Un justo cambio de aires (Priv. Louise)

A la perspectiva de Louise...

Lune y yo fuimos a dar a una ciudad muy grande... No, grande es poco... Era enorme. Los edificios se alzaban con toda su majestuosidad por los alrededores. Durante un segundo pensé que estaba de regreso en Tokio, la última ciudad que llegué a visitar. Tokio era hermosa de noche, esta ciudad me hizo sentir nostálgica... ¡No! ¡Imposible extrañar a ese mundo de pacotilla! Recordar la razón por la cual me tuve que separar de mi vida de ensueño me hace enfurecer. Mi cuarto personal de 4 mts. x 4 mts. Mi suave cama con sábanas de seda. Mi baño de burbujas. Mi yegua Josephine. Cenar cada noche un delicioso platillo cocinados por los mejores chefs de Francia... ¡Ahhh! No pude evitar soltar un suspiro muy melancólico, lo que provocó que Lune me mirara.

-¿Louise? ¿Te encuentras bien? -Preguntó mientras me observaba con sus grandes ojos rosados. No había pasado mucho desde que evolucionó de Moonmon a Lunamon; ella y yo acordamos que su nombre de ahora en adelante sería Lune (Luna en francés, mi lengua madre.) ya que sería complicado tener que llamarla de formas diferentes entre sus evoluciones...
-¡Ah! Si, gracias... Es sólo que esta ciudad me recuerda un poco al mundo humano.
Lune sonrió, parece que eso la hacía feliz... Aunque no entiendo la razón... En nuestro camino a la ciudad le conté mi historia en el mundo humano, cómo unos matones de mi padre me buscaban para asesinarme por una tontería suya. ¿Cómo iba a saber yo que estaba involucrado en el narcotráfico? ¡Cuanto amor a su hija menor!

Lune miró a una gran cadena de digimon pasar y se pegó un poco más a mi. Supongo tenía miedo de perderse, como una niña... Me hizo tener un flashback de cuando era pequeña. Me agaché y acaricié la cabeza de mi compañera. "Todo estará bien" le dije con la voz más amable posible. No suelo ser así... Pero Lune me hace serlo, saca la bondad que hay en mi... Y eso me agrada. Tomé su mano como si fuese mi hija y caminamos más adentro de la selva de asfalto...

A la perspectiva de Lunamon...


Caminamos un poco más por las calles de la Ciudad Central... Algo debió de haber pasado, porque las calles comenzaron a vaciarse poco a poco. Se me hizo algo extraño en la ciudad principal del Digital World. Miré a Louise caminar con la vista posada en el frente, con una pequeña sonrisa pintándose en sus labios. Parecía que la relajaba que la gente comenzara a disminuir... En cambio, eso a mi me hacía sentir nerviosa... Muy nerviosa. Presentía algo muy raro aproximándose. Mis corazonadas raramente fallan, muy raramente. Esa sensación me hacía sentir un escalofrío horrible... Como si pasaran un hielo por mi espalda y toda su extensión. Miré de nuevo a Louise; quería asegurarme que aún estaba a mi lado. Casi siempre solemos cruzar miradas, pero esta vez no fue así. Mi amiga estaba viendo hacia el frente aún, parecía que quería desmenuzar una imagen con la mirada. ¿Sería que estaba viendo lo que presentí? Me daba miedo mirar al frente... Pero mi vista fue llevada hacia allá al escuchar una voz masculina.

-¡Bounjour! -Exclamó un hombre algo alejado de nosotras.

¿Bounjour? ¿Qué quiere decir eso? Louise parecía saberlo, porque sonrió con amabilidad y repitió lo que el hombre dijo.

-Bounjour, gentlemen -Respondió la pelirosada. Recuerdo que Louise mencionó que ella era de un país que tenía un idioma diferente... Por eso habla diferente a la mayoría de los demás tamers, ella lo llamó "acento francés". Me parecía única la manera en que Louise hablaba, por un segundo pensé que este hombre también era francés, puesto que su cabello era color esmeralda. El color esmeralda en el cabello era algo poco común, como el cabello de Louise, así que supuse que la peculiaridad es común en Francia.

Miré de reojo a Louise. El hombre era mucho más alto que ella. Dí un vistazo más detallado al hombre que se presentó como "Fuji Raikomaru". No sólo tenía el cabello verde, si no que sus ojos eran amarillos también. Era una mezcolanza de amarillo y negro en sus ojos muy impresionante. Su piel era pálida como la de Louise, pero a diferencia de ella, este hombre se veía muy imponente y nada débil. En su sonrisa se notaba la experiencia que nosotras no teníamos en el Digital World. Me daba miedo... Y no del tipo de miedo que Scott me daba, Labramon me daba la certeza de que Scott no era un chico malo, la LadyDevimon detrás de él me hacía pensarme dos veces si Louise debería mostrarse tan gentil con este desconocido caballero. Volví a mirar a mi compañera y noté que en sus mejillas se pintaba un tono rosado muy tenue mientras sonreía orgullosa. Probablemente algo que dijo el señor Raikomaru le cayó en gracia, es común en ella. No sabía exactamente qué dijo, así que volví a poner mi atención en la conversación.

-Es un placer, señor Raikomaru. -Louise hizo una reverencia muy agraciada. Se notaba su experiencia en este tipo de tratos, pero no la había visto comportarse así nunca. -Yo soy Louise Françoise LeBlanc De la Vallière y ésta es mi compañera, Lune. -Continuó Louise. No supe como debería haber reaccionado... Así que sonreí tímidamente al hombre de cabello esmeralda. -Estamos de paso, venimos de un pesado desvío en el desierto y queremos relajarnos un poco en "civilización". Es bueno conocer a alguien con modales tan magistrales como los de usted, hacía tiempo ya que no había visto a alguien con sus modos... Inclusive es la primera persona en el Digital World con sus modales.

A la perspectiva de Louise...


¡Qué caballero tan galante! En mi mente había soltado un gran suspiro. Alto, apuesto, elegante, caballeroso. Su porte era inigualable. Su vocabulario era extenso. Se notaba a simple vista que era una persona muy culta e inteligente. Ningún noble que había conocido hasta la fecha tenía la presencia que este hombre tenía. ¡Incluso se había enfrentado con esas bestias del desierto! Su mirada parecía tener recuerdos muy lejanos, se veía aún más magnífico de lo que ya se mostraba. Extendió su mano y mostró un tipo de taberna. Se acomodó su flequillo esmeralda y no pude evitar sonrojarme. ¡Juro que realmente traté! Los hombres son una escoria que no merecen estar siquiera en mis pensamientos, pero... Simplemente no pude... Este hombre era muy galante, muy apuesto ¡Ah! ¡Demonios! Tuve que llevar mi mano a la mejilla y no pude esconder una pequeña sonrisa. Pareciera que a Lune le desagradó esto, porque apretó los labios mientras me miraba.

¡Tenía que hacerlo! Hice contacto con los ojos de Fuji Raikomaru y logré pronunciar -Se agradece mucho su caballerosidad, gentlemen. -Miré de nuevo a Lune, quién suspiro y asintió a regañadientes.

-Iremos con usted, señor Raikomaru. -Usó una sonrisa diferente a su habitual sonrisa amistosa... Era como... forzada. Reconozco ese tipo de sonrisas -Ambas aceptamos su invitación.

Miré agradecida a Lune y le sonreí. -Bien, ¿Le parece que comience a comentarle nuestra humilde aventura, gentlemen?

A la perspectiva de Lunamon...

Sigue sin inspirarme confianza este señor... Louise estaba actuando muy extraño. Usualmente no le gusta que los hombres nos hagan este tipo de favores, daría por hecho que cualquier chico que se atreviera a hacerle una oferta así sería de inmediato víctima de una explosión de furia de mi iracunda compañera. Louise explotaba muy sencillamente con este tipo de favores pero... Su cara estaba rosada. Tenía un tono rosado en sus mejillas muy lindo, hacía denotar sus lindos ojos rosados, los hacía resaltar. Ese tono de rosa en sus mejillas me molestaba. Es claro que este hombre impactó en Louise, es muy obvio. ¡Eso no me agrada tampoco! Ese hombre me da miedo. No me da buena espina, ¿Ya mencioné eso? Me da la impresión de haberlo visto en otro lado... Una parte de mi me dice que no debo confiar en él, que debo tenerle miedo. Daría lo que fuera por que se fuera y se perdiera entre el tumulto de gente en la ciudad, pero no podía sacar juicios adelantados.

Louise parecía hechizada por los encantos de este hombre. ¡Debería ser al revés! Ella es encantadora a su modo también. ¡Vamos Louise! ¿Por qué no reaccionas como la chica agresiva que eres? ¡Deberías mirar a otro lado enojada porque es mucho más alto que tú! Deberías alzar tu puño en señal de amenaza. Rayos... Hay muchas cosas que me gustaría decir sobre lo que pienso, pero temo que Louise se enoje conmigo. Alguna vez me imaginé como sería una Louise al 100% tierna... Pero no me agrada ahora que la tengo presente. ¡Vamos Lou! Sé que puedes patalear y gritar como cuando Scott te vendó o como cuando JR te cargó... ¿Por qué no lo haces ahora?

Desde a la perspectiva de Lunamon...

Louise parecía fascinada por su plática con el señor Fuji Raikomaru. Yo trataba de no parecer molesta, me aterraba ver a un Louise enojada, pero me aterra mucho más el imaginar qué podría hacer el señor Raikomaru enojado. Louise era muy linda cuándo se lo propone (Justo como ahora, por ejemplo.) pero también puede ser una criatura muy temible. ¿Qué hay si el señor de Raikomaru es un ladrón? ¡O un asesino serial! O cualquier tipo de criminal. Su porte me hace dudar un poco... Pero no puedo evitar sentir algo extraño con respecto a este hombre... No sé cuantas veces más insistiré diciendo esto.

Entramos a algo parecido a un restaurante, sólo que este tenía mesas mucho más pequeñas y sillas poco elegantes... Había muchos humanos y digimon por ahí, supuse que Louise se sorprendería. Miré a mi compañera, pero continuaba clavada en su conversación. Suspiré muy tristemente. Escuché la voz de Louise dirigiste a mi y mi corazón brincó de alegría.

-¿Dónde te parece bien, Lune? ¿Te parece en aquella mesa? -Preguntó Louise señalando con la mirada a una mesa. Estaba cerca de otras mesas, pero estas estaban vacías, estaban alejadas de los demás visitantes a la taberna. No me sorprendió. Según lo que me ha contado de su pasado, solía comer en grandes mesas con mucha gente y eso le disgustaba.

Nos dirigimos a la mesa señalada y nos sentamos alrededor de la mesa circular, Louise me ayudó a sentarme pues la silla estaba algo... Alta, para mi. Ella se sentó con la espalda derecha y mucha elegancia. Se acomodó la capa y el cabello, sonrió a el señor Raikomaru. No podía evitar sentir una opresión, un sentimiento no muy lindo. Quizás son celos. Quizás es desconfianza. Sea lo que sea, no me agrada la confianza que Louise siente con respecto a este hombre. Oculté perfectamente mis sentimientos y quejidos con una mirada tímida. La verdad es que en realidad sentía pena de involucrarme en la conversación de ambos humanos. Ambos tan elegantes, siento que debería callar. Por un momento pensé que sería buena la habilidad de esa LadyDevimon de desaparecer.

-Monsieur Fuji, ¿Es usted un tamer también, cierto? ¿Su compañera es esa digimon que estaba con usted cuando nos encontramos? Perdone mi atrevimiento, pero realmente me intriga. -Aunque no me guste admitirlo, la curiosidad también me recorría. Si seguía escuchando, quizás podría aclarar mis dudas con respecto al caballero Raikomaru.

A la perspectiva de Louise...

¿Ah? Entonces la digimon con apariencia de mujer-demonio no era su compañera. Supongo no es de sorprenderse que haya lazos fuertes entre humanos y digimon fuera del vínculo mediante el digivice. Mi ceño demostró una leve preocupación al escuchar que el compañero de Monsieur Fuji había fallecido. Miré de reojo a Lune, no me podía siquiera imaginar qué sería de mi en este mundo sin mi compañera. Quizás había pasado poco tiempo desde que nos conocimos, pero habíamos entablado una gran amistad. Eso era un tan logro para mi puesto que nunca me ha sido fácil considerar a alguien mi amigo. Miré con atención el digivice de Monsieur Fuji. Dijo que era un D-Arc que se transformó en un D-scanner. Si no mal recuerdo... Scott había dicho que mi digivice era un iC. Hasta dónde tenía entendido, casa tipo de digivice tenía sus propiedades especiales y todo eso... Pero no me imaginaba que el digivice pudiera transformarse en otros tipos del mismo. Si con mi digivice podía hacer a Lune entrar en ese llamado "Modo explosivo" quizás el de Monsieur Fuji se caracterizaba por esa extrañes de transformarse en un digimon. ¿Cómo se vería Monsieur Fuji en forma de digimon? Seguramente era una apariencia igual de elegante y magnífica que su misma forma humana.

-Garçon, ¿Podría traer agua mineral para mi? -Miré con ojos amables a la digimon a mi lado, indicando que hablara por su pedido.
-Ah... ¿Está bien un jugo...? De... De... Bayas, un licuado de bayas. -Sonreí a Lune, me encantaba su poca experiencia en el asunto.

Volví a mirar a mi acompañante de ojos ámbar. Había dicho un par de momentos antes que había salvado a LadyDevimon cuando era Lilithmon. ¡Que nobleza! Realmente comienzo a admirar aún más a Monsieur Fuji. -Ah Monsieur, de verdad que usted es una persona muy caballerosa, LadyDevimon debe sentirse afortunada, ¿Me equivoco? -Miré a dicha digimon. -Realmente es hermosa, ¿No lo crees también, Lune?. -Lune se removió un poco y asintió tímidamente. Es más tímida de lo normal desde que nos encontramos a Monsieur Fuji y a LadyDevimon ha estado más callada de lo que acostumbra. Quizás está tan maravillada con la magnificencia de la presencia de nuestros experimentados acompañantes.

Quería hacer muchas preguntas al hombre de cabellos verdes, pero no sabía bien qué preguntar, cualquier pregunta sobre su pasado como tamer con D-Arc podría incomodarlo debido a lo que ocurrió con su compañero. Tomé un rizo de mi cabello y lo coloqué detrás de mi oreja. Tomé mi digivice y lo dejé con mucho cuidado sobre la pequeña mesa que nos separaba. -Bueno... Este es mi digivice, un amigo me explicó de manera general su funcionamiento. -Sonreí a Monsieur Fuji y solté una pequeña risita. -[/color=#ff6699]Me parece divertido que haya tipos diferentes de estos aparatos, pero a la vez muy intrigante, ¿No piensa igual?[/color] -Miré al garçon trayendo hacia nosotros las bebidas encargadas y asentí para dar gracias. -Quizás me dedique luego a investigar un poco más sobre estos digivice

A la perspectiva de Lunamon...

Bueno, ciertamente, el señor Raikomaru es muy caballeroso con nosotras. Aún así, caballeroso o no, hay algo en él que no me termina de convencer. A simple vista, cuando hablas con él es como si hablaras con un humano normal, agradable y apuesto, pero tiene unos aires... Ah... No sé, extraños. No estoy exagerando, ni mucho menos celosa de la atención que le tiene Louise. Simplemente es una corazonada muy fuerte. Como cuando ves un plato de comida y de antemano ya sabes que no te gustará aunque no lo hayas probado. Es... extraño. Cuando el mesero trajo las bebidas, probé un poco del licuado de bayas que había ordenado. Sabía dulce y me hizo sonreír. Eso se sintió bien, no lo había hecho mucho el día de hoy. La presencia de este hombre me hacía sentir extraña. Bueno, todo este día ha sido muy extraño. Louise continuaba prestando menuda atención al señor Raikomaru, dando pequeños sorbos a su bebida. Se le notaba muy feliz, el tono rosado en sus mejillas había sido constante desde hace mucho rato y sus ojos brillaban con ilusión. Sentí un pequeño revoltijo en mi estómago... Eso me hacía sentir triste. ¿Cómo es que podíamos pensar tan diferente de una misma persona? Me tomé la mejilla suspirando. Me dispuse a escuchar también a nuestro acompañante. Se le notaba muy emocionado hablando de sus experiencias en el Digital World. Conocía mucho de los lugares y sus especialidades culinarias. Si lo mirabas atentamente a los ojos, podrías ver mucha experiencia sobre la vida en este mundo.

La experiencia que Louise y yo habíamos adquirido en nuestro par de aventuras en el Digital World no era nada a comparación de lo que había vivido ya el señor Raikomaru. Comencé a hacerme preguntas sobre mi vida anterior. ¿Qué tanta experiencia habría adquirido? ¿De casualidad había conocido ya a alguna de las personas con las que nos hemos topado? Es muy intrigante... Lo que ahora me importa, es que debo proteger a Louise, no puedo permitir que el señor Raikomaru se aproveche de la admiración que ella le demuestra. Aunque no puedo hacer nada ahora, no tengo pruebas de que el señor Fuji no tiene buenas intenciones. No debo actuar precipitadamente, Louise podría no comprender y enfadarse conmigo si digo algo que pueda ofender al señor. Debía ser inteligente y absorber toda información posible sobre nuestra compañía sin parecer extraña.

-¡Vaya, Monsieur! Se nota que le gusta gozar de la buena comida -Louise llevó una de sus manos a sus labios y cubrió una leve risa. Se le veía tierna de ese modo. -Tomaré en cuenta sus sugerencias cuando estemos de paso por esos lugres, seguramente son exquisitos. -Asintió con una gran sonrisa. El tono rosado de sus mejillas continuaba ahí, no desaparecía por nada. Vaya, tanto Louise como yo nos olvidamos por completo de que le contaríamos al señor Raikomaru, pero en cuanto lo mencionó, el sonrojo de mi compañera creció y adoptó un tono más rojizo. Yo sólo seguía escuchando con atención, asintiendo. -Bueno, verá, yo nací en una familia acaudalada, en Francia y tras un par de... Eh... Problemas, con mi padre, terminé huyendo de unos matones contratados por él mismo -Louise parecía no importarle contar su historia a este hombre. Cuando me la contó a mi, parecía muy triste y melancólica, se notaba la tragedia en sus palabras. Sin embargo, ahora parecía más un tema de charla que una anécdota, no digo que no se notara que le afectaba, en realidad sí parecía algo afectada, pero animada. -Un hombre en Tokio me entregó mi digivice y gracias a él terminé llegando a este mundo, a la Ciudad del Inicio, para ser exacta, casi de inmediato conocí a Lune. -Continúo la pelirosada. Ahora estaba contando el incidente de sus rodillas, cuando Scott trató de sanarla y terminó gritándose con él. Se notaba la diversión en sus palabras.

A la perspectiva de Louise...

Escuché con atención la historia de nuestro elegante acompañante peliesmeralda. No sabía si debía correr o gritar o cualquier cosa. Aunque... Realmente no tenía miedo a pesar de lo que había escuchado. No me daba la imagen de un asesino, ni de un ser malvado siquiera. Tenía un muy buen presentimiento sobre él, me inspiraba muy buena espina. De una manera sentía como si pudiera llevarme con él de maravilla. Quizás era sólo admiración o quizás era cierto lo que pensaba de él. El caso es que de otra manera no me sentía impresionada. Era como su supiera desde siempre que era capaz de ello. Su mirada parecía relajada, como si esperara que me quedara sentada o como si no le importará sí salía corriendo despavorida. No me molestaba en lo absoluto... Miré a Lune, su expresión parecía muerta de pánico, como si hubiera presenciado un asesinato en ese mismo momento. Le acaricié la cabeza tratando de calmarla
-Un pasado impresionante... -Murmuré con un tono que trataba de consolar. Era como si algo en mi interior se hubiese movido. Suelo tener un gran coraje contra ese tipo de personas pero... Es difícil de explicar, algo en mi interior me decía que este hombre no era del todo malo. Que necesitaba un toque de suavidad. "Seguramente está acostumbrado a que la gente huya de él entonces" Pensé para mi misma mientras lo veía. Quería hacer algo bueno, Lune me ha enseñado que puedo ser buena, que debo ser gentil... Monsieur Fuji me inspira a a ser gentil ¿Qué importa lo demás? Sonreí de manera amplia al apuesto joven, tratando de dar a entender que yo no huiría, dirigí mi mirada a mi digimon, que parecía impresionada por ello. Simplemente no podía ser mala con alguien que buscaba redimir sus pecados.

A la perspectiva de Lunamon...

¡Sabía que había algo extraño con este hombre! ¡Teníamos que salir corriendo de ahí! No iba a permitir que lastimara a Louise de alguna manera, no iba a darle la oportunidad. Pero... ¿Pero qué? Louise está calmada. Estaba tomando de su bebida como si nada. ¡Es de la clase de personas por las que tuvo que esconderse tanto tiempo! O eso creo... N-no sé en que pensaba. Quizás los celos me estaban cegando sólo un poquito. Mis ojos se humedecieron de puro estrés. Aunque me hacía feliz en cierto modo ver a Louise ser gentil honestamente. Creo que no esperaba eso. Traté de permanecer en silencio, así que tomé mi bebida y la miré fijamente. Mis manos temblaban mucho. No podía evitar darme miedo él estar junto a un ex-miembro de un clan tan horrible.
-Entonces, ¿El dicho Chaos Empire sigue en funciones activas? -Louise no haría este tipo de pregunta porque sí... Seguramente quiere hacer conversación. -¿Existen aún esos "clanes"? -Parecía seriamente interesada... ¿En qué estará pensando? Me pregunto si estaría interesada en un clan... Ahora que lo pienso, no sería mala idea. Necesitamos una fuente de bits, ya que sólo nos valíamos de dinero humano. Pero... ¿Afiliarnos a un clan que nos obligue a hacer todo eso que el señor a Raikomaru hizo? No creo que sea posible, Louise es buena, yo soy buena, no somos capaces de algo así.