コロシアムで¿戦いの伝説？誰が呼んでいますか？(¿Combates de leyenda en el coliseo?¿Quién es Summoner?) [Priv. Max "Kenku" y Demyx, o Seichiro Sano])

El tal "Yasuo", compañero que había estado con Demyx y con él desde el principio del torneo, se había separado al inicio del combate contra la poderosa Mervamon. De hecho, ni siquiera había estado presente cuando la guerrera digital hizo acto de presencia, por lo que el combate se había convertido en un 4 contra 1... Y aún a pesar de la supuesta inferioridad numérica a la que se enfrentaba Mervamon... No sólo estaba consiguiendo defenderse de sus enemigos, sino que, además, lo hacía sin ningún problema y al mismo tiempo estaba inflingiendo graves daños a sus enemigos, especialmente a Xorem, el Soulmon compañero de Maxwell y Tibbers, el Monzaemon compañero de Annabeth. De hecho, a este último le había hecho soltar el relleno que conformaba el interior de su cuerpo. Greymon y Wizardmon, dado que habían atacado desde la distancia, no habían sufrido daño de ningún tipo...

Pero... ¿qué clase de guerrera es esta?- dijo Wizardmon mientras preparaba una de sus esferas ígneas en la mano, preparándose para atacar.

Con razón puede hacerse cargo de un equipo ella sola... ¿Estas bien, Tibbers?- preguntó Annie a su compañero Digital que intentaba cubrir su herida de la que no dejaba de manar relleno, lo que vendría a ser... ¿la sangre de Monzaemon? ¿o eran las vísceras?

Annie... Duele... Mucho- mencionaba el oso de peluche gigante intentando recobrar la compostura, estirando los brazos- ¡Ataque Mágico!- el oso realizó su característico ataque, invocando un corazón gigantesco de color rosa que utilizó a modo de medicamento para su herida, la cual se cerró después de haber perdido una cantidad considerable de relleno blanquecino.

Y ahora es el momento de que Soulmon empiece a experimentar un poco de dolor...- Mervamon sonrió maliciosamente mientras que, con su mano recubierta por esa gran serpie, atrapaba a Soulmon entre sus fauces, mientras lo acercaba lentamente hacia una estatua de lo que parecía ser una gárgola Digimon.

¡Tú! ¡Suelta a mi amigo! ¡Esfera Explosiva!- el Wizardmon "Veigar" lanzó la bola de fuego explosivo que había estado cargando anteriormente y la lanzó contra la guerrera que seguía sosteniendo al Digimon fantasmal.

¿Ah? Que pesado eres, enano- sin ninguna dificultad, con su espada desvió el ataque explosivo de Wizardmon hacia Monzaemon, impactando contra el mismo, hiriéndole gravemente de nuevo, esta vez en el brazo, teniendo que ejecutar el osezno de peluche el mismo ataque de antes para curarse una vez más.

¡Suéltale maldita sea!- Max le dio un golpe a la mesa frustrado, aún sabiendo que Mervamon no le escuchaba... hasta que la guerrera sonrió hacia las cámaras. mostrando su maléfica dentadura blanca perfecta, a pesar de los innumerables combates que había disputado.

Hazlo, Mervamon[b]- se escuchó decir a Summoner con un tono de felicidad en su voz, mientras todo el mundo le escuchaba.

[b]Tsk, ¿qué vas a hacerme? ¿convertirme en estatua? Dudo mucho que me aburra más que tú, ¿te crees algo por servir a las órdenes de un maníatico loco? Por favor... Das pena- le dijo Soulmon sin perder la sonrisa de su rostro, incluso riéndose de Mervamon.

Oh no, yo no sirvo a nadie. Simplemente tenemos un acuerdo. Y no, no te voy a convertir en piedra. Voy a hacerte algo mejor. Ya sabes, parte del acuerdo con Summoner.- Mervamon entonces, con su garra serpentínea, introduzco a Soulmon lentamente en la estatua del Digimon gárgola.

Tsk, eres una amargada...- esas fueron las últimas palabras que dijo Soulmon antes de entrar por completo dentro de la estatua de aquel Digimon, desapareciendo por completo.

Xorem...- fueron las únicas palabras que dijo Max, quedándose totalmente quieto, estupefacto. Su Digimon... Se había ido... O había quedado al menos atrapado dentro de una estatua de piedra... No sabía con qué fin lo había hecho Mervamon, pero Summoner estaba riéndose como un loco, feliz de haber logrado su objetivo...

La verdad es que el ataque combinado entre Ryu, Wizardmon y Monzaemon llevaba mucha potencia. Si hubiesen realizado dicho ataque contra sus anteriores enemigos, éstos hubiesen salido bastante mal parados. Sin embargo, Mervamon no era un Digimon cualquiera. Ya lo había demostrado tras bloquear y esquivar dicho ataque, girando después con fuerza su espadón, dañando seriamente tanto a Monzaemon como a Xorem, el compañero de Maxwell.

Ryu: ¿Qué podemos hacer contra ella?

Demyx: Todo el mundo tiene un punto débil por lo menos... Creo que el suyo es la furia y el orgullo

Ryu: Pero, ¿cómo usaremos esas debilidades a nuestro favor? Ya has visto que ha tenido mucho cuidado para no destrozar ninguna más de sus estatuas

Demyx: Entonces... Quizás debamos romperlas nostros...

Ryu: ¿Y si esas estatuas son como las que convertían Kokatorimon y Akatorimon en el Desierto? ¿Y si aún albergan Digimons en su interior?

Demyx: Entonces, tenemos un problema

Nada más terminar la discusión entre Tamer y compañero Digimon, pudieron observar cómo Mervamon agarraba a Soulmon y lo acercaba hacia una tenebrosa estatua, Wizardmon intentó lanzar una bola de fuego explosivo para dañar a Mervamon una vez más. De nuevo y, sin esfuerzo, la guerrera desvió el ataque, dañando seriamente a Monzaemon, quien se curó nuevamente con sus corazones... Aunque el interior blanco del Digimon peluche no dejaba de brotar hasta que se curaba sus heridas. Por último, Mervamon, tras unas palabras con Xorem, metió al Digimon fantasmal dentro de la estatua, produciéndose un silencio casi sepulcral, únicamente roto por la risa de Summoner, que era audible en todo el coliseo, tanto por los espectadores como por los gladiadores. Max tan sólo pronunció el nombre de su Digimon, callándose después, roto por dentro.

Demyx: No puede ser....

Ryu: ¿Qué...? ¿Qué ha pasado?

Demyx: Hemos perdido a Xorem...

Ryu: ¡No! ¡Me Niego! ¡Ven aquí maldita asesina!

Sin pensárselo dos veces y, pillando de sorpresa a Mervamon, Ryu acometió contra la guerrera digital utilizando su ataque Impulso de Cuerno, empujándola y estampándola contra varias estatuas, llegando finalmente a la pared del coliseo. Cuando Mervamon se encontraba entre la pared y los cuernos de Greymon, éste embistió varias veces, cortando el cuerpo de la guerrera con sus afiladas puntas presentes en el casco orgánico del Digimon prehistórico. La sangre comenzaba a caer por el cuerpo de Mervamon, mientras sufría las acometidas de Ryu quien, furioso, estaba descontrolado. Sin embargo, la Digimon con aspecto de humana, no se quejaba de los ataques que sufría. De hecho, aunque le dolían, tan sólo sonreía ante la insistencia de Greymon quien, en esos momentos, abría la boca en su totalidad.

Ryu: ¡Mega Llama! ¡Arde como la psicópata que eres!

Una andanada de varias bolas de fuego salieron de la boca de Ryu hacia Mervamon, abrasándola completamente... O eso es lo que parecía en un primer momento. Ryu jadeaba de cansancio y furia mientras respiraba hondamente, esperando ver el cuerpo de la guerrera calcinado... Sin embargo, se encontró con la guerrera con su cuerpo en perfecto estado, salvo por varias heridas y quemaduras.

Mervamon: ¿Ya? ¿Eso es todo? Esperad a la sorpresita que os hemos preparado hombre... Sobretodo tú, Maxwell Miyamoto. Summoner te quiere dar un regalo especial

Todos los allí presentes se quedaron estupefactos al ver que la mujer digital se llevaba su espadón al hombro mientras intercambiaba su mirada entre la estatua y sus oponentes.

Nada podía sacar a Max de su estado de estupefacción. No se creía que Xorem había desaparecido así... Con tanta facilidad. ¿Qué había hecho mal? ¿Por qué no habían podido derrotar a Mervamon? ¿Cómo habían sucumbido tan fácilmente ante ellas? Esas respuestas ya daban igual. Lo único que podía percibir el muchacho peliverde, además de la risa desquiciada de Summoner, eran los golpes que, inútilmente, Greymon propinaba a Mervamon. Aunque le había causado ciertas heridas, Mervamon seguía encontrándose en un perfecto estado. Si fuese el jefe final de un videojuego, del 100% de su vida inicial, ahora se encontraba al 95%... Siendo optimistas...

Sin embargo, la mirada de Maxwell se encontraba fija en la estatua del Digimon con forma de gárgola en la que Mervamon había introducido a su compañero digital bajo las órdenes del misterioso Summoner chasqueó los dedos.

Bien, creo que ya es suficiente. Sácalo de ahí... Y que se deshaga de sus compañeros. Empezando por el dinosaurio rechoncho- decía el psicótico y misterioso personaje por los altavoces, siendo audible su orden para todos los allí presentes.

Dalo por hecho, Summoner- con la misma mano en forma de serpiente gigantesca agarró la estatua del monstruo gárgola. Lentamente, de la propia escultura comenzó a sacar un monstruo de color azabache, mucho más grande de lo que era Xorem inicialmente. Sus cuatro ojos rojos brillaban con un fulgor malvado mientras contemplaba a todos los presentes, repasando con su mirada la figura de todos y cada uno de ellos, incluida Mervamon Muy bien, Devidramon... Ataca a Greymon. Cumple mis órdenes y las de Summoner... ¡Ve, guerrero de la oscuridad!

La bestia gruñó con una voz gutural y monstruosa. Sus jadeos pausados podían invadir las pesadillas de cualquiera de los allí presentes. Max abrió los ojos como platos al ver en qué se había convertido su compañero y amigo Digimon.

Xorem...- fueron las únicas palabras que salieron de la boca del joven de cabellos verdosos mientras apretaba con todas sus fuerzas sus puños, lleno de rabia hacia Summoner. Se había convertido en algo persnal su lucha contra el misterioso organizador del torneo. Al escuchar las voces de su Tamer... EL Digimon gárgola profirió una sonrisa divertida.

¡NADIE DA ÓRDENES A DEVIDRAMON-SAMAAAAA!- el enorme monstruo azabache giró su cuerpo a una gran velocidad y propinó un fuerte puñetazo a Mevamon, proyectando el cuerpo de la guerrera hacia la pared opuesta, llevándose por delante a varias estatuas por delante, estatuas que, por otro lado, se convirtieron en Digitama- ¡Aprende cuál es tu lugar maldita loca! ¡Y tú Summoner! ¡Te voy a partir la caraaaaaa!- la naturaleza salvaje y malhablada de Xorem, en su forma actual de Devidramon, contrastaba enormemente con su antigua forma, Soulmon, quien era mucho más relajado.

¡Esto es imposible! ¡¿Por qué n obedeces mis órdenes!?- Summoner estaba claramente furioso, tanto que incluso se oían golpes desde el palco donde se encontraba, como si golpease a alguien fuertemente.

¡Un pringado como tú jamás logrará esclavizarme!- gritaba Devidramon mientras rugía furiosamente, lanzándose contra Mervamon y agarrándola por una de sus piernas, elevándola y estampándola contra el suelo furiosamente... Aunque sabía perfectamente que no había sido derrotada. Mervamon era mucho más resistente que eso.

Los ataques de Ryu hacia Mervamon no le hicieron una gran cantidad de daño. A pesar de sus heridas, se encontraba fresca como una rosa... Eso sí. Sus espinas debían de ser su espadón y su brazo de serpiente. Dos espinas a tener muy en cuenta.

Bajo la orden de Summoner, la guerrera de cabello azul verdoso extrajo con cuidado a Xorem de la estatua donde la había introducido. Todo el mundo miraba al Digimon oscuro con una mezcla de impresión y horror. El Digimon oscuro no reaccionaba, unicamente miraba a todos los presentes con sus múltiples ojos del color de la sangre.

Demyx: ¿Qué demonios te ha pasado, Xorem?

Ryu: Xorem... ¿Has cambiado?

Wizardmon: ¿Qué está pasando aquí?

Annie: ¿Nos reconocerá?

Monzaemon: Ahora... ¿Devidramon...?

El enemigo entonces le dio la orden de atacar a Ryu mientras Summoner reía entre carcajadas. Sin embargo, tras oír a su Tamer llamarle, Devidramon le dio un buen golpe a Mervamon, mandándola contra varias estatuas. Al instante, pudieron observar que "el nuevo Xorem" se rió en la cara de Summoner, a lo que Demyx aplaudió sonoramente.

Demyx: Vaya humos te gastas Xorem

Ryu: No te pongas a llorar ahora, maldito esquizofrénico

Demyx: No es que sea un esquizofrénico. Es que es un niño grande que se tiene que salir siempre con la suya. Y si le haces algo a mi hermano mayor, esto se convierte en personal. ¡Ataca Ryu!

Ryu: Ahora verás, ¡Mega Llama! [/b]

Colocándose a una distancia prudencial, el saurio digital abrió la boca completamente, apuntando adonde había caído Mervamon anteriormente y comenzó a disparar varias bolas de fuego consecutivamente. Wizardmon imitó a su compañero y comenzó a lanzar ataques eléctricos contra la guerrera. Por otro lado, Monzaemon lanzó varios corazones azules a la zona donde se encontraba Mervamon, para restringirle los movimientos y, con un poco de suerte, dañarla con dichos corazones.

Fácilmente los ataques de Greymon, Wizardmon y Monzaemon fueron repelidos por la espada de Mervamon. Realmente lo hacía sin demasiado esfuerzo, por lo que aún tenía tiempo de jactarse de sus múltiples pequeñas victorias sobre ellos. Devidramon observaba, furioso, pero sin actuar. Maxwell, por otra parte, también observaba el combate, intentando averiguar algún punto débil de la guerrera. Había recobrado la compostura, estaba feliz de que Xorem siguiera vivo... Aunque drásticamente cambiado.

Sin embargo, Mervamon se abalanzó hacia Veigar, el Wizardmon y, gracias a la serpiente que recorría uno de sus brazos, no tardó mucho en convertirlo en piedra, una estatua que se unió a la colección de la extraña guerrera.

¡Maldita bastarda!- gritó Devidramon mientras volaba hacia donde se encontraba ella, deteniéndose al poco tiempo al ver que un extraño ser se encontraba detrás de la guerrera. Se trataba de un monstruo con múltiples rostros y brazos.

Asuramon, Digimon Demonio Humanoide de Atributo Vacuna. Un Digimom con un gran parecido a Asura, deidad de la mitología hindú. Posee cuatro brazos y tres cabezas, las cuales tienen una repredentación cada una, siendo estas la ira, la compasión y la bendición, respectivamente. Tiene varios ataques muy destructores, como el Asura Shinken.- el Digivice de Max emitió dicha información sobre el recién llegado, Asuramon. Sin embargo, conocían a aquél sujeto: se trataba de Yasuo. El joven conocía dicha información por el radar que disponía en el monitor que se encontraba delante de su asiento.

¡Vaya horas de aparecer, Yasuo!- la revelación del peliverde sorprendió a varios de los allí presentes.

Asuramon castigó severamente a la guerrera digital, mandándola incluso por los aires. Tras esto, lanzó la estatua en la que Wizardmon se había convertido hacia Monzaemon para que la atrapase. Devidramon se lanzó hacia la estatua del mago Digimon, atrapándola en el aire, abrazándola y protegiéndola contra su cuerpo para que no se hiciese añicos y, debido al impulso con la que fue lanzada, se dejó caer hacia Monzaemon, quien lanzó un corazón rosa para albergar a ambos, que detuvo el movimiento de ambos, dejándoles descender luego, pudiendo Xorem colocar la estatua de Veigar a los pies de Monzaemon.

Te vengaremos, colega...- sentenció Xorem, emprendiendo el vuelo raudamente, dirigiéndose hacia donde se encontraba Mervamon, volando en el aire, recibiendo varios ataques ígneos de Asuramon. Sin embargo, antes de llegar donde se encontraba su enemiga, el Digimon de fuego ya había saltado, blandiendo una espada flamígera y profiriendo un enorme corte en el cuerpo de Mervamon. Muchos habrían muerto por ese ataque... Pero la guerrera no era cualquiera.

Entonces la vieron. De la "grieta" que se había formado en el cuerpo de Mervamon, aunque sólo fue durante unos segundos, pudieron ver a la perfección la figura de una joven realmente conocida tanto por Max como por Xorem.

¿Na...? ¿Natsuki? ¿Qué demonios...?- había oído hablar de ese tipo de evolución. Matrix Evolution se llamaba. Consistía en fusionar a un Tamer con su Digimon. Sólo podían realizar dicha técnica los usuarios del Digivice D-arc... Y Natsuki era una portadora de dicho dispositivo digital...

Allí se encontraba, bajo la piel de Mervamon, Natsuki, la hermosa novia de Max de cabellos dorados. No había cambiado en absoluto. Poseía el mismo peinado dorado y los ojos claros y la cara de ángel que la caracterizaban y que hipnotozaban por completo al peliverde. Sin embargo, se encontraba en un estado más enfermizo y demacrado del que conocía...

Habían pasado tres meses desde que el peliverde no había visto a su pareja. Estaba preocupado, pero no le dio mucha importancia, puesto que, en ese lapso de tiempo, creía que se había ido de vacaciones. Pero en ese tiempo se había estado enfrentando a todos esos Digimons que había petrificado. Entonces, la muchacha se había fusionado con Gatomon, su compañera... Momentos despues, ambos cuerpos se habían vuelto a unir, volviendo a ser Mervamon... Aunque con un corte bastante feo que le recorría parte del cuerpo.

Natsuki... ¿Por qué? ¿Por qué estás haciendo ésto? ¿Por qué estás haciendo daño a los Digimons y al resto de la gente? ¿Por qué participas en esta matanza? ¿Por qué haces caso a Summoner? ¿Por qué le has hecho esto a Xorem?- dijo el joven de cabellos verdosos, después de recuperar la voz, puess al ver la figura de una de las personas que más querían en su vida y descubrir que estaban peleando contra ella, había enmudecido.

¡Cállate! ¡No soy Natsuki!- Mervamon gritó al escuchar las palabras de Max, volviéndose a levantar del suelo, después del feroz ataque de Asuramon, mirando con odio al guerrero de fuego. Xorem, por otra parte, se había quedado inmóvil en el aire. Viendo la escena con sus cuatro ojos rojos, sin decir nada. No sabía el motivo, pero su código estaba hirviendo de la rabia. Realmente creía que Natsuki había estado jugando con él y con su amigo, simplemente por puro interés y se había cambiado de bando a la mínima. El Digimon gárgola apretaba sus garras delanteras con fuerza, descendiendo hacia donde se encontraba su antigua aliada.

Vendaval Demoníaco[b]- dijo con calma, una calma realmente aterradora, lanzando varias ráfagas de aire cortante, producidas por el batir furioso de sus alas. Sabía que ese ataque no le iba a hacer grandes daños ni a Asuramon, quien se encontraba también en medio, ni a ella. Pero quería dejarla varios cortes en el cuerpo, mientras aún se recuperaba del ataque de Asuramon, para que respondiera a las preguntas de Max. Al mismo tiempo, sus cuatro ojos se iluminaron, y pequeños rayos láseres comenzaron a quemar el cuerpo de Mervamon, haciéndole imposible que pudiese bloquear todos y cada uno de los ataques de Devidramon.

[b]¡Xorem! ¡Para! ¡ESTATE QUIETO! ¡NO ATAQUES A NATSUKI!- los ojos de Max comenzaban a humedecerse al ver pequeñas partes del cuerpo de la muchacha cuando se abría el cuerpo de Mervamon ante los ataques de Devidramon. Realmente era ella. Conocía cada centímetro del cuerpo de la muchacha rubia. Y sin embargo, aún no se podía creer que se encontrase peleando contra ellos seriamente.

Cansada de los ataques de Xorem, dio un salto hacia atrás, saltando hacia donde se encontraba el oscuro ser digital, blandiendo su espada con fuerza.

¡Maldita traidora! ¡Has estado jugando con los sentimientos de Max! ¡Te voy a destruir!- dijo Devidramon, liberando toda su rabia en sus garras, las cuales se iluminaron de un color rojo sangre, mucho más brillantes de lo que ya eran en un principio, utilizando ambas gartas en cruz, bloqueando la estocada de la guerrera digital. Aunque estaba ganando ella el duelo, Devidramon no se detenía, ni siquiera se apartó cuando recibió un corte superficial en el pecho, con un daño reducido, debido a que había bloqueado casi toda la fuerza de Mervamon con sus garras. Los ojos de Xorem estaban inyectados en rabia y no apartaban su mirada de la guerrera quien, en realidad era Natsuki, fusionada con su compañera Digimon- Belle... Tu también eres una traidora para mí, Xorem... Ya no significas NADA para mí... Tan sólo un enemigo más- realmente Xorem estaba enamorado también de la compañera de Natsuki, con quien se encontraba fusionada en estos momentos.

Muchas cosas pasaron en menos de diez minutos. En primer lugar, Mervamon convirtió en piedra el pequeño cuerpo de Wizardmon, quedándose inmóvil. Mientras que Mervamon se jactaba de su aparente victoria sobre el diminuto mago digital, un hombre Digimon con aspecto de dios hindú, que poseía tres rostros, cuatro brazos y llamas rodeando su cuerpo, como si de un aura ígnea se tratase, apareció, dándole una buena paliza a la susodicha guerrera en cuestión de segundos. La estatua de Wizardmon fue recogida por Xorem y protegida por Monzaemon a partir de ese momento... Sin embargo, la sorpresa vendría después... El cuerpo dañado y resquebrajado de Mervamon permitió visualizar la apariencia de alguien a quien tanto Ryu como Demyx habían conocido hace algún tiempo. Alguien cuyo corazón latía, hasta hace poco, al son del que poseía el hermano de Demyx, Maxwell. Se trataba de Natsuki Shirakawa, la novia del chico de pelo verdoso que había enmudecido en ese momento, de nuevo. La verdad era que había recibido muchos golpes psicológicos demasiado seguidos: primero, la "transformación" de Xorem en Devidramon, pues creía que estaba muerto. Después, la petrificación de Wizardmon, uno de sus compañeros en el Coliseo. Y, ahora, descubrir que su enemiga es también la persona a la que más quería en el mundo, quien estaba colaborando con Summoner, en un sangriento y cruel Coliseo. ¿Qué estaba tramando Natsuki? Suponían que se encontraba fusionada con Belle, su compañera Digimon, quien era anteriormente una Gatomon.

Demyx: ¿Qué demonios...?

Ryu: ¿Por qué estamos peleando contra Natsuki?

Demyx: No lo sé... Pero, quizás tengamos que hacerle daño a ella...

Ryu: Odio decir esto... Pero estoy de acuerdo contigo... Es duro pelear contra un ser querido... Pero...

Demyx: No, no debe estar en sus cabales. ¿Has visto sus ojos? ¿El tono enfermizo de su piel? No está bien, mentalmente hablando. Tiene que haber gato encerrado.

Ryu: Ahora que lo dices...

Demyx: Max, deja a Xorem que ataque a Mervamon. Es nuestra única salida. Esa ya no es Natsuki y si no la detenemos, nos matará. Creo que... Está siendo controlada por alguien...

Ryu: ¡Fíjate en sus ojos, Max! ¡Tiene la mirada como perdida!

Lo cierto era que ni Demyx ni Ryu querían pelear tampoco contra Natsuki ni contra Belle, la compañera de ésta... Pero no tenían remedio. Quizás si las derrotaban, podían romper el hechizo de hipnosis... O lo que fuese lo que les ocurriese a ambas.

Yasuo, no las mates. Sólamente derrotalas. Veremos qué pasa después...

Entretando, una de las cartas que le quedaban a Demyx se le escurrió entre los dedos, dispuesta a ser leída por el Digivice D-arc que poseía en su mano. Esperaba que eso fuese suficiente... Aunque parecía que Mervamon se encontrase en, por lo menos, un nivel superior de fuerza al nivel que poseía Ryu.

Demyx: ¡Carta leída! ¡DinoTigermon!

Ryu: ¡Colmillo de Tierra!

Dos grandes colmillos de color marrón oscuro aparecieron en la boca de Greymon. Rápidamente, clavó esos nuevos colmillos en la tierra, creando varios pilares del mismo elemento que golpearon fuertemente en el cuerpo de Mervamon, haciendo aparecer, una vez más, el cuerpo de Natsuki, quien ya comenzaba a recibir los daños físicos, al igual que su compañera Digital con quien se había fusionado.

Demyx: Sentimos tener que haceros esto, Natsuki y Belle... Pero no nos dejas más opción...

Max observaba, aterrado, cómo Natsuki era golpeada varias veces por Ryu, Asuramon y por Xorem. No podía ver a su amada sufrir tal y como lo estaba haciendo. Sí, sabía perfectamente que su cometido era acabar con el espectáculo sangriento de Summoner, lo sabía de sobra... Pero, simplemente, no podía hacerlo. Nunca había incumplido una misión. Pero enfrentarse a su novia... Para él era practicamente imposible. Su cerebro, al igual que el resto de su cuerpo, estaba bloqueado, no respondía. Tan sólo miraba, aterrado, el macabro espectáculo que tenía lugar en ese momento, mientras las lágrimas se le escapaban lentamente de los ojos, viendo a su amada sufrir. No eran lágrimas de pena o tristeza. Eran lágrimas de impotencia, de no saber qué hacer. Si peleaban contra ella, lo más probable fuese que moriría. Si no lo hacían, ella mataría a todos sus amigos y, luego, iría a por su hermano y a por su familia. Los conocía de sobra.

Sin embargo, recibió un mensaje alentador de parte de Demyx y Ryu. Alentador en parte, al menos. Ambos se fijaron en los ojos de Natsuki y llegaron a la conclusión de que estaba siendo controlada, pues el par de ojos que poseía se encontraban vacíos. También le dijeron que dejase a Xorem atacar, pues la única manera de librarla de dicho control mental era peleando...

Si la matáis, no os lo pienso perdonar en la vida...- el mensaje del peliverde fue claro y conciso y dirigido, especialmente, a Xorem, quien se encontraba loco de venganza... Aunque tras las palabras de Ryu y Demyx, se había tranquilizado, volviendo a un estado mucho más calmado.

Tanto el público como los guardias y, quien era más importante, Summoner, se encontraban todos pendientes del combate, ya que Demyx había activado su carta de DinoTigermon, creando varios pilares que golpearon fuertemente a la guerrera digital, algo que impresionó a varios. Era normal. Un Greymon salvaje no podría hacer ese tipo de movimientos. Entonces, el chico, con decisión firme, lanzó un pinganillo hacia donde se encontraba Devidramon, debajo tanto de las gradas como de las cúpulas donde se encontraban Demyx y Annabeth y, con rapidez, se alejó de la zona, cogiendo su Digivice y sus cartas. Tenía muy claro hacia donde se dirigiría en ese mismo momento...

Por otro lado, Xorem pudo observar cómo Asuramon, después de lanzar varios proyectiles que le sirvieron para crear una apertura en las defensad de la guerrera, y  agarrando el espadón de Mervamon, amputó el brazo en forma de serpiente de la guerrera digital. Fue realmente fácil para el luchador de cuatro brazos, no solo por poseer el doble de brazos que la mayoría de los humanos y Digimons humanoides y así poder ejercer mucha más fuerza, sino por el hecho de que también transformó, durante breves instantes, el arma en una ígnea, lo cual le permitió cortar la carne de la Digimon con mucha más facilidad, provocando un grito en la guerrera que hizo encogerse el corazón de Max, quien se escondía, dirigiéndose hacia su objetivo.

Entonces, Xorem agarró el pinganillo que acababa de caerle en la cabeza y, mirándolo, se lo puso en una de sus orejas, extrañado... Aunque sabía que su Tamer tenía algo entre manos, no informó a nadie para no levantar sospechas.

¿Qué demonios tratas de hacer, Maxwell?- preguntò el Digimon demoníaco, sin obtener ningún tipo de respuesta, haciendo que la gárgola chasquease su lengua, fastidiado.

Fue entonces cuando Xorem lo vio. El brazo que había cortado Asuramon, reapareció... Aunque no era el mismo. No poseía la característica serpiente gigante, sino que más bien era el brazo de Natsuki. Los ojos de Devidramon se iluminaron y dispararon varias ráfagas láser más, intentando quemar la carne digital del otro brazo, intentando que hiciese caer la espada que había recuperado. Había llegado a la conclusión que la data de Mervamon podría cubrir a Natsuki un número limitado de veces, por lo que, siguió insistiendo, intentando no matar a Natsuki como le había ordenado su Tamer. Había comprendido que Natsuki y Belle no estaban haciendo eso por voluntad propia..  O eso quería creer.

Al mismo tiempo, Max seguía recorriendo el área hacia su objetivo. Era increíble que, teniendo en cuenta el lugar donde se encontraban y quién era el que se alojaba allí, Summoner, acompañado de los tres líderes del Coliseo, hubiese tan poca seguridad. A la mayoría había conseguido burlarlos simplemente esperando el momento adecuado para avanzar. A otra gran minoría tuvo que distraerlos, haciendo ruidos para que se alejasen. Era como un videojuego. Y realmente los guardias tenían una "IA" realmente estúpida. Entonces llegó a una conclusión. Si Natsuki y Belle estaban hipnotizadas o siendo controladas por Summoner. Tal vez los trabajadores del Coliseo, incluidos guardias y los líderes también lo estaban... Y por ende, quizás se habían idiotizados.

Al fin logró dar con su objetivo, observándoles desde el umbral de la puerta. Se encontraba en el Palco VIP. A su lado se encontraba una figura bajita, de la altura de un niño, ataviado con una capucha que veía ese sangriento combate. A los lados de ambos, como si fuesen sus esclavos, se encontraban los tres líderes del Coliseo: Zanbamon, Regulumon y Boltmon. De hecho, éste últimon, Boltmon, quien era un alto humanoide que solía portar un hacha, se encontrabs disfrazado de maid, de una sirvienta. ¿Qué clase de gustos raros tenía ese tiparraco? Pero un orgulloso guerrero como Boltmon no se disfrazaría así voluntariamente... Por lo que se confirmaba la teoría del control mental. Inspirando fuertemente, corrió hacia donde se encontraba Summoner sentado, que gritó asustado, pues no se esperaba eso.

¡Te vas a enterar, maldito malnacido!- dijo el joven, propinándole un fuerte derechazo en la cara cuando Summoner se dio la vuelta, abollando ligeramente la máscara del maniático y cayendo ambos hacia la arena, rompiendo el cristal en el proceso. Boltmon, Regulumon y Zanbamon se alarmaron al ver a ambos caer, pero no hicieron nada al respecto, al contrario que el niño con la capa, quien se deshizo de ella y se lanzó tras los dos, quienes se intercambiaban puñetazos a diestro y siniestro.

¿Crees que esto arruinará mis planes, Maxwell Miyamoto? ¡Esto no cambiará nada! ¡Y sufrirás!- dijo Summoner mientras sus puñetazos acertaban en la cara de Max, quien no retrocedía, sino que devolvía los golpes con ferocidad.

¡Vas a pagar por lo que le has hecho a Natsuki, hijo de perra!- la ira le cegaba, no le importaba recibir severos daños en la cara, él estaba preparado para devolverlos uno a uno.

Xorem entonces vio a su compañero, enzarzado en una pelea contra Summoner, mientras descndían rápidamente. Si se estrellaban contra el suelo morirían los dos... Y probablemente teñirían la arena de un rojo sangre muy abundande. Por lo tanto el demonio se dispuso a volar rápidamente hacia donde se encontraba su compañero, apartando a Summoner de un manotazo feroz y atrapando a su compañero en el aire.

¿¡Tu estas loco o qué?!- gritó Devidramon, enseñando su feroz mandíbula, claramemte enfadado con su Tamer a la par que preocupado por él.

Ese cabrón se lo merecía... Pero gracias por rescatarme- agradeció el joven pensando que Summoner ya era historia. Sin embargo, no era así, puesto que un humanoide de color negro y con alas, se encontraba protegiéndolo.. Y ambos, así como Demyx y Ryu, conocían perfectamente esa figura... - ¿¡Devimon?!

Vaya... Cuánto tiempo muchachos...- sonrió fríamente el demonio Digimon mientras les saludaba con una de sus manos, como si fuesen amigos... Aunque resultasen ser más bien lo contrario... Te veo realmente bien, Xorem. Devidramon te sienta mejor que Soulmon, la verdad- se burló el demomio riéndose, puesto que ya sabía de su nuevo aspecto.

¿¡Qué estás haciendo tu aquí?! ¿¡Vienes a tocar las narices como siempre?! ¡Te pienso destruir!- rugió con ferocidad Xorem, mostrando su instinto depredador.

Punto número 1: Nunca me habéis derrotado hasta ahora, dudo que esta vez vaya a ser diferente. Punto número 2...- comenzó a decir Devimon, mostrando una sonrisa burlona y separando sus alas, a la vez que mostraba a la pequeña figura, comparada con Devimon y Devidramon, que resultaba ser Summoner.

Él es mi compañero Digimon- reveló Sumoner riéndose, mientras se posaba de pies sobre la palma de la mano de Devimon.

Un Digimon cobarde para un Tamer igualmente cobarde. Me parece lógico... ¡Ambos sois la misma basura!- el hecho de que Summoner y Devimon fuesen compañeros, sólamente le hscía hervir aún más la sangre. Devimon había sido la causa de la primera muerte de Ryu, el compañero Digimon de Demyx. Y ahora tenían la oportunidad perfecta para vengarse de todo lo que habían hecho entre los dos.


OFF ROL: Creo que me he pasado con la extensión

Parecía que Max había comprendido que podían salvar a Natsuki liberándole del control mental a través de derrotarla... Sin embargo, advirtió que ni se les ocurriese matarla. La verdad es que el tono de voz de Max... Podía llegar a dar miedo en ese preciso momento. Aunque ni Demyx ni Ryu tuvieron ningún inconveniente con ello, pues no querían matar realmente a su amiga. Después de eso, Maxwell se quedó callado, sin dar mi siquiera órdenes o instrucciones para Xorem... Algo que le parecía raro.

Demyx: ¿No te parece que Maxi está muy callado?

Ryu: Sí... Pero no sé, igual se encuentra concentrado en no herir a Natsuki

Demyx: Sí, tal vez sea eso...

Los colmillos de DinoTigermon presentes en Ryu desaparecieron después de utilizar los pilares de tierra para atacar a Mervamon. La guerrera se encontraba muy herida y en esos momentos estaba bloqueando los proyectiles ígneos de Asuramon hasta que, el humanoide de cuatro brazos agarró la espada de Mervamon, imbuyéndola en el fuego de su propio cuerpo y. Limpiamente, se deshizo del brazo-serpiente de Mervamon.

Sin embargo, en su lugar volvió a aparecer un brazo... El brazo de Natsuki apareció sustituyendo al brazo serpentíneo, mientras que con el brazo de Mervamon volvía a recuperar su espadón, jadeando dolorida, mientras varias partes del cuerpo de Mervamon habían desaparecido, siendo sustituidas por partes corporales de Natsuki... Se trataba de un espectáculo extraño, cuanto menos... Era como una fusión incompleta.

Demyx: Natsuki, por favor, deja de pelear.

Ryu: No queremos seguir haciendote daño

Sin embargo, cuando la dolorida guerrera agarró su espadón para lanzarse contra sus rivales, todos fueron distraídos por un ruido. Un cristal se rompió y cayeron al vacío, es decir, al coliseo en el que se encontraban ellos en esos momentos, dos figuras. Una de ellas se distinguía perfectamente: sus cabellos verdes lo delataban. Se trataba de Max, que se encontraba enzarzado en una pelea con el que parecía ser Summoner. Intercambiaban furiosos golpes mientras caían. Devidramon no se lo pensó dos veces y voló con rapidez para salvar a su amigo. Sin embargo, un monstruo que Demyx y Ryu conocían apareció: Devimon.

Demyx: Yasuo, tu entretén a Mervamon. Pero no la mates, repito

Monzaemon estaba aún herido, pero estaba observando el combate con todo detalle. Ryu se dirigió junto a Xorem hacia donde se encontraba Devimon y Summoner. Ambos anunciaron que eran Compañero Digimon y Tamer respectivamente, algo que sorprendió a Demyx... Aunque no tanto a Maxwell, suponían que por odio.

Devimon: ¿Ryu? ¿Ya vuelves a ser Champion? Vaya. Parece que fue ayer cuando te liquidé...

Summoner: Son muy pesados... Anda, acaba con Ryu y con Xorem. Pero a Max dejamelo a mi, que le quiero dar su merecido

Ryu: No soy el que era. ¡Mega Llama!

Devimon esquivó rápidamente el ataque con rapidez. Sabía que ese ataque podía hacerle mucho daño, aunque él fuese más fuerte. Pero se enfrentaba en un dos contra uno, no sabía lo que podían hacer. Y Ryu y Xorem habían estrechado sus lazos mucho más.

Con un vistazo rápido pudo ver que Asuramon había agarrado a Mervamon-Natsuki y la había inmovilizado. Esperaba con todas sus fuerzas que no le hiciese daño, al menos no más del necesario. Desde que sabía que Mervamon era en realidad Natsuki... Cada golpe que había visto que la muchacha recibía era como si la víctima fuese su propio corazón, lo cual lo estaba matando... Y probablemente, poco a poco, le iba haciendo perder la calma y la cordura. De hecho, cuando volvió la vista a Summoner y a Devimon, solo pudo mirarlos con odio. Odio, rabia, furia. Esos eran los sentimientos que afloraban en ese mismo momento ante esas dos cobardes figuras... Pero intentó relajarse... Inspiró y espiró, intentando relajarse e intentando que su mala leche desapareciese, notando cómo goteaba sangre desde su labio inferior debido a los golpes que le había sacudido Summoner mientras caían. La nariz también le sangraba. Sin embargo, con la manga de su camisa, se limpió, sonriendo burlonamente ante el ataque de Ryu sobre Devimon y la mofa tanto del demonio como de su lunático Tamer.

¿Crees que seguimos siendo los mismos de entonces? ¡Xorem! ¡Ryu! ¡A por ellos!- dijo Maxwell, subiendo hasta la grupa de su compañero Digimon quien hechó a volar rápidamente, dirigiéndose hacia Devimon.

¡Ryu! ¡Espera al momento oportuno y atácale con lo que tengas!- indicó Xorem mientras hacía brillar sus garras color rojo sangre y se dirigía hacia Devimon. Summoner, por otra parte, saltó relajadamente hacia un saliente y miró hacia arriba, viendo que Boltmon, Zanbamon y Regulumon iban a saltar para ayudarle, pero el misterioso sujeto levantó la palma de su mano derecha hacia ellos, indicándoles que se detuvieran.

Devimon, Summoner, ¿queríais espectáculo? ¡Ahora os lo daremos! ¡Vamos Xorem!

[/b]¡Garas Carmesí[/b]- las garras brillantes de Devidramon se dirigieron hacia Devimon quien, sonriendo, estiró también sus manos.

¡Garras del Mal!- las garras de ambos Digimons, Devidramon y Devimon, chocaron entre sí apretando ambos las manos del otro, intentando quebrarlas, sin éxito debido a la resistencia que suponían ambos- Vaya... No está mal. ¿Y qué tal ésto? ¡Viento Endemoniado!- con sus dos grandes alas, Devimon generó fuertes corrientes de viento cortante hacia su rival. Sin embargo, éste no se achantó e imitó a su enemigo.

¡Vendaval Demoníaco!- mientras ambos continuaban agarrándose, Devidramon también convocó ráfagas de viento cortantes hacia su enemigo, contrarrestando el viento del Demonio Digimon, recibiendo una patada en el proceso, una patada que lo estrelló contra el suelo... Aunque en los últimos segundos, Devidramon consiguió fijarse al suelo con sus garras y su cola, evitando así aplastar a Max. Entonces, el muchacho utilizó el lazo de su Digivice-arc, a modo de sujección hacia Devidramon para no caerse. El lazo envolvió el cuello de la gárgola digital que rugía con furia hacia Devimon. Con rapidez, Max señaló a Ryu sin decirle nada a Xorem y, después, a Devimon, a lo que su oscuro compañero asintió.

¡Ojos Rojos!- sus cuatro ojos se iluminaron y dispararon repetidas veces hacia Devimon quien, con cierta dificultad los esquivaba, sin ocultar su cara de sorpresa al ver que Xorem se había adaptado bien a su nuevo cuerpo. Sin embargo, mientras se encontraba distraído, Maxwell utilizó una de sus mejores cartas.

¡Carta leída! ¡Chains of Hell! ¡Las cadenas infernales! ¡A por nuestro enemigo, mis queridas cadenas!- del cuerpo de Devidramon, salieron varias cadenad dirigiéndose hacia Devimon, apresándolo al encontrarse distraído. Nunca habían utilizado esa carta contra él por diversos motivos. Entonces, Maxwell le dio la orden a Ryu, el Digimon de su hemano menor, de que atacase en ese preciso momento.

¡Ojos Rojos!- una nueva andanada de láseres de color rojo salieron de los cuatro glóbulos oculares del Digimon compañero de Maxwell, impactando y, en varias ocasiones, atravesando el cuerpo azabache de Devimon, haciendo que éste gritase de dolor.

¡Chúpate ésta, diablillo de pacotilla!- dijo Maxwell sonriendo con confianza y victorioso, mientras apretaba su puño satisfecho. Por fin habían derrotado a su más letal enemigo... O eso pensaban...

Los combates tenían lugar por todo el Coliseo. Por un lado, Asuramon ponía fin al combate contra Mervamon, mientras que Devimon y Devidramon se disponían a pelear. Demyx observaba con atención el combate, mientras estaba cruzado de brazos, observando a los dos demonios Digimons pelear entre sí. Max y Xorem habían indicado a Ryu que atacase en el momento adecuado, por lo que se encontraba atento, preparando una bola de fuego en su boca, mientras también observaba el combate de los dos monstruos de color azabache.

Demyx: Hmmmm, algo no va bien... Aquí hay gato encerrado

Ryu: ¿Por qué lo dices, Demyx?

Demyx: Summoner no parece preocupado en lo más absoluto. Y recordaba a Devimon mucho más poderoso de lo que está demostrando ser. Creo que están poniendo a prueba a Xorem y su nueva forma: Devidramon.

Ryu: Ahora que lo dices... Puede que tengas razón

Xorem y Devimon intercambiaban golpes con sus garras y ráfagas de viento cortante producidas por sus respectivas alas, mientras que Maxwell hacía todo lo posible por agarrarse a su compañero Digimon, sin caerse al estar agarrado con el cable del Digivice D-arc. Se había olvidado completamente de Summoner, algo normal, puesto que Devimon parecía mucho más peligroso.

Demyx: Va, me aburro. Ten cuidado, Ryu que voy para allá.

Ryu: ¡¿Qué?!

Demyx le pegó una fuerte patada al cristal que se situaba enfrente de él, abriendo una pequeña grieta que, más tarde rompió al agarrar la silla en la que se encontraba sentado momentos antes y utilizándola como arma arrojadiza. Tras coger todos sus objetos, su sitar, su Digivice y sus cartas, se lanzó a través de la ventana de cristal, siendo recogido por su Digimon dinosaurio.

Ryu: Se nota que sois hermanos...

Entonces, el Asuramon ordenó a Monzaemon que lanzase sus corazones curativos contra Mervamon, con el fin de sanarla, a lo cual hizo caso el enorme monstruo de peluche, lanzando un corazón rosado que envolvió a Mervamon. Por otro lado, Max utilizó su carta Chains of Hell, utilizando cadenas que envolvieron el cuerpo oscuro de Devimon, atrapándole en la trampa, para después recibir varios disparos láser desde los ojos de Devidramon.

Demyx: ¡Ahora, Ryu! ¡Fuegooo! Y nunca mejor dicho...

Ryu: ¡Mega Llama!

La bola de fuego de Ryu impactó en el cuerpo de Devimon. El monstruo poseía múltiples agujeros en todo su cuerpo, además de encontrarse humeando, volviéndose más negro de lo que era. Sin embargo, después de que las cadenas de Max desapareciesen, Devimon comenzó a brillar riendo.

Devimon: Bueno... ¿Empezamos con el combate de verdad? ¡Devimon digievoluciona en...!

Tras un brillo oscuro proveniente del Digivice de Summoner, aquél Devimon al que se habían enfrentado tantas veces comenzó a cambiar. Su cuerpo oscuro comenzó a aclararse, adquiriendo una tonalidad grisácea. Una máscara dorada apareció en su rostro y sus alas se tornaron de color rojo escarlata. Sus garras se volvieron doradas también y dos botas con púas aparecieron en su calzado.

Summoner: Pues este es NeoDevimon, la forma evolucionada de Devimon. Ya podéis ir rindiendoos, no tenéis nada que hacer contra él

Demyx: Me lo temía...