El poder de un equipo [privado Sigrun Vinter]

En el interior de la tormenta, lo único que veíamos eran nubes oscuras y rayos que parecían grandes lanzas clavándose en las nubes, además era imposible ver el suelo, sólo había más nubes negras. El sonido de los truenos era ensordecedor, para poder hablar entre nosotros, teníamos que gritar. Pero eso no era lo peor, los rayos que se nos venían encima eran demasiados y apenas teníamos tiempo de esquivarlos.

- ¡A la derecha! – gritó Veemon.

Raptordramon giró a tiempo de esquivar un rato que venía de abajo a arriba, y no pasaron ni cinco minutos antes de que otro de esos casi nos toca. En el Mundo Humano ese tipo de rayos eran más difíciles de ver pero parece que aquí no era así. Eso complicaba nuestra situación aún más, podían aparecer rayos desde cualquier dirección y de cualquier tipo. Si aquello seguía así, acabaríamos fulminados por un rayo y, para empeorar las cosas, empezó a llover con fuerza lo que nos dificultaba la visión.

- ¡No lo conseguiremos! – dijo Raptordramon que cada vez le costaba más esquivar los rayos.
- ¡No, estoy segura que lo conseguiremos! ¡No podemos rendirnos!- le dije- ¡Sólo tenemos que aguantar un poco más!

Los siguientes minutos se convirtieron en un infierno eléctrico, los rayos cada vez pasaban más cerca, los relámpagos nos cegaban y cada vez era más difícil comunicarnos por culpa de los truenos. De repente, las nubes terminaron y entramos en una zona de aparente calma.

- ¿Ya ha terminado?- preguntó Veemon.
- No puede ser. No ha sido tan largo como me pensaba- comenté pero al mirar a mí alrededor lo comprendí. No habíamos terminado con la tormenta, de hecho estábamos justo en medio- Estamos en el ojo...
- Tal vez sea nuestra oportunidad de salir de aquí por un atajo. Puedo aprovechar el ojo de la tormenta para ganar altitud y sobrevolar la otra mitad que nos queda- sugirió Raptordramon.

Decidimos intentarlo así que comenzamos a ascender, una vez arriba pudimos ver con nuestros propios ojos lo increíblemente grande que era, incluso nos costaba ver los límites de la tormenta por su tamaño. Sin perder más tiempo seguimos avanzando sin contratiempos y, cuando la tormenta pasó, descendimos hasta aterrizar en un desierto para seguir por tierra. Según Raptordramon, nuestra ruta había acabado y ahora sólo teníamos que seguir corriendo hasta la línea de meta. Miramos en una pantalla que había por allí los participantes que quedaban y casi no me lo pude creer ¿Zereck y Grademon estaban fuera de la carrera?

- ¿Grademon fuera?- leyó Veemon casi sin podérselo creer- ¿Qué le habrá pasado?
- ¡Allí está la meta! – nos dijo Raptordramon.

Efectivamente, más adelante había un gran cartel en el que estaba escrito “Meta” y, por la caligrafía apresurada y los manchurrones de tinta de los bordes me dio la sensación de que habían olvidado el cartel original y habían tenido que hacer uno nuevo con las prisas.

- Normalmente Etemon es el que se encarga de instalar el cartel – nos contó Raptordramon- Si lo ha olvidado o lo ha perdido se habrá llevado una buena regañina de Angewomon.
- ¡Por allí va Scott!- nos avisó Veemon.

A varios metros por detrás de nosotros corrían Scott y Labramon sobre RizeGreymon, iban a una velocidad muy alta y pronto nos alcanzarían. Pero Raptordramon aceleró, al haber estado volando había reservado gran parte de su fuerza para correr. Al cabo de poco atravesamos la línea de meta llevándonos por delante la cinta que había allí. Raptordramon se detuvo mientras respiraba con fuerza, estaba agotado, atravesar aquella tormenta había sido muy duro.

- ¿Hemos… hemos ganado?- dije bajando de Raptordramon casi sin poder creerlo. No corría para ganar pero había conseguido eso precisamente.
- ¡Primera posición! –exclamó Veemon con alegría bajando de un salto- ¡No sé si es la suerte del principiante o no pero de todos modos me lo he pasado genial!
- ¿Qué habrá pasado con Zereck y Grademon?- pensé viendo la pantalla por si aparecía algo.

Perdimos… tan claro como lo digo… perdimos ante Sigrun… je… realmente dudo que sea suerte de novata… no… tiene que ser algo mas… debe ser su habilidad… después de todo todas las carreras son iguales…gana el más rápido y que a la vez sea el más inteligente… la experiencia no tiene nada que ver para mi… asique será mejor darle las felicitaciones bien merecidas a Sigrun, se las gano con todo derecho, y además, también se gano la copa jurasica, je, me había olvidado de esa vieja copa de metal dorado.
Luego de reunirnos todos para ver a la nueva campeona tomar su trofeo, aparecieron Angewomon y Etemon, que raro, Etemon tenía un enorme moretón en la cabeza, me pregunto qué hiso esta vez… ah, ahora entiendo… con solo ver ese letrero tan improvisado de “meta”, uno se da cuenta de por qué Etemon tenía ese golpe tan grande. En fin, Angewomon se acerco a Sigrun y le tomo el brazo y suavemente se lo levanto, declarándola “La campeona da los dinosaurios”, mientras que Etemon le daba la copa dorada con figuras de dos Triceramons luchando entre sí.
Sorpresivamente Zereck me sujeto el hombro mientras se reía, ¿Cuándo demonios llego?, tsk, lo único que hice para devolverle el mini-susto que me dio fue un golpe en el pecho, claro que no lo sintió por su armadura pero al menos sabe que seré agresivo cuando me haga pasar por momentos fraternales, cosa que odio.

¡AUCH! ¡¿Por qué la agresión?! –me pregunto el muy torpe, el debería saber por qué lo agredo- ¡Eso me dolió hermano!
Cállate, no tienes derecho a quejarte haciendo que me sintiera preocupado –dije comenzando a gruñir y después le sujete la remera levantándolo- y como me vuelvas a hacer sentir así… te mato como a mama y a papa
Haaa… tra… tranquilo… no lo hare –me respondió riéndose nervioso- fue extraño… en un momento estaba corriendo, y después el hielo se quebró, y termine despertando en una carpa de emergencias
Si… parece que todos recibimos los tratamientos necesarios para levantarnos pronto –dijo BlackGuilmon con unas cuantas vendas en el cuerpo- yo me hice mucho daño ¡Jajaja!
Je, se nota que eres un digimon muy fuerte BlackGuilmon… aunque me sorprende que seas compañero de Zereck… no parecen muy… compatibles –dijo Labramon, je, miren quien habla de compatibilidad aquí- ¿ahora qué harán?
¡Simple! ¡Iremos a repartir justicia como caballeros de antaño! ¡Nada nos detendrá hasta ser Royal Knights! –al decir eso Zereck se fue corriendo junto con BlackGuilmon, nunca entenderé lo que le pasa a mi hermano-

Luego de esa extraña despedida, Labramon y yo nos acercamos a Sigrun para felicitarla por su victoria, no todos logran ganar la carrera, de hecho nadie a parte del campeón suele ganarla, asique Sigrun tiene mucha suerte, y eso es digno de felicitarse, además, creo que ya sabe todo lo que necesita saber para arreglárselas en el digimundo, porque si corres en esta carrera y sobrevives, tienes todo lo necesario para sobrevivir al digimundo.

Felicidades “campeona”, no todos suelen ganar esta carrera cuando el campeón corre… o ex campeón… Grademon… esta desaparecido –dije algo desanimado pero igual feliz de que Sigrun ganara- bueno… dejando eso de lado… creo que ya tienes más que suficiente para sobrevivir al digimundo tu sola con Veemon Sigrun… supongo que es el adiós… que suerte que no me encariño tan fácil con la gente, o me daría pena irme
Haaa… a mi si me da pena tener que decir adiós… -escuche que decía Labramon con un tono bastante decaído, tsk, como odio que se ponga así- fue un gusto conocerte Sigrun… Veemon… los extrañare amigos… fue divertido correr con y contra ustedes…
No te pongas tan sentimental –me cruce de brazos y mire hacia otro lado y después cerré los ojos para no ver a Sigrun- tarde o temprano hay que irnos, no hay de otra Labramon… así son las cosas… y recuerda que siempre tenemos que aceptar la realidad antes que ilusionarnos con la fantasía –apreté los puños enojado, ahora Labramon me contagio su lastima, también me dará algo de pena dejar a Sigrun y a Veemon- tsk… si te da tanta lastima dejar a Sigrun y a Veemon… cuando consigan más poder los volveremos a ver… no sé cuándo ni dónde pero sé que los veremos de nuevo…
¿En serio? –me pregunto Labramon confundido, el no suele verme así- ¿lo prometes amigo?
… si… lo prometo –abrí los ojos y le di la mano a Sigrun- suerte Sigrun… cuando nos veamos de nuevo… espero ver a una chica más fuerte que antes… no quiero ver a la novata que conocí ayer… ¿entiendes?, porque si no es así veras la furia de un demonio

Una vez dicho eso, me fui con Labramon en la dirección opuesta a la que se había largado Zereck, por 3 razones, 1, no quiero encontrármelo muy pronto, 2, si vamos en la dirección opuesta marcare mi decisión a alejarme de todo el que me moleste, y 3… aun no eh visitado todo el digimundo… asique solo me queda seguir explorando.

Off:

La carrera terminó y Angewomon y Etemon me entregaron aquella copa. Cuando empezé la carrera nunca imaginé que llegaría a conseguirla, de hecho pensé que acabaría en las últimas posiciones. Estaba acostumbrada a este tipo de situaciones por mis victorias en las carreras de trineos de Noruega, aunque aquello era muy diferente.

Cuando pude alejarme de los digimons que se habian reunido a mi alrededor fui a ver a Scott y Labramon. También estaba Zereck y BlackGuilmon pero se marcharon enseguida. Hablé con Scott y me dijo que Grademon estaba desaparecido ¿habria muerto? Era extraño, no me gustó para nada la manera de correr que tenía ese digimon pero ahora me daba pena por lo que le hubiese podido pasar. Scott siguió hablando y dijo que aquello era el adiós, lo qie hizo que Labramon entristeciera.

- No te preocupes, Labramon. No creo que esto sea exactamente un adiós, yo prefiero llamarlo hasta luego- le dije para animarle- Y Scott, no será necesario que saques la furia de un demonio- le dije cuando terminó de hablar- Porque cuando volvamos a vernos, Veemon y yo nos habremos vuelto más fuertes.
- Sigrun tiene razón, os lo demostraremos ya lo veréis- aseguró Veemon.

Tras esa despedida, Scott y Labramon se marcharon y nostros volvimos donde estaba Raptordramon para despedirnos también de él. Ambos le prometimos que volveriamos el año que viene para correr una vez más. Sin perder mas tiempo, Veemon y yo nos marchamos de allí caminando, aquella habia sido una gran aventura pero yo estaba segura que no sería la última.