コロシアムで¿戦いの伝説？誰が呼んでいますか？(¿Combates de leyenda en el coliseo?¿Quién es Summoner?) [Priv. Max "Kenku" y Demyx, o Seichiro Sano])

Nada más anunciar a los contrincantes, Tsukaimon, Agumon y el Musyamon de antes fueron teletransportados al coliseo llamado Bosque Retorcido. El muchacho de cabellos verdosos siguió a su hermano, a quién adelantó a toda prisa, mientras le sonreía.

¡Venga hermanito! ¡Vamos a apoyar a Agumon y a Tsukaimon!- el muchacho del poncho corrió rápidamente hacia donde se encontraban las gradas, a unos cinco minutos de allí... Siempre que se diese prisa, claro está. Una gran multitud dejaban pasar a Max mientras éste aceleraba observando las coordenadas de su Digivice D-arc que le indicaban su puesto asignado en la grada. Las gradas tenían varios sitios específicos resaltados, a la vista de todo el mundo para que, dado el caso, se pusieran en cada palco un Tamer de los Digimons participantes- ¡Esperame Tsukaimon! ¡Pronto estaré contigo!- mencionaba para sí mismo el jovenzuelo mientras seguía dirigiéndose a la zona.


El pequeño Digimon mamífero abrió los ojos tras ser transportado al lugar de acción. Se trataba de un bosque oscuro y... un tanto peculiar. Los árboles estaban en una posición realmente extraña, no parecía natural, eso desde luego. Quizás por eso lo llamasen el "Bosque Retorcido". Tsukaimon miró a hacia ambos lados. Hacia su izquierda se encontraba el Agumon perteneciente a Demyx, uno de sus amigos. En su lado derecho, se encontraba el Musyamon con el que habían tratado anteriormente.

Je, bueno, es una suerte que no tenga que enfrentarme a ese demonio, al menos por el momento- pensaba Tsukaimon mientras se posaba sobre sus dos patitas traseras, intentando ahorrar toda la energía que pudiese y moviendo las orejas. Había detectado algo y venía hacia ellos... Y parecía tener muy mal humor, porque oía árboles rompiéndose...


El muchacho llegó al fin al palco especial para los Tamers participantes. Había una especie de sillón hecho de material parecido al bronce con los cojines de un color verde azulado. Tras sentarse, pudo ver una gran pantalla digital donde veía la posición de su compañero Tsukaimon. Debajo de esta especie de televisor, se hallaba un teclado con teclas y otra pantalla con lo que parecía ser un radar y un mapa tridimensional, imaginaba para poder escribir algo a su Digimon y para vislumbrar la zona de combate, además de unos auriculares con un micrófono incorporado. Debía de ser para comunicarse con su amigo digital, pero, por si acaso se quería asegurar.

Tsukaimon, ¿me oyes?- dijo Max tras ajustarse los auriculares y el micrófono. Tan sólo faltaba escuchar la respuesta del Digimon.


Tsukaimon cada vez sentía a ese Digimon más cerca. Entonces, oyó la voz de Max, su Tamer y amigo preguntándole si oía su voz.

Sí Max, claro que te oígo. ¿Qué te parece esto?- Tsukaimon comenzó a revolotear con sus orejas-ala, notando que aquél Digimon bruto estaba casi cerca, a unos escasos 10 metros de distancia.

Preferiría estar ahí contigo en primera línea de fuego, pero éstas son las reglas de Summoner. Habrá que acatarlas por el momento- Max dejó su Digivice encima de la mesa de cristal donde estaba apoyado ese extraño teclado con pantalla incorporada. Entonces el peliverde advirtió a su Digimon mientras observaba el radarPor cierto, tenéis a "Allistar" justo delante

¡Sí lo sé! ¡Está ya aquí!- Tsukaimon entonces vio aparecer a un Minotarumon, un Digimon con aspecto de toro y un brazo de hierro gigantesco... y realmente raro. Con su ataque (y su fanfarronería, pues creía poder derrotar a ellos tres él sólo), hizo volar varios árboles hasta donde se encontraba el grupo de Digimon. Musyamon cortó precisamente todos los árboles que se dirigían hacia donde él se encontraba. Tsukaimon, sin embargo, optó por no utilizar mucho sus fuerzas, quería reservarlas todo lo que pudiese, por lo que comenzó a colarse entre los huecos libres de los árboles, revoloteando ágilmente, para luego subir hacia arriba, mientras los árboles pasaban por debajo de él, algunos en dirección hacia Agumon.¡Uf! ¡Ese último casi me alcanza- resopló el pequeño Digimon volador mientras observaba al Minotarumon.

Minotarumon, Digimon Bestia Humanoide de nivel Campeón y Atributo Virus. Es un Digimon con aspecto de Minotauro, al igual que los de la mitología griega. Posee un fuerte poder de la oscuridad en su interior. Aunque sus movimientos no son rápidos, tiene la piel muy firme, por lo que no cederá ante los ataques normales. Su ataque característico es el Temblor del Lado Oscuro- recitaba el Digivice de Max, almacenando los datos del Digimon toro desde la zona en la que se encontraba Max.

Ya lo has oído, Tsukaimon, es un Digimon de nivel Campeón. Puedes con él si te alías con Agumon y con Musyamon. Pero no gastes energías en vano. Aún quedan otros dos más que no sabemos dónde se encuentran- Max se rascaba su barbilla mientras observaba tanto el radar como el televisor que le mostraba dónde estaba Tsukaimon y qué era lo que hacía.

¡Eh! ¡Tú! ¡Cabeza hueca! ¡¿Por qué hoy todos los Digimons que me he encontrado se creen que pueden ganar en un 1 contra 3?!- dijo Tsukaimon como burlándose del Minotarumon.

Demyx avanzaba con paso tranquilo hacia las gradas, donde se suponía que tenía que situarse para dar apoyo a su amigo Agumon. Tras un breve período de tiempo transcurrido, vio a su hermano adelantarle... Iba con muchas prisas, pero Demyx tan sólo respoló, encogiéndose de hombros.

Demyx: Sí, sí, ahora voy...

El chico rubio tenía el estómago lleno, al igual que Agumon, por lo que su Digimon estaba completamente con las energías restauradas, por lo que no le importaba llegar un poco más tarde antes de que empezase la pelea. De hecho, quería admirar el paisaje que rodeaba a todo el coliseo por dentro mientras subía a las gradas. El edificio estaba rodeado de firmes paredes ovaladas que formaban una especie de cúpula. Seguramente estuviesen hecho de algún material resistente a las tormentas de arena que podrían encontrarse por esa zona. Estaba cuidadosamente decorado, con varias vidrieras y, por el camino, Demyx pudo apreciar cierto arte que, seguramente, perteneciesen a los distintos ganadores de la arena. Había varios cuadros, esculturas, objetos pertenecientes a esos gladiadores como armas o complementos...

Finalmente, el chavalín de ojos claros llegó a su asiento, justo enfrente en el que se encontraba su hermano mayor, por lo que, levantando una mano, le saludó tranquilamente. Después de esa acción, Demyx comenzó a trastear con la pantalla, donde salían Agumon, Tsukaimon y Musyamon, y el teclado que se encontraba a su altura si se sentaba en el sillón que tenía cerca de él. Comenzó a teclear varias cosas y, un tal "Allistar" apareció en la pantalla. Se trataba de un Digimon con forma de toro o minotauro de color marrón que llevaba equipado un extraño guante de hierro de color gris.

Demyx: Vaya cosas más raras llevan algunos...

Agumon: ¿Demyx? ¿Dónde estás?

Demyx: Estoy en el coliseo, en uno de los asientos del palco. Veo todo lo que haces. Por cierto, tened cuidado. Allistar va hacia vosotros. Se trata de un Minotarumon o eso creo

Demyx, mientras hablaba con su compañero, se puso los cascos que había sobre la mesa. Se sentía como un teleoperador, para ser sinceros... Sin embargo, eso era vital para ayudar tanto a su Digimon como al de su hermano... Y también al tal Musyamon que allí se encontraba y formaba equipo con ellos. Además, cuanto antes terminasen, antes podían parar a descansar.

Inmediatamente después de la conversación, el tal Minotarumon apareció, enfadado, liándose a destrozar árboles para intentar dar a sus enemigos. Aunque pareciese mentira, éste Digimon también creía tener el poder suficiente para derrotar a tres Digimons él solito, tal y como había pretendido hacer Ogremon momentos antes. Tsukaimon voló a través de los árboles y por encima de éstos, mientras que Musyamon se dispuso a cortar y rajar todo lo que se lanzase contra él. El plan de Agumon era mucho más sencillo.

Agumon: ¡¡Triple Llama Bebé!!

Agumon, inmediatamente, cargó tres bolas de fuego en su boca, lanzándolas continuadamente hacia los árboles que se dirigían hacia donde él se encontraba. Algunos árboles, los más gruesos, interceptaron las bolas de fuego, aunque terminaron quemándose. Otros, los más débiles, fueron atravesados por las bolas de fuego de Agumon... Incendiándose de la misma forma.

Agumon: ¿Planeas pelear contra un Digimon de fuego utilizando árboles? ¿Estas loco o qué?

Demyx: Tranquilizate, Agumon, no te pongas arrogante... Y no digievoluciones todavía

Advirtió Demyx a su Digimon, mientras revisaba sus cartas y dejaba una de ellas, Metal Knuckle, al lado de su Digivice, que había situado encima de la mesa. No sabía si necesitarían utilizar las cartas... Pero tampoco querían arriesgarse. Mejor prevenir que curar... Y mejor dormir que prevenir, eso estaba claro.

-Creo que ha llegado el momento de explicarte unas cuantas cosas, rumiante -le decía Roku a aquel oponente-. Primero, si te dedicas a batir la tierra harás que todo lo que se arraigue esté, por consiguiente, menos aferrado al suelo -con su mano libre cogió un árbol y, sin apenas esfuerzo, lo empujó hacia el toro- ¿Ves? Las raíces están destrozadas, no hay nada que evite que se desplomen.

-¡Demon arm!-gritó en respuesta, desmenuzando el tronco de un puñetazo- ¡Ja, soy tremendamente fuerte, eso no va a frenarme!- mientras gritaba esto, la mofa del digimon volador hizo que las venas de su cuello crecieran- ¿¡C-como osas dudar de mi poder!? ¡Darkside quake!

La potencia esta vez fue mayor, hundiendo su arma en el suelo hasta aproximadamente el codo. No pensaba que de sus tres oponentes uno podía volar, mientras que los otros dos ya habían destrozado los árboles. Esta vez Roku no cortó los troncos, si no que ayudado con Shiratorimaru, los golpeaba para que cayeran sobre el minotauro, que intentaba apartarlos con su único brazo libre. El Musyamon aprovechó esto para aprovechar la efectuación del “demon arm” y proyectar un árbol sobre su brazo, atrapándolo. Cuando el digimon intentó liberarse, Roku se posó sobre el tronco, inmovilizándolo.

-Segunda lección: no es buena idea gritar que tu ataque inutiliza un brazo -viendo que el toro ya intentaba sacar su otro brazo para atacarle, Roku realizó una estocada dirigida a uno de los puntos más vulnerables del digimon: su boca-. Bueno, deduzco que esta piel parduzca será como una armadura de cuero, golpearla será inútil. Suelo apuntar a los ojos, pero eres tan tonto que haré una excepción.

Mientras declaraba esto, el arma ya estaba libre, y con un potente golpe el metálico muñón se clavó en el lateral de Roku que, pese a la potencia del golpe, no salió propulsado. De hecho, permaneció inamovible. Un hilo de sangre salió de su boca, pues el ataque le causó daños internos, pero gracias a su técnica logró reducir el daño masivo.

-Capa negra- dijo, señalando con su mano libre un aura oscura que rodeaba su costado- Si sé de dónde va a venir el ataque no es difícil reunir toda mi defensa en un punto, cretino. Tercera lección: cuando ataques, hazlo en un punto donde no se puedan defender. Kirisute gomen.

La hoja de su espada se prendió en llamas, y sabía que de ella aparecería un enorme dragón ígneo que, tras un tiempo, explotaría. Pero esta vez el lugar que recorrió fue el esófago del digimon, abrasándolo. Una vez llegó al estómago, se replegó sobre sí mismo y, expandiéndose, estalló. Una gran bocanada de humo emergió de la boca de Minotaurmon que, incluso tras esto, seguía vivo, pero privado de la palabra por las heridas internas.

-Podría haberme alejado y usar estar técnica para debilitarte, pero no sería práctica usar fuego en un bosque tan seco. La más ligera brasa podría ocasionar un incend...-el olor a quemado empezó a alterar su nariz, y por primera vez Roku atendió a lo que habían hecho sus compañeros- Pero... ¿¡Pero a quién se le ocurre soltar una llamarada en este bosque!? ¡Las llamas se propagarán enseguida, debemos de buscar un punto sin árb...!

Antes de poder acabar su frase una flecha  atravesó el muro de fuego que comenzaban a establecer aquellos troncos prendidos. El incandescente proyectil se clavó en la pechera del samurai, que no dudó en desincrustarla pese a que el calor lastimaría su mano. Un cuervo de trapo contemplaba la escena.

-¡Los encontré! ¡Los encontré! -decía aquel pájaro- ¡Comienza la operación “perritos calientes”!

De pronto, otros árboles comenzaron a caer alrededor del grupo, cercando sus rutas de escape. El fuego se propagaba rápidamente, y el humo dificultaba ver quién les estaba tendiendo aquella trampa. Más seres similares a aquel pájaro empezaron a reunirse en el lugar, pero sus tonos oscuros se iban asimilando a las tonalidades del humo, camuflándolos.

-¡Estoy aquí!- dijo uno.
-¡No, aquí!- repitió otro, con la misma voz.
-¡¿Preferís quedar crujientes o cruditos?! -soltó otro, desde una posición diferente.

Antes de poder adivinar la posición de estos pájaros, más flechas comenzaron a atravesar las llamas desde diferentes posiciones. Se le sumaba a esto otra clase de proyectil, que eran literalmente ascuas proyectadas a grandes velocidades. Como acto reflejo, Roku se arrojó al suelo para evitar los ataques.

-¡Uno se ha tirado a tierra! ¡El samuraaaaai!

Súbitamente una raíz brotó, clavándose en su armadura, y aunque no la atravesó limpiamente, fue suficiente para sentir el agudo dolor del ataque, que acabó en cuanto cercenó el origen de aquella planta y la desincrustó de la herida, intentando ahogar un gruñido de dolor.

-Me temo que los otros dos están al otro lado de las llamas... Y que estamos atrapados...

Max observaba a través del monitor los ataques de Agumon: bolas de fuego... En un bosque seco... A través de la cristalera de su asiento, vio a su hermano, quien también miraba la pantalla. El muchacho de cabello verde hizo un gesto con uno de sus dedos sobre su cabeza. Ese gesto quería significar la pregunta: "¿Estas loco?". Nuevamente, Minotarumon había provocado un terremoto que hizo volar varios árboles por aquí y por allá. Tsukaimon tan sólo tuvo que elevarse un poco más para evitar que los árboles le alcanzasen.

Sin embargo, Musyamon se estaba encargando bastante bien del Minotarumon. De hecho, parecía que estaba dándole clases de cómo atacar... Lo cierto es que ese Digimon Toro no parecía muy inteligente en exceso. Sin embargo, al chico aún le picaba la curiosidad... ¿Dónde demonios se encontraban "Fiddlesticks" y "Maokai"? ¿Y de qué tipo de Digimons se trataba? De todas formas, primero se encargarían de ese toro. Era mejor luchar en un 3 contra 2 que en un 3 contra 3. Y la imprudencia de "Allistar" podía venirles muy bien a la hora de pelear, puesto que, aunque tuviese una coraza exterior de cuero, podía perfectamente recibir daños... Aunque Musyamon acababa de quemarle vivo desde dentro a Minotarumon, éste seguía vivo, eso sí, sin la capacidad de hablar.

Para su mala fortuna, algunas de las llamas que lanzó Agumon, como era de esperar, incendiaron parte del bosque. Un espeso humo, como consecuencia directa de éste suceso, comenzó a nublar la vista a los que se encontraban allí. Uno de los enemigos, compañero de Allistar, aprovechó ese momento y comenzó a lanzar flechas. Maxwell sabía que se trataba de un compañero de Allistar, pues el nombre de "Fiddlesticks" aparecía en el radar que tenía enfrente.

¡Tenéis a Fiddlesticks ahí delante! ¡Tened cuidado, está en una posición algo alejada, desde donde os puede disparar flechas sin correr peligro! ¡Diría que se encuentra en uno de los árboles más alejados y que aún no se ha quemado por el fuego de Agumon!- decía Max para los tres participantes: Tsukaimon, Agumon y Musyamon. Lo cierto es que esa especie de auriculares tenía un botón que permitía a Maxwell y a Demyx comunicarse tan sólo con su Digimon o con el resto de participantes de su propio equipo. El chico peliverde usó esta vez la segunda opción. Por supuesto, si se elegía esta segunda opción, el resto del público, incluido Summoner, podían escuchar también sus conversaciones.

¡Entendido Maxi!- Tsukaimon asintió, viendo que el fuego se iba propagando rápidamente a través de los árboles- Quizás podamos utilizar el fuego de Agumon en nuestro beneficio... ¡Max! ¡Dejame digievolucionar!- dijo Tsukaimon con una sonrisa mientras el muchacho asentía. Tsukaimon buscaba con la mirada alguna flecha proveniente del tal Fiddlesticks.

¡Carta leída! ¡Carta Azul! ¡Digievolución a Champion!- el muchacho sentado en su lugar correspondiente, pasó su carta azul por el lector de cartas de su Digivice de colores negro y violeta, haciendo que su Digimon pudiese evolucionar.

¡Tsukaimon digievoluciona en...!- la forma de Tsukaimon se fue alterando drásticamente. Creció muchísimo pero, al contrario de lo que vendría siendo lógico, su peso disminuyó- ¡Soulmon!- la forma que había adoptado el pequeño ratón volador era la de un fantasma blanco con garras de color negro azabache sobre la manta que cubría su cuerpo fantasmal. También llevaba un gorro de brujo bastante característico. Justo antes de evolucionar, un brillo rojizo iluminó a Tsukaimon, algo que extrañó realmente a Max, pues no había presenciado ese brillo nunca antes... Salvo durante su última misión...

¡Muy bien Soulmon! ¡Busca a ese Digimon!- los ánimos y la orden de Max hicieron que Soulmon asintiese con su cabeza, mientras flotaba en varias direcciones, buscando a un Digimon que estuviese equipado con un arco o una ballesta. De pronto varias flechas le llegaron por delante de él, a lo que Soulmon contestó sin ningún problema.

¡Garra del Mal!- El Digimon fantasmal sacó una de sus garras tenebrosas desde debajo de la manta que cubría su cuerpo y agarró las cinco flechas que se dirigían hacia él, tirándolas luego al incendio abrasador que había causado Agumon- ¡Tsk! ¡Da la cara, campeón! ¡No podrás conmigo con unas simples...!- Soulmon, después de deshechar las flechas, recibio el impactó de otras desde su espalda. El daño fue intenso, peligroso y perjudicial para su salud. Sin embargo, a pesar de que las apariencias hiciesen creer lo contrario, la tela del Digimon fantasma resistió bastante bien y los daños se vieron reducidos- Maldita sea... Es rápido...

Mientras Soulmon investigaba la zona con mucha más precaución por si le volvían a atacar con esas flechas, varios pájaros, ocultos entre la bruma, intentaban despistar a sus enemigos, llamándoles hacia donde se suponía que se encontraban. Estaban metidos en un buen lío...

PD: Bueno sigo utilizando en este tema a Soulmon porque ya lo hablé con Roku. En este tema, más adelante, Soulmon se "transformará" en Devidramon. De ahí lo del brillo rojo.

Agumon pudo observar cómo los árboles eran arrasados por el fuego producido por sus bolas de fuego expulsadas por su boca. Mientras se arrascaba la cabeza con una de sus garras, se reía nerviosamente.

Agumon: Jeje, ups...

Demyx: ¿Cómo que ups, Agumon...?

El humo salía de los árboles calcinados mientras se seguía extendiendo, comenzando a quemar todos los árboles, arbustos y demás plantas que quedaban en pie. Mientras esto transcurría, Musyamon y el Minotarumon comenzaban a pelear... Bueno, mejor dicho, Musyamon comenzaba a darle una paliza a Minotarumon, quien se aprovechaba de la escasa velocidad del Digimon Minotauro. Tras crearse una fuerte corriente de humo, ambos pudieron notar varias flechas volando, una de ellas impactando en el pecho de Musyamon y otra en la espalda de Tsukaimon, quien había digievolucionado en Soulmon, un Digimon fantasmagórico. Agumon era el único que no estaba recibiendo los ataques de aquél que se encontraba cerca, lanzando flechas.

Demyx: Fiddlesticks es el que está atacando, lo estoy viendo en la pantalla, Agumon. Ten cuidado.

[b]Agumon: ¿Tienes alguna carta que nos pueda ayudar?

Demyx: Quizás... Espera un momento... Estate atento, Agumon

Agumon: Entendido

Mientras Demyx buscaba en su mazo de cartas algunas cartas que pudiesen ayudarles, Agumon miraba hacia los lados, intentando buscar al adversario que estaba atacando a sus compañeros. Una flecha entonces, también se dirigió hacia su posición.

¡Garra Ardiente!

Un gancho de fuego destruyó la flecha que le acababa de ser disparada en su posición. Agumon sonrió de lado nervioso después de un "Uf, por poco"

Demyx: A ver, creo que tengo una idea. Puede funcionar... De momento... ¡Carta leída! ¡Carta Azul!

Agumon: ¡Agumon digievoluciona en...! ¡Greymon!

Demyx: ¡Segunda carta! ¡Carta leída! ¡Metal Knuckle!

Greymon: Wojojojo, esto mola un montón

Demyx: La táctica es que utilices esos guantes de metal, excaves y busques al que está tirando flechas... Destruyelo también

Greymon: ¡No te preocupes, Demyx! ¡A por él que voy a ir!

Greymon, gracias a sus nuevas garras de metal, comenzó a excavar en el terreno, pasando justo por debajo del Minotarumon. Abrió un boquete debajo de donde estaba Minotarumon y, abriendo enormemente su boca, atacó.

Greymon: ¡Mega Llama!

El ataque calcinó por completo al Minotarumon, tanto por dentro gracias al ataque de Musyamon, como por fuera. Normalmente, el Minotarumon hubiese resistido ese ataque, pero Greymon se lo había lanzado a bocajarro. Sin tiempo a comprobar si el enemigo había sido derrotado, Greymon volvió a excavar hacia el área donde se suponía que se encontraba el Digimon lanzando flechas a diestro y siniestro.

Maxwell y Soulmon pudieron observar, pese al humo y la polvareda levantada, que Greymon había puesto fin a la vida del Minotarumon. El método que habían utilizado era, gracias a la carta Metal Knuckle, Agumon, quien había digievolucionado a su forma Campeón, había excavado un túnel, aprovechando que el Digimon arquero no le estaba atacando, pues se trataba de su objetivo más alejado. Cuando se ubicó justo debajo de Minotarumon, abrió un buen boquete en el suelo y, a quemarropa y aprovechando el asombro del Digimon rumiante, le lanzó una poderosa llamarada que le quemó tanto que lo convirtió en datos, volviendo a cavar hasta la zona donde podría encontrarse el arquero. Después de presenciar el ataque, Musyamon recogió el medallón que había dejado caer el Digimon toro, símbolo de que habían conseguido derrotarle.

¡Bien hecho muchachos! ¡Seguid así y ganaremos esta batalla! ¡Uno a cero vamos! ¡Nos faltan dos puntos! ¡A por ellos!- dijo Maxwell sonriendo de júbilo mientras hablaba por el chat de voz grupal, para que no sólo Soulmon le escuchase, sino también Musyamon, Greymon y el Tamer de éste, su hermano menor Demyx.

¡Así se hace Greymon! ¡Tú también lo hiciste genial, Musyamon!- felicitó el Digimon fantasmagórico a su amigo y a su compañero al que recién acababa de conocer. Sin embargo, una molesta voz que parecía venir de alguna especie de ave negruzca, comenzó a irritar los oídos que se encotraban debajo de la manta de Soulmon- ¡Calla pajarraco!- Soulmon extendió una de sus manos negruzcas hacia donde se encontraba el cuervo y lo aplastó con fuerza, poniendo fin a su vida... Ni siquiera tenía la resistencia de un Digimon Bebé. Son embargo, esto provocó que muchas flechas fueran lanzadas en su posición a lo que Soulmon se defendió tirando el cadáver del cuerpo como escudo para que éste recibiera las tres flechas que volaban hacia él- ¡Joder! ¡Que era sólo un pajarraco molesto! - mientras se mantenía alerta, Musyamon le propuso formar equipo para derrotar al resto de cuervos quienes, al parecer, alertaban al Digimon arquero de sus posiciones, por lo que el Digimon fantasmal asintió ante el plan que tenía el Digimon espadachín: Él se encargaría de los cuervos mientras Musyamon le protegía de las flechas que podrían atacarle como respuesta.

¡Adelante muchachos! ¡A por ellos!- anunció Maxwell mientras colocaba cuidadosamente sus cartas encima de la mesa por si se daba la ocasión de que las necesitase. Él, por otra parte, se relajó momentáneamente en el sillón- ¿Qué demonios está haciendo Greymon...? - preguntó más para sí mismo que para recibir una respuesta de sus compañeros. Al mismo tiempo, Soulmon se movía flotando en el aire con su cuerpo espectral mientras cargaba en sus manos una esfera de energía oscura.

¡Necro Magia!- gritó el Digimon fantasmal lanzando el orbe oscuro de color morado con reflejos felinos contra otro de los cuervos que acababa de pasar cerca suyo, probablemente para cubrir la baja que había tenido el anterior pájaro. La esfera impactó en una de las alas del ave, haciendo que volara descontroladamente, impactando contra otro de sus compañeros voladores - ¡Jajaaaa! ¡Toma ya! ¡Dos pájaros de un tiro! Literalmente...- Soulmon se rió del chiste malo que acababa de hacer, agarrando a otro de los cuervos que acababa de divisar a lo lejos con una de sus garras azabache y se lo lanzó a Musyamon- ¡Toma Musyamon! ¡No te quedes tu sin cazar uno al menos! - Soulmon lo hacía con intenciones de que el Digimon partiese a ese cuervo por la mitad con su katana.

¡Acabad con esos cuervos y Fiddlesticks no tendrá oportunidad!- animó Maxwell a Soulmon y Musyamon por el chat de voz mientras miraba en el radar y podía comprobar que Maokai acababa de encontarse con Greymon... Sabía que el Digimon de su hermano podía con ese enemigo...

Greymon sonreía contento tras la felicitación por parte del hermano de su Tamer. Esa era la señal que esperaba recibir tras lanzar la llamarada contra el Minotarumon enemigo. Demyx, entonces, también se unió a la felicitación.

Demyx: Lo hiciste genial, Greymon, tal y como lo pensamos

Greymon: Jeje... ¡Gracias, jefe!

Demyx: Tengo que admitir que esos Metal Knuckle son realmente útiles...

Greymon: Cierto... Bueno, lo mejor será que siga excavando. Guíame hacia donde se encuentre Fiddlesticks, Demyx

Demyx: Descuida, amigo mío

Lo cierto es que la pareja formada por el rubio y su Digimon anaranjado era realmente perezosa... Pero cuando se sumergían en una pelea, la cosa cambiaba. Dejaban a un lado sus deseos egoístas y perezosos y se concentraban en el combate. Eso lo había aprendido de su hermano, viéndole luchar a la par que su compañero Tsukaimon. Aspiraba a superar a su hermano o, por lo menos, a igualar su fuerza o acercársele. Él le había hablado de un clan, los Union Savers, el cual era el sueño del mayor de los dos hermanos Miyamoto, además de Jijimon, el jefe y maestro de los dos. El objetivo de ese clan era proteger el Mundo Humano y el Mundo Digital, dos mundos que los hermanos adoraban y querían, a pesar de sus deficiencias. Y a Demyx también le atraía esa idea, para ser sinceros.

Entonces, el rubio vio que Max, Soulmon y Musyamon trazaban un plan para atacar a todos los cuervos que volaban a través del humo, revelando la posición de los Digimons participantes salvo Greymon, quien se encontraba debajo de la tierra. El arquero, ayudado por los cuervos, disparaba las flechas con precisión. Sin embargo, Soulmon ya había empezado a destruir uno a uno a aquellos pájaros tan molestos.

Por otra parte, Greymon se encontró bajo tierra a "Maokai" que, por la cámara que permitía a Demyx ver lo que Greymon veía, parecía ser un Woodmon. Estaba atando las piernas de Greymon, quien se revolvía mientras el Digimon tronco absorbía la fuerza vital del Digimon dinosaurio. Era la hora del escaneo.

Woodmon. Digimon Planta. Nivel Champion. Tiene Atributo Virus. Debido a que su cuerpo está hecho de madera, fácilmente puede incendiarse, y por eso el tiene miedo del fuego y lo considera su peor enemigo, tiene un gran odio y rencor a los Digimon de este elemento como Meramon y Birdramon. Tiene una personalidad feroz y atroz. Ataques: Drenado y Leñazo

Demyx: ¿En serio un Woodmon quiere enfrentarse a un Greymon?

Greymon: ¡Maldita sea, no puedo moverme! ¡Me tiene sujeto por las piernas!

Demyx: ¡Ánimo Greymon! ¡Aún posees los Metal Knuckles en tus brazos! ¡Sigue moviéndote con ellos! ¡Arrastra a Woodmon si hace falta!

¡¡¡Aggg! ¡Vale Valee!!

Greymon intentaba abrir un hueco lo bastante grande para que él pudiese meterse por el agujero y seguir avanzando con sus Metal Knuckle... Sin embargo, aunque estaba consiguiendo abrir un boquete bastante más grande que su propio cuerpo, el Woodmon, con sus raíces, no dejaba de absorberle vitalidad.

Demyx: ¡Espera! ¡Tengo una idea! ¡Carta leída! ¡Afro!

La carta que pudo leer con su Digivice Demyx fue la carta Afro, que hacía que el Woodmon, gracias a que le aparecía en la cabeza una peluca afro multicolor, se viese tan ridículo que se desconcentrase y perdiese el equilibrio, por lo que las raíces que sujetaban el cuerpo de Greymon se aflojaron, permitiendo al Digimon dinosaurio escapar. Greymon avanzó un poco hacia el gran agujero que había fabricado en la tierra, dándose la vuelta para encararse contra Woodmon.

Greymon: Perderemos el elemento sorpresa... Pero disfrutaré haciendo ésto... ¡Impulso de Cuerno!

Impulsándose con sus duras patas y cola, le propinó un fuerte placaje al Woodmon afro, encajando su cuerno en plena cara del Woodmon, mientras se seguían desplazando hacia el agujero que había realizado anteriormente para atacar a Minotarumon. En cuanto llegaron, Greymon se paró bruscamente con sus dos fornidas piernas y, con un movimiento de su cabeza hacia arriba, lanzó al Woodmon hacia arriba a través del agujero. Sin pensárselo mucho, y antes de que cayera al suelo, Greymon saltó hacia arriba para alcanzar a Woodmon, preparando una bola de fuego en su boca. Si la lanzaba hacia arriba, no se quemaría el resto del bosque.

Greymon: ¡Mega Llama!

El fuego del ataque de Greymon calcinó por completo a Woodmon quien, no sólo era débil al elemento fuego, sino también al Atributo Vacuna de Greymon. El Digimon dinosaurio recogió la medalla que Woodmon había dejado en el suelo tras convertirse en una masa de datos y se la pasó a Musyamon, lanzándosela.

[b]Greymon: Tú tienes una armadura donde guardar la medalla, así que guárdamela ¿si?[b]

Tras una sonrisa traviesa y antes de que los cuervos lo detectasen, volvió a excavar un nuevo agujero, volviendo esconderse de Fiddlesticks, esperando el momento adecuado para atacarle y seguir excavando un túnel que los llevase hasta su enemigo.

Blandiendo la hoja rápidamente biseccionó aquel extraño muñeco. Distrayéndose brevemente,urgó en las entrañas de felpa buscando algún dispositivo o algo, pero solo extrajo algodón. Olvidaba dónde estaba, y que allí todas las explicaciones se resumían con “digimon”. Recordó con quién estaba cooperando y que no estaba cumpliendo su parte del pacto. Sosteniendo la espada con las dos manos, se dispuso a proteger a aquel fantasma, el cual ya estaba destruyendo a aquellas molestas aves de mal agüero:

-Los cinco arcanos del kendo, postura final: 金(“oro" en japones)- adelantando el cuerpo, la punta de la espada apuntaba al suelo, colocada en diagonal atravesando el eje de la cintura de Roku-Para una defensa aérea, esta es la más efectiva.

Siendo la más difícil de dominar, apenas se usa en kendo. El secreto de esta técnica es que, irónicamente, representa la oscuridad, ya que al colocarte de lado al enemigo, este no puede ver cómo sostienes la espada ni las dimensiones del arma, que quedan guarecidas por el propio estilo. Su complejidad hace que sea siempre la última en enseñarse en los dojos, pero las posibilidades ofensivas y defensivas de esta kata representaban verdaderamente un filón de oro, y de ahí su nombre, un destello que refulge en la oscuridad.

Con sus ojos apostados en la silueta de su aliado, cada vez que veía una flecha acercándose efectuaba un golpe ascendente, añadiendo a este impulso el movimiento rotatorio de la cintura, incrementando la ferocidad del golpe. Una vez destrozado el proyectil, regresaba al kamae (“posición”), esperando la nueva andanada. La velocidad que le confería su Shiratorimaru en su modo ninja permitía esta sucesión de movimientos, lo que permitía usar esta técnica arriesgada en el mundo del kendo, ya que en los combates humanos la finalización de un golpe dejaba desprotegido, pero ni él era el blanco ni debía preocuparse por perder en velocidad.

Mientras atendía a la protección de su compañero digievolucionado oyó algo a sus espaldas, y casi ataca emitiendo su característico dragón de fuego a su otro aliado, el cual solo le estaba entregando la moneda que debía ser propiedad de otro oponente que probablemente habría sido víctima de la ferocidad que ya había demostrado aquel tiranosaurio.

-Jeh...-dejó escapar mientras guardaba la moneda en el fajín de su cintura.
-Déjame adivinar: no se la vas a devolver, ¿cierto? -le decía Bakemono en su mente.
-Claro que no, esto es una competición, y él ha renunciado a un punto. Podría haberlo ocultado en su casco, haberla agarrado con una de sus garras o incluso confiar en el fantasma, que podría resguardarla bajo su sombrero -le respondía con una voz interior-. Tenía otros lugares donde dejarla, en definitiva.
-No, si te entiendo, yo tampoco se la devolvía. En su lugar, antes que darla me la tragaba. Total, acabaría echándola antes o después...

A la vez que decía todo esto escuchó un graznido inusual. El cuervo que lo emitía era sospechosamente gordo, y volaba de un modo torpe, ascendiendo casi a la misma velocidad que descendía. Rápidamente se percató de que quería llamar la atenció, por lo que probablemente se trataba de...

-¡Una trampa! -grito intentando que su aliado no se acercara, pero con el último graznido explotó despidiendo varias flechas en distintas direcciones- ¡Maldita sea!
-Me habéis dejado tiempo de sobra para prepararme -asegurada el único enemigo que les quedaba por eliminar-. El juego empieza ahora. ¿Tres versus uno? Para mí ESO es fácil...

Decía uno de los cuervos mientras más de aquellas versiones con sobrepeso se aproximaban a la zona.

Max pudo presenciar cómo Greymon le daba la medalla a Musyamon que había conseguido tras derrotar fácilmente a Woodmon. La verdad es que n sabía qué pensaba ese Digimon Planta, se estaba enfrentando a Greymon, uno de sus enemigos naturales y que, en circunstancias normales, lo vencería fácilmente... Bueno, como acababa de pasar de hecho. El muchacho de cabellos verdosos estableció un chat de voz privado con su hermano, que se encontraba en el asiento con cristalera justamente enfrente suyo, asegurandose de que ni Musyamon ni los espectadores ni mucho menos Summoner pudiese oirles.

Demyx, no sé si ha sido una buena idea darle la medalla a Musyamon. A mi no me importa el premio, tan sólo desenmascarar a Summoner... Pero quizás a ti te interesa el banquete que se celebra en honor al ganador... Es tu decisión, pero si quieres el banquete, dile a Greymon que no dé las medallas que consiga- dijo el muchacho aconsejando a su hermano sobre sus futuros combates. De todas formas, si le lograba quitar al tal Fiddlesticks la medalla se la daría a Greymon, de eso estaba seguro... Como ya había dicho, no le importaba en absoluto el premio. De hecho, su premio, si completaba la misión, esperaba que fuese la figura que vio en la tienda del Señor Fuji, alias Jijimon. Total, nunca le había pedido nada a cambio a su maestro, así que por una vez no creía que ocurriese nada malo...

Mientras pensaba eso, Soulmon y Musyamon seguían peleando a dúo. Uno, destrozaba constantemente esos pájaros que lanzaba el último enemigo que les quedaba, mientras que el otro protegía al Digimon fantasma de los flechazos queFiddlesticks lanzaba contra Soulmon, intentando proteger a sus pájaros sin éxito. Sin embargo, un graznido distinto al de los cuervos comunes llamó la atención de Soulmon. Un cuervo realmente gordo volaba torpemente enfrente de ellos, como queriendo servir de cebo.

Pero qué demonios...- se preguntó Soulmon, verdaderamente extrañado mientras se mantenía a una distancia prudente, mirando con cierta inseguridad a ese polluelo que parecía estar sufriendo por mantenerse vivo en el aire, emitiendo graves graznidos, como si un dolor mortal lo estuviese matando... Hasta que, con un último graznido mucho más agudo hizo que el cuervo explotara y dispersara una lluvia de flechas hacia Soulmon, quien extendió sus Garras del Mal negruzcas hacia delante, creando un escudo entre él y las flechas, puesto que no le daba tiempo físico a esquivar la lluvia de esos objetos punzantes que se dirigían con presteza hacia su posición. Los brazos azabache de Soulmon quedaron llenos de flechas clavadas, a lo que Soulmon, dolorido, se quejó- Maldito Robin Hood...

¿Te encuentras bien Soulmon?- preguntó Max mientras se levantaba de su asiento y se inclinaba hacia la pantalla, ligeramente preocupado por su compañero fantasmal.

Aggg, demonios... Cada vez duelen más...- dicho lo cual, Soulmon, doliéndose por ello, se empezó a quitar las flechas de sus brazos oscuros, viendo que se acercaban muchos más de esos cuervos con sobrepeso que eran trampas voladoras cargadas con flechas- ¡Oh maldita sea!- ya no le podía causar más sorpresas esos malditos pajarracos, por lo que voló, alejándose de esos peligros voladores todo lo que puso, buscando un sitio para ponerse a cubierto.

Demyx pensaba acerca de lo que le estaba contando su hermano. Especialmemte el tema del banquete a lo que, tras un momento de silencio, gritó:

Demyx: ¿Eeeeeeh? ¡¿Qué hay un banquete para el ganador del torneoooo??! ¡Musyamon devuelvenos la medalla!

Greymon: Bueno, en realidad por mi parte se la puede quedar siempre que nos invite al banquete...

La verdad es que Demyx tenía una cara muy dura tras pedir la medalla que Greymon acababa de darle a Musyamon, sin acordarse que uno de los premios era un banquete... Bueno, estrictamente, no era un premio, pero siempre se celebraba uno y eso para él ya era suficiente premio.

Mientras tanto, podía observar a Musyamon y a Soulmon pasándolo realmente mal en el combate que estaban teniendo contra el tal Fiddlesticks, quien aún no se había presentado como el Digimon que en realidad era, por lo que no sabían que tácticas utilizar. Mientras tanto, lo mejor sería que Greymon, a pesar de su pesado cuerpo, siguiera excavando con sus Metal Knuckle. Al sentir varios sonidos fuera, después de estar un rato en los túneles subterráneos, oyó varios graznidos de esos pajarracos hinchados que en realidad eran trampas vivientes llenas de flechas, por lo que, excavó rápidamente un agujero, asomó la boca y, aprovechando que esa parte del bosque ya se había quemado, atacó sin ningun miedo.

¡Mega Llama!

[color=blue]Demyx: Aún podemos sacarle provecho a las Metal Knuckle, así que no os preocupeis e id avanzando hacia donde se encuentra Fiddlesticks. Greymon se encargará de activar esas trampas para que no tropecéis con ellas.

La Mega Llama de Greymon pulverizó esas trampas hechas con cuervos rechonchos, así como las flechas que había en su interior, volviéndose a meter en el agujero del que salió. Demyx, por otra parte, se dirigía a Soulmon, a su hermano y a Musyamon.

Demyx: Por cierto, ya va siendo hora de ponerte nombre, Greymon... Creo que Ryu estará bien

Greymon: Me gusta... No suena del todo mal...

La trampa cumplió su cometido. Aunque el fantasma pudo bloquear el daño directo a expensas de sus extremidades, este tuvo que alejarse de la horda que se aproximaba de aquellas aves explosivas. Con un solo cambio en la ofensiva, el digimon restante había imposibilitado cualquier iniciativa del grupo, pues en ese estado el ánima digital del sombrero no podía continuar su tarea de acabar con aquellas extrañas armas voladoras. Si se acercaba recibiría de nuevo las explosiones, y si se alejaba volvería a ser presa de los disparos iniciales.

Intentando reaccionar rápido, Roku volvió a su plan previo de cubrirle la espalda a su fantasmagórico camarada, y si bien podía seguir quebrando las flechas que intentaban alcanzarlo, los cuervos explosivos seguían acercándose sin que el samurai pudiera hacer nada para evitarlo. Podría emplear su dragón de fuego, pero al detonarlos seguiría estando el problema de las cuchillas que emergerían de los restos. Poco a poco estaban siendo acorralados por este adversario que estaba demostrando numerosos recursos y una inteligencia tal que no dejaba ninguna brecha en sus estrategias.

Y sin embargo, seguro que no pudo predecir aquella maniobra de Greymon, que con un poderoso hálito acabó con la amenaza, o casi. El súbito calor hizo que el interior de estas criaturas colapsara, y si bien la madera de las flechas quedó reducida a cenizas, las agudas hojas salieron disparadas por una reacción química similar a la que causa la pólvora. Extendiéndose el ataque en todas direcciones, Roku no pudo permitirse el lujo de dudar.

-¡Capa negra! -gritó el samurai recubriendo su cuerpo de aquella extraña energía oscura, tras lo cual saltó para interponerse entre el fantasma volador y el ataque, viendo como las cuchillas rebotaban contra su armadura- ¡Te sigo cubriendo!
-Me habéis roto los juguetes... Tendré que ponerme serio...

La voz, sonando siniestramente cerca, desvelaba la posición del enemigo. Justo frente a ellos. Un escuálido muñeco de paja que portaba un diminuto arco. Su aspecto no era para nada intimidante, pues se movía con parsimonio hacia ellos, calmado y sin emoción alguna, hasta que añadió:

-Me reservaba este truco para la final, pero bueno, no me importa lucirme ahora. Primero, la flecha de Willian -disparo una única flecha sobre uno de sus cuervos menos dañados, que aunque solo poseyera un ala, empezó a aletear fuertemente, levantando una corriente de viento extraña que reavivó a las demás aves, que independientemente de su estado acompañaron el batir, añadiendo nuevas fuerzas al creciente tornado que empezó a dar velocidad a todas las flechas disparadas hasta entonces, generando un torbellino cortante de grandes velocidades-. ¡La tormenta de los cuervos!

Los restos de las flechas se convertían en afilados restos de metralla que amenazaban con despedazarles allí mismo, como bien dejaban ver en los árboles caídos que se iban convirtiendo rápidamente en polvo. Roku intentó contraatacar lanzándo su dragón de fuego, pero este se disipó antes de poder alcanzarlo, dejando ver una sonrisa de victoria en el rostro de aquel muñeco de paja. El ataque servía de defensa reduciendo cualquier técnica a polvo. Mientras su cuerpo iba recibiendo numerosos impactos de aquellos trozos de metal, cogió la sábana que constituía el cuerpo de su compañero y sin pensarlo lo arrojó hacia uno de los agujeros abiertos por Greymon, pensando que así estaría a salvo del ataque. Una vez se aseguró de esto, decidió comunicarle un plan para anular aquella situación.

-¡La técnica no es perfecta, se basa en la física de un tornado! ¡Debeís atacar en la línea del eje que constituye el ojo del...!

Pero antes de poder acabar la frase una flecha abrió un corte en su lengua, impidéndole continuar con el mensaje. Mientras escupía la sangre que manaba del corte, centró sus fuerzas en incrementar la resistencia de la capa negra, pues no podría llegar al túnel manteniendo esta habilidad, que a su vez le garantizaba seguir con vida. La suerte del combate, por tanto, ya estaba echada.

Aunque Soulmon y Musyamon tuvieron varios problemas contra las trampas de su enemigo, Greymon, aprovechando los agujeros que había realizado gracias a sus garras de metal, había podido acabar con las trampas móviles, incluidas las partes de madera de las flechas que estaban dentro de los cuervos rechonchos. Sin embargo, las puntas de las flechas que estaban siendo contenidas dentro de los muñecos voladores, se activaron, disparándose en todas direcciones, incluidas hacia donde se encontraban los otros dos Digimons. Sin embargo, el Musyamon, utilizó una técnica para aumentar su defensa, y así desviar los proyectiles que se dirigían hacia él.

Gracias, Musyamon- agradeció el Digimon espectro mientras volvía a generar una nueva esfera de energía oscura-¡Necro Magia!- la esfera impactó en varios de los cuervos que aún permanecían vivos. Mientras tanto y enfadado, un curioso Digimon con aspecto de espantapájaros se presentó ante ellos. Max presenció la frágil apariencia de aquél enemigo que decía ser Fiddlesticks, y, asegurándose, analizó con su Digivice los datos del enemigo que faltaba.

Nohemon, Digimon Marioneta de nivel Armadura y Atributo Virus. Un extraño Digimon armadura que se mueve de una manera curiosa haciendo creer a sus enemigos que es un Digimon realmente débil, demostrando todo lo contrario cuando se mete de lleno en el combate. Uno de sus ataques característicos es la Flecha de William- decía el Digivice negro y violeta del chico peliverde mientras analizaba al Digimon espantapájaros que allí se encontraba, delante de Soulmon y Musyamon.

Cuidado muchachos, se trata de un Digimon de nivel Armadura. Puede ser incluso más poderoso que un Campeón- advirtió el chico de cabellos verdosos a sus compañeros por el chat de voz de grupo, esperando que Soulmon y los otros dos guerreros lo tuvieran en cuenta.

Más pronto que tarde, el Nohemon lanzó una de sus Flechas de William contra uno de sus cuervos, restaurando parte de su energía para que el cuervo comenzase a agitar violentamente sus alas, formando un tornado que reanimó al resto de los cuervos y comenzó a destruir todo lo que tenía a su paso. Musyamon, sin avisar a Soulmon de lo que iba a hacer, lanzó al Digimon fantasmal hacia uno de los agujeros de Greymon, mientras mencionaba el ojo del tornado... Antes de que una de las flechas hiriese su lengua, impidiéndole hablar. Soulmon, entonces, buscó rápidamente a Greymon debajo de los túneles, encontrándolo mientras seguía excavando.

¡Greymon! ¡Fiddlesticks es un Digimon Armadura de Atributo Virus! ¡Igual podemos hacer algo!- Soulmon le decía a gritos mientras se encontraba preocupado por su compañero samurai que se había quedado en la superficie.

Tengo un plan, Soulmon, ¿puedes elevar en el cielo a Greymon? ¿Pueden aguantar tus manos su peso?- preguntó el muchacho de cabello verdoso a su compañero Digimon mientras éste comprobaba sus manos, doloridas por el ataque del espantapájaros.

Aún me duele bastante... pero sí, creo que puedo sostener a Greymon durante unos 30 segundos en el aire, a ojo de buen cubero...- dijo Soulmon mirando hacia su amigo dinosaurio de color naranja.

De acuerdo, el plan se trata, básicamente, de que os metáis dentro del tornado y destruyáis de un sólo golpe a Nohemon- dijo directamente Max mientras acariciaba su mentón-Musyamon, tú encárgate de distraer a Nohemon. Greymon y Soulmon le atacarán a quemarropa- le dijo Max por el chat grupal al guerrero japonés, mientras que Soulmon, asintiendo, agarró de los hombros al Greymon con sus manos y, sin hacer ruido, salieron del agujero, comenzando a elevarse silenciosamente en el aire ocultos entre los árboles que aún no habían sido abrasados por Greymon o destruidos por Nohemon y sus cuervos- Debéis hacerlo rápido y lanzaros en un ángulo de 90 grados justos, con una variación de 5 grados como máximo. Es un plan peligroso, pero si queremos entrar dentro del tornado, debe ser desde arriba

Comprendido, Maxi, lo haremos lo mejor que podamos- dijo Soulmon mientras se elevaba rápidamente, agarrando con todas las fuerzas que le quedaban a su amigo Greymon en el aire, dirigiéndose con presteza hacia el tornado de Nohemon. Usando la lógica, tan sólo sería destruido lo que tocasen los cuervos o el tornado, pero no lo de dentro del tornado. De ser así, Nohemon estaría muerto ya. Nada más llegar justo encima de Nohemon, rápidamente Soulmon, sujetando a Greymon y aprovechándose del peso de éste, sumado a la aceleración de la gravedad, descendieron, dirigiéndose con rapidez hacia Nohemon. Algunos de los cuervos, al percatarse del plan de Soulmon y Greymon, persiguieron a la pareja, intentando alcanzarles. Si fallaban, estaban muertos, de eso no había duda.

¡AHORAAA! ¡Carta leída! ¡Machinedramon!- dijo el muchacho verde pasando la carta representada por la imagen de un enorme dinosaurio mecánico con dos poderosos cañones en la espalda... Cañones que, de hecho, se colocaron en la espalda de Soulmon.

¡Cañones Infinitoooooos!- una andanada de cañonazos láser de color amarillo se dirigieron velozmente hacia el Nohemon, que seguía en el centro del tornado, controlando a sus destructores cuervos que giraban violentamente.

Sin previo aviso, Greymon se asustó bastante con la violenta llegada de Soulmon hacia el agujero donde él excavaba en ese preciso momento.

Greymon: ¿Q-qué haces tú aquí Soulmon? ¿No deberías estar peleando allí arriba?

Soulmon: ¡Greymon! ¡Fiddlesticks es un Digimon Armadura de Atributo Virus! ¡Igual podemos hacer algo!

Greymon: ¿Un armadura? Bueno somos tres Digimons contra uno pero aún así, está por encima de nuestro nivel...

Demyx: Pero es de atributo Virus y tu eres Vacuna Greymon... Puede que no sea mucho, pero quizás podáis hacer algo

Fue la respuesta de Demyx que, cruzando sus dedos y apoyándolos encima de la mesa, observaba como Fiddlesticks atacaba con un poderoso tornado generado con sus cuervos y Musyamon hacía lo posible para defenderse. Entonces al hermano del rubio se le ocurrió una estrategia... Muy peligroso eso sí. Pero confiaba plenamente en su hermano mayor. Después de escuchar el plan, Greymon se mostraba algo inseguro por el hecho de tener que volar y adentrarse en mitad del tornado. Cualquiera lo estaría.

Demyx: No esperaba menos de tí, hermanito, arriesgando el todo por el todo...

Un suspiro fue exhalado de la boca de Demyx asintiendo mientras cruzaba sus brazos.

Demyx: Está bien, hagámoslo

Greymon: Bueno, si morimos tan sólo tenemos que renacer en la Ciudad del Inicio...

Demyx: No seas tan pesimista hombre...

Rapida y silenciosamente, Soulmon ascendió con Greymon, alzándolo de los hombros y, cuando llegaron hacia el inicio del tornado, el ojo del mismo, justo en la zona superior, ambos Digimons champions descendieron velozmente, dirigiéndose sin miramientos hacia Nohemon. Maxi había otorgado a su Digimon de unos cañones pertenecientes a un Digimon maquina muy poderoso y, según descendían, Soulmon acribillaba al Digimon Armor constantemente. Demyx no se quedó atrás...

Demyx: ¡Carta leída! ¡DigiCannon Revision!

Greymon: ¡Ooooora! ¡Ora ora ora ora oraoraoraora!

Como si fuese el protagonista de un anime de accion, Greymon, con los cañones que había recibido de parte de su Tamer y soltándose de Soulmon, comenzó a combinar su andanada de cañonazos con la de Soulmon, llegando a situarse después a escasos centímetros de donde se suponía que se encontraba Nohemon, al que no se le veía debido a la humareda que habían formado. Seguramente estuviese muerto pero, para confirmar, Greymon decidió disparar un ataque a quemarropa, tal y como había hecho con sus anteriores enemigos.

Greymon: ¡MEGA LLAMAAAAAA!