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El descubrimiento de las ruinas del Monasterio Draco, tallado en lo alto de una desolada montaña en el valle de los dragones, ha despertado un gran interés por todo el Digimundo. Principalmente porque según los tallados de la pared exterior dentro de las ruinas se encuentra un obre mágico que contiene en su interior la data y poder del treceavo Royal Kinght, la cual sera dada a quien reclame dicho objeto. Según la historia grabada en los murales, el obre fue dejado allí por el mismo Royal Kinght en caso de que su poder sea necesario para derrotar al mal que se alce en el futuro...por desgracia semejante premio también a llamado la atención de quienes usarían el poder para sus propias metas egoístas. Por lo que esta aventura ahora se a vuelto una carrera por ver quien consigue el gran premio.
6 meses despues de la ultima carrera, un BanchoLeomon reune al viejo equipo de organizacion para dar un nuevo espectaculo, pero en esta carrera, el misterioso patrocinador ha enviado a un "Aspirante a Campeon" con un extraño y unico Digivice. ¿Que es lo que sucedera a lo largo del evento y como funciona este nuevo digivice?.
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-Skin hecho por Hardrock de The Captain Knows Best.
-Imagenes realizadas por Runari Wildy
y Sigrun Vinter
-Imagenes realizadas por Runari Wildy
y Sigrun Vinter
¡Curemos a Nefertimon!(misión Roku)
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¡Curemos a Nefertimon!(misión Roku)
El desierto era agradable. Muchos se centran en lo extremo del clima, en la crueldad de los elementos, en la ausencia de recursos... Y todo eso es cierto, pero nadie observa las brisas que aúna, la majestuosidad de los oasis, y esas noches estrelladas... Estos elementos compartían una misma y clara idea: pureza. El lugar no procuraba ocultar lo que era, una obvia trampa mortal para los viajeros, pero una vez aprendes a moverte por él, a aceptarlo, es el sueño de cualquier errante.
Para alguien como Roku, que nunca había dispuesto de libertad, el desierto suponía un lugar donde dar reposo a su alma dañada. Prisionero de su cuerpo en la infancia y ahora preso por las órdenes de un demente la pérdida de su cuerpo humano había supuesto un duro golpe. La desesperación fue el primer paso, las alucinaciones y esa molesta voz de su cabeza mermaban su ánimo, pero el desierto suponía una oportunidad.
Controlaría a ese demonio interior. Saldría de esto. Ganaría fuerza. Y acabaría con aquella amenaza.
Ahora era un digimon, y había visto cómo estos tenían un potencial evolutivo exagerado. Debía prender a usarlo, y el desierto era el lugar perfecto. Su último contrato afirmaba que debía encontrar ruinas y registrarlas. Tal vez buscarían información o datos históricos, o armas del pasado, cosas típicas de las películas, pero a Roku esto no le importaba: o lo hacía o los suyos pagarían las consecuencias.
Por ello exploraba el desierto, poniendo en práctica lo que había leído en guías de supervivencia y novelas de viaje: sacar agua del aire, alimentarse de los resquicios de vegetación que se ocultan entre las dunas... Algunas reglas cambiaban, no había insectos entre las planicies, pero a cambio se producían extraños fenómenos, como champiñones en mitad de la nada. Con el tiempo y los múltiples viajes realizados, Roku ya había aprendido todo lo que el desierto digital podía ofrecerle. Y su nuevo cuerpo digital ofrecía ciertas ventajas.
Disponía de garras con las que alterar el medio, ya fuera cavando agujeros o pulverizando piedras para buscar comida, una piel oscura que le hacía prácticamente invisible de noche y ojos en las palmas que, curiosamente, facilitaban mucho las cosas al poder “ver” usando los dedos de visera para protegerse del sol.
Cada vez pasaba más tiempo en los parajes desérticos y menos en las ciudades. Abastecerse era necesario, pero ciertamente pensaba que, de no entrenar sus facultades de supervivencia, no duraría mucho en cualquier otra zona.
Se encontraba en una nueva travesía, y si bien al principio no supuso reto alguno, pronto surgieron complicaciones. Por primera vez en mucho tiempo divisó varios digimons con aspecto de seres jurásicos o de fisionomía rocosa. No parecían mercaderes ni nómadas, y puesto que ciertamente no quería arriesgarse a un encuentro con bandidos, simplemente los evadió: colocándose en el lado opuesto al viento evitaría que el olor les alertase, y las dunas permitían cubrirse de la vista ajena. Para poder saber su posición usaba la vista de su mano, localizando rutas seguras y prosiguiendo su marcha.
-Para ser una maldición es bastante cómoda, la verdad...-musitaba.
-Ya te digo, mi cuerpo es genial.
-No pienso darte conversación, eres un ladrón y aún no te has disculpado.
-Eres un soso...
A veces estas charlas surgían, pero el chico siempre las cortaba pronto. No le caía bien el diablillo, se dedicaba solo a molestarle, tenía un talento especial para agotar su paciencia... Y necesitaba estar concentrado. Un cañón en medio del desierto, eso era nuevo. Usando las garras empezó a moverse por él, hasta que lo vio: un templo entre las rocas.
-Esto es nuevo, a ver si encontramos algo.
-¿”Encontramos”? Lo sabía, me quieres...
-Forma de hablar, calla.
Con parsimonia se decidió a entrar una vez observó que el lugar no guardaba a gentes hostiles. Había guardas atentos a la entrada, pero los templos egipcios, como los etruscos o la mayoría de los griegos, solo disponían de una única entrada frontal... Pero nada impedía entrar por los laterales, y para ello disponía de un altura discreta y de garras para avanzar. Mientras se movía con parsimonia en el interior del lugar, escondiéndose ante las miradas de los habitantes, reparó en que ciertamente el lugar parecía un verdadero templo egipcio.
Estos servían principalmente para el rezo a los dioses, guarecer las fortunas del reino o albergar a los muertos. Sinceramente preferiría que los dos motivos fueran los que justificaran la construcción del lugar, pero la voz interior ya se ilusionaba con la segunda:
-Así que aquí guardan tesoros... ¡Somos ricos!
-Eso es en el mundo humano, ahora déjame pensar y no interrumpas, aquí pasa algo-pensaba mientras procuraba ignorar la insistencia de saquear el lugar-. Atiende, los digimons del lugar son normales, pero los que se guarecen en las cámaras tienen costras o pústulas amarillas en la piel.
-¿Y? ¿Dices que sudan oro? ¡Estamos en el paraíso entonces!
-No, no es eso... Es como las plagas de Egipto, una epidemia. Están enfermos... Vamos a investigar.
-Ah, no, ni hablar. No vas a arriesgar mi cuerpecito por ser un santurrón.
-Piensa, si de verdad están enfermos y les salvamos nos recompensarán con algo. Si nos pillan husmeando probablemente nos sepulten. ¿Qué prefieres?
Habiendo acallado la voz, Roku siguió avanzando. En los templos egipcios cada sala es más pequeña que la anterior. La creciente oscuridad e intimidad del espacio se asociaba a lo divino: en las primeras salas podían entrar los creyentes, mientras que a medida que se avanzaba el acceso se limitaba a nobles y sacerdotes hasta llegar a la última: la del Faraón. Guiándose por esta referencia se paró ante el dintel mejor adornado, donde entró procurando aparentar seguridad y fortaleza. Puede que aquel lugar ya estuviera condenado, que no pudiera hacer nada por ellos, pero ese afán protector del joven se apoderó de él. Quería ayudar, quería ser útil.
-Saludos, creyentes. Solo soy un viajero del desierto, un alma errante de este. Los vientos me han hablado de vuestro mal, y vengo a ofrecer mis servicios-en aquel lugar se encontraban una esfinge blanca, marcada por la enfermedad, un reptil naranja vestido cómicamente de profesor o médico, y una gata bípeda que se parecía a la primera-. Si conocéis algún remedio o cura podré ayudar en su elaboración; si necesitáis materiales de alguna ciudad o mercado lo visitaré; el desierto no guarda secretos para mí, así que me dispongo ante vosotros para paliar vuestro mal. No pido mayor pago que poder visitar el templo en calidad de amigo.
El diablillo interno mostraba un más que evidente disgusto. Roku le había engañado, pues desde un principio no pensaba robar nada del templo, y a estas alturas ya sabía que ayudaría gratis. El lagarto naranja explicó la enfermedad, llamada digisarampión, y dónde se encontraba el único remedio, que únicamente brotaba en la cima de un colosal pico.
-Si es allí donde se encuentra será fácil divisarlo incluso con las dunas. Una montaña tan elevada y aguda debe levantar una profunda sombra y verse desde casi cualquier parte. Lo difícil será acceder a él y buscar la flor si hay digimons merodeando. ¿Hay algo que estimule su crecimiento, condiciones para que brote? Altura, humedad, terreno... Incluso en una misma montaña cada metro puede ofrecer unas condiciones diferentes, y cualquier detalle puede servir.
Mientras repasaba en su cabeza lo que sabía de botánica atendía al estado de la digimon infectada. Debía darse prisa para evitar que la enfermedad progresara a un estado sin posibilidad de restaurarse. Todos mostraban su preocupación, y Roku les podían entender mejor que nadie. Cuando estaba en el hospital seguro que su familia sentía esto mismo: impotencia, miedo, duda...
-Si es posible, y para agilizar el viaje, puedo construir un trineo de viento. Una placa de piedra o madera, telas y cuerdas. Es como una embarcación, pero aprovecha el viento del desierto para moverse. Iremos más rápido que corriendo, y aunque no sirva en el monte agilizará la llegada y la vuelta-observó al gato, que a diferencia del doctor no hacía esfuerzo alguno por ocultar su preocupación-. Vamos a salvarla a ella y a este templo, te doy mi palabra. Si lo he entendido bien mi cometido es guiarte a la flor,¿no? Pues empecemos ya la marcha, no podemos perder ni un segundo.
Para alguien como Roku, que nunca había dispuesto de libertad, el desierto suponía un lugar donde dar reposo a su alma dañada. Prisionero de su cuerpo en la infancia y ahora preso por las órdenes de un demente la pérdida de su cuerpo humano había supuesto un duro golpe. La desesperación fue el primer paso, las alucinaciones y esa molesta voz de su cabeza mermaban su ánimo, pero el desierto suponía una oportunidad.
Controlaría a ese demonio interior. Saldría de esto. Ganaría fuerza. Y acabaría con aquella amenaza.
Ahora era un digimon, y había visto cómo estos tenían un potencial evolutivo exagerado. Debía prender a usarlo, y el desierto era el lugar perfecto. Su último contrato afirmaba que debía encontrar ruinas y registrarlas. Tal vez buscarían información o datos históricos, o armas del pasado, cosas típicas de las películas, pero a Roku esto no le importaba: o lo hacía o los suyos pagarían las consecuencias.
Por ello exploraba el desierto, poniendo en práctica lo que había leído en guías de supervivencia y novelas de viaje: sacar agua del aire, alimentarse de los resquicios de vegetación que se ocultan entre las dunas... Algunas reglas cambiaban, no había insectos entre las planicies, pero a cambio se producían extraños fenómenos, como champiñones en mitad de la nada. Con el tiempo y los múltiples viajes realizados, Roku ya había aprendido todo lo que el desierto digital podía ofrecerle. Y su nuevo cuerpo digital ofrecía ciertas ventajas.
Disponía de garras con las que alterar el medio, ya fuera cavando agujeros o pulverizando piedras para buscar comida, una piel oscura que le hacía prácticamente invisible de noche y ojos en las palmas que, curiosamente, facilitaban mucho las cosas al poder “ver” usando los dedos de visera para protegerse del sol.
Cada vez pasaba más tiempo en los parajes desérticos y menos en las ciudades. Abastecerse era necesario, pero ciertamente pensaba que, de no entrenar sus facultades de supervivencia, no duraría mucho en cualquier otra zona.
Se encontraba en una nueva travesía, y si bien al principio no supuso reto alguno, pronto surgieron complicaciones. Por primera vez en mucho tiempo divisó varios digimons con aspecto de seres jurásicos o de fisionomía rocosa. No parecían mercaderes ni nómadas, y puesto que ciertamente no quería arriesgarse a un encuentro con bandidos, simplemente los evadió: colocándose en el lado opuesto al viento evitaría que el olor les alertase, y las dunas permitían cubrirse de la vista ajena. Para poder saber su posición usaba la vista de su mano, localizando rutas seguras y prosiguiendo su marcha.
-Para ser una maldición es bastante cómoda, la verdad...-musitaba.
-Ya te digo, mi cuerpo es genial.
-No pienso darte conversación, eres un ladrón y aún no te has disculpado.
-Eres un soso...
A veces estas charlas surgían, pero el chico siempre las cortaba pronto. No le caía bien el diablillo, se dedicaba solo a molestarle, tenía un talento especial para agotar su paciencia... Y necesitaba estar concentrado. Un cañón en medio del desierto, eso era nuevo. Usando las garras empezó a moverse por él, hasta que lo vio: un templo entre las rocas.
-Esto es nuevo, a ver si encontramos algo.
-¿”Encontramos”? Lo sabía, me quieres...
-Forma de hablar, calla.
Con parsimonia se decidió a entrar una vez observó que el lugar no guardaba a gentes hostiles. Había guardas atentos a la entrada, pero los templos egipcios, como los etruscos o la mayoría de los griegos, solo disponían de una única entrada frontal... Pero nada impedía entrar por los laterales, y para ello disponía de un altura discreta y de garras para avanzar. Mientras se movía con parsimonia en el interior del lugar, escondiéndose ante las miradas de los habitantes, reparó en que ciertamente el lugar parecía un verdadero templo egipcio.
Estos servían principalmente para el rezo a los dioses, guarecer las fortunas del reino o albergar a los muertos. Sinceramente preferiría que los dos motivos fueran los que justificaran la construcción del lugar, pero la voz interior ya se ilusionaba con la segunda:
-Así que aquí guardan tesoros... ¡Somos ricos!
-Eso es en el mundo humano, ahora déjame pensar y no interrumpas, aquí pasa algo-pensaba mientras procuraba ignorar la insistencia de saquear el lugar-. Atiende, los digimons del lugar son normales, pero los que se guarecen en las cámaras tienen costras o pústulas amarillas en la piel.
-¿Y? ¿Dices que sudan oro? ¡Estamos en el paraíso entonces!
-No, no es eso... Es como las plagas de Egipto, una epidemia. Están enfermos... Vamos a investigar.
-Ah, no, ni hablar. No vas a arriesgar mi cuerpecito por ser un santurrón.
-Piensa, si de verdad están enfermos y les salvamos nos recompensarán con algo. Si nos pillan husmeando probablemente nos sepulten. ¿Qué prefieres?
Habiendo acallado la voz, Roku siguió avanzando. En los templos egipcios cada sala es más pequeña que la anterior. La creciente oscuridad e intimidad del espacio se asociaba a lo divino: en las primeras salas podían entrar los creyentes, mientras que a medida que se avanzaba el acceso se limitaba a nobles y sacerdotes hasta llegar a la última: la del Faraón. Guiándose por esta referencia se paró ante el dintel mejor adornado, donde entró procurando aparentar seguridad y fortaleza. Puede que aquel lugar ya estuviera condenado, que no pudiera hacer nada por ellos, pero ese afán protector del joven se apoderó de él. Quería ayudar, quería ser útil.
-Saludos, creyentes. Solo soy un viajero del desierto, un alma errante de este. Los vientos me han hablado de vuestro mal, y vengo a ofrecer mis servicios-en aquel lugar se encontraban una esfinge blanca, marcada por la enfermedad, un reptil naranja vestido cómicamente de profesor o médico, y una gata bípeda que se parecía a la primera-. Si conocéis algún remedio o cura podré ayudar en su elaboración; si necesitáis materiales de alguna ciudad o mercado lo visitaré; el desierto no guarda secretos para mí, así que me dispongo ante vosotros para paliar vuestro mal. No pido mayor pago que poder visitar el templo en calidad de amigo.
El diablillo interno mostraba un más que evidente disgusto. Roku le había engañado, pues desde un principio no pensaba robar nada del templo, y a estas alturas ya sabía que ayudaría gratis. El lagarto naranja explicó la enfermedad, llamada digisarampión, y dónde se encontraba el único remedio, que únicamente brotaba en la cima de un colosal pico.
-Si es allí donde se encuentra será fácil divisarlo incluso con las dunas. Una montaña tan elevada y aguda debe levantar una profunda sombra y verse desde casi cualquier parte. Lo difícil será acceder a él y buscar la flor si hay digimons merodeando. ¿Hay algo que estimule su crecimiento, condiciones para que brote? Altura, humedad, terreno... Incluso en una misma montaña cada metro puede ofrecer unas condiciones diferentes, y cualquier detalle puede servir.
Mientras repasaba en su cabeza lo que sabía de botánica atendía al estado de la digimon infectada. Debía darse prisa para evitar que la enfermedad progresara a un estado sin posibilidad de restaurarse. Todos mostraban su preocupación, y Roku les podían entender mejor que nadie. Cuando estaba en el hospital seguro que su familia sentía esto mismo: impotencia, miedo, duda...
-Si es posible, y para agilizar el viaje, puedo construir un trineo de viento. Una placa de piedra o madera, telas y cuerdas. Es como una embarcación, pero aprovecha el viento del desierto para moverse. Iremos más rápido que corriendo, y aunque no sirva en el monte agilizará la llegada y la vuelta-observó al gato, que a diferencia del doctor no hacía esfuerzo alguno por ocultar su preocupación-. Vamos a salvarla a ella y a este templo, te doy mi palabra. Si lo he entendido bien mi cometido es guiarte a la flor,¿no? Pues empecemos ya la marcha, no podemos perder ni un segundo.
- Tamer
- Faltas :Una por cada double.Prueba de Rol :ADigi Puntos :1060Ficha :NPCs :Nivel On Rol :Ancient spiritNivel On Rol de los Digi Aliados :Sven-Hyper SpiritIcono :Rango y Unidad :Roku Ginshô (Adam Odysseum)
Rango: Holy General
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield TurtleRango y Unidad Digi Aliado :Sven
Rango: Teniente
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield TurtleInventario :
Roku Ginshô
Re: ¡Curemos a Nefertimon!(misión Roku)
Al entrar al templo los guardas estaban dormidos y por eso pudiste entrar, permitiendote ver a la paciente, al doctor y a Gatomon pero en cuanto te ibas acercando y hablando, los sarcófagos de la pared se transformaron en Pharaohmons y se lanzaron contra Dracmon, no con muy buenas intenciones. Te iban a atacar cuando Gatomon se acercó a ti, tranquilamente.
Tras el paso de la gata los pharaohmon parecieron como congelarse, estaba claro que en ese templo los digimon gato gozaban de cierto privilegio o adoración, quién sabe.
-¿Tú eres el conocedor de los desiertos que envían de la zona D? Un poco enclenque me pareces para ser capaz de sobrevivir en el desierto... te vería más como compañero de un tamer pintor pero en fin... veremos de lo que eres capaz... Salgamos de aquí, este lugar no es seguro podemos ser atacados o contagiados. Acompáñame-dijo Gatomon invitándote a seguirla hacia la salida del lugar.
En las puertas del templo podías ver las conformaciones rocosas junto con los huesos creando así un paisaje tan bonito como desolador.
-A ver, pincel humano, mi amiga esta muy enferma y debemos encontrar una cura para ella, yo no tengo ni idea de moverme por el desierto y debemos buscar un monte que parece un espejismo pues unas veces aparece y otras no, escalarlo y coger la flor que crece alli. ¿Qué se te ocurre?-te preguntó Gatomon.
En el templo hay provisiones, comida y en un patio interior hay como un almacén donde hay maderas, telas y utensilios varios. Eso si en el templo solo puede entrar Gatomon sin ser herida, si entras tu solo sus vigías te asesinarán y si tardas demasiado Nefertimon puede ser la que te asesine. ¿Qué harás?
Tras el paso de la gata los pharaohmon parecieron como congelarse, estaba claro que en ese templo los digimon gato gozaban de cierto privilegio o adoración, quién sabe.
-¿Tú eres el conocedor de los desiertos que envían de la zona D? Un poco enclenque me pareces para ser capaz de sobrevivir en el desierto... te vería más como compañero de un tamer pintor pero en fin... veremos de lo que eres capaz... Salgamos de aquí, este lugar no es seguro podemos ser atacados o contagiados. Acompáñame-dijo Gatomon invitándote a seguirla hacia la salida del lugar.
En las puertas del templo podías ver las conformaciones rocosas junto con los huesos creando así un paisaje tan bonito como desolador.
-A ver, pincel humano, mi amiga esta muy enferma y debemos encontrar una cura para ella, yo no tengo ni idea de moverme por el desierto y debemos buscar un monte que parece un espejismo pues unas veces aparece y otras no, escalarlo y coger la flor que crece alli. ¿Qué se te ocurre?-te preguntó Gatomon.
En el templo hay provisiones, comida y en un patio interior hay como un almacén donde hay maderas, telas y utensilios varios. Eso si en el templo solo puede entrar Gatomon sin ser herida, si entras tu solo sus vigías te asesinarán y si tardas demasiado Nefertimon puede ser la que te asesine. ¿Qué harás?
- Tamer & Digimon
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :312Cuentas :Ficha :Cronologia :NPCs :Nivel On Rol :MegaNivel On Rol de los Digi Aliados :UltimateIcono :Rango y Unidad :Ashely Shirley
Rango: Oficial
División: Olimpo Heros
Unidad/Sub-division: Green Light Speed
Gatomon
Rango: Oficial
División: Olimpo Heros
Unidad/Sub-division: Green Light SpeedRango y Unidad Digi Aliado :Blurr
Rango: Sub-oficial
División: Olimpo Heros
Unidad/Sub-division: The Huntress MoonInventario :
Ashely_mellorine
Re: ¡Curemos a Nefertimon!(misión Roku)
La reacción de Roku ante las monumentales momias que se dirigían hacia él con claras intenciones hostiles despertó una respuesta que más tarde el diablillo interior le remarcaria como algo cómico, sorprendiéndose el joven por lo espontáneo que fue, si bien se trataba de un único pensamiento: “Vaya, ¿tan histriónica ha quedado mi interpretación?”. Aunque eso sí, en aquel entonces el ser no sabía el significado de ese término.
Por suerte el digimon felino intervino para salvar la vida de Roku, el cuál aún estaba asimilando los eventos acontecidos en esos escasos diez segundos. Con una inclinación cortés musitó un agradecimiento a la gata y la acompañó, si bien se preguntaba por qué afirmaba que debería ser el compañero de un pintor. ¿Lo habría confundido con un artista? ¿Y qué era eso del Área D? Aunque no le había enviado nadie decidió seguir fingiendo. Sabía moverse por el desierto, y ciertamente en una epidemia como esta se necesitaba una intervención rápida.
Reconocer el engaño solo supondría su ejecución y que tuvieran que esperar la llegada del verdadero especialista, para lo cual probablemente ya sería tarde. Odiaba tener que recurrir a estos modos propios de un parásito, pero en esta mentira ambas partes se beneficiaban.
Ya en el exterior, y ante el panorama desolado que conformaban los restos descompuestos reforzaban esta idea de que necesitaban ayuda. Una ayuda que él podría proporcionar. Mientras ella explicaba la situación el chico pensaba qué podría hacerse, aunque parte de su concentración se dirigía a otra meta.
-Aaaah, claro, las referencias al tamer artista y eso es porque ves mi cabeza como un pincel-aunque esto lo estaba pensando, a veces costaba diferenciar conversación de pensamiento cuando intentaba que el diablillo no hablara por él, y al darse cuenta de esto-... Perdón por distraerme, sé que la situación urge. Encontrar un monte debe ser fácil por la sombra que generan, además de que las propias dunas permiten una perspectiva más amplia del desierto. El viento desplaza la arena de duna a duna, pero la montaña no se ve afectada por esto, así que siempre conserva la misma altura y...
“Aburres hasta a las piedras” le decía desde el otro lado el pequeño diablucho, “mejor dile la verdad, que ya están condenados, solo tienes que ver los huesos. Va, sé que es duro, pero si no puedes hacer nada... No eres Yggdrassiel, nunca vas a poder ayudar a todos”. Ignorando este intento de desánimo el chico no se rendía, se negaba a la idea de fallar. Ya estaba cansado de tantos errores y derrotas.
-Lo importante para moverse en el desierto es protegerse del calor, cualquier tela nos servirá para evitar el viento y el sol. Segundo, no sabemos el tiempo del viaje, así que hace falta agua y comida. Es más importante lo primero para que el cuerpo pueda reabastecer líquido ante el calor, de la comida solo productos que aguanten el clima, es decir, carne o frutos secos, los alimentos con agua se pudrirán enseguida...-solucionado ya el problema de la arena y el calor, quedaba el desplazamiento, pues no sabía si de hecho existirían digimons camellos o similares- Por último... A ver cómo explico esto...
Era difícil explicar mecanismos humanos a los habitantes del digimundo porque ciertamente no sabía si ellos tenían algo similar pero con otro nombre o si de hecho tendrían nociones de la ingeniería humana o del propio pensamiento que llevó a las personas crearlo. Así que la dificultad no estaba en fabricarlo con los materiales del mundo digital, sino explicar qué era y cómo funcionaba. Pese a estas dificultades no se le ocurrían otras soluciones.
-¿Conoces el windsurf? Es un deporte del mundo humano donde colocas una tabla en el suelo y, usando una vela o tela, desplazarte a favor del viento. En el desierto siempre hay corrientes de aire que aprovechar. Si podemos conseguir algún trozo de madera o piedra, algo de tela y cuerdas podemos improvisar este vehículo y movernos más rápidos por el desierto. Además, al elevarnos por las dunas se ganará altura y simplificará la búsqueda del monte.
“¿De verdad vamos a patearnos el desierto para buscar una florecita? Tío, cada día me pareces más parguela... Bueno, al menos pasaré un tiempo con una preciosidad. Las rookies son las mejores, ¿no crees?”. Roku permanecía en silencio intentando no dejar que esa voz saliera de su cabeza, esperando la reacción del digimon felino.
Por suerte el digimon felino intervino para salvar la vida de Roku, el cuál aún estaba asimilando los eventos acontecidos en esos escasos diez segundos. Con una inclinación cortés musitó un agradecimiento a la gata y la acompañó, si bien se preguntaba por qué afirmaba que debería ser el compañero de un pintor. ¿Lo habría confundido con un artista? ¿Y qué era eso del Área D? Aunque no le había enviado nadie decidió seguir fingiendo. Sabía moverse por el desierto, y ciertamente en una epidemia como esta se necesitaba una intervención rápida.
Reconocer el engaño solo supondría su ejecución y que tuvieran que esperar la llegada del verdadero especialista, para lo cual probablemente ya sería tarde. Odiaba tener que recurrir a estos modos propios de un parásito, pero en esta mentira ambas partes se beneficiaban.
Ya en el exterior, y ante el panorama desolado que conformaban los restos descompuestos reforzaban esta idea de que necesitaban ayuda. Una ayuda que él podría proporcionar. Mientras ella explicaba la situación el chico pensaba qué podría hacerse, aunque parte de su concentración se dirigía a otra meta.
-Aaaah, claro, las referencias al tamer artista y eso es porque ves mi cabeza como un pincel-aunque esto lo estaba pensando, a veces costaba diferenciar conversación de pensamiento cuando intentaba que el diablillo no hablara por él, y al darse cuenta de esto-... Perdón por distraerme, sé que la situación urge. Encontrar un monte debe ser fácil por la sombra que generan, además de que las propias dunas permiten una perspectiva más amplia del desierto. El viento desplaza la arena de duna a duna, pero la montaña no se ve afectada por esto, así que siempre conserva la misma altura y...
“Aburres hasta a las piedras” le decía desde el otro lado el pequeño diablucho, “mejor dile la verdad, que ya están condenados, solo tienes que ver los huesos. Va, sé que es duro, pero si no puedes hacer nada... No eres Yggdrassiel, nunca vas a poder ayudar a todos”. Ignorando este intento de desánimo el chico no se rendía, se negaba a la idea de fallar. Ya estaba cansado de tantos errores y derrotas.
-Lo importante para moverse en el desierto es protegerse del calor, cualquier tela nos servirá para evitar el viento y el sol. Segundo, no sabemos el tiempo del viaje, así que hace falta agua y comida. Es más importante lo primero para que el cuerpo pueda reabastecer líquido ante el calor, de la comida solo productos que aguanten el clima, es decir, carne o frutos secos, los alimentos con agua se pudrirán enseguida...-solucionado ya el problema de la arena y el calor, quedaba el desplazamiento, pues no sabía si de hecho existirían digimons camellos o similares- Por último... A ver cómo explico esto...
Era difícil explicar mecanismos humanos a los habitantes del digimundo porque ciertamente no sabía si ellos tenían algo similar pero con otro nombre o si de hecho tendrían nociones de la ingeniería humana o del propio pensamiento que llevó a las personas crearlo. Así que la dificultad no estaba en fabricarlo con los materiales del mundo digital, sino explicar qué era y cómo funcionaba. Pese a estas dificultades no se le ocurrían otras soluciones.
-¿Conoces el windsurf? Es un deporte del mundo humano donde colocas una tabla en el suelo y, usando una vela o tela, desplazarte a favor del viento. En el desierto siempre hay corrientes de aire que aprovechar. Si podemos conseguir algún trozo de madera o piedra, algo de tela y cuerdas podemos improvisar este vehículo y movernos más rápidos por el desierto. Además, al elevarnos por las dunas se ganará altura y simplificará la búsqueda del monte.
“¿De verdad vamos a patearnos el desierto para buscar una florecita? Tío, cada día me pareces más parguela... Bueno, al menos pasaré un tiempo con una preciosidad. Las rookies son las mejores, ¿no crees?”. Roku permanecía en silencio intentando no dejar que esa voz saliera de su cabeza, esperando la reacción del digimon felino.
- Tamer
- Faltas :Una por cada double.Prueba de Rol :ADigi Puntos :1060Ficha :NPCs :Nivel On Rol :Ancient spiritNivel On Rol de los Digi Aliados :Sven-Hyper SpiritIcono :Rango y Unidad :Roku Ginshô (Adam Odysseum)
Rango: Holy General
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield TurtleRango y Unidad Digi Aliado :Sven
Rango: Teniente
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield TurtleInventario :
Roku Ginshô
Re: ¡Curemos a Nefertimon!(misión Roku)
-Humm veo q sabes defenderte en el desierto... Creo que en el templo de mi amiga tienen un patio con un pequeño cuarto con todo lo que necesiten... Ven conmigo-Gatomon te invitó a seguirla dentro del templo para conseguir ese patio.
La digimon gato seguía escuchandote con atención.
-¿Windsurf? Conozco muchas cosas del mundo humano pincel con patas, ¿por quien me tomas? ¡Mi tamer es humana! Además cuando visité Atlantis seguí a un surfimon que se defendía muy bien con las olas... tan guapo y acosable....-babeaba la digimon mientras atravesábais el pasillo donde los pharaohmon os observaban pero permanecían quietos debido a que ibas con Gatomon.
Poco después llegabais al patio, un bonito patio cuadrado con una fuente en medio recordando vagamente a los patios de la Alhambra del mundo humano con cierto toque egipcio, donde la fuente tenía un dios egipcio que gatomon no conocía y salía agua de su cabeza. Al final del patio había una sala con todo tipo de utensilios que mencionaste: varias telas viejas y hajadas, telas de momificacion, urnas funerarias con distintos motivos, cuerdas, listones de madera viejos ataudes de pharaohmons rotos y una pequeña despensa de comida y varios baules cerrados que ignoro su contenido.
-Supongo que aquí encontrarás todo lo que dices que necesitamos, sírvete tu mismo.-dispón del almacén como gustes y te doy permiso para inventarte el resto de sus contenidos según tu interés.
Sin embargo de pronto oisteis como la ruptura de la fuente y empezásteis a notar que el agua mojaba vuestros pies o patas (en el caso de Gatomon)
-Esto no me gusta... eh... ¿cómo decías que te llamabas?-preguntó Gatomon
De pronto ella se giró y vio a Nefertimon que os miraba con mirada asesina, al menos lo que podía intuirse en su faz de tantísima expresión...
-Oh no! Nefertimon! ¿No me digas que entraste ya en fase agresiva...?-preguntó Gatomon con cierto temor pero no hizo falta respuesta.
-¡GARRA DE DIOSA!-Atacó la digimon con un destello de luz roja que salía de su tocado.
-A un lado!-Gatomon te tiró al suelo para evitar que el ataque de la digimon esfinge te fulminara.-Salgamos de aqui, no pienso dañar a mi amiga! Tenemos que darnos prisa y encontrar la cura antes de que sea demasiado tarde!-Nefertimon siguió atacándaos con el mismo ataque una y otra vez.
Gatomon no quiere atacar y no puedes dañar a nefertimon (la diferencia de nivel es importante y Gatomon no dejará que la dañes) tu mejor opción es huir o en el último de los casos si no tienes mas opcion, atacarla indirectamente (que se dañe con su propio ataque o algo asi) Debes huir y además llevarte todas las cosas necesarias para el viaje a la vez ¿cómo lo harás?. Tambien puede ayudarte Gatomon pero en cosas que no dañen a nefertimon. Sorpréndeme XD
La digimon gato seguía escuchandote con atención.
-¿Windsurf? Conozco muchas cosas del mundo humano pincel con patas, ¿por quien me tomas? ¡Mi tamer es humana! Además cuando visité Atlantis seguí a un surfimon que se defendía muy bien con las olas... tan guapo y acosable....-babeaba la digimon mientras atravesábais el pasillo donde los pharaohmon os observaban pero permanecían quietos debido a que ibas con Gatomon.
Poco después llegabais al patio, un bonito patio cuadrado con una fuente en medio recordando vagamente a los patios de la Alhambra del mundo humano con cierto toque egipcio, donde la fuente tenía un dios egipcio que gatomon no conocía y salía agua de su cabeza. Al final del patio había una sala con todo tipo de utensilios que mencionaste: varias telas viejas y hajadas, telas de momificacion, urnas funerarias con distintos motivos, cuerdas, listones de madera viejos ataudes de pharaohmons rotos y una pequeña despensa de comida y varios baules cerrados que ignoro su contenido.
-Supongo que aquí encontrarás todo lo que dices que necesitamos, sírvete tu mismo.-dispón del almacén como gustes y te doy permiso para inventarte el resto de sus contenidos según tu interés.
Sin embargo de pronto oisteis como la ruptura de la fuente y empezásteis a notar que el agua mojaba vuestros pies o patas (en el caso de Gatomon)
-Esto no me gusta... eh... ¿cómo decías que te llamabas?-preguntó Gatomon
De pronto ella se giró y vio a Nefertimon que os miraba con mirada asesina, al menos lo que podía intuirse en su faz de tantísima expresión...
-Oh no! Nefertimon! ¿No me digas que entraste ya en fase agresiva...?-preguntó Gatomon con cierto temor pero no hizo falta respuesta.
-¡GARRA DE DIOSA!-Atacó la digimon con un destello de luz roja que salía de su tocado.
-A un lado!-Gatomon te tiró al suelo para evitar que el ataque de la digimon esfinge te fulminara.-Salgamos de aqui, no pienso dañar a mi amiga! Tenemos que darnos prisa y encontrar la cura antes de que sea demasiado tarde!-Nefertimon siguió atacándaos con el mismo ataque una y otra vez.
Gatomon no quiere atacar y no puedes dañar a nefertimon (la diferencia de nivel es importante y Gatomon no dejará que la dañes) tu mejor opción es huir o en el último de los casos si no tienes mas opcion, atacarla indirectamente (que se dañe con su propio ataque o algo asi) Debes huir y además llevarte todas las cosas necesarias para el viaje a la vez ¿cómo lo harás?. Tambien puede ayudarte Gatomon pero en cosas que no dañen a nefertimon. Sorpréndeme XD
- Tamer & Digimon
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :312Cuentas :Ficha :Cronologia :NPCs :Nivel On Rol :MegaNivel On Rol de los Digi Aliados :UltimateIcono :Rango y Unidad :Ashely Shirley
Rango: Oficial
División: Olimpo Heros
Unidad/Sub-division: Green Light Speed
Gatomon
Rango: Oficial
División: Olimpo Heros
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Unidad/Sub-division: The Huntress MoonInventario :
Ashely_mellorine
Re: ¡Curemos a Nefertimon!(misión Roku)
Roku avanzó por los pasillos con la digimon felina, escuchando cómo esta iba cooperaba en lo que había requerido. Esto siempre era más agradable que una negativa rotunda, pero una palabra daño la sensibilidad del humano. “Tamer”, los elegidos por el digimundo, aquellos que podían disponer del apoyo de un digimon. Una vez más pensó que su nueva apariencia sería un castigo del dios digital, tal vez por perturbar la paz con su entrada y sus actividades. Tal vez ayudando podría redimirse, volver a ser humano... Pero no, lo más probable era que siempre sería ese monstruo, ese Bakemono.
Cuando llegaron al patio el chico corrió a la sala a ver si estaba todo lo necesario, mirando los materiales disponibles y calculando las cantidades necesarias para los dos. Recogió las cuerdas y las telas, empezando realizar un nudo en la esquina de la futura vela. Hay quien realizaría una incisión y un nudo simple, pero de este modo una corriente de viento fuerte rasgaría la tela, destrozando el improvisado vehículo. Saliendo al patio de nuevo para aprovechar el sol y poder ver bien las dimensiones de la tela, Roku efectuó un nudo de sangre,el empleado para cabos pequeños y caracterizado porque, pese a su peso y complicación, es tremendamente complicado de deshacer. Cerró los ojos mientras recordaba la imagen, procurando hacer dos velas mínimo por si la primera sufría algún percance.
-Me llamo Bakemono-respondió mientras acababa con la primera-, soy un digimon errante y es un placer poder seros de ayuda-aún no terminaba de saber cómo tratar a los digimons pese a la etiqueta humana que conocía-, y si no es mucha indiscreción, me gustaría saber tu nombre.
Ignoraba la primera parte de la frase pues debía centrarse en los nudos, por lo que al ver a la digimon en su nuevo estado la sorpresa fue tal que había quedado paralizado. Por suerte la gata le ayudó a evadir el ataque. Claramente no tenía intención de realizar una contraofensiva pues el vínculo que compartía con el digimon enfermo era fuerte. Roku tampoco aprobaba atacar a un enfermo cuando lo que pretendían era sanarlo.
Pero tenía un plan.
Saltó dirigiéndose de nuevo al almacén, gritando a la digimon que le siguiera, pues sabía qué hacer. Una vez en la sala Roku empezó a gritar algunas órdenes para reducir a la convaleciente y poder salir de allí para buscar la cura. Ni siquiera se fijó en si la gata le atendía o hacía caso, pues estaba ocupado mirando qué barriles podrían servirles. Carne en salmuera, pescado salado, dátiles y similares, comidas típicas del desierto, sí, servirían. Roku cogió más cuerda y los alineó, haciendo una ristra por medio del nudo conocido como “ocho”, conectando los que pudo viendo que no peligrara la fila. Debía darse prisa, pues si el digimon alado entraba en la sala lo destrozaría todo, y peor aún, si derrumbaba el techo la peor parada sería ella misma por su mayor tamaño.
Preparó uno de los sarcófago, buscando uno de materiales ligeros que no imposibilitara aprovechar el viento para desplazarse. Sarcófagos, según la época, podían ser de roca, arcilla o incluso madera... Este último material sería el adecuado, la vela ya estaba, los suministros también, habiéndolos puesto sobre la embarcación improvisada. Solo quedaba...
-¡Si puedes busca un candil o similar, algo que pueda alumbrar y dar calor, y algo de aceite! ¡No creo que haya, pero un catalejo o telescopio también hará falta! ¡Yo me encargo!-le lanzó una de las velas ya preparada, quedándose él la otra; con la mano restante cogió una urna del almacén, pues serviría para su propósito-¡A mi señal intenta sacar el trineo al patio!
Una vez en el exterior Roku empezó a vociferar en dirección al digimon volador, siempre en movimiento para evitar que recortara distancias y tuviera que recurrir al ataque a distancia con el que le sorprendió al principio. Repitiendo la pauta un par de veces se dispuso en la fuente, esperando de nuevo la ráfaga.
-Vamos...-el plan era saltar al lateral cuando llegara el impacto, aprovechando el calor desprendido por la energía para producir una neblina, repitiendo la operación las veces que hiciera falta para poder aprovechar el amparo del vapor- Es hora de usarlo: el ojo de la envidia (envious eye).
Si bien esta técnica permitía alimentarse de las emociones negativas del enemigo, como su miedo, desesperación y similares, Roku pretendía usarla para otro fin, pues por mucho que pudiera drenar parte de las fuerzas del digimon enfermo iniciar un combate cuerpo a cuerpo sería el fin. La niebla también le cegaba a él, pero al activar la habilidad podía ver la oscuridad del digimon, y una gigantesca mancha en aquella capa blanquecina era una referencia hacia dónde debía dirigirse.
Empezaba la segunda parte del plan.
De la niebla saltaría hacia la digimon “algo” que podría identificarse como un atacante que recibiría de lleno el ataque, pero seria simplemente una indefensa urna, un cebo. El verdadero Roku preparaba un ataque por el flanco. El sonido del ataque desmenuzando el objeto sería la señal para sorprenderla por su punto ciego, sabiendo que el ataque siempre lo ha efectuado de frente. Empleando las garras dracu (dracu's claw) pudo encaramarse por las columnas de uno de los muros que determinaban el lateral del patio, y cuando saltó hacia ella simplemente extendió la vela, intentando rodear las alas y el rostro del digimon. Habiendo cortado el nudo sangriento ahora solo era una lona que pretendía distraer al digimon mientras Roku atendía a otro propósito.
-¡Vamos vamos, ve sacando el trineo de aquí!-decía mientras procuraba atar las dos alas repitiendo el nudo ocho para abarcar ambas, mientras que con el resto de la cuerda improvisó un nudo corredizo con el cual apuntó a las piernas traseras del digimon.
Con esta estrategia pretendía impedir el vuelo, pero el segundo nudo tenía otro fin. Al estar conectados ambos nudos cada vez que intentara mover las alas o las piernas para alzar el vuelo o incorporarse la presa se haría más fuerte, restringiendo sus movimiento en un forcejeo continuo que pretendía agotarla. Al estar en su lomo el chico no estaba en la línea de tiro, pero le preocupaba que destrozara el vehículo o atacara a su amiga, por lo que Roku seguía intentando con sus inferiores fuerzas que la enferma no deparara en la gata, rezando para que la guardia viniera pronto a reducir a su líder.
Solo quedaba correr hacia la salida cuando las fuerzas del digimon empezaran a decaer, empleando su ojo de pesadilla (eye of nightmare) para limitar el ímpetu del digimon, aunque la diferencia de nivel hiciera que el efecto fuera mínimo solo debía ganar unos segundos para reunirse en el exterior del templo con aquella que sería su aliada en la búsqueda de la cura.
Cuando llegaron al patio el chico corrió a la sala a ver si estaba todo lo necesario, mirando los materiales disponibles y calculando las cantidades necesarias para los dos. Recogió las cuerdas y las telas, empezando realizar un nudo en la esquina de la futura vela. Hay quien realizaría una incisión y un nudo simple, pero de este modo una corriente de viento fuerte rasgaría la tela, destrozando el improvisado vehículo. Saliendo al patio de nuevo para aprovechar el sol y poder ver bien las dimensiones de la tela, Roku efectuó un nudo de sangre,el empleado para cabos pequeños y caracterizado porque, pese a su peso y complicación, es tremendamente complicado de deshacer. Cerró los ojos mientras recordaba la imagen, procurando hacer dos velas mínimo por si la primera sufría algún percance.
-Me llamo Bakemono-respondió mientras acababa con la primera-, soy un digimon errante y es un placer poder seros de ayuda-aún no terminaba de saber cómo tratar a los digimons pese a la etiqueta humana que conocía-, y si no es mucha indiscreción, me gustaría saber tu nombre.
Ignoraba la primera parte de la frase pues debía centrarse en los nudos, por lo que al ver a la digimon en su nuevo estado la sorpresa fue tal que había quedado paralizado. Por suerte la gata le ayudó a evadir el ataque. Claramente no tenía intención de realizar una contraofensiva pues el vínculo que compartía con el digimon enfermo era fuerte. Roku tampoco aprobaba atacar a un enfermo cuando lo que pretendían era sanarlo.
Pero tenía un plan.
Saltó dirigiéndose de nuevo al almacén, gritando a la digimon que le siguiera, pues sabía qué hacer. Una vez en la sala Roku empezó a gritar algunas órdenes para reducir a la convaleciente y poder salir de allí para buscar la cura. Ni siquiera se fijó en si la gata le atendía o hacía caso, pues estaba ocupado mirando qué barriles podrían servirles. Carne en salmuera, pescado salado, dátiles y similares, comidas típicas del desierto, sí, servirían. Roku cogió más cuerda y los alineó, haciendo una ristra por medio del nudo conocido como “ocho”, conectando los que pudo viendo que no peligrara la fila. Debía darse prisa, pues si el digimon alado entraba en la sala lo destrozaría todo, y peor aún, si derrumbaba el techo la peor parada sería ella misma por su mayor tamaño.
Preparó uno de los sarcófago, buscando uno de materiales ligeros que no imposibilitara aprovechar el viento para desplazarse. Sarcófagos, según la época, podían ser de roca, arcilla o incluso madera... Este último material sería el adecuado, la vela ya estaba, los suministros también, habiéndolos puesto sobre la embarcación improvisada. Solo quedaba...
-¡Si puedes busca un candil o similar, algo que pueda alumbrar y dar calor, y algo de aceite! ¡No creo que haya, pero un catalejo o telescopio también hará falta! ¡Yo me encargo!-le lanzó una de las velas ya preparada, quedándose él la otra; con la mano restante cogió una urna del almacén, pues serviría para su propósito-¡A mi señal intenta sacar el trineo al patio!
Una vez en el exterior Roku empezó a vociferar en dirección al digimon volador, siempre en movimiento para evitar que recortara distancias y tuviera que recurrir al ataque a distancia con el que le sorprendió al principio. Repitiendo la pauta un par de veces se dispuso en la fuente, esperando de nuevo la ráfaga.
-Vamos...-el plan era saltar al lateral cuando llegara el impacto, aprovechando el calor desprendido por la energía para producir una neblina, repitiendo la operación las veces que hiciera falta para poder aprovechar el amparo del vapor- Es hora de usarlo: el ojo de la envidia (envious eye).
Si bien esta técnica permitía alimentarse de las emociones negativas del enemigo, como su miedo, desesperación y similares, Roku pretendía usarla para otro fin, pues por mucho que pudiera drenar parte de las fuerzas del digimon enfermo iniciar un combate cuerpo a cuerpo sería el fin. La niebla también le cegaba a él, pero al activar la habilidad podía ver la oscuridad del digimon, y una gigantesca mancha en aquella capa blanquecina era una referencia hacia dónde debía dirigirse.
Empezaba la segunda parte del plan.
De la niebla saltaría hacia la digimon “algo” que podría identificarse como un atacante que recibiría de lleno el ataque, pero seria simplemente una indefensa urna, un cebo. El verdadero Roku preparaba un ataque por el flanco. El sonido del ataque desmenuzando el objeto sería la señal para sorprenderla por su punto ciego, sabiendo que el ataque siempre lo ha efectuado de frente. Empleando las garras dracu (dracu's claw) pudo encaramarse por las columnas de uno de los muros que determinaban el lateral del patio, y cuando saltó hacia ella simplemente extendió la vela, intentando rodear las alas y el rostro del digimon. Habiendo cortado el nudo sangriento ahora solo era una lona que pretendía distraer al digimon mientras Roku atendía a otro propósito.
-¡Vamos vamos, ve sacando el trineo de aquí!-decía mientras procuraba atar las dos alas repitiendo el nudo ocho para abarcar ambas, mientras que con el resto de la cuerda improvisó un nudo corredizo con el cual apuntó a las piernas traseras del digimon.
Con esta estrategia pretendía impedir el vuelo, pero el segundo nudo tenía otro fin. Al estar conectados ambos nudos cada vez que intentara mover las alas o las piernas para alzar el vuelo o incorporarse la presa se haría más fuerte, restringiendo sus movimiento en un forcejeo continuo que pretendía agotarla. Al estar en su lomo el chico no estaba en la línea de tiro, pero le preocupaba que destrozara el vehículo o atacara a su amiga, por lo que Roku seguía intentando con sus inferiores fuerzas que la enferma no deparara en la gata, rezando para que la guardia viniera pronto a reducir a su líder.
Solo quedaba correr hacia la salida cuando las fuerzas del digimon empezaran a decaer, empleando su ojo de pesadilla (eye of nightmare) para limitar el ímpetu del digimon, aunque la diferencia de nivel hiciera que el efecto fuera mínimo solo debía ganar unos segundos para reunirse en el exterior del templo con aquella que sería su aliada en la búsqueda de la cura.
- Off-rol y nudos:
- Off: Aclaro que todo el plan se expone de un modo ideal y se narra para agilizar el desarrollo. Nefertimon perfectamente puede aprovechar cualquier fallo o cambiar sus pautas de ataque para sorprender a Roku, el cual puede recibir uno o varios ataques por parte de esta, seguirá intentando efectuar el plan porque otra solución no se le ocurre.
En la parte donde se encarama al lomo la vela va a durar poco porque puede hacerla arder, pero solo quería ganar uns segundos para efectuar el nudo. Roku perfectamente podría ser atacado por la “piedra roseta”, pero como este ataque abre un portal para lanzar una piedra (que espero no pueda romper la cuerda, aunque las alas y las piernas seguirían inmovilizadas) el chico no lo ha visto así que si le da una pedrada obviamente no va a poder esquivarla.
Y espero que con todo esto haya conseguido que Nefertimon no haga daño a nadie ni mucho menos a sí mismo. Igual la caida, pero soy un rookie y mis posibilidades son limitadas.
También sé que ahora mismo no voy con Gato por el templo, y espero que al menos me ayude a salir por no haber hecho un daño claro en la esfinge. Toca correr de los pharaomons en caso de que no me haya esperado, son cosas que pasan.
Adjunto los nudos empleados para las diferentes tareas.
*Nudo de sangre/sangriento:
*Nudo de ocho:
*Corredizo:
- Tamer
- Faltas :Una por cada double.Prueba de Rol :ADigi Puntos :1060Ficha :NPCs :Nivel On Rol :Ancient spiritNivel On Rol de los Digi Aliados :Sven-Hyper SpiritIcono :Rango y Unidad :Roku Ginshô (Adam Odysseum)
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División: Four Holy Beast
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División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield TurtleInventario :
Roku Ginshô
Re: ¡Curemos a Nefertimon!(misión Roku)
-Bakemono? qué clase de nombre es ese? En fin...yo simplemente soy Gatomon pero puedes llamarme Gato, asi es como a veces me llama mi tamer-comentó ella mientras cogía una mochila de uno de los baules, la llenaba de comida y se la ponía a la espalda.
Cuando apareció Nefertimon en estado agresivo, Gatomon pensó por un momento que lo tenía todo perdido pues su amiga había llegado a una etapa avanzada de la enfermedad. debían correr.
-Bakemono deprisa, salgamos de aquí!! dime lo que necesitas rápido!-Dijo ella mientras esquivaba un potente laser que su amiga anunció como Garra de Diosa. Traje un viejo candelabro que había por allí, estaba apagado no sabía como haría para que se encendiera pero un catalejo o telescopio no encontró nada. Eso es un trineo?-Gatomon recordaba haber visto alguno en una serie que veía el hermano de su tamer, Heidi creo que se llamaba, y la verdad no se parecía en nada a lo que ella conocía como trineo pero aun asi sacó el extraño invento al patio.
-Ya está todo listo, Bakemono! salgamos de aqu´...- pero antes de que terminara de hablar una piedra roseta pasó silbando por encima de su cabeza, por suerte bajó las orejas a tiempo antes de que la roca impactara en una de las paredes del patio haciendo un agujero en la misma a través del cual se veían las dunas del desierto. Gatomon abrió más el agujero para poder salir por allí con todos los cacharros gracias a su Golpe de Gato
Cuando el dracmon atacó a nefertimon con su ojo de la envidia la digimon esfinge se quedó algo confusa y se detuvo un instante en seco.
-¿Qué diantres le has hecho?-se extrañó Gatomon molesta por que Bakemono hubiera osado en atacar de alguna extraña forma a su amiga.
Pero no acababa ahi encima le vio coger una gran pieza de tela y rodear a su amiga con ella, haciendo que Nefertimon forcejeara y rasgara la tela enfadada. Gatomon no tuvo más remedio que actuar.
-GATO KICK!!-Gatomon le propinó una patada en el costado a Bakemono y lo separó de Nefertimon lanzandolo contra una de las columnas que bordeaban el patio. Momento en que la Nefertimon se liberó de la vela y alzó el vuelo.
Gatomon corrió cogió a Bakemono de la protuberancia que salía de su cabeza y lo arrastró hacia el trineo. En un rápido movimiento extendió la vela del mismo y aprovechando el viento que movía Nefertimon con las alas, orientó el trineo y los dos salieron hacia el desierto a través del agujero agrandado por Gatomon.
Ante ellos se mostraba el hostil desierto, pero gracias al impulso extra que ganaron con el bateó de alas de Nefertimon pudieron alejarse pronto del templo. Gatomon miró hacia atrás apenada y también para ver si su amiga les seguía pero por suerte para ellos, algunos Pharaohmon la detuvieron y retuvieron en el templo.
-Baby Flame!- una parte del sarcófago se calentó y salió una pequeña llama y por el agujero salió Dr.Agumon que se nos había acoplado de polizón.
-Dr.Agumon! qué hace aquí! ¡Debería vigilar a mi amiga, casi nos mata!-se extrañó Gatomon
-Mi hermano Dr.Agumon1 está con ella yo soy Dr.Agumon2 y mi hermano me pidió que os acompañara, siempre viene bien un médico en los viajes y además solo yo se reconocer la planta, seguro que si os dejo solos me traeríais cualquier cosa y no estamos para perder el tiempo.
- Tamer & Digimon
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Gatomon
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Ashely_mellorine
Re: ¡Curemos a Nefertimon!(misión Roku)
-¿Un médico? Estupendo, así puede tratar mis pobres costillas o medicar a la loca esta...-ya tardaba en quejarse la voz interior, pero en esta ocasión Roku ni se esforzó en intentar calmarlo como de costumbre. Nadie más que él podría oírle, y ciertamente si hablaba parecería un loco al mantener una conversación con alguien imaginario.
No había tiempo para los lloros del digimon, el tiempo apremiaba, y no había ninguna forma de controlar cuánto quedaba antes de que la esfinge pereciera por aquella enfermedad. Repasó las provisiones y calculó que deberían reducir el consumo al mínimo ahora que había otra boca más para alimentar. Pero eso no era lo importante, el catalejo agilizaría mucho la búsqueda de la montaña, y no estaba. Se requería, una vez más, de una improvisación, pero habría que evaluar los esfuerzos y requisitos para ver si era factible el plan.
El muchacho esperó a que el doctor y la gata dejaran de hablar, pues veía poco cortés interrumpir las explicaciones del primero e importunar la preocupación de la segunda. Aunque conocía protocolos y etiqueta interaccionar con los digimons era algo que no se le daba especialmente bien, pues nunca sabía cuándo acababa la, por decirlo de algún modo, “humanidad” de estos y empezaba su lado “monstruoso”. Recordaba con nostalgia la banda con la que estuvo unos días, ellos hacían que esto pareciera más fácil... Pero ya no estaban.
-Disculpen, si ya han acabado... Sería necesario que se discutiera qué hacer ahora. No creo que a ninguno le agrade la idea de deambular sin rumbo por el desierto pese a lo cómodo del transporte... Bueno, ahora somos tres, será más fácil divisar el monte. Doctor, coja las cuerdas y conduzca un rato, aproveche las corrientes fuertes para ascender por las dunas, así ganaremos altura para buscar la montaña. Tú-decía esta vez dirigiéndose a Gato- tienes buenos músculos y una potencia explosiva considerable-decía mientras se tanteaba las aún doloridas costillas-, cuando sobrepasemos la duna lánzame hacia arriba, así tendré mejor ángulo para buscar el monte.
Mientras escuchaban su propuesta Roku recapitulaba los eventos acaecidos en los últimos minutos. No le gustaba demorar la búsqueda por la posibilidad de que surgiera una pandemia en el templo, pero tampoco poseía la autoridad para liderar a un grupo de desconocidos. Esperaba una respuesta o señal de cooperación de parte de estos, pero no albergaba muchas esperanzas.
Habría que otear en busca de aquella montaña, pero sería difícil orientarse. Echó un último vistazo al templo para poder deducir qué hora sería por la proyección de la sombra. Más bien según la dirección de esta podría buscarse la penumbra que nacía de la montaña donde estaría la medicina. Puede que esto sirviera para ayudarle en su búsqueda, pues abarcaría más terreno centrándose en detectar o la elevación de las rocas o su sombra.
Pero seguía sin saber cuánto tardarían en perder a la esfinge.
Y Bakemono seguía quejándose.
-Roku, eh, Roku, quiero comer brownies, tengo hambre y quiero brownies... Broooownies.
¿Cómo iba a tener hambre si ni siquiera tenía un estómago propiamente dicho? Siempre encontraba formas de ser más irritante que el día anterior...
No había tiempo para los lloros del digimon, el tiempo apremiaba, y no había ninguna forma de controlar cuánto quedaba antes de que la esfinge pereciera por aquella enfermedad. Repasó las provisiones y calculó que deberían reducir el consumo al mínimo ahora que había otra boca más para alimentar. Pero eso no era lo importante, el catalejo agilizaría mucho la búsqueda de la montaña, y no estaba. Se requería, una vez más, de una improvisación, pero habría que evaluar los esfuerzos y requisitos para ver si era factible el plan.
El muchacho esperó a que el doctor y la gata dejaran de hablar, pues veía poco cortés interrumpir las explicaciones del primero e importunar la preocupación de la segunda. Aunque conocía protocolos y etiqueta interaccionar con los digimons era algo que no se le daba especialmente bien, pues nunca sabía cuándo acababa la, por decirlo de algún modo, “humanidad” de estos y empezaba su lado “monstruoso”. Recordaba con nostalgia la banda con la que estuvo unos días, ellos hacían que esto pareciera más fácil... Pero ya no estaban.
-Disculpen, si ya han acabado... Sería necesario que se discutiera qué hacer ahora. No creo que a ninguno le agrade la idea de deambular sin rumbo por el desierto pese a lo cómodo del transporte... Bueno, ahora somos tres, será más fácil divisar el monte. Doctor, coja las cuerdas y conduzca un rato, aproveche las corrientes fuertes para ascender por las dunas, así ganaremos altura para buscar la montaña. Tú-decía esta vez dirigiéndose a Gato- tienes buenos músculos y una potencia explosiva considerable-decía mientras se tanteaba las aún doloridas costillas-, cuando sobrepasemos la duna lánzame hacia arriba, así tendré mejor ángulo para buscar el monte.
Mientras escuchaban su propuesta Roku recapitulaba los eventos acaecidos en los últimos minutos. No le gustaba demorar la búsqueda por la posibilidad de que surgiera una pandemia en el templo, pero tampoco poseía la autoridad para liderar a un grupo de desconocidos. Esperaba una respuesta o señal de cooperación de parte de estos, pero no albergaba muchas esperanzas.
Habría que otear en busca de aquella montaña, pero sería difícil orientarse. Echó un último vistazo al templo para poder deducir qué hora sería por la proyección de la sombra. Más bien según la dirección de esta podría buscarse la penumbra que nacía de la montaña donde estaría la medicina. Puede que esto sirviera para ayudarle en su búsqueda, pues abarcaría más terreno centrándose en detectar o la elevación de las rocas o su sombra.
Pero seguía sin saber cuánto tardarían en perder a la esfinge.
Y Bakemono seguía quejándose.
-Roku, eh, Roku, quiero comer brownies, tengo hambre y quiero brownies... Broooownies.
¿Cómo iba a tener hambre si ni siquiera tenía un estómago propiamente dicho? Siempre encontraba formas de ser más irritante que el día anterior...
- Tamer
- Faltas :Una por cada double.Prueba de Rol :ADigi Puntos :1060Ficha :NPCs :Nivel On Rol :Ancient spiritNivel On Rol de los Digi Aliados :Sven-Hyper SpiritIcono :Rango y Unidad :Roku Ginshô (Adam Odysseum)
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Roku Ginshô
Re: ¡Curemos a Nefertimon!(misión Roku)
-Mmmm esto es bastante relajante...-comentó Gato tumbada tan ricamente en el féretro con sus zarpas detrás de la cabeza y sus patas traseras cruzadas.
-El desierto es grande... humm creo recordar que por aquí cerca debe de andar mi pueblo... ¿Qué? ¿conducir? ¿Cómo se conduce esto?-El Dr. Agumon2 cogió las cuerdas pero Bakemono no le explicó muy bien como conducir el vehículo y el digimon reptil tiró mal de una cuerda y el féretro comenzó a virar peligrosamente.
Gatomon se iba a disponer a patear a Bakemono con gusto pues parecía que a la gata no le cayó demasiado bien el digimon oscuro, además dudaba mucho que viera algo pues el monte solo se mostraba a los viajeros en contadas ocasiones. Sin embargo cuando le pateó lanzándole por los aires con su Neko Kick el tiro se le desvió debido a que el vehículo volcó y empezó a rodar por las dunas. Bakemono fue lanzado a varios metros de ellos.
Gato y el Dr.Agumon estuvieron discutiendo un rato al lado del vehículo cabeza abajo, Gatomon le decía que era un mal conductor que para que tocaba si no sabia y blablabla y el Dr.Agumon se defendía diciendo que fue culpa de bakemono que el no le explicó bien los mandos y prefería ser pateado que explicarle nada, que lo suyo era la medicina no la conducción y patatin patatan.
Mientras ellos discutían Bakemono volaba por los aires sin mas vista del horizonte que un montón de rocas que ni de lejos eran el monte que buscaban, podía haber caído en el pueblo de Dr. Agumon pero ese lugar aun estaba algo lejos de donde ellos estaban, por lo que el dracmon cayó en el pequeño islote de rocas. De hecho al caer chocó con una extraña conformacion rocosa con extraños puntos por toda su estructura y que al notar el choque se oyó un gruñido. De las rocas con puntos salió una cabeza con bastante malas pulgas y los ojos rojos, siguiendole de unas patas y una cola, se puso a dos patas y rugió con todas sus fuerzas ofendido por que un insignificante digimon rookie a su lado osara molestarle en su enfermedad. Tortomon volvió a ponerse a 4 patas y se dispuso a atacar a Bakemono.
-¡ACID BREATH!-te roció con su aliento ácido difícil de esquivar porque si lo aguantabas de lleno te dejaría envenenado por unos instantes.
Tortomon estaba enfermo igual que Nefertimon por lo que sería difícil razonar con él para que no te atacara. Además es un digimon con gran poder defensivo y ataques brutales, con un nivel por encima del tuyo y Gatomon, de su mismo nivel, no estaba contigo para salvarte el trasero (aun seguía discutiendo con Dr.Agumon) ¿qué harás?
- Tamer & Digimon
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Gatomon
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Ashely_mellorine
Re: ¡Curemos a Nefertimon!(misión Roku)
-¿Ves algo, Bakemono?-inquería Roku mientras sobrevolaba el firmamento-Ya que creo que he efectuado una mala organización de las tareas, deberemos adaptarnos a la nueva situación.
-¿Sabes que solo he entendido la mitad de lo que has dicho, tío?
-Entendido, dime cuándo has dejado de entenderme.
-”¿Ves algo, Bakemono?”, y ya, el resto como que “blablabla”. Por cierto, ¿duele la patada?
-No tenemos tiempo para centrarnos en nuestro dolor, hemos de atender a la misión, Bakemono-le regañaba el humano, cansado de la habilidad del digimon de cambiar de tema y eludir responsabilidades.
-Eso es que sí... Mi pobre cuerpecito... Ah, y no, no veo nada parecido a un monte, pero sí veo esa enorme piedra.
Ya colisionaban con el peñón del que advertía el “sagaz” digimon, y qué sorpresa para ambas partes cuando este demostró ser otro digimon de colosales proporciones y que no parecía muy dispuesto a perdonar el incidente. Preparándose para el ataque, los pensamientos de ambas partes que conformaban al Bakemono no podrían estar más en desacuerdo: el propio Bakemono, una existencia interior, solo podía pensar en correr y ponerse a salvo, en cambio, el humano Roku deparó en que con su tamaño y velocidad sería imposible buscar refugio antes de recibir el impacto.
Por ello ojeó el lugar buscando una posible cobertura improvisada. A diferencia de las extensiones desérticas el emplazamiento de aquel digimon se encontraba dispuesto de masas de rocas sin erosionar. Observando la complexión del digimon, captó en las púas de su lomo. Trasfiriendo esta fisionomía a su conocimiento sobre zoología, cuando estas alcanzan una determinada extensión y vejez el animal tiende a deshacerse de ellas para dejar sitio a nuevas y mejoradas púas.
Así, Roku procuró clavar sus garras (dracu's claws)en alguna roca de la zona, escama o púa desprendida del digimon cercana con la que cubrirse del ataque enemigo, aprovechando su pequeño tamaño como ventaja al no necesitar un gran escudo. Al ser un ataque consistente en un vapor tóxico al interrumpir su paso podría evitarlo.
-¿Desde cuando un Tortomon puede escupir veneno? ¿EN QUÉ MUNDO VIVIMOS?
-...En el digimundo, ¿no?-el chico respondió casi por inercia a la queja de su compañero- Ahora calla un segundo, déjame pensar-gritando en dirección al digimon, pues quería comprobar una cosa- ¡Oye, caer sobre ti ha sido un accidente, perdón por arruinarte la fiesta!¡Una amiga ha caído enferma y estamos buscando el antídoto!¡Dicen que está en un monte! ¿¡Sabes si está cerca!?¡Si hay infectados por aquí no nos importará compartir la medicina con ellos, de verdad!
Puede que pecando de iluso, Roku pensaba que de verdad el diálogo podría llevar a alguna parte, ignorando el hecho de que aquel digimon le superaba en nivel y que, por tanto, perfectamente podría no dignarse a escuchar los lamentos desesperados de su futura cena. Pero, ¿qué perdía por intentarlo?
-¿Sabes que solo he entendido la mitad de lo que has dicho, tío?
-Entendido, dime cuándo has dejado de entenderme.
-”¿Ves algo, Bakemono?”, y ya, el resto como que “blablabla”. Por cierto, ¿duele la patada?
-No tenemos tiempo para centrarnos en nuestro dolor, hemos de atender a la misión, Bakemono-le regañaba el humano, cansado de la habilidad del digimon de cambiar de tema y eludir responsabilidades.
-Eso es que sí... Mi pobre cuerpecito... Ah, y no, no veo nada parecido a un monte, pero sí veo esa enorme piedra.
Ya colisionaban con el peñón del que advertía el “sagaz” digimon, y qué sorpresa para ambas partes cuando este demostró ser otro digimon de colosales proporciones y que no parecía muy dispuesto a perdonar el incidente. Preparándose para el ataque, los pensamientos de ambas partes que conformaban al Bakemono no podrían estar más en desacuerdo: el propio Bakemono, una existencia interior, solo podía pensar en correr y ponerse a salvo, en cambio, el humano Roku deparó en que con su tamaño y velocidad sería imposible buscar refugio antes de recibir el impacto.
Por ello ojeó el lugar buscando una posible cobertura improvisada. A diferencia de las extensiones desérticas el emplazamiento de aquel digimon se encontraba dispuesto de masas de rocas sin erosionar. Observando la complexión del digimon, captó en las púas de su lomo. Trasfiriendo esta fisionomía a su conocimiento sobre zoología, cuando estas alcanzan una determinada extensión y vejez el animal tiende a deshacerse de ellas para dejar sitio a nuevas y mejoradas púas.
Así, Roku procuró clavar sus garras (dracu's claws)en alguna roca de la zona, escama o púa desprendida del digimon cercana con la que cubrirse del ataque enemigo, aprovechando su pequeño tamaño como ventaja al no necesitar un gran escudo. Al ser un ataque consistente en un vapor tóxico al interrumpir su paso podría evitarlo.
-¿Desde cuando un Tortomon puede escupir veneno? ¿EN QUÉ MUNDO VIVIMOS?
-...En el digimundo, ¿no?-el chico respondió casi por inercia a la queja de su compañero- Ahora calla un segundo, déjame pensar-gritando en dirección al digimon, pues quería comprobar una cosa- ¡Oye, caer sobre ti ha sido un accidente, perdón por arruinarte la fiesta!¡Una amiga ha caído enferma y estamos buscando el antídoto!¡Dicen que está en un monte! ¿¡Sabes si está cerca!?¡Si hay infectados por aquí no nos importará compartir la medicina con ellos, de verdad!
Puede que pecando de iluso, Roku pensaba que de verdad el diálogo podría llevar a alguna parte, ignorando el hecho de que aquel digimon le superaba en nivel y que, por tanto, perfectamente podría no dignarse a escuchar los lamentos desesperados de su futura cena. Pero, ¿qué perdía por intentarlo?
- Spoiler:
- La estategia para evitar el veneno depende de si hay rocas o púas de Tortamon cerca de él. Si consideras que el escudo improvisado no sirve, haz que esté paralizado, pero seguirá intentando llegar a un acuerdo con el digimon (aunque claro, si no puede mover la boca poco podrá hacer).
- Tamer
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Roku Ginshô
Re: ¡Curemos a Nefertimon!(misión Roku)
-Un minuto...-paró un momento la discusión Gatomon, para luego gritar con Agumon.
-El digimon plumilla no está!!!!-habían llegado los 2 a la respuesta lógica.
-Obvio, tu lo lanzaste por los aires...-replicó Dr.Agumon
-No habrá ido muy lejos... vamos, tenemos que ir tras el este es capaz de meterse en problemas, no se por qué me da...-contestó Gatomon poniéndose al mando de la navecilla. Agumon no replicó y se subió tras ella en la misma.
Tortomon no tenía alrededor púas ni cosas así, solo habia algunas rocas que podían refugiarte pero no serían muy permanentes pues el ácido del digimon tortuga también las corroía.
Tras rociarte de ácido, el tortomon se escondió en su caparazón y empezó a girar sobre si mismo dirigiendo las púas hacia cualquier piedra o roca sobre la q t ocultaras. Por suerte en ese momento llegó tu nave con Gatomon y Dr.Agumon.
-Tenemos otro afectado de la enfermedad en fase agresiva.... se nos acaba el tiempo, Gatomon-comentó el Dr.Agumon
-Ese idiota... ¿como no iba a estar en el ajo?-comentó la gata al verte.-Me hará acabar con un montón de digimons...tsch! y ninguno está bueno...!!!-se lamentaba.
-Si te sirve, podrías intentar aturdirlo en vez de matarlo como intentó hacer el dracmon con tu amiga... yo vigilaré la nave.-Gatomon le lanzó una mirada asesina al agumon-Oye, no me mires así! Yo no tengo el nivel para enfrentarme a él...
-Por qué no hubiera ido con Ashe-chan a resolver este misterio en vez de rodearme de digimon tan estúpidos y poco apuestos... Qué vida más perra!-se lamentó la gata.
Una tropa de Gotsumons la vieron acercarse con malas intenciones a tortomon e intentaron pararla.
-No dañarás a nuestro amigo Tortomon!-dijeron los gotsumon lanzandole rocas a Gatomon.
-Y qué hay de mi amig... del digimon que está asesinando vuestro amigo?-comentó Gatomon esquivando agilmente los ataques.
Los digimon rocosos dudaron un instante, no parecían tener síntomas de la enfermedad, aunque seguro que no sería por mucho tiempo si permanecían junto a Tortomon, quizá pudieran darnos información pero de momento eran un poco estorbo.
-Apartaros de mi camino! he de salvar a ese dracmon! LIGHTING PAW!-rodó sobre sí misma e hizo consecutivos arañazos a los gotsumon para apartarlos de su camino e ir a ayudarte en caso de que lo necesites.
- Tamer & Digimon
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Ashely_mellorine
Re: ¡Curemos a Nefertimon!(misión Roku)
Captando que la roca empezaba a descomponerse ante el ácido, Roku fue desplazándose hasta donde pudiera guarecerse de la mortal neblina, aprovechando las coberturas naturales que constituían las rocas del terreno. Al parecer el digimon debió de percatarse de este intento de huida pues dispuso de otra estrategia para acabar con él. Resguardándose en el interior de su caparazón e iniciando una rápida rotación, aquel monstruo que se le asemejaba a un cruce de erizo y tortuga comenzó a disparar sus púas contra las rocas que le servían de escudo.
-¿Qué hacemos? ¿¡Qué hacemos!?¡No aguantaremos mucho si sigue atacando así, tío!-gruñía Bakemono en la mente de Roku-¡Vamos, piensa, piensa, piensa, debemos salir de aquí!
-No, no vamos a irnos.
-¿¡Qué!?¿¡Acaso quieres que nos hagan fosfatina!? ¡Usa tu maravilloso cerebro en uno de esos planes absurdos y ponnos a salvo, por favor!
-Eso sí puedo hacerlo. Hoy te voy a enseñar cómo aprovechar las leyes de la física, pequeño Bakemono.
“La fuerza que genera un cuerpo al rotar se conoce como “centrífuga”, y hace que los objetos circundantes se alejen del centro a gran velocidad” pensaba el chico buscando así explicar cómo se efectuaba el ataque del digimon.“Viendo la dirección en que los dispara aplica este principio al no manipular la trayectoria, sino ya me habrían impactado por una parábola o algún giro imposible que hubiera sorteado la roca”, proseguía cavilando buscando la solución, “ergo, no puede dispararlos de otro modo que no sea una línea recta”.
Y con este último pensamiento se dispuso a ras de suelo. La diferencia de tamaño haría, en teoría, que las púas arrojadas pasaran por encima de él. Tras esto comenzó a moverse hacia el digimon, en un acto aparentemente suicida, pero que entraba en los intereses del chico. Cuando estuvo lo suficientemente cerca preparó de nuevo sus garras (dracu's claw) y con los dedos rozó el caparazón del digimon. Cuando dejaba de notar la superficie donde ejercía presión sabía que era uno de los orificios del digimon, y rápidamente calculó que el intervalo entre cabeza y extremidades era diferente, estando los brazos y la cabeza juntos, constituyendo un enorme vacío.
Quería evitar esta cavidad al haber podido ver de primera mano la capacidad de regurgitar ácido, así que cuando percibió un agujero más pequeño clavo las garras y se introdujo en él. Una vez dentro mantuvo la ofensiva, aferrándose al caparazón para resistir la ya conocida fuerza centrífuga, y luego, por hacer el intento, proyectó su voz hacia la cavidad, esperando que el eco llegara al digimon.
-¡Deja de atacarme, puedo pasarme el día entero evadiendo tus ofensivas! ¡Solo quiero saber dónde está el monte para buscar la medicina! ¡Si no vas a cooperar... Pues tendré que dejarte ko! La pregunta es cómo...
-Oye, creo que fuera hay gente. ¿Deberíamos pedirles ayuda o este es ahora nuestro nuevo hogar?
-Calla, estoy pensando.
-¿Qué hacemos? ¿¡Qué hacemos!?¡No aguantaremos mucho si sigue atacando así, tío!-gruñía Bakemono en la mente de Roku-¡Vamos, piensa, piensa, piensa, debemos salir de aquí!
-No, no vamos a irnos.
-¿¡Qué!?¿¡Acaso quieres que nos hagan fosfatina!? ¡Usa tu maravilloso cerebro en uno de esos planes absurdos y ponnos a salvo, por favor!
-Eso sí puedo hacerlo. Hoy te voy a enseñar cómo aprovechar las leyes de la física, pequeño Bakemono.
“La fuerza que genera un cuerpo al rotar se conoce como “centrífuga”, y hace que los objetos circundantes se alejen del centro a gran velocidad” pensaba el chico buscando así explicar cómo se efectuaba el ataque del digimon.“Viendo la dirección en que los dispara aplica este principio al no manipular la trayectoria, sino ya me habrían impactado por una parábola o algún giro imposible que hubiera sorteado la roca”, proseguía cavilando buscando la solución, “ergo, no puede dispararlos de otro modo que no sea una línea recta”.
Y con este último pensamiento se dispuso a ras de suelo. La diferencia de tamaño haría, en teoría, que las púas arrojadas pasaran por encima de él. Tras esto comenzó a moverse hacia el digimon, en un acto aparentemente suicida, pero que entraba en los intereses del chico. Cuando estuvo lo suficientemente cerca preparó de nuevo sus garras (dracu's claw) y con los dedos rozó el caparazón del digimon. Cuando dejaba de notar la superficie donde ejercía presión sabía que era uno de los orificios del digimon, y rápidamente calculó que el intervalo entre cabeza y extremidades era diferente, estando los brazos y la cabeza juntos, constituyendo un enorme vacío.
Quería evitar esta cavidad al haber podido ver de primera mano la capacidad de regurgitar ácido, así que cuando percibió un agujero más pequeño clavo las garras y se introdujo en él. Una vez dentro mantuvo la ofensiva, aferrándose al caparazón para resistir la ya conocida fuerza centrífuga, y luego, por hacer el intento, proyectó su voz hacia la cavidad, esperando que el eco llegara al digimon.
-¡Deja de atacarme, puedo pasarme el día entero evadiendo tus ofensivas! ¡Solo quiero saber dónde está el monte para buscar la medicina! ¡Si no vas a cooperar... Pues tendré que dejarte ko! La pregunta es cómo...
-Oye, creo que fuera hay gente. ¿Deberíamos pedirles ayuda o este es ahora nuestro nuevo hogar?
-Calla, estoy pensando.
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Roku Ginshô
Re: ¡Curemos a Nefertimon!(misión Roku)
Gatomon llegó al lugar de los hechos, allí estaba Tortomon con digisarampión como debatíéndose con algo, algo molesto que se le había incrustado en algún lado... Hizo un extraño movimiento como para liberarse de su molestia, Gatomon esperaba algun ataque de numemon o una "masa misteriosa" volando por los aires pero lo que vio volando no fue otra cosa q bakemono, Tortomon le debio de dar una patada y lanzarlo por los aires y para colmo parecía disponerse para lanzar sus puas hacia el digimon oscuro.
Gatomon no se lo pensó 2 veces, saltó y corrió por las rocas aledañas lanzándose hacia Bakemono. Cuando lo agarró en el aire, tortomon lanzó sus púas.
-Ay,ay,ay,ay,ay!!! -Gatomon consiguió esquivar todos los ataques y los que le pasaban rozando los utilizaba de apoyo para impulsarse hacia arriba. Cuando Tortomon acabó su reserva de misiles, Gatomon le dijo a Bakemono:
-Agárrate a mi espalda!-dicho esto se propulsó hacia la cocorota de tortomon con su zarpa por delante, esperando que no le diera por escupir ácido.
-GOLPE DE GATO!!-le dio un puñetazo en toda la cabeza a tortomon dejándole un poco groggy.
Gatomon giró sobre si misma para caer de pie cerca del monstruo.
-Será mejor q salgamos de aquí, Bakemono. Tortomon podría volver en si y no quiero dañarlo más.-dijo ella.
Sin embargo, los gotsumon ofendidos por los ataques de Gatomon y porque hubieran dañado a su amigo corrieron enfurecidos hacia nosotros lanzándonos piedras e improverbios.
-Malditos Gotsumon...! Corre!!!-te alienta Gatomon.
Tienes dos opciones, huir de los gotsumon (como sugiere Gatomon),o intentar razonar con ellos a base de mamporros puesto que quizá tengan información sobre el monte que buscáis. Tú eliges.
- Tamer & Digimon
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Ashely_mellorine
Re: ¡Curemos a Nefertimon!(misión Roku)
Actuando por instinto, Roku se aferraba a la espalda del digimon felino mientras esta se encargaba de incapacitar, al menos temporalmente, a aquella especie de tortuga gigante. Lo que pasó después, unido a la sensación que le transmitía su salvadora le hacía pensar en algo cada vez más obvio. Un digimon postrado e irracional en aquel desierto, debía estar infectado, y por ello la frustración de la tal Gatomon por atacarlo, ya que aunque fuera en defensa propia, golpear a un enfermo no es agradable, y menos cuando te recuerda tu impotencia en la lucha contra esta pandemia.
Por ello no soporto que aquellos digimons les atacaran con piedras. Lo más seguro es que por sus cabezas pasara la idea de que estaban intentando acabar con lo que parecía ser su amigo o defensor, pero nada más lejos de la realidad, pues querían sanarlo a él y a todos los enfermos. Eran demasiados, y aunque Gatomon decía de huir Roku no se movió, recibiendo algunas de las piedras.
-¿Sabías que el secreto para esquivar los ataques está en MOVERSE?-protestaba Bakemono- Mira, no te digo no quiera partirles esa jeta rocosa, pero en serio, son ciento y la madre, y tú solo uno, ¿entiendes?
-Cástor y Pollux eran dos y diezmaron un ejército-argumentaba Roku-,así que no debemos de tener ningún miedo, compañero.
-¿A qué te refieres? ¿No sabes contar? ¡Eres solo uno!
-No, cuenta bien... Ahora mismo somos dos.
Roku, aprovechando las facultades que le brindaba el cuerpo de Bakemono, apuntó con sus ojos a los que encabezaban la turba. Sabía que no eran soldados, pues de haber tenido formación bélica de algún tipo ya les habrían flanqueado y les impedirían cualquier huída. Los ataques estaban descoordinadas, pues no lanzaban los proyectiles “en salva”, sino a destiempo. Así, la estrategia de Roku serviría en cuanto a que aprovechaba la torpeza natural que estaban demostrando.
Empleando su “ojo de pesadilla” (eye of nightmare) paralizó a los primeros en la estampida. Al privárseles el movimiento servían de “topes” para los que iban detrás, chocando los unos con los otros. Siendo consciente de las limitaciones físicas de disponer solo de dos ojos, y no queriendo arriesgarse a una sobrecarga, se centraba en dos objetivos, y una vez estos empezaban a causar tropiezos entre los suyos, pasar a centrar su mirada en otros dos. Y así hasta que la mayoría estuvieran en el suelo o intentando quitarse a sus pesados compañeros de encima, pues esos cuerpos de roca maciza no se veían muy confortables a la hora de otorgar una buena movilidad.
Luego, aprovechando el caos y las púas que Gatomon usó para ganar altura, las cuales estarían clavadas en el suelo al propulsarlas hacia abajo, colocaría una a modo de escudo para cubrir la ruta de Gatomon, pero con esto no quería decir que la acompañaría, pues esa acción no solucionaría nada. Suspirando profundamente, pues nada le defendería de la lluvia de piedras, descargó su cuerpo contra la escama del digimon enfermo, pensando qué podría hacer.
-Tío, si tuviera uno, me quitaba el sombrero, al menos por las ideas, pero no sé si me convence tu manía de “uuuuh, debo parar golpes con la cara de Bakemono”. Necesitamos un sombrero, ¿cuál me quedaría mejor?
-Tenemos un médico en el grupo, ¿recuerdas? Aparte de eso, no olvides- decía hablando aparentemente solo, pero golpeándose ligeramente la cabeza- que tenemos una coraza natural aquí, eso es lo que importa.
-No, lo que importa es... ¿Y ahora qué?
-¡Los pedruscos de ahí!-empezó a gritar Roku-¡¿No veis que no hemos venido a atacaros?!¡Solo soy yo y la gata, y aquí no hay más que rocas!¡¿De verdad pensáis que hemos venido a molestar a un enfermo o a robaros algo?!¡Como vuestro amigo, hay más gente enferma!¡Sea lo que sea, se está extendiendo por el desierto, y solo hay una cura!¡¿Queréis acabar como él?!¡¿Queréis infectaros?!¡Pues eso es lo que conseguís al no hacer nada!¡Ayudadnos a buscar la medicina, está en el monte más alto, pero no sé dónde esta!¡Nos acompaña un médico, podremos salvar a vuestro compañero, podemos salvar a vuestro pueblo!¡Ayudadnos a salvar el desierto, maldita sea!
No era seguro que los gritos de Roku llegaran a aquellos digimons, más centrados en los insultos que atender a razones, pero ciertamente este intento desesperado era mejor que deambular por el desierto sin un rumbo o destino fijos.
Por ello no soporto que aquellos digimons les atacaran con piedras. Lo más seguro es que por sus cabezas pasara la idea de que estaban intentando acabar con lo que parecía ser su amigo o defensor, pero nada más lejos de la realidad, pues querían sanarlo a él y a todos los enfermos. Eran demasiados, y aunque Gatomon decía de huir Roku no se movió, recibiendo algunas de las piedras.
-¿Sabías que el secreto para esquivar los ataques está en MOVERSE?-protestaba Bakemono- Mira, no te digo no quiera partirles esa jeta rocosa, pero en serio, son ciento y la madre, y tú solo uno, ¿entiendes?
-Cástor y Pollux eran dos y diezmaron un ejército-argumentaba Roku-,así que no debemos de tener ningún miedo, compañero.
-¿A qué te refieres? ¿No sabes contar? ¡Eres solo uno!
-No, cuenta bien... Ahora mismo somos dos.
Roku, aprovechando las facultades que le brindaba el cuerpo de Bakemono, apuntó con sus ojos a los que encabezaban la turba. Sabía que no eran soldados, pues de haber tenido formación bélica de algún tipo ya les habrían flanqueado y les impedirían cualquier huída. Los ataques estaban descoordinadas, pues no lanzaban los proyectiles “en salva”, sino a destiempo. Así, la estrategia de Roku serviría en cuanto a que aprovechaba la torpeza natural que estaban demostrando.
Empleando su “ojo de pesadilla” (eye of nightmare) paralizó a los primeros en la estampida. Al privárseles el movimiento servían de “topes” para los que iban detrás, chocando los unos con los otros. Siendo consciente de las limitaciones físicas de disponer solo de dos ojos, y no queriendo arriesgarse a una sobrecarga, se centraba en dos objetivos, y una vez estos empezaban a causar tropiezos entre los suyos, pasar a centrar su mirada en otros dos. Y así hasta que la mayoría estuvieran en el suelo o intentando quitarse a sus pesados compañeros de encima, pues esos cuerpos de roca maciza no se veían muy confortables a la hora de otorgar una buena movilidad.
Luego, aprovechando el caos y las púas que Gatomon usó para ganar altura, las cuales estarían clavadas en el suelo al propulsarlas hacia abajo, colocaría una a modo de escudo para cubrir la ruta de Gatomon, pero con esto no quería decir que la acompañaría, pues esa acción no solucionaría nada. Suspirando profundamente, pues nada le defendería de la lluvia de piedras, descargó su cuerpo contra la escama del digimon enfermo, pensando qué podría hacer.
-Tío, si tuviera uno, me quitaba el sombrero, al menos por las ideas, pero no sé si me convence tu manía de “uuuuh, debo parar golpes con la cara de Bakemono”. Necesitamos un sombrero, ¿cuál me quedaría mejor?
-Tenemos un médico en el grupo, ¿recuerdas? Aparte de eso, no olvides- decía hablando aparentemente solo, pero golpeándose ligeramente la cabeza- que tenemos una coraza natural aquí, eso es lo que importa.
-No, lo que importa es... ¿Y ahora qué?
-¡Los pedruscos de ahí!-empezó a gritar Roku-¡¿No veis que no hemos venido a atacaros?!¡Solo soy yo y la gata, y aquí no hay más que rocas!¡¿De verdad pensáis que hemos venido a molestar a un enfermo o a robaros algo?!¡Como vuestro amigo, hay más gente enferma!¡Sea lo que sea, se está extendiendo por el desierto, y solo hay una cura!¡¿Queréis acabar como él?!¡¿Queréis infectaros?!¡Pues eso es lo que conseguís al no hacer nada!¡Ayudadnos a buscar la medicina, está en el monte más alto, pero no sé dónde esta!¡Nos acompaña un médico, podremos salvar a vuestro compañero, podemos salvar a vuestro pueblo!¡Ayudadnos a salvar el desierto, maldita sea!
No era seguro que los gritos de Roku llegaran a aquellos digimons, más centrados en los insultos que atender a razones, pero ciertamente este intento desesperado era mejor que deambular por el desierto sin un rumbo o destino fijos.
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Re: ¡Curemos a Nefertimon!(misión Roku)
Una vez que Tortomon quedó incapacitado por el momento, Dr.Agumon se acercó a él a tomar unas muestras para analizar la enfermedad, mientras nosotros nos entreteníamos con los gotsumon.
-Eh! mirad eso!-uno de los gotsumon señaló al Dr. Agumon
-El Dr.Agumon? Podrá curar a Tortomon?-los demás gotsumon se detuvieron y miraron hacia donde trabajaba el agumon con bata.
-y ahora os dais cuenta? Porque no intentais ser más amables con la gente que intenta ayudaros?-protesto Gato
-Lo sentimos... hay muchos digimon desquiciados por los alrededores con los mismos síntomas que nuestro amigo y os tomamos por unos de ellos aunque no vimos manchas en vuestros cuerpos, pero al ver al Dr. Agumon con vosotros nos dimos cuenta de vuestras buenas intenciones... perdonadnos.-dijo uno de ellos
-Queréis ir al Monte Espejismo?- comentó otro que había escuchado de bakemono vuestras intenciones-Es una locura, moriréis por el desierto antes que encontrarlo, solo aparece en contadas ocasiones... Yo jamás lo he visto y he vivido toda mi vida aqui.
-Y conocéis a alguien que sepa más datos sobre su aparición? Es lo único que conocemos para curar a los digimon afectados por el Digisarampión-intercedió Gatomon
-Vulcano Town, mi hogar, no está muy lejos de aqui, creo recordar que el gobernador del mismo es alguien de gran sabiduría podemos ir allí-comentó Dr.Agumon acercándose a nosotros- Además podremos pasar por mi casa, Starmon hace un guiso para chuparse los dedos! y asi puedo analizar estas muestras que he obtenido.
-Tenemos nuestras esperanzas puestas en vosotros, quizá seais los elegidos para encontrar la cura al mal de nuestro amigo-comentó otro gotsumon menos agorero que el que os habló del Monte Espejismo.
-Debemos hacer todo lo posible por curar a nuestros amigos, yo también conozco bien lo que estais padeciendo, mi amiga Nefertimon tb tiene ese mal-dijo Gato
-Conocéis a Nefertimon-sama? ohh nuestra querida reina! Si ella se cura quizá cure a nuestro amigo tambien-comentó el gotsumon agorero
-Eso pretendemos pero debemos encontrar la flor lo antes posible antes de que todos los digimon después de rebelarse con su entorno, se desintegren sus datos y deban volver a Ciudad Inicio... el Digisarampion es un virus muy agresivo.-Comentó Dr. Agumon
-Debeis apresuraros entonces! No temáis cuidaremos de Tortomon hasta vuestro regreso. Buena suerte!-se despidió uno de los gotsumon
-Nos pondremos en marcha, ahora mismo. Gracias por todo gotsumons-dijo Gato.
Puedes preguntar más cosas si quieres a los gotsumon o ir directamente a nuestro siguiente destino. Vulcano Town se llama así porque está edificada en al falda de un volcán, tiene un estilo de casas que recuerda al lejano oeste y en ella habitan digimon del grupo Dragon Roar y Beast, en otras palabras digimon animaloides y afines a las llamas, asi como digimon dragon/dinosaurio pero en bajos niveles (no es muy normal ver greymon y tyrannomon por ahi sueltos en la ciudad la verdad) por lo que si hay guilmon, agumon, flawizardmons, muchomon etc.. asi como digimon mutantes tipo starmon, deputymon, centarumon, unimon... una vez alli de momento te dejo cierta libertad, solo de momento jejejje
- Tamer & Digimon
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Re: ¡Curemos a Nefertimon!(misión Roku)
-Yupi, vamos a estar andando por el desierto como una panda de estúpidos Nohemon movidos por el viento buscando una montaña que no existe para buscar una flor que, quizás, pueda salvar una enfermedad que hace que la gente se vuelva idiota. ¿Cuando los humanos enfermáis no os ponen en una cosa que se llama “cuarentena”? Pues en el digimundo solo falta que vayamos lamiendo a los enfermos... Y por eso quiero que salgamos de aquí. No del desierto, sino de este maldito mundo de locos.
-Déjame pensar...-decía el muchacho pensando en voz alta; las quejas y pataleos del digimon solo le molestaban- Una cosa, digimons. Si nunca nadie de aquí ha visto el monte, ¿cómo se sabe de su existencia? Es más, la flor antídoto, ¿hay algún registro o algo? ¿No será solo una leyenda o similar?-pensando en fenómenos físicos del mundo humano, llegó a una hipótesis-¿No se habrá erosionado el monte? Igual alguno de estos enormes digimons lo desintegro o algo de un ataque... Pero la verdad, lo que veo ridículo es que, siendo un remedio tan bueno, a nadie se le ocurriera intentar trasplantarla en una reserva o invernadero... En fin.
Cansado por la situación, que no parecía tener una solución sencilla, y por el continuo insistir de su digimon interior por abandonar, Roku se estaba quedando sin ideas, y no le gustaba no saber qué paso dar a continuación. Pensó en que si se sabían los componentes de la digicura podría sintetizarse sin necesidad de la flor, pero un desierto no destaca por su abundancia de productos.
-Bueno, no creo que estar aquí le siente bien a vuestro amigo. Si su cuerpo empieza a aumentar su temperatura para combatir la enfermedad comenzará a manifestar fiebre. Estar al sol únicamente empeorará su estado-cavilaba mientras pensaba en otros remedios para combatir los síntomas de enfermedades humanas-. Colocadlo en la sombra y procurad que esté fresco. Dejarle comer alimentos ricos en agua, como hierbas o el interior de un cactus, y no dejéis que salga de la zona. Podéis cercar el lugar para evitar que se pierda por el desierto. Si se niega a comer podéis machacar esta comida para producir agua, usadla para enfríarle. No sé si esto retrasará sus síntomas, pero por lo menos no va a empeorar-tras los consejos, decidió intentar convencerles de echar una mano-. Tal vez deberíais venir algunos con nosotros, así si encontramos el remedio podréis traérselo al tal Tortamon y no tendremos que perder tiempo en regresar aquí. Entended que la zona de Nefertimon nos pilla más lejos y no sabemos quién enfermó antes, por lo que tras conseguir la cura lo más satisfactorio para ambas partes es que una vez elaborado el antídoto cada uno vaya a su destino.
-Oye, quizás no deberías hablar con tanta frialdad sobre los enfermos. Que igual les sienta mal y eso. ¡Deja de pensar en que soy idiota, hieres mis sentimientos!¿Sabes qué? Paso, me voy a tus recuerdos de la tele, seguro que es más divertido que... ¿Documentales? ¿En serio?
Roku no le respondió. Los sentimientos llegados a este punto no podría importarle menos. Estaban enfermos, dependiendo de una medicina que solo brotaba en un lugar del que se dudaba su existencia. Si lo encontraban no se garantizaba la supervivencia de aquellos que ya habían enfermado, pero al menos podrían evitar que se propagara. Tenía pensado que, para evitar que esto volviera a ocurrir, enseñarles a los digimons nociones básicas de agricultura y botánica.
Una cura tan importante no podía relegarse a un hallazgo casual en momentos de necesidad.
-Déjame pensar...-decía el muchacho pensando en voz alta; las quejas y pataleos del digimon solo le molestaban- Una cosa, digimons. Si nunca nadie de aquí ha visto el monte, ¿cómo se sabe de su existencia? Es más, la flor antídoto, ¿hay algún registro o algo? ¿No será solo una leyenda o similar?-pensando en fenómenos físicos del mundo humano, llegó a una hipótesis-¿No se habrá erosionado el monte? Igual alguno de estos enormes digimons lo desintegro o algo de un ataque... Pero la verdad, lo que veo ridículo es que, siendo un remedio tan bueno, a nadie se le ocurriera intentar trasplantarla en una reserva o invernadero... En fin.
Cansado por la situación, que no parecía tener una solución sencilla, y por el continuo insistir de su digimon interior por abandonar, Roku se estaba quedando sin ideas, y no le gustaba no saber qué paso dar a continuación. Pensó en que si se sabían los componentes de la digicura podría sintetizarse sin necesidad de la flor, pero un desierto no destaca por su abundancia de productos.
-Bueno, no creo que estar aquí le siente bien a vuestro amigo. Si su cuerpo empieza a aumentar su temperatura para combatir la enfermedad comenzará a manifestar fiebre. Estar al sol únicamente empeorará su estado-cavilaba mientras pensaba en otros remedios para combatir los síntomas de enfermedades humanas-. Colocadlo en la sombra y procurad que esté fresco. Dejarle comer alimentos ricos en agua, como hierbas o el interior de un cactus, y no dejéis que salga de la zona. Podéis cercar el lugar para evitar que se pierda por el desierto. Si se niega a comer podéis machacar esta comida para producir agua, usadla para enfríarle. No sé si esto retrasará sus síntomas, pero por lo menos no va a empeorar-tras los consejos, decidió intentar convencerles de echar una mano-. Tal vez deberíais venir algunos con nosotros, así si encontramos el remedio podréis traérselo al tal Tortamon y no tendremos que perder tiempo en regresar aquí. Entended que la zona de Nefertimon nos pilla más lejos y no sabemos quién enfermó antes, por lo que tras conseguir la cura lo más satisfactorio para ambas partes es que una vez elaborado el antídoto cada uno vaya a su destino.
-Oye, quizás no deberías hablar con tanta frialdad sobre los enfermos. Que igual les sienta mal y eso. ¡Deja de pensar en que soy idiota, hieres mis sentimientos!¿Sabes qué? Paso, me voy a tus recuerdos de la tele, seguro que es más divertido que... ¿Documentales? ¿En serio?
Roku no le respondió. Los sentimientos llegados a este punto no podría importarle menos. Estaban enfermos, dependiendo de una medicina que solo brotaba en un lugar del que se dudaba su existencia. Si lo encontraban no se garantizaba la supervivencia de aquellos que ya habían enfermado, pero al menos podrían evitar que se propagara. Tenía pensado que, para evitar que esto volviera a ocurrir, enseñarles a los digimons nociones básicas de agricultura y botánica.
Una cura tan importante no podía relegarse a un hallazgo casual en momentos de necesidad.
- Tamer
- Faltas :Una por cada double.Prueba de Rol :ADigi Puntos :1060Ficha :NPCs :Nivel On Rol :Ancient spiritNivel On Rol de los Digi Aliados :Sven-Hyper SpiritIcono :Rango y Unidad :Roku Ginshô (Adam Odysseum)
Rango: Holy General
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield TurtleRango y Unidad Digi Aliado :Sven
Rango: Teniente
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield TurtleInventario :
Roku Ginshô
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