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El descubrimiento de las ruinas del Monasterio Draco, tallado en lo alto de una desolada montaña en el valle de los dragones, ha despertado un gran interés por todo el Digimundo. Principalmente porque según los tallados de la pared exterior dentro de las ruinas se encuentra un obre mágico que contiene en su interior la data y poder del treceavo Royal Kinght, la cual sera dada a quien reclame dicho objeto. Según la historia grabada en los murales, el obre fue dejado allí por el mismo Royal Kinght en caso de que su poder sea necesario para derrotar al mal que se alce en el futuro...por desgracia semejante premio también a llamado la atención de quienes usarían el poder para sus propias metas egoístas. Por lo que esta aventura ahora se a vuelto una carrera por ver quien consigue el gran premio.
6 meses despues de la ultima carrera, un BanchoLeomon reune al viejo equipo de organizacion para dar un nuevo espectaculo, pero en esta carrera, el misterioso patrocinador ha enviado a un "Aspirante a Campeon" con un extraño y unico Digivice. ¿Que es lo que sucedera a lo largo del evento y como funciona este nuevo digivice?.
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-Skin hecho por Hardrock de The Captain Knows Best.
-Imagenes realizadas por Runari Wildy
y Sigrun Vinter
-Imagenes realizadas por Runari Wildy
y Sigrun Vinter
地獄や天国 (¿Infierno o paraíso?) [Priv: YatterwaAgain, Elluka Clock., Sigrun Vinter]
Página 1 de 1. • Comparte
地獄や天国 (¿Infierno o paraíso?) [Priv: YatterwaAgain, Elluka Clock., Sigrun Vinter]
El Dios, apostado en su trono crisoelefantino, abría los ojos ante aquella figura. A diferencia de la sala, nada era gallardo o fastuoso, ni destacaba por un porte regio o mínimamente heroico. Solo era un cuerpo, postrado en una silla, y de gestos débiles y lastimeros. Y sin embargo, algo llamó su atención, y era ese resquicio de voluntad que, con todas sus fuerzas, conservaba. Pese a no tener motivos, aquel mortal se aferraba a su vida, en lugar de rendirse. Le recordó a alguien de su pasado, y tal vez por eso, obró de aquel modo. Ese cadáver viviente le estaba hablando, pidiendo consejo, o ayuda. Una vez, el dragón dorado conoció a un Dios que quería ser mortal, para así entender a su pueblo; y este mortal quería comprender el poder divino, para saber el origen de su maldición. Y el recuerdo evocó una sonrisa.
-¿Así que quieres de nuevo nuestra ayuda? -no era el primer favor que le pedían- ¿Y por qué deberíamos socorrerte?
-Bueno, soy un hombre desesperado. Cada día que pasa, mi mal crece. Ya sea las voces de los condenados, o mi propia ira, son pruebas del destino que me aguarda. Sé que no queda mucho para perder el control, y aceptar el trato de este diablo. Si soportas la carga de toda una zona, albergando tantas almas, deduzco que puedes ayudarme.
-Otra cosa es que queramos. ¿Por qué crees merecer digno de semejante don?
-Los dioses sois omniscientes, ¿no? Y en este mundo se puede acceder al corazón de las personas, ¿cierto? Adelante, juzga tú mismo si lo merezco, o no.
Y así lo hizo. Accedió a sus recuerdos, a sus decisiones, a sus pensamientos... En definitiva, a él. La casualidad no dejaba de sorprenderle, pues aunque no podían ser más distintos, cada pincelada los hacía más semejantes. Aquel humano, y aquel dios, de procedencias tan diferentes, y con la misma voluntad. La Ira y la Furia, vinculadas por una misma determinación. A ambos les corroía el mismo mal y, por tanto, le proporcionaría la misma ayuda. El mismo juicio.
-Toma uno de estos corazones -de los doce orbes escarlata, uno se acercó al joven-. De él nacerá una isla -pronto, una nueva esfera ocupó el hueco dejado-, pero esta se vinculará a ti. Si tus emociones te dominan, la vegetación morirá. Si te centras en ti mismo, nada prosperará. Destrucción y creación son el mismo todo. Y tú debes ser parte de esa dualidad, conforma el tercer vértice de ese triángulo. Debes dominarlo en un mes, más tiempo sería peligroso.
Poco entendió de esto, hasta que pudo notar la vida ocupando la muerte en él, y que esta energía unificaba en una misma pulsación sus latidos y la propia isla. El dolor del poder crudo canalizándose a través de él le hacía experimentar una sensación similar a la muerte, pero sobreponiéndose a esta. Primero, fue captando la extensión de la superficie, la vegetación, e incluso los animales. No eran como los del mundo humano, estos eran recreaciones sin mente, artificiales, y necesarias para el ciclo de la vida. Tardó un día en poder alzarse sobre sus piernas, un gran logro. Pues sus piernas volvían a ser suyas.
Las manecillas del reloj seguían avanzando, y las horas se hicieron días y estos, semanas. Pero algo fallaba, algo seguía estando mal en esa supuesta prueba. Debía comprender qué era esa punzada, pese al tiempo que le quedaba. Estaba tan cerca de entenderlo... Mas otro problema complicaría su entrenamiento, y de la forma más insospechada.
-Quiero playa -el leoncito, armado con un flotador de panda, y un bañador añil de estampado floral, pataleaba disgustado-. Me dijo playa... ¡Playa!-se tiró al piso, colocándose las gafas de buceo que portaba- ¡Azazel me ha mentido, me dijo playa! -y, como si nadara, movía sus piernas, aporreando el aire- ¡Mentiroso!
-¿Qué ocurre, pequeño Sven? -preguntó el Valkir, pues aunque no lo pareciese, Sven había irrumpido en su despacho, reventando la cerradura con un ataque- Con solo frases sueltas, no puedo entenderte...
-Azazel se sometió a un estúpido entrenamiento de ese dragón estúpido que brilla, y dijo que en un estúpido mes podría ir a la estúpida playa...
-La boca. Así que por eso el impreso para un retiro vigilado por el mismísimo Dios... -dio una palmada, sonriendo- ¡Ya sé, pequeño Sven! Como tenemos el informe y las coordenadas de la isla, ¿y si vamos a verle?
El chico se levantó, con los brazos apuntando al cielo, y sonriendo, como él diría, “estúpidamente”. Lo que no sabía es que Horrd, el líder de los Valkir, ahí presente, no se refería a ellos dos. Y es que avisó a sus compañeros, y estos, a su vez, a terceros, que avisaron a cuartos... Y antes de quererlo, un Traillmon andaba repleto de miembros US dispuestos a disfrutar de unos “días de relax en un ambiente tropical para generar sinergias positivas”, todo gratis, por supuesto. Cortesía de Roku, aún sin noticia de este evento.
-¿Así que quieres de nuevo nuestra ayuda? -no era el primer favor que le pedían- ¿Y por qué deberíamos socorrerte?
-Bueno, soy un hombre desesperado. Cada día que pasa, mi mal crece. Ya sea las voces de los condenados, o mi propia ira, son pruebas del destino que me aguarda. Sé que no queda mucho para perder el control, y aceptar el trato de este diablo. Si soportas la carga de toda una zona, albergando tantas almas, deduzco que puedes ayudarme.
-Otra cosa es que queramos. ¿Por qué crees merecer digno de semejante don?
-Los dioses sois omniscientes, ¿no? Y en este mundo se puede acceder al corazón de las personas, ¿cierto? Adelante, juzga tú mismo si lo merezco, o no.
Y así lo hizo. Accedió a sus recuerdos, a sus decisiones, a sus pensamientos... En definitiva, a él. La casualidad no dejaba de sorprenderle, pues aunque no podían ser más distintos, cada pincelada los hacía más semejantes. Aquel humano, y aquel dios, de procedencias tan diferentes, y con la misma voluntad. La Ira y la Furia, vinculadas por una misma determinación. A ambos les corroía el mismo mal y, por tanto, le proporcionaría la misma ayuda. El mismo juicio.
-Toma uno de estos corazones -de los doce orbes escarlata, uno se acercó al joven-. De él nacerá una isla -pronto, una nueva esfera ocupó el hueco dejado-, pero esta se vinculará a ti. Si tus emociones te dominan, la vegetación morirá. Si te centras en ti mismo, nada prosperará. Destrucción y creación son el mismo todo. Y tú debes ser parte de esa dualidad, conforma el tercer vértice de ese triángulo. Debes dominarlo en un mes, más tiempo sería peligroso.
Poco entendió de esto, hasta que pudo notar la vida ocupando la muerte en él, y que esta energía unificaba en una misma pulsación sus latidos y la propia isla. El dolor del poder crudo canalizándose a través de él le hacía experimentar una sensación similar a la muerte, pero sobreponiéndose a esta. Primero, fue captando la extensión de la superficie, la vegetación, e incluso los animales. No eran como los del mundo humano, estos eran recreaciones sin mente, artificiales, y necesarias para el ciclo de la vida. Tardó un día en poder alzarse sobre sus piernas, un gran logro. Pues sus piernas volvían a ser suyas.
Las manecillas del reloj seguían avanzando, y las horas se hicieron días y estos, semanas. Pero algo fallaba, algo seguía estando mal en esa supuesta prueba. Debía comprender qué era esa punzada, pese al tiempo que le quedaba. Estaba tan cerca de entenderlo... Mas otro problema complicaría su entrenamiento, y de la forma más insospechada.
-Quiero playa -el leoncito, armado con un flotador de panda, y un bañador añil de estampado floral, pataleaba disgustado-. Me dijo playa... ¡Playa!-se tiró al piso, colocándose las gafas de buceo que portaba- ¡Azazel me ha mentido, me dijo playa! -y, como si nadara, movía sus piernas, aporreando el aire- ¡Mentiroso!
-¿Qué ocurre, pequeño Sven? -preguntó el Valkir, pues aunque no lo pareciese, Sven había irrumpido en su despacho, reventando la cerradura con un ataque- Con solo frases sueltas, no puedo entenderte...
-Azazel se sometió a un estúpido entrenamiento de ese dragón estúpido que brilla, y dijo que en un estúpido mes podría ir a la estúpida playa...
-La boca. Así que por eso el impreso para un retiro vigilado por el mismísimo Dios... -dio una palmada, sonriendo- ¡Ya sé, pequeño Sven! Como tenemos el informe y las coordenadas de la isla, ¿y si vamos a verle?
El chico se levantó, con los brazos apuntando al cielo, y sonriendo, como él diría, “estúpidamente”. Lo que no sabía es que Horrd, el líder de los Valkir, ahí presente, no se refería a ellos dos. Y es que avisó a sus compañeros, y estos, a su vez, a terceros, que avisaron a cuartos... Y antes de quererlo, un Traillmon andaba repleto de miembros US dispuestos a disfrutar de unos “días de relax en un ambiente tropical para generar sinergias positivas”, todo gratis, por supuesto. Cortesía de Roku, aún sin noticia de este evento.
- Tamer
- Faltas :Una por cada double.Prueba de Rol :ADigi Puntos :1060Ficha :NPCs :Nivel On Rol :Ancient spiritNivel On Rol de los Digi Aliados :Sven-Hyper SpiritIcono :Rango y Unidad :Roku Ginshô (Adam Odysseum)
Rango: Holy General
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield TurtleRango y Unidad Digi Aliado :Sven
Rango: Teniente
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield TurtleInventario :
Roku Ginshô
Re: 地獄や天国 (¿Infierno o paraíso?) [Priv: YatterwaAgain, Elluka Clock., Sigrun Vinter]
Luna y Leonardo se habían adelantado para coger sitio en el trailmon. Se había corrido la voz rápidamente de unas vacaciones en una isla paradisíaca: el equivalente digimon a un viaje Hawaii, completamente gratis para los agentes. Floramon se había quedado atrás para esperar a Travis, que supuestamente, iría. Luna se sorprendió al notarse nerviosa y al estar mirando cada dos minutos a la puerta del trailmon.
—Venga, Luna, tú siéntate. Floramon no se va a perder. Si necesita ayuda con su bolso, yo iré.
Luna hizo caso a Leonardo y se sentó. Además, comenzaba a estorbar en el paso de los viajeros. Tras unos minutos, la digimon flor cruzó la puerta. Floramon llevaba una pamela, y un pareo. A Luna le pareció cómico tener que comprar un bikini de niña pequeña para que su digimon se lo pusiera -criada entre humanos, se sentía más cómoda vistiendo como ellos- aquel día. Había comprado uno de niño para Leonardo, y el digimon se vio obligado a aceptar... después de mucho insistir Luna en lo que le dolería que le rechazase el regalo. Aunque por supuesto era más broma que verdad... pero finalmente, ahí lo tenía con un pantaloncito corto de niño. Travis iba justo detrás de la digimon: aunque a decir verdad, aquel flotador ostentoso en forma de delfín dejaba ver poco de él. También sostenía un bolso de playa en la otra mano, probablemente se había ofrecido para llevárselo a Floramon. Leonardo levantó la mano para que vieran que ya tenían asientos, y Luna se revolvió en el suyo, tapándose la cara con la mano. Y aunque pudiera parecer que le exasperaba el resultón delfín de goma, la colorida camisa hawaiana o las gafas de sol de su invitado, más bien era por nervios. Por una cosa o por otra, no solía acompañarles. Hasta se le hacía raro verlo sin el usual traje de chaqueta. Carraspeó y no pudo evitar aguantarse la risa por aquella camisa de flores estampadas.
—Disculpe, señor está ocupado...—Luna fingió sorprenderse, e incluso hizo el gesto dramático de llevarse la mano a los labios— ¡Oh, perdona, Travis, no te había reconocido! Casi te confundo con una persona normal sin traje—él respondió levantándose un poco las gafas de sol y sacándole la lengua como un chiquillo pequeño mientras comentaba sarcásticamente: “Muy graciosa, guapa”
. Luna entendía por qué podía llegar a ser alguien atrativo, aunque la larga mirada que le dirigió no era por eso—Oh, Travis, por todas las deidades digimon juntas, ¿era necesario que te trajeras eso? ¿Y inflado?
—Pensé que eras el tipo de chica a la que le gustaría cabalgar en las aguas encima de un delfín...—Travis hizo su número cómico, alzando la ceja y mirando al susodicho—...de un dudosamente saludable color azul fosforito.
Luna hizo un mohín al que se le notaba que se había contenido de reírse por aquella tontería. Era bastante lindo, bien mirado.
—Pensaba que no vendrías—añadió Luna, mientras que Floramon y Travis tomaban asiento. Ella colocó el codo en el reposabrazos del asiento, y miró de reojo al italiano, que se había sentado a lado y trataba de no mover mucho el delfín de goma.
—¿Bromeas? Para una vez que regalan algo, evidentemente que lo tomaré. Además, casi nunca vamos a ningún lugar juntos, al menos no con Leonardo y Floramon—comentó Travis, con una risilla.
Enseguida comenzó a preguntarle a ambos digimon si habían estado en la playa, y Floramon rememoró una de los primeros días que pasó con Luna en el mundo digital, habían visitado una playa. Floramon reconoció sonrojada que no era muy buena nadando -y era verdad-.
—Hacía mucho tiempo que yo no iba a la playa. De hecho estoy muy emocionado. ¡Diversión, relax y un toque romántico de lo más sugerente!
—¿Qué tiene de romántico que los humanos os tendáis bajo el sol como lagartos?—preguntó Leonardo, alzando una ceja. Luna alzó el dedo índice y añadió: “Lo apoyo completamente”.
—Sois tal para cual. ¡No lo veis en perspectiva!—para añadir lo siguiente, puso la voz calma y la acompañó con un movimiento de manos que parecía estirar una manta invisible—Pensad. El mar besando a la arena bajo el radiante sol del día y a medida que llega el atardecer, la va haciendo suya.
Leonardo y Luna reaccionaron al instante.
—¡Pero qué cosas tienes!
—Pues a mi me parece una apreciación hermosa. Pensar en el mar y la arena como dos amantes metafóricos es bastante poético—Floramon dijo esto con la voz entrecortada por la vergüenza.
—¡Desde luego, no tenéis sentido del romanticismo! Ah, Floramon es la única con algo de eso aquí—dijo él, encogiéndose de hombros y provocando que la digimon flor riera tímidamente. Travis agarró la mano de la digimon flor con gesto dramático—Si el amor entre digimons y humanos no estuviera penado, ¡me casaría con vos, bel fiore*!
—Qué halagador Travis-san. Vos trambién sois un agradable muchacho—Leonardo emitió un gruñidito malhumorado, mientras dejaba escapar un “No seas degenerado, chico”.
—¡Eh, deja de pervertir a mi digimon!—exclamó Luna, dándole puñetazos suaves en el torso a Travis, que con gesto de suficiencia y dejando que Luna le diera aquellos golpes suaves, alzó una ceja y añadió: “Aja-já, con que así tengo que jugar para que me hagas caso, ¿eh?”
—¡Vosotros dos, comportaos! ¡Os está oyendo todo el tren!—intentar regañarlos fue en vano. El cánido no sabía que armarían tanto jaleo, ¡y menos que parecieran dos chiquillos que se hubieran declarado la guerra! Leonardo lo dio por imposible y se llevó una mano a la cara, suspirando. Travis nunca le había gustado del todo por ser alguien con muchos secretos, pero siempre conseguía que Luna terminase estando más enérgica así que en cierto modo se alegraba. Era como si su pequeña niña tuviera amigos al fin, amigos como ella.
Floramon emitió una risita al ver que Travis terminaba de darle la ventaja a Luna y contraatacaba pasándole un brazo por el hombro y la “atacaba” dándole pequeños golpes en la cabeza con el delfín inflable mientras proclamaba dramáticamente: “¡Tengo la bendición del delfín, y te destruiré!”.
[/color][/color]
—Venga, Luna, tú siéntate. Floramon no se va a perder. Si necesita ayuda con su bolso, yo iré.
Luna hizo caso a Leonardo y se sentó. Además, comenzaba a estorbar en el paso de los viajeros. Tras unos minutos, la digimon flor cruzó la puerta. Floramon llevaba una pamela, y un pareo. A Luna le pareció cómico tener que comprar un bikini de niña pequeña para que su digimon se lo pusiera -criada entre humanos, se sentía más cómoda vistiendo como ellos- aquel día. Había comprado uno de niño para Leonardo, y el digimon se vio obligado a aceptar... después de mucho insistir Luna en lo que le dolería que le rechazase el regalo. Aunque por supuesto era más broma que verdad... pero finalmente, ahí lo tenía con un pantaloncito corto de niño. Travis iba justo detrás de la digimon: aunque a decir verdad, aquel flotador ostentoso en forma de delfín dejaba ver poco de él. También sostenía un bolso de playa en la otra mano, probablemente se había ofrecido para llevárselo a Floramon. Leonardo levantó la mano para que vieran que ya tenían asientos, y Luna se revolvió en el suyo, tapándose la cara con la mano. Y aunque pudiera parecer que le exasperaba el resultón delfín de goma, la colorida camisa hawaiana o las gafas de sol de su invitado, más bien era por nervios. Por una cosa o por otra, no solía acompañarles. Hasta se le hacía raro verlo sin el usual traje de chaqueta. Carraspeó y no pudo evitar aguantarse la risa por aquella camisa de flores estampadas.
—Disculpe, señor está ocupado...—Luna fingió sorprenderse, e incluso hizo el gesto dramático de llevarse la mano a los labios— ¡Oh, perdona, Travis, no te había reconocido! Casi te confundo con una persona normal sin traje—él respondió levantándose un poco las gafas de sol y sacándole la lengua como un chiquillo pequeño mientras comentaba sarcásticamente: “Muy graciosa, guapa”
. Luna entendía por qué podía llegar a ser alguien atrativo, aunque la larga mirada que le dirigió no era por eso—Oh, Travis, por todas las deidades digimon juntas, ¿era necesario que te trajeras eso? ¿Y inflado?
—Pensé que eras el tipo de chica a la que le gustaría cabalgar en las aguas encima de un delfín...—Travis hizo su número cómico, alzando la ceja y mirando al susodicho—...de un dudosamente saludable color azul fosforito.
Luna hizo un mohín al que se le notaba que se había contenido de reírse por aquella tontería. Era bastante lindo, bien mirado.
—Pensaba que no vendrías—añadió Luna, mientras que Floramon y Travis tomaban asiento. Ella colocó el codo en el reposabrazos del asiento, y miró de reojo al italiano, que se había sentado a lado y trataba de no mover mucho el delfín de goma.
—¿Bromeas? Para una vez que regalan algo, evidentemente que lo tomaré. Además, casi nunca vamos a ningún lugar juntos, al menos no con Leonardo y Floramon—comentó Travis, con una risilla.
Enseguida comenzó a preguntarle a ambos digimon si habían estado en la playa, y Floramon rememoró una de los primeros días que pasó con Luna en el mundo digital, habían visitado una playa. Floramon reconoció sonrojada que no era muy buena nadando -y era verdad-.
—Hacía mucho tiempo que yo no iba a la playa. De hecho estoy muy emocionado. ¡Diversión, relax y un toque romántico de lo más sugerente!
—¿Qué tiene de romántico que los humanos os tendáis bajo el sol como lagartos?—preguntó Leonardo, alzando una ceja. Luna alzó el dedo índice y añadió: “Lo apoyo completamente”.
—Sois tal para cual. ¡No lo veis en perspectiva!—para añadir lo siguiente, puso la voz calma y la acompañó con un movimiento de manos que parecía estirar una manta invisible—Pensad. El mar besando a la arena bajo el radiante sol del día y a medida que llega el atardecer, la va haciendo suya.
Leonardo y Luna reaccionaron al instante.
—¡Pero qué cosas tienes!
—Pues a mi me parece una apreciación hermosa. Pensar en el mar y la arena como dos amantes metafóricos es bastante poético—Floramon dijo esto con la voz entrecortada por la vergüenza.
—¡Desde luego, no tenéis sentido del romanticismo! Ah, Floramon es la única con algo de eso aquí—dijo él, encogiéndose de hombros y provocando que la digimon flor riera tímidamente. Travis agarró la mano de la digimon flor con gesto dramático—Si el amor entre digimons y humanos no estuviera penado, ¡me casaría con vos, bel fiore*!
—Qué halagador Travis-san. Vos trambién sois un agradable muchacho—Leonardo emitió un gruñidito malhumorado, mientras dejaba escapar un “No seas degenerado, chico”.
—¡Eh, deja de pervertir a mi digimon!—exclamó Luna, dándole puñetazos suaves en el torso a Travis, que con gesto de suficiencia y dejando que Luna le diera aquellos golpes suaves, alzó una ceja y añadió: “Aja-já, con que así tengo que jugar para que me hagas caso, ¿eh?”
—¡Vosotros dos, comportaos! ¡Os está oyendo todo el tren!—intentar regañarlos fue en vano. El cánido no sabía que armarían tanto jaleo, ¡y menos que parecieran dos chiquillos que se hubieran declarado la guerra! Leonardo lo dio por imposible y se llevó una mano a la cara, suspirando. Travis nunca le había gustado del todo por ser alguien con muchos secretos, pero siempre conseguía que Luna terminase estando más enérgica así que en cierto modo se alegraba. Era como si su pequeña niña tuviera amigos al fin, amigos como ella.
Floramon emitió una risita al ver que Travis terminaba de darle la ventaja a Luna y contraatacaba pasándole un brazo por el hombro y la “atacaba” dándole pequeños golpes en la cabeza con el delfín inflable mientras proclamaba dramáticamente: “¡Tengo la bendición del delfín, y te destruiré!”.
[/color][/color]
- Tamer & Digimon
- Faltas :1Prueba de Rol :ADigi Puntos :402Ficha :Nivel On Rol :RookieNivel On Rol de los Digi Aliados :Leonardo
Champion
Icono :Rango y Unidad :Luna Naitoenjeru
Rango: Soldado
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield Tortule
Flora
Rango: Soldado
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield Tortule
Rango y Unidad Digi Aliado :Leonardo
Rango: Soldado
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield TortuleInventario :
Luna Kobayashi
Re: 地獄や天国 (¿Infierno o paraíso?) [Priv: YatterwaAgain, Elluka Clock., Sigrun Vinter]
Elluka
Viajar en Trailmon nunca fue de mi gusto. El estrepitoso movimiento de los trenes poblados me mareaba, y no era cómodo el asiento que tenía. Quizás era que me había acostumbrado a los lujos nuevamente, pero eso no minimizaba el hecho de que estaba ahí sin disfrutar, sumando que usualmente me sentía incómoda entre las grandes masas de gente, y el ruido de la euforia de los reclutas me exasperaba. Para ser el inicio de un viaje de relajación, estaba yendo muy mal.
Acariciaba constantemente la cabeza de mi querida Lunamon para desviarme del ruido exterior, y con un par de audífonos escuchaba conciertos de Bach desde mi reproductor, y los lentes de sol me permitían cerrar los ojos con comodidad. A mis costados estaban sentados Löwemon y Venusmon, imponentes cuales guardias. Aleron dormitaba, pero cada que cabeceaba terminaba por despertar, y a los dos minutos volvía al círculo vicioso. Lion permanecía callado, con su vista fija en la ventana y el paisaje que se iría quedando detrás.
-¡Louise! -Por fin los llamados de Lunamon me alcanzaron, y me vi forzada a quitarme los auriculares.
-Perdón, querida. -Reí por lo bajo, avergonzada al haberle ignorado.Ella no hizo una sola mueca de disgusto (a diferencia de cómo hubieran actuado mis otros dos compañeros).
-Por fin iremos de vacaciones juntas, ¿no te emociona? -Me dio ternura en demasía. Sin embargo, no duró mucho, y me detuve antes de responderle. Fruncí el ceño al escuchar una disputa unos asientos más adelante. -Es... Es una playa, y... Podrás broncearte y... Ehm... -Lunamon comenzaba a titubear, notando mi estrés. Quería ir a pedir con suma amabilidad que se detuvieran, la vista del delfín saltando era demasiado. -Invitaste a tu amiga... Y... Hm... -¿Una amiga? Ah, sí. Había invitado a Sigrun. ¿Culpa? Sí, me sentía culpable por todo. Ella casándose y no poder evitarlo, haberme escondido de ella. Quería conocerla de nuevo. Quería ser su amiga de nuevo... Quería una amiga.
Si bien, había disfrazado todo el asunto como una manera de enmendar nuestra relación con los Royal Knights, mis segundas intenciones eran egoístas. Deseaba recuperar a mi amiga, y deseaba con más fuerza el ver a Fuji en una situación que no fuese política. La idea de estar disfrutando de la arena, leyendo con él a mí lado, sin presiones laborales, era casi utópica.
-Ya quita esa cara, te ves tonta. -Musitó el adormilado Aleron, y enrojecí al darme cuenta de que estaba sonriendo. Comencé a temblar de furia pensando en que fui predecible, y el escuchar sobre ese grito de la destrucción de la bendición del delfín me hizo explotar.
-¡Ya! -Exclamé y dejé a Lune en el suelo, y me puse en pie rápidamente. Acomodé mi vestido playero, y caminé con paso acelerado hacia el origen del escándalo. -Sé que se trata de unas vacaciones, pero ¿puedo saber a qué se debe semejante barullo? Hay pasajeros buscando dormir. -Cuestioné, colocando mis lentes de sol sobre la cabeza, y con ello alzando un par de mechones de mi flequillo. Posé la diestra sobre la cintura, y me dispuse a regañar, pero la voz de Aleron me detuvo.
-Elluka, no quiero dormir ya, vuelve a sentarte. -Se le escuchaba molesto también, y sabía que era porque había explotado en un lugar donde era yo quien más compostura debía mantener, pero lo ignoré, y seguí viendo al grupo del dichoso delfín.
Última edición por Elluka Clockworker el Vie Jul 28, 2017 7:18 am, editado 1 vez
- Tamer
- Digi Puntos :532Cuentas :Ficha :Relaciones :NPCs :Nivel On Rol :Ancient SpiritNivel On Rol de los Digi Aliados :
Mega
Ultimate
Icono :Rango y Unidad :Elluka Clockworker
Rango: Demi God
División: Olimpo Heros
Unidad/Sub-division: Venus Dove
Rango y Unidad Digi Aliado :Aleron
Rango: Oficial
División: Olimpo Heros
Unidad/Sub-division: Venus Dove
Lion
Rango: Cabo
División: Olimpo Heros
Unidad/Sub-division: Venus DoveInventario :
Elluka Clockworker
Re: 地獄や天国 (¿Infierno o paraíso?) [Priv: YatterwaAgain, Elluka Clock., Sigrun Vinter]
El viento acariciaba el cabello de la valquiria mientras volaba sobre el océano, en el hombro de Ulforce. Se sentía bien, se sentía libre. Volar en UlforceVeedramon era una de las cosas que más le gustaban en ese mundo… y pronto se lo arrebatarían. En unos días, la reina del Metal Empire la obligaría a casarse. Formaba parte de un acuerdo de paz entre con los Royal Knights, Sigrun lo aceptaría por el bien de ambos clanes de no ser que el tamer con el que se casaría era Aesgyr. Aquél que una vez tuvo el corazón de la valquiria, antes incluso de conocer el Mundo Digital. Sigrun estaba segura de que no había cambiado en absoluto, que seguía teniendo esas ansias de poder y que accedía a eso para ganar influencia. Además de que podría controlarla amenazándole con romper el acuerdo y que QueenChessmon les declarara la guerra.
Por eso recibió con alivio la invitación de Elluka a pasar el día en la playa, en una isla. Era ahí donde se dirigían ambos, siguiendo las coordenadas que les facilitó la pelirrosada. Algo evidente en el vestuario de la joven. Llevaba un bikini azul con un pareo del mismo color, atado a la cintura y un bolso de playa con estampados de flores hawaianas. Dentro llevaba lo necesario como una toalla o crema solar, además de su Digivice Burst, en un bolsillito interno.
- ¿Crees que ha sido buena idea venir? – pregunto serio el caballero alado- Deberíamos seguir buscando una manera de librarte de esa maldita boda.
- Ya he buscado todas las opciones posibles y no hay nada que pueda hacer sin provocar una guerra. Quiero disfrutar de esta libertad al menos un día, un día sin preocuparme de nada más que de mi misma, al menos por una vez. – le contestó, observando el mar con la mirada baja- Pero eso no significa que haya aceptado mi destino. Cuando regresemos me encerraré en la base y no saldré de allí hasta que encuentre la manera de escapar de todo esto… o hasta que el Metal Empire venga a buscarme.
Aceptando la opinión de su compañera, Ulforce siguió volando hasta que empezaron a ver la isla en el horizonte, aunque no fue lo único que vieron. A unos 200 metros más abajo vieron un Trailmon avanzar por las vías marítimas, parecía llevar la misma dirección que ellos.
- Debe de ser un Trailmon de los Union Saver, Elluka debe ir allí- supuso la valquiria- Desciende. A ver si está.
Ulforce empezó a descender hasta situarse a la izquierda del último vagón del Trailmon, volando casi a ras del agua. Ambos vieron a través de las ventanas pero eso estaba lleno de tamers y digimons, lo cual era extraño. ¿Todos se dirigían al mismo sitio? Habrian jurado que era un transporte de los Union Saver, y si todos los que había allí dentro eran agentes ¿Para qué se dirigían a una isla? Ulforce aceleró un poco, avanzando pero manteniendo la altura y la distancia con el Trailmon. Iban mirando vagón por vagón por las ventanas, buscando a Elluka pero sólo encontraban a otra gente.
Obviamente, los del interior del Trailmon también podían ver al mega y su tamer, volando junto a ellos, y algunos podrían identificar al dúo. Pero la vestimenta de la valquiria debería darles a entender que no iba a ninguna batalla.
Mientras avanzaban algo dentro de uno de los vagones captó su atención. Era algo azul fosforito que se movía de un lado a otro ¿un delfín? Junto a esa cosa vieron a Luna, Leonardo y Flora ¿Qué hacían allí? Ambos empezaron a creer que se estaban metiendo en alguna especie de fiesta o vacaciones de los Union Saver. Por suerte, en el mismo vagón vieron a Elluka, así que se quedaron volando junto a ellos, sin acelerar más. Como si acompañaran al transporte.
Por eso recibió con alivio la invitación de Elluka a pasar el día en la playa, en una isla. Era ahí donde se dirigían ambos, siguiendo las coordenadas que les facilitó la pelirrosada. Algo evidente en el vestuario de la joven. Llevaba un bikini azul con un pareo del mismo color, atado a la cintura y un bolso de playa con estampados de flores hawaianas. Dentro llevaba lo necesario como una toalla o crema solar, además de su Digivice Burst, en un bolsillito interno.
- Bikini de Sigrun (imaginadlo azul, me dio pereza recolorearlo en PS):
- ¿Crees que ha sido buena idea venir? – pregunto serio el caballero alado- Deberíamos seguir buscando una manera de librarte de esa maldita boda.
- Ya he buscado todas las opciones posibles y no hay nada que pueda hacer sin provocar una guerra. Quiero disfrutar de esta libertad al menos un día, un día sin preocuparme de nada más que de mi misma, al menos por una vez. – le contestó, observando el mar con la mirada baja- Pero eso no significa que haya aceptado mi destino. Cuando regresemos me encerraré en la base y no saldré de allí hasta que encuentre la manera de escapar de todo esto… o hasta que el Metal Empire venga a buscarme.
Aceptando la opinión de su compañera, Ulforce siguió volando hasta que empezaron a ver la isla en el horizonte, aunque no fue lo único que vieron. A unos 200 metros más abajo vieron un Trailmon avanzar por las vías marítimas, parecía llevar la misma dirección que ellos.
- Debe de ser un Trailmon de los Union Saver, Elluka debe ir allí- supuso la valquiria- Desciende. A ver si está.
Ulforce empezó a descender hasta situarse a la izquierda del último vagón del Trailmon, volando casi a ras del agua. Ambos vieron a través de las ventanas pero eso estaba lleno de tamers y digimons, lo cual era extraño. ¿Todos se dirigían al mismo sitio? Habrian jurado que era un transporte de los Union Saver, y si todos los que había allí dentro eran agentes ¿Para qué se dirigían a una isla? Ulforce aceleró un poco, avanzando pero manteniendo la altura y la distancia con el Trailmon. Iban mirando vagón por vagón por las ventanas, buscando a Elluka pero sólo encontraban a otra gente.
Obviamente, los del interior del Trailmon también podían ver al mega y su tamer, volando junto a ellos, y algunos podrían identificar al dúo. Pero la vestimenta de la valquiria debería darles a entender que no iba a ninguna batalla.
Mientras avanzaban algo dentro de uno de los vagones captó su atención. Era algo azul fosforito que se movía de un lado a otro ¿un delfín? Junto a esa cosa vieron a Luna, Leonardo y Flora ¿Qué hacían allí? Ambos empezaron a creer que se estaban metiendo en alguna especie de fiesta o vacaciones de los Union Saver. Por suerte, en el mismo vagón vieron a Elluka, así que se quedaron volando junto a ellos, sin acelerar más. Como si acompañaran al transporte.
Última edición por Sigrun Vinter el Dom Ago 27, 2017 10:50 pm, editado 1 vez
- Tamer & Digimon
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :642Cuentas :Ficha :Relaciones :Cronologia :NPCs :Nivel On Rol :Burst Mode/Future ModeNivel On Rol de los Digi Aliados :Draco: Ultimate [BlackMetalGreymon]
Kara: Rookie [Dorumon]Icono :Rango y Unidad :Sigrun Vinter
Rango: Hand of the King y Holy Knight
Unidad: Todo el clan (Blue Thunder Dragons)
Ulforce
Rango: Hand of the King y Holy Knight
Unidad: Todo el clan (Blue Thunder Dragons)Rango y Unidad Digi Aliado :Draco
Rango: Knight
Unidad: Dragons DestroyersInventario :
Sigrun Vinter
Re: 地獄や天国 (¿Infierno o paraíso?) [Priv: YatterwaAgain, Elluka Clock., Sigrun Vinter]
Los vagones, ruidosos por la animosidad nacida de unas vacaciones pagadas, mostraban el júbilo propios de la edad, y es que divertimentos tales como canciones de viaje, juegos de pelota, retos físicos o conversaciones a grito iban aumentando el frenesí fiestero más y más. Para evitar el descontrol, y que no agotaran sus energías antes de llegar a su destino, se envió a un elemento disuasor. La compuerta se abrió, y con paso lento, pero firme, él empezó a imponer orden. Bastaba con su presencia, que se interpretaba como un primer aviso. Los ruidos se opacaban con aquel velo de temor, y todo lo enumerado anteriormente pasaba a susurros, charlas, y juegos de ingenio, preguntas, pero todo en silencio, sin alboroto alguno.
Se había ganado una fama. “No os acerquéis a él”. Y es que muchos habían acabado en las instalaciones médicas por no cumplir esta sencilla regla. Fracturas menores, rasguños, y una herida en el orgullo. Nadie se espera que sepa pelear, y menos así. Muchos quisieron, simplemente, acariciar sus crines, y esto deparaba en un mordisco, un zarpazo, y muchos gritos. Al poco, hubo quien cuestionaba que supiera pelear, y lo retaban, sin esperarse esa ferocidad y salvajismo.
Sven era intocable. Sven era un niño. Sven era una bestia.
Tomando el sol, sin meterse con nadie, a su aire, no soportaba que quisieran abrazarlo, o manosearle, tampoco las fotos o las burlas. ¿Que era una mascota? ¿Que debía obedecer a sus superiores? Y una mierda. Solo hacía caso a Azazel, que era más grande y fuerte, y a ese hombre-pájaro, pero porque era amable con él. Lo trataba como un niño, sí, mas no como un imbécil.
Le había pedido que fuera de vagón en vagón, para que bajaran el volumen, y así lo estaba haciendo, pues como premio por obedecer le habían dejado la gorra del maquinista. Sven el maquinista. Los trenes le gustaban, porque era como moverte sin moverte, y el maquinista es el mago que hace que se muevan. Ahora, él era el mago, y las puertas se abrían solas. Le gustaba esa sensación.
Finalmente, llegó al vagón donde, por cuestiones varias, se habían reunido varias personas que él conocía: su hermana, la chica amable del pelo rosa, esa otra con el hombre-azul que le hacía sentirse mal, ¡y un malvado delfín que atacaba a su familia! Sin dudarlo, desenvainó su arma, que ya se recubría de luz azul, y se disponía a acabar con la vida de ese indeseable animal. Antes, con suerte, sonó una voz, familiar para muchos, por la megafonía del tres.
-Sven, pequeño, solo es un juguete, no le está haciendo daño. Y ya estamos a punto de llegar, pero si esa RK quiere tomar asiento no hay ningún problema. Estamos de vacaciones, ¿sí? Relájate.
Podía oirlo todo. El talento de Hordd radicaba en su oído que, como las aves rapaces, distinguía incluso el movimiento por el volumen del aire desplazado. Por eso quería silencio, tantas voces y estímulos le impedían relajarse en su asiento. Y necesitaba estar relajado, pues no sabían cómo se iba a encontrar aquel tamer, pasando la prueba de Hualongmon. A saber si quedaba siquiera algo de él. No obstante, esta información no se requería para el resto de US, ellos podrían disfrutar de la playa. En cambio, él debía buscar e identificar el estado de aquel sujeto que, por su propia cuenta y riesgo, quería comprender el poder de los dioses. A saber qué pensamientos pasaban por su mente, iluminada por una chispa de divinidad.
-Hambre...-decía, despertando de su letargo- Debo buscar comida.
Había pasado un mes desde que inició el proceso, y poco a poco, iba entendiendo ese estado de existencia. Vinculado a un todo, pero siendo uno mismo. Podía sentir el vuelo de los pájaros, o el viaje de los peces por el agua. La isla era parte de él, del mismo modo que él era parte de su bioma.Y sin embargo, seguía fallando algo. Pudo notar, que algo iba mal, y quizás por eso, despertó:
-¿Invasores?
Se había ganado una fama. “No os acerquéis a él”. Y es que muchos habían acabado en las instalaciones médicas por no cumplir esta sencilla regla. Fracturas menores, rasguños, y una herida en el orgullo. Nadie se espera que sepa pelear, y menos así. Muchos quisieron, simplemente, acariciar sus crines, y esto deparaba en un mordisco, un zarpazo, y muchos gritos. Al poco, hubo quien cuestionaba que supiera pelear, y lo retaban, sin esperarse esa ferocidad y salvajismo.
Sven era intocable. Sven era un niño. Sven era una bestia.
Tomando el sol, sin meterse con nadie, a su aire, no soportaba que quisieran abrazarlo, o manosearle, tampoco las fotos o las burlas. ¿Que era una mascota? ¿Que debía obedecer a sus superiores? Y una mierda. Solo hacía caso a Azazel, que era más grande y fuerte, y a ese hombre-pájaro, pero porque era amable con él. Lo trataba como un niño, sí, mas no como un imbécil.
Le había pedido que fuera de vagón en vagón, para que bajaran el volumen, y así lo estaba haciendo, pues como premio por obedecer le habían dejado la gorra del maquinista. Sven el maquinista. Los trenes le gustaban, porque era como moverte sin moverte, y el maquinista es el mago que hace que se muevan. Ahora, él era el mago, y las puertas se abrían solas. Le gustaba esa sensación.
Finalmente, llegó al vagón donde, por cuestiones varias, se habían reunido varias personas que él conocía: su hermana, la chica amable del pelo rosa, esa otra con el hombre-azul que le hacía sentirse mal, ¡y un malvado delfín que atacaba a su familia! Sin dudarlo, desenvainó su arma, que ya se recubría de luz azul, y se disponía a acabar con la vida de ese indeseable animal. Antes, con suerte, sonó una voz, familiar para muchos, por la megafonía del tres.
-Sven, pequeño, solo es un juguete, no le está haciendo daño. Y ya estamos a punto de llegar, pero si esa RK quiere tomar asiento no hay ningún problema. Estamos de vacaciones, ¿sí? Relájate.
Podía oirlo todo. El talento de Hordd radicaba en su oído que, como las aves rapaces, distinguía incluso el movimiento por el volumen del aire desplazado. Por eso quería silencio, tantas voces y estímulos le impedían relajarse en su asiento. Y necesitaba estar relajado, pues no sabían cómo se iba a encontrar aquel tamer, pasando la prueba de Hualongmon. A saber si quedaba siquiera algo de él. No obstante, esta información no se requería para el resto de US, ellos podrían disfrutar de la playa. En cambio, él debía buscar e identificar el estado de aquel sujeto que, por su propia cuenta y riesgo, quería comprender el poder de los dioses. A saber qué pensamientos pasaban por su mente, iluminada por una chispa de divinidad.
-Hambre...-decía, despertando de su letargo- Debo buscar comida.
Había pasado un mes desde que inició el proceso, y poco a poco, iba entendiendo ese estado de existencia. Vinculado a un todo, pero siendo uno mismo. Podía sentir el vuelo de los pájaros, o el viaje de los peces por el agua. La isla era parte de él, del mismo modo que él era parte de su bioma.Y sin embargo, seguía fallando algo. Pudo notar, que algo iba mal, y quizás por eso, despertó:
-¿Invasores?
- Tamer
- Faltas :Una por cada double.Prueba de Rol :ADigi Puntos :1060Ficha :NPCs :Nivel On Rol :Ancient spiritNivel On Rol de los Digi Aliados :Sven-Hyper SpiritIcono :Rango y Unidad :Roku Ginshô (Adam Odysseum)
Rango: Holy General
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield TurtleRango y Unidad Digi Aliado :Sven
Rango: Teniente
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield TurtleInventario :
Roku Ginshô
Re: 地獄や天国 (¿Infierno o paraíso?) [Priv: YatterwaAgain, Elluka Clock., Sigrun Vinter]
Travis soltó el delfín y se lo dio a Luna al ver aproximarse a Elluka.Se levantó, raudo y veloz, al ver cómo la pelirosa se alzaba las gafas de sol hacia arriba: le pareció que su airado gesto tenía algo de encanto, aunque claro, no la podía hacer rabiar sin siquiera conoerla. "Aunque ganas no es que me falten. Sería como hacer enfadar a una diva" pensó para sí. Pero era la hora de ser educado, sabía quién era y qué puesto ocupaba en el clan.
-Oh, perdona las molestias. Puedo cantarte una nana en compensación, aunque quizás estropee el día de playa y se ponga a llover de lo mal que canto-se encogió de hombros, con una sonrisa de oreja a oreja, haciendo ver que estaba bromeando-Pero, eh, la intención es lo que cuenta, ¿no?
Luna alzó la mirada hacia arriba, como exasperada, y apoyó la cabeza en el delfín mientras seguía observando conversar a Travis. Leonardo se percató de esto, y se preocupó un poco.
-Elluka Clockworker, ¿no? Estoy bastante seguro, he visto tu nombre un par de veces en informes y demás. Aunque debería arreglar lo de la foto de tu expediente-puso gesto meditabundo, como si realmente hubiera algo mal con eso-No refleja el encanto que tiene en vivo y en directo, sobre todo cuando estás a punto de regañar a alguien. Por si te lo preguntas, soy Travis-emitió una risita-El nombre de mi cargo es suficientemente largo como para aburrir, así que dejémoslo en que me encargo de que la burocracia fluya lo mejor posible.
Un pequeño leoncito blanco se acercó, espada en mano y dispuesto a pegar a esa malvada criatura que atacaba a Luna. Luna reconoció a Sven, aquel niño que era su hermanito pequeño sin serlo. Intentó tranquilizarlo para evitar que el delfín inflable sufriera un percance: "Tranquilo, estoy bien, Sven". Por suerte, la voz de alguien en megafonía paró al leoncito. Travis no pudo evitar reírse al mirar a Sven, después de que la voz del Valkir por megafonía: "¡Ains, qué chaval más lindo! Pensaba que le estaba haciendo daño y la quería defender...". Por su parte, Luna se acercó a Sven, sonriéndole levemente con ese deje de cansancio que la chica siempre solía tener, dejando el dichoso delfín a cuidado de Flora. De algún modo le reconfortaba que alguien que no tuviera razón para hacerlo, el deber de hacerlo, la protegiera.
-Vaya. ¡Con tu valiente espada seguro que no tengo nada que temer! Gracias, Sven-le acarició el pelo del brazo, en vista de que la cabeza estaba ocupada por la gorra de maquinista. Era bastante irónico que aquel niñito pudiera medirse con casi cualquier cosa que pudieran encontrar-Por cierto, señor maquinista, me gusta mucho su gorra. ¿Me enseña el resto de su tren?
Luna oyó un chillidito entusiasmado de Floramon, al ver a alguien en la ventana. La digimon flor se había puesto a mirar por la ventana con una sonrisa, animada por la alegría en su alrededor, mientras hablaba con Leonardo de lo positivo que era aquello para que los miembros del clan estrechasen lazos. Le encantaba estar en un lugar tan lleno de vida y risas. “Aunque me da vergüenza no saber nadar” dijo ella, a lo que Leonardo musitó entre dientes que sólo era cuestión de práctica. No se atrevió a decir directamente que él podía enseñarle, si quería.
Unas conocidas alas azuladas se movieron en el aire, y Ulforce apareció. Floramon se puso muy contenta, tremendamente contenta, tanto que dio un pequeño bote en su asiento y movió los brazos en el aire, para saludarlo.
-¡Ulforce!
El pobre Leonardo sólo pudo pensar: “El que faltaba...”. Pero ciertamente también le gustaba ver a Floramon estar alegre activamente. Ella solía sonreír y mirar, y rara vez se mostraba tan efusiva, así que, le gustase o no, la presencia de Ulforce hacía que Flora estuviera más contenta por los sentimientos que despertaba en ella.
Off: Luego coloreo.
-Oh, perdona las molestias. Puedo cantarte una nana en compensación, aunque quizás estropee el día de playa y se ponga a llover de lo mal que canto-se encogió de hombros, con una sonrisa de oreja a oreja, haciendo ver que estaba bromeando-Pero, eh, la intención es lo que cuenta, ¿no?
Luna alzó la mirada hacia arriba, como exasperada, y apoyó la cabeza en el delfín mientras seguía observando conversar a Travis. Leonardo se percató de esto, y se preocupó un poco.
-Elluka Clockworker, ¿no? Estoy bastante seguro, he visto tu nombre un par de veces en informes y demás. Aunque debería arreglar lo de la foto de tu expediente-puso gesto meditabundo, como si realmente hubiera algo mal con eso-No refleja el encanto que tiene en vivo y en directo, sobre todo cuando estás a punto de regañar a alguien. Por si te lo preguntas, soy Travis-emitió una risita-El nombre de mi cargo es suficientemente largo como para aburrir, así que dejémoslo en que me encargo de que la burocracia fluya lo mejor posible.
Un pequeño leoncito blanco se acercó, espada en mano y dispuesto a pegar a esa malvada criatura que atacaba a Luna. Luna reconoció a Sven, aquel niño que era su hermanito pequeño sin serlo. Intentó tranquilizarlo para evitar que el delfín inflable sufriera un percance: "Tranquilo, estoy bien, Sven". Por suerte, la voz de alguien en megafonía paró al leoncito. Travis no pudo evitar reírse al mirar a Sven, después de que la voz del Valkir por megafonía: "¡Ains, qué chaval más lindo! Pensaba que le estaba haciendo daño y la quería defender...". Por su parte, Luna se acercó a Sven, sonriéndole levemente con ese deje de cansancio que la chica siempre solía tener, dejando el dichoso delfín a cuidado de Flora. De algún modo le reconfortaba que alguien que no tuviera razón para hacerlo, el deber de hacerlo, la protegiera.
-Vaya. ¡Con tu valiente espada seguro que no tengo nada que temer! Gracias, Sven-le acarició el pelo del brazo, en vista de que la cabeza estaba ocupada por la gorra de maquinista. Era bastante irónico que aquel niñito pudiera medirse con casi cualquier cosa que pudieran encontrar-Por cierto, señor maquinista, me gusta mucho su gorra. ¿Me enseña el resto de su tren?
Luna oyó un chillidito entusiasmado de Floramon, al ver a alguien en la ventana. La digimon flor se había puesto a mirar por la ventana con una sonrisa, animada por la alegría en su alrededor, mientras hablaba con Leonardo de lo positivo que era aquello para que los miembros del clan estrechasen lazos. Le encantaba estar en un lugar tan lleno de vida y risas. “Aunque me da vergüenza no saber nadar” dijo ella, a lo que Leonardo musitó entre dientes que sólo era cuestión de práctica. No se atrevió a decir directamente que él podía enseñarle, si quería.
Unas conocidas alas azuladas se movieron en el aire, y Ulforce apareció. Floramon se puso muy contenta, tremendamente contenta, tanto que dio un pequeño bote en su asiento y movió los brazos en el aire, para saludarlo.
-¡Ulforce!
El pobre Leonardo sólo pudo pensar: “El que faltaba...”. Pero ciertamente también le gustaba ver a Floramon estar alegre activamente. Ella solía sonreír y mirar, y rara vez se mostraba tan efusiva, así que, le gustase o no, la presencia de Ulforce hacía que Flora estuviera más contenta por los sentimientos que despertaba en ella.
Off: Luego coloreo.
- Tamer & Digimon
- Faltas :1Prueba de Rol :ADigi Puntos :402Ficha :Nivel On Rol :RookieNivel On Rol de los Digi Aliados :Leonardo
Champion
Icono :Rango y Unidad :Luna Naitoenjeru
Rango: Soldado
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield Tortule
Flora
Rango: Soldado
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield Tortule
Rango y Unidad Digi Aliado :Leonardo
Rango: Soldado
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield TortuleInventario :
Luna Kobayashi
Re: 地獄や天国 (¿Infierno o paraíso?) [Priv: YatterwaAgain, Elluka Clock., Sigrun Vinter]
No puedo decir que me desagradó el comportamiento casual del chico delfín. De hecho, podría jurar que hasta una ladina sonrisa me arrancó, y que tal vez fruncí los labios ligeramente al escuchar su cumplido. No era la primera persona, pero debía admitir que tenía cierto encanto al hacerlo. ¿Un playboy? Lo más seguro era que esa rebosante confianza le sentaba bien, desembocando en ese peculiar carisma, y por ello no le interrumpiría.
Él me reconoció fácilmente, y yo también lo reconocí con sencillez. Era parte de mi trabajo conocer las sombras de todos, y sabía bien que este hombre era un administrativo del clan. Poco me interesaban los de su clase, pero les reconocía que era un objetivo noble invertir en la prosperidad del mundo digital. No me molestaban, pero tampoco confiaba del todo en la filantropía.
-No se preocupe, Travis. -Acepté la indirecta invitación a llamarle por su nombre, y me crucé de brazos para acomodar mi postura. -Lo conozco bien a usted. -Sonreí ampliamente, pero tras aquél gesto de aparente amabilidad se vestía mi desaprobación ante la falta de disciplina, y no tenía pensado ocultarla. Sin embargo, sabía que no podía exigir mucho de quien no fungía de militar.
Para desviarme un poco (y calmarme), dirigí mis ojos a la ventana del Trailmon, y de soslayo pude ver a la exasperada recluta. ¿Su celosa novia quizás? -Vaya, creo que interrumpí algo importante. -Musité con cierto tono cantarín. ¿Esconder mi comentario? Por supuesto que no. Tenía toda la intención de que me escucharan, pero bajé mi volumen para no exponer al grupo. Fue entonces que a los pocos segundos percibí un movimiento agresivo. -Luka. -Escuché enseguida el murmullo de una voz conocida pasar junto a mi oído, y como un flash apareció el la espalda de Aleron frente a mí, con una respuesta defensiva.
Me ubiqué en la situación a los pocos segundos, y me percaté de la presencia de Spadamon, que se disponía a acabar con el delfín inflable. La voz de Valkyrimon se hizo presente por los megáfonos, deteniéndolo, y la estridente risa de Travis me despabiló. Fue ahí cuando me di cuenta de que había algo extraño en la conexión de la soldado con le petit terreur, como me gustaba llamarle.
Sven, uno de los allegados de Roku Ginshô, a mí no me causaba conflicto, a diferencia de los demás miembros del clan. Yo conocí un buen lado de ese niño, y también conocí las leyendas urbanas que corrían por los pasillos de los cuarteles. Si el chiquillo quería proteger a aquella señorita, debía ser apegada a él. ¿O me estaba haciendo demasiadas conjeturas? No cualquiera se atrevería a tratar tan amablemente al Spadamon. No obstante, me reservé mis preguntas al respecto.
-¡Pero si es el noble caballero! Qué bien te queda esa gorra, Sven. -Sonreí al leoncito con ternura, pero dejé después que su atención se centrara en la castaña. Estaba más interesada por saber cómo funcionaba esa relación.
Viendo que el confundido Venusmon seguía pasmado frente a mí, tomé los hombros de Aleron con las dos manos, y me apoyé sobre su espalda con una risita, aprovechando la ligera diferencia entre nuestras alturas.
-Se aprecia mucho el intento. -Canturreé y acomodé mi mentón sobre el hombro del querubín, con todas las intenciones de molestarlo.
-¿Cuál intento? -Protestó con voz grave, y dirigió su barbilla hacia la ventana, procurando parecer ofendido. -Tch... Ese mocoso no me da confianza y ya. No te hagas la importante. -Para ser un dios del amor, sus maneras afectivas eran poco convencionales, pero yo lo conocía mejor que a la palma de mi mano. Reconocía su preocupación, porque él procuraba no mirar mi anillo de compromiso. Yo sabía que ese era el motivo tras ese semblante orgulloso.
Me dispuse a darle palabras de ánimo a mi compañero, pero el chillido de Floramon llamó la atención de los dos, estremeciéndonos al instante. Seguí la mirada de la florecilla, y me fijé en el Ulforce Veedramon que volaba al lado de nuestro tren. Cierto, Valkirymon había mencionado a una Royal Knight. No pude evitar sonreír como niña en Navidad al saber que Sigrun ya estaba a la par con nosotros.
-Tu amiguita, ¿eh? -Susurró cupido al aire. No respondí, puesto me quedé interesada en la reacción del Gaomon, que no se le veía contento. Completamente opuesto a Floramon.
-Anda, tú podrías hacer un amiguito también. Tienen el mismo semblante. -Me burlé de ambos con una melodiosa risa, y Aleron enfureció tanto que su rostro quedó tan rojo, que las vendas que cubrían sus ojos resaltaban intensamente.
-Serás insoportable...
Empujé con gentileza a Aleron hacia el Gaomon refunfuñón, y me asomé al cristal. Sin pensarlo dos veces, abrí la ventana, y saqué la cabeza.
-¡Elluka! -Me gritó el horrorizado Aleron, pero yo lo ignoré. El viento era fuerte, y batía demasiado mi cabellera, no iba a poder soportar mucho aquél suplicio.
-¡Sigrun! -Llamé con todas mis fuerzas a la valquiria. -¡Más vale que entren al tren! ¡No tiré a la basura treinta minutos de peinado por nada!
Él me reconoció fácilmente, y yo también lo reconocí con sencillez. Era parte de mi trabajo conocer las sombras de todos, y sabía bien que este hombre era un administrativo del clan. Poco me interesaban los de su clase, pero les reconocía que era un objetivo noble invertir en la prosperidad del mundo digital. No me molestaban, pero tampoco confiaba del todo en la filantropía.
-No se preocupe, Travis. -Acepté la indirecta invitación a llamarle por su nombre, y me crucé de brazos para acomodar mi postura. -Lo conozco bien a usted. -Sonreí ampliamente, pero tras aquél gesto de aparente amabilidad se vestía mi desaprobación ante la falta de disciplina, y no tenía pensado ocultarla. Sin embargo, sabía que no podía exigir mucho de quien no fungía de militar.
Para desviarme un poco (y calmarme), dirigí mis ojos a la ventana del Trailmon, y de soslayo pude ver a la exasperada recluta. ¿Su celosa novia quizás? -Vaya, creo que interrumpí algo importante. -Musité con cierto tono cantarín. ¿Esconder mi comentario? Por supuesto que no. Tenía toda la intención de que me escucharan, pero bajé mi volumen para no exponer al grupo. Fue entonces que a los pocos segundos percibí un movimiento agresivo. -Luka. -Escuché enseguida el murmullo de una voz conocida pasar junto a mi oído, y como un flash apareció el la espalda de Aleron frente a mí, con una respuesta defensiva.
Me ubiqué en la situación a los pocos segundos, y me percaté de la presencia de Spadamon, que se disponía a acabar con el delfín inflable. La voz de Valkyrimon se hizo presente por los megáfonos, deteniéndolo, y la estridente risa de Travis me despabiló. Fue ahí cuando me di cuenta de que había algo extraño en la conexión de la soldado con le petit terreur, como me gustaba llamarle.
Sven, uno de los allegados de Roku Ginshô, a mí no me causaba conflicto, a diferencia de los demás miembros del clan. Yo conocí un buen lado de ese niño, y también conocí las leyendas urbanas que corrían por los pasillos de los cuarteles. Si el chiquillo quería proteger a aquella señorita, debía ser apegada a él. ¿O me estaba haciendo demasiadas conjeturas? No cualquiera se atrevería a tratar tan amablemente al Spadamon. No obstante, me reservé mis preguntas al respecto.
-¡Pero si es el noble caballero! Qué bien te queda esa gorra, Sven. -Sonreí al leoncito con ternura, pero dejé después que su atención se centrara en la castaña. Estaba más interesada por saber cómo funcionaba esa relación.
Viendo que el confundido Venusmon seguía pasmado frente a mí, tomé los hombros de Aleron con las dos manos, y me apoyé sobre su espalda con una risita, aprovechando la ligera diferencia entre nuestras alturas.
-Se aprecia mucho el intento. -Canturreé y acomodé mi mentón sobre el hombro del querubín, con todas las intenciones de molestarlo.
-¿Cuál intento? -Protestó con voz grave, y dirigió su barbilla hacia la ventana, procurando parecer ofendido. -Tch... Ese mocoso no me da confianza y ya. No te hagas la importante. -Para ser un dios del amor, sus maneras afectivas eran poco convencionales, pero yo lo conocía mejor que a la palma de mi mano. Reconocía su preocupación, porque él procuraba no mirar mi anillo de compromiso. Yo sabía que ese era el motivo tras ese semblante orgulloso.
Me dispuse a darle palabras de ánimo a mi compañero, pero el chillido de Floramon llamó la atención de los dos, estremeciéndonos al instante. Seguí la mirada de la florecilla, y me fijé en el Ulforce Veedramon que volaba al lado de nuestro tren. Cierto, Valkirymon había mencionado a una Royal Knight. No pude evitar sonreír como niña en Navidad al saber que Sigrun ya estaba a la par con nosotros.
-Tu amiguita, ¿eh? -Susurró cupido al aire. No respondí, puesto me quedé interesada en la reacción del Gaomon, que no se le veía contento. Completamente opuesto a Floramon.
-Anda, tú podrías hacer un amiguito también. Tienen el mismo semblante. -Me burlé de ambos con una melodiosa risa, y Aleron enfureció tanto que su rostro quedó tan rojo, que las vendas que cubrían sus ojos resaltaban intensamente.
-Serás insoportable...
Empujé con gentileza a Aleron hacia el Gaomon refunfuñón, y me asomé al cristal. Sin pensarlo dos veces, abrí la ventana, y saqué la cabeza.
-¡Elluka! -Me gritó el horrorizado Aleron, pero yo lo ignoré. El viento era fuerte, y batía demasiado mi cabellera, no iba a poder soportar mucho aquél suplicio.
-¡Sigrun! -Llamé con todas mis fuerzas a la valquiria. -¡Más vale que entren al tren! ¡No tiré a la basura treinta minutos de peinado por nada!
- Tamer
- Digi Puntos :532Cuentas :Ficha :Relaciones :NPCs :Nivel On Rol :Ancient SpiritNivel On Rol de los Digi Aliados :
Mega
Ultimate
Icono :Rango y Unidad :Elluka Clockworker
Rango: Demi God
División: Olimpo Heros
Unidad/Sub-division: Venus Dove
Rango y Unidad Digi Aliado :Aleron
Rango: Oficial
División: Olimpo Heros
Unidad/Sub-division: Venus Dove
Lion
Rango: Cabo
División: Olimpo Heros
Unidad/Sub-division: Venus DoveInventario :
Elluka Clockworker
Re: 地獄や天国 (¿Infierno o paraíso?) [Priv: YatterwaAgain, Elluka Clock., Sigrun Vinter]
El caballero alado no pudo evitar sonreír al ver a Flora, aunque debido al ruido de las pesadas ruedas del Trailmon no pudo oír su grito de alegría pero podía ver perfectamente como movía los brazos para llamar su atención. Él la saludo con la mano sin poder dejar de sonreír. Sigrun se alegraba de ver a su compañero así, aunque no pudo evitar pensar en que tenía envidia de Ulforce. Él era libre de querer a quien quisiera. No había nadie que le dijera con quien debía estar. Hasta ahora, la valquiria no se percató de lo valiosa que es esa libertad. Por lo visto uno sólo se percata de lo que tiene cuando lo pierde. Pensar en eso la habría hundido más, por suerte, Elluka acudió al rescate, llamándola y distrayéndola, sacrificando el peinado con la gran ventolera que le dio al sacar la cabeza por la ventana.
- ¡Enseguida entramos!- le dijo la valquiria alzando la voz para hacerse escuchar.
Le indicó a Ulforce que se situaran sobre el Trailmon y el caballero así lo hizo. Ahora el problema estaba en cómo iban a bajar. De ir con ropa adecuada, Sigrun podría saltar al techo del vagón y entrar por cualquier parte, ya sea una ventana o las puertas que había entre cada vagón. El problema estaba en el calzado y las ropas de la valquiria. Un bikini y unas chanclas de playa no era lo mejor para saltar a un tren en movimiento.
- ¿Y ahora qué?- le dijo Ulforce- Con lo que llevas, si saltas es casi seguro que resbalarás y caerás al mar por mucho que descienda para que no saltes.
- Lo sé- dijo mientras trataba de pensar en cómo bajar al Trailmon sin matarse- Nos vendría bien que se detuviera.
Como respuesta a sus palabras, el Trailmon fue reduciendo su velocidad hasta que frenó del todo. No habían llegado a la isla, de hecho aún faltaba un poco. Estaban parados en mitad del mar. Ambos Royal Knights se miraron ¿Les habrían escuchado? Era difícil estar seguros pero había sido demasiada casualidad que se detuviera justo cuando lo pidieron en voz alta. ¿Pero quién podría ser capaz de escucharles? La locomotora del Trailmon estaba más adelante y allí no parecía haber nadie. No quisieron esperar más. Si había sido una casualidad debían entrar antes de que se pusieran de nuevo en marcha, y si no, no querían hacer esperar a quien había tenido la amabilidad de detenerlo.
Ulforce dejó a Sigrun entre dos vagones, frente a una de las puertas y regresó a ser un Veemon. Luego entraron. Tras saludar, Ulforce se dirigió hacia Flora sonriéndole e ignorando un poco al Gaomon que había cerca. Aunque eso no quita que le saludara al pasar, a pesar de la rivalidad que tenían le respetaba.
- Me alegra haberte encontrado en este Trailmon, Flora. Sin duda ha sido lo mejor de venir aquí.
Sigrun fue hacia los demás. Hacia los tres tamers y los dos digimon que acompañaban a su amiga pelirrosada. Al llegar vio al leoncito blanco. Había tenido ocasión de verlo alguna vez, como en aquella iglesia de las zonas oscuras pero no había llegado a conocerlo. Ulforce por el contrario sí que aseguraba conocerlo, hablaron de ello al regresar a la base aquel día. Aseguraba que era un amigo del pasado. Alguien llamado Caliburn. Por desgracia ese digimon no parecía responder a ese nombre ni siquiera parecía conocerle. El caballero alado empezó a preguntarse desde ese día si acaso llegó a confundirlos.
- Lamento lo de tu peinado, Elluka- le dijo a su amiga disculpándose por la ventolera que tuvo que pasar- Y me alegra mucho verte a ti, Luna. Reconozco que ha sido toda una sorpresa. Esperaba encontrar un Trailmon vacío y me encuentro con un montón de tamers en cada vagón. ¿Qué está ocurriendo aquí? ¿Son todos agentes de los Union Saver?
Fue entonces cuando se percató de la presencia de Travis al que no llegó a reconocer. Ella solía conocer el aspecto de los cargos más importantes de los otros clanes porque había revisado la información que tenían de ellos. Pero en el caso de los Union Saver, se centraba más en estudiar la información de otros miembros como el grupo de Valquirimon que parecía llevar el clan en el lugar de su líder caído. Por eso, Travis no llamó suficiente su atención como para investigar de él.
...- ¡Enseguida entramos!- le dijo la valquiria alzando la voz para hacerse escuchar.
Le indicó a Ulforce que se situaran sobre el Trailmon y el caballero así lo hizo. Ahora el problema estaba en cómo iban a bajar. De ir con ropa adecuada, Sigrun podría saltar al techo del vagón y entrar por cualquier parte, ya sea una ventana o las puertas que había entre cada vagón. El problema estaba en el calzado y las ropas de la valquiria. Un bikini y unas chanclas de playa no era lo mejor para saltar a un tren en movimiento.
- ¿Y ahora qué?- le dijo Ulforce- Con lo que llevas, si saltas es casi seguro que resbalarás y caerás al mar por mucho que descienda para que no saltes.
- Lo sé- dijo mientras trataba de pensar en cómo bajar al Trailmon sin matarse- Nos vendría bien que se detuviera.
Como respuesta a sus palabras, el Trailmon fue reduciendo su velocidad hasta que frenó del todo. No habían llegado a la isla, de hecho aún faltaba un poco. Estaban parados en mitad del mar. Ambos Royal Knights se miraron ¿Les habrían escuchado? Era difícil estar seguros pero había sido demasiada casualidad que se detuviera justo cuando lo pidieron en voz alta. ¿Pero quién podría ser capaz de escucharles? La locomotora del Trailmon estaba más adelante y allí no parecía haber nadie. No quisieron esperar más. Si había sido una casualidad debían entrar antes de que se pusieran de nuevo en marcha, y si no, no querían hacer esperar a quien había tenido la amabilidad de detenerlo.
Ulforce dejó a Sigrun entre dos vagones, frente a una de las puertas y regresó a ser un Veemon. Luego entraron. Tras saludar, Ulforce se dirigió hacia Flora sonriéndole e ignorando un poco al Gaomon que había cerca. Aunque eso no quita que le saludara al pasar, a pesar de la rivalidad que tenían le respetaba.
- Me alegra haberte encontrado en este Trailmon, Flora. Sin duda ha sido lo mejor de venir aquí.
Sigrun fue hacia los demás. Hacia los tres tamers y los dos digimon que acompañaban a su amiga pelirrosada. Al llegar vio al leoncito blanco. Había tenido ocasión de verlo alguna vez, como en aquella iglesia de las zonas oscuras pero no había llegado a conocerlo. Ulforce por el contrario sí que aseguraba conocerlo, hablaron de ello al regresar a la base aquel día. Aseguraba que era un amigo del pasado. Alguien llamado Caliburn. Por desgracia ese digimon no parecía responder a ese nombre ni siquiera parecía conocerle. El caballero alado empezó a preguntarse desde ese día si acaso llegó a confundirlos.
- Lamento lo de tu peinado, Elluka- le dijo a su amiga disculpándose por la ventolera que tuvo que pasar- Y me alegra mucho verte a ti, Luna. Reconozco que ha sido toda una sorpresa. Esperaba encontrar un Trailmon vacío y me encuentro con un montón de tamers en cada vagón. ¿Qué está ocurriendo aquí? ¿Son todos agentes de los Union Saver?
Fue entonces cuando se percató de la presencia de Travis al que no llegó a reconocer. Ella solía conocer el aspecto de los cargos más importantes de los otros clanes porque había revisado la información que tenían de ellos. Pero en el caso de los Union Saver, se centraba más en estudiar la información de otros miembros como el grupo de Valquirimon que parecía llevar el clan en el lugar de su líder caído. Por eso, Travis no llamó suficiente su atención como para investigar de él.
- Spoiler:
- Igual es poco inútil esto, pero sólo quería dejar un recordatorio a los aquí presentes para futuros temas sobre las cicatrices de ulforce. La del ojo (que básicamente es una linea vertical que lo atraviesa) está desde mi tema del Future Mode y la del pecho (algo más amorfa) la lleva desde que tiene el Burst Mode. Las seguirá conservando en adelante y en todas sus etapas. Espero que esta info no resulte molesta, pero al ser algo que no lleva oculto me pareció buena idea recordarlo. un dia de estos me cambio la firma o el avatar y se lo añado a ulforce para que sea más visible
- Tamer & Digimon
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :642Cuentas :Ficha :Relaciones :Cronologia :NPCs :Nivel On Rol :Burst Mode/Future ModeNivel On Rol de los Digi Aliados :Draco: Ultimate [BlackMetalGreymon]
Kara: Rookie [Dorumon]Icono :Rango y Unidad :Sigrun Vinter
Rango: Hand of the King y Holy Knight
Unidad: Todo el clan (Blue Thunder Dragons)
Ulforce
Rango: Hand of the King y Holy Knight
Unidad: Todo el clan (Blue Thunder Dragons)Rango y Unidad Digi Aliado :Draco
Rango: Knight
Unidad: Dragons DestroyersInventario :
Sigrun Vinter
Re: 地獄や天国 (¿Infierno o paraíso?) [Priv: YatterwaAgain, Elluka Clock., Sigrun Vinter]
Podía oír el océano acariciando los pulidos raíles. Podía oír las corrientes de aire generadas por su movimiento. Podía oír cómo la roca de la cala playera se erosionaba, vertiendo las sales que la componían en el agua. Podía oírlo todo. Solo dio una orden, pues sabía quién quería entrar, y no le importaba. El ritmo cardíaco de muchos se había disparado, la fluctuación en la tensión y la secreción de endorfinas indicaba “felicidad”. Hordd recordaba cuando no podía identificar estas informaciones, teniendo que aprender su “lectura” por medio del ensayo y el error. Una vez sintió dos pasajeros más, movió la mano, reanudando el viaje. Percibió una extraña fluctuación en Sven, pues estaba feliz, furioso y triste al mismo tiempo. Atribuía esto a su edad, a lo fácil que era despertar sus emociones, y lo contradictorio de estas a la sorpresa de un nuevo pasajero.
No era así. La presencia de Ulforce alteraba a Caliburn, quien quería dirigirle, aunque fuera, una palabra. No podía, pues todos sus esfuerzos iban a esa presencia que reclamaba a Sven, como si fuera suyo. Una chispa, aunque fuera, una mínima oportunidad, era todo lo que pedía. Y así, parte de su energía adquirió una forma independiente, la de un gato blanco que solo Sven podía ver. No era la primera vez que hacía esto, mas el chico no podía entender, ni mucho menos hablar, con Sven. Simplemente, aparecía ante él, y como era habitual en un niño, quería jugar con él, aunque le huyera. La gente pensaba que deliraba, siendo obvio que solo él percibía al fantasma, así que ante ojos ajenos, jugaba solo, pensando que “el gato” era un amigo imaginario. Con el tiempo, simplemente lo ignoraba, cansado de un compañero de juegos que nunca hablaba.
Sonrojándose, Sven prefería atender las atenciones que el estaban dando. Lo halagaban, lo felicitaban, estaba feliz, clavando su mirada en el suelo. Luego recordó a qué había ido, y recordó al atacante. Su mirada se alzó, súbitamente, hacia Travis, y con unos ojos fríos como el hielo y afilados cual espada, sin ningún atisbo de emoción, pasó su pulgar por el cuello, sentenciando su intención en caso de que repitiera el maquiavélico ataque del delfín. Por él, nacía su furia, ya que no entendía eso como un juego, sino como una ofensa. Y esta se alimentaba porque ese gato no dejaba de maullar, saltando entre los asientos y la gente, con su étereo cuerpo, y rodando en torno a Ulforce. ¿Quería que peleara contra él? No lo sabía, no decía nada, solo armaba un jaleo audible y visible para él.
-¡Cállate!
Gritó, en voz alta, ignorando lo que pasaba siempre. Hablar al vacío daba lugar a pensamientos y miradas extrañas hacia él, como era normal. Pero un estruendo no dio tiempo a que la gente conformara una opinión ante esta situación. Los acantilados de la isla, como si tuvieran vida propia, se abrían, invitando a pasar. El terreno se modelaba facilitando el acceso, porque él ya había identificado a los pasajeros. Podía oír el océano acariciando los pulidos raíles. Podía oír las corrientes de aire generadas por su movimiento. Podía oír cómo la roca de la cala playera se erosionaba, vertiendo las sales que la componían en el agua. Podía oírlo todo.
Pero no era Hordd. Era la propia isla. Era Roku.
No era así. La presencia de Ulforce alteraba a Caliburn, quien quería dirigirle, aunque fuera, una palabra. No podía, pues todos sus esfuerzos iban a esa presencia que reclamaba a Sven, como si fuera suyo. Una chispa, aunque fuera, una mínima oportunidad, era todo lo que pedía. Y así, parte de su energía adquirió una forma independiente, la de un gato blanco que solo Sven podía ver. No era la primera vez que hacía esto, mas el chico no podía entender, ni mucho menos hablar, con Sven. Simplemente, aparecía ante él, y como era habitual en un niño, quería jugar con él, aunque le huyera. La gente pensaba que deliraba, siendo obvio que solo él percibía al fantasma, así que ante ojos ajenos, jugaba solo, pensando que “el gato” era un amigo imaginario. Con el tiempo, simplemente lo ignoraba, cansado de un compañero de juegos que nunca hablaba.
Sonrojándose, Sven prefería atender las atenciones que el estaban dando. Lo halagaban, lo felicitaban, estaba feliz, clavando su mirada en el suelo. Luego recordó a qué había ido, y recordó al atacante. Su mirada se alzó, súbitamente, hacia Travis, y con unos ojos fríos como el hielo y afilados cual espada, sin ningún atisbo de emoción, pasó su pulgar por el cuello, sentenciando su intención en caso de que repitiera el maquiavélico ataque del delfín. Por él, nacía su furia, ya que no entendía eso como un juego, sino como una ofensa. Y esta se alimentaba porque ese gato no dejaba de maullar, saltando entre los asientos y la gente, con su étereo cuerpo, y rodando en torno a Ulforce. ¿Quería que peleara contra él? No lo sabía, no decía nada, solo armaba un jaleo audible y visible para él.
-¡Cállate!
Gritó, en voz alta, ignorando lo que pasaba siempre. Hablar al vacío daba lugar a pensamientos y miradas extrañas hacia él, como era normal. Pero un estruendo no dio tiempo a que la gente conformara una opinión ante esta situación. Los acantilados de la isla, como si tuvieran vida propia, se abrían, invitando a pasar. El terreno se modelaba facilitando el acceso, porque él ya había identificado a los pasajeros. Podía oír el océano acariciando los pulidos raíles. Podía oír las corrientes de aire generadas por su movimiento. Podía oír cómo la roca de la cala playera se erosionaba, vertiendo las sales que la componían en el agua. Podía oírlo todo.
Pero no era Hordd. Era la propia isla. Era Roku.
- Tamer
- Faltas :Una por cada double.Prueba de Rol :ADigi Puntos :1060Ficha :NPCs :Nivel On Rol :Ancient spiritNivel On Rol de los Digi Aliados :Sven-Hyper SpiritIcono :Rango y Unidad :Roku Ginshô (Adam Odysseum)
Rango: Holy General
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield TurtleRango y Unidad Digi Aliado :Sven
Rango: Teniente
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield TurtleInventario :
Roku Ginshô
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