Patrullando la Zona Imperial (priv. Cadejo)

Veemon y yo llegamos a las afueras de la ciudad a través del portal que usamos para llegar desde la base de los RK. Con eso podiamos llegar a cualquier parte de este mundo en un abrir y cerrar de ojos por lo que las patrullas eran más efectivas. Aquél día no teniamos mucho que hacer por lo que decidimos darnos un paseo por la Zona Imperial para asegurarnos que todo estaba en orden y de paso disfrutar un poco. Siempre me ha gustado visitar museos y ciudades con una gran historia y un gran pasado y esa ciudad lo tenía todo, además estaba unida de algún modo a los Royal Knights lo que le daba más valor sentimental para nosotros.

Mientras caminabamos por las calles de estilo medieval me di cuenta de que mi compañero parecía un poco cansado. Últimamente le costaba dormir por culpa de unos extraños sueños que se repetían de vez en cuando. Lo extraño de todo eso era que empezaron a los pocos días de instalarnos en la base de los RK. A pesar de que a mi me resultaba raro, Veemon siempre le quitaba importancia al asunto.

- ¿Estás bien?- le pregunté tras escuchar un bostezo discreto de mi compañero- Ultimamente no estás durmiendo mucho con esos sueños y pesadillas.
- Estoy bien, no te preocupes. Sólo son sueños nada más, no tienen ninguna importancia- me conestó Veemon, como siempre, quitandole importancia- Olvidemonos de este asunto y centremonos en lo que importa ahora, asegurarnos de que esta todo bien por aqui.

Tras esa conversación seguimos avanzando. Los digimons con los que nos encontrabamos estaban ocupados vendiendo, comprando o simplemente charlando entre ellos. Algunos de ellos volvian la mirada hacia nosotros cuando pasabamos cerca, lo que no tenia muy claro era el por qué. Tal vez no veian a muchos humanos, o me vieron de la última vez que estuve allí, o tal vez me habian reconocido como RK. Al fin y al cabo, pasaba mucho tiempo fuera de la base cuando no estaba en mi habitación o en la biblioteca planeando mis estrategias.

Veemon parecía que se encontraba más espabilado o al menos eso es lo que parecía tras un par de minutos patrullando la zona. Nuestra jornada empezaba a ser bastante tranquila, no habia nadie provocando disturbios ni asaltando nada. Empezaba a pensar lo corto que seria ese informe cuando informasemos a Ralian al volver a la base, me parece que terminariamos con un par de frases cortas. Aunque también me gustaban los días así, me servian para desconectar un poco de los entrenamientos y de las horas en la biblioteca observando planos de las distintas zonas del Mundo Digital o investigando sobre los diferentes tipos de digimons, lo que era útil si luego me enfrentaba a ellos y tenia que descubrir sus puntos débiles.

Al cabo de un rato llegamos a una calle con diferentes tiendas donde vendian todo tipo de armas y armaduras de diferentes clases y para diferentes dueños. Nos detuvimos a hechar un vistazo en una cuando escuchamos a alguien que llamaba la atanción de una manera bastante escandalosa. Se trataba de un tamer en la misma tienda que nostros. ¿Un tamer? ¿Donde estaba su digimon entonces? A su alrededor habia un par de digimons que se quedaron mirandolo con su "espectaculo" pero ninguno de esos digimons parecía ser su compañero. Es más al final acabaron por irse a otra tienda donde pudiesen seguir con sus compras con más tranquilidad. El dueño, un Kotemon, empezó a cansarse de perder clientes y llamó a un Knightmon que, al igual que nosotros, vigilaba por la zona.

- Disculpa amigo pero vas a tener que abandonar la tienda- le dijo el Knightmon con calma.

Veemon y yo observabamos la situación desde la entrada de la tienda a aquél tamer que seguramente tendria un DigiSpirit ya que no veiamos a su digimon por ningún lado. Eso, o su compañero era uno de los que abandonaron la tienda por el escandalo que armó allí dentro.

Observamos la batalla de aquel tamer contra Knightmon y su aplastante derrota. En más de una ocasión me ví tentada de intervenir y detenerles para evitar que la tienda de Kotemon acabara destrozada. Por suerte, no fue necesaria mi intervención ya que Knightmon derrotó al tamer rapidamente y lo lanzó fuera del local. El chico, que tendria más o menos mi edad, se levantó como si nada y se quitó el polvo de su ropa. Parecia que se divertía con la situación ¿Acaso es divertido montar ese "espectaculo" y que un digimon te de una paliza? Definitivamente ese tamer es un poco raro. Cuando limpió su ropa de la tierra se dirigió hacia nosotros y nos preguntó si sabíamos donde habia un buen sitio para comer. A Veemon le molestó un poco esa pregunta o mas bien el tono despreocupado con el que lo dijo o que ni si quiera saludara. Aunque yo estaba segura que era por la falta de sueño que habia vuelto un poco más irascible a mi compañero los últimos días.

- ¿Qué clase de pregunta es esa? Claro que sabemos donde se puede comer. Conocemos esta ciudad como la palma de nuestra mano- dijo Veemon molesto- Y guarda un poco más de respeto que...
- Veemon, tranquilizate- le dije antes de que aquello fuera a peor.
- Perdona, Sigrun- contestó Veemon respirando hondo para intentar relajarse.

Volvi la mirada hacia al tamer preguntandome que hacia un tamer sin compañero digimon (al menos cerca) en una ciudad como esa. Además, eso de enfrentarse a un digimon como Knightmon de igual a igual tampoco me ayudaba a averiguarlo ¿Acaso sólo queria pasarselo bien?

- Deberias tener más ciudado la próxima vez que entres a una tienda. Entiendo que las armas de aqui sean dignas de admirar pero llamando la atención de esa manera solo conseguirás meterte en problemas- le dije al tamer con calma- ¿Quién eres y que te trae a la Zona Imperial?

Parecía que Veemon no le caia muy bien ese tipo y menos cuando insinuó que era un imprudente al hablar a un extraño con ese tono. Mi compañero parecía tener ganas de darle un buen puñetazo, sobretodo cuando se agachó para ponerse a su altura. Si no lo hizo seguramente fue por mi advertencia. El tamer se quedó mirando a Veemon un buen rato lo que lo incomodó aún más.

- ¿Que estás mirando?- le dijo de mal humor.

Cuando el tamer por fin habló me quedé sorprendida, habia acertado a la primera lo que le ocurría a mi compañero. Aunque tal vez no fuese dificil saber si alguien no duerme bien si se le mira a los ojos. ¿No dicen que los ojos son el espejo del alma?
El tamer se levantó y dijo que queria conocer la zona del mismo modo que yo queria saber más cosas de él, como por ejemplo su nombre aunque tendria que esperar al final del día para averiguarlo ¿Por que tanto misterio? En fin, da igual. recordé que antes preguntó si conociamos algun lugar donde comer, decidi empezar a enseñarle la ciudad desde ese punto.

- Está bien - le dije aceptando su mano cerrando asi el trato- ¿Querias un sitio para comer? Cerca de aquí hay una cafetería donde puedes tomar algo aunque si tienes mucha hambre puedo llevarte a un restaurante de estilo medieval que hay a un par de calles por aquí.

Veemon suspiró con resignación, no soportaba la presencia de ese tamer y ahora además tendria que verlo todo el día.

- A mi puedes llamarme Sigrun- le dije sonriendo un poco.

Al final se decantó por el restaurante, lo que a mi me pareció una buena opción. Veemon y yo ya habiamos comido allí un par de veces y conociamos al dueño, además sabiamos que allí se come bien. Mi compañero no paraba de vigilar a ese tipo y se molestó un poco con eso de mi lady y esas risas de Láncelo. Sin embargo, no dijo nada asi que prefirió mirar a otro lado viendo las tiendas mientras caminabamos y a los digimons que paseaban por las calles.

- Tienes razón- le dije a Láncelo para seguir con la conversación-el restaurante medieval es la mejor opción aqui.

Empezaba a caerme bien ese tamer a pesar de que aún desconocía su verdadero nombre, pero me daba igual. Ese tal "Láncelo" parecía alegre y despreocupado y no parecía mala persona, asi que pasaría por alto ese alboroto de la tienda. No creo que pase nada por omitir eso en mi informe.

No tardamos mucho en llegar al restaurante, que sólo por la fachada ya se podía notar el ambiente medieval del lugar. Al entrar, un Gladimon se acercó a nosotros. Era el dueño del local y además un gran espadachín.

- ¡Sigrun, Veemon, me alegra volver a veros!- nos dijo al saludarnos-¿Patrullando otra vez la ciudad?
- Así es pero nos tomaremos un descanso aqui- dijo Veemon mirando un poco de reojo a Láncelo.
- Parece que os tomais en serio vuestro trabajo. Eso está bien. Con Royal Knights vigilando por aqui más segura estará la ciudad- nos dijo antes de sacar un bloc de notas- ¿Mesa para dos?
-Para tres- le corregí.

Gladimon miró a Láncelo y depués hechó un vistazo a su bloc de notas. Nos guió hasta una mesa y, durante ese pequeño trayecto, se pudo ver mejor la decoración del restaurante. Habian armaduras medievales y espadas colgadas en la pared.

Cuando nos sentamos miré a Láncelo. A Gladimon se le escapó que eramos Royal Knights, aunque tampoco es que eso fuera un secreto, varios digimons de esa ciudad ya me conocian. Al fin y al cabo, patrullaba a menudo por esa zona.

OFF: No importa^^
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Al acercarnos a la mesa nuestro acompañante se fijó en el tallado que la decoraba. Allí estaban Darkdramon empuñando la lanza de su brazo y Alphamon con su famosa espada. Ambos estaban enfrentados y se podían apreciar unas lineas que el artista grabó alrededor de la lanza del líder de los Chaos Empire, simulando así que cargaba algún ataque. Yo ya habia escuchado esa historia, una historia bastante reciente por cierto, desconocía algunos detalles que Ralian prefirió guardarse aunque sabía que esa batalla empezó sin tener un motivo claro. Como yo no estuve presente ( y menos mal porque si no me habrian pulverizado ambos) no solía opinar del tema demasiado cuando alguien en la base sacaba ese tema de conversación aunque tenía algo claro. Darkdramon ya podía luchar por si mismo en vez de tener a sus naves de escolta. Eso molestaba a Veemon de alguna manera ya que él hubiese querido estar allí, con el poder suficiente, para enfrentarse a ese tipo y haber ayudado a Alphamon. Hasta a mi me sorprendía mi propio compañero y me preguntaba de dónde venía esa lealtad hacia Ralian, es decir hacia Alphamon.

Cuando nos sentamos en la mesa Gladimon nos preguntó por lo que ibamos a comer. Veemon miró la carta pero la dejó enseguida sobre la mesa, no parecía tener mucha hambre.

- ¿No tendrás algo para relajarme un poco?- le preguntó.
- Puedo traerte una tila- le sugirió y cuando Veemon asintió se volvió hacia mi.
- A mi traeme lo de siempre aunque esta vez añade limón al pescado-le dije cerrando la carta.

Gladimon tomó nota y se volvió hacia nuestro acompañante.

- ¿Ya has decidido lo que tomar?- le preguntó amablemente.

- Y pelearon realmente en la Ciudad Central, no hace mucho- le dije aún con la mirada en el grabado de la mesa mientras recordaba cuando me contaron la batalla. No dije nada pero, para mí, Alphamon presentó mejor batalla. Para empezar, Darkdramon tenía la nave como apoyo cosa que no tenía su rival. Pero no nos engañemos, no subestimaba a Darkdramon, si era el líder de los Chaos Empire sería por algo, porque no creo que haya entrado por enchufe - Fue una batalla que muchos calificarían como apocalíptica por el estado en el que quedó la ciudad cuando acabó la pelea.

Veemon no ignoró el comentario de la apuesta y pareció realmente molesto por eso pero se lo tomó a broma.

- Ja, ¿Ese cara lagarto más fuerte que Alphamon? jaja eres un tipo bastante gracioso pero si haces apuestas de ese tipo te acabarás arruinando- le dijo mi compañero riendo, lo que me resultó raro en cierto sentido porque con esas pesadillas no había sonreído en todo el día.

Cuando terminamos de pedir y Gladimon se marchó, el tamer (si lo era) nos preguntó si vivíamos allí o esa era la tierra natal de Veemon. Decidí contarle un par de cosas para conocernos mejor y para hablar un poco mientras nos traían la comida aunque Veemon se me adelantó.

- Aunque me sienta identificado con esta zona no es mi tierra natal. Yo nací en la Ciudad del Comienzo como la mayoría de digimons, y cuando salí de allí acabé en el Mundo Humano- le contó Veemon- Más concretamente en un lugar helado llamado Noruega.

- Tampoco vivimos aquí, sólo vigilamos esta zona a menudo y por eso la mayoría de digimons nos conocen. Somos Royal Knights y, como seguramente sabrás, esta ciudad está bajo nuestra protección- le conté- Aquí es normal que nos vean de vez en cuando, por eso Gladimon nos conoce.

- Ibas bien al princio, eran los vikingos los que habitaban Noruega- le dije sonriendo- ¿No se te da bien la historia? A mi era lo que mejor se me daba en el instituto, aunque ahora que estoy en este mundo tendré que estudiar otro tipo de historia ¿no crees?

El tamer comentó que los Royal Knights eramos como un mito en el Mundo Digital. Aunque la mayoría de esas leyendas tuvieron como protaginistas a los miembros que mas tiempo llevaban en el clan o a los más poderosos. A Veemon y a mí aún nos quedaba mucho por aprender pero ambos aprendemos rápido y eso se notaba en los entrenamientos. Luego el tamer, que cada vez me caia mejor, nos preguntó si teniamos un rango elevado, de nuevo Veemon se adelantó.

- No creo que eso importe mucho- le contestó y por su tono de voz parecía que estaba cambiando de nuevo de humor. Tal vez le molestó tantas preguntas o habria recordado algo de esas pesadillas que tanto le atormentaban- ¿Por qué no nos cuentas algo de tí? Si tu nombre aún te lo quieres reservar un poco más, podrias empezar por contarnos lo que te trae por aqui o si tienes digmon o digispirit.

No estaría mal que ahora fuese "Láncelo" quien contestase a nuestras preguntas, al fin y al cabo ese era el trato desde un principio.