Ficha de Shimon Ikaruga

por **Shimon Ikaruga** Mar Nov 07, 2017 4:08 am

Twisted Flames Of A Radiant Hero.

Nombre: Shimon Ikaruga.

Edad: 18 años.

Sexo: Masculino.

Gustos: La tranquilidad.

Disgustos: El ruido, las personas en general, una mala redacción.

Digivice: D-Scanner modificado.
Spoiler:

DigiSpirit: Coronamon/Victory Greymon
.
Spoiler:

Elemento: Fuego.

Personalidad: Serio y callado, Shimon es una persona que representa poca presencia, logrando pasar desapercibido en la mayoría de casos. Es inteligente, llamado durante sus años en la escuela como “cerebrito” por el resto del alumnado, aunque nunca tuvo esa visión de sí mismo. No tiene muchas aspiraciones, lo cual lleva a mantener sus ojos apagados, sin un brillo de emoción alguna.

Le han llamado lento debido a su incapacidad de leer las emociones humanas, incluyendo las suyas mismas, debido a esto, no ha contado con muchas amistades en toda su vida, pero tampoco ha llegado a sentirse triste o feliz.

Las amistades que ha formado han sido de poca duración, de las cuales siempre salía humillado, pues la gente se hacía su amigo para gastarle bromas o para sacar provecho de él.

Cuando su madre notó esto, lo retiró de la institución privada, pasando a estudiar en casa. El obvio resultado se hizo presente, y el pequeño se volvió una persona aún más asocial y antipática.

Al menos hasta los sucesos del diecisiete de mayo.

Luego del accidente que cambió su vida, Shimon sintió por primera vez en su vida los sentimientos, la impotencia, la tristeza y la amargura. Se volvió alguien mucho más serio y callado, además de agresivo acerca de varios casos, manteniéndose lejos del resto de la sociedad.

Debido a sus experiencias tuvo que crecer mentalmente y volverse más fuerte. Esto lo volvió más inteligente de lo que era antes de su primer viaje al Digimundo. Su cerebro trabajaba mucho más rápido y cada aspecto físico se había vuelto más fuerte, atendiendo a su supervivencia en el mundo digital.

De igual manera había aprendido varios idiomas en aquellos seis años en el mundo digital, pues sus compañeros eran de diferentes nacionalidades y casi cada uno hablaba una lengua distinta. Idiomas como el español, alemán y portugués fueron necesarios para poder conectar con todos.

Naturalmente, no era dios en la tierra. Siendo joven e inocente, muchas cosas se le complicaron, ya sea las relaciones sociales o al momento de enfrascarse en una pelea.

Pese a esto, seguía contando con la modestia de antaño e inclusive, seguía sin representar una presencia, pasando desapercibido mientras realizaba viajes al mundo digital.

Estas características fueron desapareciendo, volviéndolo alguien con mejor desarrollo con algunas personas, pero herido por la pérdida de sus amigos, no se abre a mucha gente.

Apariencia:
Spoiler:

Altura: 1.73 metros.
Peso: 65 kilogramos.

Shimon es un adolescente de dieciocho años, algo bajo para su edad, pero de cuerpo bien construido debido a sus fuertes entrenamientos, un peso recomendado para su tamaño y una edad mental nada acorde.

Su piel es clara, desacreditando el hecho de que su elemento sea el fuego

Tiene cabello de color rojo peinado con una pollina en medio de dos mechones que se asemejan a colmillos. Haciendo una división tiene unos audífonos blancos marca Zony con rebordes negros. La parte trasera de su cabello está levantada como si la gravedad no lo afectara.

Sobre su cuello lleva una maltratada bufanda de color morado con gran valor sentimental. Esta esconde su cuello, donde hay grabadas varias runas mágicas, utilizadas para sellar el poder de su DigiSpirit y su D-Scanner.

Suele llevar una camiseta negra con un círculo y una línea que lo atraviesa, ambos de color blanco, haciendo el contraste de colores.

Lleva pantalones beige claro cortos sobre la rodilla la mayoría de las veces, junto a estos, unas botas de cuello alto de color marrón, siendo estas botas de combate.

Al igual que muchas personas al viajar al Digimundo, sus ropajes cambian. Sus ropas normales pasan a ser una túnica roja con toques negros que llega hasta algo más de las rodillas. Dejabo de esta usa pantalones deportivos negros. Sus botas se vuelven negras con cordones blancos y su bufanda permanece igual. Como curiosidad, los audífonos quedan sin ningún cambio. Su cabello toma una coloración rosácea, pasando a ser fucsia.

La túnica también cuenta con una capucha y mangas largas acompañadas del mismo diseño.

Sin importar dónde esté, siempre mantendrá consigo un estuche de color negro con cierre blanco, donde mantiene encerrada una espada ceremonial sin uso en combate (ni siquiera contra otros humanos) pero usada para intimidar acompañada de su excelente esgrima.

Mueve mucho las manos al hablar, lo hace por acto reflejo. Se come las uñas cuando entra en un profundo estado de pensamiento.

Su D-Scanner posee una forma muy curiosa, siendo que va en el brazo. Los DigiSpirits pueden seleccionarse desde una pantalla que el aparato crea y solo se activa cuando el usuario pasa las cadenas digitales sobre él.

Pese a su apariencia única, posee exactamente las mismas cualidades y funciones de un D-Scanner normal, siendo únicamente algo estético.

Historia:

—¿Dónde se supone que estamos?

¿No somos solo seres que se esconden de la luz?—

—La oscuridad nos rechazó.

La luz nos negó—

¿Serás tú quien nos lleve al camino que merecemos?
Un destino incierto, escrito con sangre y polvo de estrellas.
¿Nos encontraremos camino al firmamento o camino al infierno?

Un Shimon de doce años se levantó aturdido y bañado en sudor. Tenía ese tipo de sueños desde hace meses atrás, desde el día de su doceavo cumpleaños.

Miró el reloj a su derecha, posado sobre una mesa de noche junto a su cama.

«5:59»

Faltaba justo un minuto para que la alarma sonase, y anticipándose al molesto sonido, apagó el aparato. Se levantó de la cama y camino a paso moderado hacia la puerta de su habitación. La abrió despacio, teniendo cuidado de que el sonido de las rechinantes visagras no resonara a través del estrecho pasillo que conectaba con el resto de habitaciones.

Y así comenzó el día donde todo se torcería, un fatìdico diecisiete de mayo.

«Siete horas después»

La pantalla del computador decía la hora en el reloj digital, las «1:34». Su primer año de escuela media era muy fácil así que no sabía de qué se quejaban los chicos de su aula.

Ah, y tenía un ojo morado.

—¡Shimon! —se escuchó luego de que las visagras de la puerta rechinaran. Su madre en aquel traje de abogada de puso en una rodilla. Ella era una mujer japonesa muy trabajadora, pero de apariencia muy típica, casi pasando por un extra de película. —¿¡Quién te hizo eso!?

El moretón palpitaba y resultaba molesto, pero Shimon no comprendía porqué su madre estaba de esa manera.

Ladeó su cabeza, confundido, y habló.

—Un niño en la escuela.

—¿Por qué lo hizo?

—Ni quise prestarle mis apuntes.

—¿Sólo por eso?

—Quizás porque también lo llamé troglodita con capacidad de retención baja y un IQ consecuente a este.

Shimon seguía sin entenderlo, tampoco entendió como su compañero no comprendía que lo había llamado retrasado.

Habían pasado dos horas más, la hinchazón de su ojo había bajado bastante y su madre hablaba por teléfono.

Según los nombres que usaba, además de los adjetivos denigrantes, Shimon entendió que la mujer hablaba con el director de la escuela.

—¡Claro que puedo hacerlo mucho mejor! —Y estampó el celular contra la mesa, finalizando la llamada.

—Shima, ¿qué opinas sí…?

—¿Estudio en casa? Suena bien, sé que al menos tú no me golpearás. —concluyó el chico mientras pasaba a la cocina.

Y ahí fue donde todo pasó.

Recordaba el techo colapsar, las paredes abrirse debido a la presión, la nevera salir volando y por el rabillo del ojo, ver a su madre chocar contra la pared.

Apenas logró divisar a dos grandes criaturas luchando antes de que todo se tornara negro.

«Horario de tiempo no definido»

Si había cosas que Shimon aún no entendía, era como sentirse respecto a muchas cosas.

Luego estaba saber dónde estaba.

Estaba rodeado de piedra caliza, saber donde podía estar no era muy difícil pero tenía que salir para asegurarse. Escaló entre las piedras mientras notaba la alta temperatura. Sorprendentemente, el calor era soportable, incluso cómodo.

Al salir, sus ojos se fijaron en un enorme volcán, no podía darse una medida exacta debido a las gigantescas proporciones de este. A su alrededor no tardaron en aparecer seres de distintas formas, indiscriptibles debido a su número, la mejor palabra que tenía para describirlos era “mounstruos”.

Ellos hablaban, podía entenderlos, pero de sus bocas solo salían palabras que indicaban agresiones. Por primera vez en su vida sintió algo.

Miedo.

Intento poner ambos brazos al frente, intentando no morir en el intento.

Un potente temblor sacudió el lugar, frenando el avance de todos los ataques y generando una barrera alrededor del muchacho. Un segundo brillo que acompañó al domo se hizo presente en el brazo izquierdo, más específicamente, en su muñeca.

Un artefacto que cubría poco menos de la mitad del antebrazo de color rojo.

—¿Qué demonios es esto?

Los monstruos a los alrededores desaparecieron en ceros y unos cuando un pie tocó el suelo, mientras su pelaje se ondeaba con el viento, Flaremon se acercaba, imponente, hacia el muchacho.

—La oscuridad nos rechazó.

Un pie envuelto en llamas azotó el suelo, Meramon había hecho acto de presencia.

—La luz nos negó.

Una luz apareció detrás del chico, la cual terminó por revelar a Coronamon.

—¿Serás tú quien nos lleve al camino que merecemos? —habló el Rookie.

—Un destino incierto, escrito con sangre y polvo de estrellas. —hablaron los tres seres.

—¿Nos encontraremos camino al firmamento o camino al infierno?

Una figura etérea apareció de repente, sin embargo, hasta ahí llegó la consciencia de el pobre Shimon, quien ya tenía demasiada presión encima.

Las criaturas a su alrededor brillaron antes de desaparecer. Minutos después, un grupo de niños de una edad similar a la de Shimon llegaron al lugar. Estos se reunieron alrededor del inconsciente cuerpo del niño y el que parecía ser mayor se acercó a él.

—¿Qué es esto? —se preguntó el chico, observando el aparato en el brazo del niño pelirrojo.

«Seis años después»

En un pequeño departamento, un adolescente de cabello rojo se levantaba de su cama. Talló sus párpados por un instante y mientras sus azules ojos se adaptaban a la luz, él se levantaba.

La habitación era sencilla, una cama, una mesa de noche, un escritorio con varios libros apilados y un armario. Shimon llevaba haciendo encargos de informática desde los catorce y alquiló el pequeño lugar. Hablando de la carrera, el chico la cursaba en la universidad, compaginando sus estudios con los viajes al Digimundo.

Sobre el escritorio había un cinturón negro con una raya amarilla al final denominada "dan". Esta era una muestra de su nivel de maestría en el Taekwondo, arte marcial que aprendió para prolongar su supervivencia en el Digimundo. De igual manera, era poseedor del primer Dan en Kendō.

Se sentó en su cama, sus manos en su cabeza intentando recordar qué había pasado. ¿Por qué estaba en su departamento? Hace escasos minutos peleaba contra...

Al recordar los sucesos de la noche anterior, apretó la mandíbula y pateó un mueble.

—¡MALDITOS!

La rabia inundaba sus ojos, lágrimas brotaban de sus ojos, recordando a sus camaradas caídos. Los humanos junto a sus Digimon, usuarios de D-Scanner, todos.

No podía dejar de mirar su dispositivo digital. Intentó acceder a los espíritus de los Digimon, pero estos estaban bloqueados, apagados. No podía tampoco comunicarse mentalmente con ellos, mucho menos sabía como había vuelto a su departamento.

Se había quedado sentado en su cama, mientras el suelo se mojaba por las lágrimas.

El estuche de su espada estaba reposado a un lado de la cama. Había obtenido esa arma en una lucha por liberar una zona del Digimundo, pero era únicamente ceremonial, no tenía uso en una pelea.

Aquellos recuerdos eran difusos, aquellos recuerdos de hace seis años cuando obtuvo su D-Scanner y el poder de los Digimon que lo acompañaban incluso en su muerte.

Golpeó con rabia el suelo, los nudillos le sangraban y el suelo se resquebrajaba por ser de madera.

Sus peleas, todas sus experiencias lo habían vuelto alguien más fuerte. Era lo más cercano a un héroe en ciertas partes de ese mundo, pero, ¿alguien lo recordaría?

Solo le quedaba sonreír con melancolía.

Pero el D-Scanner se iluminó.

—¿Qu-qué?

—Shi-shimon-niisan.

—¿¡Coronamon!?

Una luz brilló en los ojos del hombre.

Una luz de esperanza.

DigiSpirit: Características.

Coronamon: Nombre real: Éoo.
Historia: Un joven Coronamon que entrenaba sin cansancio para volverse un gran héroe como el VictoryGreymon de las leyendas. Un día su aldea fue atacada y todos sus habitantes fueron asesinados, incluyéndóle. Su ferviente deseo de volverse un héroe legendario lo convirtió en un DigiSpirit que resonó con el alma de Shimon. El muchacho actúa como su hermano mayor y por tanto, terminó llamándole por el sufijo "Nii-san"

Meramon: Nombre real: Pirois.
Historia: En vida fue un cazarrecompensas. Un guerrero temido incluso entre los demás Digimon de nivel campeón.
Un día recibió la misión de atacar un pequeño pueblo y saquearlo, asesinando a cualquiera que se pusiera en medio. Desgraciadamente, Éoo fue el primero y único que le hizo frente. El valor del Coronamon lo dejó en ridículo, y mientras su llama de bárbaro se apagaba, lamentó haber tomado aquella misión. Sus ganas de redimirse, pero igual de seguir luchando, lo volvieron un DigiSpirit.
Al principio se llevaba mal con Shimon, pues el chico sólo pensaba en sí mismo. Pero luego de proteger a los miembros de su grupo, Meramon le concedió su poder.

Flaremon: Nombre real: Flegonte.
Flegonte, al igual que todos los DigiSpirit bestia, fue un espíritu incontrolable en sus inicios. Su historia se remonta años después de la muerte de Éoo. Flegonte, al enterarse de la destrucción de su pueblo, ataca el gremio de cazarrecompensas al que Pirois pertenecía, dando muerte a casi todos, incluyendo al Human Spirit de Shimon. Poco se conoce de él, además de que llevó una vida salvaje luego de la muerte de su clan. El cómo murió es desconocido, quizás en medio de una pelea. Su deseo de volverse a encontrar con su hermano, Éoo, lo volvió un DigiSpirit que resonó con el alma de Shimon al sentir a su hermano ligado al D-Scanner del pelirrojo. Aunque al principio no lo aceptaba como su usuario, el poder del alma del chico sobrepasó al espíritu salvaje.

Apollomon: Nombre real: Aetón.
Historia: El primer monarca de la tribu de Éoo y Flegonte, al igual que el ancestro de ambos. Su espíritu quedó sellado en un volcán luego de encerrar a un gran mal (Titamon). Luego de la liberación de este por la ruptura del sello, el DigiSpirit de Aetón también quedó libre, originado por el deseo de proteger a los demás de Titamon.
Es un Digimon sabio que ayudó a Shimon con el desarrollo de sus emociones.

Notas:
*La historia de los seis años de Shimon como Tamer será contada en la sección "Historias"
*Debido a una fuerte contienda, los compañeros de viaje de Shimon murieron (o al menos eso cree él). Los DigiSpirits perdieron casi todo su poder, así que deberá esperar para volver a usarlos en su máxima potencia.
*A los dos años de vivir en el Digimundo aprendió la lengua única de ese lugar: el Digimoji.
*Su madre es japonesa de apariencia simple, llamada Yumiko Ikaruga. Su padre es un europeo con las mismas características (cabello, ojos), se separó de Yumiko cuando Shimon cumplió ocho años, su nombre: Klaus V. Reinhartz.

por Roku Ginshô Dom Nov 12, 2017 12:57 am

Ficha denegada

-El digivice se presentan dos variedades. Primero el d-scanner con motivos de dinosaurio y luego el de starforce. Aclarar cuál de los dos es el que utilizará el personaje, y recordar que aunque se permitan estos cambios visuales, no se podrá pedir miniatura en pixel-art para el inventario (teniendo que recurrir al propio talento o a la ausencia del dibujo en esa parte del perfil), atendiendo solo las peticiones de los digivice "canon".

-Sobre el pelo fucsia, lo máximo es pelirrojo. Esto deja dos opciones: o bien tiene otra coloración (negro, rojo, castaño) en el mundo real y en el digimundo se le pone así, o se tiñe. Mas pelo fucsia por genética, no.

-Dado que es una cuenta que ya inicia con DP's, se entiende que quiera dársele un pasado/trasfondo como tamer veterano, y que para no sobrecargar la ficha, se deje para la sección de historias. Cómo consiguió el digivice, la vez que salvó una zona y le dieron la espada, su grupo de amigos... Todo eso, sin problemas, puede desarrollarse en la sección de historias. No obstante, sí hay elementos que deben aparecer en la ficha y no pueden dejarse "en el aire", a espera de que se prepare una historia aparte.

La ficha es el documento donde se presenta la idea base del personaje, donde lo más importante debe tener presencia.

-Aquí entra la modificación del personaje. En cuanto a la personalidad, dado a los traumas o situaciones de tensión es normal que haya cambios drásticos en él, pero en cuanto a cualidades y virtudes, Yggdrassil nunca ha hecho algo semejante. A lo largo de la serie sí ha habido casos donde el dios ha modificado el código de los tamers, pero ha ido más a solucionar enfermedades (a uno directamente le cambió los pulmones).

Una modificación mayor y perenne suele deberse a la posesión o implicación de entidades digitales (y el mayor ejemplo de esto es Homeostasis), pudiendo usarse en este caso los spirits mayores, que podrían alterar el comportamiento y competencias del personaje, pero siempre dentro de unos límites evidentes. Aunque se diga que tiene aprendizaje aumentado, estas habilidades solo podrán tener uso si se dispone de suficiente fondo o base para rolearlas, y nunca yendo al meta-roleo.

Por cómo se dispone en la ficha, este parece ser su único propósito, teniendo el personaje una carrera, conocimiento seis idiomas y dominando tres artes marciales.

-Teniendo 18 años, no puede ser graduado en informática. Aunque tuviera una inteligencia superior, se presenta el problema de que no podría adelantar cursos y compaginarlo con su vida de tamer. Físicamente, no puede estar en dos lugares al mismo tiempo: o estudia, o tiene aventuras. No hay problema conque esté formándose como informático (ya sea en la universidad o instruido en una escuela de oficios), pero los estudios superiores finalizados, no.

-Atendiendo a las artes marciales, y de nuevo, cosas a comentar. En el taekwondo no existe el "cinturón negro", ya que es parte del uniforme estándar, sí están presentes los "dan". La jerarquía por cintos de colores SOLO existe en el kárate. Las artes marciales mixtas son una alusión a las disciplinas marciales modernas, que no dejan de ser sumas de estilos ya existentes adaptados al mundo competitivo (es decir, que los golpes que matan no se usan), en el cual se dispone la especialidad del luchador (que si jiujitsu, boxeo, kickboxing) o en qué área se maneja (combate cerrado, lucha en el suelo, agarres, estrangulamientos...). El kendo también usan los "dan", pero suman un examen teórico y una edad mínima (que va de 1 a cinco años por dan).

Si no destaca en ninguna, no puede poseer un nivel alto. Primero porque para avanzar en los niveles de maestría te piden una competencia (si es tercer dan, ya está por encima de los de primero y de los de segundo), y segundo porque si la referencia es únicamente "alto", pero ni se alude en la historia, físico o mentalidad (en lo que viene siendo la ficha) directamente debo denegarlo, porque de nuevo pasa a ser metarroleo: el personaje dispone de habilidades marciales porque sí, sin mayor peso en su desarrollo (ojo, que esto sigue siendo un "Primer vistazo al personaje", pero no quita que ni se nombra en el molde de la ficha).

-Con respecto a los idiomas, japonés, inglés y alemán no hay problema (sus lenguas materna y paterna, y el inglés es la lengua franca internacional, su uso está a la orden del día. Pero el resto, español, francés y portugués, sin un motivo en la trama que JUSTIFIQUE su adquisición, no me vale. Aquí entra lo antes dicho, "es que fue modificado y por eso..." sería metarroleo, quiero motivos que de verdad adjudiquen ese talento. Y no en notas ajenas a la ficha, deben presentarse integradas en su forma de ser.

Hasta que no se evalúe y sopesen estas consideraciones no puedo darle el aprobado, ya que la promesa de "se explicarán en futuras historias" no me supone ninguna garantía.