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El descubrimiento de las ruinas del Monasterio Draco, tallado en lo alto de una desolada montaña en el valle de los dragones, ha despertado un gran interés por todo el Digimundo. Principalmente porque según los tallados de la pared exterior dentro de las ruinas se encuentra un obre mágico que contiene en su interior la data y poder del treceavo Royal Kinght, la cual sera dada a quien reclame dicho objeto. Según la historia grabada en los murales, el obre fue dejado allí por el mismo Royal Kinght en caso de que su poder sea necesario para derrotar al mal que se alce en el futuro...por desgracia semejante premio también a llamado la atención de quienes usarían el poder para sus propias metas egoístas. Por lo que esta aventura ahora se a vuelto una carrera por ver quien consigue el gran premio.
6 meses despues de la ultima carrera, un BanchoLeomon reune al viejo equipo de organizacion para dar un nuevo espectaculo, pero en esta carrera, el misterioso patrocinador ha enviado a un "Aspirante a Campeon" con un extraño y unico Digivice. ¿Que es lo que sucedera a lo largo del evento y como funciona este nuevo digivice?.
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-Imagenes realizadas por Runari Wildy
y Sigrun Vinter
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y Sigrun Vinter
Sonata del bosque encantado: La magia en la música. (Priv. Leyla)
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Sonata del bosque encantado: La magia en la música. (Priv. Leyla)
Era un dia tranquilo en lo más profundo de un bosque digital, cielo azul y una especie de imitación digital de sol dando luz al lugar entero, sin duda alguno un lugar precioso en verdad, un paraiso digital a tomar en cuenta, algunos digimon bebé jugueteaban entre sí, todo era pacífico, paz y tranquilidad, si bien era el lugar menos indicado donde buscar pelea, era un buen lugar para tomar un respiro, un descanso de esas batallas sin fin, de los conflictos y las preocupaciones. Bajo un frondoso árbol se encontraba descansando un joven no mayor de 22 años, su pelo color plata reflejaba la los pocos rayos de luz que lograban darle al pasar de entre las hojas y ramas, sus ojos color rojo intenso como la sangre, su piel clara y rostro con finos rasgos era muestra de no ser un chico cualquiera, aunque su forma de vestir que era muy común dijera lo opuesto, pues era raro ver a alguien tener una combinación de ropa de invierno muy simple, conformada por una chaqueta negra de cuero, una bufanda roja tejida a mano, unos jeans azules claros y unas botas negras de cuero, sin duda alguna algo muy poco común sobre todo por los lentes oscuros que llevaba casi por diadema.
Si bien era simplemente algo raro a simple vista, lucía tranquilo descansando bajo la sombra del árbol, observando frente a él un pequeño lago de agua cristalina cuya luz podría filtrarse hasta su fondo y aun así reflejar el cielo azul con facilidad, su superficie era tan perfecta que parecía un espejo liso. Cerca del muchacho se encontraba su compañera, una Renamon de pelo plateado casi tan brilloso como el del pelo del joven, su nombre era Mizuki, se encontraba sentada en una de las más resistentes ramas de la copa de aquel árbol, su lomo, recargado contra el tronco, sus ojos cerrados como si disfrutara de un largo sueño, muy a pesar de que en realidad se hallaba disfrutando cierta melodía de su tamer, quien por cierto, tenía junto a él, un pequeño estuche de uno de sus tantos instrumentos, un violín era lo que tenía consigo, y que tocaba de una melodía un tanto melancólica, esto era algo que habia compuesto por si mismo, tras recordar ciertos acontecimientos de su pasado.
Un débil viento habia comenzado a soplar, la fresca brisa ayudaba a enviar las tan sensibles notas por todo el bosque, ocasionando que algunos pacíficos digimon se reunieron alrededor del joven, fue la misma curiosidad la que los llamó y quedaron sentados escuchando atentamente las tan expresivas notas.
Si bien era simplemente algo raro a simple vista, lucía tranquilo descansando bajo la sombra del árbol, observando frente a él un pequeño lago de agua cristalina cuya luz podría filtrarse hasta su fondo y aun así reflejar el cielo azul con facilidad, su superficie era tan perfecta que parecía un espejo liso. Cerca del muchacho se encontraba su compañera, una Renamon de pelo plateado casi tan brilloso como el del pelo del joven, su nombre era Mizuki, se encontraba sentada en una de las más resistentes ramas de la copa de aquel árbol, su lomo, recargado contra el tronco, sus ojos cerrados como si disfrutara de un largo sueño, muy a pesar de que en realidad se hallaba disfrutando cierta melodía de su tamer, quien por cierto, tenía junto a él, un pequeño estuche de uno de sus tantos instrumentos, un violín era lo que tenía consigo, y que tocaba de una melodía un tanto melancólica, esto era algo que habia compuesto por si mismo, tras recordar ciertos acontecimientos de su pasado.
Un débil viento habia comenzado a soplar, la fresca brisa ayudaba a enviar las tan sensibles notas por todo el bosque, ocasionando que algunos pacíficos digimon se reunieron alrededor del joven, fue la misma curiosidad la que los llamó y quedaron sentados escuchando atentamente las tan expresivas notas.
- Musica:
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :255Ficha :Nivel On Rol :PerfectNivel On Rol de los Digi Aliados :Kiseki: ChampionIcono :Rango y Unidad :Kagura Tenshi
Rango: Soldado
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: East Blue Dragon
Renamon (Mizuki)
Rango: Soldado
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: East Blue DragonInventario :
Kagura Tenshi
Re: Sonata del bosque encantado: La magia en la música. (Priv. Leyla)
Solo recordaba que había tomado la mano de un extraño ser a la orilla del pequeño lago que había en mi casa, solo hasta ese momento todo se volvió completa oscuridad, no se podía escuchar mas que mis pensamientos, como un eco que recorría todo el lugar. A cada paso que daba me encontraba con una presión un poco mas molesta, como si el oxígeno comenzara a faltar en esa especie de cámara solitaria –No creo que me encuentre en casa- Dije de una manera pesada cruzándome de brazos –Debo buscar una manera de como salir de este sitio, me estoy hartando de caminar sin rumbo- Mis palabras se mostraban un poco mas pesadas de lo normal.
Sin esperar mucho tiempo las luces del lugar se encendieron de repente dejándome ver que me encontraba rodeada de miles de espejos, como si se tratara de un espacio completamente cerrado –Pero que es todo esto- Mire a mi alrededor pero lo único que podía observar en ese momento era mi simple reflejo.
Consiguientemente frente a mi, en uno de los espejos se posó la misma figura que me había traído a este lugar desde un principio –¿Quien eres tu?- Mi voz se escuchaba un tanto molesta –¿Fuiste tu quien me trajo aquí?- Desde el principio pensé en que todo esto se trataba de un simple sueño pero al pasar el tiempo me daba cuenta de que era el momento actual en el que me encontraba, todo era real y comenzaba a temer por no poder salir de aquí.
Solté un gran suspiro y me cruce de brazos –¿Y bien? ¿Que no piensas responder a mis cuestiones?- Este ser con forma de mujer con una máscara de zorro de color morado simplemente se quedó callada sin decir alguna palabra o movimiento. Todo esto que estaba sucediendo era completamente extraño.
Algo inusual comenzó a suceder, los espejos comenzaron a tornarse negros, como si una oscuridad los cubriera de una manera rápida, quedando únicamente el espejo central. Al fin con un leve movimiento este extraño ser extendió su mano, la cual salía del espejo entregándome un extraño dispositivo color dorado. Sin decir alguna palabra simplemente tome el dispositivo.
Al momento de tocar el artefacto el piso se quebró como un simple cristal y comencé a caer lentamente hacía en fondo…
Al abrir los ojos me encontraba en un extraño bosque, como si todo se hubiera tratado de un sueño o alguna alucinación. Sin pensarlo mucho me puse a buscar sobre el césped el dispositivo, sabía que este estaría por algún lado ya que lo había tomado anteriormente. –Te encontré- El extraño aparato se encontraba a unos cuantos pasos de donde estaba.
Me levante del suelo para comenzar a caminar –Necesito respuestas- Solté un gran suspiro mientras continuaba caminando por el lugar. Llevaba puesto el uniforme del colegio, por suerte no traía algo que me impidiera moverme libremente como los vestuarios de los conciertos.
Una melodía llegó a mis oídos, se trataba de un tono un tanto melancólico y profundo. Sin pensarlo decidí seguirlo adentrándome entre los arbustos y árboles. Mi sorpresa fue el ver a un humano sentado y era el quien interpretaba tal melodía. –Mmmmh- Simplemente me quede ahí, frente al a unos cuantos arbustos de diferencia esperando a que este terminara su canción.
La melodía parecía atraer a pequeñas criaturas que disfrutaban del sonido, todo esto era nuevo y muy extraño, pero me había percatado de algo… Ya no estaba en casa…
Sin esperar mucho tiempo las luces del lugar se encendieron de repente dejándome ver que me encontraba rodeada de miles de espejos, como si se tratara de un espacio completamente cerrado –Pero que es todo esto- Mire a mi alrededor pero lo único que podía observar en ese momento era mi simple reflejo.
Consiguientemente frente a mi, en uno de los espejos se posó la misma figura que me había traído a este lugar desde un principio –¿Quien eres tu?- Mi voz se escuchaba un tanto molesta –¿Fuiste tu quien me trajo aquí?- Desde el principio pensé en que todo esto se trataba de un simple sueño pero al pasar el tiempo me daba cuenta de que era el momento actual en el que me encontraba, todo era real y comenzaba a temer por no poder salir de aquí.
Solté un gran suspiro y me cruce de brazos –¿Y bien? ¿Que no piensas responder a mis cuestiones?- Este ser con forma de mujer con una máscara de zorro de color morado simplemente se quedó callada sin decir alguna palabra o movimiento. Todo esto que estaba sucediendo era completamente extraño.
Algo inusual comenzó a suceder, los espejos comenzaron a tornarse negros, como si una oscuridad los cubriera de una manera rápida, quedando únicamente el espejo central. Al fin con un leve movimiento este extraño ser extendió su mano, la cual salía del espejo entregándome un extraño dispositivo color dorado. Sin decir alguna palabra simplemente tome el dispositivo.
Al momento de tocar el artefacto el piso se quebró como un simple cristal y comencé a caer lentamente hacía en fondo…
Al abrir los ojos me encontraba en un extraño bosque, como si todo se hubiera tratado de un sueño o alguna alucinación. Sin pensarlo mucho me puse a buscar sobre el césped el dispositivo, sabía que este estaría por algún lado ya que lo había tomado anteriormente. –Te encontré- El extraño aparato se encontraba a unos cuantos pasos de donde estaba.
Me levante del suelo para comenzar a caminar –Necesito respuestas- Solté un gran suspiro mientras continuaba caminando por el lugar. Llevaba puesto el uniforme del colegio, por suerte no traía algo que me impidiera moverme libremente como los vestuarios de los conciertos.
- Spoiler:
Una melodía llegó a mis oídos, se trataba de un tono un tanto melancólico y profundo. Sin pensarlo decidí seguirlo adentrándome entre los arbustos y árboles. Mi sorpresa fue el ver a un humano sentado y era el quien interpretaba tal melodía. –Mmmmh- Simplemente me quede ahí, frente al a unos cuantos arbustos de diferencia esperando a que este terminara su canción.
La melodía parecía atraer a pequeñas criaturas que disfrutaban del sonido, todo esto era nuevo y muy extraño, pero me había percatado de algo… Ya no estaba en casa…
Re: Sonata del bosque encantado: La magia en la música. (Priv. Leyla)
El chico habia casi terminado de tocar aquella melodia, mas algo le habia llamado la atencion, pudo escuchar algo moviéndose entre los arbustos que estaban a unos escasos metros frente a él, sin embargo prefirió proseguir tocar la melodía hasta acabarla para después salir a investigar, por otro lado los digimons siguieron disfrutando de esta, escuchándolo atentamente, viendo cada movimiento que el chico hacía con el brazo, su postura, su concentración, tan solo el movimiento del brazo ya era un tanto hipnótico, la postura refinada aun estando sentado bajo un árbol, el rostro iluminado por pequeños rayos de sol que en conjunto con el viento el cual estaba alborotando un tanto el pelo plateado del joven, daban la impresión de ser una persona enigmática, un aire de misterio, más su fría postura reflejaba su soledad.
Al fin, habia terminado de tocar la ultima nota, y bajo lenta y cuidadosamente el instrumento para, posteriormente guardarlo. Era claro que al final, habia logrado su cometido, dejar salir el sentimiento que se le dificulta expresar en palabras, lo habia dejado ir, dejo que todo ello se lo llevara el viento, al fin y al cabo, el viento era el mejor amigo de un músico después de su instrumento claro está, pues el viento es quien lo ayuda a esparcir su voz, sus notas, sus sentimientos en cada melodía, en cada nota.
Cerró el estuche de piel negra ya con aquel instrumento guardado cuidadosamente dentro de este, dirigió su mirada al arbusto lejano frente a él, se levantó del lugar donde estaba descansando y camino lentamente hacia esa direccion para averiguar que es lo que habia escuchado moverse en ese lugar, pudiera tratarse de algún digimon pequeño que por ser algo timido no se acercó antes cuando estaba tocando aquella melodía. Los otros digimon lo empezaron a seguir, pues les habia entrado curiosidad saber más sobre aquel humano, era un tanto gracioso aquello, pues con cada pequeño paso que el joven daba, los digimon o daban un pequeño rebote en el suelo a falta de extremidades o simplemente se arrastraban o corrían un poco con sus cortas patitas.
Mizuki, la Renamon plateada que estaba descansando en la rama gruesa de la copa de aquel árbol, abrió los ojos inmediatamente después no escuchar melodía alguna, pensando que era señal de marcharse de aquel lugar, después de todo lo que a ella le interesaba era el hecho de encontrar más digimon poderosos para enfrentar, derrotar, y así absorber sus datos para volverse más fuerte y continuar su camino hacia el poder para evolucionar a la siguiente etapa. Pero se llevó una sorpresa al ver a su tamer entretenido en lo que aparentemente era un jugueteo con los digimons bebes, estos estaban siguiendo a Kagura como si de jugar a la "mama gallina" se tratase, por ello mismo se molesto un poco, al poco tiempo captó que esta no era la intención de su tamer, pues él solo era seguido por estos.
Mizuki bajo de la rama del árbol de un solo salto, cayó de pie y caminó hasta alcanzar a su tamer. -Es lindo verte de esta forma, es como si estos pequeños pensaran que eres su padre o algo asi. - Dijo Mizuki mientras miraba fijamente a su tamer quien se habia sonrojado un poco ante la observación de su compañera. - No es como si tuviera opción, simplemente me empezaron a seguir como si nada. - Contestó el joven tamer. - Entonces.. ¿cual es el plan? - Preguntó la digimon hermoso pelaje color plata brillante. - Por ahora seguir descansando, lo tenemos merecido después de todo. - Indicó el tamer mientras continuaba acercándose a aquel arbusto.
Jump, supongo que no queda de otra, después de todo hemos viajado mucho y tenido una que otra batalla, no es bueno sobre esforzarse de más supongo, pero siendo sincera esperaba haber tenido un gran avance... aun así, no noto muchos cambios en mi nivel de poder. - Mizuki repaso por su mente aquellas batallas que tuvieron en cada viaje.
Al fin, habia terminado de tocar la ultima nota, y bajo lenta y cuidadosamente el instrumento para, posteriormente guardarlo. Era claro que al final, habia logrado su cometido, dejar salir el sentimiento que se le dificulta expresar en palabras, lo habia dejado ir, dejo que todo ello se lo llevara el viento, al fin y al cabo, el viento era el mejor amigo de un músico después de su instrumento claro está, pues el viento es quien lo ayuda a esparcir su voz, sus notas, sus sentimientos en cada melodía, en cada nota.
Cerró el estuche de piel negra ya con aquel instrumento guardado cuidadosamente dentro de este, dirigió su mirada al arbusto lejano frente a él, se levantó del lugar donde estaba descansando y camino lentamente hacia esa direccion para averiguar que es lo que habia escuchado moverse en ese lugar, pudiera tratarse de algún digimon pequeño que por ser algo timido no se acercó antes cuando estaba tocando aquella melodía. Los otros digimon lo empezaron a seguir, pues les habia entrado curiosidad saber más sobre aquel humano, era un tanto gracioso aquello, pues con cada pequeño paso que el joven daba, los digimon o daban un pequeño rebote en el suelo a falta de extremidades o simplemente se arrastraban o corrían un poco con sus cortas patitas.
Mizuki, la Renamon plateada que estaba descansando en la rama gruesa de la copa de aquel árbol, abrió los ojos inmediatamente después no escuchar melodía alguna, pensando que era señal de marcharse de aquel lugar, después de todo lo que a ella le interesaba era el hecho de encontrar más digimon poderosos para enfrentar, derrotar, y así absorber sus datos para volverse más fuerte y continuar su camino hacia el poder para evolucionar a la siguiente etapa. Pero se llevó una sorpresa al ver a su tamer entretenido en lo que aparentemente era un jugueteo con los digimons bebes, estos estaban siguiendo a Kagura como si de jugar a la "mama gallina" se tratase, por ello mismo se molesto un poco, al poco tiempo captó que esta no era la intención de su tamer, pues él solo era seguido por estos.
Mizuki bajo de la rama del árbol de un solo salto, cayó de pie y caminó hasta alcanzar a su tamer. -Es lindo verte de esta forma, es como si estos pequeños pensaran que eres su padre o algo asi. - Dijo Mizuki mientras miraba fijamente a su tamer quien se habia sonrojado un poco ante la observación de su compañera. - No es como si tuviera opción, simplemente me empezaron a seguir como si nada. - Contestó el joven tamer. - Entonces.. ¿cual es el plan? - Preguntó la digimon hermoso pelaje color plata brillante. - Por ahora seguir descansando, lo tenemos merecido después de todo. - Indicó el tamer mientras continuaba acercándose a aquel arbusto.
Jump, supongo que no queda de otra, después de todo hemos viajado mucho y tenido una que otra batalla, no es bueno sobre esforzarse de más supongo, pero siendo sincera esperaba haber tenido un gran avance... aun así, no noto muchos cambios en mi nivel de poder. - Mizuki repaso por su mente aquellas batallas que tuvieron en cada viaje.
- Tamer & Digimon
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Rango: Soldado
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Renamon (Mizuki)
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Kagura Tenshi
Re: Sonata del bosque encantado: La magia en la música. (Priv. Leyla)
Mientras escuchaba la canción de aquel joven miraba mi entorno verdoso, si bien, parecía que me encontraba en una especie de bosque y a decir verdad no estaba de muy mal ver. La naturaleza que cundía en este sitio era muy hermosa; las flores que sobresalían de los arbustos y los pequeños frutos que parecían como pequeños caramelos redondos eran muy bonitos, tenía cierta curiosidad de conocer un poco mas el lugar.
Me fije durante unos minutos mientras la melodía proseguía en los pequeños seres que se encontraban alrededor del chico, parecían ser especies de pequeños animales, estos se veían como si se tratara de un show infantil, a decir verdad, ciertamente me causó un poco de ternura ver aquella imagen, como si el chico fuera el cuidador de todos esos pequeños.
De inmediato el aparatejo que traía en uno de mis bolsillos comenzó a emitir un sonido, como si se tratara de un mensaje o algo por el estilo, algo igual que un teléfono móvil –¿Ahora que sucede?- Me pregunte a mi misma mientras analizaba en la pequeña pantalla que se podía apreciar una especie de luz extraña.
Sin esperar mucho tiempo de esa pequeña pantalla apareció una especie de esfera, como si se tratara de un holograma de la tierra, pero este era un poco diferente, no se podían distinguir los continentes, ni mucho menos identificar los países, así que opte por pensar que no se trataba de un mapa de la tierra. Algo particular sucedía en ese holograma, marcando un punto rojo en una zona no muy lejos de donde me encontraba, como si marcara un punto al que debería ir.
Debido a que no había prestado mucha atención mas que al dispositivo, no me había percatado que la música había dejado de sonar y era como si todo se quedara en silencio por algunos instantes. Pronto comencé a escuchar una plática y varias risas, como si se trataran de niños acercándose.
Sin pensarlo mucho opte por retirarme del lugar antes de que se percataran que me encontraba ahí. No era una chica muy social, por ello preferí evitarme el contacto con otro humano en este extraño mundo, aunque sería bueno hacerle algún par de preguntas que tenía rondando en mi mente en ese instante.
Negando con la cabeza comencé a caminar en dirección opuesta alejándome un poco del lugar donde me encontraba mientras me adentraba mas al bosque.
Mientras caminaba me encontré con un quejido muy fuerte… –¡Ay!- escuche mientras buscaba al procreador de tal sonido. Al parecer no había nada hasta que una voz me llamaba del suelo –Estoy aquí, casi me has pisado, deberías fijarte por donde caminas grandulona- Una pequeña criatura con forma de ramita parecía hablarme –Tu deberías fijarte mejor por donde andas caminando- Me cruce de brazos, no pensaba en discutir con tal pequeñez –Bueno, creo que ambas tenemos la culpa, dime humana, ¿Como te llamas?- El pequeño ser parecía querer entablar una conversación y pues bueno quizá sería de ayuda.
Con poca delicadeza decidí cargar aquella pequeña en mis brazos –Me llamo Leyla, ahora dime el tuyo- La mire fijamente a los ojos –Mi nombre es Tanemon, veo que estas algo confundida, ¡Yo soy un Digimon!, es un gusto conocerte- Una gran sonrisa se dibujaba en el rostro del pequeño –Muy bien Tanemon, ahora dime, ¿Dónde rayos estoy?-…
Me fije durante unos minutos mientras la melodía proseguía en los pequeños seres que se encontraban alrededor del chico, parecían ser especies de pequeños animales, estos se veían como si se tratara de un show infantil, a decir verdad, ciertamente me causó un poco de ternura ver aquella imagen, como si el chico fuera el cuidador de todos esos pequeños.
De inmediato el aparatejo que traía en uno de mis bolsillos comenzó a emitir un sonido, como si se tratara de un mensaje o algo por el estilo, algo igual que un teléfono móvil –¿Ahora que sucede?- Me pregunte a mi misma mientras analizaba en la pequeña pantalla que se podía apreciar una especie de luz extraña.
Sin esperar mucho tiempo de esa pequeña pantalla apareció una especie de esfera, como si se tratara de un holograma de la tierra, pero este era un poco diferente, no se podían distinguir los continentes, ni mucho menos identificar los países, así que opte por pensar que no se trataba de un mapa de la tierra. Algo particular sucedía en ese holograma, marcando un punto rojo en una zona no muy lejos de donde me encontraba, como si marcara un punto al que debería ir.
Debido a que no había prestado mucha atención mas que al dispositivo, no me había percatado que la música había dejado de sonar y era como si todo se quedara en silencio por algunos instantes. Pronto comencé a escuchar una plática y varias risas, como si se trataran de niños acercándose.
Sin pensarlo mucho opte por retirarme del lugar antes de que se percataran que me encontraba ahí. No era una chica muy social, por ello preferí evitarme el contacto con otro humano en este extraño mundo, aunque sería bueno hacerle algún par de preguntas que tenía rondando en mi mente en ese instante.
Negando con la cabeza comencé a caminar en dirección opuesta alejándome un poco del lugar donde me encontraba mientras me adentraba mas al bosque.
Mientras caminaba me encontré con un quejido muy fuerte… –¡Ay!- escuche mientras buscaba al procreador de tal sonido. Al parecer no había nada hasta que una voz me llamaba del suelo –Estoy aquí, casi me has pisado, deberías fijarte por donde caminas grandulona- Una pequeña criatura con forma de ramita parecía hablarme –Tu deberías fijarte mejor por donde andas caminando- Me cruce de brazos, no pensaba en discutir con tal pequeñez –Bueno, creo que ambas tenemos la culpa, dime humana, ¿Como te llamas?- El pequeño ser parecía querer entablar una conversación y pues bueno quizá sería de ayuda.
Con poca delicadeza decidí cargar aquella pequeña en mis brazos –Me llamo Leyla, ahora dime el tuyo- La mire fijamente a los ojos –Mi nombre es Tanemon, veo que estas algo confundida, ¡Yo soy un Digimon!, es un gusto conocerte- Una gran sonrisa se dibujaba en el rostro del pequeño –Muy bien Tanemon, ahora dime, ¿Dónde rayos estoy?-…
Re: Sonata del bosque encantado: La magia en la música. (Priv. Leyla)
Kagura habia llegado justo al arbusto del cual le habia parecido escuchar movimiento entre sus ramas, al ver que no se encontraba nada escondido ahí suspiro. - Vaya... tal vez me equivoque..- Después de eso observo unas huellas un tanto difíciles de apreciar, afortunadamente se percató de las delicadas y huellas antes de que fueran borradas, la hierba estaba aplastada pero no tanto, lo cual le dio a entender que quien las hizo era alguien de un peso ligero, la forma de estas eran perteneciente a unos zapatos, por lo tanto se trataría de un humano, mejor dicho a una humana, pues la huella del calzado mostraba un diseño parecido al que su hermana solía usar.
Asi que despues de todo no estaba equivocado. - Cerró momentáneamente los ojos y sonrió levemente, saco unos cuantos caramelos del bolsillo de su chaqueta y los arrojó a los pequeños que lo seguían para distraerlos mientras él se apartaba junto a la Renamon de pelaje color plata. - ¿Qué es lo que pasa?, ¿Detectaste a alguien?. - Preguntó Mizuki. - Yo solo puedo detectar algunos digimon en la zona... - Mizuki fijó la vista en la misma dirección a la cual Kagura se dirigía, estaba pensativa. - Bueno, hace unos momentos sentí que alguien me observaba desde aquel arbusto, encontré estas huellas, son humanas. Seguramente algún tamer nuevo que apareció en esta zona, si es así tenemos que encontrarlo, pues aunque esta zona parezca pacífica, podría verse en problemas con algún digimon salvaje que se le aparezca.
Oh, usted siempre tan servicial y preocupado por otros amo Kagura. - Hablo Mizuki con su encantadora y femenina voz, un tanto en tono burlón para molestar a su tamer. - T-tonta, solo estoy cumpliendo con el deber del más fuerte que es proteger a los más débiles, a demás es lo que siempre hacemos ¿no?. - El chico miró a la digimon y le guiño el ojo, a lo cual esta reaccionó de forma un poco nervioso, su rostro se puso rojo y vapor parecía salirle de las orejas de forma caricaturesca. -S-si, eso creo, aunque por una sola vez desearía que pudiéramos descansar sin tener la necesidad de ver a otras personas... esto... yo... quisiera estar a solas con usted. -Decía la joven digimon zorro humanoide mientras enlazaba las garras de sus manos/patas algo tímida.
Hey!!! Mizuki muévete, date prisa o perderemos el rastro!! - Gritaba el tamer desde lejos, habia avanzado bastante mientras su compañera estaba alucinando fantasías con su tamer. Mizuki, avergonzada se dio prisa en alcanzarlo, se sintió ridícula al haber dicho lo que dijo y no haber podido ser escuchada por él, mientras ambos avanzaban lo suficiente como para poder escuchar algo, era una pequeña conversación, la voz de un niño y la de una chica, escucho cómo hablaban y después discutían. Kagura se fue acercando cada vez más al lugar del origen de las voces, Mizuki le seguía el paso, si bien no parecía contenta con lo que habia ocurrido, estaba aliviada de que nadie pudiera presenciar aquella escena que le da vergüenza.
Habian llegado lo suficientemente cerca como para poder presenciar en un pequeño claro, a una chica joven, era rubia, un tanto bajita y su cuerpo no estaba del todo desarrollado, Kagura calculo que se trataba de una chica de entre los 16 y 19 años, por la vestimenta que traía era una estudiante proveniente de algún instituto de japon, tenia una hermosa cabellera rubia, y unos ojos color violeta. Esta chica se encontraba acompañada de un Tanemon, ¿será este acaso su compañero digital?, a juzgar por la forma en cómo hablaban podría ser, aun sabiendo que tenía compañero, era demasiado peligroso solo dejarlos de esta forma. Fue entonces que el chico peli plata se acercó para presentarse ante la joven.
Tomó una rosa roja que estabe en un rosal cercano a él, se acercó sigilosamente a la joven que se haya distraída todavía hablando con aquel digimon, se acercó lo suficiente para quedar a espaldas de ella y sorprenderle con aquella rosa roja entregandola cuidadosamente mientras susurro a su oído. -Sabes... es de muy mal gusto que una linda chica escuche las melodías escondidas en el corazón de un músico sin siquiera presentarse...
Asi que despues de todo no estaba equivocado. - Cerró momentáneamente los ojos y sonrió levemente, saco unos cuantos caramelos del bolsillo de su chaqueta y los arrojó a los pequeños que lo seguían para distraerlos mientras él se apartaba junto a la Renamon de pelaje color plata. - ¿Qué es lo que pasa?, ¿Detectaste a alguien?. - Preguntó Mizuki. - Yo solo puedo detectar algunos digimon en la zona... - Mizuki fijó la vista en la misma dirección a la cual Kagura se dirigía, estaba pensativa. - Bueno, hace unos momentos sentí que alguien me observaba desde aquel arbusto, encontré estas huellas, son humanas. Seguramente algún tamer nuevo que apareció en esta zona, si es así tenemos que encontrarlo, pues aunque esta zona parezca pacífica, podría verse en problemas con algún digimon salvaje que se le aparezca.
Oh, usted siempre tan servicial y preocupado por otros amo Kagura. - Hablo Mizuki con su encantadora y femenina voz, un tanto en tono burlón para molestar a su tamer. - T-tonta, solo estoy cumpliendo con el deber del más fuerte que es proteger a los más débiles, a demás es lo que siempre hacemos ¿no?. - El chico miró a la digimon y le guiño el ojo, a lo cual esta reaccionó de forma un poco nervioso, su rostro se puso rojo y vapor parecía salirle de las orejas de forma caricaturesca. -S-si, eso creo, aunque por una sola vez desearía que pudiéramos descansar sin tener la necesidad de ver a otras personas... esto... yo... quisiera estar a solas con usted. -Decía la joven digimon zorro humanoide mientras enlazaba las garras de sus manos/patas algo tímida.
Hey!!! Mizuki muévete, date prisa o perderemos el rastro!! - Gritaba el tamer desde lejos, habia avanzado bastante mientras su compañera estaba alucinando fantasías con su tamer. Mizuki, avergonzada se dio prisa en alcanzarlo, se sintió ridícula al haber dicho lo que dijo y no haber podido ser escuchada por él, mientras ambos avanzaban lo suficiente como para poder escuchar algo, era una pequeña conversación, la voz de un niño y la de una chica, escucho cómo hablaban y después discutían. Kagura se fue acercando cada vez más al lugar del origen de las voces, Mizuki le seguía el paso, si bien no parecía contenta con lo que habia ocurrido, estaba aliviada de que nadie pudiera presenciar aquella escena que le da vergüenza.
Habian llegado lo suficientemente cerca como para poder presenciar en un pequeño claro, a una chica joven, era rubia, un tanto bajita y su cuerpo no estaba del todo desarrollado, Kagura calculo que se trataba de una chica de entre los 16 y 19 años, por la vestimenta que traía era una estudiante proveniente de algún instituto de japon, tenia una hermosa cabellera rubia, y unos ojos color violeta. Esta chica se encontraba acompañada de un Tanemon, ¿será este acaso su compañero digital?, a juzgar por la forma en cómo hablaban podría ser, aun sabiendo que tenía compañero, era demasiado peligroso solo dejarlos de esta forma. Fue entonces que el chico peli plata se acercó para presentarse ante la joven.
Tomó una rosa roja que estabe en un rosal cercano a él, se acercó sigilosamente a la joven que se haya distraída todavía hablando con aquel digimon, se acercó lo suficiente para quedar a espaldas de ella y sorprenderle con aquella rosa roja entregandola cuidadosamente mientras susurro a su oído. -Sabes... es de muy mal gusto que una linda chica escuche las melodías escondidas en el corazón de un músico sin siquiera presentarse...
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :255Ficha :Nivel On Rol :PerfectNivel On Rol de los Digi Aliados :Kiseki: ChampionIcono :Rango y Unidad :Kagura Tenshi
Rango: Soldado
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Renamon (Mizuki)
Rango: Soldado
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: East Blue DragonInventario :
Kagura Tenshi
Re: Sonata del bosque encantado: La magia en la música. (Priv. Leyla)
Las cosas parecían tomarse con calma, todo se encontraba tranquilo, la fresca brisa que corría por los arbustos y pastizales elevaban el aroma natural que había en el bosquejo. Si bien, había ido a parar a un buen lugar después de todo. Aun no tenía respuestas y todo hasta ahora se me hacía un poco extraño. No parecía estar en casa, pero tampoco era como si fuera diferente a mi propio mundo.
Sonriendo y con una cálida voz, el Digimon que se hacía llamar Tanemon comenzó a contarme lo que sabía de su entorno –Bueno antes que nada debo decir que te encuentras en el Digimundo, estas son las zonas verdes. A decir verdad no había visto a un humano rondar por aquí, es algo nuevo- Las palabras del Digimon me eran un poco mas de ayuda, ahora sabía en donde me encontraba, pero aun necesitaba mas para saber que era lo que en realidad hacía en el Digimundo.
Tras continuar hablando con la pequeña Tanemon, recordé que un extraño ser, quizá ahora con la información que sabía, me había arrastrados hasta el Digimundo, ahora existía una duda que rondaba mis pensamientos y era el ¿Por qué? Que tenía que hacer yo en un mundo digital como este…
Hundida en mis pensamientos por un largo rato y mientras escuchaba a Tanemon, un escalofrío recorrió mi cuerpo en un par de segundos al sentir una voz muy cerca de mi oído, una voz que parecía estar muy, demasiado cerca de mi persona…
Sin pensarlo y por reacción instantánea lancé un golpe a quien me susurraba al oído, pero al ver que se trataba del chico, mi puño quedo a milímetros cerca de su rostro –¿¡Podrías no hacer eso!? Estuve a punto de golpearte- Solté un gran suspiro luego de tranquilizarme, mientras miraba a Tanemon, quien por tanto jadeo se asusto como para cubrirse con las hojas que lleva en su cabeza –Tranquila todo esta bien, solo fue un susto- Intenté calmar al pequeño Digimon, ya que había sido mi culpa reaccionar de esa manera.
Un tanto mas calmada y volviéndome en si me dispuse a cuestionar aquel chico, que parecía estar acompañado de un zorro, o en este caso seguro sería un Digimon –Simplemente estaba escuchando la melodía de tu violín, eso no quiere decir que estaba espiando- Solté un gran suspiro para después bajar a Tanemon al suelo –¿Ustedes dos se conocen?- Pregunto la pequeña Digimon un tanto curiosa…
Examine un poco la situación para después pensar en que quizá no me encontraba en algún peligro, pero por cual quiera que fuera el motivo del chico en seguirme, no baje la guardia –No, nunca en mi vida lo había visto- Me cruce de brazos para después voltearme y sacar el dispositivo intentando que marcara nuevamente el mapa que una vez me había mostrado –¿Como funcionaras?- Pregunté en voz baja mientras esperaba que el aparatejo reaccionara…
Si bien como era mi costumbre, comencé a ignorar a los que se encontraban a mi alrededor, no era por grosería, sino mas bien, no se me daba un el conversar con personas que no conocía, pero a pesar de ello nunca deje de prestarle atención a Tanemon, era la única que me había proporcionado información útil.
Sonriendo y con una cálida voz, el Digimon que se hacía llamar Tanemon comenzó a contarme lo que sabía de su entorno –Bueno antes que nada debo decir que te encuentras en el Digimundo, estas son las zonas verdes. A decir verdad no había visto a un humano rondar por aquí, es algo nuevo- Las palabras del Digimon me eran un poco mas de ayuda, ahora sabía en donde me encontraba, pero aun necesitaba mas para saber que era lo que en realidad hacía en el Digimundo.
Tras continuar hablando con la pequeña Tanemon, recordé que un extraño ser, quizá ahora con la información que sabía, me había arrastrados hasta el Digimundo, ahora existía una duda que rondaba mis pensamientos y era el ¿Por qué? Que tenía que hacer yo en un mundo digital como este…
Hundida en mis pensamientos por un largo rato y mientras escuchaba a Tanemon, un escalofrío recorrió mi cuerpo en un par de segundos al sentir una voz muy cerca de mi oído, una voz que parecía estar muy, demasiado cerca de mi persona…
Sin pensarlo y por reacción instantánea lancé un golpe a quien me susurraba al oído, pero al ver que se trataba del chico, mi puño quedo a milímetros cerca de su rostro –¿¡Podrías no hacer eso!? Estuve a punto de golpearte- Solté un gran suspiro luego de tranquilizarme, mientras miraba a Tanemon, quien por tanto jadeo se asusto como para cubrirse con las hojas que lleva en su cabeza –Tranquila todo esta bien, solo fue un susto- Intenté calmar al pequeño Digimon, ya que había sido mi culpa reaccionar de esa manera.
Un tanto mas calmada y volviéndome en si me dispuse a cuestionar aquel chico, que parecía estar acompañado de un zorro, o en este caso seguro sería un Digimon –Simplemente estaba escuchando la melodía de tu violín, eso no quiere decir que estaba espiando- Solté un gran suspiro para después bajar a Tanemon al suelo –¿Ustedes dos se conocen?- Pregunto la pequeña Digimon un tanto curiosa…
Examine un poco la situación para después pensar en que quizá no me encontraba en algún peligro, pero por cual quiera que fuera el motivo del chico en seguirme, no baje la guardia –No, nunca en mi vida lo había visto- Me cruce de brazos para después voltearme y sacar el dispositivo intentando que marcara nuevamente el mapa que una vez me había mostrado –¿Como funcionaras?- Pregunté en voz baja mientras esperaba que el aparatejo reaccionara…
Si bien como era mi costumbre, comencé a ignorar a los que se encontraban a mi alrededor, no era por grosería, sino mas bien, no se me daba un el conversar con personas que no conocía, pero a pesar de ello nunca deje de prestarle atención a Tanemon, era la única que me había proporcionado información útil.
Re: Sonata del bosque encantado: La magia en la música. (Priv. Leyla)
Kagura rio calidamente, era gracioso para el pensar que si quiera una chica que claramente sabia que estaba desorientada y sin entender casi nada respecto a este mundo, pudiera acertar un golpe en su rostro, si fuese de ese modo sería porque el mismo se lo permitiría a tal chica, claramente si hubiera visto la intención misma de agresión habría respondido, pero la lectura del movimiento de su cuerpo indicaba un gran temor que recorre el cuerpo de la chica, su acción no fue si no solo un reflejo ante la incertidumbre.
Vaya... veo que tienes tu carácter, perdone si la hice sentir insegura, aunque sus instintos no se equivocan del todo, este mundo no es como del que vienes, eso te lo puedo decir por experiencia, si enverdad quieres sobrevivir a esto necesitarás aprender algunas cosas. Cosas que puedes aprender de la manera fácil escuchándome, o.... de la manera difícil... tu decides. - Las palabras amables y suaves fueron transformándose poco a poco un poco mas frías y duras, llegando incluso a parecer alguna amenaza, sin embargo era algo necesario, Kagura no era un chico facil de convencer con palabras, ya habia conocido a tamers que le mostraron la verdad tras este hermoso mundo disfrazado de paz y moralidad colorida, virtudes quebrantables, el caos estaba a merced del dia hasta en el menor detalle posible, por ello estaba decidido a hacer que el orden prevaleciera a cualquier costo.
Ah... y por cierto, escuchar a escondidas en un arbusto cuenta cómo espiar... la próxima vez que quieras escuchar una melodía por parte de un músico, mejor asiste al concierto frente a él, es mejor que esconderse en un arbusto lleno de posibles hierbas venenosas, porque por si no lo sabes, estas en un lugar desconocido para ti. - Dijo a modo de pequeño regaño a la joven quien parecía entretenida con un dispositivo. - Eso... eso, es... - Kagura se fijo atentamente en el dispositivo, era distinto al suyo nuevamente, encontró a otro tamer transformista, aquellos con la capacidad de convertirse en digimons solamente fusionándose con los datos de que estaban almacenados en pequeñas estatuillas. - Ya veo... eres una de ellos....
Mizuki se encontraba mirando fijamente a su tamer, se notaba un poco que en su mirada podía apreciarse un poco de celos, celos que solo una mujer pudiera sentir por un hombre al cual le importaba o era demasiado importante para ella, esto era debido a que Kagura seguía demasiado cerca de aquella niña, la mirada fue más notoria conforme pasaba el tiempo, a pesar de que, su tamer claramente no pudiera sentir aquella peligrosa mirada de celos. -Amo Kagura... - Una sombría y oscura aura emanaba de aquella mirada mientras en su rostro se notaba la molestia. - Ahora no Mizuki... estoy estudiando esta cosa... - Kagura no se habia dado cuenta que ya habia tomado entre sus manos aquellas delicadas manos de la niña que sostiene el dispositivo que tenía una función de lector de datos o códigos.
No fue sino hasta que Mizuki estaba lo suficientemente cerca de su tamer (para ser preciso, a espaldas de él), que pudo sentir aquella mirada fría, penetrante, llena de cierto coraje y furia, debido a que la habia dejado de lado por observar aquel dispositivo, pero mas que nada por actuar tan cercano a aquella chica. Kagura solto rapidamente la mano aquella niña, se disculpó formalmente con ella y aun nervioso con su compañera Mizuki quien celosamente aceptó la disculpa tomando de la mano a su tamer.
Vaya... veo que tienes tu carácter, perdone si la hice sentir insegura, aunque sus instintos no se equivocan del todo, este mundo no es como del que vienes, eso te lo puedo decir por experiencia, si enverdad quieres sobrevivir a esto necesitarás aprender algunas cosas. Cosas que puedes aprender de la manera fácil escuchándome, o.... de la manera difícil... tu decides. - Las palabras amables y suaves fueron transformándose poco a poco un poco mas frías y duras, llegando incluso a parecer alguna amenaza, sin embargo era algo necesario, Kagura no era un chico facil de convencer con palabras, ya habia conocido a tamers que le mostraron la verdad tras este hermoso mundo disfrazado de paz y moralidad colorida, virtudes quebrantables, el caos estaba a merced del dia hasta en el menor detalle posible, por ello estaba decidido a hacer que el orden prevaleciera a cualquier costo.
Ah... y por cierto, escuchar a escondidas en un arbusto cuenta cómo espiar... la próxima vez que quieras escuchar una melodía por parte de un músico, mejor asiste al concierto frente a él, es mejor que esconderse en un arbusto lleno de posibles hierbas venenosas, porque por si no lo sabes, estas en un lugar desconocido para ti. - Dijo a modo de pequeño regaño a la joven quien parecía entretenida con un dispositivo. - Eso... eso, es... - Kagura se fijo atentamente en el dispositivo, era distinto al suyo nuevamente, encontró a otro tamer transformista, aquellos con la capacidad de convertirse en digimons solamente fusionándose con los datos de que estaban almacenados en pequeñas estatuillas. - Ya veo... eres una de ellos....
Mizuki se encontraba mirando fijamente a su tamer, se notaba un poco que en su mirada podía apreciarse un poco de celos, celos que solo una mujer pudiera sentir por un hombre al cual le importaba o era demasiado importante para ella, esto era debido a que Kagura seguía demasiado cerca de aquella niña, la mirada fue más notoria conforme pasaba el tiempo, a pesar de que, su tamer claramente no pudiera sentir aquella peligrosa mirada de celos. -Amo Kagura... - Una sombría y oscura aura emanaba de aquella mirada mientras en su rostro se notaba la molestia. - Ahora no Mizuki... estoy estudiando esta cosa... - Kagura no se habia dado cuenta que ya habia tomado entre sus manos aquellas delicadas manos de la niña que sostiene el dispositivo que tenía una función de lector de datos o códigos.
No fue sino hasta que Mizuki estaba lo suficientemente cerca de su tamer (para ser preciso, a espaldas de él), que pudo sentir aquella mirada fría, penetrante, llena de cierto coraje y furia, debido a que la habia dejado de lado por observar aquel dispositivo, pero mas que nada por actuar tan cercano a aquella chica. Kagura solto rapidamente la mano aquella niña, se disculpó formalmente con ella y aun nervioso con su compañera Mizuki quien celosamente aceptó la disculpa tomando de la mano a su tamer.
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :255Ficha :Nivel On Rol :PerfectNivel On Rol de los Digi Aliados :Kiseki: ChampionIcono :Rango y Unidad :Kagura Tenshi
Rango: Soldado
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: East Blue Dragon
Renamon (Mizuki)
Rango: Soldado
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: East Blue DragonInventario :
Kagura Tenshi
Re: Sonata del bosque encantado: La magia en la música. (Priv. Leyla)
Había escuchado las palabras de aquel joven, aunque pareciera que lo estuviera ignorando. Sabía que tenía cierta razón, sus palabras tenían algo de dureza, puesto que no se andaba con rodeos y decía las cosas tal y como eran –Veo que no te andas con tapujos. Gracias por la información, pero creo que me he estado cuidando sola hasta el momento- Si bien mis palabras no tenían mucho de cierto ya que tenía pocas horas que había llegado al Digimundo… Simplemente no quería aparentar ser una de esas chicas indefensas y que piden que las salven.
El interés del chico por mi Digivice me hizo pensar en que se trataba de algo importante, no simplemente de un simple aparato sencillo. No sabía muy bien cual era su funcionalidad, pero sabía que por algo o algún motivo se me fue dado.
Me crucé de brazos mientras observaba un poco mas al chico –Veo que sabes de que se trata- Supuse que sería bueno el tener un poco mas de información sobre este mundo y todo lo que hubiera por saber –Ya que estas aquí, quisiera preguntarte algo sobre el dispositivo- Me acerque un poco mas a el…
Si bien no había notado que un Digimon lo acompañaba, al parecer se trataba de una especie de zorrillo que parecía un tanto molesta o algo por el estilo. Todo indicaba que al Digimon no le agradaba del todo que el chico me hablara ni mucho menos que estuviera cerca de mi, algo como los celos humanos.
Nuevamente solté un gran suspiro retirando de las manos del chico el dispositivo dorado –Como sea. Quisiera saber si sabes algo acerca de este extraño mundo- Mis palabras eran claras y muy directas –No creo que estés para saberlo, pero hace muy poco llegue a este mundo, no se cual sea la razón de que los humanos vengan a este lugar- Solté un gran suspiro y negué con la cabeza –Solo quiero saber como regresar a casa- Finalmente obté por mirar al suelo.
Algo en el césped llamó mi atención, Tanemon estaba un poco confundida por mis palabras, se le podía notar por la cara –¿Entonces regresaras a casa?- Pregunto la pequeña Digimon –Me hubiera gustado que conocieras mas mi mundo- Tanemon bajo la mirada y comenzó a caminar para adentrarse entre los arbustos.
Sin pensarlo reaccione intentando hacer que se detuviera –Espera, jamás dije que regresaría, solo quiero saber si existe algún método para regresar al mundo humano- Sonreí muy levemente para la Digimon –Quizá por ahora me quede- Termine por disolver mi sonrisa para después ver como Tanemon se alegraba mucho corriendo a mis brazos dando un gran salto.
Acaricié las hojas que sobresalían de su cabeza –Vale vale, pero no tanto afecto- Voltee la mirada para ver al chico junto a su Digimon mientras tenía a Tanemon entre mis brazos –Por cierto mi nombre es Leyla- Sin esperar mas que unos cuantos segundos Tanemon respondió a lo que decía -¡Es un gusto Leyla!- La energía de esa Digimon era muy efusiva lo que me causaba mucha mas alegría que molestarme, lo que era un poco extraño.
El interés del chico por mi Digivice me hizo pensar en que se trataba de algo importante, no simplemente de un simple aparato sencillo. No sabía muy bien cual era su funcionalidad, pero sabía que por algo o algún motivo se me fue dado.
Me crucé de brazos mientras observaba un poco mas al chico –Veo que sabes de que se trata- Supuse que sería bueno el tener un poco mas de información sobre este mundo y todo lo que hubiera por saber –Ya que estas aquí, quisiera preguntarte algo sobre el dispositivo- Me acerque un poco mas a el…
Si bien no había notado que un Digimon lo acompañaba, al parecer se trataba de una especie de zorrillo que parecía un tanto molesta o algo por el estilo. Todo indicaba que al Digimon no le agradaba del todo que el chico me hablara ni mucho menos que estuviera cerca de mi, algo como los celos humanos.
Nuevamente solté un gran suspiro retirando de las manos del chico el dispositivo dorado –Como sea. Quisiera saber si sabes algo acerca de este extraño mundo- Mis palabras eran claras y muy directas –No creo que estés para saberlo, pero hace muy poco llegue a este mundo, no se cual sea la razón de que los humanos vengan a este lugar- Solté un gran suspiro y negué con la cabeza –Solo quiero saber como regresar a casa- Finalmente obté por mirar al suelo.
Algo en el césped llamó mi atención, Tanemon estaba un poco confundida por mis palabras, se le podía notar por la cara –¿Entonces regresaras a casa?- Pregunto la pequeña Digimon –Me hubiera gustado que conocieras mas mi mundo- Tanemon bajo la mirada y comenzó a caminar para adentrarse entre los arbustos.
Sin pensarlo reaccione intentando hacer que se detuviera –Espera, jamás dije que regresaría, solo quiero saber si existe algún método para regresar al mundo humano- Sonreí muy levemente para la Digimon –Quizá por ahora me quede- Termine por disolver mi sonrisa para después ver como Tanemon se alegraba mucho corriendo a mis brazos dando un gran salto.
Acaricié las hojas que sobresalían de su cabeza –Vale vale, pero no tanto afecto- Voltee la mirada para ver al chico junto a su Digimon mientras tenía a Tanemon entre mis brazos –Por cierto mi nombre es Leyla- Sin esperar mas que unos cuantos segundos Tanemon respondió a lo que decía -¡Es un gusto Leyla!- La energía de esa Digimon era muy efusiva lo que me causaba mucha mas alegría que molestarme, lo que era un poco extraño.
Re: Sonata del bosque encantado: La magia en la música. (Priv. Leyla)
Escucho cuidadosamente las palabras de la chica, su insolencia y soberbia le irritaba un poco, pero sabía que no tenía la culpa, ella no sabía claramente quien era él ni de la situación en la que se encontraba, arqueo la ceja por un momento, la observó de nuevo de pies a cabeza, suspiró pesadamente y trato de actuar lo más prudente que podía. - A ver... ropa limpia, nada de información al respecto de tu dispositivo, ignoras las indicaciones que te da alguien que trata de ayudarte, si... claro... creeré que te has cuidado sola por.... digamos... unos 30 minutos, de los cuales has pasado probablemente 15 caminando y otros 15 tratando de evitarme. - Si algo detestaba era la actitud de la pequeña chica rubia, si bien solo era una chiquilla perdida, tenía la actitud parecida a la típica princesa autonoma de otras chicas que conoció durante su infancia.
Primero que nada creo que deberías saber que caminando no volverás a tu hogar, segundo, trata de no estar sola, literalmente... si estas sola sin ningun compañero digimon fuerte, digamos que la pasaras lo suficientemente mal como para cambiar esa actitud que tienes, tercero y muy importante, si, se lo es esta cosa, lo conozco porque otras personas que conozco tienen uno igual. -Explico mientras le arrebató el dispositivo a la chica. - Este dispositivo digital es muy, pero muy importante, no debes perderlo por nada del mundo. Este aparato te permite transformarte en un digimon, pero solo funciona bajo ciertas condiciones... y eso es conseguir ciertas estatuillas llamadas digi spirits, con ellas podrás transformarte en dicho digimon al cual pertenece el digi spirit, ¿te quedo claro?.
Se comportaba de una manera muy seria y severa, no iba a permitir que aquella chica se comportara insolente, no era alguien que se dejara tratar así, puede que no fuera el tipo de chico que se deje controlar y mucho menos que se deje despreciar o ignorar, pero al final y a cabo no puede lograr hacerla entrar en razon no tendria caso el tratar de ayudarla, este punto finalmente lo reafirmó al ver cómo lo ignoraba nuevamente para hablar con aquella pequeña criatura digital, facilmente podria llamar su atención si tan solo aniquilara aquella pequeña ternura que tenía a su lado, pero Kagura no era ese tipo de tamer, puede que lo pensara, pero jamas lo haria. Solo fueron pequeños momentos de molestia pero al final de cuentas trato al menos de ayudar a aquella joven, después de todo, era su deber como un oficial de los US.
Niña, que si no te tomas esto en serio podrías incluso morir. - Dijo de la manera más fría posible, pero esto era para que la chica no le ignorara y le hiciera caso. - Bien, lo primero que debes hacer es buscar algún digi spirit que sea compatible contigo... de esta forma podrás transformarte y aventurarte sin tener que correr tantos riesgos, y aun asi tendrias que conseguir otros mas... pero eso lo solucionaras mas tarde supongo... si no me equivoco... recuerdo haber visto algunas ruinas mientras estaba de camino hacia este lugar, tal vez podria haber algun digi spirit. -Mencionó Kagura. - si deseas podemos ir para explorar el lugar y ver si hay algún digi spirit que sea adecuado para ti, hay muchos sitios así en este mundo.
Primero que nada creo que deberías saber que caminando no volverás a tu hogar, segundo, trata de no estar sola, literalmente... si estas sola sin ningun compañero digimon fuerte, digamos que la pasaras lo suficientemente mal como para cambiar esa actitud que tienes, tercero y muy importante, si, se lo es esta cosa, lo conozco porque otras personas que conozco tienen uno igual. -Explico mientras le arrebató el dispositivo a la chica. - Este dispositivo digital es muy, pero muy importante, no debes perderlo por nada del mundo. Este aparato te permite transformarte en un digimon, pero solo funciona bajo ciertas condiciones... y eso es conseguir ciertas estatuillas llamadas digi spirits, con ellas podrás transformarte en dicho digimon al cual pertenece el digi spirit, ¿te quedo claro?.
Se comportaba de una manera muy seria y severa, no iba a permitir que aquella chica se comportara insolente, no era alguien que se dejara tratar así, puede que no fuera el tipo de chico que se deje controlar y mucho menos que se deje despreciar o ignorar, pero al final y a cabo no puede lograr hacerla entrar en razon no tendria caso el tratar de ayudarla, este punto finalmente lo reafirmó al ver cómo lo ignoraba nuevamente para hablar con aquella pequeña criatura digital, facilmente podria llamar su atención si tan solo aniquilara aquella pequeña ternura que tenía a su lado, pero Kagura no era ese tipo de tamer, puede que lo pensara, pero jamas lo haria. Solo fueron pequeños momentos de molestia pero al final de cuentas trato al menos de ayudar a aquella joven, después de todo, era su deber como un oficial de los US.
Niña, que si no te tomas esto en serio podrías incluso morir. - Dijo de la manera más fría posible, pero esto era para que la chica no le ignorara y le hiciera caso. - Bien, lo primero que debes hacer es buscar algún digi spirit que sea compatible contigo... de esta forma podrás transformarte y aventurarte sin tener que correr tantos riesgos, y aun asi tendrias que conseguir otros mas... pero eso lo solucionaras mas tarde supongo... si no me equivoco... recuerdo haber visto algunas ruinas mientras estaba de camino hacia este lugar, tal vez podria haber algun digi spirit. -Mencionó Kagura. - si deseas podemos ir para explorar el lugar y ver si hay algún digi spirit que sea adecuado para ti, hay muchos sitios así en este mundo.
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :255Ficha :Nivel On Rol :PerfectNivel On Rol de los Digi Aliados :Kiseki: ChampionIcono :Rango y Unidad :Kagura Tenshi
Rango: Soldado
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: East Blue Dragon
Renamon (Mizuki)
Rango: Soldado
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Kagura Tenshi
Re: Sonata del bosque encantado: La magia en la música. (Priv. Leyla)
Por unos cuantos minutos me dispuse a escuchar las palabras del chico las cuales se notaban un tanto ariscas y secas. Realmente quería abrirme el panorama de lo que imaginaba de este mundo y eso logró desde su primer comentario.
Sabía que esta especie de paradero Digital era una especie de exterior peligroso en donde diferentes criaturas y peligros asechaban en cada espacio tal cual como el exterior en el mundo humano.
Baje lentamente a Tanemon mientras escuchaba con atención. Por un momento me di cuenta de que quizá mi forma de ser era la que atraía tantas cosas como estas. Desde muy chica y hasta el momento no me encontraba con gente a la cual le agradara del todo estar conmigo o pasar tiempo a mi lado, quizá era por mi carácter o mi misma forma de ser.
Pero no necesitaba compañía, no tenía el por qué ser una simple chica en pedido de ayuda como todas las demás. A este punto simplemente pensaba en que la mayor parte de las personas me buscaban por la música que interpretaba y era esa la única razón por la que era conocida.
La misma música llamaba a gente extraña, sin conocerme acercarse a mi, pero una vez que ya lograban entrar en mi vida no se quedaban por mucho…
Esta no sería la excepción, pero estaba dispuesta a ver que tanto podría llegar el muchacho.
Solté un gran suspiro mientras terminaba por escuchar las frases finales del mismo –¿Transformarme en un Digimon?- Mencione a modo de cuestión en el tono mas bajo posible, donde solo yo pudiera escucharme. Ni si quiera Tanemon tenía mucha idea de lo que el chico hablaba.
Poco después de que el chico arrebatara de mis manos lo que llamaba Digivice, arquee una ceja por su abrupta acción, sin molestarme mucho ya que sus palabras tenían casi toda mi atención.
Mi vista se centraba mas en el chico y su Digimon en forma de zorro gris.
Sin notarlo, mire las pequeñas pisadas de Tanemon quien se alejaba lentamente de la escena deteniéndose durante un momento mirándome antes de perderse entre los arbustos –Nos volveremos a ver Leyla- Con una cálida sonrisa la perdí de vista. Las palabras de Tanemon parecían estar seguras completamente de lo que decían, pero no les tome mucha importancia.
Finalmente tras haber escuchado cada palabra del muchacho me voltee dándole la espalda mientras me cruzaba de brazos –Muy bien, creo que tienes razón en todo lo que dices- Mire a mi alrededor, solo podía ver verdor y unos cuantos arbustos pequeños, todo lo demás estaba cundido por los troncos de los grandes arboles.
Gire un poco la cabeza sin voltearle a ver –No pienses que me disculpare, pero creo que aceptare tu ayuda si estas dispuesto a dármela, creo que tienes razón en que no podré sobrevivir sola por mucho tiempo- Tampoco quería tener que deberle nada a nadie, pero realmente no podía continuar si me encontraba sola sin rumbo –Si quieres y por el bien de ambos puedes llevarme hasta el punto donde pueda valerme por mi misma, en adelante podrás retirarte de acompañarme- Gire un poco mi cabeza a modo de verlo de reojo esperando no ser tan dura.
Me regrese a tomar mi Digivice y posteriormente guardarlo en mi bolso. Antes de retirarlo de las manos de aquel muchacho sonreí –Supongo que debo decir ¿Gracias?- Sonreí levemente tras luego tener el Digivice en mis manos –Y tengo un nombre, agradecería que no me llamaras niña ni con otro apodo- Tras terminar de hablar tome mi distancia –Oh! Y gracias por explicarme todo con detalle, lo tendré en cuenta e intentare no darte tanta lata en la expedición- Sonreí nuevamente intentando demostrar que no era del todo altanera –Por cierto mi nombre es Leyla por si lo olvidaste- Finalmente proseguí a seguirlos esperando que estos comenzaran a caminar indicándome hacia donde se encontraba la dirección que tomaríamos…
Sabía que esta especie de paradero Digital era una especie de exterior peligroso en donde diferentes criaturas y peligros asechaban en cada espacio tal cual como el exterior en el mundo humano.
Baje lentamente a Tanemon mientras escuchaba con atención. Por un momento me di cuenta de que quizá mi forma de ser era la que atraía tantas cosas como estas. Desde muy chica y hasta el momento no me encontraba con gente a la cual le agradara del todo estar conmigo o pasar tiempo a mi lado, quizá era por mi carácter o mi misma forma de ser.
Pero no necesitaba compañía, no tenía el por qué ser una simple chica en pedido de ayuda como todas las demás. A este punto simplemente pensaba en que la mayor parte de las personas me buscaban por la música que interpretaba y era esa la única razón por la que era conocida.
La misma música llamaba a gente extraña, sin conocerme acercarse a mi, pero una vez que ya lograban entrar en mi vida no se quedaban por mucho…
Esta no sería la excepción, pero estaba dispuesta a ver que tanto podría llegar el muchacho.
Solté un gran suspiro mientras terminaba por escuchar las frases finales del mismo –¿Transformarme en un Digimon?- Mencione a modo de cuestión en el tono mas bajo posible, donde solo yo pudiera escucharme. Ni si quiera Tanemon tenía mucha idea de lo que el chico hablaba.
Poco después de que el chico arrebatara de mis manos lo que llamaba Digivice, arquee una ceja por su abrupta acción, sin molestarme mucho ya que sus palabras tenían casi toda mi atención.
Mi vista se centraba mas en el chico y su Digimon en forma de zorro gris.
Sin notarlo, mire las pequeñas pisadas de Tanemon quien se alejaba lentamente de la escena deteniéndose durante un momento mirándome antes de perderse entre los arbustos –Nos volveremos a ver Leyla- Con una cálida sonrisa la perdí de vista. Las palabras de Tanemon parecían estar seguras completamente de lo que decían, pero no les tome mucha importancia.
Finalmente tras haber escuchado cada palabra del muchacho me voltee dándole la espalda mientras me cruzaba de brazos –Muy bien, creo que tienes razón en todo lo que dices- Mire a mi alrededor, solo podía ver verdor y unos cuantos arbustos pequeños, todo lo demás estaba cundido por los troncos de los grandes arboles.
Gire un poco la cabeza sin voltearle a ver –No pienses que me disculpare, pero creo que aceptare tu ayuda si estas dispuesto a dármela, creo que tienes razón en que no podré sobrevivir sola por mucho tiempo- Tampoco quería tener que deberle nada a nadie, pero realmente no podía continuar si me encontraba sola sin rumbo –Si quieres y por el bien de ambos puedes llevarme hasta el punto donde pueda valerme por mi misma, en adelante podrás retirarte de acompañarme- Gire un poco mi cabeza a modo de verlo de reojo esperando no ser tan dura.
Me regrese a tomar mi Digivice y posteriormente guardarlo en mi bolso. Antes de retirarlo de las manos de aquel muchacho sonreí –Supongo que debo decir ¿Gracias?- Sonreí levemente tras luego tener el Digivice en mis manos –Y tengo un nombre, agradecería que no me llamaras niña ni con otro apodo- Tras terminar de hablar tome mi distancia –Oh! Y gracias por explicarme todo con detalle, lo tendré en cuenta e intentare no darte tanta lata en la expedición- Sonreí nuevamente intentando demostrar que no era del todo altanera –Por cierto mi nombre es Leyla por si lo olvidaste- Finalmente proseguí a seguirlos esperando que estos comenzaran a caminar indicándome hacia donde se encontraba la dirección que tomaríamos…
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