Re: 不敬 (Profano) [Privado: Fuji Raikomaru]

por Fuji Raikomaru Jue Ago 03, 2017 9:13 pm

Del escudo del caballero una larga cadena de aproximadamente cinco metros de lado a lado, con dos extremos en forma de hoces surgieron, una versión modificada del kusari-fundo que aportaba detalles de los kusari-kama para aumentar la letalidad del arma. Con el brazo que portaba su escudo la empuño, girándolas por sobre su cabeza para, con un movimiento circular que abarcaba 360º disipar los zorros ignífugos que lo rodeaban en ataque. Finalmente aumentó a velocidad del arma para lanzar un extremo en dirección a la sacerdotisa, buscando atrapar su báculo. Tiró fuertemente de la cadena para desarmarla, a la par que aprovechando la resistencia contraria se impulsó hacia la misma con la lanza en alto.

— ¡Duke Charge! —Exclamó con fervor, avanzando con la clara intención de empalar a la sacerdotisa con su Gram, cortando la distancia entre ambos a medida que su embestida ganaba aceleración.

por Roku Ginshô Jue Ago 03, 2017 10:11 pm

El báculo se deshizo en pétalos, de coloración similar a los cabellos de la doncella que poseía el corazón de Raikomaru. La armadura de esta se transmutó de modo similar, y su semejante experimentó la misma transformación. Ambas gesticularon del mismo modo, reiterando la idea de que no eran dos entes, sino uno con un gran espejo a su diestra. En torbellino, los fragmentos rosados conformaron anillos que, finalmente, comenzaron a dibujar un extraño símbolo, dando lugar a una cúpula donde el caballero fue encerrado, y es que esta vez su lanza no bastó para liberarse del confinamiento.

-Purguemos el mal.

Y con este salmo, intentaron arrancar el espíritu, el que ellas consideraban maligno, del cuerpo humano que poseía. Mientras este exorcismo iniciaba, el perro guardián intentaba sobrevolar al samurai, evadiendo los lances de las mortíferas hojas. Iluminaba sus manos, no para colocar barreras, más bien proyectaba energía violentamente hacia Roku. Este, observando cómo ahora buscaba su espalda, entendió que quería fijar su atención en él, y sumado esto a la anterior frase, entendió que su flecha había dado donde no debía. Y por ello, en el momento donde el inugami se reponía de las andanadas, en esos segundos donde no atacaba, él se giró para lanzar dos, tres flechas, en el punto que ya había herido.

-Yo sigo oyendo los “crash”, y no pierdo nada porque se libere eso que encerráis, ¿verdad?

por Fuji Raikomaru Jue Ago 03, 2017 10:28 pm

Mermado su ataque por la prisión sacra en la que se veía impuesto, el Royal Knight analizó el entorno escuchando las palabras de aquellas dos, que eran una. — Hereje impía, el único capaz de juzgar mi moral es mi soberano —Exclamó con certeza, elevando su escudo en dirección a la sacerdotisa pese a la barrera. El mismo comenzó a resplandecer fulguroso antes de liberar una descarga energética en la forma de un concentrado haz de luz, potenciada la certeza del ataque por la fe del Royal Knight en la fuerza divina que le brindaba poder. — ¡Final Eleison! —Exclamó cuando el resplandeciente ataque aumentó su ferocidad impactando contra la barrera. La lucha de poderes entre el confinamiento, y el salvaje ataque en búsqueda de la libertad cesó cuando el poder del Aegis triunfó continuando el haz de energía con la única intención de fulminar a su oponente.

No gastó su tiempo en preocuparse por su compañero, mantuvo su postura en guardia listo para responder al ardor del combate. Lilithmon en vista de las técnicas disuasorias que poseían los oponentes, cubrió el campo de batalla con aquella niebla maldita buscando desequilibrar el status quo de ambas batallas a favor del Gaioumon, y el Dukemon.

por Roku Ginshô Miér Ago 09, 2017 11:18 am

El remolino no pudo soportar la descarga, despidiendo sus restos por la sala. No obstante, una de las sacerdotisas deslizó sus dedos por el aire, moviendo los pétalos en una nueva dirección, evitando que la niebla tóxica les alcanzara. Viendo que su estrategia no funcionaba, decidieron probar una nueva forma de ataque. Convocaron de nuevo a los fatuos vulpinos, mas esta vez no asaltaron al unísono a su presa. En su lugar, se abalanzaron a destiempo, primero unos, luego otros, buscando los puntos ciegos de este, procurando explotar las debilidades en una defensa que no era absoluta.

En cambio, la otra batalla tomaba otro cariz. El samurai decidió probar con otra forma, y por ello, descendió un nivel. Detectando la debilidad, su oponente se abalanzó sobre él para sentenciar el combate de un zarpazo, mas atravesó el incorpóreo ser que ahora er Roku. Un espectro, fácil de sellar, y ya cambiaba su plan de ataque, pero fue tarde. Los hilos de la nueva forma se hundían en su carne, y como un títere, solo esperaba las órdenes de su nuevo maestro.

Y es que para pasar a esta etapa, necesitaba ocupar antes su forma como fantasma.

por Fuji Raikomaru Jue Ago 10, 2017 3:07 am

Con rápidas estocadas coordinadas de su lanza pudo deshacer la mayoría de los kitsunebi, pero no fue suficiente para cubrir mis piernas de aquel ataque que dejó resentidas mis articulaciones, teniendo que patear con ambas rodillas para que el fuego se dispersase. Observé a las sacerdotisas, y entonces elevé mi lanza en alto. — ¡Mode Change! —Exclamé siendo iluminado por un relámpago platinado que había revelado el cambio de mi armadura, adoptando el Crimson Mode que pese a todo, seguía siendo tan blanco como la nieve. El aura del digichrome dorado residía en Gungnir, y la mas oscura en Blutgang. Extendí mis alas, moviéndome raudo en un patrón aleatorio para desconcertar a las oponentes. Pese a haber sido previamente un combate de altura, ahora contaba con mayor maniobrabilidad a cambio de mi férrea defensa del Aegis.

Como un relámpago las flanquee aproximadamente tres veces en fintas, antes de extender mi diestra hacia ellas. — ¡Gungnir! —Proclamé lanzando cual jabalina mi poderosa arma hacia ellas, la cual aceleró hasta volverse tan letal como un misil con su objetivo fijo. Preparé a Blutgang, poniendome en guardia al empuñarla momenteaneamente con ambas manos.

por Roku Ginshô Miér Ago 16, 2017 1:36 pm

Los movimientos del caballero sentenciaban, a cada lance, la batalla, pues los esfuerzos por mantener la barrea mermaba las fuerzas de las sacerdotisas, y el lidiar con ambos frentes estableció supuso una soga que se iba cerniendo más y más alrededor de su cuello. Y de un tirón seco, ellas mismas se ahorcaron, ya que distrayéndose, pensando en atacar a la ayudante, desatendieron la brillante lanza que acabó con ellas. Sus cuerpos, del mismo modo que la magia que utilizaban, comenzaron a dispersarse en pétalos, y como si del florecer del cerezo se tratase, poco tardaron en dejarse mover por el viento, dispersándose por la sala, con calma, describiendo movimientos que, más que la azarosa naturaleza, parecía una sofisticada danza.

Los hilos tiraban con fuerza, mas no lograban inclinar la voluntad del animal. Este no iba a atacar a los suyos, la traición ni pasaba por su cerebro de bestia. Lamentándolo, los cables empezaron a enrollarse, cual soga, por el cuerpo del mal títere, dibujando así su fin. No obstante, cuando se tiró de estos, la fiera fue cercenada, mas no muerta. Dos mitades, dos nuevos seres, alados, que huyeron levantando el vuelo, y el resto de partes, deshechas en plumas, se mezclaron con los vestigios florales de la batalla alterna. Negro, y rosa.

Solo, el humano se levantó. En ningún momento tenía pensado pelear en serio, pues sus acompañantes podían huir en cualquier momento, dejándole solo ante esos invasores. Una copia, y dos que eran uno, solo él quedaba en el mismo lugar donde empezó todo. Volvió a sentarse en el trono, y simplemente, esperaba, sin decir palabra alguna. Pero, ¿a qué esperaba?

por Fuji Raikomaru Dom Ago 20, 2017 7:07 pm

— Tus aliados no son más que muñecos de trapo, cualquier intento de resistir ante tu destino es inútil —Cuando la batalla se decantó a su favor, el caballero regresó al suelo, caminando con firmeza en dirección al humano que ahora yacía indefenso ante ellos. — Por decreto de Yggdrasill te ordeno confesar tus pecados antes de pasar a mejor vida —Asesinarlo no estaba presto a negociación, el Royal Knight habló y su voz retumbó por los alrededores, intimidante, inquisitorial.

Caminó hacia el humano, posando la punta de lanza sobre su garganta. Ejerció ligera presión, esperando las respuestas que había ido a conseguir. Lilithmon se aproximó al misterioso acompañante, de brazos cruzados aunque sin quitar su atención del humano en el trono. — No bajes la guardia, es tu oportunidad de vociferar tus asuntos aquí —Dijo en un tono bajo, aunque fácilmente audible por aquel que había pasado las pruebas junto a ellos.

por Roku Ginshô Lun Ago 21, 2017 8:42 pm

-No sentencies cuando no ves más allá de tu propia nariz -dijo el anciano, suspirando con pesadez-. ¿”Muñecos”? No es un juego. ¿De verdad piensan que pondría a mis discípulos, a mis hijos, en peligro. No, tenían órdenes de retirarse si su vida estaba en peligro -chasqueando los dedos, una brasa encendió una alargada y metálica pipa-. Por supuesto, ha habido bajas, pero no estaba en mi mano salvarles -calló unos segundos, calando y exhalando el humo-. No, no lo estaba. Nuestra orden se encarga de cazar demonios, de aislarlos, y de purificar el mal que les corroe. Humanos y digimons, unidos bajo un mismo credo, y protegiendo ambos mundos -apuntó a Roku con la pipa-. Pero cometimos un error. Nos informaron de una amenaza, de un dragón rojo descontrolado, y por supuesto, le intentamos dar caza, pero nos sobrepasó, y lo trajimos aquí -abrió los brazos, y las volutas de humo se extendieron, dibujando en el aire finas líneas-, a nuestro centro de poder, consiguiendo encerrarlo. Nuestros intentos, parcos, no sirvieron de nada, y quienes nos confiaron esta labor, volvieron a hablar.

De sus ropas, sacó una tabla de roca, con inscripciones talladas en digimoji, la cual lanzó hacia Raikomaru. En esta, se recogía un presagio del viejo mundo, una amenaza que fue combatida hace eras, un dragón rojo y negro, dos que eran uno. Separados, los caballeros santos acabaron con su vida, o eso cantaba aquella gesta. Mas, como siempre ha pasado, estas historias pueden repetirse.

-Teníamos al dragón rojo, mas no podíamos purificar su mal mientras su otra mitad siguiera profanando su ser. Necesitábamos cazar al dragón negro, y hemos fallado. Pero podar una rama, no matará al árbol -sonido de cristales rotos a sus espaldas-, ya se han marchado mis hijos, y ellos mantendrán nuestra orden viva. Lo que pase aquí ya no les atañe -el rugido del dragón, ya libre, acalló cualquier sonido- ¡¡Así que vamos allá!!

por Fuji Raikomaru Jue Ago 24, 2017 6:53 pm

— Tomaré en cuenta tu cooperación cuando cacemos a tus "hijos" —Lily atrapó la tabla de madera puesto yo permanecía en guardia ante el humano, escuchaba sus palabras, fanáticas y enfervorecidas por su fé pagana. No encontraba en él respuesta real al porqué mi acompañante habría sido secuestrado, buscado, mas allá de sus enigmáticas profecías metafóricas. Sin embargo parte de sus palabras efectivamente contentaron parte de mi motivo para estar en ese momento, y en ese lugar. — Así que no se te ocurra moverte, serás juzgado por tus pecados y crímenes cuando hayamos purgado dicho dragón —Me volteé hacia mi "compañero", mientras Lilithmon usaba la zurda para dejar inconsciente al anciano.

— De aquí en mas el asunto será parte de una operación oficial de los Royal Knight, si no quieres figurar en un informe o ser investigado, te recomiendo que te retires... Tampoco espero que aquel "mal ancestral" sea un juego de niños, estás advertido y está en ti el como ejerzas tu libre albedrío —Por una cuestión de honor, tal vez, me sentí obligado a ser honesto para con aquel que me había acompañado a lo largo de dicho laberinto.

por Roku Ginshô Vie Ago 25, 2017 1:41 pm

Las palabras, en el viento, iban siendo interrumpidas por el molesto siseo, uno cada vez más creciente, que anunciaba su llegada. Un silencio súbito, y un estallido. Fue un dibujo, rojo, naranja y negro, difícil de ignorar pero aún más de seguir con la mirada, y este, dibujando una espiral en la sala, no tardó en elevarse, desplegando las alas al tiempo que el techo colapsaba al chocar su cuerpo contra la pobre madera, la cual, astillada y carbonizada casi en el acto, caía como la nieve, mas con un tono ocre. Los tablones del suelo presentaban la misma coloración, siendo testigo mudo de su paso. Ya, en el cielo nocturno, pudieron verlo, a aquel dragón que, con su rugido, anunció su libertad, el cese de su aprisionamiento, simulando una especie de carcajada. Sacudiendo su cuerpo, bajó la mirada, buscando al responsable de su encierro, y los vio. Antes, ni se había enterado de que estaban allí, pues para él solo eran hormigas, pero ahora sabía de su existencia.

Atendiendo a la advertencia, no quería apartarse, y si bien entendía el deber del caballero, era él quien padeció la afrenta, y quien deseaba encontrar respuestas tanto en aquella criatura, como en aquella secta. A ese dragón le daba igual destruirlo todo, y en ese lugar estaba la información que deseaba. Por ello, al menos debía garantizar la infraestructura, y para esta tarea, regresó a la bestia de huesos, frío y sombras, y con un solo ademán, esparció la niebla helada, meclándose esta con la ceniza y la madera, cubriéndola de una capa que serviría de aislante térmico.

-Pese a que no participe en la batalla, al menos dejadme disminuir los rastros de su presencia. Para posibles y futuros testimonios.

por Fuji Raikomaru Vie Ago 25, 2017 6:11 pm

Escuché sus palabras, y asentí con la cabeza prácticamente ignorando la presencia de la gargantuesca bestia. Era colosal, oscura y carente de serenidad alguna. — Bien, procura no morir, me interesa dialogar contigo cuando ésto haya terminado —Reafirmé mis armas en cada mano, antes de elevar la lanza cambiando nuevamente de modo para portar conmigo el Aegis, y con él la energía santa necesaria para cubrirme de lo que sea la bestia tuviese deparado. Posé mi mirada sobre la Demon Lord. — Lily, rompe las cadenas —Ordene, y ella dudó. — ¿Está seguro de ello? —Preguntó antes de suspirar, depositando al humano en el suelo con cuidado. Posó la diestra sobre su rostro, y asintió. — Sí, mi amo... Lustful Serenade —Susurró lanzando un beso de energía que impactó en mi espalda, pero contrario a hacerme daño, un aura rosacea me inundó aumentando visiblemente mis capacidades de combate.

La energía fluía en mi interior, esa oscura como la del dragón pero portaba en ella la serenidad de la noche. Mi cabeza pensó en todo aquello que me daba placer, el té de rosas, Elluka, segar vidas. Mis ojos se tornaron completamente violáceos reemplazando el cerúleo. — ¡Lightning Charge! —Gram se elevó a los cielos, liberando un torrente de magia que se acumuló como una nube, antes de lanzar hacia el dragón una constante ráfaga de magia sacra. Lily tomó al anciano consigo, retirándose nuevamente a las sombras.

por Roku Ginshô Sáb Ago 26, 2017 1:18 am

Tomando aire, el dragón expiró una bocanada de poder crudo. Su hálito, como un torrente vivo, se arremolinó en esferas flamígeras, las cuales, como pequeñas estrellas fugaces, empezaron a precipitarse, dibujando en el cielo llamativas líneas que se iban deshaciendo en brasas y pequeñas volutas. Podía verse, sin mayor problemas, la trayectoria de estas, pues su velocidad no era tal que escapase al ojo humano, y todos podían ver los trazos de estas, descendiendo, sin prisa pero sin pausa, hacia una tierra que acabaría calcinada. Ese era su regalo a aquellos que lo encerraron, una completa erradicación, como si allí nunca hubiera existido nada.

Los pequeños soles, cada vez más próximos, más brillantes, extinguían las mentiras, la oscuridad y toda la penumbra noctuna, arrancando ese velo para dejar clara una sencilla, simple y clara realidad: muerte. Como si esos proyectiles fueran pedazos de sus pensamientos, transmitían un mensaje claro. Uno lleno de rencor, resentimiento y odio pero, ¿por qué? ¿más allá del encierro algo torturaba su alma?

-¿Por qué abarca tanto cuando de aquí, solo uno lo ha atacado? -buscando al monje, atendió a la digimon que servía al caballero- De guardar rencor al grupo, ¿está dispuesto a sacrificar a posibles cautivos solo por su venganza? Algo falla -fue al lado de la diablesa, inclinándose para comunicarle sus dudas- Disculpa, pero necesito la colaboración del yacente para saber si hay más prisioneros, y sacarlos de aquí mientras tu jefe lidia con la bestia. Solo serán unos segundos.

La idea era, como ya había hecho con otros, devorarlo para exponerle a sus miedos más profundos, y así, que este le diera a conocer los secretos del lugar, ya fueran presos, artilugios, bitácoras... Lo que fuera con tal de saber, de verdad, quiénes eran, o quién lo vendió.

por Fuji Raikomaru Sáb Ago 26, 2017 1:25 am

Lilithmon se sorprendió ante la curiosa petición del tercero, observó como yo luchaba por esquivar y ponerme en guardia ante los previos ataques de la bestia, y finalmente suspiró, asintiendo con la cabeza. — De acuerdo, pero su seguridad será tu responsabilidad, y si algo sucede, deberás responder ante mi amo —Aclaró antes de posar su zurda en el cuello del humano abatido, para dar un suave golpe con el índice al mismo. El anciano recobró la consciencia como si hubiesen nuevamente traído vida a su cuerpo.

Por mi parte levitaba para no verme afectado por el terreno en llamas, la temperatura subía, la destrucción era una realidad por doquier. No hice mas que alzar mi escudo manteniendo mi distancia de la bestia. — Bestia corrupta que en tu interior portas la fuerza que no mereces, cae ante mi espíritu de la justicia —El poder que Lily me había conferido me hacía hablar, lo notaba, pero la adrenalina que fluía por mi interior era tal que no había pudor en mí. — ¡Final Elysion! —Dorado se liberó el destello desde mi escudo, el abrumador poderío de la técnica me empujó hacia atrás desde mi posición. Mas de diez metros retrocedí en el aire manteniendo el haz lumínico contra la bestia impía.

por Roku Ginshô Sáb Ago 26, 2017 4:20 am

Abriendo sus fauces, engulló, antes de cualquier reacción, a aquel tipo. Vagando en lo onírico, repasando una vida de traumas, inseguridades e impotencia, fue hacíendose un esquema mental de la jerarquía. Tantas bajas, tanto peso sobre sus hombros, lamentos, quejas, rencores, y heridas profundas, tan profundas que apenas tuvo él que inmiscuirse. Los cambiaformas, habitantes del poblado que constituía SkullBaluchimon, se divertían devorando la ánima del anciando, quebrantando su espíritu y convirtiéndose solo en un tembloroso pellejo, vacío. Una vez depuesto de su mente, Roku la granuló, empezando a buscar lo que atendía a su curiosidad.

Con la práctica, había aprendido a indagar en esta red de información, la cual funcionaba como un buscador, y al mismo tiempo, como algo distinto. Empezó por “culpabilidad”, intentando localizar a los presos, mas solo carcomía su psique las bajas de sus queridos hijos, todos en acto de servicio. Probó luego con el “éxito”, y ahí estaban, todos a los que había dado prisión o muerte. Solo tuvo que separar quienes seguían con vida de los que no, y como castigo, le hizo revivir a él las ejecuciones de tantos “monstruos”.

No acababa ahí su pesquisa, debía de saber más, pero antes debía liberar a quienes estaban, ajenos a esa batalla, esperando su muerte. Automatizado, se puso en marcha, ignorando las mortales esferas que cada vez más y más se acercaban al suelo. El dragón, orgulloso de su poder, no se achantó, y también quiso demostrar su fuerza. Extendió sus garras, rodeadas de mortales flamas, y luego las juntó, como si pretendiera rezar a un Dios. Lejos de esta pretensión, desplazó su gargantuesco cuerpo, haciendo uso de toda la fuerza existente en sus músculos, y se abalanzó hacia el caballero.

Pese a que este portaba una lanza, la bestia estaba imitando a una, dispuesto a atravesarle con este golpe.

por Fuji Raikomaru Sáb Ago 26, 2017 8:07 am

La bestia contra mí arremetió, el fluir de la fuerza de la Demon Lord seguía fortaleciendo mi interior, y al mismo tiempo, mi cuerpo. El cansancio no era algo que me molestase en ese momento, observé a la criatura en todo su esplendor, perfecta y corrupta, poética y efímera en su grandeza. Para mis adentros sonreía, quería seguir contemplando a aquel que frente a mí se mostraba desafiante, a ese dragón que prometía ser un desafío para mí. — ¡Mode Change! —Menos de un parpadeo tomó para que mis alas se desplegasen, batiéndose para ir al encuentro de la bestia. Contraje mi diestra, lanzando mi todopoderosa Gungnir a escasos metros de la bestia que arremetía. — ¡Quo Vadis! —Exclamé disparando el arma cual arpón al encuentro de las zarpas de la criatura. Una explosión, un destello, las ondas de choque volando por doquier.

El resultado no fue gallardo, ni algo que aceptaría de no ser por aquel incremento de mis pasiones carnales. Mi brazo derecho no era mas que un recuerdo, había sido detonado por la explosión y ahora solo mi hombro maltrecho existía. No sentía dolor, pero tuve que replegarme de la criatura para analizar la situación. Lentamente el elixir que me daba fuerza desaparecía. Solté mi Blutgang para empuñar la Gungnir con la zurda, y me coloqué en guardia.

Poco a poco la niebla oscura ya conocida comenzó a inundar a la bestia, nuevamente el Phantom Pain de Lilithmon venía en mi asistencia. Pero ella ya se encontraba exhausta, y no la culpaba, ni yo mismo podría mantener por mucho mas el combate.

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