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El descubrimiento de las ruinas del Monasterio Draco, tallado en lo alto de una desolada montaña en el valle de los dragones, ha despertado un gran interés por todo el Digimundo. Principalmente porque según los tallados de la pared exterior dentro de las ruinas se encuentra un obre mágico que contiene en su interior la data y poder del treceavo Royal Kinght, la cual sera dada a quien reclame dicho objeto. Según la historia grabada en los murales, el obre fue dejado allí por el mismo Royal Kinght en caso de que su poder sea necesario para derrotar al mal que se alce en el futuro...por desgracia semejante premio también a llamado la atención de quienes usarían el poder para sus propias metas egoístas. Por lo que esta aventura ahora se a vuelto una carrera por ver quien consigue el gran premio.
6 meses despues de la ultima carrera, un BanchoLeomon reune al viejo equipo de organizacion para dar un nuevo espectaculo, pero en esta carrera, el misterioso patrocinador ha enviado a un "Aspirante a Campeon" con un extraño y unico Digivice. ¿Que es lo que sucedera a lo largo del evento y como funciona este nuevo digivice?.
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-Skin hecho por Hardrock de The Captain Knows Best.
-Imagenes realizadas por Runari Wildy
y Sigrun Vinter
-Imagenes realizadas por Runari Wildy
y Sigrun Vinter
Vientos y cuervos, mensajeros de presagios [Prueba Mio]
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Vientos y cuervos, mensajeros de presagios [Prueba Mio]
Plaza Central - Mundo Real
Los dedos de una mano son suficientes para contar, desde el comienzo de la semana, cuántos días faltan para quedar libre. Y no, no me refiero, a salir en libertad de una prisión ni mucho menos, pero considerando cómo los jóvenes se refieren a sus respectivas escuelas, esta comparación no está tan errada, sino más bien, se aproxima bastante. También es cierto que este día es esperado por lo que viene después, y me refiero al fin de semana, tiempo de descanso y distensión, tiempo en el que puedes hacer lo que quieras... siempre y cuando no tengas tarea, claro.
Habiendo llegado ese día, un viernes por la tarde, los institutos despedían a sus alumnos una vez más como cada viernes, de cada semana del año, cerrando las puertas a sus espaldas hasta que ellos regresaran días después. En la salida podía observarse como los alumnos se iban en grupos a realizar otras actividades después de clase, como ir a comer, al cine o tal vez a jugar en las salas de videojuegos, y por otra parte había otros que primero se quedaban un tiempo a charlar antes de irse. En uno de estos casos se contraba Mio, un muchacha en su último año de preparatoria junto con su grupo reducido de amistades o conocidos. Luego de unos quince o veinte minutos tal vez, al ver que la caída del sol era inminente, Mio decidió retirarse por su cuenta puesto que a seguramente al llegar a su casa, el cielo ya hubiera oscurecido por completo. Pero al instante en que saludó a sus compañeros, le ofrecieron ir con ella, acompañarla puesto que también vivían en esa dirección. Eran sólo unos pocos, cuatro para ser más preciso, que caminaron entre conversaciones y risas hasta llegar a la esquina de la Plaza Central, un lugar extenso y cubierto de vegetación colorida, que se parecía más a un parque que a dicho lugar. Allí, aquellos jóvenes se debían separar, partir cada uno en una dirección distinta con destino a sus respectivos hogares. A Mio le tocaba ir por la acera de la Plaza, generalmente tomaba ese camino, pero hoy era viernes, mañana no tenía obligaciones qué cumplir, así que se le cruzó por la cabeza, adentrarse un poco más entre árboles y flores.
Tal vez en ese momento pensó que era una buena idea, pero aun así, si no quería llegar tarde a su casa, no debería distraerse durante mucho tiempo. Sólo sería un ligero paseo.
Yendo a través de un camino interior de la plaza, las luces de los faroles comenzaban a encenderse de manera sincronizada, una tras otra iluminando todo el empedrado por el que Mio iba, eso significaba que el cielo cada vez oscurecía más y más. En este lado del terreno era muy raro ver gran cantidad gente, ya que se encontraba en un lado un tanto alejado de todo, aunque de todas formas había personas que paseaban, parejas que jugaban con sus hijos o incluso hasta solamente sentados en un banco, dispersas entre sí, lo que podía dar a pensar que querían tener su propio espacio y estar alejados del resto, supongo que sería algo normal.
Una vez atravesado esta pequeña sección, Mio llegó hasta donde los árboles cubrían los faroles, por lo que producían una densa sombra a lo largo del su ruta. Sumida en la oscuridad que parecía presagiar un mal suceso, una fuerte ráfaga de viento la golpeo desde atrás, haciendo que tanto su pelo como su vestimenta volaran a merced de este. Algo más extraño pasó, segundos antes de que el viento cesara, sintió algo moverse y un ruido de hojas secas agitarse más adelante. ¿Sería alguien más? ¿Alguien que la estuviera siguiendo quizás? Algo la llevó a averiguarlo tratando de ver a los lejos entre los árboles. Allí no había nadie, si algo estuviera atrás de los troncos sería fácilmente visto, sin dudas. ¿Habrá sido todo juego de su mente? A lo mejor, fue el viento, eso sería una explicación que bastaría para aclarar aquel "misterio".. o al menos lo hubiera sido si las hojas no hubieran vuelto a sonar, aunque esta vez, ningún viento corrió. Provenía de un bulto que estaba a unos pocos metros más adelante de la muchacha, parecía una mascota o un animal, al no haber suficiente luz para saber con exactitud qué era aquello, Mio no se detuvo en averiguarlo tampoco, no hasta que pasó por su lado.
Rápidamente se encontraba en un aprieto, ¿en qué momento había llegado a tal situación? Ahora corría hacia su casa con algo entre sus brazos, pidiendo y rogando que por favor sus padres no estuvieran en casa. Pero lo que más le preocupaba, lo que de verdad quería saber, era todo aquello respecto a esa criatura emplumada.
- Tamer & Digimon
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :253Nivel On Rol :UltimateInventario :
Ed Elric
Re: Vientos y cuervos, mensajeros de presagios [Prueba Mio]
Aun no entendía como es que había comenzado todo esto. Recuerdo todo lo que había sucedido desde que me desperté en la mañana hasta ahora. Me repetía en mi mente cortos flashbacks de lo mas relevante que había sucedido todo este día: cuando salí de casa, llegué al salón, recibí clases de historia, geometría avanzada y literatura, tomé mi almuerzo junto con mi mejor amiga en el descanso... incluso recuerdo que en ese momento le había confesado a ella ''A veces desearía que ocurriera algo diferente, algo que me haga salir de la realidad o de la costumbre aunque sea un poco'' mi amiga me trató como una niña cuando le dije esto, tal vez tenía razón... ya tengo 17 años, en menos de un año cumpliré los 18 y saldré de la preparatoria, seré aceptada como una adulta para la sociedad y... pues necesito madurar, aceptar la realidad, ese tipo de deseos no ocurren tan bruscamente... o eso era lo que creía.
Llegué a mi apartamento. Yo vivía en un edificio bastante alto, no me he detenido a contar las habitaciones que tiene, pero lo que si sé es que yo estoy en una de las mejores habitaciones ya que vengo de una familia con muy buena calidad económica. Me preguntarán tal vez ''¿Porque vives en un apartamento si tienes presumes de tanto dinero?'' es una pregunta que frecuentemente me han hecho desde que llegué a este país, y no estan del todo incorrecto, mis padres tenían pensado comprar una casa más tarde pero aun no estamos seguros de que nos quedaremos muchos años en este país tal como fue en Gran Bretaña así que no podemos arriesgarnos a gastar tanto en vano.
Me quité los zapatos antes de andar por el piso de madera especial, era una de las costumbres que he tenido que aprender al llegar a este país, debo admitir que me tardé un poco en tomar esta costumbre como algo diario pero con tiempo y esfuerzo todo se puede. Llevé al pequeño bulto de plumas que parecía estar vivo hacia una de las camas, acomodándolo sobre una almohada para que estuviera cómodo ''Quizás deba ir por algo refrescante. Una bolsa de hielos puede servir'' me alejé, dejando a la criatura sola... estaba inconsciente así que no creo que se mueva de su lugar.
Me dirigí directo hacia la cocina del apartamento, era pequeña pero muy lujosa, las cuidadoras de este edificio hacían un muy buen trabajo del cual no puedo quejarme ni siquiera un poco. Había ido directo al congelador para sacar los hielos y envolverlos en una pequeña toalla de esas que usas para secarte las manos después de lavar los platos pero algo en especial me llamó la atención, algo que se se encontraba sobre la mesa. Me acerqué y tomé lo que parecía ser una nota, yo reconocía rápido la letra y firma final, era una nota de parte de mi madre quien me informaba que ella y mi padre tuvieron que irse a un evento imprevisto a la Gran Bretaña, algo había sucedido en ultimo momento y tenían que reafirmarlo, estarían fuera de casa por, a mas tardar, un mes. Me desanimé un poco, no es que siga siendo ''niña de mami'' pero siempre me han preocupado esta clase de viajes imprevistos, nunca se sabe que puede suceder en este tiempo; aunque bueno, tenía el número personal de ambos así que podía llamarles siempre que tuviera un problema, duda o cuando simplemente tenía ganas de llamarles.
Intenté tranquilizarme y enforcarme en la situación de la criatura extraña, esperaba que los hielos no se hayan empezado a descongelar, así que me dirigí de nuevo hacia donde se debería encontrar el ''¿polluelo?'' recostado pero...
- ¿Ah? No está... -me giré hacia mis lados intentando encontrarlo, estaba confundida, cuando lo tenía entre mis manos se veía completamente inconsciente... no esperaba que despertase tan rápido y, aunque lo hubiese hecho, no esperaba que tuviese las fuerzas necesarias para escapar considerando que se encontraba en verdad exhausto.
Pronto empecé a sentir miedo, estaba ahora encerrada en una habitación en la que una criatura emplumada de origen e identidad desconocida se encontraba en estado salvaje abundando por cualquier lado, podría estar ahora incluso vigilandome en un punto ciego mío donde me sería imposible detectarlo ''Sabía... que era un error traer eso a casa... y ahora estoy segura de que mis padres no vendrán hasta no sé cuando... ¿Que debo hacer?'' Me acerqué lentamente hacia el armario donde estaban organizados los objetos de limpieza y tomé una escoba que planeaba usar como metodo de defensa pero... bueno, yo no sé nada sobre auto-defensa, creo que solo lo usaría para golpearlo si resulta peligroso y eso es algo que no sé si pueda atrever... ¡¡AHÍ ESTÁ!!
- ¡Toma esto! -grité cerrando mis ojos, comenzando a lanzar golpes ''ciegos'' hacia varias partes del suelo donde vi que se encontraba esa criatura. Ese animal, o lo que sea, evitaba sin mucho problema todos estos golpes hasta que logró subirse sobre la escoba para usarla de soporte. Detuve los golpes y dejé la escoba en horizontal mientras abría los ojos lentamente y vi a esa criatura observandome con esos grandes ojos dorados.
- ¿Ya te tranquilizaste? -grité del terror y lo golpeé contra la pared, donde quedó aplastado- ...Creo que no... -cayó al suelo y, en cuanto se recuperó, esponjó todo sus plumas pareciendo aun mas una bola de plumas- ¡Está mal atacar cuando tu oponente no muestra agresión en tu contra, humana!
- ¿A-Agresión? Tu no vas a... ¿atacarme? -le miraba con mis ojos invadidos en miedo e inseguridad, amenazandolo con la escoba y usando la misma como una especie de ''linea'' para que no se acercase.
- ¿Que te ha hecho pensar eso? Solamente quería relajar un poco mis pies -relajó su plumaje y volvió a verse como de costumbre, o eso creo- ¿Porque me has traído a este lugar?
- Te... te veías algo herido, exhausto y... bueno... -bajé la mirada sin saber como concluir mi frase, a pesar de que esa criatura había afirmado no querer hacerme daño... seguía temiendole- pensé en curarte hasta que te sintieras mejor y pudieras volver a tu vida silvestre, o... a donde sea que vivas...
- ¿Vida silvestre? ¿Crees que soy algún animal de tu mundo, humana? -alcé la mirada como si estuviera a punto de responderle pero lo volví a bajar, negando con la cabeza- me parece que en verdad no sabes nada
- ¿No estás herido?
- Claro que no. He estado huyendo por días o incluso semanas hasta que algo logró absorberme y terminé en este extraño lugar -se dio la vuelta- ya antes había escuchado de leyendas sobre un mundo alterno al nuestro y sobre sus criaturas llamadas ''humanos'' pero nunca pensé que tuviese el infortunio de ser transportado a este lugar...
- ...¿Y tienes hambre? -se dio la vuelta y me miró con esa cara que parecía estar siempre enfurecida.
- ¿Me estás escuchando al menos, niña?
- Claro que si, pero... es que es algo dificil de creer, ¿No crees? Digo.. ¡Solo mirame! Estoy hablando con un polluelo que dice cosas sobre mundos alternos y me quiere hacer creer que está siendo perseguido, lo que no entiendo es en qué momento fue que me desmayé
- ¿Desmayarte?
- ¡Si! Esto debe ser un sueño, algun producto de mi imaginación... seguro me desmayé cuando te encontré en el parque, pensé que eras algo extraño pero en verdad eras un montón de hojas y plumas... ¡Me asusté tanto que me desmayé! Eso tiene más sentido.
El polluelo se quedó callado mirandome atentamente y después negó con la cabeza, dandose la vuelta.
- Me iré de aquí, razonar con los humanos no parece ser efectivo y solo me hace perder el tiempo -comenzó a alejarse a gran velocidad, su agilidad era inmensa pese a ser solo un pequeño polluelo, pero en cuanto dio un salto hacia la ventans se golpeó bruscamente contra el vidrio. Se levantó, agitandose para espabilar, y siguió tratando de salir por el vidrio de la ventana- ¡¿Que clase de magia es esta, humana?!
- E-Es solo una ventana... y no te recomiendo salir por ahí, estamos a metros de altura y podrías... bueno...
Por más que le advertía sobre la altura y el peligro de la ventana la criatura no parecía desistir y siguió ''peleando'' contra el vidrio de la ventana que simplemente no quería ser roto, por suerte, no quería que ver como ese pequeño caía al vacío. Tuve que convencerlo de calmarse, al final si tenía un poco de hambre... tal vez por eso se encontraba tan alterado, le preparé arroz porque no estaba segura de que era lo que comían los polluelos y no tenía precisamente semillas, alpiste o... gusanos así que creo que fue lo mas practico. Fue muy divertido verlo esponjarse al probar el arroz que le preparé, pese a ser un alimento muy común aquí y sin mucho sabor el se encontraba magnificado y demostró tener un gran tamaño a pesar de ser tan pequeño. Cuando terminó de comer lo invité a salir a tomar un poco de aire fresco, al principio me refutó un poco que él no es una mascota ni nada parecido pero lo convencí de que yo no pensaba eso así que después de dejarlo un momento pensando terminó aceptando. Cuando llegamos al parque nos dedicamos a caminar por los mismos rosales donde lo había encontrado, no eran precisamente los mismos, hay varios alrededor del parque de hecho.
- No me has dicho aún como te llamas, ¿Puedo saber?
- Esa información no es algo que le debe incumbir a una humana como tu -ambos nos quedamos callados por un momento, yo tenía la mirada desviada... creo que ese fue un trato algo grosero considerando que yo intentaba ayudarlo pero no tengo el coraje para molestarme siquiera- ...puedes llamarme Pinamon, ese es mi nombre técnico -giró sus grandes ojos hacia mi posición- ¿A ti como te llaman?
- ¿Eh? ¿Mi nombre? Pues... me llamo Mio, Akiyama Mio, suelen llamarme Mi-chan de cariño -le dediqué una sonrisa amable pero él ya había vuelto su mirada hacia al frente, no sé si siquiera me estaba prestando atención.
- Akiyama Mio... procuraré no olvidarlo, humana.
Las conversaciones con ''Pinamon'' eran un poco cortas, me era muy dificil entablar una platica fluida con él... aunque, pensandolo bien, es un problema que tengo con cualquier persona, no solo con él, yo soy conocida como la chica mas callada del salón y muchos me tratan de antisocial, no me considero como tal, pero es solo que no sé muy bien hablar con personas desconocidas... mucho menos con criaturas desconocidas que tienen, creo, el mismo problema que yo.
- Conozco este lugar, fue el mismo parque donde fui transportado por primera vez... ¿Porque me has traído aquí?
- ¿Eh...? No ha sido nada planeado o algo por el estilo, es solo que... es una de las atracciones de esta ciudad pero, en mi opinión, es la más bonita y llamativa de todas por su gran calidad natural... ¿No lo ves? -Pinamon y yo miramos a nuestro alrededor- Esta naturaleza no es artificial como mucha otra, y mira... el cielo nocturno le da una vista aún mas bella -nuestros ojos pasaron hacia el cielo nocturno que parecía brillar más que ningun otro. La luna era llena, el cielo estaba decorado con muchas estrellas.
- ...Su cielo es como el cielo de nuestro mundo, humana -me quedé callada al escuchar esto, y lo miré. Sus ojos por primera vez no parecían estar enojados, es más, parecían tan inocentes como las de un niño mirando un juguete que tanto anhelaban por tener- ...es aún mejor.
Una sonrisa se dibujo en mi rostro cuando vi la diferente expresión que había formado Pinamon en su rostro, no se porque me sentía tan feliz, como si en verdad hubiera hecho una buena acción aunque en verdad, creo, que yo no hice nada. Seguimos ambos disfrutando del paisaje por unos segundos hasta que escuchamos algo que llamó nuestra atención... ¡Era un grito!
- ¿Que fue eso? -aun sin saber de que se trataba mis piernas ya habían empezado a temblar, no podía moverme. Pinamon comenzó a girarse de un lado a otro con una mirada decidida hasta que de pronto comenzó a correr de tal forma en que lo perdí de vista en uno o dos segundos- ¡Pinamon! ¿¡A donde vas!?
Aunque hace unos momentos mis piernas no respondían esta vez lo hicieron, era algo impresionante que no me había detenido a pensar en este momento... desde pequeña he tenido un problema en el que, cuando tenía mucho miedo y entraba en este estado de ''paralisis'' no podía reaccionar hasta que alguien me ayudara, esta vez fue involuntario. Corrí hacia donde segun creí que se había ido Pinamon pero por mas que corría no lo encontraba, repetía su nombre una y otra vez pero no aparecía. Llegué a un lugar en donde parecía estar una chica, era joven, parecía tener mas o menos 20-25 años; una rara criatura que tenía la forma de un hongo gigante estaba a su lado tomandola del bolso.
- ¿¡A donde crees que vas, señorita!? Aun no me ha dado lo que le estoy pidiendo
- ¡No! ¡Suelteme, aléjese de mi, degenerado!
- Parece que no quieres cooperar conmigo, jejejeje... -de la nada sacó un pequeño hongo que parecía tener el signo de ''veneno'' sobre él- si no quieres hablar, esta bien, te haré ese favor... -la chica se quedó mirando aterrada ese hongo- ¿Quieres una oportunidad más? Te la daré, ahora responde, ¿Has visto a un digimon llamado Fal...? -dejó de hablar en cuanto recibió un golpe provocado por la roca que le había logrado lanzar- ¡AGH! ¿¡Pero que...!? ¡No, espera, no huyas! -estiró su mano hacia la chica que huía horrorizada. Después se dio la vuelta- ¿¡Quien se ha atrevido a atacarme!? -su mirada se dirigió hacia mi, yo me encontraba de nuevo temblando ''paralizada'' ni siquiera me salían las palabras de la boca- ¿Otra humana? Ustedes son una raza realmente tonta... -se rió entre dientes y me mostró el hongo que antes había usado para amenazar a la antigua rehén- con esto bastará para que no vuelvas a molestar nunca más niña, pero antes, ¿Donde está el digimon ''Falcomon''?
- ¿Falco...mon? Yo no... yo... -no podía hablar, estaba aterrada, sentía que mis piernas no iban a poder soportar mi peso pronto pues no dejaban de temblar.
- Je... si en verdad no sabes entonces no me sirves para nada, niña... ¡Toma! -tomó ''vuelo'' para lanzarme ese extraño hongo pero antes de que pudiera hacerlo recibió un golpe directo por culpa de algo veloz a la que ni siquiera logré darle forma- ¡AGH! ¿¡Y ahora qué!? -ni yo sabía de qué o quien se trataba hasta que vi como Mushroomon se levantó con algo sobre su cabeza... ¡Ah! ¡Era Pinamon!- ¡Quitenme esto de encima, quitenmelo! -empezaba a lanzar manotazos al aire como si quisiera espantar moscas, Pinamon se encontraba atacando al digimon con picotazos rápidos
- ¡P-Pinamon! -exclamé con una amplia sonrisa, en verdad estaba feliz de verlo de nuevo.
- ¡No te atrevas a tocar a esta humana, Mushroomon!
- ¡¡Deja de molestar!! -estiró su mano y logró tomar de las colas a Pinamon. Mis ojos se abrieron de golpe al ver esto pero él pareció esbozar una sonrisa, provocando que el hongo comenzara a recibir ataques electricos producidas, al parecer, por esas colas. No entendía nada... ¿Cómo es que un polluelo puede provocar eso? ¿Cómo es que un hongo puede hablar y hacer... todo eso que hace? Estoy confundida...
Pinamon fue lanzado brutalmente contra el suelo, haciendo que rebotara un par de veces hasta caer cerca de mi posición. De inmediato reaccioné y me agaché hacia él para intentar socorrerlo y tomarlo entre mis brazos pero no podía hacer eso, ese hongo parlante seguía ahí.
- Estoy... ¡Harto de todo esto! Solo quiero saber donde se encontra ese dichoso Falcomon... Si ninguno de ustedes va a cooperar... ¡Entonces ambos morirán! -lanzó un par de hongos que tenían escrito el signo de veneno sobre ellos. Cerré los ojos al momento en que tomaba a Pinamon entre mis brazos dispuesta a protegerlo pero solo pasaron segundos en cuanto él se soltó y... después no sentí absolutamente nada diferente.
Poco a poco fui abriendo mis ojos hasta que avisté frente a mi un... ave, si, era un ave de mediano tamaño con plumaje negro grisáceo. Fue cuestión de microsegundos para ver como los hongos que había lanzado el adversario habían sido cortados por las garras que sobresalían de las alas del ave.
- ¿Q-Que?... -se le veía confundido, pero no creo que esté mas confundido que yo... ¿Donde estaba Pinamon?
- Me buscabas, ¿No? Mushromoon -frunció el ceño haciendo una pose en la que parecía que estaba preparado para el siguiente golpe y le retaba.
- Je... así es, y ahora que lo he encontrado el amo va a estar muy contento de saber que siga con vida... -sonrió maliciosamente y sacó otro hongo- Mi misión concluye aquí por ahora -lo lanzó al suelo e invocó una nube de humo de la cual el ave me protegió para que no entrara a mis ojos los cuales ya tenía cerrados. Aun no sabía como reaccionar...
- Quien... ¿Quien eres tu?
- Yo soy... ''Pinamon''
- ¿¡Pinamon!? No puede ser, Pinamon era una pequeña masa de plumas, tu eres... tu eres... -no sabía describirlo.
- Es dificil de explicar, yo lo que hice fue... -una extraña luz apareció de la nada frente a ambos, por lo que ambos nos cubrimos la vista. Cuando volví a abrir los ojos, vi como en esa luz había algo adentro... era un artefacto parecido a un control remoto, no lo sé, era largo y parecía una cajita.
- ¿Que es esto? -llevé mis manos hacia al frente y el aparato cayó sobre mi, dejando ver sus colores oscuros con morado, como los de Pinamon.
- Eso es un... ¿Digivice? -su cuerpo brilló de la nada y, en un parpadeo, pasó su forma de vuelta a ser el Pinamon que yo conozco- ¿¡Qué!? -comenzó a aletear rapidamente, dando saltos inutiles, no sabía que intentaba lograr- ¡Ya no... ya no puedo evolucionar! ¿¡Que pasó!?
- ¿Evolucionar?...
Pinamon tuvo mucho que explicarme, demasiado debo decir, sobre este aparato, sobre ese hongo parlante, sobre su cambio de forma... pero aun habían muchas cosas que tanto yo como Pinamon desconocemos... y que ahora nos tocará a nosotros descubrirlas por nuestra propia cuenta, juntos... ¿Todo esto comenzó por mi deseo del cambio? No esperaba que todo ocurriese tan rápido...
Llegué a mi apartamento. Yo vivía en un edificio bastante alto, no me he detenido a contar las habitaciones que tiene, pero lo que si sé es que yo estoy en una de las mejores habitaciones ya que vengo de una familia con muy buena calidad económica. Me preguntarán tal vez ''¿Porque vives en un apartamento si tienes presumes de tanto dinero?'' es una pregunta que frecuentemente me han hecho desde que llegué a este país, y no estan del todo incorrecto, mis padres tenían pensado comprar una casa más tarde pero aun no estamos seguros de que nos quedaremos muchos años en este país tal como fue en Gran Bretaña así que no podemos arriesgarnos a gastar tanto en vano.
Me quité los zapatos antes de andar por el piso de madera especial, era una de las costumbres que he tenido que aprender al llegar a este país, debo admitir que me tardé un poco en tomar esta costumbre como algo diario pero con tiempo y esfuerzo todo se puede. Llevé al pequeño bulto de plumas que parecía estar vivo hacia una de las camas, acomodándolo sobre una almohada para que estuviera cómodo ''Quizás deba ir por algo refrescante. Una bolsa de hielos puede servir'' me alejé, dejando a la criatura sola... estaba inconsciente así que no creo que se mueva de su lugar.
Me dirigí directo hacia la cocina del apartamento, era pequeña pero muy lujosa, las cuidadoras de este edificio hacían un muy buen trabajo del cual no puedo quejarme ni siquiera un poco. Había ido directo al congelador para sacar los hielos y envolverlos en una pequeña toalla de esas que usas para secarte las manos después de lavar los platos pero algo en especial me llamó la atención, algo que se se encontraba sobre la mesa. Me acerqué y tomé lo que parecía ser una nota, yo reconocía rápido la letra y firma final, era una nota de parte de mi madre quien me informaba que ella y mi padre tuvieron que irse a un evento imprevisto a la Gran Bretaña, algo había sucedido en ultimo momento y tenían que reafirmarlo, estarían fuera de casa por, a mas tardar, un mes. Me desanimé un poco, no es que siga siendo ''niña de mami'' pero siempre me han preocupado esta clase de viajes imprevistos, nunca se sabe que puede suceder en este tiempo; aunque bueno, tenía el número personal de ambos así que podía llamarles siempre que tuviera un problema, duda o cuando simplemente tenía ganas de llamarles.
Intenté tranquilizarme y enforcarme en la situación de la criatura extraña, esperaba que los hielos no se hayan empezado a descongelar, así que me dirigí de nuevo hacia donde se debería encontrar el ''¿polluelo?'' recostado pero...
- ¿Ah? No está... -me giré hacia mis lados intentando encontrarlo, estaba confundida, cuando lo tenía entre mis manos se veía completamente inconsciente... no esperaba que despertase tan rápido y, aunque lo hubiese hecho, no esperaba que tuviese las fuerzas necesarias para escapar considerando que se encontraba en verdad exhausto.
Pronto empecé a sentir miedo, estaba ahora encerrada en una habitación en la que una criatura emplumada de origen e identidad desconocida se encontraba en estado salvaje abundando por cualquier lado, podría estar ahora incluso vigilandome en un punto ciego mío donde me sería imposible detectarlo ''Sabía... que era un error traer eso a casa... y ahora estoy segura de que mis padres no vendrán hasta no sé cuando... ¿Que debo hacer?'' Me acerqué lentamente hacia el armario donde estaban organizados los objetos de limpieza y tomé una escoba que planeaba usar como metodo de defensa pero... bueno, yo no sé nada sobre auto-defensa, creo que solo lo usaría para golpearlo si resulta peligroso y eso es algo que no sé si pueda atrever... ¡¡AHÍ ESTÁ!!
- ¡Toma esto! -grité cerrando mis ojos, comenzando a lanzar golpes ''ciegos'' hacia varias partes del suelo donde vi que se encontraba esa criatura. Ese animal, o lo que sea, evitaba sin mucho problema todos estos golpes hasta que logró subirse sobre la escoba para usarla de soporte. Detuve los golpes y dejé la escoba en horizontal mientras abría los ojos lentamente y vi a esa criatura observandome con esos grandes ojos dorados.
- ¿Ya te tranquilizaste? -grité del terror y lo golpeé contra la pared, donde quedó aplastado- ...Creo que no... -cayó al suelo y, en cuanto se recuperó, esponjó todo sus plumas pareciendo aun mas una bola de plumas- ¡Está mal atacar cuando tu oponente no muestra agresión en tu contra, humana!
- ¿A-Agresión? Tu no vas a... ¿atacarme? -le miraba con mis ojos invadidos en miedo e inseguridad, amenazandolo con la escoba y usando la misma como una especie de ''linea'' para que no se acercase.
- ¿Que te ha hecho pensar eso? Solamente quería relajar un poco mis pies -relajó su plumaje y volvió a verse como de costumbre, o eso creo- ¿Porque me has traído a este lugar?
- Te... te veías algo herido, exhausto y... bueno... -bajé la mirada sin saber como concluir mi frase, a pesar de que esa criatura había afirmado no querer hacerme daño... seguía temiendole- pensé en curarte hasta que te sintieras mejor y pudieras volver a tu vida silvestre, o... a donde sea que vivas...
- ¿Vida silvestre? ¿Crees que soy algún animal de tu mundo, humana? -alcé la mirada como si estuviera a punto de responderle pero lo volví a bajar, negando con la cabeza- me parece que en verdad no sabes nada
- ¿No estás herido?
- Claro que no. He estado huyendo por días o incluso semanas hasta que algo logró absorberme y terminé en este extraño lugar -se dio la vuelta- ya antes había escuchado de leyendas sobre un mundo alterno al nuestro y sobre sus criaturas llamadas ''humanos'' pero nunca pensé que tuviese el infortunio de ser transportado a este lugar...
- ...¿Y tienes hambre? -se dio la vuelta y me miró con esa cara que parecía estar siempre enfurecida.
- ¿Me estás escuchando al menos, niña?
- Claro que si, pero... es que es algo dificil de creer, ¿No crees? Digo.. ¡Solo mirame! Estoy hablando con un polluelo que dice cosas sobre mundos alternos y me quiere hacer creer que está siendo perseguido, lo que no entiendo es en qué momento fue que me desmayé
- ¿Desmayarte?
- ¡Si! Esto debe ser un sueño, algun producto de mi imaginación... seguro me desmayé cuando te encontré en el parque, pensé que eras algo extraño pero en verdad eras un montón de hojas y plumas... ¡Me asusté tanto que me desmayé! Eso tiene más sentido.
El polluelo se quedó callado mirandome atentamente y después negó con la cabeza, dandose la vuelta.
- Me iré de aquí, razonar con los humanos no parece ser efectivo y solo me hace perder el tiempo -comenzó a alejarse a gran velocidad, su agilidad era inmensa pese a ser solo un pequeño polluelo, pero en cuanto dio un salto hacia la ventans se golpeó bruscamente contra el vidrio. Se levantó, agitandose para espabilar, y siguió tratando de salir por el vidrio de la ventana- ¡¿Que clase de magia es esta, humana?!
- E-Es solo una ventana... y no te recomiendo salir por ahí, estamos a metros de altura y podrías... bueno...
Por más que le advertía sobre la altura y el peligro de la ventana la criatura no parecía desistir y siguió ''peleando'' contra el vidrio de la ventana que simplemente no quería ser roto, por suerte, no quería que ver como ese pequeño caía al vacío. Tuve que convencerlo de calmarse, al final si tenía un poco de hambre... tal vez por eso se encontraba tan alterado, le preparé arroz porque no estaba segura de que era lo que comían los polluelos y no tenía precisamente semillas, alpiste o... gusanos así que creo que fue lo mas practico. Fue muy divertido verlo esponjarse al probar el arroz que le preparé, pese a ser un alimento muy común aquí y sin mucho sabor el se encontraba magnificado y demostró tener un gran tamaño a pesar de ser tan pequeño. Cuando terminó de comer lo invité a salir a tomar un poco de aire fresco, al principio me refutó un poco que él no es una mascota ni nada parecido pero lo convencí de que yo no pensaba eso así que después de dejarlo un momento pensando terminó aceptando. Cuando llegamos al parque nos dedicamos a caminar por los mismos rosales donde lo había encontrado, no eran precisamente los mismos, hay varios alrededor del parque de hecho.
- No me has dicho aún como te llamas, ¿Puedo saber?
- Esa información no es algo que le debe incumbir a una humana como tu -ambos nos quedamos callados por un momento, yo tenía la mirada desviada... creo que ese fue un trato algo grosero considerando que yo intentaba ayudarlo pero no tengo el coraje para molestarme siquiera- ...puedes llamarme Pinamon, ese es mi nombre técnico -giró sus grandes ojos hacia mi posición- ¿A ti como te llaman?
- ¿Eh? ¿Mi nombre? Pues... me llamo Mio, Akiyama Mio, suelen llamarme Mi-chan de cariño -le dediqué una sonrisa amable pero él ya había vuelto su mirada hacia al frente, no sé si siquiera me estaba prestando atención.
- Akiyama Mio... procuraré no olvidarlo, humana.
Las conversaciones con ''Pinamon'' eran un poco cortas, me era muy dificil entablar una platica fluida con él... aunque, pensandolo bien, es un problema que tengo con cualquier persona, no solo con él, yo soy conocida como la chica mas callada del salón y muchos me tratan de antisocial, no me considero como tal, pero es solo que no sé muy bien hablar con personas desconocidas... mucho menos con criaturas desconocidas que tienen, creo, el mismo problema que yo.
- Conozco este lugar, fue el mismo parque donde fui transportado por primera vez... ¿Porque me has traído aquí?
- ¿Eh...? No ha sido nada planeado o algo por el estilo, es solo que... es una de las atracciones de esta ciudad pero, en mi opinión, es la más bonita y llamativa de todas por su gran calidad natural... ¿No lo ves? -Pinamon y yo miramos a nuestro alrededor- Esta naturaleza no es artificial como mucha otra, y mira... el cielo nocturno le da una vista aún mas bella -nuestros ojos pasaron hacia el cielo nocturno que parecía brillar más que ningun otro. La luna era llena, el cielo estaba decorado con muchas estrellas.
- ...Su cielo es como el cielo de nuestro mundo, humana -me quedé callada al escuchar esto, y lo miré. Sus ojos por primera vez no parecían estar enojados, es más, parecían tan inocentes como las de un niño mirando un juguete que tanto anhelaban por tener- ...es aún mejor.
Una sonrisa se dibujo en mi rostro cuando vi la diferente expresión que había formado Pinamon en su rostro, no se porque me sentía tan feliz, como si en verdad hubiera hecho una buena acción aunque en verdad, creo, que yo no hice nada. Seguimos ambos disfrutando del paisaje por unos segundos hasta que escuchamos algo que llamó nuestra atención... ¡Era un grito!
- ¿Que fue eso? -aun sin saber de que se trataba mis piernas ya habían empezado a temblar, no podía moverme. Pinamon comenzó a girarse de un lado a otro con una mirada decidida hasta que de pronto comenzó a correr de tal forma en que lo perdí de vista en uno o dos segundos- ¡Pinamon! ¿¡A donde vas!?
Aunque hace unos momentos mis piernas no respondían esta vez lo hicieron, era algo impresionante que no me había detenido a pensar en este momento... desde pequeña he tenido un problema en el que, cuando tenía mucho miedo y entraba en este estado de ''paralisis'' no podía reaccionar hasta que alguien me ayudara, esta vez fue involuntario. Corrí hacia donde segun creí que se había ido Pinamon pero por mas que corría no lo encontraba, repetía su nombre una y otra vez pero no aparecía. Llegué a un lugar en donde parecía estar una chica, era joven, parecía tener mas o menos 20-25 años; una rara criatura que tenía la forma de un hongo gigante estaba a su lado tomandola del bolso.
- ¿¡A donde crees que vas, señorita!? Aun no me ha dado lo que le estoy pidiendo
- ¡No! ¡Suelteme, aléjese de mi, degenerado!
- Parece que no quieres cooperar conmigo, jejejeje... -de la nada sacó un pequeño hongo que parecía tener el signo de ''veneno'' sobre él- si no quieres hablar, esta bien, te haré ese favor... -la chica se quedó mirando aterrada ese hongo- ¿Quieres una oportunidad más? Te la daré, ahora responde, ¿Has visto a un digimon llamado Fal...? -dejó de hablar en cuanto recibió un golpe provocado por la roca que le había logrado lanzar- ¡AGH! ¿¡Pero que...!? ¡No, espera, no huyas! -estiró su mano hacia la chica que huía horrorizada. Después se dio la vuelta- ¿¡Quien se ha atrevido a atacarme!? -su mirada se dirigió hacia mi, yo me encontraba de nuevo temblando ''paralizada'' ni siquiera me salían las palabras de la boca- ¿Otra humana? Ustedes son una raza realmente tonta... -se rió entre dientes y me mostró el hongo que antes había usado para amenazar a la antigua rehén- con esto bastará para que no vuelvas a molestar nunca más niña, pero antes, ¿Donde está el digimon ''Falcomon''?
- ¿Falco...mon? Yo no... yo... -no podía hablar, estaba aterrada, sentía que mis piernas no iban a poder soportar mi peso pronto pues no dejaban de temblar.
- Je... si en verdad no sabes entonces no me sirves para nada, niña... ¡Toma! -tomó ''vuelo'' para lanzarme ese extraño hongo pero antes de que pudiera hacerlo recibió un golpe directo por culpa de algo veloz a la que ni siquiera logré darle forma- ¡AGH! ¿¡Y ahora qué!? -ni yo sabía de qué o quien se trataba hasta que vi como Mushroomon se levantó con algo sobre su cabeza... ¡Ah! ¡Era Pinamon!- ¡Quitenme esto de encima, quitenmelo! -empezaba a lanzar manotazos al aire como si quisiera espantar moscas, Pinamon se encontraba atacando al digimon con picotazos rápidos
- ¡P-Pinamon! -exclamé con una amplia sonrisa, en verdad estaba feliz de verlo de nuevo.
- ¡No te atrevas a tocar a esta humana, Mushroomon!
- ¡¡Deja de molestar!! -estiró su mano y logró tomar de las colas a Pinamon. Mis ojos se abrieron de golpe al ver esto pero él pareció esbozar una sonrisa, provocando que el hongo comenzara a recibir ataques electricos producidas, al parecer, por esas colas. No entendía nada... ¿Cómo es que un polluelo puede provocar eso? ¿Cómo es que un hongo puede hablar y hacer... todo eso que hace? Estoy confundida...
Pinamon fue lanzado brutalmente contra el suelo, haciendo que rebotara un par de veces hasta caer cerca de mi posición. De inmediato reaccioné y me agaché hacia él para intentar socorrerlo y tomarlo entre mis brazos pero no podía hacer eso, ese hongo parlante seguía ahí.
- Estoy... ¡Harto de todo esto! Solo quiero saber donde se encontra ese dichoso Falcomon... Si ninguno de ustedes va a cooperar... ¡Entonces ambos morirán! -lanzó un par de hongos que tenían escrito el signo de veneno sobre ellos. Cerré los ojos al momento en que tomaba a Pinamon entre mis brazos dispuesta a protegerlo pero solo pasaron segundos en cuanto él se soltó y... después no sentí absolutamente nada diferente.
Poco a poco fui abriendo mis ojos hasta que avisté frente a mi un... ave, si, era un ave de mediano tamaño con plumaje negro grisáceo. Fue cuestión de microsegundos para ver como los hongos que había lanzado el adversario habían sido cortados por las garras que sobresalían de las alas del ave.
- ¿Q-Que?... -se le veía confundido, pero no creo que esté mas confundido que yo... ¿Donde estaba Pinamon?
- Me buscabas, ¿No? Mushromoon -frunció el ceño haciendo una pose en la que parecía que estaba preparado para el siguiente golpe y le retaba.
- Je... así es, y ahora que lo he encontrado el amo va a estar muy contento de saber que siga con vida... -sonrió maliciosamente y sacó otro hongo- Mi misión concluye aquí por ahora -lo lanzó al suelo e invocó una nube de humo de la cual el ave me protegió para que no entrara a mis ojos los cuales ya tenía cerrados. Aun no sabía como reaccionar...
- Quien... ¿Quien eres tu?
- Yo soy... ''Pinamon''
- ¿¡Pinamon!? No puede ser, Pinamon era una pequeña masa de plumas, tu eres... tu eres... -no sabía describirlo.
- Es dificil de explicar, yo lo que hice fue... -una extraña luz apareció de la nada frente a ambos, por lo que ambos nos cubrimos la vista. Cuando volví a abrir los ojos, vi como en esa luz había algo adentro... era un artefacto parecido a un control remoto, no lo sé, era largo y parecía una cajita.
- ¿Que es esto? -llevé mis manos hacia al frente y el aparato cayó sobre mi, dejando ver sus colores oscuros con morado, como los de Pinamon.
- Eso es un... ¿Digivice? -su cuerpo brilló de la nada y, en un parpadeo, pasó su forma de vuelta a ser el Pinamon que yo conozco- ¿¡Qué!? -comenzó a aletear rapidamente, dando saltos inutiles, no sabía que intentaba lograr- ¡Ya no... ya no puedo evolucionar! ¿¡Que pasó!?
- ¿Evolucionar?...
Pinamon tuvo mucho que explicarme, demasiado debo decir, sobre este aparato, sobre ese hongo parlante, sobre su cambio de forma... pero aun habían muchas cosas que tanto yo como Pinamon desconocemos... y que ahora nos tocará a nosotros descubrirlas por nuestra propia cuenta, juntos... ¿Todo esto comenzó por mi deseo del cambio? No esperaba que todo ocurriese tan rápido...
- Tamer & Digimon
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :18Nivel On Rol :Rookie
Mio Akiyama
Re: Vientos y cuervos, mensajeros de presagios [Prueba Mio]
Me gustó, me gustó ^^ Creo que no hace falta decir otra cosa puesto que ya lo adivinarás.
Prueba de rol: Aprobada
- Tamer & Digimon
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :253Nivel On Rol :UltimateInventario :
Ed Elric
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