Re: Digiarmadura de Oropel [Misión de Yoko]

por Yoko Littner Jue Ene 12, 2017 10:14 pm

Ante la pregunta no pude sino sentirme comprometida. Era cierto, sonaba sospechoso que supiera del concurso de baile... Pero bueno, la respuesta era más que evidente. Tosiendo dulcemente, colocando mi mano delante de mi boca, me dirigí al Digimon que comenzó a interrogarnos.

Mi querida manager aquí presente recibe llamadas de muchos organizadores de fiestas privadas y bailes y yo selecciono dónde quiero participar- la tapadera era básicamente esa, pero tenía todo el sentido del mundo, aunque... Había algo más...- Y esto... no se lo tome a mal pero... Como puede ver soy más alta que usted y soy una criatura muy curiosa... Por lo que, después de andar tanto tiempo y ver el cartel promocionando el baile, supe que debería de pedirle ayuda a ustedes... Siento no haberme explicado mejor anteriormente. Mis disculpas, señores...- con un aire de majestuosidad, inocente y libre de todo mal, hice una reverencia sujetando mis ropas, disculpándome ante los presentes.

Kate, que fingía ser mi manager bajo el pelaje de una BlackGatomon, se mantenía en silencio, asintiendo ante mis afirmaciones y haciendo la misma reverencia que yo, pidiendo también disculpas. Se veía que, a regañadientes y bajo las palabras de uno de sus subordinados, el jefe de los caballeros-cacerolas nos indicó de mala gana el lugar donde se realizaba el concurso. Kate y yo nos despedimos con elegancia, mientras dábamos media vuelta, dirigiéndonos a la dirección sugerida. Cuando estaba segura de que no me oirían, suspiré de alivio.

¿Realmente sabes bailar? Y lo que es más importante, ¿sabes bailar la danza del vientre?- me preguntó incrédula Kate, dirigiendo una mirada inquisidora hacia mi persona y mi deslumbrante porte que me otorgaba el disfraz de Angewomon. Esto último pude notarlo debido a ciertas miradas que me dirigían los transeúntes... Especialmente los masculinos.

Me dedico al oficio de cosplayer en el Mundo Humano... Creo que ya lo sabes, Kate. En uno de mis trabajos tuve que disfrazarme de Amy del anime Suisei no Gargantia. En uno de los capítulos de la serie, la chica baila danza del vientre.- dije como si eso sirviese de justificación... Aunque claro, Kate no entendía mi trabajo, para ella tan solo me hacía fotos disfrazada y cobraba por ello. Pero mi trabajo iba más allá.

¿Y qué quieres decirme con eso?- me preguntó arqueando ahora una de sus negruzcas cejas mientras se encogía de hombros y caminaba hacia mi lado dirigiéndonos hacia nuestro destino.

Significa que he ido a varias convenciones de manga y anime disfrazada de ese personaje... Con ese mismo atuendo. De hecho pude aprender a bailar a través de videos, guías e incluso algún que otro cursillo con profesoras de baile... Claro está, que no soy mucho más que una aficionada. Todo ello lo hice para meterme completamente en el papel y creo que el resultado fue... Bastante positivo. Veremos si lo que aprendí me sirve.- dije deteniéndome nada más llegar a nuestro destino.

Si tuviese que describir el lugar donde se llevaría a cabo el concurso... Sería cutre. Se trataba de, simplemente, una multitud rodeando un tablado, con algún que otro adorno más para meternos en el papel. Tras confirmar nuestra inscripción, Kate alegó que no bailaría y que únicamente estaría observándome. Las bases del concurso eran un baile con canto por ronda, jugándonos a eliminatorias nuestros puestos... Bueno, era interesante, realmente, eso no lo podía negar ni aunque quisiera. Y, ¿qué demonios? Me apetecía bailar un rato ahora. Los cantos se basaban en pequeños poemas de verso 5-5-3-5-3. No ideaba ningún poema desde la Educación Primaria... Así que también tendría que recordar cómo se hacía. Mientras las participantes que iban participando, valga la redundancia, antes que yo, entraban y se exhibían, yo me preparaba, adornando mi actual vestuario de Angewomon con ropa típica para estos bailes sin perder mis "características de Angewomon" como el casco o las alas. Dicha ropa que cogí prestada nos las dejaron en los pequeños biombos que, al estar pegados unos a otros, hacía las veces de pequeño vestuario. Había sitio para un espejo, un taburete y un perchero con la ropa idónea para este tipo de bailes. Mientras tanto, pensaba algunos poemas que podía utilizar. Me coloqué parte de esos adornos y algo de maquillaje facial, lo básico, acompañándolo con perfume en las muñecas.

Una vez llegado mi turno, me dirigí hacia el tablado, sin ningún tipo de nervios. Estaba acostumbrada a presentarme ante un gran público disfrazada de distintos personajes. Y en ocasiones como la que le expliqué antes a Kate, también bailaba. Gajes del oficio. Ser cosplayer te quita el miedo escénico, al menos si hacías como yo. En cuanto comenzó a sonar la música, mi cuerpo comenzó a moverse, siguiendo el son de la música. No alcanzaba el estilo de una profesional, pero creo que podía hacerlo bastante bien, sinceramente. El perfume que poseía en mis muñecas y que me había aplicado anteriormente, el cual encontré en el "vestuario" comenzó a hacer efecto. La estancia comenzó a llenarse de la fragancia que me eché, mientras que los adornos que poseía en mi cuerpo, sobretodo en mi cintura, comenzaban a tintilar. Mis caderas se movían de una forma sensual mientras yo no dejaba de mirar al público a través del casco de Angewomon.

Mis ojos de miel
contemplan tu piel,
creéme,
tu ángel fiel,
yo seré.

Comenzaba a cantar en ese preciso momento con la voz más melodiosa que pude poner, sin intentar forzarla como para que saliese mal. Mi rostro se adaptaba todo lo bien que podía según las sensaciones que me daban la música. Varios giros sobre mi fueron efectuados sobre mis pies ahora desnudos. Después mis caderas se contoneaban de un lado hacia el otro, con un ritmo un poco más frenético, mientras mis manos y, sobretodo, mis dedos, parecían estar dibujando conjuros en el aire. Con movimientos ondulatorios de mis brazos y mis dedos, parecía estar incitando a los presentes a que vinieran hacia donde me encontraba.

Mi piel con tu piel,
dulce aguamiel,
mi amor,
fundemos Babel,
mi señor.

Le estaba cogiendo el truquillo a esto. Comencé a realizar el movimiento conocido como "shimmy", comenzando a hacer vibrar mi cintura, sin forzarla demasiado, haciendo que los adornos de mi ropa se agitasen y vibrasen conmigo, acompañando a la música, la danza y la fragancia, creando un todo sensual. Estaba disfrutando realmente de esto... ¿Debería de reanudar mis clases?

Deja a un lado,
tu mayor miedo,
ven aquí,
ven, yo accedo,
hacia mi.

Mantenía una sonrisa coqueta mientras me llevaba mis manos hacia mi cabeza, agarrando parte de mi cabello ahora rubio y, mientras meneaba mis caderas, dejaba caerlo sobre mis hombros, golpeando mi vestimenta adecuada. Mientras iba acabando el baile, la canción iba tornándose más lenta y sensual, a lo que acompañaron mis caderas sin perder mi sonrisa coqueta. Cuando la música se detuvo una de mis manos se colocó sobre mi cintura, elevando hacia la derecha, hacia mi mano, dejando ver con claridad las curvas que dibujaban mi cuerpo en su totalidad.

Espero que les haya gustado- dije con mi sonrisa coqueta, bajando del escenario para dar paso a la siguiente participante, mientras que, cuando volví a mi diminuto vestuario, me encontré con Kate que me esperaba sonriendo y yo resoplaba, después del esfuerzo.

Vaya, mi bailarina de las Mil y Una Noches. Lo has hecho mejor de lo que pensaba.- me aplaudió con sus guantes de color púrpura debido al tinte.

Menos mal que tenías confianza en mi- dije riéndome, sentándome en el taburete, retocándome el maquillaje, mientras esperaba, nerviosa, al veredicto.

OFF: Más o menos lo que hago en el tema es una recopilación de elementos de todo esto:

videos:

por Roku Ginshô Vie Ene 13, 2017 4:06 am

Había sido un día horrible. La estafa, el intento de robo, la discusión con los tamers, el desagradable viaje por las alcantarillas y la llegada a aquel distrito donde, a ojos de la ley comercial, todo era negociable, incluso la propia vida. Pero, eso sí, el baile, con sus nervios iniciales y la falta de práctica fue divertido. Es decir, estaría bien ganar, y poder conseguir el trofeo o el premio que dieran, eso era evidente. Solo que, siendo una chica que deseaba pasar un rato agradable explorando aquel exótico lugar, puede que por primera vez en toda aquella travesía, se lo estaba pasando bien.

Sí, tenía nociones de la danza, pero esta vez no eran solo fotos o actuaciones, sino que era simple ocio. Nada le obligaba a participar, y de hecho, el estafador podría estar cada vez más lejos, sí. No obstante, el perfume contrastaba con el hedor de las alcantarillas, el ritmo con el chapotear de las babosas, su voz con el silencio que tuvieron que mantener, ¿y el baile? Una señal clara de libertad, comparado con todas las dificultades que habían tenido hasta ese momento. Diablos, ni que fuera pecado pasarlo bien, ¿no?

Cantó y bailó, y aunque hubo dudas iniciales, y el estilo quizás fuera demasiado dinámico para esta primera ronda, no lo hizo tan mal, pues el público cuchicheaba mientras efectuaba su canción y danza. De hacerlo mal, podrían vociferarle y hasta tirarle piedras o lo que fuera (pues nada podría ser más desagradable que los proyectiles con los que amenazaban los Numemons). Cuando acabó, hubo aplausos y vitores, muestra de que su actuación gustó. Disfrutando de este loor, Yoko pudo reparar en que había un jurado, sentados en primera fila, que confeccionaban un grupo variopinto: una momia de siniestra sonrisa, que mecía la cabeza; una dama vestida de cuero que jugaba con su cabello blanco como la noche; un señor encapuchado que sostenía un libro, como si ignorase el concurso; un huevo gigante que, por una obertura, mostraba dos ojos; y un chaval vestido con una serpiente y una ¿granada? en el cuello.

Nota: Cada miembro del jurado tiene sus gustos tanto en poesía como en baile. Darse cuenta de ello podrá facilitar el avance de Yoko hasta la final.

Yoko se retiró, dejando paso al siguiente baile. Reunida con su digimon, pudieron disfrutar de unos minutos de descanso. Al parecer, más que una competición entre dos danzas, se iba haciendo una criba, descartando a quienes no pudieran transmitir emociones o respetar las normas de la modalidad expuesta. Es decir, que aunque el público disfrutara, si el jurado estimaba el baile inadecuado, acabaría fuera del concurso. Al acabar esta ronda, empezaron a enumerar a quienes debían irse... Y el número asignado a ella, a una “Angewomon”... No estaba, gracias al cielo.

Nota: La descripción del baile fue acertada; las referencias de este, numerosas, pero algunas animadas (en cuanto a que el baladí se supone es tranquilo), sumando puntos por proporcionar el contexto de cómo conoce las danzas, eso sí, estas series/personajes no podrán ser usados en la ronda presente, así como los detalles de la verdadera danza (es decir, nada de poner gifts de bailarinas y decir “hago esto”, deben seguir siendo momentos sacados del mundo manganime).

Los poemas, respetando la métrica, sí recogen lo exigido como eran los sentidos, pudiendo ver tacto, gusto, vista... Salvo en la última estrofa que tiene un motivo principalmente romántico. Pudiendo obtener hasta un máximo de 5 puntos por ronda, en esta ocasión Yoko ha obtenido un 3. ¿Podrá seguir con la creciente exigencia del concurso?

La siguiente ronda ya iba a comenzar, y esta vez el estilo sería Khaleegi, una danza puramente femenina. Pudo observar como las demás participantes soltaban sus cabellos y comenzaban a aplicarle una serie de productos. ¿Por qué harían eso? ¿Sería un estilo nacido del digimundo? No estaba muy segura, ya que ciertamente, al basarse en personajes anime, sabía los pasos y movimientos típicos, pero no el trasfondo profundo ni la historia de este. ¿Debería prepararse, mandar a Kate a por algo? Ah, pero no tenían dinero...

Nota:En esta ocasión, los poemas del canto deben centrarse en la figura femenina, los elementos propios a la mujer, ya sean vestimenta, rasgos, aptitudes, sentimientos, funciones sociales... Lo que únicamente se restringe, es no centrarse en figuras historicas (ya que en el digimundo, Juana de Arco como que no tuvo éxito), motivos más universales.

En cuanto a la danza, de todas las variantes esta es la que más se centra en el pelo, convirtiéndolo en un elemento más del baile. Es la única pista que va a darse.

Kate puede intentar ir a por algo que ayude a Yoko (sin poder usar el dinero, en la inmensa mayoría de los casos deberá robarlo) o bien ir a ver qué hablan los jueces para sacar alguna pista de sus gustos.

por Yoko Littner Dom Ene 22, 2017 8:43 pm

¿Has oído cómo te aplauden?- me preguntó mi querida amiga Kate mientras me sonreía y señalaba el lugar de donde acababa de venir.

Claro que lo he oído, boba. Como para no oírlo.- le contesté sofocada, quitando mi casco de Angewomon, mientras me abanicaba con una de mis manos, intentando que el aire me diese en la cara mientras resoplaba, quitando parte del peso que había supuesto la canción.

Bien... Ya nos hemos divertido lo suficiente. Ahora toca pasar a lo que nos interesa...- comentó Kate mientras movía su ahora negruzca cola de un lado a otro, asegurándose con sus desarrollados sentidos del oído, vista y olfato de que no había nadie cerca de nosotras para espiarnos.

¿A qué te refieres?- pregunté mientras cruzaba mi pierna sobre la otra, y miraba atentamente a mi amiga.

¿No has pensado que tal vez la armadura que regalen a la ganadora del baile pueda ser falsa también?- la felina apoyaba una de sus garras sobre la otra, mientras que su mentón descansaba sobre la garra superior.

Sí lo he pensado... ¿Pero qué podemos hacer? Quiero decir, esto está abarrotado de bailarinas, público y demás... Por no mencionar que no creo que este sitio no esté vigilado por seguridad privada...- dije señalando el tablado donde se encontraba la siguiente participante del baile, exhibiendo sus mejores técnicas.

Eres Angewomon, una de las participantes... Estoy segura de que no se extrañarán si ven a una de las bailarinas entre el público...- mencionó Kate señalando el casco que había a nuestro lado y que previamente me había quitado. Mientras tanto, escuchamos que habíamos pasado a la siguiente fase.

Vale, entonces, ¿sigo en el concurso?- pregunté volviendo a colocar mi casco adecuadamente, mientras que las concursantes que habían pasado, ya comenzaban a exhibirse, una detrás de otra.

Sí. Intenta hablar con tus fans y mirar desde el público. Recopila toda la información que puedas sobre el próximo baile para seguir en él y, si puedes, intenta averiguar los gustos de los jueces para ganar puntos ante ellos. Probablemente este no sea el primer concurso que se celebra y tampoco la primera vez que esos jueces hacen su trabajo en un concurso. Alguno de los Digimons los que están viendo este concurso será reincidente, por lo que sabrá los gustos de los jueces... La información es tu amiga, Yoko...- me explicó Kate mientras sonreía de lado, comentando la parte de su plan que me concernía.

¿Y tú que vas a hacer, Kate?- pregunté claramente preocupada por mo amiga que no perdía su sonrisa.

Yo iré a ver si el timador se encuentra por aquí... O al menos buscar alguna pista de quién es y, sobretodo, si el organizador de este baile y el timador del distrito de Bastemon es el mismo...- mencionó la gata teñida de coñor negro mientras repasaba todo su plan.

Mientras asentía, ambas salimos de nuestro "camerino". Al mismo tiempo que yo me mezclaba entre la multitud, disfrazada de Angewomon y saludando a los fans que acababa de conseguir con mi baile improvisado, Kate se ocultaba entre las sombras, subiendose a tejados y toldos, intentando evitar que la descubrieran... A ver qué conseguimos con todo esto...

por Roku Ginshô Lun Ene 23, 2017 8:07 am

Una vez acordado el plan de acción, la digimon y su tamer se dispusieron a efectuarlo. Ambas buscarían información, pero desde dos enfoques diferentes: Yoko se encargaría del público y los jueces, por su participación en el concurso; Kate vigilaría el lugar, buscando al timador, o algo sospechoso. Bien, de momento, seguirían con la tapadera, había que aprovechar su incipiente éxito. La rubia, antaño pelirroja, comenzó a andar por las masas, y aunque algunos ignoraban su paso, otras tantas miradas.

-¡¡La angewomon!! -gritaban- ¡¡Es ella!!

Pronto, un círculo de gente se dispuso, con ella como epicentro, y aunque quería hablar con ellos, las peticiones de autógrafos, cantos y danza lo hizo imposible. Las voces se chocaban, siendo imposible sacar en claro nada, y aunque intentara aplacarlos, el fervor de esos digis no se calmaba con una simple voz, sepultada entre los gritos. El clamor de las masas no estaba mal, a todos nos gusta sentirnos queridos, pero la alegría no duró poco, pues notó una presión en la zona baja de su espalda.

¿Era un pellizco?

El corrillo se iba acercando, demasiado. Ya no estaba a gusto. ¿Eso era otro pellizco? ¿De quién era esa mano? ¿Por qué daban tirones a su ropa? ¡¡¿Lo que tocó su espalda era una lengua?!! Definitivamente, debía escapar, pues aquella situación le recordaba DEMASIADO a sus temores de alcantarilla, donde pensaba que en cualquier momento sería víctima de un aluvión de tentáculos. A codazos, tuvo que abrirse camino hacia la libertad.

Cuando se alejó, pudo ver como su ropa, ya discreta y escasa, se encontraba ahora desgarrada. ¿Había digimons con la mano suelta? Y lo que no es la mano... Yoko tendría que ir con más cuidado, pues no había que olvidar que ella era solo una humana, y que en aquel lugar era normal... Acabar como esclava... Si se descuidaba.

Nota: Una Angewomon de un tortazo se quita a todos esos sobones de en medio, pero un guantazo de Yoko no les va a hacer nada. Al ver que no atacabas, ellos han decidido aprovechar. Haber salido sin protección o medida de seguridad alguna ha sido imprudente. Si Kate ayuda, revelaría su ubicación, así que no ha sido buena idea.

Sin saber muy bien como, Yoko se libró de aquella situación, y menos mal... Como pudo, mostrando aún sus carnes, intentando cubrirlas como buenamente podía, se acercó a la mesa delos jueces, descansando hasta el inicio de la siguiente ronda. Bebiendo té, la momia deparó en ella, y moviendo la cabeza en desaprobación, la ignoró.

-No seas así...-respondía la diablesa- Pobrecita mía que casi acaba sepultada en esa masa de fans... ¿Pero a quién se le ocurre, niña? -le colocó lo que parecía ser una capa suya por encima- Venga, ya lo sabes para la próxima: un gorila es mejor que un pintalabios, ¿sí?
-Pero no la ayudes...-protestaba la momia.
-¡¡Más, más!! -el huevo estaba feliz- ¡¡Más, más!! Oh, ¡¡hola!! ¿quieres algo?

Mientras, Kate observaba desde las alturas, pero sin poder sacar nada en claro. Notó un jaleo, sí, pero cuando se giró ya había acabado. No había rastro de ese tipo encapuchado, por más que afinara la vista... Nada. Solo gente aplaudiendo, silbando y demás a las bailarinas.

por Yoko Littner Dom Ene 29, 2017 9:17 pm

Off: Roku pervertido, si quieres ver a Yoko desnuda, dilo DynasD:

Nahh, siempre está bien un poco de fanservice Laughing

ON:

Yoko

Nada más salir hacia la multitud para recabar información, tanto de los jueces como del propio gentío, fui rodeada por un grupo inmenso de Digimons. Al principio todo fue bueno, me sentí realmente alagada, valoraban que había realizado una gran actuación, aunque eso ya me lo dejaron claro los vítores del público... Sin embargo, todo se complicó mucho más...

Comenzaron a meterme mano de manera descarada. Primero, recibí varios pellizcos en la zona del trasero, un poco más arriba. Más tarde ya estaban lamiendo mi espalda... Entre otras cosas desagradables... Me recordaban ligeramente a mis aventuras en el sistema de alcantarillado... Y no me gustaba en absoluto. Me sentía como un mero objeto sexual... Y lo peor de todo es que no podía defenderme de todos esos babosos. Si les golpeaba, demostraría que mi fuerza correspondía única y exclusivamente a la de una humana, no a la de un Digimon como Angewomon.. Y se descubriría mi tapadera. Lo odiaba, pero tenía que aguantarlo mientras me ponía a salvo. Mi mirada se cruzó con la de Kate y, con un movimiento de mi cabeza, le dije que no interviniese y que siguiera investigando.

Con pesar, conseguí llegar hacia la mesa de los jueces. El Digimon momia ni se inmutó, lo mismo el Digimon con aspecto de un niño y al que le colgaba lo que parecía ser una granada del cuello... Sin embargo, el Digimon femenino de cabellos plateados se levantó y me ofreció lo que parecía ser una especie de capa, para que tapase mis vergüenzas, pues mi traje había acabado hecha trizas en ciertas partes... Adios al disfraz de Angewomon... Aunque quizás pudiese hacerle un apaño... El Digimon huevo, por otra parte, parecía que se había excitado al ver mi ropa hecha trizas... Quizás pudiese aprovechar eso a mi favor...

Lo primero de todo... ¿Tienen material de costura? Mi ropa la suelo hacer yo a mano.. No creo que sea buena idea bailar con mis pechos al aire... Sería jugar con demasiado ventaja ¿no?- pregunté mienteas le guiñaba un ojo al Digimon con forma de huevo, esperando a ver los resultados. Cierto, era una humana... Pero ellos no lo sabían. Una humana no era atractiva para los Digimons... Pero ¿y con mi disfraz de Angewomon? Ahora lo comprobaría- Ahora bien... Tan sólo quería saludar a quienes se habían tomado la molestia de verme bailar, como ustedes señores jueces... Siempre lo hago... Pero, caray, no creí que pasaría esto... Es la primera vez que bailo en esta zona...- susurré avergonzada, mientras intentaba ocultar mis pechos con la ropa que le recubría rasgada, aunque dejándole ver una pequeña parte de ellos al Digimon huevo para que perdiese la calma y su facultad de pensar- en tercer lugar... Quería preguntarles en qué consistía el siguiente baile... Resulta que fui al baño y no pude escuchar bien... ¿Podrían ayudarme con eso, queridos jueces?- pedí amablemente, mintiendo, mientras seguía fingiendo estar avergonzada- Y ya por último... ¿Podrían acompañarme a mi camerino de nuevo? Es difícil moverse si quiero proteger mis pechos y tengo que apartar al gentío... No quiero perder mi pureza aún...- eso último si que era cierto, en cierto modo. Si ya me había costado llegar hasta allí, sin preocuparme por la ropa rota, no me quiero imaginar qué pasaría si no pudiese llegar y me quedaba atrapada entre el gentío... Probablemente algo peor que ser encontrada por los Numemons en la zona de las alcantarillas...

________

Kate

Me enconteaba saltando de tejado en tejado, como si estuviese jugando a uno de los videojuegos de la colección de Yoko... Prince of Persia, así se llamaba ¿no?

Mientras vigilaba con mis enormes ojos felinos al gentío, pude observar que Yoko era acosada y manoseada por un buen número de Digimons. Estuve a punto de saltar y repartir estopa... Pero alguien me lo impidió. Era la propia Yoko, mi Tamer, quien negaba con la cabeza y me instaba a que continuase mi investigación. Maldita sea...

Aunque, por fortuna, consiguió llegar hacia donde los jueces, quienes le ayudaron... Al menos uno de ellos. El otro, con forma de huevo, parecía estar realmente contento de ver casi desnuda a mi amiga. Maldito cerdo. Sin embargo, sabía bien que Yoko se sabía manejar con los salidos como él... O eso me había dado a entender...

Mi búsqueda no estaba dando resultado, por lo que seguí explorando los alrededores buscando a cualquier sospechoso o cosa que me hiciese investigar... Esperaba que el timador se encontrase por allí... Por el bien de Yoko...

OFF 2: Dado que Yoko es cosplayer profesional, la costura entra dentro de sus competencias, puesto que se fabrica ella misma varios de sus disfraces.

por Roku Ginshô Lun Ene 30, 2017 10:50 am

Los jueces miraban de forma inquisitiva el escenario, evocando las figuras de las bailarinas, sus pasos, la melodía, el todo. Cada uno, a su manera, juzgaba y evaluaba las diferentes participaciones, con un criterio forjado de la experiencia y de su conocimiento, y si bien siempre quedaba el residuo de la propia opinión, partían de unas bases que debían seguirse. Sí, aquellos ojos no eran los de un aficionado que considera el éxito a partir del cuerpo de la bailarina, sino los de alguien que captando la pasión, la dedicación y el talento, efectuaban un veredicto. Bueno, excepto aquel huevo, que parecía estar obsesionado con Yoko, o eso pensaba la tamer. Pateaba el suelo, con sus uñas, marcando un ritmo, feliz, y al saludarla, se le quedó mirando.

-¿Ocurre algo, Mummy? -preguntaba ese esférico digimon- ¡¡Noooooo!! -sus ojitos se volvían vidriosos al ver cómo estaba Yoko- ¿Dónde están? ¡¿Dónde?! Bubu... Bu.... ¡¡Buaaaaaah!! -estaba, ¿llorando?

Nota: En sí, Digitamamon no se fijaba en Yoko cuando indicaba que quería más, se refería a los bailes, y por ello, deparó en su presencia después.

-Por Yggdra, menudo elemento... -se quejaba la momia- Meneen un sonajero o algo... A ver, “niña” -el tono era claramente despectivo-, tenemos unas normas de presentación. Las bailarinas debéis llevar la ropa tradicional, y si se te sale un pecho durante la danza será culpa tuya por no haber atendido a las medidas ni de la tela ni del baile. Si no te es cómoda, o si no bailas adecuadamente, te vas fuera. Estés vestida o desnuda...
-Lo que “sonrisitas” quiere decir, encanto -la diablesa reía-, es que tenéis vestidos y abalorios de sobra, no te preocupes. ¿Crees que es la primera vez que pasa? -la momia la miraba con odio- Ya sabemos que la zona no es la más segura, por eso las bailarinas se suelen quedar atrás, ¡¡ya lo sabes, bebé!!
-¿Hum? -el chico se volteó para ver a Yoko- ¿Qué hace en pelotas? -ella no estaba desnuda, pero sí era cierto que tapada, tapada, tampoco- ¿Las bailarinas no deben quedarse detrás del escenario?
-Tú siempre en tu mundo, ¿verdad? -seguía protestando mientras el chico tintineaba una pulsera que, colocada en su muñeca, calmaba al huevo- Ha venido a saludarnos.
-Oye, me he quedado dormido, pero si haces que Tama llore, pues normal que me despierte -el huevo se tranquilizaba-. ¿Y viene a saludarnos ASÍ? A ver, no voy a quejarme de que me regalen la vista, pero... Prefiero juzgar el baile.
-La chiquilla a venido a presentarse por ser su primera actuación en este distrito y claramente no conoce nuestra sociedad ni mucho menos nuestra forma de proceder. Por educación y para apreciar nuestra forma de evaluación ha estimado oportuno aventurarse a nuestra zona para conocernos y poder hacer una actuación más acorde a los gustos de, como ya he dicho, nosotros y del público, y pese a que ya decimos la variante probablemente en su lugar de procedencia o no exista o se acoja a unos cánones diferentes, y por ello ha deseado saber, de un modo más literal, y exacto, qué se le pide, además de cómo reponer los desgarrados ropajes que han sido atacados por un público demasiado animoso, además de que la auxiliemos en su regreso al escenario. A todo esto, la historia del Khaleegi se remonta a cuando...
-¡Basta, por favor, basta! -decía el muchacho- ¡Lo he entendido, tío! Los bailes se “sienten”, no se “comprenden”...-la parrafada al parecer exasperaba al muchacho.
-A mí me gusta el tintineo... -el huevo, ya repuesto, volvía a mirar a Yoko, la cual le guiñó un ojo y dejaba entrever su piel- Y sin ropa no lo hay... -su expresión pasaba a indicar duda, ya que con el casco no podía ver los ojos de la chica- Si tiene brazos, ¿no debería usarlos para cubrirse bien? Yo no los tengo y las capas no me sirven, pero ella...
-Intenta seducirnos con sus encantos. Como casi todas, les gusta, ya sabes, que evaluemos sus cuerpos y no sus bailes -años de experiencia ajaban ya a estos jueces-. Como si fuera a funcionar...
-¡¡Oye!! -protestaba -Tras un ataque de moscones, ¡¡es normal que la chica no sepa ya cómo cubrirse!!-le dedicó una sonrisa- Bueno, el Khaleegi es una danza donde la mujer exhibe sus encantos, así que no es tan descabellado enseñar los pechos -soltó una risita-, pero en sí se refiere más a elementos como el pelo o el viente, ya sabes, partes que nos definen... Se juega mucho con lo primero, ondeándolo, acariciándolo y eso -ella jugueteaba, coqueta, con sus mechones blancos.
-Sí, y en sus orígenes se bailaba con una espada, ¿vas a sacar una espada, niña?
-Al perder su sentido bélico eso no es necesario -corregía la enciclopedia viviente-. Las canciones poseen elementos femeninos, jugando con metáforas de la mujer principalmente, y su caracterización singular, como persona, o con un hombre, que generalmente era lo que significaba la espada. Un ejemplo sería:

Gemelas fresas
bellas y frescas,
te besan
¿la alegría esta?
eterna.

En si, los dos primeros versos aluden, de forma metafórica, a los labios, en el tercero aparece la figura de la pareja, del hombre, y los dos finales aluden a la felicidad de la doncella, siendo un poema de temática amorosa y pasional. Si bien también los ahí sobre el amor carnal, no todos mencionan lo masculino, y algunos se centran o en ámbitos de la mujer, como la danza, la cocina, los pasatiempos... O elementos suyos como los perfumes, su pelo, su figura... Por ello, algunos parten de las edades, otro de sus funciones o trabajos, etc. En nuestro mundo algunas van centradas a un digimon en concreto, y otros...
-Lo ha entendido, amor -decía la diablesa-, lo ha entendido...
-¡Bueno! Si ya sabe lo que quiere, o si quiere huir de Wissi, ya la acompaño yo, así estiro las piernas un poco...

Mientras el chico se levantaba, haciendo ademanes de la necesidad de moverse, Kate seguía buscando al timador, pero nada. Demasiada gente, demasiados digimons, y ninguno con las vestimentas que portaba. Por más que buscaba, que observaba, no había forma de encontrarle, por lo que o no estaba allí... O ya se había librado de la ropa.

por Yoko Littner Sáb Feb 11, 2017 4:16 pm

Yoko

Parecía que mis atractivos no funcionaron en el Digimon huevo... De hecho, se puso a llorar. Tengo que dejar de hacer este tipo de cosas. Estaba claro que en el Mundo Digital mi atractiva figura no servía, al menos no para hacer perder el control a los hombres Digimons... Por mucho que me disfrazase de una de ellos.

Uno de los jueces, el que tenía aspecto de momia, parecía que no era muy amistoso conmigo. De hecho, creo que le caí mal. Sin embargo, la mujer, muy amable ella si se la comparaba con el Digimon momia, me explicó que si volvía a mi camerino, podría encontrar ropa y abalorios de sobra como para sustituir las ropas rasgadas.

Por otro lado, la momia, la mujer, el niño y el otro juez, quien este ultimo hablaba demasiado, comenzaron a hablar sobre Digitamamon, sus llantos... Y sobre mí. También me aconsejaron de cómo se bailaba el Khaleegi y pude averiguar que al Digimon le gustaba el tintineo... Probablememte, presente en la ropa o en algunas pulseras. Era interesante. Lo anotaré en mi mente. También mencionaron que en el baile solía exhibirse partes del cuerpo que nos definían a las mujeres, como el cabello o el vientre.

Por último, el juez charlatán me explicó cómo era la métrica de los versos, entre otras tantas cosas, por lo que tomé todas las notas mentales. Entonces, el juez chico con una granada se levantó del sitio para acompañarme, a lo que ladeé un pcoo la cabeza hacia delante, mientras tapaba mis intimidades.

Siento darles problemas... Y que tenga que acompañarme, señor juez- me disculpé siendo acompañada por el juez hacia mi camerino.

Kate

Saltaba entre tejados, mientras mi vista volaba entre los presentes. No encontraba a nadie que coincidiese con el ropaje o la figura del timador. Sin embargo pude observar que en un callejón oscuro se podía vislumbrar lo que parecía ser una luz artificial, de una bombilla o una vela... Había visto suficientes películas y series como para saber que no había nada normal en ese tipo de zonas... Por lo que me acerqué a comprobar qué era lo que escondía el origen de la luz artificial.

Bien, veamos qué hay ahí...- dije dirigiéndome entre saltos hacia aquél lugar, acechando desde lugares seguros después de asegurarme que Yoko volvía a su camerino acompañada por uno de los Digimons jueces... Suponía que estaba a salvo. O eso quería creer.

por Roku Ginshô Lun Feb 13, 2017 3:49 pm

La falsa digimon iba siendo guiada por aquel digimon. El público se apartaba, abriendo camino, ante su presencia. ¿Qué nivel debía de tener? Bueno, llevaba una granada en el cuello, suponía que la peor opción era enfadar o provocar a alguien que podía dinamitarse ahí mismo, llevándose por delante no solo a moscones y camorristas, sino a gente que no tenía culpa de nada, e incluso a ella. Sí, podía entenderse que se alejaran. En pocos minutos llegaron al lugar donde Yoko podría cambiarse, pero lejos de ser un camerino se asemejaba más al trasbastidor, o más conocido como “tras bambalinas”.

Es decir, un espacio abierto, con mesas y espejos apostados para poder maquillarse, y ropa colgando en los laterales, además de los abalorios típicos de estas danzas expuestos en unos cajones a los que podía accederse sin problema. Era más fácil reemplazar sus andrajos que repararlos, claro que, de buscar, seguro que encontraba hilo y agujas, pues ciertamente esa ropa debía de nacer de algún sitio, y así era. Utensilios de costura residían también allí, tanto para reparar como para dar los retoques de última hora, aunque también se sorprendió de ver otras cosas como dientes de ajo o hierbas colgados allí, al igual que algunos morteros.

-Oh, no te sorprendas, eso sirve para hacer los aceites típicos, nosotros traemos todo lo que podemos, cada cual usa lo que puede, ¿no? -dijo sonriendo- En sí, estos concursos sirven para que quien no tiene nada pueda conseguirlo todo: fama, dinero... Aunque no ganen, pueden ser fichadas por algún agente y salir de las zonas pobres. Algunas, las menos afortunadas, acaban en el comercio de esclavos, pero nos esforzamos en poder ir acabando con eso. Por ello no hay precio para inscribirse -decía, rascándose la nuca, y con algo de preocupación- ¡¡Lo importante es bailar y pasárselo bien!! -animado, la azotó por la retaguardia, haciendo que se irguiera- Ánimo en la ronda, ¡¡a ti y a todas, preciosas!! -riendo se alejaba del lugar despidiéndose con la mano.

Pero el problema del esclavismo, o de que las bailarinas pudieran ser engañadas y maltratadas, sin duda le debía de pesar, a él y al resto de jueces. Pero ahora Yoko podía vestirse nuevamente y disponer de lo necesario para su siguiente actuación, la cual ya estaba iniciándose por el sonido de la música de fondo.

Nota: Ahora, aparte de la actuación (narrada) y las estrofas, podrás colocar qué crees que encandila a cada juez (Ej: “Digitamamon-Tintineos), puedes exponer más y argumentarlo, pero esto debe estar narrado, de nada sirve aludir a un elemento que no realizas. En sí el mínimo debe ser una referencia de baile y tres estrofas. Obviamente se pueden poner más si se estima oportuno.

Kate seguía moviéndose por las alturas, rebuscando algún indicio del estafador, mas no hubo éxito alguno. Exasperada, atendió a una luminiscencia marginal, aproximándose al lugar, y lo que vio fue algo sin importancia, pero curioso. Varios digimons atendiendo a un vendedor que les ofrecía algo lo suficientemente pequeño para no divisarlo desde su posición. El que despedía luz era una especie de digimon vela. Ansioso, toqueteaba la mercancía, incrementando la intensidad de su llama.

-Bueno, bueno, me las vas a pringar de cera. ¿Alguna que os interese? -fue lo único que pudo entender entre los cuchicheos.

por Yoko Littner Sáb Mar 04, 2017 4:10 pm

Yoko

Acompañado por ese Digimon de aspecto infantil, conseguí llegar al intento de camerino que se me había asignado con anterioridad. Allí comencé a coger la ropa, complementos y perfumes que utilizaría en el siguiente baile. Si no recordaba mal, al Digimon con forma de huevo le gustaban los tintineos...

Entonces, el Digimon me explicó la función que tenían objetos como las hierbas, los ajos oblos morteros que había por allí. Mencionó que se utilizaban para crear los aceites que utilizaban las bailarinas. También me dijo que este tipo de bailes los organizaban para que los más pobres pudiesen conseguir fama o dinero, entre otras cosas. Y, aunque no ganasen, siempre podrían ser contratadas por algún agente. Todo para que la mayoría no acabasen en el mercado de esclavos... Aunque aún había muchas de las bailarinas que acababan en dicho mercado, probablemente como esclavas sexuales, lo cual me hizo deprimirme un poco... Hasta que recibí una nalgada de parte del Digimon, que parecía querer animarme. Aunque de una manera un poco brusca y pervertida. Sin embargo, el tema del esclavismo me seguía rondando la cabeza...

¿Debo ocupar el puesto de una chica que probablemente pueda salir de la pobreza?- me pregunté a mi misma mientras me sentaba en el asiento y miraba la mi tocador, jugando con la pulsera, mientras pensaba y esperaba mi turno. Entonces fui llamada, a lo que suspiré con una sonrisa- tendré que perseguir al timador de otra forma- sonriendo y, sin que nadie me viese, me fui de la zona de camerinos, no sin antes restaurar con aguja e hilos las partes destruidas de mi disfraz. Aún lo podría utilizar en mi trabajo de cosplayer...

Una vez salí de allí, con el disfraz arreglado, comencé a buscar a Kate. Intenté no llamar mucho la atención, mientras pensaba en el resto de las participantes. Yo estaba allí únicamente para recuperar el dinero que me habían timado pero... Las bailarinas estaban allí para sobrevivir, para que su vida cambiase, para que cambiase a mejor. Todas perseguían ese objetivo, todas menos yo. Podía permitirme el lujo de no participar.

No os conozco pero... Buena suerte, chicas-- con una sonrisa, mientras miraba el escenario, me di la vuelta y me dirigí hacia la última posición conocida de Kate.

Kate

Me encontraba acechando entre las sombras, expiando al origen de la luz. Resultaba que el Digimon causante de ello era Candlemon, un Digimon con aspecto de candelabro que parecía estar vendiendo algo, muy pequeño, algo que no se podía ver desde donde me encontraba. Sin embargo, los Digihuevos, al menos el falso, era algo más grande, por lo que no le di mucha más importancia. A pesar de ello, quise comprobar qué era lo que estaba vendiendo, por lo que me quedé en mi sitio, cotilleando. Admito que era bastante cotilla, a decir verdad. Mientras escuchaba, miraba a todos lados, buscando a Yoko en su disfraz de Angewomon. Sin embargo, aunque ya habían pronunciado su número, ella no aparecuó. ¿Qué estaba ocurriendo? Sin pensármelo dos veces, volví sobre mis pasos y comencé a buscar con ojos nerviosos a mi Tamer.

Yoko... Maldita sea, ¿dónde estás?- pregunté, viendo entonces a una Angewomon que se alejaba del escenario. Me dirigí a ella sin pensármelo, llamando a mi compañera humana.

Kate... He dejado el concurso. Este concurso es una oportunidad para que Digimons no acaben enjauladas o encadenadas y siendo las esclavas de cerdos con dinero... El dinero que he perdido no es tan importante como la vida de esas chicas...- me dijo con una tierna sonrisa mientras yo suspiraba y asentía.

Bueno, buscaremos de otra forma al timador.- susurré con una sonrisa en mi rostro y nos dispusimos a alejarnos de allí, caminando la una junto a la otra, manteniendo nuestros disfraces.

por Roku Ginshô Mar Mar 07, 2017 9:15 am

Reparadas las telas, Yoko pudo vestir de nuevo su disfraz, prosiguiendo con el engaño de ser una Angewomon. Si bien esta pantomima serviría para avanzar en aquel espectáculo y concurso de danza, la tamer abandonó esta idea, distanciándose de un premio que no ansiaba ni necesitaba. No buscaba restaurar el dinero perdido por el timo, sino recuperarlo directamente de ese ladrón. Reuniéndose con Kate, su compañera, comentó la situación en voz alta pero, ¿qué rastro deberían seguir ahora? ¿Qué pistas habían encontrado? ¿De verdad habían conseguido avanzar, o hasta ahora únicamente habían estado dando vueltas en círculo? Deberían tomarse un tiempo y pensar bien el siguiente paso. Ciertamente, en ningún momento se les había impuesto ganar aquel concurso, pues el timador ni organizaba ni supervisaba el evento. Sin embargo, ganar prestigio rápidamente habría permitido obtener información de un modo simple y conciso, sin tener que recurrir a la fuerza.

Entonces, quedaba elegir qué ruta seguir. Hasta entonces, en ese distrito se habían topado con los Gladimons, encargados de la seguridad en esa zona; los jueces, atentos al concurso y probablemente implicados en su contexto de ayuda social; y por último al mercader que Kate había divisado y que estaba vendiendo unos recuadros de papel, o así. Tras esto, las pistas recogidas se limitaban a la armadura falsa obtenida y, en todo caso, el contacto con Ichabod. El dinero de este se había esfumado en los disfraces actuales. Con todo esto, eran ellas quienes debían decidir si profundizar en alguna de estas ideas o, por otro lado, buscar nuevas rutas. Pero abarcar un distrito entero, siendo solo dos, podría ser complicado.

-¡Vamos, vamos! ¿Algún interesado más? -indicaba el vendedor, a viva voz- ¡Las tengo todas! -interesada, Kate atendió a sus palabras- ¡Fotografías de las bailarinas en sus mejores momentos! ¡¡E incluso vídeos de las actuaciones!! -aplaudía incitando a los curiosos adquirir algo de lo ofrecido- No sean tímidos señores, ¡¡y llévense un bonito recuerdo!! Enseguida comenzará la segunda ronda, ¡así que hagan sus compras antes de que tengamos que atender a este nuevo segmento del concurso!

Nota: Candmon era un comprador. El vendedor, para tener una referencia en su narración, es un Goburimon con muchas cámaras encima. Llegados a este punto, es pensar qué info necesitas ir consiguiendo y de qué fuente quieres obtenerla.

por Yoko Littner Dom Mar 19, 2017 8:25 pm

Kate y yo caminábamos, alejándonos de la zona del concurso. No sabíamos adónde ir, cuál sería nuestro siguiente paso... Por lo que estábamos como al principio. Bueno, como al principio no, ahora íbamos camufladas de tal forma que nuestros perseguidores habían perdido nuestra pista. Esperaba que no fueran lo suficientemente inteligentes como para preguntar sobre nosotras en las tiendas y que no llegasen a la tienda de disfraces... Así como que también esperaba que los dependientes de esas tiendas no les indicasen que debían buscar a una Angewomon y a una BlackGatomon.

Ven, Yoko. He estado escuchando una conversación... Quizá sepan algo...- me susurró Kate mientras yo asentía y la seguía, volviendo hacia la tienda en la que había estado escuchando la conversación previa. Allí, una tenue luz artificial resplandecía.

Al acercarnos pudimos observar a dos figuras. La primera se trataba de una vela viviente, que desprendía fuego de la parte superior de su cabeza. Ése era el cliente. Por otro lado, le atendía un Digimon con aspecto bruto de color verde y equipado con una maza. Parecía que éste último estaba vendiendo fotos, videos y demás souvenirs relacionados con el evento de baile. Ante ello, Kate me preguntó:

¿Crees que sabrán algo?- me preguntó Kate ante lo que yo solo pude encogerme de hombros.

No sé... Puede que sí. De todas formas, esperaremos a que el cliente se marche y entonces utiliza tu técnica de hipnosis. Pero hazlo disimuladamente, no queremos llamar la atención...- susurré nuevamente mientras mi mano se deslizaba por mi ahora cabello dorado... ¿Acabaría alguna vez esta pesadilla? Si no fuese por ese ladrón, ahora mismo estaría en mi casa, tomando un helado y recordando esto como una aventura más...

Entonces, nos acercamos al dependiente. Sin mediar más palabra, Kate se subió a mis brazos, clavando su mirada en los ojos de Goburimon. Sin embargo, aún no comenzaría a realizar sus poderes hipnóticos, quería primero establecer un pequeño contacto con el vendedor de color verde. A ver si nos lo podía decir por las buenas...

Hola, buenas tardes- le mencioné mientras hacía una reverencia con la cabeza, de manera delicada y respetuosamente, suspirando antes de empezar a hablar, pensando las palabras que dispondría a decir, acariciando la cabeza de Kate, sin preocupaciones puesto que la pintura corporal que llevaba ya se había secado. Realmente me daba miedo, podía volver a ser atacada por los "fans", aunque estaban más pendientes de cómo continuaba el concurso... Sin olvidar que ahora tenía a Kate conmigo. Fácilmente podía pegarle un puñetazo a cualquier acosador- Disculpe, estaba buscando una tienda que vendiese DigiArmaduras por aquí cerca. Resulta que mi compañera siempre se ha interesado en ese tipo de objetos... Y como no somos residentes de esta zona, necesitamos información, estamos un poco perdidas, a decir verdad... ¿Podría ayudarnos? [/b]- aprovechábamos que mi los grandes ojos compañera estaba a la altura de mis pechos para que, así, nos asegurásemos de que mirase en esta dirección. Entonces, unas ondas invisibles salvo para Kate comenzaron a volar hacia el vendedor, con el objetivo de penetrar sus retículas. Ese era uno de los poderes de Kate, hipnotizar al adversario... Espero que dé resultado y no nos pille. Lo bueno es que, si el truco funcionaba, no nos mentiría. Si no funcionaba, lo más probable es que sólamente notase una molestia en la cabeza, como unas pequeñas migrañas y la sensación de estar de resaca. Era difícil ser descubiertas, aunque siempre existía esa posibilidad.

Me gustaría armodigievolucionar en una hermosa LadyDevimon... ¿Tú sabrías alguna tienda de DigiHuevos dónde me permitiesen alcanzar ese sueño? Por favor...- decía, dulcemente, mi compañera felina mientras su ataque hipnótico seguía sin descanso hacia el Digimon con aspecto de ogro. Aún a pesar de haber sufrido tanto daños en sus cuencas oculares, aún seguía pudiendo utilizar este tipo de técnicas. Era, simplemente, increíble. Realmente, admiraba a mi compañera y a mi amiga...

por Roku Ginshô Mar Mar 28, 2017 4:42 am

El ajetreo del puesto iba en detrimento, ultimándose las compras de quienes querían un recuerdo de aquellas bailarinas, emocionados por el espectáculo que se había organizado. Pese a los problemas iniciales que Yoko y Kate pudieron ver, tales como el desentendimiento por parte de las autoridades locales sobre el evento, el éxito de este era ás que notable: el número de participantes, el público, los jueces, e incluso puestos como ese, que vivían del espectáculo ofrecido, eran solo un recalco de lo evidente. Las dos, no ostante, vieron en ese puesto, y en ese digimon en concreto, algo más que un negocio. Vieron una fuente de información.

-¡Buenas, buenas! -con tono animoso, habló, mientras contaba las ganancias- Lamento no atenderlas, pero va a empezar en breves la segunda ronda, y es lo que me da de comer -atendió a las chicas, sin borrar la sonrisa de su cara, sin disimular su alegría por haberse enriquecido en aquella jornada- ¿Una tienda de qué? Ahora mismo no me suena...-rascó su barbilla, hasta que deparó- ¡Un momento, tú eres una de las bailarinas! Igual te suena esto algo extraño, pero... ¿Podrías apuntarte a una sesión de fotografías? Luego si las firmas podemos sacar unos dinerillos -cuando hubo liberado una sonora carcajada, se tomó la pregunta en serio- Déjenme que piense...-la mirada vagaba sin rumbo, hasta toparse con los ojos de Kate- Su amiga tiene una mirada única, es una pena no haber podido verla... Bailar... -la boca entreabierta, un hilo de baba mostraba que su mente andaba ya bajo el influjo- No... No tengo idea de alguien que comercie abiertamente con ellas, son artículos muy raros, y de lujo... -hipó- Pero, pero sé que el trofeo es una armor por, por una antigua tradición... No sé, algo de un baile... Los jueces deben saberlo. Luego, luego en las oficinas del distrito, donde la guardia, debe haber un registro de tiendas, allí se podría ver. Y, y conozco a un tipo que es informante. Por un buen precio localiza a cualquiera... Ah...

Una vez dicho todo esto, siguió con los ojos clavados en Kate, bajo el encantamiento (¿o encanto?) de esta, sin añadir más, pues ciertamente no podía inventarse nada, ni añadir más a la espera de las órdenes. El ataque haría que respondiera, preso de una hipnosis leve, pues esta no podía doblegar su voluntad al punto de obedecer todas las órdenes, solo aquellas que no atentaran contra su integridad, moral y física. Mas preguntas y ruegos serían respondidos sin ninguna duda, por lo que podían indagar en lo que supiera del registro, o en ese informante anónimo, pues la primera pista que dio, el trofeo, solo podía ser respondido por los jueces, los cuales iban a atender a los bailes de la segunda ronda, en breves. A no ser que algo impidiera este comienzo...

por Yoko Littner Dom Mayo 14, 2017 7:10 pm

Ya vale Kate...- le susurré al oído de mi pequeña compañera antes de que los allí presentes pudieran descubrirbla trampa y el engaño de la felina digital, mientras que ésta sonreía y, poco a poco, el hechizo realizado con sus dos enormes globos oculares de color azul celeste iba desapareciendo.

No debía cancelar el ataque de golpe, puesto que podría ser descubierta por el vendedor o causarle severos daños a su inocente y avariciosa mente. Habíamos confirmado detalles que ya habíamos oído o leído anteriormente y conseguimos nueva información.

En primer lugar, confirmamos que el premio de ese concurso de baile era una armor debido a una especie de antigus tradición. Aún así, no quería quitarles la oportunidad a esas jóvenes bailarinas de salir de su posible miseria, así que esa idea estaba completamente descartada. En segundo lugar, nos ofreció o, mejor dicho, el dependiente me ofreció una sesión de fotos privadas para después firmarlas y sacar un dinero gracias a ello. Pensándolo bien, ese era mi trabajo en el Mundo Humano: disfrazarme, hacerme fotos, subirlas a mi blog o pasársela a alguna compañía y recibir mi pago por ello. Era algo así como una modelo dentro del mundillo geek, por decirlo de una manera simple. Y, por último, también nos informó sobre un amigo suyo que sabía acerca de los registros de las distintas tiendas. Aunque el timador era eso, un timador, era posible que en el distrito en el que nos encontrábamos tuviesen registrado la tienda ilegal de ese pillastre. No perdíamos nada por intentarlo.

Bien, acepto tu propuesta de las fotos. Pero tengo varias condiciones- sonreí apuntando hacia arriba con mi mano enguantada de color blanco, similar al gusnte de una Angewomon regla número 1, una parte de las ganancias serán mías. Regla número 2, nada de acosarme a mi ni a mi manager y, mucho menos, tocar sin nuestro permiso. Regla número 3, ¿puedes hablarme más sobre tu contacto, cariño?- sonreí, mostrando una sonrisa seductora, mientras intentaba dominar en esa conversación. Sin embargo, en ese momento no lo sabía, pero Kate tramaba algo. Y se encontraba observsndo con la mirada fija a los tablones que hacían las vecrs de escenario donde yo había bailado momentos antes. ¿En qué estaría pensando mi querida amiga? Algo era seguro: no era naaaaada bueno...

por Roku Ginshô Sáb Mayo 20, 2017 4:00 am

La hipnosis iba revertiendo paulatinamente, pues aquel digimon iba, poco a poco, recobrando el aplomo y la compostura. Sus ojos ya no presentaban unas pupilas tan dilatadas, su postura no estaba tan encorbada y, gracias al cielo, ya no salibaba tantísimo. Atendía a las palabras de Yoko, acompañando cada cierto tiempo con un acompasado cabeceo. Su boca se abrió, dispuesto a hablar, y así procedió:

- Veinte-ochenta -con una lucidez impropia, justificó-. En calidad de mano de obra, gestión, distribución y demás, es justo que me quede la mayor parte. Al fin y al cabo, lo debería administrar yo prácticamente todo -luego, siguió-. Yo no hago esas cosas, no se daña a la mercancía, y no quisiera dañar una fuente de ingresos... -cerró los ojos, pensando sobre este supuesto contacto, y luego los abrió de golpe- Debe estar donde siempre. No es una zona segura, pero es donde mejor se siente, rodeado de matones y criminales que pueden, bueno, ayudarle a “gestionar la información”. Pero antes de deciros por dónde anda, ¿os parece si vamos sacando las fotos?

Indicando al dúo por dónde ir, las condujo a una parte del escenario, revelando a estas que, ciertamente, aquel espacio era más bien un almacén. Más concretamente, una serie de almacenes dispuestos en esa zona de la ciudad para albergar productos de los diferentes negocios. El hecho de que las bailarinas se convocaran allí se debía a que así, tendrían acceso a lo que necesitaran, ya fueran perfumes, telas, ungüentos y demás. Por supuesto, esto se pagaba con las entradas e incluso con las apuestas, por lo que todos se lucraban.

El digimon abrió la puerta de un pequeño almacén y las invitó a pasar, explicando que pertenecía a un amigo, y que por tanto no tocaran nada. Aprovechando su habilidad de despedir fuego, improvisó unas antorchas, que usó como foco para las diferentes poses, las cuales iba indicando, a viva voz, y sin tocar, respetando el acuerdo verbal que tenía con Yoko. En unos minutos, ya tenía una remesa amplia de fotografías, en las que Yoko estamparía su rúbrica, ya fuera usando su verdadero nombre o cualquier otro. Era tarea del Goblimon saber vender el producto, independientemente del texto adjuntado a la foto.

-Bueno, pues esto ya está. Cuando las venda, podremos repartir beneficios, pero tendréis que darme un número de teléfono, una cuenta donde ingresarla, ya sabéis, algo, ¿u os vale con un “pagaré”? -decía el goblin- Y en cuanto a lo de mi compañero, suele está en un local de mala muerte, a uno minutos de aquí, pero ojo, que es un barrio peligroso, y no sé si solas podrán ir con seguridad...

Les anotó la dirección en un papel, y las dejó pensando en cómo ir hasta el lugar. ¿Deberían conservar los disfraces? Bueno, Kate no podía desprenderse del suyo, pero ¿y lo demás? ¿Entrar sin más o pensar en alguna estrategia? Sin contar el pago, claro, pues hasta el ingreso no tenían un bit... ¿Deberían buscar una forma de conseguir dinero rápido? ¿O pedírselo al Goblimon? ¿A la fuerza, negociando, reclamando?

En resumen, debían pensar en todo esto, aclarar sus ideas, y, de una vez, encaminarse hacia lo que parecía ser el primer paso para resolver el problema del timo.

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