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El descubrimiento de las ruinas del Monasterio Draco, tallado en lo alto de una desolada montaña en el valle de los dragones, ha despertado un gran interés por todo el Digimundo. Principalmente porque según los tallados de la pared exterior dentro de las ruinas se encuentra un obre mágico que contiene en su interior la data y poder del treceavo Royal Kinght, la cual sera dada a quien reclame dicho objeto. Según la historia grabada en los murales, el obre fue dejado allí por el mismo Royal Kinght en caso de que su poder sea necesario para derrotar al mal que se alce en el futuro...por desgracia semejante premio también a llamado la atención de quienes usarían el poder para sus propias metas egoístas. Por lo que esta aventura ahora se a vuelto una carrera por ver quien consigue el gran premio.
6 meses despues de la ultima carrera, un BanchoLeomon reune al viejo equipo de organizacion para dar un nuevo espectaculo, pero en esta carrera, el misterioso patrocinador ha enviado a un "Aspirante a Campeon" con un extraño y unico Digivice. ¿Que es lo que sucedera a lo largo del evento y como funciona este nuevo digivice?.
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-Skin hecho por Hardrock de The Captain Knows Best.
-Imagenes realizadas por Runari Wildy
y Sigrun Vinter
-Imagenes realizadas por Runari Wildy
y Sigrun Vinter
Cita después del desastre [Priv. Yatt ]
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Cita después del desastre [Priv. Yatt ]
Dos horas después del combate y después de haber dejado a Henry en la ambulancia, no sin antes intercambiar números telefónicos, el joven de pelo plateado en plena oscuridad de la noche caminaba por las heladas calles de la ciudad acompañado de su nueva integrante de su “pequeña familia”, quien se ocultaba entre las sombras de las calles, después de los sucesos que paso durante la noche, el saber de la existencia de otro mundo, el estar mal herido por pelear con aquel chico con parte del rostro quemado, el haber sido escudo humano para proteger a una chica de unos murciélagos digitales, todo eso logro agotarlo por completo, lo que no le dejo de otra más que dirigirse a casa. Al entrar aquel edificio subió por el ascensor hasta llegar a un piso exclusivo donde solamente él podía entrar, parecía algo muy extravagante para un simple chico de 22 años tener todo el piso completo de un edificio como departamento, pero tenía que respetar los últimos deseos de sus abuelos.
Renamon ya puedes salir, aquí estarás segura.- una figura esbelta salía de entre las sombras poco a poco, era su Renamon quien luciendo su pelaje plateado caminaba hacia su tamer, ladeando la cadera a cada paso. –Como ordene amo… - después de un momento de duda, aquella hermosa digimon se sentó junto al chico, ambos se observaron mutuamente por un instante de nuevo, hasta que el chico puso fin al silencio. –Dime… ¿por qué me dices amo? No es como si fueras mi sirvienta o seas una subordinada. – Renamon solo asiente con la cabeza y comienza a dar su explicación mientras se deja ir sobre el joven muchacho, este no tiene otra reacción en su rostro que un intenso rubor en sus mejillas, la empieza a acariciar el suave pelaje y escucha atentamente las palabras de Renamon.
Eso es debido a que soy solamente compañera de usted y de nadie más, las relación entre tamer y digimon puede resultarte un poco compleja, de hecho no encuentro una forma de explicar cómo es una relación así, esta es mi primera relación con un tamer, lo más cercano que tengo a un ser querido o un compañero siempre ha sido mi señor Tuwarmon, él es quien me envió aquí en primer lugar. Lo siento no puedo decir nada más aun, no estás preparado, lo único que necesitas saber es que necesitamos volvernos más fuertes. –El chico extrañado no pudo comprender mucho pero solo le quedaba aceptar ese hecho, al igual que debía aceptar que se había vuelto un tamer y por lo tanto adquirió una responsabilidad. La noche seguía avanzando y poco a poco el cielo se fue despejando pudiéndose apreciar la luna y las estrellas de nuevo, todo estaba más tranquilo, el silencio y la tranquilidad eran tan reconfortantes que poco a poco tamer y digimon se quedaron dormidos sobre aquel mueble.
Horas más tarde, durante el día, Kagura se encontraba en las afueras de un centro comercial, lugar donde había quedado con Henry para verse y hablar sobre “cosas importantes” que ella no quería mencionar hablando por teléfono, seguramente tenía algo que ver con el tema de los digimon así que no tuvo de otra más que aceptar. Aprovechando la situación . El frio clima había cambiado, el cielo azul y despejado, la luz cálida del sol derritiendo los restos de nieve que habían caído en esa noche, sin duda era un hermoso día, casi tan perfecto como para una cita, ¿cita? Esa palabra resonaba en la mente de Kagura de tan solo recordar el momento donde sostenía las manos de Henry solo para ayudarla a deslizar las cartas, el enrojecimiento de sus mejillas mientras recordaba la sensación de sus manos con las de Henry dejaba en lo evidente lo que comenzaba a sentir por ella. El tiempo seguía pasando mientras él esperaba en el lugar donde quedaron, una fuente de sodas frente al centro comercial.
Renamon ya puedes salir, aquí estarás segura.- una figura esbelta salía de entre las sombras poco a poco, era su Renamon quien luciendo su pelaje plateado caminaba hacia su tamer, ladeando la cadera a cada paso. –Como ordene amo… - después de un momento de duda, aquella hermosa digimon se sentó junto al chico, ambos se observaron mutuamente por un instante de nuevo, hasta que el chico puso fin al silencio. –Dime… ¿por qué me dices amo? No es como si fueras mi sirvienta o seas una subordinada. – Renamon solo asiente con la cabeza y comienza a dar su explicación mientras se deja ir sobre el joven muchacho, este no tiene otra reacción en su rostro que un intenso rubor en sus mejillas, la empieza a acariciar el suave pelaje y escucha atentamente las palabras de Renamon.
Eso es debido a que soy solamente compañera de usted y de nadie más, las relación entre tamer y digimon puede resultarte un poco compleja, de hecho no encuentro una forma de explicar cómo es una relación así, esta es mi primera relación con un tamer, lo más cercano que tengo a un ser querido o un compañero siempre ha sido mi señor Tuwarmon, él es quien me envió aquí en primer lugar. Lo siento no puedo decir nada más aun, no estás preparado, lo único que necesitas saber es que necesitamos volvernos más fuertes. –El chico extrañado no pudo comprender mucho pero solo le quedaba aceptar ese hecho, al igual que debía aceptar que se había vuelto un tamer y por lo tanto adquirió una responsabilidad. La noche seguía avanzando y poco a poco el cielo se fue despejando pudiéndose apreciar la luna y las estrellas de nuevo, todo estaba más tranquilo, el silencio y la tranquilidad eran tan reconfortantes que poco a poco tamer y digimon se quedaron dormidos sobre aquel mueble.
Horas más tarde, durante el día, Kagura se encontraba en las afueras de un centro comercial, lugar donde había quedado con Henry para verse y hablar sobre “cosas importantes” que ella no quería mencionar hablando por teléfono, seguramente tenía algo que ver con el tema de los digimon así que no tuvo de otra más que aceptar. Aprovechando la situación . El frio clima había cambiado, el cielo azul y despejado, la luz cálida del sol derritiendo los restos de nieve que habían caído en esa noche, sin duda era un hermoso día, casi tan perfecto como para una cita, ¿cita? Esa palabra resonaba en la mente de Kagura de tan solo recordar el momento donde sostenía las manos de Henry solo para ayudarla a deslizar las cartas, el enrojecimiento de sus mejillas mientras recordaba la sensación de sus manos con las de Henry dejaba en lo evidente lo que comenzaba a sentir por ella. El tiempo seguía pasando mientras él esperaba en el lugar donde quedaron, una fuente de sodas frente al centro comercial.
Última edición por KaguraGr el Lun Oct 24, 2016 9:04 pm, editado 1 vez
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :255Ficha :Nivel On Rol :PerfectNivel On Rol de los Digi Aliados :Kiseki: ChampionIcono :Rango y Unidad :Kagura Tenshi
Rango: Soldado
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: East Blue Dragon
Renamon (Mizuki)
Rango: Soldado
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: East Blue DragonInventario :
Kagura Tenshi
Re: Cita después del desastre [Priv. Yatt ]
Ya no podía decir ni cuántas veces había revisado aquel mensaje que había llegado hasta su D-Arc. Un remintente desconocido, carácteres en el digivice deformados... claramente no le daba buena espina, y el contenido del mensaje no era menos sospechoso. Sin embargo, ni siquiera contó a su familia -que venían a ser sus digimon- lo que ocurría, porque aludía a un detalle que pasaba a ser personal y existencial para ella.
"Sé el "problema" que estás teniendo.
Puedo curar esa enfermedad llamada debilidad. Quiero ayudarte. Piénsalo.
Estaré el Sábado durante la tarde en el centro comercial. Yo mismo te buscaré por el lugar"
Lo había meditado toda el Viernes durante la noche. Tenía espacio para hacerlo: aquel Sábado era de esos pocos días en los que las prácticas y clases teóricas de la universidad no la importunaban, y se dio la casualidad que tampoco tenía un turno que cumplir en los U.S. Su semana, normalmente, era una rutina en la que debía combinar sus asuntos mundanos como sus estudios con el deber de agente, una rutina muy agotadora, a decir verdad.
De la intriga y preocupación se había desvelado, y no podía dejar de darle vueltas, a sabiendas de que esas horas que estaba consumiendo en pensar debía invertirlas en su descanso si quería aguantar el tipo el Lunes. Pero le era imposible. Leonardo, como siempre, dormía a sus pies como un perro humano, y Floramon, por su parte, dormía a su lado. Luna miraba al techo aquella noche, diciéndose que aquel mensaje podía haber sido enviado por cualquiera. Había todo tipo de problemas.
-No tiene por qué referirse a ese en concreto. Es como la palabra "cosas". Abarcará lo que el oyente quiera que abarque, por lo genérica que es...-trataba de convencerse. El sentido común se lo decía claramente: "no vayas". Incluso suponiendo que no fuera una especie de broma o algo poco importante, el que le mandaba ese mensaje podía ser un tarado, un violador... sin embargo, por otra parte, el mensaje había llegado a su D-Arc, no a su móvil. Eso significaba que el remitente, o bien tenía un digivice, o bien sabía del mundo digital. No podía ignorar eso, así que se sintió obligada a ir a aquella extraña cita.
Sin embargo, Luna no nació ayer: había tomado ciertas precauciones. Ya se había cruzado con tamers tarados que le habían propinado palizas. Se aseguró de de llevar puesta una chaqueta con bolsillos además de los vaqueros, dentro del cual tenía unas tijeras. Caminaba con sus manos metidas en los bolsillos, como si tuviera frío -y ciertamente por la nevada de la noche anterior, no era del todo mentira, pero notaba que la adrenalina y el sentimiento de tensión la hacían tener calor-. Cabía la posibilidad de que quien la había citado fuera alguien que quisiera hacerle daño. Por suerte, el centro comercial, siendo Sábado estaba concurrido, así que no podría atacarla abiertamente a menos que ella accediera a ir a algún lugar solitario, cosa que no pensaba hacer. Una parte de sí tenía el temor latente de que repentinamente algún digimon monstruoso atacase el centro comercial con ella dentro, pero negó con la cabeza; los ataques al mundo humano solían ser discretos, un Centro Comercial un Sábado atraería las miradas de todos; sería muy difícil hacerlo pasar por accidente. Ni a Digital I.N.C ni a los U.S les interesaba que los digimons fueran un asunto de conocimiento público.
Deambulaba por el centro comercial, sin saber muy bien qué hacer. El extraño dijo que la encontraría, pero no había rastro de él, de momento. Durante la primera hora, cada vez que alguien se le acercaba un par de metros, dentro del bolsillo, aferraba las tijeras, con las manos temblorosas, pero resultaba ser un traseúnte más de compras. Estaba tremendamente tensa. Y con razón. Sus digimon no estaban allí, no había nadie allí que la pudiera defender; dependía de sí misma, y se estaba adentrando en la boca del lobo.
Sin dejar de ser consciente de ello, se fijó en cómo muchos adolescentes parecían entusiasmados por un juego de cartas. En concreto, el juego de Digimon. Digimon era un juego comercializado en el mundo humano, lo cual Luna supo mucho después de encontrar su D-Arc, hacía ya mucho, sin embargo era recientemente cuando se estaba haciendo más popular, entre grandes y pequeños. Luna suponía que ese interés en la gente adulta tenía que ver con el hecho de que los usuarios de D-Arc podían practicar estrategias sobre el tablero que luego usarían en batallas reales. Sí, era tan lejano aquel día en el que limpiando la habitación de su padre encontró dicho dispositivo, junto a la baraja de cartas... aunque de adolescente ella había sido muy muy solitaria, cuando pensaba en cartas, videojuegos y películas, sentía un atisbo de nostalgia y, aunque sin poder compartir esa afición con nadie, le daba un poco de felicidad entre un mar de malas vivencia. Curiosamente, no podía decidir si su adolescencia era mejor que su actual preadultez.
Si mal no recordaba en el centro comercial había una tienda de juegos de mesa, entre los que estaba el juego de cartas de Digimon. Luna se preguntaba quién estaba detrás de la comercialización de los productos, no le parecía muy inteligente hacer que algo así no fuera información clasificada. Además, en algunos casos se comercializaban cartas que sí tenían efecto si se pasaban por los D-Arc. Por supuesto no eran las más coloridas y había que saber dónde y qué pedir, una especie de "pedido especial" que la hacían pensar en cosas como "mercado negro".
Quizás era el lugar más indicado para que el extraño la encontrase, así que se dirigió hacia allí. La tienda estaba abarrotada de chiquillos, y en el escaparate había el cartel de los distintos torneos que se celebraban aquel día, junto con anuncios de nuevas barajas. Con un vistazo a través de la vitrina pudo ver que, al menos, no sólo habia adolescentes sino personas que como ella, rondaban los veintipocos. Eso debería hacerla sentir segura, pero se quedó congelada delante del escaparate.
* * *
A pesar de la cantidad de gente paseando por delante de la fuente para entrar en el centro comercial, Henry era distinguible en la distancia por su cabellera -quizás lo era, sobre todo, para Kagura-. Muchos de ellos eran jóvenes y se los veía con mazos de cartas, aunque probablemente no todos fueran tamers. Era curioso cómo para algunos el juego de cartas era un pastiempo, mientras que para otros un entrenamiento intensivo. Henry había citado a Kagura en una fuente justo a la entrada del centro comercial, fuente entre cuyo chorro se filtraban los rayos de sol; hacía un buen día, a pesar de que la noche antes nevó.
Por unos isntantes Henry y Mindy se quedaron frente a la fuente creyendo que eran las primeras en llegar, sin embargo Mindy señalaba a Kagura y tiraba a Henry del brazo para que pudiera localizarlo entre el ir y venir de todos. Henry alzó la manos y la agitó en un saludo a la par que se acercaba al chico.
-¡Wi! ¡Hola, hola, Kagura!-exclamó Mindy. Era curioso saber que debajo de esa faceta, se escondía un digimon diablillo mucho más serio que odiaba el ruido.
-Te cité aquí, por supuesto, para hablar de esas "cosas importantes" que ocurrieron. Iremos a la tienda de cartas, ahí te enseñaré los mazos "especiales" con los que jugar-claramente, se refería a los sucesos donde os conocisteis. La chica se pasó la mano por el pelo con una sonrisa. Las campanillas que adornaban sus coletas hicieron un leve tintineo-No puedes usar mi mazo por siempre. Para la gente como nosotros es importante elaborar su propio mazo y estrategia.
-¡Pero si fue diver!-Mindi puso una sonrisa alegre y pícara, a la cual Henry respondió a modo de broma mientras hacía un gestito del de una pequeña aferrando un caramelo: "Igualmente mis cartas son mías."
Después de la pequeña broma de la peliroja, añadió algo más bajito y con más seriedad.
-A medida que la conozcas, sabrás qué tipo de estrategia y qué tipo de cartas os vienen mejor, no te preocupes por eso. El secreto está en ir avanzando juntos-luego añadió con una sonrisa traviesa mientras se señalaba la sien-y escoger con un poquito de criterio e inteligencia.
-¡Haz caso a Henry!¡Ella sabe de esas cosas!¡Te llevaremos a un lugar donde hay muuuchas cartas!¡Y luego tomaremos delicioso helado!-Mindy hizo una "v" con los dedos, aferrando a Henri con la otra mano.
La expresión de la peliroja se tornó tranquilizadora y añadió: "Si lo mantienes en mente, verás cómo irá bien". Mindy dio un salto, con gestito de enojo infantil hacia Kagura.
-¡Ya quiero tomar helado, y a este paso se lo llevarán todo así que vamos!-la pequeña hizo un puchero, cogiendo a Kagura y a Henry del brazo y tirando de ellos para entrar en el centro comercial.
"Sé el "problema" que estás teniendo.
Puedo curar esa enfermedad llamada debilidad. Quiero ayudarte. Piénsalo.
Estaré el Sábado durante la tarde en el centro comercial. Yo mismo te buscaré por el lugar"
Lo había meditado toda el Viernes durante la noche. Tenía espacio para hacerlo: aquel Sábado era de esos pocos días en los que las prácticas y clases teóricas de la universidad no la importunaban, y se dio la casualidad que tampoco tenía un turno que cumplir en los U.S. Su semana, normalmente, era una rutina en la que debía combinar sus asuntos mundanos como sus estudios con el deber de agente, una rutina muy agotadora, a decir verdad.
De la intriga y preocupación se había desvelado, y no podía dejar de darle vueltas, a sabiendas de que esas horas que estaba consumiendo en pensar debía invertirlas en su descanso si quería aguantar el tipo el Lunes. Pero le era imposible. Leonardo, como siempre, dormía a sus pies como un perro humano, y Floramon, por su parte, dormía a su lado. Luna miraba al techo aquella noche, diciéndose que aquel mensaje podía haber sido enviado por cualquiera. Había todo tipo de problemas.
-No tiene por qué referirse a ese en concreto. Es como la palabra "cosas". Abarcará lo que el oyente quiera que abarque, por lo genérica que es...-trataba de convencerse. El sentido común se lo decía claramente: "no vayas". Incluso suponiendo que no fuera una especie de broma o algo poco importante, el que le mandaba ese mensaje podía ser un tarado, un violador... sin embargo, por otra parte, el mensaje había llegado a su D-Arc, no a su móvil. Eso significaba que el remitente, o bien tenía un digivice, o bien sabía del mundo digital. No podía ignorar eso, así que se sintió obligada a ir a aquella extraña cita.
Sin embargo, Luna no nació ayer: había tomado ciertas precauciones. Ya se había cruzado con tamers tarados que le habían propinado palizas. Se aseguró de de llevar puesta una chaqueta con bolsillos además de los vaqueros, dentro del cual tenía unas tijeras. Caminaba con sus manos metidas en los bolsillos, como si tuviera frío -y ciertamente por la nevada de la noche anterior, no era del todo mentira, pero notaba que la adrenalina y el sentimiento de tensión la hacían tener calor-. Cabía la posibilidad de que quien la había citado fuera alguien que quisiera hacerle daño. Por suerte, el centro comercial, siendo Sábado estaba concurrido, así que no podría atacarla abiertamente a menos que ella accediera a ir a algún lugar solitario, cosa que no pensaba hacer. Una parte de sí tenía el temor latente de que repentinamente algún digimon monstruoso atacase el centro comercial con ella dentro, pero negó con la cabeza; los ataques al mundo humano solían ser discretos, un Centro Comercial un Sábado atraería las miradas de todos; sería muy difícil hacerlo pasar por accidente. Ni a Digital I.N.C ni a los U.S les interesaba que los digimons fueran un asunto de conocimiento público.
Deambulaba por el centro comercial, sin saber muy bien qué hacer. El extraño dijo que la encontraría, pero no había rastro de él, de momento. Durante la primera hora, cada vez que alguien se le acercaba un par de metros, dentro del bolsillo, aferraba las tijeras, con las manos temblorosas, pero resultaba ser un traseúnte más de compras. Estaba tremendamente tensa. Y con razón. Sus digimon no estaban allí, no había nadie allí que la pudiera defender; dependía de sí misma, y se estaba adentrando en la boca del lobo.
Sin dejar de ser consciente de ello, se fijó en cómo muchos adolescentes parecían entusiasmados por un juego de cartas. En concreto, el juego de Digimon. Digimon era un juego comercializado en el mundo humano, lo cual Luna supo mucho después de encontrar su D-Arc, hacía ya mucho, sin embargo era recientemente cuando se estaba haciendo más popular, entre grandes y pequeños. Luna suponía que ese interés en la gente adulta tenía que ver con el hecho de que los usuarios de D-Arc podían practicar estrategias sobre el tablero que luego usarían en batallas reales. Sí, era tan lejano aquel día en el que limpiando la habitación de su padre encontró dicho dispositivo, junto a la baraja de cartas... aunque de adolescente ella había sido muy muy solitaria, cuando pensaba en cartas, videojuegos y películas, sentía un atisbo de nostalgia y, aunque sin poder compartir esa afición con nadie, le daba un poco de felicidad entre un mar de malas vivencia. Curiosamente, no podía decidir si su adolescencia era mejor que su actual preadultez.
Si mal no recordaba en el centro comercial había una tienda de juegos de mesa, entre los que estaba el juego de cartas de Digimon. Luna se preguntaba quién estaba detrás de la comercialización de los productos, no le parecía muy inteligente hacer que algo así no fuera información clasificada. Además, en algunos casos se comercializaban cartas que sí tenían efecto si se pasaban por los D-Arc. Por supuesto no eran las más coloridas y había que saber dónde y qué pedir, una especie de "pedido especial" que la hacían pensar en cosas como "mercado negro".
Quizás era el lugar más indicado para que el extraño la encontrase, así que se dirigió hacia allí. La tienda estaba abarrotada de chiquillos, y en el escaparate había el cartel de los distintos torneos que se celebraban aquel día, junto con anuncios de nuevas barajas. Con un vistazo a través de la vitrina pudo ver que, al menos, no sólo habia adolescentes sino personas que como ella, rondaban los veintipocos. Eso debería hacerla sentir segura, pero se quedó congelada delante del escaparate.
* * *
A pesar de la cantidad de gente paseando por delante de la fuente para entrar en el centro comercial, Henry era distinguible en la distancia por su cabellera -quizás lo era, sobre todo, para Kagura-. Muchos de ellos eran jóvenes y se los veía con mazos de cartas, aunque probablemente no todos fueran tamers. Era curioso cómo para algunos el juego de cartas era un pastiempo, mientras que para otros un entrenamiento intensivo. Henry había citado a Kagura en una fuente justo a la entrada del centro comercial, fuente entre cuyo chorro se filtraban los rayos de sol; hacía un buen día, a pesar de que la noche antes nevó.
Por unos isntantes Henry y Mindy se quedaron frente a la fuente creyendo que eran las primeras en llegar, sin embargo Mindy señalaba a Kagura y tiraba a Henry del brazo para que pudiera localizarlo entre el ir y venir de todos. Henry alzó la manos y la agitó en un saludo a la par que se acercaba al chico.
-¡Wi! ¡Hola, hola, Kagura!-exclamó Mindy. Era curioso saber que debajo de esa faceta, se escondía un digimon diablillo mucho más serio que odiaba el ruido.
-Te cité aquí, por supuesto, para hablar de esas "cosas importantes" que ocurrieron. Iremos a la tienda de cartas, ahí te enseñaré los mazos "especiales" con los que jugar-claramente, se refería a los sucesos donde os conocisteis. La chica se pasó la mano por el pelo con una sonrisa. Las campanillas que adornaban sus coletas hicieron un leve tintineo-No puedes usar mi mazo por siempre. Para la gente como nosotros es importante elaborar su propio mazo y estrategia.
-¡Pero si fue diver!-Mindi puso una sonrisa alegre y pícara, a la cual Henry respondió a modo de broma mientras hacía un gestito del de una pequeña aferrando un caramelo: "Igualmente mis cartas son mías."
Después de la pequeña broma de la peliroja, añadió algo más bajito y con más seriedad.
-A medida que la conozcas, sabrás qué tipo de estrategia y qué tipo de cartas os vienen mejor, no te preocupes por eso. El secreto está en ir avanzando juntos-luego añadió con una sonrisa traviesa mientras se señalaba la sien-y escoger con un poquito de criterio e inteligencia.
-¡Haz caso a Henry!¡Ella sabe de esas cosas!¡Te llevaremos a un lugar donde hay muuuchas cartas!¡Y luego tomaremos delicioso helado!-Mindy hizo una "v" con los dedos, aferrando a Henri con la otra mano.
La expresión de la peliroja se tornó tranquilizadora y añadió: "Si lo mantienes en mente, verás cómo irá bien". Mindy dio un salto, con gestito de enojo infantil hacia Kagura.
-¡Ya quiero tomar helado, y a este paso se lo llevarán todo así que vamos!-la pequeña hizo un puchero, cogiendo a Kagura y a Henry del brazo y tirando de ellos para entrar en el centro comercial.
- Tamer & Digimon
- Faltas :1Prueba de Rol :ADigi Puntos :402Ficha :Nivel On Rol :RookieNivel On Rol de los Digi Aliados :Leonardo
Champion
Icono :Rango y Unidad :Luna Naitoenjeru
Rango: Soldado
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield Tortule
Flora
Rango: Soldado
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield Tortule
Rango y Unidad Digi Aliado :Leonardo
Rango: Soldado
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield TortuleInventario :
Luna Kobayashi
Re: Cita después del desastre [Priv. Yatt ]
Aun bebiendo su soda observa una mano alzada al iré, mano que reconocería en cualquier parte pues era la mano de Henry, se ruboriza al momento de verla y trata de actuar natural pese a lo nervioso que luce ante a los demás. toma un ultimo sorbo antes de saludarla a ella y a Mindy.- Hola Mindy me alegra ver que ambas están bien jeje - sonríe dulcemente y les da un abrazo a ambas. - En verdad me alegra que estén completamente bien.- Por un momento su sonrisa se distorsiona tomando un gesto de preocupación teniendo un rápido y breve flashback de lo que paso la noche anterior.
Al terminar los saludos escucha atentamente lo que dice Henry sobre su mazo y como debe conseguir Kagura su propio mazo. -Bueno entiendo lo que dices, hablando sobre tu mazo, toma se me olvido devolverlo lo siento jeje -Kagura saca el mazo de cartas completo de un bolsillo de su chaqueta, las cartas están en perfecto estado tal cual como se las habían prestado a el. -gracias por explicarme todo antes, digo, sobre el juego de cartas jeje.- Mira a los ojos de Henry y vuelve a ruborizarse un poco, desvía la mirada y prosigue con la platica. - Así que... me ayudaras a conseguir mi propio mazo de cartas en un local de aquí?, en este centro comercial?.
Eso me seria de gran ayuda, sobre todo porque ahora tengo una gran responsabilidad, no es así?. - voltea a ver a un oscuro callejón donde Renamon se ocultaba entre las sombras para seguir a su tamer y cuidarlo. -Bien, bien, entiendo, adelante vamos las seguiré jeje. - se dejaba arrastrar por el imprudente jalón de mano que Mindy daba a ambos tamers. Así fue como estuvieron hasta llegar frente al local de aquel juego de cartas, a su alrededor la gente mayor escaseaba, la mayoría que estaban ahí eran jóvenes aficionados a este juego de cartas.
Poco a poco el transito de las personas por el lugar disminuía con el pasar del tiempo, la tarde caía sobre el lugar mientras Kagura, aun indeciso buscando un mazo que encajara perfecto con él, tomaba distintos mazos pidiendo permiso al local de usarlos para probarlos en distintos duelo de cartas con otros chicos, así siguió durante un rato hasta que vio en el fondo del local, un paquete nuevo recién llegado por correspondencia. - Eh?... y eso? - se muestra interesado por lo que contiene el paquete, pues podría ser nueva mercancía de la tienda.
Disculpe señor, que contiene esa caja que esta al fondo de su negocio? -señala con el dedo a la caja mientras habla con el encargado.-Oh, veo que es muy observador joven, pues vera, esa caja esta llena de un nuevo mazo de cartas de digimon que salio no hace mucho, de hecho aun no es del todo oficial, esta a prueba aun, pero hoy es un día especial para la tienda, pues como aun esta a prueba buscamos diferentes jugadores que quieran probarlo, si alguien logra vencer a nuestro actual gerente en una batalla con ese mazo, puede quedárselo como premio.
Ya veo... conque una versión de prueba... y dice que todo aquel que derrote al gerente de la tienda con este mazo puede conservarlo no? - pensando seriamente en participar en el evento del local, consulta antes con Henry y Mindy. - Ustedes que piensan? debería participar para probar ese mazo nuevo?
Al terminar los saludos escucha atentamente lo que dice Henry sobre su mazo y como debe conseguir Kagura su propio mazo. -Bueno entiendo lo que dices, hablando sobre tu mazo, toma se me olvido devolverlo lo siento jeje -Kagura saca el mazo de cartas completo de un bolsillo de su chaqueta, las cartas están en perfecto estado tal cual como se las habían prestado a el. -gracias por explicarme todo antes, digo, sobre el juego de cartas jeje.- Mira a los ojos de Henry y vuelve a ruborizarse un poco, desvía la mirada y prosigue con la platica. - Así que... me ayudaras a conseguir mi propio mazo de cartas en un local de aquí?, en este centro comercial?.
Eso me seria de gran ayuda, sobre todo porque ahora tengo una gran responsabilidad, no es así?. - voltea a ver a un oscuro callejón donde Renamon se ocultaba entre las sombras para seguir a su tamer y cuidarlo. -Bien, bien, entiendo, adelante vamos las seguiré jeje. - se dejaba arrastrar por el imprudente jalón de mano que Mindy daba a ambos tamers. Así fue como estuvieron hasta llegar frente al local de aquel juego de cartas, a su alrededor la gente mayor escaseaba, la mayoría que estaban ahí eran jóvenes aficionados a este juego de cartas.
Poco a poco el transito de las personas por el lugar disminuía con el pasar del tiempo, la tarde caía sobre el lugar mientras Kagura, aun indeciso buscando un mazo que encajara perfecto con él, tomaba distintos mazos pidiendo permiso al local de usarlos para probarlos en distintos duelo de cartas con otros chicos, así siguió durante un rato hasta que vio en el fondo del local, un paquete nuevo recién llegado por correspondencia. - Eh?... y eso? - se muestra interesado por lo que contiene el paquete, pues podría ser nueva mercancía de la tienda.
Disculpe señor, que contiene esa caja que esta al fondo de su negocio? -señala con el dedo a la caja mientras habla con el encargado.-Oh, veo que es muy observador joven, pues vera, esa caja esta llena de un nuevo mazo de cartas de digimon que salio no hace mucho, de hecho aun no es del todo oficial, esta a prueba aun, pero hoy es un día especial para la tienda, pues como aun esta a prueba buscamos diferentes jugadores que quieran probarlo, si alguien logra vencer a nuestro actual gerente en una batalla con ese mazo, puede quedárselo como premio.
Ya veo... conque una versión de prueba... y dice que todo aquel que derrote al gerente de la tienda con este mazo puede conservarlo no? - pensando seriamente en participar en el evento del local, consulta antes con Henry y Mindy. - Ustedes que piensan? debería participar para probar ese mazo nuevo?
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :255Ficha :Nivel On Rol :PerfectNivel On Rol de los Digi Aliados :Kiseki: ChampionIcono :Rango y Unidad :Kagura Tenshi
Rango: Soldado
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: East Blue Dragon
Renamon (Mizuki)
Rango: Soldado
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: East Blue DragonInventario :
Kagura Tenshi
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