Rose of May [Priv. Natsumiko]

Rose of May

Digimundo, Zonas Iniciales, Verano —

Era increíble la manera en la que tantas cosas podían cambiar de un momento para otro; pues así, en un día normal un evento extraordinario sucedió justo ante mí. Todo comenzó con esa neblina demasiado impropia para la época, el verano no precisaba sucesos así; al menos no de forma tan simple pero al mismo tiempo tan espontanea, claramente había algo más, un hecho desconocido que no entraba en una extraña ecuación cuyo resultado era un evidente misterio. Aun así fui arropado por esta, y con la finalidad de buscar una salida comencé a desplazarme dentro de la misma; no podía ver nada, pero de alguna manera sentía como si todo cambiara.

Un par de minutos bastó para que aquella neblina se disipara, mostrándole un lugar completamente diferente a aquel donde me encontraba; todo parecía ser un sueño, o al menos esa era la percepción que tenía a fin de darle una explicación a tan extraños cambios. Por tal motivo y de alguna manera un poco más relajado decidí dejarme llevar por el mismo; encontrándome ante un extraño dispositivo y lo que parecía ser un huevo cuyo tamaño era más que considerable, el cual se movía como si estuviera cerca de abrirse. Sentía curiosidad por saber que saldría de ahí.

Mi mano fue llevada al dispositivo misterioso como si estuviera siendo atraída por una fuerza magnética; y en ese instante pude ver como a aproximadamente un metro se encontraba un segundo huevo y otro dispositivo muy similar al mío. La llegada de una nueva presencia no se hizo esperar, y para cuando ya había tomado aquel pequeño aparato con mi mano izquierda; dos hechos más que singulares sucedieron al mismo tiempo. Mi corazón latía rápido, no entendía si por lo que estaba sucediendo o por el resultado de haber volteado a verla; era hermosa, y la situación a su vez era indefinible, incluso para un sueño.

Ante mí se encontraba una pequeña criatura, la cual apenas al nacer saltó hacia mis brazos como si me conociera de toda la vida; era algo extraño, sin embargo se sentía una calidez y una esencia tan confiable que no pude evitar recibirlo con mis brazos. Para cuando comencé a levantarme, pude contemplar mejor a aquella chica, comprobando que lo pensado por la mirada rápida era más que correcto; era tan hermosa como una rosa de mayo, y por alguna razón inexplicable mi corazón latía como nunca, quizá porque se trataba de un sueño llegué a pensar. Sin embargo una pequeña mordida de parte del recién nacido, me llevó a darme cuenta de que esto era la realidad.

¿Qué había sucedido? Me pregunté inmediatamente más no entré en pánico, de alguna manera el lugar me gustaba y podía disfrutar de él hasta encontrar una salida ―Mi nombre es Mikado Ryūichi ― musité casi por inercia luego de acercarme a la dama que se encontraba también en el lugar; probablemente había llegado al mismo tiempo que yo, era algo que no sabía pero que esperaba eventualmente descubrir.

— Mikado Ryūichi