Cristales Gemelos [Libre][evento/cap]

En la base de los US, Gatomon y yo leíamos tranquilamente en la biblioteca. Yo me estaba quedando dormida leyendo un libro de por lo menos 1000 páginas acerca de la formación y la larga trascendencia histórica del clan. Algo aburrida miré a ver qué hacía mi compañera, parecía absorber con la mirada toda la información de un libro con un extraño emblema en su portada. Intrigada me acerqué a ella.

-¿Qué estás leyendo con tanto interés, Gato?-miré por encima del hombre de mi gata y vi fotos de digimon con armaduras haciendo poses sexys.

-Oh Ashe! Es una novela fascinante! te habla de todos los Royal Knight!!-Tras la descripción de mi digimon encajé el emblema de la portada con el símbolo del clan de los RK, sin embargo creo recordar q mi gata no es muy dada a la lectura como yo y esa mirada lasciva en sus ojos, no me dejaba lugar a dudas...

-Gatomon, querida... una cosita... de verás estás leyendo el libro o solo te estás deleitando con los parientes de Ulforce? ¿De que va el libro, a ver?-le dije con suspicacia

-Oh pues cuenta la historia de los RK de sus armaduras, de su actitud tan varonil de su...-mi digimon mentía fatal asi que le quité el libro y le di una colleja.

-Gato! estamos aqui para intentar buscar información para subir de rango en el clan, q aunque tenemos el nivel ultimate aun seguimos siendo soldados y quiero conocer a los 12 olímpicos!! No para usar los libros como si fuera el Play Girl, pervert!!-la reñí

-Ay Ash! Es que leer es aburrido y aquí hay pocos digimon guapos a los que acosar... al menos ahora, todos los digimon guapos buscaron habitaciones lejos de la nuestra...-se lamentó Gato

-Quizá si no les acosaras por la noche, tendríamos más amigos en el clan...-de repente nuestra conversación fue interrumpida por Blurr que vino a buscarnos.

-Ashe, ven! Están reuniendo a todos los soldados, parece que el clan anda revuelto por algo, vamos!-dijo Blurr ignorando como siempre a Gatomon.

-Ya vino el chucho sarnoso a aguar la fiesta...-Protestó Gatomon.

-Anda vamos, Gato! Lo mismo es importante-dije tomándola en brazos hasta que se colocó en mi hombro como si la llevara medio a caballito, una postura que ultimamente le gustaba adoptar con tal de no andar por si sola.

-Bantyoleomon, está buscando a gente para una expedición o no se qué... quizá asi podamos subir de rango en el clan, Ashe-me comentó Blurr emocionado por emprender alguna misión con nosotras mientras íbamos a la sala de reuniones.

En la misma parecía haber diversidad de opiniones, por lo que pude escuchar algunos decían de ir a noseque ruinas relacionadas con los RK y otros que parecían querer arremeter contra los caballeros santos, o eso pude llegar a entender. Aunque cuando llegamos los 3 allí parecían haber llegado a un acuerdo para ir a investigar las susodichas ruinas.

-Tenemos que elegir cuidadosamente las tropas que llevaremos allí... Tampoco podemos permitirnos perder unidades.-comentó Bantyoleomon. Tras eso todas sus miradas se volcaron en nosotros y ahora mismo todavía no se por qué razón nos mandaron a estas ruinas hacia las que nos encaminamos.

-Me da que nos usaron como conejillos de indias, Ash...-comentó Blurr mientras cargaba con una mochilita con un pequeño kit de supervivencia.

-A ver... nos gusta la aventura y demás pero... Gato podrías haberte ahorrado ir a la desesperada diciendo "Si vamos a ver a los guapisimos Royal Knight en acción contar con nosotros" Eso al menos se consulta, bruta! Te recuerdo que somos un equipo los 3!-protesté yo mientras Gatomon parecía ir en una nube apoyada nuevamente en mi hombro.

-Un equipo somos tu y yo, ese chucho solo es un acoplado, me espantará a los RK!!-se lamentó Gato

-A ver Gata salida, yo velo por la seguridad de Ashely mientras a ti solo parece importarte ligarte a un digimon guapo según tu!-se le encaró el strabimon.

-Acaso quieres pelea? Te recuerdo q t supero en nivel!-Gato se encaró también a Blurr

-Yo también llego a champion, idiota! y podría derrotarte cuando quieras!-dijo Blurr

-Callaos los 2 de una vez! Me parece que no estamos solos aquí...-dije yo algo asustada al oir pasos no muy lejos de nosotros, había una misteriosa bruma por el lugar que me ponía los pelos de punta y encima no podía ver a mi alrededor con claridad.

Puede que por casualidad o por cosa del destino, pero justo cuando el Digimundo empezaba a enterarse de las ruinas, el joven humano de pelo negro y su compañero Coelamon justo estaban por el área que pronto se sobre poblaría de aventureros. Su llegada a esta área fue prevista hace unos días, cuando recibieron de nuevo el recado de trasladar a un grupo de Gazimons problemáticos. Ellos conocían a este grupo en particular. En una de sus aventuras se los toparon como enemigos solo para que luego se volvieran amigos, o en el caso del Coelamon, adversarios/contrincantes. En ese entonces esa familia estaba afectando al vida de un pueblo de manera indirecta, aunque tampoco estaban dispuestos a ceder su nuevo hogar luego de tantos días buscando uno. Luego de su derrota el tamer volvió por ellos y les prometió encontrar un nuevo hogar para que ellos vivieran en paz…pero eso pronto parecería algo más fácil de decir que hacer. Por la actitud traviesa y maliciosa de los miembros de aquel grupo, les era difícil permanecer en paz con los demás Digimons del área y aún más con los pequeños poblados. Actualmente ya llevaban cuatro mudanzas en las cuales Rony y Carlos eran los responsables en re- localizarlos y pagar los daños que estos Digimons hubieran provocado. Se podría pensar que los conejos digitales estarían irritados por tantas mudanzas, pero la verdad ya se estaban acostumbrando, por lo que la irritación de seguir en este asunto era para el tamer y su Digimon, puesto parecía que sus “amigos” no eran capaces de comportarse adecuadamente…pero bueno Rony dio su palabra y pensaba cumplir la. Fue así como uso la base de datos de los Union Saver, clan al que ahora pertenecía, y localizo las áreas más deshabitadas del Digimundo, cuya primera opción era esta zona. En ese momento hubo cierta intriga en la mente del humano, sobre  la soledad de aquella área, en especial desde hace años…pero bueno debía ocuparse de este asunto para proseguir con su deber como miembro de los policías digitales.

-bueno creo que aquí vendría bien su nuevo hogar – estando parados frente a la orilla de un rio, en lo profundo del bosque – tienen comida, agua – al tiempo que señala los diversos arboles con frutos de sobra y muy variados - …y nadie para que molesten en millas – agrega Carlos con tono burlon y al tiempo que desvía la mirada. Rony le miro con reproche…pero en el fondo era la verdad, por ello eligieron un área tan alejada de otras formas de vida digital – como sea… el lado positivo es que tienen el bosque para ustedes – dice tratando de apaciguar cualquier molestia o indecisión que provocara el comentario de su camarada.

-jejeje, si parece que es un buen lugar – dice el líder de los Gazimon sabiendo perfectamente el motivo de la  elección de aquella localización – de ultima si nos aburrimos sabemos por donde está la ciudad, jejejejeje – dice otro de los integrantes siendo apoyado en risa maliciosa por otros miembros del grupo – ….por favor…no causen más problemas – desanimado y casi rogando a los Dioses. Durante el tiempo siguiente el grupo se dispuso a recolectar y preparar el material para construir un hogar para los Gazimons, nada muy llamativo, con una cabaña simple bastaría…pero cuando ya terminaron de preparar los tablones y estaban por empezar a armar el nuevo hogar de esta gran familia, el celular de Rony empezó a sonar – ¿sí? – Dice apenas atiende – si me encuentro allí ¿Por?...¡espera! ¿¡qué?! …pues solo hemos visto árboles y nada más…pues estoy solo con Carlos, si me mandan bits puedo contratar a unos amigos…ok empezaremos de inmediato – responde con diferentes ánimos pero en si con sorpresa ante las palabras que le decían por teléfono - ¿Qué paso? – se adelanta Carlos a la duda general, puesto parecía algo serio - *suspiro* parece que una ruina misteriosa apareció en este bosque – le responde – jejeje, así que por descarte nos mandan – dice contento su camarada, sabiendo que eso significaba encontrar pelea con algún adversario poderoso – sí, pero aún no tienen las coordenadas exactas – sin profundizar en más detalle puesto no había tiempo y Carlos no lo captaría completamente…y sabía que no le interesaba – así que necesitaremos su ayuda – dirigiéndose a los Gazimon que se les habían quedando mirando con curiosidad –jeje, no hay drama! – Dice el líder con risa y sonrisa amigable – en especial si nos pagaran, jajaja – agrega otro por lo que habían escuchado decir a Rony por el celular – jaja, si pero lo usaremos para conseguir los demás materiales para su hogar – Rony sabía que los Gazimon hubieran ayudado gratis, pero necesitaban los bits para su cabaña. Ante ese comentario del efectivo todos soltaron una risa o al menos una sonrisa animada e inocente…pero antes de empezar con la búsqueda Rony debía dejar algo en claro, por el bien de sus camaradas – bueno, necesito que se dispersen u busquen alguna ruina, procedan con precaución está confirmado que los Royal Kinght vendrán también por estas ruinas, además de otros enemigos peligrosos. Ustedes son neutrales y no habrá información que los relacione con los Union Saber, pero igual traten de no ser vistos. Solo observen lo que puedan y regresen a informar – con seriedad, puesto no quería perder a ninguno de sus amigos – solo necesitamos encontrar un camino a las ruinas, luego de ello regresen aquí y no se metan en problemas - Sin más que decir, los Gazimon afirmaron con la cabeza y se dispersaron con rapidez. Posiblemente esta era la parte más difícil para Carlos, tener que esperar a que regresaran sus compañeros para poder informar y con suerte guiar hacia las ruinas. Por lo menos en estos momentos era casi imposible toparse con algún adversario por lo que los Gazimon no corrían mucho peligro…aunque seguro en unas horas todo cambiaria.

Luego de un tiempo, varios Gazimon habían regresado sin nada que informar, terminadno por irritar a Carlos e impacientar a Rony, este último por estar contra reloj, ya que apenas supieran donde estaban las ruinas los Royal Kinght seguramente usaran sus portales para mandar suficientes tropas como para crear una barrera que detuviera a los demás clanes,  tamers y Digimons independientes. Por suerte al final uno logro llegar con buenas noticias. Aunque no hayo la entrada real, si descubrió parte de la ruina, un agujero en el techo de un área de al misma que parecía estar bajo tierra. Cuando llegaron con la ayuda de esa Gazimon, pudieron observar que el agujero era lo suficientemente estrecho para que tanto el tamer como su compañero digital pudieran pasar…aunque era algo imposible medir la profundidad debido a la oscuridad en el interior. Pero sin más tiempo que perder, el dúo se dispuso a usar unas lianas cercanas para poder bajar lo antes posible, con suerte el suelo no estaría lejos.  Así de apoco la oscuridad termino tragándolos, hasta el punto que Rony tuvo que usar su Digivice Ic para iluminar su camino hacia abajo…aunque tardaron menos de lo esperado en tocar tierra. Por su parte una vez le ayudo a bajar, la Gazimon regreso con su grupo.

-muy bien, ya puede salir Carlos – le dice a su compañero que para ahorrar tiempo se había metido en el Digivice. Entonces una luz que salía de la cámara del dispositivo, regenera la data del Digimon, liberándolo de su “prisión”, según él le decía –¡¿hee?! ¿Por qué volviste a tu forma Rookie? – algo confundido, puesto lo había metido al IC en nivel champion –¿¿¡¡¡qué??!!! – sorprendido y algo asustado al mirar su cuerpo y percatarse que por algún motivo volvió a su forma Rookie - ¿yo nunca baje de nivel? – Ahora algo molesto – Gizamon evolution aaaaa... Coelamon – intentando evolucionar pero sin éxito – aun sigues igual – le dice a su camarada que había cerrado sus ojos con fuerza durante el intento  - ¡¡¡¡haaaa!!!! – grita horrorizado por el hecho, volviendo a intentar una y otra vez, pero sin resultado - ¡¿NO ME DIGAN QUE VOLVI A PERDER LA EVOLUCION!? ¡¡¡Sabia que debía entrenar más esta semana!!! – grita lleno de miedo, molestia y depresión –ya ya, tranquilo Carlangas – trata de calmarlo indicando que se calme también con sus manos – estoy seguro que no eres tú, deben ser las ruinas – logrando que se calme un poco al escuchar las últimas palabras – cuando te materializaste la luz que emanaba tu data ilumino el techo y este está a uno o dos cabezas arriba nuestro,  eso no concuerda con el tiempo que estuvimos bajando – ilumina con su IC  el techo en sus cabezas y este no poseía el agujero por el cual entraron. Fue entonces que Carlos logro calmarse completamente, y fue remplazado por intriga– estas no son ruinas normales.


Off: las ruinas son normales en la planta baja donde estaban los de inc ahora desaparecidos, pero al pasar al subsuelo o sótano, adquiere los efectos de las torres oscuras, evitando evolución y además obligando a pasar a una etapa de nivel Rookie; claro también una vez en el subsuelo no se puede salir, los caminos usados para ingresar desaparecen detrás de uno y son remplazados por una pared y/o techo.

"Los rumores parecen ser ciertos." Pensó Elluka en voz alta. Estaba cumpliendo su trabajo como nueva Sub-Oficial de la tropa Huntress Moon de los Union Saver. ¿Cómo llegó ahí? Todo inició esa mañana en la que se aventuró a la base principal de los Union Saver. Buscaba información sobre sí misma inicialmente, pero desde que le comentaron que solía ser soldado de dicha organización, necesitaba reportarse como viva. Al principio dudaban de ella y su historia, posiblemente pensaban que era una espía del Chaos Empire. Una vez que le creyeron, probaron sus habilidades. Era más que cierto el hecho en el que había crecido no sólo en apariencia sino en poder también. Dados sus conocimientos de supervivencia en situaciones extremas -Como lo fueron vivir tres años en un lugar maldito- fue ascendida como aprendiz del Oficial de la tropa encargada de los terrenos difíciles y el rastreo continuo... Cazadores. Los rumores de una nueva superior corrieron rápido entre los miembros de la organización, antes de darse cuenta ya era una especie de Idol debido a su apariencia de modelo, princesa, o como lo prefieras ver. Elluka lo veía como algo normal e incluso le agradaba llamar la atención, pero el trabajo era trabajo.

Su primer encargo fue acompañar al Oficial de la tropa en una misión de dueto. Parecía que una extraña actividad fue registrada en una caverna aparentemente importante, y que pasó por debajo de los faroles del conocimiento público. Estaba claro que los Royal Knight no querían nada con nosotros, puesto el perímetro estaba rodeado por soldados en armadura de caballero. Sin embargo, era una situación que no se podía dejar pasar así como así, debían tener un registro de la actividad sin ser descubiertos. Se separó de su oficial en un acuerdo mutuo por buscar una entrada alterna que no estuviera cubierta ya por el medieval clan. La joven mujer corría sigilosamente por entre las rocas y evitaba la poco frecuente maleza del área de la meseta. Su cabellera adornada con una flor azul ondulaba con los pasos veloces y gráciles de la mujer. Iba vestida con un uniforme militar femenino blanco. La minifalda era a tablones y terminaba en un borde dorado. Sus torneadas y largas piernas estaban cubiertas por unas medias oscuras que eran atravesadas a la mitad por una sola franja dorada. En su pecho llevaba un prendedor que hacía juego con el adorno de su cabello. "Ser cazadora no quiere decir no ser femenina." Era el pensamiento que tomó para vestirse. Portaba su digivice blanco con detalles de plata en la mano, por si acaso necesitaba huir del medieval clan.

Se detuvo en seco al divisar a un muchacho entrando a la cueva con un digimon que nunca había visto antes. El muchacho le parecía familiar ¿Lo habría visto alguna vez en la base? Si sabía de la locación del lugar y lo conocía de algún lado, probablemente era un Union Saver actuando por su cuenta... O por lo menos no era un Royal Knight, si lo fuese, traería el uniforme puesto. Definitivamente no era de su tropa, podía asegurarse de ello puesto tuvo una convivencia de bienvenida con sus soldados. No debía dejarlo actuar solo, pero parecía que había logrado encontrar una entrada por su cuenta. Sería irresponsable de su parte no seguirlo, por consecuencia tomó la decisión de transformarse en digimon y vigilarlo. De su mano apareció un lazo redondo de datos y lo juntó con el elegante aparato en su mano en un movimiento suave y agraciado.
-DigiSpirit... -Murmuró para sí misma y no hacer un escándalo. -Evolve to... -Prosiguió mentalmente y su perfecto cuerpo femenino se iluminó por completo en un pequeño destello y adoptó la forma de un conejo humanoide color blanco y detallado en un azul púrpura con un antifaz de plata que se sujetaba por un par de lazos rosados. -Lekismon. -Finalizó y dio un salto largo hacia la entrada de la caverna. Al entrar, sintió como la fuerza del DigiSpirit humano se fue de su cuerpo y regresó a la normalidad. -¿Ah? -Miró alrededor de la cueva. Era angosta, pero no había ni un tipo de aparato que pudiese forzar dicha transformación. Miró su digivice con una expresión horrorizada. Comprobó que el espíritu humano seguía allí y suspiró. Trató de transformarse una vez más, pero una extraña fuerza no dejaba que el lazo de datos y el digivice se juntaran. Se rindió y dio una mirada al lugar. Ya no había salida. Se removió un poco, definitivamente eran una ruinas extrañas. Continuó bajando por el túnel a paso apresurado, alcanzando al Tamer que había visto antes y a su compañero. El lugar era oscuro, pero sus ojos azules iluminaban una pequeña parte de lo que había hacia adelante con la luz de los datos que fluían por ellos... Un efecto secundario de su estadía en él Área oscura, y su uniforme blanco se podía apreciar lo suficiente. -¡Ustedes! Identifíquense. -Exigió acomodándose el cabello con un solo ademán.

Off: Quien no se sienta con ganas de leer tanto, que salte al .*.*.*. para empezar ya directamente en el camino a las ruinas. El resto son escenas previas.

Floramon acunó entre sus manos pétalo las semillas del rosal, como si sostuviera cristal frágil y reluciente, y se agachó para enterrarlas en aquel lecho de tierra, que le servirían de protección, hasta que pudiera ofrecer sus hermosas y cándidas flores al cielo. Se decía que aquella tierra que se estaba utilizando para restituir la vegetación del Great Park provenía expresamente de un paraje bendecido por la propia Ceresmon, o eso aseguraban las leyendas, pues aquella tierra tenía el poder de revivir cualquier terreno, no importaba qué tipo de calamidad hubiera sufrido, e incluso le otorgaba un inusitado esplendor a los frutos y flores que volvieran a crecer. Tamaña destrucción, que había dejado la Ciudad derruida y que había segado la vida de la mitad de la población, necesitaba este tipo de remedios. Pero como el resto de Ciudad Central, la reconstrucción se hallaba en sus fases finales, en gran parte por el esfuerzo puesto por los U.S y los ciudadanos. Leonardo y Floramon sólo habían sido dos de una larga lista de voluntarios. Aunque como agentes del North Shield Tortule sus tareas se limitaban a patrullar la zona norte del digimundo, el compromiso moral no les había permitido quedarse ajenos. No hubo ningún problema y dado que Flora era alguien a quien le gustaba la jardinería, se le había encargado la zona del Great Park, cuya vegetación había muerto. Leonardo sabía que probablemente si le habían dado esa tarea a un simple soldado era que, gracias a haber luchado junto al deva Caturamon y que éste la hubiera juzgado como alguien valiente y capaz, había llamado la atención de algunos.

Aunque ya había pasado algún tiempo, Floramon y Leonardo habían creído conveniente hacer un tributo a los caídos. Creyeron que plantar un rosal, sería un buen gesto, para no olvidar a aquellos que un día habían tenido que sufrir tiempos oscuros. También era una disculpa por no haberles podido salvar. Y un gesto de esperanza, para que aquellos que habían caído fueran testigos de que oscuridad y destrucción no era lo único que esperaba al mundo. Así pues, aquella mañana se levantaron muy temprano para encontrar el parque vacío y rendir un minuto de silencio honorífico sin que nada los interrumpiera. El lugar elegido para plantar el rosal era una zona discreta, pero bonita. Duró más de un minuto, pues, tenían muchas plegarias y deseos inresumibles para aquellos que ya no estaban. Sin embargo Leonardo no pudo evitar girar los ojos hacia compañera cuando consideró que había sido tiempo suficiente, consciente del detalle del cual se había percatado; mientras Flora enterraba las semillas, una lágrimas solitaria fue el primer líquido que las alimentó. Floramon tenía una mirada brillante por las lágrimas que se reunían y que sus ojos aguamarina encarcelaban. La digimon estaba perdida en sus pensamientos preguntándose si de ser una combatiente habría podido salvar alguna de esas vidas a las que rendían tributo. La digimon no quería obligarse a sí misma a herir a otros, por eso le deagradaban las luchas. No le importaba si la otra criatura era vil, simplemente, su corazón era frágil para infligir dolor a otros. "¿Puede ser que esta fragilidad haya costado la vida a otras personas? ¿Puede ser que mi frágil corazón haya creado efectos negativos?" se preguntaba, llevándose las manos al pecho para palparse su débil corazón. Una mano sobre los hombros hizo que la digimon prestase atención a las palabras de Leonardo:

-Déjalo ir si lo necesitas, Floramon.

Floramon liberó las lágrimas de sus ojos, aferrándose más fuertemente el pecho tratando de controlar su respiración agitada, sollozando y agachando la cabeza mientras emitía sollozos, que aunque silenciosos, eran fruto de un llanto sincero. Lloraba como pocas veces hacía, pues casi nunca exhibía tener sentimientos y emociones fuertes, y eso era señal de cuánto le pesaba todo lo que se preguntaba. Ni siquiera Leonardo, que era la persona con la que más convivía, había podido verla llorar así, si no contaba esas veces en las que quería creer que ella había llorado. Leonardo era de los pocos capaces de ver a Floramon fuera de ese papel de muñeca de porcelana bellísima con movimientos perfectos y educados; sabía que la digimon era más insegura -que incluso Luna, pensaba él, pero el caso es que Floramon tenía una actitud muy diferente-, que era, en definitiva, humana, en el sentido sentimental de la palabra. Tenían una relación lo suficientemente estrecha como para saber que Floramon lo guardaba todo muy hondo, y cada vez entendía más a Floramon; había aprendido mucho a partir del tiempo en silencio que había pasado a su lado, cuando no hubo más remedio que forzarle a renacer para evitar que la energía del Digivice oscuro le matase por completo y renació en un digitama. Floramon cuidó del digitama incansablemente, ni siquiera le dejaba solo, alegando que Leonardo seguía allí, incluso si era bastante seguro que quien nacería de ese huevo ya no recordaría nada de lo que fue. Que recobrase toda su memoria tras renacer era un milagro que Floramon había creado al no dejarle morir en espíritu. Ella le había tratado imnumerables veces heridas físicas, pero que hubiera cuidado así de su espíritu era algo que no podía pagar ni con la mayor de las dedicaciones. Le debía cuerpo y espíritu. Era por eso que notaba una aguja espinada al pensar que había hecho cosas que le había dado motivos para llorar así. Era por eso que, aunque algo le decía que era lo mejor y lo que debía hacer -¿cuánto tiempo había guardado aquello? Ya hacía tiempo de la KP-, dejarla llorar horas si hacía falta. Pero verla llorar sin hacer nada era más de lo que podía soportar. Le rodeó los hombros con el brazo, respetuosamente.

-Vamos, Flora, vamos. Tranquila.

-Lo lamento-se disculpó ella, avergonzada de sus propias lágrimas, y diciéndose que quizás todas esas personas que la habían calificado como un digimon doméstico y nada más llevaban razón. Floramon era lo que muchos calificaban despectivamente como un simple digimon doméstico, alguien que tan sólo había oído sobre grandes matanzas y crímenes en televisión, como historias lejanas. Inclusive, a pesar de ello, no había cedido a la historia cuando la situación de peligro se había presentado. Pero sencillamente, había personas que no estaban acostumbradas a lidiar con la muerte, y eso no las hacía por defecto peores personas. Para Leonardo y para su orden de cosas, la muerte era algo normal, no feliz por supuesto, pero algo usual en cierta medida; a manos de otros digimon, a manos de las inclemencias… todo fruto de la vida que había llevado muy distinta a la de su compañera. Para Flora era diametralmente lo contrario; la muerte era lo horrendo, lo anormal, algo que no debía existir en su mundo.

-No importa, Floramon. Estás asustada y triste, es perfectamente normal. Floramon, sé que estas cosas que pasan son muy terribles, pero es para evitarlas que nos convertimos en U.S, ¿recuerdas?

Asintió, secándose los restos de las lágrimas entre sus párpados con la punta de sus manos flor, pero con decisión en el gesto. Leonardo se dijo que era lo más loable y encantador de su querida y amada Floramon; incluso entre el gesto conmovedor de llorar de tristeza, se podía ver la determinación que tenía para enfrentarse al miedo. Así que le sonrió dulcemente y se agachó para apoyar ambas manos en los hombros de Floramon y mirarla:

-Haremos que este mundo sea mejor. Es nuestra promesa frente a ese rosal. Ahora, no llores más.

-De acuerdo. Lo prometo-ella miró hacia el lugar donde habían plantado el rosal, con esa mirada que tranquilizaba a Leonardo y le recordaba que ella podía cuidarse sola, la mirada de alguien fuerte en la que arraigaba una promesa. Tras unos instantes, la mirada de la digimon se dulcificó-Gracias, Leonardo-kun.

Leonardo apartó rápidamente las manos de los hombros de Floramon, mientras negaba con la cabeza, indicándole que no necesitaba que se lo agradeciera.

-El resto de agentes están a punto de llegar. Queda muy poco para que Great Park vuelva a cómo era antes. Hoy de hecho, traen los sacos de tierra que faltaban para repoblar de flores la zona alta del parque-le dijo, poniéndose en camino, musitando todo esto con cierto nerviosismo. Como siempre hacía, esperó a que Floramon comenzase a caminar para comenzar a andar a sus espaldas.

Lejos de allí, de hecho en el mundo humano, Luna tocó el timbre de su propia casa. Recordó que Leonardo no estaba para abrirle y regañarle por el hecho de que no se le habían olvidado las llaves sino que le daba pereza buscarlas entre sus libros y apuntes. Esta vez tuvo que hacerlo.

-¡Estoy en casa!-nadie respondió. Leonardo y Floramon, normalmente la saludaban cálidamente, y solían esperarla a ser posible a la hora de almorzar y demás, pero ya le habían advertido que probablemente ese día no podrían estar allí por compromisos con el clan-Por supuesto…

No oír las voces de los digimon que se habían convertido en su familia le traía malos recuerdos; de niña, había llegado tantas veces de la escuela sin que nadie la esperase. Le daba envidia ver a los otros niños reuniéndose con sus padres a la salida del colegio. Nunca había tenido muchos amigos con los que llenar su casa. Se frotó los brazos, aquel frío anunciaba tristeza. Y lo habría sido de no toparse con una nota de Floramon donde le recordaba que tenía un bento en la nevera. Sonrió y corrió a buscarlo. Inclusive estaba envuelto con gran mimo. Sonrió ampliamente al verlo.

Así que aquello era tener madre.

-Huele que alimenta…-dijo aspirando el aroma. “Bien, esto merece que me ponga cómoda” se dijo, frotándose las manos. Fue a su cuarto a dejar la cartera, y se tendió en la cama por un momento, que se extendió por una hora por quedarse dormida allí mismo. Se despertó una vez, sobresaltada porque su cuerpo le decía que se había quedado dormida teniendo cosas que hacer, pero no era así, así que siguió durmiendo inmediatamente. Sin embargo, la siguiente vez en la que se despertó, el tono del timbre de su móvil era muy real. Saludó con un “Tsk” a Travis, que ya esperaba palabras poco amables de Luna por despertarla. En menos de media hora, ella estaba en camino a Ciudad Central a través de la red de Trailmon, una línea exclusiva para los agentes que permitía que se personasen en menos de diez minutos, y una vez en la base se encaminó directamente hacia el despacho de Travis, que la esperaba con una taza de chocolate caliente y una tostada sobre el escritorio de su oficina, que probablemente había pedido en cafetería.

Luna los miró como si fuera la primera vez que veía unos.

-¿Qué es esto?

-Una disculpa por despertarte, perezosa-Luna puso gesto de incredulidad, por el hecho de que ella no había mencionado aquello, pero Travis atajó la pregunta con esa sonrisa tan característica de completa confianza en sí mismo, acompañándolo con un gesto para que Luna tomase asiento mientras que él se sentaba al otro lado del escritorio-¿Has comido algo en toda la mañana?

Luna negó con la cabeza, y Travis miró la tostada, a lo cual Luna entendió que podía empezar. El castaño se quitaba la chaqueta de uno de sus usuales trajes y estiraba levemente los brazos.

-Supongo que no sólo me has traído para esto.

-Tengo que cebarte para la próxima Navidad-bromeó. Trató de quedarse con un trozo de tostada, pero Luna consideró que para devolvérsela no se lo permitiría. De todas formas bromear así el uno con el otro era parte de la manera de comportarse que tenían-Supongo que si sólo crees que te traje para que desayunases gratis o para deleitarme la vista es que no te has enterado.

-¿De qué?

Travis se quedó en silencio y tras unos segundos emitió una risita.

-Eres un caso, todo el clan revuelto, y tú sin saber nada. A veces me pregunto si vives en el mismo lugar que el resto del mundo.

-¿Vas a dedicar mucho tiempo a reírte de mí y eso, o me contarás qué pasa?-musitó ella, algo molesta. Pero estaba acostumbrada a que Travis pareciera proponerse hacerla rabiar. Pero también se proponía alegrarle un poco si le pillaba de camino.

-Bueno, el tema es serio, realmente.

Luna sabía cuándo Travis dejaba de bromear. Él sabía divertirse. Pero era ese tipo de persona que dejaba muy claro en qué momento tenía que reír o no, alguien que era capaz de separar muy bien su yo más profesional con su verdadero yo. Esto despertaba en Luna cierta desconfianza hacia él, que se reñía con el caer en la simpatía natural y el carisma del castaño. Pero le era imposible aceptar del todo cómo él podía ser frío en sus decisiones incluso si implicaba a las personas que consideraba importante.

-Verás, ha aparecido una profecía que habla de algo que va a suponer la destrucción de los Royal Knights. Esa amenaza tiene que ver con los Chaos General, de los que se dice, hicieron que desaparecieran los Antiguos R.K. Con esta profecía, también se ha descubierto, en algún punto de las Zonas Verdes, unas ruinas nunca vistas hasta la fecha, así que es muy probable que esa amenaza para los R.K duerma en ese lugar. Además, el C.E está lanzando ataques simultáneos a diferentes puntos del mundo digital, como una medida para distraernos de las ruinas; algo hay.

-Espera, ¿qué? ¿Cómo...?

-Eso que te he comentado, es lo único que se sabe-cortó. A Travis no le gustaba perder el tiempo con preguntas que no tenían respuesta.

-¡Hay que hacer algo!-Luna pensó automáticamente en todos sus conocidos de los R.K, y sobre todo, en Sigrun y UlforceVeedramon. Se imaginó que Flora estaba severamente preocupada por la idea de que una amenaza así estuviera cerniéndose sobre los R.K y por extensión sobre los miembros que conocía, y en particular, sobre UlforceVeedramon.

-Hay cierta disonancias en cuanto a qué hacer. Bueno, entre nosotros, es un eufemismo para decir que probablemente, dado a cómo está el clan, cada jefe de división decida si actuar y lo hará bajo su juicio-Travis añadió, frunciendo el ceño y masajeándose el entrecejo con gesto cansado, al acordarse de cuánto papeleo burocrático y carga de trabajos le suponía.

-Si técnicamente no hay órdenes, ¿qué haremos nosotros? ¿Nos… nos involucraremos?-Luna sentía una lucha interna porque su mente veía en ambas respuestas puntos bastantes razonables, sin embargo su mente no dejaba de vagar en Sigrun y Zereck. También en el jovencito Draco. Sintió dentro de sí el pulso entre su miedo y su integridad moral.

-Es lo que quiero que decidamos. Obviamente, tenemos que actuar. Floramon lo hará por su cuenta si nos negamos, y prefiero enviar a un equipo completo que a una soldado sin tamer-Travis apoyó los codos sobre la mesa, mirando a Luna, que desvió la mirada, intuyéndose que el fuerte sentido de lo correcto de Floramon era algo con lo que tenían que contar para bien o para mal.

-Entonces, tenemos que coordinarnos con los R.K para destruirlo y…

Travis hizo un gesto a Luna para que se quedase tranquila y sin hablar. Luna notó que todo el fuego interior de Travis daba paso a un gélido páramo helado y una mirada que, podría haber jurado, era igual que descarnada y muerta que la de su propio padre, y por eso sintió que no le salía la voz.

-Si la aprovecháramos, dispondríamos en nuestro arsenal un arma capaz de destruir a los R.K si ellos deciden iniciar una guerra contra nosotros o el mundo humano. Amedrentará a los C.E-Travis añadió, más bajito, caso para sí-Incluso podríamos borrar del mapa a Digital I.N.C y terminar con todos ellos, sin excepción y de un plumazo...

-¿Qué… qué estás diciendo?-preguntó Luna, incrédula. ¿Perpetrar una matanza contra todo un edificio, sin hacer distinciones? Luna no podía creer lo que oía. Le dolía confirmar sus sospechas de que Travis, era capaz de quedarse desprovisto de cualquier tipo de sentimiento cuando decidia que debía mantenerse con una actitud profesional.

-Estoy diciendo que, tenerla disuadirá a muchos de oponerse o intentar aprovecharse de que actualmente el clan está a poco de perecer si alguno de los demás decide abalanzarse sobre nosotros. No habría más fenómenos como la Kimera Party.  

Esa última frase era alentadora, había pasado mucho miedo durante el ataque de las quimeras. Pero a Luna se le vino a la mente la guerra que podría provocar el terror entre los clanes, y al fin pudo reaccionar, y lo hizo como si hubieran teñido de rojo su razón.

-¿¡Tú crees que si tiene poder para barrer con los R.K puedes contenerlo, sea lo que sea!? ¿O que es siquiera seguro tratar de hacerlo? ¿Y si se va de las manos y nos buscamos nuestra propia aniquilación? ¡Es demasiado peligroso!

-Es lo mejor para el clan. No tenemos mucho que perder, y nos ganamos ser la cumbre de la cadena alimenticia de los clanes, incluso metiendo en la ecuación a Digital I.N.C. No te preocupes, nos encargaremos de mantenerlo bajo control y lo estudiaremos hasta comprender todo de él.

Luna pensó en una posibilidad que no se le había cruzado por la cabeza, pero que era obvia. ¿Y si era un digimon? ¿Qué los iba a diferenciar entonces de Digital I.N.C, si retenían por la eternidad a un digimon para estudiarlo?

-Me preocupo porque no quiero que lidiar con algo fuera control que nos supera en poder. Eso… lo que sea que sea esa amenaza no es un juguete. Deja de actuar egoísta e incoscientemente-Luna añadió más seria-Y si es un digimon, no es ético, Travis. No lo es.

-A veces hay que hacer sacrificios por un bien mayor, como dije antes. Humanos, personales, y morales. Estoy dispuesto a asumirlos todos, si es por el clan-se limitó a decir. Luna notó que el chico comenzaba a pasarse un dedo por la palma de la mano donde estaba aquel tatuaje de un león rugiendo, mientras miraba hacia abajo, como si hubiera tomado un amargo trago. Luna se sintió tremendamente molesta por lo que significaba que el clan era su prioridad ante todo, no importaba lo que tuviera que condenar.

-Dime en qué te diferencias ahora de cualquier directivo de Digital I.N.C.

Travis se levantó súbitamente, con expresión de rabia contenida. Luna se echó hacia atrás en la silla, con cierto miedo, al ver que le había faltado poco para tirar la silla. Pero él terminó suspirando, y miró directamente hacia los ventanales, donde las persianas de oficina estaban levemente bajadas.

-Como siempre, respaldaré lo que hagas, si es que alguien pregunta.

Luna abrió los ojos, sin saber qué pretendía refutando lo que anteriormente él mismo había asegurado. Se sintió confusa y eso la hizo molestarse más, y ponerse tremendamente nerviosa. No sabía cómo se las apañaba Travis para ser la única persona que conseguía hacerla enfadar de esa manera, de tal manera que conseguía sacarle su lado más exigente. Le molestaba que, en definitiva, Travis parecía querer jugar a las escondidas, y eso no le gustaba lo más mínimo.

-No sé qué quieras hacer, no sé qué se te pasa por la cabeza...

-Dices que soy un egoísta. Si así lo crees, ¿qué sentido tiene que un egoísta haga otra cosa que no sea lo que él quiera?-respondió Travis con más calma, interrumpiéndola y cortando una discusión más acalorada. Aún así, la tensión se notaba en el aire.

Era tan palpable que tanto Leonardo como Floramon, que abrieron la puerta sin llamar, apresurados porque se habían enterado por los rumores en el clan de la profecía, que Floramon se echó hacia atrás unos pasos, sabedora de que Travis y Luna hablaban de algo importante. Leonardo, por el contrario, se metió en el despacho, con gesto defensivo, y se puso junto a Luna, con los brazos cruzados.

Travis volvió a sonreír como si nada hubiera pasado.

-Justo iba a deciros que viniérais.

.*.*.*.
No tenían las coordenadas exactas de dónde estaban las ruinas, pero sí se confirmaba que parecían estar por las Zonas Verdes, lo cual no era muy exacto. Paulatinamente, los bosques se convertían en un océano verde de selva impenetrable, por lo que habría sido un esfuerzo fútil si no fuera por un detalle; patrullas de R.K iban y venían, de la base a las ruinas, y viceversa. Era peligroso, pero hasta el momento, ellos no habían podido ser notados y habían conseguido establecer contacto visual con la dirección donde las patrullas de caballeros reales se internaban, cerrando algo más el círculo sobre la ubicación de las ruinas.

Sin embargo, todo se complicaba. Cada vez más R.K deambulaban, y aunque Suflowmon volaba bajo para ser confundida por las copas de los árboles, no tardarían en ser notados si no hacían nada.

-Aterrizemos. A este paso, nos descubrirán-aconsejó Leonardo, señalando una zona que parecía algo menos frondosa que podrían aprovechar para que Flora aterrizase-Más adelante la selva se hará tan densa que será imposible acceder desde el aire. Y aquí arriba, somos un blanco más fácil tanto como para ser vistos como para ser atacados.

Luna se estaba poniendo muy nerviosa, así que asintió. Flora comenzó a hacer una maniobra para prepararse perdiendo gradualmente altura para internarse en la selva. Sin embargo,  oyeron un sonido sobre sus cabezas, el de una gran bola de fuego estallar cerca, tanto que la onda expansiva desestabilizó a el vuelo de Sunflowmon. Luna notó cómo la digimon flor temblaba inmediatamente, y al no poder concentrarse en el vuelo, comenzaba a perder demasiada altura con demasiada rapidez. Luna no contuvo el grito que sí Floramon estaba guardando. Leonardo le dijo a la digimon planta, consciente de su miedo al fuego un "¡Tranquila!¡No estás sola!" mientras le acariciaba el lomo con una mano, y con la otra se aferraba al hombro de Sunflowmon, notando el viento golpearles en el rostro. El gesto del digimon lobo estabilizó a Flora por unos instantes antes de que otra bola de fuego cayera más cerca. Luna oyó que Flora emitía un sollozo, pero no cesaba de mover las alas, tratando de soportar lo mejor que podía la onda expansiva, que provocó que Luna cerrase fuertemente los ojos y se aferrase al cuello de Sunflowmon. Cuando la humana abrió los ojos tras el estallido, no vio a Leonardo. El vértigo la obligó de nuevo a cerrar los ojos ya que el ritmo al que Flora perdía altura era simplemente, apabullante, pero conseguía planear, haciendo un esfuerzo titánico por dominar la histeria. El fuego era lo único capaz de detener su calma. En medio de la confusión Flora giró la cabeza y preguntó angustiada: "¿Leonardo-kun? ¿¡Dónde se encuentra Leonardo!?", pero Luna no pudo responder, porque en el momento en el que Flora parecía haberse recuperado, hasta el punto de que Luna creyó que Flora estaba consiguiendo retomar altura, pero notó una sensación extraña bajo sus rodillas, la sensación de que el cuerpo de su digimon se desvanecía en una estela de datos, como un extraño cometa. Luna se notaba ingrávida entre ellos, pero sólo fueron unos segundos antes de darse cuenta de que pendía, únicamente, del cuello de su digimon. Abrió los ojos y se percató que la digimon volvía paulatinamente a su forma rookie, aunque, por suerte, la altura a la que estaban ya no pasaba de un primer piso, y no era una muerte segura. Luna notó que la agitaban como un batido. "A partir de ahora, prometo agitarlos menos fuerte" prometió, en medio de su confusión. Notó que un montón de manitas pequeñas le golpeaban y que pequeños cuchillos le arañaban la piel, pero no era más que las pequeñas ramitas y las hojas de los árboles a medida que buceaba entre sus copas. Luna notó un golpe fuerte en el cuello que la preocupó antes de perder la consciencia y caer como un muñeco de trapo al suelo.

Luna no supo decir cuánto tiempo estuvo inconsciente, aunque se dijo que no mucho, pues a pesar de la poca visibilidad a través de las ramas y las hojas, la posición del sol no parecía haber cambiado demasiado. Se alegró de que Leonardo le enseñase aquella manera de orientarse. Y tenía razón, sólo había estado un par de minutos inconsciente. Notó que tenía varios cortes pequeños en el rostro por el golpeteo de las ramas, y se llevó las manos a los riñones, pero no estaba seriamente herida, así que se puso en pie, algo preocupada por la suerte de Floramon y de Leonardo. No tuvo mucho tiempo para pensar, porque oyó algo aterrizar muy cerca, y estaba bastante segura de que podía ser aquellos que los atacó, así que empezó a correr. Miraba alternativamente hacia atrás, tratando de ver si su perseguidor estaba cerca. Se chocó con alguien, y cuando volvió a mirar al frente, se percató de que era Flora. La aferró de la mano y siguió corriendo. “¡Nos persigue!” exclamó la tamer a su digimon, que aunque parecía abrumada por el sobresalto estaba ilesa. La digimon corrió siendo arrastrada por Luna, aunque la tamer corría tan rápido que su resistencia -pues Luna no destacaba por su forma física- baja hizo que paulatinamente Flora fuera quien tenía que arrastrar a su tamer. Luna emitió una exclamación tratando de advertir a su digimon, ya que al adentrarse en un claro durante su carrera, vio que iban directas hacia lo que parecía, un agujero en el suelo. Floramon no se percató, y aunque Luna trató de tirar de Floramon, ambas se desequilibraron y se precipitaron al abismo, soltándose una de la otra. Luna durante la caída movió los brazos espasmódicamente, buscando agarrarse a algo. “Cualquier cosa” pensó, desesperada. Su mano, agarró algo más que aire. Su mano izquierda, en concreto, que encontró un saliente en lo que parecía una mezcla de pared de piedra con rocas y tierra desprendida y erosionada.

-¿¡Flora!?-Luna buscó con la mirada a su digimon, temiéndose que ella no hubiera corrido la misma suerte. Pero Flora, además de eso, parecía tener un agarre más sólido y además, estar ingeniandoselas para bajar poco a poco, utilizando una mano-flor y la liana procedente de esta como cuerda mientras se deslizaba hacia abajo ayudándose de la mano libre.

La sudoración de las manos de Luna junto con el resbaladizo musgo, hacía que la palma de la mano de la chica se soltase poco a poco. Arqueó los dedos en una garra, tratando de contrarrestar aquello.

-¡Floramon, sácame de aquí!-chilló Luna, notando que su agarre residía en los dedos, que para terminar de dificultarlo todo, le temblaban involuntariamente-¡Por favor, por favor, esto está muy alto y tengo miedo!

La voz de la lógica le decía que debía intentar no hacer movimientos bruscos, incluso si notaba todo el peso de su cuerpo colgando de un fino hilo, para evitar balancearse demasiado y desequilibrarse, pero los nervios lo la ayudaban. Y sólo tenía que mirar hacia abajo para saber que si caía sería el fin; no tanto por altura, sino porque lo que parecía ser la boca de la entrada a una ruina, estaba llena de peñas afiladísimas que la harían papilla.

-Luna, suéltate-la llamó la voz de Floramon. Luna musitó un “¿¡Qué!?” jadeante a lo que la digimon insistió con un “¡Confía en mí, por favor!” La tamer lo meditó unos instantes, y realmente habría preferido seguir agarrada, pero era imposible; cerró los ojos y abrió la mano, tratando de convencerse de que su confianza en Floramon era mayor al miedo que le producían los dientes rocosos de aquel monstruo que quería su vida.

Floramon posó sus manos flor sobre el suelo rocoso, concentrando sus energías, y haciendo que unas lianas se elevasen hasta la altura de diez metros (Stun Whip), recogiendo suavemente a Luna, y dejándola delicadamente en el suelo, sin un rasguño. La tamer, temblando de arriba a abajo, se sentó en el suelo y empezó a llorar por el susto que había pasado, que era parecido al llanto de un niño pequeño al caerse. Floramon se acercó hasta ella, con una sonrisa tranquilizadora para consolarla, y le tomó de las muñecas para que le enseñara las manos. Las yemas de los dedos estaban raspadas y tenían pequeños indicios de sangre.

-Sanaré esas heridas, ¿estás de acuerdo, Luna? Pero cesa tus lágrimas, el momento de peligro ha pasado. Has actuado de buena manera, Luna-le dijo, mientras los pétalos del cuello de la digimon comenzaban a iluminarse. Luna asintió, balbuciendo, y tranquilizándose poco a poco. Floramon alzó la vista hacia arriba al notar que no acumulaba energía con tanta rapidez como de costumbre, y se percató de que la luz del sol había quedado tapada por una gran piedra, que simplemente, parecía haber salido de la nada.

-¿Qué ha sido eso?-preguntó Luna, mirando también hacia arriba y percatándose del problema-¿¡No podemos salir de aquí!? ¡Estamos perdidas! ¿¡Y si no hay más salidas!?

Finalmente, Floramon recibió la luz suficiente para comenzar a emitir un polen que al posarse sobre los dedos de Luna, restituyeron las heridas de la tamer (Gaia Healing), mientras la digimon respondía con calma.

-No debes dejarte arrastrar por la sensación de pánico, Luna. Hallaremos una manera de encontrar la salida a este problema, y reunirnos con Leonardo-kun.

-¿Estará bien?

-Hállome segura de ello. Confío en su fortaleza, y le envío los mejores de mis deseos para que no se le presenten dificultades hasta que nos reunamos de nuevo-a pesar de decir esto, la mirada de Floramon se tornó levemente preocupada.

Luna observó el lugar, levantándose y caminando de un lado a otro mientras se mordía la punta del pulgar, bastante nerviosa, estudiando el lugar que ella juzgaba sería su tumba. Se trataba de lo que parecía una sala oval, con columnas derruidas y derrumbamientos de tierra que habían destruido la piedra lisa grisácea. Lo que ahora estaba sepultado por esa gran piedra parecía haber sido un tragaluz para aquella antesala que precedía a un pasillo, en tan mal estado como la estancia en la que se encontraban.

-¿Crees… que sean las ruinas que estamos buscando?-Luna rió, de forma nerviosa y amarga y se quejó-¿Cuántas probabilidades había, de todas formas?

-Ciertamente, es muy probable. Así pues, debemos comenzar a explorarlas, pues esa es parte de nuestra misión-Floramon se pasó las manos flor por las rodillas, como queriendo sacudir el polvo y los restos de tierra de su cuerpo.

-¿No sería mejor saber si podemos salir?

-La exploración nos permitirá resolver dicha duda.

-Pero esto tiene que estar… infestado de trampas. Nosotras no tenemos ni idea de desactivarlas. Leonardo al menos, es capaz de moverse entre ellas, y ayudarnos a nosotras a hacerlo. Si él estuviera aquí…-se lamentó la tamer. Floramon se puso en marcha, caminando hacia el pasillo-¡Espera! ¿Floramon, no me has oído? ¡Es peligroso!

-Soy consciente de tal peligro, Luna. Si Leonardo-kun estuviera presente, ciertamente, el riesgo sería menor. Pero desgraciadamente, debemos salir de este trance sin su ayuda. Yo no poseo esa capacidad que sí posee Leonardo, pero mi opción es servirte a ti como protección caminando en primera posición. Quedarnos aquí, no es una acción conveniente, por mucho que nos amedrente el peligro de este pasillo. Eventualmente, nos azotarán el hambre y la sed, y no podemos conseguir recursos para saciarlos en esta sala. Así pues, debemos continuar-ella explicó todo esto calmadamente, como si estuviera explicando el principio físico de la gravedad. Y Luna se dijo, que aunque no le gustaba y le asustaba, los argumentos de Flora tenían mucho sentido, así que se pusieron en marcha.



Por otra parte Leonardo había sido el primero en caer, pero se mantuvo medianamente calmado, tratando de afinar sus reflejos para poder aferrarse a algo, en vista de que había caído sobre las copas de los árboles. Asió una rama con fuerza, ignorando cómo las hojas de los árboles le hacían cosquillas a medida que se sumergía en ellos. De esta guisa, consiguió bajar sano y salvo. Sin embargo, le preocupaba que Luna y Flora, que claramente tenían menos reflejos que él, pudieran estar heridas, así que comenzó a buscar un rastro de la tamer o la digimon.

Le llevó un poco de tiempo, pero no tardó en notar zonas donde la hierba estaba muy pisoteada. Encontró también a varios digimon y sujetos que parecían patrullar la zona, probablemente, R.K. "Es lógico. Deben estar intranquilos ante esa profecía, así que probablemente no quieran a nadie husmeando" pensó Leonardo, tratando de moverse sigilosamente; la espesa jungla, lo ayudaba en esto, incluso si el sigilo no era su especialidad. Tampoco tardó en encontrar signos evidentes de persecución, la cual se terminaba en una especie de claro donde se podían ver restos de estructuras antiguas, como columnas, carcomidas por el tiempo. Al caminar por el claro, buscando el rastro, que repentinamente acababa allí, notó que había dejado de pisar tierra. Sí, a sus pies había musgo y césped, pero este no cubría tierra, sino piedra lisa como el mármol pero grisácea. Se agachó y arrancó un poco de musgo, palpando la piedra, para luego hacerlo con una de las columnas. "Parecen del mismo material" pensó, fijándose en las inscripciones. Volvió a agacharse sobre el suelo, extrañado de que el rastro se hubiera esfumado, y entonces, se percató de un símbolo. Era una línea recta, pero estaba trazada con más ahínco, así que la siguió mientras apartaba el musgo y la hierba de allí donde continuaba. Cuando terminó, pudo observar que era una especie de triángulo con los bordes redondeados, o más específicos; el símbolo que la especie Dorumon lleva en la cabeza. Sin embargo, Leonardo no lo reconoció. Su campo de conocimientos sobre los RK era tremendamente pequeño.

-Luna, Floramon, ¿dónde estáis?-se preguntó, golpeando el suelo con el puño, con cierta fustración. Se dijo que debía confiar en ellas. "Sí. Ellas no son débiles" se dijo con mayor ahínco. Se quedó pensando unos instantes. Si allí estaban los RK también lo estarían Sigrun y Ulforceveedramon... probablemente, ellos si encontrasen a Floramon y Luna no les haría daño, ¿o sí? No estaba para nada seguro. En lo que a él respectaba, los RK en última instancia, habían entregado su lealtad a Yggdrasil, con todo lo que implicaba.

Oyó pasos y se quedó alerta. ¿Las patrullas de los R.K?

Por fin entramos en las ruinas, un pasadizo extraño parecía como si accedieramos a un palacio de cristal, era muy bonito y brillante.

-Así que estas son las ruinas... Más que ruinas se me asemejan un poco a un palacio de hielo...-comentó Blurr

-Wow, Ash! Has visto el tamaño de esas estalagmitas? Imáginate si caes desde lo alto, te atraviesan como si de una hoja te trataras-dijo siniestramente Gatomon acariciando una de las estalagmitas que salían del suelo.

-Ay, Gato, calla! No seas tan sádica!!-dije yo algo asustada.

Caminamos durante un rato por ese pasillo, curiosamente mis dos compañeros parecían calmados aunque supuse que estarían alerta analizando cada rincón del lugar, estaba claro que unas ruinas tan antiguas no iban a estar desprotegidas así como así. Llegamos a una sala circular donde había dibujos en las paredes,  parecían muy antiguos como jeroglíficos donde aparecían extraños digimon con un triángulo rojo en la frente.

-¡Qué digimon mas extraños! Además de adorables... son como dragoncitos peludos, no me importaría encontrarme con un digimon asi de mono!!-dije analizando las pinturas, Gatomon se subió mi cabeza a analizar las pinturas conmigo.-Ay, Gato! pesas!!-protesté

-Cállate! Humm creo que esos digimon son dorumon, un digimon legendario que poseía el anticuerpo-X-explicó Gatomon

-Anticuerpo-X? que diantres es eso?-pregunté yo

-No estoy muy segura, pero creo que es algo que te hace más fuerte o algo asi...-dijo ella

-Chicas... deberíamos irnos pronto de aquí... tengo un mal presentimiento...-dijo Blurr

-Humm qué es esto? este triángulo parece estar más marcado que los demás..-dije analizando el trazo y dibujo de un triángulo rojo y decidí tocarlo, parecía tener cierto relieve...

-No, Ashely! No toques eso!!-Blurr se lanzó hacia nosotras pero cuando fue a detenerme pulsé lo que parecía un botón y el triángulo rojo se iluminó bajo la presión de mi dedo.

De pronto el suelo se abrió bajo nuestros pies y caímos, caímos, caímos, caímos... hasta que caí sobre algo blando.

-Uaaagghhh!! Estáis muy gorda..aass las doo..ooss!!-protestó Blurr con nosotras dos encima

-Lo siento, Blurr.. aunque... bueno gracias, podíamos habernos hecho mucho daño de no ser por tu colchón-dije quitándome de encima de él. -Humm Gato?-pregunté al notar que la presión que mi compañera ejercía sobre mi hombros y cabeza pareció disminuir.

-See estoy bien.. eh ... qué???-Gatomon se extrañó al mirarse y ver que había vuelto a ser Salamon

-Por qué volviste a ser Salamon?-dije cogiéndola en brazos.

-Juajuajuajuajuajua!-rió Blurr--Ahora eres todavía más patética jajajajjajaj!!! Quién es mas fuerte ahora eh?? jajajja-picó Blurr.

-Cállate! Salamon digievoluciona en... Salamon digievoluciona en... Gatomon...!!!-pero aunque lo dijo con todas sus fuerzas nada ocurrió.-Por qué no puedo digievolucionaaaar!!???-dijo ella lloriqueando-Con este birrioso cuerpo ningún digimon guapetón me encontrará atractiva....-protestó ella

Blurr seguía riéndose

-Anda no te sulfures, ahora eres muy adorable Salamon... será cosa de las ruinas, en cuanto salgamos volverás a ser la Gatomon de siempre y podrás acosar si quieres eh?-dije intentando animarla achuchándola contra mi pecho. Cuando vi que Blurr nos miraba con cierta envidia.

-Ashe si yo hubiera vuelto a ser wanyamon, me abrazarías a mi así también?-comentó Blurr con una gotita de sangre saliendo de sus narices perrunas.

-Cállate pervertido!-Salamon se lanzó contra el y le mordió las narices haciendole gritar de dolor.

Mientras ellos peleaban como siempre me di cuenta de que  había una luz a lo lejos. Y decidí ir a investigar...

-¡Quita!-Blurr apartó a Salamon de sus napias y me miró-Qué haces, Ashe?

-Chisst! Hay algo allí!-señalé hacia donde se veía una luz

-Cuidado, Ashe! puede que se trate de algún digimon malvado...-me alertó Salamon corriendo hacia mi lado

-No temas, Ashe le daré un buen susto con Garurumon, Strabimon digievoluciona en...ehh!!!??-se extrañó al ver que él tampoco podía cambiar.

-Idiota! Si yo no he podido hacerlo que te hace pensar que tú si podrías evolucionar??-le reprendió Salamon, Blurr se deprimió junto a la pared de las ruinas frustrado por haber caído en su propia broma.

Me acerqué a la luz con mis digimon alerta guardándome las espaldas y me sorprendi al ver lo que se ocultaba tras esa luz, un chico con poca ropa y una rana amarilla.

-Ro..Rony!!-dije ruborizándome un poco al verle.