Re: El relicario [Misión Lena Stevens]

por **Lena Stevens** Lun Sep 11, 2017 7:28 am

Ya todo había acabado. Fue un final agridulce para Dobby, pero al menos el había aprendido una lección y todo parecía que iba a marchar mejor de ahora en más. Al oír las palabras de consuelo que Minotarumon le había dado al chico, Mamemon no pudo evitar pensar en que por algo era el líder de la tribu. Era un Digimon muy sabio a pesar de su aspecto salvaje. Lena, por otro lado, contemplaba la situación, contenta. El Minotarumon les ofreció quedarse, pero Lena rechazó su oferta. -No, gracias!
Debemos apresurarnos para volver a casa-

Luego, Dobby se acercó hacia ellos y habló de Lena como un ejemplo a seguir. La tamer se avergonzó un poco al oir esto, pero modestamente negó tal declaración -No, para nada. Estoy muy lejos de ser una persona ejemplar. Ayudé porque es mi trabajo y ya- Respondió sonriendo y aceptando el regalo que le entregó el joven en agradecimiento por su ayuda.

-Entonces... Ya volveremos a casa?- Preguntó Mamemon, a lo que Lena asintió con la cabeza. Tras despedirse de todos, emprendieron su camino a casa. Una vez a la distancia, Lena volteó para mirar la aldea una última vez antes de continuar su camino. -Lena? Ocurre algo?- Preguntó Mamemon a su tamer.
-No... No es nada-
-Si tu lo dices...- Mamemon sabía que había algo diferente en la mirada de su Tamer, pero no quiso seguir la conversación sabiendo que su Tamer simplemente negaría que hubiese algo diferente en ella. Continuaron unos pasos más hasta que Lena se detuvo una vez mas.
-Mamemon...- Lena mencionó con un tono más serio que el usual, pero diferente a las otras veces en las que había sido seria... Esta vez, había calidez en su voz. -Este mundo es maravilloso-
Mamemon sonrió suavemente hacia ella, comprendiendo el sentimiento que estaba sintiendo, pero sin comentar nada al respecto. Durante el resto del camino a casa, ambos caminaron sin decir ni una palabra.

por Fuji Raikomaru Lun Sep 11, 2017 4:05 pm

Cuando la tamer se hubo despedido de aquel peculiar acompañante, y el líder de la tribu, los bardos que por allí pasaban comenzaron a escuchar la historia del pequeño digimon que luchó sin cuartel con el vigía, apareciendo en la búsqueda de una almeja legendaria que se profetizaba traería emoción al asentamiento siempre que alguien la contemplase. Ahora reposaba como un obsequio en el salón principal del asentamiento, regalo por parte de aquel tamer alemán que ahora ayudaba en esos lados cómo uno de los pocos humanos bienvenidos entre los Ogremon, y compañía.

Si sus caminos se volviesen a cruzar era incierto, pero él tenía un objetivo claro de propia superación en mente. La misión había resultado exitosa, aunque convulsionada, pero nada menos se podía esperar de esa peculiar pareja novicia que poco a poco ganaba terreno en el nuevo mundo.

Misión Finalizada
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