El poder del futuro [priv. Yatt y Plasma]

El pistolero sonrió levemente al ver que su estrategia había funcionado. Realmente no le agradaba la idea de tener que hacer más de lo necesario, pero realmente no había llegado a otra solución posible. No le importaba tener que asesinar a alguien más, pero desde luego no quería hacerlo. Escucho a la humana atentamente y simplemente mantuvo su pequeña sonrisa, mientras apretaba con la firmeza justa al humano prisionero para no matarlo pero si para mantenerlo quieto en su lugar. Mantuvo su posición y extendió un brazo, quitándose así mismo el sombrero a modo de “cortesía”.

Exactamente señorita, he venido a asesinar a alguien, no se preocupen, un pobre desgraciado que no sabe en lo que se ha metido, no me interesa hacerle daño a nadie más, pueden confiar en mi –Apretó ligeramente al humano que tenía en su mano, haciéndolo gritar de dolor- no obstante, si me molestan demasiado, o intentan algo, este de aquí se muere –Sonrió victorioso, después de todo, ya no podían hacer o decirle nada, aunque la escena tomo un giro bastante grande en los acontecimientos- ¿Eh?

El pistolero observo al digimon que había llegado. Un BlackGuilmon, aunque tampoco le resultaba del todo importante. Se quedó quieto, manteniendo la misma presión sobre el humano para mantener a todos a raya. Dedujo por la reacción del reptil, que el humano que tenía en sus garras era importante para él; eso le daba más confianza y seguridad sobre su plan, aunque lo siguiente que escucho, era algo que no esperaba. El caballero dragón le dirigió la palabra al dinosaurio, para posteriormente darle una orden bastante clara… aunque quizás no fue tan clara, o no lo suficientemente directa para lo que estuvo a continuación.

¡¿Por qué no te metes esa orden por la cola inexistente que tienes y haces algo?! –Grito furioso- ¡Tú no eres mi jefe! ¡Nadie lo es! ¡Que este con ustedes no significa que me importe! ¡Todo esto de ser el caballero es por y para Zereck! ¡Lo saben!
Veo que hay bastante hostilidad aquí… mmmm… bueno, podemos arreglar esto si todos nos portamos bien e ignoramos lo que nos pone en contra –Bromeo tranquilo- ustedes déjenme hacer mis cosas y todos podremos irnos felices en unos 10 minutos
¡Al diablo 10 minutos! ¡Suelta a mi compañero ahora mismo! ¡FIRE GRANDE! –El dinosaurio disparo una bola de fuego al rostro del pistolero, aunque por la distancia ni siquiera llego a sus pies- ¡Ya suéltalo!
Mmmm… no, no lo hare, es más… ¿Por qué no te pierdes un rato? –Inclino la pierna y disparo sin previo aviso hacia el BlackGuilmon, dando justo al suelo frente a el- el próximo ira a tu cabezota

Mientras tanto, el humano a la distancia se quedó al margen de la situación. No sentía que debiera interferir, principalmente porque no disponía del poder suficiente para hacer algo como eso; no obstante, el espíritu que portaba consigo, le decía que debían de hacer algo, aunque fuera una distracción, pero realmente no sabía que tan efectivo podría ser eso. Fuese como fuese, el espíritu dorado al poco tiempo comenzó a sentir una presencia extraña, negativa en toda su plenitud, pero no sabía de donde provenía. Luego de investigar a la distancia, pudo ver la fuente: el digimon cuyo compañero humano había sido atrapado. El espíritu dorado sentía la furia dentro de él, y que faltaría poco para que estallase. Lo cierto es que debió decirle a su “recipiente” humano que interfiriera rápido, pero decidió callar; simplemente porque no quería arriesgar más de la cuenta. Es una pena, que nadie esperaría el próximo fatídico desenlace.