Conectarse
Últimos temas
Click en los botones para ir a los respectivos temas
El descubrimiento de las ruinas del Monasterio Draco, tallado en lo alto de una desolada montaña en el valle de los dragones, ha despertado un gran interés por todo el Digimundo. Principalmente porque según los tallados de la pared exterior dentro de las ruinas se encuentra un obre mágico que contiene en su interior la data y poder del treceavo Royal Kinght, la cual sera dada a quien reclame dicho objeto. Según la historia grabada en los murales, el obre fue dejado allí por el mismo Royal Kinght en caso de que su poder sea necesario para derrotar al mal que se alce en el futuro...por desgracia semejante premio también a llamado la atención de quienes usarían el poder para sus propias metas egoístas. Por lo que esta aventura ahora se a vuelto una carrera por ver quien consigue el gran premio.
6 meses despues de la ultima carrera, un BanchoLeomon reune al viejo equipo de organizacion para dar un nuevo espectaculo, pero en esta carrera, el misterioso patrocinador ha enviado a un "Aspirante a Campeon" con un extraño y unico Digivice. ¿Que es lo que sucedera a lo largo del evento y como funciona este nuevo digivice?.
¿Quién está en línea?
En total hay 272 usuarios en línea: 0 Registrados, 0 Ocultos y 272 Invitados Ninguno
El record de usuarios en línea fue de 451 durante el Jue Nov 21, 2024 11:02 am
Staff
Los posteadores más activos del mes
No hay usuarios |
Mejores posteadores
Scott Desaster (2239) | ||||
cadejo (2039) | ||||
Roku Ginshô (1249) | ||||
Fuji Raikomaru (1033) | ||||
Sigrun Vinter (1013) | ||||
Kurai (909) | ||||
Diana S. Bennet (844) | ||||
Ed Elric (640) | ||||
Ralian (621) | ||||
Luna Kobayashi (589) |
Creditos
-Skin hecho por Hardrock de The Captain Knows Best.
-Imagenes realizadas por Runari Wildy
y Sigrun Vinter
-Imagenes realizadas por Runari Wildy
y Sigrun Vinter
Me temo, que me convertí en datos [Priv. Hibiki Sanjō]
Página 1 de 2. • Comparte
Página 1 de 2. • 1, 2
Me temo, que me convertí en datos [Priv. Hibiki Sanjō]
ME TEMO, QUE ME CONVERTÍ EN DATOS
—Priv. Hibiki Sanjō
—Priv. Hibiki Sanjō
☀☀☀
Resumiendo: la última vez que estaba despierta, estaba de camino a casa, de noche, entre las estrechas calles que en parte servían perfectamente como caminos más cortos. Los había aprendido para no tener que tardarse media hora en llegar; se entendía, estaría cansada, aburrida y con ganas de volver rápido junto a sus padrastros y poder tomar una ducha... Entonces... ¿Por qué ahora estaba en un campo, al abierto? ¿Por qué había luz? ¿Será que en el corto momento en que le pareció perder el sentido en realidad había pasado más de diez horas y ahora era de nuevo día? No... ¿Quizás había sido raptada por alguien?... Quizás... Pero... ¿Por qué tenía árboles a su alrededor y no calles? Es decir, no, no había forma... Quizás... ¡No! No había forma, no encontraba respuesta lógica a todo eso. Ella, quién amaba las aventuras, pero que también amaba la lógica, simplemente no lo podía aceptar. No podía aceptar estar siendo seguida por un serecillo con alas, un peluche que hablaba, ni que estaba perdida, en quién sabe qué lugar del mundo.
Casi tropezó, los pequeños tacones de sus zapatos no eran los adecuados para estar caminando entre césped, pero siguió avanzando, segura que encontraría una calle... Quizás con un coche podría...
¡Yuki! Allá no encontrarás más que... —Ella ignoró por completo aquella vocecilla dulce, en cambio siguió adelante, segura de que quizás le estuviese intentando engañar.
¡Sí, debía ser eso! ¡Tenía que ser un experimento social! Claramente iba a demostrar que ella no iba a dejarse llevar por la desesperación y creer lo que no podía ser cierto. Echó a un lado un molesto ramo lleno de hojas verdes y pisó lo que parecía ser el final de su engorroso camino.
Cerró los ojos con orgullo ciego en si misma— ¿Ves? ¡Esta es una calle! ¡Ya basta! Exijo que me digan donde están las cámaras... —Cuando abrió de golpe los ojos y miró al frente, lo que vio no fue más que una amplia extensión azul— ¿Una playa? ¡¿En serio?! —Corrió apresurada al frente. ¡Esa era arena! ¡Lo que había delante suya era el mar!
En cualquier otra situación estaría emocionada de ver el mar, pero ahora... Ahora estaba desesperada. En medio del camino se dejó caer al suelo, sentada, totalmente desanimada. ¿Qué era eso? ¿La habían dejado abandonada en una isla? ¿En serio? ¡¿Qué tipo de seres crueles podrían hacerle eso?! Hundió sus dedos en la arena y levantó un puñado de ella. ¿Realmente era eso arena?
Te lo advertí, Yuki. Solo hay una playa aquí —Musitó el pequeño peluche que, sin que ella se diese cuenta se acercó a su lado. Ahora que se fijaba bien en él ¿Eran esas pequeñas garras? ¿Y qué tenía en la cabeza?
Cupimon ¿Cierto? —Él asintió— Seguramente esté soñando. Pellizcame —Lo tomó en brazos, acercándole a su rostro. El digimon la observó con curiosidad, pero hizo lo que le pidió, pellizcó con fuerza su mejilla hasta que Yukari soltó un quejido y volvió a abrir los ojos... ¡Nada! ¡Era todo igual!
Imposible... ¿Dónde estoy? —Ahora, casi del todo segura de que no estaba en uno de aquellos extraños sueños sin sentido, miró hacia delante, hacia el mar— Estás en el mundo digital... ¿Por qué no me crees? —Cupimon levantó su cabeza hacia ella, mirándola con duda. ¿Mundo digital? ¿Quería decir que se había convertido en datos? ¡Eso era imposible!
Casi tropezó, los pequeños tacones de sus zapatos no eran los adecuados para estar caminando entre césped, pero siguió avanzando, segura que encontraría una calle... Quizás con un coche podría...
¡Yuki! Allá no encontrarás más que... —Ella ignoró por completo aquella vocecilla dulce, en cambio siguió adelante, segura de que quizás le estuviese intentando engañar.
¡Sí, debía ser eso! ¡Tenía que ser un experimento social! Claramente iba a demostrar que ella no iba a dejarse llevar por la desesperación y creer lo que no podía ser cierto. Echó a un lado un molesto ramo lleno de hojas verdes y pisó lo que parecía ser el final de su engorroso camino.
Cerró los ojos con orgullo ciego en si misma— ¿Ves? ¡Esta es una calle! ¡Ya basta! Exijo que me digan donde están las cámaras... —Cuando abrió de golpe los ojos y miró al frente, lo que vio no fue más que una amplia extensión azul— ¿Una playa? ¡¿En serio?! —Corrió apresurada al frente. ¡Esa era arena! ¡Lo que había delante suya era el mar!
En cualquier otra situación estaría emocionada de ver el mar, pero ahora... Ahora estaba desesperada. En medio del camino se dejó caer al suelo, sentada, totalmente desanimada. ¿Qué era eso? ¿La habían dejado abandonada en una isla? ¿En serio? ¡¿Qué tipo de seres crueles podrían hacerle eso?! Hundió sus dedos en la arena y levantó un puñado de ella. ¿Realmente era eso arena?
Te lo advertí, Yuki. Solo hay una playa aquí —Musitó el pequeño peluche que, sin que ella se diese cuenta se acercó a su lado. Ahora que se fijaba bien en él ¿Eran esas pequeñas garras? ¿Y qué tenía en la cabeza?
Cupimon ¿Cierto? —Él asintió— Seguramente esté soñando. Pellizcame —Lo tomó en brazos, acercándole a su rostro. El digimon la observó con curiosidad, pero hizo lo que le pidió, pellizcó con fuerza su mejilla hasta que Yukari soltó un quejido y volvió a abrir los ojos... ¡Nada! ¡Era todo igual!
Imposible... ¿Dónde estoy? —Ahora, casi del todo segura de que no estaba en uno de aquellos extraños sueños sin sentido, miró hacia delante, hacia el mar— Estás en el mundo digital... ¿Por qué no me crees? —Cupimon levantó su cabeza hacia ella, mirándola con duda. ¿Mundo digital? ¿Quería decir que se había convertido en datos? ¡Eso era imposible!
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :132Ficha :Cronologia :NPCs :Nivel On Rol :ChampionInventario :
Yukari
Re: Me temo, que me convertí en datos [Priv. Hibiki Sanjō]
Sí, un montón de extrañas cosas habían comenzado a sucederle recientemente al castaño, el rescate a la pelirosada, un viaje marítimo en busca de un tesoro, incluso hace no demasiado había logrado presenciar cómo un ser de luz había destruido la vida de un archipiélago sin verdadero problema... sí, el mundo digital era bastante extenso en todo sentido de la palabra, y aunque el tamer, Hibiki Sanjō, en compañia de su alado amigo y su gatuna compañera se sintiesen en lo más alto del mundo, bien se podía comprobar que claramente aún se trataban de novatos con grandes aires de complejidad, mas con un futuro brillante si se pulian bien al tratarse de diamantes en bruto, pues hasta el momento en poco tiempo el pequeño dragón alcanzaría la etapa Perfect, de por sí ya era bastante fuerte tomando en cuenta su reducido tiempo en el mundo Digital, habían salido de varias oportunidades juntos, y claro, la integración de un nuevo miembro creando la triada, Yumi, aquella Black Tailmon (siendo, secretamente una humana con un Digispirit) que les acompañaba.
—Hibiki... realmente necesitamos unas vacaciones...— Vociferó desde su gran hocico el dragón azul cristalino mientras se sobaba la panza. —¡Tengo hambre!.— Y bien, ¿cuándo era que no tenía hambre Dracomon?, el Digimon observó a su tamer con claro recelo, sabía que tenía comida dentro de aquella mochila que cargaba en su espalda, si tenía comida, ¡debía compartirla!.
—Luego.— Contestó el joven de ojos rojos mientras caminaba por la orilla de aquella playa, luego, soltó un leve suspiro, resignado. —¿Puedes explicarme cómo es que tienes hambre tres cuartos del día?.— Claramente le estaba molestando, aunque era verdad. Ahora, ¿dónde estaba la gata de pelaje oscuro?, reposaba sobre la cabeza de Hibiki, de todos modos no pesaba demasiado. Dracomon se rindió, sabía que no podía luchar contra él aunque realmente lo intentase.
Y ahora bien, ¿qué era lo que hacía aquella triada por una de las tantas playas del Mundo Digital?, claramente no estaban de vacaciones, sin embargo tampoco estaban en una misión, sino que se trataba de su tiempo libre, o mejor llamado tiempo de patrullaje, después de todo hace no demasiado había sido cambiado de división en la Union Saver, además de recibir un ascenso a Sub-Oficial, genial, ¿no?.
—¿Dónde estamos, Hibiki-sama?.— Y acompañas de aquellas palabras sobresalió un sonoro bostezo por parte de la gata la cual por lo mismo se avergonzó levemente, no lo demostró, pero por debajo de su oscuro pelaje un leve sonrojo se apareció, estaba avergonzada, había estado muy relajada sobre la cabeza del tamer.
—La playa, Yumi.— Contestó el castaño con media sonrisa decorando su expresión, Dracomon le observó de reojo, ¿sería que acaso el dragón comenzaba a sentir celos de la relación entre el tamer y la que ahora les acompañaba?, era absurdo, pero posible.
Y así, a la distancia fue que el tamer logró divisar a una... sí, al parecer era una humana, eso ya no le causaba sorpresa, sino lo que le sorprendió un poco fue el pequeño serafín que le acompañaba, ¿sería acaso su compañero Digimon?, tal vez eran novatos o tan solo se encontraba en su fase bebé para no gastar energias, aunque bien comprobado era que estar en la etapa novato tal y como hacía Dracomon no existía un consumo de energia real, es decir, del Digisoul de su tamer. Hibiki junto a los demás mantuvieron su camino en dirección a la rubia, no parecía ser el mejor momento, pero aún así se había arriesgado.
—¿Perdida?.— Preguntó Hibiki mientras extendía su brazo hacia aquella que se mantenía sobre la arena, al tamer le acompañaba una sonrisa jovial que le caracterizaba en casi toda cirscuntancia y lugar, era miembro de la Union Saver y su deber era velar por la seguridad de todo aquel que pisase el Mundo Digital —¿Qué tal tú, pequeño?.— Preguntó esta vez al Cupimon, por otra parte, Yumi y Seiryū (nombres de Black Tailmon y Dracomon correspondientemente) solo se dedicaban a observar el laburo y buena acción del tamer.
Ropa
—Hibiki... realmente necesitamos unas vacaciones...— Vociferó desde su gran hocico el dragón azul cristalino mientras se sobaba la panza. —¡Tengo hambre!.— Y bien, ¿cuándo era que no tenía hambre Dracomon?, el Digimon observó a su tamer con claro recelo, sabía que tenía comida dentro de aquella mochila que cargaba en su espalda, si tenía comida, ¡debía compartirla!.
—Luego.— Contestó el joven de ojos rojos mientras caminaba por la orilla de aquella playa, luego, soltó un leve suspiro, resignado. —¿Puedes explicarme cómo es que tienes hambre tres cuartos del día?.— Claramente le estaba molestando, aunque era verdad. Ahora, ¿dónde estaba la gata de pelaje oscuro?, reposaba sobre la cabeza de Hibiki, de todos modos no pesaba demasiado. Dracomon se rindió, sabía que no podía luchar contra él aunque realmente lo intentase.
Y ahora bien, ¿qué era lo que hacía aquella triada por una de las tantas playas del Mundo Digital?, claramente no estaban de vacaciones, sin embargo tampoco estaban en una misión, sino que se trataba de su tiempo libre, o mejor llamado tiempo de patrullaje, después de todo hace no demasiado había sido cambiado de división en la Union Saver, además de recibir un ascenso a Sub-Oficial, genial, ¿no?.
—¿Dónde estamos, Hibiki-sama?.— Y acompañas de aquellas palabras sobresalió un sonoro bostezo por parte de la gata la cual por lo mismo se avergonzó levemente, no lo demostró, pero por debajo de su oscuro pelaje un leve sonrojo se apareció, estaba avergonzada, había estado muy relajada sobre la cabeza del tamer.
—La playa, Yumi.— Contestó el castaño con media sonrisa decorando su expresión, Dracomon le observó de reojo, ¿sería que acaso el dragón comenzaba a sentir celos de la relación entre el tamer y la que ahora les acompañaba?, era absurdo, pero posible.
Y así, a la distancia fue que el tamer logró divisar a una... sí, al parecer era una humana, eso ya no le causaba sorpresa, sino lo que le sorprendió un poco fue el pequeño serafín que le acompañaba, ¿sería acaso su compañero Digimon?, tal vez eran novatos o tan solo se encontraba en su fase bebé para no gastar energias, aunque bien comprobado era que estar en la etapa novato tal y como hacía Dracomon no existía un consumo de energia real, es decir, del Digisoul de su tamer. Hibiki junto a los demás mantuvieron su camino en dirección a la rubia, no parecía ser el mejor momento, pero aún así se había arriesgado.
—¿Perdida?.— Preguntó Hibiki mientras extendía su brazo hacia aquella que se mantenía sobre la arena, al tamer le acompañaba una sonrisa jovial que le caracterizaba en casi toda cirscuntancia y lugar, era miembro de la Union Saver y su deber era velar por la seguridad de todo aquel que pisase el Mundo Digital —¿Qué tal tú, pequeño?.— Preguntó esta vez al Cupimon, por otra parte, Yumi y Seiryū (nombres de Black Tailmon y Dracomon correspondientemente) solo se dedicaban a observar el laburo y buena acción del tamer.
Ropa
- Tamer & Digimon
- Faltas :Tener ojos rojosPrueba de Rol :¿Pa' qué?Digi Puntos :398Ficha :NPCs :Nivel On Rol :MegaNivel On Rol de los Digi Aliados :Yumi: Beast Spirit
Jōkā: ChampionIcono :Rango y Unidad :Hibiki Sanjō Y Seiryū
Rango: Sub Oficial
División: Olimpo Heros
Unidad/Sub-division: Swords WisdomRango y Unidad Digi Aliado :Yumi Niimura
Rango: Soldado
División: Olimpo Heros
Unidad/Sub-division: Swords WisdomInventario :
Hibiki Sanjō
Re: Me temo, que me convertí en datos [Priv. Hibiki Sanjō]
Bueno, bueno, lo único que tenía que hacer era mirarlo como todo una crítica lo haría: aquella situación, sin duda alguna, era inverosímil. Se habría dedicado horas seguidas encontrando una respuesta lógica, al final simplemente había decidido dejar de lado la posibilidad de haber sido raptada, o de haberse perdido, abandonada en una isla desierta o lo que fuese. De todas formas ¿cómo se iba a explicar la existencia de ese pequeño ser volante que se hacía llamar Cupimon? Cupimon... Cupimon... ¿Acaso su nombre provenía de Cupido? Miró a su pequeño amigo entre sus brazos, curiosa y pensativa. Este, observando el mar no pareció prestar atención a eso, pero tal parecía ser que estaba disfrutando estar en los brazos de su joven Tamer, a pesar de que probablemente ni ella supiese que fuese eso.
Estuvo a punto de preguntar algo, lo primero que se le ocurrió si no fuese porque una voz la sacó de su pensamiento. Parpadeó y levantó su mirada hacia el rostro del joven muchacho de oscuro cabello y ojos rojizos... ¡Oh! ¡Un humano! Por un momento permaneció callada, estudiándolo con minuciosidad. ¡Espera! ¡Llevaba peluches con él! No eran iguales a Cupimon, pero...
¡Bien! —La alegre respuesta de su pequeño compañero la despertó. Parpadeó de nuevo, levantándose repentinamente, casi olvidando que el otro había extendido su mano hacia ella, probablemente para ayudarla a incorporarse, pero, no había forma, estaba totalmente perdida en ese mundo de ensueños. Cupimon agitó un poco sus bracitos, casi como si temiera caer, pero no sucedió.
¿Perdida? ¡No! Quiero decir... Quizás un poco... —Un poco mucho. Desvió ligeramente su rostro a un costado, casi al punto de dibujar un puchero. ¡Ella, Yukari Sakuya ¿Estar perdida?! ¡Imposible! El digimon la observó, levantando su cabeza, después, volviendo a bajarla para mirar al trío, habló él por ella, quién parecía aún tercamente negando la verdad.
Acaba de llegar al mundo digital, pero no quiere creerme. Sigue hablando de "cámaras" y de "coches" —Yukari debía admitir, claramente en sus adentros, que la vocecilla de Cupimon le causaba cierta ternura, pero; eso no impedía el hecho de que le mirase medio descontenta por haber acabado de revelar lo que ella se había encaprichado con no hacerlo.
Consciente pero que estaba actuando de forma inmadura e infantil, suspiró con suavidad, volteando su atención al chico— Cupimon tiene razón... —Admitió en bajo, como si nada pasara si él no la escuchaba— Lo último que recuerdo es que estaba volviendo a casa... Una espesa niebla... Y cuando desperté, estaba aquí, junto con él —Decía algo de Digimons y del Mundo Digital, pero no había forma de que eso realmente existiera ¿Cierto?.
Cupimon por su parte, levantó su atención hacia la oscura gata y seguidamente, hacia el dragón que estaba acompañado al chico y les sonrió. Quizás, pensó Yuka, era como saludar a conocidos, o sonreír a personas... ¿En este caso seres? que de alguna u otra forma, compartían algo con él. Lo cierto fue que, empujada por la curiosidad, imitó los gestos del pequeño ángel blanco. Miró a la gata, al dragón y seguidamente hacia el muchacho que la había saludad.
Estuvo a punto de preguntar algo, lo primero que se le ocurrió si no fuese porque una voz la sacó de su pensamiento. Parpadeó y levantó su mirada hacia el rostro del joven muchacho de oscuro cabello y ojos rojizos... ¡Oh! ¡Un humano! Por un momento permaneció callada, estudiándolo con minuciosidad. ¡Espera! ¡Llevaba peluches con él! No eran iguales a Cupimon, pero...
¡Bien! —La alegre respuesta de su pequeño compañero la despertó. Parpadeó de nuevo, levantándose repentinamente, casi olvidando que el otro había extendido su mano hacia ella, probablemente para ayudarla a incorporarse, pero, no había forma, estaba totalmente perdida en ese mundo de ensueños. Cupimon agitó un poco sus bracitos, casi como si temiera caer, pero no sucedió.
¿Perdida? ¡No! Quiero decir... Quizás un poco... —Un poco mucho. Desvió ligeramente su rostro a un costado, casi al punto de dibujar un puchero. ¡Ella, Yukari Sakuya ¿Estar perdida?! ¡Imposible! El digimon la observó, levantando su cabeza, después, volviendo a bajarla para mirar al trío, habló él por ella, quién parecía aún tercamente negando la verdad.
Acaba de llegar al mundo digital, pero no quiere creerme. Sigue hablando de "cámaras" y de "coches" —Yukari debía admitir, claramente en sus adentros, que la vocecilla de Cupimon le causaba cierta ternura, pero; eso no impedía el hecho de que le mirase medio descontenta por haber acabado de revelar lo que ella se había encaprichado con no hacerlo.
Consciente pero que estaba actuando de forma inmadura e infantil, suspiró con suavidad, volteando su atención al chico— Cupimon tiene razón... —Admitió en bajo, como si nada pasara si él no la escuchaba— Lo último que recuerdo es que estaba volviendo a casa... Una espesa niebla... Y cuando desperté, estaba aquí, junto con él —Decía algo de Digimons y del Mundo Digital, pero no había forma de que eso realmente existiera ¿Cierto?.
Cupimon por su parte, levantó su atención hacia la oscura gata y seguidamente, hacia el dragón que estaba acompañado al chico y les sonrió. Quizás, pensó Yuka, era como saludar a conocidos, o sonreír a personas... ¿En este caso seres? que de alguna u otra forma, compartían algo con él. Lo cierto fue que, empujada por la curiosidad, imitó los gestos del pequeño ángel blanco. Miró a la gata, al dragón y seguidamente hacia el muchacho que la había saludad.
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :132Ficha :Cronologia :NPCs :Nivel On Rol :ChampionInventario :
Yukari
Re: Me temo, que me convertí en datos [Priv. Hibiki Sanjō]
La fugaz respuesta que el pequeño ángel había dado incluso llegó a sorprender al castaño, parecía entusiasmado, alegre, como si hubiese estado esperando a aquella humana durante toda su vida, y de cierta forma el tamer lo comprendía, muchos Digimon sabían de la existencia de su compañero humano incluso estando ya dentro de su Digitama, eso era porque debían de poseer algún lazo, algo que les unía y seguramente ellos aún no lo sabian, mas por su parte, ¿acaso él poseía aquel lazo con Dracomon?, en sí, le había encontrado y elegido cuando este aún se trataba de un Digitama, observó su nacimiento, pero el rápido crecimiento de este ya supondría la existencia de algo más entre ellos dos, eran compañeros, ¡eran los mejores!, ellos lo sabían y se encargarían de algún día hacérselo saber a los demás.
Sí, claramente estaba perdida, su forma de hablar y seguido accionar lo confirmarian, lo más seguro era que no que no quisiera admitirlo, y vamos, claramente no podía culparle de aquello, sin embargo se sentía en la obligación de hacerle abrir los ojos a la realidad en la cual permanecían, pues a pesar de que a él no le costase para nada asimilar lo que sucedía a su alrededor eso no significaba que a otros les sucediese de igual forma, muchos imaginaba que se trataba de un sueño, otros que estaban muertos, ¿qué sucedería realmente por la cabeza de la rubia?.
—Tranquilo, es normal.— Respondió a Cupimon tras oir su testimonio, tal y como el castaño lo había pensado, ella no parecía querer aceptarlo. —¿Niebla?.— Preguntó tras oir el relato de la contraria.
Él, por su parte había sido absorbido por un dispositivo digital y llevado al Mundo Digital, sin embargo el que una niebla llevase a la fémina al Digimundo claramente le alarmó, no quería parecer sorprendido, mucho menos preocupado, por lo que evitó cualquier accionar sospechoso, ya se encargaría luego de hacérselo saber a la central, pues si realmente ahora era una niebla lo que traía a los humanos al Digimundo claramente debía de tratarse de una anomalía, después de todo eso era todo menos normal, el número de personas podía aumentar considerablemente en caso de que el problema perdurase.
Hibiki soltó una leve risilla, sí, los novatos podían ser algo complicados de manejar, pero si se les orientaba de forma correcta podían tener mucho potencial, tal y como a él le había sucedido. Luego apuntó hacia el cielo esperando que ella correspondiese a su señal.
—¿Lo ves?.— Preguntó como si fuese lo más normal del mundo, corrientes de datos recorrian el cielo azul, aunque fuese difícil de digerirlo, claramente se encontraban en un Mundo Digital, aquel no era su hogar natal. —¿Eres su compañero, Cupimon?.— Él debía saberlo, los Digimon tenían un sentido extra cuando se trataba de eso. —¿Dónde está su Digivice?.— Porque claro, ella debía de poseer un Digivice.
El dragón y la gata correspondieron a la sonrisa del querubín, parecía un ser bastante angelical y energético sin tomar en cuenta su especie, sin embargo, detrás de la sonrisa de la gata escondía cierta preocupación, ¿acaso estaría el castaño prestando más atención a la rubia que a ella?, es decir, estaba en todo su derecho, después de todo no había nada que ella pudiese alegar y... sí, claramente Yumi estaba celosa, sin embargo no podía quejarse de nada, porque para empezar, aún ni le había revelado a Hibiki que realmente se trataba de una humana.
—Me llamo Hibiki.— Sí, quizás era un poco tarde para presentaciones, sin embargo no perdía absolutamente nada presentándose ante la incrédula joven que se mantenía frente a él. —Supongo que Cupimon ya lo habrá hecho, pero creo que me corresponde darte la bienvenida.— Volvió a sonreir, no era la primera vez que recibía a algún novato, pero aún así se mantenía jovial y caballeroso. —Bienvenida al Digimon o Mundo Digital, este mundo está rodeado de seres de datos llamados Digimon.— E hizo una pausa, no podía olvidar ese detalle en específico. —Y me temo, que como todos, tú también te has convertido en datos.—
Sí, en un principio podía ser difícil de digerir, pero era la verdad.
Sí, claramente estaba perdida, su forma de hablar y seguido accionar lo confirmarian, lo más seguro era que no que no quisiera admitirlo, y vamos, claramente no podía culparle de aquello, sin embargo se sentía en la obligación de hacerle abrir los ojos a la realidad en la cual permanecían, pues a pesar de que a él no le costase para nada asimilar lo que sucedía a su alrededor eso no significaba que a otros les sucediese de igual forma, muchos imaginaba que se trataba de un sueño, otros que estaban muertos, ¿qué sucedería realmente por la cabeza de la rubia?.
—Tranquilo, es normal.— Respondió a Cupimon tras oir su testimonio, tal y como el castaño lo había pensado, ella no parecía querer aceptarlo. —¿Niebla?.— Preguntó tras oir el relato de la contraria.
Él, por su parte había sido absorbido por un dispositivo digital y llevado al Mundo Digital, sin embargo el que una niebla llevase a la fémina al Digimundo claramente le alarmó, no quería parecer sorprendido, mucho menos preocupado, por lo que evitó cualquier accionar sospechoso, ya se encargaría luego de hacérselo saber a la central, pues si realmente ahora era una niebla lo que traía a los humanos al Digimundo claramente debía de tratarse de una anomalía, después de todo eso era todo menos normal, el número de personas podía aumentar considerablemente en caso de que el problema perdurase.
Hibiki soltó una leve risilla, sí, los novatos podían ser algo complicados de manejar, pero si se les orientaba de forma correcta podían tener mucho potencial, tal y como a él le había sucedido. Luego apuntó hacia el cielo esperando que ella correspondiese a su señal.
—¿Lo ves?.— Preguntó como si fuese lo más normal del mundo, corrientes de datos recorrian el cielo azul, aunque fuese difícil de digerirlo, claramente se encontraban en un Mundo Digital, aquel no era su hogar natal. —¿Eres su compañero, Cupimon?.— Él debía saberlo, los Digimon tenían un sentido extra cuando se trataba de eso. —¿Dónde está su Digivice?.— Porque claro, ella debía de poseer un Digivice.
El dragón y la gata correspondieron a la sonrisa del querubín, parecía un ser bastante angelical y energético sin tomar en cuenta su especie, sin embargo, detrás de la sonrisa de la gata escondía cierta preocupación, ¿acaso estaría el castaño prestando más atención a la rubia que a ella?, es decir, estaba en todo su derecho, después de todo no había nada que ella pudiese alegar y... sí, claramente Yumi estaba celosa, sin embargo no podía quejarse de nada, porque para empezar, aún ni le había revelado a Hibiki que realmente se trataba de una humana.
—Me llamo Hibiki.— Sí, quizás era un poco tarde para presentaciones, sin embargo no perdía absolutamente nada presentándose ante la incrédula joven que se mantenía frente a él. —Supongo que Cupimon ya lo habrá hecho, pero creo que me corresponde darte la bienvenida.— Volvió a sonreir, no era la primera vez que recibía a algún novato, pero aún así se mantenía jovial y caballeroso. —Bienvenida al Digimon o Mundo Digital, este mundo está rodeado de seres de datos llamados Digimon.— E hizo una pausa, no podía olvidar ese detalle en específico. —Y me temo, que como todos, tú también te has convertido en datos.—
Sí, en un principio podía ser difícil de digerir, pero era la verdad.
- Tamer & Digimon
- Faltas :Tener ojos rojosPrueba de Rol :¿Pa' qué?Digi Puntos :398Ficha :NPCs :Nivel On Rol :MegaNivel On Rol de los Digi Aliados :Yumi: Beast Spirit
Jōkā: ChampionIcono :Rango y Unidad :Hibiki Sanjō Y Seiryū
Rango: Sub Oficial
División: Olimpo Heros
Unidad/Sub-division: Swords WisdomRango y Unidad Digi Aliado :Yumi Niimura
Rango: Soldado
División: Olimpo Heros
Unidad/Sub-division: Swords WisdomInventario :
Hibiki Sanjō
Re: Me temo, que me convertí en datos [Priv. Hibiki Sanjō]
Asintieron, ambos, tanto Yukari como Cupimon; solo que por motivos diferentes. Sí, había sido una niebla, seguramente desde entonces le temería a la nieblas, se mantendría lejos de ella por pura precaución. Cupimon en cambio, asintió ante sus palabras de calma, quizás no fuese capaz del todo de entender lo que estaba sucediendo, se estaba solo guiando por sus presentimientos, sabía que eso era lo justo y a pesar de la inquietud de su compañera, él logró seguir adelante con una sonrisa, positiva, agradable y amistosa, casi capaz de darle calma al inquieto corazón de Yukari.
Siguiendo la indicación del misterioso muchacho, ambos levantaron la mirada hacia el cielo. Entrecerró con suavidad sus ojos, intentando ver a que era lo que se estaba refiriendo y entonces, vagamente, logró verlos: datos, era como ver una pantalla que de un momento a otro dejaba de enseñar del todo su imagen y dejaba pequeñas pistas de lo que era en realidad. Entreabrió sus labios, desconcertada ¿Acaso era eso posible de todas formas? Ser transformada en datos como si se tratara de una novela de ficción... ¿Cómo debería de tomarse aquello?
Sí... —Admitió en un suave susurro, casi dudosa de su propia afirmación. Cuando bajó su atención, no pudo hacer más que permanecer en silencio, consciente de que quién parecía entender más de compañeros y Digivices era el pequeño ángel en sus brazos. Ante la primera pregunta el digimon asintió— ¡Sí! Esperé durante mucho, mucho tiempo a que llegara —Un extraño sentimiento la estremeció en internamente. ¿La había esperado durante mucho tiempo? Quizás... Quizás había sido algo cruel con él
Pero, fue ella quién hizo la siguiente pregunta— ¿Digivice? —Cupimon asintió y volteó hacia ella, mirándola hacia arriba, después de todo, seguía siendo sujetado como un muñeco en sus brazos— ¿Recuerdas? Es el objeto extraño que llevabas contigo al llegar ¿Lo recogiste? —Una bombilla pareció encenderse en la cabeza de la Temar, asintió y de su bolsillo sacó un particular aparato, alternando entre rojo y blanco. Se lo extendió hacia Hibiki antes de sonreír, apenada.
Lo siento, fui descortés, no me presenté... Mi nombre es Yukari, encantada, Hibiki —Y entonces, por primera vez desde que pisó aquél extraño mundo, sonrió con honestidad. En el fondo, iba a admitirlo, se sentía más tranquila ahora que estaba con alguien más, de alguna forma, necesitó que otra persona más le asegurara que lo que estaba pisando, no era el mundo real. Así que, bienvenida al mundo digital ¿eh?— Gracias... Supongo que... Puedo hacerme a la idea... De ser datos... —Torció el labio de forma algo cómica.
Cupimon, quién hasta ese momento permaneció callado y pensativo, repentinamente se alejó de los brazos de Yukari, volando como si fuese algo normal a su alrededor antes de parar encima de Hibiki y de la gata oscura— Es verdad, no pude hacerlo cuando saliste corriendo ¡Bienvenida al Digimundo, Yuki! —Pronunció animado. Ese repentino cambio causó que Yukari riera con suavidad, asintiendo con la cabeza.
Entonces... ¿Cupimon es un Digimon? —Alternó su atención del chico al pequeño ángel blanco— ¿Y tus compañeros también? —Miró a la oscura gata, seguidamente, de nuevo hacia el dragón, curiosa. Su compañero digimon en cambio, volvió a moverse, acercándose de nuevo a Yuka hasta sentarse en su cabeza, como si nada, feliz y entretenido a partes iguales.
Siguiendo la indicación del misterioso muchacho, ambos levantaron la mirada hacia el cielo. Entrecerró con suavidad sus ojos, intentando ver a que era lo que se estaba refiriendo y entonces, vagamente, logró verlos: datos, era como ver una pantalla que de un momento a otro dejaba de enseñar del todo su imagen y dejaba pequeñas pistas de lo que era en realidad. Entreabrió sus labios, desconcertada ¿Acaso era eso posible de todas formas? Ser transformada en datos como si se tratara de una novela de ficción... ¿Cómo debería de tomarse aquello?
Sí... —Admitió en un suave susurro, casi dudosa de su propia afirmación. Cuando bajó su atención, no pudo hacer más que permanecer en silencio, consciente de que quién parecía entender más de compañeros y Digivices era el pequeño ángel en sus brazos. Ante la primera pregunta el digimon asintió— ¡Sí! Esperé durante mucho, mucho tiempo a que llegara —Un extraño sentimiento la estremeció en internamente. ¿La había esperado durante mucho tiempo? Quizás... Quizás había sido algo cruel con él
Pero, fue ella quién hizo la siguiente pregunta— ¿Digivice? —Cupimon asintió y volteó hacia ella, mirándola hacia arriba, después de todo, seguía siendo sujetado como un muñeco en sus brazos— ¿Recuerdas? Es el objeto extraño que llevabas contigo al llegar ¿Lo recogiste? —Una bombilla pareció encenderse en la cabeza de la Temar, asintió y de su bolsillo sacó un particular aparato, alternando entre rojo y blanco. Se lo extendió hacia Hibiki antes de sonreír, apenada.
Lo siento, fui descortés, no me presenté... Mi nombre es Yukari, encantada, Hibiki —Y entonces, por primera vez desde que pisó aquél extraño mundo, sonrió con honestidad. En el fondo, iba a admitirlo, se sentía más tranquila ahora que estaba con alguien más, de alguna forma, necesitó que otra persona más le asegurara que lo que estaba pisando, no era el mundo real. Así que, bienvenida al mundo digital ¿eh?— Gracias... Supongo que... Puedo hacerme a la idea... De ser datos... —Torció el labio de forma algo cómica.
Cupimon, quién hasta ese momento permaneció callado y pensativo, repentinamente se alejó de los brazos de Yukari, volando como si fuese algo normal a su alrededor antes de parar encima de Hibiki y de la gata oscura— Es verdad, no pude hacerlo cuando saliste corriendo ¡Bienvenida al Digimundo, Yuki! —Pronunció animado. Ese repentino cambio causó que Yukari riera con suavidad, asintiendo con la cabeza.
Entonces... ¿Cupimon es un Digimon? —Alternó su atención del chico al pequeño ángel blanco— ¿Y tus compañeros también? —Miró a la oscura gata, seguidamente, de nuevo hacia el dragón, curiosa. Su compañero digimon en cambio, volvió a moverse, acercándose de nuevo a Yuka hasta sentarse en su cabeza, como si nada, feliz y entretenido a partes iguales.
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :132Ficha :Cronologia :NPCs :Nivel On Rol :ChampionInventario :
Yukari
Re: Me temo, que me convertí en datos [Priv. Hibiki Sanjō]
Hibiki sonrió satisfecho. Sí, en realidad eran tal para cuales el pequeño ángel y la rubia que en frente de él se mantenía, aún debía de estar confundida por su llegada, después de todo su medio de transporte había sido niebla, algo bastante inusual dentro de lo normal que podía llegar a tener el viaje al Digimundo, porque claro, no es como si ser absorbido por una computadora terminase siendo lo más normal del mundo a final de cuentas.
—Oh, es el IC.— Volvió a sonreir, vaya, quién lo diría.
La verdad era que aquella era la primera vez que conocía a alguien que tuviese el mismo Digivice que él, solo que el del castaño poseía una combinación de colores diferentes, pues estos eran negro y rojo, la combinación de colores usual de sus ropajes, solo que claro, ahora vestía de forma diferente debido a las altas temperaturas que podían suponer el estar en una playa, que para su sorpresa, se mantenía en una temperatura ambiente. Hibiki buscó su Digivice en su bolsillo derecho e igualmente lo extendió para que la contraria pudiese verlo, quizás no eran inicios tan diferentes a pesar de todo.
—No te lo tomes tan enserio, en humanos apenas puede notarse la diferencia, no te preocupes.— ¿Qué?, era la verdad, tampoco quería aterrarle con la idea de que ahora ella estaba conformada por datos, además de sangre y órganos, claramente.
Dejó a Cupimon actuar, al parecer sí había estado esperando impacientemente a la llegada de Yukari.
—Yup, somos Digimon.— "Yup", aquella expresión el dragón la había aprendido de las charlas que había sobrellevado con su tamer. —¡Y si se vuelven más fuertes Cupimon crecerá!.—
Sí, la verdad Seiryu se tomaba muy enserio aquello de volverse más fuerte para poder digievolucionar, Hibiki sabía que eso a la larga podría traerles problemas, sin embargo él no le presionaba en lo absoluto, ¿qué haría con su propia presión sumada a la de su Tamer?, Dracomon poseía un corazón noble además de competitivo, por lo que, sin ningún problema adoptó su forma de Koromon y saltó a los brazos de la rubia, quería ganarse el protagonismo que Yumi había estado perdiendo, la cual observaba algo incrédula, la verdad también estaba aprendiendo, no llevaba TANTO tiempo en el Mundo Digital y eso podría servirle de alguna forma.
El sonido de las olas golpeando las rocas era relajante, adornaba la escena dándole una escencia de plenitud en todo su esplendor, realmente era bastante impresionante cuando una pareja de Digimon y Tamer finalmente se daban cuenta de su lazo. —Debes cuidar de él.— Dijo, recordando sus primeras horas en el Digimundo, aquel instante en el cual un anciano Jijimon le encomendaba el cuidado de una bola de humo apodada Mokumon, ahora conocido como Seiryu. Pero claro, sorpresa sorpresa, no podía todo ser color de rosa, ¿verdad?, y de lo bien que estaba formándose toda. Una gran ola se formó mientras todos estaban despistados, sin embargo esta no rompió entre las olas ni se deshizo con la arena, además, de esta formaciones de burbujas se aparecieron las cuales reventaron dando paso a aquellos que se escondían entre las mismas. Hangyomon, Divermon, como se les prefiriese llamar, aquellos eran los seres acuáticos que aparecieron para irrumpir.
—¡Entréganos a la chica!.— Vociferó uno de ellos con un grito mientras se hacía paso entre la arena en dirección a la rubia.
—De verdad estás alucinando si crees que lo haré.— Tragó saliva, su expresión cambió a una más seria, maldicion, eran Digimon de etapa Perfect, debian de tener cuidado, además eran tres. —Ustedes eran los encargados de las desapariciones, ¿no?.— Sí, aquella era la verdadera razon por la cual el tamer yacía ahí con su equipo, sin embargo estos lo desconocían. —Hangyomon, han estado raptando féminas y vendiéndolas al mercado, ¿no es así?.— Sí, era la realidad, era el Mundo Digital, pero era tan cruel como el Humano por la influencia de estos en el mismo. —Atrás, Yukari.— Y un aura roja, un montón de datos rodearon la mano derecha del joven. —¿Listo, Seiryu?.— Y así la bola rosada saltó de los brazos de la humana.
—Oh, es el IC.— Volvió a sonreir, vaya, quién lo diría.
La verdad era que aquella era la primera vez que conocía a alguien que tuviese el mismo Digivice que él, solo que el del castaño poseía una combinación de colores diferentes, pues estos eran negro y rojo, la combinación de colores usual de sus ropajes, solo que claro, ahora vestía de forma diferente debido a las altas temperaturas que podían suponer el estar en una playa, que para su sorpresa, se mantenía en una temperatura ambiente. Hibiki buscó su Digivice en su bolsillo derecho e igualmente lo extendió para que la contraria pudiese verlo, quizás no eran inicios tan diferentes a pesar de todo.
—No te lo tomes tan enserio, en humanos apenas puede notarse la diferencia, no te preocupes.— ¿Qué?, era la verdad, tampoco quería aterrarle con la idea de que ahora ella estaba conformada por datos, además de sangre y órganos, claramente.
Dejó a Cupimon actuar, al parecer sí había estado esperando impacientemente a la llegada de Yukari.
—Yup, somos Digimon.— "Yup", aquella expresión el dragón la había aprendido de las charlas que había sobrellevado con su tamer. —¡Y si se vuelven más fuertes Cupimon crecerá!.—
Sí, la verdad Seiryu se tomaba muy enserio aquello de volverse más fuerte para poder digievolucionar, Hibiki sabía que eso a la larga podría traerles problemas, sin embargo él no le presionaba en lo absoluto, ¿qué haría con su propia presión sumada a la de su Tamer?, Dracomon poseía un corazón noble además de competitivo, por lo que, sin ningún problema adoptó su forma de Koromon y saltó a los brazos de la rubia, quería ganarse el protagonismo que Yumi había estado perdiendo, la cual observaba algo incrédula, la verdad también estaba aprendiendo, no llevaba TANTO tiempo en el Mundo Digital y eso podría servirle de alguna forma.
El sonido de las olas golpeando las rocas era relajante, adornaba la escena dándole una escencia de plenitud en todo su esplendor, realmente era bastante impresionante cuando una pareja de Digimon y Tamer finalmente se daban cuenta de su lazo. —Debes cuidar de él.— Dijo, recordando sus primeras horas en el Digimundo, aquel instante en el cual un anciano Jijimon le encomendaba el cuidado de una bola de humo apodada Mokumon, ahora conocido como Seiryu. Pero claro, sorpresa sorpresa, no podía todo ser color de rosa, ¿verdad?, y de lo bien que estaba formándose toda. Una gran ola se formó mientras todos estaban despistados, sin embargo esta no rompió entre las olas ni se deshizo con la arena, además, de esta formaciones de burbujas se aparecieron las cuales reventaron dando paso a aquellos que se escondían entre las mismas. Hangyomon, Divermon, como se les prefiriese llamar, aquellos eran los seres acuáticos que aparecieron para irrumpir.
—¡Entréganos a la chica!.— Vociferó uno de ellos con un grito mientras se hacía paso entre la arena en dirección a la rubia.
—De verdad estás alucinando si crees que lo haré.— Tragó saliva, su expresión cambió a una más seria, maldicion, eran Digimon de etapa Perfect, debian de tener cuidado, además eran tres. —Ustedes eran los encargados de las desapariciones, ¿no?.— Sí, aquella era la verdadera razon por la cual el tamer yacía ahí con su equipo, sin embargo estos lo desconocían. —Hangyomon, han estado raptando féminas y vendiéndolas al mercado, ¿no es así?.— Sí, era la realidad, era el Mundo Digital, pero era tan cruel como el Humano por la influencia de estos en el mismo. —Atrás, Yukari.— Y un aura roja, un montón de datos rodearon la mano derecha del joven. —¿Listo, Seiryu?.— Y así la bola rosada saltó de los brazos de la humana.
- Tamer & Digimon
- Faltas :Tener ojos rojosPrueba de Rol :¿Pa' qué?Digi Puntos :398Ficha :NPCs :Nivel On Rol :MegaNivel On Rol de los Digi Aliados :Yumi: Beast Spirit
Jōkā: ChampionIcono :Rango y Unidad :Hibiki Sanjō Y Seiryū
Rango: Sub Oficial
División: Olimpo Heros
Unidad/Sub-division: Swords WisdomRango y Unidad Digi Aliado :Yumi Niimura
Rango: Soldado
División: Olimpo Heros
Unidad/Sub-division: Swords WisdomInventario :
Hibiki Sanjō
Re: Me temo, que me convertí en datos [Priv. Hibiki Sanjō]
Con que era así ¿eh? Apuntó mentalmente el nombre IC y con curiosidad miró al que el otro le estaba enseñando. Si no fuese porque los colores eran diferentes, serían completamente iguales... ¿Quizás solo existían esos extraños objetos? ¿O habrían más? A pesar de que en su momento quiso preguntar, porque esa cosa se la había regalado su padrastro, entonces ¿Cómo podía él tener algo que le pertenecía al digimundo? Entonces lo recordó, ese libro que una vez había logrado leer, al menos solo el título, la palabra "Digimundo" o algo parecido, estaba escrita en grande en él, escondido con otra tapa, con un título mucho menos llamativo. Recordó que Yukito no le había permitido leerlo, añadiendo que...
¡Oh! —Extendió sus brazos, tomando en automático al pequeño ser que saltó en sus brazos. Podría haber jurado, que segundos atrás era un dragón... Cupimon se balanceó un poco, tomado por sorpresa por el movimiento de su compañera— ¡Se volvió pequeño! —¡Oh, por favor, Yukari, eso era obvio! Sin lograr volver a conectar sus pensamientos a los anteriores, simplemente lo dejó pasar, sabiendo que después, de alguna forma u otra volvería a su mente, probablemente sin siquiera quererlo.
Sintió curiosidad por lo que se refería con eso, por qué estaba diciendo aquél Digimon que si se volverían más fuertes, Cupimon iba a crecer. ¿Fuertes para qué? Miró al pequeño ángel, o lo intentó al tenerlo aún sentado en su cabeza. Sus brazos sujetaron con cuidado lo que ahora era una extraña miniatura del dragón de antes y de alguna forma, sin preguntarlo, entendió vagamente lo que Hibiki estaba diciéndole.
Supuso que se refería a cuidar a su pequeño compañero, y de alguna forma lo entendió: era como proteger un niño que por si mismo no tenía poderes para pelear, ni para protegerse a si mismo. Cupimon había estado a su lado desde un principio, a pesar de que no le había creído y se había alejado sin prestarle atención, él la había seguido, no se había quejado y con paciencia descomunal intentó hacerla entrar en razón, aún cuando ella no quiso. Supuso, por si sola, que ahora no iba a poder abandonarle como si nada, porque... Porque se sentía cómoda sintiendo su pequeño peso en su cabeza.
¿Q-Qué es eso? —Soltó de golpe, mirando hacia los digimons que esta vez habían salido del mar como si se tratasen de peces. Sí, sabía que eran digimons, no; no sabía que podían vivir en el mar también. Pero, conectando cosas, ahora quizás se hiciese todo más simple y lógico: si existían digimons en la tierra ¿por qué no podían existir en el mar y en el cielo también? Pero...— ¿Cómo? ¡Esperen! ¡No soy un objeto! —Se quejó, levantando la voz lo suficiente como para ser escuchada por ellos. No se habría preocupado, pensando ingenuamente que serían buenos.
¡Yuki! Son Hangyomon —Habló Cupimon, quién parecía haber dejado su cómodo asiento para volar a su lado. Yukari supuso que se trataba del nombre de esos seres, pero no es como si le hubiese resuelto todas sus dudas— ¿Raptando y vendiendo? —Repitió. El digimon al que Hibiki llamó Seiryu saltó de sus brazos y por inercia, Yukari retrocedió un paso— Espera... ¿Qué van a hacer? —Antes de que pudiese decir algo más, Cupimon bajó hasta la altura de sus ojos, mirándola— Retrocedamos, Yuki, son digimons malos —Usando sus pequeños brazos la intentó empujar hacia atrás, ella, retrocedió, más que por culpa del digimon ángel, por su aparente deseo de alejarla de los problemas.
Solo esperaba, que nadie corriera peligro ahora.
¡Oh! —Extendió sus brazos, tomando en automático al pequeño ser que saltó en sus brazos. Podría haber jurado, que segundos atrás era un dragón... Cupimon se balanceó un poco, tomado por sorpresa por el movimiento de su compañera— ¡Se volvió pequeño! —¡Oh, por favor, Yukari, eso era obvio! Sin lograr volver a conectar sus pensamientos a los anteriores, simplemente lo dejó pasar, sabiendo que después, de alguna forma u otra volvería a su mente, probablemente sin siquiera quererlo.
Sintió curiosidad por lo que se refería con eso, por qué estaba diciendo aquél Digimon que si se volverían más fuertes, Cupimon iba a crecer. ¿Fuertes para qué? Miró al pequeño ángel, o lo intentó al tenerlo aún sentado en su cabeza. Sus brazos sujetaron con cuidado lo que ahora era una extraña miniatura del dragón de antes y de alguna forma, sin preguntarlo, entendió vagamente lo que Hibiki estaba diciéndole.
Supuso que se refería a cuidar a su pequeño compañero, y de alguna forma lo entendió: era como proteger un niño que por si mismo no tenía poderes para pelear, ni para protegerse a si mismo. Cupimon había estado a su lado desde un principio, a pesar de que no le había creído y se había alejado sin prestarle atención, él la había seguido, no se había quejado y con paciencia descomunal intentó hacerla entrar en razón, aún cuando ella no quiso. Supuso, por si sola, que ahora no iba a poder abandonarle como si nada, porque... Porque se sentía cómoda sintiendo su pequeño peso en su cabeza.
¿Q-Qué es eso? —Soltó de golpe, mirando hacia los digimons que esta vez habían salido del mar como si se tratasen de peces. Sí, sabía que eran digimons, no; no sabía que podían vivir en el mar también. Pero, conectando cosas, ahora quizás se hiciese todo más simple y lógico: si existían digimons en la tierra ¿por qué no podían existir en el mar y en el cielo también? Pero...— ¿Cómo? ¡Esperen! ¡No soy un objeto! —Se quejó, levantando la voz lo suficiente como para ser escuchada por ellos. No se habría preocupado, pensando ingenuamente que serían buenos.
¡Yuki! Son Hangyomon —Habló Cupimon, quién parecía haber dejado su cómodo asiento para volar a su lado. Yukari supuso que se trataba del nombre de esos seres, pero no es como si le hubiese resuelto todas sus dudas— ¿Raptando y vendiendo? —Repitió. El digimon al que Hibiki llamó Seiryu saltó de sus brazos y por inercia, Yukari retrocedió un paso— Espera... ¿Qué van a hacer? —Antes de que pudiese decir algo más, Cupimon bajó hasta la altura de sus ojos, mirándola— Retrocedamos, Yuki, son digimons malos —Usando sus pequeños brazos la intentó empujar hacia atrás, ella, retrocedió, más que por culpa del digimon ángel, por su aparente deseo de alejarla de los problemas.
Solo esperaba, que nadie corriera peligro ahora.
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :132Ficha :Cronologia :NPCs :Nivel On Rol :ChampionInventario :
Yukari
Re: Me temo, que me convertí en datos [Priv. Hibiki Sanjō]
Hibiki crujió los dientes, sí, era de esperar que no fuese un día calmado después de todo, y a pesar de que se le había encomendado la tarea de investigar y encontrar al encargado de las desapariciones, pues jamás habría imaginado que sería un trabajo tan express como que estos tan solo se apareciesen en búsqueda de su presa. Hibiki mantenía una chapa con el logotipo de la Union Saver, por lo que seria bastante fácil reconocerle como un miembro de la misma, sin embargo para su desgracia a los Hangyomon no pareció haberles importado en lo absoluto.
—Yumi.— Dijo cortamente, no había mucho más que decir.
—¡S-sí!.— Titubeó durante un momento, sin embargo logró captar el mensaje del castaño sin verdadero problema, por lo que andando con mayor rapidez en cuatro patas fue que comenzó a jalar de la rubia al igual que el pequeño querubín, después de todo las cosas ahora se pondrian un poco violentas.
—¿Entiendes a lo que se refería ahora Dracomon cuando dijo que se tendrían que hacer más grandes y fuertes?.— Preguntó mientras volvía a tomar su Digivice, sin embargo esta vez con la zurda, además la bola rosada ya había adoptado una vez más la forma del dragón bípedo. —¡Digisoul Charge!.— Vociferó con gran ímpetud mientras la energia rojiza que emanaba de su diestra se cargaba dentro del dispositivo y luego era disparado hacia el pequeño como una corriente de datos, por lo que mediante un corto proceso de metamorfosis fue que acabó transformándose en un saurio negro, un DarkTyrannomon.
Sí, claramente ahora las cosas se pondrian un poco más turbulentas, no sería necesario con aquella forma. El gran saurio negro buscó dar un coletazo a los seres marítimos, pero este le superarian en velocidad, clavando aquellos harpones en los costados del gran saurio haciéndole producir gran dolor, ante lo cual el mismo soltó un potente rugido, era de dolor.
—Maldición.— Bufó bajo. —¡DNA!.—
Sí, no era buena idea hacer pública su estratagema, pero bueno, el castaño había llevado a cabo una combinación de botones en el Digivice, eligiendo la data de un Digimon, la cual salió disparada en forma de rayo de luz al gran saurio, haciendo que este una vez más entrase en una especie de metamorfosis, sin embargo esta vez adoptaria partes metálicas, adoptaría la forma de un Black Megalo Growmon, y odiaba admitirlo, pero quería abusar lo menos posible del poder de Megadramon.
—¡¡GRAAAAAAAAAAAAH!!.— Rugió con fiereza el gran dragón metálico mientras que con sus cuchillas rompía los harpones que anteriormente yacían desgarrando su carne.
—¡Acábalos!.—
—¡Atomic Blaster!.— Extendió los cañones de su pecho y un potente rayo salió disparado, destruyendo a dos de los depredadores y haciéndolos volver a sus Digitamas, sin embargo había perdido de vista a uno, eso no era nada, nada bueno, aún no podían bajar la guardia. —¡Yumi, Yukari, cuidado!.— El Digimon buzo podía esconder bajo el agua o haberse escondido entre la maleza, no había forma de saberlo, al parecer no eran tan estúpidos como parecian serlo, vaya molestia.
—Yumi.— Dijo cortamente, no había mucho más que decir.
—¡S-sí!.— Titubeó durante un momento, sin embargo logró captar el mensaje del castaño sin verdadero problema, por lo que andando con mayor rapidez en cuatro patas fue que comenzó a jalar de la rubia al igual que el pequeño querubín, después de todo las cosas ahora se pondrian un poco violentas.
—¿Entiendes a lo que se refería ahora Dracomon cuando dijo que se tendrían que hacer más grandes y fuertes?.— Preguntó mientras volvía a tomar su Digivice, sin embargo esta vez con la zurda, además la bola rosada ya había adoptado una vez más la forma del dragón bípedo. —¡Digisoul Charge!.— Vociferó con gran ímpetud mientras la energia rojiza que emanaba de su diestra se cargaba dentro del dispositivo y luego era disparado hacia el pequeño como una corriente de datos, por lo que mediante un corto proceso de metamorfosis fue que acabó transformándose en un saurio negro, un DarkTyrannomon.
Sí, claramente ahora las cosas se pondrian un poco más turbulentas, no sería necesario con aquella forma. El gran saurio negro buscó dar un coletazo a los seres marítimos, pero este le superarian en velocidad, clavando aquellos harpones en los costados del gran saurio haciéndole producir gran dolor, ante lo cual el mismo soltó un potente rugido, era de dolor.
—Maldición.— Bufó bajo. —¡DNA!.—
Sí, no era buena idea hacer pública su estratagema, pero bueno, el castaño había llevado a cabo una combinación de botones en el Digivice, eligiendo la data de un Digimon, la cual salió disparada en forma de rayo de luz al gran saurio, haciendo que este una vez más entrase en una especie de metamorfosis, sin embargo esta vez adoptaria partes metálicas, adoptaría la forma de un Black Megalo Growmon, y odiaba admitirlo, pero quería abusar lo menos posible del poder de Megadramon.
—¡¡GRAAAAAAAAAAAAH!!.— Rugió con fiereza el gran dragón metálico mientras que con sus cuchillas rompía los harpones que anteriormente yacían desgarrando su carne.
—¡Acábalos!.—
—¡Atomic Blaster!.— Extendió los cañones de su pecho y un potente rayo salió disparado, destruyendo a dos de los depredadores y haciéndolos volver a sus Digitamas, sin embargo había perdido de vista a uno, eso no era nada, nada bueno, aún no podían bajar la guardia. —¡Yumi, Yukari, cuidado!.— El Digimon buzo podía esconder bajo el agua o haberse escondido entre la maleza, no había forma de saberlo, al parecer no eran tan estúpidos como parecian serlo, vaya molestia.
- Tamer & Digimon
- Faltas :Tener ojos rojosPrueba de Rol :¿Pa' qué?Digi Puntos :398Ficha :NPCs :Nivel On Rol :MegaNivel On Rol de los Digi Aliados :Yumi: Beast Spirit
Jōkā: ChampionIcono :Rango y Unidad :Hibiki Sanjō Y Seiryū
Rango: Sub Oficial
División: Olimpo Heros
Unidad/Sub-division: Swords WisdomRango y Unidad Digi Aliado :Yumi Niimura
Rango: Soldado
División: Olimpo Heros
Unidad/Sub-division: Swords WisdomInventario :
Hibiki Sanjō
Re: Me temo, que me convertí en datos [Priv. Hibiki Sanjō]
Repentinamente no solo Cupimon se dedicaba a tirar de ella, sino que Yumi, aparentemente la compañera gatuna de Hibiki, estaba empeñada en hacer lo mismo. Se vio alejada hacia el otro extremo junto a los otros dos digimons. Se agachó junto a ellos cerca de una enorme piedra que tenía a un lado. En cualquier otro momento se habría preguntado que podría haber llevado semejante enormidad de roca hasta ese lugar, pero ahora, estaba más preocupada por lo que estaba sucediendo al frente.
No podía creerlo, Seiryu, de la nada se había transformado en aquél que ella podría haber considerado un dinosaurio, o al menos, su figura le recordaba mucho a las que había visto en los libros de historia tantas veces. Así que no solo podía transformarse en un ser más pequeño, sino que en uno más grande también. Pero... ¿Cómo? ¿Qué era aquella energía roja que salía de la mano de Hibiki? ¡Habían tantas cosas que desconocía de ese mundo! Era, ahora que se daba cuenta, tan impresionante e interesante todo... ¡Quería saber! Qué eran los Digimon, por qué existían, cuál era su papel en ese mundo, porque, no parecía haber sido cosa de un simple incidente... Y si lo había sido, se aseguraría de que valiese la pena.
Son impresionantes... —Susurró en bajo, consciente de que solo Yumi y Cupimon serían capaces de escuchar sus palabras. Pero, de la nada, otra transformación, esta vez mucho más espectacular... ¿Ese era metal? Parecía incluso más fuerte de lo que era antes, en su forma de saurio.
Cupimon se pegó a su regazo, aparentemente estaba algo asustado por la situación y, con su rostro hundido en su falda, pareció no prestar atención a la batalla de más al frente. Aquello no molestó a Yukari, quién simplemente rodeó al pequeño ángel blanco con sus brazos, de una forma protectora. Cerró sus ojos, agachándose un poco sobre su Compañero Digimon en cuanto el rayo destruyó a los digimons enemigos, causando que cierta ventisca balanceara con fuerza sus cabellos... ¡Eso no podía ser mentira! ¡Ese poderoso viento era tan genuino! Parecía... Parecía verdad.
El grito de Hibiki causó que levantara hacia él su cabeza, perdida y aturdida. ¡Cierto! ¡En un principio habían dos! Un repentino ruido se escuchó hacia atrás, entre los árboles que formaban lo que en un principio pensó ser un bosque. ¿Sería él? Cupimon levantó su cabeza y Yukari, en un movimiento apresurado atrapó entre sus brazos a Yumi, atrayéndola hacia si, en un intento de mantenerla alejada del peligro; ahora que se daba cuenta, ni lo había pensado.
Y, efectivamente, de la nada saltó el Hangyomon hacia ellos, soltó algo tan rápido y repentino que Yukari no logró escucharle. Asustada, porque lo estaba, cerró sus ojos, cubriendo a los dos digimons con su cuerpo. Eran seres vivos también, al menos, para ella lo eran y, si algo estaba segura, era que nunca iba a permitir que un ser vivo, digital o no, acabara herido teniendo ella la oportunidad de hacer algo. No se dio cuenta, ni de que Cupimon estaba observando fijamente hacia el Hangyomon, ni de que el Digivice en su mano, apretado con fuerza, brilló con fuerza.
Divine Feat —La clara y segura voz le pareció vagamente conocida. Pero siguió esperando que sucediera el golpe que jamás llegó. Cuando levantó su rostro, preocupada, Cupimon ya no estaba con ella y en cambio, la figura de un ángel estaba encima de ella, usando una espada de que parecía brillar para frenar la lanza del Hangyomon. Le miró entre desconcertada y maravillada, sobretodo porque, no sabía que era lo que había estado sucediendo.
Consciente pero, de el ángel estaba intentando resistir la fuerza probablemente mucho superior del otro otro digimon, sujetó a Yumi en sus brazos, se levantó, y salió corriendo, esta vez en dirección a Hibiki. Lucemon, tras asegurarse de que ellas se habían alejado, se echó a un lado, dejando que el Hangyomon golpeara contra la roca que habían estado usando como escondite, elvandose él en el cielo por precaución.
No podía creerlo, Seiryu, de la nada se había transformado en aquél que ella podría haber considerado un dinosaurio, o al menos, su figura le recordaba mucho a las que había visto en los libros de historia tantas veces. Así que no solo podía transformarse en un ser más pequeño, sino que en uno más grande también. Pero... ¿Cómo? ¿Qué era aquella energía roja que salía de la mano de Hibiki? ¡Habían tantas cosas que desconocía de ese mundo! Era, ahora que se daba cuenta, tan impresionante e interesante todo... ¡Quería saber! Qué eran los Digimon, por qué existían, cuál era su papel en ese mundo, porque, no parecía haber sido cosa de un simple incidente... Y si lo había sido, se aseguraría de que valiese la pena.
Son impresionantes... —Susurró en bajo, consciente de que solo Yumi y Cupimon serían capaces de escuchar sus palabras. Pero, de la nada, otra transformación, esta vez mucho más espectacular... ¿Ese era metal? Parecía incluso más fuerte de lo que era antes, en su forma de saurio.
Cupimon se pegó a su regazo, aparentemente estaba algo asustado por la situación y, con su rostro hundido en su falda, pareció no prestar atención a la batalla de más al frente. Aquello no molestó a Yukari, quién simplemente rodeó al pequeño ángel blanco con sus brazos, de una forma protectora. Cerró sus ojos, agachándose un poco sobre su Compañero Digimon en cuanto el rayo destruyó a los digimons enemigos, causando que cierta ventisca balanceara con fuerza sus cabellos... ¡Eso no podía ser mentira! ¡Ese poderoso viento era tan genuino! Parecía... Parecía verdad.
El grito de Hibiki causó que levantara hacia él su cabeza, perdida y aturdida. ¡Cierto! ¡En un principio habían dos! Un repentino ruido se escuchó hacia atrás, entre los árboles que formaban lo que en un principio pensó ser un bosque. ¿Sería él? Cupimon levantó su cabeza y Yukari, en un movimiento apresurado atrapó entre sus brazos a Yumi, atrayéndola hacia si, en un intento de mantenerla alejada del peligro; ahora que se daba cuenta, ni lo había pensado.
Y, efectivamente, de la nada saltó el Hangyomon hacia ellos, soltó algo tan rápido y repentino que Yukari no logró escucharle. Asustada, porque lo estaba, cerró sus ojos, cubriendo a los dos digimons con su cuerpo. Eran seres vivos también, al menos, para ella lo eran y, si algo estaba segura, era que nunca iba a permitir que un ser vivo, digital o no, acabara herido teniendo ella la oportunidad de hacer algo. No se dio cuenta, ni de que Cupimon estaba observando fijamente hacia el Hangyomon, ni de que el Digivice en su mano, apretado con fuerza, brilló con fuerza.
Divine Feat —La clara y segura voz le pareció vagamente conocida. Pero siguió esperando que sucediera el golpe que jamás llegó. Cuando levantó su rostro, preocupada, Cupimon ya no estaba con ella y en cambio, la figura de un ángel estaba encima de ella, usando una espada de que parecía brillar para frenar la lanza del Hangyomon. Le miró entre desconcertada y maravillada, sobretodo porque, no sabía que era lo que había estado sucediendo.
Consciente pero, de el ángel estaba intentando resistir la fuerza probablemente mucho superior del otro otro digimon, sujetó a Yumi en sus brazos, se levantó, y salió corriendo, esta vez en dirección a Hibiki. Lucemon, tras asegurarse de que ellas se habían alejado, se echó a un lado, dejando que el Hangyomon golpeara contra la roca que habían estado usando como escondite, elvandose él en el cielo por precaución.
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :132Ficha :Cronologia :NPCs :Nivel On Rol :ChampionInventario :
Yukari
Re: Me temo, que me convertí en datos [Priv. Hibiki Sanjō]
—¡NO, MALDICIÓN!.— Gritó tras encontrar el ángulo y divisar lo que acababa de suceder tras la aparición del Digimon marítimo que al parecer buscaba cumplir su cometido a pesar de todo.
Había sido demasiado lento, había perdido de vista a uno de sus enemigos, no podía volver a permitirse una impertinencia como aquella, la rubia era tan solo una novata, no debía de recibir el destino que aparentemente Yggdrasill tenía para ella, sin embargo las tornas cambiaron totalmente cuando un potente brillo le cegó, porque al igual que la rubia lo que acabó por divisar fue como un pequeño serafín detenía a duras penas el ataque que Hangyomon en conjunto a su harpón había predestinado, claro estaba que el Perfect había empleado poca y nula fuerza en su ataque, porque de ser el caso contrario habrían dos seres empalados en un gran harpón, sin embargo, al parecer una vez más la luz de la digievolución había llevado a cabo un milagro.
—Bien.— Crujió los dientes una vez y más corrió en dirección al Hangyamon, mientras que su puño, aún rodeado de aquel Digisoul que aparecería en reacción a sus sentimientos (en aquel caso furia interna y un poco de angustia).
Por lo que, con gran potencial golpeó en la aparente mejilla del Digimon marítimo en dirección a su compañero que pacientemente, con ayuda de sus Pendulum Blades acabó partiendo en dos al cazador que se convertiría finalmente en presa, pasando a ser un montón de datos que tras el juicio de Anubismon seguramente volvería a renacer en la Ciudad del Inicio. Al parecer las cosas habían llegado a su fin de momento, siendo esto claro con el regreso del dragón mecanizado a su forma novata, Dracomon.
—Tengo hambre...— Susurró en su lamento tras la fugaz pero feroz batalla que acababan de llevar a cabo.
—Está bien, amigo, te lo ganaste.— Sonrió a su compañero mientras que de su mochila sacaba un par de barras de chocolate, las cuales lanzó en dirección a Dracomon el cual las devoró en medio del aire, el plástico que olvidó quitar no haría bien para su digestion.
La evolución DNA solía desgastar un poco más de lo usual a Dracomon al ser limitada en cuanto a tiempo límite, o mas bien, nivel de energia utilizado, si no llegaban a equilibrar bien la energía de la evolución simplemente podría volver a su forma base después de un muy potente ataque, por lo que normalmente siempre iban con un plan antes de llevar a cabo una locura como la de hace un momento, ¿y si le hubiese hecho evolucionar diréctamenta a Megadramon?, no, quizás aún no era el mejor momento, debía de esperar al momento adecuado, aún había UN asunto pendiente además de los traficantes que acababan de derrocar.
—¿Se encuen...?.— No, claramente no logró terminar la oración, pues aquella Black Tailmon había ido a abrazar su pierna. —Está bien, ya pasó todo.— Sí, Yumi podía ser muy asustadiza si la situación involucraba al castaño, y se preocupó seriamente por la posición que había tomado al golpear al Digimon Malvado con su Digisoul, el cual ya no emanaba de su extremidad, ahora estaba calmado.
—¿De verdad?.—
—Sí, lo prometo.— Acarició la cabeza de la pequeña con su mano derecha. A la distancia, Dracomon se acercaba haciendo mofletes (como podía).
Ahora, desvió su mirada hacia la rubia.
—Lamento que tu llegada fuese tan... movida.— Llevó su mano hacia su nuca, un poco avergonzado aún a sabiendas de que no era su culpa. —Supongo que ahora sí recibiste tu bienvenida oficial al Digimundo.— Y desvió su mirada esta vez en dirección del pequeño ángel. —Y también a tu compañero.— Parpadeó un par de veces. —Lucemon, ¿o acaso Yukari desea que te llamemos de otra forma?.— No era mala idea ponerle motes a los Digimon, en realidad.
Había sido demasiado lento, había perdido de vista a uno de sus enemigos, no podía volver a permitirse una impertinencia como aquella, la rubia era tan solo una novata, no debía de recibir el destino que aparentemente Yggdrasill tenía para ella, sin embargo las tornas cambiaron totalmente cuando un potente brillo le cegó, porque al igual que la rubia lo que acabó por divisar fue como un pequeño serafín detenía a duras penas el ataque que Hangyomon en conjunto a su harpón había predestinado, claro estaba que el Perfect había empleado poca y nula fuerza en su ataque, porque de ser el caso contrario habrían dos seres empalados en un gran harpón, sin embargo, al parecer una vez más la luz de la digievolución había llevado a cabo un milagro.
—Bien.— Crujió los dientes una vez y más corrió en dirección al Hangyamon, mientras que su puño, aún rodeado de aquel Digisoul que aparecería en reacción a sus sentimientos (en aquel caso furia interna y un poco de angustia).
Por lo que, con gran potencial golpeó en la aparente mejilla del Digimon marítimo en dirección a su compañero que pacientemente, con ayuda de sus Pendulum Blades acabó partiendo en dos al cazador que se convertiría finalmente en presa, pasando a ser un montón de datos que tras el juicio de Anubismon seguramente volvería a renacer en la Ciudad del Inicio. Al parecer las cosas habían llegado a su fin de momento, siendo esto claro con el regreso del dragón mecanizado a su forma novata, Dracomon.
—Tengo hambre...— Susurró en su lamento tras la fugaz pero feroz batalla que acababan de llevar a cabo.
—Está bien, amigo, te lo ganaste.— Sonrió a su compañero mientras que de su mochila sacaba un par de barras de chocolate, las cuales lanzó en dirección a Dracomon el cual las devoró en medio del aire, el plástico que olvidó quitar no haría bien para su digestion.
La evolución DNA solía desgastar un poco más de lo usual a Dracomon al ser limitada en cuanto a tiempo límite, o mas bien, nivel de energia utilizado, si no llegaban a equilibrar bien la energía de la evolución simplemente podría volver a su forma base después de un muy potente ataque, por lo que normalmente siempre iban con un plan antes de llevar a cabo una locura como la de hace un momento, ¿y si le hubiese hecho evolucionar diréctamenta a Megadramon?, no, quizás aún no era el mejor momento, debía de esperar al momento adecuado, aún había UN asunto pendiente además de los traficantes que acababan de derrocar.
—¿Se encuen...?.— No, claramente no logró terminar la oración, pues aquella Black Tailmon había ido a abrazar su pierna. —Está bien, ya pasó todo.— Sí, Yumi podía ser muy asustadiza si la situación involucraba al castaño, y se preocupó seriamente por la posición que había tomado al golpear al Digimon Malvado con su Digisoul, el cual ya no emanaba de su extremidad, ahora estaba calmado.
—¿De verdad?.—
—Sí, lo prometo.— Acarició la cabeza de la pequeña con su mano derecha. A la distancia, Dracomon se acercaba haciendo mofletes (como podía).
Ahora, desvió su mirada hacia la rubia.
—Lamento que tu llegada fuese tan... movida.— Llevó su mano hacia su nuca, un poco avergonzado aún a sabiendas de que no era su culpa. —Supongo que ahora sí recibiste tu bienvenida oficial al Digimundo.— Y desvió su mirada esta vez en dirección del pequeño ángel. —Y también a tu compañero.— Parpadeó un par de veces. —Lucemon, ¿o acaso Yukari desea que te llamemos de otra forma?.— No era mala idea ponerle motes a los Digimon, en realidad.
- Tamer & Digimon
- Faltas :Tener ojos rojosPrueba de Rol :¿Pa' qué?Digi Puntos :398Ficha :NPCs :Nivel On Rol :MegaNivel On Rol de los Digi Aliados :Yumi: Beast Spirit
Jōkā: ChampionIcono :Rango y Unidad :Hibiki Sanjō Y Seiryū
Rango: Sub Oficial
División: Olimpo Heros
Unidad/Sub-division: Swords WisdomRango y Unidad Digi Aliado :Yumi Niimura
Rango: Soldado
División: Olimpo Heros
Unidad/Sub-division: Swords WisdomInventario :
Hibiki Sanjō
Re: Me temo, que me convertí en datos [Priv. Hibiki Sanjō]
De alguna forma la situación fue particular. Ella corrió al otro lado, Hibiki en cambio, con un puño envuelto en energía y datos, corrió donde estaba el otro Hangyomon aún probablemente aturdido por no haber encontrado nada en el suelo, al menos, no a Yukari, a quién parecía buscar, por, supuestamente, venderla en un lugar que ella no conocía. Se preguntó que tipo de fuerza sería esa, capaz de dejar en tal condición a semejante Digimon. Soltó a Yumi, dejándola nuevamente en el suelo mientras Lucemon, asegurándose de que ya no había peligro, voló en dirección a Yukari, tocó la arena con uno de sus pies descalzos y la rodeó a la altura de la cintura en un abrazo. Ella parpadeó, más que nada, porque no tenía idea de lo sucedido.
¿Cupimon? —Inquirió en bajo, sin estar demasiado segura de sus propias palabras. Pero no rechazó al pequeño ángel, lo abrazó también, sonriendo, le debía la vida— Digievolucioné a Lucemon, Yuki —Se apartó de ella, dio un paso a un costado y miró hacia los otros.
Yumi había vuelto con Hibiki, este parecía bien e incluso el enorme dragón de metal había vuelto al dragón que desde un principio había conocido, acompañando al chico de castaño cabello. Asintió varias veces con un gesto de su cabeza y avanzó hacia los otros, acompañada poco detrás por el niño ángel— Eso es verdad... Gracias, Lucemon —Le murmuró, esbozando nuevamente una cariñosa sonrisa, algo avergonzada.
Aparentemente, su agradecimiento fue bienvenido. Lucemon cerró sus ojos y sonrió ampliamente, casi parecía estar diciendo "No hay de qué" cuando en realidad no había abierto boca. Pero, esa fue su sensación, como si su rostro aniñado, fuese suficiente para eso. Aún, no entendía bien lo que había sucedido, estaba, si se podía decir, aún más perdida que antes.
No te preocupes, estamos bien al fin y al cabo —Juntó ambas manos detrás de su espalda, su largo y rizado cabello rubio se balanceó por su repentino movimiento y cuando fijó sus rosáceos ojos en los rojos ajenos volvió a sonreír— Me sorprendió, no pensé que los Digimons fuesen a atacar... —Admitió.
Volteó su mirada a Lucemon, quién había estado manteniendo sus azulados ojos en todos, como aquél que estaba estudiando algo con seriedad, a pesar de que una suave sonrisa adornara sus labios— Lucemon... —Murmuró, él desvió su atención a ella con calma— Hum... En ese caso... ¿Qué tal solo Luce? —La sonrisa del niño se ensanchó— Me sorprendió, no pensé que los Digimons fuesen a atacar... —Quizás fuese buena en cualquier otra materia, pero, ella y dar nombres, no se llevaban de la mano. Aún así, el otro parecía estar contento con el diminutivo, así que sonrió también.
Ahora esperen... ¿Qué fue todo eso? —Negó con la cabeza, algo perdida— La mano de Hibiki tomó fuego y...
Seiryu se hizo siempre más grande y... Le acabas de pegar un puñetazo al... Hangyomon y desapareció... —¿Habría muerto acaso? Liberó sus manos de su agarre detrás de su espalda y pasó a cruzarse de brazos. Luce pasó a avanzar un paso hacia ella.
¿Recuerdas lo que Seiryu dijo? "Cuando Cupimon se vuelva más fuerte, crecerá" —Citó— Eso me pasó. Es mi forma rookie. Seiryu en cambio, es mucho más fuerte que yo —Su mirada viajó hacia el Dracomon, totalmente calmado.
¿Cupimon? —Inquirió en bajo, sin estar demasiado segura de sus propias palabras. Pero no rechazó al pequeño ángel, lo abrazó también, sonriendo, le debía la vida— Digievolucioné a Lucemon, Yuki —Se apartó de ella, dio un paso a un costado y miró hacia los otros.
Yumi había vuelto con Hibiki, este parecía bien e incluso el enorme dragón de metal había vuelto al dragón que desde un principio había conocido, acompañando al chico de castaño cabello. Asintió varias veces con un gesto de su cabeza y avanzó hacia los otros, acompañada poco detrás por el niño ángel— Eso es verdad... Gracias, Lucemon —Le murmuró, esbozando nuevamente una cariñosa sonrisa, algo avergonzada.
Aparentemente, su agradecimiento fue bienvenido. Lucemon cerró sus ojos y sonrió ampliamente, casi parecía estar diciendo "No hay de qué" cuando en realidad no había abierto boca. Pero, esa fue su sensación, como si su rostro aniñado, fuese suficiente para eso. Aún, no entendía bien lo que había sucedido, estaba, si se podía decir, aún más perdida que antes.
No te preocupes, estamos bien al fin y al cabo —Juntó ambas manos detrás de su espalda, su largo y rizado cabello rubio se balanceó por su repentino movimiento y cuando fijó sus rosáceos ojos en los rojos ajenos volvió a sonreír— Me sorprendió, no pensé que los Digimons fuesen a atacar... —Admitió.
Volteó su mirada a Lucemon, quién había estado manteniendo sus azulados ojos en todos, como aquél que estaba estudiando algo con seriedad, a pesar de que una suave sonrisa adornara sus labios— Lucemon... —Murmuró, él desvió su atención a ella con calma— Hum... En ese caso... ¿Qué tal solo Luce? —La sonrisa del niño se ensanchó— Me sorprendió, no pensé que los Digimons fuesen a atacar... —Quizás fuese buena en cualquier otra materia, pero, ella y dar nombres, no se llevaban de la mano. Aún así, el otro parecía estar contento con el diminutivo, así que sonrió también.
Ahora esperen... ¿Qué fue todo eso? —Negó con la cabeza, algo perdida— La mano de Hibiki tomó fuego y...
Seiryu se hizo siempre más grande y... Le acabas de pegar un puñetazo al... Hangyomon y desapareció... —¿Habría muerto acaso? Liberó sus manos de su agarre detrás de su espalda y pasó a cruzarse de brazos. Luce pasó a avanzar un paso hacia ella.
¿Recuerdas lo que Seiryu dijo? "Cuando Cupimon se vuelva más fuerte, crecerá" —Citó— Eso me pasó. Es mi forma rookie. Seiryu en cambio, es mucho más fuerte que yo —Su mirada viajó hacia el Dracomon, totalmente calmado.
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :132Ficha :Cronologia :NPCs :Nivel On Rol :ChampionInventario :
Yukari
Re: Me temo, que me convertí en datos [Priv. Hibiki Sanjō]
Muy bien, muuuuuy bien, claramente después de TODO lo que acababa de suceder ella tendría muchas preguntas, y la verdad él no se sentía agobiado como para rechazar el responder alguna de estas, después de todo había observado demasiado para ser su quizás primer día en el Mundo Digital.
—Sí, bueno... querían raptarte, creo que eso está bastante claro ya.— Sonrió un tanto nervioso, claramente no le había proporcionado a ella la información por la cual aquellos Digimon habían tomado la delantera y la clara iniciativa de atacar para así llevarse su recompensa. —Esos Hangyomon raptaban mujeres y las vendian en el mercado negro.— O más bien, llevarse a su recompensa contra su voluntad como hacían siempre, aquella misma razón era por la cual durante el último tiempo aquella playa había estado clausurada por la Union Saver, razón misma por la cual estaba desolada en cuanto a humanos se hablaba, solo habían Digimon que de por sí vivian naturalmente en la zona, no podían negarles su habitat.
Hibiki observó su diestra, esta aún estaba algo tibia por el caliente Digisoul que la había rodeado hace nada, que a pesar de no quemarle la piel, claramente había elevado la temperatura de la piel en la zona.
—Eso... era Digisoul.— Sí, aún no tenía completa certeza de como dominarlo por completo, pero sí sabía que estaba estréchamente relacionado con los sentimientos y las sensaciones del sujeto en sí. —Si no me equivoco, pronto sabrás como dominarlo, o mas bien, dentro de poco deberias tener los primeros avistamientos.—
Parpadeó, tomó un poco de aire.
—Por cierto, no todos los Digisoul son del mismo color, por alguna razón a mi me tocó el rojo, quizás qué color te corresponde a ti.— Se carcajeó levemente, buscando encontrarle el lado gracioso al asunto después de la tensión recién experimentada.
—¡Lucemon puede hacerse mucho más fuerte!.— Dijo Dracomon algo entusiasmado, después de todo acababa de comer. —Y cuando eso suceda, le derrotaré.— Estaba muy, muy confiado de sus palabras, pero bueno, ¿quién podía culparle?.
—Odio admitirlo, pero...— Llevó su mano hacia su nuca una vez más, sobando la misma mientras buscaba las palabras correctas para decirlo, no quería que le malinterpretaran. —Si realmente quieren mantenerse vivos, en este lugar deben hacerse más fuertes, sin embargo la razón va completamente en ustedes.— Luego miró a su compañero y a la minina que aún se mantenía abrazada a su pierna. —Nosotros debemos hacernos más fuertes para proteger a los más débiles.— Admitió sin pelos en la lengua, porque aquella era su verdadera razón de ser, razón por la cual se había unido a la Union Saver, razón por la cual habían logrado mantenerse en pie durante tanto tiempo.
Articuló un poco su mano derecha, le dolía, de hecho soltó un leve quejido, el golpe que había dado al Digimon había sido lo suficientemente potente como para herirle un poco. Se dejó caer de trasero en la arena, y ahora sentido, se estiró.
—Sí, bueno... querían raptarte, creo que eso está bastante claro ya.— Sonrió un tanto nervioso, claramente no le había proporcionado a ella la información por la cual aquellos Digimon habían tomado la delantera y la clara iniciativa de atacar para así llevarse su recompensa. —Esos Hangyomon raptaban mujeres y las vendian en el mercado negro.— O más bien, llevarse a su recompensa contra su voluntad como hacían siempre, aquella misma razón era por la cual durante el último tiempo aquella playa había estado clausurada por la Union Saver, razón misma por la cual estaba desolada en cuanto a humanos se hablaba, solo habían Digimon que de por sí vivian naturalmente en la zona, no podían negarles su habitat.
Hibiki observó su diestra, esta aún estaba algo tibia por el caliente Digisoul que la había rodeado hace nada, que a pesar de no quemarle la piel, claramente había elevado la temperatura de la piel en la zona.
—Eso... era Digisoul.— Sí, aún no tenía completa certeza de como dominarlo por completo, pero sí sabía que estaba estréchamente relacionado con los sentimientos y las sensaciones del sujeto en sí. —Si no me equivoco, pronto sabrás como dominarlo, o mas bien, dentro de poco deberias tener los primeros avistamientos.—
Parpadeó, tomó un poco de aire.
—Por cierto, no todos los Digisoul son del mismo color, por alguna razón a mi me tocó el rojo, quizás qué color te corresponde a ti.— Se carcajeó levemente, buscando encontrarle el lado gracioso al asunto después de la tensión recién experimentada.
—¡Lucemon puede hacerse mucho más fuerte!.— Dijo Dracomon algo entusiasmado, después de todo acababa de comer. —Y cuando eso suceda, le derrotaré.— Estaba muy, muy confiado de sus palabras, pero bueno, ¿quién podía culparle?.
—Odio admitirlo, pero...— Llevó su mano hacia su nuca una vez más, sobando la misma mientras buscaba las palabras correctas para decirlo, no quería que le malinterpretaran. —Si realmente quieren mantenerse vivos, en este lugar deben hacerse más fuertes, sin embargo la razón va completamente en ustedes.— Luego miró a su compañero y a la minina que aún se mantenía abrazada a su pierna. —Nosotros debemos hacernos más fuertes para proteger a los más débiles.— Admitió sin pelos en la lengua, porque aquella era su verdadera razón de ser, razón por la cual se había unido a la Union Saver, razón por la cual habían logrado mantenerse en pie durante tanto tiempo.
Articuló un poco su mano derecha, le dolía, de hecho soltó un leve quejido, el golpe que había dado al Digimon había sido lo suficientemente potente como para herirle un poco. Se dejó caer de trasero en la arena, y ahora sentido, se estiró.
- Tamer & Digimon
- Faltas :Tener ojos rojosPrueba de Rol :¿Pa' qué?Digi Puntos :398Ficha :NPCs :Nivel On Rol :MegaNivel On Rol de los Digi Aliados :Yumi: Beast Spirit
Jōkā: ChampionIcono :Rango y Unidad :Hibiki Sanjō Y Seiryū
Rango: Sub Oficial
División: Olimpo Heros
Unidad/Sub-division: Swords WisdomRango y Unidad Digi Aliado :Yumi Niimura
Rango: Soldado
División: Olimpo Heros
Unidad/Sub-division: Swords WisdomInventario :
Hibiki Sanjō
Re: Me temo, que me convertí en datos [Priv. Hibiki Sanjō]
Mercado negro... Suena como algo que los humanos harían —Dibujó una ligera mueca, entonces, una extraña idea cruzó su mente. Estaba en el Digimundo, un mundo virtual, podía suponer que en algún lado de la red, entonces, si existían sitios web donde se vendían cualquier cosa dañina ¿por qué no debería de existir eso en el mundo digital? De cierta forma... Ese mundo parecía estar reflejando al de afuera. Era curioso, sí, muy curioso, y si Yukito tenía un libro de eso ¿significaría que había pisado ya ese mundo digital? Tenía un Digivice, no era de descartar la posibilidad.
¿Avistamientos? ¿De Digisouls? —Parpadeó con suavidad. ¡Bien, perfecto! Demasiada información para solo un día... No, perdón, en cuestión de horas, quizás solo minutos. Supuso que por un rato no iba a aceptar nueva información. Cansada ya de simplemente negar lo evidente, decidió tomárselo con más calma— ¡Eso es curioso! ¿Reflejarán las emociones o algo por el estilo? —Se refería al color. Echó un poco hacia atrás un rebelde mechón de su cabello, esbozando una animada sonrisa a pesar de todo.
Por otro lado, Cupimon desvió su atención hacia Dracomon y, ante su repentino y próximo desafío, sonrió, inclinándose un poco hacia él sin borrar su sonrisa, una bastante inocente— Está bien, cuando estaré a tu altura, veremos quién ganará —De alguna forma le sorprendió aquello. ¿Estaba dispuesto a luchar? A ella eso no le hacía demasiada gracia, aún escuchando el consejo de Hibiki. Yukari pensó que detrás de toda aquella calma había una extraña determinación en hacer realidad sus palabras.
Torció un poco sus labios, caminó hacia un lado del otro y se sentó en la arena, lo suficientemente lejos como para no invadir su espacio personal y, sin preocuparse al respecto, simplemente se dejó caer hacia atrás, tendiéndose en la arena de aquella playa digital. Atenta a las palabras del Tamer fijó su mirada en el cielo, entrelazando sus manos sobre su estómago, relajada. ¡Sería horrible que alguien más intentara atacarlos ahora!
Entonces, por como lo dijiste, supongo que no hay forma conocida para volver al mundo real... —No estaba segura de que eso le desagradara, le empezaba a agradar ese otro mundo— Pero oye, la idea de proteger al más débil suena muy tentadora. Es lo que haría algún héroe de las novelas —Rió en bajo. ¿Qué tal convertirse en una heroína también?
Luce se acercó, solo para observar a los dos humanos con cierta curiosidad antes de voltear hacia Dracomon— Pero... —Fue Yuki quién siguió hablando— No conozco nada de este mundo... Así que... Sería arrogante de mi parte decir qué está bien o mal... —Buscó con la mirada hacia su compañero y al encontrarle, sonrió, girando un poco— El Mundo Digital debe ser enorme... ¿Me acompañarás, Luce? —Él volteó, sonriendo— Claro.
¿Avistamientos? ¿De Digisouls? —Parpadeó con suavidad. ¡Bien, perfecto! Demasiada información para solo un día... No, perdón, en cuestión de horas, quizás solo minutos. Supuso que por un rato no iba a aceptar nueva información. Cansada ya de simplemente negar lo evidente, decidió tomárselo con más calma— ¡Eso es curioso! ¿Reflejarán las emociones o algo por el estilo? —Se refería al color. Echó un poco hacia atrás un rebelde mechón de su cabello, esbozando una animada sonrisa a pesar de todo.
Por otro lado, Cupimon desvió su atención hacia Dracomon y, ante su repentino y próximo desafío, sonrió, inclinándose un poco hacia él sin borrar su sonrisa, una bastante inocente— Está bien, cuando estaré a tu altura, veremos quién ganará —De alguna forma le sorprendió aquello. ¿Estaba dispuesto a luchar? A ella eso no le hacía demasiada gracia, aún escuchando el consejo de Hibiki. Yukari pensó que detrás de toda aquella calma había una extraña determinación en hacer realidad sus palabras.
Torció un poco sus labios, caminó hacia un lado del otro y se sentó en la arena, lo suficientemente lejos como para no invadir su espacio personal y, sin preocuparse al respecto, simplemente se dejó caer hacia atrás, tendiéndose en la arena de aquella playa digital. Atenta a las palabras del Tamer fijó su mirada en el cielo, entrelazando sus manos sobre su estómago, relajada. ¡Sería horrible que alguien más intentara atacarlos ahora!
Entonces, por como lo dijiste, supongo que no hay forma conocida para volver al mundo real... —No estaba segura de que eso le desagradara, le empezaba a agradar ese otro mundo— Pero oye, la idea de proteger al más débil suena muy tentadora. Es lo que haría algún héroe de las novelas —Rió en bajo. ¿Qué tal convertirse en una heroína también?
Luce se acercó, solo para observar a los dos humanos con cierta curiosidad antes de voltear hacia Dracomon— Pero... —Fue Yuki quién siguió hablando— No conozco nada de este mundo... Así que... Sería arrogante de mi parte decir qué está bien o mal... —Buscó con la mirada hacia su compañero y al encontrarle, sonrió, girando un poco— El Mundo Digital debe ser enorme... ¿Me acompañarás, Luce? —Él volteó, sonriendo— Claro.
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :132Ficha :Cronologia :NPCs :Nivel On Rol :ChampionInventario :
Yukari
Re: Me temo, que me convertí en datos [Priv. Hibiki Sanjō]
—Eso es porque en realidad es una invención de los humanos.— Terminó por decir sin verdadero problema, era la verdad. —Al igual que nosotros, también tienen Digivices, Digimon.— Apretó el puño de su zurda, después de todo la diestra estaba algo lastimada. —Los Digimon son como las personas, depende de como les cries la forma en la cual actuarán cuando sean grandes. Si le crias y cuidas enseñándole a robar, él lo hará sin problemas, además de las habilidades natas que cada especie posee de por sí.— Sí, en realidad aquella era la forma más simple para explicarlo, realmente no quería enredarle o saturarle más de lo que ya debería estar.
Un momento, ¿las emociones?, el castaño no dijo absolutamente nada, solo sonrió ladino mientras no le observaban, realmente había logrado dar en el clavo sin siquiera intentarlo, aquella fémina quizás sí tenía futuro en compañia a Lucemon, si realmente se lo proponian podrían llegar muy lejos. Por otra parte, Yumi observaba recelosa a ambos, aquello le molestaba, pero no alegó nada, solo se sentó sobre la arena al igual que el tamer, mientras que simultaneamente Dracomon analizaba al pequeño Angel sin buscar esconderlo, y aunque le era fácil hacer amigos, esta vez estaba un poco más entusiasmado, ¿sería que acaso había visto potencial en él como había hecho el joven de ojos rojos?.
—En realidad... sí la hay.— Respondió, porque sí, existía una forma para volver al Mundo Humano, y él mismo lo había hecho un par de veces junto a Dracomon, y a pesar de que el tiempo fuese MUCHO más lento en la tierra, aún así no podía desatender del todo sus obligaciones como miembro de una familia, llegando incluso a presentarles al dragón alado que vaciaria ya el refrigerador un par de veces, sin embargo no era la decisión más sabia tener a los Digimon en el Mundo Humano por mucho tiempo, por eso de que era el Mundo Humano.
En el fondo se oía la voz del dragón buscando la atención del ángel, tal vez quería jugar, siendo Dracomon además de hambriento podía llegar a ser muy juguetón, mas cuando la situación lo ameritaba... realmente podía convertirse en la bestia que llevaba en sus adentros.
—Zona D, Ciudad D, como prefieras llamarle.— Relajó los músculos e igualmente acabó recostándose para observar la corriente de datos que estilizaba el cielo. —Aquella es la conexión entre este mundo y el mundo Humano.— Bufó levemente. —Estás sabiendo cosas que yo supe en meses, ¿sabes?.— Dijo en un tono serio, sin embargo de cierta forma era notorio que en realidad solo estaba bromeando, aunque a pesar de todo sí era verdad, estaba revelándole información que él recopilaría tras mucho tiempo en el Mundo Digital.
—Prrrrr.— Ronroneó la minina buscando llamar su atención y desviarla de la rubia que incordiaba, o por lo menos eso pensaba ella. Hibiki solo atinó a acariciar la cabeza de la pequeña, reacción que claramente Yumi no se había esperado en lo absoluto (pobre de ella).
—Está bien.— Dijo el tamer con completa tranquilidad. —Aún eres una novata, tienes mucho que ver.— Hizo una pausa mientras buscaba un pequeño artefacto que mantenía en su bolsillo del pantalón, cortesía de la Union Saver. —Si algún día necesitas ayuda, o solo alguien para charlar.— Se lo lanzó con suma precisión y rapidez, perderlo entre la arena podía ser un problema. —Ya sabes cómo contactarme.— Sí, era un pequeño micrófono/audífono, aquellos que miembros de la Union Saver utilizaban para comunicarse con los altos mandos, sin embargo, el castaño se había encargado de sincronizarlo para que únicamente funcionase con la señal de su propio comunicador.
Un momento, ¿las emociones?, el castaño no dijo absolutamente nada, solo sonrió ladino mientras no le observaban, realmente había logrado dar en el clavo sin siquiera intentarlo, aquella fémina quizás sí tenía futuro en compañia a Lucemon, si realmente se lo proponian podrían llegar muy lejos. Por otra parte, Yumi observaba recelosa a ambos, aquello le molestaba, pero no alegó nada, solo se sentó sobre la arena al igual que el tamer, mientras que simultaneamente Dracomon analizaba al pequeño Angel sin buscar esconderlo, y aunque le era fácil hacer amigos, esta vez estaba un poco más entusiasmado, ¿sería que acaso había visto potencial en él como había hecho el joven de ojos rojos?.
—En realidad... sí la hay.— Respondió, porque sí, existía una forma para volver al Mundo Humano, y él mismo lo había hecho un par de veces junto a Dracomon, y a pesar de que el tiempo fuese MUCHO más lento en la tierra, aún así no podía desatender del todo sus obligaciones como miembro de una familia, llegando incluso a presentarles al dragón alado que vaciaria ya el refrigerador un par de veces, sin embargo no era la decisión más sabia tener a los Digimon en el Mundo Humano por mucho tiempo, por eso de que era el Mundo Humano.
En el fondo se oía la voz del dragón buscando la atención del ángel, tal vez quería jugar, siendo Dracomon además de hambriento podía llegar a ser muy juguetón, mas cuando la situación lo ameritaba... realmente podía convertirse en la bestia que llevaba en sus adentros.
—Zona D, Ciudad D, como prefieras llamarle.— Relajó los músculos e igualmente acabó recostándose para observar la corriente de datos que estilizaba el cielo. —Aquella es la conexión entre este mundo y el mundo Humano.— Bufó levemente. —Estás sabiendo cosas que yo supe en meses, ¿sabes?.— Dijo en un tono serio, sin embargo de cierta forma era notorio que en realidad solo estaba bromeando, aunque a pesar de todo sí era verdad, estaba revelándole información que él recopilaría tras mucho tiempo en el Mundo Digital.
—Prrrrr.— Ronroneó la minina buscando llamar su atención y desviarla de la rubia que incordiaba, o por lo menos eso pensaba ella. Hibiki solo atinó a acariciar la cabeza de la pequeña, reacción que claramente Yumi no se había esperado en lo absoluto (pobre de ella).
—Está bien.— Dijo el tamer con completa tranquilidad. —Aún eres una novata, tienes mucho que ver.— Hizo una pausa mientras buscaba un pequeño artefacto que mantenía en su bolsillo del pantalón, cortesía de la Union Saver. —Si algún día necesitas ayuda, o solo alguien para charlar.— Se lo lanzó con suma precisión y rapidez, perderlo entre la arena podía ser un problema. —Ya sabes cómo contactarme.— Sí, era un pequeño micrófono/audífono, aquellos que miembros de la Union Saver utilizaban para comunicarse con los altos mandos, sin embargo, el castaño se había encargado de sincronizarlo para que únicamente funcionase con la señal de su propio comunicador.
- Tamer & Digimon
- Faltas :Tener ojos rojosPrueba de Rol :¿Pa' qué?Digi Puntos :398Ficha :NPCs :Nivel On Rol :MegaNivel On Rol de los Digi Aliados :Yumi: Beast Spirit
Jōkā: ChampionIcono :Rango y Unidad :Hibiki Sanjō Y Seiryū
Rango: Sub Oficial
División: Olimpo Heros
Unidad/Sub-division: Swords WisdomRango y Unidad Digi Aliado :Yumi Niimura
Rango: Soldado
División: Olimpo Heros
Unidad/Sub-division: Swords WisdomInventario :
Hibiki Sanjō
Re: Me temo, que me convertí en datos [Priv. Hibiki Sanjō]
Conque era así ¿eh? Había la forma de volver al mundo humano y, por un instante la idea se le hizo tentadora, debería ir, al menos lo suficiente como para no alertar a sus padres, haciéndoles pensar que quién sabe lo que le había llegado a suceder. Miró hacia la corriente de datos, pensativa— Yo estaba volviendo de noche a casa... Creo que... ¿Podrán alarmarse si no me ven llegar? —Cerró sus ojos. Lo cierto era que la cuestión de Lucemon la preocupaba; después de todo por mucho que confiara en la familia Sakuya, era verdad también que el esposo parecía saber algo...— En realidad, fue mi padre quién me obsequió el Digivice —Se incorporó, al menos, hasta quedar sentada correctamente.
También tenía un libro, intitulado "Digimundo" aunque a mi no me dejó leerlo —¿Qué pasaría si llevaba a Lucemon con ella? Había oído rumores de lo que les sucedía a los seres extraños y nunca antes vistos. Escuchó al pequeño ángel charlar con Dracomon, quizás estuviese entretenido jugando con él. Pero a ella le preocupó dejarle solo, o en su defecto llevarlo con ella y descubrir que las cosas no eran tan simples como en un momento se lo había planteado. Pero sería inútil preocuparse por eso ahora.
¿Hum? Oh, pero quién sabe, quizás llegue a saber incluso más que tu y la próxima vez tenga que explicarte yo las cosas —Fingió estar orgullosa de sus palabras, cuando en realidad estaba bromeando. Aunque sí se había decidido en descubrir cosas, después de todo, ya que estaba en un mundo digital, iba a aprovecharse de la situación.
Y entonces, de la nada se vio necesitada de inclinarse un poco al frente, lo suficiente como para atrapar el objeto con ambas manos, sorprendida— Wao~ —Soltó de golpe. Levantó un poco el objeto y lo observó con curiosidad... ¿Ese era un micrófono?— ¿Esto funcionará aunque estemos lejos? —Preguntó más que nada por curiosidad que por propia preocupación— Es genial —Sí, la idea de poder comunicarse con algo así, nunca se le había ocurrido.
Luce se acercó, arrodillándose a su lado para ver lo que tanto había sorprendido a su Tamer— ¿Qué es? —Yuka sonrió, al final, descubriría que Lucemon era tan o más curioso que ella misma y, siempre había considerado la curiosidad algo bueno, así que... Todo prometía ser algo emocionante, viajar y aprender con él acerca de ese extraño lugar de datos.
También tenía un libro, intitulado "Digimundo" aunque a mi no me dejó leerlo —¿Qué pasaría si llevaba a Lucemon con ella? Había oído rumores de lo que les sucedía a los seres extraños y nunca antes vistos. Escuchó al pequeño ángel charlar con Dracomon, quizás estuviese entretenido jugando con él. Pero a ella le preocupó dejarle solo, o en su defecto llevarlo con ella y descubrir que las cosas no eran tan simples como en un momento se lo había planteado. Pero sería inútil preocuparse por eso ahora.
¿Hum? Oh, pero quién sabe, quizás llegue a saber incluso más que tu y la próxima vez tenga que explicarte yo las cosas —Fingió estar orgullosa de sus palabras, cuando en realidad estaba bromeando. Aunque sí se había decidido en descubrir cosas, después de todo, ya que estaba en un mundo digital, iba a aprovecharse de la situación.
Y entonces, de la nada se vio necesitada de inclinarse un poco al frente, lo suficiente como para atrapar el objeto con ambas manos, sorprendida— Wao~ —Soltó de golpe. Levantó un poco el objeto y lo observó con curiosidad... ¿Ese era un micrófono?— ¿Esto funcionará aunque estemos lejos? —Preguntó más que nada por curiosidad que por propia preocupación— Es genial —Sí, la idea de poder comunicarse con algo así, nunca se le había ocurrido.
Luce se acercó, arrodillándose a su lado para ver lo que tanto había sorprendido a su Tamer— ¿Qué es? —Yuka sonrió, al final, descubriría que Lucemon era tan o más curioso que ella misma y, siempre había considerado la curiosidad algo bueno, así que... Todo prometía ser algo emocionante, viajar y aprender con él acerca de ese extraño lugar de datos.
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :132Ficha :Cronologia :NPCs :Nivel On Rol :ChampionInventario :
Yukari
Página 1 de 2. • 1, 2
Temas similares
» 山、竜のうなり声でささやき (Susurros en la montaña, rugidos de dragón) [Priv: Hibiki Sanjō]
» ¡Bandidos en la playa! [Priv. Diana, Guillem, Hibiki, Yang]
» Take Five [Priv. Hibiki]
» Pacem in Terris [Priv. Hibiki]
» Le chevalier des dunes [Priv. Hibiki]
» ¡Bandidos en la playa! [Priv. Diana, Guillem, Hibiki, Yang]
» Take Five [Priv. Hibiki]
» Pacem in Terris [Priv. Hibiki]
» Le chevalier des dunes [Priv. Hibiki]
Página 1 de 2.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Lun Nov 27, 2023 2:03 am por Garrod Ran
» [Gazimon/ Plutomon]
Dom Feb 24, 2019 2:25 pm por Pancho"Gaito"
» Introduccion
Vie Dic 14, 2018 11:32 pm por Milespinas
» [Candlemon/Wizardmon/Mystimon]
Sáb Nov 24, 2018 9:54 pm por Scott Desaster
» La aventura del Apócrifo comienza
Miér Nov 07, 2018 11:12 pm por Guillem Telast
» Danger? (priv. Roku)
Mar Nov 06, 2018 2:48 am por Yuri Matsuoka
» ATLAS DE LOCALIZACIONES REALES DE DIGIMON
Mar Oct 23, 2018 5:35 pm por Pieddark
» Petición de Lineas Evolutivas
Dom Sep 30, 2018 11:59 am por Scott Desaster
» Cuenta Alternativa! [Registro]
Jue Sep 27, 2018 10:57 pm por Koh