Vuelta a ¿Casa? [Privado: Vali & Kagura]

Se encontraba caminando por las calles transitadas, su rostro era reconocible por algunos jóvenes fueran chicos o chicas, incluso los adultos quienes se sorprendían a su alrededor, no todos los dias se veía caminar a un miembro de la familia Tenshi entre la gente más común, su pelo color plata, uno de los metales preciados que existen y de pupilas color rojo intenso como un par de rubíes, eran las características de Kagura Tenshi, un chico multimillonario procedente de una familia llena de reconocimiento por los grandes negocios que manejan debido a sus conexiones con compañías de distintas partes del mundo, siempre buscando el avance tecnológico.

Su vestimenta un tanto mas común, era un vago intento por no ser reconocido por las personas alrededor, constaba de una playera blanca en conjunto con una chaqueta de cuero, sus típicos pantalones de mezclilla y sus botas de piel negras, así como su bufanda roja y los lentes oscuros que posaban sobre su cabeza a manera de una especie de diadema, de su cuello colgaba su preciado collar de plata del cual se sujetaba un dije de las alas de un ángel.

Si bien, no solo era eso por lo que lo conocian, tambien estaba el hecho de que tenia ciertas cualidades atléticas debido al arduo y estricto entrenamiento que su abuelo le habia sometido desde pequeño, tambien era un aspirante a la música, aunque se viera forzado a dejar su carrera de músico por razones desconocidas para aquellos que no pertenecían a su familia, a demás de que ahora dirige una franquicia, una cadena completa de cafés maid que se alzaba de manera internacional, y con un gran excito en el mercado tanto juvenil como para adultos.

Su andar era lento, pues era la velocidad que la multitud le permitía avanzar debido a que muchos se detenían a su alrededor para mirarle, algunas chicas le miraban por su atractivo físico, otros chicos morían internamente de envidia debido a la enorme fortuna y renombre que tenía gracias a su familia y sus logros académicos que en su mayor parte eran por practicar deportes y sobre todo destacar en la música. Los adultos en su mayor parte solo quedaban mirando como si tuviese el signo de dinero en su cara, el interés le era enorme, le fastidiaba mucho las personas que le resultaban hipócritas, siempre tratando de alejarse de ellas.

Desde las sombras, lo seguía su compañera, Mizuki, una Renamon de un pelaje color plata, era sumamente extraña aquella especie de Renamon, pues ese factor alteraba algunos atributos de sus evoluciones. El color de sus guantes era rojo, y usaba el sigilo para pasar desapercibida desde las sombras, ambos se dirigian a un solo lugar, un recientemente abierto nuevo cafe maid, cuyo tema eran las chicas con características animales, lo que quería decir que las chicas usaban el típico traje maid más una cola y una diadema con orejas que emulaban pertenecer a alguna clase de animal, desde gatos, ratones, osos, lobos, zorros y perros, habia para cada gusto de los clientes.

Apenas logro salir de la multitud acomulada quien lo habia reconocido, logrando pasar al local al cual se dirigía, un recientemente abierto cafe Maid abierto 24 horas con un reparto de chicas y chicos que atienden a los clientes tomando turnos según los horarios y eventos, era una atracción para aquellas personas solteras que sufren falta de atención o que tienen la necesidad de ir a un lugar donde los tratasen de alguna forma especial. Los carteles de eventos estaban pegados en los cristales de ventanas desde la parte interior del local para que pudieran verse en el exterior, las chicas muy lindas usaban su típico traje maid mientras atendían las mesas que en su mayoría eran chicos jóvenes aficionados al manga, anime, videojuegos y otras cosas.

Los jóvenes vestidos de mayordomo, bien parecidos para la mayoría de las chicas en especial para aquellas colegialas cuya vida amorosa no le sonríe de buena forma, atendían a las señoritas que esperaban impacientes en cada mesa, por lo visto las cosas marchaban bien, todos usando el uniforme en regla, tomando sus turnos ya fuera para que cada integrante del staff de local pudiera asistir a sus clases o ir a descansar, los clientes no faltaban, pues al ser un local abierto las 24 horas era algo innovador, las vajillas procurando do ser de un diseño único y algunos con un estampado de anime,manga, serie, película o juego, a preferencia del cliente, ya fuera fan de alguna de alguna de estas, los cubiertos eran algo mas comunes, procurando usar los mas destacables y duraderos.

En la entrada, en la parte izquierda se encontraba el mostrador con la caja y el cajero de turno, aquel asignado a manejar y administrar el dinero del local así como a realizar las transacciones, un joven apenas ingresado a la preparatoria, el más joven del local, el cual fue el primero en saludar respetuosamente a su jefe, Kagura, quien devolvió el saludo cordial, para despues recibir los saludos de sus otros empleados, y volver a saludar a todos. Como era costumbre, no tardo en mucho en pedir a una de las chicas maid un café cappuccino estilo irlandés, servido en uno de esas copas de vidrio transparente, con un toque de vainilla y canela, para acompañar pidió una pequeña rebanada de pastel de chocolate, un pequeño tentempié para disfrutar mientras revisara los documentos, hacer el típico trabajo que haría el dueño de un negocio, revisar que todo estuviera en orden, firmar recibos de los ingredientes que pedían, revisar los estados de cuenta, manejar el inventario.

No era si no hacer el típico trabajo de siempre, después de todo es a lo único que va de vez en cuando, después de haber hecho el pedido a su trabajadora, camino al fondo del local, a la oficina principal donde pidió que fuera guardados todos los papeles y documentos que fuesen importantes, se encerró y abrió una pequeña ventana el suficiente tiempo para dejar entrar a su compañera Mizuki, esta ya se habia acostumbrado a pasar desapercibida entre las sombras, después de todo es ahí donde pasaba la mayor parte del tiempo cuando no esta disfrazada de humana, era la única forma de estar realmente cerca de su tamer sin tener que llamar la atención.

Amo Kagura... ¿no seria mas facil si entrara al local disfrazada de humana como es habitual al salir juntos?. -Preguntó la Renamon de pelaje plateado antes de tomar asiento en la silla frente al escritorio de Kagura mientras este, estaba revisando los papeles y documentos a firmar, leyendo cuidadosamente cada renglón procurando no ser estafado por ninguna compañía cafetalera o algo asi. - Tal vez... pero si estando solo llame la atención en este lugar, hubiese sido más escandaloso ser visto acompañado por una linda chica humana, en todo caso al menos tienes tu habilidad de ocultarte entre las sombras para que pudieras seguirme de manera tan sigilosa, agradece que no tuvieras que quedarte encerrada en el departamento o estoy seguro que te habrías aburrido mucho al punto de salir exponiéndose al peligro de ser encontrada por algún tamer y ser atacada... cosa que sabes que no me agradaria, por el momento solo seamos cuidadosos y disfrutemos los viajes que hacemos ¿si?- Alego el chico peli plata de ojos rojos mientras terminaba firmando algunos documentos que habia terminado de leer.

Eso lo entiendo pero... - Mizuki inflo sus mejillas a modo de pucheros e inconformidad por no poder estar junto a su tamer como cualquier chica quisiera estar con el chico que le gusta, pero no tenía nada que argumentar contra lo que su tamer habia dicho anteriormente, o al menos no tenía nada que pudiera decirle a su tamer sin correr el riesgo de que se enterara como ella lo veía a él, simplemente sus caprichos no podían ser cumplidos por el momento, al menos era bueno poder seguirlo y acompañarlo, si se hubiese quedado en el departamento en el cual se están quedando probablemente se hubiera aburrido y hubiese hecho un desastre del lugar como las veces anteriores o peor aún.

El tiempo paso mas rápido de lo que Kagura recordaba, seria a caso que por primera vez solo estaba trabajando en lugar de solo quedarse el rato mirando al oscuro vació, la soledad era algo a lo que se acostumbro a la fuerza, los años le mostraron que no tenia a nadie en quien confiar y las personas que creía que podía confiar, estaban 2 metros bajo tierra o muy lejos, imposible de alcanzarlos o volver a verlos otra vez. Con tantos problemas en mente, normalmente era difícil pensar en algo mas o trabajar, sin mencionar que ahora caía un pesado poder sobre sus hombros y del cual tenia una responsabilidad, añadiendo el hecho de que ahora también era una especie de policía digital, sin duda alguna ser estaban sucediendo muchas cosas en tan poco tiempo, no había pasado ni el año y ya se sentía cansado de lidiar con tantas cosas, pero tenia un ideal que cumplir, impulsado por compañera Mizuki, su fiel compañera y amiga mas cercana.

Había terminado de disfrutar el café y la rebanada de pastel que había pedido, guardo algunos documentos en un viejo archivero mientras otros los coloco en la papelera, pues eran viejos recibos almacenados que ya no tenían propósito alguno. Tomo el plato y el recipiente del cual bebió el café y salio de la oficina para llevarlo directamente al fregadero, el local ahora mismo se hallaba mas vació, pues ya se acercaba la hora de cerrar el lugar, observo atentamente a las camareras, solo quedaban 2 dando servicio, el chico que había estado atendiendo el mostrador y la caja del dinero se fue, en su lugar se encontraba un chico con mayor experiencia. La fresca y agradable noche estaba llegando, sin duda alguna el momento mas deseado por el joven Kagura, la hora de irse del trabajo. Regreso caminando de la manera mas serena a su oficina con una pequeña sonrisa en su rostro, era hora de marcharse, abrió la puerta de la oficina, solo para volver a abrir la ventana y dejar que la impaciente Mizuki saliera de nuevo para que se escabullese en las sombras del exterior.

Listo, ahora podremos salir un momento para divertirnos un rato justo como me habías pedido antes de que saliéramos de casa. - Decía el joven millonario mientras veía como su compañera pasaba por la ventana para ocultarse entre las sombras. - Te lo has ganado, después de todo has sabido como comportarte hoy, por eso haremos todas las cosas que quieras hoy. - al terminar de hablar cerro la ventana para disponerse ir junto a Mizuki, camino hasta la puerta, la abrió a prisa y camino directo a la salida deseando cordialmente buenas noches a los empleados de paso. Ya podía saborear el poder saborear una deliciosa hamburguesa, ya habían pasado unos días desde la ultima que había comido, es lo malo de tener una vida en constante movimiento, viajando de país en país, y ni hablar del mundo humano al mundo digital, no había tiempo para cocinar, la comida rápida siempre fue la solución mas sencilla ante tal problema.

Pasando aquellas puertas del negocio lo primo que observo fueron los distintos lugares, buscaba el lugar adecuado al cual acudir, la zona parecía estar mas tranquila a comparación de cuando recién había llegado. Las luces de otros negocios comenzaban a relucir en la oscuridad de la noche que estaba por llegar, miro hacia las sombras que eran formadas por aquellos oscuros callejones, Mizuki no estaría demasiado lejos, después de todo su deber es estar junto a su tamer, mucho menos rechazaría pasar el momento que tanto esperaba, Kagura le había prometido mostrarle el lugar completo, llevarla a tiendas y a que disfrutase de muchas cosas que los humanos normalmente disfrutaban. Mizuki normalmente se la pasaba encerrada mientras su tamer salia a trabajar, a pesar que siempre podía acompañarlo en cada viaje, no tenia la oportunidad de salir a explorar el mundo humano con mucha libertad, por ello había pedido ya hace tiempo la oportunidad de poder salir junto a su tamer, como una humana y así poder explorar y conocer el mundo humano como siempre quiso.

De las sombras de un callejón solitario, aquel que justamente se encontraba mas cerca del negocio donde tanto había trabajado Kagura, salia una figura femenina, de pelo largo y plateado, con vestimenta de colegiala cual manga, su rostro fino tenia una expresión de felicidad y entusiasmo pero tenia un pequeño defecto, en la parte superior de su cabeza parecía tener las orejas de un zorro, esta chica no era ni mas ni menos que Mizuki, haciendo uso de su habilidad para disfrazarse al cambiar de apariencia, habilidad que poseía desde que era una pequeña Viximon y aun conservando el defecto de no poder ocultar sus orejas de zorro. Hurgo un poco en una pequeña caja, era una de tantas cajas de emergencia que su tamer había preparado para cualquier situación, colocadas cuidadosamente cerca de las "salidas" y "entradas" para Mizuki, en esta se hallaban distintos objetos, pero había uno en especial que Kagura había preparado para esta ocasión, se trataba de una pequeña boina que serviría para ocultar las orejas de zorro que Mizuki normalmente no podría ocultar.

Una vez colocada la boina en su lugar, Mizuki salio del callejón dispuesta a encontrar a su tamer, su felicidad era notable, estaba completamente entusiasmada, corrió a buscar a su tamer, lo vio cerca de un pequeño negocio de comida rápida, camino hacia él y le tomo del brazo mientras este daba un bocado a una hamburguesa. - Oye, oye! ten cuidado, casi provocas que se me caiga esta delicia. - Se quejaba Kagura al ver como ella tiraba de su brazo tratando de arrastrarlo a una aventura que tanto deseaba vivir en el mundo humano. - Vamos, vamos!!! quiero ver todo, me lo prometiste. - reprochaba en un tono un tanto alegre la hermosa joven de mechones plateados. - Vale vale!!, en seguida iremos a los lugares que deseas, solo dame un poco de tiempo de terminar de comer esto, hace mucho que deseaba poder comer una de nuevo.- Así fue como durante en un poco periodo de tiempo y con grandes bocanadas dadas a la hamburguesa, Kagura terminaba de comer para comenzar con la aventura que pedía Mizuki a gritos.

Comenzaron dando un pequeño paseo cerca de las tiendas de ropas, siendo las tiendas principales aquellas donde vendían vestuarios para cosplayers, vieron uno que otro traje llamativo, hasta que llegaron a la sección donde había ropas de personajes Ecchi, de donde Kagura intervino para que Mizuki no indagara mas en esos temas, ya de por si tenia problemas al dejarla leer los mangas que él había guardado hace tiempo con ese tipo de genero; siguieron caminando hasta entrar a un pequeño negocio de recreativos, donde Kagura invito unas partidas en los divertidos árcades.