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El descubrimiento de las ruinas del Monasterio Draco, tallado en lo alto de una desolada montaña en el valle de los dragones, ha despertado un gran interés por todo el Digimundo. Principalmente porque según los tallados de la pared exterior dentro de las ruinas se encuentra un obre mágico que contiene en su interior la data y poder del treceavo Royal Kinght, la cual sera dada a quien reclame dicho objeto. Según la historia grabada en los murales, el obre fue dejado allí por el mismo Royal Kinght en caso de que su poder sea necesario para derrotar al mal que se alce en el futuro...por desgracia semejante premio también a llamado la atención de quienes usarían el poder para sus propias metas egoístas. Por lo que esta aventura ahora se a vuelto una carrera por ver quien consigue el gran premio.
6 meses despues de la ultima carrera, un BanchoLeomon reune al viejo equipo de organizacion para dar un nuevo espectaculo, pero en esta carrera, el misterioso patrocinador ha enviado a un "Aspirante a Campeon" con un extraño y unico Digivice. ¿Que es lo que sucedera a lo largo del evento y como funciona este nuevo digivice?.
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-Skin hecho por Hardrock de The Captain Knows Best.
-Imagenes realizadas por Runari Wildy
y Sigrun Vinter
-Imagenes realizadas por Runari Wildy
y Sigrun Vinter
La heladera está vacía [Priv. Rena; Ed Elric]
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La heladera está vacía [Priv. Rena; Ed Elric]
Una vez más en casa y el característico olor del encierro. Había pasado aproximadamente un mes desde la última vez que estuvimos aquí y toda la casa se encontraba en penumbras. Corroboramos que el servicio de la la electricidad no estaba suspendido, por fortuna seguía funcionando, la noche ya se avecinaba u la necesitábamos sí o sí para poder llevar un vida más cómoda. Luego procedimos a dejar en mi habitación las pertenencias que llevábamos. Comenzamos a abrir las ventanas comenzando por la planta de arriba, a continuación las de abajo una vez que bajamos las escaleras.
-Muy bien, ahora a esperar que el viento haga su trabajo. Deberíamos hacer algo mientras tanto, pero afuera, aquí el aire está algo sofocado-
-Deberíamos ir al centro comercial... la heladera está vacía. Hasta que regresemos el aire estará fresco de nuevo-
Había olvidado por completo los alimentos y las demás cosas que tal vez faltaban en la casa, y si no fuera por la costumbre de Monodramon de abrir la heladera, no solo la de nuestra casa sino la de cualquiera a la que visitáramos, seguramente no me habría dado cuenta hasta que me estuviera muriendo de hambre.
Como pretendía quedarme en el mundo humano por un tiempo, era momento de hacer una visita a cada habitación y hacer una lista de los bienes que faltaban. Empezando por la cocina, pasando por el lavadero, el baño, nuestro cuarto y el living. Una vez terminada, caminamos hasta la entrada y me puse nuevamente mis botas, ya que en mi casa tenía esa costumbre japonesa de descalzarnos antes de subir ese escalón que se encontraba a un metro de la puerta. Luego revisé mi billetera para ver con cuanto dinero contaba, era suficiente, saqué mi Digivice del bolsillo y en un segundo mi amigo ya se encontraba adentro.
-¡Oye! Al menos avísame cuando lo estés por hacer-
-Mmm, tal vez la próxima vez lo haga. Cuando regresemos me daré un buen baño y pondré a lavar la ropa. Deberías hacer lo mismo... exceptuando lo de la ropa-
-Está bien ¿Vas a comprar dulces?-
-Depende que tan bien te comportes-
Esto último lo dije con una sonrisa, esperando que Monodramon hiciera caso, aunque por los dulces sabía que él haría cualquier cosa.
Mientras salía guardaba el Digivice de donde lo había sacado y cerré la puerta con llave. Rumbo al centro comercial.
-Muy bien, ahora a esperar que el viento haga su trabajo. Deberíamos hacer algo mientras tanto, pero afuera, aquí el aire está algo sofocado-
-Deberíamos ir al centro comercial... la heladera está vacía. Hasta que regresemos el aire estará fresco de nuevo-
Había olvidado por completo los alimentos y las demás cosas que tal vez faltaban en la casa, y si no fuera por la costumbre de Monodramon de abrir la heladera, no solo la de nuestra casa sino la de cualquiera a la que visitáramos, seguramente no me habría dado cuenta hasta que me estuviera muriendo de hambre.
Como pretendía quedarme en el mundo humano por un tiempo, era momento de hacer una visita a cada habitación y hacer una lista de los bienes que faltaban. Empezando por la cocina, pasando por el lavadero, el baño, nuestro cuarto y el living. Una vez terminada, caminamos hasta la entrada y me puse nuevamente mis botas, ya que en mi casa tenía esa costumbre japonesa de descalzarnos antes de subir ese escalón que se encontraba a un metro de la puerta. Luego revisé mi billetera para ver con cuanto dinero contaba, era suficiente, saqué mi Digivice del bolsillo y en un segundo mi amigo ya se encontraba adentro.
-¡Oye! Al menos avísame cuando lo estés por hacer-
-Mmm, tal vez la próxima vez lo haga. Cuando regresemos me daré un buen baño y pondré a lavar la ropa. Deberías hacer lo mismo... exceptuando lo de la ropa-
-Está bien ¿Vas a comprar dulces?-
-Depende que tan bien te comportes-
Esto último lo dije con una sonrisa, esperando que Monodramon hiciera caso, aunque por los dulces sabía que él haría cualquier cosa.
Mientras salía guardaba el Digivice de donde lo había sacado y cerré la puerta con llave. Rumbo al centro comercial.
Última edición por Ed Elric el Lun Oct 21, 2013 2:10 am, editado 1 vez
- Tamer & Digimon
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :253Nivel On Rol :UltimateInventario :
Ed Elric
Re: La heladera está vacía [Priv. Rena; Ed Elric]
Y entonces ahí estaba yo, en medio del espacio, iba a ser la primera chica de 15 años en tocar la Luna, ahí la veía, acercarse más y más a mi mientras yo reposaba en la cabina de mando en el cohete que la NASA me había prestado por ser la persona mas tierna del ¡Mundo!- ¡Solo queda poco! ¡Iniciando la cuenta regresiva para aterrizar…! –mientras veía como la luna se acercaba a mi, o yo me acercaba a ella, inicié un conteo de 10 segundos que iban descendiendo, pero al momento en decir 1…- ¡Hime-sama, despierte, despierte rápido! –sentí como la nave se detenía y comenzaba a emitir un sonido alarmante de… ¿¡Evacuación!?- ¡Yo nunca ordené evacuación! ¿¡Que pasa!? –como si se tratase de una caricatura de mal gusto, una compuerta se había abierto encima de mi posición y mi asiento me lanzó hacia el espacio- ¡Nooooo! ¡¡La luna!! ¡¡La lunaaa!!
- La luna… la luna… no te vayas… -murmuraba por el sueño que se había convertido en pesadilla, gracias a la voz de…- Le digo que despierte… escucho pasos, alguien vie… -levantó sus orejas, mi nueva compañera que se ha aliado a mi desde que le salvé la vida a los pocos minutos de nacer en la Ciudad del Inicio, si… hablo de Lopmon quien ahora me trata como si fuese una especie de cosa de la realeza, algo a lo cual estoy muy lejos pero a veces debo admitir que es divertido su comportamiento hacia mi- ¿Eh..? ¿Qué sucede?... –al momento de levantarme vi una gran silueta enfrente de mi, mi visión yacía aún algo borrosa así que no podía reconocerla- …¿Quién eres?... –un momento… esa altura, ese estilo de pelo… no será…- ¿No te dije que vinieras a ordenar tu habitación? –si, si es ella…- ¡M-Mamá!... –comencé a reírme de forma nerviosa, levantándome de la cama- ¡Pero si ya la he recogido! Solo mira… -al voltear a ver mi habitación, ésta se encontraba igual que antes, creo que si se me había olvidado la orden que me había dado...
No quería voltear a ver la mirada ‘’asesina’’ que mi mamá me hace siempre que la desobedezco, así que evite voltear a verla, y me concentré en ver a Lopmon, quien hacía un buen trabajo de camuflaje fingiendo ser uno de los miles peluches que tenía en mi habitación- Si eso es cierto, lindo trabajo que haz hecho, ni siquiera parece que has movido una sola cosa de su lugar –dijo con obvio sarcasmo, algo que yo no estoy muy acostumbrada a escuchar- ¿¡Enserio!? ¡Pues gracias! –sonreí como si me hubiesen dicho el mejor halago de mi vida, pero al ver que mi madre seguía molesta e incluso mas que antes mi sonrisa se esfumó y me encogí de hombros- Por lo que veo no has cambiado en nada, a pesar de haber desaparecido por mucho tiempo, sigues igual de desobediente que siempre… -suspiró y se cruzó de brazos, no me gustaba que ella dijese eso de mi, en verdad me sentía culpable- Lo siento… ¿Lo recojo ahora? –ella negó, y me miró ya mas calmada, pero aun yacía esa leve frustración en su mirada- No, olvida eso, mejor vete a comprar lo que nos falta para la comida… de alguna forma el refrigerador se a vaciado, yo estaba segura de que había todo pero creo que solo fue mi imaginación… -dijo esto con un tono confuso mientras miraba hacia la ventana, a lo cual yo comencé a reír nerviosamente- ¿Ah si…? –pasé mi mirada hacia Lopmon, prácticamente era una mirada asesina, a lo cual mi aliada solamente tragó saliva intentando no salirse de su papel de peluche. Suspiré y regresé mi mirada hacia mi madre- Pues está bien, yo me encargó del mandado –sonreí como de costumbre, en verdad no me molestaba para nada, me hacía sentir bien salir de vez en cuando a tomar aire libre… ¡Mas si se trata de un centro comercial!- Pero… ¿Qué hay de mi habitación? –ella pareció ya haberse calmado, a lo cual me sonrió levemente- Yo haré eso, no te preocupes, ve ya a comprar ¿Quieres? -¡Vaya! Que suerte, no tenía razón ni manera para negar tan linda oferta- ¡Claro! –tomé a Lopmon entre mis brazos y salí corriendo de inmediato. Unos segundos después regrese a mi cuarto, le di un beso a mi mamá en la mejilla y tomé mi querida boina que estaba sobre la silla del tocador- ¡Olvidé mi boina! Jajajaja… ¡Nos vemos! –volví a salir corriendo, ella rió leve acariciando su mejilla donde había recibido el beso tan sorpresivo- Hmm… ¿Desde cuando ha tenido la manía de llevar sus peluches con ella…? –se preguntó hacia ella misma en voz alta, pero yo ya no tuve tiempo de responderle…. No es como si supiera que responderle.
Mi padre yacía trabajando a estas horas, así que solo me dediqué a salir de la casa y me dirigí hacia el centro comercial aun con Lopmon en mis brazos- S…Siento mucho el regaño que recibió, Hime-sama… Debi haberla despertado con anterioridad –yo simplemente negué con la cabeza- No, no… Tranquila, supongo que me lo tenía bien merecido, ¡Además, me mandaron a comprar comida! ¡Eso me fascina! –ella bajó la mirada ante esto ultimo- …La verdad es que eso tambien es mi culpa…. Tenía mucha hambre, al principio solo quise tomar un poco pero en verdad la comida humana es deliciosa… -ante esto yo me mostré confundida- ¿Ah? ¿Enserio? A mi me gusta mas la comida que hay en el digimundo… -reí leve- ¡Pero bueno, puede ser que es porque estoy acostumbrada a esta comida! Si es así, se entiende –ella afirmó sin palabras, y se limitó a seguir en silencio todo el ‘’viaje’’ hacia el centro comercial.
*Fuera del sueño*
- La luna… la luna… no te vayas… -murmuraba por el sueño que se había convertido en pesadilla, gracias a la voz de…- Le digo que despierte… escucho pasos, alguien vie… -levantó sus orejas, mi nueva compañera que se ha aliado a mi desde que le salvé la vida a los pocos minutos de nacer en la Ciudad del Inicio, si… hablo de Lopmon quien ahora me trata como si fuese una especie de cosa de la realeza, algo a lo cual estoy muy lejos pero a veces debo admitir que es divertido su comportamiento hacia mi- ¿Eh..? ¿Qué sucede?... –al momento de levantarme vi una gran silueta enfrente de mi, mi visión yacía aún algo borrosa así que no podía reconocerla- …¿Quién eres?... –un momento… esa altura, ese estilo de pelo… no será…- ¿No te dije que vinieras a ordenar tu habitación? –si, si es ella…- ¡M-Mamá!... –comencé a reírme de forma nerviosa, levantándome de la cama- ¡Pero si ya la he recogido! Solo mira… -al voltear a ver mi habitación, ésta se encontraba igual que antes, creo que si se me había olvidado la orden que me había dado...
No quería voltear a ver la mirada ‘’asesina’’ que mi mamá me hace siempre que la desobedezco, así que evite voltear a verla, y me concentré en ver a Lopmon, quien hacía un buen trabajo de camuflaje fingiendo ser uno de los miles peluches que tenía en mi habitación- Si eso es cierto, lindo trabajo que haz hecho, ni siquiera parece que has movido una sola cosa de su lugar –dijo con obvio sarcasmo, algo que yo no estoy muy acostumbrada a escuchar- ¿¡Enserio!? ¡Pues gracias! –sonreí como si me hubiesen dicho el mejor halago de mi vida, pero al ver que mi madre seguía molesta e incluso mas que antes mi sonrisa se esfumó y me encogí de hombros- Por lo que veo no has cambiado en nada, a pesar de haber desaparecido por mucho tiempo, sigues igual de desobediente que siempre… -suspiró y se cruzó de brazos, no me gustaba que ella dijese eso de mi, en verdad me sentía culpable- Lo siento… ¿Lo recojo ahora? –ella negó, y me miró ya mas calmada, pero aun yacía esa leve frustración en su mirada- No, olvida eso, mejor vete a comprar lo que nos falta para la comida… de alguna forma el refrigerador se a vaciado, yo estaba segura de que había todo pero creo que solo fue mi imaginación… -dijo esto con un tono confuso mientras miraba hacia la ventana, a lo cual yo comencé a reír nerviosamente- ¿Ah si…? –pasé mi mirada hacia Lopmon, prácticamente era una mirada asesina, a lo cual mi aliada solamente tragó saliva intentando no salirse de su papel de peluche. Suspiré y regresé mi mirada hacia mi madre- Pues está bien, yo me encargó del mandado –sonreí como de costumbre, en verdad no me molestaba para nada, me hacía sentir bien salir de vez en cuando a tomar aire libre… ¡Mas si se trata de un centro comercial!- Pero… ¿Qué hay de mi habitación? –ella pareció ya haberse calmado, a lo cual me sonrió levemente- Yo haré eso, no te preocupes, ve ya a comprar ¿Quieres? -¡Vaya! Que suerte, no tenía razón ni manera para negar tan linda oferta- ¡Claro! –tomé a Lopmon entre mis brazos y salí corriendo de inmediato. Unos segundos después regrese a mi cuarto, le di un beso a mi mamá en la mejilla y tomé mi querida boina que estaba sobre la silla del tocador- ¡Olvidé mi boina! Jajajaja… ¡Nos vemos! –volví a salir corriendo, ella rió leve acariciando su mejilla donde había recibido el beso tan sorpresivo- Hmm… ¿Desde cuando ha tenido la manía de llevar sus peluches con ella…? –se preguntó hacia ella misma en voz alta, pero yo ya no tuve tiempo de responderle…. No es como si supiera que responderle.
Mi padre yacía trabajando a estas horas, así que solo me dediqué a salir de la casa y me dirigí hacia el centro comercial aun con Lopmon en mis brazos- S…Siento mucho el regaño que recibió, Hime-sama… Debi haberla despertado con anterioridad –yo simplemente negué con la cabeza- No, no… Tranquila, supongo que me lo tenía bien merecido, ¡Además, me mandaron a comprar comida! ¡Eso me fascina! –ella bajó la mirada ante esto ultimo- …La verdad es que eso tambien es mi culpa…. Tenía mucha hambre, al principio solo quise tomar un poco pero en verdad la comida humana es deliciosa… -ante esto yo me mostré confundida- ¿Ah? ¿Enserio? A mi me gusta mas la comida que hay en el digimundo… -reí leve- ¡Pero bueno, puede ser que es porque estoy acostumbrada a esta comida! Si es así, se entiende –ella afirmó sin palabras, y se limitó a seguir en silencio todo el ‘’viaje’’ hacia el centro comercial.
Diana S. Bennet
Re: La heladera está vacía [Priv. Rena; Ed Elric]
Una vez fuera de casa, comencé a caminar en dirección hacia mi derecha, por la misma vereda en la que se encontraba mi casa. Luego de unos cuantos pasos, puse ambas manos en mis bolsillos y como medio para entretenerme comencé a mirar a mi alrededor; al frente, como siempre, la Plaza Central estaba algo vacía, al menos de este lado nunca había mucha gente. Por la calle pasaban varios vehículos, aunque la cantidad era la de costumbre en esta hora, al igual que la gente que me cruzaba, la cual volvía de su trabajo o se encontraba haciendo mandados.
Era mediodía y con el sol en lo alto haciendo lo suyo, me dí cuenta después de todo esto, que me tenía suerte de vivir aquí. Se puede decir que me encontraba en una posición clave dentro de la ciudad y más para este tipo de situaciones. Uno de los centros comerciales más grandes se encontraba a escasas cuadras de mi hogar, siendo específico, unas cinco cuadras y media.
Hasta el momento no le había dirigido ni una palabra a mi compañero que se encontraba en la oscuridad de mi bolsillo, él sabía bien que en estos casos tenía que guardar silencio y sólo hablar en momentos de suma emergencia. Ahora que lo pienso, nunca le pregunté que es lo que había dentro del Digivice. Yo sólo podía ver su rostro o su cuerpo, dependiendo de lo que él estuviera haciendo y un fondo como una representación colorida de chips y códigos de computadora que pasaban por detrás. Era la escritura que se podía observar por todo el mundo digital.
Esperé hasta que la pareja que venía en dirección hacia mi pasara y se encontrara a unos cuántos metros detrás de mis espaldas, luego me cercioré de que nadie más estuviera cerca y saqué de mi bolsillo derecho el Digivice que estaba atado a una pequeña cadena al pasacinto de mi pantalón.
-Oye amigo, ¿te encuentras bien ahí dentro?-
-Ehh, claro que sí. Sabes que no es de mis lugares favoritos, pero no está nada mal para pasar un rato-
-Ya que lo mencionas, quería preguntarte sobre lo que hay ahí dentro, ¿cómo es es lugar?-
-Pues, verás... es algo extraño, pero...-
-Buen día, Edward-
-¿Ah? ¡Señora Irenai¡ ¿Cómo se encuentra?-
-Muy bien, gracias por preguntar. Hacía mucho que no te veía por aquí ¿Has estado de aventuras por el Digimundo otra vez? ¿A donde está Monodramon?-
-Así es, estuvimos un buen rato fuera de este mundo, trabajando y tratando de llevar paz a donde quiera que fuéramos. Mira Monodramon-
-¡Hola señora Irenai!-
-Monodramon, ¡qué fuerte te ves! ¿Has estado entrenando duro?-
-Claro que sí, con Ed nos hemos puesto muy fuertes y estamos listos para enfrentar cualquier reto que nos propongan. Ahí está Palmon ¡Hola!-
-Me alegro mucho al oír eso, pero tengan cuidado, el Digimundo es un lugar muy peligroso y en cualquier momento puede resurgir un mal inesperado y muy poderoso-
-Lo sabemos, aún así daremos lo mejor de nosotros para detenerlo. Inclusive si nos cuesta la vida. Ahora debemos irnos, íbamos camino al centro comercial-
-Ohh, está bien. Los veré luego entonces, y dense prisa que el centro comercial cierra en 20 mintos. Un gusto verlos nuevamente-
-¡Sí, sí! Adiós señora Irenai, adiós Palmon-
Aceleré la marcha y al llegar a la esquina comencé a correr de prisa, no sabía que el cerraban a esa hora. De todas formas nunca había ido al centro comercial a esta hora.
Esa era la señora Irenai, una anciana de blancos cabellos y de espalda encorvada que poseía una tienda de flores en la plaza, unos metros antes de llegar a la esquina. Es la Tamer de mayor edad que conozco, debe rondar los ochenta años o tal vez más, pero cabe destacar que se ve muy bien de salud para su edad. Fue hace tiempo que se retiró del mundo digital para vivir el resto de su vida en un lugar más... tranquilo, junto con Palmon, su compañera Digimon que también se le notaban los años. Se veían arrugas en su piel y era de un verde más pálido al que de seguro brillaba en su mejor época, al igual que la flor en su cabeza, marchita con el tiempo. Un dato extraño sobre esta Digimon, era que no hablaba, nunca en su vida lo había hecho, pero no fue problema para que esa pareja hubiera formado un lazo emocional tan fuerte que dura hasta el día de hoy. A causa de esto no la había visto hasta unos segundos después de ver a la anciana, se encontraba a un lado del puesto y se confundía con las plantas y flores que estaban a la venta.
Ellas nos habían ayudado hace un tiempo, cuando con Monodramon recién nos conocíamos. Me gustaría haberme quedado más tiempo a charlar y de seguro a escuchar esas historias que guardaban en sus recuerdos, pero tenía otras tareas más importantes que hacer. No podría aguantar ni un día con mi compañero muerto de hambre, así que llegar al centro comercial era de total prioridad.
Algún día me contarás tus memorias, señora Irenai.
Era mediodía y con el sol en lo alto haciendo lo suyo, me dí cuenta después de todo esto, que me tenía suerte de vivir aquí. Se puede decir que me encontraba en una posición clave dentro de la ciudad y más para este tipo de situaciones. Uno de los centros comerciales más grandes se encontraba a escasas cuadras de mi hogar, siendo específico, unas cinco cuadras y media.
Hasta el momento no le había dirigido ni una palabra a mi compañero que se encontraba en la oscuridad de mi bolsillo, él sabía bien que en estos casos tenía que guardar silencio y sólo hablar en momentos de suma emergencia. Ahora que lo pienso, nunca le pregunté que es lo que había dentro del Digivice. Yo sólo podía ver su rostro o su cuerpo, dependiendo de lo que él estuviera haciendo y un fondo como una representación colorida de chips y códigos de computadora que pasaban por detrás. Era la escritura que se podía observar por todo el mundo digital.
Esperé hasta que la pareja que venía en dirección hacia mi pasara y se encontrara a unos cuántos metros detrás de mis espaldas, luego me cercioré de que nadie más estuviera cerca y saqué de mi bolsillo derecho el Digivice que estaba atado a una pequeña cadena al pasacinto de mi pantalón.
-Oye amigo, ¿te encuentras bien ahí dentro?-
-Ehh, claro que sí. Sabes que no es de mis lugares favoritos, pero no está nada mal para pasar un rato-
-Ya que lo mencionas, quería preguntarte sobre lo que hay ahí dentro, ¿cómo es es lugar?-
-Pues, verás... es algo extraño, pero...-
-Buen día, Edward-
-¿Ah? ¡Señora Irenai¡ ¿Cómo se encuentra?-
-Muy bien, gracias por preguntar. Hacía mucho que no te veía por aquí ¿Has estado de aventuras por el Digimundo otra vez? ¿A donde está Monodramon?-
-Así es, estuvimos un buen rato fuera de este mundo, trabajando y tratando de llevar paz a donde quiera que fuéramos. Mira Monodramon-
-¡Hola señora Irenai!-
-Monodramon, ¡qué fuerte te ves! ¿Has estado entrenando duro?-
-Claro que sí, con Ed nos hemos puesto muy fuertes y estamos listos para enfrentar cualquier reto que nos propongan. Ahí está Palmon ¡Hola!-
-Me alegro mucho al oír eso, pero tengan cuidado, el Digimundo es un lugar muy peligroso y en cualquier momento puede resurgir un mal inesperado y muy poderoso-
-Lo sabemos, aún así daremos lo mejor de nosotros para detenerlo. Inclusive si nos cuesta la vida. Ahora debemos irnos, íbamos camino al centro comercial-
-Ohh, está bien. Los veré luego entonces, y dense prisa que el centro comercial cierra en 20 mintos. Un gusto verlos nuevamente-
-¡Sí, sí! Adiós señora Irenai, adiós Palmon-
Aceleré la marcha y al llegar a la esquina comencé a correr de prisa, no sabía que el cerraban a esa hora. De todas formas nunca había ido al centro comercial a esta hora.
Esa era la señora Irenai, una anciana de blancos cabellos y de espalda encorvada que poseía una tienda de flores en la plaza, unos metros antes de llegar a la esquina. Es la Tamer de mayor edad que conozco, debe rondar los ochenta años o tal vez más, pero cabe destacar que se ve muy bien de salud para su edad. Fue hace tiempo que se retiró del mundo digital para vivir el resto de su vida en un lugar más... tranquilo, junto con Palmon, su compañera Digimon que también se le notaban los años. Se veían arrugas en su piel y era de un verde más pálido al que de seguro brillaba en su mejor época, al igual que la flor en su cabeza, marchita con el tiempo. Un dato extraño sobre esta Digimon, era que no hablaba, nunca en su vida lo había hecho, pero no fue problema para que esa pareja hubiera formado un lazo emocional tan fuerte que dura hasta el día de hoy. A causa de esto no la había visto hasta unos segundos después de ver a la anciana, se encontraba a un lado del puesto y se confundía con las plantas y flores que estaban a la venta.
Ellas nos habían ayudado hace un tiempo, cuando con Monodramon recién nos conocíamos. Me gustaría haberme quedado más tiempo a charlar y de seguro a escuchar esas historias que guardaban en sus recuerdos, pero tenía otras tareas más importantes que hacer. No podría aguantar ni un día con mi compañero muerto de hambre, así que llegar al centro comercial era de total prioridad.
Algún día me contarás tus memorias, señora Irenai.
- Tamer & Digimon
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :253Nivel On Rol :UltimateInventario :
Ed Elric
Re: La heladera está vacía [Priv. Rena; Ed Elric]
La ciudad no se veía demasiado llena, o al menos no como de costumbre, mi mirada yacía al frente mientras caminaba a un cierto paso veloz puesto que según recuerdo el centro comercial más cercano a mi casa cerraba sus puertas en una hora, o quizás media hora, no estaba muy segura... pero no podía arriesgarme- ¿Ésta preocupada por algo, Hime-sama? -supongo que mis pensamientos hacían que mi rostro evitara mostrar mi comúnmente alegría y se concentrara en dar a ver cierta angustia, heh... y con lo observadora que es Lopmon no hay duda que burlarla o mentirle es un trabajo difícil- Bueno... no es algo realmente importante, lo que pasa es que acabo de recibir una amonestación de mi madre, y la unica forma de deshacerme de esta cruz que cargo es cumplir con lo que ella pidió... -bajé leve la mirada, intentaba formar una sonrisa en mis labios para que mi compañera no se preocupase pero el resultado fue una sonrisa nerviosa- ...Pero había olvidado por completo que el centro comercial más cercano cierra muy temprano, y ahora mismo no cuento con el dinero para ir a otro antes de que se me termine el tiempo para llegar a casa a cenar -Lopmon ocultó su rostro en mis cabellos mientras sollozaba- ¡Lo siento mucho, Hime-sama, todo esto ha sido mi culpa... realmente lo lamento! -ugh... en verdad odiaba cuando ella se ponía de esa forma, me hacía sentir culpable, además de que no le decía esto para que se pusiera así... no es que la considere culpable sea o no cierto eso- Tranquila Loppi, por favor, no estoy enfadada contigo... ¿Ves? -le sonreí como de costumbre, me costaba un poco porque no me sentía de ánimos para eso, pero sirvió para que ella se calmara- Heh... además, lo que me preocupa es ver a mi mamá enfadada, he peleado con varios monstruos digitales en el digimundo, cada uno mas temible que el anterior, pero creo que ninguno me ha dado tanto miedo como la idea de que mi madre se enfade conmigo.. jajajaja.. -reí leve, pese a esto Lopmon no parecía percibir ninguna pizca de gracia en mi comentario, puede incluso que la hice sentir peor.
- Cómo sea, lo unico en lo que debo centrarme en estos momentos es en llegar a tiempo, comprar todo y regresar antes de que comience a anochecer, debo llegar antes de la cena -jamás hubiese llegado a adivinar que ahora mi mente estaba completamente sumergida en pensamientos que me hicieran dejar de pensar en el camino que estaba tomando. Escuchaba voces detrás de mi, el sonido de los autos haciendose cada vez mas frecuentes, todo en cuestión de segundos... tambien escuchaba la voz de mi compañera gritarme pero todo estaba pasando demasiado lento en una cantidad tan pequeña de tiempo- ...¿Que? -en cuanto volteé a ver hacia arriba vi el semaforo de peatones en rojo, y a la derecha de mi una camioneta que intentaba frenar pero solo se escuchaban los frenos forzados que no lograban funcionar. Mis ojos se abrieron como platos viendo como tan inmenso camión estaba ya a pocos segundos de golpearme, todo pasaba demasiado rapido, ya ni mis piernas lograban reaccionar para permitirme correr y quitarme del camino- ¿Éste es mi fin? -no quería, y lo peor de todo es que hubiese sucedido por una completa estupidez, no iba volver a ver a mis amigos, a mi familia, ni cumpliría con lo que le prometí a mi mamá... no... éste era mi fin... ¿O no?
Sentí como si algo me sujetara fuertemente por la cintura... ¿Una especie de soga?... No alcancé a verlo bien, solo podía sentirlo, ésta ''soga'' me jalaba hacia afuera del camino justo antes de que el camión me aplastara y terminara con mi vida de un golpe; ahora mismo yacía en el suelo confundida, tirada y sentada en el suelo sin saber como exactamente había hecho para salir de ése aprieto- ¿Q-Que pasó? -miré hacia al frente, observando a una mujer de edad mayor, su rostro era blanco como la nieve y a pesar de estar lleno de arrugas por el tiempo... en verdad se veía que ella había sido en sus tiempos una mujer bella; con un hilo suave de voz que demostraba amabilidad y pureza me preguntó- ¿Estás bien, pequeña? ¿No viste el semáforo? -no sabía que responder, ahora me encontraba tan asustada por que hace unos momentos estuve a solo unos segundos de morir; Lopmon me daba leves golpecitos en la cabeza para que reaccionara- A..¿Ah? Si, estoy bien... muchas gracias... -miré hacia alrededor, no lograba ver cual era la razón con la que esta señora había logrado salvarme; yo había sentido como si algo se enredara en mi cintura y me hubiese jalado hacia esta zona fuera de peligro pero a los lados de la anciana no había nada mas que plantas- Disculpe, fui demasiado distraída, ya lo he sido en veces anteriores pero creo en ningun momento me había pasado algo como esto.. -me levanté con algo de dificultad del suelo ya que mis piernas aun temblaban un poco, pero ya estaba logrando recuperarme del anterior impacto y podía respirar con normalidad- Jaja Suele suceder mi niña, debo admitir que ya me ha ocurrido muchas veces antes... si no fuese por mi mejor amiga y compañera ahora mismo tu y yo no estaríamos hablando.. -sonreí ante su comentario, cuando dijo eso me imaginaba a una mujer de carne y hueso... una humana, pero en cuanto vi como la anciana se hacía a un lado para dejar a mi vista a una especie de planta de mediano tamaño- ¿Huh...? ¿Quien es ella? -me agaché un poco para estar a su altura- ¿Cómo te llamas? -le brinde una sonrisa, la planta que bien podría identificar como un digimon no me respondió, pero escuché la suave risa de la anciana que se posicionaba a un lado- Jaja Disculpa, pero ella no puede responderte... no suele hablar nunca, ni siquiera conmigo, por eso nos presentaré por parte de ella: Yo soy la Señora Irenai, y ella es mi mejor amiga... Palmon -¿''Señora Irenai''? Por alguna razón me sonaba ese nombre..- ¡Ah! Usted tiene una florería, ¿Verdad? -ella sonrió y asintió- Vaya, con razón se me hacía haberla visto antes, jejeje.. antes solía visitar su florería, me gustaba mucho ver las diversas flores que tenía, habían algunas que ni siquiera había logrado escuchar de ellas -¿Y ella tenía un digimon? El mundo es muy pequeño, si que lo es- ¿Y tu como te llamas, lindura?.. Veo tambien que llevas a un Lopmon contigo en la cabeza -al decir esto ultimo, mi compañera que había intentado actuar como un peluche todo este tiempo se movió un poco por la impresión pero intentó enderezarse para seguir con su papel de ''muñeco''- Heh... Vamos Lopmon, no te pongas nerviosa, ella tambien tiene un digimon... es normal que sepa sobre ustedes -dicho esto regresé mi mirada hacia la señora Irenai- Me llamo Rena, Ryuugu Rena, y ella.. bueno, se podría decir que es mi compañera... su nombre es Lopmon -ante la presentación, mi compañera bajó la mirada como si se tratara de una reverencia- Es un placer conocerlas, señora Irenai, Palmon-sama... Gracias por salvar a mi Hime-sama... -Palmon hizo una reverencia ante las palabras de mi compañera, se ve que tenía grandes modales... tambien parecía como si tuviese mas o menos la misma edad que su Tamer, o compañera, o amiga... como quiera referirse.
- Hime-sama, no quisiera interrumpirla ni mucho menos preocuparla pero... ¿Que hay de la comida? -ante el comentario de Lopmon no pude evitar dar un leve salto hacia atrás- ¡A-AH, ES CIERTO LA COMIDA! -estaba a punto de irme corriendo, pero me di la vuelta y di una reverencia ante ambas señoras a las que ahora no solo les debía respeto... si no tambien la vida- De nuevo gracias por salvarme, quisiera seguir platicando con ustedes pero.. debo ir corriendo hacia el centro comercial -ella mostró cierta sorpresa ante mi comentario y después me respondió- ..¿Al centro comercial? Pues le sugiero que se de prisa, porque cerrará en, mas o menos, 15 minutos -¿¡15 minutos!? ¡Me será imposible llegar, comprar, pagar y todo eso en menos de 15 minutos! Ugh..- ¡L..Lo sé! Gracias, nos veremos después, se lo prometo -dicho esto salí corriendo hacia el centro comercial. Ciertamente ya estaba cerca, con solo doblar la esquina pude ver dicho centro no muy lejos de mi posición, pero... ¿Comprar y pagar todo en menos de 15 minutos? Esto será una tarea difícil...
- Cómo sea, lo unico en lo que debo centrarme en estos momentos es en llegar a tiempo, comprar todo y regresar antes de que comience a anochecer, debo llegar antes de la cena -jamás hubiese llegado a adivinar que ahora mi mente estaba completamente sumergida en pensamientos que me hicieran dejar de pensar en el camino que estaba tomando. Escuchaba voces detrás de mi, el sonido de los autos haciendose cada vez mas frecuentes, todo en cuestión de segundos... tambien escuchaba la voz de mi compañera gritarme pero todo estaba pasando demasiado lento en una cantidad tan pequeña de tiempo- ...¿Que? -en cuanto volteé a ver hacia arriba vi el semaforo de peatones en rojo, y a la derecha de mi una camioneta que intentaba frenar pero solo se escuchaban los frenos forzados que no lograban funcionar. Mis ojos se abrieron como platos viendo como tan inmenso camión estaba ya a pocos segundos de golpearme, todo pasaba demasiado rapido, ya ni mis piernas lograban reaccionar para permitirme correr y quitarme del camino- ¿Éste es mi fin? -no quería, y lo peor de todo es que hubiese sucedido por una completa estupidez, no iba volver a ver a mis amigos, a mi familia, ni cumpliría con lo que le prometí a mi mamá... no... éste era mi fin... ¿O no?
Sentí como si algo me sujetara fuertemente por la cintura... ¿Una especie de soga?... No alcancé a verlo bien, solo podía sentirlo, ésta ''soga'' me jalaba hacia afuera del camino justo antes de que el camión me aplastara y terminara con mi vida de un golpe; ahora mismo yacía en el suelo confundida, tirada y sentada en el suelo sin saber como exactamente había hecho para salir de ése aprieto- ¿Q-Que pasó? -miré hacia al frente, observando a una mujer de edad mayor, su rostro era blanco como la nieve y a pesar de estar lleno de arrugas por el tiempo... en verdad se veía que ella había sido en sus tiempos una mujer bella; con un hilo suave de voz que demostraba amabilidad y pureza me preguntó- ¿Estás bien, pequeña? ¿No viste el semáforo? -no sabía que responder, ahora me encontraba tan asustada por que hace unos momentos estuve a solo unos segundos de morir; Lopmon me daba leves golpecitos en la cabeza para que reaccionara- A..¿Ah? Si, estoy bien... muchas gracias... -miré hacia alrededor, no lograba ver cual era la razón con la que esta señora había logrado salvarme; yo había sentido como si algo se enredara en mi cintura y me hubiese jalado hacia esta zona fuera de peligro pero a los lados de la anciana no había nada mas que plantas- Disculpe, fui demasiado distraída, ya lo he sido en veces anteriores pero creo en ningun momento me había pasado algo como esto.. -me levanté con algo de dificultad del suelo ya que mis piernas aun temblaban un poco, pero ya estaba logrando recuperarme del anterior impacto y podía respirar con normalidad- Jaja Suele suceder mi niña, debo admitir que ya me ha ocurrido muchas veces antes... si no fuese por mi mejor amiga y compañera ahora mismo tu y yo no estaríamos hablando.. -sonreí ante su comentario, cuando dijo eso me imaginaba a una mujer de carne y hueso... una humana, pero en cuanto vi como la anciana se hacía a un lado para dejar a mi vista a una especie de planta de mediano tamaño- ¿Huh...? ¿Quien es ella? -me agaché un poco para estar a su altura- ¿Cómo te llamas? -le brinde una sonrisa, la planta que bien podría identificar como un digimon no me respondió, pero escuché la suave risa de la anciana que se posicionaba a un lado- Jaja Disculpa, pero ella no puede responderte... no suele hablar nunca, ni siquiera conmigo, por eso nos presentaré por parte de ella: Yo soy la Señora Irenai, y ella es mi mejor amiga... Palmon -¿''Señora Irenai''? Por alguna razón me sonaba ese nombre..- ¡Ah! Usted tiene una florería, ¿Verdad? -ella sonrió y asintió- Vaya, con razón se me hacía haberla visto antes, jejeje.. antes solía visitar su florería, me gustaba mucho ver las diversas flores que tenía, habían algunas que ni siquiera había logrado escuchar de ellas -¿Y ella tenía un digimon? El mundo es muy pequeño, si que lo es- ¿Y tu como te llamas, lindura?.. Veo tambien que llevas a un Lopmon contigo en la cabeza -al decir esto ultimo, mi compañera que había intentado actuar como un peluche todo este tiempo se movió un poco por la impresión pero intentó enderezarse para seguir con su papel de ''muñeco''- Heh... Vamos Lopmon, no te pongas nerviosa, ella tambien tiene un digimon... es normal que sepa sobre ustedes -dicho esto regresé mi mirada hacia la señora Irenai- Me llamo Rena, Ryuugu Rena, y ella.. bueno, se podría decir que es mi compañera... su nombre es Lopmon -ante la presentación, mi compañera bajó la mirada como si se tratara de una reverencia- Es un placer conocerlas, señora Irenai, Palmon-sama... Gracias por salvar a mi Hime-sama... -Palmon hizo una reverencia ante las palabras de mi compañera, se ve que tenía grandes modales... tambien parecía como si tuviese mas o menos la misma edad que su Tamer, o compañera, o amiga... como quiera referirse.
- Hime-sama, no quisiera interrumpirla ni mucho menos preocuparla pero... ¿Que hay de la comida? -ante el comentario de Lopmon no pude evitar dar un leve salto hacia atrás- ¡A-AH, ES CIERTO LA COMIDA! -estaba a punto de irme corriendo, pero me di la vuelta y di una reverencia ante ambas señoras a las que ahora no solo les debía respeto... si no tambien la vida- De nuevo gracias por salvarme, quisiera seguir platicando con ustedes pero.. debo ir corriendo hacia el centro comercial -ella mostró cierta sorpresa ante mi comentario y después me respondió- ..¿Al centro comercial? Pues le sugiero que se de prisa, porque cerrará en, mas o menos, 15 minutos -¿¡15 minutos!? ¡Me será imposible llegar, comprar, pagar y todo eso en menos de 15 minutos! Ugh..- ¡L..Lo sé! Gracias, nos veremos después, se lo prometo -dicho esto salí corriendo hacia el centro comercial. Ciertamente ya estaba cerca, con solo doblar la esquina pude ver dicho centro no muy lejos de mi posición, pero... ¿Comprar y pagar todo en menos de 15 minutos? Esto será una tarea difícil...
Diana S. Bennet
Re: La heladera está vacía [Priv. Rena; Ed Elric]
-Que extraño todo esto Palmon, dos Tamers se dirigen al mismo lugar por el mismo camino... y los dos van tarde jaja. Me pregunto ¿qué pasará si ellos dos se encuentran en algún momento?-
-...
-Por supuesto que sí, esa muchachita parece muy amable y gentil, una linda persona, aunque no tan precavida como Ed, sin dudas, yendo con Lopmon como si se encontraran solas en este mundo. Veremos cómo nos sorprende el destino ahora.
Palmon, en unos minutos será hora de cerrar nuestro negocio, ya anocheció.
Por fin llegamos al gran predio del centro comercial, ocupaba una manzana entera de la ciudad y eso era decir mucho. Por lo que recuerdo este es el más grande de por aquí y se veía algo distinto a como lo recordaba, era evidente que había sufrido remodelaciones de todo tipo. No había venido aquí en mucho tiempo, la última vez creo que fue para comprar ese horrible cuadro para tapar la enorme mancha de quemadura que estaba en uno de los pasillos de nuestra casa, cortesía de un ataque fuera de control de Monodramon, que por suerte no causó más daños que eso. Por otro lado si necesitaba comida u otros bienes, era más seguro que vaya hasta uno de los pequeños supermercados que estaban algo más cerca de donde vivía.
Este centro comercial se encontraba en el centro de toda la superficie que ocupaba junto con otro grupo de pequeños negocios, en comparación con el enorme edificio, de distinto rubro cada uno, más el estacionamiento que rodeaba a todos estos. En este había pocos autos dispersados por todo el lugar, y pude ver que algunos recién llegaban. Al menos no somos los únicos, pensé. Aunque también habían muchos que se iban, familias cargando sus compras en sus autos y uno que otro a pie, llevando las bolsas en sus manos.
Paré de correr unos pocos metros antes de la entrada al estacionamiento, pero cuando entré continué la marcha en con una rápida caminata.
Habrán pasado unos cinco minutos desde que nos encontramos con la señora Irenai y Palmon, aún tenemos tiempo, de todas formas no creo que nos cierren las puertas una vez que estemos adentro.
Escuché a mi compañero que me hablaba una vez más desde mi bolsillo, así que saqué mi Digivice de ahí. Solamente veía desde sus hombros para arriba y nada más aparte del fondo. En ese momento recordé que aún no me había terminado de responder la pregunta que le había hecho sobre lo que hay en el interior del dispositivo, seguro que la espontánea charla con Irenai fue la causa de que esa curiosidad se fuera de mi cabeza por unos momentos.
-Si nos quedamos dentro ¿podemos comer todo lo que podamos?
-Ni lo pienses, después tendremos que pagarlo todo.
-Ohh, está bien... Oye Ed.
-¿Qué ocurre amigo?
-¿Crees que algún día llegaremos a estar como la pareja de Palmon y la señora Irenai?
-¿Así de ancianos? Jaja, es muy probable, Monodramon. Si continuamos como hasta ahora, estoy seguro de que lo haremos.
Una vez cruzado todo el estacionamiento llegamos hasta la entrada principal del frente, había un conjunto de puertas corredizas, eran cuatro en total y supongo que eran tantas por la cantidad de personas que deben venir todos los días. Entre cada par de puertas habían dos guardias de seguridad parados, estaban con los brazos cruzados y en sus rostros se notaba algo de molestia, trabajar hasta tarde no debía agradable para ninguno de ellos.
-Bien amigo, vamos a entrar y hay unos guardias más adelante. Ya sabes que hacer.
-Entendido, Ed.
Guardé mi Digivice una vez más en mi bolsillo. Ambos hombres parecían intimidantes. Traté de atravesar una de las puertas sin mirarlos demasiado, pero al momento en estas se abrieran, los dos tipos se pararon en frente mío. Eran enormes, si no llegaban a los dos metros diez, les faltaba muy poco.
-¿A dónde crees que vas con tanta prisa?
-¿Huh? Estoy por ir a comprar un par de cosas que necesito, ¿no es obvio?
-No te quieras pasar de listo, ya es tarde y ya estamos por cerrar.
-No veo que la puerta se haya quedado cerrada. Vamos, déjenme pasar, aún faltan quince minutos, no me tardaré más que eso.
Uno de los guardias, el de piel oscura, llevó su brazo a la altura de mi cabeza y se fijó la hora en su reloj de muñeca.
-Tiene razón, quedan quince, déjalo entrar.
-Agh, está bien, pero ni un minuto más o te arrepentirás ¿Entendido?
Me quedé mirándolo unos segundos sin decir ni una palabra y luego comencé a avanzar por más que él estuviera en el medio. Aún así, no se movió.
-¿Me vas a dejar pasar o no?
-Vamos, córrete del medio.
Su compañero lo tomó del brazo y lo tiró hacia él, dejándome la entrada libre.
Una vez lejos de ellos, saqué a mi compañero nuevamente.
-¿Todo en orden, Ed?
-Sí, sí, no te preocupes, sólo que ese guardia es demasiado malhumorado. Ahora veamos, ¿qué es lo primero que debemos comprar? -sacando la lista que había armado en mi casa-. ¿Artículos de limpieza, comida...?
-¡Comida!
-No sé porque me lo pregunté en primer lugar. Comida será entonces, amigo.
-¡Wiiiii!
Tomé uno de los carritos de supermercado que se encontraban a un lado y miré por sobre las góndolas buscando alguna indicación que me dijera donde se encontraba la sección de alimentos. Estaba hacia el lado izquierdo y eran varios pasillos antes de llegar a la pared, dí media vuelta y comencé a caminar tranquilo sin importar las amenazas de ese guardia.
-Aun no sé que me hará ese tipo si me demoro más de quince minutos. Da igual.
-Oye Ed, ¿puedo ir sentado en el carrito?
-Claro que no, ya no eres un niño. Además, estás tan pesado que se romperá jajaja.
-Ed, eres malo, no te rías de mí.
-...
-Por supuesto que sí, esa muchachita parece muy amable y gentil, una linda persona, aunque no tan precavida como Ed, sin dudas, yendo con Lopmon como si se encontraran solas en este mundo. Veremos cómo nos sorprende el destino ahora.
Palmon, en unos minutos será hora de cerrar nuestro negocio, ya anocheció.
Por fin llegamos al gran predio del centro comercial, ocupaba una manzana entera de la ciudad y eso era decir mucho. Por lo que recuerdo este es el más grande de por aquí y se veía algo distinto a como lo recordaba, era evidente que había sufrido remodelaciones de todo tipo. No había venido aquí en mucho tiempo, la última vez creo que fue para comprar ese horrible cuadro para tapar la enorme mancha de quemadura que estaba en uno de los pasillos de nuestra casa, cortesía de un ataque fuera de control de Monodramon, que por suerte no causó más daños que eso. Por otro lado si necesitaba comida u otros bienes, era más seguro que vaya hasta uno de los pequeños supermercados que estaban algo más cerca de donde vivía.
Este centro comercial se encontraba en el centro de toda la superficie que ocupaba junto con otro grupo de pequeños negocios, en comparación con el enorme edificio, de distinto rubro cada uno, más el estacionamiento que rodeaba a todos estos. En este había pocos autos dispersados por todo el lugar, y pude ver que algunos recién llegaban. Al menos no somos los únicos, pensé. Aunque también habían muchos que se iban, familias cargando sus compras en sus autos y uno que otro a pie, llevando las bolsas en sus manos.
Paré de correr unos pocos metros antes de la entrada al estacionamiento, pero cuando entré continué la marcha en con una rápida caminata.
Habrán pasado unos cinco minutos desde que nos encontramos con la señora Irenai y Palmon, aún tenemos tiempo, de todas formas no creo que nos cierren las puertas una vez que estemos adentro.
Escuché a mi compañero que me hablaba una vez más desde mi bolsillo, así que saqué mi Digivice de ahí. Solamente veía desde sus hombros para arriba y nada más aparte del fondo. En ese momento recordé que aún no me había terminado de responder la pregunta que le había hecho sobre lo que hay en el interior del dispositivo, seguro que la espontánea charla con Irenai fue la causa de que esa curiosidad se fuera de mi cabeza por unos momentos.
-Si nos quedamos dentro ¿podemos comer todo lo que podamos?
-Ni lo pienses, después tendremos que pagarlo todo.
-Ohh, está bien... Oye Ed.
-¿Qué ocurre amigo?
-¿Crees que algún día llegaremos a estar como la pareja de Palmon y la señora Irenai?
-¿Así de ancianos? Jaja, es muy probable, Monodramon. Si continuamos como hasta ahora, estoy seguro de que lo haremos.
Una vez cruzado todo el estacionamiento llegamos hasta la entrada principal del frente, había un conjunto de puertas corredizas, eran cuatro en total y supongo que eran tantas por la cantidad de personas que deben venir todos los días. Entre cada par de puertas habían dos guardias de seguridad parados, estaban con los brazos cruzados y en sus rostros se notaba algo de molestia, trabajar hasta tarde no debía agradable para ninguno de ellos.
-Bien amigo, vamos a entrar y hay unos guardias más adelante. Ya sabes que hacer.
-Entendido, Ed.
Guardé mi Digivice una vez más en mi bolsillo. Ambos hombres parecían intimidantes. Traté de atravesar una de las puertas sin mirarlos demasiado, pero al momento en estas se abrieran, los dos tipos se pararon en frente mío. Eran enormes, si no llegaban a los dos metros diez, les faltaba muy poco.
-¿A dónde crees que vas con tanta prisa?
-¿Huh? Estoy por ir a comprar un par de cosas que necesito, ¿no es obvio?
-No te quieras pasar de listo, ya es tarde y ya estamos por cerrar.
-No veo que la puerta se haya quedado cerrada. Vamos, déjenme pasar, aún faltan quince minutos, no me tardaré más que eso.
Uno de los guardias, el de piel oscura, llevó su brazo a la altura de mi cabeza y se fijó la hora en su reloj de muñeca.
-Tiene razón, quedan quince, déjalo entrar.
-Agh, está bien, pero ni un minuto más o te arrepentirás ¿Entendido?
Me quedé mirándolo unos segundos sin decir ni una palabra y luego comencé a avanzar por más que él estuviera en el medio. Aún así, no se movió.
-¿Me vas a dejar pasar o no?
-Vamos, córrete del medio.
Su compañero lo tomó del brazo y lo tiró hacia él, dejándome la entrada libre.
Una vez lejos de ellos, saqué a mi compañero nuevamente.
-¿Todo en orden, Ed?
-Sí, sí, no te preocupes, sólo que ese guardia es demasiado malhumorado. Ahora veamos, ¿qué es lo primero que debemos comprar? -sacando la lista que había armado en mi casa-. ¿Artículos de limpieza, comida...?
-¡Comida!
-No sé porque me lo pregunté en primer lugar. Comida será entonces, amigo.
-¡Wiiiii!
Tomé uno de los carritos de supermercado que se encontraban a un lado y miré por sobre las góndolas buscando alguna indicación que me dijera donde se encontraba la sección de alimentos. Estaba hacia el lado izquierdo y eran varios pasillos antes de llegar a la pared, dí media vuelta y comencé a caminar tranquilo sin importar las amenazas de ese guardia.
-Aun no sé que me hará ese tipo si me demoro más de quince minutos. Da igual.
-Oye Ed, ¿puedo ir sentado en el carrito?
-Claro que no, ya no eres un niño. Además, estás tan pesado que se romperá jajaja.
-Ed, eres malo, no te rías de mí.
- Tamer & Digimon
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :253Nivel On Rol :UltimateInventario :
Ed Elric
Re: La heladera está vacía [Priv. Rena; Ed Elric]
Sentía como mi pecho comenzaba a doler por la mala costumbre de que, si me desconcentro, respiro por la boca al correr en vez de usar la nariz y eso hace que mi garganta se seque mas rápido y, tal como ya dije, mi pecho también- ¿Que horas serán...? ¿Cuanto tiempo estoy tardando en...? -me detuve al poco tiempo de haber pasado un cruce de caminos. Justo frente a mi lo podía ver: era el centro comercial que bien podría decir, aunque no sea el único, era el mas visitado por su casi infinita variedad de lo que sea que quieras comprar ya sea comida, ropa, electrodomésticos... ¡Había de todo! Raras son las veces en que uno no encuentre lo que buscaba, supongo que es normal, escuché por ahí que el dueño de esta empresa tiene muchos contactos incluso fuera del país y por eso se le hace mas sencillo exportar materiales de esos lugares- Es un lugar genial, ¿Verdad, Loppi? -ella solo se quedó callada, supongo que ella estaba mas consciente que yo de su papel como muñeco, pero sin duda sus ojos relucían con cierta intriga al ser la primera vez que veía un lugar tan grande en el mundo humano.
Cuando era pequeña mas de una vez me había perdido en este mismo centro comercial de lo inmenso que es tanto por dentro como por fuera, recuerdo que siempre tenía que ir con un empleado para que me llevara a una cabina donde tienen micrófonos conectados a bocinas escondidas en cada esquina del centro comercial y ahí es donde preguntan en general si alguien me conocía para que viniera por mi... ufff... de tan solo recordar esos tiempos hace que me apene un poco... ¡Pero bueno...! Yo ya soy una niña grande, no volveré a perderme en esta monstruosidad de tienda jajaja...ja... huy...- Aunque bueno, tengo a Loppi conmigo, no sé como le hace pero siempre halla la forma de encontrarme, hasta pareciera que ha instalado un dispositivo en mi cabeza cuando yo estaba dormida y por eso siempre me encuentra -reía en mis adentros mientras pensaba esto, pudiendo notar la curiosidad de mi compañera quien de vez en cuando giraba sus redondos ojos negros hacia mi pero pronto los volvía de mirada hacia al frente para no llamar la atención.
Mientras pasábamos por el estacionamiento mi mirada usualmente se mantenía hacia al frente, pero a veces como toda persona curiosa que soy llegaba a desviar mis ojos hacia la izquierda o derecha con tal de buscar algo con lo cual distraerme o entretenerme en lo que llegaba a la entrada... ¿Es raro eso? No lo sé, lo que pasa es que a veces me cuesta un poco mantenerme al margen o con una actitud callada o seria, necesito algo que me haga reír o que simplemente me lleve a la diversión pero por sentía como si algo me lo impedía... tal vez el silencio que dominaba la zona y que solo era callado por el sonido de los motores de alguno que otro auto que entraba al estacionamiento o salía, la mayoría iba hacia la salida, incluso veía familias pasar a mis lados con bolsas de comida y víveres, otras... simplemente regresaban sin nada y con una mueca de disgusto en el rostro... ¿Porque?- Curioso... -fue lo primero que pasó por mi mente, ¿Finalmente había encontrado ese ''algo'' que llamaría mi atención? Sentía la adrenalina recorrer cada parte de mi cuerpo y, sin pensármelo dos veces, corrí hacia la entrada; la pobre Lopmon tenía que sostenerse de mis cabellos para no salir volando, esas grandes orejas la arrastraban- ¡H-Hime-sama, con cuidado! -dijo en un momento de terror por salir volando así que, para calmarla, tuve que reducir mi correr a un simple ''caminar rápido''.
Al llegar a esa área que era cubierta por las luces de los techos y que, a solo unos cuantos pasos, se encontraban las puertas de entrada y de salida... pude observar que acomodados a cada extremo de la puerta se encontraban guardias de seguridad... ¿Porqué?- Huh... -agaché la cabeza con cierta timidez mientras intentaba pasar por en medio de dos guardias de seguridad pero uno de ellos me detuvo colocando su mano sobre mi hombro- Oye jovencita, ¿A donde crees que vas? -sentí como si mi corazón se fuera a salir al momento en que sentí esa mano sorpresivamente tocarme, casi y pude haber gritado del susto, pero por fortuna me controlé- E-Ehm... ¿A comprar? -sonreí nerviosamente, escuchando la voz de su compañero detrás de mi- ¿Que no sabes las horas que son? En menos de 10 minutos el lugar va a cerrar y no nos haremos responsables de las personas que queden adentro, ¿Sabes? -dijo esto ultimo con un tono sombrío, como si quisiera asustarme, creo que notó los nervios que estaba sintiendo y esto fue solo para jugarme una broma... pero no era una broma de buen gusto, formé un puchero mirandolo con amargura- ¡Entonces me quedaré adentro! -dije sin pensar, solamente para darles la contraria, ambos guardias comenzaron a reír- Vamos, no juegues niña, mejor regresa otro día... es tarde y tus padres se preocuparan por ti -con su mano me tomó de la espalda y me empujó unos pasos para que pudiera irme- ...Tch... -apreté mis puños solo para ahorrarme la rabieta que quería armarles a esos dos guardias... ¿¡Acaso me creían una niña pequeña!? ¡Tengo 15 años! No 8 o 12, merezco respeto debido.
En lo que estaba por irme, en vez de irme todo el camino hacia al frente, giré hacia la derecha para ocultarme en unas paredes y sentarme. Quité a Lopmon de mi cabeza y la dejé sentada sobre mis piernas- ¿¡Viste eso Lopmon!? ¡Me han tratado como a una niña de tres cuartos de década! -Lopmon, tan serena como suele acostumbrar, solo sonrió- Bueno, Hime-sama, es que su rostro muestra una inocencia y pureza que la hace parecer como si en verdad tuviera la alma de un niño -esto no me animaba en lo absoluto, no es que esté queriendo madurar o algo así, pero tampoco quiero ser tratada de esa forma... ¡Me parece una falta de respeto hacia mi persona!- Tch... no me gusta... -crucé mis brazos, desvié mi mirada hacia otro lado para que Lopmon no me viera a los ojos y formé un leve puchero- ¿Ahora que voy a hacer...? Si mi mamá se entera que no traje los ingredientes para la cena... -tragué saliva y tuve un escalofrío- N-No sé lo que me vaya a pasar... -Lopmon se bajó de mis piernas y comenzó a arrodillarse una y otra vez- ¡Lo siento, lo siento, lo siento mucho, Hime-sama! -dejó caer su frente hacia el suelo- Estoy completamente arrepentida... por mi culpa se meterá en un grave problema... ¡Necesito un castigo severo, por favor, no use su piedad conmigo y castigueme! -elevé un poco la ceja, miré hacia los lados para ver si nadie estaba viendo, y le acaricié su cabeza- Oye... que estas armando un teatro bastante raro en medio de una zona publica... ¿No crees que sería raro? -suspiré- Además, sabes que yo no soy ni una princesa, ni una reina ni mucho menos una Diosa como para decidir si debes ser castigada o no, solo fue un error, eres mi amiga entiende -Lopmon no quería levantar su mirada- ...Lo siento mucho...
Intenté no darme mucho rollo a Lopmon, cuando se pone en ese plan por mas que le insista lo que acabo de decirle... jamás me hace caso, así que bueno, quizá pueda idear una forma en la que pueda entrar al centro comercial- Hmmm... -cerré mis ojos, recostando mi cabeza sobre la pared- ¡Oh, ya sé! -Lopmon me volteó a ver con curiosidad al verme reaccionar con tantas energías- ¡Esos guardias son unos tipos malos, Loppi! ¿¡Sabes lo que significa!? Los civiles necesitan a alguien que les cubra las espaldas... ¡Alguien que les enseñe a estos tipos malos y corruptos que lo que estan haciendo está mal! ¡Alguien que te permita ir a comprar la cena cuando el reloj pase más de la hora dicha! ¿¡Y sabes quien puede hacer todo eso!? -Lopmon me miraba con cierta inseguridad o extrañeza, pero solo se limito a negar con su cabeza. Saqué mi digivice- ¡La gran, superior, y misteriosa chica zorro de pelaje dorado! -al decir esto me levanté e hice una pose de heroína, Lopmon no cambiaba su expresión- ...¿La qué? Disculpe, Hime-sama... ¿Pero tiene al menos una idea de lo que está diciendo? -sonrió con nerviosismo, a lo cual me crucé de brazos haciendo un obvio puchero- Por supuesto que lo sé Loppi, me volveré una heroína que busca luchar por la justicia en este mundo tan feo, ¡Y toda heroína necesita a su asistente! -la señalé acusadoramente- ...H-Hime-sama, enserio, no creo que esa idea funcione...
- ¿Ah no? -bajé la mirada- Que lastima... y yo que quería ser una heroína como la de las peliculas e historietas... -suspiré- Pero bueno, ¿Que se le puede hacer? -guardé mi digivice- Si el Plan A no te parece... ¡Entonces usaremos el Plan B! -tenía la sensación de que a Lopmon ya le estaba comenzando a dar miedo preguntar, pero aun así pese a que no dijo nada al respecto continué- Solo necesitamos distraer un poquito a los guardias, no es nada malo o vergonzoso -reí leve, rascandome la cabeza. Lopmon suspiró- De acuerdo... ¿De que trata su plan?
Los guardias permanecían en el mismo lugar que siempre, con su cara de amargados y alguno que otro ya suspiraba de sueño, eso era lo que alcanzaba a ver mientras me asomaba de entre la pared donde yacía escondida- ¿Estás lista, Loppi? -le murmuré a la digimon que yacía sujeta a mis brazos- Supongo que lo estoy... -respiró hondo y...- ¡Kuuchu Blazing Ice! -de su boca salieron disparadas muchas balas de hielo que comenzaron a impactar contra los autos de policía, no estaba segura si eran de ellos o de otros policías que cuidaban la entrada de otros lados, pero fue lo suficiente llamativo ese sonido a disparos para que los policías corrieran hacia el área afectada- ¡Es nuestra oportunidad! -mientras los policías corrían hacia los autos yo pase en contra de ellos y me metí al centro comercial, solo logré escuchar ''¡Oigan, detengan a la niña!'' pero no por eso me detuve. Aun despues de entrar seguí corriendo por si los guardias habían decidido entrar a buscarme- ¡Hime-sama, no aparte sus ojos del camino! -fue lo que exclamó Lopmon al darse cuenta que yo, por la tensión de la situación, tenía mis ojos cerrados... y por lo mismo no me pude detener a tiempo cuando vi que alguien yacía frente de mi, chocando rotundamente contra ese alguien- ¡Lo siento, lo siento, lo siento! -repetía con obvia culpa después de haberme restaurado del golpe pero me extrañé al no recibir respuesta- ...¿Huh? -observé bien a la ''persona''- ...A..jajaja... Solo es un maniquí, que gracioso -¿Me disculpé con una cosa inanimada? Ah, que distraída soy, no sé si me estaba riendo porque me pareciera divertido o porque fue algo muy vergonzoso. Al parecer había llegado a una de las tantas tiendas donde se vende ropa en mi alocado trayecto a ciegas.
Cuando era pequeña mas de una vez me había perdido en este mismo centro comercial de lo inmenso que es tanto por dentro como por fuera, recuerdo que siempre tenía que ir con un empleado para que me llevara a una cabina donde tienen micrófonos conectados a bocinas escondidas en cada esquina del centro comercial y ahí es donde preguntan en general si alguien me conocía para que viniera por mi... ufff... de tan solo recordar esos tiempos hace que me apene un poco... ¡Pero bueno...! Yo ya soy una niña grande, no volveré a perderme en esta monstruosidad de tienda jajaja...ja... huy...- Aunque bueno, tengo a Loppi conmigo, no sé como le hace pero siempre halla la forma de encontrarme, hasta pareciera que ha instalado un dispositivo en mi cabeza cuando yo estaba dormida y por eso siempre me encuentra -reía en mis adentros mientras pensaba esto, pudiendo notar la curiosidad de mi compañera quien de vez en cuando giraba sus redondos ojos negros hacia mi pero pronto los volvía de mirada hacia al frente para no llamar la atención.
Mientras pasábamos por el estacionamiento mi mirada usualmente se mantenía hacia al frente, pero a veces como toda persona curiosa que soy llegaba a desviar mis ojos hacia la izquierda o derecha con tal de buscar algo con lo cual distraerme o entretenerme en lo que llegaba a la entrada... ¿Es raro eso? No lo sé, lo que pasa es que a veces me cuesta un poco mantenerme al margen o con una actitud callada o seria, necesito algo que me haga reír o que simplemente me lleve a la diversión pero por sentía como si algo me lo impedía... tal vez el silencio que dominaba la zona y que solo era callado por el sonido de los motores de alguno que otro auto que entraba al estacionamiento o salía, la mayoría iba hacia la salida, incluso veía familias pasar a mis lados con bolsas de comida y víveres, otras... simplemente regresaban sin nada y con una mueca de disgusto en el rostro... ¿Porque?- Curioso... -fue lo primero que pasó por mi mente, ¿Finalmente había encontrado ese ''algo'' que llamaría mi atención? Sentía la adrenalina recorrer cada parte de mi cuerpo y, sin pensármelo dos veces, corrí hacia la entrada; la pobre Lopmon tenía que sostenerse de mis cabellos para no salir volando, esas grandes orejas la arrastraban- ¡H-Hime-sama, con cuidado! -dijo en un momento de terror por salir volando así que, para calmarla, tuve que reducir mi correr a un simple ''caminar rápido''.
Al llegar a esa área que era cubierta por las luces de los techos y que, a solo unos cuantos pasos, se encontraban las puertas de entrada y de salida... pude observar que acomodados a cada extremo de la puerta se encontraban guardias de seguridad... ¿Porqué?- Huh... -agaché la cabeza con cierta timidez mientras intentaba pasar por en medio de dos guardias de seguridad pero uno de ellos me detuvo colocando su mano sobre mi hombro- Oye jovencita, ¿A donde crees que vas? -sentí como si mi corazón se fuera a salir al momento en que sentí esa mano sorpresivamente tocarme, casi y pude haber gritado del susto, pero por fortuna me controlé- E-Ehm... ¿A comprar? -sonreí nerviosamente, escuchando la voz de su compañero detrás de mi- ¿Que no sabes las horas que son? En menos de 10 minutos el lugar va a cerrar y no nos haremos responsables de las personas que queden adentro, ¿Sabes? -dijo esto ultimo con un tono sombrío, como si quisiera asustarme, creo que notó los nervios que estaba sintiendo y esto fue solo para jugarme una broma... pero no era una broma de buen gusto, formé un puchero mirandolo con amargura- ¡Entonces me quedaré adentro! -dije sin pensar, solamente para darles la contraria, ambos guardias comenzaron a reír- Vamos, no juegues niña, mejor regresa otro día... es tarde y tus padres se preocuparan por ti -con su mano me tomó de la espalda y me empujó unos pasos para que pudiera irme- ...Tch... -apreté mis puños solo para ahorrarme la rabieta que quería armarles a esos dos guardias... ¿¡Acaso me creían una niña pequeña!? ¡Tengo 15 años! No 8 o 12, merezco respeto debido.
En lo que estaba por irme, en vez de irme todo el camino hacia al frente, giré hacia la derecha para ocultarme en unas paredes y sentarme. Quité a Lopmon de mi cabeza y la dejé sentada sobre mis piernas- ¿¡Viste eso Lopmon!? ¡Me han tratado como a una niña de tres cuartos de década! -Lopmon, tan serena como suele acostumbrar, solo sonrió- Bueno, Hime-sama, es que su rostro muestra una inocencia y pureza que la hace parecer como si en verdad tuviera la alma de un niño -esto no me animaba en lo absoluto, no es que esté queriendo madurar o algo así, pero tampoco quiero ser tratada de esa forma... ¡Me parece una falta de respeto hacia mi persona!- Tch... no me gusta... -crucé mis brazos, desvié mi mirada hacia otro lado para que Lopmon no me viera a los ojos y formé un leve puchero- ¿Ahora que voy a hacer...? Si mi mamá se entera que no traje los ingredientes para la cena... -tragué saliva y tuve un escalofrío- N-No sé lo que me vaya a pasar... -Lopmon se bajó de mis piernas y comenzó a arrodillarse una y otra vez- ¡Lo siento, lo siento, lo siento mucho, Hime-sama! -dejó caer su frente hacia el suelo- Estoy completamente arrepentida... por mi culpa se meterá en un grave problema... ¡Necesito un castigo severo, por favor, no use su piedad conmigo y castigueme! -elevé un poco la ceja, miré hacia los lados para ver si nadie estaba viendo, y le acaricié su cabeza- Oye... que estas armando un teatro bastante raro en medio de una zona publica... ¿No crees que sería raro? -suspiré- Además, sabes que yo no soy ni una princesa, ni una reina ni mucho menos una Diosa como para decidir si debes ser castigada o no, solo fue un error, eres mi amiga entiende -Lopmon no quería levantar su mirada- ...Lo siento mucho...
Intenté no darme mucho rollo a Lopmon, cuando se pone en ese plan por mas que le insista lo que acabo de decirle... jamás me hace caso, así que bueno, quizá pueda idear una forma en la que pueda entrar al centro comercial- Hmmm... -cerré mis ojos, recostando mi cabeza sobre la pared- ¡Oh, ya sé! -Lopmon me volteó a ver con curiosidad al verme reaccionar con tantas energías- ¡Esos guardias son unos tipos malos, Loppi! ¿¡Sabes lo que significa!? Los civiles necesitan a alguien que les cubra las espaldas... ¡Alguien que les enseñe a estos tipos malos y corruptos que lo que estan haciendo está mal! ¡Alguien que te permita ir a comprar la cena cuando el reloj pase más de la hora dicha! ¿¡Y sabes quien puede hacer todo eso!? -Lopmon me miraba con cierta inseguridad o extrañeza, pero solo se limito a negar con su cabeza. Saqué mi digivice- ¡La gran, superior, y misteriosa chica zorro de pelaje dorado! -al decir esto me levanté e hice una pose de heroína, Lopmon no cambiaba su expresión- ...¿La qué? Disculpe, Hime-sama... ¿Pero tiene al menos una idea de lo que está diciendo? -sonrió con nerviosismo, a lo cual me crucé de brazos haciendo un obvio puchero- Por supuesto que lo sé Loppi, me volveré una heroína que busca luchar por la justicia en este mundo tan feo, ¡Y toda heroína necesita a su asistente! -la señalé acusadoramente- ...H-Hime-sama, enserio, no creo que esa idea funcione...
- ¿Ah no? -bajé la mirada- Que lastima... y yo que quería ser una heroína como la de las peliculas e historietas... -suspiré- Pero bueno, ¿Que se le puede hacer? -guardé mi digivice- Si el Plan A no te parece... ¡Entonces usaremos el Plan B! -tenía la sensación de que a Lopmon ya le estaba comenzando a dar miedo preguntar, pero aun así pese a que no dijo nada al respecto continué- Solo necesitamos distraer un poquito a los guardias, no es nada malo o vergonzoso -reí leve, rascandome la cabeza. Lopmon suspiró- De acuerdo... ¿De que trata su plan?
Los guardias permanecían en el mismo lugar que siempre, con su cara de amargados y alguno que otro ya suspiraba de sueño, eso era lo que alcanzaba a ver mientras me asomaba de entre la pared donde yacía escondida- ¿Estás lista, Loppi? -le murmuré a la digimon que yacía sujeta a mis brazos- Supongo que lo estoy... -respiró hondo y...- ¡Kuuchu Blazing Ice! -de su boca salieron disparadas muchas balas de hielo que comenzaron a impactar contra los autos de policía, no estaba segura si eran de ellos o de otros policías que cuidaban la entrada de otros lados, pero fue lo suficiente llamativo ese sonido a disparos para que los policías corrieran hacia el área afectada- ¡Es nuestra oportunidad! -mientras los policías corrían hacia los autos yo pase en contra de ellos y me metí al centro comercial, solo logré escuchar ''¡Oigan, detengan a la niña!'' pero no por eso me detuve. Aun despues de entrar seguí corriendo por si los guardias habían decidido entrar a buscarme- ¡Hime-sama, no aparte sus ojos del camino! -fue lo que exclamó Lopmon al darse cuenta que yo, por la tensión de la situación, tenía mis ojos cerrados... y por lo mismo no me pude detener a tiempo cuando vi que alguien yacía frente de mi, chocando rotundamente contra ese alguien- ¡Lo siento, lo siento, lo siento! -repetía con obvia culpa después de haberme restaurado del golpe pero me extrañé al no recibir respuesta- ...¿Huh? -observé bien a la ''persona''- ...A..jajaja... Solo es un maniquí, que gracioso -¿Me disculpé con una cosa inanimada? Ah, que distraída soy, no sé si me estaba riendo porque me pareciera divertido o porque fue algo muy vergonzoso. Al parecer había llegado a una de las tantas tiendas donde se vende ropa en mi alocado trayecto a ciegas.
Diana S. Bennet
Re: La heladera está vacía [Priv. Rena; Ed Elric]
Rumbo al lado más alejado del centro comercial donde se encontraba el supermercado, hacia la izquierda al fondo, era un largo camino por recorrer, pero más allá de que Monodramon quisiera siempre ir por la comida primero, me pareció durante la caminata que era un buen lugar para empezar a buscar lo que necesitábamos, mucho más que la entrada principal. Desde allí podíamos atravesar cada pasillo, visitando todas las góndolas, al menos por esta vez, ya que como era nuestra primera visita aquí, vendría bien una recorrida por todo el lugar para saber ubicarnos en el futuro. Aunque eso sí; Sé que es imposible que sólo quince minutos sean suficientes para ir por cada una de las góndolas, incluso no sé si tendremos tiempo para encontrar lo que nos hace falta. Agh, será mejor que nos apuremos,pensé.
Comencé a apurar el paso a tal punto de que casi corría, veía pasar los estantes a mi derecha con gran rapidez y cada tanto veía una que otra persona. Algunas llevaban sus carros llenos, otros no tanto, incluso logré ve uno que sólo llevaba un canasto con pocos objetos. De seguro vivía cerca de aquí y necesitaba sólo cosas para el día, a diferencia de nosotros que teníamos que comprar al menos para tres o cuatro semanas. Ese sería el tiempo aproximado que nos quedaríamos en el mundo humano, casi un mes entero de supuestas vacaciones. Y lo llamo de esta forma porque según nos dijeron podríamos seguir recibiendo trabajo a pesar de todo, en pocas palabras estábamos como en un estado de guardia.
Por fin llegamos a ese extremo del centro comercial y pudimos ver gran variedad de comida que se encontraban en estantes y refrigeradores por toda la pared, de una punta a la otra.
-Oh, no...
-¿Qué sucede? ¿Está todo en orden?
-No tanto como pensaba, observa -dirigiendo la pantalla del Digivice hacia el frente-. Tendremos que caminar todo eso buscando lo que necesitamos, deben ser como cincuenta metros y con góndolas a ambos lados, nos tardaremos una eternidad. Y no, no podemos llevarnos simplemente todo.
-Ohh... ¡Ya sé! Tengo una idea, pero no creo que me dejes -dijo Monodramon en un tono algo triste.
-Si no me lo dices nunca podré saberlo, además a mí no se me ocurre otra alternativa más que ir por modo convencional.
-Bueno, mira, tenía pensado en...subirme al carrito y mientras tú me empujas, yo... iría tomando lo que necesitamos.
Se lo notaba algo avergonzado, pero no voy a negar que era una buena idea más allá de ser sólo la única que teníamos.
-Mmm, supongo que haremos eso, pero tendremos que tener cuidado con la gente para que no te vean, aprovecharemos que esto está casi vacío. Pero... si queremos hacerlo rápido tendrás que saber qué cosas necesitamos y qué cosas no, por ejemplo tenemos -leyendo la lista-. fideos, arroz, carne, verduras...
-...frutas, pescado, huevos, chocolate, helado, harina, aceite... lo sé, Ed, lo tengo todo acá -dándose pequeños golpesitos en la cabeza con una de sus garras-. Me sé toda la lista de memoria, incluso la marca de los productos, también agregué algunas cosas que faltaban, como... doble ración de helado por si se acaba.
-¿E-eh? ¿Do-doble...?
Es...taba anonadado, ¿desde cuando el podía recordar semejante cantidad de cosas incluyendo las marcas? Y eso que faltaba aún la mitad de la lista de alimentos... ¡Eso es! ¿Será que pudo memorizarlo sólo por ser comida? Estoy casi un noventa por ciento seguro de que esa es la razón. Jaja, vaya, y yo que creía que por fin estaba madurando, qué ingenuo.
A continuación saqué a mi amigo del dispositivo materializándolo sobre el carrito.
-Muy bien, haremos eso entonces. Y toma -sacándome mi abrigo y poniéndoselo a Monodramon.
-Ed, tu abrigo...
-Lo sé, es para que la gente no te vea raro ¿no crees que es una idea genial? Pero no te encariñes tanto que es sólo por esta vez. Ahora ¿listo?
-¡Acelera a toda velocidad!
A decir verdad mi abrigo sobre él quedaba algo gracioso, con la capucha suelta su hocico apenas era visible y las mangas le quedaban grandes haciendo que la tela se doblara y cayera una vez que sus garras terminaban.
Comencé a correr rápidamente a través del pasillo empujando el carro, mientras Monodramon se estiraba hacia los lados automáticamente mientras pasábamos por el producto que buscábamos a la vez que lo nombraba como si repasara la lista mentalmente y fuera tachando el contenido uno por uno.
Aproximadamente a mitad de la carrera casi chocamos con una pareja y un niño el cual también iba subido en el carrito. Por fortuna pude esquivarlo a tiempo, está de más decir que nos quedaron mirando muy raro por unos instantes. Claro, ver a alguien que corre por un supermercado empujando un gran bulto rojo no se ve muy a menudo. Sólo pude gritarles un "¡Lo siento!" a la distancia, no nos daba el tiempo para detenernos por algo como eso.
En cuanto menos lo esperamos habíamos llegado al otro extremo.
-Uff, eso fue intenso.
-¡Lo sé, está muy divertido! Ed, no te canses que aún falta el pasillo siguiente y quién sabe cuántos otros más.
-Jaja ¿y piensas que ya me cansé? Nunca creí que me subestimarías. ¡Vamos!
Otra vez el mismo procedimiento por el otro lado de la góndola una vez que giré hacia la izquierda, a toda velocidad cruzando por todo el lugar, pero esta vez algo más nos esperaba del otro lado.
-¡Ed, un maniquí! ¡Frenaaaaa!
-¡Ahhhhhh!
Clavé mis uno de mis talones en el suelo mientras que con el otro frenaba el carro usando la suela de mi bota apoyada en la rueda trasera. Faltaron apenas centímetros y aquellos maniquíes habrían quedado desechos y desperdigados por todo el suelo al igual que nosotros. Fue pura suerte, pero aquello que nos esperaba ahí no era eso, si no algo mucho más... peculiar.
-Atención, el centro comercial cerrará en diez minutos. Repito, el centro comercial cerrará en diez minutos.
Comencé a apurar el paso a tal punto de que casi corría, veía pasar los estantes a mi derecha con gran rapidez y cada tanto veía una que otra persona. Algunas llevaban sus carros llenos, otros no tanto, incluso logré ve uno que sólo llevaba un canasto con pocos objetos. De seguro vivía cerca de aquí y necesitaba sólo cosas para el día, a diferencia de nosotros que teníamos que comprar al menos para tres o cuatro semanas. Ese sería el tiempo aproximado que nos quedaríamos en el mundo humano, casi un mes entero de supuestas vacaciones. Y lo llamo de esta forma porque según nos dijeron podríamos seguir recibiendo trabajo a pesar de todo, en pocas palabras estábamos como en un estado de guardia.
Por fin llegamos a ese extremo del centro comercial y pudimos ver gran variedad de comida que se encontraban en estantes y refrigeradores por toda la pared, de una punta a la otra.
-Oh, no...
-¿Qué sucede? ¿Está todo en orden?
-No tanto como pensaba, observa -dirigiendo la pantalla del Digivice hacia el frente-. Tendremos que caminar todo eso buscando lo que necesitamos, deben ser como cincuenta metros y con góndolas a ambos lados, nos tardaremos una eternidad. Y no, no podemos llevarnos simplemente todo.
-Ohh... ¡Ya sé! Tengo una idea, pero no creo que me dejes -dijo Monodramon en un tono algo triste.
-Si no me lo dices nunca podré saberlo, además a mí no se me ocurre otra alternativa más que ir por modo convencional.
-Bueno, mira, tenía pensado en...subirme al carrito y mientras tú me empujas, yo... iría tomando lo que necesitamos.
Se lo notaba algo avergonzado, pero no voy a negar que era una buena idea más allá de ser sólo la única que teníamos.
-Mmm, supongo que haremos eso, pero tendremos que tener cuidado con la gente para que no te vean, aprovecharemos que esto está casi vacío. Pero... si queremos hacerlo rápido tendrás que saber qué cosas necesitamos y qué cosas no, por ejemplo tenemos -leyendo la lista-. fideos, arroz, carne, verduras...
-...frutas, pescado, huevos, chocolate, helado, harina, aceite... lo sé, Ed, lo tengo todo acá -dándose pequeños golpesitos en la cabeza con una de sus garras-. Me sé toda la lista de memoria, incluso la marca de los productos, también agregué algunas cosas que faltaban, como... doble ración de helado por si se acaba.
-¿E-eh? ¿Do-doble...?
Es...taba anonadado, ¿desde cuando el podía recordar semejante cantidad de cosas incluyendo las marcas? Y eso que faltaba aún la mitad de la lista de alimentos... ¡Eso es! ¿Será que pudo memorizarlo sólo por ser comida? Estoy casi un noventa por ciento seguro de que esa es la razón. Jaja, vaya, y yo que creía que por fin estaba madurando, qué ingenuo.
A continuación saqué a mi amigo del dispositivo materializándolo sobre el carrito.
-Muy bien, haremos eso entonces. Y toma -sacándome mi abrigo y poniéndoselo a Monodramon.
-Ed, tu abrigo...
-Lo sé, es para que la gente no te vea raro ¿no crees que es una idea genial? Pero no te encariñes tanto que es sólo por esta vez. Ahora ¿listo?
-¡Acelera a toda velocidad!
A decir verdad mi abrigo sobre él quedaba algo gracioso, con la capucha suelta su hocico apenas era visible y las mangas le quedaban grandes haciendo que la tela se doblara y cayera una vez que sus garras terminaban.
Comencé a correr rápidamente a través del pasillo empujando el carro, mientras Monodramon se estiraba hacia los lados automáticamente mientras pasábamos por el producto que buscábamos a la vez que lo nombraba como si repasara la lista mentalmente y fuera tachando el contenido uno por uno.
Aproximadamente a mitad de la carrera casi chocamos con una pareja y un niño el cual también iba subido en el carrito. Por fortuna pude esquivarlo a tiempo, está de más decir que nos quedaron mirando muy raro por unos instantes. Claro, ver a alguien que corre por un supermercado empujando un gran bulto rojo no se ve muy a menudo. Sólo pude gritarles un "¡Lo siento!" a la distancia, no nos daba el tiempo para detenernos por algo como eso.
En cuanto menos lo esperamos habíamos llegado al otro extremo.
-Uff, eso fue intenso.
-¡Lo sé, está muy divertido! Ed, no te canses que aún falta el pasillo siguiente y quién sabe cuántos otros más.
-Jaja ¿y piensas que ya me cansé? Nunca creí que me subestimarías. ¡Vamos!
Otra vez el mismo procedimiento por el otro lado de la góndola una vez que giré hacia la izquierda, a toda velocidad cruzando por todo el lugar, pero esta vez algo más nos esperaba del otro lado.
-¡Ed, un maniquí! ¡Frenaaaaa!
-¡Ahhhhhh!
Clavé mis uno de mis talones en el suelo mientras que con el otro frenaba el carro usando la suela de mi bota apoyada en la rueda trasera. Faltaron apenas centímetros y aquellos maniquíes habrían quedado desechos y desperdigados por todo el suelo al igual que nosotros. Fue pura suerte, pero aquello que nos esperaba ahí no era eso, si no algo mucho más... peculiar.
-Atención, el centro comercial cerrará en diez minutos. Repito, el centro comercial cerrará en diez minutos.
- Tamer & Digimon
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :253Nivel On Rol :UltimateInventario :
Ed Elric
Re: La heladera está vacía [Priv. Rena; Ed Elric]
- Hmm... ¿Deberemos hacer algo con esto? -dejé a Lopmon en el suelo quien solo me miraba con cierta angustia- Hime-sama... no debería preocuparse por eso en estos momentos -estaba tan enfocada observando al maniquí destrozado que no le presté atención a las palabras de Lopmon- ¡Ah! Es como un rompecabezas, parece sencillo, las partes se conectan de esta forma -decía mientras conectaba la mano del maniquí con uno de sus brazos- ¡Vualá! Mira Loppi, ¿No es lindo? Hauuu~ Me dan ganas de llevarmelo a casa... -escuché un suspiro de parte de mi compañera- ...No es el momento... Him... ¡Eh! -le di el brazo para que lo sostuviera, despues le di el torso, el otro brazo y la cabeza apiladas en una especie de torre... solo podía ver las piernas de mi compañera temblando intentando aguantar el peso de todas esas cosas- ¡Tranquila! Voy a arreglar esto en un segundín~
Cuando me emocionaba de esta forma casi puedo asegurar que no haya nada que me detenga, tal y como lo dije, fui armando las piezas de uno por uno hasta hacer que el maniquí estuviese completamente armado tal y como estaba antes de que mi caída lo desarmara casi por completo- Listo, solo falta el vestido que traía puesto... ¿Deberé ponerselo? Por la forma en que están constituido los brazos será dificil... quizás deba desarmarlo por completo, Hmmm... -Lopmon se acercó hacia el vestido que estaba tirado en el suelo y lo tomó para observarlo mejor pero un sonido ''extraño'' hizo que reaccionara y se cubriera con él como una especie de escondite al tiempo que gritaba- ¡Hime-sama, cuidado! -mis ojos pasaron hacia detrás de mi y por poco pego un grito de la impresión, algo se estaba aproximando hacia mi posición a pesar de estar siendo ''cubierta'' por el cuerpo del maniquí que acababa de armar. Todo ocurría tan rapido que no tenía tiempo de alejarme, así que solo me cubrí con mis brazos en una especie de posición defensiva al tiempo que cerraba mis ojos con fuerza pero, cuando los volví a abrir, el sonido había cesado y ese ''algo'' que venía hacia nosotros se detuvo a los pocos segundos de chocar con el maniquí que había armado- Ufff.. eso estuvo cerca, casi Ruki-chan volvía a desarmarse -sonreí con tranquilidad, esto me lo decía a mi misma, pero después me asomé para ver de quien se trataba ese ''meteoro'' que venía a toda velocidad.
No es que me esperara a nadie o nada en particular, pero de todas formas me impresioné un poco al ver que se trataban de ¿Dos niños jugando?- ¿Dejan a un par de niños jugar a estas horas de la noche en un centro comercial? -ladeé la cabeza, digo... yo tampoco me considero muy grande que digamos... ni siquiera he alcanzado la edad optima para ser considerada una ''adulta'' pero bueno, quizás no deba darle muchas vueltas al asunto. De todas formas... ¡Ese niño que está sentado en el carrito es tan lindo!- ¡Que lindura! -me acerqué a él y le abracé- Tu hermanito es tan lindo, y se parecen tanto~ -me separé y lo vi mejor, extrañandome por su extraña nariz, comparándolos- ...O quizás no tanto... -aun extrañada escuché la voz que resonó por todo el centro comercial... ¿Cómo? ¿Enserio solo faltaban 10 minutos?- ¡Lo... lo siento, debo marcharme! -me di la vuelta para tomar a Loppi quien aun se encontraba debajo de ese gran vestido negro que se supone era de Ruki-chan, la maniquí. Tomé el vestido al mismo tiempo que a mi compañera sin descubrirla y corrí a toda prisa hacia la sección de alimentos.
- ¡Puaaj...! Sentía que me ahogaba... -jadeó un poco mi compañera ya con la cabeza fuera del vestido- ¿Está todo bien Hime-sama? Creí haber escuchado algo que en 10 minutos cerraban... -asentí ante sus palabras- Así es, ahora estoy aun mas apurada, ¡No he comenzado ni a buscar los ingredientes! -una gota de sudor le resbaló a Lopmon por detrás de la cabeza- ...¿Aún más apurada, dice?...
Finalmente al llegar a la parte de alimentos comencé a buscar los ingredientes necesarios para la cena de mamá... ¿Que era lo que había que hacer? Creo que había dicho que un estofado, si es así, habría que ir por verduras, carnes y algunos condimentos... pero no esperaba que cuando apenas iba a tomar el primer ingrediente una luz iluminara mi rostro por lo que me obligó a cubrir mi visión con mi brazo- Ahh... ¿Quien es? -abrí un poco mis ojos, la luz fue desviada, se trataba de un guardia de seguridad- Señorita, en cinco minutos el centro cerrará... si aun no termina las compras le recomiendo que se lleve lo que ahora tiene y desalojé el lugar de inmediato, o en otro caso, venga mañana -no podía ir a casa sin nada, o con solo un condimento, intenté hallar una excusa- ¿Eh? Bueno, solo me falta un ingrediente además de estos que tengo -tomé mas de uno al azar- ¿Me deja ir por él? Le prometo que iré a pagar después de obtenerlo -el guardia se lo pensó mucho y después suspiro- Está bien, hagalo rápido... una vez que las puertas han sido cerradas no abrirán hasta el día siguiente -yo sonreí intentando darle confianza y, cuando el guardia se fue, suspiré- ¿Ha escuchado eso Hime-sama? Creo que lo mejor es irnos de una vez -ante sus palabras, negué rapido con la cabeza- ¡No! No puedo ir a casa de esta forma, mi mamá me castigara y no me dejará salir de casa por años... ¡La conozco! -intenté relajarme, Lopmon me miraba con angustia- Voy a terminar las compras, es eso o me quedaré aquí hasta mañana -dejé el vestido a un lado al igual que a Lopmon quien solo me miró alejarme- ¡E-Espere, Hime-sama, no me deje! -corrió hacia mi, siguiendome- A veces no logro comprender su forma de pensar...
Por suerte en mi recorrer pasé cerca de donde se encontraban esas canastas pequeñas para aquellas personas que no iban a comprar demasiado y no hacía falta llevar el carrito de compras completo. Tomé una y fui depositando los ingredientes como los iba encontrando pero de repente, en mi caminar, me detuve haciendo que Loppi se tropezara conmigo- Q-¿Que ocurre...? -fruncí leve el ceño y tomé al digimon detrás de mi al mismo tiempo que me escondía dentro del vestidor de damas. La luz de la linterna de los guardias iba pasando por la zona de un lado a otro pero al final se apagó- Parece que ya no hay nadie, los ultimos compradores se han ido -le dijo uno de ellos a su compañero- Jajaja, que alivio que este día ya se ha acabado, ya es hora de irnos -me encontraba cubriendo la boca de Lopmon esperando a que los guardias se fueran, fue ahí cuando la solté- ¿Ya irán a cerrar?... -en cuanto dije esto, unos segundos después, las luces comenzaron a apagarse casi por completo...
Cuando me emocionaba de esta forma casi puedo asegurar que no haya nada que me detenga, tal y como lo dije, fui armando las piezas de uno por uno hasta hacer que el maniquí estuviese completamente armado tal y como estaba antes de que mi caída lo desarmara casi por completo- Listo, solo falta el vestido que traía puesto... ¿Deberé ponerselo? Por la forma en que están constituido los brazos será dificil... quizás deba desarmarlo por completo, Hmmm... -Lopmon se acercó hacia el vestido que estaba tirado en el suelo y lo tomó para observarlo mejor pero un sonido ''extraño'' hizo que reaccionara y se cubriera con él como una especie de escondite al tiempo que gritaba- ¡Hime-sama, cuidado! -mis ojos pasaron hacia detrás de mi y por poco pego un grito de la impresión, algo se estaba aproximando hacia mi posición a pesar de estar siendo ''cubierta'' por el cuerpo del maniquí que acababa de armar. Todo ocurría tan rapido que no tenía tiempo de alejarme, así que solo me cubrí con mis brazos en una especie de posición defensiva al tiempo que cerraba mis ojos con fuerza pero, cuando los volví a abrir, el sonido había cesado y ese ''algo'' que venía hacia nosotros se detuvo a los pocos segundos de chocar con el maniquí que había armado- Ufff.. eso estuvo cerca, casi Ruki-chan volvía a desarmarse -sonreí con tranquilidad, esto me lo decía a mi misma, pero después me asomé para ver de quien se trataba ese ''meteoro'' que venía a toda velocidad.
No es que me esperara a nadie o nada en particular, pero de todas formas me impresioné un poco al ver que se trataban de ¿Dos niños jugando?- ¿Dejan a un par de niños jugar a estas horas de la noche en un centro comercial? -ladeé la cabeza, digo... yo tampoco me considero muy grande que digamos... ni siquiera he alcanzado la edad optima para ser considerada una ''adulta'' pero bueno, quizás no deba darle muchas vueltas al asunto. De todas formas... ¡Ese niño que está sentado en el carrito es tan lindo!- ¡Que lindura! -me acerqué a él y le abracé- Tu hermanito es tan lindo, y se parecen tanto~ -me separé y lo vi mejor, extrañandome por su extraña nariz, comparándolos- ...O quizás no tanto... -aun extrañada escuché la voz que resonó por todo el centro comercial... ¿Cómo? ¿Enserio solo faltaban 10 minutos?- ¡Lo... lo siento, debo marcharme! -me di la vuelta para tomar a Loppi quien aun se encontraba debajo de ese gran vestido negro que se supone era de Ruki-chan, la maniquí. Tomé el vestido al mismo tiempo que a mi compañera sin descubrirla y corrí a toda prisa hacia la sección de alimentos.
- ¡Puaaj...! Sentía que me ahogaba... -jadeó un poco mi compañera ya con la cabeza fuera del vestido- ¿Está todo bien Hime-sama? Creí haber escuchado algo que en 10 minutos cerraban... -asentí ante sus palabras- Así es, ahora estoy aun mas apurada, ¡No he comenzado ni a buscar los ingredientes! -una gota de sudor le resbaló a Lopmon por detrás de la cabeza- ...¿Aún más apurada, dice?...
Finalmente al llegar a la parte de alimentos comencé a buscar los ingredientes necesarios para la cena de mamá... ¿Que era lo que había que hacer? Creo que había dicho que un estofado, si es así, habría que ir por verduras, carnes y algunos condimentos... pero no esperaba que cuando apenas iba a tomar el primer ingrediente una luz iluminara mi rostro por lo que me obligó a cubrir mi visión con mi brazo- Ahh... ¿Quien es? -abrí un poco mis ojos, la luz fue desviada, se trataba de un guardia de seguridad- Señorita, en cinco minutos el centro cerrará... si aun no termina las compras le recomiendo que se lleve lo que ahora tiene y desalojé el lugar de inmediato, o en otro caso, venga mañana -no podía ir a casa sin nada, o con solo un condimento, intenté hallar una excusa- ¿Eh? Bueno, solo me falta un ingrediente además de estos que tengo -tomé mas de uno al azar- ¿Me deja ir por él? Le prometo que iré a pagar después de obtenerlo -el guardia se lo pensó mucho y después suspiro- Está bien, hagalo rápido... una vez que las puertas han sido cerradas no abrirán hasta el día siguiente -yo sonreí intentando darle confianza y, cuando el guardia se fue, suspiré- ¿Ha escuchado eso Hime-sama? Creo que lo mejor es irnos de una vez -ante sus palabras, negué rapido con la cabeza- ¡No! No puedo ir a casa de esta forma, mi mamá me castigara y no me dejará salir de casa por años... ¡La conozco! -intenté relajarme, Lopmon me miraba con angustia- Voy a terminar las compras, es eso o me quedaré aquí hasta mañana -dejé el vestido a un lado al igual que a Lopmon quien solo me miró alejarme- ¡E-Espere, Hime-sama, no me deje! -corrió hacia mi, siguiendome- A veces no logro comprender su forma de pensar...
Por suerte en mi recorrer pasé cerca de donde se encontraban esas canastas pequeñas para aquellas personas que no iban a comprar demasiado y no hacía falta llevar el carrito de compras completo. Tomé una y fui depositando los ingredientes como los iba encontrando pero de repente, en mi caminar, me detuve haciendo que Loppi se tropezara conmigo- Q-¿Que ocurre...? -fruncí leve el ceño y tomé al digimon detrás de mi al mismo tiempo que me escondía dentro del vestidor de damas. La luz de la linterna de los guardias iba pasando por la zona de un lado a otro pero al final se apagó- Parece que ya no hay nadie, los ultimos compradores se han ido -le dijo uno de ellos a su compañero- Jajaja, que alivio que este día ya se ha acabado, ya es hora de irnos -me encontraba cubriendo la boca de Lopmon esperando a que los guardias se fueran, fue ahí cuando la solté- ¿Ya irán a cerrar?... -en cuanto dije esto, unos segundos después, las luces comenzaron a apagarse casi por completo...
Diana S. Bennet
Re: La heladera está vacía [Priv. Rena; Ed Elric]
La distancia que había entre la parte delantera del carro de metal y el maniquí no superaba siquiera el ancho de una persona, no llegaba ni a medio metro. En conclusión, fue una mezcla de suerte y la reacción a tiempo lo que no permitió que el accidente ocurriera. No me imagino los daños que hubiéramos causado por causa de un choque al no fijarme bien el camino, pero luego de ver una pared de vidrio un poco más adelante de nosotros, me daba una idea. Veía imágenes de aquel cristal roto, trozos por todo el lugar y, por supuesto, nosotros como culpables mientras algún encargado del centro comercial nos regañaba por semejante desastre. Sin dudas es un alivio que en realidad no ocurrió nada grave, todo por culpa de un maniquí en medio del camino... un momento, nunca me detuve a ver en donde estaba ese muñeco en realidad. Por supuesto que estaba en medio del camino, pero ¿qué hacía ahí? Es obvio que interrumpe a cualquiera que pase por aquí. Bueno, es cierto que nosotros veníamos algo deprisa, pero ¡hey! Ese no es el punto.
-¿A quién se le ocurrió atravesar esto en medio del pasillo? -acercándome hacia el maniquí para moverlo del lugar-. Sin duda es un idio...
-Eso, Ed, deberías sacarlo de ahí para evitar que alguien más se lastime, lo rompa o algo... Oye, Ed, oye ¿qué ocurre?
Hubiera preferido que aquello cobrara vida o que se tratase de alguien malvado, de algún Digimon poderoso, por ejemplo. Sí, incluso a veces es preferible enfrentarse a alguien que representa un gran peligro antes de encontrarse con una niña en un supermercado, a diez minutos antes de que este cierre, habiendo un dragón morado en tu carro de compras. Maldición, debería haberme fijado antes, pensé. Ya era demasiado tarde para sacar mi Digivice y meter a Monodramon dentro, incluso sería demasiado sospechoso. Si hubiese sido una pequeña niña incluso podía haberle hecho creer que sólo era un juego, pero sin dudas la que estaba al frente mío, no iba a caer en esa trampa.
-Ed ¿qué te ocurre? ¡Ed!
Dirigí una fría mirada hacia mi compañero con el ceño levemente fruncido, por suerte, luego de mucho tiempo de haber estado juntos, podíamos comunicarnos el uno con el otro prácticamente sin decir una palabra, algunas veces sólo eran necesarias señas, o en este caso miradas, para dar a conocer lo que sucedía de una manera más rápida. Monodramon entendió que algo había, por lo que luego de mirarme con sus ojos cubiertos por la sombra de la capucha, agachó la cabeza y se acomodó de manera que el abrigo pareciera que le quedara más grande aún. Se quedó inmóvil. Esperaba que estuviera pensando cómo actuar en caso de que yo no pudiera cubrirlo o distraer a aquella niña. Por desgracia no pudimos hacer mucho al respecto, cuando ella se acercó hacia nosotros y de inmediato se desvió a Monodramon abrazándolo sin mucha premeditación, sólo lo hizo. Me limitaba a mirar desde cierta distancia mientras me decía: Quédate quieto, no te muevas... Me sentía muy nervioso e incapaz de hacer algo para detenerla o para que le prestara atención a otra cosa, incluso me sorprendió aún más que se separara para mirarlo más detalladamente. Ese fue el punto en el que decidí intervenir, si no tenía algo planeado entonces improvisaría con lo primero que se me cruzara en la mente. Así que tragué en seco y comencé a caminar para ponerme adelante de mi "hermano", según aquella niña. Aun no sé qué es lo que nos vio de parecidos, pero podía suponer que se trataba de alguien muy pequeña o que sin dudas necesitaba lentes. Creo que no es normal que me comparen a un Digimon.
-Bueno... en realidad el es mi pri...
Antes de que llegara a terminar de decir algo, ella se disculpó y se retiró rápidamente por donde había venido. Otra vez me quedé inmóvil a mitad de camino por unos momentos, hasta que pude darme cuenta de lo que había ocurrido. Una vez finalizado ese tiempo, suspiramos aliviados junto con Monodramon al mismo tiempo, mientras agachábamos la cabeza.
Mi amigo se enderezó en el carro y se corrió la capucha hacia atrás, ahora podía verle su rostro casi por completo, se lo veía algo sorprendido más allá de que no se mostraba ninguna expresión significativa en su rostro. De cierta forma como yo, asombrado por no entender la situación.
-Vaya...
-De verdad estuvo cerca ¿no, amigo?
-¿En serio somos parecidos? -sonriendo.
-¡¿De qué estás hablando?! ¡Claro que no lo somos. Deberías preocuparte más en qué harás si te descubren y no en eso!
-Ohh... pero yo pensaba que... -con todo triste.
-Somos parecidos... pero en el fondo. Por eso es que somos compañeros jaja -poniéndome a su lado para darle palmadas en la cabeza-. Ahora, andando, que no nos queda mucho tiempo. Tenemos los suficiente para comer algo hoy, así que volvamos a casa, regresaremos mañana temprano para comprar lo que resta.
-¡Dijiste que somos parecidos!
-Dije que andando. -tomando el carro y empujándolo entre las góndolas.
-Ed...
Caminé por un par de minutos en dirección a las cajas para pagar por los productos, no sin antes detenerme para regresar a Monodramon dentro del Digivice luego de haberme fijado si no había alguien más viendo. Después de lo de aquella niña, sería vergonzoso que alguien nos descubriera por no mirar hacia los lados, por un simple descuido. Luego de eso, puse mi abrigo sobre uno de los lados del carro y continué caminando. Al llegar, una muchacha no mucho mayor que yo esperaba en la única caja que estaba habilitada a estas horas, la número tres.
-Es el último cliente del día y justo sobre la hora.
-Lo... lo siento, es que recién llego de un viaje y tenía que comprar algo de comer al menos para esta noche.
-Ya entiendo, se acaba de mudar y no sabe de los horarios.
-N-no, es que en realidad no suelo venir seguido aquí. No volverá a ocurrir -rascándome la parte trasera de la cabeza.
-Espero que así sea.
Una vez pagado todo, tomé la salida más cercana a mi derecha, por otro conjunto de puertas corredizas y miré una última vez hacia atrás, viendo cómo las luces del fondo comenzaban a apagarse lentamente una tras otra.
-¿A quién se le ocurrió atravesar esto en medio del pasillo? -acercándome hacia el maniquí para moverlo del lugar-. Sin duda es un idio...
-Eso, Ed, deberías sacarlo de ahí para evitar que alguien más se lastime, lo rompa o algo... Oye, Ed, oye ¿qué ocurre?
Hubiera preferido que aquello cobrara vida o que se tratase de alguien malvado, de algún Digimon poderoso, por ejemplo. Sí, incluso a veces es preferible enfrentarse a alguien que representa un gran peligro antes de encontrarse con una niña en un supermercado, a diez minutos antes de que este cierre, habiendo un dragón morado en tu carro de compras. Maldición, debería haberme fijado antes, pensé. Ya era demasiado tarde para sacar mi Digivice y meter a Monodramon dentro, incluso sería demasiado sospechoso. Si hubiese sido una pequeña niña incluso podía haberle hecho creer que sólo era un juego, pero sin dudas la que estaba al frente mío, no iba a caer en esa trampa.
-Ed ¿qué te ocurre? ¡Ed!
Dirigí una fría mirada hacia mi compañero con el ceño levemente fruncido, por suerte, luego de mucho tiempo de haber estado juntos, podíamos comunicarnos el uno con el otro prácticamente sin decir una palabra, algunas veces sólo eran necesarias señas, o en este caso miradas, para dar a conocer lo que sucedía de una manera más rápida. Monodramon entendió que algo había, por lo que luego de mirarme con sus ojos cubiertos por la sombra de la capucha, agachó la cabeza y se acomodó de manera que el abrigo pareciera que le quedara más grande aún. Se quedó inmóvil. Esperaba que estuviera pensando cómo actuar en caso de que yo no pudiera cubrirlo o distraer a aquella niña. Por desgracia no pudimos hacer mucho al respecto, cuando ella se acercó hacia nosotros y de inmediato se desvió a Monodramon abrazándolo sin mucha premeditación, sólo lo hizo. Me limitaba a mirar desde cierta distancia mientras me decía: Quédate quieto, no te muevas... Me sentía muy nervioso e incapaz de hacer algo para detenerla o para que le prestara atención a otra cosa, incluso me sorprendió aún más que se separara para mirarlo más detalladamente. Ese fue el punto en el que decidí intervenir, si no tenía algo planeado entonces improvisaría con lo primero que se me cruzara en la mente. Así que tragué en seco y comencé a caminar para ponerme adelante de mi "hermano", según aquella niña. Aun no sé qué es lo que nos vio de parecidos, pero podía suponer que se trataba de alguien muy pequeña o que sin dudas necesitaba lentes. Creo que no es normal que me comparen a un Digimon.
-Bueno... en realidad el es mi pri...
Antes de que llegara a terminar de decir algo, ella se disculpó y se retiró rápidamente por donde había venido. Otra vez me quedé inmóvil a mitad de camino por unos momentos, hasta que pude darme cuenta de lo que había ocurrido. Una vez finalizado ese tiempo, suspiramos aliviados junto con Monodramon al mismo tiempo, mientras agachábamos la cabeza.
Mi amigo se enderezó en el carro y se corrió la capucha hacia atrás, ahora podía verle su rostro casi por completo, se lo veía algo sorprendido más allá de que no se mostraba ninguna expresión significativa en su rostro. De cierta forma como yo, asombrado por no entender la situación.
-Vaya...
-De verdad estuvo cerca ¿no, amigo?
-¿En serio somos parecidos? -sonriendo.
-¡¿De qué estás hablando?! ¡Claro que no lo somos. Deberías preocuparte más en qué harás si te descubren y no en eso!
-Ohh... pero yo pensaba que... -con todo triste.
-Somos parecidos... pero en el fondo. Por eso es que somos compañeros jaja -poniéndome a su lado para darle palmadas en la cabeza-. Ahora, andando, que no nos queda mucho tiempo. Tenemos los suficiente para comer algo hoy, así que volvamos a casa, regresaremos mañana temprano para comprar lo que resta.
-¡Dijiste que somos parecidos!
-Dije que andando. -tomando el carro y empujándolo entre las góndolas.
-Ed...
Caminé por un par de minutos en dirección a las cajas para pagar por los productos, no sin antes detenerme para regresar a Monodramon dentro del Digivice luego de haberme fijado si no había alguien más viendo. Después de lo de aquella niña, sería vergonzoso que alguien nos descubriera por no mirar hacia los lados, por un simple descuido. Luego de eso, puse mi abrigo sobre uno de los lados del carro y continué caminando. Al llegar, una muchacha no mucho mayor que yo esperaba en la única caja que estaba habilitada a estas horas, la número tres.
-Es el último cliente del día y justo sobre la hora.
-Lo... lo siento, es que recién llego de un viaje y tenía que comprar algo de comer al menos para esta noche.
-Ya entiendo, se acaba de mudar y no sabe de los horarios.
-N-no, es que en realidad no suelo venir seguido aquí. No volverá a ocurrir -rascándome la parte trasera de la cabeza.
-Espero que así sea.
Una vez pagado todo, tomé la salida más cercana a mi derecha, por otro conjunto de puertas corredizas y miré una última vez hacia atrás, viendo cómo las luces del fondo comenzaban a apagarse lentamente una tras otra.
Última edición por Ed Elric el Mar Ago 26, 2014 5:37 pm, editado 2 veces
- Tamer & Digimon
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :253Nivel On Rol :UltimateInventario :
Ed Elric
Re: La heladera está vacía [Priv. Rena; Ed Elric]
Apoyé mi cabeza sobre la pared y cerré mis ojos en un intento de relajarme. Habían tantas cosas pasando por mi cabeza, ¿¡Cómo se me pudo haber ocurrido tal tontería!? ¿Quedarme encerrada en el centro comercial? Digo, no es como si me dé miedo quedarme atrapada toda una noche en un lugar grande como este -o espero que este sentimiento que no deja de molestarme no se trate de ''miedo'' ni nada parecido- pero sin duda ha sido algo tonta considerando la razón o excusa que he usado. ¿Que no quería que mi madre me regañara por no llevar los alimentos? ¡Tan solo debo esperar a llegar hasta al día siguiente! No puedo llegar a casa después de la hora de la cena sin que mis padres me suelten un sermón vergonzoso que prefiero no mencionar, en cuanto ocurra lo que pasará sé que estaré castigada durante meses sin poder ver la luz del día.
- Já, como si permitiera que me hicieran eso -murmuré, sin darme cuenta que lo decía en voz alta.
- ¿Eh? ¿Permitir qué, Hime-sama?
Le contesté a mi compañera el típico ''Nada, nada...'' no sin antes quejarme en mis adentros por mis despistes. Esperaba que eso no volviera a suceder, aunque Lopmon fuera alguien obediente y sensata a tal grado de guardar silencio cuando sabe que eso es lo que quiero, tambien sabe cuando estoy ocultando algo o diciendo una mentira; no puedo decir que eso sea algo muy bueno pero tampoco puedo negar que en muchas veces me ha salvado la vida por ese ''sexto sentido'' que tiene, y aunque me cueste decirselo a la cara, ella sabe que lo aprecio mucho.
En cuanto los guardias se fueron supe que era hora de continuar con nuestros mandados; me coloqué a Lopmon sobre la boina de mi cabeza, tomé la canasta y salí del vestidor sin hacer mucho ruido.
- ¿Crees que esos guardias estén rondando toda la noche? Será algo incomodo pasar la noche con dos o más de ellos siguiendonos -comentó Lopmon, sabía yo que lo que intentaba hacer era hacer que me retractara, pero aunque en verdad fuera muy efectivo por mi lado mas razonal, tambien había algo más que me impedía hacer eso: el orgullo.
- No lo creo, después de hacer la primera inspección creo que ellos tienen un cuarto especial donde pueden ver la tele o pasar la noche haciendo cosas que solo hacen los guardias, como comer rosquillas y beber café, no lo sé.
Lopmon arqueó la ceja ante mi ingenua deducción y suspiró exhausta.
Continuamos con los mandados, si bien no los ibamos a pagar ahora porque era lo más obvio -al menos claro que terminaramos estos antes de que cerraran por completo el centro comercial, cosa que dudo mucho- lo mejor era tener ya las cosas contadas para cuando abran mañana. Ya podía imaginarme la cara de los vendedores cuando me vean y piensen ''¿En que momento llegó esta niña?'' ¡Será muy divertido!
Las luces aun no terminaban de apagarse por completo, solo las que estaban más en el fondo. Cuando estabamos pasando por las tiendas de electrodomésticos, ubicado en la zona media del centro comercial cuyas luces ya estaban tambien empezando a apagarse, Lopmon logró captar un sonido.
- ¿Sucede algo?
- Huh... No estoy segura, creo que escuché algo así como... electricidad.
¿''Electricidad''? Eso podía ser peligroso, pero tampoco creía que fuera eso, seguramente Lopmon estaba siendo afectada por el suelo, y...
- ¿Eh? ¿Viste eso, Loppi?
- No vi nada... ¿Que fue?
- Parecía una sombra... era rápida y pequeña.
Me puse a conectar el rompecabezas: Sombra pequeña y rápida, lugar de electrodomesticos, corto circuito... ¡Esto sin duda debería tratarse de un escurridizo y travieso digimon que ha venido por mal camino!
- Y va directo a su trampa... -murmuré, formando una maliciosa sonrisa.
- ...¿Directo a qué, dice? -arqueó la ceja.
- Eh... Na- -negué con la cabeza- ¿No logras reconocerlo, Lopmon? ¡Esto sin duda debe tratarse de un digimon!
- ...¿Un digimon? -tornó los ojos, desviando la mirada- Ehh... No lo sé, Hime-sama, si se tratara de un digimon salvaje creo que lo sentiría, ¿No?
- Ya es de noche y no dormiste bien por estar pendiente de mis horarios matutinos, seguramente tu ''instinto de detector digimon'' no funciona correctamente.
- ...¿''Instinto de detector digi-...? ¡Ah! -Lopmon se sujetó de mi boina con fuerza después de que comenzase a correr sin previo aviso- ¿¡Porque tanta prisa, Hime-sama!?
- ¡Volví a ver la sombra, no está muy lejos de aquí! ¡Sujetate fuerte!
La sombra era increíblemente ágil y rápida, ni de chiste podría alcanzarla y eso era algo frustrante, lo peor de todo es que me había tenido rondando por la zona de electrodomesticos un buen rato, ¿Se estaría intentando burlar de mi?
- Esto no va a funcionar... -me detuve y llevé mi mano a mi barbilla.
- ¿Lo ve, Hime-sama? -suspiró con gran alivio, pues sus brazos dolían de tanto sostenerse- Si me permite opinar, creo que la que está siendo afectada por el sueño es uste- -tomé a Lopmon y la dejé en el suelo- ¿Ahora que pasa?
- Quedate aquí Loppi, no tardaré mucho -comencé a caminar, buscando la sombra.
- ¿Eh? ... ¡Hime-sama, espere!
- ¡Ahí está! -fui corriendo en camino hacia ella.
- ¡HIME...! Agh... -suspiró y se dejó caer de espaldas al suelo- Esta Rena... nunca me escucha, a veces siento que estoy hablando con la pared... -intentó mantenerse en silencio para calmarse un poco, pero ese silencio fue suficiente para ayudarla a escuchar algo en particular- ¿Hm?
Lopmon se levantó, siguiendo el ruido, hasta que halló justo en el área de cableado un montón de estos cables roídos.
- Así que esto era lo que provocaba el sonido a ''electricidad''... -se quedó en silencio unos instantes- ... Oh no...
Tal como lo esperaba, mi velocidad no se comparaba ni un poco a la velocidad de ese pequeño digimon que se alejaba más y más. Éste se estaba aproximando a la zona mas cercana a las cajas registradoras y puertas, por lo tanto, estabamos por entrar a ''la zona con luz''.
- Es ahora o nunca -sonreí de lado, activando las barras de Digicore en mi mano- ¡DigiSpirit!
Antes de pasar a la zona del centro comercial donde las luces aún yacían tenues pero encendias, mi cuerpo ya había adoptado la forma de mi DigiSpirit Rookie: Mikemon. De esta forma estaba segura que podría compararme mucho mejor a la veloccidad de este pequeño escurridizo que ya estaba comenzando a ver como a una presa.
- Me pregunto que clase de digimon serás... ¡Eh, espera...! -el digimon, aprovechando su pequeño tamaño a comparación del mío, pasó por debajo de un puesto de ropa donde sin querer arrancó una playera que antes estaba, seguramente, mal sostenida- ¡Que listo! ¿Así que quieres mantener tu apariencia anónima? Esto es más interesante~
Rodeé el puesto y seguí mi camino en busca del digimon. Gracias a la prenda sobre él, su velocidad estaba comenzando a compararse más a la mía por lo que no tardaría mucho en alcanzarlo -si es que no me cansaba antes, este pequeño sin duda tenía mejores energías que las mías-
No me había dado cuenta cuanta distancia habíamos recorrido desde entonces, cuando volví a prestar atención a mi alrededor ya habíamos pasado de largo las cajas registradoras -era un milagro que nadie nos hubiese visto- pero si no lo atrapaba rápido seguramente aprovecharía las puertas corredizas para escapar.
- ¡No puedo permitir eso, amigo! ¡Ahí te voy!
A los pocos metros de la salida, me impulsé con mis patas traseras a un salto hacia delante, logrando finalmente atrapar la playera que el digimon arrastraba consigo y usandola como un saco para evitar que se escapara.
- ¿Quien diría que tu intento de anonimato acabaría siendo tu jaula? ¡Eres mío! -reí entre dientes, me estaba metiendo sin querer en un papel de juego escapandome de la realidad -como casi siempre-. Metí mi zarpa dentro de la playera y, de cambio, recibí un mordisco- ¡AUCH! -debido al dolor solté la ropa sin pensar, dejandome finalmente ver que mi presa se trataba solo de...- ¿Un ratón?
El ratón volvió a morder mi dedo, provocando esta vez que lo soltara y le permitiera huir en paz de una vez por todas. No hace falta decir que esto había sido algo más que desilusionante, mis ánimos se habían desvanecido casi por completo y ahora me sentía como una verdadera tonta.
- Pero en que situación me metí... -suspiré- Espero que Loppi no se ría de mi cuando me ve...a... -alcé la mirada y vi a un chico justo frente de las puertas corredizas. Casi podía jurar que se trataba del mismo chico que me encontré hace unos momentos, pero no creía que se tratara de él porque ya no veía a su hermano con él- E...jejeje... ¿Meow? -sonreí forzadamente. Bajé las orejas innatamente y di un par de pasos hacia atrás antes de darme por completo la vuelta y echarme a correr hacia el interior de la tienda. Por fortuna el apagado de luces ya había alcanzado incluso la zona de las cajas registradoras ¡Me sentía mas segura!
- Já, como si permitiera que me hicieran eso -murmuré, sin darme cuenta que lo decía en voz alta.
- ¿Eh? ¿Permitir qué, Hime-sama?
Le contesté a mi compañera el típico ''Nada, nada...'' no sin antes quejarme en mis adentros por mis despistes. Esperaba que eso no volviera a suceder, aunque Lopmon fuera alguien obediente y sensata a tal grado de guardar silencio cuando sabe que eso es lo que quiero, tambien sabe cuando estoy ocultando algo o diciendo una mentira; no puedo decir que eso sea algo muy bueno pero tampoco puedo negar que en muchas veces me ha salvado la vida por ese ''sexto sentido'' que tiene, y aunque me cueste decirselo a la cara, ella sabe que lo aprecio mucho.
En cuanto los guardias se fueron supe que era hora de continuar con nuestros mandados; me coloqué a Lopmon sobre la boina de mi cabeza, tomé la canasta y salí del vestidor sin hacer mucho ruido.
- ¿Crees que esos guardias estén rondando toda la noche? Será algo incomodo pasar la noche con dos o más de ellos siguiendonos -comentó Lopmon, sabía yo que lo que intentaba hacer era hacer que me retractara, pero aunque en verdad fuera muy efectivo por mi lado mas razonal, tambien había algo más que me impedía hacer eso: el orgullo.
- No lo creo, después de hacer la primera inspección creo que ellos tienen un cuarto especial donde pueden ver la tele o pasar la noche haciendo cosas que solo hacen los guardias, como comer rosquillas y beber café, no lo sé.
Lopmon arqueó la ceja ante mi ingenua deducción y suspiró exhausta.
Continuamos con los mandados, si bien no los ibamos a pagar ahora porque era lo más obvio -al menos claro que terminaramos estos antes de que cerraran por completo el centro comercial, cosa que dudo mucho- lo mejor era tener ya las cosas contadas para cuando abran mañana. Ya podía imaginarme la cara de los vendedores cuando me vean y piensen ''¿En que momento llegó esta niña?'' ¡Será muy divertido!
Las luces aun no terminaban de apagarse por completo, solo las que estaban más en el fondo. Cuando estabamos pasando por las tiendas de electrodomésticos, ubicado en la zona media del centro comercial cuyas luces ya estaban tambien empezando a apagarse, Lopmon logró captar un sonido.
- ¿Sucede algo?
- Huh... No estoy segura, creo que escuché algo así como... electricidad.
¿''Electricidad''? Eso podía ser peligroso, pero tampoco creía que fuera eso, seguramente Lopmon estaba siendo afectada por el suelo, y...
- ¿Eh? ¿Viste eso, Loppi?
- No vi nada... ¿Que fue?
- Parecía una sombra... era rápida y pequeña.
Me puse a conectar el rompecabezas: Sombra pequeña y rápida, lugar de electrodomesticos, corto circuito... ¡Esto sin duda debería tratarse de un escurridizo y travieso digimon que ha venido por mal camino!
- Y va directo a su trampa... -murmuré, formando una maliciosa sonrisa.
- ...¿Directo a qué, dice? -arqueó la ceja.
- Eh... Na- -negué con la cabeza- ¿No logras reconocerlo, Lopmon? ¡Esto sin duda debe tratarse de un digimon!
- ...¿Un digimon? -tornó los ojos, desviando la mirada- Ehh... No lo sé, Hime-sama, si se tratara de un digimon salvaje creo que lo sentiría, ¿No?
- Ya es de noche y no dormiste bien por estar pendiente de mis horarios matutinos, seguramente tu ''instinto de detector digimon'' no funciona correctamente.
- ...¿''Instinto de detector digi-...? ¡Ah! -Lopmon se sujetó de mi boina con fuerza después de que comenzase a correr sin previo aviso- ¿¡Porque tanta prisa, Hime-sama!?
- ¡Volví a ver la sombra, no está muy lejos de aquí! ¡Sujetate fuerte!
La sombra era increíblemente ágil y rápida, ni de chiste podría alcanzarla y eso era algo frustrante, lo peor de todo es que me había tenido rondando por la zona de electrodomesticos un buen rato, ¿Se estaría intentando burlar de mi?
- Esto no va a funcionar... -me detuve y llevé mi mano a mi barbilla.
- ¿Lo ve, Hime-sama? -suspiró con gran alivio, pues sus brazos dolían de tanto sostenerse- Si me permite opinar, creo que la que está siendo afectada por el sueño es uste- -tomé a Lopmon y la dejé en el suelo- ¿Ahora que pasa?
- Quedate aquí Loppi, no tardaré mucho -comencé a caminar, buscando la sombra.
- ¿Eh? ... ¡Hime-sama, espere!
- ¡Ahí está! -fui corriendo en camino hacia ella.
- ¡HIME...! Agh... -suspiró y se dejó caer de espaldas al suelo- Esta Rena... nunca me escucha, a veces siento que estoy hablando con la pared... -intentó mantenerse en silencio para calmarse un poco, pero ese silencio fue suficiente para ayudarla a escuchar algo en particular- ¿Hm?
Lopmon se levantó, siguiendo el ruido, hasta que halló justo en el área de cableado un montón de estos cables roídos.
- Así que esto era lo que provocaba el sonido a ''electricidad''... -se quedó en silencio unos instantes- ... Oh no...
Tal como lo esperaba, mi velocidad no se comparaba ni un poco a la velocidad de ese pequeño digimon que se alejaba más y más. Éste se estaba aproximando a la zona mas cercana a las cajas registradoras y puertas, por lo tanto, estabamos por entrar a ''la zona con luz''.
- Es ahora o nunca -sonreí de lado, activando las barras de Digicore en mi mano- ¡DigiSpirit!
Antes de pasar a la zona del centro comercial donde las luces aún yacían tenues pero encendias, mi cuerpo ya había adoptado la forma de mi DigiSpirit Rookie: Mikemon. De esta forma estaba segura que podría compararme mucho mejor a la veloccidad de este pequeño escurridizo que ya estaba comenzando a ver como a una presa.
- Me pregunto que clase de digimon serás... ¡Eh, espera...! -el digimon, aprovechando su pequeño tamaño a comparación del mío, pasó por debajo de un puesto de ropa donde sin querer arrancó una playera que antes estaba, seguramente, mal sostenida- ¡Que listo! ¿Así que quieres mantener tu apariencia anónima? Esto es más interesante~
Rodeé el puesto y seguí mi camino en busca del digimon. Gracias a la prenda sobre él, su velocidad estaba comenzando a compararse más a la mía por lo que no tardaría mucho en alcanzarlo -si es que no me cansaba antes, este pequeño sin duda tenía mejores energías que las mías-
No me había dado cuenta cuanta distancia habíamos recorrido desde entonces, cuando volví a prestar atención a mi alrededor ya habíamos pasado de largo las cajas registradoras -era un milagro que nadie nos hubiese visto- pero si no lo atrapaba rápido seguramente aprovecharía las puertas corredizas para escapar.
- ¡No puedo permitir eso, amigo! ¡Ahí te voy!
A los pocos metros de la salida, me impulsé con mis patas traseras a un salto hacia delante, logrando finalmente atrapar la playera que el digimon arrastraba consigo y usandola como un saco para evitar que se escapara.
- ¿Quien diría que tu intento de anonimato acabaría siendo tu jaula? ¡Eres mío! -reí entre dientes, me estaba metiendo sin querer en un papel de juego escapandome de la realidad -como casi siempre-. Metí mi zarpa dentro de la playera y, de cambio, recibí un mordisco- ¡AUCH! -debido al dolor solté la ropa sin pensar, dejandome finalmente ver que mi presa se trataba solo de...- ¿Un ratón?
El ratón volvió a morder mi dedo, provocando esta vez que lo soltara y le permitiera huir en paz de una vez por todas. No hace falta decir que esto había sido algo más que desilusionante, mis ánimos se habían desvanecido casi por completo y ahora me sentía como una verdadera tonta.
- Pero en que situación me metí... -suspiré- Espero que Loppi no se ría de mi cuando me ve...a... -alcé la mirada y vi a un chico justo frente de las puertas corredizas. Casi podía jurar que se trataba del mismo chico que me encontré hace unos momentos, pero no creía que se tratara de él porque ya no veía a su hermano con él- E...jejeje... ¿Meow? -sonreí forzadamente. Bajé las orejas innatamente y di un par de pasos hacia atrás antes de darme por completo la vuelta y echarme a correr hacia el interior de la tienda. Por fortuna el apagado de luces ya había alcanzado incluso la zona de las cajas registradoras ¡Me sentía mas segura!
Diana S. Bennet
Re: La heladera está vacía [Priv. Rena; Ed Elric]
Sin dudas, había sido una experiencia extraña, no había pisado un centro comercial tan grande desde hacía mucho tiempo y con Monodramon pasaba exactamente lo mismo, fueron sólo un par de veces en las que tuvimos la necesidad de ir a uno. No estaba tan mal de hecho, creería haber escuchado que el edificio era relativamente nuevo y tenían muchos sectores para echar un vistazo, cada uno con una categoría distinta. Aunque si tengo que remarcar algo, sería un poco la atención de la muchacha en la caja, no parecía del todo amable. Debíamos volver mañana y probablemente lo haríamos también en otras ocasiones, pero de ahora en adelante trataré de no volver a pasar por la caja número tres...
~Ed, ¿qué vamos a comer esta noche?
-Hmm, no lo sé, tenemos un poco de todo, algunas verduras, un poco de carne y arroz. ¿Qué dices? -sacando el Digivice del bolsillo y respondiéndole a Monodramon, que me hablaba desde dentro del dispositivo.
~Digo que comamos todo.
-¡¿T-todo?! ¿Cómo piensas comer to...? -me detuve de inmediato, algo me había interrumpido y era el ruido de mi estómago que gruñía. Esta vez iba a seguir a Monodramon con su idea-. Está bien, amigo, comeremos todo. La verdad es que el viaje me ha dado mucha hambre, así que prepararemos una gran cena sólo para nosotros dos jeje.
~¡Sí! Podríamos hacer filetes, o poner la carne al horno y cocinarla junto con las verduras, que luego acompañaríamos todo con arroz frito o también...
Me detuve un rato a escuchar a mi compañero por un momento, se lo notaba tan concentrado explicándome las muchas opciones que había para combinar esos tres ingredientes que hasta me resultaba interesante. No es que no sepa disfrutar de un buen plato de comida, pero sin dudas no era algo que me llamara tanto la atención, cosa que sí lo era para él. La comida sin dudas era una de sus pasiones, incluso me arriesgaría a decir que la más fuerte al menos que tenga otra oculta y que yo no lo sepa. Pero de cierta forma no me sorprendía, sabía que Monodramon era capaz de ser el mejor en lo que sea que se propusiera, aunque claro, eso primero tenía que resultarle de mucho interés.
Continuaba escuchándolo atentamente, y como estaba mirando hacia abajo, sosteniendo el Digivice a la altura de mi cintura, pude ver un pequeño objeto que pasó corriendo cerca de mis pies. Al seguirlo con la mirada por un momento, reconocí que no era más que un simple ratón, aunque no era tan pequeño como había pensado, era casi del tamaño de mis botas. Me pareció extraño que pasara tan cerca de nosotros teniendo una gran cantidad de espacio.
~¿Qué era, Ed?
-¿Eh? No, nada, sólo una rata.
~¡¿Una rata?! ¿Donde? ¡Quítamela, quítamela de encimaaaa! -comenzó a gritar, corriendo por todos lados dentro del Digivice.
-¡Quédate quieto! Sabes que nadie más aparte de ti puede entrar ahí.
~Bueno, es que me asusté un poco. Las ratas son animales extraños.
-Claro y lo dice un dragón morado que puede evolucionar en uno incluso más grande... -le respondí, con tono sarcástico. En ese momento volví a recordar sobre lo que quería preguntarle acerca del Digivice, de verdad sentía mucha curiosidad, pero lo olvidaba a cada rato a causa de las demás cosas que debíamos hacer y que en el momento eran de mucha más importancia, como conseguir la comida, por ejemplo. Me detuve un momento a pensar, trataba de buscar una pregunta que fuera específica pero que a la vez fuera los suficientemente sencilla de responder. Estaba a punto de ponerme en marcha, buscaría la pregunta de regreso a casa, pero sentí una extraña sensación a mis espaldas, la de alguien o algo detrás mío. Sólo volteé para estar seguro por completo de la situación cuando lo vi.
Parecía que a donde fuera que vaya, no podía desconectarme por completo del Digimundo, sin contar a Monodramon, era como si fuera un imán en persona. Sea donde sea que esté, algo relacionado con los Digimon debía ocurrir. Miré atentamente a ese Mikemon que estaba ahora al frente mío, si mal no lo recordaba, era una subespecie de los Gatomon y también, poco comunes de ver. Al menos ésta era la primera vez que me encontraba cara a cara con uno. Fueron apenas segundos hasta que dio media vuelta y desapareció de mi vista metiéndose al centro comercial antes de que las puertas corredizas se abrieran por completo. Por un momento estuve confundido por el encuentro instantáneo y rápido, pero al ver que las pesadas cortinas de metal comenzaban bajar cubriendo cada una de las paredes de vidrio supe lo que debía hacer.
-Lo siento amigo, tenemos una emergencia. Te lanzaré hacia adelante, mantén la persiana abierta hasta que pueda pasar. ¿Entendido?
~¿Que debo hacer qué? ¡Waaaah!
Empujé el carro hacia un lado y luego de desprender la cadena que sostenía al Digivice de mi cinturón, apreté el botón para materializar a Monodramon y lo arrojé en dirección hacia la puerta por la cual habíamos salido. El tiempo fue perfecto, mi amigo logró salir justo debajo de la cortina y al no tener más remedio usó sus brazos para detenerla a un metro del suelo, él no podría aguantar mucho tiempo más por lo que corrí a toda velocidad y me arrojé deslizándome por debajo tomando el dispositivo que había quedado pasando la puerta. Monodramon saltó hacia atrás en ese momento y comenzó a seguirme rápidamente por el centro comercial.
-¿Qué ocurre, Ed?
-Un Digimon entró aquí, es un Mikemon. No podemos dejar que escape, debemos capturarlo y regresarlo al mundo digital.
-Será algo difícil, ellos son muy rápidos y ágiles, ¡pero vamos a hacerlo!
Tenía dos cosas por las que preocuparme, la primera y la más importante era encontrarlo, detenerlo y enviarlo por donde vino, todo eso sin que las pocas personas que se rondaban haciendo guardia, lo vieran, y por supuesto, que nadie tampoco nos lograra ver a nosotros.
-Ed, cuidado. hay personas más adelante -me advirtió mi compañero.
-Entendido.
Nos detuvimos de golpe y tras mirar hacia los lados, nos escondimos en un gran canasto de pelotas que se encontraba en medio de la intersección de dos pasillos. En un momento, habíamos llegado al sector de los juguetes.[/color]
~Ed, ¿qué vamos a comer esta noche?
-Hmm, no lo sé, tenemos un poco de todo, algunas verduras, un poco de carne y arroz. ¿Qué dices? -sacando el Digivice del bolsillo y respondiéndole a Monodramon, que me hablaba desde dentro del dispositivo.
~Digo que comamos todo.
-¡¿T-todo?! ¿Cómo piensas comer to...? -me detuve de inmediato, algo me había interrumpido y era el ruido de mi estómago que gruñía. Esta vez iba a seguir a Monodramon con su idea-. Está bien, amigo, comeremos todo. La verdad es que el viaje me ha dado mucha hambre, así que prepararemos una gran cena sólo para nosotros dos jeje.
~¡Sí! Podríamos hacer filetes, o poner la carne al horno y cocinarla junto con las verduras, que luego acompañaríamos todo con arroz frito o también...
Me detuve un rato a escuchar a mi compañero por un momento, se lo notaba tan concentrado explicándome las muchas opciones que había para combinar esos tres ingredientes que hasta me resultaba interesante. No es que no sepa disfrutar de un buen plato de comida, pero sin dudas no era algo que me llamara tanto la atención, cosa que sí lo era para él. La comida sin dudas era una de sus pasiones, incluso me arriesgaría a decir que la más fuerte al menos que tenga otra oculta y que yo no lo sepa. Pero de cierta forma no me sorprendía, sabía que Monodramon era capaz de ser el mejor en lo que sea que se propusiera, aunque claro, eso primero tenía que resultarle de mucho interés.
Continuaba escuchándolo atentamente, y como estaba mirando hacia abajo, sosteniendo el Digivice a la altura de mi cintura, pude ver un pequeño objeto que pasó corriendo cerca de mis pies. Al seguirlo con la mirada por un momento, reconocí que no era más que un simple ratón, aunque no era tan pequeño como había pensado, era casi del tamaño de mis botas. Me pareció extraño que pasara tan cerca de nosotros teniendo una gran cantidad de espacio.
~¿Qué era, Ed?
-¿Eh? No, nada, sólo una rata.
~¡¿Una rata?! ¿Donde? ¡Quítamela, quítamela de encimaaaa! -comenzó a gritar, corriendo por todos lados dentro del Digivice.
-¡Quédate quieto! Sabes que nadie más aparte de ti puede entrar ahí.
~Bueno, es que me asusté un poco. Las ratas son animales extraños.
-Claro y lo dice un dragón morado que puede evolucionar en uno incluso más grande... -le respondí, con tono sarcástico. En ese momento volví a recordar sobre lo que quería preguntarle acerca del Digivice, de verdad sentía mucha curiosidad, pero lo olvidaba a cada rato a causa de las demás cosas que debíamos hacer y que en el momento eran de mucha más importancia, como conseguir la comida, por ejemplo. Me detuve un momento a pensar, trataba de buscar una pregunta que fuera específica pero que a la vez fuera los suficientemente sencilla de responder. Estaba a punto de ponerme en marcha, buscaría la pregunta de regreso a casa, pero sentí una extraña sensación a mis espaldas, la de alguien o algo detrás mío. Sólo volteé para estar seguro por completo de la situación cuando lo vi.
Parecía que a donde fuera que vaya, no podía desconectarme por completo del Digimundo, sin contar a Monodramon, era como si fuera un imán en persona. Sea donde sea que esté, algo relacionado con los Digimon debía ocurrir. Miré atentamente a ese Mikemon que estaba ahora al frente mío, si mal no lo recordaba, era una subespecie de los Gatomon y también, poco comunes de ver. Al menos ésta era la primera vez que me encontraba cara a cara con uno. Fueron apenas segundos hasta que dio media vuelta y desapareció de mi vista metiéndose al centro comercial antes de que las puertas corredizas se abrieran por completo. Por un momento estuve confundido por el encuentro instantáneo y rápido, pero al ver que las pesadas cortinas de metal comenzaban bajar cubriendo cada una de las paredes de vidrio supe lo que debía hacer.
-Lo siento amigo, tenemos una emergencia. Te lanzaré hacia adelante, mantén la persiana abierta hasta que pueda pasar. ¿Entendido?
~¿Que debo hacer qué? ¡Waaaah!
Empujé el carro hacia un lado y luego de desprender la cadena que sostenía al Digivice de mi cinturón, apreté el botón para materializar a Monodramon y lo arrojé en dirección hacia la puerta por la cual habíamos salido. El tiempo fue perfecto, mi amigo logró salir justo debajo de la cortina y al no tener más remedio usó sus brazos para detenerla a un metro del suelo, él no podría aguantar mucho tiempo más por lo que corrí a toda velocidad y me arrojé deslizándome por debajo tomando el dispositivo que había quedado pasando la puerta. Monodramon saltó hacia atrás en ese momento y comenzó a seguirme rápidamente por el centro comercial.
-¿Qué ocurre, Ed?
-Un Digimon entró aquí, es un Mikemon. No podemos dejar que escape, debemos capturarlo y regresarlo al mundo digital.
-Será algo difícil, ellos son muy rápidos y ágiles, ¡pero vamos a hacerlo!
Tenía dos cosas por las que preocuparme, la primera y la más importante era encontrarlo, detenerlo y enviarlo por donde vino, todo eso sin que las pocas personas que se rondaban haciendo guardia, lo vieran, y por supuesto, que nadie tampoco nos lograra ver a nosotros.
-Ed, cuidado. hay personas más adelante -me advirtió mi compañero.
-Entendido.
Nos detuvimos de golpe y tras mirar hacia los lados, nos escondimos en un gran canasto de pelotas que se encontraba en medio de la intersección de dos pasillos. En un momento, habíamos llegado al sector de los juguetes.[/color]
- Tamer & Digimon
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :253Nivel On Rol :UltimateInventario :
Ed Elric
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