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El descubrimiento de las ruinas del Monasterio Draco, tallado en lo alto de una desolada montaña en el valle de los dragones, ha despertado un gran interés por todo el Digimundo. Principalmente porque según los tallados de la pared exterior dentro de las ruinas se encuentra un obre mágico que contiene en su interior la data y poder del treceavo Royal Kinght, la cual sera dada a quien reclame dicho objeto. Según la historia grabada en los murales, el obre fue dejado allí por el mismo Royal Kinght en caso de que su poder sea necesario para derrotar al mal que se alce en el futuro...por desgracia semejante premio también a llamado la atención de quienes usarían el poder para sus propias metas egoístas. Por lo que esta aventura ahora se a vuelto una carrera por ver quien consigue el gran premio.
6 meses despues de la ultima carrera, un BanchoLeomon reune al viejo equipo de organizacion para dar un nuevo espectaculo, pero en esta carrera, el misterioso patrocinador ha enviado a un "Aspirante a Campeon" con un extraño y unico Digivice. ¿Que es lo que sucedera a lo largo del evento y como funciona este nuevo digivice?.
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-Skin hecho por Hardrock de The Captain Knows Best.
-Imagenes realizadas por Runari Wildy
y Sigrun Vinter
-Imagenes realizadas por Runari Wildy
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不敬 (Profano) [Privado: Fuji Raikomaru]
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Re: 不敬 (Profano) [Privado: Fuji Raikomaru]
El monstruo sonrió tras la colisión, o lo más cercano a una sonrisa que podía permitir su fisionomía. Tardó en darse cuenta de que él también estaba malherido, y es que uno de sus brazos ya no respondía a sus deseos, siendo un colgajo muerto e inservible. Careciendo de duda alguna, hundió las garras en la carne herida, más allá de sus duras escamas, y con un tirón seco, sin cambiar el gesto, se desprendió de lo inútil. Devorándose a sí mismo, engullía la sangre, hueso y carne, como si así recuperara la fuerza de esta extremidad, y el calor que desprendía su mera existencia no tardó en cauterizar la herida. Mutilado, pero vivo, encaró a su enemigo, mostrando de nuevo las blancas fauces, y mientras las llamas de antes seguían cayendo, con su brazo restante dibujó una línea en el aire.
Con ese trazo, ondeando el aire caliente, combustionó de forma súbita, y la explosión resultante, de llamas, humo y violencia, se propulsó hacia el caballero. Era presión atmosférica nacida del fuego mismo, pero a una velocidad tal que, simplemente por fuerza, podía cortar sin problemas las rocas más resistentes, y sin problemas castigaría aquel terreno con violencia, mas apuntaba ahora al caballero. Al tiempo que este ataque se dirigía a él, las esferas seguían descendiendo, convirtiendo el duelo en una lucha no solo frente al dragón, sino también con el mismo tiempo.
Y ese tiempo que moría, era inefable aviso de que había que actuar rápido. “Una vida por muchas”, era lo que se repetía una y otra vez, antes de dar ese paso. Abrió la puerta. Los miedos, traumas y preocupaciones más profundos de su prisionero al mismo tiempo, reduciendo a añicos su voluntad. Accedía así a las respuestas que buscaba, tanto la geografía del templo como las técnicas empleadas durante años por aquella secta. Las extirpó de aquella alma marchita sin atisbo de piedad alguna.
Consiguió la llave de la puerta.
Reescribiendo el código de la barrera, liberó parte de ese primigenio poder que, sin ser suyo, lo consumía. Solo una parte, una ascua, no más de lo que pudiera controlar. Bastó para provocar un incendió en su alma. Gritó, y la voz humana se tornó de bestia. Podía sentir la fuerza, en un estado puro, contrastando con la corrupción de la que nacía. No tenía tiempo que perder, pues la apertura solo duraría unos minutos. Escribió la orden: “Aniquila las llamas”.
Y trazando con su garra, ondenado el aire caliente, como un reflejo macabro de aquel dragón, expelió fuego de diferentes tonos que dibujaron en el aire amenazadoras formas, que aullando en el cielo nocturno, devoraron el magma que el monstruo liberó.
Como flores de fuego, se abrieron al amparo de la noche, en un espectáculo tan hermoso, como lúgubre.
Con ese trazo, ondeando el aire caliente, combustionó de forma súbita, y la explosión resultante, de llamas, humo y violencia, se propulsó hacia el caballero. Era presión atmosférica nacida del fuego mismo, pero a una velocidad tal que, simplemente por fuerza, podía cortar sin problemas las rocas más resistentes, y sin problemas castigaría aquel terreno con violencia, mas apuntaba ahora al caballero. Al tiempo que este ataque se dirigía a él, las esferas seguían descendiendo, convirtiendo el duelo en una lucha no solo frente al dragón, sino también con el mismo tiempo.
Y ese tiempo que moría, era inefable aviso de que había que actuar rápido. “Una vida por muchas”, era lo que se repetía una y otra vez, antes de dar ese paso. Abrió la puerta. Los miedos, traumas y preocupaciones más profundos de su prisionero al mismo tiempo, reduciendo a añicos su voluntad. Accedía así a las respuestas que buscaba, tanto la geografía del templo como las técnicas empleadas durante años por aquella secta. Las extirpó de aquella alma marchita sin atisbo de piedad alguna.
Consiguió la llave de la puerta.
Reescribiendo el código de la barrera, liberó parte de ese primigenio poder que, sin ser suyo, lo consumía. Solo una parte, una ascua, no más de lo que pudiera controlar. Bastó para provocar un incendió en su alma. Gritó, y la voz humana se tornó de bestia. Podía sentir la fuerza, en un estado puro, contrastando con la corrupción de la que nacía. No tenía tiempo que perder, pues la apertura solo duraría unos minutos. Escribió la orden: “Aniquila las llamas”.
Y trazando con su garra, ondenado el aire caliente, como un reflejo macabro de aquel dragón, expelió fuego de diferentes tonos que dibujaron en el aire amenazadoras formas, que aullando en el cielo nocturno, devoraron el magma que el monstruo liberó.
Como flores de fuego, se abrieron al amparo de la noche, en un espectáculo tan hermoso, como lúgubre.
- Tamer
- Faltas :Una por cada double.Prueba de Rol :ADigi Puntos :1060Ficha :NPCs :Nivel On Rol :Ancient spiritNivel On Rol de los Digi Aliados :Sven-Hyper SpiritIcono :Rango y Unidad :Roku Ginshô (Adam Odysseum)
Rango: Holy General
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield TurtleRango y Unidad Digi Aliado :Sven
Rango: Teniente
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield TurtleInventario :
Roku Ginshô
Re: 不敬 (Profano) [Privado: Fuji Raikomaru]
La ecuación mátematica mas sencilla balanceaba la pelea, que pese al daño cometido por ambos lados siendo relativamente equitativo, balanceaba la pelea hacia el lado del dragón oscuro. El campo de batalla favorecía la magmatica resiliencia de la bestia, mi mirada se distorsionaba ligeramente por los vapores que en el aire danzaban erraticos, la temperatura de mi armadura podía sentirse en aumento, inclusive mi digicore se sentía intranquilo por la mera presencia de la bestia frente a mí. — ¡Gungnir! —Lancé mi lanza lúminica a los cielos, la cual como un destello divino cayó sobre la criatura en picada mermando su visibilidad pese a su acometida recta, feroz, constante.
La distracción me permitió batir mis pequeñas, chamuscadas, calcinadas alas para moverme en zig zag a la par que por la inercia ganaba velocidad. Finalmente, el destello. — ¡Dash Blutgang! —Con el destello, el flanqueo. Desaparecí un como relampago hasta posicionarme tras la bestia, sin dejar pasar ni un segundo, giré sobre mi eje lanzando un corte horizontal hacia las uniones de las alas contra su espalda. La misma maniobra que había acabado con Examon años atrás, pero sin Ralian para acompañar la proeza. Ironico.
Una nueva presencia, cuya oscuridad competía con la ferocidad de la bestia se hizo presente. Pese a sus nobles intenciones de asistencia, lo reconocía, era un Demon Lord. Mi sangre hirvió, mis ojos se tornaron carmesíes por unos momentos. Solo quise verlo reducido a cenizas, pero mi temple se hizo presente, no era el momento, mi cruzada personal no era contra aquel desconocido que me había prestado su asistencia.
La distracción me permitió batir mis pequeñas, chamuscadas, calcinadas alas para moverme en zig zag a la par que por la inercia ganaba velocidad. Finalmente, el destello. — ¡Dash Blutgang! —Con el destello, el flanqueo. Desaparecí un como relampago hasta posicionarme tras la bestia, sin dejar pasar ni un segundo, giré sobre mi eje lanzando un corte horizontal hacia las uniones de las alas contra su espalda. La misma maniobra que había acabado con Examon años atrás, pero sin Ralian para acompañar la proeza. Ironico.
Una nueva presencia, cuya oscuridad competía con la ferocidad de la bestia se hizo presente. Pese a sus nobles intenciones de asistencia, lo reconocía, era un Demon Lord. Mi sangre hirvió, mis ojos se tornaron carmesíes por unos momentos. Solo quise verlo reducido a cenizas, pero mi temple se hizo presente, no era el momento, mi cruzada personal no era contra aquel desconocido que me había prestado su asistencia.
- Tamer
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :1145Cuentas :Ficha :Relaciones :Cronologia :NPCs :Nivel On Rol :Ancient Spirit X Evolution.Nivel On Rol de los Digi Aliados :Lily - Super Ultimate.
Dahlia - Super Ultimate.Icono :Rango y Unidad :Fuji Raikomaru
Rango: Holy Knight
Unidad: Deadly RoseRango y Unidad Digi Aliado :Lily (Lilithmon)
Rango: Maestre
División: Deadly Rose
Inventario :
Fuji Raikomaru
Re: 不敬 (Profano) [Privado: Fuji Raikomaru]
Prisionero. Atado. Limitado. Herido. Iracundo. No estaba dispuesto a caer solo, no quería verse, de nuevo, encarcelado. Ya había saboreado la libertad, y prefería la muerte a un nuevo cautiverio. Mas la muerte sería otra cárcel, atrapado en el juego de un Dios caprichoso que disfrutaba viendo como sus creaciones morían y nacían, eternamente, atendiendo a un propósito que solo Él conocía. Intentó comprenderlo, en aquella vida, sin éxito. El recuerdo de pasados tanto ajenos como suyos carcomía su fe, ¿por qué dudaba? Se sentía abandonado por Dios, cometiendo aquel pecado, devorar su carne. Ya nada importaba, solo quería acabar con aquello.
En caída libre, su cola constringió al caballero, de mismo modo que el credo lo encadenó a unos valores que ya no podía mantener. Abrió sus fauces, expeliendo maldiciones y blasfemias hacia quien había sido siempre su carceleró. La ira avivaba su fuego, aumentando la intensidad de ese fuego que ardía en sus entrañas, y que se liberaba por su gruesa piel. Las escamas, como acero al rojo, se adherían a su presa, cada vez más fuerte, cada vez más oprimido, como la corbata de un ahorcado. Las figuras seguían cayendo, cada vez a mayor velocidad. Ya no tenía alas e, irónicamente, era ahora cuando se sentía verdaderamente libre.
Prisionero. Atado. Limitado. Herido. Iracundo. Esas emociones no eran suyas, pero avivaban una rabia primigenia y universal, que le impulsaba a la masacre. ¡No! Asió sus garras en la tierra, mientras las cadenas limitaban sus movimientos. Él mismo se aprisionaba, intentando reprimir esas cientos de voces que arengaban una masacre, como un tributo a un dios ya olvidado. Debía programar la orden, encaminar toda esa fuerza a un único cometido, y sellarla de nuevo.
Una sola palabra, para él un susurro, pero que retumbó en toda la montaña. En las visiones que le asaltaban podía ver el grito del demonio, y las catástrofes generadas ante ese poder degenerado. Su voluntad, una chispa en esa marejada de augurios, se vislumbró, dotándole de habla:
Fue el mensaje que dio a todos los cautivos.
En caída libre, su cola constringió al caballero, de mismo modo que el credo lo encadenó a unos valores que ya no podía mantener. Abrió sus fauces, expeliendo maldiciones y blasfemias hacia quien había sido siempre su carceleró. La ira avivaba su fuego, aumentando la intensidad de ese fuego que ardía en sus entrañas, y que se liberaba por su gruesa piel. Las escamas, como acero al rojo, se adherían a su presa, cada vez más fuerte, cada vez más oprimido, como la corbata de un ahorcado. Las figuras seguían cayendo, cada vez a mayor velocidad. Ya no tenía alas e, irónicamente, era ahora cuando se sentía verdaderamente libre.
Prisionero. Atado. Limitado. Herido. Iracundo. Esas emociones no eran suyas, pero avivaban una rabia primigenia y universal, que le impulsaba a la masacre. ¡No! Asió sus garras en la tierra, mientras las cadenas limitaban sus movimientos. Él mismo se aprisionaba, intentando reprimir esas cientos de voces que arengaban una masacre, como un tributo a un dios ya olvidado. Debía programar la orden, encaminar toda esa fuerza a un único cometido, y sellarla de nuevo.
Una sola palabra, para él un susurro, pero que retumbó en toda la montaña. En las visiones que le asaltaban podía ver el grito del demonio, y las catástrofes generadas ante ese poder degenerado. Su voluntad, una chispa en esa marejada de augurios, se vislumbró, dotándole de habla:
Huid
Fue el mensaje que dio a todos los cautivos.
- Tamer
- Faltas :Una por cada double.Prueba de Rol :ADigi Puntos :1060Ficha :NPCs :Nivel On Rol :Ancient spiritNivel On Rol de los Digi Aliados :Sven-Hyper SpiritIcono :Rango y Unidad :Roku Ginshô (Adam Odysseum)
Rango: Holy General
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield TurtleRango y Unidad Digi Aliado :Sven
Rango: Teniente
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield TurtleInventario :
Roku Ginshô
Re: 不敬 (Profano) [Privado: Fuji Raikomaru]
La criatura cual serpiente enroscó su haber sobre el propio, podía sentir la presión, la ardiente caricia de la intención asesina recorriendo mi cuerpo. Lo mas dañado fueron las piernas, lo más frágil sin duda. Mi decisión era relajar ligeramente mis músculos para en un rápido movimiento zafar mi brazo, con el cual empuñaba a Blutgang. — ¡Invincible Sword! —Apuñalé una, y otra vez la cola de la criatura. Hasta finalmente seccionar parte de la misma con la radiante arma de mi diestra brillando en un intenso resplandor sacro.
Batiendo mis alas consumidas alejé mi cuerpo maltrecho lo suficiente para poder elevar el brazo, con la vista fija en la ira demencial de la criatura. Mis fuerzas comenzaban a flaquear, porque pese a todo en el fondo era un humano más, pero rendirme en ese momento y lugar no estaba en cuestión, pese a todo, esa bestia no era mi nemesis, solo una victima más de circunstancias. Eso era deber, no había emociones detrás de arrebatar su vida, de detener su furia, era parte de un ciclo. — ¡Quo Vadis! —Al interior de sus fauces lancé veloz, meteórico, la lanza divina con cálida intención. Piedad, perdón, y redención.
Batiendo mis alas consumidas alejé mi cuerpo maltrecho lo suficiente para poder elevar el brazo, con la vista fija en la ira demencial de la criatura. Mis fuerzas comenzaban a flaquear, porque pese a todo en el fondo era un humano más, pero rendirme en ese momento y lugar no estaba en cuestión, pese a todo, esa bestia no era mi nemesis, solo una victima más de circunstancias. Eso era deber, no había emociones detrás de arrebatar su vida, de detener su furia, era parte de un ciclo. — ¡Quo Vadis! —Al interior de sus fauces lancé veloz, meteórico, la lanza divina con cálida intención. Piedad, perdón, y redención.
- Tamer
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Dahlia - Super Ultimate.Icono :Rango y Unidad :Fuji Raikomaru
Rango: Holy Knight
Unidad: Deadly RoseRango y Unidad Digi Aliado :Lily (Lilithmon)
Rango: Maestre
División: Deadly Rose
Inventario :
Fuji Raikomaru
Re: 不敬 (Profano) [Privado: Fuji Raikomaru]
El meteorito viviente por fin colisionó, levantando una columna de sedimentos, arena, grava y roca que, ante la temperatura infernal, dejó un velo de brillantes gránulos de cristal, como si de una colonia de luciérnagas se trataran. Un bello espectáculo en contraste perfecto con la imagen que emergió del cráter. Las afiladas garras descansaron en la tierra, ahora muerta, surgiendo de aquella profundidad ese fuego viviente, una gigantesca columna de flamas crepitantes y amenazadoras. Recubierto ahora de esta fuerza natural, la madera de los edificios aledaños crujían, castigados por la presencia de ese pequeño sol. El suelo, reducido a arena por su tacto, silbaba doliente su presencia. Y el propio aire, lastimero, hervía la sangre, helándose ante el grito de la criatura, cuyo manantial de sangre quedó sellado por su propio fuego.
Había perdido el brazo, las alas, y ahora la cola, pero él perdería la vida. Le desafiaba, intentando hacer ver su cuerpo más grande, socorrido por esa capa de fuego que amparaba su ser. Abrió las fauces, rugiendo, y el caballero se abalanzó sobre él. La quijada se cerró, eclipsando los colores del oponente y apagando ese brillo que amenazaba con su muerte. Cierto era que dentro carecía de la coraza natural de sus escamas, mas la temperatura se elevaba, siendo su núcleo el origen del elemento destructivo que exhibía.
Ya se erigía, celebrando su victoria, resplandeciendo como nunca. Esa luz, no obstante, quedó opacada por la sombra de lo que él imaginó, iluso, como eclipse. Alzó la mirada, y solo vio un horror que seguía creciendo, luchando por liberarse de esa moral humana que retenía su verdadero potencial. Desencadenado, amenazaba con devastar al dragón, mas no fue esta su acción. La corona natural empezó a iluminarse, y tornando sus labios, esta vez no dijo palabra alguna.
Lanzas de una luz cegadora eran disparadas, como brutales virotes, a los puntos donde nacían las barreras, últimas defensas de aquella tierra santa. La energía pagana profanó esa pureza, extinguiendo cada vestigio, cada hilo, cada lumen, de años y años de exorcismos, rituales y ceremonias. Aprisionados desde generaciones, los restos de quienes no pudieron reencarnar, parte del sinfín de sortilegios que alejaban al supuesto mal de aquellos templos. Durante unos segundos, semanifestaron los distintos encantamientos y barreras, antes de que el Azazel quebrara esta antigua fuerza, restallando como vidrios de un rosetón gótico, descendiendo en varias tonalidades, lentamente, arremolinándose con el demonio de epicentro, en un caleidoscopio tan hermoso como macabro.
Los vestigios de esta voluntad fueron heredados por Roku, quien sumó esta disciplina a su fuerza, y no a la de Azazel, que fue aprisionado con años y años de aprendizaje, de memorias que buscaban preservar sus vidas frente a lo profano, ese desconocimiento impuro que amenaza con consumirnos.
Había perdido el brazo, las alas, y ahora la cola, pero él perdería la vida. Le desafiaba, intentando hacer ver su cuerpo más grande, socorrido por esa capa de fuego que amparaba su ser. Abrió las fauces, rugiendo, y el caballero se abalanzó sobre él. La quijada se cerró, eclipsando los colores del oponente y apagando ese brillo que amenazaba con su muerte. Cierto era que dentro carecía de la coraza natural de sus escamas, mas la temperatura se elevaba, siendo su núcleo el origen del elemento destructivo que exhibía.
Ya se erigía, celebrando su victoria, resplandeciendo como nunca. Esa luz, no obstante, quedó opacada por la sombra de lo que él imaginó, iluso, como eclipse. Alzó la mirada, y solo vio un horror que seguía creciendo, luchando por liberarse de esa moral humana que retenía su verdadero potencial. Desencadenado, amenazaba con devastar al dragón, mas no fue esta su acción. La corona natural empezó a iluminarse, y tornando sus labios, esta vez no dijo palabra alguna.
Lanzas de una luz cegadora eran disparadas, como brutales virotes, a los puntos donde nacían las barreras, últimas defensas de aquella tierra santa. La energía pagana profanó esa pureza, extinguiendo cada vestigio, cada hilo, cada lumen, de años y años de exorcismos, rituales y ceremonias. Aprisionados desde generaciones, los restos de quienes no pudieron reencarnar, parte del sinfín de sortilegios que alejaban al supuesto mal de aquellos templos. Durante unos segundos, semanifestaron los distintos encantamientos y barreras, antes de que el Azazel quebrara esta antigua fuerza, restallando como vidrios de un rosetón gótico, descendiendo en varias tonalidades, lentamente, arremolinándose con el demonio de epicentro, en un caleidoscopio tan hermoso como macabro.
Los vestigios de esta voluntad fueron heredados por Roku, quien sumó esta disciplina a su fuerza, y no a la de Azazel, que fue aprisionado con años y años de aprendizaje, de memorias que buscaban preservar sus vidas frente a lo profano, ese desconocimiento impuro que amenaza con consumirnos.
- Tamer
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Roku Ginshô
Re: 不敬 (Profano) [Privado: Fuji Raikomaru]
Una vez dentro la completa penumbra mermaba la vista, pero la sensación concreta era la de un demoledor calor. Recordé por unos momentos cuando convertido en Tactimon me había adentrado en el interior de uno de los volcanes para mi lucha sin cuartel contra Ancient Greymon. Rememoré sin embargo la sensación de compañía que acompañaba ese calvario, en ésta situación estaba solo con mi alma en un ambiente tan inhóspito como macabro. Podía sentirlo como un palpitar recorriendo el interior de la bestia, el olor de su interior, los movimientos de cada parte de su interior, sin duda era una bestia digna de temer y el encierro era algo sensato, pero ineficaz. No culpaba que fuesen incapaces de destruirlo, pero yo no era ellos.
Agitada, pude sentir como la calma cesó tras unos momentos. ¿Acaso mi compañero había detenido su estancia mas pasiva para pasar a la confrontación directa? Seguí mi descenso a los infiernos hasta que el propio resonar de mi interior me hizo detenerme. Tan oscuro como cualquier otro lado hasta que barrí horizontalmente con mi lanza. Pude sentir el desgarrarse de la carne, y como un oscuro corazón, un digicore. A su lado, mi objetivo real. Brillaba cerúlea pese a todo, pura, y con un poder que me cegaba con solo verla.
Extendí mi diestra, tomando el simbolismo de su totalidad, puesto comencé a absorber en mi interior cada remanente de aquel anticuerpo. Podía sentir como lentamente abandonaba la data que conformaba al dragón, ya que la temperatura se reducía dramáticamente, mi armadura al rojo vivo por el calor empezaba a enfriarse, y eventualmente había recuperado lo que nunca fue ajeno.
De la misma forma que me abrí paso con mi lanza a través de la oscuridad, arremetí hacia el frente desgarrando todo a mi paso, hasta que finalmente vi la luz del exterior al abrir un enorme hueco en el pecho de la bestia.
Agitada, pude sentir como la calma cesó tras unos momentos. ¿Acaso mi compañero había detenido su estancia mas pasiva para pasar a la confrontación directa? Seguí mi descenso a los infiernos hasta que el propio resonar de mi interior me hizo detenerme. Tan oscuro como cualquier otro lado hasta que barrí horizontalmente con mi lanza. Pude sentir el desgarrarse de la carne, y como un oscuro corazón, un digicore. A su lado, mi objetivo real. Brillaba cerúlea pese a todo, pura, y con un poder que me cegaba con solo verla.
Extendí mi diestra, tomando el simbolismo de su totalidad, puesto comencé a absorber en mi interior cada remanente de aquel anticuerpo. Podía sentir como lentamente abandonaba la data que conformaba al dragón, ya que la temperatura se reducía dramáticamente, mi armadura al rojo vivo por el calor empezaba a enfriarse, y eventualmente había recuperado lo que nunca fue ajeno.
De la misma forma que me abrí paso con mi lanza a través de la oscuridad, arremetí hacia el frente desgarrando todo a mi paso, hasta que finalmente vi la luz del exterior al abrir un enorme hueco en el pecho de la bestia.
- Tamer
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :1145Cuentas :Ficha :Relaciones :Cronologia :NPCs :Nivel On Rol :Ancient Spirit X Evolution.Nivel On Rol de los Digi Aliados :Lily - Super Ultimate.
Dahlia - Super Ultimate.Icono :Rango y Unidad :Fuji Raikomaru
Rango: Holy Knight
Unidad: Deadly RoseRango y Unidad Digi Aliado :Lily (Lilithmon)
Rango: Maestre
División: Deadly Rose
Inventario :
Fuji Raikomaru
Re: 不敬 (Profano) [Privado: Fuji Raikomaru]
Los vestigios del poder santo descansaban sobre la piel azabache, simulando las estrellas en la bóveda celeste. Era extraño que una energía nítida, pura y ordenara fuera empleada para un fin tan maligno como lo era aprisionar vidas. ¿Inocentes? No, mas merecían, al menos, la paz de la muerte. La condena, una sempiterna vida alimentando un poder ajeno, que sirviera de arma para futuras presas, los convertía en el verdadero villano de la historia. Podía entender la necesidad de defenderse, pero no esos veredictos de condena eterna. Suponía que los límites entre el bien y el mal no siempre son claros, y que muchas veces depende del prisma con el que se mire.
Asimilando esa fuerza, haciéndola suya, ocupaba su mente con esas cavilaciones, procurando acallar las voces de los condenados. Nuevas presencias ocuparon la dimensión, desconcertados y confusos, mas, eso sí, libres. Las villas y comarcas que cabían en él eran numerosas y fértiles, siempre que supieras imponerte a la oscuridad y vacío imperantes. Los miedos y dudas manifestaban escenas de pesadilla, mientras que la virtud y honestidad daba lugar a un idílico paraíso. En Azazel, no importaba el bien o el mal, solo tú. Capaz de moldear el destino, debías aceptarte a ti mismo, con pros y contras, para poder vivir una nueva vida, libre.
El caballero emergió del pecho, y el guiverno, desgarrado, reposaba, prácticamente inerte, intentando conservar ese último resquicio de vida. Desafianta, desafió a Dios, exigiéndole que le concediera una muerte digna, pero eterna. Estaba cansado ya de un ciclo eterno, de ser un peón en ese sistema vano donde daban igual los triunfos, sueños o metas, el “uno” que eras acababa siempre en “cero”.
Cerró los ojos, esperando volver a esas cadenas que no pudo romper, a ese juego virtual sujeto a leyes divinas incomprensibles. La muerte le llegó, mas no el blanco puro que esperaba, a espera de una nueva vida. Vio negro. La garra de Belphemon atravesando su cuello. La noche. Estrella. Oscuridad. Y nada más.
Asimilando esa fuerza, haciéndola suya, ocupaba su mente con esas cavilaciones, procurando acallar las voces de los condenados. Nuevas presencias ocuparon la dimensión, desconcertados y confusos, mas, eso sí, libres. Las villas y comarcas que cabían en él eran numerosas y fértiles, siempre que supieras imponerte a la oscuridad y vacío imperantes. Los miedos y dudas manifestaban escenas de pesadilla, mientras que la virtud y honestidad daba lugar a un idílico paraíso. En Azazel, no importaba el bien o el mal, solo tú. Capaz de moldear el destino, debías aceptarte a ti mismo, con pros y contras, para poder vivir una nueva vida, libre.
El caballero emergió del pecho, y el guiverno, desgarrado, reposaba, prácticamente inerte, intentando conservar ese último resquicio de vida. Desafianta, desafió a Dios, exigiéndole que le concediera una muerte digna, pero eterna. Estaba cansado ya de un ciclo eterno, de ser un peón en ese sistema vano donde daban igual los triunfos, sueños o metas, el “uno” que eras acababa siempre en “cero”.
Cerró los ojos, esperando volver a esas cadenas que no pudo romper, a ese juego virtual sujeto a leyes divinas incomprensibles. La muerte le llegó, mas no el blanco puro que esperaba, a espera de una nueva vida. Vio negro. La garra de Belphemon atravesando su cuello. La noche. Estrella. Oscuridad. Y nada más.
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Roku Ginshô
Re: 不敬 (Profano) [Privado: Fuji Raikomaru]
La contienda había terminado, y pude dejar caer el peso de mi cuerpo sobre aquel que reconocía como propio. La transformación había finalizado, tenía todas mis partes del cuerpo donde debían estar, posiblemente no presentaría lesión alguna, pero era innegable que el dolor aun recorría cada gramo y célula de mi haber. Respiraba agitado, con los cabellos cayendo cual cascada hasta desparramarse las puntas por el suelo. Lilithmon a mi lado cubrió mis hombros con el largo sobretodo violáceo del clan, pues el fresco susurro de la noche comenzaba a llegar a mi cuerpo en contraste al volcánico desenlace.
Llevé mi mirada al contrario, sin sorprenderme ante su forma demoníaca. Normalmente me alzaría contra esa bestia, pero estaba en deuda con él, cansado y en cierta forma en paz. Después de todo había cumplido mi objetivo. — No se precipite, muévase con cuidado —Imploró la Demon Lord a la par que con su zurda me ayudaba a incorporar sobre mis piernas adoloridas y entumecidas. Suspiré observando al Belphemon, y con un rengueo amargamente familiar me acerqué a él. — Creo que mereces una felicitación por tu desempeño —Exclamé a la criatura, pese a que su sola visión me hacía hervir la sangre.
Llevé mi mirada al contrario, sin sorprenderme ante su forma demoníaca. Normalmente me alzaría contra esa bestia, pero estaba en deuda con él, cansado y en cierta forma en paz. Después de todo había cumplido mi objetivo. — No se precipite, muévase con cuidado —Imploró la Demon Lord a la par que con su zurda me ayudaba a incorporar sobre mis piernas adoloridas y entumecidas. Suspiré observando al Belphemon, y con un rengueo amargamente familiar me acerqué a él. — Creo que mereces una felicitación por tu desempeño —Exclamé a la criatura, pese a que su sola visión me hacía hervir la sangre.
- Tamer
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Fuji Raikomaru
Re: 不敬 (Profano) [Privado: Fuji Raikomaru]
El Guilmon abrió los ojos. Sabía lo que le esperaba. Como todas las mañanas, se alzó, aseó, y dispuso a caminar por aquel pasillo de piedra, junto a otros tantos hermanos. Una vez en la sala, clavaba las rodillas en el suelo, y rezaba. Sabía a quién, mas no para qué. Los minutos se hacían horas, y estas, desdicha. Al acabar, un parco almuerzo, y trabajar la tierra. De ella brotarían los alimentos de un nuevo día, además de hospedar y ofrecer comida a viajeros, soldados, y otros tantos que, unidos bajo una misma fe, destinaban sus vidas a ÉL. No entendía ese fervor, esos ideales. ¿Acaso pensar por uno mismo era pecado? ¿Por qué no podía ser único? Ese día era canónico, y daban igual sus ideas u opiniones, solo importaba el deber.
Ese era su temor, estar atrapado por siempre, siguiendo los mismos pasos. Poco a poco, la voluntad se apagaba, integrándose en la homogeneidad. Así eran las cosas, así debían ser las cosas. Las represalias por querer destacar no merecían la pena, era mejor doblegarse, aunque eso supusiera su “muerte” definitiva, la de su identidad. No se arrepentía de haber robado aquella sangre ungida en ese único anticuerpo, al menos durante esos días fue libre, absoluta y simplemente.
Una figura irrumpió en el lugar, apuntándole con la falange. Quisieron someterlo, castigar su afrenta, pero este se limitó a apartarlos. Todos hacían los mismos movimientos y pautas, era fácil sobreponerse. Más cerca, extendió la mano hacia el Guilmon que, sin nada que perder, aceptó. Salieron por una puerta luminiscente, que dio lugar a una senda de vacío, poblada de estrellas, algunas diminutas, otras colosales. Le guió hacia el epicentro: un gigantesco Sol negro, colosal y majestuoso que presentaba diversas cadenas, crepitantes ante el intenso calor. Cerca de él, orbitando, se encontraban todas las constelaciones que habían visto antes, destacando las tres estrellas más cercanas y llamativas: una de tonos ocres, con pequeños satélites; otra, apagada, como un asteroide yermo; y la última, ligeramente más grande, de colores brillantes y variados, como un arcoiris.
Se transmutó en puerta, como un arco tori negro, adornado con perros, y cruzaron. Les esperaba un vergel, un mundo lleno de color y vida, con otros tantos habitantes que no imponían voluntad alguna sobre él, sino que le trataban como quien era: un ser único. Llegaron al palacio, donde esperaba la soberana, una mujer de armadura violeta, que sonrió ante ese nuevo habitante. Un alma libre en el infierno personal de Azazel.
Una victoria más para Roku.
Volviendo a la realidad, inclinó la cerviz para ver al humano, y sin dudarlo, alzó la garra. El juego castigó uno de los árboles, ya carbonizados por el combate, improvisando una burda muleta que ofreció al humano. El espectáculo de llamas rodeó a la bestia, dando lugar, de nuevo, al samurai.
Ese era su temor, estar atrapado por siempre, siguiendo los mismos pasos. Poco a poco, la voluntad se apagaba, integrándose en la homogeneidad. Así eran las cosas, así debían ser las cosas. Las represalias por querer destacar no merecían la pena, era mejor doblegarse, aunque eso supusiera su “muerte” definitiva, la de su identidad. No se arrepentía de haber robado aquella sangre ungida en ese único anticuerpo, al menos durante esos días fue libre, absoluta y simplemente.
Una figura irrumpió en el lugar, apuntándole con la falange. Quisieron someterlo, castigar su afrenta, pero este se limitó a apartarlos. Todos hacían los mismos movimientos y pautas, era fácil sobreponerse. Más cerca, extendió la mano hacia el Guilmon que, sin nada que perder, aceptó. Salieron por una puerta luminiscente, que dio lugar a una senda de vacío, poblada de estrellas, algunas diminutas, otras colosales. Le guió hacia el epicentro: un gigantesco Sol negro, colosal y majestuoso que presentaba diversas cadenas, crepitantes ante el intenso calor. Cerca de él, orbitando, se encontraban todas las constelaciones que habían visto antes, destacando las tres estrellas más cercanas y llamativas: una de tonos ocres, con pequeños satélites; otra, apagada, como un asteroide yermo; y la última, ligeramente más grande, de colores brillantes y variados, como un arcoiris.
Se transmutó en puerta, como un arco tori negro, adornado con perros, y cruzaron. Les esperaba un vergel, un mundo lleno de color y vida, con otros tantos habitantes que no imponían voluntad alguna sobre él, sino que le trataban como quien era: un ser único. Llegaron al palacio, donde esperaba la soberana, una mujer de armadura violeta, que sonrió ante ese nuevo habitante. Un alma libre en el infierno personal de Azazel.
Una victoria más para Roku.
Volviendo a la realidad, inclinó la cerviz para ver al humano, y sin dudarlo, alzó la garra. El juego castigó uno de los árboles, ya carbonizados por el combate, improvisando una burda muleta que ofreció al humano. El espectáculo de llamas rodeó a la bestia, dando lugar, de nuevo, al samurai.
- Tamer
- Faltas :Una por cada double.Prueba de Rol :ADigi Puntos :1060Ficha :NPCs :Nivel On Rol :Ancient spiritNivel On Rol de los Digi Aliados :Sven-Hyper SpiritIcono :Rango y Unidad :Roku Ginshô (Adam Odysseum)
Rango: Holy General
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield TurtleRango y Unidad Digi Aliado :Sven
Rango: Teniente
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield TurtleInventario :
Roku Ginshô
Re: 不敬 (Profano) [Privado: Fuji Raikomaru]
Tomé el obsequio con cierto dejo amargo por recibirlo de aquella figura que ostentaba, sin embargo no podía hacerme el exquisito en ese momento. Asentí con la cabeza, dejando de lado las nauseas que me producía mover bruscamente el cuello, a modo de agradecimiento cortés. — Lo que hagas en éste mundo me tiene sin cuidado, pero deberías volver a tu forma humana apenas puedas, estarás tan cansado como yo y ya has ocupado cuatro etapas distintas —Me permití asumir que como yo era un humano de digispirit, por el mundo en el que estábamos, la familiaridad con la que pasaba de etapa en etapa y las formas que empleó a lo largo de ese calabozo. — Si quieres mantener el anonimato está bien, después de todo mi trabajo aquí ha terminado y ha sido un éxito, si hubieses intervenido sería otro cantar
Extendí la diestra hacia el aire, creando un portal de apariencia temblorosa e inestable pero de buen tamaño. — No te metas en problemas en el mundo digital, ¿De acuerdo? No querría tener que dejar tus posaderas como obra cubista —Una sonrisa de lado se dibujó en mi rostro con dejos chamuscados sobre mi tez pálida, y con ayuda de esa muleta rudimentaria pero con cierto valor simbólico, ingresé por el portal para ser seguido de cerca por Lilithmon.
Extendí la diestra hacia el aire, creando un portal de apariencia temblorosa e inestable pero de buen tamaño. — No te metas en problemas en el mundo digital, ¿De acuerdo? No querría tener que dejar tus posaderas como obra cubista —Una sonrisa de lado se dibujó en mi rostro con dejos chamuscados sobre mi tez pálida, y con ayuda de esa muleta rudimentaria pero con cierto valor simbólico, ingresé por el portal para ser seguido de cerca por Lilithmon.
- Tamer
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :1145Cuentas :Ficha :Relaciones :Cronologia :NPCs :Nivel On Rol :Ancient Spirit X Evolution.Nivel On Rol de los Digi Aliados :Lily - Super Ultimate.
Dahlia - Super Ultimate.Icono :Rango y Unidad :Fuji Raikomaru
Rango: Holy Knight
Unidad: Deadly RoseRango y Unidad Digi Aliado :Lily (Lilithmon)
Rango: Maestre
División: Deadly Rose
Inventario :
Fuji Raikomaru
Re: 不敬 (Profano) [Privado: Fuji Raikomaru]
La figura acorazada asintió, en sempiterno silencio, atendiendo a la despedida del caballero. Con la apertura del portal, decidió sopesar todos los acontecimientos de la noche. Movió la cabeza, una vez más, aprobando su siguiente acción mentalmente:
-Raikomaru, le desafío a duelo.
Ciertamente, lo había visto defenderse, y era el único lo bastante fuerte y orgulloso para servir de sparring en un combate. Serviría para conocer los límites de ambos y, por qué no, tener una justificación a unas “vacaciones” dentro del clan.
-En este mismo emplazamiento, dentro de dos semanas. No me gustaría que las heridas supusieran un impedimento. Todo esto si acepta, claro.
Esperó su respuesta, y cuando partió, empezó su trabajo. Liberar a los prisioneros, cazar a los exorcistas que no aprovecharon la confusión para huir, apagar los fuegos, evaluar los daños... Si quería aprovechar ese terreno, tenía mucho trabajo por delante. Con un gesto serio, sacó de la nada a quien permaneció encerrado en sus entrañas todo este tiempo.
-Pueden ver que tengo al supuesto líder, eso sí, en estado catatónico. No estoy orgulloso de ello, ni tampoco de los daños colaterales. Son libres de irse, por supuesto, mas me gustaría que escucharan mi oferta -dejó reposar al hombre en el suelo
-. Voy a hacer todo lo que esté en mi mano para restituir esta Orden. No como un grupo de caza indiscriminada, sino como un verdadero espacio seguro para vosotros en el mundo humano. Estamos en las afueras, es un abundante terreno, y podemos prosperar si trabajamos en equipo -siguió con su arenga -. Poseo los conocimientos de las técnicas del grupo, y procuraré que sigan vigentes, mas no a costa de terceros. Como grupo, nos ayudaremos los unos a los otros, ya sea trabajando en los campos y templos, o empleando estos talentos. Si me prestáis vuestras fuerzas, actuaré en consecuencia, y responderé a esa generosidad como pueda. Así que si necesitáis el amparo y cuidados de una familia, estoy dispuesto a ayudaros. Quien no este interesado, es libre de marcharse, por supuesto. Ya sabéis dónde está la salida.
-Ché, carnal, ¿y es ahora cuando nos tocamos algo?
-Raikomaru, le desafío a duelo.
Ciertamente, lo había visto defenderse, y era el único lo bastante fuerte y orgulloso para servir de sparring en un combate. Serviría para conocer los límites de ambos y, por qué no, tener una justificación a unas “vacaciones” dentro del clan.
-En este mismo emplazamiento, dentro de dos semanas. No me gustaría que las heridas supusieran un impedimento. Todo esto si acepta, claro.
Esperó su respuesta, y cuando partió, empezó su trabajo. Liberar a los prisioneros, cazar a los exorcistas que no aprovecharon la confusión para huir, apagar los fuegos, evaluar los daños... Si quería aprovechar ese terreno, tenía mucho trabajo por delante. Con un gesto serio, sacó de la nada a quien permaneció encerrado en sus entrañas todo este tiempo.
-Pueden ver que tengo al supuesto líder, eso sí, en estado catatónico. No estoy orgulloso de ello, ni tampoco de los daños colaterales. Son libres de irse, por supuesto, mas me gustaría que escucharan mi oferta -dejó reposar al hombre en el suelo
-. Voy a hacer todo lo que esté en mi mano para restituir esta Orden. No como un grupo de caza indiscriminada, sino como un verdadero espacio seguro para vosotros en el mundo humano. Estamos en las afueras, es un abundante terreno, y podemos prosperar si trabajamos en equipo -siguió con su arenga -. Poseo los conocimientos de las técnicas del grupo, y procuraré que sigan vigentes, mas no a costa de terceros. Como grupo, nos ayudaremos los unos a los otros, ya sea trabajando en los campos y templos, o empleando estos talentos. Si me prestáis vuestras fuerzas, actuaré en consecuencia, y responderé a esa generosidad como pueda. Así que si necesitáis el amparo y cuidados de una familia, estoy dispuesto a ayudaros. Quien no este interesado, es libre de marcharse, por supuesto. Ya sabéis dónde está la salida.
-Ché, carnal, ¿y es ahora cuando nos tocamos algo?
- Tamer
- Faltas :Una por cada double.Prueba de Rol :ADigi Puntos :1060Ficha :NPCs :Nivel On Rol :Ancient spiritNivel On Rol de los Digi Aliados :Sven-Hyper SpiritIcono :Rango y Unidad :Roku Ginshô (Adam Odysseum)
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