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El descubrimiento de las ruinas del Monasterio Draco, tallado en lo alto de una desolada montaña en el valle de los dragones, ha despertado un gran interés por todo el Digimundo. Principalmente porque según los tallados de la pared exterior dentro de las ruinas se encuentra un obre mágico que contiene en su interior la data y poder del treceavo Royal Kinght, la cual sera dada a quien reclame dicho objeto. Según la historia grabada en los murales, el obre fue dejado allí por el mismo Royal Kinght en caso de que su poder sea necesario para derrotar al mal que se alce en el futuro...por desgracia semejante premio también a llamado la atención de quienes usarían el poder para sus propias metas egoístas. Por lo que esta aventura ahora se a vuelto una carrera por ver quien consigue el gran premio.
6 meses despues de la ultima carrera, un BanchoLeomon reune al viejo equipo de organizacion para dar un nuevo espectaculo, pero en esta carrera, el misterioso patrocinador ha enviado a un "Aspirante a Campeon" con un extraño y unico Digivice. ¿Que es lo que sucedera a lo largo del evento y como funciona este nuevo digivice?.
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-Skin hecho por Hardrock de The Captain Knows Best.
-Imagenes realizadas por Runari Wildy
y Sigrun Vinter
-Imagenes realizadas por Runari Wildy
y Sigrun Vinter
Un Recuerdo De Verano (♦Ryu♦)
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Un Recuerdo De Verano (♦Ryu♦)
…Era el 15 de Agosto, si mal no recuerdo, antes de que Lopmon y los Digimon volvieran a llegar a mi vida nuevamente, algo extraño y curioso había sucedido…
♦♦♦♦♦
El reloj despertador sonó alrededor de las 7:00 am, con levedad lleve mi mano a dicho aparato presionando el botón de apagado. Apenas comenzaba a despertar, talle un poco mis ojos mientras estiraba mis piernas un poco al igual que los brazos. El sol intentaba entrar por los pequeños espacios que quedaban entre mis cortinas y el cristal de mi ventana.
Me levante de la cama mirando a mí al redor y soltando un enorme suspiro. Camine unos cuantos pasos hasta llegar a la ventana principal de mi recamara. Tome las cortinas de un lado a otro para después sujetarlas con un pequeño listón. No podía quejarme, la vista de mi habitación era muy hermosa de frente a un bosquejo iluminado con el verdor de los grandes árboles. A pesar de vivir en la gran ciudad, mi padre había conseguido una localización muy poco común para construir nuestra casa, debido a que detrás de nuestra propiedad se encontraba los inicios de un bosque que dirigían a la montaña. Mi casa podría ser la división entre la vida natural y la civilización.
Unas cuantas horas después, baje a tomar mis primeros alimentos. La casa se encontraba más callada de lo inusual, normalmente el televisor hacia ruido o mis padres corriendo de un lado a otro terminando sus deberes antes de ir al trabajo. Este día no fue así, aunque disfrutaba de la compañía de mis padres, también me sentaba tranquilidad al encontrarme sola y disfrutar un poco del silencio.
Opté por tomar el desayuno en el patio trasero, donde se ubicaba una pequeña mesa de cristal con una gran sombrilla. Las sillas eran blancas y de madera tallada a mano.
Disfrutaba del fresco aroma a naturaleza, también con ayuda de los árboles, corría una agradable y refrescante brisa por todos los rincones.
Al terminar de tomar el desayuno, mire a mí alrededor. Observé que un nuevo arbusto había crecido, sus hojas, tenían una forma curiosa muy parecida a la de un corazón. De inmediato, tome mi libreta de dibujo, que casi siempre llevaba conmigo y comencé a dibujar un nuevo vestido. La inspiración me llegaba de vez en cuando y tenía que aprovechar el golpe de imaginación para los nuevos prototipos de ropa.
Una vez listo, tenía que poner en marcha aquel nuevo prototipo –Creo que tendré que ir al centro comercial, necesito una tela especial para este vestido ¡Tiene que ser el mejor! – Siempre tenía determinación en que mis atuendos fueran los mejores, por lo que cada que creaba uno nuevo tenía que intentar que fuera mejor a los que ya había hecho.
Antes de salir, sobre la mesita del recibidor, encontré una nota:
‘’ Querida Kotori, tu padre y yo tuvimos que salir lo más pronto posible a casa de tu abuela. Fue un viaje de momento y no quise despertarte tan temprano, sé que podrás cuidar de ti estos días, tienes todo lo necesario para preparar lo que quieras en la cocina y si tienes tiempo, podrías ir a la sastrería a entregar los 2 pedidos que hacen falta, sobre el mostrador encontraras la información de los clientes… Con amor, mamá ’’
Solté un gran suspiro y decidí ir cuanto antes a la sastrería, quizá y después de entregar los pedidos habría tiempo para ir al centro comercial para comprar la tela que necesitaba –Menos mal, creo que tendré un poco de trabajo hoy – Tome mi bolso y partí.
Al llegar al local, abrir las puertas y cambiar el letrero a ‘’abierto’’. Me dispuse a buscar principalmente la nota que mamá había escrito sobre los pedidos que debía entregar hoy –Veamos, si fuera mamá en donde pondría la nota – Me quede por un momento pensativa –¡Lo tengo! – Busque de inmediato en una pequeña caja de música que había sobre el escritorio principal. Y bingo, ahí se encontraba la nota.
Tome el trozo de papel en mis manos –Veamos… Oh bueno, solo son 2 abrigos que vendrá a buscar un joven llamado… ¿Ryu? – Me tomo por sorpresa escuchar un nuevo nombre, ya que normalmente conocía a los clientes usuales de mamá, tal vez se trataba de uno nuevo…
Me levante de la cama mirando a mí al redor y soltando un enorme suspiro. Camine unos cuantos pasos hasta llegar a la ventana principal de mi recamara. Tome las cortinas de un lado a otro para después sujetarlas con un pequeño listón. No podía quejarme, la vista de mi habitación era muy hermosa de frente a un bosquejo iluminado con el verdor de los grandes árboles. A pesar de vivir en la gran ciudad, mi padre había conseguido una localización muy poco común para construir nuestra casa, debido a que detrás de nuestra propiedad se encontraba los inicios de un bosque que dirigían a la montaña. Mi casa podría ser la división entre la vida natural y la civilización.
Unas cuantas horas después, baje a tomar mis primeros alimentos. La casa se encontraba más callada de lo inusual, normalmente el televisor hacia ruido o mis padres corriendo de un lado a otro terminando sus deberes antes de ir al trabajo. Este día no fue así, aunque disfrutaba de la compañía de mis padres, también me sentaba tranquilidad al encontrarme sola y disfrutar un poco del silencio.
Opté por tomar el desayuno en el patio trasero, donde se ubicaba una pequeña mesa de cristal con una gran sombrilla. Las sillas eran blancas y de madera tallada a mano.
Disfrutaba del fresco aroma a naturaleza, también con ayuda de los árboles, corría una agradable y refrescante brisa por todos los rincones.
Al terminar de tomar el desayuno, mire a mí alrededor. Observé que un nuevo arbusto había crecido, sus hojas, tenían una forma curiosa muy parecida a la de un corazón. De inmediato, tome mi libreta de dibujo, que casi siempre llevaba conmigo y comencé a dibujar un nuevo vestido. La inspiración me llegaba de vez en cuando y tenía que aprovechar el golpe de imaginación para los nuevos prototipos de ropa.
Una vez listo, tenía que poner en marcha aquel nuevo prototipo –Creo que tendré que ir al centro comercial, necesito una tela especial para este vestido ¡Tiene que ser el mejor! – Siempre tenía determinación en que mis atuendos fueran los mejores, por lo que cada que creaba uno nuevo tenía que intentar que fuera mejor a los que ya había hecho.
Antes de salir, sobre la mesita del recibidor, encontré una nota:
‘’ Querida Kotori, tu padre y yo tuvimos que salir lo más pronto posible a casa de tu abuela. Fue un viaje de momento y no quise despertarte tan temprano, sé que podrás cuidar de ti estos días, tienes todo lo necesario para preparar lo que quieras en la cocina y si tienes tiempo, podrías ir a la sastrería a entregar los 2 pedidos que hacen falta, sobre el mostrador encontraras la información de los clientes… Con amor, mamá ’’
Solté un gran suspiro y decidí ir cuanto antes a la sastrería, quizá y después de entregar los pedidos habría tiempo para ir al centro comercial para comprar la tela que necesitaba –Menos mal, creo que tendré un poco de trabajo hoy – Tome mi bolso y partí.
Al llegar al local, abrir las puertas y cambiar el letrero a ‘’abierto’’. Me dispuse a buscar principalmente la nota que mamá había escrito sobre los pedidos que debía entregar hoy –Veamos, si fuera mamá en donde pondría la nota – Me quede por un momento pensativa –¡Lo tengo! – Busque de inmediato en una pequeña caja de música que había sobre el escritorio principal. Y bingo, ahí se encontraba la nota.
Tome el trozo de papel en mis manos –Veamos… Oh bueno, solo son 2 abrigos que vendrá a buscar un joven llamado… ¿Ryu? – Me tomo por sorpresa escuchar un nuevo nombre, ya que normalmente conocía a los clientes usuales de mamá, tal vez se trataba de uno nuevo…
Kotori Minami
Re: Un Recuerdo De Verano (♦Ryu♦)
~[Narrador]~
Agosto 15, una fecha sin lugar a dudas especial. El parasito digital que habitaba su cuerpo ya había cumplido los 6 meses, y en todo ese tiempo aún no habían sido capaces de congeniar ni una vez fuera del ambiente salvaje que tenían que vivir en el otro lado. Si bien podían haber acordado la palaba clave para el momento de utilizar la armadura del león maldito, e inclusive una palabra clave para cuando el parasito gobernara al humano, no eran capaz de nada en equipo. El rubio simplemente se desesperaba por las palabras que salían de la boca del caballero, y este divertido por las reacciones negativas del contrario, continuaba con más ánimos.
Pero fuese como fuese, el humano tenia asuntos que atender. El primero de todos, recoger su ropa de la tintorería, como él llamaba a cualquier sitio donde dejar su ropa u ordenar nueva hecha a la medida. Solo tenía que recoger 2 abrigos, precisamente un par que había sido desbaratado en la primera ocasión en que el parasito domo su cuerpo. Se tomó un par de semanas en ubicar algún lugar para restaurarlos, o como mínimo, que hicieran un par iguales; y finalmente lo encontró, aunque le informaron que por varios pedidos anteriores y tiempo, tardarían mucho en cumplir su orden. Al humano en aquel momento le daba igual, después de todo el no acostumbraba a salir, pero cuando sus provisiones se agotan, bueno… claramente hay problemas.
Ese día simplemente se despertó y pasando por su ya muy bien adaptada rutina de dolor de cabeza, mareo y vomito con algo de sangre; se dispuso a desayunar para luego irse al único estilista que podía dejar su cabello como le gustaba (aunque fuera sumamente extraño y costoso) y que abría antes de las 9:00 AM.
Durante todo el camino su parasito no hiso otra cosa más que observar las desgracias de quienes pudiera, comentándolas como si de un deporte se tratara; y aunque el humano lo ignoraba casi siempre, de una u otra forma siempre terminaba observando en esa dirección. Se quedaba observando los problemas ajenos y cuando estos acababan, seguía su camino como si nada. Comenzaba a dudar de si estaba dejándose influenciar demasiado por ese parasito. No quería ser como el, pero claro, convivir con el tanto tiempo terminaría afectándolo… pero ahora se preguntaba: ¿y si el parasito también estuviera contaminándose con la actitud del humano? Realmente lo dudaba, puesto nunca daña señales de aquello.
Al terminar su arreglo capilar, vio que la ciudad estaba mucho más movida. La gente había despertado y comenzado a movilizarse realmente, por lo que quizás tardaría en llegar a su próximo destino, pero aún se puso en marcha. Tardo cerca de una hora en llegar, eran ya las 10:30 AM y vio el letrero del local indicando que estaba abierto. Entro tranquilamente y observo el lugar, bastante vacío realmente, salvo por una chica que se encontraba cerca del mostrador. Se quedó observándola con curiosidad un momento y después decidió hablar.
Oye, ¿no sabes si la dueña salió? Vine a recoger un par de abrigos blancos… como el que tengo, pero en mejor estado –comento con cierta ironía-
(Estoy es aburrido, mejor veamos un camión explosivo, o quizás una pelea de pareja) –Hablo el fantasma en la mente del humano-
(No fastidies…) –lo callo de inmediato y observo a la chica- entonces… ¿sabes si la dueña volverá pronto…?
Ryu Paradox
Re: Un Recuerdo De Verano (♦Ryu♦)
Eran las 9:30 am, el cielo se tornaba completamente iluminado y despejado. Parecía que hoy iba a ser un buen día, perfecto para un día de campo o actividades al aire libre, desafortunadamente mis padres habían salido y no tendría con quien salir. Mis amigas del colegio se encontraban de vacaciones, era obvio, el verano normalmente se disfrutaba en lugares húmedos y soleados, como lo eran las playas o albercas.
Me gustaba planear mi día, por lo que en un papel, comencé a escribir las actividades que podía realizar cuando terminara de entregar los pedidos que estaban pendientes, no pensaba en que el cliente tardaría mucho, ya que la fecha de entrega era hoy. Mientras pensaba en el cliente, me puse a imaginar cómo sería; quizá se trataría de un empresario, ya que los abrigos lucían un tanto formales para una persona joven o adolescente.
Me quedaba dando vueltas en la silla del escritorio principal, el reloj seguía y seguía, no parecía que hoy fuera a ser un día muy productivo. Llego un momento en el que comencé a bostezar, no quería que mi verano comenzara con sueño. Así que decidí levantarme y poner un poco en acto en algunos otros trabajos que no se habían terminado en la sastrería.
Uno de esos trabos consistía en el ordenamiento de los rollos de tela. Mi madre tenía un estricto estándar de colores para las telas, lo que me causaba cierta dificultad, ya que además de hacerlas rollos tenía que subirlas a un anaquel lo suficientemente alto como para que entraran todas. Verde, verde pálido, verde agua, verde amarilloso, verde militar; era un sinfín de un solo color, cada color tenía tantas variedades de tonos que me resultaba interesante y me gustaba admirar las telas mientras las enrollaba.
Una vez todo listo, quedaba por subirlas al anaquel, en donde había secciones donde se representaba un marco pintado de los colores donde iban las telas, así sería más fácil acomodarlas –Ahora solo debo decidir por qué color debería empezar – Me puse a pensar que sería más fácil ir de arriba hacia abajo, pero se me hacía difícil subir las pequeñas escaleras que ulizaban para subir y acomodar las telas, estas tenían pequeñas ruedas para moverlas de izquierda a derecha, por ello se necesitaban 2 personas que una sostuviera para que la escalera no se deslizara.
No me había percatado de la hora, hasta que escuche las pequeñas campanillas que tenía la portada principal. Indicaba que alguien había entrado al local, deje lo que estaba haciendo para ir corriendo al mostrador, afortunadamente pude ver el reloj de reojo y mire el papel donde decía la hora acordada –Son las 10:32, que puntualidad – Dije en voz baja para después escuchar su pregunta.
Me acerque más al mostrador pudiendo verlo más de cerca –Yo estoy a cargo, supongo que te refieres a mi madre. Ella está de viaje por ahora, pero tengo entendido que debo entregarte un pedido – Tome un pequeño boleto que indicaba en que parte se encontraban los abrigos del chico.
–Tú debes ser Ryu ¿No es así? – Sin esperar que respondiera el contrario, tome de un gancho los 2 abrigos que se encontraban colgados en un mostrador de cristal. La ropa estaba protegida con un fino plástico transparente que ayudaba a que la tela no se mancara o estropeara –Aquí tienes – Abrí una pequeña puertezuela a un lado del mostrador para pasar los abrigos sin doblarlos –Espero que sea de tu agrado y estés conforme con el servicio – Le regale una pequeña sonrisa mientras lo miraba más detalladamente.
Me entro un poco de curiosidad al ver más de cerca aquel cliente, tenía cierto aspecto misterioso. Pero bueno, no acostumbraba a juzgar a las personas por la simple apariencia.
Observe y espere un breve periodo de tiempo a que el cliente se diera cuenta de algún desperfecto con sus abrigos, pero parecía estar todo en orden –Los abrigos ya se encuentran pagados así que, creo que eso sería todo, si hay algo más en lo que pueda ayudarte no dudes en preguntar – Sonreí para después entregar un comprobante de recibido.
Luego de ver como el rubio se retiraba unos cuantos pasos hacia la salida, me dispuse a seguir acomodando las telas. Subí a la escalera corrediza y sin darme cuenta, la rueda izquierda comenzó a girar por el peso de los rollos de tela que intentaba subir en el último compartimento. Un gran jalón y desliz por parte de la escalera hizo que me tambaleara para después caer al suelo, no sin antes hacer bastante ruido al tirar las demás telas, pero también los demás botes de hilos y unas cuantas cosas más se cayeron del estante de junto.
Ya en el suelo, con varios hilos y pedazos de tela sobre mi cabeza, solté un gran suspiro –Lo que me faltaba – Ciertamente hoy no podría ir al centro comercial, yo misma me acababa de dar más trabajo por el resto del día.
Me gustaba planear mi día, por lo que en un papel, comencé a escribir las actividades que podía realizar cuando terminara de entregar los pedidos que estaban pendientes, no pensaba en que el cliente tardaría mucho, ya que la fecha de entrega era hoy. Mientras pensaba en el cliente, me puse a imaginar cómo sería; quizá se trataría de un empresario, ya que los abrigos lucían un tanto formales para una persona joven o adolescente.
Me quedaba dando vueltas en la silla del escritorio principal, el reloj seguía y seguía, no parecía que hoy fuera a ser un día muy productivo. Llego un momento en el que comencé a bostezar, no quería que mi verano comenzara con sueño. Así que decidí levantarme y poner un poco en acto en algunos otros trabajos que no se habían terminado en la sastrería.
Uno de esos trabos consistía en el ordenamiento de los rollos de tela. Mi madre tenía un estricto estándar de colores para las telas, lo que me causaba cierta dificultad, ya que además de hacerlas rollos tenía que subirlas a un anaquel lo suficientemente alto como para que entraran todas. Verde, verde pálido, verde agua, verde amarilloso, verde militar; era un sinfín de un solo color, cada color tenía tantas variedades de tonos que me resultaba interesante y me gustaba admirar las telas mientras las enrollaba.
Una vez todo listo, quedaba por subirlas al anaquel, en donde había secciones donde se representaba un marco pintado de los colores donde iban las telas, así sería más fácil acomodarlas –Ahora solo debo decidir por qué color debería empezar – Me puse a pensar que sería más fácil ir de arriba hacia abajo, pero se me hacía difícil subir las pequeñas escaleras que ulizaban para subir y acomodar las telas, estas tenían pequeñas ruedas para moverlas de izquierda a derecha, por ello se necesitaban 2 personas que una sostuviera para que la escalera no se deslizara.
No me había percatado de la hora, hasta que escuche las pequeñas campanillas que tenía la portada principal. Indicaba que alguien había entrado al local, deje lo que estaba haciendo para ir corriendo al mostrador, afortunadamente pude ver el reloj de reojo y mire el papel donde decía la hora acordada –Son las 10:32, que puntualidad – Dije en voz baja para después escuchar su pregunta.
Me acerque más al mostrador pudiendo verlo más de cerca –Yo estoy a cargo, supongo que te refieres a mi madre. Ella está de viaje por ahora, pero tengo entendido que debo entregarte un pedido – Tome un pequeño boleto que indicaba en que parte se encontraban los abrigos del chico.
–Tú debes ser Ryu ¿No es así? – Sin esperar que respondiera el contrario, tome de un gancho los 2 abrigos que se encontraban colgados en un mostrador de cristal. La ropa estaba protegida con un fino plástico transparente que ayudaba a que la tela no se mancara o estropeara –Aquí tienes – Abrí una pequeña puertezuela a un lado del mostrador para pasar los abrigos sin doblarlos –Espero que sea de tu agrado y estés conforme con el servicio – Le regale una pequeña sonrisa mientras lo miraba más detalladamente.
Me entro un poco de curiosidad al ver más de cerca aquel cliente, tenía cierto aspecto misterioso. Pero bueno, no acostumbraba a juzgar a las personas por la simple apariencia.
Observe y espere un breve periodo de tiempo a que el cliente se diera cuenta de algún desperfecto con sus abrigos, pero parecía estar todo en orden –Los abrigos ya se encuentran pagados así que, creo que eso sería todo, si hay algo más en lo que pueda ayudarte no dudes en preguntar – Sonreí para después entregar un comprobante de recibido.
Luego de ver como el rubio se retiraba unos cuantos pasos hacia la salida, me dispuse a seguir acomodando las telas. Subí a la escalera corrediza y sin darme cuenta, la rueda izquierda comenzó a girar por el peso de los rollos de tela que intentaba subir en el último compartimento. Un gran jalón y desliz por parte de la escalera hizo que me tambaleara para después caer al suelo, no sin antes hacer bastante ruido al tirar las demás telas, pero también los demás botes de hilos y unas cuantas cosas más se cayeron del estante de junto.
Ya en el suelo, con varios hilos y pedazos de tela sobre mi cabeza, solté un gran suspiro –Lo que me faltaba – Ciertamente hoy no podría ir al centro comercial, yo misma me acababa de dar más trabajo por el resto del día.
Kotori Minami
Re: Un Recuerdo De Verano (♦Ryu♦)
~[Narrador]~
Fue enterarse el que aquella chica estaba a cargo suficiente para preocupar al rubio. Dudaba de si ella sabría realmente lo que debía hacer, pero al final dichas dudas se disiparon. En cuanto vio los abrigos los miro fijamente. Eran blancos como la nieve, algo que no tardaría en cambiar con la cantidad de cosas que tenía en su departamento. No obstante, no vio problemas. Perfectamente planchados, puntos al milímetro y el doblez de las mangas era el que le gustaba y que muchas veces tenía que ver en internet para lograrlo por cuenta propia.
Tomo los abrigos por las perchas de los cuales estaban colgados y reviso aún más minuciosamente el contenido. Estaban protegidos por un fino plástico para que no les entrara ni una mota de polvo. Aunque encontró algún que otro detalle, como la altura de los bolsillos delanteros o que tenía 3 botones en las mangas en lugar de 2, se guardó sus comentarios, al fin y al cabo eran cosas sin importancia para algo que usaría diariamente y sin gran interés por lucirlo.
Un trabajo impecable… -fue lo único que dijo al respecto, recibiendo la cuenta de todo aunque ya estuviera pagado de antemano- muchas gracias jovencita… dile a tu madre que es una auténtica genio en su campo
Y sin más que decir, el humano rubio se retiró tranquilamente, manteniendo elevados los abrigos para que no se ensuciaran de ninguna forma. No obstante cuando estaba por cruzar la puerta, sintió un fuerte estruendo y ruido. Naturalmente se giró para ver qué había ocurrido, encontrándose con la chica que lo atendió en el suelo, cubierta de telas de diversos colores. Suspiro resignado y se acercó a ella, dejando los abrigos sobre el mostrador. Se cruzó de brazos casi por inercia. Era un movimiento normal para el cuándo veía algo que consideraba “patético”, aunque no iba a decir nada, seguramente ella estaría cansada. Aunque no era alguien que ayudara a otros porque si, ciertamente no podía ignorar su juicio moral.
Simplemente extendió la mano para ayudarla a levantarse, y en cuanto ella respondió al gesto, hiso fuerza, levantándola casi de golpe. Le quito un par de telas de la cabeza y después volvió a cruzarse de brazos, observándola casi con ganas de regañarla, pero no lo hiso, simplemente se quedó con esas ganas. Suspiro resignado y observo el desastre que se había hecho presente, y después la escalera tirada en el suelo.
… ¿quieres ayuda? –pregunto repentinamente- parece que hiciste un buen lio aquí, y esa escalera de ahí… dada tu estatura, no es buena idea que subas muy alto sin que nadie la sujete –La contraria al comienzo se negó, como sería de esperar, pero el rubio en cambio simplemente mantuvo su mirada firme- Maya, ¿tengo trabajos pendientes hoy?
Negativo Señor Ryu –Hablo una voz desde su bolsillo- Está Completamente Libre El Día De Hoy
Pues no se diga más, voy a ayudar… además me vendrá bien estar más tiempo fuera de casa
(¿Acaso crees que porque estés fuera, voy a callar como una voz muerta?) –Pregunto el espectro- (Como tú prefieras, pero después iremos de vuelta, tengo asuntos pendientes, y tú eres mi puente)
(Como digas…) bueno, creo que toca la presentación… -estiro un brazo ligeramente, abriendo la mano- Ryu, ¿Cómo te llamas?
Esa sería la forma más rara y menos prevista de pasar su día, pero al menos podría estar fuera y evitarse dolores de cabeza.
Ryu Paradox
Re: Un Recuerdo De Verano (♦Ryu♦)
Inmediatamente comencé a pensar en levantar todo el desorden que había causado. Si bien, no me gustaba dejar las cosas pendientes, ayudaba a terminar lo que hacía falta normalmente, pero era la primera vez que daba más trabajo del que había que realizar –Al menos ya se en que pasare la tarde – Solté un suspiro y me dispuse a levantarme.
Me sorprendió escuchar de nuevo unos pasos acercándose, pero esta vez pude ver como el chico, al que le había entregado sus trajes volvía, pasando del escritorio por la pequeña puertezuela que se levantaba.
Inmediatamente, al hacerme frente no soltó ninguna palabra mas que extender su mano en forma de ayuda posteriormente a su suave regaño sobre la escalera corrediza. Sonreí y me sonroje un poco, era un tanto penoso que al chico que intentaba darle cierta personalidad madura y capaz de realizar un trabajo ‘’adulto’’ se viera ayudando a una chica lo suficientemente torpe como para tirar todo lo que intentaba ordenar –Muchas gracias, no te hubieras molestado – Me sonroje un poco mas al sentir como quitaba una que otra tela de mi cabeza.
Sus siguientes palabras me causaron cierta intriga, me estaba brindando su ayuda para ordenar lo que había desordenado por mi torpeza –No hay cuidado, puedo resolverlo yo sola, solo fue un accidente, la escalera no es muy estable – Dije mientras me agachaba para recoger unas cuantas telas y colocarlas entre mis brazos.
Me pude percatar de que los rollos de tela mas largos habían golpeado la mesa sobre la cual, se encontraban las hojas de los vestidos que apenas había dibujado –Cielos, espero que no se perdiera ninguna hoja – Deje las telas sobre la mesa principal para comenzar a recoger las hojas y trazos de mis diseños. Ciertamente consideraba esos prototipos importantes a pesar de que aun no estaban en marcha, solo eran muestras de lo que podría llegar a ser una colección, entre ellos se encontraban trajes de gala y uno que otro abrigo para caballeros con toques elegantes.
Algo llamo mi atención, parecía que el chico hablaba con una extraña voz proveniente de su ropa, tratase de alguna grabadora, teléfono o agenta digital. Esta le contesto, como si tuviera una maquina digital que hiciera la tarea de secretaria. Me impresione un poco, debido a que ese tipo de tecnologías no cualquiera podría ser libre de conseguirlas. Sonreí un poco al recordar que a mi padre le hubiera gustado hablar de ese tipo de aparatos tecnológicos.
La pequeña conversación llevada a cabo con la posible maquina término. Posteriormente, la idea de ayudar seguía en pie, viendo como el rubio comenzaba a recoger una que otra tela –Supongo que en verdad quieres ayudar, entonces aceptare – Finalmente sonreí y comencé nuevamente a continuar recogiendo primeramente mis dibujos.
Conseguí juntar 4 páginas de las 10 que había foliado –Faltan algunas páginas, quizá deberán estar bajo alguna tela o debajo de los estantes – Dije en voz baja y solté un gran suspiro y lleve mis manos a mi cabello, realizando así un leve agarre dejándome una cola de caballo para recogerlo y así tener más movilidad.
Nuevamente la voz del rubio se hizo presente, esta vez a comentario de presentación. Ya sabía cuál era su nombre, pero gracias a un documento, lo hacía más interesante escuchar de la misma persona –Mi nombre es Kotori, es un gusto conocerte Ryu te doy las gracias por ofrecer tu ayuda y quedarte – Puse unas cuantas telas sobre la mesa y comencé a enrollar un hilo rojo en su carrete de cartón –Mi madre es la dueña de esta sastrería, aunque yo también trabajo aquí. Supongo que ella fue la que te atendió la primera vez que llegaste a solicitar los servicios, de estar aquí me hubiera acordado de ti – Hice una breve pausa y me sonroje –No es como si me fuera a fijar o algo, solo que acostumbro a recordar los rostros de los clientes – Ciertamente me puse un tanto nerviosa por aquel comentario que había dicho.
En realidad no sabía si era correcto quitarle tiempo a Ryu, debido a que por su apariencia y a juzgar por su forma de hablar con aquella máquina, tenía su tiempo planeado –Espero que estar aquí no te retrase en alguna actividad que tenías planeada – Solté un gran suspiro –Si sirve de algo, esperaba poder ir al centro comercial a comprar una tela especial, pero nunca se sabe cuándo se te cruzara algún contratiempo – Hice una breve pausa –A pesar de que este yo misma lo causara – Termine por conversar centrándome en recoger el lio que había hecho para no retrasar al amable chico.
Me sorprendió escuchar de nuevo unos pasos acercándose, pero esta vez pude ver como el chico, al que le había entregado sus trajes volvía, pasando del escritorio por la pequeña puertezuela que se levantaba.
Inmediatamente, al hacerme frente no soltó ninguna palabra mas que extender su mano en forma de ayuda posteriormente a su suave regaño sobre la escalera corrediza. Sonreí y me sonroje un poco, era un tanto penoso que al chico que intentaba darle cierta personalidad madura y capaz de realizar un trabajo ‘’adulto’’ se viera ayudando a una chica lo suficientemente torpe como para tirar todo lo que intentaba ordenar –Muchas gracias, no te hubieras molestado – Me sonroje un poco mas al sentir como quitaba una que otra tela de mi cabeza.
Sus siguientes palabras me causaron cierta intriga, me estaba brindando su ayuda para ordenar lo que había desordenado por mi torpeza –No hay cuidado, puedo resolverlo yo sola, solo fue un accidente, la escalera no es muy estable – Dije mientras me agachaba para recoger unas cuantas telas y colocarlas entre mis brazos.
Me pude percatar de que los rollos de tela mas largos habían golpeado la mesa sobre la cual, se encontraban las hojas de los vestidos que apenas había dibujado –Cielos, espero que no se perdiera ninguna hoja – Deje las telas sobre la mesa principal para comenzar a recoger las hojas y trazos de mis diseños. Ciertamente consideraba esos prototipos importantes a pesar de que aun no estaban en marcha, solo eran muestras de lo que podría llegar a ser una colección, entre ellos se encontraban trajes de gala y uno que otro abrigo para caballeros con toques elegantes.
Algo llamo mi atención, parecía que el chico hablaba con una extraña voz proveniente de su ropa, tratase de alguna grabadora, teléfono o agenta digital. Esta le contesto, como si tuviera una maquina digital que hiciera la tarea de secretaria. Me impresione un poco, debido a que ese tipo de tecnologías no cualquiera podría ser libre de conseguirlas. Sonreí un poco al recordar que a mi padre le hubiera gustado hablar de ese tipo de aparatos tecnológicos.
La pequeña conversación llevada a cabo con la posible maquina término. Posteriormente, la idea de ayudar seguía en pie, viendo como el rubio comenzaba a recoger una que otra tela –Supongo que en verdad quieres ayudar, entonces aceptare – Finalmente sonreí y comencé nuevamente a continuar recogiendo primeramente mis dibujos.
Conseguí juntar 4 páginas de las 10 que había foliado –Faltan algunas páginas, quizá deberán estar bajo alguna tela o debajo de los estantes – Dije en voz baja y solté un gran suspiro y lleve mis manos a mi cabello, realizando así un leve agarre dejándome una cola de caballo para recogerlo y así tener más movilidad.
Nuevamente la voz del rubio se hizo presente, esta vez a comentario de presentación. Ya sabía cuál era su nombre, pero gracias a un documento, lo hacía más interesante escuchar de la misma persona –Mi nombre es Kotori, es un gusto conocerte Ryu te doy las gracias por ofrecer tu ayuda y quedarte – Puse unas cuantas telas sobre la mesa y comencé a enrollar un hilo rojo en su carrete de cartón –Mi madre es la dueña de esta sastrería, aunque yo también trabajo aquí. Supongo que ella fue la que te atendió la primera vez que llegaste a solicitar los servicios, de estar aquí me hubiera acordado de ti – Hice una breve pausa y me sonroje –No es como si me fuera a fijar o algo, solo que acostumbro a recordar los rostros de los clientes – Ciertamente me puse un tanto nerviosa por aquel comentario que había dicho.
En realidad no sabía si era correcto quitarle tiempo a Ryu, debido a que por su apariencia y a juzgar por su forma de hablar con aquella máquina, tenía su tiempo planeado –Espero que estar aquí no te retrase en alguna actividad que tenías planeada – Solté un gran suspiro –Si sirve de algo, esperaba poder ir al centro comercial a comprar una tela especial, pero nunca se sabe cuándo se te cruzara algún contratiempo – Hice una breve pausa –A pesar de que este yo misma lo causara – Termine por conversar centrándome en recoger el lio que había hecho para no retrasar al amable chico.
Kotori Minami
Re: Un Recuerdo De Verano (♦Ryu♦)
~[Narrador]~
Si, fue tu madre la que me atendió… una persona agradable y lo bastante amable para tomar un trabajo tan ridículo como el mío –llego a responder a la chica mientras tomaba rollos de tela y los dejaba sobre el mostrador- además, es difícil olvidar a alguien con este tipo de peinado, ¿no crees?
Casi al instante de decir eso, soltó una pequeña risa contenida. Si bien sabía que su peinado era considerablemente ridículo y complicado a niveles bastante altos, le gustaba llevarlo de ese modo. Aun no podía creer que fuera el error de un peluquero el que decidiría su peinado “distintivo”. Pero fuera como fuera, ahora tenía que atender el problema de la chica. No tenía nada que hacer, la máquina de su bolsillo lo había confirmado, pero igualmente quería terminar rápido; quizás por mero impulso involuntario. La mera necesidad de terminar todo rápidamente para atender asuntos más urgentes era algo a lo que estaba acostumbrado, y más ahora que debía atender una segunda “vida” en el mundo digital.
A medida que iba recogiendo telas, iba encontrando las hojas que Kotori había mencionado anteriormente. Tomo una y se quedó mirándola fijamente durante un momento. Era el diseño de un traje de gala con mangas curiosas cuanto menos, y con bordados especiales. Arqueo una ceja y dejo la hoja sobre el mostrador a un lado de las telas, sin darle demasiado interés… aunque su parasito por otro lado, se quedó observando la hoja con bastante intriga. No le interesaban las cosas humanas, pero el diseño que tenía frente a sus ojos le parecía “aceptable”. Por fin algo que no fuera venganza rondaba por sus pensamientos.
(Paradox, ¿Por qué no le dices de ponerle morado?) –Comento sin quitar el ojo de la hoja-
(No molestes Fukushu… ¿además que te importa ese diseño?) –Pensó mientras recogía los últimos trozos de tela-
(Cuando gobierne tu cuerpo, quisiera tener un traje en concreto; algo para diferenciarnos, y ese traje podría lograrlo… pero con morado) –termino para luego esfumarse-
… creo que Maya ya había confirmado que no tenía nada que hacer el resto del día, Kotori –Respondió ante los últimos comentarios de la chica- de cualquier forma, aun puedes llegar al centro comercial si te ayudo con esto –Tomo la hoja que había visto el parasito y se quedó pensando un momento- a este diseño… ¿se le podría poner morado?
No sabía porque le hacía caso al fantasma, pero bueno, ya había preguntado y ya no había marcha atrás. Fuera lo que fuera a responder la muchacha, el rubio se acercó a la escalera y la acomodo lo mejor posible. Luego saco su teléfono de allí y lo dejo sobre las hojas con diseños a modo de pisapapeles, aunque realmente quería tener el dispositivo electrónico intacto.
Maya, estate lista para llamar a una ambulancia por si me caigo –comento mientras subía de a poco la escalera- Kotori, tu pásame las telas y yo las iré acomodando según me indiques, ¿sí?
Entendido Señor Ryu –En la pantalla se vio la imagen de aquella inteligencia artificial, una robot sin boca y con un gran sombrero- Por Favor Tenga Cuidado
Si, si… no tienes que decírmelo –continuo la charla como si estuviera hablando con una persona. Estiro el brazo hacia atrás y abrió la mano, haciendo un gesto para que la muchacha le pasara las telas- venga, terminemos esto para que puedas ir de compras…
- Off:
- Apariencia de Maya
Ryu Paradox
Re: Un Recuerdo De Verano (♦Ryu♦)
Las hojas de mi libreta de dibujos comenzaba a tornar su volumen nuevamente, no eran muchos diseños los que tenía ahí, pero eran los más importantes, ya que en algún momento me gustaría ponerlos en realización. Mi madre por lo general, evaluaba los diseños que se me ocurría hacer y dependiendo de la magnitud de cada uno, aceptaba o rechazaba el lanzamiento de tal.
Últimamente me había sentido inspirada, todo lo que veía a mí alrededor me servía de musa para tomar el grafito y comenzar a trazar lo que me imaginaba. Me gustaba mucho jugar con las formas y por lo general a lo último dejaba el detalle de colores. Mis diseños se empeñaban normalmente en los detalles, los dobladillos de una manga, el dobles de un cuello refinado, el número de botones que llevara una camisa o los pliegues de una falda, eran de los pocos detalles quisquillosos sobre los que posaba mi vista e intentaba que estos hicieran el vestuario el mejor de su tipo.
Muy pocas veces me topaba con mi torpeza y causaba estragos de este tamaño, quizá y no era la persona más torpe de este mundo pero, tan solo quizá, fue buena idea el tener este pequeño incidente justamente el día de hoy, ya que pude conocer a una persona que nunca antes había visto. El descubrir la personalidad y la forma de ser de otro ser humano, me causaba intriga y parecía ser un buen pasatiempo, al mismo tiempo que formar una amistad.
Escuche la respuesta del rubio con respecto a quien lo había atendido anteriormente, me causo un poco de intriga su comentario –Sabes, ningún trabajo me parece ridículo, simplemente son diferentes niveles de esfuerzo, pero todo en este establecimiento es importante, así sea solo un dobles o un planchado – Mire al chico intentando darle a entender que todo estaba bien, no había que sentirse así por su petición.
Sus palabras me dieron cierta gracia a lo que simplemente sonreí con su ultimo comentario –Si bueno, cada quien tiene su estilo. El tuyo es ciertamente, llamativo no es tan malo, me agrada – Obsequie una pequeña sonrisa para después continuar recogiendo hilos y tela.
Era agradable el tener otra persona distinta a mi madre en el taller de costura. Normalmente las pláticas con mi madre eran telas, hilos, colores, etc. Hablar con Ryu me causaba alegría, diferentes temas que no fueran del trabajo, además se trataba de una persona completamente nueva para mí.
Me sentí un poco más aliviada al momento que el rubio confirmo mi pesar en quitarle el tiempo. El hecho de querer terminar un poco más rápido se comenzaba a calmar. Escuche su comentario sobre el centro comercial, no pensé que le fuera a tomar tanta importancia –No es tan importante, solo que hoy no tenía nada mejor que hacer, así que simplemente había planeado a comprar unas telas para un nuevo diseño – Mire de reojo al rubio mientras tomaba un estuche donde había agujas –El centro comercial puede esperar supongo – …
A medida que el desastre iba despejando el suelo, tomaba en mis manos las hojas que encontraba de mis dibujos. No me había percatado que Ryu había encontrado una de ellas, hasta que finalmente hizo un comentario sobre el prototipo. Me sonroje un poco tras las palabras emitidas por el chico sobre el diseño de los trajes para caballero –Claro, los colores los elijo a lo último, así que pueden variar a como convenga – Mire un poco más detallado el dibujo que tenía entre sus manos Ryu –Ese es uno de los primeros diseños que hago para caballeros, no pensé que fuera a llamar la atención y menos a alguien como tú – Hice una breve pausa y desvié la mirada –A juzgar un poco por tu gusto, no creo que mis diseños sean de tu estilo – Estaba claramente algo apenada por aquel comentario, ya que no era uno de mis mejores dibujos.
Me quede muda por el resto del tiempo hasta que comencé a pasar uno por uno los rollos de tela a Ryu, quien ahora era el encargado de subir la escalerilla. Siendo un poco más precavida, coloque mi pie en el último escalón dándole un poco más de peso y estabilidad a la escalera.
Mire por unos momentos el teléfono móvil de Ryu, ya que en la pantalla se mostraba una extraña figura robótica, quizá era su secretaria virtual a la que se estaba refiriendo hace un momento –Es algo extraño, nunca había visto un asistente electrónico tan sofisticado – Dije sin quitar la vista del rubio, sosteniendo la escalera.
Últimamente me había sentido inspirada, todo lo que veía a mí alrededor me servía de musa para tomar el grafito y comenzar a trazar lo que me imaginaba. Me gustaba mucho jugar con las formas y por lo general a lo último dejaba el detalle de colores. Mis diseños se empeñaban normalmente en los detalles, los dobladillos de una manga, el dobles de un cuello refinado, el número de botones que llevara una camisa o los pliegues de una falda, eran de los pocos detalles quisquillosos sobre los que posaba mi vista e intentaba que estos hicieran el vestuario el mejor de su tipo.
Muy pocas veces me topaba con mi torpeza y causaba estragos de este tamaño, quizá y no era la persona más torpe de este mundo pero, tan solo quizá, fue buena idea el tener este pequeño incidente justamente el día de hoy, ya que pude conocer a una persona que nunca antes había visto. El descubrir la personalidad y la forma de ser de otro ser humano, me causaba intriga y parecía ser un buen pasatiempo, al mismo tiempo que formar una amistad.
Escuche la respuesta del rubio con respecto a quien lo había atendido anteriormente, me causo un poco de intriga su comentario –Sabes, ningún trabajo me parece ridículo, simplemente son diferentes niveles de esfuerzo, pero todo en este establecimiento es importante, así sea solo un dobles o un planchado – Mire al chico intentando darle a entender que todo estaba bien, no había que sentirse así por su petición.
Sus palabras me dieron cierta gracia a lo que simplemente sonreí con su ultimo comentario –Si bueno, cada quien tiene su estilo. El tuyo es ciertamente, llamativo no es tan malo, me agrada – Obsequie una pequeña sonrisa para después continuar recogiendo hilos y tela.
Era agradable el tener otra persona distinta a mi madre en el taller de costura. Normalmente las pláticas con mi madre eran telas, hilos, colores, etc. Hablar con Ryu me causaba alegría, diferentes temas que no fueran del trabajo, además se trataba de una persona completamente nueva para mí.
Me sentí un poco más aliviada al momento que el rubio confirmo mi pesar en quitarle el tiempo. El hecho de querer terminar un poco más rápido se comenzaba a calmar. Escuche su comentario sobre el centro comercial, no pensé que le fuera a tomar tanta importancia –No es tan importante, solo que hoy no tenía nada mejor que hacer, así que simplemente había planeado a comprar unas telas para un nuevo diseño – Mire de reojo al rubio mientras tomaba un estuche donde había agujas –El centro comercial puede esperar supongo – …
A medida que el desastre iba despejando el suelo, tomaba en mis manos las hojas que encontraba de mis dibujos. No me había percatado que Ryu había encontrado una de ellas, hasta que finalmente hizo un comentario sobre el prototipo. Me sonroje un poco tras las palabras emitidas por el chico sobre el diseño de los trajes para caballero –Claro, los colores los elijo a lo último, así que pueden variar a como convenga – Mire un poco más detallado el dibujo que tenía entre sus manos Ryu –Ese es uno de los primeros diseños que hago para caballeros, no pensé que fuera a llamar la atención y menos a alguien como tú – Hice una breve pausa y desvié la mirada –A juzgar un poco por tu gusto, no creo que mis diseños sean de tu estilo – Estaba claramente algo apenada por aquel comentario, ya que no era uno de mis mejores dibujos.
Me quede muda por el resto del tiempo hasta que comencé a pasar uno por uno los rollos de tela a Ryu, quien ahora era el encargado de subir la escalerilla. Siendo un poco más precavida, coloque mi pie en el último escalón dándole un poco más de peso y estabilidad a la escalera.
Mire por unos momentos el teléfono móvil de Ryu, ya que en la pantalla se mostraba una extraña figura robótica, quizá era su secretaria virtual a la que se estaba refiriendo hace un momento –Es algo extraño, nunca había visto un asistente electrónico tan sofisticado – Dije sin quitar la vista del rubio, sosteniendo la escalera.
Kotori Minami
Re: Un Recuerdo De Verano (♦Ryu♦)
~[Narrador]~
En cuanto escucho el comentario sobre que él no parecía el tipo de personas que usaban trajes elegantes, el rubio no pudo evitar darle la razón en su cabeza. Había preguntado por el parasito con forma de caballero que tenia habitando en su cuerpo; de él venía el interés, pero claramente no podía decirle eso. Lo tomaría por demente inmediatamente y sería enviado a un manicomio probablemente. Si, lo mejor era no decir nada y simplemente concentrarse en terminar de acomodar. Aunque no dejaba de preguntarse porque al caballero le interesaría; habían muchos trajes en esa tienda, así como el ir por la calle podían verse distintos trajes típicos de oficina, pero jamás mostro interés mínimo. Por un instante se preguntó si esa chica tenía algún don para hacer pensar en algo distinto a los demás.
Claro que conforme acomodaba las telas, fue perdiendo el hilo de ese pensamiento hasta que simplemente se preguntaba internamente “¿en qué diablos se diferencia el amarillo atardecer del amarillo estrellado?”. Definitivamente no tenía el menor sentido del diseño, para el todos los colores eran prácticamente iguales, pero aun así Kotori le indicaba donde iba específicamente cada tela, lo cual sorprendía en parte al rubio, quien nunca imagino que podría haber al menos 16 variedades de verde.
Fuese como fuese, confirme iban avanzando, el rubio llego a escuchar unas palabras de la chica, unas palabras que le sacaron una natural sonrisa de ego. Cerró los ojos un segundo y exhalo levemente, sintiendo como su ego le obligaba a explicarse, aunque iba a controlarse por un momento ya que bueno, no tenía por qué presumir todo el tiempo de su mayor logro en la vida.
¿Verdad que es sofisticada? Me tomo bastante tiempo programarla –comento tranquilamente, acomodando más telas- soy un programador, y Maya fue mi proyecto de graduación de la universidad –se volteo y bajo de la escalerilla con cuidado- es una IA que puede aprender por cuenta propia, tomando datos del exterior y por supuesto, hablando con ella –tomo su teléfono y enseño la pantalla- Maya, preséntate
Como Diga Señor Ryu –La robot de la pantalla realizo una reverencia- Un Placer Conocerla Señorita Koroti, Mi Nombre Es Maya, Si Necesita Saber Algo, Puede Preguntarme Sin Preocupaciones
Estoy seguro que Maya es la mejor y única IA tan avanzada como para mantener una conversación, emular preocupación e incluso realizar análisis para dar sus propias opiniones –Dejo nuevamente el teléfono- el único defecto que tiene realmente es que su memoria es bastante limitada en cuanto a su función de aprendizaje… veras, Maya aprende rápido, pero a veces aprende demasiado rápido para lo que su memoria se lo permite, por lo que tengo que transferir sus datos a un “servidor” para que no se pierda lo que aprendió y del mismo modo, liberar memoria
Por un momento el rubio estuvo a punto de continuar hablando, pero su asistente hiso gala de su habilidad de aprendizaje para recordarle que tenían aun trabajo pendiente. Eso fue suficiente para que Ryu se callada y volviera al trabajo, mientras que Maya observaba atentamente. Durante un momento le pregunto a Kotori sobre los colores de las telas, mostrando “interés” en aprender sobre aquello.
Paso cerca de media hora pero finalmente todo estaba en su sitio y bien acomodado. El rubio se sentó en la parte más alta de la escalerilla y exhalo aliviado de que por fin habían acabado. Se rio un momento, pensando que tendría pesadillas con colores por descubrir semejante variedad de tonos para un mismo color. Por su parte la IA enseño un video de fuegos artificiales, felicitando a ambos humanos por acabar con su trabajo.
Bueno… creo que ya terminamos asique seguro te quedara tiempo para ir al centro comercial –comento el rubio tranquilamente- espero que puedas comprar lo que debes
Señor Ryu, Creo Que Usted También Debería De Ir –Hablo la IA, llamando la atención de su dueño- La Página Kamen Heroes Acaba De Filtrar Una Nueva Figura Y Libro Ilustrado De Build
¡Al centro comercial! –Anuncio lleno de energía, parándose con perfecto equilibro en la escalera-
Ryu Paradox
Re: Un Recuerdo De Verano (♦Ryu♦)
Todo parecía que terminaríamos muy pronto, Ryu acomodaba los rollos de telas con forme le iba indicando, parecía como el chico rubio pintaba cierto interés sobre el acomodar con forme a los diferentes tonos de colores –Es impresionante como hay una variedad innumerable de un solo color no crees? – Pregunte mientras terminaba por pasar lo que quedaba sobre la mesa por acomodar.
Me quede pensativa mientras observaba su teléfono, la tecnología que utilizaba era muy sofisticada, parecía que se tratara de una persona a la cual le gustaba todo eso de los dispositivos electrónicos. Esto me recordaba un poco a mi padre, a el también le emocionaban los objetivos técnicos y todo ese rollo.
Luego de mi comentario acerca de aquella inteligencia digital al que se refería como Maya, pude ver cierto brillo en sus ojos, así que deduje que ese era lo que motivaba al chico o su tema de conversación favorito. Quede un tanto sorprendía al escuchar que esa inteligencia era su propia obra, no había imaginado que Ryu poseía esa habilidad –Debes estar orgulloso de tu creación – Ciertamente comprendía un poco ese ego y felicidad al hablar de su creación, lo mismo me pasaba a mí con los diseños que hacía.
La presentación de aquella forma de vida digital me hizo ver que se entendía perfectamente con Ryu y quizá con otras personas, ya que su forma de dirigirse a mi era la misma forma –Eres impresionante – Dije mirando mas de cerca el teléfono y atendiendo a la propuesta de la misma Maya –¿Que preguntare? – Pensé durante unos cuantos segundos para formular mi pregunta –Veamos… ¿Puedes decirme si en el centro comercial puedo encontrar tela de lino? – Inmediatamente después de mi cuestión la maquina respondió sin tardar mas de unos cuantos segundos.
Me impresiono no solo las características de la tela que buscaba, si no mas bien la ubicación del local donde lo encontraría y en que área buscar, simplemente una respuesta perfecta –Gracias Maya, eres muy amable – Sonreí tomando nota de las indicaciones dadas –Creo que ya se donde comenzar a buscar – Me referí hacia Ryu esta vez, bueno a pesar de que me ayudara con el desastre que había ocasionado, ahora me había dado información acerca de lo que estaba buscando.
Luego de un rato mas, la habitación había quedado limpia y ordenada, todo volvía a estar como antes –Debo agradecerte por quedarte ayudar, creo que sin tu ayuda no hubiera terminado tan pronto – Dije mientras volteaba a mirar el reloj de pared el cual apenas marcaba el medio día. Por un momento pensé en que eso sería todo, Ryu volvería a sus actividades al igual que yo, había sido lindo conocer a alguien curioso como el rubio y su inteligencia artificial Maya.
Camine hacía el mostrador recargándome sobre el banco de madera mientras escuchaba la posible despedida del rubio –Todo ha quedado en orden, pero… – Busque en un cofre de madera un broche dorado, el cual tenía forma de escudo y en medio 2 espadas cruzadas, ciertamente era un broche elegante que quizá y serviría como agradecimiento –Toma puedes quedártelo como agradecimiento por la ayuda y por la agradable compañía – Obsequie una sonrisa al rubio mientras entregaba el broche.
La voz de Maya se había hecho presente al poco tiempo de que el rubio tomara el broche en sus manos. Al parecer, también tendría oportunidad de ir al centro comercial y a juzgar por su emoción parecía que algo había ahí que le llamara la atención –Sería bueno ir juntos, podríamos pasar por un helado o también se de un lugar donde venden malteadas muy buenas – Invité al chico mientras buscaba las llaves, después de cambiar el letrero a cerrado –Ya podemos irnos – Tome mi bolso para después esperar las indicaciones del chico.
Me quede pensativa mientras observaba su teléfono, la tecnología que utilizaba era muy sofisticada, parecía que se tratara de una persona a la cual le gustaba todo eso de los dispositivos electrónicos. Esto me recordaba un poco a mi padre, a el también le emocionaban los objetivos técnicos y todo ese rollo.
Luego de mi comentario acerca de aquella inteligencia digital al que se refería como Maya, pude ver cierto brillo en sus ojos, así que deduje que ese era lo que motivaba al chico o su tema de conversación favorito. Quede un tanto sorprendía al escuchar que esa inteligencia era su propia obra, no había imaginado que Ryu poseía esa habilidad –Debes estar orgulloso de tu creación – Ciertamente comprendía un poco ese ego y felicidad al hablar de su creación, lo mismo me pasaba a mí con los diseños que hacía.
La presentación de aquella forma de vida digital me hizo ver que se entendía perfectamente con Ryu y quizá con otras personas, ya que su forma de dirigirse a mi era la misma forma –Eres impresionante – Dije mirando mas de cerca el teléfono y atendiendo a la propuesta de la misma Maya –¿Que preguntare? – Pensé durante unos cuantos segundos para formular mi pregunta –Veamos… ¿Puedes decirme si en el centro comercial puedo encontrar tela de lino? – Inmediatamente después de mi cuestión la maquina respondió sin tardar mas de unos cuantos segundos.
Me impresiono no solo las características de la tela que buscaba, si no mas bien la ubicación del local donde lo encontraría y en que área buscar, simplemente una respuesta perfecta –Gracias Maya, eres muy amable – Sonreí tomando nota de las indicaciones dadas –Creo que ya se donde comenzar a buscar – Me referí hacia Ryu esta vez, bueno a pesar de que me ayudara con el desastre que había ocasionado, ahora me había dado información acerca de lo que estaba buscando.
Luego de un rato mas, la habitación había quedado limpia y ordenada, todo volvía a estar como antes –Debo agradecerte por quedarte ayudar, creo que sin tu ayuda no hubiera terminado tan pronto – Dije mientras volteaba a mirar el reloj de pared el cual apenas marcaba el medio día. Por un momento pensé en que eso sería todo, Ryu volvería a sus actividades al igual que yo, había sido lindo conocer a alguien curioso como el rubio y su inteligencia artificial Maya.
Camine hacía el mostrador recargándome sobre el banco de madera mientras escuchaba la posible despedida del rubio –Todo ha quedado en orden, pero… – Busque en un cofre de madera un broche dorado, el cual tenía forma de escudo y en medio 2 espadas cruzadas, ciertamente era un broche elegante que quizá y serviría como agradecimiento –Toma puedes quedártelo como agradecimiento por la ayuda y por la agradable compañía – Obsequie una sonrisa al rubio mientras entregaba el broche.
La voz de Maya se había hecho presente al poco tiempo de que el rubio tomara el broche en sus manos. Al parecer, también tendría oportunidad de ir al centro comercial y a juzgar por su emoción parecía que algo había ahí que le llamara la atención –Sería bueno ir juntos, podríamos pasar por un helado o también se de un lugar donde venden malteadas muy buenas – Invité al chico mientras buscaba las llaves, después de cambiar el letrero a cerrado –Ya podemos irnos – Tome mi bolso para después esperar las indicaciones del chico.
Kotori Minami
Re: Un Recuerdo De Verano (♦Ryu♦)
~[Narrador]~
Durante un momento el rubio se encontraba muy emocionado, tanto que apenas si se había percatado del broche de regalo que recibió por parte de la chica, pero en cuanto volvió más a su actitud tranquila y poco extrovertida, pudo verlo en detalle. Nunca había visto un broche con tantos detalles. Le resultaba curioso, aunque realmente no quería aceptarlo; no por falta de interés, si no que no encontraría nada para darle algún uso. El difícilmente si aceptaba el traje que había hecho su parasito para cuando viajara al mundo digital y es por el hecho de que los accesorios no le resultaban importantes. Aceptaba que todo debía tener quizás una estética agradable, pero él no era del tipo de gente que se preocupaba en exceso por su apariencia; lucir bien o mal le era indiferente.
No obstante lo acepto y guardo por mera cortesía. Quizás algún día le encontraría un uso, y si no, lo mantendría guardado. Por el momento tenía algunas otras cosas de las que preocuparse; la primera y principal seria cuidar de Kotori como adulto responsable. No sabía qué edad tenia ella, pero por su apariencia le daría unos 16 o 18 años, por lo que el técnicamente era el responsable de cualquier cosa que pudiera ocurrir.
Tomo sus trajes y su teléfono, dirigiéndose a la entrada junto a la chica para pensar que hacer. Lo primero y principal fue pedirle a Maya que hiciera la ruta más rápida para no perder tiempo, y con esa ruta hecha, ambos se pusieron en marcha. Durante casi todo el camino el rubio se quedó callado; no tenía temas de conversación porque no estaba acostumbrado del todo a socializar o acompañar a nadie a hacer nada. Existían excepciones pero él era realmente reacio a hacer nada fuera de su hogar. Fue durante el camino que una mujer con un perro considerablemente grande apareció esperando el semáforo para cruzar la calle. En cuanto Ryu vio al animal adopto un rostro más indiferente e inclusive molesto, pero al momento en que el perro se percató del rubio, comenzó a ladrar moviendo la cola.
El hombre lo único que pudo hacer fue sorprenderse y apartarse lo más posible, quedando al lado contrario de la chica a la que acompañaba, casi usándola de escudo. No le gustaban para nada los animales, e irónicamente el solía llamar la atención de estos en varias ocasiones, lo cual lo volvía una molestia considerablemente grande en todo momento.
Espero que esa correa sea de titanio reforzado… -murmuro por lo bajo, deteniéndose para esperar el semáforo- y que le compren un bozal… también de titanio…
Señor, Por Favor No Se Distraiga Del Camino –Comento su teléfono, indicando que ya tenían la luz verde para cruzar-
Egh… de acuerdo… vamos, ya son solo 2 calles más… espero poder comprar un café cuando lleguemos –Comento algo más tranquilo, cruzando la calle junto a la chica- oye Kotori, ¿Qué tanto compraras? Me da cierta curiosidad… y además sería bueno hablar de algo, tanto silencio comienza a ser incomodo
Ryu Paradox
Re: Un Recuerdo De Verano (♦Ryu♦)
El día pintaba una tarde despejada, el cielo con unas cuantas nubes sin temor de lluvia o nublarse, parecía ser un buen día para las actividades al aire libre.
Diferentes aromas de tornaron presentes al ir caminando por las calles, ya que nos encontrábamos en una zona residencial, en donde por lo regular las amas de casa preparaban casi al mismo tiempo la merienda. Algunas acostumbraban a poner los postres sobre las ventanas de la cocina a modo de competencia de ver quien hacia el mejor postre.
Me el ver esto me recordó un poco a mi madre, ella normalmente hacía un postre delicioso para después de la comida. Pasteles de fruta, tarta de limón o de piña, pastelillos de betún y toda clase de delicia para calmar el apetito de antojo. Mi madre a pesar de tener un gran don para la confección, también era una jefa de familia muy profesional, se encargaba de mantener a nuestra pequeña familia feliz y unida.
Por mucho tiempo había pensado en que se sentiría tener un hermano, en verdad ser hija única era muy cómodo y confortable, ya que toda la atención de mis padres se centraba en mi junto con mis necesidades, pero a pesar de toda esa atención, me preguntaba en lo mas profundo de mis pensamientos, que se sentiría tener una compañía extra que compartiera los mismos lazos familiares que yo.
Había quedado hundida en mis pensamientos, hasta darme cuenta que todo un buen rato, mientras caminaba al lado del rubio, nuestro entorno se había quedado en silencio. Al parecer cada uno iba centrado en sus pensamientos.
Aquel incomodo momento al no saber de qué hablar, fue roto por un ladrido. Más adelante, a unos cuantos pasos, se encontraba una mujer con su mascota, un pequeño perro de pelaje felpudo y blanco. Ambos se encontraban esperando la indicación del semáforo para poder cruzar, me emociono un poco el ver al animalito, me gustaban bastante las mascotas, en si todos los animales pequeños.
Al llegar justo al lado de la mujer, no pude contenerme y agacharme para poder acariciar al pequeño perrito –Eres una hermosura – Dije mientras acariciaba una de sus orejas, el animalito comenzó a mover la cola a modo de alegría, su patita derecha se movía con velocidad al sentir las cosquillas que causaban mis dedos –Eres cosquilludo– Continúe un poco más, hasta que el animalito se dirigió esta vez a Ryu.
El rostro del chico parecía verse un tanto extraño, casi podía deducir que nervioso, lo que me causo cierta gracia dejando ver una pequeña sonrisa –Esta bien Ryu, solo quiere jugar – Mencione observando como el rubio se apartaba y se colocaba a un lado mío. Al ver la distancia, el perrito subió sus patas delanteras a mi pierna, a lo cual le regale una caricia en la cabeza felpuda que tenía. Sus comentarios lo hacían aún más gracioso.
Pasados unos segundos más, el semáforo se colocó en verde indicando que podíamos cruzar. El perrito y su dueña cruzaron primero alejándose por unos cuantos metros de nosotros –Sabes, ese perrito te tendría más miedo a ti que lo que tú le deberías de temer a el – Sonreí, para comenzar a cruzar la calle.
Luego escuche una de las preguntas del rubio, a lo que me entro cierta duda. No había traído una lista con lo que necesitaría comprar, simplemente agarraría lo necesario y una que otra variedad posible que se le pudiera agregar al vestido –Bueno simplemente ando en búsqueda de una tela especial, mi madre no había podido conseguirla, pero escuche que hoy surtirían la tienda de telas del centro comercial – Hice una breve pausa para soltar un leve suspiro –Espero que ya tengan en existencia, de no ser así tendré que esperar un poco más – Termine por mirar al frente.
Habíamos avanzado lo suficiente para poder ver más de cerca las enormes edificaciones que formaban el centro comercial, tan solo unas cuadras más y estaríamos de frente a este.
Mientras continuábamos caminando, pude recordar lo que Maya había mencionado para Ryu, al parecer a lo que iba el rubio era algo de su agrado, tanto que le había sacado un lado entusiasta al oir la noticia de su compañera digital –¿Tu iras por un libro? – Era lo poco que recordaba de las palabras de Maya –Debe ser algún libro interesante. ¿Una novela? ¿O Quizá algo tecnológico?– Intente adivinar de que se trataría el libro que buscaba el chico intentando hacer conversación.
Diferentes aromas de tornaron presentes al ir caminando por las calles, ya que nos encontrábamos en una zona residencial, en donde por lo regular las amas de casa preparaban casi al mismo tiempo la merienda. Algunas acostumbraban a poner los postres sobre las ventanas de la cocina a modo de competencia de ver quien hacia el mejor postre.
Me el ver esto me recordó un poco a mi madre, ella normalmente hacía un postre delicioso para después de la comida. Pasteles de fruta, tarta de limón o de piña, pastelillos de betún y toda clase de delicia para calmar el apetito de antojo. Mi madre a pesar de tener un gran don para la confección, también era una jefa de familia muy profesional, se encargaba de mantener a nuestra pequeña familia feliz y unida.
Por mucho tiempo había pensado en que se sentiría tener un hermano, en verdad ser hija única era muy cómodo y confortable, ya que toda la atención de mis padres se centraba en mi junto con mis necesidades, pero a pesar de toda esa atención, me preguntaba en lo mas profundo de mis pensamientos, que se sentiría tener una compañía extra que compartiera los mismos lazos familiares que yo.
Había quedado hundida en mis pensamientos, hasta darme cuenta que todo un buen rato, mientras caminaba al lado del rubio, nuestro entorno se había quedado en silencio. Al parecer cada uno iba centrado en sus pensamientos.
Aquel incomodo momento al no saber de qué hablar, fue roto por un ladrido. Más adelante, a unos cuantos pasos, se encontraba una mujer con su mascota, un pequeño perro de pelaje felpudo y blanco. Ambos se encontraban esperando la indicación del semáforo para poder cruzar, me emociono un poco el ver al animalito, me gustaban bastante las mascotas, en si todos los animales pequeños.
Al llegar justo al lado de la mujer, no pude contenerme y agacharme para poder acariciar al pequeño perrito –Eres una hermosura – Dije mientras acariciaba una de sus orejas, el animalito comenzó a mover la cola a modo de alegría, su patita derecha se movía con velocidad al sentir las cosquillas que causaban mis dedos –Eres cosquilludo– Continúe un poco más, hasta que el animalito se dirigió esta vez a Ryu.
El rostro del chico parecía verse un tanto extraño, casi podía deducir que nervioso, lo que me causo cierta gracia dejando ver una pequeña sonrisa –Esta bien Ryu, solo quiere jugar – Mencione observando como el rubio se apartaba y se colocaba a un lado mío. Al ver la distancia, el perrito subió sus patas delanteras a mi pierna, a lo cual le regale una caricia en la cabeza felpuda que tenía. Sus comentarios lo hacían aún más gracioso.
Pasados unos segundos más, el semáforo se colocó en verde indicando que podíamos cruzar. El perrito y su dueña cruzaron primero alejándose por unos cuantos metros de nosotros –Sabes, ese perrito te tendría más miedo a ti que lo que tú le deberías de temer a el – Sonreí, para comenzar a cruzar la calle.
Luego escuche una de las preguntas del rubio, a lo que me entro cierta duda. No había traído una lista con lo que necesitaría comprar, simplemente agarraría lo necesario y una que otra variedad posible que se le pudiera agregar al vestido –Bueno simplemente ando en búsqueda de una tela especial, mi madre no había podido conseguirla, pero escuche que hoy surtirían la tienda de telas del centro comercial – Hice una breve pausa para soltar un leve suspiro –Espero que ya tengan en existencia, de no ser así tendré que esperar un poco más – Termine por mirar al frente.
Habíamos avanzado lo suficiente para poder ver más de cerca las enormes edificaciones que formaban el centro comercial, tan solo unas cuadras más y estaríamos de frente a este.
Mientras continuábamos caminando, pude recordar lo que Maya había mencionado para Ryu, al parecer a lo que iba el rubio era algo de su agrado, tanto que le había sacado un lado entusiasta al oir la noticia de su compañera digital –¿Tu iras por un libro? – Era lo poco que recordaba de las palabras de Maya –Debe ser algún libro interesante. ¿Una novela? ¿O Quizá algo tecnológico?– Intente adivinar de que se trataría el libro que buscaba el chico intentando hacer conversación.
Kotori Minami
Re: Un Recuerdo De Verano (♦Ryu♦)
~[Narrador]~
“¿miedo? ¿Quién le tiene miedo?” fue lo que pensó en respuesta el rubio, aunque no dijo nada porque dudaba que aquella idea fuera a cambiar en la cabeza de esa chica. El simplemente tenía un gran desagrado por los animales. Nunca los vio necesarios en la sociedad moderna; solo como recursos primarios y poco más. Muchas veces de niño lo dijo: “los animales son inferiores y por eso no pueden hablar o pensar como los humanos”. Aunque sus padres no tuvieran ese pensamiento, ciertamente era extraño pensar que un niño tuviera ese tipo de mentalidad. Por un lado lo comprendían, él era bastante inteligente y algo creído por su lado francés, así como orgulloso por su lado japonés; en cierto modo mezclaba perfectamente los pecados de sus padres en cuanto a comportamiento se trataba.
Una vez cuando visito a su familia en Francia, se alejó de sus primas porque estas tenían todo tipo de mascotas siempre cerca, y aquello le desagradaba. Es quizás ese desagrado por los animales que comenzó a sentir un apego más y más fuerte por la tecnología en general. Cada día que no iba al parque de juegos con niños de su edad, era un día en que leía y aprendía algo nuevo, haciéndolo ir cada vez más lejos en su sed de conocimiento. Claro que todo ese tiempo empleado en aprender más y más le hicieron desarrollar más y más su disgusto por el mundo animal. Solo hubo una excepción en su vida, donde se planteó no reducir tanto a las criaturas… pero eso no termino bien… para nada bien.
No fue hasta que la chica que lo acompañaba respondió a su pregunta que no reacciono. Se quedó inmerso en sus pensamientos hasta que una pregunta llego a sus oídos, y realmente no sabía cómo responderla sin perder su apariencia de persona seria.
Lo cierto es que más que un libro para leer, es uno para coleccionar… -respondió rascando su mejilla ligeramente con el dedo índice- soy fan de una franquicia llamada Kamen Rider, y pues me gusta comprar diversos productos… podría decirse que soy un coleccionista
Solo Los Productos De Esa Franquicia Son Capaces De Hacer Emerger El Lado Extrovertido Del Señor Ryu –Contesto la máquina, sin que nadie le preguntara-
Si… cuando era niño y vivía en Estados Unidos descubrí una adaptación de otra franquicia de aquí… Power Rangers… desde que descubrí eso, me emocionan todas esas cosas –se rio ligeramente apenado- ¿sorprendente no? Que un sujeto con apariencia de investigador tenga una afición como esa… aunque en el fondo me enorgullece de algún modo…
No sabía porque se enorgullecía exactamente, aunque tenía una idea del porqué. Era simple: él se había convertido en una aproximación de aquello que admiraba. Quizás su parasito le estaba consumiendo la vida, pero también le había dado la oportunidad para ser como sus “héroes”. Ser capaz de transformarse, de adoptar una fuerza mayor a su comprensión y poder luchar por otros o por sí mismo… no podía negar que eso le emocionaba.
Sin darse cuenta de cuando exactamente, ambos llegaron a su destino. El rubio volvió en si apenas su teléfono le informo de que habían llegado a su lugar de destino. Se quedó observando el lugar y después se estiro tranquilamente.
Bueno, vayamos primero por tus cosas Kotori, y si pasamos por la tienda que busco, nos detendremos de paso –Propuso tranquilamente, avanzando hacia la puerta- si tienes que compraras varias cosas, puedo ayudarte a cargarlas
Ryu Paradox
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