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El descubrimiento de las ruinas del Monasterio Draco, tallado en lo alto de una desolada montaña en el valle de los dragones, ha despertado un gran interés por todo el Digimundo. Principalmente porque según los tallados de la pared exterior dentro de las ruinas se encuentra un obre mágico que contiene en su interior la data y poder del treceavo Royal Kinght, la cual sera dada a quien reclame dicho objeto. Según la historia grabada en los murales, el obre fue dejado allí por el mismo Royal Kinght en caso de que su poder sea necesario para derrotar al mal que se alce en el futuro...por desgracia semejante premio también a llamado la atención de quienes usarían el poder para sus propias metas egoístas. Por lo que esta aventura ahora se a vuelto una carrera por ver quien consigue el gran premio.
6 meses despues de la ultima carrera, un BanchoLeomon reune al viejo equipo de organizacion para dar un nuevo espectaculo, pero en esta carrera, el misterioso patrocinador ha enviado a un "Aspirante a Campeon" con un extraño y unico Digivice. ¿Que es lo que sucedera a lo largo del evento y como funciona este nuevo digivice?.
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-Skin hecho por Hardrock de The Captain Knows Best.
-Imagenes realizadas por Runari Wildy
y Sigrun Vinter
-Imagenes realizadas por Runari Wildy
y Sigrun Vinter
コロシアムで¿戦いの伝説?誰が呼んでいますか?(¿Combates de leyenda en el coliseo?¿Quién es Summoner?) [Priv. Max "Kenku" y Demyx, o Seichiro Sano])
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Re: コロシアムで¿戦いの伝説?誰が呼んでいますか?(¿Combates de leyenda en el coliseo?¿Quién es Summoner?) [Priv. Max "Kenku" y Demyx, o Seichiro Sano])
Explosiones, sacudidas, gritos y desgarros podían oírse en la encarnizada batalla que mantenían los dos demonios, la bestia y el humano, guiados ambos por las directrices de sus tamers, sus camaradas humanos. Los ataques iban a matar, procurando herir al otro más allá de simplemente derrotarlo: querían sangre, que sufriera, que sus pupilas mostraran miedo ante quien le iba a dar muerte. Sí, era un sentimiento recíproco, pues Max y Xorem habían sufrido al ver el estado actual de Natsuki, relegada a una máquina de combate para un fin desconocido, pero qué llevaba a Summoner y a ese Devimon actuar del mismo modo. Qué relación mantendrían con el peliverde y su recién transformado compañero para desearle tanto mal.
Según se podía oír, el otro tamer y su Greymon se sumaban, ahogando los ruidos de rugidos, gritos y amenazas en llamaradas que crepitaban, alimentadas por una carne que sufría un ataque a dos bandas. Estando en clara desventaja, ¿por qué seguía sonriendo aquel digimon? Al igual que Mervamon, parecía ignorar el número de oponentes. La máscara escondía la reacción de Summoner a este panorama, y simplemente observaba, quieto, de una forma similar al resto de estatuas.
Mientras el intercambio de golpes y habilidades se producía, Monzaemon sanaba el brazo de la humana, que recuperaba una nota de color. Suponía que eso era positivo, pues sin ninguna mejoría física, tratar de quitar la data podría ser peligroso y, en el peor de los casos, letal.
-¿Pero tienes idea de qué estamos haciendo? -preguntaba Bakemono en el interior de su cabeza- Me refiero, ni sabemos lo que es ni si tiene arreglo. ¿No es mejor que la dejemos tirada por ahí, quietecita, y que ya intenten arreglarla los que parecen conocerla?
-No, contra más esperemos su estado empeorará -igualmente, la respuesta era mental-. Solo hay que ver como se encuentra ahora mismo.
Abrió los ojos, e intentó forcejear, pero los brazos extra de Asuramon facilitaban la tarea. El brazo que blandía la espada intentaba ensartarlo de nuevo, pero retorciendo su muñeca logró que la soltara. Una vez más, el brazo humano apenas podía hacerle nada, y otra de sus manos apretaba la cabeza de la chica, procurando limitar sus movimientos. Observando la parte humana liberada, pensó que de decapitarla, la chica moriría por el shock, teniendo que separarla de forma gradual.
-Es irónico que lo que vaya a matarte, sea tu propia espada.
-Oh, es un chiste horrible... ¿Qué tenía de malo “Espadándolo todo”, “Hoja de cortar” o “Depilación bárbara”?
-...¿Todo?
La punta de la espada se hundió ligeramente en el pecho de la digimon, del cual manaba esa sangre digital tan extraña. Era bueno, pues si la sangre no era humana, es que seguía viva. Ahondó en el corte, y fue rasgando el músculo, abriendo lentamente la herida. Los tajos debían ir con cuidado, un fallo y alguien lo pagaría con la vida. Concentración, hasta Bakemono estaba callado, pero Mervamon gritaba por el obvio dolor. No podía errar en el pulso, debía seguir concentrado, hasta que por fin, percibió una luz. Sus manos abrían la herida, y pudo ver que la fuente era la chica.
Usando otro de sus brazos, cogió delicadamente su cabeza, al igual que su mano, e iba continuando las incisiones para permitirla salir. Ella gritaba, Mervamon gritaba, era obvio el dolor, pero no había vuelta atrás, debía acabar esa simbiosis antinatural. Y con un último tirón, arrancó a la chica de las entrañas digitales de Mervamon, la cual, con un último estertor, soltó un alarido al que prosiguió su muerte.
Mientras sostenía a la humana con una mano, la digimon se iba descomponiendo en datos que se arremolinaban en una esfera de energía, que acabó dando lugar a un huevo, enorme, blanco, que sostenía en la última mano libre: dos para sostener a la inconsciente damisela, una para la espada, que aún no había desaparecido, y otra para ese orbe pálido.
-Pues creo que ya está...
Mas no fue así. La humana empezó a sufrir espasmos, sollozaba, sufría a ojos vista. Soltando la espada, le colocó la palma sobre la frente, y estaba ardiendo. ¿Qué podía hacer para ayudar? No se le ocurría nada, pues sus conocimientos médicos eran limitados. Claro que estos eran solo humanos.
-Monzaemon, usa de nuevo tu habilidad sanadora.
Y así lo hizo, y al menos la fiebre descendía. Seguía gimoteando, y no sabían por qué, hasta que de ella salió una serpiente negra que amenazaba con morder a Asuramon. La chica gritaba como si la vida se le escapara, y a este se sumó un nuevo lamento, pues la sierpe azabache atravesó el huevo, que se tiñó de negro, pudiendo jurar que este gritó. El ser de energía oscura serpenteó por el aire hasta llegar a Summoner, que sacando su digivice dejó que este asimilara a la entidad.
-Bueno, me temo que habéis cometido tres errores: el primero es no interesaros en saber qué tipo de digivice puedo emplear, cosa que hará que la batalla se nivele; el segundo es que habéis ignorado mis planes, y en este caso ya es demasiado tarde. Je, lo que acabo de obtener son las datas de todos los oponentes derrotados y asimilados por ella, imaginad todo ese poder crudo en manos de un humano... ¿Y el tercer fallo? Pensar que podéis hacer un espectáculo mejor que yo...
Off: Ya que no me estoy pegando con él, veo injusto elegir el tipo de digivice. Puede ser un IC cuyo digisoul ha sido incrementado por las datas de las presas, o un d-arc cuyas cartas sean precisamente los digis derrotados. El d-scanner no por digispirit, el d-3 ponerle armors al NeoDevimon complicaría mucho y nadie usa el d-1.
No los NPC's.
Según se podía oír, el otro tamer y su Greymon se sumaban, ahogando los ruidos de rugidos, gritos y amenazas en llamaradas que crepitaban, alimentadas por una carne que sufría un ataque a dos bandas. Estando en clara desventaja, ¿por qué seguía sonriendo aquel digimon? Al igual que Mervamon, parecía ignorar el número de oponentes. La máscara escondía la reacción de Summoner a este panorama, y simplemente observaba, quieto, de una forma similar al resto de estatuas.
Mientras el intercambio de golpes y habilidades se producía, Monzaemon sanaba el brazo de la humana, que recuperaba una nota de color. Suponía que eso era positivo, pues sin ninguna mejoría física, tratar de quitar la data podría ser peligroso y, en el peor de los casos, letal.
-¿Pero tienes idea de qué estamos haciendo? -preguntaba Bakemono en el interior de su cabeza- Me refiero, ni sabemos lo que es ni si tiene arreglo. ¿No es mejor que la dejemos tirada por ahí, quietecita, y que ya intenten arreglarla los que parecen conocerla?
-No, contra más esperemos su estado empeorará -igualmente, la respuesta era mental-. Solo hay que ver como se encuentra ahora mismo.
Abrió los ojos, e intentó forcejear, pero los brazos extra de Asuramon facilitaban la tarea. El brazo que blandía la espada intentaba ensartarlo de nuevo, pero retorciendo su muñeca logró que la soltara. Una vez más, el brazo humano apenas podía hacerle nada, y otra de sus manos apretaba la cabeza de la chica, procurando limitar sus movimientos. Observando la parte humana liberada, pensó que de decapitarla, la chica moriría por el shock, teniendo que separarla de forma gradual.
-Es irónico que lo que vaya a matarte, sea tu propia espada.
-Oh, es un chiste horrible... ¿Qué tenía de malo “Espadándolo todo”, “Hoja de cortar” o “Depilación bárbara”?
-...¿Todo?
La punta de la espada se hundió ligeramente en el pecho de la digimon, del cual manaba esa sangre digital tan extraña. Era bueno, pues si la sangre no era humana, es que seguía viva. Ahondó en el corte, y fue rasgando el músculo, abriendo lentamente la herida. Los tajos debían ir con cuidado, un fallo y alguien lo pagaría con la vida. Concentración, hasta Bakemono estaba callado, pero Mervamon gritaba por el obvio dolor. No podía errar en el pulso, debía seguir concentrado, hasta que por fin, percibió una luz. Sus manos abrían la herida, y pudo ver que la fuente era la chica.
Usando otro de sus brazos, cogió delicadamente su cabeza, al igual que su mano, e iba continuando las incisiones para permitirla salir. Ella gritaba, Mervamon gritaba, era obvio el dolor, pero no había vuelta atrás, debía acabar esa simbiosis antinatural. Y con un último tirón, arrancó a la chica de las entrañas digitales de Mervamon, la cual, con un último estertor, soltó un alarido al que prosiguió su muerte.
Mientras sostenía a la humana con una mano, la digimon se iba descomponiendo en datos que se arremolinaban en una esfera de energía, que acabó dando lugar a un huevo, enorme, blanco, que sostenía en la última mano libre: dos para sostener a la inconsciente damisela, una para la espada, que aún no había desaparecido, y otra para ese orbe pálido.
-Pues creo que ya está...
Mas no fue así. La humana empezó a sufrir espasmos, sollozaba, sufría a ojos vista. Soltando la espada, le colocó la palma sobre la frente, y estaba ardiendo. ¿Qué podía hacer para ayudar? No se le ocurría nada, pues sus conocimientos médicos eran limitados. Claro que estos eran solo humanos.
-Monzaemon, usa de nuevo tu habilidad sanadora.
Y así lo hizo, y al menos la fiebre descendía. Seguía gimoteando, y no sabían por qué, hasta que de ella salió una serpiente negra que amenazaba con morder a Asuramon. La chica gritaba como si la vida se le escapara, y a este se sumó un nuevo lamento, pues la sierpe azabache atravesó el huevo, que se tiñó de negro, pudiendo jurar que este gritó. El ser de energía oscura serpenteó por el aire hasta llegar a Summoner, que sacando su digivice dejó que este asimilara a la entidad.
-Bueno, me temo que habéis cometido tres errores: el primero es no interesaros en saber qué tipo de digivice puedo emplear, cosa que hará que la batalla se nivele; el segundo es que habéis ignorado mis planes, y en este caso ya es demasiado tarde. Je, lo que acabo de obtener son las datas de todos los oponentes derrotados y asimilados por ella, imaginad todo ese poder crudo en manos de un humano... ¿Y el tercer fallo? Pensar que podéis hacer un espectáculo mejor que yo...
Off: Ya que no me estoy pegando con él, veo injusto elegir el tipo de digivice. Puede ser un IC cuyo digisoul ha sido incrementado por las datas de las presas, o un d-arc cuyas cartas sean precisamente los digis derrotados. El d-scanner no por digispirit, el d-3 ponerle armors al NeoDevimon complicaría mucho y nadie usa el d-1.
No los NPC's.
- Tamer
- Faltas :Una por cada double.Prueba de Rol :ADigi Puntos :1060Ficha :NPCs :Nivel On Rol :Ancient spiritNivel On Rol de los Digi Aliados :Sven-Hyper SpiritIcono :Rango y Unidad :Roku Ginshô (Adam Odysseum)
Rango: Holy General
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield TurtleRango y Unidad Digi Aliado :Sven
Rango: Teniente
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield TurtleInventario :
Roku Ginshô
Re: コロシアムで¿戦いの伝説?誰が呼んでいますか?(¿Combates de leyenda en el coliseo?¿Quién es Summoner?) [Priv. Max "Kenku" y Demyx, o Seichiro Sano])
El plan había funcionado... En parte. Devimon había sido herido varias veces, tanto por el ataque láser de Xorem como por las llamaradas de Ryu. Después de los ataques de ambos Digimons, Devimon comenzó a reírse brillando a la par que lo hacía la mano de su compañero Summoner. Lo que poseía Summoner era un Digivice IC, el Digivice más parecido a un teléfono móvil. Era de colores grisáceo y amarillo. Devimon se transformó en NeoDevimon, una forma muchísimo más poderosa de lo que ya era en un principio... Que no era poco.
NeoDevimon, Digimon Ángel Caído de nivel MegaCampeón y Atributo Virus. La máscara que cubre su cabeza suprime los poderes de NeoDevimon, y se dice que le fue puesta para poder controlar su voluntad. Su ataque característico es la Garra Culpable, una versión muchísimo más poderosa que la Garra Mortal de Devimon, aunque posee otros ataques igualmente poderosos.- mencionaba el Digivice de Kenku, recopilando la información de aquella digievolución de Devimon, NeoDevimon. Era completamente aterrador y se podía notar su oscuro poder incluso desde donde se encontraban Xorem y Maxwell.
Sospechaba que Devimon no era tu forma más poderosa- después del breve pero intenso combate, Max había calmado un poco su furia tanto hacia Summoner como hacia Devimon.
Por favor, ¿por quién me tomas? ¿Por tí? ¿Por Demyx? No me hagas reír... - NeoDevimon se encogió de hombros, suspirando- y me llamo Yami. Ala, ya que conocéis mi nombre, podrás morir en paz, en un futuro... - el llamado Yami se quedó inmóvil, mirando a Summoner, que negó con la cabeza.
No has pagado aún suficiente... Aún tengo que hacerte sufrir muchísimo más... Pagarás por todo lo que has hecho.- Summoner suspiró levantando la palma de su mano hacia Max y cerrando su mano en un puño.
¿Qué demonios te he hecho yo, maldito loco?- preguntó el chico de cabello verdoso sin obtener ninguna respuesta de su interrogado más que Yami, el NeoDevimon, lanzándose sobre Ryu y Xorem, agarrando de la cabeza a ambos y lanzando a cada uno hacia un lado. A Ryu lo envió hacia el lado donde se encontraba Asuramon interrogando a Natsuki... O lo que fuese que estuviese haciendo. Por otro lado, a Xorem lo lanzó hacia el lado opuesto, estampándolon contra una pared, haciendo que, al caer, se colocase de rodillas. Por suerte, a Max le dio tiempo de saltar del cuerpo de Xorem, aterrizando en el suelo y mirando a su compañero, indignado. Sin embargo, antes de que pudiese reaccionar, Summoner ya se había lanzado sobre él y le había propinado un puñetazo en la boca del estómago, haciendo que el peliverde se arrodillase, notando cómo el aire se le escapaba con rapidez, volviendo instantes después.
Los gritos de Natsuki, despertaron brevemente a Maxwell, haciendo que, furioso, se apoyase sobre una de sus rodillas, intentando levantarse. En un breve instante, pudo observar que Mervamon y Natsuki ya no eran un sólo ser, sino que se habían dividido, dando como resultado que Natsuki acabase en el corazon de Monzaemon y a Mervamon convertida en un digihuevo blanco. Nuevamente, Max se dispuso a seguir peleando contra Summoner, recibiendo en el proceso una poderosa patada en plena cara que le hizo, además de deslizarse varios metros, notar un pitido en el oído... Parecía que no había sufrido ninguna herida grave... Pero tampoco le dio tiempo a reaccionar, pues Summoner comenzo a patearle y a pisar cada parte de su cuerpo, humillándolo públicamente, mientras el chico jadeaba de dolor, intentando oponerse a su atacante.
¡Max! ¡Suelta a mi amigo, maldito loco!- Xorem, intentando reponerse del golpe anterior, de lanzó contra Summoner y lanzando su ataque láser desde sus cuatro ojos, hiriendo a Summoner en uno de sus hombros, haciendo que rodase hacia atrás, para después ordenar a Yami que golpease a Xorem, hundiendo la cabeza de este en la arena del coliseo. Sin eembargo, a Max le dio tiempo suficiente de lanzarse y cargar contra Summoner, realizándole un placaje y tumbándole en el suelo.
Finalmente, Yami, antes de que Max pudiese golpear más a su compañero, agarró al muchacho peliverde y lo lanzó hacia arriba, provocando que Xorem, recuperando fuerzas de donde podía, se lanzó a interceptar a su Tamer y salvarlo.
Son demasiado.. Fuertes...- notaba cómo el tímpano volvía a trabajar con normalidad... O como buenamente podía, mientras que aún se frotaba su estómago, aliviando como podía el golpe de Summoner.
¿Y eso significa que nos vamos a dar por vencidos?- Xorem sonrió amistosamente a su compañero, quien también sonrió.
De eso nada. Encontraremos la manera de derrotarlos.- negó con la cabeza mientras pudieron observar que algo se acercaba a Summoner.
Así que ya está aquí...- Summoner alzó su mano con su Digivice y capturó lo que parecía ser una masa oscura de datos negros.
Supongo que vamos a divertirnos a partir de ahora...- sonrió Yami a su compañero detrás de su máscara, mientras el misterioso Tamer asentía.
NeoDevimon, Digimon Ángel Caído de nivel MegaCampeón y Atributo Virus. La máscara que cubre su cabeza suprime los poderes de NeoDevimon, y se dice que le fue puesta para poder controlar su voluntad. Su ataque característico es la Garra Culpable, una versión muchísimo más poderosa que la Garra Mortal de Devimon, aunque posee otros ataques igualmente poderosos.- mencionaba el Digivice de Kenku, recopilando la información de aquella digievolución de Devimon, NeoDevimon. Era completamente aterrador y se podía notar su oscuro poder incluso desde donde se encontraban Xorem y Maxwell.
Sospechaba que Devimon no era tu forma más poderosa- después del breve pero intenso combate, Max había calmado un poco su furia tanto hacia Summoner como hacia Devimon.
Por favor, ¿por quién me tomas? ¿Por tí? ¿Por Demyx? No me hagas reír... - NeoDevimon se encogió de hombros, suspirando- y me llamo Yami. Ala, ya que conocéis mi nombre, podrás morir en paz, en un futuro... - el llamado Yami se quedó inmóvil, mirando a Summoner, que negó con la cabeza.
No has pagado aún suficiente... Aún tengo que hacerte sufrir muchísimo más... Pagarás por todo lo que has hecho.- Summoner suspiró levantando la palma de su mano hacia Max y cerrando su mano en un puño.
¿Qué demonios te he hecho yo, maldito loco?- preguntó el chico de cabello verdoso sin obtener ninguna respuesta de su interrogado más que Yami, el NeoDevimon, lanzándose sobre Ryu y Xorem, agarrando de la cabeza a ambos y lanzando a cada uno hacia un lado. A Ryu lo envió hacia el lado donde se encontraba Asuramon interrogando a Natsuki... O lo que fuese que estuviese haciendo. Por otro lado, a Xorem lo lanzó hacia el lado opuesto, estampándolon contra una pared, haciendo que, al caer, se colocase de rodillas. Por suerte, a Max le dio tiempo de saltar del cuerpo de Xorem, aterrizando en el suelo y mirando a su compañero, indignado. Sin embargo, antes de que pudiese reaccionar, Summoner ya se había lanzado sobre él y le había propinado un puñetazo en la boca del estómago, haciendo que el peliverde se arrodillase, notando cómo el aire se le escapaba con rapidez, volviendo instantes después.
Los gritos de Natsuki, despertaron brevemente a Maxwell, haciendo que, furioso, se apoyase sobre una de sus rodillas, intentando levantarse. En un breve instante, pudo observar que Mervamon y Natsuki ya no eran un sólo ser, sino que se habían dividido, dando como resultado que Natsuki acabase en el corazon de Monzaemon y a Mervamon convertida en un digihuevo blanco. Nuevamente, Max se dispuso a seguir peleando contra Summoner, recibiendo en el proceso una poderosa patada en plena cara que le hizo, además de deslizarse varios metros, notar un pitido en el oído... Parecía que no había sufrido ninguna herida grave... Pero tampoco le dio tiempo a reaccionar, pues Summoner comenzo a patearle y a pisar cada parte de su cuerpo, humillándolo públicamente, mientras el chico jadeaba de dolor, intentando oponerse a su atacante.
¡Max! ¡Suelta a mi amigo, maldito loco!- Xorem, intentando reponerse del golpe anterior, de lanzó contra Summoner y lanzando su ataque láser desde sus cuatro ojos, hiriendo a Summoner en uno de sus hombros, haciendo que rodase hacia atrás, para después ordenar a Yami que golpease a Xorem, hundiendo la cabeza de este en la arena del coliseo. Sin eembargo, a Max le dio tiempo suficiente de lanzarse y cargar contra Summoner, realizándole un placaje y tumbándole en el suelo.
Finalmente, Yami, antes de que Max pudiese golpear más a su compañero, agarró al muchacho peliverde y lo lanzó hacia arriba, provocando que Xorem, recuperando fuerzas de donde podía, se lanzó a interceptar a su Tamer y salvarlo.
Son demasiado.. Fuertes...- notaba cómo el tímpano volvía a trabajar con normalidad... O como buenamente podía, mientras que aún se frotaba su estómago, aliviando como podía el golpe de Summoner.
¿Y eso significa que nos vamos a dar por vencidos?- Xorem sonrió amistosamente a su compañero, quien también sonrió.
De eso nada. Encontraremos la manera de derrotarlos.- negó con la cabeza mientras pudieron observar que algo se acercaba a Summoner.
Así que ya está aquí...- Summoner alzó su mano con su Digivice y capturó lo que parecía ser una masa oscura de datos negros.
Supongo que vamos a divertirnos a partir de ahora...- sonrió Yami a su compañero detrás de su máscara, mientras el misterioso Tamer asentía.
- Tamer & Digimon
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :67Nivel On Rol :UltimateInventario :
Akira Kurusu
Re: コロシアムで¿戦いの伝説?誰が呼んでいますか?(¿Combates de leyenda en el coliseo?¿Quién es Summoner?) [Priv. Max "Kenku" y Demyx, o Seichiro Sano])
Ryu y Demyx se reincorporaron después de que NeoDevimon les lanzase. Ryu protegió a su compañero humano contra su cuerpo para que no recibiese ningún daño, y así fue, el ruboo Tamer no tenía más daño que un par de rasguños en la cara.
Demyx: Gracias Ryu. De no ser por tí, ese monstruo me hubiese hecho papilla... Literalmente
Ryu: A mandar...
El Greymon se veía claramente dolido, pero no era suficiente como para quedarse completamente inmovilizado. Entonces, ambos pudieron ver el "espectáculo" que ofrecían Max, Summoner, Xorem y Yami. Hubo un feroz combate entre Summoner y Maxwell por un lado y Xorem y NeoDevimon, quien se hacía llamar Yami. Ryu y Demyx habían pasado a un segundo plano, pues no estaban participando en la batalla, que estaba resultando feroz. Summoner y Max intercambiaban golpes con sus manos desnudas, mientras que Xorem y Yami utilizaban sus técnicas para hacerse daño mutuamente... Aunque Yami tenía una clara ventaja, ya que se trataba de un Digimon más poderoso que su rival.
Por otro lado, en la otra punta del combate, donde se encontraban la pareja junto a Asuramon y a Mervamon, pudieron observar que Natsuki se había separado completamente de la guerrera digital. Sin embargo, seguía sufriendo. Un huevo blanco, que se tornó en su color opuesto, se dirigió hacia Summoner y su Digivice, capturándolo en el aire.
Demyx: Hay algo que no me huele nada bien...
Ryu: ¿Qué piensas sobre el Digivice?
Demyx: Debe de tenerlo trucado o algo... Un Digivice IC no puede almacenar tantos datos en si mismo... O al menos no hasta donde yo sé...
Ryu: ¿Qué propones que hagamos entonces, Demyx?
Demyx: A por ellos.
Ryu: ¿A por ellos?
Demyx: A por ellos, nadie me fastidia una buena merienda. Ayudemos a mi hermano y a Xorem.
Ryu: Ese es mi Tamer
Demyx: Yasuo, encárgate de ayudar a la pobre Natsuki, por favor...
Demyx se subió encima de la cabeza de Ryu, haciendo que corriera hacia donde se encontrasen Xorem y Max. Mientras el chico se aferraba al cuerno central de su compañero, éste lanzaba bolas de fuego hacia NeoDevimon, quien se defendía con sus dos enormes garras.
Demyx: ¿Te crees que nos has vencido? ¡Mi hermano y yo te derrotaremos junto a nuestros amigos!
Yami: ¿Poder de la amistad? ¿Eso no es muy de anime?
Ryu: No. Simplemente que algún día te venceremos. Puede que no sea hoy ni mañana. Pero a todo cerdo le llega su San Martín
Demyx: ¡Basta de charla! ¡Max! ¡Xorem! ¡Luchemos juntos! ¡Intentémoslo! ¡No nos vencerán¡ ¡Es hora de darle su merecido! ¡Por Wizardmon! ¡Por Natsuki! ¡Por todos los Digimons y humanos que Summoner y Yami han hecho daño!
Tras las palabras de Demyx y los sentimientos del mismo, unidos con los de Xorem y Max, hicieron que los dos Digimona, Devidramon y Greymon, brillaran y se hicieran un solo ser.
Xorem: Devidramon
Ryu: Greymon
Ambos: ADN Digievoluciona en...
???: ¡SkullGreymon!
Ambos monstruos terminaron uniéndose, formando un Digimon con apariencia de un enorme esqueleto dracónico de color blanco, con un aspecto realmente terrorífico y un enorme misil naranja en la espalda que parecía tener cara también y parecía orgánico. Probablemente, Skull pudiese derrotar a Yami...
Turnos restantes de la Fusión: 5
Demyx: Gracias Ryu. De no ser por tí, ese monstruo me hubiese hecho papilla... Literalmente
Ryu: A mandar...
El Greymon se veía claramente dolido, pero no era suficiente como para quedarse completamente inmovilizado. Entonces, ambos pudieron ver el "espectáculo" que ofrecían Max, Summoner, Xorem y Yami. Hubo un feroz combate entre Summoner y Maxwell por un lado y Xorem y NeoDevimon, quien se hacía llamar Yami. Ryu y Demyx habían pasado a un segundo plano, pues no estaban participando en la batalla, que estaba resultando feroz. Summoner y Max intercambiaban golpes con sus manos desnudas, mientras que Xorem y Yami utilizaban sus técnicas para hacerse daño mutuamente... Aunque Yami tenía una clara ventaja, ya que se trataba de un Digimon más poderoso que su rival.
Por otro lado, en la otra punta del combate, donde se encontraban la pareja junto a Asuramon y a Mervamon, pudieron observar que Natsuki se había separado completamente de la guerrera digital. Sin embargo, seguía sufriendo. Un huevo blanco, que se tornó en su color opuesto, se dirigió hacia Summoner y su Digivice, capturándolo en el aire.
Demyx: Hay algo que no me huele nada bien...
Ryu: ¿Qué piensas sobre el Digivice?
Demyx: Debe de tenerlo trucado o algo... Un Digivice IC no puede almacenar tantos datos en si mismo... O al menos no hasta donde yo sé...
Ryu: ¿Qué propones que hagamos entonces, Demyx?
Demyx: A por ellos.
Ryu: ¿A por ellos?
Demyx: A por ellos, nadie me fastidia una buena merienda. Ayudemos a mi hermano y a Xorem.
Ryu: Ese es mi Tamer
Demyx: Yasuo, encárgate de ayudar a la pobre Natsuki, por favor...
Demyx se subió encima de la cabeza de Ryu, haciendo que corriera hacia donde se encontrasen Xorem y Max. Mientras el chico se aferraba al cuerno central de su compañero, éste lanzaba bolas de fuego hacia NeoDevimon, quien se defendía con sus dos enormes garras.
Demyx: ¿Te crees que nos has vencido? ¡Mi hermano y yo te derrotaremos junto a nuestros amigos!
Yami: ¿Poder de la amistad? ¿Eso no es muy de anime?
Ryu: No. Simplemente que algún día te venceremos. Puede que no sea hoy ni mañana. Pero a todo cerdo le llega su San Martín
Demyx: ¡Basta de charla! ¡Max! ¡Xorem! ¡Luchemos juntos! ¡Intentémoslo! ¡No nos vencerán¡ ¡Es hora de darle su merecido! ¡Por Wizardmon! ¡Por Natsuki! ¡Por todos los Digimons y humanos que Summoner y Yami han hecho daño!
Tras las palabras de Demyx y los sentimientos del mismo, unidos con los de Xorem y Max, hicieron que los dos Digimona, Devidramon y Greymon, brillaran y se hicieran un solo ser.
Xorem: Devidramon
Ryu: Greymon
Ambos: ADN Digievoluciona en...
???: ¡SkullGreymon!
Ambos monstruos terminaron uniéndose, formando un Digimon con apariencia de un enorme esqueleto dracónico de color blanco, con un aspecto realmente terrorífico y un enorme misil naranja en la espalda que parecía tener cara también y parecía orgánico. Probablemente, Skull pudiese derrotar a Yami...
Turnos restantes de la Fusión: 5
Demyx
Re: コロシアムで¿戦いの伝説?誰が呼んでいますか?(¿Combates de leyenda en el coliseo?¿Quién es Summoner?) [Priv. Max "Kenku" y Demyx, o Seichiro Sano])
-¿Cuántas van ya? -protestaba el fantasma-¿Cuántas malditas veces van ya? Tío, es que no me entra en la cabeza... No, literamente ¡¡me echa humo!! ¡¡estoy enfadado!! -pataleaba y protestaba, gruñendo y maldiciendo- ¡¡Yo diría que van tres veces, jo!! ¡¡Grrrrrrrrr!!
-¿Se puede saber qué te pasa? -ciertamente era extraño verle comportarse así, pues si bien era cierto que de los dos, Bakemono disponía de un pensamiento más emocional, no era propio quejarse sin dejar bien claro lo que le molestaba- ¿En qué erré esta vez?
-¡¡No eres tú, son ellos!! -su ectoplásmica garra apuntaba a los tamers que supuestamente conformaban su equipo- ¡¡Ya van como tres veces que te dicen que cuides a Natsuki!! ¡¡Y ni nos han presentado!! “Natsuki, Yasuo, Yasuo Natsuki”, ¡¡¿tan difícil es?!! -proseguía con su mal humor- Y si tan solo fuera eso... Lo que me cabrea es... Bueno, esta vez no has sido un jonny mata-mucho y de hecho, has intentado ayudar a la muchacha... Pero no tienes ningún vínculo con ella. En cambio, esos dos la conocen, y en lugar de venir a socorrerla se apuntan a la batalla... -hizo una pausa, pensando bien sus palabras- Bueno, ya sabes, siendo humanos. Los humanos morís muy fácilmente. ¿No sería mejor tratar a la muchacha?
-Son pasionales, Bakemono -informaba Roku, evaluando la fiebre de la muchacha mientras aún sostenía aquel huevo-. Al verla en este estado la ira les cegó, y aunque no lo parezca, si luchan es por ella. Aunque bueno, yo poco puedo hacer -pensaba que si el virus que a asolaba había dejado así aquel tama, a saber qué le corroía a ella, una humana-. Desgraciadamente, la lógica de vuestro mundo se me escapa, pero hay algo que sí puedo hacer.
Crujiendo sus hombros, estiró los brazos, tensando y relajando los músculos. Dejó el digitama con el peluche gigante, una defensa acolchada para aquella existencia tan frágil. La humana, restaurada por el corazón, seguía en un estado de suma debilidad. Algo había que hacer, y la única persona que conocía la dolencia era, por supuesto, el responsable: Summoner.
-¿Vas a darle una paliza a un humano indefenso para que te diga la cura? Bueno, sabes que no me gusta cuando abusas de tu poder pero... Es un caso de fuerza mayor... Supongo -hizo una sonrisa forzada- Está mal, pero mira, se me han desatado los cordones y no podré mirar lo que haces -en aquel mundo interior, se inclinó para efectuar la acción descrita.
-No tienes zapatos, Bakemono. Al menos, no con cordones.
-¡Haz como que sí, leñe!-reía ante el inexistente sentido del humor de Roku- Simplemente, esta vez no te reprocharé nada. Salva a la muchacha... Pero antes... Ellos son humanos, emocionales -tenía un tono de preocupación-¿Tú no?
-Es un lujo que no me puedo permitir.
Diciendo esto, fue a colocarse frente al diminuto hombrecillo. Tras su refriega con Max estaba magullado, pero por sus parafernalias no había rastro de heridas serias. Su digimon atraía el fuego del demonio y el saurio, mientras que él sostenía su digivice, emanando fuego negro. Con su gigantesca mano, a menos en comparación a una normal, el Asuramon trató de agarrar a Summoner, el cuál simplemente se zafó de la intentiva de presa.
-¿Pero qué...?
-Je, ya dije que era un showman.
Aprovechando el giro que inició en la esquiva, proyectó un puñetazo en el estómago del falso digimon. Ayudado por las flamas oscuras, el dolor fue intenso, y lo acompañaron otra serie de golpes ante los cuales poco podía hacer, pues el pequeño tamaño de Summoner le permitía evadir los ataques mientras reía. Poco duró esa alegría al ver como se combinaban su odiado Devidramon y Greymon en un nuevo ser, un gigantesco draco hecho de huesos, cuya envergadura destacaba entre todos los presentes.
-Siempre me quita el protagonismo... -se lamentaba Summoner- Se acabaron los juegos -sosteniendo su digivice, le insufló de nuevo la energía oscura- ¡Volved a la vida! -un súbito temblor amenazó la integridad del coliseo- Je, los datos que fue recogiendo Mervamon incrementaban su poder, pero además de eso, vinculaba a sus presas al digivice, a mi propio digisoul. Y eso significa... -las esculturas empezaban a rescrebajarse, liberando a quienes habían caído frente a la gladiadora- ¡¡Que vuelvo a ser el protagonista!!
-...Vale, esto es problemático -susurraba Roku-. ¿Alguna idea?
-Hombre, pues pensaba eso de buscar mi antiguo cuerpo y ver si este crío lo podía resucitar como a esos tíos, pero el rollo de “mi digisoul” o lo de “morir en el coliseo”... Estoy en blanco... Igual, el plan de darle una paliza y que nos diga qué le pasa a la niña sigue en pie, ¿no?
-Sí.
-¿Se puede saber qué te pasa? -ciertamente era extraño verle comportarse así, pues si bien era cierto que de los dos, Bakemono disponía de un pensamiento más emocional, no era propio quejarse sin dejar bien claro lo que le molestaba- ¿En qué erré esta vez?
-¡¡No eres tú, son ellos!! -su ectoplásmica garra apuntaba a los tamers que supuestamente conformaban su equipo- ¡¡Ya van como tres veces que te dicen que cuides a Natsuki!! ¡¡Y ni nos han presentado!! “Natsuki, Yasuo, Yasuo Natsuki”, ¡¡¿tan difícil es?!! -proseguía con su mal humor- Y si tan solo fuera eso... Lo que me cabrea es... Bueno, esta vez no has sido un jonny mata-mucho y de hecho, has intentado ayudar a la muchacha... Pero no tienes ningún vínculo con ella. En cambio, esos dos la conocen, y en lugar de venir a socorrerla se apuntan a la batalla... -hizo una pausa, pensando bien sus palabras- Bueno, ya sabes, siendo humanos. Los humanos morís muy fácilmente. ¿No sería mejor tratar a la muchacha?
-Son pasionales, Bakemono -informaba Roku, evaluando la fiebre de la muchacha mientras aún sostenía aquel huevo-. Al verla en este estado la ira les cegó, y aunque no lo parezca, si luchan es por ella. Aunque bueno, yo poco puedo hacer -pensaba que si el virus que a asolaba había dejado así aquel tama, a saber qué le corroía a ella, una humana-. Desgraciadamente, la lógica de vuestro mundo se me escapa, pero hay algo que sí puedo hacer.
Crujiendo sus hombros, estiró los brazos, tensando y relajando los músculos. Dejó el digitama con el peluche gigante, una defensa acolchada para aquella existencia tan frágil. La humana, restaurada por el corazón, seguía en un estado de suma debilidad. Algo había que hacer, y la única persona que conocía la dolencia era, por supuesto, el responsable: Summoner.
-¿Vas a darle una paliza a un humano indefenso para que te diga la cura? Bueno, sabes que no me gusta cuando abusas de tu poder pero... Es un caso de fuerza mayor... Supongo -hizo una sonrisa forzada- Está mal, pero mira, se me han desatado los cordones y no podré mirar lo que haces -en aquel mundo interior, se inclinó para efectuar la acción descrita.
-No tienes zapatos, Bakemono. Al menos, no con cordones.
-¡Haz como que sí, leñe!-reía ante el inexistente sentido del humor de Roku- Simplemente, esta vez no te reprocharé nada. Salva a la muchacha... Pero antes... Ellos son humanos, emocionales -tenía un tono de preocupación-¿Tú no?
-Es un lujo que no me puedo permitir.
Diciendo esto, fue a colocarse frente al diminuto hombrecillo. Tras su refriega con Max estaba magullado, pero por sus parafernalias no había rastro de heridas serias. Su digimon atraía el fuego del demonio y el saurio, mientras que él sostenía su digivice, emanando fuego negro. Con su gigantesca mano, a menos en comparación a una normal, el Asuramon trató de agarrar a Summoner, el cuál simplemente se zafó de la intentiva de presa.
-¿Pero qué...?
-Je, ya dije que era un showman.
Aprovechando el giro que inició en la esquiva, proyectó un puñetazo en el estómago del falso digimon. Ayudado por las flamas oscuras, el dolor fue intenso, y lo acompañaron otra serie de golpes ante los cuales poco podía hacer, pues el pequeño tamaño de Summoner le permitía evadir los ataques mientras reía. Poco duró esa alegría al ver como se combinaban su odiado Devidramon y Greymon en un nuevo ser, un gigantesco draco hecho de huesos, cuya envergadura destacaba entre todos los presentes.
-Siempre me quita el protagonismo... -se lamentaba Summoner- Se acabaron los juegos -sosteniendo su digivice, le insufló de nuevo la energía oscura- ¡Volved a la vida! -un súbito temblor amenazó la integridad del coliseo- Je, los datos que fue recogiendo Mervamon incrementaban su poder, pero además de eso, vinculaba a sus presas al digivice, a mi propio digisoul. Y eso significa... -las esculturas empezaban a rescrebajarse, liberando a quienes habían caído frente a la gladiadora- ¡¡Que vuelvo a ser el protagonista!!
-...Vale, esto es problemático -susurraba Roku-. ¿Alguna idea?
-Hombre, pues pensaba eso de buscar mi antiguo cuerpo y ver si este crío lo podía resucitar como a esos tíos, pero el rollo de “mi digisoul” o lo de “morir en el coliseo”... Estoy en blanco... Igual, el plan de darle una paliza y que nos diga qué le pasa a la niña sigue en pie, ¿no?
-Sí.
- Tamer
- Faltas :Una por cada double.Prueba de Rol :ADigi Puntos :1060Ficha :NPCs :Nivel On Rol :Ancient spiritNivel On Rol de los Digi Aliados :Sven-Hyper SpiritIcono :Rango y Unidad :Roku Ginshô (Adam Odysseum)
Rango: Holy General
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield TurtleRango y Unidad Digi Aliado :Sven
Rango: Teniente
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield TurtleInventario :
Roku Ginshô
Re: コロシアムで¿戦いの伝説?誰が呼んでいますか?(¿Combates de leyenda en el coliseo?¿Quién es Summoner?) [Priv. Max "Kenku" y Demyx, o Seichiro Sano])
¡Devidramon!¡Greymon! ¡ADN digievoluciona en...!- sorpendentemente, ambos Digimons, la gárgola de color azabache llamada Xorem y el dinosaurio flamígero de color naranja llamado Ryu comenzaron a brillar con un fulgor blanquecino, uniéndose en un solo ser- ¡SkullGreymon!- el Digimon resultante era un enorme Digimon con forma de esqueleto blanquecino, que portaba en su espalda un enorme misil de color naranja, un misil que parecía tener vida o, mejor dicho, que SkullGreymon le otorgaba vida, puesto que también movía sus ojos azules, curioso, observando a Summoner y a Yami con curiosidad.
Guau... Os... ¿Os habéis fusionado?- la pregunta tenía clara respuesta: si. Era un Digimon imponente y aterrador... Pero era el resultado de Xorem y Ryu, sabía que se podía confiar en él con total seguridad. Entonces, el muchacho sacó su Digivice, analizando los datos de aquél Digimon resultado de una fusión.
SkullGreymon, Digimon Muerto Viviente de nivel MegaCampeón y Atributo Virus. Es el resultado de la fusión de Devidramon y Greymon. Un Digimon que se ha formado con los restos de los Digimons de la familia Greymon muertos. Su poder es tan enorme que ni él mismo puede entenderlo, siendo incontrolable si se desata. Es un Digimon terrorífico a la par que mortal, por lo que es muy difícil enfrentarse a él y salir victorioso. Sus ataques característicos son la Zona Cero, con la que dispara el misil orgánico que porta en su espalda y, su versión mejorada, la Zona Cero Kai, con la que es capaz de destruir hasta Digimons de nivel Hipercampeón.- analizó el Digivice toda la información del esquelético monstruo dragón en el que se habían convertido Xorem y Ryu.
Así que es eso lo que puedes hacer Skull...- dijo sonriendo el muchacho, comprobando lo que podía hacer el "nuevo" Digimon. Mientras, miró a Asuramon que había venido a ayudarlos o eso parecía, por lo que no pudo evitar buscar con la mirada a Natsuki, quien se encontraba inconsciente junto a Monzaemon y un huevo blanco, perteneciente a Minervamon.
Al volver la vista, ante las palabras de Summoner, vio que las estatuas estaban "volviendo a la vida". Había estatuas de todo tipo: Digimons novatos como Elecmon o Mushroomon, Digimon Campeones como Apemon o Tyrannomon e, incluso Digimon de nivel MegaCampeones como Andromon o Pumpkinmon. No poseían ninguna técnica, simplemente utilizaban sus extremidades para atacar...
Hmpf, insectos insolentes... ¡Conoced vuestro lugar!- de un manotazo se deshizo de los Digimons de nivel Infantil, mandándolos a volar, pero sin destruirlos, ahora era un buen momento para trazar un plan- ¡Siempre quise decir esa frase!... Bueno, quisimos... No sé si hablar ahora como uno o dos entes... Meh, lo iremos viendo. Sólo sé que tengo hambre. Acabemos esto ya de una vez- definitivamente, la personalidad de SkullGreymon era una combinación entre la personalidad de Xorem y la de Ryu... era algo extraño de ver, la verdad...
Monzaemon, aprisiona a todos los que te lancemos en tus corazones rosas y no les dejes salir. Si derrotamos a Summoner seguramente vuelvan a la normalidad. ¡Es nuestra oportunidad de salvarlos! No dejaremos ninguna baja más que Summoner y Yami- Un Maxwell herido pero decidido sonrió de lado, desafiando a Summoner mientras Skull le recogía y lo colocaba al lado de uno de sus huesos puntiagudos en sus hombros, haciendo lo mismo con Demyx- ¡Summoner! ¡Yami! ¡Os enseñaremos la auténtica fuerza de los hermanos Miyamoto!- el muchacho volvió a venirse arriba mientras miraba a Summoner, que había golpeado a Asuramon con su puño desnudo momentos antes, cargándolo de DigiSoul.
Digivice IC, los humanos que poseen ese Digivice pueden utilizar su DigiSoul para golpear a Digimons y provocarles daños. Lo hemos visto antes. Ya sabemos de lo que es capaz ese Digivice. Otra de sus funciones consiste en poder guardar a tu compañero en su interior. Por eso Devimon desaparecía siempre que lo buscábamos. - decía Skull, utilizando su parte de Xorem para recordar todo lo que habían vivido buscando a Yami, su enemigo.
En realidad nunca os fuisteis a Europa o a cualquier otra parte del Mundo Humano, siempre estaba en Japón. Se escondía dentro de tu Digivice como la rata con alas que es, ¿me equivoco? - mientras hablaban, Skull se agarró a uno de los Tyrannomons y a uno de los Monochromons revividos y manipulados por Summoner y los lanzó contra Monzaemon, que los aprisionó en sus corazones rosados, junto a sus aliados de nivel Rookie.
Vaya, no está nada mal, has acertado de pleno. Lástima que no te dieras cuenta antes, podría haber jugado más contigo... Soy un Showman, después de todo. Venga anda, id a por ellos, no me hagáis perder más tiempo- dijo Summoner ordenando a sus sirvientes que fueron antes esculturas que atacasen, mientras él observaba.
Dejame hacer algo ¿no Summoner?- preguntó NeoDevimon, mirando a su Tamer, pidiéndole permiso en modo de broma, mientras se reía de sus enemigos que eran atacados por las estatuas revividas.
Encárgate de Yasuo, vamos a ver de qué es capaz...- Summoner lanzó a su compañero contra el ser de cuatro brazos sin ninguna preocupacióm, mientras que seguía observando que SkullGreymon cogía y lanzaba a los Digimons estatuas contra Monzaemon y éste los aprisionaba en sus corazones.
OFF: Turnos restantes de la Fusión: 4
Guau... Os... ¿Os habéis fusionado?- la pregunta tenía clara respuesta: si. Era un Digimon imponente y aterrador... Pero era el resultado de Xorem y Ryu, sabía que se podía confiar en él con total seguridad. Entonces, el muchacho sacó su Digivice, analizando los datos de aquél Digimon resultado de una fusión.
SkullGreymon, Digimon Muerto Viviente de nivel MegaCampeón y Atributo Virus. Es el resultado de la fusión de Devidramon y Greymon. Un Digimon que se ha formado con los restos de los Digimons de la familia Greymon muertos. Su poder es tan enorme que ni él mismo puede entenderlo, siendo incontrolable si se desata. Es un Digimon terrorífico a la par que mortal, por lo que es muy difícil enfrentarse a él y salir victorioso. Sus ataques característicos son la Zona Cero, con la que dispara el misil orgánico que porta en su espalda y, su versión mejorada, la Zona Cero Kai, con la que es capaz de destruir hasta Digimons de nivel Hipercampeón.- analizó el Digivice toda la información del esquelético monstruo dragón en el que se habían convertido Xorem y Ryu.
Así que es eso lo que puedes hacer Skull...- dijo sonriendo el muchacho, comprobando lo que podía hacer el "nuevo" Digimon. Mientras, miró a Asuramon que había venido a ayudarlos o eso parecía, por lo que no pudo evitar buscar con la mirada a Natsuki, quien se encontraba inconsciente junto a Monzaemon y un huevo blanco, perteneciente a Minervamon.
Al volver la vista, ante las palabras de Summoner, vio que las estatuas estaban "volviendo a la vida". Había estatuas de todo tipo: Digimons novatos como Elecmon o Mushroomon, Digimon Campeones como Apemon o Tyrannomon e, incluso Digimon de nivel MegaCampeones como Andromon o Pumpkinmon. No poseían ninguna técnica, simplemente utilizaban sus extremidades para atacar...
Hmpf, insectos insolentes... ¡Conoced vuestro lugar!- de un manotazo se deshizo de los Digimons de nivel Infantil, mandándolos a volar, pero sin destruirlos, ahora era un buen momento para trazar un plan- ¡Siempre quise decir esa frase!... Bueno, quisimos... No sé si hablar ahora como uno o dos entes... Meh, lo iremos viendo. Sólo sé que tengo hambre. Acabemos esto ya de una vez- definitivamente, la personalidad de SkullGreymon era una combinación entre la personalidad de Xorem y la de Ryu... era algo extraño de ver, la verdad...
Monzaemon, aprisiona a todos los que te lancemos en tus corazones rosas y no les dejes salir. Si derrotamos a Summoner seguramente vuelvan a la normalidad. ¡Es nuestra oportunidad de salvarlos! No dejaremos ninguna baja más que Summoner y Yami- Un Maxwell herido pero decidido sonrió de lado, desafiando a Summoner mientras Skull le recogía y lo colocaba al lado de uno de sus huesos puntiagudos en sus hombros, haciendo lo mismo con Demyx- ¡Summoner! ¡Yami! ¡Os enseñaremos la auténtica fuerza de los hermanos Miyamoto!- el muchacho volvió a venirse arriba mientras miraba a Summoner, que había golpeado a Asuramon con su puño desnudo momentos antes, cargándolo de DigiSoul.
Digivice IC, los humanos que poseen ese Digivice pueden utilizar su DigiSoul para golpear a Digimons y provocarles daños. Lo hemos visto antes. Ya sabemos de lo que es capaz ese Digivice. Otra de sus funciones consiste en poder guardar a tu compañero en su interior. Por eso Devimon desaparecía siempre que lo buscábamos. - decía Skull, utilizando su parte de Xorem para recordar todo lo que habían vivido buscando a Yami, su enemigo.
En realidad nunca os fuisteis a Europa o a cualquier otra parte del Mundo Humano, siempre estaba en Japón. Se escondía dentro de tu Digivice como la rata con alas que es, ¿me equivoco? - mientras hablaban, Skull se agarró a uno de los Tyrannomons y a uno de los Monochromons revividos y manipulados por Summoner y los lanzó contra Monzaemon, que los aprisionó en sus corazones rosados, junto a sus aliados de nivel Rookie.
Vaya, no está nada mal, has acertado de pleno. Lástima que no te dieras cuenta antes, podría haber jugado más contigo... Soy un Showman, después de todo. Venga anda, id a por ellos, no me hagáis perder más tiempo- dijo Summoner ordenando a sus sirvientes que fueron antes esculturas que atacasen, mientras él observaba.
Dejame hacer algo ¿no Summoner?- preguntó NeoDevimon, mirando a su Tamer, pidiéndole permiso en modo de broma, mientras se reía de sus enemigos que eran atacados por las estatuas revividas.
Encárgate de Yasuo, vamos a ver de qué es capaz...- Summoner lanzó a su compañero contra el ser de cuatro brazos sin ninguna preocupacióm, mientras que seguía observando que SkullGreymon cogía y lanzaba a los Digimons estatuas contra Monzaemon y éste los aprisionaba en sus corazones.
OFF: Turnos restantes de la Fusión: 4
Última edición por Max ``Kenku´´ el Mar Feb 14, 2017 11:20 pm, editado 1 vez
- Tamer & Digimon
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :67Nivel On Rol :UltimateInventario :
Akira Kurusu
Re: コロシアムで¿戦いの伝説?誰が呼んでいますか?(¿Combates de leyenda en el coliseo?¿Quién es Summoner?) [Priv. Max "Kenku" y Demyx, o Seichiro Sano])
Demyx: Así que esto es lo que es supuestamente la fusión de dos Digimons... Me mola, no tengo que decir nada más. Con SkullGreymon seguro que podremos hacer un montón de cosas...
De hecho, así fue. SkullGreymon no tardó mucho en deshacerse de las estatuas más débiles que Summoner revivió más tarde. Monzaemon, por otra parte, iba aprisionando en sus corazones rosas a dichos Digimons despetrificados y que sufrían un severo control mental con la esperanza de poder curarlos, mientras cuidaba de Natsuki y el blanco digihuevo.
El comportamiento de SkulkGreymon era una mezcla del que poseía Xorem en su recién adquirida forma de Devidramon y Ryu en su forma de Greymon. Estaba loco y encima tenía siempre hambre. Una combinación muy alocada, cuanto menos. Ahora las estatuas más fuertes se centraban en atacar al enorme SkullGreymon que, a pesar de que era mas fuerte que todas ellas, poco podría hacer si era atacado por varios Digimons. Sin embargo, él seguiría utilizando la misma técnica: agarraba con sus enormes manos a los Digimons resurrectos y los lanzaba contra los corazones rosados de Monzaemon, quien seguía produciéndolos en masa. Yami, el NeoDevimon y compañero de Summoner, se enzarzaba contra Asuramon, peleando contra el mismo. Dispuesto a ayudar a su amigo, SkullGreymon voló hacia atrás de sus enemigos, batiendo sus alas huesudas y generando un pequeño vendaval con el simple aleteo
SkullGreymon: ¡Monzaemon! ¡Te envíamos carga extra! ¡Prepara los corazones!
Los enemigos volaron, siendo arrastrados por el vendaval generado por el huesudo draco. Aún quedaban algunos enemigos, como Tankmon o BigMamemon, que eran los más pesados de los que allí se encontraban y, por eso mismo, no habían sido arrastrados. Sin embargo, SkullGreymon solucionó eso pronto, pues cogió a todos los que quedaban con sus enormes manos y los lanzó contra los corazones flotantes de Monzaemon.
SkullGreymon: ¡Y SkullGreymon lanza la bola y...! ¡¡¡Es un Home Run!!! ¡¡¡Es un Home Run!!! ¡Corre hacia todas las bases! ¡Logra un punto para su equipo! ¡El público enloquece! ¡Las gradas se vuelven locas y vitorean a los ganadores!
A SkulkGreymon realmente le faltaba un tornillo, pues se había puesto a celebrar su último lanzamiento como si fuese un jugador de beisbol. Sin embargo, la grada estaba muda, ya no vitoreaban los combates ni nada que no fuese a favor de Yami o Summoner. Ante lo que SkullGreymon, se colocó en cierta posición, preparando su misil orgánico y apuntando directamente a Yami, el NeoDevimon, para después lanzarlo sin remordimiento.
SkullGreymon: Tsk, aguafiestas... ¡Zona Cero!
Demyx: ¡Yasuo apártate!
OFF: Turnos restantes de la Fusión: 3
De hecho, así fue. SkullGreymon no tardó mucho en deshacerse de las estatuas más débiles que Summoner revivió más tarde. Monzaemon, por otra parte, iba aprisionando en sus corazones rosas a dichos Digimons despetrificados y que sufrían un severo control mental con la esperanza de poder curarlos, mientras cuidaba de Natsuki y el blanco digihuevo.
El comportamiento de SkulkGreymon era una mezcla del que poseía Xorem en su recién adquirida forma de Devidramon y Ryu en su forma de Greymon. Estaba loco y encima tenía siempre hambre. Una combinación muy alocada, cuanto menos. Ahora las estatuas más fuertes se centraban en atacar al enorme SkullGreymon que, a pesar de que era mas fuerte que todas ellas, poco podría hacer si era atacado por varios Digimons. Sin embargo, él seguiría utilizando la misma técnica: agarraba con sus enormes manos a los Digimons resurrectos y los lanzaba contra los corazones rosados de Monzaemon, quien seguía produciéndolos en masa. Yami, el NeoDevimon y compañero de Summoner, se enzarzaba contra Asuramon, peleando contra el mismo. Dispuesto a ayudar a su amigo, SkullGreymon voló hacia atrás de sus enemigos, batiendo sus alas huesudas y generando un pequeño vendaval con el simple aleteo
SkullGreymon: ¡Monzaemon! ¡Te envíamos carga extra! ¡Prepara los corazones!
Los enemigos volaron, siendo arrastrados por el vendaval generado por el huesudo draco. Aún quedaban algunos enemigos, como Tankmon o BigMamemon, que eran los más pesados de los que allí se encontraban y, por eso mismo, no habían sido arrastrados. Sin embargo, SkullGreymon solucionó eso pronto, pues cogió a todos los que quedaban con sus enormes manos y los lanzó contra los corazones flotantes de Monzaemon.
SkullGreymon: ¡Y SkullGreymon lanza la bola y...! ¡¡¡Es un Home Run!!! ¡¡¡Es un Home Run!!! ¡Corre hacia todas las bases! ¡Logra un punto para su equipo! ¡El público enloquece! ¡Las gradas se vuelven locas y vitorean a los ganadores!
A SkulkGreymon realmente le faltaba un tornillo, pues se había puesto a celebrar su último lanzamiento como si fuese un jugador de beisbol. Sin embargo, la grada estaba muda, ya no vitoreaban los combates ni nada que no fuese a favor de Yami o Summoner. Ante lo que SkullGreymon, se colocó en cierta posición, preparando su misil orgánico y apuntando directamente a Yami, el NeoDevimon, para después lanzarlo sin remordimiento.
SkullGreymon: Tsk, aguafiestas... ¡Zona Cero!
Demyx: ¡Yasuo apártate!
OFF: Turnos restantes de la Fusión: 3
Demyx
Re: コロシアムで¿戦いの伝説?誰が呼んでいますか?(¿Combates de leyenda en el coliseo?¿Quién es Summoner?) [Priv. Max "Kenku" y Demyx, o Seichiro Sano])
Analizando la situación con la perspectiva aumentada gracias a sus trs rostros, Roku evaluó que, desafortunadamente, las cosas iban a peor. Bakemono, compartiendo, de un modo más que literal, su punto de vista, solo alcanzaba a ver la punta del iceberg. Sí, la situación de la humana, forzada a ser digimon, no mejoraba; el tamer y su digimon demóniaco seguían presentando batalla sin mayor síntoma de cansancio; y el ejército de muertos vivientes estaba siendo replegado por el saurio huesudo, quedando sellados en los corazones del peluche. Pareciendo esto último un punto a favor, derivaba otro problema más: atendiendo a la muchacha, y aprisionando a los enemigos, Monzaemon estaba al borde del colapso frente a la ingente cantidad de energía que debía gestionar en todos estos campos. Todo esto, sin contar con la presencia del NeoDevimon, que revoloteaba en torno a él buscando alguna fisura.
-¿No deberíamos pasar a partirle la cara? Es como un moscardón, y me mosquea -no se estaba riendo-. En serio, ¿podrías aplastarlo ya? Bastantes problemas ha causado.
No podía, pues el digimon empezaba a atacarle con una serie de jabs, los cuales empleaban la longitud de sus extremidades para mantener una distancia respecto a Roku, el cual solo podía evadir los golpes, notando que las garras del diablo emanaban una energía la cual no estaba dispuesta a experimentar. El problema residía en que perdía terreno, y poco a poco iban aproximándose al peluche... Y a la chica.
-Si preparo un golpe, sus garras me impactarán, y si sigo esquivando acabaré sin posibilidad de huir...
La verdadera preocupación radicaba en las aviesas intenciones que tenía para con la inconsciente damisela, desconocidas e igualmente peligrosas. Por ello, Roku decidió arriesgarse en un movimiento desventajoso, y cargando su puño con llamas, proyectando un nuevo ataque a los pies de aquel monstruo para que la arena, alzándose en una columna, lo cegara momentáneamente. Simultáneamente a este golpe, ya se abalanzaba contra el enemigo.
Sin embargo este, pudiendo emitir corrientes de viento desde sus desgarbadas alas, despejó la pantalla, y aunque era imposible apreciar las facciones de su rostro, bajo aquella máscara debía de estar sonriendo. Las dos zarpas de este se clavaron en sus brazos, y mediante una corriente eléctrica hizo desvanecerse el fuego que recubría sus manos. Incrementando la intensidad poco a poco, acabaría con él, disfrutando poco a poco de la situación. El que sonreía ahora, y por partida triple, era Roku.
Y es que con sus tres rostros exibía una sonrisa triunfal, ya que ese ataque era un señuelo. El verdadero, efectuado con los brazos superiores, aferrando ambas manos detrás de su nuca, descargó un poderoso golpe vertical sobre la cabeza de NeoDevimon, haciéndolo caer contra el suelo de una forma pesada y, por supuesto, dolorosa. Ante la inercia del soberbio golpe, las uñas dejaron de encontrarse hundidas en la piel de Asuramon, liberándole del lacerante dolor eléctrico. De haber tenido una piel menos gruesa, al primer contacto hubiera quedado paralizado, pero en un estertor, un acto reflejo impulsado por el dolor, permitió este contraataque, esta última carta.
-¿Por quién suenan las campanas, suenan las campanas? -canturreaba Bakemono.
-Ya, esta cosa debe saber qué procedimiento se le aplicó a la niña. Y si no es él, su tamer -una mano recogió la cabeza del suelo-, necesitamos respuestas, y si no quiere darlas... -las otras manos sostuvieron sus peligrosas garras- Siempre podemos emplear un poco la fuerza.
-Jejejejeje.
Con la máscara agrietada, aquel monstruo no parecía estar derrotado, y es que desde su posición podía ver el modo en que las pompas amenazaban con explotar, liberando de nuevo a los digimons manipulados. Annie, desde su posición, buscaba alguna carta para ayudar, pero tenía miedo. No solo por su digimon, ni por ella misma, sino por todos. Pensó que el torneo era solo un juego, un gancho publicitario, y eso le hicieron creer en las primeras rondas. Ahora era un juego, sí, uno genocida. La visión de la chica fundida a la fuerza en un cuerpo digital le hacía pensar en un macabro futuro para ella, y para los tamers implicados. Le sudaban las manos, le lloraban los ojos, y el único sonido que le llegaba era el de su propia respiración, que amenazaba con ahogarla como si una mano invisible oprimiera su cuello. Y esa mano era la del miedo.
Encontró la carta que necesitaba, una que repondría las fuerzas de su digimon, y aunque sus dedos temblaban, solo tenía que pasarla por el lector. Esperaba a usarla cuando su Monzaemon no pudiera más, y este era el momento... De no ser por aquello. Yami, el NeoDevimon, preparó sus alas, aún libres, y liberó un vendaval oscuro hacia ese punto en concreto de las gradas, riéndose. El grito de la niña se perdió entre el cristal y las rocas proyectándose contra ella, ¿y la carta? Nunca pasó por su digivice.
Como si estuviera sintiendo el dolor de su tamer, Tibbers soltó un gruñido de agonía, y el cansancio hizo que no pudiera mantener su habilidad, liberando a sus presas, las cuales, vinculadas al corrupto digisoul de Summoner, se preparaban para volver a la batalla, y pese a que se notó un vano intento de resistencia, su vida pertenecía a ese digivice IC.
-Bueno, ha quedado demostrado que las hordas no sirven contra el saco de huesos...-se encogió, burlón, de hombros- ¿Probamos con un oponente de tu tamaño? Ya sé que yo soy demasiado grande -chasqueando los dedos, volvió a emanar digisoul oscuro, y al inyectarlo en su IC, manipuló de nuevo a sus títeres- pero puedes jugar con “él”.
Obligando a que superponieran sus datas, plegándose unos sobre otros para forzar una fusión, en una macabra imitación de SkullGreymon. Los del tipo máquina recubrían el exterior, en capas y capas de una desagradable aleación, hasta que al final de este repugnante proceso, salió un digimon conocido por ser una amalgama de armas considerada, incluso por los digimons, una monstruosidad: Mugendramon.
Mientras esto se producía, la fusión natural proyectaba su ataque contra el diablo apresado, y aunque Roku podía ver aquel misil acercarse, no podía evadirlo, pues detrás de él se encontraba Monzaemon y la chica inconsciente. Ademas, salvaría también a su inmovilizado enemigo, el cuál clavó las puntas de su bota en la pierna del Asuramon, quien simplemente se preparó para el impacto.
Y así fue.
La detonación fue dolorosa, y más teniendo en cuenta que el NeoDevimon despidió su viento negro para disminuir el daño, a costa de la salud de Roku. Le pitaban los oídos, le dolía el cuerpo, y cuando quiso darse cuenta, deparó en que uno de sus brazos había sido desintegrado, hasta la altura del codo. Por suerte, en el caso de Asuramon a no ser que mutilaran los dos, no se vería afectado, se levantó a duras penas, doliéndole todo el cuerpo. Había sangre, normal tras el choque de su cuerpo contra la pared, pero no, no era suya. Deparó en ella, y era humana. Levantó la vista con dificultad, y vio las gradas, una muy especial. La escaló con dificultad, separó las rocas, los restos de vidrio, y pudo verla. Sin deparar en ello, los seis ojos lloraban al unísono, pues nadie merecía ese destino. En aquel lugar nadie podría verlo, y puede que por el dolor, físico y mental, regresó a su forma humana.
-Oye, ¿crees que está...? -Bakemono no quería decir la palabra- ¿Podemos hacer algo? ¿Roku?
Sacó el digivice. Y aunque sabía que el dolor solo iría a más, en su mano se reunió una serie de cadenas llameantes de datas, chocando entre sí para despedir una serie de llamas que anunciaban la llegada del desastre. Habiendo tenido ya un primer encuentro con esta forma, en ella sentía un malsano deseo de destruirlo todo, pudiendo reprimirlo a duras penas. Visiones de dolor, augurios de vidas pasadas, arañaban su psique intentando abrirse camino.
-Me da igual lo que queráis. Simplemente, tomadlo.
Y pasando la mano por el digivice, regresó a ese monstruo. De nuevo, imágenes de una guerra sin fin, muerte, dolor, y demás calamidades causadas por la guerra. Le daba igual, pues para él todo aquello eran víctimas sin nombre, sin rostro reconocible. Pero ella era una niña, y aunque podía notar cientos de colmillos espectrales clavándose en su cerebro, emitió un único y sonoro grito. Esta vez, su mano era la que movía la espada, y su voluntad la que producía la rabia de aquel lamento.
Gaiomon, una vez más, despertaba.
Y esta vez era un humano quien estaba al mando. Clavando sus ojos en Summoner, y buscando a Yami, quien debía estar malherido por el ataque, descendió de las gradas con un salto. Una vez allí, avanzaba, tranquilamente. Él no tenía nada de lo que preocuparse. En cambio, el tamer y su NeoDevimon podían notar una opresión en su garganta. Era, sin duda, la garra del miedo.
-¿No deberíamos pasar a partirle la cara? Es como un moscardón, y me mosquea -no se estaba riendo-. En serio, ¿podrías aplastarlo ya? Bastantes problemas ha causado.
No podía, pues el digimon empezaba a atacarle con una serie de jabs, los cuales empleaban la longitud de sus extremidades para mantener una distancia respecto a Roku, el cual solo podía evadir los golpes, notando que las garras del diablo emanaban una energía la cual no estaba dispuesta a experimentar. El problema residía en que perdía terreno, y poco a poco iban aproximándose al peluche... Y a la chica.
-Si preparo un golpe, sus garras me impactarán, y si sigo esquivando acabaré sin posibilidad de huir...
La verdadera preocupación radicaba en las aviesas intenciones que tenía para con la inconsciente damisela, desconocidas e igualmente peligrosas. Por ello, Roku decidió arriesgarse en un movimiento desventajoso, y cargando su puño con llamas, proyectando un nuevo ataque a los pies de aquel monstruo para que la arena, alzándose en una columna, lo cegara momentáneamente. Simultáneamente a este golpe, ya se abalanzaba contra el enemigo.
Sin embargo este, pudiendo emitir corrientes de viento desde sus desgarbadas alas, despejó la pantalla, y aunque era imposible apreciar las facciones de su rostro, bajo aquella máscara debía de estar sonriendo. Las dos zarpas de este se clavaron en sus brazos, y mediante una corriente eléctrica hizo desvanecerse el fuego que recubría sus manos. Incrementando la intensidad poco a poco, acabaría con él, disfrutando poco a poco de la situación. El que sonreía ahora, y por partida triple, era Roku.
Y es que con sus tres rostros exibía una sonrisa triunfal, ya que ese ataque era un señuelo. El verdadero, efectuado con los brazos superiores, aferrando ambas manos detrás de su nuca, descargó un poderoso golpe vertical sobre la cabeza de NeoDevimon, haciéndolo caer contra el suelo de una forma pesada y, por supuesto, dolorosa. Ante la inercia del soberbio golpe, las uñas dejaron de encontrarse hundidas en la piel de Asuramon, liberándole del lacerante dolor eléctrico. De haber tenido una piel menos gruesa, al primer contacto hubiera quedado paralizado, pero en un estertor, un acto reflejo impulsado por el dolor, permitió este contraataque, esta última carta.
-¿Por quién suenan las campanas, suenan las campanas? -canturreaba Bakemono.
-Ya, esta cosa debe saber qué procedimiento se le aplicó a la niña. Y si no es él, su tamer -una mano recogió la cabeza del suelo-, necesitamos respuestas, y si no quiere darlas... -las otras manos sostuvieron sus peligrosas garras- Siempre podemos emplear un poco la fuerza.
-Jejejejeje.
Con la máscara agrietada, aquel monstruo no parecía estar derrotado, y es que desde su posición podía ver el modo en que las pompas amenazaban con explotar, liberando de nuevo a los digimons manipulados. Annie, desde su posición, buscaba alguna carta para ayudar, pero tenía miedo. No solo por su digimon, ni por ella misma, sino por todos. Pensó que el torneo era solo un juego, un gancho publicitario, y eso le hicieron creer en las primeras rondas. Ahora era un juego, sí, uno genocida. La visión de la chica fundida a la fuerza en un cuerpo digital le hacía pensar en un macabro futuro para ella, y para los tamers implicados. Le sudaban las manos, le lloraban los ojos, y el único sonido que le llegaba era el de su propia respiración, que amenazaba con ahogarla como si una mano invisible oprimiera su cuello. Y esa mano era la del miedo.
Encontró la carta que necesitaba, una que repondría las fuerzas de su digimon, y aunque sus dedos temblaban, solo tenía que pasarla por el lector. Esperaba a usarla cuando su Monzaemon no pudiera más, y este era el momento... De no ser por aquello. Yami, el NeoDevimon, preparó sus alas, aún libres, y liberó un vendaval oscuro hacia ese punto en concreto de las gradas, riéndose. El grito de la niña se perdió entre el cristal y las rocas proyectándose contra ella, ¿y la carta? Nunca pasó por su digivice.
Como si estuviera sintiendo el dolor de su tamer, Tibbers soltó un gruñido de agonía, y el cansancio hizo que no pudiera mantener su habilidad, liberando a sus presas, las cuales, vinculadas al corrupto digisoul de Summoner, se preparaban para volver a la batalla, y pese a que se notó un vano intento de resistencia, su vida pertenecía a ese digivice IC.
-Bueno, ha quedado demostrado que las hordas no sirven contra el saco de huesos...-se encogió, burlón, de hombros- ¿Probamos con un oponente de tu tamaño? Ya sé que yo soy demasiado grande -chasqueando los dedos, volvió a emanar digisoul oscuro, y al inyectarlo en su IC, manipuló de nuevo a sus títeres- pero puedes jugar con “él”.
Obligando a que superponieran sus datas, plegándose unos sobre otros para forzar una fusión, en una macabra imitación de SkullGreymon. Los del tipo máquina recubrían el exterior, en capas y capas de una desagradable aleación, hasta que al final de este repugnante proceso, salió un digimon conocido por ser una amalgama de armas considerada, incluso por los digimons, una monstruosidad: Mugendramon.
Mientras esto se producía, la fusión natural proyectaba su ataque contra el diablo apresado, y aunque Roku podía ver aquel misil acercarse, no podía evadirlo, pues detrás de él se encontraba Monzaemon y la chica inconsciente. Ademas, salvaría también a su inmovilizado enemigo, el cuál clavó las puntas de su bota en la pierna del Asuramon, quien simplemente se preparó para el impacto.
Y así fue.
La detonación fue dolorosa, y más teniendo en cuenta que el NeoDevimon despidió su viento negro para disminuir el daño, a costa de la salud de Roku. Le pitaban los oídos, le dolía el cuerpo, y cuando quiso darse cuenta, deparó en que uno de sus brazos había sido desintegrado, hasta la altura del codo. Por suerte, en el caso de Asuramon a no ser que mutilaran los dos, no se vería afectado, se levantó a duras penas, doliéndole todo el cuerpo. Había sangre, normal tras el choque de su cuerpo contra la pared, pero no, no era suya. Deparó en ella, y era humana. Levantó la vista con dificultad, y vio las gradas, una muy especial. La escaló con dificultad, separó las rocas, los restos de vidrio, y pudo verla. Sin deparar en ello, los seis ojos lloraban al unísono, pues nadie merecía ese destino. En aquel lugar nadie podría verlo, y puede que por el dolor, físico y mental, regresó a su forma humana.
-Oye, ¿crees que está...? -Bakemono no quería decir la palabra- ¿Podemos hacer algo? ¿Roku?
Sacó el digivice. Y aunque sabía que el dolor solo iría a más, en su mano se reunió una serie de cadenas llameantes de datas, chocando entre sí para despedir una serie de llamas que anunciaban la llegada del desastre. Habiendo tenido ya un primer encuentro con esta forma, en ella sentía un malsano deseo de destruirlo todo, pudiendo reprimirlo a duras penas. Visiones de dolor, augurios de vidas pasadas, arañaban su psique intentando abrirse camino.
-Me da igual lo que queráis. Simplemente, tomadlo.
Y pasando la mano por el digivice, regresó a ese monstruo. De nuevo, imágenes de una guerra sin fin, muerte, dolor, y demás calamidades causadas por la guerra. Le daba igual, pues para él todo aquello eran víctimas sin nombre, sin rostro reconocible. Pero ella era una niña, y aunque podía notar cientos de colmillos espectrales clavándose en su cerebro, emitió un único y sonoro grito. Esta vez, su mano era la que movía la espada, y su voluntad la que producía la rabia de aquel lamento.
Gaiomon, una vez más, despertaba.
Y esta vez era un humano quien estaba al mando. Clavando sus ojos en Summoner, y buscando a Yami, quien debía estar malherido por el ataque, descendió de las gradas con un salto. Una vez allí, avanzaba, tranquilamente. Él no tenía nada de lo que preocuparse. En cambio, el tamer y su NeoDevimon podían notar una opresión en su garganta. Era, sin duda, la garra del miedo.
- Off-rol:
- Bueno, conste que coloco a Mugendramon porque en su perfil (al igual que Mervamon) puede ser ultimate o mega, así que en este caso es para que haya o bien una pelea entre digimons gigantes (Mugen vs Skull) o que Summoner y su digi se peguen contra la fusión y yo me doy de golpes contra Mugendra. En caso de que queráis pelear contra esos tres oponentes, Gaiomon se limitará a ir en busca de los 3 líderes y sacarlos del control mental a golpes (por hacer algo, la verdad es que me aburría usar ya tanto a Asuramon).
En sí, el estreno de esta forma ocurre en mi cronología antes del cumple (en un tema que tengo en el volcán) que a su vez es anterior a este, así que es por hacer algo. Ya saben, alguna corrección, mp.
- Tamer
- Faltas :Una por cada double.Prueba de Rol :ADigi Puntos :1060Ficha :NPCs :Nivel On Rol :Ancient spiritNivel On Rol de los Digi Aliados :Sven-Hyper SpiritIcono :Rango y Unidad :Roku Ginshô (Adam Odysseum)
Rango: Holy General
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield TurtleRango y Unidad Digi Aliado :Sven
Rango: Teniente
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield TurtleInventario :
Roku Ginshô
Re: コロシアムで¿戦いの伝説?誰が呼んでいますか?(¿Combates de leyenda en el coliseo?¿Quién es Summoner?) [Priv. Max "Kenku" y Demyx, o Seichiro Sano])
El muchacho de verdosos cabellos sonreía, mientras se aferraba firmemente a la masa de huesos que formaba el cuerpo de SkullGreymon, quien se deshacía con asombrosa facilidad. Por otro lado, Asuramon parecía estar presentando una digna batalla contra Yami, el NeoDevimon. Parecía que podían ganar si no cometían ningún error. Sin embargo, la felicidad no duró mucho. NeoDevimon, viendo que Monzaemon, estaba exhausto y que Annie, su joven Tamer estaba dudando en utilizar o no una carta que podía recuperar, lanzó un ataque contra la joven muchacha, un ataque que pareció incluso a afectar a Monzaemon "Tibbers", quien parecía que tenía un poderoso vinculo con su pequeña y adorable Tamer. El cristal tras el que, supuestamente, se encontraba protegida la joven muchacha, se hizo añicos, combinando el ruido característico que hacían los cristales al romperse, con el desgarrador grito de la niña, que hizo que se encogiese el corazón del chico. Para colmo, los Digimons estatuas que estaban presos dentro de los corazones de Monzaemon, se fueron liberando poco a poco, fusionándose también, bajo la orden de Summoner y su Digivice, en una nueva amalgama de amasijos y engranajes que dieron lugar a una horrenda bestia mecanizada. Conocían a ese monstruo, aunque fuese por la carta que poseía Max: Recibía varios nombres como Machinedramon o Mugendramon. Era un ser terrorífico, incluso entre los Digimons más poderosos. Una sola andanada de sus cañones podía poner fin a la vida de incontables Digimons. Y lo peor de todo, es que gozaba con la destrucción que podía llegar a alcanzar.
Inmediatamente después, Skull lanzó su misil orgánico hacia donde se encontrabs Asuramon, sin percatarse que, detrás del mismo, se encontraban Monzaemon, Natsuki y varias de las estatuas renacidas que aún no habían sido liberadad por Yami.
¡No! ¡Detente, idiota!- sin embargo, el misil ya había sido disparado y se dirigía hacia su objetivo decididamenre mientras emitía una risita irritante. Yami consiguió mermar gran parte del daño protegiéndose con su viento, pero Asuramon recibió la mayor parte del daño, protegiendo a Monzaemon y a Natsuki- ¿¡Qué has hecho Skull!?- el Digimon esquelético enmudeció, mirando los destrozos que había causado, comenzando a mover su enorme boca de nuevo intentando disculparse.
Lo... Lo sentimos, Max... No controlamos aún este poder... Es demasiado poder para que podamos controlarlo...- ante la disculpa de Skull, Max comprendió por las malas que el Digimon resultado de una fusión no sabía controlar aún sus fuerzas. Por una parte, era normal... Ni Ryu ni Xorem habían formado nunca antes una fusión, al menos no una tan poderosa. Incluso el Digivice lo dijo: "Su poder es tan grande que ni él mismo puede entenderlo". Y el resultado había sido ese: Sí, habían dañado considerablemente a Yami... Pero tambien habían dañado a su camarada, Asuramon y habían puesto en peligro a Monzaemon y a Natsuki.
.
Un grito aterrador, proveniente del oso de peluche amarillo, hizo que se le erizase el pelo a todos los allí presentes. Monzaemon, quien había sido callado y reservado, había escondido con sumo cuidado el cuerpo inconsciente de Natsuki y el blanco y puro huevo de su compañera Digimon y ahora avanzaba a pasos agigantados mientras lloraba desconsoladamente. La escena hizo que el chico de cabellos verdosos se sintiese... Como un excremento.
¡Has matado a Annie! ¡La has matado! ¡Maldito! ¡MONZAEMON TE DESTRUIRÁ!- Monzaemon preparaba su más poderoso puñetazo con las fuerzas que le quedaban, dirigido al causante de la muerte de su tierna compañera: Yami, el NeoDevimon.
Silencio, no me robes protagonismo- con un chasquido de los dedos de su Tamer, Yami ya se había avalanzado sobre Monzaemon, cercenando limpiamente su cabeza con su garra derecha, que desprendía un brillo de color violeta, internándose después dentro del cuerpo del amarillo osezno y, creando fuertes vendavales dentro del cuerpo del Digimon Títere, hizo que implosionase, esparciendo partes de oso por todas partes. El macabro espectáculo, dejó en un pequeño estado de shock al muchacho. Las lágrimas no dejaban de caerle por las mejillas, sin que pudiese aguantarlo. Había vivido demasiadas emociones ese día: Wizardmon se había convertido en piedra, creía que había perdido a Xorem, quien "revivió" poco después como Devidramon, su desaparecida novia, Natsuki, estaba siendo manipulada por Summoner y había estado a punto de acabar con ellos... Y ahora tanto Annie como Monzaemon habían muerto. Una niña de no más de 10 años había perecido en ese sangriento combate. Y era por su culpa y por la obsesión que parecía tener Summoner y Yami por él.
Sin embargo, algo le despertó. Justo donde había acabado Asuramon un intenso fulgor resplandeció, iluminando toda la estancia. Un enorme espadachín con dos sables apareció y avanzaba con paso firme, decidido, hacia donde se encontraban Yami, Summoner y el falso Machinedramon. El muchacho se abofeteó a si mismo para volver en sus cabales. Odiando la existencia de Yami y de Summoner, les miró con todo el odio que cabía en su corazón amable y bondadoso. Apretando con furia sus dientes y alargando su mano a la baraja de cartas que poseía en su pantalón, sacó la primera carta que encontró, extrayéndola con sus dedos índice y corazón, para después observarla durante unos segundos y extenderla hacia la ranura de su Digivice.
Vais a pagar por todo lo que habéis hecho Summoner y Yami. Todas las muertes y el sufrimiento que habéis causado se os va a devolver. Y yo estaré ahí para castigaros. Es una promesa. No sois los únicos que podéis traer a la vida a los muertos.- el muchacho, antes de que Yami y Summoner pudiesen evitarlo, pasó la carta que tenía entre sus dedos por la ranura de su D-arc- ¡Carta Leída! ¡Call of the Dead! ¡La Llamada de los Muertos Vivientes!- En la mano huesuda derecha de SkullGreymon apareció un enorme báculo de color amarillo que comenzó a brillar con fuerza.
Escuchadme mis hermanos caídos... Debéis levantaros y combatir. Enfrentaros a los artifices de vuestro sufrimiento. Escuchad mi llamada y unamos nuestras fuerzas para combatir contra nuestro enemigo común para que así podáis descansar en paz. [/b]- tras decir dichas palabras, SkullGreymon comenzó a recitar lo que parecía ser una especie de hechizo en algún extraño idioma que los humanos generalmente no podrían comprender. Sujetando firmemente el báculo entre sus dos manos, éste desapareció después de emitir un ardiente brillo amarillento.
Un gran número de sombras comenzaron a aparecer, volviendo a coger forma. Se trataba de todas y cada una de las víctimas que habían fallecido o habían sido asesinadas en el coliseo últimamente: Mervamon, Monzaemon, Witchmon, Hyogamon, Dokugumon, Centarumon, Deputymon, Woodmon, Nohemon... Todos sus contrincantes, acompañados por los contrincantes del resto de grupos, es decir, todos los que habían muerto allí, habían resucitado. Los Digimons reanimados, se encontraban al lado de SkullGreymon, mirando con una expresión vacía al grupo de los tres villanos que contemplaban la escena aterrorizados.
Sin tan siquiera dar una señal, la legión de los no-muertos avanzó con rapidez hacia Mugendramon. Los Digimons más pesados y fuertes fsicamente hablando inmovilizaron por completo al saurio robótico. Otros, como Mervamon, atacaban las piernas del coloso mecánico, quien comenzaba a ceder poco a poco ante sus atacantes, sin tan siquiera poder moverse a su voluntad.
¡Ahora, Skull!- dijo el muchacho, ordenando a Skull que agarrase los cañones del inmovilizado Machinedramon. El huesudo compañero tanto de Maxwell como de su hermano menor asintió y así lo hizo. Agarró con todas sus fuerzas los cañones del falso Machinedramon y comenzó a retorcerlos, intentando destruirlos con sus delgadas pero poderosas manos. Finalmente, consiguió desacoplar violentamente las armas al Machinedramon, convirtiéndose éstas en datos rápidamente.
Entonces, pudieron ver a una Mervamon que atacaba con su espada a Machinedramon, que miraba, con cara suplicante a SkullGreymon y a los dos muchachos. Quería que lanzase su ataque contra Machinedramon.
Hazlo Skull... Después de todo, cuando de pase el efecto de la carta, ellos volverán a morir... Los volveremos a ver a todos en la ciudad del comienzo, ¿verdad?- preguntó entre sollozos el muchacho mientras observaba como todos los Digimons, incluso los que no conocía, asentían, preparados para su destino, mientras evitaban que Mugendramon se moviese, quien gritaba para intentar liberarse.
¡Zona Cero KAI!- la versión mejorada del ataque de SkullGreymon fue lanzada contra Machinedramon y los Digimons caídos. Rápidamente, el huesudo Digimon, agarró con firmeza a sus dos Tamer y, voló hacia donde se encontraba Natsuki y el huevo de Belle, recogiendo en el proceso el Digihuevo amarillento de Monzaemon, ya que se encontraban fuera del radio de destrucción.
Summoner se ayudó de Yami y su capacidad de volar, para evadir la explosión aunque por poco no les alcanza... Cuando la explosión, acompañada de un poderoso ruido que casi deja sordo al peliverde y al que aún pitaban sus oídos, acabó, pudo ver que en la zona de impacto no quedaba nadie, como era de esperarse: ni los Digimons revividos ni Machinedramon. Tan sólo había datos volando y convirtiéndose en Digihuevos que fueron cayendo al suelo, uno detrás de otro. Además, parecía que el enorme impacto había despertado al resto de Digimons, que seguían en lo que quedaba de las gradas, de su profundo sueño y comentaban entre asombros, sustos, llantos, miedo y demás sensaciones lo que estaban presenciando. Los tres líderes del Coliseo eran quienes más mantenían la calma, pero se mostraban, a su vez, atónitos.
Ya no te queda ningún lacayo más, Summoner. Rendiros y pagad por vuestros pecados.- decía el muchacho, portando el Digihuevo de Monzaemon, lleno de magulladuras, sangre y suciedad.
OFF: Turnos Restantes de la Fusión -> 2
Inmediatamente después, Skull lanzó su misil orgánico hacia donde se encontrabs Asuramon, sin percatarse que, detrás del mismo, se encontraban Monzaemon, Natsuki y varias de las estatuas renacidas que aún no habían sido liberadad por Yami.
¡No! ¡Detente, idiota!- sin embargo, el misil ya había sido disparado y se dirigía hacia su objetivo decididamenre mientras emitía una risita irritante. Yami consiguió mermar gran parte del daño protegiéndose con su viento, pero Asuramon recibió la mayor parte del daño, protegiendo a Monzaemon y a Natsuki- ¿¡Qué has hecho Skull!?- el Digimon esquelético enmudeció, mirando los destrozos que había causado, comenzando a mover su enorme boca de nuevo intentando disculparse.
Lo... Lo sentimos, Max... No controlamos aún este poder... Es demasiado poder para que podamos controlarlo...- ante la disculpa de Skull, Max comprendió por las malas que el Digimon resultado de una fusión no sabía controlar aún sus fuerzas. Por una parte, era normal... Ni Ryu ni Xorem habían formado nunca antes una fusión, al menos no una tan poderosa. Incluso el Digivice lo dijo: "Su poder es tan grande que ni él mismo puede entenderlo". Y el resultado había sido ese: Sí, habían dañado considerablemente a Yami... Pero tambien habían dañado a su camarada, Asuramon y habían puesto en peligro a Monzaemon y a Natsuki.
.
Un grito aterrador, proveniente del oso de peluche amarillo, hizo que se le erizase el pelo a todos los allí presentes. Monzaemon, quien había sido callado y reservado, había escondido con sumo cuidado el cuerpo inconsciente de Natsuki y el blanco y puro huevo de su compañera Digimon y ahora avanzaba a pasos agigantados mientras lloraba desconsoladamente. La escena hizo que el chico de cabellos verdosos se sintiese... Como un excremento.
¡Has matado a Annie! ¡La has matado! ¡Maldito! ¡MONZAEMON TE DESTRUIRÁ!- Monzaemon preparaba su más poderoso puñetazo con las fuerzas que le quedaban, dirigido al causante de la muerte de su tierna compañera: Yami, el NeoDevimon.
Silencio, no me robes protagonismo- con un chasquido de los dedos de su Tamer, Yami ya se había avalanzado sobre Monzaemon, cercenando limpiamente su cabeza con su garra derecha, que desprendía un brillo de color violeta, internándose después dentro del cuerpo del amarillo osezno y, creando fuertes vendavales dentro del cuerpo del Digimon Títere, hizo que implosionase, esparciendo partes de oso por todas partes. El macabro espectáculo, dejó en un pequeño estado de shock al muchacho. Las lágrimas no dejaban de caerle por las mejillas, sin que pudiese aguantarlo. Había vivido demasiadas emociones ese día: Wizardmon se había convertido en piedra, creía que había perdido a Xorem, quien "revivió" poco después como Devidramon, su desaparecida novia, Natsuki, estaba siendo manipulada por Summoner y había estado a punto de acabar con ellos... Y ahora tanto Annie como Monzaemon habían muerto. Una niña de no más de 10 años había perecido en ese sangriento combate. Y era por su culpa y por la obsesión que parecía tener Summoner y Yami por él.
Sin embargo, algo le despertó. Justo donde había acabado Asuramon un intenso fulgor resplandeció, iluminando toda la estancia. Un enorme espadachín con dos sables apareció y avanzaba con paso firme, decidido, hacia donde se encontraban Yami, Summoner y el falso Machinedramon. El muchacho se abofeteó a si mismo para volver en sus cabales. Odiando la existencia de Yami y de Summoner, les miró con todo el odio que cabía en su corazón amable y bondadoso. Apretando con furia sus dientes y alargando su mano a la baraja de cartas que poseía en su pantalón, sacó la primera carta que encontró, extrayéndola con sus dedos índice y corazón, para después observarla durante unos segundos y extenderla hacia la ranura de su Digivice.
Vais a pagar por todo lo que habéis hecho Summoner y Yami. Todas las muertes y el sufrimiento que habéis causado se os va a devolver. Y yo estaré ahí para castigaros. Es una promesa. No sois los únicos que podéis traer a la vida a los muertos.- el muchacho, antes de que Yami y Summoner pudiesen evitarlo, pasó la carta que tenía entre sus dedos por la ranura de su D-arc- ¡Carta Leída! ¡Call of the Dead! ¡La Llamada de los Muertos Vivientes!- En la mano huesuda derecha de SkullGreymon apareció un enorme báculo de color amarillo que comenzó a brillar con fuerza.
Escuchadme mis hermanos caídos... Debéis levantaros y combatir. Enfrentaros a los artifices de vuestro sufrimiento. Escuchad mi llamada y unamos nuestras fuerzas para combatir contra nuestro enemigo común para que así podáis descansar en paz. [/b]- tras decir dichas palabras, SkullGreymon comenzó a recitar lo que parecía ser una especie de hechizo en algún extraño idioma que los humanos generalmente no podrían comprender. Sujetando firmemente el báculo entre sus dos manos, éste desapareció después de emitir un ardiente brillo amarillento.
Un gran número de sombras comenzaron a aparecer, volviendo a coger forma. Se trataba de todas y cada una de las víctimas que habían fallecido o habían sido asesinadas en el coliseo últimamente: Mervamon, Monzaemon, Witchmon, Hyogamon, Dokugumon, Centarumon, Deputymon, Woodmon, Nohemon... Todos sus contrincantes, acompañados por los contrincantes del resto de grupos, es decir, todos los que habían muerto allí, habían resucitado. Los Digimons reanimados, se encontraban al lado de SkullGreymon, mirando con una expresión vacía al grupo de los tres villanos que contemplaban la escena aterrorizados.
Sin tan siquiera dar una señal, la legión de los no-muertos avanzó con rapidez hacia Mugendramon. Los Digimons más pesados y fuertes fsicamente hablando inmovilizaron por completo al saurio robótico. Otros, como Mervamon, atacaban las piernas del coloso mecánico, quien comenzaba a ceder poco a poco ante sus atacantes, sin tan siquiera poder moverse a su voluntad.
¡Ahora, Skull!- dijo el muchacho, ordenando a Skull que agarrase los cañones del inmovilizado Machinedramon. El huesudo compañero tanto de Maxwell como de su hermano menor asintió y así lo hizo. Agarró con todas sus fuerzas los cañones del falso Machinedramon y comenzó a retorcerlos, intentando destruirlos con sus delgadas pero poderosas manos. Finalmente, consiguió desacoplar violentamente las armas al Machinedramon, convirtiéndose éstas en datos rápidamente.
Entonces, pudieron ver a una Mervamon que atacaba con su espada a Machinedramon, que miraba, con cara suplicante a SkullGreymon y a los dos muchachos. Quería que lanzase su ataque contra Machinedramon.
Hazlo Skull... Después de todo, cuando de pase el efecto de la carta, ellos volverán a morir... Los volveremos a ver a todos en la ciudad del comienzo, ¿verdad?- preguntó entre sollozos el muchacho mientras observaba como todos los Digimons, incluso los que no conocía, asentían, preparados para su destino, mientras evitaban que Mugendramon se moviese, quien gritaba para intentar liberarse.
¡Zona Cero KAI!- la versión mejorada del ataque de SkullGreymon fue lanzada contra Machinedramon y los Digimons caídos. Rápidamente, el huesudo Digimon, agarró con firmeza a sus dos Tamer y, voló hacia donde se encontraba Natsuki y el huevo de Belle, recogiendo en el proceso el Digihuevo amarillento de Monzaemon, ya que se encontraban fuera del radio de destrucción.
Summoner se ayudó de Yami y su capacidad de volar, para evadir la explosión aunque por poco no les alcanza... Cuando la explosión, acompañada de un poderoso ruido que casi deja sordo al peliverde y al que aún pitaban sus oídos, acabó, pudo ver que en la zona de impacto no quedaba nadie, como era de esperarse: ni los Digimons revividos ni Machinedramon. Tan sólo había datos volando y convirtiéndose en Digihuevos que fueron cayendo al suelo, uno detrás de otro. Además, parecía que el enorme impacto había despertado al resto de Digimons, que seguían en lo que quedaba de las gradas, de su profundo sueño y comentaban entre asombros, sustos, llantos, miedo y demás sensaciones lo que estaban presenciando. Los tres líderes del Coliseo eran quienes más mantenían la calma, pero se mostraban, a su vez, atónitos.
Ya no te queda ningún lacayo más, Summoner. Rendiros y pagad por vuestros pecados.- decía el muchacho, portando el Digihuevo de Monzaemon, lleno de magulladuras, sangre y suciedad.
OFF: Turnos Restantes de la Fusión -> 2
- Tamer & Digimon
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :67Nivel On Rol :UltimateInventario :
Akira Kurusu
Re: コロシアムで¿戦いの伝説?誰が呼んでいますか?(¿Combates de leyenda en el coliseo?¿Quién es Summoner?) [Priv. Max "Kenku" y Demyx, o Seichiro Sano])
Una marea de sucesos violentos ocurrió en un corto período de tiempo. Yami se deshizo en un abrir y cerrar de ojos de Anabeth, la joven Tamer de Monzaemon que no llegaba a la docena de edad. El misil que lanzó SkullGreymon hizo bastante daño a NeoDevimon pero, debido a que aún no sabía controlar su poder por completo, puso en riesgo a Asuramon, alias Yasuo, a Monzaemon, a Natsuki y al Digihuevo blanco en el que se había convertido Mervamon momentos antes. Por si fuese poco, Summoner utilizó a todas las esculturas de los Digimons revividos por su "magia" oscura para formar a un imperfecto Mugendramon. Momentos después, Monzaemon, lleno de rabia se lanzó contra el artificie de la muerte de su Tamer. Sin embargo, NeoDevimon terminó con la vida de aquél gigantesco ser compuesto de relleno de peluche, que, después de esparcir su interior por todas partes, se terminó convirtiendo en una masa de datos, que formó un huevo amarillo.
Demyx: Menudo hijo de su madre...
Skull: Hay que hacérselo pagar...
Demyx: Estoy completamente de acuerdo
Yasuo, mientras tanto, había salido disparado hacia el otro lado, justo debajo de donde se encontraba Annie hasta hace escasos momentos. Sin embargo, Max tomó la iniciativa y activó una de sus nuevas cartas, una que Demyx no había visto hasta ese momento. Un báculo amarillo apareció en las enormes manazas de SkullGreymon e invocó a todos los Digimons que habían caído en combate. Gracias a los nuevos aliados, SkullGreymon pudo derrotar con su ataque más poderoso a la falsa copia de Machinedramon, provocando un enorme crater en el lugar en el que se encontraba el Digimon máquina. Por suerte, no dañó a nadie más... Aunque eso se aplicaba también a Summoner y a Yami, quienes se salvaron por los pelos. Max recogió el Digihuevo de Monzaemon antes de que la explosión de SkullGreymon lo destruyera. Por si fuera poco, Gaioumon, un Digimon samurai con aspecto de dragón humanoide apareció justo donde estaba Yasuo... Suponían que esa era una especie de Digievolución de Musyamon... Una Digievolución bastante exagerada, a decir verdad. Y, por los comentarios de los Digimons presentes en la grada, se habían deshecho del control mental que Summoner ejercía sobre ellos.
Summoner: ¿De verdad creéis que no tengo más súbditos que me hagan el trabajo sucio? ¿Conocéis al Digimon Ebemon? Es un Digimon de nivel HiperCampeón que, con su ataque Ruptura Cerebral puede controlar a los Digimons y humanos a su voluntad. Y yo tengo una réplica de su arma. Funciona exactamente igual.
De debajo de su túnica, Summoner sacó una pistola que, como había dicho anteriormente, era una réplica del arma del llamado Ebemon. Sin mostrar ningún tipo de duda, disparó directamente a la grada, donde se encontraban Boltmon, Regulumon y Zanbamon, los líderes del Coliseo. El rayo láser de color morado que salió de la pistola impactó directamente en el Digimon espadachín cuadrúpedo llamado Zanbamon. Con una señal de los dedos de Summoner, Zanbamon bajó de un salto colocándose en guardia y lanzándose directamente a por Gaioumon. Después de eso, el enigmático ser guardó su pistola, sonriendo macabramente bajo su máscara.
Summoner: ¿Véis? Vuelvo a ser el protagonista. Podría utilizarlo para que os pegaseis entre vosotros... Pero a Max lo quiero hacer sufrir personalmente.
Demyx: ¿Qué demonios quieres de mi hermano mayor?
Summoner: No es como si te interesase. Tú eres inocente, pero te empeñas en ayudarle y permanecer junto a él. ¿No quieres poner a salvo tu vida, Demyx Miyamoto?
Demyx: Eres bastante idiota si piensas que voy a volverme contra mi hermano o a abandonarle para que le hagas vete tu a saber el qué.
Skull: La familia permanece unida.
Summoner: Entonces tú también caerás, Demyx.
Yami: ¡Garra Culpable!
Skull: ¡Aliento Maldito!
Yami se lanzó directamente con sus garras doradas contra el Digimon esquelético. Sin embargo, éste tenía un as bajo la manga. Sus alas esqueléticas se llenaron de un fuego azulado que parecía que provenía del mismisimo Dark Area del Mundo Digital. Al batir las alas, o el resquicio de éstas, una de las llamas impactaron en el ya debilitado Yami, que se protegió como buenamente pudo, cesando su ataque. Sin embargo, SkullGreymon también se encontraba bastante debilitado. Entre que había gastado muchas energías con los dos misiles que había lanzado y que tanto Xorem como Ryu aún no habían dominado del todo la fusión, el Digimon huesudo jadeaba, exhausto, al igual que Yami, quien había borrado su sonrisa bajo su agrietada máscara.
Yami: Veo que SkullGreymon no es moco de pavo... Ya era hora de que supusierais un reto serio.
OFF: Turnos restantes de la Fusión: 1
Demyx: Menudo hijo de su madre...
Skull: Hay que hacérselo pagar...
Demyx: Estoy completamente de acuerdo
Yasuo, mientras tanto, había salido disparado hacia el otro lado, justo debajo de donde se encontraba Annie hasta hace escasos momentos. Sin embargo, Max tomó la iniciativa y activó una de sus nuevas cartas, una que Demyx no había visto hasta ese momento. Un báculo amarillo apareció en las enormes manazas de SkullGreymon e invocó a todos los Digimons que habían caído en combate. Gracias a los nuevos aliados, SkullGreymon pudo derrotar con su ataque más poderoso a la falsa copia de Machinedramon, provocando un enorme crater en el lugar en el que se encontraba el Digimon máquina. Por suerte, no dañó a nadie más... Aunque eso se aplicaba también a Summoner y a Yami, quienes se salvaron por los pelos. Max recogió el Digihuevo de Monzaemon antes de que la explosión de SkullGreymon lo destruyera. Por si fuera poco, Gaioumon, un Digimon samurai con aspecto de dragón humanoide apareció justo donde estaba Yasuo... Suponían que esa era una especie de Digievolución de Musyamon... Una Digievolución bastante exagerada, a decir verdad. Y, por los comentarios de los Digimons presentes en la grada, se habían deshecho del control mental que Summoner ejercía sobre ellos.
Summoner: ¿De verdad creéis que no tengo más súbditos que me hagan el trabajo sucio? ¿Conocéis al Digimon Ebemon? Es un Digimon de nivel HiperCampeón que, con su ataque Ruptura Cerebral puede controlar a los Digimons y humanos a su voluntad. Y yo tengo una réplica de su arma. Funciona exactamente igual.
De debajo de su túnica, Summoner sacó una pistola que, como había dicho anteriormente, era una réplica del arma del llamado Ebemon. Sin mostrar ningún tipo de duda, disparó directamente a la grada, donde se encontraban Boltmon, Regulumon y Zanbamon, los líderes del Coliseo. El rayo láser de color morado que salió de la pistola impactó directamente en el Digimon espadachín cuadrúpedo llamado Zanbamon. Con una señal de los dedos de Summoner, Zanbamon bajó de un salto colocándose en guardia y lanzándose directamente a por Gaioumon. Después de eso, el enigmático ser guardó su pistola, sonriendo macabramente bajo su máscara.
Summoner: ¿Véis? Vuelvo a ser el protagonista. Podría utilizarlo para que os pegaseis entre vosotros... Pero a Max lo quiero hacer sufrir personalmente.
Demyx: ¿Qué demonios quieres de mi hermano mayor?
Summoner: No es como si te interesase. Tú eres inocente, pero te empeñas en ayudarle y permanecer junto a él. ¿No quieres poner a salvo tu vida, Demyx Miyamoto?
Demyx: Eres bastante idiota si piensas que voy a volverme contra mi hermano o a abandonarle para que le hagas vete tu a saber el qué.
Skull: La familia permanece unida.
Summoner: Entonces tú también caerás, Demyx.
Yami: ¡Garra Culpable!
Skull: ¡Aliento Maldito!
Yami se lanzó directamente con sus garras doradas contra el Digimon esquelético. Sin embargo, éste tenía un as bajo la manga. Sus alas esqueléticas se llenaron de un fuego azulado que parecía que provenía del mismisimo Dark Area del Mundo Digital. Al batir las alas, o el resquicio de éstas, una de las llamas impactaron en el ya debilitado Yami, que se protegió como buenamente pudo, cesando su ataque. Sin embargo, SkullGreymon también se encontraba bastante debilitado. Entre que había gastado muchas energías con los dos misiles que había lanzado y que tanto Xorem como Ryu aún no habían dominado del todo la fusión, el Digimon huesudo jadeaba, exhausto, al igual que Yami, quien había borrado su sonrisa bajo su agrietada máscara.
Yami: Veo que SkullGreymon no es moco de pavo... Ya era hora de que supusierais un reto serio.
OFF: Turnos restantes de la Fusión: 1
Demyx
Re: コロシアムで¿戦いの伝説?誰が呼んでいますか?(¿Combates de leyenda en el coliseo?¿Quién es Summoner?) [Priv. Max "Kenku" y Demyx, o Seichiro Sano])
Un instinto animal pedía a gritos sangre. Desgarrar carne, partir huesos, derramar sangre. En definitiva, matar. No, era algo mucho más complejo que eso, pues un animal mata para comer o para protegerse, pero nunca matan por matar. Él era consciente de que quería descargar su ira en dos objetivos muy concretos: Yami y su tamer. Quería que sintieran miedo, pánico, vergüenza, y que cuando sus cuerpos mutilados no pudieran soportar más dolor, y le suplicaran acabar con sus vidas, detener su ataque, y dejar que las aves carroñeras se diera un festín con lo que quedara de ellos, limitándose a escuchar unos gritos que se apagarían, poco a poco. Y entonces, solo entonces, la imagen de la niña muerta sería sustituida por esas dos basuras pereciendo.
-¿Roku? ¿Sigues ahí? Dime algo... Por favor... -otra vez, esa ansia asesina- No pierdas el control, no seas como ellos. Eres mejor... Y lo sabes, ¿no?
Le daba igual. Avanzaba, con las hojas gemelas listas, dispuesto a acabar de una vez aquel combate, aquel torneo. Un solo golpe, y las cabezas volarían pero no, eso era poco, demasiado poco. Antes de poder siquiera acercarse, ese digimon equino le embistió, pudiendo defenderse a duras penas de aquella espada gigante.
Ryūzan-maru
¿Cómo conoce el nombre de esa hoja? La desvía con un movimiento, y empiezan los recuerdos.Él mismo, no... Gaiomon... Enfrentándose a él, y una hoja que ha decapitado cien dragones. La conoce, la ha sufrido. ¿Fue él un dragon más? No sabe por qué, pero sus ojos empiezan a emanar un desagradable líquido. Está llorando.
¿Annie? ¿Gaiomon? ¿Benkei? ¿La chica inconsciente? ¿Monzaemon?
El guerrero embiste de nuevo, efectuando veloces tajos con su katana que puede evitar con sus pesadas hojas, pero la zanbato le preocupa, sabe qué es lo que puede hacer, debe atenderla, y ese es su error. La espada adosada a la cabeza del caballo hiere su costado, y el oponente sonríe. Bueno, ya no tiene nada que perder. Clava sus colmillos en ese endeble cuello humano, y el digimon intenta herirle, forcejeando con sus armas, pero en un combate próximo no puede aprovechar la potencia de sus movimientos, y los aceros chocan mutuamente sin decidir un ganador.
-¿Quieres luchar? Sea pues.
Con un pie, golpea el talón de la pata delantera, alterando su equilibrio. Aprovecha eso para lanzarlo por los aires. Las espadas chocan y el arco se tensa, disparando un ataque que espera una respuesta. La katana no podrá desviar el ataque, debe ser la zanbato, y acierta. Expone el brazo, y debe atacar, soltando su espada kikurin y golpeando el mango con su gemela, como si bateara.
-Rinkazan.
La incandescente hoja, impulsada con rabia, cercena el brazo limpio, y el digimon ruge de dolor. Lo ha visto, en ese recuerdo que no es suyo, como vencer, una nueva fuerza. Otras veces ha tenido esos accesos, y conoce algunas técnicas de esgrima existentes solo en ese mundo. El guerrero las conocía, y esta es clara. El poder que supera a un dragón, incluso una espada que ha cazado cientos. Él espera a que aterrice, se levanta de nuevo, amenazando con su espada. Iluso.
-Ya he ganado, cretino.
Detonar la atmósfera, la habilidad de Gaiomon. Explotándola, puede dirigir la espada perdida, haciendo que literalmente baile por el cielo. Combinar poder crudo y esgrima, el estilo Matadragones. La espada sigue, y acaba justo donde quiere. Reactor de Gaia en el mango, y va hacia abajo. Se clava en la cabeza. La del caballo. Grita, pero está inmóvil, no va a decapitarse él solo. Ni va a rematarle, no es su presa.
-Una hoja es suficiente, pero... -una nueva explosión, y la espada de su enemigo vuela hasta su mano- Es casi poético, el arma de un genocida para ajusticiaros.
-¿Roku? ¿Sigues ahí? Ya sabes, no solo instinto asesino sino... Pensamiento... Y eso...
-Ahora no, es el momento de acabar con esto. YA.
-P-pero la chica parece ponerse peor sin el oso, tal vez deberíamos...
-He dicho que se acaba ahora -lentamente, la bestia va avanzando, dispuesta a cazar, a matar-. ¿Viene algún truco más?
-¿Roku? ¿Sigues ahí? Dime algo... Por favor... -otra vez, esa ansia asesina- No pierdas el control, no seas como ellos. Eres mejor... Y lo sabes, ¿no?
Le daba igual. Avanzaba, con las hojas gemelas listas, dispuesto a acabar de una vez aquel combate, aquel torneo. Un solo golpe, y las cabezas volarían pero no, eso era poco, demasiado poco. Antes de poder siquiera acercarse, ese digimon equino le embistió, pudiendo defenderse a duras penas de aquella espada gigante.
Ryūzan-maru
¿Cómo conoce el nombre de esa hoja? La desvía con un movimiento, y empiezan los recuerdos.Él mismo, no... Gaiomon... Enfrentándose a él, y una hoja que ha decapitado cien dragones. La conoce, la ha sufrido. ¿Fue él un dragon más? No sabe por qué, pero sus ojos empiezan a emanar un desagradable líquido. Está llorando.
¿Annie? ¿Gaiomon? ¿Benkei? ¿La chica inconsciente? ¿Monzaemon?
El guerrero embiste de nuevo, efectuando veloces tajos con su katana que puede evitar con sus pesadas hojas, pero la zanbato le preocupa, sabe qué es lo que puede hacer, debe atenderla, y ese es su error. La espada adosada a la cabeza del caballo hiere su costado, y el oponente sonríe. Bueno, ya no tiene nada que perder. Clava sus colmillos en ese endeble cuello humano, y el digimon intenta herirle, forcejeando con sus armas, pero en un combate próximo no puede aprovechar la potencia de sus movimientos, y los aceros chocan mutuamente sin decidir un ganador.
-¿Quieres luchar? Sea pues.
Con un pie, golpea el talón de la pata delantera, alterando su equilibrio. Aprovecha eso para lanzarlo por los aires. Las espadas chocan y el arco se tensa, disparando un ataque que espera una respuesta. La katana no podrá desviar el ataque, debe ser la zanbato, y acierta. Expone el brazo, y debe atacar, soltando su espada kikurin y golpeando el mango con su gemela, como si bateara.
-Rinkazan.
La incandescente hoja, impulsada con rabia, cercena el brazo limpio, y el digimon ruge de dolor. Lo ha visto, en ese recuerdo que no es suyo, como vencer, una nueva fuerza. Otras veces ha tenido esos accesos, y conoce algunas técnicas de esgrima existentes solo en ese mundo. El guerrero las conocía, y esta es clara. El poder que supera a un dragón, incluso una espada que ha cazado cientos. Él espera a que aterrice, se levanta de nuevo, amenazando con su espada. Iluso.
-Ya he ganado, cretino.
Detonar la atmósfera, la habilidad de Gaiomon. Explotándola, puede dirigir la espada perdida, haciendo que literalmente baile por el cielo. Combinar poder crudo y esgrima, el estilo Matadragones. La espada sigue, y acaba justo donde quiere. Reactor de Gaia en el mango, y va hacia abajo. Se clava en la cabeza. La del caballo. Grita, pero está inmóvil, no va a decapitarse él solo. Ni va a rematarle, no es su presa.
-Una hoja es suficiente, pero... -una nueva explosión, y la espada de su enemigo vuela hasta su mano- Es casi poético, el arma de un genocida para ajusticiaros.
-¿Roku? ¿Sigues ahí? Ya sabes, no solo instinto asesino sino... Pensamiento... Y eso...
-Ahora no, es el momento de acabar con esto. YA.
-P-pero la chica parece ponerse peor sin el oso, tal vez deberíamos...
-He dicho que se acaba ahora -lentamente, la bestia va avanzando, dispuesta a cazar, a matar-. ¿Viene algún truco más?
- Tamer
- Faltas :Una por cada double.Prueba de Rol :ADigi Puntos :1060Ficha :NPCs :Nivel On Rol :Ancient spiritNivel On Rol de los Digi Aliados :Sven-Hyper SpiritIcono :Rango y Unidad :Roku Ginshô (Adam Odysseum)
Rango: Holy General
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield TurtleRango y Unidad Digi Aliado :Sven
Rango: Teniente
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield TurtleInventario :
Roku Ginshô
Re: コロシアムで¿戦いの伝説?誰が呼んでいますか?(¿Combates de leyenda en el coliseo?¿Quién es Summoner?) [Priv. Max "Kenku" y Demyx, o Seichiro Sano])
El arma de Ebemon... Así que así es como ha conseguido controlar a todos... Incluida a Natsuki...- el muchacho peliverde miró a su pareja. Ahora que la veía desde más cerca, la notaba... Extraña. Su apariencia era rara. Obviando, claro estaba, las visibles heridas que poseía en todo su cuerpo, fruto de su pelea contra Yasuo cuando se encontraba en el estado de Mervamon... Había algo raro en ella. Pero no conseguía distinguir el qué. Quizás se tratase por que estaba hecha un ovillo en el suelo, abrazando el DigiHuevo, mientras sufría terribles dolores, algo que a Max le partía el corazón... Aunque las convulsiones habían cesado, seguramente por las curas otorgadas por el ya difunto Monzaemon- Terminaremos pronto con esto Natsuki. Y después te salvaré. Te lo prometo...
Nuevamente, Yami, el NeoDevimon compañero de Summoner, se lanzó contra SkullGreymon. Sin embargo, el Digimon esquelético estaba preparado y lanzó unas llamaradas azuladas contra el Digimon Demonio, quien, cansado, ya no se reía ni sonreía bajo su máscara. Skull chasqueó su lengua o, al menos, el sonido parecía el mismo, frustrado, mientras jadeaba agotado, dejando claro que no aguantaría mucho más tiempo la lucha. Por otro lado, por el rabillo del ojo, pudo presenciar que Zanbamon, uno de los tres Digimons jefe del Coliseo, se dirigía galopando con la mitad inferior de su cuerpo, para batirse en duelo contra Yasuo, en su estado de Gaioumon. Sin embargo, Max, quien se encontraba más lúcido de lo que había estado hace escasos momentos, cogió varias cartas de su baraja.
Lo siento, pero termina aquí. Esta carta la habéis visto en la primera ronda... Pero no contabáis que... ¡Yo también la tengo! ¡Carta leída! ¡Afro!- mientras pasaba esa carta y la pasaba por el lector de cartas de su D-arc, mientras era sujetada con los dedos índice y corazón de su mano derecha, una peluca afro multicolor se posó en la cabeza de Yami. El ridículo que estaba haciendo con esa carta fue tal, que se quedó totalmente inmóvil, como perturbado, traumatizado. Esa carta, aunque le quitase toda la seriedad que tenía aquél preciso instante, podía llegar a ser una carta realmente letal si se usaba bien.
Vaya... ¡Ahora SÍ que sois los protagonistas...!- decía un agotado SkullGreymon, riéndose de sus adversarios. Yami seguía sin mostrar ninguna reacción ante la peluca que había aparecido en su cabeza. Tan sólo mantenía su cabeza agachada, al igual que sus brazos, los cuales arrastraba al colocarse en el suelo. Estaba totalmente deprimido. Summoner, por otra parte, permanecía callado, respirando profundamente, sin hacer nada, ni siquiera encararse contra SkullGreymon y atacar con su DigiSoul como había hecho anteriormente... ¿Tenía un número limitado de usos? Max no lo sabía, pero lo aprovecharía.
Segunda carta. ¡Carta leída! ¡HP Incress!- una nueva carta traspasó el lector del Digivice de Max. Una luz blanquecina bañó enteramente a SkullGreymon, quien fue recuperándose de sus heridas y, en parte, del cansancio poco a poco.
¡Menudo subidón!- realmente SkullGreymon cerró sus puños con fuerza, demostrando que había recuperado parte de su fuerza, colocándose a cuatro patas, ajustando su misil orgánico para disparar a Yami en cuanto se lo indicase Max. Pero éste tenía un as más bajo la manga...
Y la última carta. ¡Carta leída! ¡The Magician's Charms!- al pasar la carta, en el misil orgánico de SkullGreymon se dispusieron tres papeles explosivos para que la detonación fuese mucho más poderosa y destructiva.
¡Zona Cero KAI!- gastando todas las fuerzas que le quedaban, SkullGreymon lanzó su ataque más poderoso contra Yami envuelto con los tres papeles explosivos. La explosión fue completamente ensordecedora pero, al ver que una gran nube de arena se levantaba, Max, como pudo, fue corriendo a por Natsuki, utilizando su propio cuerpo para protegerla a ella y a su Digihuevo. SkullGreymon, por otra parte, agarró a Demyx entre sus manos huesudas, protegiéndolo de todo el daño que era capaz de soportar.
¡Carta *cof cof* leída! ¡Golden *cof* Shield!- mientras tosía, el chico se encontraba aferrando con todas sus fuerzas la carta que poseía el escudo dorado de WarGreymon, pasó dicha carta a través de su D-arc, otortángole un escudo dorado al Digimon esquelético, un escudo que le protegería a él y a Demyx de la tormenta de arena y la explosión, mientras él se ocultaba tras un resistente pilar. SkullGreymon, transportando a Demyx en una de sus manos, y el escudo dorado en otra, avanzó con rapidez hacia donde se encontraban Max y Natsuki protegiéndolos, mientras que, en la otra punta, Gaioumon ya había derrotado a Zanbamon.
Cuando la humareda se disipó, SkullGreymon se había vuelto a separar. En su lugar, volvían a encontrarse Ryu y Xorem. Seguían vivos, pero estaban exhaustos, por lo que no tardaron en volver a su etapa de Tsukaimon y Agumon. Habían logrado sobrevivir todos... Incluidos Summoner y Yami. Aunque este último había perdido su brazo derecho y el ala izquierda y sangraba abundantemente sangre negruzca. Debido a la explosión, su peluca había desaparecido por completo. Una pila de Knightmons y RookChessmons, controlados por Summoner y su pistola, habían defendido a Yami lo suficiente como para que éste no muriera.
Ya está bien. Me estáis hinchando las narices- movido totalmente por la rabia, la voz de Summoner cambió a una más aguda, mientras una masa de datos oscuros se reunían en su Digivice. Estaba totalmente descontrolado y no prestaba atención en su compañero quien, a pesar de estar desangrándose, comenzó a digievolucionar más allá. En su lugar, apareció un Demonio con túnica roja... Al que también le faltaban un brazo y un ala.
Re... Retírate Summoner. Yami esta agonizando... Sois unos monstruos... ¡Pero es tu compañero! ¡¿Acaso no te importa su vida?!- decía después de asegurarse de que Natsuki volviese a respirar con tranquilidad... Parecía que, poco a poco estaba recuperándose...
¡Cállate! ¡Yami! ¡Traéme su cabeza!- ordenó Summoner mientras su agrietada máscara iba desapareciendo poco a poco, revelando el rostro de una muchacha... Una muchacha muy parecida a Natsuki. Probablemente fuesen hermanas. Yami, digievolucionado en el Digimon conocido como Daemon, se acercó rápidamente hacia Max y le agarró del cuello, elevándole sobre el suelo para después estrellar su cuerpo contra el suelo, fracturándole varias costillas, estrangulándole con las fuerzas que le quedaban mientras que el peliverde intentaba soltarse del agarre del Digimon.
A escasos metros de allí, un Digihuevo comenzaba a hacer eclosión. Una pequeña bola de pelos de color blanco nació. Al mismo tiempo, la joven muchacha de cabellos dorados despegó sus párpados, dolorida, pero alarmada por la explosión anterior y por el golpe que había recibido hace escasos segundos Max, miró aterrorizada la escena, para después mirar a su hermana, que contemplaba a Daemon estrangulando a Max con una mirada sociópata y una sonrisa esquizofrénica que le recorría la cara.
N... No... Ha... Haruki... Detente... Por favor...- suplicó sin casi poder moverse, mientras extendía su mano derecha hacia Maxwell, quien se retorcía, intentando buscar el aire que le comenzaba a faltar y que, como no consiguiera pronto, le causaría un grave problema respiratorio.
Hermana... Este hombre te ha hecho daño... Sólamente mira cómo has acabado... ¡No se lo voy a perdonar!- se excusaba la tal Haruki, como si el control mental fuese culpa de Max. Natsuki entonces, se arrodilló como pudo, intentando levantarse sin éxito, mientras se acariciaba el vientre.
No... No me hizo... Daño... Todo lo contrario... He pasado los mejores... Momentos de mi vida... Con él...- mientras se llevaba ambas manos a una de las cartas que poseía y a su Digivice D-arc también, esperando que no estuviese roto, consiguió ver qué clase de carta era, mientras el SnowBotamon recién nacido botaba hacia donde se encontraba ella, mirándole con una mirada preocupada- Haru... No estás bien... Voy... A ayudarte...- sin poder decir ninguna palabra, Natsuki utilizó una carta realmente poderosa: Zero Unit. Esta carta llevaba hasta el límite de su fuerza a su Digimon compañero... Por lo que el SnowBotamon comenzó a brillar de forma intensa y a cambiar de forma drástica. En su lugar, apareció un Digimon ángel femenino, equipada con una lanza y un escudo que, mirando a Daemon, se lanzó contra él.
¡Jabalina del Edén!- utilizando todas las fuerzas, la lanza que poseía en una de sus manos, brilló con una cegadora y abrasadora luz blanquecina que perforó la pierna izquierda de Daemon, destruyéndola por completo. Haruki, sin palabras, guardó a Yami en su Digivice IC, dispuesta a llevarlo a algún lugar donde pudiese ser tratado y disparó una vez más la pistola, esta vez contra un Digimon volador, un Garudamon, que se encontraba observando el combate. El Digimon alado les sacó de allí.
Maxwell Miyamoto, has puesto a mi hermana en mi contra... ¡Me las pagarás todas juntas! ¡¿Me oyes, malnacido?!- esas fueron las últimas palabras que la versión empequeñecida de Natsuki dijo antes de salir volando de allí.
Mientras tanto, Ophanimon volvió a ser una SnowBotamon. Natsuki, arrastrándose, se dirigió hacia Max quien boqueaba, intentando recobrar todo el aliento que pudiese, mientras jadeaba sonoramente. Al llegar a su vera, la muchacha de cabello dorado, sufriendo de sus graves heridas, agarró la mano de su compañero sentimental y, como pudo, trató de besarlo, uniendo sus labios secos y cortados con los del chico, quien, sorprendido, le devolvió el beso.
Natsuki...- el chico no pudo evitar que le brotasen las lágrimas de los ojos mientras contemplaba a su chica allí, delante de él, después de tantos meses, después de saber qué era lo que realmente le había pasado...
Así que... Has venido a por mí... Tu siempre haciéndote el héroe...- dijo sonriendo mientras notaba que se le cerraban los ojos, probablemente de puro agotamiento- Escucha... Me escapé... porque me asusté... de una cosa que pasó... Pero... Bueno, creo que tienes el derecho... De saberlo... Vas a ser padre...- la noticia impactó directamente en el corazón de Maxwell, haciendo que, aunque no podía ni con su alma, abriese los ojos hasta casi fuera de sus órbitas- Quiero... Criar este niño... Junto a ti... Aunque aún seamos... Demasiado jóvenes... Porque... Te amo... Te amo con toda mi alma...[/b]- la muchacha entrelazó sus dedos con los del muchacho mientras cerraba sus ojos y permanecía totalmente callada. Había caído en un profundo sueño mientras una sonrisa feliz dibujaba su bello rostro.
Natsuki... Eh venga Natsuki... No puedes decirme eso e irte ahora... Natsuki, por favor...- las lágrimas comenzaban a brotarle abundantemente desde sus ojos, mientras éstas caían sobre el rostro feliz de la muchacha rubia. Abrazándola con todas sus fuerzas y gritando de dolor, Max gritó al cielo- ¡ESPERO QUE ESTÉS ESCUCHÁNDOME SUMMONER! ¡PORQUE TE VOY A ENCONTRAR Y TE VOY A MATAR, CABRONAZO!- el chico seguía aferrando el cuerpo de la chica, mientras lloraba como si fuese un bebé. No podía creer lo que estaba sucediendo en ese preciso instante... Tanto esfuerzo... Para nada...
Nuevamente, Yami, el NeoDevimon compañero de Summoner, se lanzó contra SkullGreymon. Sin embargo, el Digimon esquelético estaba preparado y lanzó unas llamaradas azuladas contra el Digimon Demonio, quien, cansado, ya no se reía ni sonreía bajo su máscara. Skull chasqueó su lengua o, al menos, el sonido parecía el mismo, frustrado, mientras jadeaba agotado, dejando claro que no aguantaría mucho más tiempo la lucha. Por otro lado, por el rabillo del ojo, pudo presenciar que Zanbamon, uno de los tres Digimons jefe del Coliseo, se dirigía galopando con la mitad inferior de su cuerpo, para batirse en duelo contra Yasuo, en su estado de Gaioumon. Sin embargo, Max, quien se encontraba más lúcido de lo que había estado hace escasos momentos, cogió varias cartas de su baraja.
Lo siento, pero termina aquí. Esta carta la habéis visto en la primera ronda... Pero no contabáis que... ¡Yo también la tengo! ¡Carta leída! ¡Afro!- mientras pasaba esa carta y la pasaba por el lector de cartas de su D-arc, mientras era sujetada con los dedos índice y corazón de su mano derecha, una peluca afro multicolor se posó en la cabeza de Yami. El ridículo que estaba haciendo con esa carta fue tal, que se quedó totalmente inmóvil, como perturbado, traumatizado. Esa carta, aunque le quitase toda la seriedad que tenía aquél preciso instante, podía llegar a ser una carta realmente letal si se usaba bien.
Vaya... ¡Ahora SÍ que sois los protagonistas...!- decía un agotado SkullGreymon, riéndose de sus adversarios. Yami seguía sin mostrar ninguna reacción ante la peluca que había aparecido en su cabeza. Tan sólo mantenía su cabeza agachada, al igual que sus brazos, los cuales arrastraba al colocarse en el suelo. Estaba totalmente deprimido. Summoner, por otra parte, permanecía callado, respirando profundamente, sin hacer nada, ni siquiera encararse contra SkullGreymon y atacar con su DigiSoul como había hecho anteriormente... ¿Tenía un número limitado de usos? Max no lo sabía, pero lo aprovecharía.
Segunda carta. ¡Carta leída! ¡HP Incress!- una nueva carta traspasó el lector del Digivice de Max. Una luz blanquecina bañó enteramente a SkullGreymon, quien fue recuperándose de sus heridas y, en parte, del cansancio poco a poco.
¡Menudo subidón!- realmente SkullGreymon cerró sus puños con fuerza, demostrando que había recuperado parte de su fuerza, colocándose a cuatro patas, ajustando su misil orgánico para disparar a Yami en cuanto se lo indicase Max. Pero éste tenía un as más bajo la manga...
Y la última carta. ¡Carta leída! ¡The Magician's Charms!- al pasar la carta, en el misil orgánico de SkullGreymon se dispusieron tres papeles explosivos para que la detonación fuese mucho más poderosa y destructiva.
¡Zona Cero KAI!- gastando todas las fuerzas que le quedaban, SkullGreymon lanzó su ataque más poderoso contra Yami envuelto con los tres papeles explosivos. La explosión fue completamente ensordecedora pero, al ver que una gran nube de arena se levantaba, Max, como pudo, fue corriendo a por Natsuki, utilizando su propio cuerpo para protegerla a ella y a su Digihuevo. SkullGreymon, por otra parte, agarró a Demyx entre sus manos huesudas, protegiéndolo de todo el daño que era capaz de soportar.
¡Carta *cof cof* leída! ¡Golden *cof* Shield!- mientras tosía, el chico se encontraba aferrando con todas sus fuerzas la carta que poseía el escudo dorado de WarGreymon, pasó dicha carta a través de su D-arc, otortángole un escudo dorado al Digimon esquelético, un escudo que le protegería a él y a Demyx de la tormenta de arena y la explosión, mientras él se ocultaba tras un resistente pilar. SkullGreymon, transportando a Demyx en una de sus manos, y el escudo dorado en otra, avanzó con rapidez hacia donde se encontraban Max y Natsuki protegiéndolos, mientras que, en la otra punta, Gaioumon ya había derrotado a Zanbamon.
Cuando la humareda se disipó, SkullGreymon se había vuelto a separar. En su lugar, volvían a encontrarse Ryu y Xorem. Seguían vivos, pero estaban exhaustos, por lo que no tardaron en volver a su etapa de Tsukaimon y Agumon. Habían logrado sobrevivir todos... Incluidos Summoner y Yami. Aunque este último había perdido su brazo derecho y el ala izquierda y sangraba abundantemente sangre negruzca. Debido a la explosión, su peluca había desaparecido por completo. Una pila de Knightmons y RookChessmons, controlados por Summoner y su pistola, habían defendido a Yami lo suficiente como para que éste no muriera.
Ya está bien. Me estáis hinchando las narices- movido totalmente por la rabia, la voz de Summoner cambió a una más aguda, mientras una masa de datos oscuros se reunían en su Digivice. Estaba totalmente descontrolado y no prestaba atención en su compañero quien, a pesar de estar desangrándose, comenzó a digievolucionar más allá. En su lugar, apareció un Demonio con túnica roja... Al que también le faltaban un brazo y un ala.
Re... Retírate Summoner. Yami esta agonizando... Sois unos monstruos... ¡Pero es tu compañero! ¡¿Acaso no te importa su vida?!- decía después de asegurarse de que Natsuki volviese a respirar con tranquilidad... Parecía que, poco a poco estaba recuperándose...
¡Cállate! ¡Yami! ¡Traéme su cabeza!- ordenó Summoner mientras su agrietada máscara iba desapareciendo poco a poco, revelando el rostro de una muchacha... Una muchacha muy parecida a Natsuki. Probablemente fuesen hermanas. Yami, digievolucionado en el Digimon conocido como Daemon, se acercó rápidamente hacia Max y le agarró del cuello, elevándole sobre el suelo para después estrellar su cuerpo contra el suelo, fracturándole varias costillas, estrangulándole con las fuerzas que le quedaban mientras que el peliverde intentaba soltarse del agarre del Digimon.
A escasos metros de allí, un Digihuevo comenzaba a hacer eclosión. Una pequeña bola de pelos de color blanco nació. Al mismo tiempo, la joven muchacha de cabellos dorados despegó sus párpados, dolorida, pero alarmada por la explosión anterior y por el golpe que había recibido hace escasos segundos Max, miró aterrorizada la escena, para después mirar a su hermana, que contemplaba a Daemon estrangulando a Max con una mirada sociópata y una sonrisa esquizofrénica que le recorría la cara.
N... No... Ha... Haruki... Detente... Por favor...- suplicó sin casi poder moverse, mientras extendía su mano derecha hacia Maxwell, quien se retorcía, intentando buscar el aire que le comenzaba a faltar y que, como no consiguiera pronto, le causaría un grave problema respiratorio.
Hermana... Este hombre te ha hecho daño... Sólamente mira cómo has acabado... ¡No se lo voy a perdonar!- se excusaba la tal Haruki, como si el control mental fuese culpa de Max. Natsuki entonces, se arrodilló como pudo, intentando levantarse sin éxito, mientras se acariciaba el vientre.
No... No me hizo... Daño... Todo lo contrario... He pasado los mejores... Momentos de mi vida... Con él...- mientras se llevaba ambas manos a una de las cartas que poseía y a su Digivice D-arc también, esperando que no estuviese roto, consiguió ver qué clase de carta era, mientras el SnowBotamon recién nacido botaba hacia donde se encontraba ella, mirándole con una mirada preocupada- Haru... No estás bien... Voy... A ayudarte...- sin poder decir ninguna palabra, Natsuki utilizó una carta realmente poderosa: Zero Unit. Esta carta llevaba hasta el límite de su fuerza a su Digimon compañero... Por lo que el SnowBotamon comenzó a brillar de forma intensa y a cambiar de forma drástica. En su lugar, apareció un Digimon ángel femenino, equipada con una lanza y un escudo que, mirando a Daemon, se lanzó contra él.
¡Jabalina del Edén!- utilizando todas las fuerzas, la lanza que poseía en una de sus manos, brilló con una cegadora y abrasadora luz blanquecina que perforó la pierna izquierda de Daemon, destruyéndola por completo. Haruki, sin palabras, guardó a Yami en su Digivice IC, dispuesta a llevarlo a algún lugar donde pudiese ser tratado y disparó una vez más la pistola, esta vez contra un Digimon volador, un Garudamon, que se encontraba observando el combate. El Digimon alado les sacó de allí.
Maxwell Miyamoto, has puesto a mi hermana en mi contra... ¡Me las pagarás todas juntas! ¡¿Me oyes, malnacido?!- esas fueron las últimas palabras que la versión empequeñecida de Natsuki dijo antes de salir volando de allí.
Mientras tanto, Ophanimon volvió a ser una SnowBotamon. Natsuki, arrastrándose, se dirigió hacia Max quien boqueaba, intentando recobrar todo el aliento que pudiese, mientras jadeaba sonoramente. Al llegar a su vera, la muchacha de cabello dorado, sufriendo de sus graves heridas, agarró la mano de su compañero sentimental y, como pudo, trató de besarlo, uniendo sus labios secos y cortados con los del chico, quien, sorprendido, le devolvió el beso.
Natsuki...- el chico no pudo evitar que le brotasen las lágrimas de los ojos mientras contemplaba a su chica allí, delante de él, después de tantos meses, después de saber qué era lo que realmente le había pasado...
Así que... Has venido a por mí... Tu siempre haciéndote el héroe...- dijo sonriendo mientras notaba que se le cerraban los ojos, probablemente de puro agotamiento- Escucha... Me escapé... porque me asusté... de una cosa que pasó... Pero... Bueno, creo que tienes el derecho... De saberlo... Vas a ser padre...- la noticia impactó directamente en el corazón de Maxwell, haciendo que, aunque no podía ni con su alma, abriese los ojos hasta casi fuera de sus órbitas- Quiero... Criar este niño... Junto a ti... Aunque aún seamos... Demasiado jóvenes... Porque... Te amo... Te amo con toda mi alma...[/b]- la muchacha entrelazó sus dedos con los del muchacho mientras cerraba sus ojos y permanecía totalmente callada. Había caído en un profundo sueño mientras una sonrisa feliz dibujaba su bello rostro.
Natsuki... Eh venga Natsuki... No puedes decirme eso e irte ahora... Natsuki, por favor...- las lágrimas comenzaban a brotarle abundantemente desde sus ojos, mientras éstas caían sobre el rostro feliz de la muchacha rubia. Abrazándola con todas sus fuerzas y gritando de dolor, Max gritó al cielo- ¡ESPERO QUE ESTÉS ESCUCHÁNDOME SUMMONER! ¡PORQUE TE VOY A ENCONTRAR Y TE VOY A MATAR, CABRONAZO!- el chico seguía aferrando el cuerpo de la chica, mientras lloraba como si fuese un bebé. No podía creer lo que estaba sucediendo en ese preciso instante... Tanto esfuerzo... Para nada...
- Tamer & Digimon
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :67Nivel On Rol :UltimateInventario :
Akira Kurusu
Re: コロシアムで¿戦いの伝説?誰が呼んでいますか?(¿Combates de leyenda en el coliseo?¿Quién es Summoner?) [Priv. Max "Kenku" y Demyx, o Seichiro Sano])
El arma de Ebemon, a pesar de ser una réplica, era realmente eficaz. Zanbamon, uno de los tres líderes, cayó bajo el hechizo del arma, por lo que se lanzó a por Gaioumon sin pensárselo dos veces. Su cuerpo y su mente se encontraban a merced de los deseos de Summoner... A no ser que Yasuo le detuviera. Mientras tanto, Max se unió de nuevo a su hermano y a SkullGreymon, después de dejar a buen recaudo a Natsuki, quien estaba mejor que antes, pero aún herida. Los tres se dirigieron hacia Yami y Summoner.
Demyx: Max... ¿Estás bien?
El chico no recibió respuesta de su hermano peliverde. Su rostro era todo un poema. Aún le brillaba la cara de las lágrimas que había expulsado. Este brillo se fundía a la perfección con las marcadas heridas que había recibido en su duelo físico con Summoner. Sin embargo, tenía una mirada que hacía entender que no se echaría hacia atrás... Y que tenía un plan. Y, de hecho, así fue. Una combinación entre sucesivas cartas surtieron un efecto positivo que tornó el combate a su favor. Una peluca afro fue colocada encima del agrietado casco de Yami, el NeoDevimon, quien se quedó completamente inmóvil, hechizado por el efecto de la peluca. La segunda carta recuperó la vida de SkullGreymon, mientras que la tercera colocó varios papeles explosivos en el misil del Digimon huesudo que, tras ser lanzado y ampliando su poder con los papeles explosivos, creó una gran explosión que levantó una gran cortina de humo y arena. Max, sin pensárselo dos veces, corrió todo lo rápido que pudo para llegar hacia Natsuki y protegerla, activando en el proceso el Golden Shield, otra carta, que protegía al usuario de una gran variedad de ataques. Demyx se vio protegido por el Digimon esquelético.
Demyx: ¡¡¡MAAAAAX!!! ¡Vuelve aquí!
Sin embargo, Max no le hizo caso y se tumbó encima de Natsuki, protegiéndola, mientras usaba su propio cuerpo como escudo. SkullGreymon corrió hacia Max y Natsuki, protegiendo a ambos junto a Demyx con el escudo. Sin embargo, el rubio muchacho cayó al suelo desde el enorme saurio huesudo mientras este volvía a dividirse en Xorem y Ryu nuevamente, volviendo a su etapa infantil. Una roca voladora, consecuencia de la explosión y la tormenta de arena previa, golpeó a Demyx en la cabeza, haciéndole perder brevemente el conocimiento y creando un pequeño riachuelo de sangre que caía desde su frente.
Cuando despertó, pudo ver a Xorem y Ryu, en sus formas de Tsukaimon y Agumon tumbados, inconscientes, a su lado. No mucho más lejos, pudo ver a un demonio al que le faltaban varias partes de su cuerpo, agarrando a Max del cuello y estrangulándolo, mientras éste iba cambiando el color de su cara. Al lado de ambos, una chica, similar a Natsuki pero más joven, contemplaba entusiasmada la tortura que estaba sufriendo Max mientras iba perdiendo progresivamente el oxígeno que necesitaba para vivir. Por sus ropajes parecía ser Summoner... Sin embargo, cuando todo parecía perdido, un ángel femenino apareció detrás de los presentes. Natsuki se encontraba consciente, arrodillada al lado de dicho Digimon que lanzó un ataque sagrado contra Daemon. Asustados, Summoner y Yami huyeron en un Digimon controlado por la humana.
Momentos después, Natsuki se acercó como pudo a Max, quien luchaba por sobrevivir también. Xorem y Ryu se despertaron, por lo que fueron atendidos por Demyx, quien retiró su sangre con la manga de su abrigo. Sin embargo, el llanto de Max, acompañado de su grito lleno de rabia y tristeza alertó al rubio mientras su corazón se encogía. El SnowBotamon en el que se había convertido Ophanimon, se acercó dando saltitos hacia Max y Natsuki y se les quedó mirando, sin comprender qué había pasado. El Digimon blanquecino era, después de todo, un recién nacido, la reencarnación de Belle, la Digimon de Natsuki. Demyx, sin poder controlarlo, dejó caer algunas lágrimas desde su rostro. No era una persona que soliera llorar, pero le destrozó ver a Max y a Natsuki en ese estado, con la segunda inconsciente o, lo que era más probable, muerta. Simplemente, no podía evitarlo. Pudo comprobar cómo los dos Digimons de los muchachos sufrían el mismo sentimiento de tristeza. Ryu se encontraba en silencio, magullado y llorando a lágrima viva. Era una situación demasiado triste...
Demyx: Max... ¿Estás bien?
El chico no recibió respuesta de su hermano peliverde. Su rostro era todo un poema. Aún le brillaba la cara de las lágrimas que había expulsado. Este brillo se fundía a la perfección con las marcadas heridas que había recibido en su duelo físico con Summoner. Sin embargo, tenía una mirada que hacía entender que no se echaría hacia atrás... Y que tenía un plan. Y, de hecho, así fue. Una combinación entre sucesivas cartas surtieron un efecto positivo que tornó el combate a su favor. Una peluca afro fue colocada encima del agrietado casco de Yami, el NeoDevimon, quien se quedó completamente inmóvil, hechizado por el efecto de la peluca. La segunda carta recuperó la vida de SkullGreymon, mientras que la tercera colocó varios papeles explosivos en el misil del Digimon huesudo que, tras ser lanzado y ampliando su poder con los papeles explosivos, creó una gran explosión que levantó una gran cortina de humo y arena. Max, sin pensárselo dos veces, corrió todo lo rápido que pudo para llegar hacia Natsuki y protegerla, activando en el proceso el Golden Shield, otra carta, que protegía al usuario de una gran variedad de ataques. Demyx se vio protegido por el Digimon esquelético.
Demyx: ¡¡¡MAAAAAX!!! ¡Vuelve aquí!
Sin embargo, Max no le hizo caso y se tumbó encima de Natsuki, protegiéndola, mientras usaba su propio cuerpo como escudo. SkullGreymon corrió hacia Max y Natsuki, protegiendo a ambos junto a Demyx con el escudo. Sin embargo, el rubio muchacho cayó al suelo desde el enorme saurio huesudo mientras este volvía a dividirse en Xorem y Ryu nuevamente, volviendo a su etapa infantil. Una roca voladora, consecuencia de la explosión y la tormenta de arena previa, golpeó a Demyx en la cabeza, haciéndole perder brevemente el conocimiento y creando un pequeño riachuelo de sangre que caía desde su frente.
Cuando despertó, pudo ver a Xorem y Ryu, en sus formas de Tsukaimon y Agumon tumbados, inconscientes, a su lado. No mucho más lejos, pudo ver a un demonio al que le faltaban varias partes de su cuerpo, agarrando a Max del cuello y estrangulándolo, mientras éste iba cambiando el color de su cara. Al lado de ambos, una chica, similar a Natsuki pero más joven, contemplaba entusiasmada la tortura que estaba sufriendo Max mientras iba perdiendo progresivamente el oxígeno que necesitaba para vivir. Por sus ropajes parecía ser Summoner... Sin embargo, cuando todo parecía perdido, un ángel femenino apareció detrás de los presentes. Natsuki se encontraba consciente, arrodillada al lado de dicho Digimon que lanzó un ataque sagrado contra Daemon. Asustados, Summoner y Yami huyeron en un Digimon controlado por la humana.
Momentos después, Natsuki se acercó como pudo a Max, quien luchaba por sobrevivir también. Xorem y Ryu se despertaron, por lo que fueron atendidos por Demyx, quien retiró su sangre con la manga de su abrigo. Sin embargo, el llanto de Max, acompañado de su grito lleno de rabia y tristeza alertó al rubio mientras su corazón se encogía. El SnowBotamon en el que se había convertido Ophanimon, se acercó dando saltitos hacia Max y Natsuki y se les quedó mirando, sin comprender qué había pasado. El Digimon blanquecino era, después de todo, un recién nacido, la reencarnación de Belle, la Digimon de Natsuki. Demyx, sin poder controlarlo, dejó caer algunas lágrimas desde su rostro. No era una persona que soliera llorar, pero le destrozó ver a Max y a Natsuki en ese estado, con la segunda inconsciente o, lo que era más probable, muerta. Simplemente, no podía evitarlo. Pudo comprobar cómo los dos Digimons de los muchachos sufrían el mismo sentimiento de tristeza. Ryu se encontraba en silencio, magullado y llorando a lágrima viva. Era una situación demasiado triste...
Demyx
Re: コロシアムで¿戦いの伝説?誰が呼んでいますか?(¿Combates de leyenda en el coliseo?¿Quién es Summoner?) [Priv. Max "Kenku" y Demyx, o Seichiro Sano])
Mucha gente piensa que el Infierno está repleto de llamas. Es una imagen reiterada que se repite en muchas culturas, y recibiendo distintos nombres. Un espacio donde se castigan las almas descarriadas después de la Muerte. ¿Por qué esta repetición de matices? En sí, es muy simple: el Fuego es justo lo opuesto a la Vida. Si has sido bueno, te espera el Paraíso, la Gloria, o como quieras llamarlo, ¿y si fuiste malo? Dolor, algo cambiante, desordenado, que no nos da Paz. ¿Y por qué estas ideas? Muy sencillo, sumamos ahora la idea de que en nuestro interior albergamos un mundo, nuestro mundo. Si eres pacífico, positivo, obediente, será un Paraiso, ¿no? En el caso contrario, algo caótico, roto, inservible, un Infierno.
Todo esto son pensamientos abstractos, metáforas, al menos que hablemos de él. De Roku. Tiene un Infierno dentro, un rincón oscuro y atormentado que amenaza con arrasarlo todo. Un Fuego que podría reducir todo a cenizas del modo más literal posible. Si quitamos esa parte, Azazel, ¿qué queda de Roku? ¿Qué es Roku?
-...¿Amigo? -preguntaba el fantasma- ¿Sigues ahí? Háblame, gruñe, algo...-habiendo acabado la pelea, el Gaiomon quedó inmóvil- Vamos, sé que estás ahí, no hagas una locura, ¡¡contrólate!!
Sombras de ceniza, y miedo, se empezaban a alzar, rodeándolo. ¿Los caídos en la batalla? Puede ¿Los asesinados por Azazel? Por supuesto ¿Los anteriores usuarios del digivice? Quizás. Ululaban, se lamentaban, pero un sonido era el que se imponía, y el más doloroso, sin duda. Ni siquiera era un ruido, era una imaginación. El llanto de la niña, siendo aplastada por las rocas, intentando huir, sepultada, desangrándose, sin poder gritar. Hasta que, simplemente, se apagó.
La ira alimentaba a la bestia, quería tomar el control. Y Roku no podía permitirlo. El esfuerzo de impedir que tomara el control era titánico, y dolía, pero no cedería. Hasta la palpitación. Nadie esperaba el efecto de la carta Zero, y aunque no iba dirigida a él, pudo notar la influencia. Estaba despierto, y lo vio. La Bestia, el Demonio, Azazel. Ante él, rugía, reclamaba su cuerpo, su pensamiento, su ser. Y Roku dijo “no”.
-Cállate.
Alzando la mano, acumuló energía en un punto de la atmósfera, ante él, y lo hizo estallar. Explosión, contra-onda, y en paz. A la explosión le siguió otra. Y más, una sucesión. Parecían los rugidos de un dragón, los delirios de un loco, o el llanto de las llamas. Y todo era cierto. Apuntó al público, y las gradas empezaron a reventar, provocando la huida de la gente, quedándose ya solo para disfrutar del morbo.
-Callaos.
La pirámide donde recluían a la “campeona”, sus cimientos eran castigados por las detonaciones, viniéndose abajo, quebrando su estructura. Allí estaban los datos que Summoner había registrado, y quedaron en nada. Tampoco le dio mucha importancia, siguiendo con su destrucción. Los muertos, y el combate ajeno, seguían estando de fondo.
-Cállense.
Sacó su digivice, y golpeó el suelo. Al no ser un digimon “legal”, su forma de asimilar datos, como uno normal, dependía de ese artilugio. Ya tenía algunos datos de Summoner, y los pensaba usar de “filtro”. Comenzó la asimilación, ignorando los datos genuinamente del coliseo, solo quería borrar la obra de Summoner. Las vidrieras, la torre, los subterráneos, todo iba hacia él, y más. Los sub-espacios donde pelearon, las zonas anexionadas, caían también, conectadas con ese, el escenario principal. Simplemente se deshacían mientras Roku seguía con su festín.
Una cadena de datos, sin embargo, tocó su fibra sensible. Los datos de inscripción de ella, de la niña. Recordaba su cara ilusionada, y dolía. Porque no pudo hacer NADA por ella. ¿Y pretendía ser un héroe? Solo era un criminal, un asesino. Venido a más, pero solo eso. Las voces crecían, el Demonio seguía allí, y le daba igual. Atendió solo a la niña.
-Por favor, cállate...
Y todo desapareció. Quedaba la arena, las gradas, y poco más. Toda la obra de Summoner, se fue. Roku poseía toda esa información, y más. Azazel seguía ahí, y las sombras, pero Roku deparó en una presencia a su vera. La pequeña, le miraba con un rostro que no denotaba miedo, como si quisiera transmitirle paz, decirle que no fue culpa suya. Pero seguiría con esa carga. El Demonio era como Summoner, una existencia que solo traia dolor, y por ello...
-...Nunca dejaré que tomes el control.
Un rugido, nacido del propio Gaiomon, del humano, silenció aquellas voces, sepultándolas en el torrente de arena, roca y demás. En el Mundo Alma, la tierra misma asimilada rodeaba a Azazel, regresándolo a aquel Sol que lo sellaba en sus inicios. Roku expiró, y pudo notar como Bakemono comprobaba que la prisión de hecho servía. Impresionado, el fantasma iba a preguntar cómo, y el chico explicó.
-Quieras o no, Summoner ha investigado el uso de subdimensiones y la manipulación de datos. Extrapolado a mi situación, y para acabar con la molestia, nada mejor que limitarlo en un espacio dentro de un espacio y así -se encogía de hombros-. Aunque sé que su voz siempre me llegará.
-Es el único que puede darte el poder de un Ancient. Algún día necesitarás esa fuerza, Roku... Todos la necesitan...
-Pero supondría mi fin, lo sé. Buscaré mi propia fuerza. Aunque suena irónico teniendo este armazón...-se refería a su actual forma, y mientras guardaba el digivice, proseguía- Del mismo que aprendí a pelear con Gaiomon, aprenderé a usar esta información. El poder de Summoner será mío.
-Ehm, eso suena... Siniestro -protestaba el fantasma- El poder corrompe, y lo sabes.
-No si lo usas con cabeza -consultando los datos robados, comprobó dónde se encontraban las instalaciones médicas- ¡¡Eh, vosotros!! -se dirigió a los tamers que habían luchado junto a él- ¡¡Llevadla a los sanitarios antes de que empeore, y vosotros también!! -les informó de dónde se encontraban estas dependencias, y luego simplemente empezó a andar, yéndose.
-¿No deberías hablar con ellos? Parecen anímicamente destrozados...
-Todos tenemos nuestra carga, y ahora mismo no me apetece socializar. Tengo un mensaje que escribir...
Tenía los datos de Summoner, su misión estaba cumplida. Pero quedaba un objetivo. Tenía los datos de Annie, y su familia se preguntaría dónde estaba. Dolía, pero se merecen una respuesta. Tras esto, Roku podría descansar, tratar las heridas y fracturas, y tras un descanso, comprender y estudiar lo que había descubierto: los experimentos con datas de Yami y Summoner.
Todo esto son pensamientos abstractos, metáforas, al menos que hablemos de él. De Roku. Tiene un Infierno dentro, un rincón oscuro y atormentado que amenaza con arrasarlo todo. Un Fuego que podría reducir todo a cenizas del modo más literal posible. Si quitamos esa parte, Azazel, ¿qué queda de Roku? ¿Qué es Roku?
-...¿Amigo? -preguntaba el fantasma- ¿Sigues ahí? Háblame, gruñe, algo...-habiendo acabado la pelea, el Gaiomon quedó inmóvil- Vamos, sé que estás ahí, no hagas una locura, ¡¡contrólate!!
Sombras de ceniza, y miedo, se empezaban a alzar, rodeándolo. ¿Los caídos en la batalla? Puede ¿Los asesinados por Azazel? Por supuesto ¿Los anteriores usuarios del digivice? Quizás. Ululaban, se lamentaban, pero un sonido era el que se imponía, y el más doloroso, sin duda. Ni siquiera era un ruido, era una imaginación. El llanto de la niña, siendo aplastada por las rocas, intentando huir, sepultada, desangrándose, sin poder gritar. Hasta que, simplemente, se apagó.
La ira alimentaba a la bestia, quería tomar el control. Y Roku no podía permitirlo. El esfuerzo de impedir que tomara el control era titánico, y dolía, pero no cedería. Hasta la palpitación. Nadie esperaba el efecto de la carta Zero, y aunque no iba dirigida a él, pudo notar la influencia. Estaba despierto, y lo vio. La Bestia, el Demonio, Azazel. Ante él, rugía, reclamaba su cuerpo, su pensamiento, su ser. Y Roku dijo “no”.
-Cállate.
Alzando la mano, acumuló energía en un punto de la atmósfera, ante él, y lo hizo estallar. Explosión, contra-onda, y en paz. A la explosión le siguió otra. Y más, una sucesión. Parecían los rugidos de un dragón, los delirios de un loco, o el llanto de las llamas. Y todo era cierto. Apuntó al público, y las gradas empezaron a reventar, provocando la huida de la gente, quedándose ya solo para disfrutar del morbo.
-Callaos.
La pirámide donde recluían a la “campeona”, sus cimientos eran castigados por las detonaciones, viniéndose abajo, quebrando su estructura. Allí estaban los datos que Summoner había registrado, y quedaron en nada. Tampoco le dio mucha importancia, siguiendo con su destrucción. Los muertos, y el combate ajeno, seguían estando de fondo.
-Cállense.
Sacó su digivice, y golpeó el suelo. Al no ser un digimon “legal”, su forma de asimilar datos, como uno normal, dependía de ese artilugio. Ya tenía algunos datos de Summoner, y los pensaba usar de “filtro”. Comenzó la asimilación, ignorando los datos genuinamente del coliseo, solo quería borrar la obra de Summoner. Las vidrieras, la torre, los subterráneos, todo iba hacia él, y más. Los sub-espacios donde pelearon, las zonas anexionadas, caían también, conectadas con ese, el escenario principal. Simplemente se deshacían mientras Roku seguía con su festín.
Una cadena de datos, sin embargo, tocó su fibra sensible. Los datos de inscripción de ella, de la niña. Recordaba su cara ilusionada, y dolía. Porque no pudo hacer NADA por ella. ¿Y pretendía ser un héroe? Solo era un criminal, un asesino. Venido a más, pero solo eso. Las voces crecían, el Demonio seguía allí, y le daba igual. Atendió solo a la niña.
-Por favor, cállate...
Y todo desapareció. Quedaba la arena, las gradas, y poco más. Toda la obra de Summoner, se fue. Roku poseía toda esa información, y más. Azazel seguía ahí, y las sombras, pero Roku deparó en una presencia a su vera. La pequeña, le miraba con un rostro que no denotaba miedo, como si quisiera transmitirle paz, decirle que no fue culpa suya. Pero seguiría con esa carga. El Demonio era como Summoner, una existencia que solo traia dolor, y por ello...
-...Nunca dejaré que tomes el control.
Un rugido, nacido del propio Gaiomon, del humano, silenció aquellas voces, sepultándolas en el torrente de arena, roca y demás. En el Mundo Alma, la tierra misma asimilada rodeaba a Azazel, regresándolo a aquel Sol que lo sellaba en sus inicios. Roku expiró, y pudo notar como Bakemono comprobaba que la prisión de hecho servía. Impresionado, el fantasma iba a preguntar cómo, y el chico explicó.
-Quieras o no, Summoner ha investigado el uso de subdimensiones y la manipulación de datos. Extrapolado a mi situación, y para acabar con la molestia, nada mejor que limitarlo en un espacio dentro de un espacio y así -se encogía de hombros-. Aunque sé que su voz siempre me llegará.
-Es el único que puede darte el poder de un Ancient. Algún día necesitarás esa fuerza, Roku... Todos la necesitan...
-Pero supondría mi fin, lo sé. Buscaré mi propia fuerza. Aunque suena irónico teniendo este armazón...-se refería a su actual forma, y mientras guardaba el digivice, proseguía- Del mismo que aprendí a pelear con Gaiomon, aprenderé a usar esta información. El poder de Summoner será mío.
-Ehm, eso suena... Siniestro -protestaba el fantasma- El poder corrompe, y lo sabes.
-No si lo usas con cabeza -consultando los datos robados, comprobó dónde se encontraban las instalaciones médicas- ¡¡Eh, vosotros!! -se dirigió a los tamers que habían luchado junto a él- ¡¡Llevadla a los sanitarios antes de que empeore, y vosotros también!! -les informó de dónde se encontraban estas dependencias, y luego simplemente empezó a andar, yéndose.
-¿No deberías hablar con ellos? Parecen anímicamente destrozados...
-Todos tenemos nuestra carga, y ahora mismo no me apetece socializar. Tengo un mensaje que escribir...
Tenía los datos de Summoner, su misión estaba cumplida. Pero quedaba un objetivo. Tenía los datos de Annie, y su familia se preguntaría dónde estaba. Dolía, pero se merecen una respuesta. Tras esto, Roku podría descansar, tratar las heridas y fracturas, y tras un descanso, comprender y estudiar lo que había descubierto: los experimentos con datas de Yami y Summoner.
- Tamer
- Faltas :Una por cada double.Prueba de Rol :ADigi Puntos :1060Ficha :NPCs :Nivel On Rol :Ancient spiritNivel On Rol de los Digi Aliados :Sven-Hyper SpiritIcono :Rango y Unidad :Roku Ginshô (Adam Odysseum)
Rango: Holy General
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield TurtleRango y Unidad Digi Aliado :Sven
Rango: Teniente
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield TurtleInventario :
Roku Ginshô
Re: コロシアムで¿戦いの伝説?誰が呼んでいますか?(¿Combates de leyenda en el coliseo?¿Quién es Summoner?) [Priv. Max "Kenku" y Demyx, o Seichiro Sano])
El joven seguía llorando sobre el cuerpo inmóvil de Natsuki. Le dolía todo el cuerpo tras su enfrentamiento contra Summoner, quien resultó ser la hermana pequeña de Natsuki, y Yami, el compañero Digimon de ésta y que tantos problemas les había dado anteriormente. Sin embargo, los dolores físicos no se podían comparar a aquella fuerza que le oprimía el corazón, como si de una mano invisible que apretaba una fruta para sacarle todo su jugo se tratase.
Sin embargo, un poderoso temblor, seguido de varias replicas, le despertó de su ensimismamiento, como si de un poderoso golpetazo se tratase. Buscando el origen de esos temblores, pudo ver a Yasuo, convertido en el samurai dragón Gaioumon. Como si fuese un poderoso detonador, estaba comenzando a explotar ciertas zonas del coliseo. La pirámide donde descansaba Natsuki, cuando era tratada como la campeona Mervamon, se había desmoronado tras estas sacudidas, así como parte de la grada. Gaioumon estaba furioso, igual que Max o eso es lo demostraba con esas acciones. Con un extraño objeto, que no podía ver debido a la distancia a la que se encontraban, aunque juraría que era un Digivice, golpeó el suelo y comenzó a absorber todos los datos del lugar o, al menos, una buena parte de ellos. Sin embargo, el chico de cabellos verdosos no se apartó de Natsuki, no iba a dejarla allí, sola. Si debía morir, que así fuese. De todas formas, no querría vivir en un mundo donde ella no estuviese. Esas eran las ideas que le abordaban constantemente, decidido. Un rugido proveniente de Gaioumon señaló que ya había absorbido la suficiente cantidad de datos. Mientras miraba su Digivice, se dirigió hacia Maxwell, señalando la existencia de unas instalaciones médicas, no muy lejos de allí. Tras eso, un rayo de esperanza surgió ante Max y lo aprovecharía, aunque tuviese que destrozar su propio cuerpo.
Gracias Yasuo... Eres un buen Digimon... Te debo una...- incorporándose como buenamente pudo, aunque la totalidad de su cuerpo temblaba por el dolor, recogió a Natsuki en brazos, sin soltarla y se dirigió incansable hacia las instalaciones médicas, recorriendo el camino que le había señalado el misterioso espadachín. No cesaría en su intento de llegar hacia donde se encontraban las instalaciones. Salvaría a Natsuki, aunque le costase su capacidad de desplazarse. Xorem le acompañó, revoloteando con sus orejas, mientras resoplaba agotado. Los huesos de Max, por otra parte, parecían estar a punto de quebrarse debido al intenso dolor que sentía, como miles de espadas clavándose en su piel.
Una vez allí, tras un agotador viaje, se encontró con un pequeño grupo de Cutemons, digimons con aspecto de conejo rosa y que, según había oído de palabras de Jijimon, poseían altas habilidades curativas. Esperaba que así fuese porque irrumpió en la estancia médica mientras sus piernas ya comenzaban a temblar y flojear.
Por favor... Ayudadme... Salvadla, os lo ruego...- siguiendo las instrucciones de los Cutemon, quienes aceptaron ayudarle, tumbó a la muchacha de cabellos dorados en una de las camillas, para después, ser aconsejado por uno de los Cutemon de que se acostase él también y así sanarle, al igual que a Natsuki- Primero salvadla... Luego me trataréis a mi...- insistió tozudamente antes de recibir un pinchazo en el hombro, proveniente de una aguja y que, poco a poco, le fue sumiendo en un sueño mientras su cuerpo caía en una silla.
Lo siento, somos médicos y debemos sanar a todos nuestros pacientes, aunque vaya en contra de su voluntad. No te preocupes, sanaremos a ambos-- dijo uno de los Cutemon a Xorem, quien se encontraba sentado en otra de las camillas y era examinado por ese mismo Cutemon. Pudo observar cómo un Arresterdramon, que apareció de detrás de una de las puertas después de que otro Cutemon presionara un botón, agarró con sumo cuidado el cuerpo de Max y lo colocó en otra de las camillas.
Sin embargo, un poderoso temblor, seguido de varias replicas, le despertó de su ensimismamiento, como si de un poderoso golpetazo se tratase. Buscando el origen de esos temblores, pudo ver a Yasuo, convertido en el samurai dragón Gaioumon. Como si fuese un poderoso detonador, estaba comenzando a explotar ciertas zonas del coliseo. La pirámide donde descansaba Natsuki, cuando era tratada como la campeona Mervamon, se había desmoronado tras estas sacudidas, así como parte de la grada. Gaioumon estaba furioso, igual que Max o eso es lo demostraba con esas acciones. Con un extraño objeto, que no podía ver debido a la distancia a la que se encontraban, aunque juraría que era un Digivice, golpeó el suelo y comenzó a absorber todos los datos del lugar o, al menos, una buena parte de ellos. Sin embargo, el chico de cabellos verdosos no se apartó de Natsuki, no iba a dejarla allí, sola. Si debía morir, que así fuese. De todas formas, no querría vivir en un mundo donde ella no estuviese. Esas eran las ideas que le abordaban constantemente, decidido. Un rugido proveniente de Gaioumon señaló que ya había absorbido la suficiente cantidad de datos. Mientras miraba su Digivice, se dirigió hacia Maxwell, señalando la existencia de unas instalaciones médicas, no muy lejos de allí. Tras eso, un rayo de esperanza surgió ante Max y lo aprovecharía, aunque tuviese que destrozar su propio cuerpo.
Gracias Yasuo... Eres un buen Digimon... Te debo una...- incorporándose como buenamente pudo, aunque la totalidad de su cuerpo temblaba por el dolor, recogió a Natsuki en brazos, sin soltarla y se dirigió incansable hacia las instalaciones médicas, recorriendo el camino que le había señalado el misterioso espadachín. No cesaría en su intento de llegar hacia donde se encontraban las instalaciones. Salvaría a Natsuki, aunque le costase su capacidad de desplazarse. Xorem le acompañó, revoloteando con sus orejas, mientras resoplaba agotado. Los huesos de Max, por otra parte, parecían estar a punto de quebrarse debido al intenso dolor que sentía, como miles de espadas clavándose en su piel.
Una vez allí, tras un agotador viaje, se encontró con un pequeño grupo de Cutemons, digimons con aspecto de conejo rosa y que, según había oído de palabras de Jijimon, poseían altas habilidades curativas. Esperaba que así fuese porque irrumpió en la estancia médica mientras sus piernas ya comenzaban a temblar y flojear.
Por favor... Ayudadme... Salvadla, os lo ruego...- siguiendo las instrucciones de los Cutemon, quienes aceptaron ayudarle, tumbó a la muchacha de cabellos dorados en una de las camillas, para después, ser aconsejado por uno de los Cutemon de que se acostase él también y así sanarle, al igual que a Natsuki- Primero salvadla... Luego me trataréis a mi...- insistió tozudamente antes de recibir un pinchazo en el hombro, proveniente de una aguja y que, poco a poco, le fue sumiendo en un sueño mientras su cuerpo caía en una silla.
Lo siento, somos médicos y debemos sanar a todos nuestros pacientes, aunque vaya en contra de su voluntad. No te preocupes, sanaremos a ambos-- dijo uno de los Cutemon a Xorem, quien se encontraba sentado en otra de las camillas y era examinado por ese mismo Cutemon. Pudo observar cómo un Arresterdramon, que apareció de detrás de una de las puertas después de que otro Cutemon presionara un botón, agarró con sumo cuidado el cuerpo de Max y lo colocó en otra de las camillas.
- Tamer & Digimon
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :67Nivel On Rol :UltimateInventario :
Akira Kurusu
Re: コロシアムで¿戦いの伝説?誰が呼んでいますか?(¿Combates de leyenda en el coliseo?¿Quién es Summoner?) [Priv. Max "Kenku" y Demyx, o Seichiro Sano])
Parecía el fin para la historia de Max y Natsuki. Había sido una bonita historia de amor y lucha, pero parecía que, como todo, había llegado a su amargo final. Sin embargo, Yasuo aún tenía algo que decir sobre ello. Tras, enfadado, utilizar su poder y el de, lo que parecía ser, su Digivice y absorber los alrededores, la información de la zona para ser exactos. Una buena parte de la data que formaba parte de esa zona del Mundo Digital pasó a ser recogida por el Digivice de Yasuo, Los allí presentes ya habían huido, incluidos Summoner y un debilitado Yami. Sin embargo, mientras Maxwell no se retiraba del inconsciente cuerpo de Natsuki, dispuesto a sacrificar incluso su vida con tal de proteger a la muchacha rubia, el violento samurai llamado Yasuo, en su forma de Gaioumon se dirigió a la pareja de hermanos y a sus Digimons y les indico dónde podían encontrar unas instalaciones médicas. Sin dudarlo ni un segundo, y a pesar de que estaba herido, Max cogió en brazos a su amada y se encaminaron hacia la sala médica. Demyx se acercó a su hermano para ayudarle, pero éste rechazó la ayuda de su hermano menor.
Demyx: Está bien...
El hermano menor siguió en silencio a su hermano mayor, acompañado por los compañeros Digimons de ambos. Una vez llegado a las instalaciones médicas de Summoner, un grupo de Digimons con aspecto de conejos rosas le recibieron. Se llamaban Cutemons y eran famosos en el Mundo Digimon por sus habilidades curativas, por lo que el trabajo de médico les venía como anillo al dedo. Una vez colocada Natsuki sobre una de las camillas, Max, al negarse a ser tratado, fue sedado por uno de los Cutemon y colocado en otra camilla, al lado de Natsuki, por un Arresterdramon, un Digimon con aspecto de dinosaurio que portaba lo que parecía ser un chaleco rojo de combate.
Cutemon 1: ¿Y tú? ¿Te dejarás curar o te tendremos que sedar también?
Demyx: Mis heridas son rasguños superficiales, nada que ver con esos dos... Pero no me resistiré
Cutemon 1 y 2: ¡Kizunaol!
Las rosadas manos de los dos Cutemon se iluminaron con un brillo verdoso y sanaron tanto a Demyx como a Ryu. Principalmente, sus malestares se debían al cansancio que padecían después de tantos combates seguidos, por lo que tendrían que descansar, aunque tampoco querían tener rasguños por doquier. El combate había acabado, Wizardmon, Monzaemon y Annie habían caído en la lucha y no sabían si Natsuki se recuperaría de sus heridas físicas y mentales, pero contaban con ello. Habían logrado golpear con fuerza a Summoner y a Yami y se había descubierto sus manipulaciones. Esperaban que los Union Savers interviniesen en el asunto de la forma más rápida y efectiva posible.
Demyx: Está bien...
El hermano menor siguió en silencio a su hermano mayor, acompañado por los compañeros Digimons de ambos. Una vez llegado a las instalaciones médicas de Summoner, un grupo de Digimons con aspecto de conejos rosas le recibieron. Se llamaban Cutemons y eran famosos en el Mundo Digimon por sus habilidades curativas, por lo que el trabajo de médico les venía como anillo al dedo. Una vez colocada Natsuki sobre una de las camillas, Max, al negarse a ser tratado, fue sedado por uno de los Cutemon y colocado en otra camilla, al lado de Natsuki, por un Arresterdramon, un Digimon con aspecto de dinosaurio que portaba lo que parecía ser un chaleco rojo de combate.
Cutemon 1: ¿Y tú? ¿Te dejarás curar o te tendremos que sedar también?
Demyx: Mis heridas son rasguños superficiales, nada que ver con esos dos... Pero no me resistiré
Cutemon 1 y 2: ¡Kizunaol!
Las rosadas manos de los dos Cutemon se iluminaron con un brillo verdoso y sanaron tanto a Demyx como a Ryu. Principalmente, sus malestares se debían al cansancio que padecían después de tantos combates seguidos, por lo que tendrían que descansar, aunque tampoco querían tener rasguños por doquier. El combate había acabado, Wizardmon, Monzaemon y Annie habían caído en la lucha y no sabían si Natsuki se recuperaría de sus heridas físicas y mentales, pero contaban con ello. Habían logrado golpear con fuerza a Summoner y a Yami y se había descubierto sus manipulaciones. Esperaban que los Union Savers interviniesen en el asunto de la forma más rápida y efectiva posible.
Demyx
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