Aigu {Priv. Fuji, Scott}

Una carta llego de la nada, o más bien una nota, un sobre, una "solicitud de mensaje" al tablón de anuncios. En condiciones normales, la base del grupo de mercenarios no poseía ningún buzón; solo tenían una casucha, letrina o como quisieran llamarlo, donde dejar la correspondencia. Aquel día, fue el turno del BlackWarGreymon del grupo de revisar la correspondencia; y al ver aquel sobre con un sello del Metal Empire, pudo hacerse una clara idea de quien se trataba. El guerrero dragón se hiso algunas ideas de que podría significar la llegada de esa carta; pero claro no pudo tener nada claro. Podía ser algo tan simple como una solicitud de alianza al saber que ellos disponían a la máquina de guerra favorita de la reina del Metal Empire... como algo más complicado como una alianza total con aquel grupo de mercenarios. Las posibilidades eran muchos y las ideas generales pocas. Fuese como fuese, Nova, como se llamaba el BlackWarGreymon, entro la carta junto con el resto de correspondencia; pero a diferencia de la correspondencia normal, llevo la carta hasta la habitación de su jefe, el cual se encontraba terminando de rellenar unos papeles importantes; la mayoría involucraban a su reciente adición de poder: Mugendramon o "Acier". Lo cierto es que ese nombre no era real; la maquina no tenia ningún apodo o nomenclatura; sencillamente era un monstruo de destrucción y nada mas... pero era ya una especie de tradición el nombrar a digimons sin pseudónimos para el humano líder de aquel pequeño grupo.

De cualquier forma, cuando llego la carta a su escritorio, la abrió y leyó sin perder tiempo. Al principio el humano sonrió ligeramente, pero pronto dicha sonrisa se esfumo. No era el propio mensaje de la carta, si no la forma en que estaba escrita. El había rellenado suficientes papeles y tramites, había conocido suficientes digimons y también había lidiado con todo tipo de gente. Reconocía las expresiones de nerviosismo de la humana que tenía su corazón, y del mismo modo reconocía su caligrafía lo bastante bien como para saber que había algunas letras fuera de lugar o que tenían un exceso de tinta al ser repasadas repetidas veces. Suspiro y se froto las sienes cansado, dejando la carta a un lado. Observo la cantidad de papeles que aun debía rellenar y rechino los dientes. El hecho de tener una carta tan plagada de "nerviosismo" no le gustaba, y el papeleo pendiente no ayudaba en lo mas mínimo... pero aun así, decidió guardar la calma. Tomo uno de los últimos papeles que había firmado y salió de su habitación; mandando a llamar a Nova y a su compañero ligado por el Digivice, se encamino hacia el hangar de su base, siempre muy pintoresco y abandonado. No tenía ganas de pensar en nada mas por ese día; solo quería estirarse un poco, respirar aire fresco y practicar el control sobre su nuevo poder: Acier. Precisamente el papel que había tomado, era un permiso para ejercer su empleamiento en un campo de pruebas cercano a la ciudad de la Zona Imperial. El campo no era más que una llanura semi desierta, prácticamente en ruinas; donde todo aquel que deseara luchar o probar armamento peligroso, podía hacerlo siempre y cuando tuviera un permiso para ello. Una vez el humano, el BlackWarGreymon, y el compañero del humano, un Labramon, llegaron al hangar, emprendieron su camino hacia la zona imperial... aunque una polizonte abordo el vehículo que tomaron (una camioneta vieja, reparada a duras penas). Aquella polizonte se trataba de la segunda compañera del humano, no por una ligadura al digivice, si no por mero hecho de la vida misma. Esa compañera era una Renamon de pelaje negro, la cual no pudo evitar el seguirlos solo para asegurarse de que todo fuera bien en aquella practica de campo que iban a realizar.

Sin ninguna otra opción, el humano acepto la compañía de aquella Renamon, llamada "BR". Una vez con todo el equipo reunido, iniciaron el viaje. Transcurrieron unas horas y finalmente llegaron a la zona, aunque primero deberían entrar en la ciudad y obtener direcciones para poder guiarse; después de todo, seguramente se quedarían para hacer turismo una vez hubieran terminado las pruebas de campo. Claro que la idea de "turismo", no era otra cosa que evitar el papeleo que le quedaba pendiente al humano; así como una distracción mas para su "reunión" de los próximos días. No le interesaba saber de que iría esa reunión, bueno, si le interesaba... pero no quería saberlo... y a la vez si quería... realmente, no sabía que pensar sobre eso; y esa era la razón perfecta para intentar no pensar en ello.

Comenzaron a caminar por las calles, buscando algún mapa del lugar para guiarse... y aunque terminaron por encontrarlo, también encontraron algo que no podía ser bueno. El cuarteto llego a una calle bastante amplia y poco transitada, que permitió ver a lo lejos una escena... asquerosa para 2 de los 4. El asco que producía esa escena era para la Renamon y para el humano; y no debería hacer falta decir que el asco se volvió ira con el pasar de los segundos. Ver a la pelirosada de los Union Savers ser abrazada con tanto cariño por un extraño sujeto de morado, era... suficiente para estallar. El humano quería liberar su furia, pero no podía; sabia que eso solo traería problemas... pero la Renamon, por otro lado, quería asesinar a la humana en el acto; no por ser abrazada, si no porque aquel abrazo luciera tan intimo. BR creía que había perdonado a la humana, que esta sentía arrepentimiento por causar tanto dolor en su familia... pero esa escena le hiso pensar lo contrario. BR fue la primera en reaccionar, sorprendiendo a los otros 3.

La Renamon de pelaje negro se desvaneció de un momento a otro y reapareció corriendo a toda velocidad contra la pareja. Estaba claro lo que quería hacer: matar. Atrapada en su instinto maternal y de cazadora, solo podía pensar en acabar con la humana a la que había decidido perdonar y depositar algo de su confianza, pero que aparentemente no lo merecía. No obstante, cuando estuvo por prepararse para atacar, algo la detuvo...

¡¡BR!! ¡¡Quieta!! -el humano deslizo rápidamente una carta por su Digivice, haciendo emerger cadenas del suelo para detener a la Renamon, la cual mostraba sus colmillos en señal de frustración- las cadenas no se irán hasta que te calmes, BR...
Grrrr... difícil será eso... -fue lo único que alcanzo a decir, mientras aguardaba a que sus compañeros fueran a liberarla de las cadenas- muy difícil -dijo finalmente mientras miraba a la humana con ira-

Un silencio infernal, algo que conocía el cuarteto casi como la palma de su mano, se presento. El humano se acerco lentamente, con las manos en los bolsillos mientras sus digimons mantenían la distancia, aproximándose no precisamente para ver de cerca la escena, si no para intentar calmar a la Renamon oscura. Igualmente, durante la caminata de acercamiento, el humano analizo la escena, manteniendo sus propios impulsos bajo control; a diferencia de BR, Scott tenía una capacidad de control mayor respecto a sus sentimientos... precisamente e irónicamente por el haberse reencontrado con Elluka. Respiro profundamente y continuo analizando la escena, con cierta molestia; no por ver al extraño sujeto de morado, si no por ver a Julio, alguien a quien odiaba a muerte y que no dudaría en asesinar en condiciones normales... como por ejemplo, que no fuera amigo o conocido de Elluka. Su mera presencia resultaba irritante para el caballero infernal, pero el escuchar como ese intento de ser humano, intentaba excusar lo inexcusable, le resultaba aun más irritante. Lo hubiera asesinado no una, ni dos, si no tres veces si no fuera porque era totalmente imposible hacer algo así, aun en el mundo digital.

Fuese como fuese, cuando finalmente alcanzaron a la Renamon oscura, el caballero analizo al morado un instante... y rápidamente cayo en quien era. No lo reconocía por ese cambio de apariencia tan... extremo, pero ese porte que tenia y la cercanía que tenia con Elluka desde un principio, daban pistas que la ira no permitió ver con claridad. Se trataba de Raikomaru Fuji, antiguo amigo y "maestro" de Louise... y actualmente, la "pareja" de Elluka. Scott no se explicaba cómo fue posible que el verdoso caballero se hubiese transformado en un... morado caballero. No obstante, no podía permitir que sus impulsos lo dominaran, tenía que mantener la calma, cosa que con Julio presente le parecía un milagro poder conseguir aquella tarea.

El humano suspiro ligeramente, riendo con algo de gracia para encubrir su ira, y finalmente observo a las presentes. No seria sarcástico, irónico o gracioso... simplemente seria el mismo. No buscaría la furia de nadie allí presente, pero si buscaría lo que él siempre tendía a buscar: la realidad. Dio un paso mas allá de BR, cruzándose de brazos con una sonrisa hipócrita en el rostro, sin miedo a que se viera la falsedad de su curvatura labial; solo quería dejar en claro que estaba haciendo su mejor esfuerzo para no ir y matar simplemente al rubio.

Julio... sé que no recibí la misma educación que tu... pero no soy tan estúpido para no reconocer que, uno, Elluka no está en una reunión de negocios o algo similar, de ser así al menos me saludaría o ignoraría... no actuaria tan nerviosa, y dos... que ese abrazo fue bastante meloso -Rio con gracia, aunque no sentía la menor pizca de diversión- ha pasado tiempo, Fuji... has cambiado mucho, quizás demasiado... y sé que quizás no te importe, pero creo que te quedaba mejor el verde
¡¿Ese es Fuji?! -Labramon se mostro sorprendido, observando al humano incrédulo- ¿no estarás confundido Scott...?
No Labramon... si, es distinto físicamente pero... ¿quién mas tiene ese porte y es tan cercano a Elluka para sumergirse en un abrazo de ese tipo? -Nuevamente, una falsa risa escapo de la boca del mercenario- la respuesta es obvia asique me abstendré de responder... egh... en fin... creo que estamos en una situación incomoda... y a nadie le gustan las situaciones incomodas, ¿verdad? Lamento lo que hiso BR pero... bueno... ella es muy impulsiva
... si hablamos de impulsos, aquí todos somos culpables de algo -se limito a comentar la digimon oscura, observando aun con ira a la humana mientras trataba de quebrar las cadenas, pero incapaz de hacerlo al saber que seguramente la detendrían nuevamente sin darle tiempo a nada- y nadie es la excepción...

Nuevamente, la incomodidad había llegado. El silencio cuyo único objetivo parecía ser volver más turbio el escenario. El caballero observo a la pelirosada y sonrió ligeramente, aun con esa hipocresía sin intenciones de ser oculta. Normalmente se habría acercado para darle un abrazo también, no tan sumergido como el que acaba de presenciar, pero un abrazo era un abrazo a fin de cuentas. De todos modos, decidió acercarse y saludar como debía... como una persona profesional. Estiro la mano tranquilamente, esperando a que la estrecharan, pero un escalofrió recorrió su espalda... era la mirada de BR. Ella estaba observando atentamente la escena, con rabia quizás por el hecho de que el humano parecía estarla perdonando así como si nada. Aquella mirada fue lo suficientemente molesta como para que el humano apartara la mano al poco tiempo, ignorando si no había recibido una respuesta. El suspiro con pesadez y se aparto ignorando a los demás presentes para regresar con su pequeño grupo.

Bueno... iremos a probar el poder de Mugendramon... si quieres ver Elluka, o aunque sea ir para que Mugendramon se sienta "motivado"... eres bienvenida, aunque claro... mantén distancia de BR -El humano la observo, y al ser observada, BR finalmente aparto la mirada, con el ceño fruncido y los dientes rechinando- no creo que nadie deba acercársele hoy...
... oye -Esta vez, fue el BlackWarGreymon quien alzo la voz, acercándose a Elluka y agachándose para estar a su altura. El era más directo, no tenía motivos que ocultar... necesitaba información, y solo mirando a los ojos de la humana, podría persuadirla para conseguirla- ¿donde está y como se encuentra Lune? Se me hace raro no verla aquí

Ese silencio parecía migrar constantemente en cuestión de segundos. Por momentos estaba allí, por otros desaparecía... y finalmente regresaba como si hubiera olvidado las llaves de casa. Fuera como fuera, la reacción del morado fue una sorpresa ligera para el cuarteto de mercenarios. La Renamon dirigió su mirada hacia él, sin ira o emoción alguna; estaba analizando al humano, intentando comprender el porqué de esa actitud... intentando entender porque algo en ella, le impedía sentir odio hacia el... tratando casi desesperadamente el comprender porque quería abrazarlo como si de un niño se tratara. Mientras tanto, el pequeño Labramon solo ladeo la cabeza confundido, incapaz de entender porque aquel hombre actuaba de forma semejante. Scott por otro lado, mantuvo su posición sin disponerse a hablar; aguardaba a que alguien más decidiera explicarle al sujeto de morado lo que ocurría... aunque sentía que el debía decirlo, porque de ser otra persona... quizas los problemas se irían a las nubes y bajarían con la velocidad de un meteoro... es decir: alguien podría morir. Mientras tanto, el BlackWarGreymon ignoro totalmente al humano; no le importaba su forma de actuar o quién era, lo desconocía prácticamente... y no sentía interés en conocerlo. Nova simplemente suspiro con alivio y retomo su postura, dándose la media vuelta para regresar con sus compañeros; aunque al escuchar la pregunta del morado, no pudo evitar darse la vuelta. Seguramente el hablaría; era el más alejado a la situación emocional de los humanos, y al mismo tiempo, era de los más presentes en el tema.

Tan pronto como Nova observo al humano ser "custodiado" por aquella Lilithmon, se dispuso a hablar; no porque sintiera que fuera a matarlo o que esa digimon era una amenaza... a simple vista, era una mera guardaespaldas; claro que ningún oponente debía ser subestimado. Su motivo real para esperar a que esa digimon se pusiera en posición para hablar, no era otro que la posibilidad de que ese humano no tolerara su historia; pero nuevamente, no le importaba prácticamente al digimon, después de todo, ya tenía la información que quería: su amada estaba en buenas condiciones, aun si no se encontraba presente para validarlo por sí mismo. Nova aun confiaba en la humana, pese a que la Renamon oscura no.

... no sé quién eres pero puedo responderte -Nova se paro firme, en dirección al humano para mostrar algo de respeto; no porque supiera quién o qué valor tenía en todo ese asunto, si no porque sentía que era la mejor forma de decir la "verdad"- ... "nada ni nadie escapa del pasado", esa es la respuesta que necesitas para entender esta situación
Nova, creo que eso fue muy directo... hasta para ti... -Aclaro el humano, aunque sin hacer ninguna objeción al respecto, después de todo, el guerrero dragón decía la verdad- vámonos, aun tengo que presentar los permisos de uso de las afueras para probar a Mugendramon... -Scott no se había dado la vuelta en ningún momento, simplemente permanecía frente a la Renamon sin querer darse la vuelta... sabía que terminaría hablando más de la cuenta si lo hacía-
... está bien... supongo que cuanto antes terminemos, antes podremos volver a nuestra rutina... -El guerrero dragón finalmente regreso con su grupo, cargando a la Renamon en su hombro como si fuera un saco cargado, aprovechando que aun estaba encadenada- nos vemos... iré a ver a Lune mas tarde, Elluka
Nova, creo que no deberías decir nada por ahora... no es por ofender pero creo que la situación ya es lo bastante incomoda... no solo para Elluka... si no para muchos otros -El humano observo al guerrero dragón, aclarando que el también estaba resultando afectado de todo aquello; y el brillo rojizo en sus ojos solo afirmaba aquello-
... Está bien -Se limito a decir mientras se retiraba se disponía a retirarse, aunque la digimon en su hombro se lo impidió al zarandearse un poco-
¿En serio nos iremos así como así...? ¿no vamos a quejarnos como él? -refiriéndose al morado- aquí todos estamos afectados por esto de un modo u otro... todos merecemos los detalles -En aquel instante, la digimon observo a la pelirosada; no con odio esta vez, sino con un aire... vengativo... como si fuera a aplastarla al forzarla a hablar- venga... habla

La Renamon pudo haber dicho mas, pero la mano del mercenario le sujeto el hocico, de forma casi agresiva. En ese instante Scott estaba llegando a los límites de su paciencia. La mera existencia de Julio ya complicaba las cosas, pero con todo lo ocurrido; lo último que quería ese humano era tener que dificultarle más las cosas a la verdadera víctima: su amada. Quería irse, dar un paso tras otro hasta desaparecer... pero sus piernas ya no se movían, estaban pegadas al suelo... quizás, era su sed de "guerra". El quería escuchar la historia por parte de Elluka... quería ver como aclararía esa situación; no por rencor o duda... si no, porque quería hacerse una idea de que esperar en su reunión dentro de 3 días.

Nova ya lo dijo, BR... y fue claro... "nada ni nadie escapa del pasado"... creo que esa respuesta es suficiente para decir lo que ocurre aquí -Se limito a decir, mientras apretaba el puño de la mano contraria a la que utilizaba para callar a la canina humanoide de pelaje oscuro- ... ¿O vamos a escuchar una respuesta más detallada? -pregunto casi en voz alta, manteniendo su posicion junto con la de sus compañeros-

Los ojos de todos se abrieron como platos al ver lo que acababa de ocurrir. Simplemente, no podían creer nada semejante... era como si la muerte se hubiera presentado de improvisto para reclamar la vida de un condenado... solo que no había nadie que estuviera condenado. Inicialmente la Renamon sintió algo próximo al placer... ver que esa humana había sido sincera por una vez, le alegraba de una forma retorcida... pero no era porque ella lo disfrutara, si no porque sus instintos seguían encendidos. No obstante, el ver lo que hiso aquel otro humano fue... impensable, para todos en realidad.

Nova dejo caer a BR al ver la estupidez que el morado había hecho. Labramon sintió todo su pelaje erizarse mientras su cuerpo era recubierto por una gran capa de miedo... no le gustaba ver la muerte, e irónicamente el era un "Dios de la Muerte" en su último estadio evolutivo. BR por su parte se libro de las cadenas, desligadas a la mente del mercenario que observaba impactado esa escena como si se viese al espejo. Una vez la Renamon se libro, se levanto de pie, con ojos llorosos. Sentía culpa, sentía miedo, sentía pena, quería ayudar al humano, quería intentar hacerlo entrar en razón; llevarlo a un lugar donde curarlo, pero tan pronto como dio un paso, la mano del mercenario la sujeto, abrazándola para impedirle que se moviera. Scott sabía lo que estaba por llegar... reconocía la locura cuando la veía, su hermano menor estaba loco y no dudaba en hacer cosas del mismo calibre, solo parar librar tensión... una tensión que llevaba al infierno. Igual que el silbato para entrenar perros emitía una onda que solo ellos podían reconocer; Scott reconocía la demencia y descontrol cuando veía los actos de la gente. Pero no importaba, ya era demasiado tarde... lo hecho ya estaba escrito en la obra y no sería cambiado por nada.

Internamente, la Renamon quería volver al pasado; no a tan solo unos minutos al pasado, si no a su propia era. Sentía que ya era suficiente... no quería saber nada mas de su "vida eterna". Pero no había caso.

Cuando el arma abandono el cuerpo de su señor y fue clavada en el suelo, un extraño pensamiento perforo la mente del mercenario... era una advertencia. Algo en su interior le gritaba que se preparara para lo peor, pero claramente no sabía él porque... solo podía escuchar ese pensamiento repetirse una y otra vez, cada vez más fuerte que la anterior. En la mente del guerrero dragón ocurría algo similar... su virus, el virus del pasado que vivió con la reina que habitaba el cuerpo de la pelirosada, rugía con furia; gritaba y trataba de dominar ese cuerpo para terminar de asesinar al humano... pero no para defender a su reina únicamente, si no por mero miedo animal. Ese lado que habitaba en el núcleo del BlackWarGreymon temía por su vida... temía casi mas por su vida, que por la de su reina y eso era casi un insulto, creía él. Mientras tanto, en la mente del pequeño Labramon... su segunda personalidad le advertía de un mal mayor... algo que nadie podría detener si no se frenaba a tiempo... el demonio interno del humano. Pero aun con todas las advertencias, los 3 individuos se mantuvieron pasmados e incapaces de hacer nada; permitiendo que todo ocurriera en cuestión de segundos... permitiendo que el diablo naciera.

La luz del ocaso en pleno día forzó a que todos cerraran los ojos o se cubrieran en un inútil intento por no sentir la presencia de un poder oscuro emergiendo; y cuando esta finalmente se extinguió... apareció el demonio por el que tanto esas "segundas mentes" temían. Un caballero oscuro, similar a Dukemon pero con una armadura bañada en gris oscuro y sus rojos, eran ahora un azul oscuro tirando al morado. Los 3 conocían esa figura, principalmente porque era la forma que adoptaba uno de sus amigos... pero sabían que no sería igual en este caso. Permanecieron alertas, todos, aunque el miedo persistía en ellos, sobretodo en la Renamon que ahora veía incrédula al caballero oscuro... con temor y admiración de algún modo... algo en su mente, le decía que esos digimons eran de su agrado pero que este en concreto... no.

Fuji... -murmuro el mercenario mientras su mano se movía contra su voluntad... algo lo obligaba a moverse, tomando su Digivice con firmeza mientras la marca de su espalda comenzaba a brillar- no puede... ser...
Esa Lilithmon... -Nova se percato de como la digimon se acercaba tan fielmente a quien antes seguramente sería su amo- ¡Aléjate de él! -Grito mientras emprendía vuelo, pero cuando estaba por llegar... fue demasiado tarde- no... -Nova vio como aquella digimon era atravesada por una lanza... la lanza de ese caballero oscuro-
¡Aguanta! -Labramon esta vez no fue presa del miedo, simplemente corrió hacia la digimon, brillante y preparando su técnica curativa... aunque no sabía si sería suficiente, tenía que intentarlo- ¡Cure Liqueur! -Salto para acercarse más aprisa a la Lilithmon, ahora tendida en el suelo, y apoyo sus patas en la herida tratando de traspasarle un brillo que debería restaurar su data- Tsk... no podemos dejarlo suelto... no podemos...
Es verdad... no podemos -La voz del humano sonaba distinta, y sus ojos se encontraban perdidos- Labramon... Nova... Scott... cédanme su fuerza... yo me encargare de esto... lo prometo -Aunque el humano parecía hablar en tercera persona, claramente era otro quien hablaba-


En ese instante, tanto el BlackWarGreymon como el Labramon se detuvieron. El pequeño cachorro ya había empleado su habilidad sanadora, y solo quedaba ver si aquella Lilithmon la aceptaría, pero no pudo hacer mas. Los 2 digimons se acercaron al humano, mientras sus miradas se perdían rápidamente en un vacio infinito. Mientras que por el lado humano, el Digivice comenzó a brillar y expulsar un brillo similar al que había liberado el ahora caballero demoniaco... pero este, aun siendo oscuro, no dejaba sentir maldad u oscuridad pretensiosa; era un brillo... frio. El humano fue rodeado por un sinfín de cadenas de códigos digitales, mientras que el cachorro comenzaba a cambiar de forma hasta obtener la figura de un gigantesco lobo metálico. Las cadenas atraparon al cachorro y lo unieron al humano, terminando de solidificar la figura que había ganado el cachorro digital... pero el espectáculo no acabo allí. El Digivice seguía presente de algún modo... la evolución matrix... no era lo que se estaba llevando a cabo. Tanto el lobo como el guerrero dragón, comenzaron a elevarse al cielo seguidos por el digivice, el cual comenzó a incrementar su tamaño mientras una silueta se dibujaba a su alrededor. Los cuerpos del lobo y el hombre dragón desaparecieron en polvo digital mientras que sus cabezas se volvían absolutamente negras e incrementaban su tamaño. Finalmente la silueta termino de dibujarse; era el cuerpo de un hombre el cual extendió sus brazos hasta introducir lo que serian sus manos, en las cabezas del lobo y el dragón, a la par en que el Digivice se abría y sujetaba su pecho; una vez con las piezas fijadas, el polvo que antes conformo los cuerpos del lobo y el dragón, rodeo el resto del cuerpo creando una armadura negra completa.

Así como Fuji se había transformado en un Caballero Oscuro; el trió de caballeros de Hades hiso lo mismo... pero este caballero era distinto. Igual que Omegamon pero con una armadura bañada en la oscuridad, el digimon resultante apoyo los pies en el suelo y abrió los ojos... Sus ojos. No se trataba ni de Scott, Labramon o Nova... ese caballero de la oscuridad era una entidad totalmente nueva, con sus propias ideas y pensamientos.

... dejarlo libre... significaría problemas para todo el mundo -hablo claramente, dando un paso y extendiendo una ligera corriente de aire; mientras que sus manos expulsaban un ligero brillo por sus cuencas, como si comunicaran algo a la cabeza principal- ... comprendo... -Respiro profundamente y observo a la Lilithmon junto con la pelirosada- intentare no hacerle daño... si esa forma está hecha en base a dolor... su cuerpo quizás no resista demasiado tiempo
¡A-Aguarda...! ¡S-Scott! ¡La-Labramon! ¡Nova! -La Renamon dio un paso hacia adelante, intentando detenerlo- ¡¿Vas a dejarla así?! ¿Al borde de la muerte...?
No puedo hacer otra cosa... soy el único ahora que puede intentar detener a Raikomaru Fuji en este momento... tu cuídala y trata de ayudarla -el caballero dirigió su mirada hacia el caballero oscuro que aun se marchaba- yo traeré de regreso a nuestro amigo
S-Si... -Acepto nerviosa... incapaz de saber qué hacer en ese momento-

Con eso dicho, aquel caballero oscuro... Omegamon Zwart, flexiono las piernas y con un poco de presión; se catapulto contra el caballero oscuro, extendiendo el brazo de BlackMetalGarurumon para darle un "puñetazo" en el hombro. No podía atacarlo directamente con sus armas, eso podría poner en juego las vidas de los habitantes de la ciudad... tenía que buscar el modo de llamar su atención, y llevárselo lejos.


No puedo herirlo... no puedo matarlo... solo agotarlo hasta que su cuerpo se autodestruya solo. Si consigo entretenerlo el tiempo suficiente, no tendré que tomar medidas extremas... podre evitar que nadie muera. Pero mi mayor preocupación... ... egh... Elluka... Kitai... no se arriesguen a intervenir... no soportaría que ninguna salga herida... ni yo, ni mis componentes.


Yo... no quería esto... yo no pensé que esto ocurriría... ¿qué hice...? ¿porque me deje llevar por mis instintos...? ¿porque me cegué ante el odio...? porque no pude... ser una mejor amiga... no puede actuar como una madre. Quería llorar pero no podía... tenía que atender a Lilithmon... tenía que mantenerme alejada de todo esto... tenía que disculparme por mi negligencia... pero... ¿sería capaz...? no lo se... simplemente, tendría que averiguarlo.

Me acerque a la Lilithmon, rodeada por el aura que había dejado Labramon pero... no sé si ella la aceptaba o no... me costaba diferenciar la reagrupación de datos de la descomposición.

Escucha... sé que seguramente no quieres verme y que soy una molestia para ti... pero ahora mismo no puedes darte el lujo de morir -Mire a la señora demonio de reojo- tu amigo esta en un serio problema y tu lo conocerás mejor que nadie, quiero creer... necesitamos que estés viva para ayudarnos a detenerlo e impedir que haga algo de lo que pueda arrepentirse profundamente... créeme... la ira nos hace hacer cosas que al final... -sentí mis orejas caer...- nos atormentara por siempre

Dolor, desesperación, paz, guerra, muerte, condena, perdón, mentiras, verdades, conspiraciones, pasado en el presente y presente al pasado. Un sin fin de situaciones se habían dado en pocos minutos... la guerra entre 2 fuerzas oscuras estaba a un solo paso de llevarse a cabo... y la guerra, no tiene perdón ni existe la salvación de esta. Así como un de los jinetes del apocalipsis, la batalla inicio repentinamente y sin que nadie pudiese preverla al ciento por ciento. El caballero de la Muerte estaba por enfrentarse al caballero de la "Plaga", en una Guerra sin cuartel, quizas por mera Hambre o Sed de sangre... eso ya no podía definirse; los verdaderos protagonistas habían sido apartados y ahora solo quedaban 2 diablos distintos. Aquel que no tenia manos y su coraza representaba la unión de 3 seres... contra aquel que ganaba poder en base al dolor y cuyo odio podía alimentar al mismo infierno hasta dejarlo satisfecho.

La lanza del Conde Adolorido y en lecho de muerte vivo fue alzada en señal de aceptación. La declaración de guerra fue firmada antes de comenzar, pero entonces fue bajo la mesa... ahora, era una declaración como correspondía: cara a cara. El ataque fue veloz, sin duda alguna, y el caballero "tricéfalo" no tuvo el tiempo de reacción suficiente. El golpe impacto contra su pecho y avanzo hasta su hombro derecho, abriendo la boca del lobo para que este emitiera un quejido de dolor, seguido por un gruñido de furia; pero sin llegar a liberar el poder que este albergaba realmente. Dakunaito, el caballero tricéfalo, entrecerró los ojos, ignorando la presencia de la moja que parecía dispuesta a apoyarlo en aquella batalla siempre y cuando este no hiriera a su oponente... algo que ya había dicho pero que no repetiría, simplemente demostraría en sus acciones.

Extendió su brazo izquierdo, abriendo la boca del dragón para permitir el paso a una gran hoja metálica con símbolos escritos que traducidos a un idioma comprensible para los humanos era "Destrucción" o "Desesperación". Tenía que aprovechar que su oponente aun no había adoptaba una postura defensiva, que estaba ocupado con su primer ataque... la apertura necesaria. Uso la hoja metálica para realizar 2 cortes a alta velocidad (Double Zwart Slash); el primero, para apartar la lanza en un desliz veloz, y el segundo, para atacar al hombro contrario al de la lanza. Quizás ese accionar no tendría sentido, pero no podía permitirse que su oponente tuviera a mano su arma más peligrosa: su escudo.

"En una batalla de vida o muerte, el escudo siempre es la mejor espada". Dakunaito lo sabía, por eso siempre se centraba en inutilizar el escudo de sus oponentes en caso de tenerlos... asegurarse de que no pudiesen acceder a su mejor defensa para abrirlos lentamente hasta la derrota. Además, el caballero oscuro sabia el peligro que tenía esa barrera metálica... el tenia un digimon conocido de la misma especie, un ChaosDukemon... amos de la defensa y el ataque simultaneo, no por su habilidad... si no por ese escudo endemoniado. La capacidad de almacenar energía y dispararla en un haz de destrucción y muerte sin sentido... eso simbolizaba ese "arma defensiva" en el brazo zurdo de su oponente. No podía permitirse darle la oportunidad de utilizarlo a lo largo de la batalla... no en plena ciudad; tenía que impedirle usar a toda costa la versión oscura del Final Elysion: el Judecca Prison.

Tras realizar su contraataque, Dakunaito retrocedió abruptamente, regresando su espada al interior de la cabeza del dragón; mientras observaba a su oponente. Miro de reojo el daño a su hombro, no era demasiado pero era lo suficiente para que el sintiera un dolor profundo... aunque no le importaba sentir dolor, si le importaba que sus componentes lo sintieran. Tres transformados en Uno... si el sufría, los 3 también... y no podía permitirlo, tenía que asegurarse de que estuvieran a salvo... pero no solo eso, también debía velar por la seguridad de la Monja que estaba a una distancia demasiado corta de la batalla, sin mencionar que tenía que asegurarse a como diera lugar, el que Fuji escapara de esa armadura maldita a la que tenia la desgracia de enfrentarse. Demasiado en que pensar y una sola mente de turno... sin duda, el verdadero infierno se había librado en una sola batalla.

... -Respiro profundamente y el caballero abrió las bocas de sus manos, pero sin extender sus armas... simplemente, las abrió para ponerse en posición para volver a lanzarse a la batalla- hay que sacarlo de la ciudad...

Mientras tanto, en el lecho de la señora demonio, BR trato de comprender las palabras de la paciente. No comprendía exactamente cómo usar aquella información para frenar al Conde de la Muerte, pero seguramente tendría una idea en poco tiempo. Suspiro con cierto pesar y miro a la señora demonio con arrepentimiento, pero manteniéndose fuerte; tenía que ser fuerte... ella tenía gran parte de la culpa de aquella situación... y tenía que mantener la cabeza alta para ayudar en todo lo que fuera posible.

Escucha... vamos a detener a tu maestro y... devolverle su buen juicio... tú no te preocupes por él, concéntrate en sanar... -La Renamon observo a la señora demonio un segundo y con la cola, seco un poco sus lagrimas disimuladamente- ya verás que lo recuperaran...