Vuelta de las Vacaciones [Privado Scott-X & YatterwaAgain]

El Sol se encontraba en la máxima altura con respecto al tercer planeta del Sistema Solar. Hacía un intenso calor dada la hora en la que se encontraban en esa parte del Planeta Tierra. Entonces, un joven peliverde con una gorra albiceleste para protegerse del sol caminaba por la primera calle de la Zona Habitacional, donde se encontraban la mayoría de los edificios que servían como vivienda para muchas de las personas que vivían en la Ciudad. En los brazos de aquel joven había una pequeña criatura que era una mezcla entre un murciélago gigante, un hamster, un bote de spray morado (?) y un peluche. La verdad es que esa criatura era Tsukaimon, el Digimon acompañante del joven Max, quien era el joven peliverde que se acercaba.

Hemos llegado- dijo sonriente Max con una de sus medias sonrisas despreocupadas al contemplar la calle donde residía junto a sus familiares.


Lo cierto es que fueron unas vacaciones relajantes- Tsukaimon sonreía frotándose las manos sin quitar la vista de su objetivo, que era la casa de Max- Tengo un hambre que me muero...

Si murieses, volverías a resurgir como datos que forman un digihuevo... es la ventaja que tenéis los Digimons... quizás debería dejar que murieras de hambre para que revivieses como un Agumon o un Guilmon, por ejemplo- Max intentaba ocultar su risa divertida, ofreciendo un toque de maldad en su tono.

Ja Ja Jaaaa, que gracioso el humano... -Tsukaimon cruzó sus pequeños brazos intentando hacerse el ofendido, sin resultado.

Oh vamos, sabes que no lo digo en serio, eres como un pequeño hermano para mi- Max se encogió de hombros riendo levemente mientras rascaba la cabeza de Tsukaimon con su mano derecha, en la cual llevaba un brazalete hecho a mano por Natsuki, su amiga y fan de su equipo de baloncesto, los Shibuya Basket Club o SBC para abreviar.

Te perdonaré si me das una tableta de chocolate....- Tsukaimon sonreía maliciosamente para sus adentros imaginándose el dulce sabor de aquél manjar de los dioses inundando su pequeña pero glotona boca...- y quiero la tableta entera

Está bien... eres un tragón, en eso te pareces a mi hermano Demyx...- Max sonrió mientras entraban en su casa y comenzaban a buscar comida en casa tanto para Max como para Tsukaimon.

Max le había contado a todas las personas que conocía que se iba de vacaciones a distintos países de Europa a hacer un tour por las ciudades más importantes del continente Europeo. La verdad, la cual solo la conocían Jijimon, Natsuki, Demyx y el Digimon de éste, era que habían ido a buscar a Devimon, el eterno enemigo de Max y Tsukaimon, quien había desarrollado una especie de mezcla de rencor, odio y fascinación a la vez. Era algo extraño, porque odiaba a la pareja de Digimon y Tamer por entrometerse en sus asuntos, pero también los admiraba ya que, al haber oscuridad en sus corazones, especialmente en el de Tsukaimon, podían ayudarse de esa oscuridad para derrotar a todos los enemigos a los que se habían enfrentado. Aunque también les tenía cierto pánico, ya que si se volvían muy fuertes podrían derrotarle. Por eso, siempre intentaba que se unieran a su bando, pero ambos se negaban.

Al terminar de comer, tanto el Tamer como el Digimon se dirigieron hacia fuera de la casa de Max y miraron hacia ambos lados de la calle, ambos totalmente desiertos.

¿Te parece bien que hagamos una patrulla? Para asegurarnos de que todo está en orden, tal y como lo dejamos- propuso Max mirando hacia abajo, hacia donde se encontraba Tsukaimon, en sus brazos.

Me parece perfecto y si hay Digimons malvados, los derrotaremos. Necesito hacer algo de ejercicio y bajar las calorias de esa tableta de chocolate que acabo de comerme- Tsukaimon sonreía mientras se soltaba de los brazos de su Tamer y comenzaba a revolotear con sus orejas-alas por el cielo, procurando no ser visto por ningún otro ser humano que no fuese su Tamer o alguien que ya conociese su existencia. Por su parte, el joven Tamer de ojos verdes profundos contemplaba la calle mientras seguía paseando tranquilamente sin dejar de vigilar en cada rincón, en cada esquina, alguna anomalía relacionada con los Digimons.... pero, desgraciadamente, no encontró nada en absoluto, aunque continuó caminando para asegurarse.

Entonces, llegaron a un estanque de patos y Max se sentó en uno de los bancos que había alrededor, contemplando aquellas aves acuáticas, mientras que Tsukaimon descendía de los cielos para ir a parar a su regazo. El Digimon podía moverse libremente, ya que esa era la hora de la comida y toda la gente estaría comiendo o durmiendo una siesta.

¿Sabes? De pequeño me gustaba venir aqui y dar de comer a los Patos... puede parecer estúpido, pero no sé, me gustaban mucho estos animales... -una media sonrisa se dibujó en la cara de Max mientras contemplaba a aquellas aves de distintos colores, algunas seguidas por sus pequeños pollitos, todos nadando en busca de comida, mientras Max se llevaba la mano a uno de sus bolsillos y extraía un trozo de pan, haciéndolos pedazos y tirándoselos a los patos.

No es nada estúpido Max, te gusta la vida, eso es bueno- Tsukaimon contempló cómo su Tamer comenzaba a dar de comer a los patos.

Es cierto, me gusta la vida y quiero que todos la vivan tranquilamente... Sé que ser un Tamer resulta una gran responsabilidad al proteger la vida de animales, personas, digimons o plantas... pero somos muy pocos Tamers para acabar con la oscuridad que se encuentra en cada rincón... siempre habrá alguien que no sea feliz y me gustaría corregir eso...- dijo Max tranquilamente aunque con un toque de seriedad en su rostro.

No tienes la culpa de todo lo malo que pasa tanto en el Mundo Humano como en el Digital o en otros Mundos, si es que existe vida en el resto de la Galaxia... Cargas demasiada responsabilidad en tus hombros, Max- Tsukaimon siguió la conversación de la misma manera que había hablado anteriormente el joven Max.

Si bueno, supongo que es cierto. Hay que saber controlar la Oscuridad que cada uno tenemos en nuestros corazones- Max volvió a lucir una de sus características sonrisas despreocupadas.

A veces, eres demasiado filosófico- el pequeño Digimon de color violeta le devolvió la sonrisa a su Tamer y cerró los ojos intentando descansar un poco.

Lo sé, Tsukaimon, lo sé- terminó diciendo Max mientras seguía contemplando los patos, cómo nadaban, cómo comían los restos de pan que el joven les había tirado.



PD: Siento si no me quedó muy bien, llevo mucho tiempo sin rolear :P

Odio venir al mundo humano, pero en esta ocasión no tuve más remedio porque tengo algo que verificar antes de abandonar todo contacto con este mundo a menos que tenga algún tipo de trabajo. En fin, ¿Qué hago en este mundo?, bueno, me aseguro de que no queda absolutamente nada de mi vieja casa… se que hace un par de meses fue que la queme completamente, pero aun no han comenzado a construir en su lugar, asique tengo una oportunidad de borrar todo registro de mi existencia así como todo registro de la existencia de mi familia… después de todo, ya borro los registros médicos de mi familia, mi acta de nacimiento y cualquier cosa que pueda probar que realmente existí alguna vez en este mundo… ahora solo me falta terminar con toda prueba posible que quede. En fin, llegue por la mañana al mundo humano, montado en la espalda de Cerberusmon quien regreso a su forma Rookie, Labramon, apenas llegamos al parque, así podría pasar desapercibido entre las plagas de este mundo. Llegar a mi viejo hogar no fue ningún problema realmente, después de todo, conozco la dirección de memoria y además, con solo buscar entre las casas un montón de escombros, cenizas y ruinas, fácilmente puedo darme cuenta de que allí fue el lugar donde alguna vez viví y creí que viviría por el resto de mi patética vida.
Al llegar, lo primero que hice fue abrir las rejas de la casa, acercándome lentamente a la estructura que estaba totalmente negra por culpa del fuego de Cerberusmon la noche en que destruí el lugar sin darle importancia a quien pudiera acercarse para ver que ocurrió dentro… je… aun recuerdo como asesine a mis padres aquí… así como recuerdo que fue aquí donde casi me asesina el travesti ese raro que se hiso pasar por Luna… ahora que lo pienso… ¿Dónde estará?... seguramente haciendo cosas importantes… bueno, no interesa… yo vine por otros motivos, no para ponerme nostálgico. Con solo adentrarme en lo que quedaba del lugar, pude ver como el segundo piso de la casa se había caído, abriendo un agujero gigante en el centro de la misma… y el agujero llevaba directamente hacia mi vieja habitación… después me quede parado frente al agujero, observando casi al vacio mientras que Labramon, por su parte, comenzó a inspeccionar los restos del lugar… las habitaciones de invitados, la viejas habitaciones de mis hermanos, la habitación de mis padres, la biblioteca donde mi padre dijo que un día me dejaría ver y leer sus libros privados… pfs… que mentira más grande fue esa.

… este infierno no tiene que ser la condena de otra familia… Labramon, llévate todo lo que pueda marcar la existencia de la familia Musahrahjy y prepárate para destruir este lugar maldito –suspire vagamente y me acerque a un viejo librero que tenía un par de fotografías de mis padres- … siempre dijeron que tenían un hijo único… pero la verdad jamás tuvieron hijos… tratarme como una máquina para ganar dinero… eso no es lo que haría un padre –tome la fotografía y la deje caer en el suelo, para luego pisarla y romperla en mil pedazos- je…
Oye Scott, ¿estás seguro de que deberíamos hacer esto?, no me siento muy seguro haciendo este tipo de cosas… quiero decir, entiendo que debemos borrar toda prueba de tu existencia pero… ¿Por qué también de tus padres y del resto de tu familia? –Me voltee para ver a Labramon quien me observaba algo deprimido- explícamelo por favor…
… piénsalo Labramon… mi primer hermano menor es un “caballero” de 2 organizaciones del tipo medieval y mi segundo hermano menor un supuesto terrorista buscado en varias partes del mundo… lo mejor para todos será que los Musahrahjy no existamos al ojo público… todos vivimos nuestras vidas en el digimundo ahora… este mundo no merece conocernos –suspire vagamente y continúe inspeccionando la casa- solo prepárate para destruir todo lo que se encuentre en este lugar antes de que alguien nos vea

Este mundo… no está listo para la gente como yo… simplemente… será mejor que mi familia no exista y que cada quien se las ingenie como pueda para existir.

PD: perdón por que este así de corto pero realmente no tengo idea de que mas poner

Luna pasó por aquel parque con estanque tras un agotador día de universidad. Recordaba que antes de que Flora llegase, ella iba a aquel parque cuando todo el mundo parecía estar confabulado para hacerle una pesada broma, y le relajaba un poco el lugar. Desde luego, ahora mismo necesitaba relajarse; había pasado por lo menos una hora en el tren a la ida y otra a la vuelta, así que estaba rendida; menos mal que no todos los días de la semana tenía que ir tran temprano. Llevaba, además de un bolso grande en el que llevaba mil y un libros, dos bolsas de la compra. Hacía poco que había llegado de la universidad en tren, así que aprovechó que pasó por el supermercado para hacer la compra y así no tener que salir en el resto del día, ya que quería adelantar tareas de la universidad. No era tan fácil. Suspiró al pasar al lado de los patos y se inclinó junto al estanque, mientras cogió un trozo de pan de la compra. Comenzó a hacerlo trozitos y comenzó a lanzarlo al río, y entonces los patos comenzaron a acudir.

-Supongo que los patos no tienen problemas. Es difícil ser humano. No lo sean. En serio, estar en la charca es mucho mejor y más tranquilo. Y si tienen que ser un humano... no sean uno como yo-dijo, encarnando una ceja. Los patos siguieron tomando las migas de pan sin hacerle mucho caso, así que Luna bromeó un poco consigo mismo, poniendo una voz algo nasal-Pues no se tú pero yo me muero de hambre. Además, ¿crees que en la charca no tenemos preocupaciones? De todas formas, lo que debería preocuparte es que estás hablando en voz alta con un pato.

Luna consiguió reír un poco. Debía parecer una loca, así que se levantó y añadió: Pero qué payasa soy. Observó que había un banco vacío y no pudo evitar acercarse. Luna se sentó en el banco, dejando las bolsas sobre él y se quitó la mochila del hombro, con un suspiro de cansancio. Movió un poco el hombro, después de todo cargar con los libros todo el día había sido duro.  Estaba tan cansada que tuvo que quitarse las gafas y las sostuvo en la mano para luego cerrar los ojos un instante,  y se dijo que con un minutito de todo en oscuridad y tranquilidad le bastaría para seguir con la centena de cosas que tendría que hacer después en casa. Usó su propio hombro para apoyar la cabeza  en él.  Pasaron cinco minutos, y Luna seguía con los ojos cerrados. Unos minutos después, Luna inclinó el cuerpo hacia un lado, y acabó tumbada en el banco. En el proceso, golpeó una de las bolsas de la compra, que se cayó.

Pd: A mi tampoco se me ocurría nada xD

Al terminar de darle de comer el trozo de pan que poseía a los patos que se hallaban en el estanque, Max cruzó sus brazos y comenzó a pensar con una expresión seria, como si se encontrase en trance. Tsukaimon, su fiel compañero Digimon se posaba encima de la cabeza de Max.

¿Te sucede algo, Max?- preguntó Tsukaimon posando sus pequeñas patitas en la cabeza de Max acariciándola lentamente.

Nada, es sólo que teníamos pruebas de que Devimon se encontraba en Europa, pero hemos visto que no es así...- Max se frotaba la frente quitándose el sudor que producía aquél calor originado por las últimas semanas de Verano en esa parte del planeta- no se me ocurre dónde puede estar, solo es eso...

Aparecerá cuando menos nos lo esperemos, le encanta hacer eso- respondió Tsukaimon cerrando los ojos con brevedad suspirando al notar el calor que emitía el Sol, el cuál estaba justamente encima de sus cabezas, en línea recta, aunque, en realidad, se encontrase a varios miles de kilómetros, en el espacio.

Entonces, tanto Max como Tsukaimon oyeron un ruido no muy lejos de allí, a tan solo un par de bancos de donde se encontraban el Tamer y el Digimon. Una bolsa había caído. En si el ruido de la bolsa cayendo no era muy fuerte, pero en un estanque donde el único ruido que había era un ocasional ruido de patos y un par de chapoteos de los pequeños patitos que jugaban entre ellos, el ruido de la bolsa se había oído perfectamente. Entonces, ambos vieron a una joven con el pelo negro como el carbón y bastante largo. La joven estaba tumbada en el banco que se encontraba al lado de la bolsa que acababa de caerse. Sin saber si era apropiado o no, el joven Tamer peliverde se agachó para recoger la bolsa, mientras que Tsukaimon se posaba en el hombro derecho para investigar qué podía haber comprado la chica que estaba tumbada, mientras que Max hizo caso omiso, pues consideraba una falta de respeto ir mirando la bolsa de la compra de aquella morena. Entonces, el peliverde posó su mano en el hombro de la chica más cercana y comenzó a zarandearla lentamente para intentar despertarla.

Eh, esto... escucha, se te ha caído la bolsa al suelo, no sé si algo de lo que has comprado se habrá roto o no- dijo el joven Tamer en voz baja- ¡Tsukaimon ven aquí y ponte en la cabeza, no sabemos si es o no una Tamer!- advirtió Max antes de que la chica con el largo pelo se despertase, posándose Tsukaimon en la cabeza de su amigo peliverde, haciéndose pasar por un muñeco de peluche.

Al zarandear suavemente a la joven, ésta le resultó familiar. Con gafas cuadradas con ojos azules oscuros detrás, el pelo negro y largo, parecía que tenía, más o menos, la misma edad que Max.

¿De qué me suena la cara de esta chica? ¿De la universidad, puede ser?- se preguntó en voz baja a sí mismo el joven jugador de baloncesto.

A mi no me suena para nada, así que supongo que si, irá a tu misma universidad, porque es al único sitio al que no te acompaño- susurró Tsukaimon desde la cabeza de su Tamer, mientras ambos esperaban a que la joven conocida de Max, aunque no sabía de que la conocía, se despertase.

No me tomo tanto tiempo el reunir todo lo que había quedado y sobrevivido a mi explosión la última vez que vine aquí… solo un par de fotos, algunas cuentas bancarias que seguramente le dejaría a otra persona o que incluso borraría de la existencia… nada realmente importante para mi sinceramente… pero bueno, todo se arreglo muy rápido sinceramente, lo único que me faltaba era destruir todo el lugar… y como solo son cenizas y restos sobrantes, no debería de molestarme en llamar a Cerberusmon Jinrou Mode, con Cerberusmon sería más que suficiente. Aunque un momento antes de pasar la carta y destruir todo lo que había en este lugar de forma permanente, me paso un vago recuerdo… un recuerdo de mi mismo saliendo de casa… abriendo la puerta por primera vez… dejando mi jaula, manchado con la sangre de mis opresores y bañado en mi deseo de libertad… je… sin duda fue una gran alegría el día en que me fui… lástima que esa alegría duro muy poco… tsk… no puedo creer que me di cuenta de que este mundo está lleno de plagas justamente cuando creía que solo mis padres lo eran. Me quede observando el lugar casi perdido en mis pensamientos hasta que finalmente reaccione… haciendo que apareciera Cerberusmon, quien con un simple Hell Fire consiguió incendiar el lugar… reactivando las cenizas, las cuales hicieron combustión bastante rápido… je… debo admitir que me hubiera gustado que el lugar explotara pero con dejar un fuego imposible de calmar hasta que los escombros fueran consumidos por cenizas me bastaba sinceramente. Me quede viendo como el humo del incendio se esparcía al cielo mientras que Cerberusmon volvía a su forma Rookie, contemplando conmigo aquel espectáculo de fuego, destrucción y olvido que me podría haber hecho derramar una lagrima, de no ser por el calor del fuego infernal que secaba todo mi cuerpo, dejando incapaces mis lagrimales de poder solar alguna lagrima de felicidad.
Sonreí de oreja a oreja; aunque no pudiera derramar lagrimas de felicidad, podía sonreír con total calma ante el fuego que consumía los restos de mi vieja casa; entonces saque una vieja foto… una foto que me sacaron mis padres en mi sexto cumpleaños… ese día fue cuando conocí mi color favorito… el rojo. Ese día papa me puso un gorro de cumpleaños… recuerdo que esa semana les hice ganar tanto que simplemente me lo debían en serio… asique me pusieron ese gorro y me dijeron que no tendría trabajos ese día… fue muy alegre en ese momento… pero viendo esta foto… no lo sé… creo que no importa mucho… solo sé que no podía quemarla… eso lo decidiría el destino, de modo que la solté al viento mientras que este se la llevaba bien lejos. Lo siguiente que hice, no fue nada más y nada menos que comenzar a caminar, mientras que la policía llegaba al lugar… algunos me detuvieron para preguntarme si vi al culpable… mientras que yo simplemente les decía que fue un fantasma. Los oficiales me lo preguntaron muchas veces… y yo respondí igual… - “fue un fantasma” – logrando que se enojaran, pero no que me hicieran algo… y eso era bueno, no tendría que matar a nadie.
Mi camino con Labramon siguió tranquilamente hasta que llegamos a una especie de parque, en donde nos acercamos a unas bancas frente a un estanque de agua… aunque al llegar a la banca, note algo extraño… primero un humano con un Tsukaimon en su cabeza; y lo segundo, a Luna totalmente noqueada en la banca… y sé que es Luna por que Labramon lo dijo, y porque solo ella puede ser tan despistada como para dormirse en una banca del parque.

¿No deberíamos ayudar a Luna? –Labramon me observo unos momentos, hablando bajo en todo momento- podrían estar haciéndole algo…
No… ese chico no se ve peligroso… además, si le hicieran algo ya estarías mordiéndole la pierna… será mejor esperar a ver qué sucede… mientras tanto sigamos nuestros papeles de observadores –no tenía muchas ganas de meterme en asuntos ajenos, después de todo, ya no existo legalmente-

El joven Tamer peliverde observó que aquella joven que le parecía tan familiar se despertaba poco a poco... hasta que se sobresaltó y cayó al cesped.

Esto... hola, creo que se te ha caído la bolsa de la compra....- dijo Max al ver que aquella morena miraba la bolsa de la compra y comenzaba a perseguir a gatas una de las latas de la comida que había escapado de la bolsa.

¿Está sorda esta chica?- Tsukaimon le susurró esta frase al oído de su Tamer.

Será mejor que te calles, Tsukaimon... podrías espantar a la chica... además, tiene sus propias preocupaciones que hablar con dos desconocidos... bueno, mejor dicho, sólo con uno- Max respondió también con un susurro sonriente agarrando a su pequeño Digimon volador entre sus brazos y dándole un leve golpe en la cabeza.

¡Au! ¡¿Por qué me pegas?!- gritó Tsukaimon acariciando su cabeza al notar el golpe que le había dado Max con su puño derecho, lo suficientemente alto como para que le oyeran todos los que se encontraban alrededor de ellos.

Ya has echado a perder nuestra coartada...- suspiró Max encogiéndose de hombros, mientras veía que la joven morena intentaba recoger la lata de comida que se le había escapado rodando hacia el estanque, cuando, al estar casi sobre el agua para recoger la lata, se precipitó sobre el agua, por lo que Tsukaimon saltó de los brazos de Max y voló rápidamente con sus orejas-alas hacia la joven que estaba apunto de darse un buen baño junto a los patos, para intentar agarrarle el largo pelo a la joven, consiguiéndolo y tirando del suave pelo de la joven con todas sus fuerzas para intentar que no se precipitase sobre el estanque.

¡Max! ¡Ven a ayudarme, maldita sea!- gritó Tsukaimon tirando hacia atras del pelo de la joven para intentar impedir que cayera, pero sin conseguirlo debido a sus pocas fuerzas causadas por su diminuto tamaño, en comparación con un humano de estatura media.

¡No todos tenemos alas como tú!- Max esprintó rápidamente hacia la joven cogiéndola de una mano y tirando de ella evitando que cayese al estanque, notando cómo los patos rodeaban a Tsukaimon. Parecían tener curiosidad sobre aquella extraña criatura voladora que revoloteaba para intentar ayudar a la joven que quería recoger la lata que estaba invadiendo y contaminando el hogar de las aves acuáticas- ¿Te encuentras bien? Deberías de haber tenido más cuidado, desde luego si quieres darte un baño, mejor que vayas a la piscina o a la playa- dijo Max riendo levemente ante la broma que acababa de realizar, mientras agarraba disimuladamente a Tsukaimon, intentando que volviese a parecer que su compañero Digimon volviese a pasar desapercibido por un peluche, aunque sabía que ya era tarde... Aquella chica, seguramente sabría ya que Tsukaimon no se trataba de un mero peluche....


PD: Perdón por el momento: "caballero blanco salva a doncella en apuros" pero es lo único que se me ocurrió