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El descubrimiento de las ruinas del Monasterio Draco, tallado en lo alto de una desolada montaña en el valle de los dragones, ha despertado un gran interés por todo el Digimundo. Principalmente porque según los tallados de la pared exterior dentro de las ruinas se encuentra un obre mágico que contiene en su interior la data y poder del treceavo Royal Kinght, la cual sera dada a quien reclame dicho objeto. Según la historia grabada en los murales, el obre fue dejado allí por el mismo Royal Kinght en caso de que su poder sea necesario para derrotar al mal que se alce en el futuro...por desgracia semejante premio también a llamado la atención de quienes usarían el poder para sus propias metas egoístas. Por lo que esta aventura ahora se a vuelto una carrera por ver quien consigue el gran premio.
6 meses despues de la ultima carrera, un BanchoLeomon reune al viejo equipo de organizacion para dar un nuevo espectaculo, pero en esta carrera, el misterioso patrocinador ha enviado a un "Aspirante a Campeon" con un extraño y unico Digivice. ¿Que es lo que sucedera a lo largo del evento y como funciona este nuevo digivice?.
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Mensaje por Diana Krauss Dom Nov 19, 2017 7:34 pm

Diana Krauss
Diana Krauss ID Giphy

Sexo: Femenino

Edad: 18 años

Digivice: D-Scanner

Apariencia:
Diana se presenta como una joven de cabello largo y color oscuro, dicho largo llega a parar hasta por debajo de su cintura, caracterizándose también por tener un flequillo que logra cubrir gran parte de su frente; por encima de este yace un pequeño pero notorio mechón de cabello que se acomoda por sí solo en forma de espiral hacia delante, siendo este una parte distintiva de la persona.

Se trata de una chica alta para su edad, su estatura consiste de 1,72cm. Es una joven delgada, más por su metabolismo que por cualquier otra cosa, ya que aunque no acostumbre a llevar una dieta estricta y que su distribución de tiempo actual le impida practicar algún deporte, tampoco sabe excederse a la hora de comer.

Sus ojos son pequeños y de un color azul apagado, siendo que este color solo se distingue si se mira de cerca o cuando hay mucha luz, de lo contrario puede confundirse con gris. Su mirada es penetrante; por lo general Diana tiende a meterse en sus pensamientos sin darse cuenta que o a quien se quedó viendo, provocando en ocasiones desconcierto a los demás. También, cabe destacar que posee hipermetropía, su visión es pobre cuando se trata de ver de cerca, por lo que siempre lleva consigo guardados en un estuche un par de lentes, caracterizados por ser de micas pequeñas, rectangulares, y cuyo armazón solo cubre la zona inferior de estas.

Diana no posee mucha variedad de ropa, esto se debe a sus limitados ingresos y al hecho de que por lo general suele llevar su uniforme de preparatoria, con el cual también asistía a su trabajo, tan solo cubierto con un bléiser negro; siendo de esta forma con la que viajó al mundo digital. El uniforme consiste en una camisa blanca abotonada, con un listón rojo cubriendo el cuello de esta; en la zona inferior viste con una falda a cuadros donde los colores verde oscuro y grises predominan, y un par de calcetas negras que cubren sus piernas hasta por encima de sus rodillas.
Imagen sin bléiser || Imagen con bléiser || Imagen con lentes

Personalidad:
Diana se define a sí misma como una persona seria y muy responsable. La gente, al verla, puede pensar lo mismo pero también se muestra como una persona fría, sin tacto, lo que le brinda un aire intimidante hacia las personas que no quieren meterse en problemas con nadie; sin embargo esta visión del resto hacia ella le provoca inseguridad, mostrando que no es como el cuadro la pinta.

Diana en realidad es una chica sensible que hace lo posible por no dejar que sus emociones controlen sus acciones, siendo común para ella reprimir esto. No tiene habilidades sociales, incluso suele decir alto y claro que prefiere estar sola, aunque eso no sea lo que desee en realidad. Por eso mismo, tiene la enorme necesidad de ser independiente, no le gusta ni mucho menos le es fácil pedir ayuda a nadie, pero tampoco se trata de una persona orgullosa que sea capaz rechazar la mano que le brinda la ayuda requerida.

Tiene un gran corazón, aunque no le guste demostrarlo, jamás se quedaría sin hacer nada cuando vea que alguien está en problemas. Muestra sin dudar su lado amable frente a niños y niñas, o animales.

Es desconfiada, una persona de pocas palabras y que incluso tiende al resentimiento frente a personas que le hacen daño, pero no es vengativa ni disfruta del sufrimiento ajeno. Eso sí, posee una enorme hambre de justicia, y no dudaría en castigar a aquellos que obran de mala manera sin nada que justifique sus actos.

Siente mucha curiosidad sobre las cosas que desconoce, es una persona racional que solo en contadas ocasiones deja que sus impulsos la controlen. También es muy activa, no le gusta sentirse inútil y por lo tanto siempre está buscando algo nuevo que hacer; de preferencia, acciones de caridad. Es una persona altruista, prefiere mil veces dar antes que recibir.

Pese a todo lo descrito, su lado sensible lo tiene oculto, el cual guarda con mucho recelo en los poemas ocultos en su cuadernillo.

Historia:
Hola.
Yo soy Diana, Diana Krauss.

Posiblemente no me conozcan, no tienen por qué conocerme, a la vista de cualquiera no soy más que una joven chica de preparatoria que aún está en proceso de transición hacia la “dura” vida de un universitario, o al menos es así como lo plasman otros.

Permítanme invitarlos cordialmente a echar un vistazo a mi vida, remontándonos en tiempos aquellos donde yo no era más que una niña de tan solo 9 años de edad.

A esa edad yo había sido recién ingresada a un orfanatorio, un edificio de cuatro plantas de altura y con un bello decorado de ladrillo en el exterior; sus instalaciones eran buenas, se hacía el intento de que los jóvenes que ahí viviéramos nos sintiéramos como en casa, y aunque para los ingresados ahí desde edad muy temprana posiblemente funcionara correctamente, aquellos que habíamos sido inscritos después de haber tenido una verdadera familia no lo era del todo. Ahora, ¿Se preguntarán por qué acabé ahí? No, no había sido abandonada por mis padres ni tampoco los han asesinado como a la mayoría de héroes de comics.

No, la situación es un poco más morbosa, mis padres habían desaparecido, o más específicamente hablando, fueron secuestrados.

Claro que esto último nadie lo sabe más que yo, la gente por lo general no cree las palabras de ninguno que no tenga pruebas que afirmen sus acusaciones, y tristemente yo tampoco tengo ninguna más que el oscuro recuerdo de los llantos de mi madre y el forcejeo de mi padre mientras yo me hallaba escondida bajo mi cama, sin la fuerza de voluntad para ir a socorrerlos por lo menos.

Mis padres se habían ido, y lo peor de todo es que desde ese entonces yo sabía que nadie iba a hacer nada por encontrarlos, el caso se iba a dar por cerrado o en suspensión hasta tiempo indeterminado.

Nosotros vivíamos en la capital de los Países bajos, Ámsterdam. Mi madre, que aunque en ese entonces había pasado ya los 30 años seguía teniendo la belleza de una joven de 20, originaria de Francia se había enamorado de mi padre cuando juntos asistieron a la universidad para estudiar Leyes.

Ambos eran unos grandes abogados, y para una niña que ve a sus padres como verdaderos héroes como yo, eran los mejores. Nos habíamos conseguido una pacífica vida por la cual no hubiese cambiado por nada, pese a esto, el cambio surgió por sí solo.
Siendo que ninguno de mis padres tenía hermanos, ni siquiera primos cerca, y que mis abuelos habían fallecido hace pocos años atrás fue que se tomó la apresurada decisión de llevarme a un orfanatorio “mientras se seguía con la investigación y la búsqueda del señor y la señora Krauss”.

Pero eso no eran más que mentiras.

Marquemos esa tragedia como un punto justo en el centro de una línea de tiempo. Como se es costumbre, dicho punto siempre marca un antes y un después de un estilo de vida, y en mi caso no es para nada diferente.

Antes de que los mencionados acontecimientos ocurriesen yo era una chica bastante abierta, y aunque nunca me caractericé por ser de naturaleza extrovertida, las personas a mi alrededor tampoco me desagradaban. Asistí al mismo colegio desde el preescolar hasta la primaria por lo que todo ese tiempo estuve conviviendo con las mismas personas, claro que aunque de vez en cuando se iba o venía nueva gente tampoco hacían un cambio demasiado brusco en el ambiente.

Por las tardes acostumbraba a tomar clases de idiomas, de los cuales destacaba el inglés y el francés; este último debido a que, como he mencionado antes acerca de la nacionalidad de mi madre, acostumbrábamos en épocas festivas visitar a mis abuelos que vivían en dicho país y cuyo único lenguaje era el susodicho.

Desde que tengo memoria he tenido un gran apego hacia la literatura, los idiomas, la caligrafía y apegados, por lo mismo le ponía mucho empeño a mis clases y, como ocio por las tardes, acostumbraba a escribir distintos tipos de relatos o pensamientos en un pequeño cuaderno que llevaba siempre conmigo, un regalo de mi padre.

Recuerdo perfectamente que “la tragedia” ocurrió a finales del Otoño, cuando incluso ya se planeaba de qué manera íbamos a decorar nuestra casa para las fiestas navideñas; como mis abuelos maternos habían fallecido hace poco en ese entonces, esa sería la primera vez que festejaríamos navidad en nuestro hogar.

Tristemente, ese plan no se pudo continuar.

Es aquí donde llegamos al punto central el cual mencioné previamente; como era de pensar mi vida daría un giro extremo después de que tuviera que mudarme a aquel edificio que se convertiría en mi hogar durante mucho tiempo.

No pude continuar mis estudios en el colegio donde antes estaba, perdí contacto con mis amigos, vecinos, maestros, incluidos también los de las clases particulares que tomaba por las tardes. En vez de eso, el mismo orfanato enseñaba a los jóvenes de primaria lo básico, aunque en mi caso la mayoría de los temas que trataban ya los había visto desde antes.

Tras aquel suceso mi forma de ser se volvió hostil, huraña. No sentía ningún gusto por forjar nuevas amistades, querer salir del edificio o algo parecido; prefería vivir aislada, con mi cuaderno como mi único aliado.

Los encargados del orfanatorio, como con todos los niños, se esforzaban por lograr que alguna nueva familia me adoptara, les hablaban maravillas de mi como acerca de mi gusto por aprender nuevas cosas o sobre los idiomas que conocía pero debo admitir que mi actitud no ayudaba de mucho para lograr convencerlos, y es que yo no quería ser adoptada; les repetía muchas veces que yo ya tenía una familia, que mi padre y mi madre se encontraban ahí afuera posiblemente buscando una forma de regresar a casa y que se sentirían muy tristes si se enteraran que me había ido con alguien más, pero pese a mi aparente determinación, una parte de mi sabía que esas palabras yacían de alguien que estaba desesperada por aferrarse a una falsa realidad.

Tras cumplir los 12 años había tenido más que suficiente con la vida triste y sedentaria que me había acostumbrado a llevar, no quería que mi vida se quedara estancada como la de una inútil más en el sistema, por lo que tomé la quizás apresurada decisión de empezar a valerme por mi misma, o aunque sea dar un paso hacia dicho objetivo.

En el orfanato donde residía existían planes que servían para el apoyo de la formación laboral de los jóvenes; tristemente a mí no se me era permitido inscribirme aún debido a mi edad, pero tras excesiva insistencia en donde puse de por medio mis intenciones y mi entusiasmo al respecto logré hacer, no que aceptaran de inmediato, pero sí que me dieran una oportunidad de demostrar mis valores.

Antes de darme el permiso me pusieron a prueba, sin exigencias ni recordatorios me dijeron que debía ir a ayudar a las personas encargadas de la cocina o del aseo del edificio durante un periodo de 6 horas, o hasta que ellos mismos me dijeran que era suficiente. Al principio dudé, pues sabía que esa gente comenzaba a trabajar en un horario al que yo no estaba acostumbrada a despertar, pero durmiéndome temprano y apoyándome en mis ideales logré llevar a cabo dichas peticiones con remota facilidad; tres días de la semana en la cocina y los otros tres en el aseo, tomándome el Domingo como día de descanso.

Al transcurrir tres meses finalmente aceptaron mi petición, solo teniendo en cuenta las condiciones del programa, las cuales consistían principalmente en los horarios establecidos y en el hecho de que el sueldo sería gestionado por el orfanato mismo. No tuve muchos problemas al respecto.

Así fue como me dediqué a buscar el trabajo entre opciones que el plan me daba, y hubo uno en particular que me interesó más que los demás: Auxiliar en biblioteca.

El trabajo era simple, por un salario un poco recortado tenía únicamente que servir de apoyo en la biblioteca pública de la ciudad donde vivía, tenía que hacer los labores de limpieza, acomodar los libros por temporadas y en orden de género y alfabético, así como servir de guía cuando alguien tenía dudas acerca de en qué sección se hallaba cierto libro y parecidos. Fue un buen empleo, lo único laborioso era el hecho de que no podía sentarme mientras las horas de trabajo estuvieran activas, pero mientras no hubiera gente incluso se me permitía leer alguno que otro libro, y yo en lo personal sentía un enorme interés –o quizás morbo- por las noticias de la localidad. Tras lo que había ocurrido con mis padres, ese interés por la sección de seguridad había comenzado a captar completamente mi atención, así como de vez en cuando me ponía a investigar más acerca de algunos casos que llamaban mi atención.

La rutina no cambió demasiado durante tres años. Años en los cuales me había dedicado a ahorrar lo más que podía para sustentar mis estudios de preparatoria, los cuales logré comenzar al cumplir los 15.

Por fin podía volver a mi vida de estudiante, aunque tal era mi cariño por esa biblioteca donde trabajaba que decidí tan solo recortar el horario para convertirlo en un trabajo de medio tiempo, ocupando así 8 horas de escuela y 6 de empleo. Y aunque mi deseo oculto de hacer que mi vida volviera a la normalidad tras esto estaba latente, nada parecía cambiar del todo.

Mi forma de ser, apática por tantos años recluida, había hecho de mí una chica a la que nadie tenía interés de acercarse. A veces escuchaba sus razones, susurros callados en la lejanía, “Es una chica bastante rara. ¿No sientes que sus ojos observan tu alma?”, “Creo que prefiere estar sola”, “Tengo miedo de que si le pido un lápiz me soltará algún puñetazo, prefiero no arriesgarme”. Suspiro.

Sin embargo siempre existe alguien que en vez de aterrarse por lo desconocido se siente atraído a él, y por fortuna mía o desgracia suya, me hice de una nueva amiga en el salón.

Aquella chica era de orígenes japoneses y se había mudado a mi ciudad por el trabajo de su padre, ella y yo compartíamos un enorme gusto por la literatura, pero su mayor pasión era el dibujo; de vez en cuando compartíamos ideas para crear nuevas historias. También era alguien que sentía un interés inmenso por lo paranormal, genero por el cual se volvía loca, y de vez en cuando me contaba acerca de cosas que le habían pasado a ella o conocidos.

Sobre eso, ella tenía la alocada idea de que mis padres posiblemente habían sido secuestrados por seres inhumanos. Había un tema sobrenatural del cual ella estaba más que interesada, algo sobre criaturas que adoptaban distintos tamaños y formas, y cuyo poder residía en la red electrónica. Era un tema un tanto peliagudo para mí pues casi podría jurar que esas criaturas tenían similitud a ese juego de cartas que muchos niños juegan alrededor del mundo; sin embargo todo lo que ella decía lo hacía con tanta determinación que incluso en ocasiones me hacía dudar si de verdad era cierto o no.

Los días que tras el accidente se habían tornado monocromos estaban comenzando a teñirse de colores poco a poco con el pasar de los años; mi trabajo, la escuela y ahora mi nueva amiga hacían que cualquier problema pareciera minúsculo, fue entonces que me pregunté yo- ¿Esto se mantendrá así?


Los años transcurrieron y había por fin cumplido 18 años. Mi temporada de estudiante de preparatoria se estaba terminando, con solo un semestre faltante para ello; las dudas acerca de mi nuevo futuro se hallaban presentes ¿Qué carrera debería elegir para estudiar? ¿Debería seguir el mismo camino que mis padres y estudiar leyes para continuar con su recuerdo, o dejarlo pasar y buscar algo que me apasione más? “Aún falta medio año para eso”, pensé. Era demasiado pronto para estresarme por eso.

Las clases habían terminado por hoy y pronto comenzaría mi horario de trabajo. Alisté mis cosas para marcharme pero fui detenida por la voz de mi mejor amiga, quien insistió en acompañarme para devolver un libro que debía desde hace una semana. No tenía ningún problema por eso.

No sabía bien si se trataban de ideas mías o de verdad ella se había estado comportando muy extraña todo el día, empezando desde el hecho de que no tenía idea de que había solicitado un libro de préstamo en la biblioteca, pero trataba de reducirle interés a ello pues de cierta forma disfrutaba el tenerla cerca para pasar un buen rato en el trabajo; pero no fue del todo así.

Ella se la pasaba sentada en el área de computadoras buscando acerca de temas que nunca me acerqué a preguntar por estar ocupada en mis cosas; no vi si en algún momento fue a devolver aquel libro o si hizo algo más que estar ahí, pero cuando mi turno estaba a punto de terminar y la biblioteca a punto de cerrar, ella finalmente se me acercó para pedirme de favor que fuera a comprarle un refrigerio en la mini tienda que yacía a tan solo dos cuadras de distancia. ¿Su excusa? Dijo que la computadora se había averiado y que tenía que esperar a que se descongelara para apagar todo, pero no sabía cuánto tardaría eso. Al final terminé aceptando su pedido.

Fui a la tienda con la idea de regresar lo más rápido posible, pero mientras me encontraba pagando el paquete de bísquet que le tenía pensado llevar se escuchó un tremendo estallido. Sentí un nudo en el estómago y decidí partir aún después de haber pagado y sin interés en llevar lo que había comprado, esperando que ese estallido fuera en otro lugar.

Pero no.

Cuando llegué, donde debía encontrarse mi lugar de trabajo tan solo se hallaba un local envuelto en llamas. Aquel nudo en el estómago se sintió tan fuerte que casi me retorcía del dolor ¿Pero porque parecía que todo eso era un “Deja vu”? El fuego tenía un color distinto al habitual, las llamas eran verdes, muy similares a las de aquel día.

Desde hace años había hecho el intento de suprimir ese recuerdo, pero entonces me remonté a aquel día en donde me encontraba bajo el resguardo de muchos bomberos, socorriendo lo que en ese entonces era mi casa, o lo que quedaba de ella, envuelta en llamas color esmeralda. Se trataba de un suceso que esperaba no volver a presenciar nunca más.

El tiempo volvió a correr y mi mente se desbloqueó por un instante, entonces recordé que en esa noche yo no estaba sola. “Yuki” El nombre de mi amiga cruzó por mi mente. ¿Seguiría ella aún en el incendio? ¿Estaría viva? No sabía en qué momento iban a llegar los bomberos esta vez y, aunque posiblemente no se trataba de una idea lógica o por lo menos rentable, decidí ignorar por una vez mi sentido común y adentrarme a aquel infierno.

Gritaba su nombre a todo pulmón, las llamas aún no eran tan fuertes ni el humo tan sofocante pero tampoco sabía si la estructura iba a aguantar mucho tiempo. Sin darme oportunidad de pensar en las posibilidades de su actual ubicación fui directo al área de computadoras, donde aún se encontraba encendida la que ella estaba utilizando, pero Yuki no se encontraba cerca.

Sentí mis esperanzas debilitarse; asimismo como el oxígeno en aquel sitio, mis fuerzas se iban y pensé que no tendría tiempo para salir de ese lugar antes de que mi cuerpo no pudiera avanzar más; sin embargo algo llamó mi atención, algo que estaba encima de la mesa justo a un lado de aquel aparato electrónico: las notas de Yuki.

Ella acostumbraba a hacer bocetos y descripciones de esos seres inhumanos de los cuales hablaba tanto, y el que estaba por encima de todos en ese momento se trataba de una bestia a cuatro patas con tres cabezas en vez de una, un perro negro y con grandes colmillos: Cerberumon. Entre las notas pude alcanzar a ver tres palabras que resaltaron del resto “Fuego color esmeralda”.
- ¿Acaso este accidente fue provocado por…? –antes de poder terminar de hablar, un pedazo de madera de dudable tamaño caería del techo. Lo que estaba temiendo comenzaba a suceder: la estructura se estaba debilitando. Usé mis fuerzas restantes para tomar entre mis brazos las notas de Yuki pero no me parecía posible el salir de ese lugar, no con vida.

“¿Qué hago ahora?” Pensé. “No quiero morir, no quiero. Yo…” Mis ojos se elevaron hacia el techo y de repente una luz cegó mi vista por completo, mi cuerpo dejó de resistirse y cayó. Todo pensar o idea que tuviese en ese momento desapareció de manera abrupta, sí saldría con vida de ahí o no, simplemente todo se quedó en blanco.

- Todo está bien, ya pasó –escuché una voz familiar tratando de tranquilizarme.
- ¿Estoy muerta? –fue lo primero que cruzó por mi mente.
- No, se te dio una oportunidad para seguir viviendo, pero esta vez tendrás que hacerlo en un mundo distinto.
- ¿Mundo distinto? –no comprendía, trataba de moverme pero mi cuerpo no respondía- ¿Qué clase de mundo?
- Se le conoce como “Mundo digital”. Te deseo suerte.

“Mundo digital” Había escuchado sobre ese mundo anteriormente, era el mundo donde Yuki y yo solíamos centrar las historias que creábamos, pero… ¿De verdad ese mundo existía, o solo estaba alucinando por la falta de oxígeno?

De repente todo mi alrededor perdió color, de ser un intenso blanco se volvió todo negro, con patrones de números binarios circulando todo el lugar; pude recuperar el control de mi cuerpo pero por más que me balanceara no podía moverme en aquel sitio vacío, o al menos así fue hasta que caí. Víctima de la adrenalina grité lo más fuerte que podía tratando de agarrarme a cualquier cosa, pero no había nada solido cerca, ¿Qué iba a depararme después de eso?

Es extraño admitirlo, pero tengo el presentimiento de que nada de lo que estaba pasando era un sueño. Esto era quizá un nuevo comienzo…

Mi futuro.

Datos extra:
- Lleva un bolso consigo en el cual guarda su D-Scanner, un libro de lectura, su cuadernillo, las notas de Yuki acerca de los digimon y el estuche con sus gafas.
- Le encanta el té, su té favorito es el té con leche.
- No le gusta mucho el dulce.
- Le encanta leer, pero sobretodo escribir. Cuando quiere darse un tiempo para ella, le gusta ir a sentarse a un sitio sola e inspirarse en lo que le rodea o lo que vivió en el día para escribir algo.
- Es ambidiestra, aunque le gusta más escribir con la izquierda no tiene problema en hacerlo con ambas.
- De pequeña quiso asistir a clases de ballet, pero tras un hecho vergonzoso que ocurrió en ese entonces la inhibió de esto y la hizo odiarlo.
- Le gusta la música ligera.
- Sabe hablar correctamente el inglés, francés y neerlandés, así como está en proceso de hablar japonés pues solía practicarlo con su amiga en sus tardes libres.
- No tolera los insectos.
- Aún piensa que sus padres podrían estar con vida, y por lo que le ha contado su amiga, piensa que posiblemente los encuentre en el mundo digital.
- Le tiene mucho temor al fuego.
- Odia hablar sobre su pasado por temor a recordar lo que ocurrió.
- Ante grandes cantidades de estrés suele comenzar a doler su estómago muy fuerte, siendo el dolor capaz de inhibirla.


DigiSpirit

Tipo de Digimon: D'Arcmon

Elemento: Luz


Apariencia:
Diana Krauss ID Tumblr_mthgupBIeS1rtjgwno2_r1_500
Diana Krauss

Diana Krauss
Tamer
Tamer

Digi Puntos :
4


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Diana Krauss ID Empty Re: Diana Krauss ID

Mensaje por Roku Ginshô Dom Nov 19, 2017 9:36 pm

Ficha aprobada

Registra el físico, introduce los enlaces de tu ficha y línea evolutiva en el perfil, y a rolear.
Roku Ginshô

Roku Ginshô
Tamer
Tamer

Faltas :
Una por cada double.

Prueba de Rol :
A

Digi Puntos :
1060

Ficha :

NPCs :

Nivel On Rol :
Ancient spirit

Nivel On Rol de los Digi Aliados :
Sven-Hyper Spirit

Icono :
Union Saver: Organizacion mundial e interdimencional destinada a proteger, mantener el orden y justicia en ambos mundos

Rango y Unidad :
Roku Ginshô (Adam Odysseum)
Rango: Holy General
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield Turtle

Rango y Unidad Digi Aliado :
Sven
Rango: Teniente
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield Turtle

Inventario :
Diana Krauss ID Data10 Diana Krauss ID Data10 Diana Krauss ID Data10 Diana Krauss ID Data10 Diana Krauss ID Data10 Diana Krauss ID Data10 Diana Krauss ID Data10 Diana Krauss ID Data10 Diana Krauss ID Data10Diana Krauss ID Data10
Diana Krauss ID Digitr10 Diana Krauss ID Digitr10 Diana Krauss ID Digitr10 Diana Krauss ID Digitr10
Diana Krauss ID Cupo_d10 Diana Krauss ID Cupo_d10
Diana Krauss ID Cupode10


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