Damas del Espejo Negro [Misión]

Mirtha estaba muy emocionada de haber ingresado en el Chaos Empire, pero le molestaba ser una mera fregona. Ya había limpiado por lo menos 60 habitaciones en lo que llevaba en el clan y deseaba algo de acción. En su limpieza había ido recolectando choromons q correteaban por allí como ratas y en un momento de descanso se había transformado en Lunamon y se divertía sacando los circuitos y destrozando a los digimon bebés en un pequeño patio interior de la base. Mirtha disfrutaba sintiendo la risa de luna en sus oídos y sus manos eran más precisas que las suyas al tratar con pequeños circuitos de digimon.

-Muahahhahahah! Morid, morid! Malditas ratas!-disfrutaba lunamon, matando digimon sentía un placer semejante al de hincharse a comer chocolate. Sin embargo Mirtha quería conservar los circuitos para construir su primera quimera pero desaparecían transformandose en data antes de que se diera cuenta.

-...dita sea... sus insignificantes circuitos no duran nada fuera de su cuerpo! Mantener viva vuestra coraza malditos digimemos!-gritaba lunamon mientras los choromon que quedaban vivos se arremolinaban en un rincón llorando y gimoteando de miedo.

De pronto, Luna sintió un acero frío en el cogote, alguien la estaba apuntando con una metralleta.

-¿Mirtha Blacksmith?-preguntó el astamon que empuñaba el arma

-Quién la llama? una ong de protección hacia los birriosos digimon bebés o que?-contestó Lunamon fríamente sin un ápice de miedo al tener el arma tan cerca

-No me interesan los digimon bebés ni tus distracciones, transfórmate en la recluta Mirtha ahora o no tendré más remedio que matarte, de nuevo, Lunamon; y te garantizo que eso no será muy bueno para quién os necesita.-contestó Astamon

Lunamon volvió a ser Mirtha a regañadientes, su pelo estaba suelto y echado hacia atrás con una diadema roja con encaje en negro e iba ataviada con un corsé rojo y negro también, a juego con unos ajustados pantalones de cuero negro y unas botas del mismo color.

-Aquí me tienes, qué es lo que quieres Astamon?-dijo apartando con la mano la metralleta de ella.

-Te reclaman en una misión de alta importancia, alguien necesita que sólo tú hagas esto.-Astamon le entregó un sobre con una notificación dentro.

Mirtha leyó la nota:

“Estimada Mirtha Blacksmith:
Ha sido solicitada para una misión de Vigilancia y Protección por manos de una fuente anónima. Deberá presentarse en la Zona Imperial, sector norte; en la capital de un reino conocido como “Yuarumirā” para esperar el “paquete” que deberá vigilar y proteger en todo momento. De no presentarse, se la acusara de traición a los Chaos Empire y será transformada en una Kimera. De fallar en su misión será tachada de peso muerto en los Chaos Empire y será ofrecida como alimento a las Kimeras. Preséntese en la capital de Yuarumirā, concretamente en la taberna “Ultimo Lamento” a esperar el contacto y el paquete.
Atentamente: Oficina de misiones del Chaos Empire.”

-Interesante... ah! Astamon una cosa... dile a la oficina de misiones de mi parte que... Yo nunca fallo en cumplir mis objetivos jajaja! y ahora si me disculpas tengo una misión que cumplir. ¡ESPÍRITU DIGITAL! ¡EVOLUTION!......KAZEMON- la digimon hada apareció ante él

Kazemon se despidió de él y marchó volando a la Zona Imperial. Pronto ante ella apereció una gran ciudad que parecía una fortaleza.-"Descendamos Mirtha, esa debe ser Yuarumira"-dijo Kazemon en la cabeza de Mirtha. Cuando aterrizó Mirtha recuperó su forma humana, es mejor ahorrar energías por si más tarde tendría que recurrir de nuevo a su digispirit.

Caminando por las calles de la ciudad, buscaba la taberna citada en el mensaje, parecía ser un lugar muy famoso pues en cuanto preguntó a un pawncheesmon de la zona por ella, le indicó rápidamente su ubicación.
Cuando Mirtha entró en la misma aprovechó para comer algo mientras esperaba al contacto o el que viniera con el paquete, que raro le sonaba aquello... jaja aun así decidió relajarse y comerse un buen guiso, ya vendría cuando quisiera el contacto, de momento a disfrutar!

El tiempo transcurrió. Los minutos se volvieron horas y dichas horas, se volvieron desesperación. Llegar a medio día y que se hicieran las 8 de la noche era algo bastante tedioso; mas si no se tenía nada más que hacer que comer, beber, jugar algún juego de cartas con los típicos clientes frecuentes de la taberna, entre otras actividades poco atractivas y muy desconfiables en cuanto a sus demás integrantes. Está bien, es posible que al principio hubiera alguna pequeña demora de 15 o 20 minutos, algo tolerable pero… ¿8 horas?, realmente no es algo que aliente mucho a alguien a quedarse, y si alguien se quedaba en ese lugar; seguramente sería por la presión de ser alimento para las kimeras que habitan en los confines sótanos de los Chaos Empire. Pero finalmente alguien interesante apareció: un Beelzemon.

Aquel digimon abrió de golpe las puertas de la taberna, observando a todos los que estaban dentro; hasta que finalmente sus 3 ojos posaron su atención sobre ti. Seguramente sería una sensación familiar el ser observada por un digimon así, pero no lo era para los demás digimons del lugar; aunque eso poco le importo a Beelzemon. El hombre demonio entro en el lugar caminando tranquilamente, evitando las mesas de los demás personajes que habían presentes, hasta finalmente detenerse frente a ti, aun con su mirada posada en ti; aunque al llegar, Beelzemon termino pisando la cola de un KingEtemon que se encontraba allí presente. Naturalmente aquel mono comenzó a hacer un gran berrinche por su cola, pero Beelzemon no mostro la menor pisca de interés o importancia a ese problema, si no que al contrario frunció el seño bastante irritado y cuando el mono lo tomo del hombro para forzarlo a darse vuela; el hombre demonio saco uno de sus revólveres y le disparo en la cabeza al “mono real”, asesinándolo frente a todo el lugar. Es obvio que esta acción causo que todos en la Taberna se levantaran de sus asientos y se lanzaran sobre el demonio, pero este simplemente les hiso lo mismo que a KingEtemon: los asesino a todos de un disparo preciso en la cabeza.

Para ese Beelzemon, dispararle a todos los digimons presentes y volverlos puros datos no era más que un juego de niños que podría hacer con los ojos vendados, pero ahora tenía prisa asique no podía permitirse tal distracción. Fuese como fuese, luego de aquella “matanza”, Beelzemon se sentó en una silla libre de tu mesa, cruzándose de brazos y observándote fijamente hasta que un Burgamon se acerco con una jarra de agua, temblando por su vida. Beelzemon observo al pequeño digimon y termino por arrebatarle la jarra de agua, para después darle una seña de que se fuera; algo que el pequeño hiso al instante.

Insignificantes parásitos del mundo digital superior… -Beelzemon te observo nuevamente, aunque en este caso se cruzo de brazos- … eres tal y como te describe mi señor… solo que yo pensé que vestirías ropa mas adecuada… tsk… no importa, mientras hagas lo que se te ah mandado –El digimon se sirvió un poco de agua y bebió antes de proseguir- esto es simple… llevaras a la hija de mi señor a las catacumbas debajo del castillo de este lugar y allí liberaran su espíritu familiar –Dicho eso, el hombre demonio se levanto de su lugar- y no intentes tomar el papel “ jefa” aquí, porque la hija de mi señor es igual de importante que tu… y si no me lo crees, pregúntale a tu madre sobre los terratenientes de la Dark Area

Con ese comentario, Beelzemon se dio la media vuelta y se fue del lugar; ignorando cualquier clase de comentario, y no fue justo después de su salida del lugar, que entro otra persona al mismo. Una chica de unos 17 o 18 años, portando un sombrero puntiagudo similar al de una bruja, así como una especie de atuendo de cuero simulando una especie de armadura; una túnica o capa que cubría gran parte de su cuerpo y una capucha blanca que cubría su cabello de color morado pálido. Una apariencia bastante extraña pero también interesante para muchos, aunque antes de pensar en nada, la chica se acerco a tu mesa; sentándose en la misma silla donde había estado Beelzemon; aunque a diferencia de él, la chica no se quedo observándote fijamente, ella más bien tenía su sombrero cubriéndole los ojos.

¿tú eres Mirtha?... bueno… supongo que mientras puedas ayudarme… no habrá problemas con nada mas… -Aquella chica levanto la mirada un poco, pero sin quitarse su sombrero- si quieres hacer preguntas, puedes hacerlas ahora… pero no tenemos mucho tiempo asique… solo hazme 2 y después vámonos… ¿okey?

Imagen de la chica:

Mirtha comió su ración con mucho apetito,estaba realmente hambrienta. Eso de no tener una hora prevista para que llegara la visita le daba algo de tranquilidad, hasta que vio pasar el tiempo y nadie se presentaba. "Digo yo que el tipo del paquete se presentará algún día ¿no?"-se decía a sí misma cuando pasaban ya un par de horas desde que estaba allá"Lo mismo te quisieron quitar de encima para hacer un gran guateque en el CE en el que no estabamos invitadas"-le contestó Lunamon "animándola""Sabes de sobra q eso no me importa, he sido feliz sin amigos y solo contigo desde hace mucho tiempo y además no veo yo a los integrantes del CE tan festivos..."- contestó ella

Pasó otra hora más, y vio que algunos digimon se divertían disparando al suelo para que un neemon con cara de idiota bailase. Mirtha se unió al divertimento, pero la puntería no era su fuerte y le metió un balazo en el estómago al estúpido digimon transformándolo en data. Le cayeron algunas broncas, pero nada importante, solo la alejaron del grupito soltándole improperios por arruinar su diversión y la amenazaron con si volvía a intentar acercarse a ellos ella sería el próximo divertimento. Acostumbrada a vagar siempre sola, volvió a su rincón y dejó de hablar con nadie excepto con su digimon, que parecía tan aburrida y desesperada a falta de noticias de su trabajo como ella. Ambas decidieron echarse una siesta y juraron que como después de su siesta no hubiera allí nadie se liaría a tiros o volaría el CE lo que le pillara mejor, por hacerla perder el tiempo así.

Al cabo de un tiempo el abrir estrepitoso de las puertas del lugar, la despertó de golpe. Un Beelzemon salvaje apareció.
Ese digimon no cesaba en clavarle los ojos a Mirtha, le pareció divertido que pisase a ese KingEtemon pues el era el que la echó del grupo de diversión por matar a su entretenimiento. Descubrió que parece ser que ese digimon demonio era el "mensajero"

-Vaya horitas de llegar no crees? Porque debo contenerme en el trabajo que si no te asesinaría, odio a los impuntuales... y de qué me conoces tú a ver? Y visto como me da la gana, pasa algo?-protestó Mirtha sin temor alguno, sin escuchar parte del mensaje.-Espera... qué? el paquete es una chica? hija de quién?-Beelzebumon no pareció darle mucho tiempo para contestar sus preguntas porque se largó y en su lugar apareció el "supuesto paquete". "Mola su atuendo!"-comentó Lunamon que la veía a través de la pantallita del D-scanner, el cual pendía del cinturón de Mirtha.

-Ese es mi nombre, ¿quién demonios eres tú? Si se supone que eres igual de poderosa/influyente como yo, ¿por qué alguien como yo debía de protegerte?-contestó Mirtha a sus comentarios.

Aquella chica se te quedo observando unos momentos mientras hacias tus preguntas, y cuando finalmente callaste; ella suspiro levemente, quitándose el sombrero para dejarlo sobre la mesa, quizás intentando tomar una actitud seria respecto al asunto. No hubo una espera muy larga, la chica simplemente se tomo unos segundos para quitarse el sombrero y volver a mirarte con cierta seriedad, aunque también hacia un toque de indiferencia en su mirada, muy sutil pero notorio si uno era lo bastante observador.

Mi nombre es Rebecca BlackStorm… soy hija de uno de los grandes terratenientes del Dark Area… y la razón por la cual debes protegerme es porque yo lo pedí… -con una mirada seria- mi padre me hablo de una nueva “vecina” y cuando menciono que tenía una hija… humana… quería conocerla… y dado que también debía venir a este lugar para despertar a mi espíritu familiar… bueno, pensé que sería una buena forma de entablar “una alianza”… o como diría alguien más simple… “amistad”… claro que tampoco espero algo así… pero bueno, me resultaría bien tener a alguien con quien hablar después del día de hoy…

Curiosas intenciones pero también curiosos “orígenes”. La hija de un gran terrateniente del Dark Area, ¿pero de cuál?... es bien sabido que el gobernante suprema de ese “infierno” es GranDracmon pero los terratenientes son algo similar a los señores feudales; dueños de tierras amplias con sirvientes a su disposición. Pero fuera como fuera, tan pronto como Rebecca termino de hablar, las luces de la calle se encendieron; el sol había caído completamente y ahora solo reinaba la noche en aquel reino tan callado. Rebecca se levanto de su asiento, tomando nuevamente su sombrero para así colocarlo cuidadosamente sobre su cabeza, y darse la vuelta. Sabiendo que ella debería ser vigilada y protegida constantemente por ti, la joven no esperaría; o al menos no esperaría mucho tiempo antes de moverse.

Tan pronto como Rebecca llego a la puerta de la taberna; se quedo quieta, esperando a que llegaras, aunque mientras tanto saco de uno de sus bolsillos internos de su túnica/capa un pequeño libro con un símbolo de estrella. El libro era de cuero negro y la estrella de colores diferentes. Una de las puntas era roja, otra amarilla, otra azul, otra blanca y la última no se veía del todo bien porque era de un tono negro algo más claro que el cuero del libro; pero seguía sin verse del todo bien. Fuese como fuese, al abrir el libro este mostro un idioma antiguo, difícil de leer; o más bien imposible para cualquiera, aunque Rebecca parecía entenderlo como si fuera su lengua materna… seguramente una ventaja de ser una “futura terrateniente del Dark Area”.

Muy bien Mirtha… según esto, debemos ir a las catacumbas que están dentro del castillo de Slayerdramon… -Rebecca abrió la puerta del lugar para ver un gran castillo lejos de la misma- allí encontraremos un pasaje a la prisión de mi espíritu… aunque puede que nos encontremos con algo feo de camino asique habrá que estar alertas…

Entonces si lo entiende… bien, evidentemente ese libro es importante; lo mejor sería que también lo tengas vigilado, aunque tampoco es tan importante, quizás ella ya lo sabía y solo intenta aparentar ser interesante; porque si no, quizás te habrían informado, ¿verdad?

-Hija de un terrateniente de la Dark Area? Tu padre conoce a mi madre?- se extrañó Mirtha, aunque no era de extrañar, pues Lilithmon había tenido noviazgos con gran parte de los digimon de la zona oscura, sólo esperaba que esa chica y ella no fueran "hermanas" de algún rollo extraño entre sus padres... Además sus apellidos también eran similares, todo esto era muy raro...-En fin, un placer conocerte... supongo que si he de protegerte, ya hemos hecho alianza, pero bueno. Perdona que desconfíe pero me extraña que tu sepas tanto de mi y yo nada de ti, pues mi madre jamás me habló de ningun vecino, pero vamos tampoco me habla nunca de nada de lo que hace ni con quien se enrolla, pero bueno... ¿quién es exactamente tu padre?-preguntó Mirtha con curiosidad pues le llamaba mucho la atención de que tanto ella como la tal Rebecca fueran tan parecidas y tenga unos orígenes casi idénticos a los suyos. Mirtha se levantó y decidió irse con ella cuando posó su atención en el libro que llevaba, con esas letras y colores tan extraños.

-¿Y ese libro?-preguntó Mirtha sin tapujos.

Rebecca le explicó el cometido de su misión.

-Quieres encontrar tu digispirit por lo que veo... a lo mejor el o ella es el verdadero hijo/a de tu padre como en mi caso y Lilithmon me adoptó, tu también vienes del mundo humano o naciste aqui?-Mirtha no cabía en si de impaciencia quería saber todo de su nueva "amiga" tanto como ella sabía sobre Mirtha.-No tengo miedo, iremos a donde dices y te ayudaré a conseguir tu espíritu.-dijo Mirtha finalmente animada de encontrar a un alma afín a ella, quizá pudieran llegar a ser grandes amigas... quién sabe...

Rebecca se quedo callada ante tu primer comentario… realmente fue extraño verla callarse tan repentinamente; ¿se habría enfadado o dado cuenta de la verdad?, la verdad es que ninguna… simplemente ignoro aquellas palabras y comenzó a caminar, saliendo de la taberna quedándose totalmente callada. Quizás dijiste algo mal o trataste de ir muy a prisa en cuanto a saber cosas… después de todo si no te contaron de ella fue por algo; ya fuera por la indiferencia de tu madre como el simple hecho de que quizás nadie sabía de su existencia. Fuese como fuese, tan pronto como la humana salió a la calle, todas las luces de faroles del lugar se encendieron. Las luces amarillas y tenues de aquellos faroles daban un buen aspecto al lugar, bastante bello en un sentido al igual que tétrico en otro.

Rebecca se detuvo en mitad de la calle por unos momentos y volvió a abrir su libro; pasando las páginas rápidamente como si quisiera encontrar algo con desesperación. A lo mejor buscaría la respuesta a tu pregunta… aunque cuando llego a la última pagina, simplemente cerro el libro y volvió a guardarlo; para hablar con un tono algo débil pero aun así audible…

Soy la única hija de mi padre… él nunca se relaciono con nadie… el solo me quiere a mi… nunca me usaría para rellenar el vacío de perder a otro… soy todo para el… -Fueron sus palabras, antes de levantar la mirada; con un gesto levemente molesto, quizás por haber tenido que responder así o por tu pregunta- vamos Mirtha… cuanto antes lleguemos al castillo mejor ira todo… y por cierto, acabo de leer que las catacumbas solo son accesibles por una hora a partir de la media noche… ahora si tenemos que apurarnos…

Quizás sería mejor intentar no hacer tantas preguntas repentinamente. Es verdad que averiguar más de esta chica es necesario pero conseguirlo no será posible si escucha preguntas tan especificas y repentinas a la vez. Fuese como fuese, poco tiempo para charlar hubo en mitad de la calle ya que tanto tu como Rebecca tuvieron que ocultarse en un callejón cercano; debido a la patrulla de un grupo pequeño de Knightmons, siendo dirigidos por un SlashAngemon. Digimons de alto nivel, superiores al que alcanzabas y por mucho mas a Rebecca, si ella aun debía encontrar su Digispirit… eso significa que la misión no solo es escoltar a la humana a las catacumbas… si no también hacerlo sin llamar la atención de nadie.

Mirtha era un ser solitario, no estaba acostumbrada a hablar con la gente, sólo hablaba con su digimon o con su nany Kayla, pues con su madre siempre estaba riñendo cuando ella no estaba fuera; quizá por eso no le llamó tanto la atención que Rebecca no contestara a sus preguntas. Le llamó algo más la atención, el hecho de que al salir del bar se encendieran todas las luces de las farolas como si saludaran a su nueva compañera de viaje.

-Vaya... parece que esta chica va a tener más poder que tú, Mirtha-comentó Lunamon en su mente--"Jep! más quisiera... lo que pasa que yo no puedo mostrar la magia de mi madre en público que si no..."-le contestó Mirtha de la misma manera.

De pronto cuando Mirtha había olvidado casi sus preguntas y casi a la chica que iba con ella por su gran silencio, de pronto está contestó que era la única hija de su padre y no se qué de rellenar un vacío..."Mi madre jamás llenó el vacío de su hija conmigo!"-pensó ella pero no lo dijo, pues si Rebecca quería guardarse sus secretos ella no airearía los suyos. Lunamon, a pesar de que la escuchó no replicó, pues ella misma dudaba que eso fuera cierto, pues Lilithmon solo fue capaz de amar a Lunamon y para los demás era incapaz de amar, pero eso también el digimon se lo guardaría para si.

-Si tienes prisa por llegar a ese castillo, podríamos llegar más rápido volando, puedo transformarme en Kazemon y llevarte si quieres...-dicho esto, Rebecca la instó a ocultarse en un callejón cercano, Mirtha se asomó desde su escondite y pudo ver a los knightmon y a un slashangemon.

-¿Por qué debemos de ocultarnos de esos digimon? ¿Qué buscan?-preguntó Mirtha a su compañera en voz baja, aunque... temía la respuesta, si es que Rebecca se la quería dar, claro está.

Tan pronto como los guardias se alejaron, Rebecca respiro en señal de relajación, luego te observo un momento antes de sacar nuevamente su libro, pero junto con este también saco una especie de talismán de aspecto extraño. El talismán era de color morado, de forma círculos con un gran espacio en su centro, casi parecían más bien “rayos” moviéndose en círculos que otra cosa.

Vengo del Dark Área y tanto mi libro como talismán lo representan… el libro tiene información preciada de lo que necesito saber y el talismán es casi un comunicador entre el Dark Área y yo… así es como llegue en primer lugar –Rebecca nuevamente guardo ambos objetos- si ellos me ven con esto, es muy seguro que me arresten o ejecuten… y créeme, volar sería algo muy vistoso… es mejor moverse a pie donde podemos ocultarnos y evitar las espadas voladoras de ese angelucho metálico

Rebecca tenía su punto; aunque volar fuera la vía más rápida, sabiendo que hay un SlashAngemon, un digimon volador y de nivel mega, rondando por el lugar; solo otro digimon mega sería capaz de escapar a sus espadas una vez estas fueran lanzadas. No había opción, viajar a pie sería la única vía posible; aunque en los barrios bajos de reinos como este, siempre puede encontrarse algo interesante o frustrante. Esto significa que siempre existe la posibilidad de encontrar un atajo, como de perderse por las calles nocturnas y no llegar nunca.

Fuese como fuese, la humana salió del callejón una vez se dejaron de escuchar los pasos de las metálicas armaduras de Knightmons y SlashAngemon; ahora viajar sería algo más sencillo pero no del todo… ya que al igual que los caminos; pueden encontrarse otras cosas interesantes o frustrantes a lo largo de la noche, mas siendo una persona importante del Dark Área, pero hay que verlo del lado positivo; ¿no son los habitantes del Dark Área mas diestros de noche que de día?, al menos esa sería una ventaja si hay que ocultarse o moverse a ciegas.

Muy bien… tenemos 2 rutas ahora… podemos ir por donde fueron esos sujetos y tomar un camino mas corto o rodearlos, tomando un camino largo y seguro… ¿tú qué prefieres Mirtha? –Rebecca te observo esperando una respuesta-

"Parece que no hace nada sin ese libro, Mirtha..."-comentó Lunamon en su cabeza--"¿Cómo podrá descifrarlo? Seguro que está escrito en un idioma antiguo de la Dark Area, ¿por qué Madre no nos lo enseñó también a nosotras?"-conversaban mentalmente humana y digispirit.

-Me gustan tus artefactos... Yo solía robar D-terminals y usarlos como comunicadores entre mis aliados y mis súbditos, yo tengo el poder de manejar una amplia zona de la Dark Area también gracias a mi madre jeje-comentó Mirtha

Cuando salieron del callejón y se dejaron de escuchar esas pisadas metálicas, Mirtha comentó:

-Odio esos ángeles y digimon sagrados, siempre dándose aires de buenos y santos y luego son más malos que tu y que yo juntas.. Me extraña que esté todo tan calmado por aqui... lo mismo no solo esos sagrados sino quizá alguien más está pendiente de  nuestros movimientos... lo presiento-tras decir eso miró hacia todos los lados nerviosa y alerta, apretando su D-scanner entre sus manos pendiente de cualquier movimiento que no proviniera de ella misma o de Rebecca.

-Dos rutas dices... eh? mmm déjame pensar, si seguimos a esos digimon tenemos el riesgo de que nos descubran y tampoco podemos huir volando porque ese SlashAngemon nos acuchillaría... El camino es más corto y dices que sólo tienen el castillo o las catacumbas abiertos a media noche... A ver esos digimon no me asustan, no temo a nada ni a nadie pero, yo estoy acostumbrada a salvarme a mi misma el pellejo no a salvar a otros y me pidieron protegerte. Asi que supongo que no nos queda otra que correr o volar  por el camino largo y confiar en llegar al castillo antes de que sellen las entradas de nuevo...-razonó Mirtha

Un razonamiento lógico y bastante coherente por tu parte; algo que sin duda podría ser de utilidad en esta misión de sigilo, infiltración y principalmente: protección. Rebecca asintió a tus palabras, ella compartía el mismo pensamiento; excepto por la necesidad de volar ya que, como sería de esperarse; serian más vistosas y llamarían demasiado la atención, aun por la noche, cosa que no sería buena idea teniendo a un SlashAngemon deambulando por el lugar seguido por un grupo de Knightmons.

Ambas tomaron el camino de la derecha, el camino largo que debería de rodear la zona de patrullaje de ese grupo de armaduras y del angel lo suficiente como para que no se los toparan por un buen rato; pero eso también implicaría bastante tiempo y tener que cruzar por zonas de baja visita, ya sea por su apariencia tétrica o por su mala reputación respecto a quienes respetan las reglas de por allí. Fuese como fuese, la decisión fue tomada y ambas cruzaron la “puerta” a su nueva ruta.


La zona por la que ambas debían cruzar era una especie de barrio olvidado por la gente del reino; si, había casas, faroles encendidos y todo lo típico pero… todo estaba bastante desolado. Algunas casas tenían ventanas rotas, otras tenían sus puertas bloqueadas con varias maderas e inclusive algunas carretas estaban destrozadas y estrelladas contra muros de piedra o volteadas frente a estas casas desoladas. Ciertamente era un ambiente tétrico aunque Rebecca comenzó a tararear felizmente, quizás porque esta clase de lugares le gustarían siendo del Dark Area y eso podría ser de utilidad para hablar con ella; después de todo, cuando se está feliz guardar secretos o no dar información es difícil, mas en misiones de este calibre, ¿verdad?, aunque habia algo extraño en todo el escenario: ¿Por qué las luces de las casas estaban apagadas?. Si, es natural que estén apagadas en una zona “olvidada” por la comunidad pero… ¿entonces porque las luces de los faroles estaban encendidas?

Estaba claro que nadie se paseaba por esa zona, pero las luces de los faroles se encontraban encendidas; lo que significaba que era para quienes pasearan por la zona o quienes tuvieran que volver a sus hogares pero claro, todo se encontraba apagado. Lo único que no se podía controlar el si estaba encendido o no, eran los mismos faroles asique… ¿Por qué?... ¿Quién viviría allí para que los faroles tuvieran que mantenerse encendidos por la noche?... la respuesta apareció repentinamente con la aparición de un digimon que salto sobre la cabeza de ambas humanas. El digimon en cuestión se dio la vuelta rápidamente y cruzo 2 espadas de madera, impidiéndoles el paso. El digimon en cuestión era un Yaskamon, digimon conocido por su habilidad con la espada y por tener el nivel Champion, de modo que Kazemon sería una adversaria muy pareja para el digimon con intenciones desconocidas en ese instante.

¡¿Qué quieres aquí enmascarado?! ¡Tenemos prisa! –Grito Rebecca bastante molesta y manteniendo distancia, dado que ella era la única incapaz de luchar- si quieres asaltarnos temo decirte que no tenemos objetos de valor…
¿y para que quería asaltaros?, está claro que no poseen nada que me interese si tenéis esas pintas tan absurdas –Comento el hombre demonio enmascarado- aunque… en el fondo tu si me interesas, humana –señalando con una de sus espadas a Rebecca- te vi con un Beelzemon y ahora estas en mi territorio… quizás podría conseguir lo que busco si te llevo conmigo
¡¿Qué…?! –Rebecca en esta ocasión dio unos pasos hacia atrás- ¡Aléjate de mi! ¡Ese Beelzemon no es nada mío más que un mensajero! ¡No volverá para que hagan un trato!
Entonces supongo que tendré que buscar un modo de conseguir lo que quiero capturándote ahora… -Yaskamon parecía querer algo de Rebecca, ¿pero qué…?- podemos hacerlo fácil o difícil… ustedes eligen; me da igual la respuesta, yo estoy dispuesto a todo para conseguir lo que busco… asique veamos que harán…
Mirtha… no se que quiera el pero no me gusta su actitud… aunque conoce el lugar y eso nos vendría bien pero… egh… realmente no se que elegir… te dejare esto a ti –Rebecca no parecía querer sacar su libro para ver qué hacer, después de todo eso le daría a Yaskamon la oportunidad de robar si eso quería-

¿Pero que querría este digimon?, si fuera cuestión de asalto no habría hecho algo tan ridículo como “amenazar” o ponerse en guardia. No, este digimon busca algo diferente pero… ¿valdrá la pena averiguar qué y evitarse una pelea o simplemente darle pelea y tratar de huir?, será mejor tomar una decisión porque no parece que este digimon sea de los que tengan una amplia paciencia.

Mirtha caminaba junto a Rebecca por el camino elegido. Hacía tiempo que a Mirtha le reconcomía una duda en la cabeza, ese maldito libro de la chica, pero por miedo a sus continuos silencios si preguntaba demasiado no se había atrevido a preguntar, hasta que la curiosidad fue más grande que su cautela.

-¿Ese libro te dice lo que has de hacer en cada momento o que? Me da la sensación de que no sabes pensar por ti misma, siempre lo consultas antes de decidir nada, no me es muy grato ver a alguien continuamente mirando un libro que yo no puedo leer...-soltó sin temor a las represalias.-Mirtha... eso fue muy brusco por tu parte, se supone que has de protegerla no enemistarte con ella...-la riñó Lunamon desde su Digivice--Perdona si te hablo con franqueza, pero no puedo callarmelo todo siempre. Si quieres preguntame tu también algo comprometido y en paz, va?-suavizó intentando ser amable y justificar sus faltas, estaba claro que no era muy hábil en relaciones sociales.

Después decidió callarse y mirar a su alrededor, esos lugares tétricos y desoladores, habituales de pesadillas, a ella extrañamente le producían tranquilidad, siempre decía los muertos jamás te harán nada. Para deleitarse por el lugar se transformó en Lunamon alejándose un poco de Rebecca, correteando sobre las ruinas de las carretas, como bailando al son del tarareo de la chica.

-Me encantan estos parajes!! A ti no?-correteaba lunamon alrededor de Rebecca. De pronto la pequeña digimon se fijó en las farolas.-Oye Rebecca.... cortame si hablo demasiado o digo algo improcedente pero...¿no es un poco raro que siendo este un lugar como fantasma, haya farolas encendidas?-antes de que Rebecca dijera nada un movimiento cercano hizo alzar las orejas a Lunamon en posición alerta. Como un rayo se puso delante de Rebecca ante la aparición de un Yasyamon.

-¡Cuidado, Rebecca!-dijo Lunamon manteniendo una actitud desafiante.
Lunamon no sabía si era algún conocido de la chica por lo que decidió dejarle hablar antes de atacar. En cuanto descubrió las intenciones del digimon recuperó su forma humana. Por suerte el cambio a su etapa rookie no le suponía mucha energía y podría usar a Kazemon si lo requería.

-¡Toca un pelo de la chica y eres digitama, Yasyamon!-amenazó Mirtha manteniéndose siempre delante de Rebecca.

Mirtha escuchó las últimas palabras que le dijo Rebecca y se relamió animada al tener algo de diversión.

-Asi que conoces el lugar... bueno entonces no lo aniquilaré del todo jeje, solo lo justo para que cante y nos diga por donde debemos de ir. Ahora yo seré tu compañera digimon, Rebecca-dicho esto tomó su D-scanner en la mano derecha y con la izquierda se rodeó de digicode.(mirtha es zurda Xb) ¡ESPÍRITU DIGITAL!......¡DIGIEVOLUCIÓN!-La joven se envolvió en una nube de digicode, sus ropas desaparecieron y su pelo se soltó al viento mientras la armadura de su digispirit cubría su cuerpo.¡KAZEMON!

-Ahora prepárate a cantar, Yasyamon! ¡FETA DANZA!-Kazemon bailó en una extraña danza de golpes, en la que en cada golpe hacía una pregunta. ¿Qué es lo que quieres de Rebecca? ¿Cómo llegamos al castillo? ¿Quién te manda?-preguntó Kazemon mientras seguía su danza de golpes.

Yaskamon vio venir los golpes, bloqueándolos uno por uno con sus espadas moviéndolas de diferentes formas; haciendo uso de sus capacidades como espadachín de dos espadas para mostrar un estilo de combate “defensivo-ofensivo”. Aunque con cada pregunta que hacías, Yaskamon se mantenía callado; pero es claro, elegiste enfrentarlo directamente en lugar de tratar de negociar, esto sin duda podría quitarte un aliado para moverte por las calles de este lugar, y a la vez te había hecho ganar un enemigo y una razón más de proteger a Rebecca de cualquiera que se le acercara. Fuese como fuese, ya no había vuelta atrás; ahora debías de derrotarlo o despistarlo de algún modo para así poder irte de allí antes de que el lugar se volvía demasiado ruidoso, pudiendo atraer la atención de ese grupo de guardias reales que andaba deambulando anteriormente por la zona.

Los golpes continuaron unos momentos hasta que Yaskamon se las ingenio para no solo bloquear los golpes que recibía; si no también detener tus extremidades unos segundos. Ahora tenía el vía libre para hacer uso de una de sus técnicas más “peligrosas”. Los ojos del digimon hombre demonio brillaron por unos minutos, y al cabo de unos segundos tus brazos dejaron de hacer fuerza; permitiendo que el digimon descansara unos instantes. Era casi como ser una marioneta sin titiritero, y evidentemente Yaskamon era quien cumplía ese rol.

Yaskamon rio levemente, para después atacar con un gran puñetazo aprovechando tu inmovilidad; luego volvió a ponerse en guardia, cruzando sus espadas para tener una postura defensiva-ofensiva.

¿Creen que hablare de mis intenciones cuando ustedes solo me atacaron?... quizás debieron pensarlo más y ser más amables –Yaskamon obviamente quería hacer decaer el espíritu de ambas con palabras que marcaban la verdad inminente- ahora tendré 2 humanas a las que investigar pero bueno, no me interesa… al final conseguiré mi objetivo
Tsk… -Rebecca se acerco rápido a ti para ayudarte a recuperar el equilibrio por el golpe de antes- ten cuidado… no debes verlo a los ojos o puede usar esa técnica… se llama Kugutsu no Justu… fue por eso que no pudiste moverte antes –Curiosamente Rebecca no había visto su libro en esta ocasión, o sea que conocía ya de antes a esa especie digimon- lo mejor para enfrentarlo es el combate lejano y preciso… acercarse no suele ser buena idea con esas espadas que tiene…
Oigan… ¿van a hablar toda la noche o tendré que dar yo el primer paso y atacarlas? –Yaskamon claramente parecía no tener una gran paciencia, menos cuando el había sido atacado primero- quizás se apresuren si les doy un motivo para ello… ¡ITTOURYOUDAN! –Cruzando sus 2 espadas, lanzo una gran onda de choque contra una casa aparentemente abandonada, causando una explosión considerable- listo… la guardia real vendrá pronto… yo que ustedes me apresuraría a terminar este combate o a huir… aunque claro, tampoco creo que sea rentable

Pista:

Kazemon retrocedió hacia atrás al sentir el puñetazo del enemigo y de fondo escuchó las palabras de Rebecca prevenirla de que los ojos de Yasyamon tenían poder paralizante."Ya te dije que leyeras la enciclopedia de Madre... esa chica sabe más de digimon que tú y eso que parece no haber peleado en su vida"-dijo Kazemon en la mente de Mirtha. Mientras la joven se recomponía escuchando atentamente las palabras de su nueva amiga. "Tiene razón, no puedo acercarme a él con esas molestas espadas incordiandome... pero mi forma de lucha es con el enemigo bastante cerca, no es mi fuerte el ataque a distancia...
Yasyamon seguía farfullando incoherencias, era un tipo molesto y a la par que ruidoso, pues en cuanto se incorporó Kazemon del golpe empezo a crear alboroto derribando casitas.

-Gracias por ayudarme, Rebecca pero sera mejor que te adelantes... yo me ocuparé de él, jamás dejo un combate a medias. Tú eres el objetivo, lo más correcto es que te adelantes y te alejes de los caballeros sagrados... Yo me uniré a ti en cuanto haya liquidado a este bastardo, ahora corre!-le dijo Kazemon en voz baja aprovechando su cercanía y evitando asi que ese yasyamon las escuchara.
A continuación, por indicación de su digispirit, Kazemon desplegó sus alas y alzó el vuelo, el aire era su terreno, además era ágil por mucho  que saltara ese luchador podría esquivarlo sin mucho problema.

-Vamos ven, ruidoso Yasyamon! Yo no dejo mis batallas a medias venga quien venga y tampoco te recomiendo que vayas tras Rebecca, ella ahora está bajo mi protección, jaja. Pero como gracias a ti, nos vemos más apuradas de lo normal intentaré acabar esto cuanto antes...¡BREZZA PETALO!!-Kazemon liberó pequeños tornados de sus manos y los arremolinó alrededor de Yasyamon intentando con la fuerza del aire separarle de sus odiosas espadas o al menos intentar confundirle un poco.  Mientras Yasyamon se debatía con los tornaditos, ella voló hasta posarse por delante de él a una distancia prudencial para que, si iba a por ella, le diera tiempo a formular su próximo ataque.

-¡DOPPIO PERFORARE!-Kazemon comenzó a girar sobre sí misma boca abajo creando un tornado de golpes potenciado por los tornados que antes había creado, mandando a volar a Yasyamon en dirección por donde ellas habían venido por si se acercaban los caballeros, que se comieran a ese molesto yasyamon. Tras esos ataques consecutivos, Kazemon alzó de nuevo el vuelo preparada para un golpe de gracia, por si no habían sido suficientes los anteriores ataques, en busca de algún movimiento por la zona donde había lanzado a Yasyamon, aguardaría unos instantes y enseguida se uniría de nuevo a Rebecca para proseguir sus búsqueda.

Alejarte de Rebecca fue una pésima idea, ya que al tomar vuelo Yaskamon se volteo para ver a la humana y trato de aprovechar el momento para atraparla, pero afortunadamente la humana se hiso a un lado a tiempo para que aquel tornado de viento atrapada al hombre demonio. Ahora con ese sujeto atrapado, no podría hacer nada para llevarse a la humana aunque claro; todavía podía pelear ya que parecía no querer dejar sus espadas. Fuera como fuera, al momento de atacarlo, este recibió los primeros golpes antes de conseguir detener ese mini torbellino de ataques con sus manos; sujetándote de las piernas y lanzándote contra Rebecca y así ambas caer al suelo. Por un momento parecía que Yaskamon estaba por conseguir lo que quería pero repentinamente se escucharon grandes y pesados pasos de metal aproximándose a la zona. Yaskamon evidentemente se había olvidado de que había causado un desastre para llamar a los Knightmons; y no le quedo más remedio que huir, entrando en la casa que había atacado para así perderse rápidamente entre las sombras.

Tratar de huir ahora sería una completa tontería, seguramente esos Knightmons estarían acompañados por SlashAngemon y si era así, ya estaban perdidas. Quizás huir habría sido la mejor opción realmente, pero ya era tarde para arrepentirse, simplemente, muy tarde… o quizás no. Cuando finalmente los pasos se hicieron próximos, no aparecieron docenas de Knightmons y el mayor peligro, SlashAngemon; si no que apareció una especie de soldado o caballero miniatura con 2 estoques en sus manos, bastante pequeño y de apariencia redonda. Dicho caballero llego corriendo y se detuvo frente al edificio que Yaskamon había destruido, bastante furioso.

¡¡Ah!! ¡Desgraciado Yaskamon! ¡Juro que te atrapare algún día! –Gritaba la esfera de metal bastante furiosa, haciendo caso omiso a tu presencia y a la de Rebecca-
Oye Mirtha… -Rebecca te susurro intentando que el caballero de hojalata no la escuchara- creo que deberíamos irnos ahora que esta distraído… me parece que este sujeto no tiene autoridad como los Knightmons o ese SlashAngemon… a lo mejor podemos irnos antes de que lleguen en serio…
¿Ah? –El caballero se volteo y las vio a ambas- ¡OH! ¡¿Cómo no las vi antes?! –El digimon se paro frente a ambas, haciendo una reverencia- ¡Bellas damiselas! ¡Mi nombre es Gladimon! ¡No se preocupen! ¡Ese villano de Yaskamon ya no se encuentra aquí para incordiarlas! –Gladimon levanto la mirada para verte precisamente a ti- ¡En especial a vos! ¡Bella hada del viento! No dejare que ese villano os toque un solo cabello de vuestro ser
Eh… Mirtha… quizás deberíamos… irnos ahora… no creo que sea buena idea quedarnos aquí por mucho más tiempo… -Rebecca se veía nerviosa, quizás estar cerca de ese tipo de digimons no le gustaba-
¿Eh?... ¿Por qué tanta prisa? –Gladimon observo a Rebecca y logro reconocer el talismán de la misma- ¡¿Qué haces con un objeto como ese, humana?! ¡¿Eres del Dark Area?! –Inmediatamente Gladimon sujeto el brazo de Rebecca- lo siento pero no te irás a ninguna parte hasta que mis compañeros Knightmons y el comandante SlashAngemon aparezcan
¡AH! ¡Sueltame pedazo de hojalata! –Rebecca trato de soltarse pero para una humana sería imposible, aunque tu si podrías hacer algo- ¡Mirtha! ¡Dame una mano, pie, ala, lo que sea por favor!

-Maldito, gusano!-exclamó Mirtha  al ver como Yasyamon aprovechaba el momento en que ella alzaba el vuelo para realizar el contrataque e iba tras Rebecca.-¡Apártate, Rebecca!-alertó Mirtha justo en el momento en que le lanzó el "doppio perforare" a Yasyamon.
Kazemon no estaba segura de si su ataque le había hecho daño o no pero, pensó en otra táctica, así que mientras Yasyamon estaba ocupado con su tornado voló deprisa hacia Rebecca.
-Escúchame, Rebecca, será mejor permanecer juntas, estos buitres creo que aprovecharán cualquier instante para capturarte y no lo pienso permitir.-dijo tomándola de la mano, a pesar de la diferencia de altura, pues Mirtha en forma de Kazemon era bastante más alta que en su forma humana.-¡Quédate detrás, de mí vamos a rematar a ese Yasyamon!-dijo Kazemon preparándose para un ataque final cuando unas pisadas parecieron acercarse, los soldados que alertó ese malnacido. No tendrían el tiempo suficiente para huir.
-¡Rebecca, súbete a mi espalda! Así si te quieren coger tendrán que pasar antes por encima de mi! Y ya de paso, también podré luchar si es preciso...-le pidió Kazemon a Rebecca mientras se trataban de ocultar a su vista algo inútilmente, tras una de las casas que había por allí, distinta a la que se ocultó el otro digimon.
Cuando el Gladimon apareció ante ellas, Mirtha tuvo que luchar para contener la risa, pues se había pensado que vendría Slashangemon o un ejército de knightmon y que de repente apareciera esa bola de acero con ojos, le pareció muy gracioso y se tuvo que tapar la boca para no reírse abiertamente(al menos en su forma digimon, tenía más sentido del humor que como Mirtha y también lucía menos amargada).
Kazemon escuchó las palabras de Rebecca pidiéndole una oportunidad para largarse.
-Sí, creo que tienes razón, vámonos-Mirtha salió un poco de su escondite para estirar las alas, saltar y pirarse volando cuando le sobresaltó la voz de Gladimon al descubrirlas. Sin embargo, el bichejo parecía amistoso así que Kazemon tendría que buscarse alguna excusa para quitárselo de encima. Mirtha pensaba directamente patearlo y largarse de alli pero su digimon la contuvo, pues a lunamon le divertían las palabras de aquel bichejo, sin embargo fue la joven la que tomó la palabra.

-¡Déjate de halagos, Gladimon y déjanos en paz, tenemos prisa! Tu objetivo se ocultó en aquella cabaña el muy cobarde, ¡vete a por él!-le dijo Mirtha señalando a donde estaba yasyamon lo más educadamente que le permitía el control de su digimon. Sin embargo, cuando ya se daba la vuelta para irse, obedeciendo a lo que le decía Rebecca y también a su propio criterio aunque no al de Kazemon, el gladimon pareció percatarse del colgante de Rebecca y ese digimon fue corriendo a cogerla (si ella no estaba en su espalda todavía, Kazemon la agarró con fuerza y se la puso a la espalda).

-¡Aparta tus manos de pulpo, gusano!-Kazemon asió a Rebecca con fuerza, se movió de tal forma para evitar que Gladimon se sobrepasara y  le pateó con una coz adornada de corrientes de aire, lanzándolo lejos cual pelota de fútbol.-¡Ahora, larguémonos de aqui de una santa o siniestra vez como gustes!-dijo Kazemon agarrando fuertemente a Rebecca como una madre que lleva a caballito a su hija e intenta que no se caiga. Tras esto Kazemon alzó el fuelo y se alejó en el firmamento hasta su siguiente destino, mascullando solo para que su "protegida" le oyera.
-¿Por qué esos malditos digimon sagrados odiarán tanto a la gente de la zona oscura como nosotras?