Capitulo 1: Un nuevo mundo, una nueva historia... [LIBRE]

Era un día cualquiera, hacia no mas de 2 meses que me había mudado a la gran ciudad para ir al instituto. Me levante sobre las 9:30 AM como cada mañana, me fui al baño, me lave la cara, me cepille los dientes mientras dejaba unas tostadas haciéndose. Todo bien, sonó la alarma de mi móvil y significaba que ya tendría que estar en el metro, perfecto, llegaba tarde, así que escogí ir en metro, quien me diría que aquel día, todo iba a cambiar. Me vestí, cogí mis cascos y salí de casa corriendo con las tostadas en la boca, baje las escaleras desde el 3r piso a la planta baja corriendo como un poseso... Cuantas veces imaginaria que esa vez, podría haber sido la ultima vez que bajase esas escaleras. Llegue a la boca del metro casi sin aire, pique y baje las ultimas escaleras al metro, saque mi móvil y vi que aun no eran ni las 10 AM, por alguna razón, el móvil había echo sonar la alarma antes de su debido tiempo. Ya que tenia tiempo de sobras, cogí los cascos y me puse a escuchar música a lo que llegaba el tren. Pasaban los minutos y me empece a impacientar cuando, al otro extremo, vi un tren de extraño tamaño que no había visto nunca en la terminal de trenes, nunca pensé que ese tren cambiaría mi destino. Me levante y me apresure a tomar el tren.

Una vez dentro de el, me senté mientras seguía escuchando música. Nada mas sentarme, el tren inicio la marcha. Pasaron como 2 horas y aun seguía en el tren. Primero pensé que este tren salia a las afueras, cosa que era improbable, todos los trenes de la terminal son de metro y no salen a las afueras, entonces, ¿que pasaba? Me levante para poder ver por las puertas que es lo que había. Nada mas detenerme en las puertas, el tren paro y estas se abrieron. Cuando baje del tren... Me quede en shock... Estaba en la entrada de un bosque... delante del tren no había ni raíles, no se veían ni carreteras, ni ciudades ni nada...

-¿Q-qu-que esta p-pasando a-aquí?... ¡¿Esto es una broma o que?'-

Me dispuse a dar unos pasos atrás para volver a entrar en el tren pero, cuando me di cuenta, el tren había desaparecido. Mi mente estaba dándole muchas vueltas, no podía creer que estuviese de golpe en la nada sin a donde ir. Metí mi mano para sacar el móvil y al menos hacer una llamada para que me recogiesen. Cuando mi mano rozo mi "móvil", me di cuenta que mi mocil había cambiado su forma y su peso... Asustado y temblando, saque aquel objeto de mi bolsillo. Tenia aspecto de consola, pero por mas botones que pulsaba no reaccionaba ni hacia nada.

-Incomunicado, solo, sin nada alrededor nada mas que arboles y campo... T-tiene que ser una pesadilla... Solo me queda...-

Ya, sin saber que mas hacer, mi cuerpo empezó andar solo, lentamente adentrándome en el bosque que tenia delante de mis ojos. Era enorme, no se podía ver mas que arboles. Miraba hacía arriba y solo veía hojas, ni un triste rayo de sol conseguía penetrar en el follaje.

OFF: Si no te importa, me uniré a tu tema

ON: Vali Lucifer seguía recorriendo el vasto Mundo Digital. Ya tenía algo de experiencia en ese asombroso Mundo, lleno de posibilidades. Hacía no mucho que había conocido a Albion, el Espíritu Digital Dracónico que residía en su Digivice. El mismo espíritu, reencarnación de un legendario guerrero dragón, le otorgó parte de su poder que le permitió al chico transformarse en lo que parecía ser un niño ángel, llamado Lucemon.

Una vez te acostumbras, esto es genial...- mencionó Vali mientras volaba con su grupo de alas. Se encontraba internándose en una gran arboleda.

¡Ja! ¡Niño, tienes una gran capacidad de adaptación! Anda que me he encontrado a cada cazurro...- la voz de Albion resonaba dentro de la cabeza del semidesnudo ángel, que vestía unicamente una túnica ceñida.

Es una de mis especialidades junto a la música. En parte se debe a haber estado en tantas casas de acogida.- explicó brevemente mientras agitaba sus alas, paseando sus dos enormes ojos azules por la zona, inspeccionándola, observando una gran variedad de formas de vida digitales, Digimons, que vivían en la zona.

Tras volar durante un breve instante, pasando unas vías de tren, seguramente por donde pasaban los Trailmons de la zona, pudo ver a un chico cuyo cabello se camuflaba con las hojas de los árboles que conformaban ese hermoso hábitat natural. En su mano portaba un Digivice, como el que había recibido Vali en su momento.

¿Otro usuario de Espíritus?- preguntó Vali curioso, mientras una sonrisa traviesa se dibujó en su cara.

¡Acércate a él, niño! Puede que quiera ser tu amigo.- bromeó Albion mientras Vali podía escuchar su risa grave.

No pretendo conseguir amigos. Ya sabes cuál es mi objetivo.- cortó tajantemente el muchacho la risa de su amigo espectral, mientras descendía hacia el chico de cabello verde, tocando el hombro derecho de este desde atrás, llamándole la atención- Parece que te has perdido.- dijo colocando sus manos en su propia espalda, acariciando sus blancas y deslumbrantes alas llenas de plumas. Realmente no le interesaba ayudar a nadie, pero Vali era una persona curiosa por naturaleza... Asi que era normal que se preguntase qué hacía allí ese chico.

No me había adentrado mucho cuando, sobre mi hombro, note una mano tocándome la espalda. Mi primera reacción fue pensar si girarme o no, podría ser cualquier cosa, una bestia, una persona, un ladrón... Podria ser tantas cosas... Pero no tenia mas opción que girarme. Al girarme vi a un ángel de un tamaño medio, con unas alas elegante y majestuosas vestido con una toga blanca que tapaba gran parte de su cuerpo, contaba con cicatrices en su cuerpo parecidas a la de una civilización antigua.

-Ya veo así que era eso...-murmuré

Mi cabeza no paraba de pensar en otra cosa, de golpe aparezco en un lugar que desconozco, desaparece el tren, me adentro en un bosque y al poco tiempo, se me aparece ante mi un ángel. No cabía duda, todo el rato pensaba como "¿Bajando a las escaleras deprisa? o ¿Corriendo por la calle, un coche? o es que acaso... ¿Me caí en las vías del tren...? Eso quiere decir que...". Si de verdad estaba muerto solo me quedaba hacerle una pregunta a ese ángel.

-Si de verdad es lo que pienso que es... como fue... ¿como morí y acabe aquí señor ángel?-dije mirando seriamente al ángel

El chico convertido en ángel ladeó la cabeza extrañado, mientras el otro chico, el del cabello verde, le preguntaba si había muerto y de ser así, cómo lo había hecho y cómo había acabado en ese lugar. Vali no pudo evitar reírse a carcajada limpia, para después retirarse una lágrima del ojo derecho de manera delicada.

Eres divertido, muchacho. Estás en el Mundo Digital. Aquí hay criaturas de todos los tamaños y colores, incluyendo niños ángeles nudistas como yo- el ángel Digimon hizo como que se tumbaba en el aire, manteniéndose en el mismo, mientras observaba de arriba a abajo al chico, centrándose en su Digivice- Voy a andarme sin rodeos, eres un usuario de Digivice, concretamente del tipo que permite transformarse en un Digimon. Eso es lo que somos nosotros, Digimons.- se dijo señalándose a si mismo, aunque realmente no era una de esas criaturas, sino más bien un humano transformado en Digimon mediante el poder de su Digivice, que compartía el mismo diseño que el de aquél chico... Aunque esa era información que no desvelaría por ahora. Había aprendido que si era un Digimon era más fácil sobrevivir en el Mundo Digital... Además que, actualmente, no podía transformarse en humano aunque quisiera- ¿Qué son los Digimons? Bueno, somos criaturas formadas por código informático que viven en un mundo paralelo al tuyo, el Mundo Humano. Pero tranquilo, que no estás muerto. Además, si estuvieses muerto, ¿no creerías que estarías en un sitio que NO fuese un bosque? No sé, algo más sagrado, luminoso... Ese tipo de mitologías que os gustan a los humanos- dijo, interpretando a la perfección su papel de Digimon, mientras deshechaba la idea de otras religiones con su mano- Por cierto, me llamo Vali Lucifer, soy de la clase de los Lucemon. Lucifer ¿verdad? Curioso apellido para un ángel, siendo éste un enemigo de los ángeles cristianos ¿verdad? Al menos eso es lo que pone en vuestros relatos.- su papel se basaba en un Digimon que sentía curiosidad por el Mundo Humano, ni más ni menos... Aunque si que era cierto que su apellido estaba sacado de los relatos judeocristianos, puesto que ninguna de las familias de acogida por las que había pasado le habían dado su apellido. Quería comprobar si ese chico sabía cambiar de Humano a Digimon y viceversa a voluntad.

¿Siempre te aprovechas así de la gente?- preguntó Albion desde el interior de su cabeza, dibujando la figura de un dragón blanco en la misma cabeza de Vali.

Se llama conseguir información- aunque eran dos entes pensantes distintos, se comunicaban telepáticamente el uno con el otro, siempre que Albio quisiese hablar, claro estaba... Pero ese día parecía estar bastante animado...

Sin embargo, un Digimon con aspecto felino apareció delante de ellos. Si la miraba bien, se asemejaba más a un Digimon mezcla entre humana y gata. Tenía unas garras bien afiladas, unas buenas curvas... Tenía hasta pechos sujetos con un sujetador. Era una combinación muy rara. Aunque también era raro un ángel, ¿para qué engañarse?

¿Una gata con pechos? ¿En serio? ¿Quién os programó así?- seguía comunicándose telepáticamente con Albion, sin mover un centímetro los labios, hasta que suspiró, incorporándose, mientras se mantenía flotando, llevándose las manos a su espalda de nuevo, colocando una encima de la otra- ¿De verdad te parezco un humano? Un humano no sabría hacer esto...- entre sus manos generó lo que parecía ser una representación del sistema solar creado con 10 orbes de energía que comenzaron a brillar fugazmente.... Hasta que Vali canceló su ataque. Se trataba de Grand Cross, su ataque característico. Supuestamente, después, debía lanzar esos orbes para que estallasen. Pero no quería combatir. No tenía sentido pelear contra esa felina humanoide, aunque disimuladamente, se alejó unos centímetros y se elevó otros tantos... Por si acaso- Pero bueno, eso se puede ver a simple vista. Los humanos no tienen alas. Yo sí.- se señaló a su espalda, mostrando su conjunto de alas que le permitía volar libremente.

El ángel me explico que no estaba muerto, que estaba en un mundo... ¿Digital?... Esto ya era el colmo, no sabia ni cuando ni como, pero a mi cabeza le había pasado algo extraño, como iba a ser posible que estuviese en un mundo digital... ¡Pero si soy humano! Esto es una locura. Si era verdad lo que ese, como era... Lucifer, si todo lo que me había contado hasta ahora era cierto, eso quería decir que el aparato en el que se convirtió mi móvil puede devolverme de donde procedo, el mundo humano. Aunque... algo por dentro, me hacia querer saber mas de este mundo, mis dudas me alejaban de la realidad. A los pocos minutos apareció otro ser, esta vez parecía una gata con forma humana, sacando sus garras de ambas manos y sonriendo de lado a lado, no pareciera que viniese en son de paz...

-Creo que continuaremos esta charla mas adelante Lucifer, en estos momentos me preocupa mas...-dije mientras giraba la cara hacia la gata, sinceramente, no me gustaba la idea de que me amenazasen, me puse a pensar que seria mejor hacer, decir la verdad así como así o intentar evitar sus preguntas...-"Espero que salga bien esto... o si no, puedo darme por muerto de verdad..." Y a ti, ¿que te importa? acaso este mundo... ¿no es lo suficiente grande para ambos? Creo que ya soy bastante mayor para decidir que hacer o a donde ir-

Se que no era buena idea plantarle cara a un ser que desconocía, que posiblemente sus garras me podrían desgarrar en menos de un segundo, pero, no podía hacerme el cobarde y pensar que tenia la mínima oportunidad de matarme. Me mantenía firme, serio, sin miedo alguno, si mi vida tenia que acabar en ese momento, que así fuese, no me iba a echar atrás con la decisión que había tomado. La consola se empezó a iluminar de una forma extraña en mi bolsillo, no sabia si me avisaba de que tenia un mensaje o me avisaba de que estaba en peligro, pero eso, no debía ser una buena señal.

La contestación que le dio aquel muchacho a la gata fue directa y rebelde. No tenía miedo de lo que pudiese hacer esa gata con él, o al menos eso parecía a simple vista..

Los tenéis bien puestos... ¿Sabes que no puedes hacer nada contra esa Bastemon? Lo sabes ¿verdad? Al menos no con tu fuerza actual.- Albion, el espíritu del D-Scanner de Vali, continuó hablándole mentalmente, mientras se mostraba en desacuerdo con la actitud del chico transformado en Lucemon.

Pues ya sabes, desbloquea el siguiente nivel de mi poder- se quejó telepáticamente mientras el espectro hacía un sonido de negación.

No funciona así... No puedo darte el poder cuando tu quieras, sino cuando yo compruebo que eres apto. Y lo sabes- dijo tajantemente el antiguo Digimon dracónico. Entonces, cuando la tal Bastemon estaba a punto de atacarles, su acompañante, lo que parecía ser una especie de humana, realizó un movimiento simple... Pero que desencadenó en lo que parecía ser un tornado que obligó a la digimon felina a retroceder. No estaba seguro si el tornado tenía fuerza de atracción, pero Vali se alejó brevemente volando.

Fiuu... Menudo destrozo...- mencionó el ángel silbando al ver el tornado destrozar un buen número de árboles. Tras el suceso, la pareja de Digimons femeninas les preguntaron sobre si habían visto una cabaña en ese bosque- Juraría haber visto una en esa dirección...- dijo el ángel, señalando hacia el lugar desde donde había venido, desde el sur de su posición actual. Mientras volaba y contemplaba el paisaje arbóreo, recordó haber visto lo que parecía ser una cabaña de madera en medio del bosque. ¿Sería esa cabaña la que estaban buscando esas dos?

Algo o Alguien había creado unos tornados que se dirigían hacia la gata que nos amenazaba. De entre la maleza apareció una elegante dama vestida con una prenda de cuero negra bastante ceñida y que recorría cada curva de su cuerpo, ademas de una tela de color lila en forma de kimono medio abierta, pelo oscuro liso, recogido en un moño entre dos kogais y en medio un kushi kanzashi dorado. Tenia muchas alas negras, aparentemente a las de un murciélago suponiendo que estas harían referencia a las de un demonio, y su brazo derecho estaba recubierto de una especia de armadura dorada en forma de garras. Normalmente no pensaría a si de una mujer y aun menos de un ser digital. Mi cabeza daba muchas vueltas al ver a ese digimon.

-"¿Que me esta pasando por mi cabeza? porque... ¿porque pienso de esta forma de un ser que no es ni siquiera real?-

Mi cara empezó a enrojecerse, seguía sin saber que me pasaba y porque esos pensamientos impuros hacia un ser no real me venían a mi mente, era tan absurdo que ignore totalmente que hablaban. Por un momento pensé con claridad, no podía quedarme mas tiempo ahí o se me nublarían los pensamientos de nuevo, mientras los otros digimons hablaban y se olvidaban de mi presencia, me gire y me fui silenciosamente sin que se diesen cuenta.

-Por fin puedo pensar con claridad...-suspira-¿Que clase de poder tenia ese ser...? No conseguía pensar en otra cosa que no fuesen sus curvas... Bueno, parece que me aleje bastante de ellos, seguiré adelante por el momento-

Después de haberlos perdido de vista, seguí hacia adelante y tras caminar un buen rato, parecía que en lo profundo del bosque los arboles se dispersaban y dejaban a la vista un pequeño prado circular. En medio había una cabaña de madera, a mi parecer, era bastante antigua y no parecía que viviese nadie, decidí acercarme para examinarla un poco mas a fondo y buscar algo que me sirviese para saber mas sobre este mundo.

Antes de que pudiese darse cuenta, el chico que se encontraba antes al lado de Vali desapareció. El muchacho transformado en infante angelical se cruzó de brazos, observando a sus alrededores por si había alguna pista de por dónde se había ido... Pero sin lograrlo. Después de todo, tampoco tenía una vista u olfato superdesarrollado... Así que se tendría que despedir de él por lo pronto.

Ese chaval ha sido listo- se burló el dragón espectral haciendo retumbar brevemente su risa en la mente del muchacho.

Ha aprovechado la mínima oportunidad para escapar... De todas formas, ¿quién es esa otra tetona?- preguntó el ahora entonces Digimon rubio, haciendo caso omiso a las burlas de Albion.

Es Lilithmon, un Digimon Demonio muy poderoso, uno de los Digimons femeninos mas poderosos que existen... Recomiendo precaución con ella...- advirtió el dragón espectral de color blanco mientras chasqueaba su lengua, algo molesto por la presencia de un Digimon de tal poder.

Entiendo...- asintió dirigiéndose hacia Albion, quien seguía consciente en su mente, mientras la primera de las Digimons, Bastemon, la gata humanoide, le amenazaba de una forma muy "sutil" si las estaba engañando y le "sugería" que les acompañase- No saco ningún beneficio al engañaros, sólamente soy un Digimon errante que recorre el Mundo Digital y casualmente pasaba por aquí... Ni os conozco, ni me interesan o molestan vuestros asuntos. Pero si queréis un seguro de que no os estoy engañando, adelante, iré con vosotras. Con mi poder actual no puedo con una Bastemon.. Y mucho menos con una Lilithmon... Asi que no me renta el engañaros si voy a ser descubierto y luego vais a darme caza. Sería muy estúpido por mi parte- dijo el ángel infantil mientras se encogía de hombros y mantenía sus manos, entrelazadas, hacia detrás de su espalda- Y como muestra de buena voluntad os diré mi nombre: Vali.- tras ello, Bastemon comenzó a caminar hacia donde le había dicho el ángel, mientras éste la seguía, levitando mientras repasaba la figura de la gata humanoide... Aún se preguntaba cómo era posible que existiese un ser como ella. Era raro. Quizás aún le faltaba acostumbrarse al Mundo Digital...

Una vez en la puerta, la examine de arriba abajo, gire el pomo. Como pensaba, estaba cerrada, mire mis bolsillos en busca de algo para hacer de ganzúa, pero no todo es como en las películas, aunque tuviese una ganzúa no se abrir puertas con ella. Solo se me ocurrió un modo, un patada, una simple patadita de nada. Al principio no pensé que fuese buena idea por si vivía alguien dentro, pero... el estado de la madera decía mucho y no parecía que viviese alguien. Pegue la patada y como pensé, la puerta se abrió, la iluminación de la casa era la que recibía de los cristales, prácticamente estaba a oscuras si no fuese por los rayos de luz que atravesaban las ventanas. Nada mas entrar me encontré en un salón, decidí sentarme en una silla a tomar un respiro.

-Cuanto polvo... Al menos no estoy cerca de aquellos seres, y sobretodo...-empecé a pensar de nuevo en la chica con pintas demoníacas-Si ella vuelve ha aparecer... no sabría que hacer para nublar esos pensamientos...-

Mientras pensaba algún modo de poder evitar esos pensamientos, me levante y me puse a registrar la casa de arriba abajo. En los cajones que habían por el salón no había rastro de vida humana ni nada por el estilo, en la cocina no había ni alimentos. Tras minutos revisando toda la casa, ya había desistido en encontrar algo relacionado con humanos. Cuando volví al salón, vi que la alfombra ocultaba algo, al retirarla, encontré una trampilla hacia lo que parecía un sótano. Cuando levante la trampilla, una gran ola de viento me tiro al suelo. La casa empezó a temblar, algo o alguien estaba saliendo de aquel sótano y no parecía pequeño ya que estaba arrasando con la salida. Me levante y salí corriendo de la casa. El techo de la casa se hizo añicos a lo que el ser seguía avanzando y destruyendo la casa a su paso. Se empezó a sacudir tirando los escombros que había encima de su lomo.

[i]-"¡Oh no... creo... creo que la he liado...! Si ellos estuviesen ahora aquí..."-pensé en los digimons de antes-Vale, cálmate, aun no te ha visto, solo tira hacia atrás poco a poco. -

El digimon giro la mirada hacia a mi y rugía, creo que llevaba bastante encerrado en aquel sótano, y creo... Creo que tiene bastante hambre. Seguí tirando hacia atrás mientras el digimon seguía acercándose hacia a mi. Aquel ser parecía un dinosaurio, de un color verde-pistacho con rayas horizontales rojas, tenia cuernos que iban desde su hocico hasta su colo y dos grandes cuernos negros a tiras rojas que le salían de los hombros.

-Que hace un humano como tu en mi zona ¿¡Eh!? ¡Respondeme!-Gruño mientras se relamía-Bueno, da igual, creo que va siendo hora de comer, no hace falta que contestes-

El dinosaurio seguía acercándose a mi al o que yo seguía caminando hacia atrás hasta tropezar y caer al suelo. Este era... ¿Mi fin?



Off: El digimon del que hablo es:

Tuskmon:

Me parecía demasiado soso llamarme simplemente "Lucemon". Ya hay demasiados Lucemons en el mundo. Así que adopté el nombre de Vali. La lógica es simple. No hay más Valis, al menos no en el Mundo Digital. Y si te interesa mi apellido, es Lucifer. Lucifer, según los cuentos humanos fue un ángel caído, ejemplo de belleza y sabiduría y cuya soberbia le condujo a los infiernos... O lo que sería para nosotros el Dark Area... Supuestamente los Lucemons nos parecemos a ese mito... Supuestamente... Va, te estoy aburriendo con mis estudios sobre los humanos-- le dijo riéndose, sabía que era muy pesado cuando se trataba de un tema que le gustaba como era ese, las mitologías del Mundo Humano que, en ciertos aspectos, se parecía bastante al Mundo Digital y a sus criaturas- En definitiva, no, ese humano no me bautizó. De hecho, acabábamos de conocernos cuando vosotras llegastéis hasta nuestra posición. El pobre creía que estaba muerto y que yo era el ángel que le llevaría a las puertas del cielo... Supongo que se ha asustado al vernos a los tres y ha huído.- dijo suspirando mientras se encogía de hombros, como si dijera: "es una pena".

Sin embargo, al poco de caminar, oyeron un ruido, no muy lejos de su posición actual. De la cabaña o, mejor dicho, lo que quedaba de ella, el mismo muchacho de antes salió huyendo, desesperado. En un primer instante, Vali se preguntó cuál era el motivo, pero enseguida lo vio: Se trataba de un Tuskmon, un Digimon de nivel Champion con aspecto de dinosaurio verde aterrador. Sus cuernos, negros y con bandas rojas, resultaban atemorizantes. Aunque, como era de esperar, no supuso ningún problema para la bruja con ropajes oscuros quien, a pesar de la diferencia de tamaños, lo lanzó hacia un lado, como si no pesase nada. El Digimon prehistórico comenzó a deshacerse, mientras que Vali, burlón, se acercó hacia donde estaba el Digimon, tumbado y sufriendo sus heridas.

Vaya... No me gustaría ser tocado por la pechotes esa...- transmitó el Lucemon sus pensamientos hacia su otra consciencia, Albion, quien hizo un sonido afirmativo.

Por es te dije que no tenías ninguna oportunidad. Lilithmon es un Digimon muy poderoso.... Ni siquiera aunque igualases su poder podrías con ella... Es demasiado para tí, chaval.- el antiguo Digimon que residía en el cuerpo de Vali le advirtió que no le convenía hacer enfadar a la Digimon demonio, por lo que el jovencito voló hacia donde se encontraba el único humano entre los presentes.

Me parece que deberías alejarte de la pelea... Si es que se puede llamar pelea a lo que Lilithmon le va a hacer a ese Tuskmon... Anda retirate y no la molestes...- dijo, ofreciéndole su mano al chico, para ayudarlo a levantarse y cogiéndolo en brazos para alejarse de allí lo más pronto que pudiera, para no incordiar al Digimon femenino- Pesas menos de lo que parece- finalmente, ambos llegaron al lado de Bastemon, a continuar viendo el espectáculo, volviendo a mirar a la gata- Te dije que no me iba a escapar y cumplo con mi palabra. Tan sólo quería ponerlo a salvo.- realmente se interesaba por ese humano por el simple motivo de querer estudiarlo. Debía de haber un secreto para volver a convertirse en Humano y en Digimon a placer... Y quería ver si ese humano conseguía resolver el misterio. Aunque fuese por suerte.

En milésimas de segundos el digimon dinosaurio había salido disparado hacia la otra punta. Era otra vez ella, la hermosa chica/demonio de traje de cuero negro pegado a su cuerpo que resaltaba cada curva de su cuerpo. Otra vez me volvía a pasar, esos pensamientos impuros me invadían de nuevo. ¿Porque, porque solo a mi? ¿Porque a Vali no le afectaba? ¿Era porque era un simple humano? Aun no sabia la respuesta, pero tenia que hacer algo... De golpe, sentí como mi cuerpo se elevaba del suelo y acabe al lado de la chica/gato y el pequeño ángel.

-G-gracias Vali... "Creo que después debería darle las gracias"-pensé mientras mire de nuevo a la chica/demonio

Tenia que pensar algo rápidamente para que no me volviese a pasar eso. ¿Tan era su poder de seducción como para nublar mis pensamientos? No podía ser, era un ser digital, no debería poder afectarme a mi cerebro.  No había sentido jamas esta sensación, acaso este mundo, ¿estaba afectando a mi cuerpo de alguna forma?

-Estoy harto... Desde que he entrado aquí solo he tenido mas que problemas, me amenaza una gata...- hablaba mientras andaba hacia Lillithmon-No dejo de pensar en ti lujuriosamente, por alguna extraña razón cada vez que me acerco a ti, y encima, me ataca esa bestia verde de ahí-Señala al Tuskmon- ¡¡PODRIA ALGUIEN EXPLICARME DE UNA VEZ TODO ESTO?!-grite hacia el cielo

Mis pensamientos estaban en orden, podía pensar claramente. Baje la cabeza hacia Lillithmon y la mire con una mirada fría, seria y penetrante. Era cierto que me había salvado la vida, pero seguramente por su propio benefició, estaba harto ya de este mundo, solo eran problemas tras problemas.

-Te doy las gracias por salvarme, se que no habrá sido con esa intención, seguro que ese dinosaurio estaba en tu camino, pero, la proxima vez, me las arreglare solo, aunque tenga que morir por ello-me gire y empecé a caminar de vuelta al bosque