King's Gambit [Priv. Elluka]

En un parpadear, Lotusmon había sido empalada por Dukemon. Sentí que se me iba el alma. - ¡Ell...! -Quería llamarla con todas mis fuerzas, pero me contuve. Ganas no me faltaban de saltar a interrumpir su pelea, pero no podía hacer más que respetar.

Pensé que había acabado, pero ella alzó débilmente su centro de arcoiris y susurró algo.
-Seven's Fantasia. -Leí de sus labios, y con ello un brillante rayo que brillaba en siete colores diferentes se disparó a corta distancia del rostro del caballero blanco. Movió los dedos varias veces, como suplicando algo, y del caduceo sobre la arena se disparó un segundo rayo, de un blanco tan impoluto como su oponente, e impactó contra ella. Esa era su Serpent Cure.

Pude notar en su semblante que se había recuperado, y logró a duras penas zafarse de la lanza enemiga. Ella cayó al suelo, y podía ver un montón de datos en el hueco que había quedado en su estómago.
-¡Aagh! -Se quejó. Quizás estaba adolorida, pero a mi me sonó mucho más a furia. Al siguiente segundo, un destello más débil que el primero con el que se transformó la cubrió por completo. Perdió el control de Lotusmon muy rápido, y se vio forzada a eliminar a Blossomon de su fusión. Ahora estaba Lady Devimon presente en el campo de batalla, y no quedaba más rastro de la herida anterior. Sin embargo, en su semblante notaba que seguía afectada. Lo comprendía, una herida así debía seguirle doliendo.

Me costó reincorporarme, pero con Dukemon atrapado en su fantasía tuve el tiempo suficiente para acostumbrarme a mi nuevo cuerpo. Me puse en pie con mayor seguridad, y, al darme cuenta de que no tenía fuerza suficiente para lanzar un definitivo, me dediqué a analizar con detalle su figura. ¿Punto débil? ¿Espacios abiertos? Cuando él se encajó el puñal de chrome en la rodilla, decidí que mi objetivo serían sus piernas, y preparé mis cadenas. Cambió de forma, y era un alivio no ver más a ese escudo, a pesar de que confiaba en que ganaría velocidad.

Esperé a su ataque, y me arrojé hacia un costado para no ser presa de la lanza. Me aproximé sigilosa y feroz al caballero, e invoqué en un corto perímetro a mi Poison. Estábamos cubiertos por una espesa y turbia neblina colorada en púrpura. Esperaba que, siendo un Caballero Santo, le dolería un poco más de la cuenta.
-Se acabaron los dulces sueños. -Musité con una sonrisa. El ambiente de la batalla me estaba comenzando a engatusar, o tal vez era la influencia de la Encantadora, pero era consciente de que ya me ardía el corazón por la batalla. -¡Darkness Spear! -Exclamé y cargué contra el caballero, con mi garra derecha por delante, cubierta por un aura similar al de mi Poison previo.

No esperaba que fuese tan valiente como para hacerme frente al ataque, y en cuanto a fuerza bruta él tenía la ventaja. Quedó más que claro cuando desvió mi lanza y me tajó con la suya. Debía pensar en algo para hacer algo a mi favor. Todo eso lo estaba concluyendo al verle preparar su segundo ataque, y me escurrí hacia el suelo lateral para evitar su activa hacia mi espalda. La adrenalina del momento me hacía ignorar el agudo dolor en mi vientre, pero era bien consciente de que no iba a durar demasiado.

-¿Pretenciosa? -Sus palabras me llamaron la atención cual semáforo. Y por un segundo, perdí el enfoque. -Me pondré pretenciosa entonces. ¡Double Spirit! -Hablé rápidamente y sin respirar, con una fuerza en los pulmones que no esperaba sacar. Con el objetivo de transformarme en Mastermon, invoqué esta vez a Sistermon Blanc y a Knight Chessmon, y con ellos me otorgué santidad y armadura. Sentía mi cuerpo más pesado, y ahora también percibía dos energías diferentes correr por mis datos.

Di un fuerte salto al cielo nocturno, y abrí una docena de portales en lugares al azar. Me introduje en el que yacía en el cielo, y con él me transporté directamente a la espalda del caballero. Me giré en el aire y me apoyé en el blanco con ambas piernas para dar un salto de regreso al portal.
-Chaos Degrade. -Sentencié, y envié una sola esfera de destrucción masiva hacia el estrecho de energía, y seguida yo me adentré. Por un lado, yo salí de uno de los portales en un cielo distanciado, y por el otro mi arma letal se había redireccionado hacia el costado del caballero. No iba esperar a su decisión, a escasa distancia hice explotar el orbe siniestro, y con ello generé una gran explosión.

Estaba tan concentrada en manipular apropiadamente mi bomba nuclear, que no me percaté que había un ataque siguiéndome en mi propia dimensión. No pude hacer nada al respecto, no siquiera cerrar mis salidas a tiempo, y recibí el ataque a quemarropa.

Si bien, el que se distribuyera por todos las salidas debería apoyar a disipar la potencia de ese rayo, el impacto no dejó de ser abrumador. No pude evitar soltar un fuerte alarido; las plumas de la mitad sagrada de mis alas habían desaparecido, y las de murciélago me ardían como si fueran de fuego, y mi caída al suelo fue inminente.

Traté de reincorporarme, pero mis piernas seguían tendidas en el suelo, y me descubrí viendo al herido caballero justo antes de lanzarme una segunda onda celestial. ¿Pero cuánto poder le quedaba a este hombre? No tenía fuerza suficiente para evadir... No, no iba a perder. No tan pronto. Yo... Yo podía seguir luchando, y entonces por movimiento reflejo invoqué un treceavo portal en el suelo donde estaba sentada, desapareciendo y reapareciendo al instante al lado opuesto del objetivo.
-¡Chaos... Degrade...! -Jadeé, y comencé a disparar una oleada de versiones más pequeñas de mi primer bomba, cerrando los portales abiertos para poder centrarme en mi ofensiva. No iba a poder mantener a Mastemon por mucho tiempo más, y me estaba quedando sin cartas bajo la manga. Sin embargo, mientras los segundos fueron pasando desde la primer estocada que recibí, también iba creciendo mi instinto de competencia. Me di cuenta que una perversa sonrisa se había pintado en mis labios, y la cambié por un rostro neutro con ello.

Me sentí excelente conmigo misma al ver que lo había hecho retroceder, y que incluso había logrado provocarlo. Había cumplido mi meta inicial, el darle lucha digna, pero eso ahora no me era suficiente ahora. Quería ganarle. Quería vencer. Quería todo relacionado a ello. El ver que la lanza apuntaba hacia a mi con disposición a arrancarme el orgullo fue la gota que derramó el vaso, y la sonrisa que había reprimido se escapó.

-Ah... ja ja... -Estaba muy agotada ya como para reír como hubiera querido, y fui víctima de mi consecuente torpeza al tropezar al tratar de evadir el fino rayo que me amenazaba. Me dio de lleno, y perdí el control de mi fusión nuevamente. Sistermon Blanc y Knight Chessmon se separaron, y me dejaron nuevamente en manos de Lady Devimon, en el suelo. -¿Ya te estás cansando? ¿Tan pronto? -Solté con una pausada y débil carcajada, aunque no sabía exactamente de dónde salió, si mi adrenalina estaba retando a Fuji, o el espíritu que estaba usando me estaba haciendo un reproche.

Me puse de pie poco a poco, pero las piernas me temblaban tanto que terminé por ceder a mi humanidad y caí de rodillas. Bajar la potencia de mi spirit no estaba en mi consideración. Era todo o nada.
-¡Stun Whip! -Espeté aún sentada sobre mis piernas, y arrojé ambas cadenas en dirección a las piernas del caballero. Su cabeza no era una opción, fácilmente se cubriría. Finalmente había encontrado un punto débil. Si lograba derribarlo, no lo tenía todo perdido.

Me aproximaba a las piernas del caballero, con toda la oportunidad de derribarlo, pero al mismo tiempo él decidió usar una carta más. Estaba consciente de ello, y no temía recibir el ataque de cara... Hasta que escuché su nombre. Justo ahí me detuve, y con ambas manos invoqué a cientos de murciélagos para defenderme, cambiando por completo mi estrategia.
-¡Darkness Wave! -Exclamé, y envié a los familiares a bloquear el feroz ataque frente a mí.

Final Eleison. Ya había escuchado hablar de ese movimiento, y lo había leído más de una vez. Era la máxima prueba de que una defensa podía funcionar como la mejor ofensiva. El ataque definitivo de los de su especie.

Mis familiares desaparecían uno a uno, y no falto demasiado para ser impactada por el ataque definitivo. Caí en la arena. Ya no podía más, estaba jadeando como nunca. Quería cerrar los ojos. Podía sentir la brisa nocturna correr por las grietas que se habían creado en mi casco. La fuerza de la Encantadora se estaba escapando de mi cuerpo, ¿tú también ya habías llegado a tu límite?

A final de cuentas, había logrado cansar a Fuji, lo había hecho retroceder, y lo había provocado. Había cumplido mis objetivos de batalla satisfactoria, y mi prudencia me decía que debía conformarme. Los destellos celestes de los datos de Lady Devimon flotaban al cielo, indicándome que ya había terminado todo... No.

No.

No iba a perder. No me iba a conformar. Yo quería ganarle. Si podía ganarle a él, podía darme por completa. Si podía ganarle a él, podía protegerlo de Séraphine. Si podía ganarle a él, podía decirle al rostro que lo amaba más que a nadie en el mundo.
-¡AAAAAAAH! ¡Esto no se ha acabado, Fuji! -Di un golpe a la arena, y creé un profundo pozo alrededor de mi puño con ello, como si un pequeño meteorito hubiera impactado. Me levanté con los nudillos, y me percaté que mi cuerpo era más pesado que antes. En mi mano derecha buscaba formarse algo alargado en base de los datos que anteriormente se habían escapado de mi cuerpo, como regresando a mi.

-¡Ancient Spirit! ¡¡Evolution!! -Exclamé desde mi estómago, como si deseara que todo el desierto me escuchara. Y con aquella orden, mi cuerpo se terminó de cubrir por una tosca armadura de acero. Me puse de pie de nuevo, y al mismo tiempo que mi cetro se terminaba de estructurar, golpeé al costado enemigo con el martillo. -¡Grand Cricket! -Espeté.

¿Había ganado? ¿Ya... Lo había derrotado? Volvió a su forma humana, pero cuando comenzó a tratarse las heridas, una sonrisa se me descubrió al instante. No, todavía no había acabado. Fuji se estaba preparando para continuar, y confirmó mis sospechas al invocar a su máxima carta. El orgullo que sentía por él era difícil de describir.

Estaba preparada, había posado mi cetro en el suelo, expectante por enfrentarlo. Sin embargo, cuando su fusión finalizó, algo en mí se movió de su lugar. El corazón me comenzó a correr a máxima velocidad, y fortalecí el agarre en mi mazo al mismo compás que mi sonrisa usaba para ampliarse.

OST

-¡Caballeros de la Rosa! -Los llamé, señalandolos con el mazo imperial. -He esperado este momento desde que los conocí, ¡el brillo de las estrellas será nada contra nuestro fulgor en esta batalla! -Exclamé, no, exclamamos juntas. Queen Chessmon estaba conmigo. Era consciente de que ahora yo era ella, y ella era yo al mismo tiempo. Sus sentimientos y memorias se mezclaban con las mías, y ambas lo sabíamos. -¡Estén listos! -Ordenamos, y nos aproximamos con gran velocidad hacia ellos, girando el cetro para tomarlo del lado de la maza. -¡Queen Stick! -Soltamos con gran orgullo, y comenzamos a buscar perforarlos con la punta de lanza al final del cetro.

Sentía poder, mucho más poder del que alguna vez habría imaginado que era posible. Con cada estocada que dábamos, una carcajada se hacía más audible, a pesar de que sentía mi totalidad ardiendo. Tal como la vez que detuve a Aigu, la sensación de esta nueva energía era abrumadora. La diferencia yacía en Queen Chessmon esta vez. Ella quería vencer a su amado también, y era por ello que podía notar su gentileza para con mi cuerpo. Era por ello que había encontrado una razón más para ganar.