deshice la bola de fuego y fue esa misma mano la que lleve a mi cabeza adoptando la forma de la estatua humana conocida como el pensador –“¿ahora que debería hacer?”- lamentablemente mi regla era no atacar humanos y aunque podía ahuyentarla no creo que fuera buena idea en un lugar con tantas trampas –supongo que no queda de otra…- comente en voz baja.
-¡Ey tu humana!- le grite y apunte con una de mis garras –acércate no te hare daño mientras tu no me ataques, además intenta avanzar en línea recta- el punto importante aquí era evitar que ella activara alguna trampa –¡¿quien eres y que haces aquí?!- le pregunte esperando que contestara mis preguntas mientras esperaba que viniera a donde yo me encontraba.
Mientras discutía conmigo mismo pude escuchar el leve movimiento creado por unos pasos, algo se estaba acercando hacia donde me encontraba –“parece que el primer enemigo ha aparecido”- aquel pensamiento fue la señal de partida para pensar en una contra medida para aquel ser fuera enemigo o no; dentro de los planes estaba la opción de digievolucionar pero claro eso arruinaría todo el trabajo por el que pase estando en esta forma, además quería guardar la energía todo lo posible para si en caso de que se negara el guardián de este lugar a entregarme el conocimiento deseado, le haría ver por la fuerza que ese era un craso error y quien sabe hasta podía hacerle recapacitar mandándolo un tiempo a la ciudad del inicio en lo que yo llamaría unas vacaciones obligatorias no pagadas.
Los pasos parecían seguir acercándose como si incluso pensaran que no me daba cuenta de ellos, eso me daba a entender que el que se acercaba o era un muy mal atacante, o simplemente se trataba de un ser perdido vagando por este laberintico sitio. –“Supongo que tendré que comprobar que clases de intenciones tiene”- tenía que decidir un plan de acción; podía actuar primero y atacarlo aunque si era el guardián eso causaría una gran pelea, también podía esperar a que el actuara para efectuar un acto de legítima defensa, como fuese siempre mantuve mi vista lejos de aquello que se acercaba para que no se percatara que lo había notado.
-“¡Al demonio lo atacare yo!”- mi decisión ya había sido tomada, rápidamente me levante y una bola de fuego se formó en mi mano mientras dejaba caer mis cosas al suelo, levante mi cabeza y cuando estaba a punto de lanzar aquel ataque pude comprobar quien era el que se acercaba.
-Un humano…- de todos los seres posibles que me podía esperar aquí en una de las partes más profundas, ni en un millón de años se me hubiera pasado por la mente que un débil humano estaría aquí y mucho menos uno del sexo femenino, la cual parecía venir de un carnaval con aquellas vestimentas.
No había caso en atacar a una criatura como ella y aunque sabía de la existencia de humanos capaces de transformarse en digimon aquello no me causaba ninguna preocupación. Moviendo ligeramente mi mano deshice la bola de fuego y fue esa misma mano la que lleve a mi cabeza adoptando la forma de la estatua humana conocida como el pensador –“¿ahora que debería hacer?”- lamentablemente mi regla era no atacar humanos y aunque podía ahuyentarla no creo que fuera buena idea en un lugar con tantas trampas –supongo que no queda de otra…- comente en voz baja.
-¡Ey tu humana!- le grite y apunte con una de mis garras –acércate no te hare daño mientras tu no me ataques, además intenta avanzar en línea recta- el punto importante aquí era evitar que ella activara alguna trampa –¡¿quien eres y que haces aquí?!- le pregunte esperando que contestara mis preguntas mientras esperaba que viniera a donde yo me encontraba.
Ethrios
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