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El descubrimiento de las ruinas del Monasterio Draco, tallado en lo alto de una desolada montaña en el valle de los dragones, ha despertado un gran interés por todo el Digimundo. Principalmente porque según los tallados de la pared exterior dentro de las ruinas se encuentra un obre mágico que contiene en su interior la data y poder del treceavo Royal Kinght, la cual sera dada a quien reclame dicho objeto. Según la historia grabada en los murales, el obre fue dejado allí por el mismo Royal Kinght en caso de que su poder sea necesario para derrotar al mal que se alce en el futuro...por desgracia semejante premio también a llamado la atención de quienes usarían el poder para sus propias metas egoístas. Por lo que esta aventura ahora se a vuelto una carrera por ver quien consigue el gran premio.
6 meses despues de la ultima carrera, un BanchoLeomon reune al viejo equipo de organizacion para dar un nuevo espectaculo, pero en esta carrera, el misterioso patrocinador ha enviado a un "Aspirante a Campeon" con un extraño y unico Digivice. ¿Que es lo que sucedera a lo largo del evento y como funciona este nuevo digivice?.
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-Skin hecho por Hardrock de The Captain Knows Best.
-Imagenes realizadas por Runari Wildy
y Sigrun Vinter
-Imagenes realizadas por Runari Wildy
y Sigrun Vinter
Fire {Kagura}
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Re: Fire {Kagura}
Se despertó notando un roce suave en la mejilla, la nareiz y los labios, y, adormilada, tembló un poco. La noche había dejado entrar el frío en la estancia y el haber dormido en el suelo no había ayudado a su espalda ni a sus heridas. Se desperezó, adormilada, notando crujir la espalda levemente. Se frotó un ojo con el puño cerrado suavemente, totalmente adormilada, y tembló un poco, helada.
Asintió, atontada, mientras se abrazaba a si misma intentando recuperar algo del calor que se le había escapado del cuerpo en las horas de sueño. Estaba bien, el unico golpe que le dolía un poco era el del tobillo, pero no era grave, probablemente podría caminar normal en un par de días. Sonrió aun adormilada. Le costaba recordar donde estaba, necesitaba lavarse la cara para poder despejarse. Se levantó y se sentó en el borde de la cama con un suspiro, abrazándose, helada, mirando a su alrededor. En un sillón, su cartera, su vestido roto, su chaqueta, no en mejor estado que el vestido, y sus zapatos de lazos rotos. Ya vería como volver a casa, estaba claro que no podía hacerlo de esa guisa.
Negó con la cabeza dejando caer los brazos en su regazo y sonrió adormilada, se giró para decirle que no debía procuparse, que había salido algo magullada, pero se había divertido, y que saber que él estaba bien era suficiente. Pero cuando quiso darse cuenta y giró a mirar a Kagura aun con el sueño en los parpados, notó una gota de sangre que le caía al chico de la nariz. Asustada, se levantó con una exclamación y salió corriendo hacia el baño para volver, rauda, con un trozo de papel para tapar la hemorragia.
Volvió a tiempo de que no se manchase la colcha y se arrodilló sobre las mantas pasándole el papel al chico, que, frente a ella, le ofrecía ropa para vestirse. Volvió a notar el frío, sin entender, hasta que Mizuki habló por primera vez en toda la mañana. La miró y luego se miró a si misma, arrodillada en la cama, con la camisa por los muslos, y a penas cubierta. Se sonrojó, se sonrojó mucho, y se cubrió parte de la cara con la mano, odiaba las mañanas, deberías haberse despertado antes para poder cambiarse, pero estaba tan cansada, seguía, tan cansada, que no había sido capaz de notar nada, las ojeras eran prueba de su agotamiento.
- Por favor.- pidió avergonzada.
No tardó en tener un pantalón corto y una camiseta en brazos, así como un par de calcetines. Tomando el sosten de debajo del vestido, que se había olvidado ponerse la noche anterior, agotada, entró al baño. Se lavó la cara y se peinó el pelo con los dedos, haciéndolo una trenza floja para, a continuación, cambiarse. Seguía haciendo frío, pero nada en comparación a antes. Los pantalones le venian lo bastante grandes como para rodearse la cintura con el cordón que los apretaba para necesitar que no se callesen, y la camiseta tan larga como la camisa. Suspiró y salió del baño con la camisa en el brazo, aun sonrojada.
- Gracias.- le dijo tendiéndole la camisa y apartando un mechón rebelde de pelo que se había soltado de su trenza, temblando nuevamente antes de tapar con la mano un pequeño bostezo.
Parecía que se había resfriado un poco, probablemente por haber pasado la noche destapada y con el pelo húmedo tras la ducha. Soltó un leve estornudo cubriéndose la boca con la mano, y luego otro, y luego dos más, y tembló un poco. Sin, sin duda, se había resfriado.
- ¿Te encuentras mejor de las heridas?- le preguntó ignorando un poco y restandole importancia a un resriado, no era el primero ni sería el último que tendría, solo esperaba volver pronto a casa y tumbarse en la cama, calentita, a esperar que se le bajase la fiebre que, comenzaba a notar, le subía. No le preocupaba pasar un resfriado sola, de niña, los había pasado todos de esa guisa, y no se había muerto. Miró un instante hacia la ventana, había comenzado a nevar.
Asintió, atontada, mientras se abrazaba a si misma intentando recuperar algo del calor que se le había escapado del cuerpo en las horas de sueño. Estaba bien, el unico golpe que le dolía un poco era el del tobillo, pero no era grave, probablemente podría caminar normal en un par de días. Sonrió aun adormilada. Le costaba recordar donde estaba, necesitaba lavarse la cara para poder despejarse. Se levantó y se sentó en el borde de la cama con un suspiro, abrazándose, helada, mirando a su alrededor. En un sillón, su cartera, su vestido roto, su chaqueta, no en mejor estado que el vestido, y sus zapatos de lazos rotos. Ya vería como volver a casa, estaba claro que no podía hacerlo de esa guisa.
Negó con la cabeza dejando caer los brazos en su regazo y sonrió adormilada, se giró para decirle que no debía procuparse, que había salido algo magullada, pero se había divertido, y que saber que él estaba bien era suficiente. Pero cuando quiso darse cuenta y giró a mirar a Kagura aun con el sueño en los parpados, notó una gota de sangre que le caía al chico de la nariz. Asustada, se levantó con una exclamación y salió corriendo hacia el baño para volver, rauda, con un trozo de papel para tapar la hemorragia.
Volvió a tiempo de que no se manchase la colcha y se arrodilló sobre las mantas pasándole el papel al chico, que, frente a ella, le ofrecía ropa para vestirse. Volvió a notar el frío, sin entender, hasta que Mizuki habló por primera vez en toda la mañana. La miró y luego se miró a si misma, arrodillada en la cama, con la camisa por los muslos, y a penas cubierta. Se sonrojó, se sonrojó mucho, y se cubrió parte de la cara con la mano, odiaba las mañanas, deberías haberse despertado antes para poder cambiarse, pero estaba tan cansada, seguía, tan cansada, que no había sido capaz de notar nada, las ojeras eran prueba de su agotamiento.
- Por favor.- pidió avergonzada.
No tardó en tener un pantalón corto y una camiseta en brazos, así como un par de calcetines. Tomando el sosten de debajo del vestido, que se había olvidado ponerse la noche anterior, agotada, entró al baño. Se lavó la cara y se peinó el pelo con los dedos, haciéndolo una trenza floja para, a continuación, cambiarse. Seguía haciendo frío, pero nada en comparación a antes. Los pantalones le venian lo bastante grandes como para rodearse la cintura con el cordón que los apretaba para necesitar que no se callesen, y la camiseta tan larga como la camisa. Suspiró y salió del baño con la camisa en el brazo, aun sonrojada.
- Gracias.- le dijo tendiéndole la camisa y apartando un mechón rebelde de pelo que se había soltado de su trenza, temblando nuevamente antes de tapar con la mano un pequeño bostezo.
Parecía que se había resfriado un poco, probablemente por haber pasado la noche destapada y con el pelo húmedo tras la ducha. Soltó un leve estornudo cubriéndose la boca con la mano, y luego otro, y luego dos más, y tembló un poco. Sin, sin duda, se había resfriado.
- ¿Te encuentras mejor de las heridas?- le preguntó ignorando un poco y restandole importancia a un resriado, no era el primero ni sería el último que tendría, solo esperaba volver pronto a casa y tumbarse en la cama, calentita, a esperar que se le bajase la fiebre que, comenzaba a notar, le subía. No le preocupaba pasar un resfriado sola, de niña, los había pasado todos de esa guisa, y no se había muerto. Miró un instante hacia la ventana, había comenzado a nevar.
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :41Ficha :Cronologia :Nivel On Rol :Rookie Spirit
Alanna Tale
Re: Fire {Kagura}
Kagura observo a Alanna un poco preocupado, noto como temblaba un poco por el frió, sus estornudos le dejaron el claro que se habría resfriado por el frió, claro, ella no era originaria de aquel lugar, seguramente ni se a podido adaptar a los fríos intensos de a zona, estiro un poco su cuello mirando detras de Alanna, Mizuki estaba detras de ella observandolos, con una mirada inexpresiva como si esperara a que pasara algo, probablemente era debido a los pequeños celos que le daban. Kagura suspiro, ordeno a Mizuki que fuera a preparar el desayuno como él le habia enseñado hace tiempo.
Mizuki capto la orden, se transformo a su forma humana y fue a preparar el desayuno para todos a la cocina, aun era un poco temprano, Kagura pensó por un momento aun observando a Alanna, puede que estuviera enferma, pero es que incluso con todo y sus gestos de malestar, ella era hermosa, al menos eso pensaba él de ella, estiro su brazo y con su mano tomo la mano de Alanna, la sujeto firmemente y la jalo hacia él, el tirón fue tan fuerte que Alanna cayo sobre él, hubo un momento de silencio mientras sus rostros estaban lo suficientemente cerca como para que sus labios se rosaran.
Sus ojos estaban fijos, mirando los de Alanna, hubo un pequeño choque entre sus nariz, lo cual provoco una ligera sonrisa en Kagura, a pesar que su rostro estaba rojo de nuevo, pareciera un niño pequeño con una sonrisa como si una travesura hubiera hecho, después de la pequeña risilla trato de recobrar la tranquilidad de siempre, pero estaba muy nervioso, tenia el cuerpo de Alanna sobre el suyo, estaba helada, su piel suave y fría era acariciada por las cálidas manos del joven de pelo plateado, al fin pudo recobrar la compostura, la sonrisa se habia ido para dar paso a un rostro mas serio y de preocupación.
Estas helada... si tanto frió tenias, pudiste haberte recostado en la cama, no me hubiera molestado para nada si lo hubieras hecho... - Coloco sus manos en la cintura de la joven abrazándola firmemente, introdujo finamente los dedos de su manos por debajo de la camiseta y los deslizo lentamente sobre la helada piel de la cintura de Alanna, mantuvo su mirada fija en la de ella, la mantuvo cerca para compartir su calor corporal con ella, como el torso de Kagura estaba descubierto, tan solo con algunas vendas cubriendo sus heridas, el contacto directo de la cálida piel del chico, transfería directamente su calor al cuerpo de Alanna.
El momento se habia intensificado un poco, no sabia si era por el hecho de tenerla tan cerca, o simplemente fue el contacto directo lo que encendió la chispa de ese momento, fuera lo que fuera, Kagura habia atrapado a Alanna entre sus brazos, las caricias y el contacto físico le transfería calor al cuerpo de Alanna. Habían pasado tan solo unos cuantos minutos, al sentir como el cuerpo de Alanna entraba en calor, Kagura saco sus manos de debajo de la camiseta, tomo el borde de la sabana y se cubrió junto a Alanna, bajo la sabana las caricias volvieron a tomar su ritmo y antes de que soltara a Alanna después de que recuperara calor suficiente, aquel chico le robo un leve beso, uno corto, pero con mucha dulzura.
Las manos de Kagura pasaron de la cintura de Alanna hacia sus mejillas, claramente después del lento recorrido que dieron desde su cintura, pasando por su espalda baja, sus hombros, incluso cuello hasta llegar al rostro de Alanna, se quedo mirándola fijamente, admiraba los ojos de Alanna, su mirada, sus labios, su pelo, incluso cada gesto que pudiera apreciar en ella, era como sentarse y ver el amanecer, observar el gran esplendor de su existir, del momento, de recordar y revivir los momentos mas felices de su vida.
El clima pudiera tal vez estar nevando y helando afuera, pero dentro, bajo las sabanas, con las caricias, las miradas, el beso, era como estar en los alegres y cálidos días de verano, por mas viento frió que pudiera adentrarse al lugar, la temperatura no bajaba mientras se mantuvieran juntos en cama. - ¿Ya estas mejor? - Pregunto después de haberla besado nuevamente, no habia pasado mas de media hora y a pesar de que probablemente Alanna siguiera con algún malestar del resfriado, a Kagura eso no lo frenaba, el simplemente, se habia vuelto loco, seguía dejándose llevar por el momento.
Finalmente, termino por darle un coqueto chupeton en el cuello a Alanna y la suelta permitiendole recostarse a su lado, la volvió a abrazar, esta vez simplemente acariciándole la espalda cariñosamente, su rostro volvió a estar rojo, pues habia recuperado el control y se dio cuenta de lo que habia hecho, su voz temblorosa y tímida habia vuelto. - L-l-lo siento... - Volvió a ocultar su mirada bajo el fleco de su pelo plateado, se limito a solo abrazarla para seguir brindándole de su calor mientras la consentía un poco con las caricias cariñosas que este le daba a su espalda lastimada, de repente, sintió una especie de hendiduras, posibles cicatrices, asustado, Kagura retiro la sabana, se lanzo sobre Alanna y con un poco de salvajismo pero con mayor preocupación, le quito la camiseta a Alanna para mirarle su espalda.
Mizuki capto la orden, se transformo a su forma humana y fue a preparar el desayuno para todos a la cocina, aun era un poco temprano, Kagura pensó por un momento aun observando a Alanna, puede que estuviera enferma, pero es que incluso con todo y sus gestos de malestar, ella era hermosa, al menos eso pensaba él de ella, estiro su brazo y con su mano tomo la mano de Alanna, la sujeto firmemente y la jalo hacia él, el tirón fue tan fuerte que Alanna cayo sobre él, hubo un momento de silencio mientras sus rostros estaban lo suficientemente cerca como para que sus labios se rosaran.
Sus ojos estaban fijos, mirando los de Alanna, hubo un pequeño choque entre sus nariz, lo cual provoco una ligera sonrisa en Kagura, a pesar que su rostro estaba rojo de nuevo, pareciera un niño pequeño con una sonrisa como si una travesura hubiera hecho, después de la pequeña risilla trato de recobrar la tranquilidad de siempre, pero estaba muy nervioso, tenia el cuerpo de Alanna sobre el suyo, estaba helada, su piel suave y fría era acariciada por las cálidas manos del joven de pelo plateado, al fin pudo recobrar la compostura, la sonrisa se habia ido para dar paso a un rostro mas serio y de preocupación.
Estas helada... si tanto frió tenias, pudiste haberte recostado en la cama, no me hubiera molestado para nada si lo hubieras hecho... - Coloco sus manos en la cintura de la joven abrazándola firmemente, introdujo finamente los dedos de su manos por debajo de la camiseta y los deslizo lentamente sobre la helada piel de la cintura de Alanna, mantuvo su mirada fija en la de ella, la mantuvo cerca para compartir su calor corporal con ella, como el torso de Kagura estaba descubierto, tan solo con algunas vendas cubriendo sus heridas, el contacto directo de la cálida piel del chico, transfería directamente su calor al cuerpo de Alanna.
El momento se habia intensificado un poco, no sabia si era por el hecho de tenerla tan cerca, o simplemente fue el contacto directo lo que encendió la chispa de ese momento, fuera lo que fuera, Kagura habia atrapado a Alanna entre sus brazos, las caricias y el contacto físico le transfería calor al cuerpo de Alanna. Habían pasado tan solo unos cuantos minutos, al sentir como el cuerpo de Alanna entraba en calor, Kagura saco sus manos de debajo de la camiseta, tomo el borde de la sabana y se cubrió junto a Alanna, bajo la sabana las caricias volvieron a tomar su ritmo y antes de que soltara a Alanna después de que recuperara calor suficiente, aquel chico le robo un leve beso, uno corto, pero con mucha dulzura.
Las manos de Kagura pasaron de la cintura de Alanna hacia sus mejillas, claramente después del lento recorrido que dieron desde su cintura, pasando por su espalda baja, sus hombros, incluso cuello hasta llegar al rostro de Alanna, se quedo mirándola fijamente, admiraba los ojos de Alanna, su mirada, sus labios, su pelo, incluso cada gesto que pudiera apreciar en ella, era como sentarse y ver el amanecer, observar el gran esplendor de su existir, del momento, de recordar y revivir los momentos mas felices de su vida.
El clima pudiera tal vez estar nevando y helando afuera, pero dentro, bajo las sabanas, con las caricias, las miradas, el beso, era como estar en los alegres y cálidos días de verano, por mas viento frió que pudiera adentrarse al lugar, la temperatura no bajaba mientras se mantuvieran juntos en cama. - ¿Ya estas mejor? - Pregunto después de haberla besado nuevamente, no habia pasado mas de media hora y a pesar de que probablemente Alanna siguiera con algún malestar del resfriado, a Kagura eso no lo frenaba, el simplemente, se habia vuelto loco, seguía dejándose llevar por el momento.
Finalmente, termino por darle un coqueto chupeton en el cuello a Alanna y la suelta permitiendole recostarse a su lado, la volvió a abrazar, esta vez simplemente acariciándole la espalda cariñosamente, su rostro volvió a estar rojo, pues habia recuperado el control y se dio cuenta de lo que habia hecho, su voz temblorosa y tímida habia vuelto. - L-l-lo siento... - Volvió a ocultar su mirada bajo el fleco de su pelo plateado, se limito a solo abrazarla para seguir brindándole de su calor mientras la consentía un poco con las caricias cariñosas que este le daba a su espalda lastimada, de repente, sintió una especie de hendiduras, posibles cicatrices, asustado, Kagura retiro la sabana, se lanzo sobre Alanna y con un poco de salvajismo pero con mayor preocupación, le quito la camiseta a Alanna para mirarle su espalda.
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :255Ficha :Nivel On Rol :PerfectNivel On Rol de los Digi Aliados :Kiseki: ChampionIcono :Rango y Unidad :Kagura Tenshi
Rango: Soldado
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: East Blue Dragon
Renamon (Mizuki)
Rango: Soldado
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: East Blue DragonInventario :
Kagura Tenshi
Re: Fire {Kagura}
Vio a Kagura estirar la mano en busca de la suya, y se la tendió sonriente, aun temblando de frío, antes de notar un fuerte tirón que la hizo chocar contra él y caer juntos a la cama. Alzó la mirada, para disculparse, y sus narices se rozaron, los labios estaban a escasos milímetros de distancia, solo hacía falta que uno de los dos hablase para que se rozasen. Avergonzada, se mantuvo en silencio, mirándolo a los ojos, que sonreía divertido, como un niño que estaba haciendo travesuras. Su pecho estaba sobre el de él, latiendo desbocado, y no sabía si la fuerza del latido era por el de él o el suyo propio.
Tembló nuevamente, el contraste entre el frío que tenía y el calor que desprendía el cuerpo de Kagura era agradable, pero la hacía estremencer. Lo miró, sonrojada, mientras la invitaba a entrar en la cama, con un regaño tan suave que no lo parecía, si se hubiera acostado junto a él, no habría dormido, se habría pasado el tiempo nerviosa, dando vueltas, y no habría sido adecuado, ya bastante que se había puesto su camisa. Sintió las manos de él cogiendo con firmeza su pequeña cintura, tenía las manos grandes y cálidas, él era alto, y fuerte, probablemente podría romperla, pero era tan suave su tacto que no temía que fuera a hacerlo, algo le decía que sería incapaz de ello.
- Me sabía mal.- respondió en un susurro, con timidez, sonrojada, sin saber qué hacer, su piel desnuda, cubierta uniamente por vendas, era suave, y sus brazos, desnudos, notaban el calor que transmitía ¿es que él no tenía frío?.
Se tensó cuando notó las manos de Kagura entrar bajo la camiseta, no le molestaba que la tocase, pero notaría las heridas, y no quería tener que hablar, si lo hacía, él se alejaría, sabiendo que ella llevaba encima demasiado vagaje emocional. Se mantuvo quieta, rezando porque no tocase ninguna de las marcas, no colaría decir que se hicieron anoche, estaban ya demasiado cerradas como para que pudiera ser cierto. Usualmente, con el maquillaje, podía cubrirlas hasya un punto en el que, por muy cerca que alguien estuviera, no las viera, incluso se rellenaban un poco, siendo casi indetectables al tacto. Por suerte, no sintió que llegase a tocar ninguna de ellas, su cintura no estaba marcada, el centro de la espalda, sí.
Una mano de Kagura abandono las ligeras caricias para cubrirlos con las sábanas, para, ya cubiertos, que pasaran a sus mejillas, aun rojas, suspiró aliviada al notar que las manos y caricias abandonaban su espalda y, quieta como se había mantenido, se mordió el labio, y sonrió un poco. Era tan dulce. Sintió sus labios rozar los de ella y cerró los ojos, devolvíendole el roce con suavidad, dejándose caer a su lado, quitando su peso de encima de él. Sonrió un poco, con su cabeza sobre uno de los brazos del chico y se acercó un poco, era tan cálido que no tardaría en perder la sensación de frío.
Un nuevo beso, igual de suabe que el anterior, e igual de fugaz, le hizo ocultar su cara en el pecho del chico, avergonzada, sin poder moverse mucho más por el abrazo que, en realidad, no le molestaba para nada. Respiró hondo, dejándo relajar su cuerpo cansada, y dolorido, que ya había empezado a entrar en calor, y asintió a su pregunta con voz tranquila.
- Mucho mejor.- musitó con una sonrisa suave.
Notaba la respiración de Kagura junto a su mejilla y sus manos rodeándole cálidamente la espalda, sintió, entonces, sus labios sobre el cuello y una suave succión en este, abrió los ojos, nerviosa, y se llevó una mano al cuello cuando él se alejó, sonrojada negó con la cabeza, tendría que cubrirselo para ir a trabajar al día siguiente. Pero en principio, no le importaba demasiado. Volvía a estar nerviosa, una suave tensión, agradable, incluso, se respiraba en el cuarto, cuando las caricias volvieron a su espalda, más valientes, esta vez, hasta el punto en el que, finalmente, comenzó a sentir que le tocaban las heridas.
Se tensó se tensó mucho y Kagura pareció notar que, incluso, palidecia, porque la giró con cierta brusquedad, pero con cuidado de no hacerle daño, y le levantó la camiseta, quitándosela, incluso. Alanna, nerviosa y algo asustada, cerró los ojos y se cubrió la cara con las manos antes de mirarlo de reojo. Parecía espantado, asustado, y una pregunta muda podía verse claramente en sus ojos.
- Son... son heridas muy viejas...- murmuró temblando bajo él y las sábanas, sin miedo a él, no creía que fuera a herirla, si lo hubiera querido, lo podría haber hecho ya, si no porque seguramente, se retiraría asqueado, a ella misma le horrorizaban esas marcas, ¿Cómo no iban a asustar a otros?- Por favor...- quería cubrirse la espalda, pero no sabía como decirlo, los nervios y el miedo habían hecho que sus ojos se empañasen y su voz saliera en un susurro de llanto.
Tembló nuevamente, el contraste entre el frío que tenía y el calor que desprendía el cuerpo de Kagura era agradable, pero la hacía estremencer. Lo miró, sonrojada, mientras la invitaba a entrar en la cama, con un regaño tan suave que no lo parecía, si se hubiera acostado junto a él, no habría dormido, se habría pasado el tiempo nerviosa, dando vueltas, y no habría sido adecuado, ya bastante que se había puesto su camisa. Sintió las manos de él cogiendo con firmeza su pequeña cintura, tenía las manos grandes y cálidas, él era alto, y fuerte, probablemente podría romperla, pero era tan suave su tacto que no temía que fuera a hacerlo, algo le decía que sería incapaz de ello.
- Me sabía mal.- respondió en un susurro, con timidez, sonrojada, sin saber qué hacer, su piel desnuda, cubierta uniamente por vendas, era suave, y sus brazos, desnudos, notaban el calor que transmitía ¿es que él no tenía frío?.
Se tensó cuando notó las manos de Kagura entrar bajo la camiseta, no le molestaba que la tocase, pero notaría las heridas, y no quería tener que hablar, si lo hacía, él se alejaría, sabiendo que ella llevaba encima demasiado vagaje emocional. Se mantuvo quieta, rezando porque no tocase ninguna de las marcas, no colaría decir que se hicieron anoche, estaban ya demasiado cerradas como para que pudiera ser cierto. Usualmente, con el maquillaje, podía cubrirlas hasya un punto en el que, por muy cerca que alguien estuviera, no las viera, incluso se rellenaban un poco, siendo casi indetectables al tacto. Por suerte, no sintió que llegase a tocar ninguna de ellas, su cintura no estaba marcada, el centro de la espalda, sí.
Una mano de Kagura abandono las ligeras caricias para cubrirlos con las sábanas, para, ya cubiertos, que pasaran a sus mejillas, aun rojas, suspiró aliviada al notar que las manos y caricias abandonaban su espalda y, quieta como se había mantenido, se mordió el labio, y sonrió un poco. Era tan dulce. Sintió sus labios rozar los de ella y cerró los ojos, devolvíendole el roce con suavidad, dejándose caer a su lado, quitando su peso de encima de él. Sonrió un poco, con su cabeza sobre uno de los brazos del chico y se acercó un poco, era tan cálido que no tardaría en perder la sensación de frío.
Un nuevo beso, igual de suabe que el anterior, e igual de fugaz, le hizo ocultar su cara en el pecho del chico, avergonzada, sin poder moverse mucho más por el abrazo que, en realidad, no le molestaba para nada. Respiró hondo, dejándo relajar su cuerpo cansada, y dolorido, que ya había empezado a entrar en calor, y asintió a su pregunta con voz tranquila.
- Mucho mejor.- musitó con una sonrisa suave.
Notaba la respiración de Kagura junto a su mejilla y sus manos rodeándole cálidamente la espalda, sintió, entonces, sus labios sobre el cuello y una suave succión en este, abrió los ojos, nerviosa, y se llevó una mano al cuello cuando él se alejó, sonrojada negó con la cabeza, tendría que cubrirselo para ir a trabajar al día siguiente. Pero en principio, no le importaba demasiado. Volvía a estar nerviosa, una suave tensión, agradable, incluso, se respiraba en el cuarto, cuando las caricias volvieron a su espalda, más valientes, esta vez, hasta el punto en el que, finalmente, comenzó a sentir que le tocaban las heridas.
Se tensó se tensó mucho y Kagura pareció notar que, incluso, palidecia, porque la giró con cierta brusquedad, pero con cuidado de no hacerle daño, y le levantó la camiseta, quitándosela, incluso. Alanna, nerviosa y algo asustada, cerró los ojos y se cubrió la cara con las manos antes de mirarlo de reojo. Parecía espantado, asustado, y una pregunta muda podía verse claramente en sus ojos.
- Son... son heridas muy viejas...- murmuró temblando bajo él y las sábanas, sin miedo a él, no creía que fuera a herirla, si lo hubiera querido, lo podría haber hecho ya, si no porque seguramente, se retiraría asqueado, a ella misma le horrorizaban esas marcas, ¿Cómo no iban a asustar a otros?- Por favor...- quería cubrirse la espalda, pero no sabía como decirlo, los nervios y el miedo habían hecho que sus ojos se empañasen y su voz saliera en un susurro de llanto.
- Tamer & Digimon
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Alanna Tale
Re: Fire {Kagura}
Kagura no sabia como reaccionar ante lo que vio, él, siendo un tanto experimentado en cicatrices, mas que nada porque sabia reconocer con que fuerza y saña le provocaron esas heridas, sobre todo porque Kagura en toda su vida, siempre a sido una pelea, al menos siempre estuvo llena de acción, por ello mismo ah visto toda clase de cicatrices, algunas incluso las experimentado el mismo, sobre todo en su niñes, cuando otros chicos lo molestaban por ser tan diferente, incluso por el echo de ser "albino" por nacer con un tono de pelo tan inusual, lo mismo por el color de sus ojos, para ellos Kagura era un bicho andante, fue objetivo de abusos escolares constantemente, tal vez fue por ello mismo que su abuelo insistió tanto en entrenarlo bajo unas artes marciales.
Si bien él podía reconocer y estar seguro que alguien le habia hecho daño, no podía decir o preguntar nada al respecto, principalmente porque identifico un poco de dolor en el tono de voz de Alanna, coloco sus manos sobre la espalda de Alanna y con sus dedos comenzó a acariciarle cada una de las cicatrices, con cada desliz de sus dedos sobre la suave piel cicatrizada de la espada de Alanna, un ligero susurro fue pronunciado desde su boca, con un tono un tanto de furia que no era dirigido hacia Alanna, mas bien era dirigido al causante de tales atrocidades.
Estaba mas que claro que a Kagura le importaba mas Alanna de lo que pudiera entender ella, a pesar de que su mirada representaba su enojo, sus cálidas manos seguían acariciando aquellas huellas del pasado de la chica con una sensación en que cada caricia, transmitía el cariño que él le habia cogido a la chica, se le habia formado un nudo en la garganta, no sabia que decir precisamente, pero ahora mas que nunca no dejaría que Alanna se volviera a lastimar a tal grado, no soportaría ver como ella podría ser lastimada como claramente supone, fue su pasado.
Las caricias poco a poco se transformaron en un leve masaje, para bajar la tensión de Alanna, presionando delicadamente cada rincón de la espalda de Alanna para no lastimarla. - Lo siento... debes tener mucho frió. - Retiro sus manos de la espalda de Alanna, en su lugar la rodeo con sus brazos, la abrazo recargando su cálido pecho y torso contra la espalda de Alanna, el tacto fue a tal grado que, le podía permitir a Alanna sentir los latidos del corazón de Kagura. - Lo siento... - Su voz estaba a punto de quebrarse de la impotencia de saber que ella posiblemente paso por algo tan desagradable y el no estaba con ella para evitarlo, una lagrima salio de uno de sus ojos y se deslizo por su mejilla hasta caer en el hombro de Alanna.
La rabia paso a ser miedo, después paso a ser pena, y finalmente un cálido sentimiento de querer protegerla, Kagura paso su rostro por sobre el hombro de Alanna, recargo su barbilla ahí mientras aun la abrazaba, beso varias veces la mejilla y detrás de la oreja de Alanna. - Se muy bien que... esto no fue provocado por algún accidente... se que alguien, te hizo algo... pero si no quieres hablar de esto, esta bien... después de todo ya solo son una sombra de un pasado... - Susurro al oído de Alanna.
Las manos de Kagura buscaron se posaron sobre el desnudo vientre de ella, acariciándola mientras seguía recibiendo besos detrás de su oreja. - Solo... quiero que sepas que estaré contigo... de ahora en adelante puedes contar conmigo siempre para cualquier cosa, incluso... para protegerte. - Al terminar de pronunciar estas palabras, llevo una mano al rostro de Alanna, la guió para que volteara su rostro y pudieran alcanzar a verse el uno al otro, finalmente le planto un dulce y cálido beso, mas profundo que los anteriores, mas duradero.
Si bien él podía reconocer y estar seguro que alguien le habia hecho daño, no podía decir o preguntar nada al respecto, principalmente porque identifico un poco de dolor en el tono de voz de Alanna, coloco sus manos sobre la espalda de Alanna y con sus dedos comenzó a acariciarle cada una de las cicatrices, con cada desliz de sus dedos sobre la suave piel cicatrizada de la espada de Alanna, un ligero susurro fue pronunciado desde su boca, con un tono un tanto de furia que no era dirigido hacia Alanna, mas bien era dirigido al causante de tales atrocidades.
Estaba mas que claro que a Kagura le importaba mas Alanna de lo que pudiera entender ella, a pesar de que su mirada representaba su enojo, sus cálidas manos seguían acariciando aquellas huellas del pasado de la chica con una sensación en que cada caricia, transmitía el cariño que él le habia cogido a la chica, se le habia formado un nudo en la garganta, no sabia que decir precisamente, pero ahora mas que nunca no dejaría que Alanna se volviera a lastimar a tal grado, no soportaría ver como ella podría ser lastimada como claramente supone, fue su pasado.
Las caricias poco a poco se transformaron en un leve masaje, para bajar la tensión de Alanna, presionando delicadamente cada rincón de la espalda de Alanna para no lastimarla. - Lo siento... debes tener mucho frió. - Retiro sus manos de la espalda de Alanna, en su lugar la rodeo con sus brazos, la abrazo recargando su cálido pecho y torso contra la espalda de Alanna, el tacto fue a tal grado que, le podía permitir a Alanna sentir los latidos del corazón de Kagura. - Lo siento... - Su voz estaba a punto de quebrarse de la impotencia de saber que ella posiblemente paso por algo tan desagradable y el no estaba con ella para evitarlo, una lagrima salio de uno de sus ojos y se deslizo por su mejilla hasta caer en el hombro de Alanna.
La rabia paso a ser miedo, después paso a ser pena, y finalmente un cálido sentimiento de querer protegerla, Kagura paso su rostro por sobre el hombro de Alanna, recargo su barbilla ahí mientras aun la abrazaba, beso varias veces la mejilla y detrás de la oreja de Alanna. - Se muy bien que... esto no fue provocado por algún accidente... se que alguien, te hizo algo... pero si no quieres hablar de esto, esta bien... después de todo ya solo son una sombra de un pasado... - Susurro al oído de Alanna.
Las manos de Kagura buscaron se posaron sobre el desnudo vientre de ella, acariciándola mientras seguía recibiendo besos detrás de su oreja. - Solo... quiero que sepas que estaré contigo... de ahora en adelante puedes contar conmigo siempre para cualquier cosa, incluso... para protegerte. - Al terminar de pronunciar estas palabras, llevo una mano al rostro de Alanna, la guió para que volteara su rostro y pudieran alcanzar a verse el uno al otro, finalmente le planto un dulce y cálido beso, mas profundo que los anteriores, mas duradero.
- Tamer & Digimon
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Renamon (Mizuki)
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Kagura Tenshi
Re: Fire {Kagura}
El silencio y la tensión se extendió por el cuarto cuando su camiseta voló. Las heridas de su espalda, más que visibles, serían lo que acabaría por alejar a ese chico de ella. Tembló, hacía frío y comenzaba a sospechar el asco que tendría Kagura por sus marcas. Por eso nunca dejaba que nadie la abrazara, siquiera, no debería haber hecho una excepción, no debería haber confiado, porque ahora solo se reafirmaría lo que sabía desde niña, no era alguien que mereciera la pena.
Sin embargo, en lugar de la lejanía que esperaba, comenzó a notar suaves caricias en la espalda que le recorrían las heridas con suavidad. Aunque sabía que era imposible, siempre había pensado que le dolería que le tocasen las marcas, era una estupidez, era consciente de ello, pero nunca había dejado que nadie le tocase la espalda, temerosa de volver a sentir ese dolor punzante, sordo y que resonaba. Pero no fue así. Las manos cálidas de Kagura recorrieron la piel ya cicatrizada con suavidad, llegando, incluso, a hacerle cosquillas, y tras unos instantes la presión fue reduciendose. Los ojos se le encharcaron en lágirmas y tembló un instante. No esperaba recibir un trato tan dulce, más bien habría esperado la misma reacción que tenía su madre al verlas. Un gesto de odio, un empujón y una despedida poco dulce.
Miró de reojo al chico, que controlaba su gesto, parecía furioso, pero no con ella. Tembló un poco, con frío, que se colaba por las sábanas levantadas y escuchó la voz de él, pausada, mientras descendía para pegar su pecho a su espalda desnuda, Sintió el latir de su corazón, acompasado al suyo, y se mantuvo quieta, tragándose un par de lágrimas de alivio. No se había alejado, no parecía que fuera a lanzarla lejos como si nada, no le daba asco. Respiró hondo y se dejó abrazar cogiendo los brazos de él con sus manos, heladas, esperando que no se alejase.
Tras un rato de silencio en el que la tensión comenzó a abandonar su cuerpo sintió que algo mojaba su hombro y abrió los ojos, sorprendida, girando la cara para poder verle, y volviéndo a esconderla cuando él comenzó a hablar, había visto una lágrima en su mejilla, pero tal vez él no quería que ella lo viera. Escuchó nuevamente un susurro en su oido, una promesa susurrada al silencio del cuarto y una caricia en la mejilla que la hizo girar la cabeza, permitiendo repetir ese beso que se habían dado la noche anterior en el tiovivo.
Terminó girándo todo el cuerpo, y pasó los brazos por la cintura de Kagura, dándole un abrazo sin detener el beso, y escondiendo la cara en su pecho cuando este terminó. Él había llorado por ella, no necesitaba, ni quería, soltar una sola lágrima, como él había dicho, era agua pasada, debía dejar de darle vueltas, no valía la pena pensar en una persona que jamás la había querido ni la querría, y que había salido por fin de su vida.
- Gracias.- murmuró dándola un beso en la comisura de los labios, alzando la vista, antes de volver a besarle con suavidad.
Una tos sonó desde la puerta, interrumpiendo el momento, y Alanna, abrió los ojos con velocidad, cubriéndose bien con las sábanas, antes de mirar a la puerta y ver a una mujer apoyada en el marco con gesto molesto. La Tamer se sonrojó muchísimo y se giró escondiendose, de nuevo en el pecho del chico, con la cabeza agachada y las mejillas como tomates. ¿Quién era? ¿Qué hacía allí? Miró a Kagura alzándo los ojos con mirada avergonzada, preguntando en silencio mientras se cubría el pecho con la sábana, tranquila por su espalda, tapada con el resto de las mantas.
Sin embargo, en lugar de la lejanía que esperaba, comenzó a notar suaves caricias en la espalda que le recorrían las heridas con suavidad. Aunque sabía que era imposible, siempre había pensado que le dolería que le tocasen las marcas, era una estupidez, era consciente de ello, pero nunca había dejado que nadie le tocase la espalda, temerosa de volver a sentir ese dolor punzante, sordo y que resonaba. Pero no fue así. Las manos cálidas de Kagura recorrieron la piel ya cicatrizada con suavidad, llegando, incluso, a hacerle cosquillas, y tras unos instantes la presión fue reduciendose. Los ojos se le encharcaron en lágirmas y tembló un instante. No esperaba recibir un trato tan dulce, más bien habría esperado la misma reacción que tenía su madre al verlas. Un gesto de odio, un empujón y una despedida poco dulce.
Miró de reojo al chico, que controlaba su gesto, parecía furioso, pero no con ella. Tembló un poco, con frío, que se colaba por las sábanas levantadas y escuchó la voz de él, pausada, mientras descendía para pegar su pecho a su espalda desnuda, Sintió el latir de su corazón, acompasado al suyo, y se mantuvo quieta, tragándose un par de lágrimas de alivio. No se había alejado, no parecía que fuera a lanzarla lejos como si nada, no le daba asco. Respiró hondo y se dejó abrazar cogiendo los brazos de él con sus manos, heladas, esperando que no se alejase.
Tras un rato de silencio en el que la tensión comenzó a abandonar su cuerpo sintió que algo mojaba su hombro y abrió los ojos, sorprendida, girando la cara para poder verle, y volviéndo a esconderla cuando él comenzó a hablar, había visto una lágrima en su mejilla, pero tal vez él no quería que ella lo viera. Escuchó nuevamente un susurro en su oido, una promesa susurrada al silencio del cuarto y una caricia en la mejilla que la hizo girar la cabeza, permitiendo repetir ese beso que se habían dado la noche anterior en el tiovivo.
Terminó girándo todo el cuerpo, y pasó los brazos por la cintura de Kagura, dándole un abrazo sin detener el beso, y escondiendo la cara en su pecho cuando este terminó. Él había llorado por ella, no necesitaba, ni quería, soltar una sola lágrima, como él había dicho, era agua pasada, debía dejar de darle vueltas, no valía la pena pensar en una persona que jamás la había querido ni la querría, y que había salido por fin de su vida.
- Gracias.- murmuró dándola un beso en la comisura de los labios, alzando la vista, antes de volver a besarle con suavidad.
Una tos sonó desde la puerta, interrumpiendo el momento, y Alanna, abrió los ojos con velocidad, cubriéndose bien con las sábanas, antes de mirar a la puerta y ver a una mujer apoyada en el marco con gesto molesto. La Tamer se sonrojó muchísimo y se giró escondiendose, de nuevo en el pecho del chico, con la cabeza agachada y las mejillas como tomates. ¿Quién era? ¿Qué hacía allí? Miró a Kagura alzándo los ojos con mirada avergonzada, preguntando en silencio mientras se cubría el pecho con la sábana, tranquila por su espalda, tapada con el resto de las mantas.
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Alanna Tale
Re: Fire {Kagura}
Veo que la señorita Alanna ya se siente mejor. -Decía una chica con el pelo plateado y de ojos dorados mientras observaba a la avergonzada tamer cubrirse con la sabana nuevamente y esconder el rostro en el pecho de Kagura, su tono de voz reflejaba su clara molestia y cierto grado de celos, en sus manos sostenía una bandeja de plata en la cual habia unos platillos con el desayuno listo, camino hacia la cama y coloco la bandeja sobre el buro de madera que se encontraba junto a cama, los platillos no eran mas que un sencillo desayuno de huevos, pan tostado, un baso de leche y un baso con jugo de naranja.
Kagura noto los nervios de Alanna y ante su reacción solo pudo dejar salir una pequeña risa, aun tenia el rostro rojo por lo que hasta hace un momento sucedía entre él y Alanna. Posiblemente para Alanna no le resultara gracioso lo que pasaba, a Kagura le daba bastante gracia, sobre todo porque sabia bien quien era esa chica, su voz era fácil de reconocer, su mirada, sus expresiones, incluso la manera elegante de moverse al caminar, era claro que no se trataba de nadie mas que Mizuki quien, se encontraba en su disfraz de humana, era un pequeño truco suyo para poder salir de vez en cuando a simple vista, así podía lograr ser una simple humana mas durante el día cuando sigue a Kagura a lugares públicos.
Si bien ese truco lo utilizaba pocas veces, le funcionaba mas ir por las sombras pues no soportaba llamar tanto la atención de otros humanos que no fueran su tamer, por ello mismo sigue prefiriendo el método de ir a escondidas viajando por las sombras, a Kagura normalmente le agrada que Mizuki tome esa forma cuando él se siente solo, pues así pueden salir juntos en publico e ir a pasar los ratos a diferentes partes. Esta vez Mizuki solo tomo esta forma para sacarle un ligero susto a Alanna. - Y... ¿ya acabaron el apareamiento? o, ¿les dejo a solas mas tiempo para que terminen?, la peste de sus feromonas esta por todas partes aquí, pude olerlos desde la cocina incluso. - Hablaba mientras observaba aun a Alanna.
El rostro de Kagura volvió a tornarse rojo al instante, recordando que apenas y se encontraba en ropa interior, lo único que lo mantenia a salvo de que Alanna no lo notara era el hecho de que la sabana lo estaba cubriendo de la cintura hacia abajo, y que alana no pudiera sentir la cálida piel de sus piernas, pues Kagura le habia prestado un pantalón. Volteo a ver a Alanna y quien estaba casi igual de roja, ella se hallaba solo con su sostén puesto, la única prenda que cubria su pecho y aun que estaba cubierta con la sabana para ocultar su cuerpo ante la mirada sospechosa de Mizuki, no lograba eludir aun las manos de Kagura quien inconscientemente aun acariciaba su espalda. - T-t-tranquila. - Soltó una risa nervioso y rojo del rostro. - Solo se trata de Mizuki, ella puede tomar apariencia humana a veces. - Explico muy tímido y nervioso Kagura.
El rostro humano de Mizuki solo hizo una mueca y mirando fijamente a Alanna le hizo una seña con la mano "te estoy vigilando" era justo el mensaje que daba entender, era raro ver que Mizuki se comportara así, tal vez es porque nunca habia podido dormir en la misma cama con su tamer o el hecho de como el le ponía tanta atención y cuidados, incluso en como es que su tamer observa a Alanna, fuera cual fuera la razón, era claro que se contenía, primero que nada por el hecho en que ella ayudo a Kagura tratando sus heridas, y segundo, no tenia ningún derecho, después de todo, Kagura simplemente era su tamer y ella era simplemente la digimon de él, no habia ningún tipo de relación mas que de amistad.
Kagura noto los nervios de Alanna y ante su reacción solo pudo dejar salir una pequeña risa, aun tenia el rostro rojo por lo que hasta hace un momento sucedía entre él y Alanna. Posiblemente para Alanna no le resultara gracioso lo que pasaba, a Kagura le daba bastante gracia, sobre todo porque sabia bien quien era esa chica, su voz era fácil de reconocer, su mirada, sus expresiones, incluso la manera elegante de moverse al caminar, era claro que no se trataba de nadie mas que Mizuki quien, se encontraba en su disfraz de humana, era un pequeño truco suyo para poder salir de vez en cuando a simple vista, así podía lograr ser una simple humana mas durante el día cuando sigue a Kagura a lugares públicos.
Si bien ese truco lo utilizaba pocas veces, le funcionaba mas ir por las sombras pues no soportaba llamar tanto la atención de otros humanos que no fueran su tamer, por ello mismo sigue prefiriendo el método de ir a escondidas viajando por las sombras, a Kagura normalmente le agrada que Mizuki tome esa forma cuando él se siente solo, pues así pueden salir juntos en publico e ir a pasar los ratos a diferentes partes. Esta vez Mizuki solo tomo esta forma para sacarle un ligero susto a Alanna. - Y... ¿ya acabaron el apareamiento? o, ¿les dejo a solas mas tiempo para que terminen?, la peste de sus feromonas esta por todas partes aquí, pude olerlos desde la cocina incluso. - Hablaba mientras observaba aun a Alanna.
El rostro de Kagura volvió a tornarse rojo al instante, recordando que apenas y se encontraba en ropa interior, lo único que lo mantenia a salvo de que Alanna no lo notara era el hecho de que la sabana lo estaba cubriendo de la cintura hacia abajo, y que alana no pudiera sentir la cálida piel de sus piernas, pues Kagura le habia prestado un pantalón. Volteo a ver a Alanna y quien estaba casi igual de roja, ella se hallaba solo con su sostén puesto, la única prenda que cubria su pecho y aun que estaba cubierta con la sabana para ocultar su cuerpo ante la mirada sospechosa de Mizuki, no lograba eludir aun las manos de Kagura quien inconscientemente aun acariciaba su espalda. - T-t-tranquila. - Soltó una risa nervioso y rojo del rostro. - Solo se trata de Mizuki, ella puede tomar apariencia humana a veces. - Explico muy tímido y nervioso Kagura.
El rostro humano de Mizuki solo hizo una mueca y mirando fijamente a Alanna le hizo una seña con la mano "te estoy vigilando" era justo el mensaje que daba entender, era raro ver que Mizuki se comportara así, tal vez es porque nunca habia podido dormir en la misma cama con su tamer o el hecho de como el le ponía tanta atención y cuidados, incluso en como es que su tamer observa a Alanna, fuera cual fuera la razón, era claro que se contenía, primero que nada por el hecho en que ella ayudo a Kagura tratando sus heridas, y segundo, no tenia ningún derecho, después de todo, Kagura simplemente era su tamer y ella era simplemente la digimon de él, no habia ningún tipo de relación mas que de amistad.
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Kagura Tenshi
Re: Fire {Kagura}
Reconoció la voz del digimon de Kagura en el cuerpo de la chiquilla, y sus sospechas se confirmaron cuando habló de apareamiento, haciendo que Alanna se pusiera, incluso, más roja. Esa Digimon la odiaba, estaba claro, desde el primer momento, aunque la chica ciertamente no entendía la razón. Solo quería cubrirse incluso la cabeza, y desaparecer. Cerró los ojos poniendo el cojín sobre su cara, notando arder las orejas y asomó un poco para mirar a Kagura, avergonzada, en busca de ayuda.
No entendía como un chico tan dulce como Kagura podía tener una Digimon tan puñetera, aunque no era quien para decir nada, Cat no es que fuera un desecho de dulzura. Pero al menos no se entrometía en esas cosas, estaba tranquila sobre la mesilla de noche, en silencio, sin interrumpir ni molestar, y sin avergonzarla. Miró a Kagura que parecía intentar disculpar a su digimon y suspiró con las mejillas rojas. Tenía incluso ganas de llorar, por dios, solo quería que se fuera, poder ponerse la camiseta, que había acabado junto a Kagura, lejos de ella.
Mizuki desapareció del cuarto con un suspiro sonoro al no recibir respuesta alguna y Alanna pudo respirar tranquila. Miró al chico, sacando la cabeza de debajo de la almohada, y suspiró dejando caer su pecho sobre el de él, mirándolo enfurruñada, pero no enfadada, estaba tan avergonzada que no sabía ni que decir, mientras la sábana blanca rodaba su pecho.
- ¿Por qué no tienes pestillo...?.- se dejó caer con un suspiro, roja como un tomate.- ¿me pasas la camiseta, por favor?- señaló algo más allá en la cama. Una vez la tuvo, se la puso y volvió a recostarse.- Creo que no le gusto.- sonrió con la cara como un tomate, refiriéndose a Mizuki, temblando de nuevo.
El contacto de Kagura había sido reconfortante, hasta el punto que, incluso sin camiseta, se le había olvidado el frío, pero ese corte había hecho que toda la calma que había conseguido se volatilizase, haciendo que se sintiera helada y los escalofríos volvieran. Se acurrucó abrazándose, sin saber si podía volver a los brazos del chico después de la intervención de la digimon, que la había dejado francamente incómoda.
Lo miró roja, con ojos grandes, notando, nuevamente, la sensación de fiebre y dolor de cabeza. Estirándo la mano, cogió la suya con timidez, y se encogió sobre si misma, enredando sus dedos en los de él. Sin saber de su estado bajo las sábanas. Se lo pensó un momento, ¿le molestaría? Estaba claro que Mizuki había interrumpido en el peor de los momentos, cuando más tranquila y segura se había sentido, y cuando había comenzado a abandonarla la sensación de frío.
- Kagura...- murmuró.- ¿puedo volver a abrazarte?- le preguntó avergonzada, olvidándose del desayuno. Era usual en ella, cuando se sentía mala, parecía querer más contacto, como todo el mundo cuando se encuentra mal, pide que lo cuiden.
Ella no había tenido, en realidad, nadie que la cuidara cuando estaba mala, y no sabía hasta que punto era normal, pero con un abrazo, en realidad, se conformaba, al menos hasta que le bajara un poco la sensación de malestar. Lo cierto era que nunca había tenido a nadie que le diera un abrazo cuando tenía fiebre o que le pusiera una bolsa fría en la cabeza, desde los tres años se había tenido que cuidar sola, escondiéndose de su madre, pero la fiebre había tomado, en parte el control, y aun con timidez, había decidido preguntar, y tentar a la suerte.
No entendía como un chico tan dulce como Kagura podía tener una Digimon tan puñetera, aunque no era quien para decir nada, Cat no es que fuera un desecho de dulzura. Pero al menos no se entrometía en esas cosas, estaba tranquila sobre la mesilla de noche, en silencio, sin interrumpir ni molestar, y sin avergonzarla. Miró a Kagura que parecía intentar disculpar a su digimon y suspiró con las mejillas rojas. Tenía incluso ganas de llorar, por dios, solo quería que se fuera, poder ponerse la camiseta, que había acabado junto a Kagura, lejos de ella.
Mizuki desapareció del cuarto con un suspiro sonoro al no recibir respuesta alguna y Alanna pudo respirar tranquila. Miró al chico, sacando la cabeza de debajo de la almohada, y suspiró dejando caer su pecho sobre el de él, mirándolo enfurruñada, pero no enfadada, estaba tan avergonzada que no sabía ni que decir, mientras la sábana blanca rodaba su pecho.
- ¿Por qué no tienes pestillo...?.- se dejó caer con un suspiro, roja como un tomate.- ¿me pasas la camiseta, por favor?- señaló algo más allá en la cama. Una vez la tuvo, se la puso y volvió a recostarse.- Creo que no le gusto.- sonrió con la cara como un tomate, refiriéndose a Mizuki, temblando de nuevo.
El contacto de Kagura había sido reconfortante, hasta el punto que, incluso sin camiseta, se le había olvidado el frío, pero ese corte había hecho que toda la calma que había conseguido se volatilizase, haciendo que se sintiera helada y los escalofríos volvieran. Se acurrucó abrazándose, sin saber si podía volver a los brazos del chico después de la intervención de la digimon, que la había dejado francamente incómoda.
Lo miró roja, con ojos grandes, notando, nuevamente, la sensación de fiebre y dolor de cabeza. Estirándo la mano, cogió la suya con timidez, y se encogió sobre si misma, enredando sus dedos en los de él. Sin saber de su estado bajo las sábanas. Se lo pensó un momento, ¿le molestaría? Estaba claro que Mizuki había interrumpido en el peor de los momentos, cuando más tranquila y segura se había sentido, y cuando había comenzado a abandonarla la sensación de frío.
- Kagura...- murmuró.- ¿puedo volver a abrazarte?- le preguntó avergonzada, olvidándose del desayuno. Era usual en ella, cuando se sentía mala, parecía querer más contacto, como todo el mundo cuando se encuentra mal, pide que lo cuiden.
Ella no había tenido, en realidad, nadie que la cuidara cuando estaba mala, y no sabía hasta que punto era normal, pero con un abrazo, en realidad, se conformaba, al menos hasta que le bajara un poco la sensación de malestar. Lo cierto era que nunca había tenido a nadie que le diera un abrazo cuando tenía fiebre o que le pusiera una bolsa fría en la cabeza, desde los tres años se había tenido que cuidar sola, escondiéndose de su madre, pero la fiebre había tomado, en parte el control, y aun con timidez, había decidido preguntar, y tentar a la suerte.
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Alanna Tale
Re: Fire {Kagura}
Al salir Mizuki de la habitación, Kagura suspiro con alivio, aun algo rojo del rostro por el comentario de su compañera digital, si bien ya se encontraba mas tranquilo, aun seguía con sus mejillas rojas pues, volteo a mirarla, le habían hecho una pregunta que no sabia a que contestar, pues a pesar de que a la puerta se le podía poner seguro, ninguno de los 2 se habia molestado en levantarse para cerrarla, después de ello, Alanna pregunto si podría pasar la camiseta que él le habia quitado, Kagura asintió con el rostro rojo y mas nervioso que antes, habia olvidado la manera de como habia actuado, era la primera vez que le quitaba una prenda de ropa a una chica, habia actuado por impulso, le paso la camiseta y no pudo evitar seguir observando a Alanna hasta que sintió la mano de la chica tomar la suya, los ojos de la chica brillaban con intensidad y le pedía a Kagura un abrazo, ¿como iba a resistirse ante ese rostro tan tierno y precioso?, sin dudarlo ni un momento se lanzo sobre la chica, guiado por el impulso nuevamente la abrazo y le beso la frente.
Había tomado el borde de la sabana de nuevo y se cubrió con ella junto a Alanna, la mantuvo junto a él todo el tiempo, paso sus manos por las mejillas de ella, deslizo sus dedos con suavidad y cariño las tiernas y rojas mejillas, su respiración era un poco pesada, su corazón acelero el ritmo, sus labios estaban a punto de rozar los de Alanna nuevamente buscando otro beso, mantuvo la mirada fija todo el tiempo en los ojos de Alanna, sus caricias pasaron poco a poco desde las mejillas al cuello de la chica y poco a poco se acercaban sus manos la parte trasera de la cabeza de la chica. A pesar de que en contacto de su piel con la de ella era limitado aun podía sentir el frió que ella tenia, se preguntaba como es que alguien pudiera tener tanto frió, tal vez se debía a que ella aun no se adaptaba del todo al clima de este país.
Las caricias fueron cada vez mas intensas, sus manos bajaron por la nunca de la joven, deslizando sus dedos por la poca piel que la camiseta que usaba Alanna le permitía, paso nuevamente por su espalda volviendo a darle esas cálidas caricias llenas de ternura, habia olvidado lo de las cicatrices, hasta que volvió a descubrirlas recobrando el control de si mismo. - Perdona... ¿esta bien si... toco ahí? - Pregunto a la chica un tanto preocupado de que ella se enojase, no quería causarle problema alguno, tampoco quería incomodarle, en verdad, estaba muy preocupado por lo que ella pensara, tampoco podía ignorar fácilmente esas cicatrices, aun se preguntaba quien y el porque, tenia curiosidad después de todo, aun sabiendo que no debería de presionarla.
Mizuki quien se encontraba en el comedor desayunando tranquilamente, con sus orejas lograba captar la conversación entre su tamer y la chica, bebía un café con una expresión de molestia en su rostro humanizado, pareciera como si en su mente, su imaginación le hiciera pensar cosas sucias relacionadas con su tamer y Alanna, motivo por el cual sin querer rompió la taza donde bebía el café, lo habia presionado demasiado sin querer, se levanto a limpiar el desastre que habia ocasionado. Aun teniendo a Alanna en sus brazos, Kagura habia vuelto a su timidez, no sabia que mas hacer, la chica solamente le habia pedido que le abrazase pero el se habia pasado un poco con las caricias y los besos, su rostro se hallaba con una expresión de un tanto de culpable, definitivamente ya no sabia que hacer o decir, no fue si no hasta que sintió un temblor en el cuerpo de la joven. - sabes si tienes tanto frió... podrías tomar una ducha con agua calienta y volver a la cama. - hizo una pausa y luego prosiguió. - si te sientes tan mal podría ayudarte un poco con la ducha... - agrego como un comentario de humor un tanto cómico, un simple chiste pero que repasando sus propias palabras habia notado que sonaba mas como insinuación que como una broma.
Había tomado el borde de la sabana de nuevo y se cubrió con ella junto a Alanna, la mantuvo junto a él todo el tiempo, paso sus manos por las mejillas de ella, deslizo sus dedos con suavidad y cariño las tiernas y rojas mejillas, su respiración era un poco pesada, su corazón acelero el ritmo, sus labios estaban a punto de rozar los de Alanna nuevamente buscando otro beso, mantuvo la mirada fija todo el tiempo en los ojos de Alanna, sus caricias pasaron poco a poco desde las mejillas al cuello de la chica y poco a poco se acercaban sus manos la parte trasera de la cabeza de la chica. A pesar de que en contacto de su piel con la de ella era limitado aun podía sentir el frió que ella tenia, se preguntaba como es que alguien pudiera tener tanto frió, tal vez se debía a que ella aun no se adaptaba del todo al clima de este país.
Las caricias fueron cada vez mas intensas, sus manos bajaron por la nunca de la joven, deslizando sus dedos por la poca piel que la camiseta que usaba Alanna le permitía, paso nuevamente por su espalda volviendo a darle esas cálidas caricias llenas de ternura, habia olvidado lo de las cicatrices, hasta que volvió a descubrirlas recobrando el control de si mismo. - Perdona... ¿esta bien si... toco ahí? - Pregunto a la chica un tanto preocupado de que ella se enojase, no quería causarle problema alguno, tampoco quería incomodarle, en verdad, estaba muy preocupado por lo que ella pensara, tampoco podía ignorar fácilmente esas cicatrices, aun se preguntaba quien y el porque, tenia curiosidad después de todo, aun sabiendo que no debería de presionarla.
Mizuki quien se encontraba en el comedor desayunando tranquilamente, con sus orejas lograba captar la conversación entre su tamer y la chica, bebía un café con una expresión de molestia en su rostro humanizado, pareciera como si en su mente, su imaginación le hiciera pensar cosas sucias relacionadas con su tamer y Alanna, motivo por el cual sin querer rompió la taza donde bebía el café, lo habia presionado demasiado sin querer, se levanto a limpiar el desastre que habia ocasionado. Aun teniendo a Alanna en sus brazos, Kagura habia vuelto a su timidez, no sabia que mas hacer, la chica solamente le habia pedido que le abrazase pero el se habia pasado un poco con las caricias y los besos, su rostro se hallaba con una expresión de un tanto de culpable, definitivamente ya no sabia que hacer o decir, no fue si no hasta que sintió un temblor en el cuerpo de la joven. - sabes si tienes tanto frió... podrías tomar una ducha con agua calienta y volver a la cama. - hizo una pausa y luego prosiguió. - si te sientes tan mal podría ayudarte un poco con la ducha... - agrego como un comentario de humor un tanto cómico, un simple chiste pero que repasando sus propias palabras habia notado que sonaba mas como insinuación que como una broma.
- Tamer & Digimon
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Re: Fire {Kagura}
La abrazó, no solo la abrazó, si no que le dio uno de esos abrazos que hacen huir al frío, unas caricias de esas que calentaban la piel y que parecían hacer que esta se volviera suave como el terciopelo. Alanna cerró los ojos notando la calma invadirla, y sonrió levemente mirándo nuevamente a Kagura, que le devolvía una mirada serie mientras acariciaba suavemente sus mejollas, su cuello y llegaba a su nuca. Notó el pelo, ya deshecho de la trenza, que ya no era trenza, enredarse en sus manos mientras su bocas volvían a juntarse suave y tímidamente.
Aun sin cortar el beso, notó la meno de Kagura recorrer su espalda mientras ell tomaba con sus dos manos la otra del chico, que, de pronto se detuvo, durante un instante se había puesto algo tensa al notar que volvía a recorrer su espalda, pero pronto se relajó y la pregunta del joven solo hacía que confirmar que no le tenía lástima o miedo por sus marcas, simplemente, era respeto, porque ella estuviera bien, porque no se sintiera incómoda. Aun sonrojada por el beso, asintió escondiendo la cabeza en su pecho, con las manos aun sobre la suya, notando como la calidez comenzaba a templar su cuerpo frío, que, no obstante, aun temblaba.
- Está bien- musitó con calma y una ligera sonrisa.
Tenía sueño, comenzaba a dormirse, pero notaba el cuerpo tan frío, que no se veía capaz de descansar y cerrar los ojos tranquila, el joven debió notarlo, pues su voz sonó, invitándola a pasar a tomar una ducha caliente, Alanna alzó la cabeza, mirándolo y asintió, si, probablemente le sentaría bien, pero no tenía ropa interior más de la que llevaba puesta. Suspiró y de todos modos, fue a aceptar la oferta cuando escuchó la segunda parte y su cara se vio incendiada.
Tartamudeó un poco antes de agachar la cabeza, sonrojada, y en apenas un susurro negar con la cabeza, la oferta, en el fondo, no le parecía tan mala, ni mucho menos, desagradable, pero acababan de conocerse, ni era el momento ni la ocasión, aunque no iba a negar que el chico le atraía y si se conocieran más no le importaría que la acompañase a la ducha, al baño o a donde él quisiera.
- N... no... pero... gracias...- musitó antes de, lentamente, levantarse de la cama.- La... ¿toalla?- la cogió cuando el se la señaló y entró al baño a trompicones, mientras la calefacción del cuarto se encendía casi al poner un pie en él.-gracias...- murmuró antes de cerrar la puerta y dejarse caer hacia el suelo abrazando la toalla entre escalofríos.
Suspiró nerviosa, acabando de deshacer la trenza para volver a anudarse el pelo, se había duchado la noche anterior, solo necesitaba entrar en calor, y mojarse el pelo no sería le mejor de las ideas para eso. Mientras se acercaba a abrir el agua caliente, se dio cuenta de su estupidez, él debía estar necesitando más eso que ella, seguía herido, magullado, cansado y probablemente aun tenía el polvo de la noche anterior pegado a la piel. Miró la camiseta, no parecía haber nada, probablemente el vuelo había hecho que las motas se desprendieran, pero seguía necesitandolo más que ella. No le importaba volver a vendarle despues, pero era ya algo tarde para echarse atrás, e invitarlo a entrar con ella no era una opción.
Se deshizo cuidadosamente de la ropa dejándola bien doblada sobre una banqueta y entró a la ducha mientras el vapor comenzaba a inundar el cuarto, aunque fuera una tontería, los cinco minutos que estuvo bajo el agua caliente sin hacer nada, más que estar allí, de pie, comenzaron a calentarle el cuerpo. Cogió uno de los jabones de los estantes, fresas, solía usar ese champú cuando no le quedaba de azahar. Se limpió rápido y volvió a quedarse bajo el agua notando el aroma de la fresa, dulce, sobre su piel cálida y algo sonrojada. Salió apagando el agua y se secó con velocidad, volviéndo a cambiarse y salió desanudándose el pelo, seco.
- ¿Puedo... puedo entrar otra vez?- Preguntó acercándose a la cama, notando al piel cálida comenzando a enfriarse y el sueño acudir a ella. Entró entre las sábanas acurrucándose con un bostezo y sonrió entre somnolencia al joven, tan dulce, que tenía frente a ella.- Si quieres puedes ir también, no me cuesta nada volver a vendarte las heridas cuando salgas.- le intentó convencer para que no se preocupara por las vendas.
Aun sin cortar el beso, notó la meno de Kagura recorrer su espalda mientras ell tomaba con sus dos manos la otra del chico, que, de pronto se detuvo, durante un instante se había puesto algo tensa al notar que volvía a recorrer su espalda, pero pronto se relajó y la pregunta del joven solo hacía que confirmar que no le tenía lástima o miedo por sus marcas, simplemente, era respeto, porque ella estuviera bien, porque no se sintiera incómoda. Aun sonrojada por el beso, asintió escondiendo la cabeza en su pecho, con las manos aun sobre la suya, notando como la calidez comenzaba a templar su cuerpo frío, que, no obstante, aun temblaba.
- Está bien- musitó con calma y una ligera sonrisa.
Tenía sueño, comenzaba a dormirse, pero notaba el cuerpo tan frío, que no se veía capaz de descansar y cerrar los ojos tranquila, el joven debió notarlo, pues su voz sonó, invitándola a pasar a tomar una ducha caliente, Alanna alzó la cabeza, mirándolo y asintió, si, probablemente le sentaría bien, pero no tenía ropa interior más de la que llevaba puesta. Suspiró y de todos modos, fue a aceptar la oferta cuando escuchó la segunda parte y su cara se vio incendiada.
Tartamudeó un poco antes de agachar la cabeza, sonrojada, y en apenas un susurro negar con la cabeza, la oferta, en el fondo, no le parecía tan mala, ni mucho menos, desagradable, pero acababan de conocerse, ni era el momento ni la ocasión, aunque no iba a negar que el chico le atraía y si se conocieran más no le importaría que la acompañase a la ducha, al baño o a donde él quisiera.
- N... no... pero... gracias...- musitó antes de, lentamente, levantarse de la cama.- La... ¿toalla?- la cogió cuando el se la señaló y entró al baño a trompicones, mientras la calefacción del cuarto se encendía casi al poner un pie en él.-gracias...- murmuró antes de cerrar la puerta y dejarse caer hacia el suelo abrazando la toalla entre escalofríos.
Suspiró nerviosa, acabando de deshacer la trenza para volver a anudarse el pelo, se había duchado la noche anterior, solo necesitaba entrar en calor, y mojarse el pelo no sería le mejor de las ideas para eso. Mientras se acercaba a abrir el agua caliente, se dio cuenta de su estupidez, él debía estar necesitando más eso que ella, seguía herido, magullado, cansado y probablemente aun tenía el polvo de la noche anterior pegado a la piel. Miró la camiseta, no parecía haber nada, probablemente el vuelo había hecho que las motas se desprendieran, pero seguía necesitandolo más que ella. No le importaba volver a vendarle despues, pero era ya algo tarde para echarse atrás, e invitarlo a entrar con ella no era una opción.
Se deshizo cuidadosamente de la ropa dejándola bien doblada sobre una banqueta y entró a la ducha mientras el vapor comenzaba a inundar el cuarto, aunque fuera una tontería, los cinco minutos que estuvo bajo el agua caliente sin hacer nada, más que estar allí, de pie, comenzaron a calentarle el cuerpo. Cogió uno de los jabones de los estantes, fresas, solía usar ese champú cuando no le quedaba de azahar. Se limpió rápido y volvió a quedarse bajo el agua notando el aroma de la fresa, dulce, sobre su piel cálida y algo sonrojada. Salió apagando el agua y se secó con velocidad, volviéndo a cambiarse y salió desanudándose el pelo, seco.
- ¿Puedo... puedo entrar otra vez?- Preguntó acercándose a la cama, notando al piel cálida comenzando a enfriarse y el sueño acudir a ella. Entró entre las sábanas acurrucándose con un bostezo y sonrió entre somnolencia al joven, tan dulce, que tenía frente a ella.- Si quieres puedes ir también, no me cuesta nada volver a vendarte las heridas cuando salgas.- le intentó convencer para que no se preocupara por las vendas.
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :41Ficha :Cronologia :Nivel On Rol :Rookie Spirit
Alanna Tale
Re: Fire {Kagura}
Habían pasado ya un corto tiempo desde que Alanna entro al baño, Kagura aprovecho el momento y se levanto de la cama a observarse en el espejo, no estaba tan grave como él pensaba, aun que el dolor en sus músculos le era una molestia, aun estaba en sin ropa, se preguntaba quien fue quien lo desvistió, si fue Alanna o Mizuki, como fuera que haya sido, necesitaba encontrar la forma de no pasar vergüenza frente a la hermosa chica que ahora se encontraba limpiando tan esplendido cuerpo, comenzó a buscar algo de ropa en algunos cajones de unos muebles, solo lograba encontrar ropa interior, tal parece que Mizuki se olvido de recordarle sobre lavar su ropa.
Tomo un par de boxers nuevos y suspiro pesadamente, era difícil pensar en estar junto a la chica con la que se beso en varias ocasiones y tener que presentarse ante ella solo en ropa interior, el rostro de Kagura paso de un rojo penoso a uno de vergüenza, parecía que todo estaba en su contra y lo que menos quería era incomodar a aquella chica, aun que claro ya habían llegado a un punto lejano del retorno, sostuvo sus prendas intimas en la mano y se recostó nuevamente en cama, esperando que ella no se diera cuenta de su estado "natural".
Mizuki habia terminado de desayunar, se encontraba lavando los trastes tranquilamente tratando de sacar de su mente toda idea sucia o lasciva que su imaginación le ofrecía sobre aquella posible relación entre su tamer y aquella chica de busto prominente, aun así era casi imposible, pues era un hecho que los habia dejado en una misma habitación a solas y por lo "libros" que su tamer oculta bajo la cama, ella sabe que todo puede pasar entre un hombre y una mujer que están a solas, la preocupación seguía presente, no podía tolerar mucho que una chica se llevara la atención de su tamer, es mas, no soportaba la idea de que lo desviara de su camino en busca de poder para lograr los objetivos de ambos.
Regresando a la habitacion, Kagura se encontraba pensante, seguía observando los venajes que tenia puestos, pensaba en la carga que habia sido para Alanna, definitivamente tenia mucho que aprender, un guerrero sobre todo los de las sombras como fue entrenado, debería poder controlar sus emociones, no habia tenido problemas así antes, definitivamente se distrajo por observar a Alanna todo el tiempo, era el equivalente a un insecto topándose con el mismo farol una y otra vez al ser atraido por su luz, en este caso, fue Kagura quien se distrajo al observar la belleza de aquella chica.
El frió se volvió a sentir, era mala idea estar casi sin ropa con un frió tan fuerte, volteo a ver la ventana, aun estaba abierta, era posible que no la hubiesen cerrado antes, se levanto de la cama y camino hacia la ventana para después cerrarla impidiendo así que siguiera colándose el frió por ella, poco a poco la temperatura del habiente fue elevándose, así estaba mejor, lo que menos quería era enfermarse junto a Alanna, después de todo ¿quien podría cuidar de ella si e también se enferma?.
Volvió a recostarse en cama esperando de vuelta a Alanna, se habia cubierto con las sabanas para ocultar el resto de su cuerpo, la timidez casi le impedía moverse de tan solo pensar que ella saldría del baño en cualquier momento y después de todo acertó, no paso ni un minuto desde que volvió a la cama cuando Alanna salio del baño, la miro, era incluso aun mas hermosa con su piel humedecida, podía incluso ver como el vapor de agua caliente se condensaba en su piel y pequeñas gotas de agua se deslizaban a través de esta, era algo un tanto atrayente para Kagura, ¿le parecía sexy eso?, ¿parte de algún fetiche que el mismo desconocía?, no lo sabia, simplemente le ponía un tanto nervioso y tímido, al grado de ocultar su rostro contra la almohada.
A-a-adelante... -Dijo un tanto nervioso contestando a la interrogante de aquella chica, aun estaba rojo del rostro nuevamente al por fijar su mirada en aquellos atributos que resaltaban de la parte frontal de la chica, pudiera ser que se distrajera con lo mismo un par de veces, pero termino nuevamente cobrando la compostura y la miro a los ojos, pensó por un momento, asintió, definitivamente tenia que tomar un baño, no seria agradable que ella lograra detectar el pésimo aroma de su cuerpo, Kagura procuraba siempre estar presentable, al menos asi fue que su familia le acostumbro a ser.
P-p-podrias.... - Estaba a punto de pedirle a aquella chica que se volteara ver a otro lado o se tapara los ojos por un segundo para que el pudiera entrar en ropa interior al baño, pero recordó que el ya la habia visto antes en la misma condición en que ahora el estaba, se armo de valor y aun con el rostro rojo pero ocultando su mirada bajo la sombra del fleco de su pelo, salio de la cama y camino hacia el baño usando solo su ropa interior, en la mano llevaba un cambio de prenda, así que, así como entro, saldría de la misma forma, sintió un poco de vergüenza, pero al final y al cabo se lo debía de cierta forma a aquella chica.
Se quito los vendajes frente a Alanna, quedando con el torso del cuerpo completamente desnudo, solo quedaban algunas cicatrices de cortaduras por vidrios rotos, definitivamente Kagura era alguien que habia crecido en un ambiente rudo, pues incluso su cuerpo de alguna forma se adapto para curar toda lesión de manera rápida, al menos en caso de los daños menores y superficiales, volteo a ver a Alanna a los ojos algo apenado. - Yo.... esto... creo que yo te debía esto.... después de todo... también te pude ver casi sin... nada en sima... - Al terminar entro rápidamente al baño, se quito su única prenda y prosiguió entrar al agua caliente y lavar su cuerpo por completo dejando a Alanna sola recostada en cama.
Tomo un par de boxers nuevos y suspiro pesadamente, era difícil pensar en estar junto a la chica con la que se beso en varias ocasiones y tener que presentarse ante ella solo en ropa interior, el rostro de Kagura paso de un rojo penoso a uno de vergüenza, parecía que todo estaba en su contra y lo que menos quería era incomodar a aquella chica, aun que claro ya habían llegado a un punto lejano del retorno, sostuvo sus prendas intimas en la mano y se recostó nuevamente en cama, esperando que ella no se diera cuenta de su estado "natural".
Mizuki habia terminado de desayunar, se encontraba lavando los trastes tranquilamente tratando de sacar de su mente toda idea sucia o lasciva que su imaginación le ofrecía sobre aquella posible relación entre su tamer y aquella chica de busto prominente, aun así era casi imposible, pues era un hecho que los habia dejado en una misma habitación a solas y por lo "libros" que su tamer oculta bajo la cama, ella sabe que todo puede pasar entre un hombre y una mujer que están a solas, la preocupación seguía presente, no podía tolerar mucho que una chica se llevara la atención de su tamer, es mas, no soportaba la idea de que lo desviara de su camino en busca de poder para lograr los objetivos de ambos.
Regresando a la habitacion, Kagura se encontraba pensante, seguía observando los venajes que tenia puestos, pensaba en la carga que habia sido para Alanna, definitivamente tenia mucho que aprender, un guerrero sobre todo los de las sombras como fue entrenado, debería poder controlar sus emociones, no habia tenido problemas así antes, definitivamente se distrajo por observar a Alanna todo el tiempo, era el equivalente a un insecto topándose con el mismo farol una y otra vez al ser atraido por su luz, en este caso, fue Kagura quien se distrajo al observar la belleza de aquella chica.
El frió se volvió a sentir, era mala idea estar casi sin ropa con un frió tan fuerte, volteo a ver la ventana, aun estaba abierta, era posible que no la hubiesen cerrado antes, se levanto de la cama y camino hacia la ventana para después cerrarla impidiendo así que siguiera colándose el frió por ella, poco a poco la temperatura del habiente fue elevándose, así estaba mejor, lo que menos quería era enfermarse junto a Alanna, después de todo ¿quien podría cuidar de ella si e también se enferma?.
Volvió a recostarse en cama esperando de vuelta a Alanna, se habia cubierto con las sabanas para ocultar el resto de su cuerpo, la timidez casi le impedía moverse de tan solo pensar que ella saldría del baño en cualquier momento y después de todo acertó, no paso ni un minuto desde que volvió a la cama cuando Alanna salio del baño, la miro, era incluso aun mas hermosa con su piel humedecida, podía incluso ver como el vapor de agua caliente se condensaba en su piel y pequeñas gotas de agua se deslizaban a través de esta, era algo un tanto atrayente para Kagura, ¿le parecía sexy eso?, ¿parte de algún fetiche que el mismo desconocía?, no lo sabia, simplemente le ponía un tanto nervioso y tímido, al grado de ocultar su rostro contra la almohada.
A-a-adelante... -Dijo un tanto nervioso contestando a la interrogante de aquella chica, aun estaba rojo del rostro nuevamente al por fijar su mirada en aquellos atributos que resaltaban de la parte frontal de la chica, pudiera ser que se distrajera con lo mismo un par de veces, pero termino nuevamente cobrando la compostura y la miro a los ojos, pensó por un momento, asintió, definitivamente tenia que tomar un baño, no seria agradable que ella lograra detectar el pésimo aroma de su cuerpo, Kagura procuraba siempre estar presentable, al menos asi fue que su familia le acostumbro a ser.
P-p-podrias.... - Estaba a punto de pedirle a aquella chica que se volteara ver a otro lado o se tapara los ojos por un segundo para que el pudiera entrar en ropa interior al baño, pero recordó que el ya la habia visto antes en la misma condición en que ahora el estaba, se armo de valor y aun con el rostro rojo pero ocultando su mirada bajo la sombra del fleco de su pelo, salio de la cama y camino hacia el baño usando solo su ropa interior, en la mano llevaba un cambio de prenda, así que, así como entro, saldría de la misma forma, sintió un poco de vergüenza, pero al final y al cabo se lo debía de cierta forma a aquella chica.
Se quito los vendajes frente a Alanna, quedando con el torso del cuerpo completamente desnudo, solo quedaban algunas cicatrices de cortaduras por vidrios rotos, definitivamente Kagura era alguien que habia crecido en un ambiente rudo, pues incluso su cuerpo de alguna forma se adapto para curar toda lesión de manera rápida, al menos en caso de los daños menores y superficiales, volteo a ver a Alanna a los ojos algo apenado. - Yo.... esto... creo que yo te debía esto.... después de todo... también te pude ver casi sin... nada en sima... - Al terminar entro rápidamente al baño, se quito su única prenda y prosiguió entrar al agua caliente y lavar su cuerpo por completo dejando a Alanna sola recostada en cama.
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :255Ficha :Nivel On Rol :PerfectNivel On Rol de los Digi Aliados :Kiseki: ChampionIcono :Rango y Unidad :Kagura Tenshi
Rango: Soldado
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: East Blue Dragon
Renamon (Mizuki)
Rango: Soldado
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: East Blue DragonInventario :
Kagura Tenshi
Re: Fire {Kagura}
Al verlo alzarse, Alanna se cubrió media cara, sonrojada, apartando la mirada. Él solo llevaba su ropa interior, y se metía en el baño, con, tan solo, un cambio de muda. Cuando el chico se perdió en el interior del cuarto de baño, la chica se dejó caer de espaldas en la cama y lanzó un suspiro, avergonzada. No esperaba que el chico saliera de la cama en boxers.
Cubrió sus ojos con el brazo, recuperando, poco a poco, la calma. Recordaba que, en el armario, solo había habido camisas y trajes limpios, no había visto pijamas, chandales o ropa de diario, tal vez le había prestado el último pantalón de chandal que le quedase limpio. Sonrió un poco, divertida. Sabía que algunos chicos eran algo despistados en ese tipo de cosas, que se preocupaban más bien poco, pero por lo que había visto la noche anterior, no esperaba que ese chico, ese galán, que la había sacado a bailar, fuera tan despistado, le resultaba algo adorable.
Con un suspiro, se desanudó el pantalón, que aun atado le bailaba, y lo dejó doblado sobre la cama, doblado, para que, cuando el chico saliera, pudiera vestir algo más que no fueran esos boxers, que tan bien le quedaban. Avergonzada por pensar esas cosas, se levantó de la cama de golpe, y llamó a la puerta del baño para preguntar si podía usar la cocina. La respuesta llegó clara y sencilla permitiéndole rondar por la casa con tranquilidad.
Con solo la camiseta que la cubría, pasó por el comedor para llegar a la cocina. La pila aun estaba llena de platos, Mizuki, en su forma humana, parecía dormitar en el sofá con gesto de enfado en su pequeño rostro con orejas de gato. Alanna tomó aire y pasó junto a ella en silencio tomando una manta que había sobre un puf para cubrir a la digimon y que no cogiera frío. Una vez hecho esto, se acercó a la cocina y abrió la puerta que había junto a ella, donde un cartelito rezaba, “lavandería”.
La casa era inmensa, amplia, limpia y luminosa, parecía ser todo el piso, ocupar toda la planta del edificio, y, como había supuesto, en la lavandería estaban las canastas de ropa, llenas de ropa de diario. Lanzó un suspiro y abrió un armario en busca de el detergente y el suavizante. Las lavadoras, habían dos, eran iguales a la que tenía ella en su casa. La ropa era algo que procuraba cuidar mucho, así que ella se había preocupado por encontrar una lavadora que cuidase bien la ropa, los vestidos de baile no eran baratos y necesitaban mucho cuidado.
Metió la ropa, que por suerte ya estaba separada, en una de las lavadoras, añadiendo el detergente y el suavizante, y la encendió antes de pasar a poner la otra, y, tras hacer lo mismo, salir de allí cerrando la puerta y volver al cuarto, justo a tiempo de entrar en la cama antes de que Kagura saliera del baño. Se tumbó, enredándose en las mantas, haciéndose una pequeña bolita, para volver a recuperar la temperatura del cuerpo. Se había quedado helada al salir de ahí.
Tembló un poco mientras observaba al chico salir del baño de la misma guisa que había entrado y, roja, se cubrió la cara con la sábana, de pronto tenía, incluso, calor. Empezó a tartamudear un poco y, por fin, pudo hablar, nerviosa y algo temblorosa, soltando el labio que se estaba mordiendo.
- Puedes... es decir, el pantalón que me has dejado, puedes ponértelo... -murmuró- la camiseta me viene larga así que... no hay problema, de verdad.- musitó sentándose y destapándose las piernas, y asegurándose de que la camiseta le tapase la ropa interior, aunque era demasiado consciente de que sus piernas quedaban al descubierto, esperando a que él se tumbase antes que ella. No le parecía bien estar acostada sin que él lo estuviera.
Cubrió sus ojos con el brazo, recuperando, poco a poco, la calma. Recordaba que, en el armario, solo había habido camisas y trajes limpios, no había visto pijamas, chandales o ropa de diario, tal vez le había prestado el último pantalón de chandal que le quedase limpio. Sonrió un poco, divertida. Sabía que algunos chicos eran algo despistados en ese tipo de cosas, que se preocupaban más bien poco, pero por lo que había visto la noche anterior, no esperaba que ese chico, ese galán, que la había sacado a bailar, fuera tan despistado, le resultaba algo adorable.
Con un suspiro, se desanudó el pantalón, que aun atado le bailaba, y lo dejó doblado sobre la cama, doblado, para que, cuando el chico saliera, pudiera vestir algo más que no fueran esos boxers, que tan bien le quedaban. Avergonzada por pensar esas cosas, se levantó de la cama de golpe, y llamó a la puerta del baño para preguntar si podía usar la cocina. La respuesta llegó clara y sencilla permitiéndole rondar por la casa con tranquilidad.
Con solo la camiseta que la cubría, pasó por el comedor para llegar a la cocina. La pila aun estaba llena de platos, Mizuki, en su forma humana, parecía dormitar en el sofá con gesto de enfado en su pequeño rostro con orejas de gato. Alanna tomó aire y pasó junto a ella en silencio tomando una manta que había sobre un puf para cubrir a la digimon y que no cogiera frío. Una vez hecho esto, se acercó a la cocina y abrió la puerta que había junto a ella, donde un cartelito rezaba, “lavandería”.
La casa era inmensa, amplia, limpia y luminosa, parecía ser todo el piso, ocupar toda la planta del edificio, y, como había supuesto, en la lavandería estaban las canastas de ropa, llenas de ropa de diario. Lanzó un suspiro y abrió un armario en busca de el detergente y el suavizante. Las lavadoras, habían dos, eran iguales a la que tenía ella en su casa. La ropa era algo que procuraba cuidar mucho, así que ella se había preocupado por encontrar una lavadora que cuidase bien la ropa, los vestidos de baile no eran baratos y necesitaban mucho cuidado.
Metió la ropa, que por suerte ya estaba separada, en una de las lavadoras, añadiendo el detergente y el suavizante, y la encendió antes de pasar a poner la otra, y, tras hacer lo mismo, salir de allí cerrando la puerta y volver al cuarto, justo a tiempo de entrar en la cama antes de que Kagura saliera del baño. Se tumbó, enredándose en las mantas, haciéndose una pequeña bolita, para volver a recuperar la temperatura del cuerpo. Se había quedado helada al salir de ahí.
Tembló un poco mientras observaba al chico salir del baño de la misma guisa que había entrado y, roja, se cubrió la cara con la sábana, de pronto tenía, incluso, calor. Empezó a tartamudear un poco y, por fin, pudo hablar, nerviosa y algo temblorosa, soltando el labio que se estaba mordiendo.
- Puedes... es decir, el pantalón que me has dejado, puedes ponértelo... -murmuró- la camiseta me viene larga así que... no hay problema, de verdad.- musitó sentándose y destapándose las piernas, y asegurándose de que la camiseta le tapase la ropa interior, aunque era demasiado consciente de que sus piernas quedaban al descubierto, esperando a que él se tumbase antes que ella. No le parecía bien estar acostada sin que él lo estuviera.
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Alanna Tale
Re: Fire {Kagura}
Habia terminado de lavar su cuerpo por completo, solo faltaba secarse ponerse su unica prenda y salir, con el pelo aun húmedo y usando su única prenda, salio del baño, de su cuerpo aun se deslizaban algunos rastros de agua, su piel desprendía un cálido vapor que con el frió que hacia podía observarse a simple vista, se quedo frente Alanna tomando la toalla para secarse el pelo, Kagura era alguien un tanto descuidado, habia dejado la puerta de baño abierta dejando que el cálido ambiente de este entrara a la habitación, para suerte de Alanna, pues la temperatura de la habitación subió un poco volviéndolo un poco mas cálido.
Kagura se sorprendió al escuchar Alanna y verla cubriéndose con la sabana, observo el pantalón doblado al borde de la cama, se sonrojo un poco, era el pantalón que Alanna estaba usando, aquel que le habia prestado para que ella no estuviera en ropa interior y se sintiera incomoda al ser observada por él, su rostro parecía arder, por un momento se puso muy nervioso, pero no le parecia bien, si al fina y al cabo ella terminaría estando igual de nerviosa, la torpeza le segó un momento su mente... o ¿era algo mas que torpeza?, habia decidido que si ella se rehusaba usarlos, el tampoco los usaría, no seria justo después de todo, a demás, él siendo chico no tenia mucho que ocultar, lo básico que el tuviera que ocultar ya estaba bien cubierto por su única prenda, mientras que las chicas tienden a ser un poco mas delicadas y requieren mas cuidados, o eso es lo que pensaba.
No pudo ni secar su húmedo cabello por completo, se acerco a Alanna, fue directamente sobre ella, casi recostándose sobre ella, la tenia atrapada entre él y la suave, cómoda y cálida cama. puso su mano sobre la mejilla de ella, la piel de Kagura aun estaba caliente debido a que siempre que toma baños, lo hace con agua caliente, una manía que su abuelo le dejo al tomar tantos baños en aguas termales con el y su abuela desde pequeño. Kagura deslizo su mano por la no tal fría piel en la mejilla de Alanna, sonrío dulce y calidamente, por un momento dejo de lado los nervios, dejo toda vergüenza y temor atrás, solo quería disfrutar el momento, Alanna lucia tan preciosa con el rostro rojo que era irresistible seguir con aquellas caricias, acerco su rostro al de ella, dio una leve caricia con sus labios a los de la chica que poco a poco se convirtió en un peligroso y ardiente beso.
La mañana habia pasado y la tarde estaba apunto de caer, la poca luz de sol que se pudiera apreciar desaparecía para dar poco a poco paso a la noche, Kagura termino recostado junto Alanna abrazándola, se habían dejado llevar un poco por el momento, ciertamente esta es la primera vez que él estaba de esta forma con una chica, su rostro aun se encontraba ruborizado y con una gran sonrisa, Mizuki tenia tiempo que no se les acercaba, tal vez se habia ido en busca de algún digimon salvaje o ir en reconocimiento del área para asegurarse de que no pasara nada extraño refente a los digimon.
Kagura se sorprendió al escuchar Alanna y verla cubriéndose con la sabana, observo el pantalón doblado al borde de la cama, se sonrojo un poco, era el pantalón que Alanna estaba usando, aquel que le habia prestado para que ella no estuviera en ropa interior y se sintiera incomoda al ser observada por él, su rostro parecía arder, por un momento se puso muy nervioso, pero no le parecia bien, si al fina y al cabo ella terminaría estando igual de nerviosa, la torpeza le segó un momento su mente... o ¿era algo mas que torpeza?, habia decidido que si ella se rehusaba usarlos, el tampoco los usaría, no seria justo después de todo, a demás, él siendo chico no tenia mucho que ocultar, lo básico que el tuviera que ocultar ya estaba bien cubierto por su única prenda, mientras que las chicas tienden a ser un poco mas delicadas y requieren mas cuidados, o eso es lo que pensaba.
No pudo ni secar su húmedo cabello por completo, se acerco a Alanna, fue directamente sobre ella, casi recostándose sobre ella, la tenia atrapada entre él y la suave, cómoda y cálida cama. puso su mano sobre la mejilla de ella, la piel de Kagura aun estaba caliente debido a que siempre que toma baños, lo hace con agua caliente, una manía que su abuelo le dejo al tomar tantos baños en aguas termales con el y su abuela desde pequeño. Kagura deslizo su mano por la no tal fría piel en la mejilla de Alanna, sonrío dulce y calidamente, por un momento dejo de lado los nervios, dejo toda vergüenza y temor atrás, solo quería disfrutar el momento, Alanna lucia tan preciosa con el rostro rojo que era irresistible seguir con aquellas caricias, acerco su rostro al de ella, dio una leve caricia con sus labios a los de la chica que poco a poco se convirtió en un peligroso y ardiente beso.
La mañana habia pasado y la tarde estaba apunto de caer, la poca luz de sol que se pudiera apreciar desaparecía para dar poco a poco paso a la noche, Kagura termino recostado junto Alanna abrazándola, se habían dejado llevar un poco por el momento, ciertamente esta es la primera vez que él estaba de esta forma con una chica, su rostro aun se encontraba ruborizado y con una gran sonrisa, Mizuki tenia tiempo que no se les acercaba, tal vez se habia ido en busca de algún digimon salvaje o ir en reconocimiento del área para asegurarse de que no pasara nada extraño refente a los digimon.
Última edición por KaguraGr el Lun Feb 06, 2017 6:19 am, editado 1 vez
- Tamer & Digimon
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Re: Fire {Kagura}
A penas pudo decir más cuando Kagura salió de la ducha, lo vio acercarse a ella con decisión y siguió su movimiento hasta recostarse en la cama. Pronto la temperatura comenzó a subir en el cuarto, las sábanas los cubrieron y los besos y las caricias fueron aumentando de tono, y dio paso a más.
Suspiró con la cabeza sobre el pecho del chico, sus piernas, aun enredadas, los brazos de él abrazándola, protegíendola del frío, alzó la cabeza abriendo los ojos y, sonrojada, volvió a esconderla en el hueco entre el cuello y el hombro del chico. Era raro que nadie hubiera entrado a interrumpir, habría jurado que, con el ruido que habían hecho, Mizuki habría ido a molestar. Miró el reloj, era de noche, alzó la cabeza, mirando la puerta, y vio que el pestillo si estaba cerrado, y las imagenes comenzaron a llenarle la cabeza.
"Claro", pensó volviendo a acurrucarse, sonrojada. Era ella misma la que había cerrado en medio de una voragine de besos. La tarde había sido, cuanto menos interesante, no habían podido detenerse, y al final, todo se había vuelto confuso, pero, sin duda, había sido divertido y agradable.
No sabía qué decir, pero su estómago habló por ella. Se ruborizó más al principio, pero, de pronto, estalló en risas, suaves. Llevaban desde la noche anterior sin probar bocado, cerca de 24 horas sin comer nada, el desayuno que Mizuki les había llevado por la mañana seguí intacto sobre la mesilla de noche, lo raro era que no hubiera caido al suelo manchando la alfombra. Miró al chico mordiéndose el labio, con timidez.
- ¿Y si comemos algo? Son las nueve de la noche.- confirmó mirando el despertador sobre una de las mesillas.- y llevamos desde ayer sin pegar bocado.- propuso cubriéndose el pecho y comenzando a buscar la camiseta y, ni que fuera, la ropa interior, pero había quedado todo desparramado por el cuarto. Localizó la ropa interior y se apresuró a ponersela, el sosten seguía perdido, pero algo era algo. Volvió a acurrucarse en los brazos de Kagura y lo miró con una leve sonrisa.- ¿Vamos?- preguntó esperando que le dijera que sí para buscar la camiseta.
Suspiró con la cabeza sobre el pecho del chico, sus piernas, aun enredadas, los brazos de él abrazándola, protegíendola del frío, alzó la cabeza abriendo los ojos y, sonrojada, volvió a esconderla en el hueco entre el cuello y el hombro del chico. Era raro que nadie hubiera entrado a interrumpir, habría jurado que, con el ruido que habían hecho, Mizuki habría ido a molestar. Miró el reloj, era de noche, alzó la cabeza, mirando la puerta, y vio que el pestillo si estaba cerrado, y las imagenes comenzaron a llenarle la cabeza.
"Claro", pensó volviendo a acurrucarse, sonrojada. Era ella misma la que había cerrado en medio de una voragine de besos. La tarde había sido, cuanto menos interesante, no habían podido detenerse, y al final, todo se había vuelto confuso, pero, sin duda, había sido divertido y agradable.
No sabía qué decir, pero su estómago habló por ella. Se ruborizó más al principio, pero, de pronto, estalló en risas, suaves. Llevaban desde la noche anterior sin probar bocado, cerca de 24 horas sin comer nada, el desayuno que Mizuki les había llevado por la mañana seguí intacto sobre la mesilla de noche, lo raro era que no hubiera caido al suelo manchando la alfombra. Miró al chico mordiéndose el labio, con timidez.
- ¿Y si comemos algo? Son las nueve de la noche.- confirmó mirando el despertador sobre una de las mesillas.- y llevamos desde ayer sin pegar bocado.- propuso cubriéndose el pecho y comenzando a buscar la camiseta y, ni que fuera, la ropa interior, pero había quedado todo desparramado por el cuarto. Localizó la ropa interior y se apresuró a ponersela, el sosten seguía perdido, pero algo era algo. Volvió a acurrucarse en los brazos de Kagura y lo miró con una leve sonrisa.- ¿Vamos?- preguntó esperando que le dijera que sí para buscar la camiseta.
Última edición por Alanna Tale el Dom Feb 05, 2017 11:11 pm, editado 2 veces
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :41Ficha :Cronologia :Nivel On Rol :Rookie Spirit
Alanna Tale
Re: Fire {Kagura}
Kagura asintió con la cabeza. - Me parece bien, a decir verdad no habíamos pensado en ello. - Soltó una pequeña risa, aun seguía sin ropa y seguía cubriéndose bajo la sabana junto a aquella hermosa chica con quien tuvo la fortuna de pasar un momento tan fogoso, estaba sonriendo calidamente, en verdad se hallaba muy feliz junto a ella, deslizo suavemente su mano por la mejilla de ella dándole una tierna y cariñosa caricia. -Entonces... ¿que te gustaría comer? - pregunto con un tono de curiosidad en conocer sus gustos culinarios. - La cocina esta por lo general llena de toda clase de ingredientes pero si gustas podríamos pedir algo a domicilio. - Decía mientras señalaba el teléfono fijo junto a la cama.
Por otra parte Mizuki se encontraba aun dormida, probablemente estaba cansada tras limpiar algunos trastes de la cocina sin mencionar que habían estado entrenando duro días atrás sin descanso alguno, tal vez el cansancio la hizo sucumbir, fue demasiado oportuno para que no interfiriera entre su tamer y la chica que se quedo junto a él, Kagura seguía esperando la respuesta de aquella chica mientras la volvía a abrazar y besar dulce y gentilmente las cicatrices de su espalda, deslizo los dedos de sus manos por la piel de ella jugueteando aun en la intimidad.
Aun que sus actos fueron tomados mas bien como una especie de jugueteo, en verdad estaba buscando la manera de repetir aquel momento, no fue si no hasta volver a escuchar el ruido del estomago de Alanna que soltó una leve risa la cual no le duro mucho debido a que el suyo hizo un ruido aun mayor, habia recordado que no habia comido apropiadamente debido a los viajes constantes por los negocios o por las misiones y aventuras que vivió con Mizuki en el mundo digital, se quedo observando a Alanna esperando aun su respuesta.
No le importaba mucho que decidiera Alanna pero en verdad le entro un hambre que literalmente lo noqueo haciendo que se recostara en cama, sus parpados se estaban cerrando, estaba débil aun que consciente o al menos eso parecía, a Kagura por lo general le encantaban las hamburguesas, pero cualquier comida rápida estaba bien para él mientras fuera para ingerirlo inmediatamente, tenia tiempo sin probar algún alimento 100% hogareño, pues ya habia pasado tiempo desde que comió algo en casa con su familia.
Por otra parte Mizuki se encontraba aun dormida, probablemente estaba cansada tras limpiar algunos trastes de la cocina sin mencionar que habían estado entrenando duro días atrás sin descanso alguno, tal vez el cansancio la hizo sucumbir, fue demasiado oportuno para que no interfiriera entre su tamer y la chica que se quedo junto a él, Kagura seguía esperando la respuesta de aquella chica mientras la volvía a abrazar y besar dulce y gentilmente las cicatrices de su espalda, deslizo los dedos de sus manos por la piel de ella jugueteando aun en la intimidad.
Aun que sus actos fueron tomados mas bien como una especie de jugueteo, en verdad estaba buscando la manera de repetir aquel momento, no fue si no hasta volver a escuchar el ruido del estomago de Alanna que soltó una leve risa la cual no le duro mucho debido a que el suyo hizo un ruido aun mayor, habia recordado que no habia comido apropiadamente debido a los viajes constantes por los negocios o por las misiones y aventuras que vivió con Mizuki en el mundo digital, se quedo observando a Alanna esperando aun su respuesta.
No le importaba mucho que decidiera Alanna pero en verdad le entro un hambre que literalmente lo noqueo haciendo que se recostara en cama, sus parpados se estaban cerrando, estaba débil aun que consciente o al menos eso parecía, a Kagura por lo general le encantaban las hamburguesas, pero cualquier comida rápida estaba bien para él mientras fuera para ingerirlo inmediatamente, tenia tiempo sin probar algún alimento 100% hogareño, pues ya habia pasado tiempo desde que comió algo en casa con su familia.
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :255Ficha :Nivel On Rol :PerfectNivel On Rol de los Digi Aliados :Kiseki: ChampionIcono :Rango y Unidad :Kagura Tenshi
Rango: Soldado
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: East Blue Dragon
Renamon (Mizuki)
Rango: Soldado
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: East Blue DragonInventario :
Kagura Tenshi
Re: Fire {Kagura}
Alanna sonrió dejando caer la cabeza sobre la mano de Kagura, que repartía caricias por su mejilla , con ojos cerrados, y los abrió para mirarle con claridad, la comida para llevar no estaba mal, pero ella era de las que prefería cocinar, le gustaban esas cosas, se mordió el labio frunciendo levemente el ceño y volvió a sonreirle antes de pasarle por encima y coger la camiseta que había acabado en el suelo, colocándosela con velocidad. Le dio un beso en la mejilla al chico y se dirijió a la puerta para abrir el pestillo.
- Dejame la cocina 10 minutos.- le pidió antes de salir del cuarto en dirección al salón.
Pasó junto al sillon, de buen humor, y sonrió a Mizuki, que aun dormía, antes de comenzar a abrir cajones en busca de cacerolas, sartenes, un batidor, un tenedor y una cuchara. Tardó un poco en encontrarlo y dejarlo sobre la amplia encimera. Daba gusto trabajar sobre una superficie así de amplia, mucho más que en la pequeña cocina de su casa. Comenzó a tararear, distraida, ni siquiera sentía ya el frío, parecía que el ejercicio físico le había bajado los grados de fiebre que tenía, y la calefacción central de la casa mantenía su temperatura estable.
Canturreando con suavidad, comenzó a sacar ingredientes de la nevera, y a cocinar, de buen humor. Sintió a Kagura mirarla desde una esquina y alzó la mirada con una sonrisa, preguntándole si tenía alguna alergia, y sonrió al saber que no para seguir cortando la cebolla. La puso en la sarten junto al bacon y se dirigió a hacer la salsa de queso tras labarse las manos y secárselas con un paño. Notó, mientras se colocaba frente al fuego, unas manos que le rodeaban la cintura. El cristal templado negró la reflejó por un momento antes de poner sobre el las cacerolas. Giró un poco la cabeza, avergonzada, y topó con la mejilla del chico con los labios.
- Perdón.- murmuró volviendo a mirar las cacerolas, que ya tenían los ingredientes dentro, y comenzaban a oler a pasta y queso.- ¿Te gusta la comida italiana?- preguntó, puede que algo tarde, mientras detenía el fuego, ya estaba todo listo.- Solo falta poner la mesa...- murmuró girándose, aun entre sus brazos, a mirarle.- ¿no tienes hambre?- le preguntó inocente, mientras notaba la tela del pantalón rozar la piel suave de sus piernas descubiertas.
- Dejame la cocina 10 minutos.- le pidió antes de salir del cuarto en dirección al salón.
Pasó junto al sillon, de buen humor, y sonrió a Mizuki, que aun dormía, antes de comenzar a abrir cajones en busca de cacerolas, sartenes, un batidor, un tenedor y una cuchara. Tardó un poco en encontrarlo y dejarlo sobre la amplia encimera. Daba gusto trabajar sobre una superficie así de amplia, mucho más que en la pequeña cocina de su casa. Comenzó a tararear, distraida, ni siquiera sentía ya el frío, parecía que el ejercicio físico le había bajado los grados de fiebre que tenía, y la calefacción central de la casa mantenía su temperatura estable.
Canturreando con suavidad, comenzó a sacar ingredientes de la nevera, y a cocinar, de buen humor. Sintió a Kagura mirarla desde una esquina y alzó la mirada con una sonrisa, preguntándole si tenía alguna alergia, y sonrió al saber que no para seguir cortando la cebolla. La puso en la sarten junto al bacon y se dirigió a hacer la salsa de queso tras labarse las manos y secárselas con un paño. Notó, mientras se colocaba frente al fuego, unas manos que le rodeaban la cintura. El cristal templado negró la reflejó por un momento antes de poner sobre el las cacerolas. Giró un poco la cabeza, avergonzada, y topó con la mejilla del chico con los labios.
- Perdón.- murmuró volviendo a mirar las cacerolas, que ya tenían los ingredientes dentro, y comenzaban a oler a pasta y queso.- ¿Te gusta la comida italiana?- preguntó, puede que algo tarde, mientras detenía el fuego, ya estaba todo listo.- Solo falta poner la mesa...- murmuró girándose, aun entre sus brazos, a mirarle.- ¿no tienes hambre?- le preguntó inocente, mientras notaba la tela del pantalón rozar la piel suave de sus piernas descubiertas.
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Alanna Tale
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