Holy Knight of the Deadly Rose. [Ficha Actualizada]

por Fuji Raikomaru Miér Ene 25, 2017 8:52 pm

Fuji Raikomaru

⚜ Nombre: Fuji Pierre Raikomaru Roseworth.

⚜ Alter-Ego: Kyrie Eleison.

⚜ Apodo: Holy Knight of the Deadly Rose, Rosa Mortífera, Mesías.

⚜ Sexo: Masculino.

⚜ Edad: 24 años.

⚜ Fecha de Nacimiento: 27 de noviembre.

⚜ Orientación Sexual: Heterosexual con tendencias demisexuales.

⚜ Digivice: D-Scanner plateado al punto de parecer de platino, pesado, que muestra botones en un color dorado intenso, previamente poseía un D-Arc que evolucionó tras haber sido un Digivice IC.

⚜ Elemento: Su afinidad como tamer es el Metal.

⚜ Apariencia:

De imponente altura con un porte de caballero, Fuji posee una contextura delgada y esbelta, con un físico que deja notar el buen estado en el que se encuentra. No sobresale una gran musculatura pero posee una complexión vigorosa, con los años de entrenamiento marcados en su torso, brazos y piernas. Una cicatriz en el esternón de aproximadamente cuatro centímetros marca su agraciado cuerpo carente de todo tipo de tatuajes, o perforaciones ajenas a las de su oreja izquierda donde tiende a portar un arete.

Su rostro presenta unas facciones delicadas, casi femeninas, con unos pómulos poco marcados y mejillas delgadas. Su nariz es fina, aunque con una punta marcada, y el tabique recto, y liso. No hay pecas, marcas del sol, lunares o imperfecciones en su rostro ajenas a las lineas de expresión que se dibujan alrededor de su boca cuando sonríe ladino. Porta un par de penetrantes ojos celestes, cuya coloración en el mundo digital se mantienen en un cambio casi constante variando de día en día a tonos mas grisáceos o verdosos, adornados con largas pestañas sobre ocasionales ojeras producidas por su trastornos del sueño.

Con cejas poco pobladas pero en un ángulo marcado que levantan su mirada finaliza el rostro del joven de labios carnosos.

El rasgo característico de este caballero es su extensa melena violácea, sedosa y de cabellos siempre bien cuidados que termina pasando su cintura. De nuevo en el mundo digital, la tonalidad varía entre un violeta oscuro, hasta un lila claro también dependiendo del día, manteniéndose en un constante termino medio de violetas en el mundo humano. Por el tamaño de los mismos, tiende a usar distintos tipos de peinados como colas altas, rodetes, y en casos excepcionales trenzados. Su cabello es su orgullo, y lo ostenta pese a lo llamativo del mismo.

Es un amante de la moda Victoriana. En el mundo humano viste simplemente con una camisa blanca de mangas largas, pantalones de vestir oscuros y zapatos de cuero marrón. Cuando tiene una junta de negocios, o algún evento de mayor importancia tiende a vestir trajes más formales, aunque mucho mas sobrios que en el pasado, descartando sus bordados dorados característicos. Aun suele llevar consigo un reloj de bolsillo, sin embargo ahora es de plata y no de oro. De igual manera en el mundo digital, ha adoptado mayor sobriedad a la hora de vestirse, portando en casi todo momento su uniforme como Holy Knight. Siendo este un traje ajustado, acompañado de un fajín de tela en la cintura, una capa que cae abarcando su el lado izquierdo de su torso hasta cubrir la totalidad de su espalda y un sable siempre presente.

Su vestimenta casual en el Digimundo consta de un sobretodo del mismo color que sus cabellos, con elegantes motivos en los bordados y costuras, asemejando un estilo gótico sobre sus camisas blancas, y pantalones blancos. Así mismo viste con comodidad unas largas botas de cuero, que hacen juego con su altura para resaltar lo esbelto del Caballero Sagrado.

Apariencia física estimada

Uniforme

Ropa casual en el Mundo Digital

⚜ Personalidad:

Fuji es un tamer que a lo largo de su vida ha conseguido gran fama y renombre en ambos mundos, y eso le ha generado tantas oportunidades significativas, como problemas del mismo calibre. Si alguien ha de conocer a este excéntrico mestizo japonés primero tendrá que tener en mente los detalles básicos de su personalidad, y las circunstancias que lo envuelven. Siempre fue una persona independiente, con un espíritu rebelde con respecto a la autoridad y con una mentalidad tan curiosa, como ambiciosa. Fuji desde pequeño considera que las escuelas, y los métodos que se utilizan las instituciones para la enseñanza es inútiles, y obsoletos para un mundo que está en constante evolución.

Ferviente creyente de sí mismo, se vio forzado a muy corta edad a independizarse tanto económicamente, como afectivamente, a raíz del fallecimiento de sus padres en un trágico accidente automovilístico donde perdió la vista del ojo derecho. A raíz de este evento traumático comenzó no solo a preguntarse cosas que los jóvenes de su edad ignoraban, si no a sentir un profundo resentimiento por la sociedad, y los demás. ¿Por qué dios permitía la tristeza? ¿Acaso había un dios?, siempre fueron problemas que perturbaron la mente del pequeño infante, quien comenzó su casi fanática búsqueda de la sabiduría, aislándose entre libros.

A medida que fue creciendo, el relacionarse con las personas se volvía más difícil por su personalidad repelente y en cierta forma, excéntrica. El ser el heredero de un título nobiliario menor, junto con el hecho de sentirse constantemente aislado, y discriminado por sus pares, fueron generando en él una enorme carga emocional que necesitó sepultar entre grandes cantidades de sarcasmo a lo largo de su vida. Su miedo, su odio y su rechazo, generaron que produzca una faceta más independiente, y en cierta forma ególatra.

Debido a su cultura general, y a su inteligencia innata, siempre le gustó considerarse superior a los demás y no tenía miedo de demostrárselos. Se consideraba a sí mismo un emperador, intocable e inalcanzable por los demás, para convencerse a si mismo de que ni el mundo, ni su pasado, ni nadie podría herirlo nuevamente.

Por este carácter narcisista, y egocentrista que desarrolló, junto con sus problemas para trabajar en grupo e insertarse en los centros sociales como lo era su clase escolar, o los clubes de la preparatoria, constantemente era alienado por los grupos de jóvenes envidiosos de sus buenas calificaciones, su buen pasar económico, o su actitud pretenciosa, y pese a no tener posibilidad siquiera numérica de ganar las peleas, Fuji no dudaba en lanzar el primer puñetazo. Terminar apaleado, pero con su orgullo intacto.

Así pasó su adolescencia, entre libros y peleas en las afueras de la escuela, siempre sintiéndose rechazado, y convenciéndose a sí mismo de que él era demasiado bueno para juntarse con los demás, que eran inferiores y por ende, él no se perdía nada al hundirse en su soledad, “Magnifica” soledad.

Con el tiempo, y convencido de que su perspectiva vanidosa era una verdad absoluta, no dudó en desafiar a los profesores y tildarlos a esos profesionales de la enseñanza como ignorantes sin remedio. Fue a los dieciséis años que decidió dejar los estudios, para dedicarse a administrar la pensión heredada por la defunción de sus padres. Y fue por esa época en la que conoció el digimundo.

Al abrirse un mundo nuevo ante sus ojos, también lo hizo su megalomanía. Si en el mundo humano ya se consideraba a si mismo intocable, y superior, en el digimundo conoció poderes inimaginables, prácticamente había un nuevo mundo por ser descubierto y él se sentía uno de los elegidos para descubrirlo, y tomarlo como suyo. A su vez conoció a su contrapunto, Hagurumon, su digimon y mejor amigo. El digimon le enseño a Fuji que la amistad existía, y que la soledad no era el destino final, juntos se aventuraron como pares y el adolescente logró aprender a confiar en los demás, y en cierta forma, a respetar a los digimon aún más que los humanos.

A medida que creció, y en cierta forma maduró, comenzó a volverse más reservado y sigiloso. Conocedor de tácticas militares de primera mano, amplió sus conocimientos de manera constante, abrió su mente a decenas de experiencias y sensaciones, como lo eran el fracaso y la derrota, la humillación y el terror. Eventualmente se volvió más poderoso, y a medida que su fuerza aumentaba, también lo hacían sus inseguridades, y sus defectos.

La muerte de Hagurumon junto con el nacimiento del Chaos Empire marcó en él un antes, y un después. Quien había luchado como un martir rebelde por los marginados, ahora no era mas que un criminal con el honor manchado por su afiliación con la degenerada organización que desvirtuó, y fraccionó, al imponente Metal Empire. El rechazo de la sociedad, y la soledad en aquel mundo que él sentía como propio, puso en jaque las creencias y certezas del tamer.

Practicó la humildad, aprendió a regirse con minimalismo y administró nuevos valores. Conoció a quien sería su protegida, alumna y maestra, entre otras contadas personas que dejarían mella en su resquebrajada forma de ser. Este cambio de paradigmas, valores, prioridades y objetivos lo llevó a aceptar la ayuda de los Royal Knights, clan en el cual encontraría su verdadera pasión.

Conoció a Yggdrassil, el dios que creaba y regulaba que ese mundo permaneciese en balance, mas no en paz, y en él encontró las respuestas que siempre buscó. Como Caballero Sagrado de dicho ser reforzó su significado de justicia, sintiendo que la única forma de encontrar la paz era por medio de la justicia absoluta e incorruptible, y el respeto que generaba el miedo para mantener a las masas controladas. Pero no era un villano, no disfrutaba de torturar al débil, disfrutaba de torturar al fuerte, era un retador siempre dispuesto a medirse para aumentar su valía como caballero.

Los eventos más recientes nuevamente hicieron que su cordura pendiese de un hilo. La suma de sus miedos, sus inseguridades, sus traumas y todo lo que sepultó debajo de su personalidad narcisista, ególatra y burlona produjeron en él un quiebre emocional enorme. Él, que siempre necesitó rodearse de lo frívolo, lo bello, lo nuevo y lo opulento, se sentía desnudo en su interior, débil y aterrado de sí mismo. Los fantasmas de su pasado lo persiguieron hasta derribarlo, y fue cuando tuvo que ponerse en contacto con sí mismo. Alcanzó un estadio primitivo de madurez, que día a día buscaría perfeccionar.

Al día de hoy, está intentando recomponerse y dejando de lado los aspectos de su identidad que lo han estigmatizado en cierta forma. Algunas cosas se mantienen inalterables, sigue siendo una persona elegante, con dejos de gallardía casi extintos hoy en día, de una nobleza genuina pero ambigua respecto a sus formas, e intenciones. En la intimidad es mucho más genuino, sincero, y abierto con las personas a las que logra acercarse o con las que logra conectar. Aun guardando las apariencias, aunque reconociendo que él como todos es un ser imperfecto, busca aprender a convivir con esas imperfecciones y aceptarlas.

No cree en los actos desinteresados, valora el arte en todas sus formas y constantemente busca profundizas sus conocimientos teóricos, y prácticos. Constantemente busca superarse, siendo bastante exigente con si mismo, y no teme irritar a las personas con su forma de ser, pues cree que todo lo dicho debe poder respaldarse con hechos, y los hechos con la fuerza. Cuando le hacen ver sus errores, no le avergüenza admitirlos, pero de poder defender su perspectiva, o sus argumentos, lo hará con uñas y dientes.

Pese a su sobriedad a la hora de hablar, o la seriedad con la que se maneja de forma profesional, es poseedor de un humor tan peculiar, como ácido, portando siempre una sonrisa ladina y burlona en su rostro. Es conocedor del lenguaje corporal, y por su trasfondo político, ha aprendido a manipular su carisma encajar en casi todo tipo de situaciones de ser necesario. Pese a su amor por la música es incapaz de tocar instrumentos, se frustra con facilidad cuando no logra algo, y es bastante celoso, e inseguro sentimentalmente hablando.

Siente como la edad va aumentando, y con ella la diferencia entre las generaciones de tamers. Siendo uno de los últimos de aquellos Alpha que representaron la primer generación de humanos con influencia en la política del digimundo, sabe que pronto tendrá que ceder su sable a los nuevos caballeros que marcarán su historia con fuego, y para ello quiere convertirse en un digno ejemplo, tanto positivo como negativo, para futuras generaciones.

No es muy tolerante con lo que le molesta, y sus relaciones con las personas tienden a tener inicios tensos, pero el cambio radical en su carácter ha facilitado en cierta forma su trato con los demás.

⚜ Historia:

I Acto:

Este portador de genética europea y oriental en igual medida, nacido con la mirada de su madre y el espíritu oriental de su padre, fue concebido hace 24 años en el seno de una familia de clase media alta. Su padre poseía una tienda de electrónica modesta en Asakusa, un barrio de Tokio, mientras que su madre era la hija de un par de nobles menores de Francia e Inglaterra respectivamente, la cual abandonó los títulos cuando decidió fugarse con el japonés que había conocido en sus vacaciones en el país del sol naciente. De este romance inesperado nacieron dos pequeños, Fuji y su hermano mayor, Haruhiko.

Su infancia fue bastante idílica para un niño de su edad, tenía una relación muy cercana con su madre, su hermano era tres años mayor pero tenían un gran compañerismo entre ellos y su padre pese a estar trabajando desde el alba hasta la noche, siempre se hacía tiempo para estar con sus hijos. El trasfondo europeo de su madre no hizo más que traerle una diversidad cultural a esa casa de la que siempre estaría agradecido.

Fuji desde pequeño mostraba una gran curiosidad por el mundo que lo rodeaba, y una sed insaciable de conocimientos respondiendo a cada cosa que le explicaban con más preguntas.

La realidad, y la muerte de su infancia, llegaron juntas en una noche lluviosa de verano.

Las curvas de los pasos montañosos en Japón abundan, y son traicioneras. Volviendo por una de estas carreteras, bajo una ligera llovizna nocturna, el padre de Fuji tomó mal una curva, con la velocidad inexacta, con el freno rebelde y con el terreno rebelándose contra la familia. El automóvil se desvió del camino, comenzó a caer cuesta abajo destrozándose ante cada choque y rebote lentamente.

Lo primero que recuerda Fuji, es un dolor agudo en el rostro, una gran humedad cayendo y rojo. El color rojo que cubría su cuerpo, cortesía del pedazo de vidrio que atravesó su ojo derecho destrozándolo. El cuerpo de su hermano cubriéndolo había recibido lo peor del impacto y lo había salvado. “Mamá, Papá” Llamó desesperado, pero ya no estaban.

II Acto:

Tras salir del hospital dos meses después del fatal accidente, conoció a quien desde el primer momento de su traslado a la institución médica había velado por su bienestar y organizado todo de manera que el pequeño no cayese en manos de la justicia japonesa, Benoit el mayordomo. Ese anciano, dulce y honesto siempre acompañó a Fuji y veló por él desde las sombras debido a la personalidad difícil de tratar del pequeño tras la muerte de su familia. El anciano era un mayordomo que desde niño había sido criado, y entrenado para servir a la familia de Fuji en Europa. Los cuales al enterarse de la muerte de Elizabeth, la madre de Fuji, enviaron a Benoit como apoderado legal del huérfano para de esa manera evitar que la poca herencia del seguro de vida de su padre cayese en manos incorrectas, y el hogar de estos fuese rematado.

Pese a haber desheredado a la madre del infante, los abuelos del mismo se ocuparon de que, con un continente de distancia, este recibiese la mejor de las atenciones con visitas esporádicas al viejo continente. Sin embargo, Fuji los odiaba a todos, a todos y cada uno de ellos, odiaba a los adultos, odiaba los modales, odiaba que la gente le dijese que hacer, como hacerlo y cuando pero no le dijese el por qué, se sentía débil e impotente, tenía el corazón roto por el abandono de su familia a manos de la muerte. Benoit era su único amigo, y consejero, mientras que su abuela Josephine se encargaba de que todo en Japon se mantenga intacto siempre que el cumpla con las expectativas.

Su familia quería convertirlo en un noble capaz de heredar lo que su madre rechazó, vivió la mitad de su infancia en Francia y la otra mitad en Tokio. A cambio de que este pudiese vivir en su pequeña casa japonesa, y la tienda de electrónica siguiese siendo mantenida por sus empleados previos, y Benoit, su abuela lo sometió a educación exhaustiva, y constante, chantajeando emocionalmente al joven y manipulando su débil autoestima de manera que este bailase en las redes de la aristocracia si quería conservar sus recuerdos de la niñez y lo único que tenia de sus padres, y su hermano.

III Acto:

Ya habiendo pasado nueve años de la muerte de su familia, Fuji con catorce años ya era un joven que durante las videoconferencias con su abuela mostraba carencia alguna de sentimientos a la hora de actuar, hablar o proceder. Había superado a todos, y cada uno de sus tutores en todas las ramas de aprendizaje que se le impusiesen, pero sus relaciones con los chicos de su edad eran pésimas. Por su falta de ojo derecho se le ponían diversos apodos, crueles e hirientes, a los cuales respondía con indiferencia. Apenas alguien invadía su espacio personal, ese respondía con violencia, quebraba a sus pares, los repelía, los derrotaba incesantemente.
Él se sentía superior a ellos, a los plebeyos, porque él era un emperador, o al menos así se veía.

A los quince años, su abuela lo emancipó legalmente como una prueba final de sus capacidades para ver si estaba listo como producto para encargarse de las responsabilidades que se esperaban. Apenas terminase la preparatoria debería viajar a Francia para asumir el mando de los negocios familiares, y él lo sabía, porque la política, el crimen organizado e inclusive el manejo del departamento policiaco estaría en la palma de su mano cuando cumpla dieciocho.

Se resistió, y dejó la escuela. Estaba harto de que todos decidiesen como iba a ser su vida, estaba escrita de principio a fin y él solo era un espectador.

El teléfono no paraba de sonar, el prefijo era de Francia, sabía que se trataba de ella. ¿Lo iba a amenazar por haberse fugado de sus responsabilidades?, no quería atender, se encerró en su armario y durmió deseando que al despertar su familia al fin estuviese con él, o él estuviese solo pero lejos.

En medio de la noche, el teléfono que dejó de sonar emitió un crujido, como un huevo rompiéndose, eso fue y de ahí nació. Era pequeño, y tenía un casco, decía llamarse Kapurimon.

IV Acto:

Dos meses después de conocer al pequeño digimon, Fuji pudo escapar de su vida y entró al digimundo. Allí conoció un lugar donde había cientos de cosas por conocer, donde no era un heredero importante, donde no era más que los demás, era un nuevo lugar donde todos comenzaban con las mismas posibilidades y al fin podría demostrar quién era, y cuál era su valía. No le costó integrarse en las costumbres, y aprovechó sus conocimientos del mundo humano para volverse rápidamente un conocedor de la política de ese mundo digital, se alineó con la familia a la que pertenecía su digimon, el Metal Empire.

Aprendió sobre los clanes, agrupaciones de distintos tipos de seres con objetivos diversos y distintos. El mismo se sintió movido por los objetivos de aquellos seres marginales, eran máquinas y mutantes pero él veía gran vida en sus interiores. En cierta forma se identificó con aquellos parias, y se convirtió, rápidamente, en una estrella en ascenso que dentro de poco tiempo terminaría no solo convirtiéndose en uno de los humanos más influyentes de ese mundo, sino uno de los más peligrosos.

En poco tiempo logró manejar la historia de dicho mundo, y reconocer que puntos debería explotar para triunfar. Dirigió ejércitos, conquistó ciudades, se aventuró en contra de leyendas vivientes junto con su compañero, supervisando la construcción de enormes naves voladoras para poder trasladarse y luchando contra otros humanos en ese mundo por el control de aquel mundo salvaje, y siempre cambiante. Exploró todas las zonas, mientras iba tomando apuntes de cada lugar, cada digimon y cada historia que protagonizaba, recopiló datos, leyendas, historias, datos geográficos y sobre los habitantes de ese mundo en un libro que poco tiempo después bautizaría como “La bitácora del conquistador”.

V Acto:

Tras dos años como general del Metal Empire, siendo el comandante de la Brigada de Operaciones Especiales, y segundo al mano del clan; se lo consideraba un criminal peligroso, un enemigo público, uno de los humanos más crueles y poderosos que habitaban en ese mundo. El clan de los Dragon Roar y los Royal Knight eran los únicos capaces de contener el poderío del castaño, quien humillaba sistemáticamente a sus enemigos de los diversos clanes, y enseñaba a ellos que en aquel mundo solo el más fuerte, y el más apto, tenía derecho a existir y alzarse triunfante.

Sin embargo, el destino les jugó una mala pasada y los clanes tuvieron que cooperar por un buen mayor. Atlantis, una ciudad mítica oculta debajo de los mares había emergido causando un grave problema climático en todo el mundo. Los tamer más poderosos de cada clan fueron encomendados con la investigación de ese lugar, incluyendo a los nefastos conquistadores del Metal Empire. La alianza los llevó a luchar contra generales de aquella ciudad sumergida que despertaron con ella, Fuji luchó de manera cruenta contra dos de los ocho y consiguió a cambio de terminar agonizando, derrotarlos.

La lucha duró semanas, fue sangrienta, fue cruel y fue dura. Pero los tres clanes más poderosos prevalecieron, y fue cuando la alianza terminó. Fuji no estaba en condiciones de seguir combatiendo, mucho menos contra los otros cinco clanes aliados. Debió retirarse, triunfal contra el emerger de Atlantis, para poder regresar y vengarse de quienes los traicionaron cuando estuvieron débiles. Pero la venganza no llegó, la batalla entre humanos llegó a un nivel tan apoteósico, que los dioses intervinieron, cansados al fin del conflicto.

Usando todas sus fuerzas lograron reiniciar el digimundo, devolver el tiempo atrás lo suficiente para que todo el caos, la destrucción y las conquistas humanas, pudiesen ser evitados. Crearon con su omnipotencia un nuevo clan que juntaba todo lo positivo de los clanes más débiles, una cooperativa armada humana que luchaba por unificar los mundos de manera pacífica y la protección de todos los habitantes. Pero al hacer esto, fortalecieron la Dark Area, el infierno, el fín, la oscuridad.

Fuji sabía que su viaje aun no terminaba, y decidió adentrarse en ese mundo en tinieblas para fortalecerse, y conseguir el poder para volver a ser un triunfante conquistador del mundo digital, dejando atrás su legado como uno de los tácticos más respetados de aquel mundo y uno de los guerreros más feroces.

VI Acto:

En ese área de oscuridad donde buscó fortalecer su espíritu solo encontró tragedia, muerte, desesperación y aún más dolor. Todos los fantasmas de su pasado lo templaron, lo convirtieron en un ser con una oscuridad aún más latente. Su digimon acompañante, y único amigo sincero, Hagurumon lo acompañó durante esa travesía por realización personal, y aventuras. Pero al poco tiempo de haberse adentrado en los dominios de la oscuridad, en ese infierno digital, lo lamentaría seriamente cuando se toparon con ese castillo oscuro y eterno. Fue su orgullo y su ingenuidad lo que lo llevó a sufrir la derrota, los seres demoniacos con los que combatió eran más, eran nuevos para él, eran poderosos y antiguos. Hagurumon fue brutalmente asesinado tras derrotar a la dama de la lujuria, y Fuji fue capturado por aquellos seres demoniacos.

La muerte de su amigo y el ser capturado lo marcó, perdió toda esperanza de vivir nuevamente la gloria de antaño. Se aferró desesperadamente a la vida, entregó sus sueños y esperanzas a cambio de fuerza, vendió su alma al mejor postor y fue entonces cuando escuchó el canto corrupto de la oscuridad.

Se le dio un nuevo poder, a cambio de renunciar a su cuerpo. Entregó su vida, su alma, su ser a una fuerza superior que lo reestructuró poco a poco hasta convertirlo en un ser distinto. Alteró su cuerpo, y con su cuerpo su mente cambió, hizo un click. Entonces pudo salvarse de la Dark Area, aunque siendo otro hombre.

VII Acto:

Durante un intervalo de tiempo se dedicó a asuntos del mundo humano, económicos y políticos. Con su nueva aliada, la Lilithmon que derrotó en su incursión a la oscuridad, asentó su posición en el mundo de los humanos como una pieza clave en el gobierno japonés hasta volverse con una velocidad meteórica el primer ministro de aquel país. Aumentó el poder adquisitivo de su empresa, las ramas de producción, las relaciones comerciales internacionales y el renombre de sus técnicas económicas, y sociales, a lo largo de cuatro años humanos. Lo logró con dedicación por parte de su junta directiva, sus conocimientos, sus manejos del mundo tecnológico que estaba detrás de cada computadora y un poco de ayuda “tramposa” por parte de la persuasión que poseía la Lilithmon para con los hombres que no querían aceptar tratos.

Con su vida hecha, y resuelta antes de los treinta años, el intrépido político decidió que era hora de ahondar aún más su dominio del mundo digital, y tras haber conquistado el mundo humano con sus políticas, y su diplomacia, regresó al mundo digital por una sensación de incertidumbre que lo perseguía. Estaba en la cima del mundo, pero sentía que una sombra se cernía sobre el en sus momento de debilidad, cuando bajaba la guarda, se sentía observado, vigilado, manipulado… debería escapar de esa sensación, ¿Qué le sucedía?, no trató de investigar y decidió regresar a reconquistar el mundo que en su momento fue suyo.

VIII Acto:

Solo, sin aliados, sin clan y haciéndose pasar por un difunto, Fuji se convirtió en un informante del submundo que comerciaba con todo tipo de datos sobre el movimiento político, social y cultural actual del digimudo. No había alteración en dicho lugar, o movimiento que escapase de su vista de águila, pero no estaba avanzando para nada en su vida. Tenía que encontrar explicaciones, recuperarse, entender el porqué de las cosas y perseguir la verdad, era su objetivo principal, tenía que aumentar sus conocimientos.

Esa búsqueda de respuestas, de redención, de un motivo para vivir lo llevo a conocer a una persona que sería determinante en su vida y en como crecería como persona, Louise. Era una pequeña dulce e inocente que vio en él una suerte de maestro, de mentor, y que le enseñó por sobre todas las cosas a tolerar a las personas. Portaba una grandeza en su pequeño ser que intrigaba a Fuji, pero era ese deseo de crecimiento, auto superación y esa dulzura natural lo que cautivo al joven. No era una idealista, tampoco tenía planteos irreales, pero su simpleza a la hora de aceptar las cosas, o de tolerar lo nuevo, y lo distinto, era para él un verdadero shock.

Animado por ella a expiarse, y siendo en cierta forma absuelto temporalmente del enorme cargo de consciencia que pesaba sobre sus hombros, viajó a la Ciudad Imperial, donde conoció a Sigrun Vinter, la sublíder de los Royal Knight. Era un clan que él conocía de primera mano, puesto habían sido sus rivales y sus aliados, veneraban al dios Yggdrassil, y aquí es cuando la historia se torna interesante.

Fuji conocía a Yggdrassil, más aun de lo que le gustaría reconocer. Su cuerpo había sido reestructurado por él, lo había sentido, visto, había sido inundado de su poder y de su calidez; él había estado en contacto con ese dios perfecto y si su teoría era acertada, sabía que no se trataba de una simple computadora. Sin dudar en su respuesta, en un principio para contar con recursos, aceptó la invitación al clan y se convirtió en uno de los Caballeros Santos, máximas autoridades del clero digital.

IX acto:

Su carrera como Caballero Santo lo mantenía cerca de Yggdrassil, y aún más cerca de la expiación que él sentía como persona. A medida que su fe en el dios, y su labor como miembro de los Royal Knight, se iban volviendo más intensas, su esfuerzo fue recompensado con la posibilidad de desbloquear al máximo su potencial como usuario de espíritus digitales. Al sus ideales y su alma, resonar en la misma sintonía que la del espíritu que anteriormente ocupó su mismo cargo, éste fue liberado por Yggdrassil de la prisión incógnita en la que estaba sellado, y éste formo un pacto de eterna hermandad con Fuji.

Lord Knightmon, el más extremo, leal y egocentrista de los doce caballeros. Pasando a convertirse en el Ancient Spirit que regía por sobre todos los caballeros, y espíritus, encerrados en el D-Scanner, así como en el compañero y consejero del humano en cuestión, lo sometió a más de tres pruebas que amenazaban con asesinar su mente, su cuerpo y su alma. Pero Fuji prevaleció gracias a su orgullo, y su terquedad.

Pero el ámbito personal era algo más caótico que su vida como alto mando de un clan divino, o como heraldo de un héroe de antaño.

X acto:

Cuando se asentó en su puesto, descubrió que aquella pequeña con la que había perdido contacto durante su ausencia había desaparecido. Investigando de forma paralela a su clan el paradero de esa joven, una noche mística y que trascendía todo lo conocido como destino, lo llevó a estar en el momento indicado, y en el lugar indicado. Fue cuando conoció a la mujer que terminaría enseñándole a amar, tenía cabellos como pétalos de cerezo en flor y una voz celestial, que superaba ampliamente el cantar angelical de la torre de cristal en su ejecución.

Inmediatamente se sintió atraído por esa musa, y acudió a su rescate ante una situación comprometedora. En el momento en que los hilos de sus vidas se entrelazaron, su final ya había sido escrito. El color de cabello, los pequeños detalles de su forma de ser y su, aparentemente vacía historia, lo hacían dudar seriamente de la identidad de esa mujer. Sin embargo, aceptando que era una persona completamente distinta a quien en su momento fuese su alumna, se enamoró.

El tiempo pasó y la relación creció, mutó y se fue volvieron aún más seria, pero también acontecieron los problemas. Su cargo en el mundo humano, su cargo en aquel mundo paralelo, junto con los problemas que acarreó durante toda su vida lo hicieron tocar fondo.

XI acto:

La sensación persecutoria que lo había hecho alejarse del mundo humano en el mejor momento su carrera lo estaba encontrando en el mundo digital, las sombras de su pasado amenazaban con perturbar la paz de su presente y la soledad en la que se ahogaba de manera cruel e incesante comenzaban a superar los esfuerzos de este paladín de la extrema justicia. Las pesadillas constantes, los recuerdos, el dolor de su pecho ante cada memoria; estaban enloqueciéndolo y cuando más necesitaba un respiro, solamente aumentaba la presión, el miedo, las responsabilidades.

Cada vez las pesadillas eran más fuertes, más reales, más dolorosas; sentía que en su interior algo crecía, algo se volvía violento contra sí mismo. Comenzaron a aflorar viejos traumas, antiguos recuerdos que su subconsciente había enterrado en lo más profundo de sí mismo, su ego comenzó a quebrarse a medida que su cordura iba muriendo. Necesitaba una mano amiga, y fue la soledad su sentencia.

El día destinado en que creyó de manera ingenua que al fin podría descansar, se reunió con ella. Sin embargo ella ya no era ella, le reveló que la persona que conocía y amaba ya no estaba, que ahora efectivamente se encontraba solo y encima de todo traicionado, se sintió manipulado, dolido, decepcionado y al fin, roto.

Agudo fue el dolor que atravesó su pecho, y ese triángulo sirvió para que nazca el caballero de la calamidad, Aigu.

XII acto:

Aquel ser demoniaco había nacido de la oscuridad en el corazón del muchacho, de la corrupción al que se había resistido durante años, y de todos los traumas, problemas y pecados a los cuales no se había entregado hasta que decidió terminar con su vida en ese momento, harto de sufrir, harto de estar solo. Pensó, si él era tan odiado, tan maléfico, ¿Por qué no convertirse en un héroe? La muerte era la redención que tanto estuvo buscando, y así la buscó, entregándole su cuerpo y alma la maldad que intentando sobrevivir al sacrificio del joven, tomó forma corpórea.

Aigu luchó de manera feroz, como la bestia que era, y nacida del odio, generó muerte pura. La cantidad de bajas, de destrucción y dolor que causó en su escasa aparición fueron extremas. Hacía años ya de una masacre de tales magnitudes, y lo hizo sin siquiera mediar palabra o enseñar una pizca de remordimiento, ni consciencia.

Pero Fuji seguía vivo, y a medida que la bestia luchaba por prevalecer, en su interior el también combatía contra si mismo para poder superar el mal que lo controlaba. Fue todo durante un día, fue tan solo un momento de tantos millones que acontecerían en las vidas de los involucrados, pero difícilmente habría momentos tan determinantes como esos minutos. Tras un combate apoteósico entre tres fuerzas, Aigu pudo ser detenido físicamente, y Fuji logró aceptar todo lo que había asesinado de sí mismo, negado, resentido y ocultado; finalmente Aigu cayó.

XIII acto:

Una semana sin abrir los ojos, porque su mente y su alma aún no habían encontrado la forma de regresar a ese cuerpo. El esfuerzo de la mujer que amó, y que lo amaba, lo llevó a tener un motivo por el cual seguir viviendo, y acompañado de sí mismo, de sus miedos, inseguridades, manchas del alma e imperfecciones logró al fin regresar a ese mundo que amaba, y odiaba, con la misma violencia.

Cautivo, aunque cuidado, era prisionero y era paciente, estaba encerrado en uno de los clanes enemigos. Era un criminal, y a la vez una víctima de las consecuencias que se habían generado. Su personalidad era distinta, ahora era un ser completo en cierta forma, con nuevas metas, anhelos, objetivos y formas.

Era hora de buscar su propósito, sus respuestas, y de emprender un viaje para al fin volverse verdaderamente pleno. Abandonó su vida en el mundo humano, dejó su puesto como primer ministro y cedió gran parte del manejo de sus empresas a hombres de confianza, desligándose de todo lo que lo retenía como ser en busca de plenitud personal. Ahora solo era un hombre en busca de sí mismo.

XIV acto:
A veces sentía que él era él, pero ese sentir tan distorsivo y fugaz comenzaba a hacer mella en su psiquis. ¿Que estaba pasando? El cuerpo era efímero y bien lo sabía, el alma allí estaba, ¿Era su alma? El sentimiento de un desgarro en su existir poco a poco se volvía una constante, Aigu había sido mermado, expulsado. Más no sabía a que se debía dicho malestar, ¿Era tan siquiera un malestar? El caballero en su haber sentía una nueva presencia que observaba, contemplaba, existiendo y sin existir.

Lord Knightmon bien había advertido, que toda acción poseía una repercusión, la inercia de los ecos etéreos salpicando en el océano de su alma se volvían en un rugido, una bestia. ¿Era él? Dudaba, debía cuidarse, cuidarlos, enfrentarlo, enfrentarse. ¿Aliado o enemigo de si mismo? ¿Sí mismo u otro? Él existe como él, gracias a que existe el otro.

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⚜ Gustos:

En su tiempo libre se lo puede encontrar visitando los jardines del clan, paseando por las calles de la Zona Imperial o de la Ciudad Central. Ama las flores como motivo decorativo, pero también se ha acostumbrado al minimalismo en sus amueblados, y aposentos. Es un fanático de la lectura, la serenidad, la música y las bellas artes en general. Ama los animales, y los digimon de la misma manera, sin embargo hay excepciones.

La curiosidad que le producen los humanos puede ser visto como uno de sus gustos, y a la vez como un disgusto, puesto depende bastante de qué tipo de persona tenga en frente. Ama las historias de antaño, de cualquiera de los dos mundos, y ha aprendido a valorar las experiencias ajenas tanto como las propias.

A nivel deportivo, es un practicante de la esgrima desde muy corta edad y no suele aventurarse por el mundo digital sin su estoque a un lado de la cintura. Las actitudes que valora en las personas son la gallardía, la excentricidad, el respeto y a su vez, la soltura. Este último punto es algo que él mismo aprendió a demostrar hace poco, y por ello aprecia que se lo muestren.

Las personas determinadas, con ideales firmes y una fuerza que sustente sus palabras, son el tipo de personas que disfruta como aliadas y enemigas. Ama un buen duelo, de todo tipo, y pese a que nunca lo admita, disfruta la libertad del digimundo, donde puede ser un caballero como en los cuentos que su mayordomo Benoit le contaba de pequeño. Entre las personas que ama, está ese encantador anciano que al día de hoy sigue siendo parte de su vida, junto con Lily, su fiel asistente y el difunto Hagurumon, a quien aún observa desde las sombras tras haber renacido.

Valora que se sepa sobre él, y tiende a sentirse halagado con facilidad respecto a ello. Pese a tener momentos en los que tiene actos de gran nobleza o modestia, no lo es, pero no le da vergüenza alguna reconocerlo. Tiene muy en claro las cosas que ha logrado, y cuanto se ha esforzado para conseguir todo lo que tiene en la vida.

⚜ Disgustos:

Le molestan por sobre todas las cosas los humanos “heroicos”, puesto considera que no existe nadie verdaderamente desinteresado o que haga las cosas sin esperar siquiera un beneficio. De igual forma, le molestan las personas que considera “genéricas”, de personalidades planas y que no tengan pasión, o ideales. Puede resultar bastante contradictorio, pero lo que más admira por ejemplo del clan Union Savers, es lo que más odio de los mismos. Considera que su misión de proteger la paz, por ser lo correcto, es lo más hipócrita que ha escuchado, pero respeta a aquellos que tienen la fuerza suficiente para luchar por ese ideal y adoptarlo como propio.

De sí mismo le molesta su propia debilidad, y cuanto le cuesta estar en contacto con sí mismo. Sus problemas para expresar sus sentimientos, y para abrirse a las personas, son uno de los temas que más intenta corregir.

Las criaturas que intentan aprovecharse de las demás apelando “ternura” o quieren conseguir cosas con la zalamería le dan asco, junto con los cobardes y aquellos que abusan de los más débiles. Considera que si se es valiente o cruel con algunas personas, se debe ser así con todas.

Aborrece la falsa modestia, los falsos héroes y las causas vacías. Las personas que no pueden controlar sus emociones en público le molestan, ya sean hombres o mujeres. El exhibicionismo le resulta molesto, considera que nadie tiene por qué ventilar sus frustraciones al mundo y esperar que el mundo no tome ventaja de ello, o tome partido al respecto.

⚜ Objetivos:

Acercarse a Yggdrassil, encontrar el significado de su vida y volverse un ser pleno para poder asimilar por completo su pasado.

⚜ Misceláneos:

Es alérgico a las fresas, y amante de la comida tradicional japonesa. Ama las rosas por sobre todas las flores, y casi todo en su vida está nombrado con dicho leitmotiv. Tiene una pésima relación con su familia restante, y sabe más cosas de las que un tamer común y corriente siquiera puede suponer. Su automóvil es un Aston Martin Vanquish, el cual compró con años de ahorros y esfuerzo, demostrando que las cosas en la vida hay que ganárselas. Es mecenas de varios artistas, y de manera anónima ha ayudado a diversas fundaciones filantrópicas pese a sus inclinaciones misántropas en persona. En contraste con su forma de ser, es una persona minimalista.

Datos del Digispirit

╳ Tipo de DigiSpirit: Clockmon Spirit.

╳ Elemento: Metal

╳ Apariencia: Posee la apariencia de un reloj robótico, similar a un despertador, con ojos rojos y engranajes visibles además de brazos y piernas cual bípedo.

╳ Información e Historia: Uno de los primeros guerreros de la familia de los Metal Empire, siglos antes de que el clan fuese formado, era un valiente guerrero que luchó contra los Nature Spirit por el dominio del área donde actualmente está asentada la fábrica. Fue asesinado por un Cyberdramon, mercenariode la guerra, que pagó dicho pecado convirtiéndose en el Beast Spirit de dicha línea evolutiva, destinado a acompañar al Rookie Spirit eternamente. Reaccionó al llamado de Fuji al haber visto la hermosa relación que este poseía con Hagurumon, uno de sus descendientes.

Knightmon: El Human Spirit, corresponde al espíritu de un valiente paladín que luchó en la guerra santa de los digimon de clase bestia contra los digimon de apariencia humana, era un sirviente de LordKnightmon, que se sacrificó para recibir un ataque directo hacia su señor sin dudar al hacerlo. Respondió al deseo de Fuji de proteger el digimundo y a pesar de su personalidad noble y decidida, se caracteriza por su piedad con sus enemigos.
Duftmon: Sus datos son desconocidos actualmente. Pero se sabe que fue un gran táctico, un feroz guerrero que logró el equilibrio entre sus instintos bestiales y su naturaleza humana, poseedor de una mente prodigiosa y una personalidad fría y distante.
Dukemon: Nacido tras el incidente en el cual el corrupto espíritu de Chaos Dukemon (Aigù) tomó posesión del cuerpo de Fuji en base a la oscuridad que portaba consigo hasta que colapsó liberando a la bestia que destruyó la Ciudad Imperial. Una vez vencido, mermado y superado, el espíritu oscuro abandonó el dispositivo de Fuji dejando una nueva pureza en él, Dukemon.
Lord Knightmon: Es el primero, y más poderoso de los de su raza. El caballero más leal de Yggdrassil, y el más orgulloso en su forma de ser, y de actuar. Aún hay muchas cosas que guarda para sí, pero su historia se irá desenvolviendo poco a poco a medida que su confianza crezca con Fuji. Es el único de sus espíritus que puede tomar una apariencia visible, y tiende a hacerlo con frecuencia para disgusto del pelivioleta
Los residuales: El resto de espíritus que habitan en el D-Scanner del Caballero Sagrado son seres sin historia, sin pasado, presente o futuro. Amalgamas creadas en base a historias, mitos, leyendas, que adquirieron una persona para el uso del Royal Knight. Paradojas creadas por la verdadera bestia que en él reside.
Moon y Zeed Milleniumon: Oscuridad pura, corrupta, amorfa y contenida. Unido a Fuji tras su paso por la Dark Area, despertado de su largo sueño por los violentos ecos de Chaos Dukemon, aunque mermado por la cercanía de Fuji a Yggdrasill. Teje y desteje paradojas esperando el día en que se lo libere.

Kyrie Eleison

♡ Nombre: Kyrie Eleison

♡ Sexo: Masculino.

♡ Orientación Sexual: No posee.

♡ Edad: Comparte el cuerpo de Fuji.

♡ Digivice: El D-Scanner de Fuji se torna completamente blanco e inmaculado en esta forma, con la pantalla violacea.

♡ Historia:

Kyrie Eleison no es un humano, no es un digimon, ni es una fuerza ajena a ambos mundos. Cuando Yggdrasill utiliza a su caballero más devoto como vocero para delegar las ordenes, y comunicarse con sus pares, parte de su esencia se mantiene inmersa en el humano quien, por intervención de la anomalía que convive con sus espíritus digitales, termino creando un ente completamente ajeno a Yggdrasill, y a Fuji; Kyrie Eleison. Éste ser se maneja por, y para, el dios del mundo digital con las formas y pensamientos del caballero violáceo mezcladas para formar lineas de pensamiento, moral, deseos y formas de ser completamente nuevas.

Ésta homeostasis cuya apariencia, voz y modos son propios e irrepetibles, se comporta como portavoz, sumo pontífice y mesías de la religión que se extiende por todo el digimundo la cual porta a Yggdrasill como dios único e inamovible, y a los Royal Knight como sus defensores sagrados. Siendo ellos las armas, Kyrie Eleison y sus seguidores son quienes vociferan el dogma, lo propagan y mantienen la cercanía con las masas.

Sus objetivos son aquellos mismo que los del ser que en sí reside, más al ser una matriz con parte humana, también representa la curiosidad del dios. Dispuesto a poner a prueba, juzgar y ejecutar cualquier edicto siempre y cuando sea en nombre de sí mismo, desea que todo el digimundo se unifique bajo la estampa del credo, siendo su objetivo poner un fín a las guerras sin sentido por los dominios de territorios, personas, emblemas y agrupaciones ajenas a Yggdrasill, y sus Royal Knight.

Solo se hace presente en momentos de necesidad, y si bien conoce la existencia de Fuji como su otro yo, este otro lo desconoce. Siempre que Yggdrasill da una normativa a través de Fuji, la aparición de Kyrie Eleison será inminente y puede usar el cuerpo del Royal Knight cuando este descansa. Fuji no posee recuerdos de lo sucedido como Kyrie, ni está al tanto de su existencia por cuenta propia, Kyrie a su vez es incapaz de indagar en los recuerdos del Holy Knight ajenos a los que Yggdrasill decide como importantes.

♡ Apariencia:

Comparte la altura y complexión física de su avatar, pero su cabello alcanza los dos metros de largo cuando está desatado, siendo níveo y puro con un blanco inalterable, atado en una trenza de finas telas azules. Sus ojos son plateados, con una infinidad de códigos recorriendolos constantemente. Su mirada es calma, y dulce, su rostro es similar al de Fuji pero completamente distintos por los gestos que usan, y la relajación muscular que muestra Kyrie en contraste a la expresión firme, y seria de Fuji.

Su rasgo mas sorprendente son sus largas alas blancas de ángel, cuyas plumas no son plumas sino digisoul puro en constante emerger. Son millares de pétalos de rosa lumínicos, que parecen alas de ángel por la forma que adoptan y la intensidad en la que resplandecen. Éstas le permiten levitar constantemente a treinta centímetros del suelo, nada mas, ni nada menos. Sus pies descalzos son cubiertos por las botamangas de sus pantalones blancos. Acompañados de su túnica del mismo color, con un largo manto sedoso alrededor del brazo derecho. Hay diversas piedras engarzadas a sus vestiduras con detalles cerúleos tantos en los dorsos de sus mitones, como en el comienzo de sus pies y una mayor en su pecho.

Apariencia de Kyrie Eleison

♡ Personalidad:

Sabio, de temple calmo, con una voz serena y una mirada cálida. No muestra signo alguno de maldad o impureza, sus pensamientos son siempre honestos y libres de toda segunda intención, es un devoto de la fé que profesa y desea minar los corazones de la gente con el calor de Yggdrasill. Por la naturaleza del culto, también, es un ser firme en cuanto a sus decisiones, que jamas duda a la hora de efectuar protocolos crueles que considere justos. Es un ente curioso, que valora la heterogeneidad de las personas, sus ideales y pensamientos, sin rebajar a nadie o menospreciarlo.

Le dará una mano cálida a quien la necesite, y una sonrisa afectuosa para todos. A su vez impartirá un veredicto expedito, y no le temblará la mano si necesita usarse la violencia para que la voluntad de Yggdrasill sea respetada ante todo. Es un ángel, un juez, y un observador.

DigiSpirit

Última edición por Fuji Raikomaru el Vie Jul 07, 2017 10:13 pm, editado 4 veces