Tamers y compañeras [Privado Kagura Tenshi]

Una bola de fuego impactó a pocos centímetros de la cara de Guillem que ni siquiera se inmutó. Detrás de él la pared de roca mostraba marcas de quemaduras por todas partes excepto en donde habían dibujado una diana golpeando con una piedra que estaba completamente intacto.
- Ésta no vale - Tina  jadeaba y sudaba bastante - Se me ha resbalado.
- Está bien - El adolescente se levantó y se dirigió hacia su compañera - Entonces dejémoslo por hoy, ya habrás llegado a tu limite.
El chico sacó una raíz del bolsillo de su sudadera y se le ofreció a la impmon la cual rápidamente se la quitó de las manos y empezó a roerla como si no hubiera comido en semanas.

La pareja ya llevaba unos cuantos días instalada en la zona que habían descubierto por casualidad al resbalar por la ladera en la que diablilla estaba haciendo puntería. El lugar disponía de un claro sin arboles donde poder practicar con las bolas de fuego sin peligro de causar un incendio, cerca pasaba un riachuelo que les servía como fuente de agua y para terminar de mejorar la situación los digimon del entorno, si bien no eran hospitalarios, no se mostraban hostiles y hasta parecían tolerarles, como mínimo por el momento. En resumen un lugar ideal para entrenar.

La pequeña digimon terminó la raíz y dirigió una mirada cansada al humano - ¿Cómo lo he hecho esta vez?
- Zero de ciento diecisiete - El chico le dio unas palmaditas a la impmon que se había deprimido con el resultado - Vas mejorando, antes solo podías tirar unas cincuenta veces.
- Supongo… Voy a beber, ahora vuelvo.
Guillem pensó en acompañarla pero lo descarto de inmediato, sabía perfectamente que a veces uno solo quiere estar solo.

Mientras la rockie se adentraba en la vegetación el adolescente se sentó observando la diana y casi sin darse cuenta sacó su digivice del bolsillo. La verdad es que era la primera vez que lo miraba con atención. A primera vista parecía que la pantalla estuviese rota y que el óxido se hubiese extendido por todo el aparató, además que el aura oscura que desprendía dificultaba observarlo bien. En realidad si bien habían grietas en el vidrió estas no parecían extenderse y en realidad eran muy limpias como para haberse hecho con un golpe, en cuanto al oxido tan solo con tocarlo se podía percibir que no era más que una pintura que lo imitaba, y de hecho era muy suave, como si le hubieran dado una capa de cera.
Bueno, que estuviera personalizado era preferible a que estuviese roto, pero… ¿Si no estaba roto por qué lo habian abandonado en medio del bosque?

Mientras el humano cavilaba la impmon se dirigió al riachuelo maldiciendo por lo bajo mientras un vahó helado salía de su boca. No tardó mucho en llegar junto al agua y empezar a beber, mientras lo hacía pensó en su tiempo como pagumon; entonces nunca fallaba con sus burbujas, y de hecho en su nueva etapa su precisión con los suplidos helados seguía siendo bastante precisa ¿Entonces por qué le costaba tanto apuntar con el fuego?
Pensando en eso agarró un guijarro de la orilla y trató de lanzarlo al otro lado, el proyectil escapó rápidamente de su rango de visión y acabó por caer en su cabeza, eso fue la gota que volcó el vaso.
- ¡JODEEEEEEEEEEEEEEEER! - El grito de la rockie fue aumentando de volumen y tono hasta convertirse en un desagradable chirrido, similar al producido al rasgar una pizarra con las uñas, que a pesar de ser amortiguado por los árboles, resonó por todo el bosque para la sorpresa de la propia impmon. (Dark Song)

Tema a interpretar en el Violin

Cuando el humano percibió el saludo de Guillem guardó el violín y, junto a sus acompañantes, se dirigió hacia la pareja. Estuvo unos segundos en silenció, como analizándolos, y de pronto preguntó si eran nuevos, más específicamente; se lo preguntó al adolescente, casi ignorando a la Impmon.
La pregunta descolocó un poco a ambos, aun así cada uno se apresuró a responder.
- Llevamos algunos dias por esta zona, pero sí, somos nuevos.
- Aunque la gente suele empezar con su nombre, el es Guillem, a mí me llaman Tina.
El joven se presentó como Kagura Tenshi, ninguno de los dos pudo pasar por alto que tan solo se había presentado a sí mismo, casi inmediatamente, como si actuara por costumbre, preguntó por el estado del humano y si necesitaba alguna clase de ayuda.
En ese momento, el adolescente se percató que aún seguía cubierto de hielo por el ataque de su compañera, rápidamente empezó a expulsárselo mientras le quitaba importancia. - ¡Ah! Sí, estoy bien, ha sido un inocente accidente.
Tina sonrió, después de decir eso ya no la podría regañar - Aunque quizá sí que nos podríais ayudar - mientras decía eso, Guillem trató de mirar a los tres, pero debido a que el digimon felino había empezado a dar vueltas alrededor de sus compañeros, como un niño cuando está paseando con sus padres y estos empiezan a hablar con algún conocido, decidió centrar sus ojos en Kagura y el zorro plateado
- Si nos pudieseis decir algún modo de volver al mundo humano os lo agradeceríamos, sobre todo por qué no creo que por aquí haya alguna estación de tren.
Las últimas palabras de su compañero hicieron pensar a la impmon en los trailmon que de vez en cuando cruzaban su territorio, conocedora de la capacidad de estos para ir por cualquier sitio, tuvo que taparse la boca para evitar echarse a reír. Sin embargo, la digimon morada ahogó rápidamente su risa y le tendió su mano a la Renamon que llevaba desde que el humano había empezado a hablar observándola, o como mínimo creía que era hembra, en esa especie era un poco difícil de distinguir, en el caso del nivel adulto, su actitud era muy infantil como para distinguir su generó solo observando.
- Soy Tina, ¿Y tú?

[Off] Para que te des una idea de las voces:

Voz Mizuki

Voz Kiseki

Las palabras de Kagura cayeron como un jarro de agua helada sobre el adolescente. Una estación de tren ¡El mundo humano y el digital estaban unidos por una maldita estación de tren! Su hermana había estado distante la mitad de su vida con el objetivo de conectar dos mundos que ahora resultaba que se podía viajar entre ellos en transporte público.
Guillem ya no estaba escuchando, y el mismo ya sabía lo que eso significaba, sus músculos se tensaron y notó como le subía la sangre a la cabeza, se mordió el labio inferior tratando de dominarse.

Ante la reverencia de Mizuki Tina comprendió que sería inútil seguir alargando la mano, así que imitó a la Renamon con otra reverencia - El gusto es mío.
El humano termino de hacer las presentaciones y se despidió, advirtiéndoles que tuvieran cuidado con los digimon salvajes.
- Tranquilo - La impmon sonreía mientras movía enérgicamente el brazo de un lado a otro - Entre salvajes sabemos evitarnos. ¡Que os vaya bien!
Mientras el trio se alejaba la diablilla se dirigió a su compañero - Bueno ¿Qué tal si ahora vamos a buscar…? ¡Guillem!
El chico temblaba de frustración y su labio sangraba, pero lo que causó pánico en Tina fue que el aura oscura del digivice, alimentada por la ira, ahora había tomado un tono un más oscuro y cubría todo el cuerpo del humano.
La oscuridad se abalanzó sobre la pequeña digimon la cual la esquivó de pura suerte, sin siquiera pensarlo la pequeña agarró aire y chilló con todas sus fuerzas (Dark Song). El tremendo chillido volvió a desconcentrar completamente al humano, la nube negra se desvaneció regresando al dispositivo para alivio de ambos.
- ¿Qué rayos ha pasado?
- No sé, solo me enfadé y pasó eso.
La impmon miró confusa a Guillem - ¿Los humanos hacéis eso cuando os enfadáis? - El chico negó con la cabeza - ¿Normalmente haces eso al enfadarte?
El humano volvió a negar con la cabeza y sacó el digivice del bolsillo - Creo que una mejor teoría es pensar que esto es el responsable.
La Rockie miró el aparató marrón con mala cara y de pronto empezó a correr.
- ¿Adónde vas?  
- Yo no quiero riesgos. Voy a pedirle al peliblanco si sabe cómo se utiliza ese trasto. Ahora vuelvo.

Tina no tardó mucho en alcanzar al trio, a pesar de la ventaja que había tomado respecto a Guillem este le seguía a corta distancia, al fin y al cabo las piernas de la diablilla eran bastante cortas respecto a las suyas.
- ¡Eh! ¡Un momento por favor!
El grito de la impmon bastó para qué el humano se voltease. A pesar de la distancia que aún les separaba, Guillem observó que parecía ligeramente molesto por su presencia, le comprendía, la verdad es que de ser por él habrían seguido cada uno por su lado pero realmente la decisión de Tina era lo más prudente.

Una vez llegó delante de ellos la diablilla habló deprisa, no tenía intención de darles tiempo a que se negaran a ayudarlos - Antes has preguntado si nos podías ayudar ¿No? - Con un gesto rápido metió su mano en el bolsillo de su compañero y sacó el digivice para mostrárselo al tri… Al dúo. Kiseki volvía a estar a lo suyo.
El adolescente se mostró bastante molestó bastante por la acción del digimon virus peró decidio ignorarlo, su enfado ya habia causado suficentes problemas por hoy. - ¿Por casualidad alguno de vosotros sabe cómo funciona este trasto? Por qué no estoy muy segura de que deba echar niebla.
Con la luz del crepúsculo el aura oscura que emanaba del dispositivo con aspecto de estar oxidado parecía verse más densa y oscura de lo habitual, dándole un aspecto ligeramente más maligno del que normalmente poseía.
La digmon miró fijamente al humano y a la Renamon con los ojos de pucherito que llevaba días usando con Guillem cada vez que le golpeaba con sus bolas de fuego.

Guillem por su lado no pudo evitar fijarse en el banquete que se estaba dando la Mikemon. - Esto… Perdón por interrumpir, pero… ¿Ella sabe de qué tipo son las bayas que se está comiendo, verdad? Porque no creo que comer la primera fruta que uno se encuentre por el bosque sea muy buena idea.

Tina se tranquilizó por la respuesta de humano, a pesar de decir que no sabía prácticamente nada de ese modelo les había resuelto todas las dudas. El digivice respondía las emociones, eso explicaba por qué el aura había aumentado cuando Guillem se enfadó, en cuanto a lo de abalanzarse sobre ella… Seguramente era el proceso de evolución, ya lo había experimentado antes, ¿Cómo podía haber sido tan estúpida como para interrumpir el proceso? Bueno, la próxima vez se dejaría hacer. Al fin y al cabo el aura oscura no parecía ser preocupante, al fin y al cabo el dispositivo de Kagura emitía una similar así que debía ser normal. ¿No? Claro, no es como si al humano le hubiera siquiera sorprendido al verla. Sí, eso parecía ser normal.

Guillem por su parte escuchó las explicaciones respecto a la comida con cierto escepticismo. Trató de comprender su lógica pero simplemente no la comprendía. Es decir… ¿Porqué las plantas dieran como frutos comida basura eso significaba que no podían dar vayas venenosas? Bueno, él no era más que un novato en ese mundo mientras que el canoso parecía ser ya un veterano. ¿Quién era él para dudar de sus palabras? De todas formas iba a seguir pidiéndole su opinión a Tina a la hora de escoger los alimentos.

Se hicieron unos segundos de silencio mientras la diablilla devolvía el dispositivo a su dueño que lo recogió con su cara seria de costumbre. Kagura debió fijarse en eso ya que le preguntó si le pasaba algo.
Otra vez esa maldita pregunta, ni en otro mundo se libraba de ella. Ahora tenía varias opciones como respuesta: Decirle simplemente que no le ocurría nada, aclararle que esa era su cara habitual o… Desahogarse. Optó por lo último.
- Perdona, es que aún no me hago a la idea. No lo de la comida, te creo y ya sabía lo de los árboles de bocadillos y otros alimentos. Lo que no consigo entender es como dos mundos, que además tienen leyes físicas diferentes, estén conectados por transporte público. Eso es aún más ridículo si tengo en cuenta que acabé aquí por una maquina en que mi hermana estuvo trabajando años. Y si añadimos que la contrataron para ese proyecto en concreto eso ya parece una broma cruel.

Guillem prestó atención a las palabras de Kagura y las gravó con fuego en su mente. Era cierto: Enojarse no serviría de nada, no tenía caso pensar en algo que no podía cambiar, el pasado ya no se podía cambiar, el futuro era incierto, debía preocuparse únicamente por el ahora. Ya sabía cómo regresar. No importaba que fuera en tren o de cualquier otra forma.
De repente el chico le puso la mano en el hombro, sus músculos se volvieron a tensar pero trató de no demostrarlo. Tras recordarle que tratará de disfrutar un poco de ese mundo y que mantuviera la cabeza fría decidió irse, pero casi de inmediato un pequeño temblor y una explosión sacudieron el suelo. Kagura intercambió algunas palabras con Mizuki y ambos a correr hacia el supuesto origen de la explosión seguidos de la Mikemon cuando esta se dio cuenta de que la estaban dejando atrás.
Se hizo un silencio incomodo durante unos segundos hasta que Tina habló - O sea que… ¿Lo de mantener la cabeza fría no aplica para ellos? ¿Y que eso del U ese?
Guillem simplemente se encogió de hombros - Ni idea. En fin… - Se acercó a donde Kiseki había estado unos momentos antes y se puso a comer - ¿Cenamos?
La diablilla se quedó parada sin acabar de entender la decisión del humano - ¿No vamos nosotros también?
- ¿Para qué? Además, si alguno de los grupos puede cuidarse solo ese es el suyo, no el nuestro. Al fin y al cabo creo que Kiseki es un nivel adulto.
- Pero seguro que por ahí hay algún digimon fuerte al que absorber los datos.
- ¿No habías llegado a tu limite hace un rato con tus bolas de fuego?
- ¡Ya estoy bien! Me he comido una raíz. Con eso me basta.
El chico miró a la impmon con cara de escepticismo - Tina… ¿De verdad pretendes convencerme con eso?
- Eh… Yo… ¡Detrás de ti! ¡Una mariposa con metralleta!
Guillem se giró, más que nada por reflejo, y vio a un Mothmon comiendo una manzana. Al ver al humano el insecto le saludó con la mano antes de irse y cuando esté volvió a girarse Tina ya había desaparecido. El aura del dispositivo volvió a incrementarse mientras el adolescente se levantaba y volvía a salir corriendo por segunda vez ese día.
- Mantén la cabeza fría, dice… Tu compañera te ayudará, dice… Trabajar en equipo, dice… Jolín, si ese tipo fuera vidente se moriria de hambre.

Tina se detuvo a recuperar el aliento, no estaba segura de cómo había podido salir corriendo tan rápido y con las prisas no estaba segura de sí había tomado el camino correcto, aunque eso era fácil de solucionar. La diablilla levantó la cabeza y empezó a oler el aire, no es que pudiera encontrar a ninguno de los tres por el olor, lo que quería encontrar era algo mucho más obvio y fácil de distinguir: El olor a humo que tendria que haber causado la explosión.