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El descubrimiento de las ruinas del Monasterio Draco, tallado en lo alto de una desolada montaña en el valle de los dragones, ha despertado un gran interés por todo el Digimundo. Principalmente porque según los tallados de la pared exterior dentro de las ruinas se encuentra un obre mágico que contiene en su interior la data y poder del treceavo Royal Kinght, la cual sera dada a quien reclame dicho objeto. Según la historia grabada en los murales, el obre fue dejado allí por el mismo Royal Kinght en caso de que su poder sea necesario para derrotar al mal que se alce en el futuro...por desgracia semejante premio también a llamado la atención de quienes usarían el poder para sus propias metas egoístas. Por lo que esta aventura ahora se a vuelto una carrera por ver quien consigue el gran premio.
6 meses despues de la ultima carrera, un BanchoLeomon reune al viejo equipo de organizacion para dar un nuevo espectaculo, pero en esta carrera, el misterioso patrocinador ha enviado a un "Aspirante a Campeon" con un extraño y unico Digivice. ¿Que es lo que sucedera a lo largo del evento y como funciona este nuevo digivice?.
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-Skin hecho por Hardrock de The Captain Knows Best.
-Imagenes realizadas por Runari Wildy
y Sigrun Vinter
-Imagenes realizadas por Runari Wildy
y Sigrun Vinter
Fire {Kagura}
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Re: Fire {Kagura}
Kagura escucho a la chica atentamente, guardo silencio por un momento hasta que ella terminara.- Tal vez tengas razón. - respondió mientras tomo la mano de la chica. - Descuida... Mizuki siempre esta conmigo... desde las sombras. - Volteo la mirada a un callejón desde donde se podían ver unos ajos color azul brillantes, como si algo los asechara desde lo mas profundo de aquel oscuro lugar.
Las calles oscuras le brindarían un buen escondite a cualquier digimon tamaño humano o mas pequeño, por ello para una Renamon que puede viajar entre las sombras seria un juego de niños seguir a su tamer a la chica que lo acompaña, después de todo siempre lo ah hecho de esa manera cuando su tamer sale. -A cualquier lugar que quieras... - seguía un poco afectado por recordar su pasado, era inevitable, con su hermano mayor desaparecido y una hermana menor atrapada en su habitación cual princesa en la torre mas alta, era difícil para él, pues era precisamente por ellos el motivo por el cual se sintiera mal, era precisamente el tener a personas que lo quisieran y que el quiera el porque se sentía así de mal, el saber que no podía hacer nada al respecto para ayudar.
Era inevitable para el sentirse así, era una impotencia enorme, por ello es que él comenzó a buscar la forma de ganar poder, pues quería hallar la manera de recuperar la poca familia que le quedaba, sus hermanos. Miro a la joven, sonrio de una manera mas tranquila olvidando por un momento todo aquello que lo hacia sentir mal, tal vez por ahora no pueda hacer nada, pero definitivamente algún día lo lograra, por ahora solo quería disfrutar de la increíble compañía de tan hermosa chica con la cual sentía una especie de conexión especial, ¿pudiera ser el "click" que su abuelo le habia mencionado hace mucho tiempo?, no entendía mucho esa sensación pero le agradaba.
Fijo la mirada en la chica nuevamente, al ver sus ojos y su rostro le fue imposible ocultar el rojo de sus mejillas, nuevamente trato de recobrar la compostura sin quitar la mirada sobre Alanna. - Entonces... ¿a donde te gustaría ir? - Suavemente acariciaba la mano que sujetaba de Alanna, las caricias eran dulces, y podía sentir la suavidad que tenia la piel de su mano, pareciera que Alanna no solo fuera una princesa en apariencia, si no también en textura o eso pensaba, ciertamente Kagura estaba maravillado por ella, el hecho de que le diera consejos quería decir que en verdad le importaba, cuantas personas le darían un consejo de esa forma a un desconocido? , la mayoría ni siquiera se habría tomado la molestia de estar con el sin las apariencias, sin las mascaras que cubren la verdad de su ser.
¿Aun te interesa saber como nos conocimos Mizuki y yo? - Pregunto curioso a la chica a quien aun observaba con una sonrisa mas sincera. -En ese caso creo que te lo contare. Fue una noche Helada en New York, las calles estaban repletas de nieve, estaba completamente solo pues mis abuelos acababan de fallecer hace unos días, estaba... molesto con el mundo, también estaba un poco hambriento así que fui a un negocio de comida rápida, estaba alimentándome ahí como si nada cuando llegaron unas chicas y se sentaron en la mesa cercana a la mía, comenzaron a divertirse jugando esto -Saco una de las cartas de digimon y se la muestra a Alanna. - me dio bastante curiosidad... fui a hablar con ellas y terminaron mostrándome como jugar, por un momento me divertía como nunca, me habia olvidado de todo problema en mi vida... desgraciadamente las cosas acabaron en otra cosa.
Hubo un apagón, el clima comenzó a empeorar, ahí fue cuando el apareció... y me dejo claro que existen tamer´s malvados... pues un tamer apareció con su digimon y ataco el lugar, solo para eliminar a otra tamer que era una de las chicas, hubo un enfrentamiento... la chica tamer quedo incapaz de combatir, su compañera digimon me pidió que las ayudara y eso hice, tome las manos de esa chica entre las mías, las manipule para que tomara su digivice y con ayuda de las cartas comencé a darle apoyo a su digimon... fue una batalla increíble... no todos los días se ve un digimon Rookie derrotando a uno nivel mega. -Sonrió al recordar esos momentos como si una de las cosas que le apasionara fueran las batallas.
Desgraciadamente aun que derrotáramos a su compañero él estaba decidido a asesinarnos a cualquier costo, y fue cuando pelee contra el mano a mano, estaba en desventaja, el tenia un cuchillo en mano y estaba a punto de incrustarlo en mi pecho. Me cubrí con lo que pude y lo termine derribando y lo desarme, tome distancia, ahí fue cuando un rayo de luz ilumino el cielo y fue cuando esto cayo en mis manos. -Kagura mostró su Digivice, un D-ARK de un color peculiar, era negro con detalles rojos, la pantalla brillaba en una luz rojo claro. - y poco después llego ella, juntos, derrotamos a ese tamer y logramos escapar junto a la chica y su digimon, hasta ahora no sabemos que es de ese tamer, pues quedo noqueado en el suelo, quien sabe si vuelva a aparecer para acabar conmigo. -Termino concluyo su historia con una sonrisa y guardo la carta y su digivice.
Las calles oscuras le brindarían un buen escondite a cualquier digimon tamaño humano o mas pequeño, por ello para una Renamon que puede viajar entre las sombras seria un juego de niños seguir a su tamer a la chica que lo acompaña, después de todo siempre lo ah hecho de esa manera cuando su tamer sale. -A cualquier lugar que quieras... - seguía un poco afectado por recordar su pasado, era inevitable, con su hermano mayor desaparecido y una hermana menor atrapada en su habitación cual princesa en la torre mas alta, era difícil para él, pues era precisamente por ellos el motivo por el cual se sintiera mal, era precisamente el tener a personas que lo quisieran y que el quiera el porque se sentía así de mal, el saber que no podía hacer nada al respecto para ayudar.
Era inevitable para el sentirse así, era una impotencia enorme, por ello es que él comenzó a buscar la forma de ganar poder, pues quería hallar la manera de recuperar la poca familia que le quedaba, sus hermanos. Miro a la joven, sonrio de una manera mas tranquila olvidando por un momento todo aquello que lo hacia sentir mal, tal vez por ahora no pueda hacer nada, pero definitivamente algún día lo lograra, por ahora solo quería disfrutar de la increíble compañía de tan hermosa chica con la cual sentía una especie de conexión especial, ¿pudiera ser el "click" que su abuelo le habia mencionado hace mucho tiempo?, no entendía mucho esa sensación pero le agradaba.
Fijo la mirada en la chica nuevamente, al ver sus ojos y su rostro le fue imposible ocultar el rojo de sus mejillas, nuevamente trato de recobrar la compostura sin quitar la mirada sobre Alanna. - Entonces... ¿a donde te gustaría ir? - Suavemente acariciaba la mano que sujetaba de Alanna, las caricias eran dulces, y podía sentir la suavidad que tenia la piel de su mano, pareciera que Alanna no solo fuera una princesa en apariencia, si no también en textura o eso pensaba, ciertamente Kagura estaba maravillado por ella, el hecho de que le diera consejos quería decir que en verdad le importaba, cuantas personas le darían un consejo de esa forma a un desconocido? , la mayoría ni siquiera se habría tomado la molestia de estar con el sin las apariencias, sin las mascaras que cubren la verdad de su ser.
¿Aun te interesa saber como nos conocimos Mizuki y yo? - Pregunto curioso a la chica a quien aun observaba con una sonrisa mas sincera. -En ese caso creo que te lo contare. Fue una noche Helada en New York, las calles estaban repletas de nieve, estaba completamente solo pues mis abuelos acababan de fallecer hace unos días, estaba... molesto con el mundo, también estaba un poco hambriento así que fui a un negocio de comida rápida, estaba alimentándome ahí como si nada cuando llegaron unas chicas y se sentaron en la mesa cercana a la mía, comenzaron a divertirse jugando esto -Saco una de las cartas de digimon y se la muestra a Alanna. - me dio bastante curiosidad... fui a hablar con ellas y terminaron mostrándome como jugar, por un momento me divertía como nunca, me habia olvidado de todo problema en mi vida... desgraciadamente las cosas acabaron en otra cosa.
Hubo un apagón, el clima comenzó a empeorar, ahí fue cuando el apareció... y me dejo claro que existen tamer´s malvados... pues un tamer apareció con su digimon y ataco el lugar, solo para eliminar a otra tamer que era una de las chicas, hubo un enfrentamiento... la chica tamer quedo incapaz de combatir, su compañera digimon me pidió que las ayudara y eso hice, tome las manos de esa chica entre las mías, las manipule para que tomara su digivice y con ayuda de las cartas comencé a darle apoyo a su digimon... fue una batalla increíble... no todos los días se ve un digimon Rookie derrotando a uno nivel mega. -Sonrió al recordar esos momentos como si una de las cosas que le apasionara fueran las batallas.
Desgraciadamente aun que derrotáramos a su compañero él estaba decidido a asesinarnos a cualquier costo, y fue cuando pelee contra el mano a mano, estaba en desventaja, el tenia un cuchillo en mano y estaba a punto de incrustarlo en mi pecho. Me cubrí con lo que pude y lo termine derribando y lo desarme, tome distancia, ahí fue cuando un rayo de luz ilumino el cielo y fue cuando esto cayo en mis manos. -Kagura mostró su Digivice, un D-ARK de un color peculiar, era negro con detalles rojos, la pantalla brillaba en una luz rojo claro. - y poco después llego ella, juntos, derrotamos a ese tamer y logramos escapar junto a la chica y su digimon, hasta ahora no sabemos que es de ese tamer, pues quedo noqueado en el suelo, quien sabe si vuelva a aparecer para acabar conmigo. -Termino concluyo su historia con una sonrisa y guardo la carta y su digivice.
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :255Ficha :Nivel On Rol :PerfectNivel On Rol de los Digi Aliados :Kiseki: ChampionIcono :Rango y Unidad :Kagura Tenshi
Rango: Soldado
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: East Blue Dragon
Renamon (Mizuki)
Rango: Soldado
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: East Blue DragonInventario :
Kagura Tenshi
Re: Fire {Kagura}
Se lo pensó por un momento, un sitio donde la digimon no diera el cante, donde pudieran hablar con calma, no tuvieran mucha gente alrededor y fuera cómodo. Miró el cielo de la calle, parecía que comenzaría a nevar, por lo que necesitaba que estuviera, también cubierto. Se mordió el labio mientras caminaba, abrazándose los brazos y sonrió, tenía el lugar idoneo.
Caminó escuchando la historia de cómo se habían conocido él y esa digimon de pelaje de plata, interesada en el funcionamiento de las cartas. Soltó vaho soplando contra sus manos frías, mientras se planteaba la enorme diferencia de como se habían conocido él y su digimon. Parece ser que ambos habían conectado al instante, y habían sido capaces de luchar como uno sin mayor problema, en cambio, ella y Cat no eran capaces ni siquiera de decidir una película, mucho menos habían logrado transformarse.
Recordaba aun la primera vez que había oído la voz de Cat, no, en realidad, no había sido la voz de Cat, la voz de su Digimon era aguda, estridente, cansina, la que había escuchado tiempo atrás en su cuarto, en cambio, se había asemajado más a la voz de un ángel. Aun andaba en busca de algo de esa voz dulce y vibrante en la de Gatomon, pero ni la amabilidad que esta había reflejado, ni la dulzura, ni la madurez estaban patentes. Alanna comenzaba a dudar de que, en realidad, fueran la misma. Suspiró mientras comenzaban a acercarse al parque, su historia había sido tan larga e interesante que el camino se había pasado volando.
- Es tan genial, suena como si fuera una pelicula de acción.- afirmó sonriente.- yo solo me colé sin saberlo en una carrera y me dieron su estatuilla como premio, y el digivice... bueno, un día me lo encontré tirado en el parque, por la noche se iluminó y me dio tal susto que me caí de la cama y salí corriendo hacia comisaría, me mandaron a casa como si estuviera loca.- rió un poco, podía ver a Cat darse un golpe en la frente intentando cubrir sus ojos y negar con la cabeza.- Vamos a ir a mi sitio preferido de la ciudad, siempre que quiero estar tranquila, es allí donde acudo.- comentó cambiando de tema.- promete que no te reirás, ¿vale? puede que parezca algo infantil.- le pidió tirando de él, volviendo a cogerle la mano, para llevarlo hacia el interior de un pequeño parque cubierto de árboles y sombras.
Comenzó a andar por el lugar, solitario como estaba, por un camino rocoso bordeado por setos y parterres del flores que parecían haber crecido aun más fuerte a pesar del frío del invierno. Llegaron a una verja metálica, que se abrió con un sencillo chirrido, abierta tiempo atrás por alguien, y, al final, caía en el olvido. Soltó su mano y detuvo su avance poniéndose frente a él, con las manos sobre sus hombros para, al instante, alejarse en busca del tendido electrico, bajar una gran palanca y ver como se iluminaba un tiovivo viejo pero que seguía girando. El parque era poco conocido, había sido abandonado ya mucho atrás y pocos eran los que se atrevían a acercarse, temerosos de que algo se rompiera, pero ella lo había descubierto tiempo atrás y se había vuelto su lugar preferido de todo Japón.
- Este sitio lo encontré un día paseando, llevaba a penas unos días en la ciudad, estaba sola y había tenido un mal día en el trabajo, solo quería desaparecer, estar tranquila, y llegué a este tiovivo, de algún modo... sentí paz, volvía a tener dos años y estaba en los hombros de mi madre.- era uno de los pocos recuerdos felices que tenía junto a esa mujer.- simplemente... me calmé, está abandonado, y nunca viene nadie, así que Mizuki puede salir, no la verá nadie, ni siquiera hay guardias.
Se acercó a los caballos que giraban con una suave música de fondo, y subió a la madera antes de agarrarse a uno de los postes, y sonrió invitándolo a subir mientras iniciaba la primera vuelta, mirando el techo acristalado del tiovivo con una pequeña sonrisa. Caminó rodeando los caballos y carrozas como si fuera un laberinto, jugando a esconderse, estar allí era tan relajante, que no parecía parte del mundo real, ni del digital, las luciérnagas se levantaban a su alrededor mientras la atracción seguía girando y girando.
- Este sitio es mágico.- musitó dejando que su voz se perdiera entre las figuras que subían y bajaban, tendría que buscarla si quería encontrarla.- es la nada en medio del todo, la paz en la tormenta, el silencio en medio del ruido, me permite desaparecer.- lo vio por la espalda, y le cogió la mano, girándolo para que la mirase.- si quiero desaparecer, claro.- sonrió, dando un traspie con un movimiento un tanto brusco del tiovivo que, como hacía en ocasiones, había cambiado la dirección de sus giros.- lo siento.- se disculpó, algo sonrojada, separándose lentamente del pecho de él, que había detenido su caída. Gatomon seguí extrañamente silenciosa, ¿qué estaría rumiando?
Caminó escuchando la historia de cómo se habían conocido él y esa digimon de pelaje de plata, interesada en el funcionamiento de las cartas. Soltó vaho soplando contra sus manos frías, mientras se planteaba la enorme diferencia de como se habían conocido él y su digimon. Parece ser que ambos habían conectado al instante, y habían sido capaces de luchar como uno sin mayor problema, en cambio, ella y Cat no eran capaces ni siquiera de decidir una película, mucho menos habían logrado transformarse.
Recordaba aun la primera vez que había oído la voz de Cat, no, en realidad, no había sido la voz de Cat, la voz de su Digimon era aguda, estridente, cansina, la que había escuchado tiempo atrás en su cuarto, en cambio, se había asemajado más a la voz de un ángel. Aun andaba en busca de algo de esa voz dulce y vibrante en la de Gatomon, pero ni la amabilidad que esta había reflejado, ni la dulzura, ni la madurez estaban patentes. Alanna comenzaba a dudar de que, en realidad, fueran la misma. Suspiró mientras comenzaban a acercarse al parque, su historia había sido tan larga e interesante que el camino se había pasado volando.
- Es tan genial, suena como si fuera una pelicula de acción.- afirmó sonriente.- yo solo me colé sin saberlo en una carrera y me dieron su estatuilla como premio, y el digivice... bueno, un día me lo encontré tirado en el parque, por la noche se iluminó y me dio tal susto que me caí de la cama y salí corriendo hacia comisaría, me mandaron a casa como si estuviera loca.- rió un poco, podía ver a Cat darse un golpe en la frente intentando cubrir sus ojos y negar con la cabeza.- Vamos a ir a mi sitio preferido de la ciudad, siempre que quiero estar tranquila, es allí donde acudo.- comentó cambiando de tema.- promete que no te reirás, ¿vale? puede que parezca algo infantil.- le pidió tirando de él, volviendo a cogerle la mano, para llevarlo hacia el interior de un pequeño parque cubierto de árboles y sombras.
Comenzó a andar por el lugar, solitario como estaba, por un camino rocoso bordeado por setos y parterres del flores que parecían haber crecido aun más fuerte a pesar del frío del invierno. Llegaron a una verja metálica, que se abrió con un sencillo chirrido, abierta tiempo atrás por alguien, y, al final, caía en el olvido. Soltó su mano y detuvo su avance poniéndose frente a él, con las manos sobre sus hombros para, al instante, alejarse en busca del tendido electrico, bajar una gran palanca y ver como se iluminaba un tiovivo viejo pero que seguía girando. El parque era poco conocido, había sido abandonado ya mucho atrás y pocos eran los que se atrevían a acercarse, temerosos de que algo se rompiera, pero ella lo había descubierto tiempo atrás y se había vuelto su lugar preferido de todo Japón.
- Este sitio lo encontré un día paseando, llevaba a penas unos días en la ciudad, estaba sola y había tenido un mal día en el trabajo, solo quería desaparecer, estar tranquila, y llegué a este tiovivo, de algún modo... sentí paz, volvía a tener dos años y estaba en los hombros de mi madre.- era uno de los pocos recuerdos felices que tenía junto a esa mujer.- simplemente... me calmé, está abandonado, y nunca viene nadie, así que Mizuki puede salir, no la verá nadie, ni siquiera hay guardias.
Se acercó a los caballos que giraban con una suave música de fondo, y subió a la madera antes de agarrarse a uno de los postes, y sonrió invitándolo a subir mientras iniciaba la primera vuelta, mirando el techo acristalado del tiovivo con una pequeña sonrisa. Caminó rodeando los caballos y carrozas como si fuera un laberinto, jugando a esconderse, estar allí era tan relajante, que no parecía parte del mundo real, ni del digital, las luciérnagas se levantaban a su alrededor mientras la atracción seguía girando y girando.
- Este sitio es mágico.- musitó dejando que su voz se perdiera entre las figuras que subían y bajaban, tendría que buscarla si quería encontrarla.- es la nada en medio del todo, la paz en la tormenta, el silencio en medio del ruido, me permite desaparecer.- lo vio por la espalda, y le cogió la mano, girándolo para que la mirase.- si quiero desaparecer, claro.- sonrió, dando un traspie con un movimiento un tanto brusco del tiovivo que, como hacía en ocasiones, había cambiado la dirección de sus giros.- lo siento.- se disculpó, algo sonrojada, separándose lentamente del pecho de él, que había detenido su caída. Gatomon seguí extrañamente silenciosa, ¿qué estaría rumiando?
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :41Ficha :Cronologia :Nivel On Rol :Rookie Spirit
Alanna Tale
Re: Fire {Kagura}
La oscura noche continuo, a pesar que el camino habia gastado ya unas cuantas horas, faltaba bastante para que amaneciera, Kagura escucho atentamente la historia de Alanna, no habia entendido mucho, ¿como es que una estatuilla se pudiera convertir en un digimon?, mas raro aun, no le cuadraba la idea de que se la ganara en una especie de concurso, demasiado rara era esa situación para el, pero, ¿que podía decir?, a que se supone que le pudiera decir "normal" cuando ah visto cosas que superaban todo lo que el conocía del mundo, vaya,incluso comenzó a conocer cosas de otro mundo.
Suena a que fue lo mas raro de tu vida. -Rió levemente- La verdad no me puedo imaginar en esa situación. - Siguió a la chica hasta un extraño parque aparentemente abandonado y puso atención a lo que decía. - Vaya... entiendo... - su mirada ante el lugar era de fasinacion, no porque le gustaran las cosas tétricas y oscuras, si no porque él sabia apreciar aquello deteriorado por el tiempo, la soledad era su única compañía y la oscuridad siempre fue el manto que lo protegió, siempre fue así desde niño,mientras cualquier pequeño preferiría dormir con las luces encendidas, él prefería mantenerlas apagadas.
Escucho atentamente a la joven Alanna y sonrió calidamente mientras se acercaba a ella, Alanna habia subido a una de las atracciones y Kagura la siguió, observo como la chica jugueteaba escondiéndose entre las figuras de los caballos y decidió seguirle el juego, buscándola de lado a lado, hasta topar con ella. Pareciera una escena donde 2 niños jugaran pero el lugar tenia un encanto bajo el oscuro cielo nocturno, el aire fresco que los rodeaba, y la luna de fondo brillando con tan esplendor, incluso las luciérnagas ponían de su parte al brillar al rededor de la atracción, como si estuvieran danzando, acompañando a los 2 jóvenes quienes se aventuraban en ese lugar bajo el manto de la noche.
Al sentir la mano de Alanna sujetar la suya nuevamente, se sonrojo incluso mas de lo que ya lo habia hecho, sonrió dulcemente al volverla ver, simplemente mirarla a los ojos era suficiente como para que él quisiera... tomarla en brazos, pero seguía nervioso por lo que sentía en su interior, inseguro de su futuro y de las cosas nuevas que pasaba por su vida, ahora también sentía una calidez, un gran impulso, una gran explosión en su pecho con tan solo poder estar cerca de esta chica, cualquier otra de su "clase social" o así las definían sus padres, le hubiera hecho una charla sobre el dinero, negocios o solo alagos inútiles sin sentido tan solo para poder ganar un futuro anillo en su dedo. Definitivamente para Kagura, Alanna era muy especial.
Una vez que la tuvo cerca, la mantuvo entre sus brazos, se habia sonrojado igual por el descuido pero reuniendo su valor trato de expresar lo que sentía a través de sus palabras.- A veces no son los lugares los que tienen magia... si no la magia de uno quien encanta los lugares... y esa misma magia puede también encantar a una persona... depende como quieras ver las cosas, y como quieres sentirlas... o... como quieres que sean. - La volvió a acercar apegando de ella cuerpo al de él. - La verdad... yo creo que tu eres quien posee mucha magia... me atrevería a decir... que me has encantado.- acerco su rostro al de ella, sus mejillas estaban rojas, se mantuvo lo suficientemente cerca como para poder observar cada detalle de los ojos de la chica, incluso su nariz casi topaba torpemente con la de ella. Era una escena casi sacada de una película, la luna brillando en el fondo, las luciérnagas danzando a su alrededor, el agradable silencio de la noche, el fresco viento que los invitaba a compartir calor corporal en medio del lugar, si tan solo pudiera aclarar su mente. Tomo la mano de Alanna, la coloco en su pecho y le dejo sentir cada latido de su corazón, su ritmo cardíaco era acelerado, el calor de su cuerpo habia ascendido, se quedo en silencio, abrazándola, admirándola, viendo a tra vez de sus ojos, como si trata de hurgar en su interior, nervioso pero armado de valor.
El silencio seguía, permitiendo que se escucharan sus latidos, sus labios se abrieron muy lentamente, se acercaban a los de ella, varias veces lo dudo en su mente pero pareciera como si su cuerpo solo se dejara guiar por lo que sentía, sus labios casi se rosaban mutuamente, a penas y pareciera que estuvieran en una atracción en movimiento, el tiempo pareciera detenerse, cada luz a su alrededor era como si los iluminara en un gran escenario, ya habia colocado una mano sobre la mejilla de Alanna, sus dedos se deslizaron suavemente sobre su piel, dando leves caricias, su mirada seguía fija en la de Alanna, solo acompañados por el sonido de la atracción y las viejas figuras de caballos testigos de la escena, la cual culmino con un pequeño beso en los labios y un enrojecimiento extremo. Kagura oculto su mirada bajo el fleco de su pelo plateado, sonreía pero a la vez pareciera estar tan nervioso como un niño pequeño a punto de llorar de los nervioso, inseguro de si hizo algo bien o mal, no sabia como reaccionaria Alanna, a quien aun mantenía entre sus brazos.
No se dieron cuenta que en la oscuridad del lugar, en otra atracción, Mizuki los miraba desde las sombras, con un rostro inexpresivo quedo en silencio y cerro los ojos, dio un suspiro y se mantuvo al margen, sus brillantes ojos habían pasado desapercibidos gracias a las luces del lugar. Había decidido permanecer en las sombras para proteger a su tamer de cualquier peligro, ella no era buena socializando después de todo, al igual que Kagura le gustaba la soledad, aun que le agrada pasar tiempo con su tamer.
Suena a que fue lo mas raro de tu vida. -Rió levemente- La verdad no me puedo imaginar en esa situación. - Siguió a la chica hasta un extraño parque aparentemente abandonado y puso atención a lo que decía. - Vaya... entiendo... - su mirada ante el lugar era de fasinacion, no porque le gustaran las cosas tétricas y oscuras, si no porque él sabia apreciar aquello deteriorado por el tiempo, la soledad era su única compañía y la oscuridad siempre fue el manto que lo protegió, siempre fue así desde niño,mientras cualquier pequeño preferiría dormir con las luces encendidas, él prefería mantenerlas apagadas.
Escucho atentamente a la joven Alanna y sonrió calidamente mientras se acercaba a ella, Alanna habia subido a una de las atracciones y Kagura la siguió, observo como la chica jugueteaba escondiéndose entre las figuras de los caballos y decidió seguirle el juego, buscándola de lado a lado, hasta topar con ella. Pareciera una escena donde 2 niños jugaran pero el lugar tenia un encanto bajo el oscuro cielo nocturno, el aire fresco que los rodeaba, y la luna de fondo brillando con tan esplendor, incluso las luciérnagas ponían de su parte al brillar al rededor de la atracción, como si estuvieran danzando, acompañando a los 2 jóvenes quienes se aventuraban en ese lugar bajo el manto de la noche.
Al sentir la mano de Alanna sujetar la suya nuevamente, se sonrojo incluso mas de lo que ya lo habia hecho, sonrió dulcemente al volverla ver, simplemente mirarla a los ojos era suficiente como para que él quisiera... tomarla en brazos, pero seguía nervioso por lo que sentía en su interior, inseguro de su futuro y de las cosas nuevas que pasaba por su vida, ahora también sentía una calidez, un gran impulso, una gran explosión en su pecho con tan solo poder estar cerca de esta chica, cualquier otra de su "clase social" o así las definían sus padres, le hubiera hecho una charla sobre el dinero, negocios o solo alagos inútiles sin sentido tan solo para poder ganar un futuro anillo en su dedo. Definitivamente para Kagura, Alanna era muy especial.
Una vez que la tuvo cerca, la mantuvo entre sus brazos, se habia sonrojado igual por el descuido pero reuniendo su valor trato de expresar lo que sentía a través de sus palabras.- A veces no son los lugares los que tienen magia... si no la magia de uno quien encanta los lugares... y esa misma magia puede también encantar a una persona... depende como quieras ver las cosas, y como quieres sentirlas... o... como quieres que sean. - La volvió a acercar apegando de ella cuerpo al de él. - La verdad... yo creo que tu eres quien posee mucha magia... me atrevería a decir... que me has encantado.- acerco su rostro al de ella, sus mejillas estaban rojas, se mantuvo lo suficientemente cerca como para poder observar cada detalle de los ojos de la chica, incluso su nariz casi topaba torpemente con la de ella. Era una escena casi sacada de una película, la luna brillando en el fondo, las luciérnagas danzando a su alrededor, el agradable silencio de la noche, el fresco viento que los invitaba a compartir calor corporal en medio del lugar, si tan solo pudiera aclarar su mente. Tomo la mano de Alanna, la coloco en su pecho y le dejo sentir cada latido de su corazón, su ritmo cardíaco era acelerado, el calor de su cuerpo habia ascendido, se quedo en silencio, abrazándola, admirándola, viendo a tra vez de sus ojos, como si trata de hurgar en su interior, nervioso pero armado de valor.
El silencio seguía, permitiendo que se escucharan sus latidos, sus labios se abrieron muy lentamente, se acercaban a los de ella, varias veces lo dudo en su mente pero pareciera como si su cuerpo solo se dejara guiar por lo que sentía, sus labios casi se rosaban mutuamente, a penas y pareciera que estuvieran en una atracción en movimiento, el tiempo pareciera detenerse, cada luz a su alrededor era como si los iluminara en un gran escenario, ya habia colocado una mano sobre la mejilla de Alanna, sus dedos se deslizaron suavemente sobre su piel, dando leves caricias, su mirada seguía fija en la de Alanna, solo acompañados por el sonido de la atracción y las viejas figuras de caballos testigos de la escena, la cual culmino con un pequeño beso en los labios y un enrojecimiento extremo. Kagura oculto su mirada bajo el fleco de su pelo plateado, sonreía pero a la vez pareciera estar tan nervioso como un niño pequeño a punto de llorar de los nervioso, inseguro de si hizo algo bien o mal, no sabia como reaccionaria Alanna, a quien aun mantenía entre sus brazos.
No se dieron cuenta que en la oscuridad del lugar, en otra atracción, Mizuki los miraba desde las sombras, con un rostro inexpresivo quedo en silencio y cerro los ojos, dio un suspiro y se mantuvo al margen, sus brillantes ojos habían pasado desapercibidos gracias a las luces del lugar. Había decidido permanecer en las sombras para proteger a su tamer de cualquier peligro, ella no era buena socializando después de todo, al igual que Kagura le gustaba la soledad, aun que le agrada pasar tiempo con su tamer.
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :255Ficha :Nivel On Rol :PerfectNivel On Rol de los Digi Aliados :Kiseki: ChampionIcono :Rango y Unidad :Kagura Tenshi
Rango: Soldado
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: East Blue Dragon
Renamon (Mizuki)
Rango: Soldado
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: East Blue DragonInventario :
Kagura Tenshi
Re: Fire {Kagura}
Los brazos de él se convirtieron en una celda que la aprisionaba cerca de su pecho. Alzó la vista con timidez, algo sonrojada, con la mente en blanco. Su cabeza parecía negarse a pensar, como si fuera consciente de que, en cuanto volviera a tener algo de lucidez, la separaría de golpe de ese joven que la sostenía entre sus brazos. Tomó aire notando como el corazón se le aceleraba a ritmos desorbitados, mientras las manos le temblaban un poco, nerviosa como estaba, mientras las palabras del chico se volvían susurros que casi rozaban sus labios.
Magia, era una palabra tan vana y tan fuerte al mismo tiempo. Estaba claro que la magia de verdad no existía, eran pequeños detalles, pequeños momentos o situaciones, que provocaban esa sensación de mariposas en el estómago. Era pasear una tarde cálida de primavera por un parque y que una mariposa atravesara tu camino con la luz correcta golpeándole las alas, era una luna invernal iluminando un paisaje nevado en la ciudad de Nueva York, era el puente de Londres una madrugada clara mirando el Big Ben, era un baile con un desconocido que te absorbía hasta el punto de olvidarte de dónde te encontrabas, era un parque abandonado, donde solo el tiovivo funcionaba, con las luciérnagas jugando alrededor de dos desconocidos a los que parecía envidiar incluso la luz de la luna.
El tiempo se detuvo un instante, como si de veras hubiera algún extraño tipo de poder rodeando el parque, y Alanna dejó de sentir el frío, dejó de ver a las luciérnagas, dejó de sentir a los caballos de madera y pintura a su alrededor, la música se quedó muda en sus oídos. Solo podía notar el calor que le subía a las mejillas, los pómulos rosados, el latido de su corazón nervioso, que parecía haberse acompasado con el de él, notaba una mano posada en su mejilla, suave como una pluma, y, finalmente, mientras su cuerpo se movía como por inercia, se puso de puntillas y acortó lentamente la distancia que los separaba, con labios algo temblorosos y los ojos brillantes, como si hubiera llorado.
La soledad y la noche sería su confidente, su celestina y su amiga, guardando el secreto de un beso que muchos mirarían con malos ojos, pero que, por suerte, solo la luna y un espejo roto reflejarían en sus recuerdos, mientras los caballos guardarían silencio durante décadas de todo lo que habían contemplado en su mudo devenir. Porque, si les preguntasen, hablarían de niños que veían a sus padres tras largo tiempo alejados, de peleas de barrio, de primeros amores, y de amantes pasajeros, si les preguntase, dirían que esa había sido la noche perfecta para conocerse, para pasear, para volver a ser niños, para un primer beso.
Con las manos aun sobre el pecho de Kagura, notando los fuertes latidos, creyendo que se trataba de su propio corazón, comenzó a alejarse, después de un tiempo que le pareció eternamente efímero, y efímeramente eterno, lentamente, temerosa de despertar de golpe y caer de su cama, de descubrir que seguía en una pesadilla y que solo los sueños le servían de escape. Se llevó una mano a los labios, cálidos en contraste a sus dedos finos y helados, intentando retener la sensación del beso, ese cosquiello que quedaba atrás, esperando que no desapareciera en la nada. Se atrevió a alzar la mirada, cerrando la mano en un delicado puño, con ojos brillantes y mejillas de color, ¿qué podía decirle? Sentía que, si hablaba, rompería el momento, y no quería estropearlo. Estuvo a escasos segundos de dar un paso más hacia él, y poner la cabeza en su pecho, intentando esconderse, avergonzada, cuando un súbito temblor sacudió el tiovivo, haciéndola trastabillar.
- ¿Qué es eso?- preguntó sosteniéndose de Kagura, insegura ante un segundo temblor que llegó a ellos.
Magia, era una palabra tan vana y tan fuerte al mismo tiempo. Estaba claro que la magia de verdad no existía, eran pequeños detalles, pequeños momentos o situaciones, que provocaban esa sensación de mariposas en el estómago. Era pasear una tarde cálida de primavera por un parque y que una mariposa atravesara tu camino con la luz correcta golpeándole las alas, era una luna invernal iluminando un paisaje nevado en la ciudad de Nueva York, era el puente de Londres una madrugada clara mirando el Big Ben, era un baile con un desconocido que te absorbía hasta el punto de olvidarte de dónde te encontrabas, era un parque abandonado, donde solo el tiovivo funcionaba, con las luciérnagas jugando alrededor de dos desconocidos a los que parecía envidiar incluso la luz de la luna.
El tiempo se detuvo un instante, como si de veras hubiera algún extraño tipo de poder rodeando el parque, y Alanna dejó de sentir el frío, dejó de ver a las luciérnagas, dejó de sentir a los caballos de madera y pintura a su alrededor, la música se quedó muda en sus oídos. Solo podía notar el calor que le subía a las mejillas, los pómulos rosados, el latido de su corazón nervioso, que parecía haberse acompasado con el de él, notaba una mano posada en su mejilla, suave como una pluma, y, finalmente, mientras su cuerpo se movía como por inercia, se puso de puntillas y acortó lentamente la distancia que los separaba, con labios algo temblorosos y los ojos brillantes, como si hubiera llorado.
La soledad y la noche sería su confidente, su celestina y su amiga, guardando el secreto de un beso que muchos mirarían con malos ojos, pero que, por suerte, solo la luna y un espejo roto reflejarían en sus recuerdos, mientras los caballos guardarían silencio durante décadas de todo lo que habían contemplado en su mudo devenir. Porque, si les preguntasen, hablarían de niños que veían a sus padres tras largo tiempo alejados, de peleas de barrio, de primeros amores, y de amantes pasajeros, si les preguntase, dirían que esa había sido la noche perfecta para conocerse, para pasear, para volver a ser niños, para un primer beso.
Con las manos aun sobre el pecho de Kagura, notando los fuertes latidos, creyendo que se trataba de su propio corazón, comenzó a alejarse, después de un tiempo que le pareció eternamente efímero, y efímeramente eterno, lentamente, temerosa de despertar de golpe y caer de su cama, de descubrir que seguía en una pesadilla y que solo los sueños le servían de escape. Se llevó una mano a los labios, cálidos en contraste a sus dedos finos y helados, intentando retener la sensación del beso, ese cosquiello que quedaba atrás, esperando que no desapareciera en la nada. Se atrevió a alzar la mirada, cerrando la mano en un delicado puño, con ojos brillantes y mejillas de color, ¿qué podía decirle? Sentía que, si hablaba, rompería el momento, y no quería estropearlo. Estuvo a escasos segundos de dar un paso más hacia él, y poner la cabeza en su pecho, intentando esconderse, avergonzada, cuando un súbito temblor sacudió el tiovivo, haciéndola trastabillar.
- ¿Qué es eso?- preguntó sosteniéndose de Kagura, insegura ante un segundo temblor que llegó a ellos.
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :41Ficha :Cronologia :Nivel On Rol :Rookie Spirit
Alanna Tale
Re: Fire {Kagura}
El temblor en esa zona fue inusual, pues alerto a Renamon quien preocupada por la presencia que sentía acudió rápido a donde estaba su tamer. Kagura quien estaba con Alanna escucho un sonido de su dispositivo, alertado por esto soltó a Alanna y saco su dispositivo. El rostro de Kagura paso de un estado de nerviosismo, timidez y un sonrojo en sus mejillas a uno de preocupación seriedad y con un aura de instintos asesinos, pareciera como si su personalidad hubiera cambiado de un momento a otro, claramente lo que pasaba no le agrado para nada. -Un salvaje... - Murmuro en voz baja mientras su mano libre se deslizaba entre sus ropas en busca de su mazo de cartas.
Todavía existen cosas que Kagura no ah compartido con Alanna y no sabia si compartirlas o no, una de tantas cosas es que tiene cierto resentimiento ante los digimons que entran al mundo humano siendo salvajes, es decir, digimons sin tamer y descontrolados que por lo general causan desastres a su al rededor, los recuerdos de ese supuesto accidente en el local de comida rápida, la "explosión del tanque de gas" o al menos así se referían los medios de comunicación al incidente que Kagura presencio, recordar ese color rojo infernal de las escamas de aquel lagarto de los infierno, el calor de las llamaradas que salían de su hocico, el ver una y otra vez en su mente como muchas personas fueron heridas, esos son los recuerdos que justamente le provocan un cierto dolor y sentimiento de impotencia como en aquel entonces, claro, en ese momento todavía no tenia a Mizuki para enfrentar a ese temible digimon y su tamer homicida, pero ahora, contaba con ella, y con las cartas que gano en aquel raro evento, el sabia que podría hacer algo, hacer lo que nunca pudo hacer por si mismo antes, poner un alto a la destrucción y un orden, hacer que, quien sea que este amenazando la seguridad de las personas pague caro por sus acciones.
Mientras Kagura divagaba en recuerdos en su mente, la pantalla de su dispositivo se ilumino y proyecto un holograma del mapa del lugar, habia un par de puntos rojos enormes, al ver esto Kagura mordió su labio inferior, se habia provocado una lesión menor, comenzaba a sangrar. Definitivamente aun guardaba muchas cosas que posiblemente no pudieran comprender los demás, miraba ansioso a todas partes como si buscara algo, mientras que con una mano seguía sosteniendo su dispositivo, con la otra deslizaba sus dedos por la contra parte de las cartas esperando solo un movimiento en alguna parte del lugar para deslizar las cartas por el lector del dispositivo y comenzar con su "juego" favorito, "aplastemos escorias".
De un momento a otro, ocurrió un nuevo temblor, pero esta vez de mayor magnitud, con la suficiente fuerza como para que Alanna tuviera la necesidad de apoyarse en el brazo de Kagura, este temblor fue mas duradero, la zona se habia vuelta mas tensa, una gruesa capa de niebla cubrió el lugar por completo de tal manera que si antes fuera una película de romance, ahora era mas bien una de terror, las luciérnagas que una vez danzaban al rededor de los jóvenes, habia huido y las luces que de la atracción que estaba encendida se habían apagado, el aparato se habia detenido, ¿un apagón?, no, Kagura podía distinguir unas luces brillantes a lo lejos, eran las luces de la ciudad, lo mas probable es que fuera un corto circuito lo que provocara que la atracción se detuviera de una manera tan brusca.
Contando solo con la luna como única fuente de luz fiable, Kagura tomo de la mano a Alanna para bajar de la atracción, se preocupaba por la seguridad de ella, pues como le habia relatado que no se llevaba muy bien con su digimon, pensó que tal vez no estarían en condiciones para batallar o defenderse. -¿Estas bien?. - pregunto el joven de pelo plateado mientras aun sostenía la mano de Alanna. - Bueno... la cosa es esta.. hay por lo menos 2 digimon aparentemente salvajes cerca... así que posiblemente podrías salir herida... si te soy sincero no me gustaría eso, si quieres puedes esconderte o ir a otra parte, yo me encargare de eliminar esos estorbos... - Le dijo mientras la soltó y le dio la espalda para salir corriendo en busca de los digimon que salían en su mapa. - TRATARE DE VOLVERTE A ENCONTRAR!!!- Grito mientras corría ya a cierta distancia de la chica,su condición física era excelente, su resistencia parecía casi sobre humana, pues corría sin parecer cansado y a una gran velocidad, una velocidad que se desarrolla con el pasar del tiempo en practicas de distintas disciplinas deportivas.
Mizuki paso corriendo a un lado de Alanna con una velocidad aun mayor a la de su tamer, pareciera darse prisa para alcanzar a Kagura, sin embargo, se dio el lujo de alzar a falda de Alanna como una pequeña travesura de tal manera en que se alcanzara a ver un poco su ropa intima, afortunadamente para ella, Kagura ya no estaba ahí para ver ese momento donde posiblemente pasara por un poco de vergüenza, le habia alzado la falda a Alanna con la rafa de viento que habia creado al correr aprisa. No paso mucho tiempo antes de que Mizuki alcanzara a Kagura. -Amo... hay dos... - Fue interrumpida por su tamer. - Lo se Mizuki... dos salvajes por esta zona, vamos a encontrarlos y acabarlos como lo hemos hecho con el resto, así te volverás mas fuerte y estaremos preparados para enfrentar cualquier amenaza.- Kagura seguía con un rostro serio, con una mirada que muy pocos pudieran ver en el alguna vez, pues reflejaba en parte sus ansias de acabar con todo lo que le arruinaba sus motivos para sonreír.
Muchos hubieran interpretado mal las acciones de Kagura al besar a una chica y luego abandonarla en un lugar oscuro y tétrico, pero en realidad el se preocupaba mucho por ella, ya habia tenido malas experiencias antes, situaciones donde todos aquellos a su alrededor, todos sus seres queridos, son heridos debido a lo que pasa constantemente en su vida, muchas veces Kagura se considero un emisario de la mala suerte, infortunio o la desgracia,después de todo eso era para sus padres, una desgracia, un muñeco con defectos que nunca debió haber sido aceptado, la deshonra para su familia. Él simplemente ya no quería que los demás salieran lastimados o les ocurriera algo mucho peor por su culpa, simplemente no le gustaría tener una carga mas en sus hombros, por ello decidió abandonarla ahí, con la promesa de ir de nuevo en su búsqueda, aun si tuviera que escuchar los reclamos de la chica, el solo quería su seguridad.
Todavía existen cosas que Kagura no ah compartido con Alanna y no sabia si compartirlas o no, una de tantas cosas es que tiene cierto resentimiento ante los digimons que entran al mundo humano siendo salvajes, es decir, digimons sin tamer y descontrolados que por lo general causan desastres a su al rededor, los recuerdos de ese supuesto accidente en el local de comida rápida, la "explosión del tanque de gas" o al menos así se referían los medios de comunicación al incidente que Kagura presencio, recordar ese color rojo infernal de las escamas de aquel lagarto de los infierno, el calor de las llamaradas que salían de su hocico, el ver una y otra vez en su mente como muchas personas fueron heridas, esos son los recuerdos que justamente le provocan un cierto dolor y sentimiento de impotencia como en aquel entonces, claro, en ese momento todavía no tenia a Mizuki para enfrentar a ese temible digimon y su tamer homicida, pero ahora, contaba con ella, y con las cartas que gano en aquel raro evento, el sabia que podría hacer algo, hacer lo que nunca pudo hacer por si mismo antes, poner un alto a la destrucción y un orden, hacer que, quien sea que este amenazando la seguridad de las personas pague caro por sus acciones.
Mientras Kagura divagaba en recuerdos en su mente, la pantalla de su dispositivo se ilumino y proyecto un holograma del mapa del lugar, habia un par de puntos rojos enormes, al ver esto Kagura mordió su labio inferior, se habia provocado una lesión menor, comenzaba a sangrar. Definitivamente aun guardaba muchas cosas que posiblemente no pudieran comprender los demás, miraba ansioso a todas partes como si buscara algo, mientras que con una mano seguía sosteniendo su dispositivo, con la otra deslizaba sus dedos por la contra parte de las cartas esperando solo un movimiento en alguna parte del lugar para deslizar las cartas por el lector del dispositivo y comenzar con su "juego" favorito, "aplastemos escorias".
De un momento a otro, ocurrió un nuevo temblor, pero esta vez de mayor magnitud, con la suficiente fuerza como para que Alanna tuviera la necesidad de apoyarse en el brazo de Kagura, este temblor fue mas duradero, la zona se habia vuelta mas tensa, una gruesa capa de niebla cubrió el lugar por completo de tal manera que si antes fuera una película de romance, ahora era mas bien una de terror, las luciérnagas que una vez danzaban al rededor de los jóvenes, habia huido y las luces que de la atracción que estaba encendida se habían apagado, el aparato se habia detenido, ¿un apagón?, no, Kagura podía distinguir unas luces brillantes a lo lejos, eran las luces de la ciudad, lo mas probable es que fuera un corto circuito lo que provocara que la atracción se detuviera de una manera tan brusca.
Contando solo con la luna como única fuente de luz fiable, Kagura tomo de la mano a Alanna para bajar de la atracción, se preocupaba por la seguridad de ella, pues como le habia relatado que no se llevaba muy bien con su digimon, pensó que tal vez no estarían en condiciones para batallar o defenderse. -¿Estas bien?. - pregunto el joven de pelo plateado mientras aun sostenía la mano de Alanna. - Bueno... la cosa es esta.. hay por lo menos 2 digimon aparentemente salvajes cerca... así que posiblemente podrías salir herida... si te soy sincero no me gustaría eso, si quieres puedes esconderte o ir a otra parte, yo me encargare de eliminar esos estorbos... - Le dijo mientras la soltó y le dio la espalda para salir corriendo en busca de los digimon que salían en su mapa. - TRATARE DE VOLVERTE A ENCONTRAR!!!- Grito mientras corría ya a cierta distancia de la chica,su condición física era excelente, su resistencia parecía casi sobre humana, pues corría sin parecer cansado y a una gran velocidad, una velocidad que se desarrolla con el pasar del tiempo en practicas de distintas disciplinas deportivas.
Mizuki paso corriendo a un lado de Alanna con una velocidad aun mayor a la de su tamer, pareciera darse prisa para alcanzar a Kagura, sin embargo, se dio el lujo de alzar a falda de Alanna como una pequeña travesura de tal manera en que se alcanzara a ver un poco su ropa intima, afortunadamente para ella, Kagura ya no estaba ahí para ver ese momento donde posiblemente pasara por un poco de vergüenza, le habia alzado la falda a Alanna con la rafa de viento que habia creado al correr aprisa. No paso mucho tiempo antes de que Mizuki alcanzara a Kagura. -Amo... hay dos... - Fue interrumpida por su tamer. - Lo se Mizuki... dos salvajes por esta zona, vamos a encontrarlos y acabarlos como lo hemos hecho con el resto, así te volverás mas fuerte y estaremos preparados para enfrentar cualquier amenaza.- Kagura seguía con un rostro serio, con una mirada que muy pocos pudieran ver en el alguna vez, pues reflejaba en parte sus ansias de acabar con todo lo que le arruinaba sus motivos para sonreír.
Muchos hubieran interpretado mal las acciones de Kagura al besar a una chica y luego abandonarla en un lugar oscuro y tétrico, pero en realidad el se preocupaba mucho por ella, ya habia tenido malas experiencias antes, situaciones donde todos aquellos a su alrededor, todos sus seres queridos, son heridos debido a lo que pasa constantemente en su vida, muchas veces Kagura se considero un emisario de la mala suerte, infortunio o la desgracia,después de todo eso era para sus padres, una desgracia, un muñeco con defectos que nunca debió haber sido aceptado, la deshonra para su familia. Él simplemente ya no quería que los demás salieran lastimados o les ocurriera algo mucho peor por su culpa, simplemente no le gustaría tener una carga mas en sus hombros, por ello decidió abandonarla ahí, con la promesa de ir de nuevo en su búsqueda, aun si tuviera que escuchar los reclamos de la chica, el solo quería su seguridad.
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :255Ficha :Nivel On Rol :PerfectNivel On Rol de los Digi Aliados :Kiseki: ChampionIcono :Rango y Unidad :Kagura Tenshi
Rango: Soldado
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: East Blue Dragon
Renamon (Mizuki)
Rango: Soldado
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: East Blue DragonInventario :
Kagura Tenshi
Re: Fire {Kagura}
¿Salvaje? ¿a qué se refería con eso? le sonaba haber odio hablar de ellos en alguna red de comunicación del mundo digital, pero no se había interesado demasiado, recordaba algunos detalles de un comunicado, lo había mirado por encima, entre broncas de Cat y ediciones de fotografía, sabía que eran digimons descontrolados que habían escapado del digimundo de algún modo, y aparecían en ese, dedicándose a destruir todo lo que tenían a su paso, sabía que en el artículo los había tachado de monstruos, peligro y otros sinónimos no mucho más alagüeños. En ese momento Alanna había pensado que tl vez, sencillamente tenían miedo, ella sabía lo que era esar en un lugar desconocido, solo y asustado, volverse agresivo no sería tan raro, ella se había encerrado, pero no todo el mundo actuaba de igual manera.
Miró su dispositivo, Cat, con aire nervioso, le devolvió una mirada significativa que no necesitaba palabras para entenderse, quería luchar, entrar en batalla, pero tenía tanto miedo que prefería no hacer nada, no estaba dispuesta a, por nada del mundo prestarle su poder. Alanna le devolvió una mirada triste, ni con toda la ciudad en peligro sería capaz de confiar en ella. Apartó su mirada apretando el dispositivo con los dientes apretados tras unos labios de expresión dolida. ¿Tan poca confianza inspiraba como para eso? Suspiró dispuesta a hablar, a convencer a gatomon, pero una nueva sacudida la obligó a sostenerse del brazo de Kagura, que miraba ansioso su digivice y las cartas que le había comentado.
Unas chispas seguidas de una niebla profunda y espesa apagaron las luces, el sonido y el movimiento del tiovivo, mientras los tacones de Alanna la hacían tambalearse sobre sus piernas. Estar allí era peligroso, si hubiera un cortocircuito grande podría provocarse un incendio. Tomó agradecida la mano que le tendió el chico de pelo de plata, bajando de la atracción a esa niebla húmeda que se le colaba en los huesos y parecía poder cortarse con un dedo, mientras, a unos metros, dos sombras altas se veía acercarse por el parque. Se giró a mirar a Kagura, y asintió a su pregunta, estaba bien, pero quería luchar, hacer algo, aunque no contase con la ayuda de Cat.
Suspiró apretando su digivice, notaba un ligero pinchazo en el tobillo izquierdo, parecía que se lo había torcido en uno de esos movimientos bruscos del tiovivo. Alzó la cabeza al oir la explicación de lo que parecía suceder, e intentó negar con la cabeza y decir que ella ayudaría, cuando Kagura salió corriendo sin dejárle meter baza. Suspiró quedándose plantada, indecisa. Tenía miedo de molestarlo si acudía a ayudar, parecía tan seguro de ocuparse solo, pero no estaba solo, ni quería dejar que se enfrentase a dos enemigos por su cuenta, podría ser peligroso, y si por el miedo de su digimon o su desconfianza en ella otra persona salía herida, no se lo perdonaría jamás.
Sintió el viento frío alzarle la falda, y soltó un ligero chillido sorprendido mientras intentaba mantenerla baja con sus dos brazos, el frío se le coló hasta la espalda haciéndola temblar, y, al abrir los ojos y alzar la vista, vio a Mizuki, el digimon de Kagura, sonreir con cierta malicia. Suspiró y se decidió. Se agachó desatando las tiras que subían hasta su muslo desde el zapato y las dejó caer al suelo, bajó de sus tacones y rompió la falda del vestido, acortándola, para conseguir más libertad de movimiento. Asintió para si, mirándose el tobillo del pie descubierto, parecía algo inflado, pero mientras estuviera en movimiento, no sentiría el dolor.
- Alanna, ¿dónde vas? ¿qué haces?- preguntó Gatomon, alterada.
- Voy a ayudar, quieras colaborar conmigo, o no.- dijo comenzando a correr, sintiendo los pinchazos del tobillo y el frío en las piernas.
- Pero, ¿estás tonta? ¿qué vas a hacer tu sola?- le recrimino la gata malhumorada.
Tenía razón, ¿qué podía hacer ella, que ni siquiera podía cuidar de si misma? probablemente, poco, pero no pensaba quedarse de manos cruzadas, dejar que, nuevamente, como cuando era niña, el miedo le impidiera actuar, no iba a permitir que la impotencia la venciera ni que la dejasen atrás. Por poco que pudiera hacer, menos era nada, y por muchas trabaCat quisiera ponerle, por mucho que el miedo la quisiera paralizar, no iba a detenerse, no mientras pudiera ayudar a una buena persona que le había prometido buscarla, no mientras pudiera defender a la ciudad que la había acogido en su huida. No podía sostener el peso del mundo sobre sus manos, pero podía ayudar a quienes parecía que querían hacerlo. Solo era una chiquilla que acababa de empezar a andar, pero le daba igual mientras sus pasos sirvieran de algo.
- Ayudar, que tu seas una cobarde no implica que yo deba serlo.- le recriminó.- se que no soy lo que esperabas ni querías, pero no pienso dejar que tu estupidez e infantilismo le cueste la vida a nadie, madura, acepta lo que se te ofrece y aprovechalo, deja de llorar, porque no eres la unica que ha sufrido, pero solo tu escoges superarlo o que te supere.- le soltó, enfadada mientras la carrera adormecía el dolor de su tobillo.
No supo nunca que se le pasó en ese momento a Cat por la cabeza. Pero alguno de sus datos, o circuitos debió hacer click, porque mientras llegaba a vislumbrar a Kagura y a su Digimon, Alanna sintió un tirón en el cuerpo y un cosquilleo en las manos. Detuvo su avance, mirándo los datos que rodeaban su diestra con incredulidad, respiró hondo y lo escaneó en silencio. El calor le subió hasta la reiz del cabello y comenzó a sentir como su cuerpo se empequeñecía, y desaparecía su ropa. Cuando quiso darse cuenta, era ya una gatomon de color blanco impoluto, suaves orejas, una cola con un anillo dorado y unos guantes rosados en las manos.
"Lo logramos" pensó."Si, pero no cantes victoria, vamos a por ellos" respondió Cat en su mente, haciéndola alzar la cabeza hacia sus enemigos. Con una sonrisa seria y el silencio por bandera, comenzó a correr nuevamente, con más velocidad que antes, sin el dolor en el tobillo y el entusiasmo recorriéndole las venas. Por primera vez en su vida se habían puesto de acuerdo, por primera vez en su vida, habían logrado transformarse. Los recuerdos de Gatomon le corrían por la cabeza, una guerra santa, su estancia en Digital inc, tanques llenos de liquido y cables enredados en su cuerpo, si ella veía eso, Gatomon debía estar viendo también sus recuerdos, pero más tarde habría tiempo para pensarlo, en ese momento, era tiempo de presentar batalla.
- No creas que me puedes dejar atrás.- sonrió desde su baja estatura al llegar junto a Kagura.
Miró su dispositivo, Cat, con aire nervioso, le devolvió una mirada significativa que no necesitaba palabras para entenderse, quería luchar, entrar en batalla, pero tenía tanto miedo que prefería no hacer nada, no estaba dispuesta a, por nada del mundo prestarle su poder. Alanna le devolvió una mirada triste, ni con toda la ciudad en peligro sería capaz de confiar en ella. Apartó su mirada apretando el dispositivo con los dientes apretados tras unos labios de expresión dolida. ¿Tan poca confianza inspiraba como para eso? Suspiró dispuesta a hablar, a convencer a gatomon, pero una nueva sacudida la obligó a sostenerse del brazo de Kagura, que miraba ansioso su digivice y las cartas que le había comentado.
Unas chispas seguidas de una niebla profunda y espesa apagaron las luces, el sonido y el movimiento del tiovivo, mientras los tacones de Alanna la hacían tambalearse sobre sus piernas. Estar allí era peligroso, si hubiera un cortocircuito grande podría provocarse un incendio. Tomó agradecida la mano que le tendió el chico de pelo de plata, bajando de la atracción a esa niebla húmeda que se le colaba en los huesos y parecía poder cortarse con un dedo, mientras, a unos metros, dos sombras altas se veía acercarse por el parque. Se giró a mirar a Kagura, y asintió a su pregunta, estaba bien, pero quería luchar, hacer algo, aunque no contase con la ayuda de Cat.
Suspiró apretando su digivice, notaba un ligero pinchazo en el tobillo izquierdo, parecía que se lo había torcido en uno de esos movimientos bruscos del tiovivo. Alzó la cabeza al oir la explicación de lo que parecía suceder, e intentó negar con la cabeza y decir que ella ayudaría, cuando Kagura salió corriendo sin dejárle meter baza. Suspiró quedándose plantada, indecisa. Tenía miedo de molestarlo si acudía a ayudar, parecía tan seguro de ocuparse solo, pero no estaba solo, ni quería dejar que se enfrentase a dos enemigos por su cuenta, podría ser peligroso, y si por el miedo de su digimon o su desconfianza en ella otra persona salía herida, no se lo perdonaría jamás.
Sintió el viento frío alzarle la falda, y soltó un ligero chillido sorprendido mientras intentaba mantenerla baja con sus dos brazos, el frío se le coló hasta la espalda haciéndola temblar, y, al abrir los ojos y alzar la vista, vio a Mizuki, el digimon de Kagura, sonreir con cierta malicia. Suspiró y se decidió. Se agachó desatando las tiras que subían hasta su muslo desde el zapato y las dejó caer al suelo, bajó de sus tacones y rompió la falda del vestido, acortándola, para conseguir más libertad de movimiento. Asintió para si, mirándose el tobillo del pie descubierto, parecía algo inflado, pero mientras estuviera en movimiento, no sentiría el dolor.
- Alanna, ¿dónde vas? ¿qué haces?- preguntó Gatomon, alterada.
- Voy a ayudar, quieras colaborar conmigo, o no.- dijo comenzando a correr, sintiendo los pinchazos del tobillo y el frío en las piernas.
- Pero, ¿estás tonta? ¿qué vas a hacer tu sola?- le recrimino la gata malhumorada.
Tenía razón, ¿qué podía hacer ella, que ni siquiera podía cuidar de si misma? probablemente, poco, pero no pensaba quedarse de manos cruzadas, dejar que, nuevamente, como cuando era niña, el miedo le impidiera actuar, no iba a permitir que la impotencia la venciera ni que la dejasen atrás. Por poco que pudiera hacer, menos era nada, y por muchas trabaCat quisiera ponerle, por mucho que el miedo la quisiera paralizar, no iba a detenerse, no mientras pudiera ayudar a una buena persona que le había prometido buscarla, no mientras pudiera defender a la ciudad que la había acogido en su huida. No podía sostener el peso del mundo sobre sus manos, pero podía ayudar a quienes parecía que querían hacerlo. Solo era una chiquilla que acababa de empezar a andar, pero le daba igual mientras sus pasos sirvieran de algo.
- Ayudar, que tu seas una cobarde no implica que yo deba serlo.- le recriminó.- se que no soy lo que esperabas ni querías, pero no pienso dejar que tu estupidez e infantilismo le cueste la vida a nadie, madura, acepta lo que se te ofrece y aprovechalo, deja de llorar, porque no eres la unica que ha sufrido, pero solo tu escoges superarlo o que te supere.- le soltó, enfadada mientras la carrera adormecía el dolor de su tobillo.
No supo nunca que se le pasó en ese momento a Cat por la cabeza. Pero alguno de sus datos, o circuitos debió hacer click, porque mientras llegaba a vislumbrar a Kagura y a su Digimon, Alanna sintió un tirón en el cuerpo y un cosquilleo en las manos. Detuvo su avance, mirándo los datos que rodeaban su diestra con incredulidad, respiró hondo y lo escaneó en silencio. El calor le subió hasta la reiz del cabello y comenzó a sentir como su cuerpo se empequeñecía, y desaparecía su ropa. Cuando quiso darse cuenta, era ya una gatomon de color blanco impoluto, suaves orejas, una cola con un anillo dorado y unos guantes rosados en las manos.
"Lo logramos" pensó."Si, pero no cantes victoria, vamos a por ellos" respondió Cat en su mente, haciéndola alzar la cabeza hacia sus enemigos. Con una sonrisa seria y el silencio por bandera, comenzó a correr nuevamente, con más velocidad que antes, sin el dolor en el tobillo y el entusiasmo recorriéndole las venas. Por primera vez en su vida se habían puesto de acuerdo, por primera vez en su vida, habían logrado transformarse. Los recuerdos de Gatomon le corrían por la cabeza, una guerra santa, su estancia en Digital inc, tanques llenos de liquido y cables enredados en su cuerpo, si ella veía eso, Gatomon debía estar viendo también sus recuerdos, pero más tarde habría tiempo para pensarlo, en ese momento, era tiempo de presentar batalla.
- No creas que me puedes dejar atrás.- sonrió desde su baja estatura al llegar junto a Kagura.
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :41Ficha :Cronologia :Nivel On Rol :Rookie Spirit
Alanna Tale
Re: Fire {Kagura}
Había llegado a la zona en la cual indicaba el mapa de su dispositivo, era cercano al parque al cual Alanna lo habia llevado, Kagura se acerco con cuidado con la esperanza de dar el primer ataque, Mizuki se coloco junto a el esperando alguna orden o una señal de los digimon, escucho un extraño ruido volteo a tras creyendo que lo atacaría un digimon, alcanzo a ver un destello intenso, fue entonces cuando se dio cuenta que provenía del lugar donde habia dejado a Alanna, por un momento pensó que algo le pudo haber ocurrido pero no escucho ni un grito, se quedo observando hasta visualizar un pequeño Gatomon. -Alanna?... -no se podía creer que la chica con la cual habia bailado antes se habia transformado en una pequeña gatita color blanca, Mizuki observo a Alanna y con una simple seña le hizo burla a su altura en silencio mientras estaba a espaldas de su tamer para que este no le regañara.
El momento fue un tanto cómico, hasta que el dispositivo de Kagura volvió a sonar señalando 2 enormes puntos rojos en la zona donde se encontraban, al menos eso mostraba la proyección holografía, por un momento Kagura pensó que su dispositivo se descompuso y le dio una pequeña sacudida, pues los puntos estaban justo donde se supone que ellos estaban, momentos antes de que Kagura soltara una maldición de su boca por no entender que pasaba con el aparato, se volvió a sentir otro temblor esta vez fue lo suficientemente fuerte como para derrumbar unos cuantos edificios viejos, abandonados y deteriorados que estaban en el lugar, el derrumbe ocasiono que disminuyera la visión, entre polvo de escombros y niebla espesa.
Kagura volvió a observar su dispositivo,los puntos rojos aun estaban ahí, prosiguió a buscarlos junto a Mizuki hasta que hubo aparentemente una replica, el temblor tuvo la fuerza suficiente como para derrumbar el edificio cercano a Alanna y Kagura. El chico al escuchar el derrumbe, no le quedo de otra mas que tomar una de las manos/patas delanteras de Alanna y mantenerla cerca, afortunadamente el edificio, hecho añicos por del derrumbe, no los aplasto, aun que Kagura quedo herido por un trozo de escombro que le golpeo tanto espalda y parte de la cabeza provocando una herida sangrante al tratar de proteger a Alanna, abrazándola y cubriéndola con su cuerpo, Kagura era cociente de que Alanna era un digimon, pero actuó por instinto, él no la veía como un digimon, él la veía como la chica dulce a la que habia conocido, cierto era que Kagura podría llegar a ser algo estúpido y algo cabeza hueca, pero el simplemente no soporta ver heridos a quienes quiere y el definitivamente la quería a ella.
Mizuki por otra parte no tuvo de otra mas que alejarse, no le habia dado tiempo suficiente como para acercarse y sacar a ambos de la trayectoria del edificio, simplemente evadió por instinto pensando que Kagura haría lo mismo y no cometería la estupidez de quedarse parado en el lugar, desesperada sacar a su tamer atrapado entre los escombros del edificio junto a la "chica gato", se acerco y retiro piedra por piedra lo que podía, estaba segura de que el estaba ahí, podía sentirlo, su conexión era fuerte.
¿Estas bien?. - Por la frente del chico de pelo plateado corría un rojo carmesí que manchaba el hermoso color plata de un mechón de su pelo, seguía recorriendo su rostro y terminaba en su barbilla, en una gota que caía al suelo. Tenían un edificio en sobre ellos y él aun así se preocupaba por que la chica no fuera dañada, era fácil ver que él se preocupaba mas por ella que por su estado actual, en verdad esta vez se descuido. Con el fino traje de etiqueta arruinado por completo, desgarres en la tela por todas partes, manchada de polvo sangre y una que otra cortada por vidrios rotos. era una gran fortuna que pudieran seguir vivos aun que eso no mejoraba la situación de que estuvieran atrapados.el espacio era suficiente como para moverse, pero no tanto como buscar una salida, el lugar les quedo como un domo de escombro, vidrio y varios objetos personales dejados atrás por sus antiguos dueños.
Afortunadamente el aire se filtraba por los escombros, lo cual indicaba que no morirían asfixiados, pero también indicaba que la estructura podría desmoronarse en cualquier momento y quedar aplastados por el montón de pertenencias, roca, vidrios y todo de lo que estaba compuesto el edificio. Tenían que buscar la forma de salir del lugar sin que se les viniera todo abajo, nuevamente el dispositivo sonó anunciando que se acercaban los 2 puntos rojos, el rostro de Kagura fue de preocupación, si habia otro temblor podrían morir aplastados.
Las preocupaciones se volvieron realidad, hubo otro temblor y mientras la sacudida provocaba que pequeños trozos de escombro cayesen del techo que cubría a la pareja, se escucho el crujir del suelo, una enorme grieta se abrió poco a poco y tanto Kagura como Alanna cayeron en el, se salvaron de ser aplastados pero su caída los llevo al subterráneo, una vieja vía que no se usa desde hace mucho pero mucho tiempo. Ambos cayeron en medio de las vías inactivas, y así como el temblor habia abierto la grieta donde cayeron, fue el mismo temblor quien la cerro, literalmente parecía como si la tierra se los hubiera comido.
Mizuki habia sentido el temblor y escucho los gritos de su tamer, apresuro sus movimientos en retirar algunos escombros abriendo un agujero donde apenas y alcanzo a ver como su tamer y la "chica gato" caían por un hueco en la tierra, trato de agradar el huevo para ir con ellos, pero no pudo lograrlo. Decidió continuar su camino buscando a su tamer en el único lugar donde sabia que estaba bajo la tierra en el mundo humano, el subterráneo.
Kagura se puso de piel aun malherido, el lugar esa sumamente oscuro, pues estaba bajo tierra, era una estación muy antigua, inactiva, llena de telarañas y huesos de aparentemente las Ratas que habitaban ahí, Kagura a penas e iluminaba el camino con la luz de la pantalla de su digivice, se libraron de una trampa para caer en un laberinto oscuro, húmedo y posiblemente con 2 enormes digimon persiguiéndolos, definitivamente esto era cada vez mas parecida a una historia de terror y el silencio de Kagura no ayudaba, solo reflejaba la preocupación que sentía.
El momento fue un tanto cómico, hasta que el dispositivo de Kagura volvió a sonar señalando 2 enormes puntos rojos en la zona donde se encontraban, al menos eso mostraba la proyección holografía, por un momento Kagura pensó que su dispositivo se descompuso y le dio una pequeña sacudida, pues los puntos estaban justo donde se supone que ellos estaban, momentos antes de que Kagura soltara una maldición de su boca por no entender que pasaba con el aparato, se volvió a sentir otro temblor esta vez fue lo suficientemente fuerte como para derrumbar unos cuantos edificios viejos, abandonados y deteriorados que estaban en el lugar, el derrumbe ocasiono que disminuyera la visión, entre polvo de escombros y niebla espesa.
Kagura volvió a observar su dispositivo,los puntos rojos aun estaban ahí, prosiguió a buscarlos junto a Mizuki hasta que hubo aparentemente una replica, el temblor tuvo la fuerza suficiente como para derrumbar el edificio cercano a Alanna y Kagura. El chico al escuchar el derrumbe, no le quedo de otra mas que tomar una de las manos/patas delanteras de Alanna y mantenerla cerca, afortunadamente el edificio, hecho añicos por del derrumbe, no los aplasto, aun que Kagura quedo herido por un trozo de escombro que le golpeo tanto espalda y parte de la cabeza provocando una herida sangrante al tratar de proteger a Alanna, abrazándola y cubriéndola con su cuerpo, Kagura era cociente de que Alanna era un digimon, pero actuó por instinto, él no la veía como un digimon, él la veía como la chica dulce a la que habia conocido, cierto era que Kagura podría llegar a ser algo estúpido y algo cabeza hueca, pero el simplemente no soporta ver heridos a quienes quiere y el definitivamente la quería a ella.
Mizuki por otra parte no tuvo de otra mas que alejarse, no le habia dado tiempo suficiente como para acercarse y sacar a ambos de la trayectoria del edificio, simplemente evadió por instinto pensando que Kagura haría lo mismo y no cometería la estupidez de quedarse parado en el lugar, desesperada sacar a su tamer atrapado entre los escombros del edificio junto a la "chica gato", se acerco y retiro piedra por piedra lo que podía, estaba segura de que el estaba ahí, podía sentirlo, su conexión era fuerte.
¿Estas bien?. - Por la frente del chico de pelo plateado corría un rojo carmesí que manchaba el hermoso color plata de un mechón de su pelo, seguía recorriendo su rostro y terminaba en su barbilla, en una gota que caía al suelo. Tenían un edificio en sobre ellos y él aun así se preocupaba por que la chica no fuera dañada, era fácil ver que él se preocupaba mas por ella que por su estado actual, en verdad esta vez se descuido. Con el fino traje de etiqueta arruinado por completo, desgarres en la tela por todas partes, manchada de polvo sangre y una que otra cortada por vidrios rotos. era una gran fortuna que pudieran seguir vivos aun que eso no mejoraba la situación de que estuvieran atrapados.el espacio era suficiente como para moverse, pero no tanto como buscar una salida, el lugar les quedo como un domo de escombro, vidrio y varios objetos personales dejados atrás por sus antiguos dueños.
Afortunadamente el aire se filtraba por los escombros, lo cual indicaba que no morirían asfixiados, pero también indicaba que la estructura podría desmoronarse en cualquier momento y quedar aplastados por el montón de pertenencias, roca, vidrios y todo de lo que estaba compuesto el edificio. Tenían que buscar la forma de salir del lugar sin que se les viniera todo abajo, nuevamente el dispositivo sonó anunciando que se acercaban los 2 puntos rojos, el rostro de Kagura fue de preocupación, si habia otro temblor podrían morir aplastados.
Las preocupaciones se volvieron realidad, hubo otro temblor y mientras la sacudida provocaba que pequeños trozos de escombro cayesen del techo que cubría a la pareja, se escucho el crujir del suelo, una enorme grieta se abrió poco a poco y tanto Kagura como Alanna cayeron en el, se salvaron de ser aplastados pero su caída los llevo al subterráneo, una vieja vía que no se usa desde hace mucho pero mucho tiempo. Ambos cayeron en medio de las vías inactivas, y así como el temblor habia abierto la grieta donde cayeron, fue el mismo temblor quien la cerro, literalmente parecía como si la tierra se los hubiera comido.
Mizuki habia sentido el temblor y escucho los gritos de su tamer, apresuro sus movimientos en retirar algunos escombros abriendo un agujero donde apenas y alcanzo a ver como su tamer y la "chica gato" caían por un hueco en la tierra, trato de agradar el huevo para ir con ellos, pero no pudo lograrlo. Decidió continuar su camino buscando a su tamer en el único lugar donde sabia que estaba bajo la tierra en el mundo humano, el subterráneo.
Kagura se puso de piel aun malherido, el lugar esa sumamente oscuro, pues estaba bajo tierra, era una estación muy antigua, inactiva, llena de telarañas y huesos de aparentemente las Ratas que habitaban ahí, Kagura a penas e iluminaba el camino con la luz de la pantalla de su digivice, se libraron de una trampa para caer en un laberinto oscuro, húmedo y posiblemente con 2 enormes digimon persiguiéndolos, definitivamente esto era cada vez mas parecida a una historia de terror y el silencio de Kagura no ayudaba, solo reflejaba la preocupación que sentía.
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :255Ficha :Nivel On Rol :PerfectNivel On Rol de los Digi Aliados :Kiseki: ChampionIcono :Rango y Unidad :Kagura Tenshi
Rango: Soldado
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: East Blue Dragon
Renamon (Mizuki)
Rango: Soldado
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: East Blue DragonInventario :
Kagura Tenshi
Re: Fire {Kagura}
Rodó los ojos, ignorando la burla de Mizuki y se centró en el momento, intentando buscar a los digimon que estaban causando los problemas. El digivice de Kagura volvió a brillar, mostrando un holograma de la zona, con dos puntos rojos donde debían encontrarse los Digimon. No era posible que estuvieran tan cerca, los deberían ver, pero para nada, no había siquiera una sombra, en cambio, los temblores se hacían más fuertes a cada momento.
Junto a ellos, un edificio abandonado se tambaleaba peligrosamente, los árboles se bamboleaban y el suelo crujía, hasta que escuchó un crack a su derecha, sintió un golpe en un costado y unos brazos que rodeaban su diminuto cuerpo mientras el edificio a su lado se caía sobre ellos. Mantuvo la boca y los ojos cerrados mientras sus garras, retraídas, se agarraban al cuerpo de Kagura que, sobre ella, recibía la caída de todos los fragmentos y escombros. Abrió los ojos cuando pensó que todo había pasado, no sentía tener rasguño alguno. Habían quedado enredados en un hueco de aire, para su suerte.
Alzó la mirada hacia el rostro de Kagura, que tenía la frente y un ojo cubierto de sangre, se la limpió con su mano, o lo que fuera, enguantada, pero pronto volvió a cubrirsele. ¿Por qué? ¿Por qué la había apartado? Estaba en forma de Digimon, no le habría pasado nada, no habría corrido peligro. Había sido un idiota, tendría que haberse apartado solo, era tan pequeña que no habría tenido problemas para salir, incluso en ese momento, podía ver un hueco por el que cabía, pero él, no, no iba a dejarlo solo. Si tan solo pudiera comunicarse con Mizuki, esa Digimon parecía dispuesta a hacer lo que fuera por su Tamer, estaba segura de que lo habría apartado cuando se desmoronó el edificio, si tan solo él no se hubiera movido para sacarla de allí, para cubrirla, él estaría bien.
Un nuevo temblor hizo que los escombros temblaran, un pitido hizo palidecer a Kagura y el suelo, que se abrió bajo su espalda, la hizo lanzar un grito asustado. Cayó de pie, como buen gato, y se apresuró en acercarse al chico de mechones plateados, preocupada. El silencio que inundaba el lugar, era tan fuerte que la hacía ensordecer, y su preocupación no ayudaba. Estaba demasiado oscuro, tenía miedo, un miedo tan fuerte que la ahogaba. Suspiró y tragó saliva, empujando a Kagura para que se sentase en el escalón que separaba las viejas vías del andén, la luz de su dispositivo mostraba la preocupación de la cara del chico, y de la gata.
Dentro de la mente de la gatomon, había una pequeña lucha interna.”Cat, ¿qué hago? Eres muy pequeña no puedo taponarle la herida.” pensó nerviosa y preocupada. “Calma Alanna, está bien” Le contestó Cat con frialdad. “No, no lo está, está sangrando, devuélveme mi cuerpo” le pidió. “No puedo, si vienen los digimon será peligros...”intentó protestar. “¡Devuélveme mi cuerpo Cat!” pidió nerviosa. “No, no tendrías que confiar tanto en él, ¿y si es todo una treta?” replicó ella. “Él ha confiado en mi, nos ha salvado y tiene menos razones que yo para confiar ¡Devuélveme mi cuerpo!” exigió con los ojos encharcados.
No tardó en notar como su cuerpo volvía a crecer, su ropa volvía a cubrirla y una lagrimilla le resbalaba por la mejilla. Rompió parte de su vestido, que le llegaba en ese momento hasta las rodillas, dejándolo algo por encima de estas, y, haciendo una especie de trapo, presionó la pequeña brecha que se había hecho el chico al protegerla del derrumbe. Ella, casi ilesa, solo con el tobillo algo torcido, se acercó despacio y dios suaves golpes intentando limpiar la sangre del rostro de Kagura.
- ¿Por qué lo has hecho?- preguntó con voz suave, algo enfadada.- No me conoces, deberías preocuparte más por tí mismo, no deberías haberte arriesgado tanto por alguien a quien acabas de conocer, te has herido, además, yo estaba en forma de Gatomon, no tendrías que haberme protegido, estaba bien...- aseguró regañándole un poco- y encima no me preguntes como estoy... eres tu quien ha salido herido.- le volvió a regañar con suavidad.-¿te duele mucho?- le preguntó con preocupación genuina, dando ligeros toques, aun retirándo la sangre de su cara, mientras con la otra mano tapaba la herida..- ¿dónde más te has hecho daño?- se acercó a mirarle la brecha, que no parecía demasiado grande. Suspiró recuperando parte de su calma.- parece que cerrará sola...- murmuró aliviada, ella, mejor que nadie, sabía de heridas, de como cerraban, de si dejarían o no marca, de si sería necesario que interviniera un médico o bastaba con limpiarlo, las palizas que su madre le había dado de niña le habían valido, al menos, para aprender eso.- Gracias.- dijo por fin, más tranquila.- por salvarme.- se explicó.
- Alanna.- la llamó Cat desde el Digivice, poco desupués que el silencio siguiera a su frase.- Alanna, está cerca.- advirtió.
- ¿Quién?- le preguntó alzando el digivice.
- Yo.- respondió misteriosa, mirando hacia el lugar del que provenían los temblores.- estoy dentro de uno de ellos, tienen mi data.- le explicó.- Vuelve a transformarte, corre, no tardarán en llegar, los noto acercarse, estoy cerca.- Alanna asintió dando un apretón a la mano de Kagura y le plantó un beso suave en la mejilla.
- Me has protegido, ahora es mi turno.- murmuró suavemente en su oído alejándose rozándole la mejilla con los labios. Le regaló una sonrisa diminuta antes de alejarse corriendo, dispuesta a devolver la preocupción que él le había demostrado.
Corrió hacia las vías y volvió a cubrir su mano con los datos escaneándolos y adquiriendo, nuevamente, el cuerpo de gatomon. “Un tajo” le dijo la voz de Cat, “solo necesitas hacerle un corte y mi data saldrá como si fuéramos un imán, podré digievolucionar” Alanna asintió en silencio y se lanzó a la oscuridad. Tenía que proteger a Kagura.
Junto a ellos, un edificio abandonado se tambaleaba peligrosamente, los árboles se bamboleaban y el suelo crujía, hasta que escuchó un crack a su derecha, sintió un golpe en un costado y unos brazos que rodeaban su diminuto cuerpo mientras el edificio a su lado se caía sobre ellos. Mantuvo la boca y los ojos cerrados mientras sus garras, retraídas, se agarraban al cuerpo de Kagura que, sobre ella, recibía la caída de todos los fragmentos y escombros. Abrió los ojos cuando pensó que todo había pasado, no sentía tener rasguño alguno. Habían quedado enredados en un hueco de aire, para su suerte.
Alzó la mirada hacia el rostro de Kagura, que tenía la frente y un ojo cubierto de sangre, se la limpió con su mano, o lo que fuera, enguantada, pero pronto volvió a cubrirsele. ¿Por qué? ¿Por qué la había apartado? Estaba en forma de Digimon, no le habría pasado nada, no habría corrido peligro. Había sido un idiota, tendría que haberse apartado solo, era tan pequeña que no habría tenido problemas para salir, incluso en ese momento, podía ver un hueco por el que cabía, pero él, no, no iba a dejarlo solo. Si tan solo pudiera comunicarse con Mizuki, esa Digimon parecía dispuesta a hacer lo que fuera por su Tamer, estaba segura de que lo habría apartado cuando se desmoronó el edificio, si tan solo él no se hubiera movido para sacarla de allí, para cubrirla, él estaría bien.
Un nuevo temblor hizo que los escombros temblaran, un pitido hizo palidecer a Kagura y el suelo, que se abrió bajo su espalda, la hizo lanzar un grito asustado. Cayó de pie, como buen gato, y se apresuró en acercarse al chico de mechones plateados, preocupada. El silencio que inundaba el lugar, era tan fuerte que la hacía ensordecer, y su preocupación no ayudaba. Estaba demasiado oscuro, tenía miedo, un miedo tan fuerte que la ahogaba. Suspiró y tragó saliva, empujando a Kagura para que se sentase en el escalón que separaba las viejas vías del andén, la luz de su dispositivo mostraba la preocupación de la cara del chico, y de la gata.
Dentro de la mente de la gatomon, había una pequeña lucha interna.”Cat, ¿qué hago? Eres muy pequeña no puedo taponarle la herida.” pensó nerviosa y preocupada. “Calma Alanna, está bien” Le contestó Cat con frialdad. “No, no lo está, está sangrando, devuélveme mi cuerpo” le pidió. “No puedo, si vienen los digimon será peligros...”intentó protestar. “¡Devuélveme mi cuerpo Cat!” pidió nerviosa. “No, no tendrías que confiar tanto en él, ¿y si es todo una treta?” replicó ella. “Él ha confiado en mi, nos ha salvado y tiene menos razones que yo para confiar ¡Devuélveme mi cuerpo!” exigió con los ojos encharcados.
No tardó en notar como su cuerpo volvía a crecer, su ropa volvía a cubrirla y una lagrimilla le resbalaba por la mejilla. Rompió parte de su vestido, que le llegaba en ese momento hasta las rodillas, dejándolo algo por encima de estas, y, haciendo una especie de trapo, presionó la pequeña brecha que se había hecho el chico al protegerla del derrumbe. Ella, casi ilesa, solo con el tobillo algo torcido, se acercó despacio y dios suaves golpes intentando limpiar la sangre del rostro de Kagura.
- ¿Por qué lo has hecho?- preguntó con voz suave, algo enfadada.- No me conoces, deberías preocuparte más por tí mismo, no deberías haberte arriesgado tanto por alguien a quien acabas de conocer, te has herido, además, yo estaba en forma de Gatomon, no tendrías que haberme protegido, estaba bien...- aseguró regañándole un poco- y encima no me preguntes como estoy... eres tu quien ha salido herido.- le volvió a regañar con suavidad.-¿te duele mucho?- le preguntó con preocupación genuina, dando ligeros toques, aun retirándo la sangre de su cara, mientras con la otra mano tapaba la herida..- ¿dónde más te has hecho daño?- se acercó a mirarle la brecha, que no parecía demasiado grande. Suspiró recuperando parte de su calma.- parece que cerrará sola...- murmuró aliviada, ella, mejor que nadie, sabía de heridas, de como cerraban, de si dejarían o no marca, de si sería necesario que interviniera un médico o bastaba con limpiarlo, las palizas que su madre le había dado de niña le habían valido, al menos, para aprender eso.- Gracias.- dijo por fin, más tranquila.- por salvarme.- se explicó.
- Alanna.- la llamó Cat desde el Digivice, poco desupués que el silencio siguiera a su frase.- Alanna, está cerca.- advirtió.
- ¿Quién?- le preguntó alzando el digivice.
- Yo.- respondió misteriosa, mirando hacia el lugar del que provenían los temblores.- estoy dentro de uno de ellos, tienen mi data.- le explicó.- Vuelve a transformarte, corre, no tardarán en llegar, los noto acercarse, estoy cerca.- Alanna asintió dando un apretón a la mano de Kagura y le plantó un beso suave en la mejilla.
- Me has protegido, ahora es mi turno.- murmuró suavemente en su oído alejándose rozándole la mejilla con los labios. Le regaló una sonrisa diminuta antes de alejarse corriendo, dispuesta a devolver la preocupción que él le había demostrado.
Corrió hacia las vías y volvió a cubrir su mano con los datos escaneándolos y adquiriendo, nuevamente, el cuerpo de gatomon. “Un tajo” le dijo la voz de Cat, “solo necesitas hacerle un corte y mi data saldrá como si fuéramos un imán, podré digievolucionar” Alanna asintió en silencio y se lanzó a la oscuridad. Tenía que proteger a Kagura.
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :41Ficha :Cronologia :Nivel On Rol :Rookie Spirit
Alanna Tale
Re: Fire {Kagura}
¿Necesito decirlo en verdad?. - con la poca luz que iluminaba el lugar y que provenía de su dispositivo, la miro a los ojos. - Es cierto... tal vez no te conozca del todo... pero dime que hubieras hecho tu si vieras a alguien en peligro... ¿te le quedarías solamente viendo?, las razones... hay muchas para empezar... como el hecho de que aun que te hayas convertido en un digimon de alguna forma... no quiere decir que no vayas a salir herida o peor...
Bajo la mirada y casi hablo casi en un susurro imperceptible para Alanna. - Simplemente no me gustaría verte herida o lastimada... - Prosiguió con un tono de voz mas elevado para que Alanna pudiera escucharlo. - De acuerdo , lo siento. -habia desviado la mirada con un poco de pena, pues sinceramente lo que él trato de hacer fue salir a tiempo de la trayectoria del edificio, sin embargo no habia reaccionado a tiempo por la falta de visibilidad, aparentemente el subterráneo no fue afectado por la niebla, lo que si es que no se podía ver casi nada debido a la profunda oscuridad.
Kagura se habia sonrojado nuevamente al observar el repentino acercamiento de Alanna, afortunadamente, gracias a la oscuridad del lugar, su enrojecimiento no se notaba mucho, terminando el momento y después de que Alanna diera su diagnostico sobre la herida, se animo a responder su ultima pregunta esperando que no fuera escuchada. - Herido en muchas partes... pero ya me acostumbre. - Asintió ante el agradecimiento de ella y se separo un poco de la chica, el campo de visibilidad era poco, no lograrían llegar lejos usando solo la luz de su dispositivo, tenia que hallar una forma de iluminar el camino. Con ayuda de la poca luz que la pantalla de su digivice le brindaba busco por el suelo algo que le fuera de utilidad, se habia alejado de Alanna un poco como para apenas escuchar su voz.
Kagura habia encontrado algo que le pudiera ser de ayuda, una vieja silla de madera, dos rocas, rocas que reconocía porque forman parte de sus recuerdos, la ida de campamento con su abuelo claro, eran dos piritas, rocas que se podrían usar para encender fuego, pero aun necesitaba algo que pudiera quemar, recordó que su ropa se habia estropeado después de todo, se quito las antes elegantes y finas chaqueta y camisa, quedando con el torso de su cuerpo completamente descubierto, los coloco en forma de muñón en un extremo de una pata rota de la silla de madera y con las rocas creo una chispa que al caer en las finas telas, creo fuego,habia improvisado una antorcha para iluminar el lugar.
A penas y habia regresado al lado de Alanna notando que estaba hablando con la criatura que se resguardaba en el interior de su digivice, curiosamente se acerco a tratar de escuchar hasta que fue sorprendido por la chica, quien le dio un apretón de manos y un beso en la mejilla, no le dejo ni hablar, ella simplemente se marcho corriendo en la oscuridad, Kagura quedo un tanto confundido por su acción pues lo mejor era ir juntos ya que el tenia una fuente de luz para no perderse, decidido a continuar, corrió tras ella siguiéndola sigilosamente, guiado por el sonido de sus pasos.
En otra parte, Mizuki se habia adentrado por medio de la alcantarilla hacia el subterráneo, seguía el aroma de su tamer, tenia la esperanza de encontrarlo antes de toparse con los digimon que causaban todo este caos, pues ella ya no podía detectar su presencia. Mizuki sabia que si se enfrentara sola contra 2 digimon que tuvieran esa clase de poder, estaría en graves problemas. Kagura sin saberlo se habia vuelto la clase de cada victoria en cada batalla que han tenido, es verdad que sola era muy ágil y fuerte, pero eran las tácticas, las estrategias y hasta los planes de Kagura lo que la mantenían sin ningún rasguño, era claro que era lo mas importante que ella tenia, era el verdadero futuro héroe y salvador de su pueblo en el digimundo, la sombra de la guerra aun asechaba sobre el aquel poblado digimon de donde Mizuki provenía.
Kagura continuo siguiendo a Alanna, hasta que hubo otra gran sacudida, se escuchaba ruido de una especie de maquina que era fácil de identificar, claro, era el sonido que un taladro hacia al ir penetrando el concreto, la roca o cualquier solido rocoso, el ruido iba en aumento como si se acercara, de la nada un muro de aquel túnel subterráneo se derrumbo y apareció un enorme digimon, pareciera ser un enorme topo con varios taladros por garras y nariz, aun que su apariencia no pareciera ser de ferocidad, este ataco inmediatamente a Kagura intentando aplastarlo con una de sus enormes patas delanteras, Kagura estando tan solo a unos escasos metros detrás de Alanna, no le quedo de otra mas que tratar de evadir el pisotón, gracias a su agilidad evito ser aplastado, pero resintió las heridas de aquel incidente con el edificio y rodó por el suelo quejándose del dolor.
La antorcha habia quedado tirada en otra parte cercana a la escena donde se encontraba la enorme y agresiva criatura, seguía encendida, iluminando e lugar, fue gracias a su luz que, Kagura lograba evadir los torpes pisotones de aquella bestia, se movía lo mas rápido que podía para burlar cada intento de ser aplastado como insecto, pero era evidente, estaba cansado y como no habia consumido nada antes de la fiesta esperando ir a cenar saliendo de esta, se encontraba ya un poco cansado y débil, el digimon dio un gran pisotón que fallo por poco, pero habia logrado aturdir a Kagura como para dejarlo tirado en el suelo unos momentos, estaba apunto de hacerlo papilla de un solo pisotón.
Al otro extremo del túnel, donde empezaban las nuevas vías que por o general estaban activas y por donde pasaba seguido el metro, se encontraba Mizuki, quien escucho a lo lejos en lo profundo de un túnel olvidado, aquel sonido de taladro, y seguido una especie de pisotones, logro reconocer la voz de su tamer entre quejidos y gritos de dolor, apresuro el paso para llegar a tiempo esperando que no fuera tarde.
Bajo la mirada y casi hablo casi en un susurro imperceptible para Alanna. - Simplemente no me gustaría verte herida o lastimada... - Prosiguió con un tono de voz mas elevado para que Alanna pudiera escucharlo. - De acuerdo , lo siento. -habia desviado la mirada con un poco de pena, pues sinceramente lo que él trato de hacer fue salir a tiempo de la trayectoria del edificio, sin embargo no habia reaccionado a tiempo por la falta de visibilidad, aparentemente el subterráneo no fue afectado por la niebla, lo que si es que no se podía ver casi nada debido a la profunda oscuridad.
Kagura se habia sonrojado nuevamente al observar el repentino acercamiento de Alanna, afortunadamente, gracias a la oscuridad del lugar, su enrojecimiento no se notaba mucho, terminando el momento y después de que Alanna diera su diagnostico sobre la herida, se animo a responder su ultima pregunta esperando que no fuera escuchada. - Herido en muchas partes... pero ya me acostumbre. - Asintió ante el agradecimiento de ella y se separo un poco de la chica, el campo de visibilidad era poco, no lograrían llegar lejos usando solo la luz de su dispositivo, tenia que hallar una forma de iluminar el camino. Con ayuda de la poca luz que la pantalla de su digivice le brindaba busco por el suelo algo que le fuera de utilidad, se habia alejado de Alanna un poco como para apenas escuchar su voz.
Kagura habia encontrado algo que le pudiera ser de ayuda, una vieja silla de madera, dos rocas, rocas que reconocía porque forman parte de sus recuerdos, la ida de campamento con su abuelo claro, eran dos piritas, rocas que se podrían usar para encender fuego, pero aun necesitaba algo que pudiera quemar, recordó que su ropa se habia estropeado después de todo, se quito las antes elegantes y finas chaqueta y camisa, quedando con el torso de su cuerpo completamente descubierto, los coloco en forma de muñón en un extremo de una pata rota de la silla de madera y con las rocas creo una chispa que al caer en las finas telas, creo fuego,habia improvisado una antorcha para iluminar el lugar.
A penas y habia regresado al lado de Alanna notando que estaba hablando con la criatura que se resguardaba en el interior de su digivice, curiosamente se acerco a tratar de escuchar hasta que fue sorprendido por la chica, quien le dio un apretón de manos y un beso en la mejilla, no le dejo ni hablar, ella simplemente se marcho corriendo en la oscuridad, Kagura quedo un tanto confundido por su acción pues lo mejor era ir juntos ya que el tenia una fuente de luz para no perderse, decidido a continuar, corrió tras ella siguiéndola sigilosamente, guiado por el sonido de sus pasos.
En otra parte, Mizuki se habia adentrado por medio de la alcantarilla hacia el subterráneo, seguía el aroma de su tamer, tenia la esperanza de encontrarlo antes de toparse con los digimon que causaban todo este caos, pues ella ya no podía detectar su presencia. Mizuki sabia que si se enfrentara sola contra 2 digimon que tuvieran esa clase de poder, estaría en graves problemas. Kagura sin saberlo se habia vuelto la clase de cada victoria en cada batalla que han tenido, es verdad que sola era muy ágil y fuerte, pero eran las tácticas, las estrategias y hasta los planes de Kagura lo que la mantenían sin ningún rasguño, era claro que era lo mas importante que ella tenia, era el verdadero futuro héroe y salvador de su pueblo en el digimundo, la sombra de la guerra aun asechaba sobre el aquel poblado digimon de donde Mizuki provenía.
Kagura continuo siguiendo a Alanna, hasta que hubo otra gran sacudida, se escuchaba ruido de una especie de maquina que era fácil de identificar, claro, era el sonido que un taladro hacia al ir penetrando el concreto, la roca o cualquier solido rocoso, el ruido iba en aumento como si se acercara, de la nada un muro de aquel túnel subterráneo se derrumbo y apareció un enorme digimon, pareciera ser un enorme topo con varios taladros por garras y nariz, aun que su apariencia no pareciera ser de ferocidad, este ataco inmediatamente a Kagura intentando aplastarlo con una de sus enormes patas delanteras, Kagura estando tan solo a unos escasos metros detrás de Alanna, no le quedo de otra mas que tratar de evadir el pisotón, gracias a su agilidad evito ser aplastado, pero resintió las heridas de aquel incidente con el edificio y rodó por el suelo quejándose del dolor.
La antorcha habia quedado tirada en otra parte cercana a la escena donde se encontraba la enorme y agresiva criatura, seguía encendida, iluminando e lugar, fue gracias a su luz que, Kagura lograba evadir los torpes pisotones de aquella bestia, se movía lo mas rápido que podía para burlar cada intento de ser aplastado como insecto, pero era evidente, estaba cansado y como no habia consumido nada antes de la fiesta esperando ir a cenar saliendo de esta, se encontraba ya un poco cansado y débil, el digimon dio un gran pisotón que fallo por poco, pero habia logrado aturdir a Kagura como para dejarlo tirado en el suelo unos momentos, estaba apunto de hacerlo papilla de un solo pisotón.
Al otro extremo del túnel, donde empezaban las nuevas vías que por o general estaban activas y por donde pasaba seguido el metro, se encontraba Mizuki, quien escucho a lo lejos en lo profundo de un túnel olvidado, aquel sonido de taladro, y seguido una especie de pisotones, logro reconocer la voz de su tamer entre quejidos y gritos de dolor, apresuro el paso para llegar a tiempo esperando que no fuera tarde.
Última edición por KaguraGr el Jue Ene 12, 2017 6:20 am, editado 1 vez
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :255Ficha :Nivel On Rol :PerfectNivel On Rol de los Digi Aliados :Kiseki: ChampionIcono :Rango y Unidad :Kagura Tenshi
Rango: Soldado
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: East Blue Dragon
Renamon (Mizuki)
Rango: Soldado
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: East Blue DragonInventario :
Kagura Tenshi
Re: Fire {Kagura}
La pregunta que él le había hecho seguía rondando en su mente mientras avanzaba a paso rápido, como Gatomon, por el pasillo, a sus espaldas, escuhaba correr a Kagura, quería girarse y detenerlo, él estaba mal herido, no podía permitir que se hiriese más, no por ella. Tragó saliva intentando acelerar el paso, parecía que su regañina lo había molestado, probablemente esa fuera otra de las razones por las que corría tras ella, su confianza debía haber disminuido de forma notable. En ningún momento había querido enfadarle, pero estaba preocupada, si luchaban, temía que fuera a volver a interponerse, que volviera a herirse, y no podía permitir que algo así sucediera de nuevo.
"Deja de pensar esas cosas" le dijo gatomon con voz serena "si quiere entenderlo, que lo haga, si prefiere enfadarse y no ver por qué lo has hecho, es su problema, ahora hay cosas más importantes" decretó. Alanna, no demasiado convencida, asintió y volvió a acelerar el ritmo, dispuesta a interponerse con tal de que él no sufriera más daños. Una nueva sacudida la obligó a detener su carrera, y mirar a su alrededor mientras Kagura la alcanzaba sin demasiado complicación y soltaba lo que parecía una antorcha de sus manos. Miró hacia atrás, esperando poder interponerse entre lo que fuera y Kagura, no estaba allí su Digimon, era él quien necesitaba más protección.
"Alanna" le llamó la atención Cat, al notar que la chica se avergonzaba al haber visto al chico sin camisa. Tenía razón, no era momento de sentir vergüenza, sonrojarse, ni de nada. No podía dejar que su mente se desbocase, no era el momento ni el lugar, y lo fue menos cuando el temblor apareció casi bajo sus pies, dejando salir a un digimon con taladros. La voz de gatomon volvió a resonar "Es Digmon, de elemento tierra, un insecto digimon con armadura, que usa los taladros para atacar." le explicó Cat a Alanna como si fuera una enciclopedia "nos busca, esta siendo atraido por mi data" Alanna tragó saliva entendiendo lo que eso significaba, ese digimon iría a por ellas, como Cat había dicho antes, eran un imán.
Esquivó por poco los pisotones que daba el bicho, que no parecían estar controlados, era como ver a una marioneta intentar moverse mientras el que la manejaa sufría un ataque al corazón, era grande y pesado, pero lento y algo torpe, si tan solo no tuviera esas cosas en las manos, sería sencillo darle un golpe que lo hiciera detenerse, pero no, no era tan sencillo, debían alcanzar su espalda. Mientras corría, intentando deshacerse de la persecución de esa cosa, vio como sus movimientos afectaban, por desgracia, a Kagura, que, malherido, se veía obligado a esquivar los pisotones que el digimon andaba en su busca.
Alanna se detuvo, esperando el siguiente ataque, si seguía esquivando probablemente Kagura volvería a salir herido, ella ya tneía muchas marcas, poco importaban una o dos más en el cuerpo. Cat, previsora como era, aprovechando su diminuta estatura, las hizo moverse, pasando bajo el cuerpo de ese digimon tan lento para llegar a su espalda, y saltar golpeando la armadura con sus garras. Por desgracia, no bastó para abrir una brecha, solo le hizo una magulladura en su coraza. Fue entonces cuando lo vio, al girarse, Digmon empujaba a Kagura, y a punto estaba de rematarlo. No lo pensó, se movió con toda la velocidad de la que disponía y sacó de allí a Kagura, apartándolo de la trayectoria del pie para, al instante, dar un empujón al diguimon que, con una pierna aun en alto, trastabillo llendose al suelo, doblando uno de sus taladros. Volvió junto a Kagura
- ¿Estás bien?- preguntó preocupada. Escuchó el sonido del digimon alzándose y se movió, nuevamente.- Me sigue a mi, tiene data de Cat dentro, lo atraeré, tu descansa, por favor.- le pidió mirándolo a los ojos antes de salir corriendo nuevamente, perseguida por el digimon, seria más fácil plantarle cara si no debía preocuparse porque Kagura saliera más herido.
"Deja de pensar esas cosas" le dijo gatomon con voz serena "si quiere entenderlo, que lo haga, si prefiere enfadarse y no ver por qué lo has hecho, es su problema, ahora hay cosas más importantes" decretó. Alanna, no demasiado convencida, asintió y volvió a acelerar el ritmo, dispuesta a interponerse con tal de que él no sufriera más daños. Una nueva sacudida la obligó a detener su carrera, y mirar a su alrededor mientras Kagura la alcanzaba sin demasiado complicación y soltaba lo que parecía una antorcha de sus manos. Miró hacia atrás, esperando poder interponerse entre lo que fuera y Kagura, no estaba allí su Digimon, era él quien necesitaba más protección.
"Alanna" le llamó la atención Cat, al notar que la chica se avergonzaba al haber visto al chico sin camisa. Tenía razón, no era momento de sentir vergüenza, sonrojarse, ni de nada. No podía dejar que su mente se desbocase, no era el momento ni el lugar, y lo fue menos cuando el temblor apareció casi bajo sus pies, dejando salir a un digimon con taladros. La voz de gatomon volvió a resonar "Es Digmon, de elemento tierra, un insecto digimon con armadura, que usa los taladros para atacar." le explicó Cat a Alanna como si fuera una enciclopedia "nos busca, esta siendo atraido por mi data" Alanna tragó saliva entendiendo lo que eso significaba, ese digimon iría a por ellas, como Cat había dicho antes, eran un imán.
Esquivó por poco los pisotones que daba el bicho, que no parecían estar controlados, era como ver a una marioneta intentar moverse mientras el que la manejaa sufría un ataque al corazón, era grande y pesado, pero lento y algo torpe, si tan solo no tuviera esas cosas en las manos, sería sencillo darle un golpe que lo hiciera detenerse, pero no, no era tan sencillo, debían alcanzar su espalda. Mientras corría, intentando deshacerse de la persecución de esa cosa, vio como sus movimientos afectaban, por desgracia, a Kagura, que, malherido, se veía obligado a esquivar los pisotones que el digimon andaba en su busca.
Alanna se detuvo, esperando el siguiente ataque, si seguía esquivando probablemente Kagura volvería a salir herido, ella ya tneía muchas marcas, poco importaban una o dos más en el cuerpo. Cat, previsora como era, aprovechando su diminuta estatura, las hizo moverse, pasando bajo el cuerpo de ese digimon tan lento para llegar a su espalda, y saltar golpeando la armadura con sus garras. Por desgracia, no bastó para abrir una brecha, solo le hizo una magulladura en su coraza. Fue entonces cuando lo vio, al girarse, Digmon empujaba a Kagura, y a punto estaba de rematarlo. No lo pensó, se movió con toda la velocidad de la que disponía y sacó de allí a Kagura, apartándolo de la trayectoria del pie para, al instante, dar un empujón al diguimon que, con una pierna aun en alto, trastabillo llendose al suelo, doblando uno de sus taladros. Volvió junto a Kagura
- ¿Estás bien?- preguntó preocupada. Escuchó el sonido del digimon alzándose y se movió, nuevamente.- Me sigue a mi, tiene data de Cat dentro, lo atraeré, tu descansa, por favor.- le pidió mirándolo a los ojos antes de salir corriendo nuevamente, perseguida por el digimon, seria más fácil plantarle cara si no debía preocuparse porque Kagura saliera más herido.
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :41Ficha :Cronologia :Nivel On Rol :Rookie Spirit
Alanna Tale
Re: Fire {Kagura}
Kagura habia caído al suelo aturdido, hasta que Alanna apareció en su rescate, asintió a la interrogante de Alanna mientras se ponía de pie lo mas pronto posible. -Lo siento pero... aun no estoy acabado, mientras pueda seguir en pie, seguiré luchando.- Tambaleaba un poco al caminar y seguir de frente, aun que Alanna se le adelantara a combatir contra aquel digimon, Kagura se sentía un poco frustrado al encontrarse en un estado tan débil, si bien ya habia recibido golpes antes, no habia nadie que pudiera observarlo tan dañado como Alanna.
Se sentía impotente, su compañera no estaba ahí para brindarle el apoyo que necesitaba, quería hallar una forma de entrar al combate, sostuvo su digivice con todas sus fuerzas con una mano y con la otra sostenía sus cartas, la batalla entre Alanna y aquella criatura parecía tan injusta, siendo aquel digimon de tamaño colosal casi aplastando a una pequeña gata blanca de tamaño mucho menor al de un niño. -Si tan solo estuviera aquí Mizuki... si tan solo pudiera hacer algo... - Mordió su labio inferior hasta desangrar un poco.
Un temblor se dejo sentir, el suelo cercano comenzó a desmoronarse hasta abrirse un agujero del cual salio otro gigantesco digimon, era un Drimogemon, al menos así fue como lo identifico el dispositivo de Kagura cuando lo observo. - Otro excavador? si ya teníamos problemas con uno... otro mas nos acabara. - Apretó los dientes un tanto desesperado al menos hasta que alcanzo a visualizar un par de ojos azules en la oscuridad del otro lado del túnel, eran unos ojos muy familiares para el, los reconoció en un instante, eran los ojos de Mizuki quien se apresuraba a llegar con su tamer.
Kagura emocionado, sonrió y comenzó a correr hacia su compañera, eludió cada pisotón de las bestias, tanto a la reciente que apareció como a la que combatía Alanna, parecía un soldado entrando en las trincheras enemigas tratando de acortar la distancia lo mas posible, habia logrado llegar hasta Mizuki quien le dio inconscientemente un abrazo que ocasiono que Kagura por un momento se confundiera, no entendía el motivo por el cual su compañera de batalla le habia recibido de una manera tan cálida, pero creo que era claro que su compañera en verdad se habia preocupado por su tamer, después de todo era lo único que tenia en el mundo humano.
Mizuki?... - Interrumpió el momento aun sin entender mucho, Mizuki reacciono y lo soltó rápidamente desviando la mirada. - Lo siento amo... por un momento pensé que no volvería a verlo... - Kagura sonrió y dio una rápida caricia a su digimon. -Jamas dejaría este mundo sin cumplir nuestro objetivo... ahora, vayamos a patear traseros. - Mizuki asintió y se dispuso a lanzarse al ataque contra el Drimogemon, Kagura tomo posición y se dispuso a buscar entre las cartas algo que le fuera de ayuda, Mizuki se habia abalanzado contra aquel enorme digimon, dio un enorme salto y cayo lanzando una potente patada contra aquel digimon, el impacto habia sido lo suficiente como para hacer que retrocediera un poco.
Se sentía impotente, su compañera no estaba ahí para brindarle el apoyo que necesitaba, quería hallar una forma de entrar al combate, sostuvo su digivice con todas sus fuerzas con una mano y con la otra sostenía sus cartas, la batalla entre Alanna y aquella criatura parecía tan injusta, siendo aquel digimon de tamaño colosal casi aplastando a una pequeña gata blanca de tamaño mucho menor al de un niño. -Si tan solo estuviera aquí Mizuki... si tan solo pudiera hacer algo... - Mordió su labio inferior hasta desangrar un poco.
Un temblor se dejo sentir, el suelo cercano comenzó a desmoronarse hasta abrirse un agujero del cual salio otro gigantesco digimon, era un Drimogemon, al menos así fue como lo identifico el dispositivo de Kagura cuando lo observo. - Otro excavador? si ya teníamos problemas con uno... otro mas nos acabara. - Apretó los dientes un tanto desesperado al menos hasta que alcanzo a visualizar un par de ojos azules en la oscuridad del otro lado del túnel, eran unos ojos muy familiares para el, los reconoció en un instante, eran los ojos de Mizuki quien se apresuraba a llegar con su tamer.
Kagura emocionado, sonrió y comenzó a correr hacia su compañera, eludió cada pisotón de las bestias, tanto a la reciente que apareció como a la que combatía Alanna, parecía un soldado entrando en las trincheras enemigas tratando de acortar la distancia lo mas posible, habia logrado llegar hasta Mizuki quien le dio inconscientemente un abrazo que ocasiono que Kagura por un momento se confundiera, no entendía el motivo por el cual su compañera de batalla le habia recibido de una manera tan cálida, pero creo que era claro que su compañera en verdad se habia preocupado por su tamer, después de todo era lo único que tenia en el mundo humano.
Mizuki?... - Interrumpió el momento aun sin entender mucho, Mizuki reacciono y lo soltó rápidamente desviando la mirada. - Lo siento amo... por un momento pensé que no volvería a verlo... - Kagura sonrió y dio una rápida caricia a su digimon. -Jamas dejaría este mundo sin cumplir nuestro objetivo... ahora, vayamos a patear traseros. - Mizuki asintió y se dispuso a lanzarse al ataque contra el Drimogemon, Kagura tomo posición y se dispuso a buscar entre las cartas algo que le fuera de ayuda, Mizuki se habia abalanzado contra aquel enorme digimon, dio un enorme salto y cayo lanzando una potente patada contra aquel digimon, el impacto habia sido lo suficiente como para hacer que retrocediera un poco.
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Renamon (Mizuki)
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Kagura Tenshi
Re: Fire {Kagura}
Kagura se alejó esquivando a los digimon mientras ella los atraía. Era tan pequeña que no le costaba esquivar sus golpes, la velocidad era su mejor opción, los atraía al uno contra el otro, logrando que se golpeasen, que chocasen contra las paredes o que cayesen a las vías. Pero parecía que la armadura del Digmon no cedía por mucho que lo intentaban, Cat comenzaba a desesperarse, y solo la calma de Alanna permitía que no se lanzase en un ataque suicida, sin embargo, cansada, comenzaba a ser más lenta en sus movimientos.
Los golpes que, en a penas un par de segundos, se habían dado esos dos digimons por descuido, habían logrado hacer lo que parecía un principio de brecha en la coraza de Digmon, en teoría, un golpe más haría que se abriera un agujero que le permitiera sacar la data. Tomó aire con fuerza, y corrió hacia el Digmon. Pero su salto se vio interrumpido por un golpe de drimogemon, que la mandó volando hasta dar con la pared, ya abollada, del túnel. Miró su estómago, tenía una pequeña brecha que sangraba y dolía.
Se levantó dolorida, los digimons también podían sufrir dolores, no era sangre como tal, parecía más una especie de datos que se intentaban desparramar pero volvían a su lugar. Se tocó la herida, dolía, le había sido tan sencillo a ese digimon herirla en comparación a lo mucho que le había costado a ella lograr hacerle un rasguño, un rasguño que ni siquiera había logrado por sus golpes, si no por los que se habían dado entre ellos en a penas un minuto. Eran tan poderosos que podían matarse entre si si así lo querían.
Tragó saliva y se movió, con el dolor sordo de la herida para lanzar un ataque con sus garras a la apertura que había hecho el drigmon, o como se llamase, en la coraza de Digmon, logrando, con eso, abrir por fin un resquicio del que comenzaron a salir datos y más datos de colores diversos que formaron una pequeña estatua similar a la que había visto cuando consiguió a Gatomon. La figura se acercó a ella, iluminando el túnel y se introdujo en su pecho inflándola de calor. Sintió como se alargaba su cuerpo y su piel volvía a ser suave, lisa como no lo era desde que era niña, el pelo se le alargaba y, al final, la luz desaparecía y unas alas salían de su espalda.
Se miró a si misma, tenía a penas un par de prendas de ropa interior cubriéndola, se parecía a la lencería que había llevado bajo el vestido azul, la única diferencia es que no era de encaje, como había sido la suya, esta se asemejaba más a un bañador, por suerte, aun así, se sonrojó al notar el viento recorrerle la piel. Tocó su espalda, temerosa de que las heridas salieran a flote en su piel sin maquillaje. "No te preocupes, no se verá nada" Aseguró Cat calmándola "concéntrate, olvídate de tu piel y de lo que vistes, tenemos problemas más serios" Señaló a su frente donde los dos digimons, uno más herido que el otro, se dirigían hacia ella. ¿Dónde estaría Kagura con Mizuki? No podría sola con esos dos digimons.
Se elevó en el aire intentando evitar un golpe, y se dio en la cabeza con el techo del túnel de metro, viéndose obligada a bajar de altura, recibiendo un nuevo golpe que la lanzó otra vez, contra la pared. ¿Cómo iba a salir de esa? Apretó los dientes, Debía hacer algo, y rápido, si no, todo habría acabado para ella, y en su primera batalla.
Off: la herida no se la hace mi pj, es el otro el que lo deja herido varias veces por algunos golpes que esquiva Gatomon y así es como luego logra abrirse una pequeña, remarco pequeña, brecha en la coraza de Digmon y deja salir la data de Kazemon n.n
Los golpes que, en a penas un par de segundos, se habían dado esos dos digimons por descuido, habían logrado hacer lo que parecía un principio de brecha en la coraza de Digmon, en teoría, un golpe más haría que se abriera un agujero que le permitiera sacar la data. Tomó aire con fuerza, y corrió hacia el Digmon. Pero su salto se vio interrumpido por un golpe de drimogemon, que la mandó volando hasta dar con la pared, ya abollada, del túnel. Miró su estómago, tenía una pequeña brecha que sangraba y dolía.
Se levantó dolorida, los digimons también podían sufrir dolores, no era sangre como tal, parecía más una especie de datos que se intentaban desparramar pero volvían a su lugar. Se tocó la herida, dolía, le había sido tan sencillo a ese digimon herirla en comparación a lo mucho que le había costado a ella lograr hacerle un rasguño, un rasguño que ni siquiera había logrado por sus golpes, si no por los que se habían dado entre ellos en a penas un minuto. Eran tan poderosos que podían matarse entre si si así lo querían.
Tragó saliva y se movió, con el dolor sordo de la herida para lanzar un ataque con sus garras a la apertura que había hecho el drigmon, o como se llamase, en la coraza de Digmon, logrando, con eso, abrir por fin un resquicio del que comenzaron a salir datos y más datos de colores diversos que formaron una pequeña estatua similar a la que había visto cuando consiguió a Gatomon. La figura se acercó a ella, iluminando el túnel y se introdujo en su pecho inflándola de calor. Sintió como se alargaba su cuerpo y su piel volvía a ser suave, lisa como no lo era desde que era niña, el pelo se le alargaba y, al final, la luz desaparecía y unas alas salían de su espalda.
Se miró a si misma, tenía a penas un par de prendas de ropa interior cubriéndola, se parecía a la lencería que había llevado bajo el vestido azul, la única diferencia es que no era de encaje, como había sido la suya, esta se asemejaba más a un bañador, por suerte, aun así, se sonrojó al notar el viento recorrerle la piel. Tocó su espalda, temerosa de que las heridas salieran a flote en su piel sin maquillaje. "No te preocupes, no se verá nada" Aseguró Cat calmándola "concéntrate, olvídate de tu piel y de lo que vistes, tenemos problemas más serios" Señaló a su frente donde los dos digimons, uno más herido que el otro, se dirigían hacia ella. ¿Dónde estaría Kagura con Mizuki? No podría sola con esos dos digimons.
Se elevó en el aire intentando evitar un golpe, y se dio en la cabeza con el techo del túnel de metro, viéndose obligada a bajar de altura, recibiendo un nuevo golpe que la lanzó otra vez, contra la pared. ¿Cómo iba a salir de esa? Apretó los dientes, Debía hacer algo, y rápido, si no, todo habría acabado para ella, y en su primera batalla.
Off: la herida no se la hace mi pj, es el otro el que lo deja herido varias veces por algunos golpes que esquiva Gatomon y así es como luego logra abrirse una pequeña, remarco pequeña, brecha en la coraza de Digmon y deja salir la data de Kazemon n.n
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Alanna Tale
Re: Fire {Kagura}
Mientras Mizuki se adentro en la batalla evadiendo cada golpe hasta que recibió una dura embestida, esto debido a que su tamer se hallaba distraído mirando desde abajo a la Alanna transformada en una nueva digimon con ropas ligeras y muy reveladoras, Mizuki molesta soltó un leve carraspeo para llamar la atención a su maestro.- Eh?, perdona Mizuki creo... que me distraje. - Kagura habia desviado la mirada con el rostro completamente rojo y desde una fosa nasal salia una pequeña gota de sangre.
Mizuki asintio y cerro los ojos por un momento pensando la situación, eran solo una recién evolución de Alanna por decirlo así y una Rookie, Mizuki se sentía un poco molesta por no poder dañar de una manera considerable a aquellos digimon de un nivel superior a ella, pero mas molesta se sentía al ver que habia alguien que acaparaba la atención de aquella persona a la cual aprecia tanto, su tamer, el cual parecía seguir babeando solo por ver los grandes atributos de aquella chica digimon. Kagura se mostraba tan distraído que, se habia olivado de la batalla por completo, no reacciono hasta que vio un potente golpe que recibió Alanna.
Su rostro se torno en preocupación al ver como Alanna era golpeada repetidas veces en el aire por algunos misiles taladro que Digmon habia enviado, fue un golpe en lleno, las explosiones eran tan fuertes que habían enviado a Alanna disparada por los aires hasta topar de nuevo contra la pared de aquel túnel y tumbarla al suelo casi junto a donde se encontraba Kagura, la Furia del chico de ojos rojos habia vuelto, algo brillo de pronto dentro de su mazo, era una carta de color azul. Asombrado por no haber recordado meter una carta asi nunca dentro de su mazo, curioso pues nunca habia visto una carta así antes, tomo la carta en su mano con curiosidad pero mucha rabia por haber visto como esos digimon golpeaban a Alanna y, a Mizuki, deslizo la brillante carta azul por el lector de su dispositivo, la luz que desprendió fue intensa, el cuerpo de Mizuki brillo con intensidad transformándose poco a poco y aumentando de tamaño.
Esto... es la evolución de Mizuki?. - Kagura solo observo como Mizuki habia cambiado, su forma era mas la de una bestia ahora, era un gran zorro de nueve colas, su pelaje seguía siendo plateado, sus ojos azules, pero de la punta de sus nueve colas, emanaba unas pequeñas flamas. - Ahora soy Kyubimon amo... gracias, ahora puedo pelear como se debe. - Mizuki habia cerrado los ojos e hizo una reverencia frente a Kagura agradeciendo que le brindara ese gran poder, ahora que eran un 2 contra 2, la pelea estaba mas pareja, mientras Alanna se encargaba del Digmon quien ya tenia un pequeño rasguño en la armadura de este, Mizuki se enfrentaba al Drimogemon, aquel tomo que se ocultaba bajo tierra y salia de otro agujero en otra parte, la situación era desesperante, al menos hasta que Kagura recordó que no habia utilizado aun otras cartas, reviso carta por carta hasta que al ver 2 cartas de estas se le ocurrió algo.
Tomo las 2 cartas que habia visto antes y las paso una por una con cierta sonrisa en su rostro. - Digininpou... Clones de sombra!!!- Kagura deslizo una carta tras otra, habia usado la carta de Crescemon para usar su habilidad de crear 3 clones de Mizuki pero un poco mas débiles, aun que con la segunda, que era Nightmare Soldier Emblem, llevo todas las estadísticas de Mizuki y sus clones al máximo, potenciando su poder al limite, la batalla 2 contra 2, se habia convertido en una batalla de 5 contra 2, siendo 4 Mizukis en total y Alanna contra aquellas 2 bestias.
Mientras 2 de las Mizuki mordían los brazos de Digmon para sujetarlo mientras Alanna se recuperaba de aquel golpe fuerte, otras 2 se dedicaban a acorralar aquel Drimogemon y sacarlo del agujero para así acabarlo con un doble ataque de flamas candentes, el ataque continuo hasta rostizar cada dato de aquel digimon topo.
La batalla que tanto les habia costado hacer frente, se habia convertido en una paliza inevitable para aquellos digimon, Digmon al terminar de recibir un ultimo golpe por Alanna trato de escapar cavando otro túnel, taladro el muro mas cercano a él, pero fue detenido nuevamente por 2 clones de Mizuki quienes lo volvieron a sujetar de los brazos con tal presión de sus mandíbulas que terminaron destrozando ambos brazos, el pobre Digmon del dolor dio un paso en falso y provoco un derrumbe.
Tierra, concreto, tuberías, roca y otras cosas mas cayeron sobre Kagura quien quedo inconsciente enterrado bajo todo aquello, Digmon se retorcía en el suelo del dolor cerca de Kagura, el efecto de las cartas habían acabado, debido a que Kagura estaba inconsciente y Mizuki habia vuelto a su forma Rooki, afortunadamente ya solo quedaba aquel Digmon sin brazos pues Drimogemon habia quedado rostizado y se descompuso en datos debido a aquel feroz ataque doble de fuego. Alanna habia quedado sola, pero en una gran ventaja.
Mizuki asintio y cerro los ojos por un momento pensando la situación, eran solo una recién evolución de Alanna por decirlo así y una Rookie, Mizuki se sentía un poco molesta por no poder dañar de una manera considerable a aquellos digimon de un nivel superior a ella, pero mas molesta se sentía al ver que habia alguien que acaparaba la atención de aquella persona a la cual aprecia tanto, su tamer, el cual parecía seguir babeando solo por ver los grandes atributos de aquella chica digimon. Kagura se mostraba tan distraído que, se habia olivado de la batalla por completo, no reacciono hasta que vio un potente golpe que recibió Alanna.
Su rostro se torno en preocupación al ver como Alanna era golpeada repetidas veces en el aire por algunos misiles taladro que Digmon habia enviado, fue un golpe en lleno, las explosiones eran tan fuertes que habían enviado a Alanna disparada por los aires hasta topar de nuevo contra la pared de aquel túnel y tumbarla al suelo casi junto a donde se encontraba Kagura, la Furia del chico de ojos rojos habia vuelto, algo brillo de pronto dentro de su mazo, era una carta de color azul. Asombrado por no haber recordado meter una carta asi nunca dentro de su mazo, curioso pues nunca habia visto una carta así antes, tomo la carta en su mano con curiosidad pero mucha rabia por haber visto como esos digimon golpeaban a Alanna y, a Mizuki, deslizo la brillante carta azul por el lector de su dispositivo, la luz que desprendió fue intensa, el cuerpo de Mizuki brillo con intensidad transformándose poco a poco y aumentando de tamaño.
Esto... es la evolución de Mizuki?. - Kagura solo observo como Mizuki habia cambiado, su forma era mas la de una bestia ahora, era un gran zorro de nueve colas, su pelaje seguía siendo plateado, sus ojos azules, pero de la punta de sus nueve colas, emanaba unas pequeñas flamas. - Ahora soy Kyubimon amo... gracias, ahora puedo pelear como se debe. - Mizuki habia cerrado los ojos e hizo una reverencia frente a Kagura agradeciendo que le brindara ese gran poder, ahora que eran un 2 contra 2, la pelea estaba mas pareja, mientras Alanna se encargaba del Digmon quien ya tenia un pequeño rasguño en la armadura de este, Mizuki se enfrentaba al Drimogemon, aquel tomo que se ocultaba bajo tierra y salia de otro agujero en otra parte, la situación era desesperante, al menos hasta que Kagura recordó que no habia utilizado aun otras cartas, reviso carta por carta hasta que al ver 2 cartas de estas se le ocurrió algo.
Tomo las 2 cartas que habia visto antes y las paso una por una con cierta sonrisa en su rostro. - Digininpou... Clones de sombra!!!- Kagura deslizo una carta tras otra, habia usado la carta de Crescemon para usar su habilidad de crear 3 clones de Mizuki pero un poco mas débiles, aun que con la segunda, que era Nightmare Soldier Emblem, llevo todas las estadísticas de Mizuki y sus clones al máximo, potenciando su poder al limite, la batalla 2 contra 2, se habia convertido en una batalla de 5 contra 2, siendo 4 Mizukis en total y Alanna contra aquellas 2 bestias.
Mientras 2 de las Mizuki mordían los brazos de Digmon para sujetarlo mientras Alanna se recuperaba de aquel golpe fuerte, otras 2 se dedicaban a acorralar aquel Drimogemon y sacarlo del agujero para así acabarlo con un doble ataque de flamas candentes, el ataque continuo hasta rostizar cada dato de aquel digimon topo.
La batalla que tanto les habia costado hacer frente, se habia convertido en una paliza inevitable para aquellos digimon, Digmon al terminar de recibir un ultimo golpe por Alanna trato de escapar cavando otro túnel, taladro el muro mas cercano a él, pero fue detenido nuevamente por 2 clones de Mizuki quienes lo volvieron a sujetar de los brazos con tal presión de sus mandíbulas que terminaron destrozando ambos brazos, el pobre Digmon del dolor dio un paso en falso y provoco un derrumbe.
Tierra, concreto, tuberías, roca y otras cosas mas cayeron sobre Kagura quien quedo inconsciente enterrado bajo todo aquello, Digmon se retorcía en el suelo del dolor cerca de Kagura, el efecto de las cartas habían acabado, debido a que Kagura estaba inconsciente y Mizuki habia vuelto a su forma Rooki, afortunadamente ya solo quedaba aquel Digmon sin brazos pues Drimogemon habia quedado rostizado y se descompuso en datos debido a aquel feroz ataque doble de fuego. Alanna habia quedado sola, pero en una gran ventaja.
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Kagura Tenshi
Re: Fire {Kagura}
El golpe que le asestaron la hizo dar con la pared con tal fuerza que notó crujir sus huesos, sus alas se doblaron por un instante y cayó al suelo incapaz de alzar la cabeza, pudiéndo, únicamente, gemir de dolor. Tomó aire intentando volver a llenar sus pulmones de oxigeno, que había salido disparado con el golpe. Mientras se intentaba levantar, tres fogonazos de luz seguidos provinientes de su frente, tras los digimon que la atacaban. En su confusión, pudo ver a varias Mizukis atacar a los digimon y se levantó con pesadez, para ayudarlas, no sabía que haía hecho Kagura, pero fuera lo que fuera, funcionaba.
Se unió a los ataques logrando, con la ayuda incalculable de las mizukis, derribar a Digmon, pronto el drigemon, o como se llamase, cayó al suelo desaciendose en datas que entraron, como había pasado antes, en su digivice, que llevaba colgando de la escueta ropa que la cubría. Miró un momento la pantalla y vio que los datos de un gatomon negro y una especie de chica azul habían aparecido en él. Suspiró sin entender nada y escuchó el sonido sordo de un golpe y alzó la vista, el Digmon había perdido sus braos y la data salía de ellos con velocidad. Mientras dos Mizukis sujetaban al digimon, Alanna tragó saliva y lanzó una brisa desde sus manos que hizo desvanecerse al digimon en datos justo al tiempo que las mizukis se desvancían junto a un temblor de tierra.
- Kagura.- llamó, el tunel se derrumbaba. Lo buscó con la mirada y lo vio tendido en el suelo, desmayado, bao algunos escombros.- No, no, no.- dijo maldiciendo para si mientras apartaba los escombros de su cuerpo. - ¡Mizuki, no estés parada, ayudame!- pidió a una renamon paralizada que pronto la ayudó a desenterrar a su tamer.
Comprobó, cuando ya no quedó nada sobre él, que seguía respirando, no tenía más que heridas superficiales y algunas lesiones musculares que probablemente curarían con descanso. Suspiró, lo que estaba claro era que no podría moverse durante un par de días. Miró a Mizuki, que la entendió sin palabras y tomó a Kagura en brazos alzando el vuelo, saliendo al exterior por el boquete abierto que saba a ese parque desierto en el que habían encontrado el tiovivo.
Sobrevoló la ciudad, que a excepción de un par de barrios que procuraron evitar, estaba ya a oscuras, la luna era su faro y Mizuki su guia. Llegaron junto a esa luz de plata a la ventana de un alto edificio que Mizuki abrió con seguridad. Kazemon aterrizó en el balcón, grande y con una mesa con sillas, para adentrarse con un Kagura desvanecido en una amplia estancia de lineas limpias y colores suaves. Lo posó en la mullida cama y, cuando se sentó junto a él, los datos se desvancieron dejando a una chica de pelo desordenado, vestido roto y maquillaje hecho un desastre, algo herida y con un tobillo inchado.
Alanna apartó en silencio el pelo de Kagura para verlo bien. Estaba agotado, y herido. Se levantó cojeando un poco y fue hasta una puerta que había dentro del cuarto, un baño inmenso se abrió ante ella cuando encendió la luz y un botiquín bien surtido, a la izquierda, le prporcionó lo necesario para poder tratarlo. Era una suerte que el chico ya no llevase la camisa. Pidió a Mizuki toallas y una palangana con agua y jabón, mientras ella extendía a su lado, en el suelo, lo que necesitaría para tratar a Kagura. En cuanto lo tuvo todo listo comenzó a limpiar las heridas y a secarlas con la toalla con pequeños toques, hasta que su torso y su rostro quedó sin mancha alguna de barro, polvo o sangre seca. Con el cloridio trató las heridas ya limpias y las vendó para, a continuación, taparlo y dejarlo dormir.
Suspiró mirándo su tobillo, debía tratarse también. Mizuki le permitó pasar al baño. Alanna, agotada, y pensando que, en cuanto se limpiara, las heridas de su espalda saldrían a la luz, pidió coger una de las camisas de Kagura, y sin respuesta, se metió en el baño con una venda para el pie. Se deshizo del vestido y la ropa interior y entró a la ducha para salir poco despues, secarse con velocidad y volver a vestirse, poniéndose, esta vez, la camisa, le llegaba corta, a penas le cubría más allá de los muslos. Se sentó en el suelo y anudó con fuerza su tobillo. Acostumbrada como estaba a tratar sus heridas, no había necesitado ayuda para curarse un esguince. Salió con el pie algo más seguro y se sentó en la alfombra que rodeaba la cama de Kagura, cansada. Los materiales que había usado para tratarlo ya se habían amontonado en un rincón y Kagura dormía plácidamente en la cama.
- Gracias por todo.- murmuró a las sombras donde debía encontrarse la Renamon, mientras dejaba caer la cabeza sobre el colchón y se dormía tomando la mano de Kagura, agotada.
Se unió a los ataques logrando, con la ayuda incalculable de las mizukis, derribar a Digmon, pronto el drigemon, o como se llamase, cayó al suelo desaciendose en datas que entraron, como había pasado antes, en su digivice, que llevaba colgando de la escueta ropa que la cubría. Miró un momento la pantalla y vio que los datos de un gatomon negro y una especie de chica azul habían aparecido en él. Suspiró sin entender nada y escuchó el sonido sordo de un golpe y alzó la vista, el Digmon había perdido sus braos y la data salía de ellos con velocidad. Mientras dos Mizukis sujetaban al digimon, Alanna tragó saliva y lanzó una brisa desde sus manos que hizo desvanecerse al digimon en datos justo al tiempo que las mizukis se desvancían junto a un temblor de tierra.
- Kagura.- llamó, el tunel se derrumbaba. Lo buscó con la mirada y lo vio tendido en el suelo, desmayado, bao algunos escombros.- No, no, no.- dijo maldiciendo para si mientras apartaba los escombros de su cuerpo. - ¡Mizuki, no estés parada, ayudame!- pidió a una renamon paralizada que pronto la ayudó a desenterrar a su tamer.
Comprobó, cuando ya no quedó nada sobre él, que seguía respirando, no tenía más que heridas superficiales y algunas lesiones musculares que probablemente curarían con descanso. Suspiró, lo que estaba claro era que no podría moverse durante un par de días. Miró a Mizuki, que la entendió sin palabras y tomó a Kagura en brazos alzando el vuelo, saliendo al exterior por el boquete abierto que saba a ese parque desierto en el que habían encontrado el tiovivo.
Sobrevoló la ciudad, que a excepción de un par de barrios que procuraron evitar, estaba ya a oscuras, la luna era su faro y Mizuki su guia. Llegaron junto a esa luz de plata a la ventana de un alto edificio que Mizuki abrió con seguridad. Kazemon aterrizó en el balcón, grande y con una mesa con sillas, para adentrarse con un Kagura desvanecido en una amplia estancia de lineas limpias y colores suaves. Lo posó en la mullida cama y, cuando se sentó junto a él, los datos se desvancieron dejando a una chica de pelo desordenado, vestido roto y maquillaje hecho un desastre, algo herida y con un tobillo inchado.
Alanna apartó en silencio el pelo de Kagura para verlo bien. Estaba agotado, y herido. Se levantó cojeando un poco y fue hasta una puerta que había dentro del cuarto, un baño inmenso se abrió ante ella cuando encendió la luz y un botiquín bien surtido, a la izquierda, le prporcionó lo necesario para poder tratarlo. Era una suerte que el chico ya no llevase la camisa. Pidió a Mizuki toallas y una palangana con agua y jabón, mientras ella extendía a su lado, en el suelo, lo que necesitaría para tratar a Kagura. En cuanto lo tuvo todo listo comenzó a limpiar las heridas y a secarlas con la toalla con pequeños toques, hasta que su torso y su rostro quedó sin mancha alguna de barro, polvo o sangre seca. Con el cloridio trató las heridas ya limpias y las vendó para, a continuación, taparlo y dejarlo dormir.
Suspiró mirándo su tobillo, debía tratarse también. Mizuki le permitó pasar al baño. Alanna, agotada, y pensando que, en cuanto se limpiara, las heridas de su espalda saldrían a la luz, pidió coger una de las camisas de Kagura, y sin respuesta, se metió en el baño con una venda para el pie. Se deshizo del vestido y la ropa interior y entró a la ducha para salir poco despues, secarse con velocidad y volver a vestirse, poniéndose, esta vez, la camisa, le llegaba corta, a penas le cubría más allá de los muslos. Se sentó en el suelo y anudó con fuerza su tobillo. Acostumbrada como estaba a tratar sus heridas, no había necesitado ayuda para curarse un esguince. Salió con el pie algo más seguro y se sentó en la alfombra que rodeaba la cama de Kagura, cansada. Los materiales que había usado para tratarlo ya se habían amontonado en un rincón y Kagura dormía plácidamente en la cama.
- Gracias por todo.- murmuró a las sombras donde debía encontrarse la Renamon, mientras dejaba caer la cabeza sobre el colchón y se dormía tomando la mano de Kagura, agotada.
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :41Ficha :Cronologia :Nivel On Rol :Rookie Spirit
Alanna Tale
Re: Fire {Kagura}
Abrió los ojos lentamente, estaba algo confundido, estaba seguro que reconocía fácilmente el techo que observo al abrir los ojos, pero era imposible, se supone que estaba en un túnel del subterráneo, al menos eso fue lo ultimo que recuerda, un dolor de cabeza lo hace reaccionar para que abriera por completo los ojos, así pudo observar que se encontraba ya en su departamento, sorprendido trato de levantarse pero estaba tan adolorido del cuerpo que no pudo, volteo a ver un reloj en la pared, eran las 10 AM, la luz del sol se filtraban por la enorme ventana, Mizuki dormía tranquilamente en el sofá de siempre, pudo sentir como alguien sostenía su mano, volteo a ver a otro lado y ahí estaba ella, Alanna, se habia quedado dormida junto a el, arrodillada sobre la alfombra y recargando la parte superior de su cuerpo en el borde de la cama, tenia el brazo estirado y sujetaba fuertemente la mano de Kagura.
Alanna?... - Se sonrojo al instante al ver como ella sujetaba su mano, entonces al mirarle el rostro tan inocente y durmiendo ahí junto a él, recordó aquella noche, aquel baile, aquellos elegantes movimientos de esa chica, recordó su sonrisa, su voz, su mirada, incluso aquel beso que se habían dado en aquella atracción, aquel momento, aquella sensación que sus labios le aclamaban en el momento, volver a repetir, habia quedado hechizado por su belleza, por su mirada, por su ternura, sin duda alguna, habia quedado fascinado por ella.
Con las fuerzas que le quedaban, logro levantar la parte superior de su cuerpo quedando sentado en la cama, aun adolorido, observo como su cuerpo habia sido tratado correctamente, aun sentia un gran dolor en ciertas partes del cuerpo pero, con la fascinación por aquella chica como droga apaciguadora del dolor, acerco su rostro al de ella, soltó un suspiro, acaricio suavemente su pelo apartándolo de su rostro y le acaricio suavemente la mejilla. - Gracias... perdona... creo que no fui lo suficientemente fuerte para acabar yo solo con ellos... si tan solo hubiera tenido suficiente poder para acabar con ellos pronto...- Dio algunos besos, habia comenzado por las mejillas, después la nariz, y finalmente estuvo tentado por repetir aquel beso de labios, termino dándoselo rápidamente provocando que ella despertara.
Estas bien? - Pronuncio algo nervioso al ver como Alanna despertaba en reacción por los besos, su rostro se torno completamente rojo, su voz comenzo a sonar un poco temblorosa y con una sonrisa de nervios observo a Alanna. - Creo que al final me descuide un poco, normalmente cuando Mizuki combate me concentro en la batalla jeje pero descuide mi entorno. - Solto una risita tratando de mostrarle a Alanna que se encontraba mejor, aun que por la expresion su rostro claramente entendia que Alanna se habia preocupado demasiado por él.
En serio... te agradezco mucho la ayuda, en verdad eres una chica sorprendente. - Sonrio calidamente aun observando el rostro de Alanna hasta que esta se levanto, fue entonces que observo que ella ya no llevaba su ropa puesta, si no que estaba usando una de sus camisas, la sorpresa fue mayor al fijar su mirada en el escote de la misma prenda, pues podía observar claramente que Alanna no tenia puesto su sostén, para colmo la camisa era muy holgada y se transparentaba un poco dejandole poco a la imaginación.
El sonrojo de Kagura aumento aun mas que antes, casi estaba que estallaba con alguna clase de oscura emoción que habitaba en lo mas profundo de su corazón, estaba tan nervioso que desvió la mirada para otro lado para que Alanna no lo notara, pero pudo apreciar gracias a 2 espejos que quedaba uno frente a otro, por medio de un reflejo, las pantaletas a lo que Kagura volvió a reaccionar completamente nervioso y provocando que le diera un pequeño derrame nasal, no esperaba ver algo así en este momento de su vida, y menos de aquella chica, recién se conocían, prácticamente durmieron juntos, ella esta usando ropa de él y ahora Kagura inconscientemente ah visto a Alanna casi como sus creadores los trajeron al mundo, no sabia si sentirse feliz o sentirse muy mal por que su imaginación conspiraba contra él creando imágenes sin censura sobre aquella chica.
A-a-ah... si quieres te puedo prestar mas ropa para que estés cómoda... -musito aun nervioso sin saber que decir o hacer exactamente, Mizuki quien habia despertado tras tanto ruido, solo quedo observando a Alanna de pies a cabeza- Esto... es algo llamado apareamiento humano si no me equivoco.... sorprendente... entonces ¿es la hembra humana quien corteja al macho? - tenia colocada su mano sobre su barbilla peluda, estaba pensante, dejando su pregunta abierta para Alanna.
M-M-Mizuki!!! - El tamer habia regañado a su digimon por decir dicho algo tan vergonzoso a lo que la traviesa Renamon solo se encogió de hombros. - Yo solo tengo curiosidad, pocas veces puedo saber algo sobre los humanos, después de todo estoy enterada que su sistema de creación es muy diferente al nuestro, el de los digimon. - decía esto mientras se dirigía a la cocina a buscar una merienda. - En serio... si te sientes incomoda t-t-t-tengo mas ropa que podrías usar...- Kagura habia reunido valor suficiente como para volver su mirada a la de Alanna. y observo nuevamente directamente a los ojos a Alanna, aun que de vez en cuando se le escapara una mirada a sus pechos
Alanna?... - Se sonrojo al instante al ver como ella sujetaba su mano, entonces al mirarle el rostro tan inocente y durmiendo ahí junto a él, recordó aquella noche, aquel baile, aquellos elegantes movimientos de esa chica, recordó su sonrisa, su voz, su mirada, incluso aquel beso que se habían dado en aquella atracción, aquel momento, aquella sensación que sus labios le aclamaban en el momento, volver a repetir, habia quedado hechizado por su belleza, por su mirada, por su ternura, sin duda alguna, habia quedado fascinado por ella.
Con las fuerzas que le quedaban, logro levantar la parte superior de su cuerpo quedando sentado en la cama, aun adolorido, observo como su cuerpo habia sido tratado correctamente, aun sentia un gran dolor en ciertas partes del cuerpo pero, con la fascinación por aquella chica como droga apaciguadora del dolor, acerco su rostro al de ella, soltó un suspiro, acaricio suavemente su pelo apartándolo de su rostro y le acaricio suavemente la mejilla. - Gracias... perdona... creo que no fui lo suficientemente fuerte para acabar yo solo con ellos... si tan solo hubiera tenido suficiente poder para acabar con ellos pronto...- Dio algunos besos, habia comenzado por las mejillas, después la nariz, y finalmente estuvo tentado por repetir aquel beso de labios, termino dándoselo rápidamente provocando que ella despertara.
Estas bien? - Pronuncio algo nervioso al ver como Alanna despertaba en reacción por los besos, su rostro se torno completamente rojo, su voz comenzo a sonar un poco temblorosa y con una sonrisa de nervios observo a Alanna. - Creo que al final me descuide un poco, normalmente cuando Mizuki combate me concentro en la batalla jeje pero descuide mi entorno. - Solto una risita tratando de mostrarle a Alanna que se encontraba mejor, aun que por la expresion su rostro claramente entendia que Alanna se habia preocupado demasiado por él.
En serio... te agradezco mucho la ayuda, en verdad eres una chica sorprendente. - Sonrio calidamente aun observando el rostro de Alanna hasta que esta se levanto, fue entonces que observo que ella ya no llevaba su ropa puesta, si no que estaba usando una de sus camisas, la sorpresa fue mayor al fijar su mirada en el escote de la misma prenda, pues podía observar claramente que Alanna no tenia puesto su sostén, para colmo la camisa era muy holgada y se transparentaba un poco dejandole poco a la imaginación.
El sonrojo de Kagura aumento aun mas que antes, casi estaba que estallaba con alguna clase de oscura emoción que habitaba en lo mas profundo de su corazón, estaba tan nervioso que desvió la mirada para otro lado para que Alanna no lo notara, pero pudo apreciar gracias a 2 espejos que quedaba uno frente a otro, por medio de un reflejo, las pantaletas a lo que Kagura volvió a reaccionar completamente nervioso y provocando que le diera un pequeño derrame nasal, no esperaba ver algo así en este momento de su vida, y menos de aquella chica, recién se conocían, prácticamente durmieron juntos, ella esta usando ropa de él y ahora Kagura inconscientemente ah visto a Alanna casi como sus creadores los trajeron al mundo, no sabia si sentirse feliz o sentirse muy mal por que su imaginación conspiraba contra él creando imágenes sin censura sobre aquella chica.
A-a-ah... si quieres te puedo prestar mas ropa para que estés cómoda... -musito aun nervioso sin saber que decir o hacer exactamente, Mizuki quien habia despertado tras tanto ruido, solo quedo observando a Alanna de pies a cabeza- Esto... es algo llamado apareamiento humano si no me equivoco.... sorprendente... entonces ¿es la hembra humana quien corteja al macho? - tenia colocada su mano sobre su barbilla peluda, estaba pensante, dejando su pregunta abierta para Alanna.
M-M-Mizuki!!! - El tamer habia regañado a su digimon por decir dicho algo tan vergonzoso a lo que la traviesa Renamon solo se encogió de hombros. - Yo solo tengo curiosidad, pocas veces puedo saber algo sobre los humanos, después de todo estoy enterada que su sistema de creación es muy diferente al nuestro, el de los digimon. - decía esto mientras se dirigía a la cocina a buscar una merienda. - En serio... si te sientes incomoda t-t-t-tengo mas ropa que podrías usar...- Kagura habia reunido valor suficiente como para volver su mirada a la de Alanna. y observo nuevamente directamente a los ojos a Alanna, aun que de vez en cuando se le escapara una mirada a sus pechos
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :255Ficha :Nivel On Rol :PerfectNivel On Rol de los Digi Aliados :Kiseki: ChampionIcono :Rango y Unidad :Kagura Tenshi
Rango: Soldado
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: East Blue Dragon
Renamon (Mizuki)
Rango: Soldado
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: East Blue DragonInventario :
Kagura Tenshi
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