コロシアムで¿戦いの伝説？誰が呼んでいますか？(¿Combates de leyenda en el coliseo?¿Quién es Summoner?) [Priv. Max "Kenku" y Demyx, o Seichiro Sano])

Un día más, mientras el Sol bañaba la ciudad japonesa de Tokio, Maxwell y Tsukaimon habían sido llamados por Jijimon a través del Digivice que el chico de cabellos verdosos poseía. La última vez que habían tenido problemas relacionados con los Digimons, habían acabado con la desaparición de Natsuki y Salamon. Nadie sabía dónde se encontraban, ni siquiera Jijimon, que parecía saberlo todo. Ese Digimon era el más sabio que la pareja habían conocido y, sin embargo, no sabían absolutamente nada.

Supongo que es cuestión de tiempo que terminen apareciendo...- pensaba Max mientras se frotaba el mentón. Caminaba por el barrio de Shibuya, el barrio de la ciudad de Tokio que le vio crecer. Su compañero, Tsukaimon, un Digimon con apariencia de hámster gigante con orejas que parecían alas de murciélago y de color violeta en la parte superior y blanco en la inferior, estaba tumbado sobre su hombro derecho, con sus ojos amarillos cerrados- y luego también está el extraño destello que emitió Tsukaimon cuando nos encargamos de aquél DarkTyrannomon...- el joven resopló, intentando poder deducir aquél complicado puzzle que sucedió hace ya unas semanas atrás. Sin embargo, no lograba encontrar ninguna respuesta lógica a sus dudas. Los pájaros cantaban y armonizaban el ambiente, como era de esperar en una mañana de Verano- Ahora que lo pienso, ¿por qué siempre Jijimon nos envía a las misiones cuando es por la mañana?- la verdad era que a Max no le importaba madrugar, pero le parecía curioso que siempre las misiones ocurriesen a horas parecidas... Aunque la verdad es que lo prefería, si los sucesos ocurriesen por las noches, tendrían menos fuerzas.

Uaaaah...- ese sonido de bostezo significaba que Tsukaimon se había despertado. El joven lo confirmó poco tiempo después cuando el oscuro Digimon se subió a la cabeza de su Tamer con el que llevaba tanto tiempo- ¿Adónde vamos?- preguntó el pequeño Digimon mamífero con curiosidad, abriendo sus ojos dorados y reconociendo el lugar al que se dirigían: La Tienda de "El Señor Fuji". Fuji era el nombre humano de Jijimon, perfecto para su tapadera de Entrenador de Tamers y Digimons.

Jijimon nos ha mandado una misión. Quiere que lleguemos a su tienda lo más pronto que podamos.- mientras el joven hablaba, señaló hacia la tienda que se encontraba relativamente cerca de ellos, a unos 10 metros de distancia. Un anciano Digimon les estaba esperando en la entrada de aquél establecimiento.

Bienvenidos una vez más, muchachos, gracias por responder a mi llamada- dijo Jijimon, mientras daba un toque con su bastón en el suelo, haciendo que su tienda se cerrase después de que tanto Max como Tsukaimon entrasen en ella. La tienda seguía igual que siempre: pequeña pero acogedora y repleta de artículos como cartas de Digimon, figuras de distintos animes, algunos tomos de mangas...

¡WOW! ¡No me fastidies! ¿¡Jijimon vende una figura de ese anime tan popular que consiste en luchar con monstruos encerrados en cartas!? ¡La quiero! ¡La necesito!- el joven no dejaba de observar la figura de un dragón azul con la boca abierta. Tenía un aspecto que impresionaba y que, de tratarse de un Digimon, daría incluso hasta miedo. Estaba decidido a comprar aquella figura cuando terminase la misión... Incluso reclamaría a Jijimon esa figura como recompensa por acabarla- ¡Ahora si que estoy motivado!- la figura había despertado el gen de coleccionista que habitaba dentro de aquél muchacho.

¡Ejem!- Jijimon tosió, llamando la atención del muchacho al que le brillaban los ojos tras ver esa figura- Hemos recibido el aviso de un amigo mío llamado Piximon- el anciano Digimon se acicalaba la barba con su pequeña mano mientras que con el bastón les entregaba una hoja a Max y a Tsukaimon, llena de letras e imágenes de las zonas adonde se tenían que dirigir y de Piximon-Resulta que en esa zona, llamada el Coliseo, ubicado en la Zona Árida, están sucediendo una serie de sucesos bélicos. Antaño el lugar servía para medir las fuerzas de los Digimons y probar su valía, pero ahora mismo es un espectáculo bélico bañado de sangre y debéis pararlo. El sospechoso se hace llamar Summoner, pero no se tienen más datos. Piximon lo ha estado investigando y no encuentra absolutamente nada. Por ello, quiero que lo investiguéis y que saquéis a la luz los planes de ese tipo- Jijimon volvió a toser un par de veces mientras observaba a sus discípulos que echaban un vistazo general al informe detallado que le había otorgado Jijimon.

Parece que maneja a los líderes del Coliseo desde las sombras...- decía Max en voz alta mientras con una mano sujetaba el informe y con la otra acariciaba su mentón.

Otra cosa, Demyx y Agumon ya se encuentran allí[/b]- Jijimon señaló el lugar donde solía tener el portal hacia el Mundo Digital para poder enviar a sus discípulos.

Hum, que raro que ellos hayan llegado antes que nosotros- Tsukaimon sonrió irónicamente mientras se lanzaba hacia el portal Digital.

Algún día tienes que contarme cómo es que mantienes aquí un portal hacia el Mundo Digital- sonrió Kenku con una sonrisa de oreja a oreja, irradiando un aura de curiosidad, lanzándose de nuevo hacia la grieta digital.

Todo a su tiempo...- Jijimon rió alegremente mientras volvía a sus tareas de recopilar información sobre Natsuki y Salamon

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Tras el viaje digital, Maxi y Tsukaimon llegaron a la Zona Desértica. Según las coordenadas que había en el informe, se encontraban relativamente cerca del Coliseo. Cerca de donde se encontraban ellos, veían una especie de criatura pequeña rosada, equipada con una lanza y un par de alas. La pequeña criatura digital le saludaba con su mano libre. Según el informe, se trataba de Piximon, pero, para asegurarse, Max apuntó con su D-arc a aquella curiosa criatura.

Piximon, Digimon Hada de Atributo Vacuna y Nivel MegaCampeón. Es un Digimon Hada que domina el arte de la magia. Aunque su cuerpo es pequeño y tiene una apariencia adorable, puede sellar las capacidades de sus enemigos con sus habilidades, lo que lo convierte en un Digimon poderoso. Su ataque característico son las Bombas Picadura.- recitaba el Digivicede Max, analizando los datos del Digimon que se encontraba ante ellos.

Es una suerte que hayáis llegado, pi. Jijimon me dijo que vendríais, pi. Seguidme al Coliseo, pi. Tenemos mucho que hacer, pi. - decía el pequeño Digimon alado mientras se encaminaba y dirigía tanto a Max como a Tsukaimon hacia el Coliseo, el cuál se hallaba hacia el oeste de donde se encontraban.

¿Qué está ocurriendo exactamente en el Coliseo, Piximon?- preguntó Max, mientras se colocaba un poncho, un sombrero y unos goggles que acababa de darle Piximon mientras caminaban para protegerse del calor que se desarrollaba a esas horas en esa zona del Digimundo.

En el informe que os ha dado Jijimon viene todo lo que sé, pi. El caso es que un ser llamado Summoner es consejero de Zanbamon, Regulumon y Boltmon, los tres líderes de la zona del Coliseo, pi. Sin embargo, desde que desempeña dicha función, los combates se han vuelto sanguinarios, pi. Antes, se les perdonaba la vida a los gladiadores que resultaban vencidos, pi. Ahora, simplemente los aniquilan, pi- Piximon parecía apenado, triste. Quizás hubiese perdido a alguien importante para él en ese Coliseo.

¡No te preocupes, Piximon! ¡Hasta ahora nuestro porcentaje de misiones cumplidas ha sido del 100%!- Tsukaimon intentó animar a Piximon, mientras se resguardaba del calor dentro del poncho que tenía puesto Max para el mismo fin.

Confío en el criterio de Jijimon, pi. No tenéis que darme vuestros credenciales, pi.- mientras duraba esa conversación, el grupo llegó a las puertas del coliseo- Hemos llegado, pi. Tened cuidado, pi. Debéis inscribiros en la cúpula organizativa para comenzar a investigar siendo participantes del torneo Pentakill que se va a realizar, pi. Yo debo irme, no quiero que me descubran, pi. Estaré en el palco, animandoos, pi- - Piximon levantó su dedo pulgar afirmativamente mientras se dirigía hacia donde vendían las entradas para el palco.

Estamos solos una vez más, Max- Tsukaimon sonreía mientras entraba dentro del edificio del Coliseo volando con sus oreja-alas, seguido de su Tamer que se quitaba el sombrero y lo colocaba en su espalda, acomodándolo, mientras que sus goggles iban a parar a su cuello, colgando también.

Cierto, no sabemos qué Digimons nos encontraremos una vez nos inscribamos, ¿tienes miedo?- preguntó Maxi sarcástico mientras ambos se dirigían hacia la cúpula organizativa.

Si es por una buena causa, nunca tendré miedo- Tsukaimon sonreía, llegando hasta la fila donde se inscribían los participantes.

Esperaba esa respuesta, pequeñajo- el Tamer peliverde sonrió de oreja a oreja emocionado, mientras silbaba de asombro al ver la gran cantidad de Digimons que estaban en la cola, dispuestos a presentarse. Buscaba con la mirada a su hermano, Demyx, quien solía vestir una túnica negra e iba acompañado de Agumon, un Digimon dinosaurio naranja. Pero no lo encontraba.

¡Je! Parece que no lo tendremos tan fácil como pensábamos- Tsukaimon lo dijo cuando, nada más ponerse ambos a la cola, la mayoría de los Digimons, incluso los de recepción se quedaron mirando el tamaño del hámster volador y a su Tamer peliverde. Algunos los miraban con incredulidad, otros con indiferencia y otros desprecio.

¡JE! ¡Está bien! ¡Demostremos a estos tipos de qué pasta estamos hechos!- un sentimiento de emoción llenaba tanto a Max como a Tsukaimon, mientras el Tamer miraba a los demás participantes con una sonrisa que tenía una mezcla de desafío y diversión a la vez que cerraba su puño derecho, confiado.


OFF ROL: La cuenta con la que se nos unirá mi hermano es la de Demyx. Además, tengo la impresión de que escribí demasiado XD

Demyx caminaba por la Zona Árida del Mundo Digital, explorándolo, mientras se inspiraba para componer una nueva canción tocada por su sítar. Junto a él, le acompañaba su fiel amigo Agumon, una especie de Dinosaurio amarillo que le llegaba por las rodillas según la altura del Digimon. La verdad es que, desde que se conocieron, se habían hecho amigos inseparables y más aún desde que comenzaron a luchar juntos, ayudando a su hermano Max y al Digimon de éste, Tsukaimon, a combatir contra Devimon y demás peligros... Aunque lo cierto es que no les gustaba mucho pelear. Mas que disgustarles, les daba pereza. Y más aún después de que Devimon derrotara fácilmente a Agumon. Tras lo sucedido, se convirtió en un Koromon y, al volver a transformarse en Agumon, desaparecieron las cintas rojas que tenía Agumon antes en sus manos. Jijimon les había explicado ya que Devimon debió de haber trastocado los datos digitales que componían el "ADN" de los Digimons. Debido a eso, había sufrido ciertos cambios.

Agumon: ¿Por qué no ocurre nada interesante, Demyx? Estoy aburrido.

Demyx: Estoy pensando en una nueva canción. La verdad es que este clima tan caliente me ayuda a pensar.

Agumon: Por lo menos podríamos parar a comer en algún lugar... ¡Me muero de hambre!

La verdad es que, en esos momentos, la barriga de Agumon rugía, pidiendo que le echaran de comer. Aunque sabiendo lo que comía Agumon, podría zamparse la comida de todo un restaurante y seguir con hambre... Entonces, la pareja vio que, cerca de ellos, había un gran edificio circular.

Agumon: ¿Un edificio como ése en mitad del desierto?

Demyx: Es extraño, la verdad. ¿Echamos un vistazo?

Agumon: ¡SI! ¡Huelo a comida en esa dirección!

Los ojos de Agumon brillaron al instante al detectar el aroma de la comida. Se dirigía hacia ese edificio gritando como un loco la palabra "PIZZA". Demyx lo seguía resoplando, puesto que no quería correr en absoluto, tapando su cabeza con la capucha de su túnica negra.

Demyx: Demonios... Si que corres para lo que te conviene...

Al llegar al edificio, se dieron cuenta de que se trataba de un coliseo, como los que salían en los libros de historia del Mundo Humano. Caminaron dentro del edficio, buscando los puestos de comida, pero hallaron un terminal con varios recepcionistas Digimons allí. Había una gran cantidad de Digimons por esa zona, la mayoría parecían ser lo suficientemente fuertes como para ser luchadores de este edificio. Entonces, escucharon una conversación entre dos Digimons que hablaban de un gran premio en el coliseo. El premio era todo lo que ellos quisieron. La palabra "COMIDA" apareció en la cabeza de ambos, por lo que decidieron apuntarse.

Tras un determinado período de tiempo, llegaron donde se encontraba la recepcionista que les atendía. Ella les pasó un folleto con las reglas del torneo Pentakill que decía lo siguiente:

-La participación se permite a digimons, humanos usuarios de spirit y digimons con tamers.
-Estos últimos podrán usar las ventajas de su digivice, pero el tamer deberá participar desde fuera de la arena, aconsejando a través de un receptor a distancia. Esto impedirá que sus rivales tomen ventaja atacando al humano.
-Los tamers podrán inscribirse libremente, pero los digimons independientes (es decir, sin compañero humano) deberán pasar una temporada en la arena para garantizar el espectáculo.
-Cada ronda tiene sus propias reglas, que supondrán la verdadera condición de victoria.
-No hay precio de inscripción, pues la derrota se paga con la vida.

Demyx: ¿Huh? ¿Qué significa eso de que la derrota se paga con la vida?

Agumon: ¡Seguramente sea para meter miedo a los novatos!

Demyx: ¡Sí, seguramente sea eso! ¡Inscribanos!

Cualquiera que viese a la pareja del Tamer y el Digimon allí reunidos y diciendo eso en ese lugar... Pensaría que son unos completos cabezas de chorlito. Sin embargo, ellos no eran conscientes del peligro que suponía registrarse en el torneo de ese coliseo. Entonces, Demyx recibió una llamada a su Digivice. Era Jijimon.

Demyx: ¿Diga?

Jijimon: ¿Demyx? ¡¿Qué demonios haces en el Coliseo?! ¡Sé tu posición por el radar, así que no me engañes!

Agumon: Estamos aquí porque Demyx estaba componiendo una canción y hemos decidido participar en el Torneo Pentakill para llevarnos el premio

Jijimon: ¡¿Qué habéis hecho qué?! ¡SOIS IDIOTAAAAAS!

Demyx: Waaahh.... No tenías que gritar así Jijimon, usaremos el premio para comer...

Jijimon: ¡PERO RESULTA QUE ES UN COMBATE A MUERTE! ¡QUIEN PIERDA, MORIRÁ, SO CENUTRIOOOOOOOOS!

Agumon: ¿EEEEEEEEEEEHHHHHHHH?

Demyx: ¡¡¡¿¿¿ASÍ QUE A ESO SE REFERÍAN CON QUE LA DERROTA SE PAGA CON LA VIDA???!!!

Jijimon: ... En fin... Supongo que no hay más remedio... Esperad ahí y participad, yo llamaré a Max y que os saque de ese lío...



PD: Bueno, mi hermano me dio permiso para utilizar a Jiji, así que lo utilizo si no es mucha molestia

Mientras el Musyamon que se hacía llamar “Benkei” recorría el pasillo que conectaba la arena con las zonas destinadas a inscripciones y apuestas pudo oír ciertas cosas, cuchicheos que, por la acústica del lugar, eran perfectamente entendibles por cualquiera.

“Ese es el digimon raro”, una vez más su especie no ayudaba a ser reconocido, pues, que él supiera, los Musyamon solo eran típicos de las zonas más profundas de los pantanos (cosa que no entendía, la armadura, pese a que era de placas, dificultaría el paso por el agua), “el que no tiene equipo, el que asesina sin dudarlo”. Aunque esto último para Roku, el humano que se ocultaba literalmente dentro del digimon, distaba de ser un defecto, el hecho de encajar en la nueva idea de coliseo hacía que los más tradicionales lo mirarán más como un psicópata que como un gladiador. Pero qué opción le quedaba, ¿dejar que le cortaran el cuello a él?

Sobre la idea de “equipo” era algo que le escamaba. Los gladiadores podían representar los comercios locales o a inversores privados, los cuales ayudaban a su luchador, ya fuera con un sueldo, relaciones públicas, etcétera. De este modo se conseguía la ansiada vida desahogada que se prometía en el coliseo... Sin embargo, ahora a cada muerte cientos de digimons perdían inversiones. No podía entenderlo. ¿Para qué iban a mantener un sistema que únicamente mermaba las recaudaciones a costa de los negocios cercanos?

Probablemente esto fuera una línea de investigación a tratar. Los fundadores no iban a obedecer al tal Summoner a cambio de nada, y menos si esto les suponía perder dinero y, además ponerse en contra a los comerciantes allí hospedados. Puede que entre manos tuvieran un negocio aún mayor, uno por el cual no les importara perderlo todo. Mas qué podría ser.

Mientras intentaba desarrollar una hipótesis, Roku, aún en su forma digital, asistió a un episodio curioso. Un joven de extraño peinado (¿podría estar imitando la moda visual kei japonesa?) le estaba gritando a un aparatoso móvil (o al menos juraría que era un móvil) mientras este le devolvía las voces. A su lado una especie de saurio naranja también alzaba la voz.

En cualquier otro lugar este comportamiento no merecería atención alguna del japonés, pero estando en el coliseo, y con el clima de estrés y miedo que podía respirarse cualquier muestra de duda o debilidad te convertía en una víctima potencial de los abusos de nuevos gladiadores e incluso de veteranos. Muchos digimons que conformaban la fila clavaban su mirada en la pareja, pensando en actuar. De golpearlos delante de los demás serviría para exhibir la propia fuerza y poder intimidar en futuros combates a los demás.

Roku, por supuesto, odiaba este tipo de estrategias, pero allá donde fueres... Cogiendo carrerilla se propulsó contra el digimon que estaba justo antes que el chico y su más que probable compañero digimon, placando antes de que decidiera actuar al gladiador de la fila.

-Gracias por guardarme el sitio-dijo, jactándose de su posición, procurando que todos en la fila pudieran ver qué estaba haciendo-. ¿Alguien tiene que decir algo?-insistía desenvainando su espada y activando a Shiratori-maru, emanando la katana una extraña y mortecina luz roja mientras las letras en digimoji irradiaban energía oscura-No me importa tener que cortaros a todos ahora mismo y ahorrarme combates sin emoción en la arena-este discurso pretendía solo aterrar a los digimons-. Lo que ha dicho el humano es cierto, todos los que estáis aquí morireis en la arena antes o después, por mi hoja o por cualquier otra. Si no estáis preparados para ello, ¡largo de aquí!

Algunos abandonaron la fila, no sin antes mirar con odio al samurai. Poco le importaba, menos combates implicaba menos gasto absurdo de energía, y así evitó que algún digimon atacara al humano para demostrar poder. Luego, cuando la atmósfera se calmó, la fila volvió a estructurarse, pero con una ligera diferencia. El digimon al que había atacado en primer lugar se reincorporó y, poniendo una mano sobre el hombro de Musyamon, declaró.

-¿Quién @?#* te crees que eres? Te voy a partir la cara-por su apariencia, era un Ogremon común, Roku ya había visto a este digimon antes-. Y cuando acabe contigo podrán usarte de felpudo para los nuevos gladiadores.
-¿Y si te digo que me importa una @?#* cómo te quedarías? Si quieres bronca te esperas a la arena. Ya que tendré que soportar tu olor mientras te rebano, por lo menos que me paguen por ello.

Mientras decía esto último el ogro alzó su puño, cargado de energía (Haouken) e intentó impactar contra Musyamon, que, aprovechando la activación de su espada (ninja mode) pudo parar el golpe al poder desplazar la hoja a altas velocidades, pero eso no evito el enorme ruido de la colisión. Si bien no era buena idea llamar la atención, ya era demasiado tarde.

Off: Siempre y cuando el npc no tenga un cambio drástico de personalidad, habilidades y similar a mí no me importa. Como si queréis usar a Trundl... Digooo, Ogremon (ejem, spoiler, luego cambiará a su versión "de hielo", como le pasó en el LoL).

Así que estas son las reglas del Coliseo ¿eh?- decía el joven peliverde examinando el papel que le acababa de entregar la recepcionista. Las reglas que estipulaban el siguiente torneo, llamado Pentakill, eran muy claras y concisas. Una de ellas llamó la atención tanto de Tsukaimon como de Max y era "la derrota se paga con la vida"

Así que era esto lo que querían decir Jijimon y Piximon con lo de que el Coliseo se había vuelto un baño de sangre...-- Tsukaimon se posó en la cabeza de su Tamer peliverde, mientras ambos observaban con detenimiento las reglas, intentando encontrar alguna especie de trampa legal o algo por el estilo.

Está bien, inscríbanos. Somos Maxwell y Tsukaimon- habló el joven Tamer mientras sonreía confiado, deseoso de nuevas batallas y más aún con la motivación que tenía de salvar esa zona del mal... Y por supuesto de conseguir la figura que tenía Jijimon en su tienda.

Sin embargo, algo llamó la atención de Maxi y su compañero Digimon. Unos gritos que le resultaron familiares provenían de otra de las cúpulas de inscripción, por lo que, raudamente, se dirigieron hacia donde tenía lugar la escena. Al llegar a la zona de conflicto, observaron que Agumon y Demyx, el hermano de Kenku, un muchacho rubio que vestía una oscura gabardina y que siempre llevaba un estuche a su espalda en la que transportaba su sítar, una guitarra con un aspecto realmente particular, eran defendidos por un extraño Digimon que parecía ser una mezcla entre un guerrero samurai y un zombie. El guerrero zombie les había defendido de un gran ogro verde armado con una porra de hueso. Nada más ver a ambos Digimons, Max analizó los datos de ambos, empezando por el samurai.

Musyamon. Digimon Demonio Humanoide de Atributo Virus y Nivel Campeón. Se trata de un Digimon Samurai que maneja la espada Shiratori-maru con gran precisión. Es un Digimon que vive en los pantanos y puede llegar a ser letal. Su ataque característico es el Puñal de Shogun- como venía siendo habitual, una imagen tridimensional se mostró en la pantalla del Digivice mientras analizaba los datos del guerrero samurai que comenzaba a decirles a los Digimons allí presentes que morirían bajo su espada si se presentaban al torneo, lo que hizo que algunos de los Digimons se fuesen de allí. Sin embargo, el ogro verde se levantó de nuevo, dispuesto a pelear, por lo que Max apuntó con su digivice a aquél monstruo digital- Ogremon. Digimon Ogro de Atributo Virus y Nivel Campeón. Un Digimon ogro que carece de nariz y que en el interior de su boca posee tantos dientes y colmillos que le es imposible cerrar la boca. Posee una larga melena grisácea situada entre sus dos cuernos de la cabeza. Blande con maestría una poderosa maza de hueso. Posee un carácter muy violento que le da su fuerza y, debido a sus instintos belicosos de pelear contra todo tipo de adversarios, se le conoce como un "Cazador de Digimons". Sus ataques característicos son la Maza de Hueso y el Puño Imperial.- una nueva imagen tridimensional, esta vez del Digimon conocido como Ogremon, apareció en la pantalla del Dispositivo Digital que Max sujetaba firmemente con su mano.
La verdad era que las sensaciones que le daba aquél Musyamon no eran muy positivas, no se veía un Digimon muy amigable. Sin embargo, había salvado a Demyx del ataque de aquél ogro furioso y ahora éste había atacado al Musyamon. Había decidido ayudarle, por lo que, con una señal de su cabeza, Tsukaimon atacó al Digimon verdoso.

¡Fuego Amistoso!- la panza del Digimon mamífero volador se llenó de aire, haciendo que Tsukaimon doblase su tamaño hasta que éste disparó una bola de aire cargada contra la nuca de Ogremon, intentando llamar su atención.

¿Estás seguro de que quieres pelear en inferioridad numérica? ¡Consigue compañeros y nos veremos las caras en el torneo Pentakill!- dijo Max con una sonrisa, agarrando una de sus cartas con dos dedos, mostrándosela a Ogremon, con la intención de intimidarle. Ahora, dependía de qué quisiera hacer el Digimon Ogro…

La pareja de glotones no se daban cuenta del peligro que corrían al estar gritando con tanta fuerza con Jijimon. Los gritos de ambos hacían ver al dúo como unos participantes débiles por lo que, sin percatarse de ello, un Ogremon se les acercó por detrás.

Ogremon: No queremos debiluchos aquí

A pesar de las circunstancias, otro de los Digimons que allí se hallaban, un Musyamon, acababa de salvarles de ser atacados por el Ogremon, pues le propinó un placaje de tanta fuerza que hizo caer al enorme Digimon ogro. Demyx y Agumon, por otra parte, sólamente miraban la escena, sin percatarse de lo sucedido. Musyamon repitió entonces las palabras que el viejo Digimon les gritó antes, lo que hizo que algunos Digimons abandonasen su idea de pelear por el premio. Entonces, Ogremon se levantó, dispuesto a devolverle el golpe a Musyamon con su ataque Puño Imperial, pero éste lo rechazó.

Demyx: ¡Oye oye oye oye! ¡Tú bicho feo y verde! ¡¿Por qué nos atacas?!

Agumon: ¡Cierra la boca, maleducado! ¡Que pareces tonto!

Tras las palabras de Demyx y Agumon, sólamente consiguieron cabrear más al Ogremon, que comenzaba a golpear en su mano desnuda la cachiporra de hueso que tenía en la otra mano.

Ogremon: ¡¿A quién os creéis vosotros que llamáis feo y tonto?! ¡Queréis morir, ¿verdad?! ¡Os voy a partir la cara a todos vosotros! ¡Empezando por tí, zombi de pacotilla!

El Ogremon se dirigía hacia el Musyamon que acababa de salvar a la pareja, pero un grito particular que Demyx conocía bien y que acababa de nombrar el ataque "Fuego Amistoso" resonó detrás de Ogremon antes de que una especie de bomba de aire impactara en la espalda del Digimon Ogro. Detrás de él, se encontraba el responsable del ataque, Tsukaimon y su compañero Max, el hermano mayor de Demyx.

Demyx: ¡Sí que habéis tardado en venir! ¡LEN-TO-RROOOOOOOOS!

Entonces, Max le recordó al Ogremon que él se encontraba en inferioridad numérica. Eso era cierto, eran 2 Digimons contra 1, quizás 3 Digimons contra 1 si contaban al Musyamon y le dio la recomendación de que debería buscarse aliados si quería tener alguna posibilidad contra ellos. Por último, el hermano mayor de Demyx sacó una de las cartas que potenciaban el poder del Digimon si tenían el Digivice D-arc.

Agumon: ¡Somos más fuertes de lo que crees!

Demyx: Pero no le provoques, que suficientes peleas vamos a tener en el torneo...

Agumon: En eso tienes razón...


PD: No sabía si queriais pelear ya con Ogremon o no, así que lo dejo a vuestra elección

El Ogremon alzó su clava de forma amenazadora, pasando luego a la acción intentado propinar un ataque al último que le atacó, siendo este Tsukaimon, pero la espada del samurai interceptó el golpe. Las miradas de ambos digimons se cruzaron un instante, y ambos iniciaron una sucesión de golpes que no llegaron a nada. Durante varios segundos, el único ruido que resonaba en aquella estancia era el de la colisión constante entre el hueso y el acero. El digimon ogro esbozó una enorme sonrisa, sabiéndose vencedor de aquel intercambio de golpes, y así lo manifestó a gritos.

-¿No te das cuenta, novato? Yo tengo mayor masa muscular, y mis brazos son mejores que esas ramitas que son los tuyos. Aunque ahora me aguantes el ritmo, a cada golpe, ¡me acerco a poder abrirte la cabeza!
-El que no comprende la situación eres tú.¿No lo ves todavía?-decía el chico, manteniendo el ritmo en sus embates- He ganado ya, por tres factores, Ogremon. El primero es que estoy manteniendo una técnica de refuerzo físico, mi espada Shiratori-maru está en su modo ninja. Podría estar pegándome contigo hasta mañana-decía exhalando pesadamente-. El segundo elemento es que mis golpes no han ido a ciegas, sino que he apuntado a las púas que están incrustadas en tu arma. Al hundirlas han hecho efecto de cuña, ¿puedes ver las grietas en tu arma? Bien-esta vez se permitió el lujo de sonreir-, ahora viene lo divertido. ¡Kirisute Gomen!- saltando hacia atrás para evitar la onda expansiva, la hoja brillo de blanco, liberando un dragón de energía que clavó sus colmillos en el arma, reventando el arma por los múltiples puntos de presión forzados-. ¿Ves? En este duelo el ganador soy yo.
-¡Bah!¡Tonterías, aún me quedan los puños!-vociferó recubriéndolos de una energía oscura.
-Patético, no pienso pelear contra alguien desarmado que solo patalea como un niño de 3 años...-decía, aburrido, dando la espalda al digimon y envainando su hoja.
-¿Qué haces? ¡No me ignores, maldita sea!
-Tienes aquí a otros dos oponentes, ¿no? ¿Eres incapaz de ver que ya no tengo interés en tu debilidad? Si puedes vencer a uno de estos pequeños, con gusto te daré la muerte que tanto ansias.

Gruñendo con furia animal, Ogremon disparó al techo para hacerse notar y demostrar su poderío. Roku no quería que los humanos salieran heridos, pero si se centraba solo en defenderlos se ganaría una fama que no le convenía. Congeniar con tamers, siendo un “digimon independiente” en el coliseo no es que fuera algo positivo, y menos con la fama que ya tenía. Pero el verdadero motivo era que, simplemente, tenía curiosidad de ver qué podían hacer los dos tamers contra el digimon y, en caso de no poder enfrentarlo, acudiría al rescate seccionando la garganta del ogro.

Con el modo shogun podría tardar tres segundos, pero ¿y con el incremento de velocidad del modo ninja? Aún debía probar combinaciones con sus nuevas habilidades. Se sentía cómodo con el nuevo estilo que le confería el llamado "espíritu humano", al menos por el hecho de poder defenderse con una espada, en vez de con garras y dientes.

Ahora resultaba que había sido el Ogremon quien había empezado a atacar a Tsukaimon. Sin embargo, el Digimon samurai muerto se había vuelto a poner en medio. Tras unas breves palabras y varios ataques, el Digimon guerrero había logrado quebrar la maza de hueso del Digimon Ogro. Sin embargo, el Digimon ejecutó su ataque Puño Imperial contra el techo del Coliseo, para así demostrar que era el que más fuerza bruta tenía de los que allí se encontraban.

Está bien Ogremon, ¡pelea con esa pareja y conmigo!- con dos de sus dedos, el Tamer peliverde aún sujetaba su carta, preparado para utilizarla en cualquier momento- me conviene que aún no sepan que Tsukaimon puede llegar a la fase de Campeón. Tengo que guardar ese pequeño as en la manga para más tarde, así que usaré otra estrategia...- pensó el muchacho mientras sujetaba en su mano libre su dispositivo digital del modelo D-arc de color negro y violeta.

[b]¿Usamos la táctica D?- preguntó Tsukaimon con una sonrisa mientras revoloteaba al lado de su Tamer y ambos observaban al ogro que les miraba impaciente.

¿¡Qué hacéis, nenazas?!- el inmenso Digimon verde se sorprendió al ver que Tsukaimon volvía a hincharse preparando un nuevo ataque.

¡Fuego Amistoso!- un nuevo impacto de aire volvió a salir desde la boca de aquél pequeño monstruo digital. El disparo se dirigía rápidamente hacia donde se encontraba Ogremon. Max, aprovechando que el Digimon Ogro se había distraído con el ataque de Tsukaimon, corrió rápidamente hacia la espalda de Ogremon, esperando la señal.

¡¿De nuevo con eso, pequeño mierdecillas?!- Ogremon estiró hacia atrás su puño derecho, cargando una onda de energía violeta en el mismo sin percatarse de la presencia de Max detrás suyo- ¡Puño Imperial! - la onda de energía violeta impactó contra el ataque del Digimon mamífero volador, atravesando dicho ataque y dirigiéndose, debilitado hacia el Digimon rival. Sin embargo, el ataque no sólo perdió fuerza, sino también velocidad debido al impacto y al rozamiento del ataque de Ogremon con el de Tsukaimon, por lo que éste esquivó el ataque con facilidad. Mientras este suceso acontecía, Max había saltado hacia la espalda de Ogremon y, con sus dos manos, tapó los ojos del Digimon ogro. ¡Suéltame estúpida garrapata! ¡He dicho que bajes!-

¡He aquí un pequeño presente, Tontomon!- con un gesto de su cabeza, Max hizo una seña a Tsukaimon, que volvió a inflarse como un globo mientras se sujetaba con fuerza al cuerpo de Ogremon, exactamente como le había llamado Ogremon, como una garrapata.

¡Niebla Púrpura!- una niebla de color púrpura, como indicaba el ataque de Tsukaimon, salió despedida de la boca del Digimon, directo hacia la boca de Ogremon, que comenzó a respirarla dificultosamente, aprovechando que Ogremon no podía cerrar la boca. Antes de que la niebla alcanzase a Max, el Tamer se propulsó con una patada en la espalda del Digimon de nivel Campeón hacia atrás, colocándose a salvo de la niebla.

*cof cof* ¿¡Qué demonios es esto?! *cof cof* - Ogremon tosía violentamente, debido a que la nube que acababa de respirar era perjudicial para su salud.

Es el ataque de Tsukaimon, Neblina Púrpura. Aunque no es un ataque muy poderoso, tiene un efecto venenoso que te producirá heridas internas progresivas. No morirás por ese ataque, pero si deberías ir a un médico...- Max, sonrió, aún sosteniendo su carta entre sus dedos y su D-arc en su otra mano.

*cof* ¡¿Cómo te atreves?! *cof*- Ogremon se mantenía en pie dificultosamente, pero avanzaba a pasos lentos, preparando su puño cargado de energía oscura, para atacar así al jovenzuelo de Kenku- ¡Puño...!

¡Sabía que harías eso! ¡Hora del Slash!- rápidamente, como un rayo fugaz, Max comenzó a pasar su digicarta por el lector de tarjetas que poseía su Digivice para poder así otorgarle un nuevo poder a su Digimon- ¡Carta leída! ¡Cerberusmon, el perro infernal!- tras pasar la carta en su totalidad por el lector del Digivice, Tsukaimon comenzó a iluminarse de un fulgor de color verdoso.

¡Fuego Infernal!- el ataque que lanzó Tsukaimon prestado de la carta de Cerberusmon consistía en lanzar una gran cantidad de llamas de color verde hacia su enemigo. El ataque impidió a Ogremon lanzar su Puño Infernal, pero Max sabía de sobra que, por si solo, el ataque no podía haberlo derrotado. Estaba a la espera de ver qué es lo que hacía su hermano...

Demyx veía cómo su hermano y el compañero del mismo, como siempre, peleaban de una manera impresionante. Estaban lo suficientemente compenetrados como para, sin realizar la digievolución de Tsukaimon, poder pelear contra Ogremon. Musyamon con anterioridad ya había destruido la maza de hueso que poseía el Digimon de nivel campeón, que, después del ataque de Tsukaimon con su Niebla Púrpura y el ataque añadido de Cerberusmon, Fuego Infernal, habían sufrido varias heridas. Tenía algunas quemaduras a lo largo de su cuerpo y observaron que respiraba dificultosamente debido al veneno que había en su cuerpo gracias a Tsukaimon. Sin embargo, Ogremon aún se mantenía en pie, no parecía que fuese a ser derrotado al instante. Max observaba ahora a su hermano, quizás como prueba de ver de qué era capaz el muchacho con la túnica negra.

Demyx: ¡Oh vamos! ¡Ríndete ya!

Agumon: Quiero acabar con esto cuanto antes...

Demyx: Entonces, ¡hazlo y dejémonos de tonterías!

Agumon: ¡Llama Bebé!

El dinosaurio compañero de Demyx lanzó una bola de fuego hacia el Digimon que se situaba delante de ellos, aunque se encontrase mirando a Tsukaimon y Max, realizó su ataque Puño Infernal para destruir la bola de fuego de Agumon. Sin embargo, su ataque se había debilitado por el daño que había recibido.

Demyx: ¡No le dejes descansar, Agumon!

Agumon: ¡Triple Llama Bebé!

Tres bolas de fuego salieron de la boca del anaranjado digimon prehistórico hacia Ogremon que, cansado, se protegió de los ataques con sus puños. Sin embargo, Agumon se había acercado lo suficiente a él, como para posicionarse por debajo de su enemigo.

Agumon: ¡Garra Ardiente!

La garra derecha de Agumon se llenó de un fuego abrasador, aprovechando el Digimon de Demyx la oportunidad para propinarle un fuerte gancho imbuido en fuego en la parte inferior de la mandíbula del Digimon Ogro, que lo tumbó, debido a los repetidos golpes que había sufrido, notando cómo respiraba pesadamente. Agumon y Tsukaimon podrían haberle derrotado aunque Tsukaimon no hubiese lanzado su niebla venenosa contra el Digimon Ogro, pero ese ataque les había asegurado parcialmente la victoria. Ogremon no había sido eliminado, únicamente estaba inconsciente.

Demyx: ¡Si nos hubieses hecho caso, no te encontrarías en esta situación!

Tras el ataque que habían realizado el peliverde y su amigo volador de color púrpura, le tocó a la pareja formada por el hermano de Max y su compañero Digimon Agumon sobre Ogremon. Lo cierto es que el guitarrista y su amigo prehistórico no lo hacían nada mal, combinaban bien los ataques de Agumon con las debilidades de Ogremon y se habían aprovechado del estado del Digimon de nivel Campeón, que era que estaba envenenado. Además, el atributo Vacuna de Agumon tenía una ligera ventaja sobre el Atributo Virus de Ogremon, por lo que eso le daba aún más ventaja, al contrario que Tsukaimon quien tenía el Atributo Virus también... Aunque cierto es que Tsukaimon tenía muchísima más experiencia de la que tenía el dinosaurio anaranjado.

Mientras observaban la escena, pudieron percibir que Musyamon, al ver al Ogremon tirado en el suelo inconsciente, clavó su Katana en el pecho del Digimon verdoso. El ogro no desapareció del todo, pero esa herida era realmente fea... Una extraña sensación recorrió el cuerpo del muchacho del poncho y el gorro.

Menos mal que no soy yo el que está en esa situación...- pensó Max frotándose la espalda como pudo, al ver esa impresionante arma blanca clavarse en el cuerpo del Digimon que estaba tumbado en el suelo. Lo cierto es que ya había derrotado a algunos Digimons y, en algunos casos, los había "matado", volviéndolos DIgihuevos que renacerían de nuevo en la Ciudad del Comienzo... Pero aún así, si podía evitar destruir Digimons, mucho mejor.

De pronto, sin que nadie se percatase de su llegada, apareció un extraño sujeto ataviado con una máscara plateada y unas vestimentas realmente extrañas y, ¿por qué no decirlo? perturbadoras. El sujeto felicitó al Musyamon por el corte que le había provocado al Ogremon... Y posteriormente también felicitó tanto a Tsukaimon como a Agumon, felicitándoles que, aún a pesar de ser rookies, habían derrotado a un champion.

Y eso que aún no he mostrado mi forma Champion...- susurró Tsukaimon de tal modo que sólo pudiesen oírlo él y Max, a lo que el Tamer asintió con una sonrisa.

Entonces, una especie de Digimons realmente extraños de color negro grisáceo con una especie de máscara de gas a los que ese sujeto se refería como "minions", les entregó tanto a Musyamon como a Demyx y a Max una especie de tarjeta. En ella, venía un número de participante, unas letras hechas de hueso y cráneos formaban la palabra "PENTAKILL" y un nombre que era diferente al nombre propio del participante. Entonces, el Musyamon le preguntó algo y, refiriéndose no sólo a él, sino también a los dos Tamers y sus compañeros, que deberían ir a la sala VIP de gladiadores, donde les darían instrucciones. Tras ello, los llamados "Minions" se llevaron de allí al Ogremon puesto que según el extraño "podía rodar más".

Entonces... Debemos ir a la sala VIP- preguntó Max mientras inspeccionaba la extraña invitación, donde había letras que parecían poder generar oscuridad por sí mismas"Teemo" ¿eh? ¿Así nos llamamos ahora?

Así que ese era Summoner...- Tsukaimon se quedó pensativo mientras miraba al sujeto que se marchaba con los raros Digimons que cargaban a Ogremon.

Esto será interesante- una media sonrisa se dibujó en el rostro del joven mientras guardaba la tarjeta en uno de sus bolsillos y se encaminaba hacia la sala VIP de gladiadores. Quería saber cómo era ese torneo Pentakill. Desde luego, la curiosidad acababa de invadirle o, mejor dicho, de aumentar.


OFF ROL: Elegí a Teemo por el hecho de que ambos son mamíferos y pequeños, parecidos a ratas y ambos pueden envenenar. También pude haber cogido a Kennen o a Gnar, pero me pareció mejor Teemo. Gnar lo estuve hablando con Demyx y vimos que éste campeón le queda mejor a Agumon.

Despues de que Demyx y Agumom tumbaran a Ogremon, algo que gracias al veneno de Tsukaimon, no resultó muy complicado, ese raro Digimon llamado Musyamon había clavado su espada en el pecho de Ogremon, impidiendo que se moviese.

Demyx: ¡Caray!

Agumon: Menudo bestia...

De pronto, apareció un tio realmente raro, con unas pintas que daban algo de repelús... Aunque bueno, Demyx no era el mas apropiado para pensar en la apariencia de alguien... Después de todo, parecía un miembro de alguna secta extraña con ese abrigo y parecia que se dedicaba a robar el corazón de todo aquél que le mirase para cualquier proposito. Acompañado de unos Digimons que parecían sacados de una central nuclear, el extraño sujeto felicitó a Musyamon, los dos humanos y los compañeros Digimons de estos, dandoles, a su vez, una tarjeta a cada uno. En la suya, además de la palabra PENTAKILL y un número, había un extraño nombre.

Demyx: Supongo que Musyamon y Lax tendrán nombres y números distintos...

Agumon: ¿Y como nos llamamos nosotros

Demyx: Gnar, eso es lo que pone

Agumon: ¿Gnar? Menudo nombre más raro...

Demyx: Agumon no es que sea un nombre muy común en mi mundo...

Demyx y Agumon entonces vieron a Tsukaimon y Max irse hacia lo que ese tipo raro había llamado sala VIP, por lo que decidieron seguirles.

Demyx: ¡Eh! ¡Hermano! ¡Esperameeee!

Tras acabar en la habitación a la que se dirigían ambos hermanos y el Musyamon que acababan de conocer, el peliverde observó que había un montón de otros contrincantes, no sólo Digimons solitarios, sino también algunos Digimons acompañados de sus Tamers.

A ser posible preferiría no tener que matar a nadie...- pensaba Max mientras observaba a una pequeña niña Tamer jugar con su Digimon Oso... Que claramente era mucho más grande que ella- ¿Qué demonios hace una cría de esta edad en este torneo sangriento? - entonces, Max miró hacia su hermano menor y suspiró asintiendo- Oh claro, se supone que él se apuntó aquí para comer... Ni que pasase hambre en casa... - seguramente Demyx y Agumon se tumbases en una de las tumbonas cada uno y comenzarían a zampar como si no hubiese mañana... Como si lo viera...

¿Comemos algo, Max?preguntó Tsukaimon, mientraa se ponía en una posición cómoda en el hombro derecho de su Tamer peliverde, a lo que el muchacho asintió, dirigiéndose hacia donde se encontraba la mesa de los alimentos, recogiendo una manzana del cuenco de fruta a la vez que Tsukaimon se hacía con un conjunto de fresas y cerezas y ambos se disponían a comer- ¿Cómo ves el nivel de estos posibles oponentes? - preguntó Tsukaimon mientras comía lentamente sus frutas sobre el hombro de Max mientras éste se alejaba para mantener una conversación entre ellos dos a solas.

Si me preguntas si estoy preocupado, te diré que sólo me preocuparía enfrentarme a Demyx y Agumon... No quiero enfrentarme a mi hermano si es un combate a muerte, eso ya lo sabes - tras decir eso, el Tamer le propinó un fuerte mordisco mientras apretaba con fuerza la manzana, esperando que no le tocase pelear contra su hermano hasta que supiera quién era ese Summoner y qué pretendía. Entonces, se retiraría de la competición...

¿Y el resto? -preguntó Tsukaimon mientras saboreaba con gusto sus frutas, terminandose las fresas en un santiamén.

Hemos visto parte de lo que es capaz el Musyamon, pero no dudo de que es mucho más fuerte de lo que aparenta, apenas se esforzó en la lucha contra Ogremon, de eso estoy seguro...- un segundo mordisco de Max hizo disminuir el tamaño de su roja manzana que se deslizaba entre sus dedos ahora que habia dejado de aplicar tanta presión- el resto tiene mas nivel que los Digimons que estaban ahí abajo en la cola, de eso estoy seguro, ya has oído las palabras de Summoner. Primero deben comprobar los méritos de quienes se apuntan - con un nuevo mordisco, Max disminuyó hacia casi la mitad el tamaño de la manzana mientras que su Digimon comía en silencio a la vez que escuchaba al peliverde- Pero esa niña que he mirado antes me provoca curiosidad. A pesar de su aspecto inocente, tengo la impresión de que es una buena Tamer... - al terminar de hablar de ello, se cerraron las puertas y comenzó a emitirse una especie de película desde un proyector, donde salía Summomer dando la bienvenida a todod los presentes y presentando a Ranamon, un Digimon con aspecto humanoide y que según el sujeto era una "idol".

Esa Digimon triunfaría en Japón, a pesar de ser una forma de vida distinta - dijo Max mientras reía más para sus adentros que para Tsukaimon.

La Digimon de piel azulada mencionó que no se preocupasen por sus vidas, que estarían a salvo ya que, fuera de camaras, un equipo medico los atenderían a la perfección. La información de Max no se correspondía con lo que acababa de decir Ranamon, pero no diría nada por ahora. También mencionó que se enfrentarían en un lugar llamado el Bosque Retorcido y que se enfrentarían en equipos de 3 a 5 componentes. El equipo de Max, el número 6, lo conformaban "Gnar, Teemo y Yasuo". La pareja sabía que ellos eran Teemo y que Demyx y Agumom eran "Gnar" puesto que Tsukaimon, antes de que Demyx guardara su carta, consiguió espiar y ver cómo se llamaban. Ahora sólo faltaba saber quién era Yasuo...

El rival del equipo 6 será el equipo 5 que, recordemos, está conformado por Fiddlesticks, Maokai y Allistar. ¡Mucha suerte a todos y den un gran espectáculo!- anunciaba la idolo Ranamon mientras la proyección terminaba. Anteriormente Ranamon había mencionado que ganaba el combate quien ganase un número determimado de puntos, que se conseguían consiguiendo las medallas de los rivales y derrotandolos.

Demyx: ¡COMIDAAA!

Agumob: ¡DELICIOSA COMIDAAA!

Esas fueron las dos únicas palabras de la pareja de cabezas de chorlito que formaban Agumon y Demyx al ver tal cantidas de comida hacia la que se lanzaron sin dudarlo. Había de todo tipo de comida: carne, dulces, pescado, verduras, frutas, snacks, refrescos... Literalmente, los dos amigos se unieron una vez más con la intención de saquear toda la comida que pudiesen. Eran conscientes de que el resto de participantes seguramente les mirarían con una cara de incredulidad, salvo Max y Tsukaimon, quienes ya estaban acostumbrados al comportamiento de ellos dos.

Demyx: ¡Por esto sí que estoy dispuesto a arriesgar la vida!

Agumon: ¡Lo mismo digo...! ¡Espera! ¡Quien la voy a arriesgar más voy a ser yo! ¡Me merezco el doble de ración!

Demyx: ¡Ni lo sueñes cara de lagarto!

Había comenzado una auténtica batalla campal entre los dos para comprobar, una vez más, quién comía más. Entonces, a ambos se le iluminaron los ojos. Acababan de ver hamburguesas y pizzas, los dos platos de comida favoritos de ambos, por lo que dejaron el resto de comida de lado y se lanzaron a por ella. Desde fuera parecían guerreros nórdicos en una de sus fiestas después de una batalla... Salvo que no había mujeres ni alcohol... Y tampoco tenían el aspecto de feroces guerreros, sino de dos tipos demasiado extraños que adoraban comer.

Mientras devoraban toda la comida que les era posible, una pantalla se iluminó en la habitación. En ella, aparecía el extraño tipejo con máscara de gas que habia aparecido anteriormente. Dado que no quería hablar mucho, una Digimon Kawaii de piel verdosa o azulada apareció explicando las reglas y el sistema de puntos que llevarían a cabo. Tras lo dicho, Demyx vio que le tocaba de compañeros a Teemo y Yasuo, quienes no sabían quienes eran, pero no le importaba.

Demyx: ¡Está bien! ¡Ya hemos comido suficiente! ¡Hora de bajar las calorías!

Tras esas palabras, Demyx salió por la puerta que se había vuelto a abrir de nuevo, dirigiéndose hacia el coliseo llamado "Bosque Retorcido". No sabían los peligros que les acechaban en ese bosque oscuro y turbio...

PD; Prefiero que seais vosotros quien empiece la acción, ahora mismo no tengo mucho tiempo, que mañana tengo un examen