El llamado del deber [priv. Elluka]

Por fin la habia alcanzado, tal vez se descuido de nuevo y no midió sus palabras o el tono de voz con el cual se dirigía hacia la joven de pelo rosa, la cual parecía molesta nuevamente, Kagura reacciono de manera instantánea al escuchar a la joven nuevamente con los regaños, dejó salir un pequeño suspiro y decidió seguirla de cerca, por momentos le entraban nervios, pues parecía una persona demasiado seria, puede que tuviera que tratarla del mismo modo en que actuaba en eventos sociales, aquellos a los que asistía junto a su familia, donde vestía formal y tenia que pretender ser alguien que sabia muy bien que no era, sacrificar un poco las libertades de expresión, hablar formalmente y con un tono de voz moderado posiblemente le pondría todo a su favor.

Pensaba la manera más sensata para hablar con ella, elegir las palabras adecuadas para poder ganar el favor de la chica, la siguió hasta un local algo exclusivo, arqueo la ceja por un momento y con una pequeña risa reaccionó al darse cuenta que era ese "tipo" de chica, volvió la expresión de su rostro a la habitual, la siguió hasta el lugar donde se sentó la peli-rosa, tomo la silla de la misma mesa que aquella chica y se sentó frente a ella, la observo unos instantes y después tomo la carta sobre la mesa, prosiguió a hablar mientras miraba el menú. - Perdona... creo que no me eh comportado apropiadamente con usted señorita, ni siquiera me ah dicho su nombre, lamento haberle causado alguna molestia y le agradezco que nos dejara ir a mi compañera y a mi.- Decia mientras fijaba su mirada en una parte del menú, para ser preciso en la que se mencionan distintas clases de hamburguesas gourmet.

En el corto periodo de tiempo que eh sido tamer, eh conocido a distintos tamers habilidosos, pero... ninguno tan poderoso como lo es usted, es verdad que tengo demasiadas cosas que mejorar y tiempo es lo que menos me sobra, tengo personas que quiero proteger y una a la cual deseo... - Hizo una breve pausa. - Eliminar, no se si sea posible, pero... me gustaria saber si de alguna forma, usted puede ayudarnos a mi compañera y a mi, a ser igual de poderoso. - Bajo la carta del lugar para cruzar mirada con la chica que tenia frente a él. -Al principio tenia mis dudas, por lo del arresto claro, era difícil de creer que te hicieras pasar por policía y cargar incluso esposas, yo pense que eras una malvada tamer. - Decía soltando una pequeña risa. - Pero... creo que eres una de las buenas. - Llego una mesera a levantar pedidos y Kagura no dudo ni un momento en pedir una hamburguesa especial, pues haber pasado por  todo lo que sucedió hoy le dejo hambriento. - Se que cometo demasiados errores, sigo siendo solo un tamer principiante después de todo, pero de alguna forma mejorare, de eso estoy seguro. - Menciono después de que se marchara la mesera, bajo la mirada por un momento en un pequeño gesto de reverencia. - ¿Seria tan amable... de ayudarme con esos problemas, por favor?, en verdad, quiero mejorar, quiero poder, quiero mejorar, quiero poder superarme, porque se que puedo hacer la diferencia en algunas cosas. - levanto la cabeza para mirar a la peli rosa. - Hace unos cuantos meses atrás, hubo un incidente en New York, en un local de comida rápida, fue reportado en la televisión como un accidente por fuga de gas, una explosión. - Comenzaba hablar discretamente con la chica. - Fue toda una mentira, yo estuve ahi, fue un ataque, de un tamer psicótico, junto a su compañero, un guilmon que tenia una fijación por cazar, atacaron a diestra y siniestra, lastimaron a todos los de aquel local, buscaban a una tamer y su digimon. - Pauso la charla pues la mesera se acerco a traer los pedidos y marcharse de nuevo prosiguió. - La chica tamer era alguien quien recien habia conocido ese día, de alguna forma entro en shock, se quedo sin poder hacer nada, su compañera me indico que la ayuda, seguí sus indicaciones en batalla, fue por ello que ganamos aquella batalla, pero... no se que paso con ese tamer, de lo que estoy seguro, es que se que hay mas tamers como él, por ello es que quiero ser poderoso, para poder detenerlos, para proteger a los que quieran dañar, quiero ser lo suficientemente poderoso para proteger a todos. -Decía mientras miraba a la chica de pelo rosa con una mirada decidida y llena de valor.

Kagura se habia impresionado ante la revelación, ¿asi que existían clanes en el digimundo? eso era algo nuevo, a penas y podía creerlo, habiendo visto tantos tamers viajando con sus compañeros digimon solos, le costaba trabajo creer que fueran capaces de organizarse en 3 facciones. Se detuvo a pensar en un instante, asi que despues de todo el poder se centraba en los números, ahora solo debía saber como entrar en alguno de ellos.

Ya veo... así que existen clanes en el mundo digital,  eso la verdad no me lo esperaba. -Decía con una gran sonrisa en su rostro. -  Gracias por esa información, entonces, ¿qué debería hacer para entrar al clan al cual usted pertenece? señorita Elluka. - Pregunto respetuosamente mientras disponía a dar tomar los cubiertos para devorar la hamburguesa que habia pedido.

Por otra parte fuera del lugar, frente al edificio donde se encontraba Kagura y Elluka, en el tejado estaba la la compañera del chico peli plateado, fijaba su mirada en su tamer, estaba centrada completamente en que nada le pasara como siempre, desvió la mirada para mirar al rostro de Elluka, el cual podía ver perfectamente a través del cristal de la ventana, su rostro se torno rojo, tal vez por pena al haberse dejado capturar tan fácilmente, tal vez por algo de celos, ya que tenia un complejo por su tamer, tal vez era pena, por que su tamer tenia que dialogar con aquella chica a la cual no le agrada, tal vez era embarazoso tener que preguntarse si debía depender de alguien mas para obtener el poder necesario, la profecía del maestro de la pequeña aldea de digimon ninja a los que pertenecía en el mundo digital, poder que solo conseguiría obteniendo a compañía de un humano al cual estaría destinado.

Su encuentro no habia sido casualidad, ella lo admiraba, lo habia estado observando a desde el mundo digital, observó las buenas acciones, sus sufrimientos, su soledad, observo sus mas grandes logros y sus mas duras caidas, no sabia el porque, pero algo que solo ella podía ver en el muchacho le llamo la atención, ¿se podría decir que la cautivo?, en cierto punto tuvo que tomar la elección, habia llegado el momento de buscar a un compañero humano para cumplir con la profecía que su maestro le habia dado, encontrar aquel compañero con el cual obtendría un gran poder, el suficiente como para proteger su aldea de origen.

Su rostro aun permanecía rojo, de vez en cuando desviando la mirada, otras fijandola sobre su tamer, y después en quienes lo acompañaban. se hallaba desesperada, deseaba una forma de entrar para estar junto a él, pero ya le habia ocasionado demasiados problemas como para volver a hacer lo mismo y poner en riesgo el secreto nuevamente, le daría problemas de nuevo con la chica con la que hablaba.

Volviendo al interior del edificio, Kagura seguía hablando con aquella chica, tratando de ser cuidadoso con las palabras que le dedicara, pues no quería perder la oportunidad de poder ser parte del clan al que la peli rosa pertenecía, seguramente si tiene el mismo entrenamiento que ella podría ser igual de poderoso junto a Mizuki. - Quiero entrar a tu clan... estoy seguro que son muy poderosos ¿no es así?

Al observar las reacciones de la Elluka supuso que no tomó muy bien su petición de formar parte de aquel grupo, se empezó a cuestionar si en verdad estaba bien argumentada la razón por la cual ser parte de un llamado clan, por un momento soltó una pequeña risilla pensando en cuando jugaba algunos juegos de MMORPG en el computador de su padre cuando aun era un niño.

Recobro rápido la compostura para seguir escuchando a la chica, escuchó atentamente los nombres de aquellos tamers, por su mente pasó la idea de querer conocerlos, sin duda alguna deberían ser grandes tamer, eso se reflejaba en su rostro emocionado,  aún era un tanto inocente con respecto al tema, habia ignorado por un momento que habia tamers muy peligrosos y que hacían un mal uso de sus compañeros digimon, sacudió su cabeza entrando en razón nuevamente, su rostro que antes estaba sonriente pasó a estar nuevamente serio.

Siguió escuchando a aquella joven, su explicación del que no era precisamente compuesto de "fuerza bruta", no sabía muy bien a qué se refería con eso, ciertamente Kagura pudiera no ser tan brillante como en los estudios, de hecho ahora mismo no era más que un barco navegando sin rumbo fijo, fue expulsado de la academia de musica a la que asistía, habia sido menospreciado por sus padres, sus abuelos murieron poco tiempo después de recibirlo en su hogar, una bestia enorme ataca el local de comida rápida, haberse metido con cosas un tanto más allá de su comprensión.

Era como si Kagura atrajera la mala suerte, sin embargo, también habían pasado cosas interesantes, descubrió un juego de cartas, un juego el cual formó parte de un nuevo interés, conoció a algunas personas, cosa que nunca pudo hacer mientras estudiaba, luchó junto a una pequeña criatura para mantener a salvo a las personas de aquel enorme monstruo, tuvo el valor y coraje para darle una paliza a aquel tamer psicópata que trataba de matar a una chica y su digimon, consiguió una compañera leal, alguien a quien cuidar y también alguien que pudiera "cuidar" de él mismo.

Siempre habia sido un joven impulsivo, solitario, alguien que siempre actuaba conforme a sus emociones, se arriesgaba a tal punto de no importarle autodañarse, ayudar a los que estaban en problemas, esa era una característica especial de él, una enorme sonrisa se formaba, su confianza era cada vez más fuerte, no porque pensara que era invencible, sino que se dio cuenta que no importa cuántos obstáculos y dificultades tuviera encima, ahora no esta solo, tenia a su compañera, tenia a Mizuki, habia hecho una promesa con ella, la ayudara a volverse lo suficientemente poderosa para que pudiera proteger su pequeña aldea en el mundo digital, no pensaba rendirse por nada, aun si tuviera que arriesgar su vida, lo haría las veces que fueran necesarias.

Sonrío radiantemente y miro Elluka a los ojos. - En ese caso debería emprender nuevamente mi camino, puede que sea verdad lo que dices, Mizuki y yo necesitamos alcanzar nuestro máximo potencial, hay cosas que todavía no entiendo bien... - Decía mientras desviaba la mirada rascaba ligeramente su mejilla, un tenue enrojecimiento invadió su rostro, esto no era mas que un pequeño síntoma de vergüenza, el admitir que necesitaba alguien que lo guiara, no, de alguien que lo entrenase tal y como su abuelo lo habia hecho hace década y media atrás, era algo que le afectaba un poco a su orgullo. - Necesito saber bien para quién trabajo eh?... También necesito a alguien que me pueda explicar cómo es que funcionan algunas cosas... No es como si las escuelas humanas te enseñaran historia del mundo digital. Así que... - Aun se sintió algo nervioso, no se sentía bien pedirle a una chica cuya primera impresión es "no hagas nada estupido o te arrestare nuevamente",  los nervios le ganaban un poco, dio un pequeño suspiro dejando escapar aquel sentimiento de inseguridad, cerró los ojos y su rostro nuevamente se torno serio.

Por favor, déjame conocer tu clan, enseñame como ser mejor tamer, quiero ser tan poderoso como aquellos tamer admites son muy poderosos. - Dio una reverencia de improviso, decidió arriesgarse completamente.

Kagura estaba pensante, mirando fijamente al rostro de la chica peli rosa y sonrió dulcemente, quien sabe que pasaría por su mente en ese instante pero estaba claro que habia visto algo que le habia dado un toque de más seguridad. Cerró los ojos un instante y por primera vez  habló con un tono de voz más formal, era justamente esa personalidad que se guardaba al hacer negocios con otras personas o cada vez que iba a una fiesta de gala que su familia siempre daba, su mirada también cambió a una más penetrante, aún sonriente, algo le causaba gracia de cierta forma. - Bueno... en primer lugar te agradezco, nunca pensé que una chica tan hermosa como usted pensara en mi integridad, por otro lado, le puedo asegurar he pasado por varios de entrenamientos en el poco tiempo que tengo de vida, y aun si fuese algo dificil, dudo mucho que me diera por vencido, puedo ser terco, obstinado y varias cosas mas, pero no soy alguien que se rinda solo por una advertencia o amenaza. - Había dejado en claro que no importaba lo que implicara la forma de ganar poder, siempre y cuando logrará adquirirlo.

Entiendo que tenga que empezar desde lo más bajo, no tengo objeción alguna, después de todo si no fuese así no sería interesante. - volvió a sonreír levemente mientras esperaba ver la reacción de la chica. - Bueno... si tu dices que esos oficiales serían buenos instructores conmigo, tendré que tomar tu palabra en cuenta, pero... definitivamente estoy decidido a aprender de ti en algún momento, no me rendiré hasta entonces, seguiré  adelante y no me detendré por nada, eso te lo puedo prometer. - Decía mientras se levantaba de su asiento y sacaba su billetera, dejó suficiente dinero en la mesa pagando la cuenta de ambos. -Bueno... señorita Elluka, ¿seria tan amable de guiarme al clan Union Savers?. -Invitaba a aquella chica peli rosa a levantarse mientras le extendía la mano cordialmente para asistirle en su avance, más que nada por educación, ya no quería causar molestias, y quien sabe, tal vez podría causar alguna buena impresión.

Afuera del edificio, ya los estaba esperando Mizuki, se encontraba disfrazada como antes, aun que en su cabeza llevaba un accesorio con el cual su tamer nunca la habia visto, un pequeño sombrero un tanto veraniego, pero esto no era lo unico que habia llamado la atención de Kagura, si no su rostro molesto, parecía estar muy enojada con su tamer por alguna razón y este no lograba entender el porqué de este actuar por parte de su compañera digital, Mizuki miró varias veces a Elluka, molesta pero a la vez impotente por saber que no puede actuar contra ella, habia una gran diferencia entre los niveles de ella y los digimon amigos de Elluka. Termino tomando fuertemente la mano de su tamer, miró nuevamente a Elluka, era como ver a una pequeña hermana siendo celosa con la pareja de su hermano mayor, apartando un poco a Kagura de Elluka casi diciendo "él es mío", a lo cual Kagura solo pudo suspirar pesadamente pues era costumbre ya tener que aguantar a su compañera cuando se pone así de pesada, dio algunas caricias en la cabeza de Mizuki, aun la mimaba y le daba ese cariño que solo un hermano pudiera darle a su hermana, pudiera deberse a la ausencia de la pequeña hermanita de Kagura el porque de tratar así a su compañera.

Kagura se sorprendió un poco al ver el repentino cambio de Elluka al agradecerle por el cumplido, Mizuki se puso aun peor, se aferró fuertemente al punto de casi clavar sus garras en el brazo de Kagura del cual se sostenía. Kagura inocentemente no entendía qué era lo que estaba pasando, de alguna forma se sentía confundido dada a la forma en que se comportan Elluka y Mizuki ahora. Hubo un cruce miradas iniciada por Mizuki para confrontar visualmente a Elluka, los ojos de la pequeña zorrita digital estaban ardiendo en llamas, pero rápidamente el fuego fue sofocado gracias al movimiento que hizo Elluka al casi besar a Kagura.

¿E-eh?, ¿que pasa Elluka? - Preguntó el joven muchacho que se hallaba ruborizado por la muestra de afecto repentino que la chica de pelo rosa le estaba a punto de dar, eso hasta ser interrumpida por sus digimon. - ¿E-Elluka?... - Kagura se quedó mirando al rostro de la chica, estaba completamente rojo de sus mejillas, era raro pensar que aquella chica que los atrapo y les habia despreciado de cierta forma le tratase de manera más calidad, aunque al final de cuentas resultó sólo una pequeña broma, o eso pensó el pobre chico el cual suspiro pesadamente aliviado.

Mizuki por otra parte habia estado conteniendo las ganas de lanzarse sobre Elluka, el haber tomado así a su tamer, provocó que sintiera por primera vez un sentimiento de ira como nunca antes habia sentido, pero a la vez se sentía impotente al recordar que no tendría el poder suficiente para hacer algo, finalmente desvió la mirada y prefirió ignorar a la chica peli rosa aunque sus últimas palabras resonaron en su mente, "si quieres pelear a tu tamer, primero asegurate de que puedas ganar la batalla", esto mostró a ella que aún carecía del poder suficiente, el poder para proteger su aldea, proteger a su tamer y de mantenerlo cerca de ella. Su rostro seguía con cierta expresión de molestia, pero no le quedaba remedio alguno, aún seguiría con su tamer en busca de ese poder.

Pronto comenzaron a caminar siguiendo a la chica peli rosa, la siguieron hasta un oscuro callejón, la tarde ya habia caído, la oscuridad de la noche estaba pronto invadiendo el terreno, la ausencia de personas facilitaba las cosas para aquellas personas que eran consideradas tamer, pues sin testigos no habría nada que explicar y tampoco se pondría en riesgo la existencia del mundo digital y estas criaturas. Kagura y Mizuki observaron cómo el pequeño Terriermon que estaba en brazos de aquel otro digimon, exigía que lo soltaran de una manera un tanto adorable, si bien Kagura hizo todo lo que pudo para contener la risa, Mizuki no tuvo la fuerza suficiente para retenerla y soltó una pequeña risa tratando de ser lo mas discreta que podía.

Pronto se asombraron cuando vieron como ese terriermon se convertía nuevamente en ese digimon angelical, Kagura estaba boquiabierto y Mizuki no paraba de pensar en lo inútil que se sentía al no poder alcanzar la siguiente etapa aun, bueno, aunque ya podía llegar a la etapa campeón, aún no podía llegar a su etapa perfecta, y ni hablar de la etapa mega, era un largo camino que tanto ella como Kagura tendrían que recorrer. Observaron como aquel digimon angel abría un portal de la nada solo utilizando su espada en un muro de aquel callejón.

Tanto tamer como digimon se quedaron pasmados viendo el portal, era increíble ver que un digimon tuviese esa clase de habilidad para poder abrir portales que pudiera transportarlos del mundo humano al digital. Escucharon la voz de Elluka, los invitaba entrar a través del portal, Kagura y su compañera asintieron con la cabeza aceptando la invitación y se aventuraron a entrar al portal.