Un cumpleaños que se tuerce [Priv. Max, Yoko, Roku, Sigrun & Ashe]

-Qué monada!-dije yo acariciando a la perrita de Sigrun.

Gato vio que Sigrun sacaba su digivice y el olfato de Gato se activó de nuevo, la solté un momento y se subió al hombro de Sigrun para ver su digivice de cerca.

-Ulforcín, está ahi dentro, verdad???-le preguntó Gato suplicante a Sigrun ansiosa por ver a su gran amor.

La agarré y la cogi en brazos.

-Gato, no molestes!! Lo siento de nuevo, Sig. Esta gata mia es incorregible... no tendrás una correa de repuesto para tu perro? Quizá así deje en paz a tu digimon...-le pregunté mientras luchaba por mantener quieta a mi gata de nuevo. -Ojalá mi digivice también la pudiera alojar dentro.... Oh, te enseñaré el mío Yoko, mi digivice también es distinto al de ellos y al tuyo.-comenté yo.

-Miau... joooo Ashe....-protestó Gato pero al fin se quedó quieta en mis brazos, mientras tiraba de un cordel que pendía de mi cuello y sacaba mi D-power para mostrarlo a los chicos.

-Mi digivice se llama D-power digivice aunque también le llaman D-arc. Permite analizar digimons y utilizar cartas para pelear y entrenar a tu compañero.-dejé a Gato en el suelo diciendole que se estuviera quieta con la mirada y saqué algunas de mis cartas para mostrarlas. -Si las pasas por la ranura del digivice se activan, no activare ninguna ahora porque llamarian demasiado la atención y para ello Gato se basta sola. Hey!-Al verse libre Gato fue a lanzarse contra el digivice de Sigrun de nuevo y saqué el haz de luz de mi D-power para detenerla, el cual se enganchó a su cuello como si de un collar se tratase.

-Ay no! Este incordio no!!!-Gatomon intentó zafarse pero ella nunca podría quitarselo.

-También te permite agarrar a tu digimon si se porta mal, como en mi caso con esa especie de "correa" que por un momento olvidé que tenía. Además para que tu digimon evolucione a niveles más altos de champion tiene una carta especial que aparece cuando la necesitas que se llama Blue Card. Y de momento creo que es todo lo que hace mi dispositivo jeje.-dije mientras Gato refunfuñaba sumisa con el haz de luz pendiendo de su cuello.

-Si te comportas y dejas de acosar al digi de Sig, te quitaré el látigo sino lo tendrás siempre que estemos con ellos de acuerdo?-le reñí a mi digi.

-De acuerdo... Ashe... aguafiestas-protestó Gatomon y se fijó por vez primera en Roku al oirle decir algo sobre gatos que hablan. -Oye... nos conocemos de algo, chico? Tienes un olor que me resulta vagamente familiar....-preguntó aun atada al haz de luz de mi digivice.

Ginshô levantó la cabeza al oír la forma en que Sigrun afirmaba que lo ocurrido no la había molestado, pero le resultaba difícil creer que el hecho de que la hubiera conducido ahí casi a la fuerza no era exactamente una forma cortés de actuar, y menos cuando estaba evadiendo las preguntas acerca de su identidad. Por suerte (o por desgracia) los impulsos de aquel animal en celo pasaron a acaparar la atención de los allí reunidos, sumándose esto a la posición de Sigrun en el mundo digital que sin duda la avalaba como una más que excelente instructora para las dudas de los tamers allí reunidos... Fueran cuales fueran estas.

Allí el no aportaba nada, y ciertamente la idea de perder tiempo le enervaba. Pese a que ya había advertido la nula capacidad de estos para pasar inadvertidos, ciertamente esto no parecía un crimen ni la necesidad de que las fuerzas del orden digital (o como se les llamara) tomaran medidas ante esto más que el consejo de un superior, función que suponía que cumplía Sigrun. Ciertamente Gatomon ahora solo atendía a su adorado caballero, así que lo que le dijeran no serviría de nada.

-Y luego el que debe estar encerrado soy yo...-decía, quejándose, la voz mental que era Bakemono- Esa loca debería estar en prisión, y que la investigasen de dónde salen esos impulsos tan enfermizos e impropios de un digimon.

“Y eso lo está diciendo el lolicon” remataba Roku sin querer iniciar una discusión con él ahora. Bakemono siempre mostró crispación con Gato, y esa situación parecía que no iba a cambiar, así que veía ilógico conversar con Bakemono cuando no atendería a ninguna razón. Viendo las interacciones sociales que estaban surgiendo en dicho contexto, Roku repasó que ya conocía a la mayoría de los allí presentes: a Sigrun, sublíder de los RK, con quien bailó en una fiesta conmemorativa a dicho clan; Gato, la digimon felina, en el desierto, y su tamer, Ashely, tiempo después en unas montañas dentro de un bosque multidimensional (era difícil de explicar el funcionamiento de los portales y con ese adjetivo acababa antes); Max y su digimon “Teemo” en el torneo junto a su hermano Demyx, y la pelirroja era la única que no conocía.

Claro que todos le conocían con otra identidad, ya fuera omitiendo su nombre, presentándose como Bakemono, o con el alias asignado en aquel momento. “Raro” fue el adjetivo que usó el digimon de esta nueva tamer  para referirse a él, y no pudo evitar una sonrisa. Probablemente era el más extravagante de los presentes, claro que no podía permitirse el lujo de dar sus datos reales. La siguiente que se percató de algo fue Gato, aludiendo al olor del muchacho.

-Bueno, ya que las señoritas Sigrun y Ashely han presentado un haz de luz, y nunca mejor dicho -decía señalando la peculiar “correa” de Gato, detalle que hizo que Bakemono empezara a reírse dentro de su cabeza- ante las tinieblas que son la duda, supongo que no sería educado ignorar las inquietudes dirigidas a mi persona, pues ciertamente no quiero asustar al pequeño digimon -decía dirigiéndose a aquella pequeña esfera peluda- Antes creo que es importante aclarar: no soy un tamer como ustedes, pues no tengo un digivice -esto era mentira, pues el que poseía lo resguardaba en el interior de la chaqueta-, no fui elegido por alguna voluntad del digimundo, ni estoy destinado a grandes cosas -esto era verdad-. ¿Tengo relación con el mundo digital? Sí, me dedico a lo que vendría a ser “el contrabando”, pasar mercancía entre los dos mundos. Según la ley, siempre que la cantidad no haga peligrar al comercio interno ni cause daño directo a un digimon puedo hacer esto y sacar beneficio. Del mismo modo que se les permite a los tamers traer “productos del mundo digital” al humano, como son los digivices, yo me encargo de los “productos humanos” que van al digimundo, como es la ingente cantidad de alcohol que porto -decía levantando la bolsa- ¿De verdad creen que mi hígado aguantaría tanta cantidad? Ahora, ¿cuantos litros creen que harían falta para embriagar a un Greymon? -a este digimon solo lo conocía como escisión de Musyamon, parte de su nuevo fantasma particular- En cuanto al nombre, pueden llamarme Seimei -ciertamente no esperaba que nadie captara la referencia, así que como pseudónimo serviría perfectamente.
-La gata se pasa de lista. Cuando eres “yo” hueles a mí, que es distinto a cuando eres “tú”. No tendemos las mismas... ¿Glándulas? ¿Hormonas? ¿Química orgánica? Olor, leñe, olor -afirmaba Bakemono- O se tira un farol con su olfato o lo de encerrarla ya va a ser en serio...

“Si fue al baile de los RK me conocerá de allí, pero ciertamente debe tener mucho orgullo en su memoria olfativa...” pensaba Roku para tranquilizar a la voz interna. Lo que había dicho era una verdad a medias. Se encontraba allí por motivos de trabajo, sí, pero era la primera vez que le mandaban al mundo humano, y en esta ocasión era simplemente llevar alcohol, pero su jefe ya le había encargado otras tareas menos agradables como el saqueo, la evasión de las fuerzas del orden e incluso el asesinato. No estimaba oportuno decirlo en aquella situación, pues que le encerraran solo haría que los civiles que tenían a modo de seguro sufrieran las consecuencias directas de su error.

-En cuanto a lo que pregunta la “gata”, dudo que hayamos coincidido alguna vez, igual se me ha pegado algo del olor de tu “Ulforcín”. Y ahora una observación: ¿es necesario hablar de todo esto en la vía pública?

Esta vez el dedo de Roku apuntaba al interior de la tienda, aludiendo a la posibilidad de que un gato que habla pudiera sorprender al dueño.

Yoko acababa de preguntar a todos los allí presentes qué era el Mundo Digital, quiénes eran los Royal Knights y por qué todos los presentes sabían algo acerca de los Digimons. La primera en responder fue Sigrun Vinter. La sub-jefa de los Royal Knights de cabello rubio le comenzó a explicar en el orden de las preguntas de Yoko todas sus dudas. Cuando llegó a la parte de los Royal Knights, que era uno de los tres clanes, Max intervino sencillamente, antes de dejar seguir hablando a la sub-lider de los Royal Knights.

Otro de los clanes son los Union Savers, encargados de proteger tanto el Mundo Humano como el Mundo Digital. Tsukaimon y yo aspiramos a formar parte de ese clan- dijo Max mientras describía de forma sencilla otro de los tres clanes, del cual Jijimon había pertenecido alguna vez según las historias que le había contado.

Dicho esto, dejó que Sigrun y Ashely siguieran explicandole a Yoko las cosas mas básicas del Mundo Digital. Entonces, las miradas de Max y Tsukaimon se cruzaron con la del chico trajeado, que no estaba participando en la explicación y que, después, comenzó a decir que era un contrabandista de cosas humanas y que las llevaba hacia el mundo digital. Como buen japonés, hablaba con respeto... Algo que a Max no se le daba demasiado bien. De hecho, en ese sentido, era más europeo que japonés, por ejemplo. No quería decir que no sintiese respeto por el resto de personas, sino que siempre intentaba permanecer mas cercano y amistoso a las personas para que estuvieran relajadas... Aunque no siempre funcionase... Pero era la forma de ser del muchacho peliverde.

Entonces, el contrabandista de alcohol, señaló que no era una buena idea hablar de este tipo de cosas en una vía pública, con un gorro viviente que era Nyaromon, un hamster mutante que era Tsukaimon y una gata parlanchina. Especialmente por esta última, que no se podía estar quieta. Parecía una enamoradiza del legendario Ulforce, el Digimon de Sigrun Vinter.

Entonces, al poco tiempo, Tsukaimon movió sus orejas-alas nerviosamenre. Había detectado la presencia de alguien realmente poderoso, mas que cualquiera que estuviese allí presente... Salvo Ulforce, claro está.

¡Demonios! ¡Creo que hay problemas!- Tsukaimon comenzó a olisquear el ambiente, nervioso, preocupado- Es el Digimon más poderoso que jamás he presenciado, no tengo ninguna duda... Es un Digimon de nivel HiperCampeón/Mega... Y creo que no tiene buenas intenciones... Le siguen varios Digimons....

¿Estabas preocupado porque nosotros no pasabamos desapercibidos? Bueno... Nosotros ya no somos el problema...- en cuanto se aseguró que Akira, el muchacho de la tienda, no estaba mirando hacia ese lugar, apuntó con su Digivice a Tsukaimon, esperando que nadie que no supiese sobre los Digimons les viera- Id hacia el solar que hay aquí al lado. Si se trata de un grupo de Digimons malvados, tendremos que pelear con ellos... Tsukaimon y yo no podemos hacer nada contra un HiperCampeón, pero trataremos de distraerles. El solar vacío es el lugar más seguro y más cercano que podemos utilizar para peleae sin que haya humanos heridos...- Max lo seguía diciendo mientras su Digivice se iluminaba, haciendo que su Digimon comenzase a cambiar.

¡Tsukaimon digievoluciona en...!- el pequeño cuerpo de Tsukaimon comenzó a crecer rápidamente y de forma que parecía incluso exagerada- ¡Devidramon!- un Digimon con forma de gárgola y varios ojos rojos en su rostro apareció en lugar de Tsukaimon. Sin pensárselo, Max se subió encima de la espalda del Digimon negruzco.

Si pudiese evitarlo, no habría evolucionado a Tsukaimon. Lo siento, pero un Digimon de tal nivel puede causar grandes destrozos... Espero que Devidramon se equivocase y no tuviese malas intenciones... Volveré en una media hora... Yoko, no te lo tomes a mal, pero esto te viene grande... Me viene grande incluso a mí. Si quieres puedes retirarte, irte a tu casa. Pero si te quedas tendrás que luchar seguramente, tenlo en cuenta- le dijo el joven a la novata mientras Devidramon levantaba el vuelo y volaba rápidamente hacia donde se encontraba esa presencia.

Cuando ambos llegaron al destino, vieron un grupo de cinco Digimons dirigiéndose hacia el centro de la ciudad. Uno de ellos, el líder y el de mayor fuerza, un Digimon con alas moradas y una coraza de colores blancos, verdes y amarillos llamado ShadowSeraphimon, generó siete esferas oscuras. Se disponía a lanzarlas en un parque, pero Devidramon se interpuso entre el Digimon y el parque. A ambos lados del tal ShadowSeraphimon, se encontraba un Digimon fantasmal llamado MetalPhantomon, un Digimon murciélago pequeño llamado DemiDevimon, un Digimon alado con forma de dragón llamado Airdramon y, encima de él, viajaba el único Digimon de los allí presentes que no podía volar: un Gorillamon, un Digimon gorila con un cañón en su mano.

¿¡Qué pretendéis hacer?!- preguntó Max mientras les miraba, montado encima de un Devidramon mientras observaba a MetalPhantomon y ShadowSeraphimon... Ya eran dos Digimons los que no podía derrotar. Aunque uno de ellos era realmente débil, que era DemiDevimon... Odiaba a ese Digimon, ya se había enfrentado demasiadas veces a él.

¿Acaso no lo ves? Planeamos destruir el Mundo Humano, ¡ya estamos hartos de los Tamers de los Digimons! ¡Son un peligro para nuestros planes!- mencionó MetalPhantomon, mientras se llevaba su guadaña láser al hombro.

Hmpf, insolente humano, dame un motivo para que no te elimine en el acto- dijo el ShadowSeraphimon mientras mantenía las esferas oscuras alrededor suyo.

Sabemos dónde se encuentra Sigrun Vinter. ¿Que os parece si intercambiamos la seguridad de nuestro mundo por ella? Podéis atraparla, matarla o lo que queráis-- dijo Devidramon, marcándose un farol, puesto que ya habían descubierto que no se trataban de las monjas de la caridad

Claro que queremos a Sigrun Vinter... Pero no por ello vamos a dejar de lado nuestros planes- ShadowSeraphimon hizo desaparecer las esferas oscuras de sus manos.

De acuerdo, entonces, ¡Seguidnos! -- Max le dio la orden a Devidramon de que se dirigiese hacia el solar que les había indicado a sus compañeros anteriormente- Maldita sea, creo que se huelen que es una trampa- pensó el muchacho mientras miraba de reojo que el grupo de Digimons malvado le seguía pero con una velocidad relativamente lenta.


PD: Bueno, la pelea dará comienzo dentro de poco. Las peleas serían de la siguiente manera: ShadowSeraphimon VS Ulforce y Sigrun, MetalPhantomon VS Ashely y Gatomon, DemiDevimom VS Nyaromon y Yoko, Airdramon VS Devidramon y Max y, por último, Gorillamon VS Roku. Espero que os guste los enemigos que os he elegido ;3

Mientras Sigrun, Max y Ashely me explicaban todo lo que debían explicarme acerca del Digimundo, los clanes que habitaban en el Digimundo y demás, yo asentía mientras acariciaba mi mentón con los dedos de mi mano derecha. Adquirí nueva información sobre los Royal Knights de parte de Sigrun y sobre los Union Savers de parte de Maxwell. Pero, me falta conocer la existencia de otro de los clanes. También Sigrun y Ashely me dieron lecciones sobre los distintos Digivices que existían, específicamente de los que ellas tenían. Las funciones que tenían cada uno de ellos eran realmente útiles, a decir verdad. Momentos después, el muchacho Yakuza comenzó a hablar después del resto de chicos que había allí, advirtiéndonos que no debíamos montar escándalos con los Digimons.

Lo cierto es que no quiero que mi familia se entere aún de la existencia de estos bichejos... Que ni siquiera sé yo al 100% qué es lo que son- dije mientras sonreía de lado, mirando después a la tienda donde se encontraba mi primo mientras le señalaba- aunque he de decir que mis padres conocen la existencia de los Digimons. De hecho, mi padre descubrió la existencia de estos monstruitos digitales hace ya tiempo.. Pero un Digimon con forma de araña le robó toda la información y ahora mismo estoy persiguiéndole... Sin embargo, Nyaromon aún es demasiado débil- lo cierto es que no me molestaba hablarles a estos chicos de mis problemas, no parecían malaspersonas... ¿y quién sabe? Quizás me ayudasen a detenerlo.

Entonces, Tsukaimon, el Digimon compañero de Max, advirtió que un Digimon realmente poderoso se acercaba a la ciudad con intenciones hóstiles. Rápidamente, el chico de cabellos verdosos, hizo que su Digimon se transformase en un enorme Digimon demonio de color negro con varios ojos rojos en pleno rostro. El chico, valientemente, se subió encima de él... ¡¿No le da miedo ese bicharraco?! ¡Es enorme! ¡¿Qué demonios pasa?! Espera, ¿tengo que luchar en un solar? ¡¿Qué?! ¿Contra quién? ¿Y sino me tengo que irme a casa? ¡Pero quiero ver de qué se trata!

Yoko... creo que tendríamos que quedarnos y ayudar...- Nyaromon se movía de lado a lado sobre mi cabeza preocupada- yo iría, de eso no tengo ninguna duda

Está bien... haremos caso a Max...- resoplé mientras me dirigía con mi pequeña amiga, mirando luego de reojo hacia el resto del grupo- ¿venís?

Sin esperar la respuesta, comencé a caminar hacia el solar vacío que había mencionado Maxi, confiando en que él podría atraer al enemigo hacia una trampa... Sin embargo, no creo que nosotras podamos hacer mucho... Meh, en fin, supongo que tendré que sacar los pompones y hacer de animadora...

Cuánto tardan...- miraba al cielo, esperando a que Max y Devidramon llegasen... A los pocos minutos ambos llegaron acompañados de varios Digimons, o eso parecían: una serpiente voladora, un fantasma con guadaña, un ángel caído, un gorila encima de la serpiente y un murciélago. Se veían realmente aterradores, a decir verdad. Aunque, por lo menos por la apariencia, el murciélago era fácil de derrotar... Quizás me tocaría enfrentarme a él- Estate atenta, Nyaromon.

De acuerdo, ese murciélago es mío...

Me quedé algo mosca con la presentación del tal "Seimei" si es que eso se podría llamar nombre, más bien parecía un mote y encima contrabandista, ah no! eso si que no! Como mi posición de Oficial de los Union Savers no podía permitir eso, pero claro está no podría dejar que pensara que yo sospechara de él. Asi que realicé mi siguiente operación en secreto. Gatomon pareció desistir de acosar a su adorado Ulforce para percatarse también de la situación.

-Oye Ash...-no dijo más para no comprometer la situación, pero me señaló discretamente al chico "contrabandista", mantuvo su pose de sumisión y luego mirandome me susurró sólo para que yo lo oyera. -Avisa al perro-yo asentí a su sugerencia y decidí coger el móvil discretamente.

-Aguarda aquí Gatomon, no intentes nada raro que te sigo sujetando con el lazo eh? Chicos tengo que realizar una llamada, permitirme un segundo, sobre todo tu Max, quiero comentarte algo, aguarda un instante.-diciendo esto me aparté un momento para hablar por mi teléfono. Marqué un código secreto que me  dirigía directamente a la base de los US, en concreto con mi aliado Blurr.

-Ocurre algo, Ashe?-me contestó mi strabimon desde el otro lado.

-Blurr escucha, he contactado con un contrabandista aquí en el mundo humano, parece ser que responde al nombre de Seimei y me ha contado abiertamente que se dedica a pasar grandes cantidades de bebidas alcohólicas al Mundo Digimon, deberíamos detenerle e interrogarle en nombre de los US, ya que nosotros nos encargamos de los pasos de objetos de un mundo a otro y de mantener el equilibrio entre ambos Mundos.-le dije yo.

-Conozco nuestros ideales, Ashely. ¿qué sugieres? No puedes detenerlo tú?-comentó Blurr.

-Sería demasiado descarado, además quiero saber más sobre él, a Gato le parece familiar de alguna forma, y me fio mucho de su instinto, necesito que vengas, estamos en Japón, Tokio para ser exactos. ¿Puedes encontrar un portal que te traiga hasta aquí? Ah! y traete algunos folletos de información de la base, aquí hay un muchacho y su tsukaimon que quieren entrar en el clan.-le dije.

-Meh.... me harás ir al mundo humano? y encima en una ciudad que no es la tuya? Qué diantres haces alli??-protestó Blurr.

-Ashely, Ashely!!-me llamaba Gatomon aguantando con resignación su "correa".

-Deja de protestar y mueve tu peludo trasero hasta aquí! Ah y por si lo desconocías si nos ves no nos conocemos, intenta arrestarlo sin que nosotras tengamos nada que ver de momento, avisame cuando llegues y te daré unas señas para distinguirlo va? Te tengo que dejar parece que hay problemas...-le dije.

-Pero Ashe...-no le dejé terminar y colgué para reunirme con los demás.

-¿Qué pasa, Gatomon? ¿A dónde fueron todos?-le pregunté a mi digimon que parecía alterada y a su alrededor parece que todos habían desaparecido.

-Digimons... hay digimon cerca Ashe... Puedo sentirlos.. Max, el chico ese que decías que te esperara evolucionó a su digimon y se fue derechito para un solar donde decía de reunirnos todos los tamers, creo que fueron todos para allá.-dijo Gato.

-Vaya... yo que quería pillarlo en privado para hablarle de los Union Savers... ante el asuntillo ese...En fin después de eso le cogere por banda y le hablaremos del clan, eso si con la mayor discrección eh Gato? con ese contrabandista cerca hay que andarse con mucho ojo y no revelar más de lo necesario.-comenté.

-Si, si lo que tu digas. Vamos al solar ese, con esa chica bien dotada y su digimon tan pequeño pueden estar en serios problemas...-dijo mientras la liberaba del lazo para pelear y empezamos a correr hacia el solar.

-Gatomon... no mientas, te importa bien poco esa chica tu lo que quieres es ver a Ulforce en acción...-le dije calandola ella me sonrío pícaramente. -Dios, cómo la conozco... Gato contrólate! Una batalla es seria no debes acosar-la reprendí.

Cuando llegamos al solar alli estaban Yoko y Sigrun, el peliverde traía un desfile de digimons no muy afectivos la verdad.

-Disculpar la tardanza, chicas. ¿Qué ocurre?-comenté cuando me acerqué con Gatomon corriendo a mi lado.-Qué diantres?! Un Seraphimon... oscuro? Vaya y tiene una buena guardia...-dije fijandome en los contrincantes, en especial centrándome en el MetalPhantomon.

-Meh... no es Ulforcín, solo es un simple veemon...-dijo Gato al ver al digimon de Sigrun.

-Gatomon, nuestro objetivo es el MetalPhantomon ok? Parece que hay digimons para cada uno de nosotros... el Seraphimon ese parece demasiado chungo para nosotras y los otros... meh enclenques molestos. Sigrun, como tu y yo somos las que alcanzamos más nivel si estás en problemas te apoyaremos con Seraphimon, parece muy fuerte...-dije al comprobar que Gato parecía encandilada con el digimon angel caido y ya me olía yo, la actuación de mi compañera.

-De veras hay que eliminar a ese angel tan guapo? Mira que haría buena pareja conmigo cuando evolucione jeje-dijo ella como yo preveí.

-Gatomon, permiteme rehuir de transformarte en Ladydevimon con Ulforce tan cerca y con un ángel digimon como contrincante, intenta aguantar en tu forma champion lo más que puedas ah! y te recuerdo que tu objetivo es la parca esa, no el seraphimon ok?-la informé.

-Pero Ashe...!! Shadowseraphimon esta de toma pan y moja además pensaba probar en él un nuevo ataque que he ideadooo, esa parca tiene el sex appeal de un doggymooon!! Shinkéame en Lady, porfaaaa!!-me suplicó.

-Gatomon! nada de acosos! si te cargas a MetalPhantomon quizá luego te deje acosar, pero primero es él de acuerdo?-le dije pero no parecía muy convencida.


Off: Según la personalidad de mi digimon y mucho más acentuada en su forma evolucionada no puedo garantizar que no incordie un poco en la batalla con seraphimon, asi será más divertido jejejje

Cuando empezó a contar su historia, las medias verdades causaron el efecto deseado. Allí estaban la sublíder RK y una representante de los US, y aunque no tomaran medidas contra su persona en aquel momento (pues ciertamente el delito aún no se había producido), al menos incrementarían la vigilancia entre ambos mundos, y si bien eso sería ignorado por su método “ilegal” de entrada, sin duda dificultaría alguno de los negocios de sus superiores, lo cual le hacía sentir un placer culpable.

-¿Y si nos detienen aquí y ahora? -protestaba Bakemono- ¿No has pensado en eso? -la respuesta que pudo leer no le hizo mucha gracia- Jo, tío, puedo entender que uses a Benkei y su arma blanca para intimidar, e incluso puedo entender que agarres a la pelirroja como rehén, ¡pero cuidadito con dañar al bebé! ¡es una criatura indefensa!- a veces los intereses de esta voz mental eran confusos en cuanto a que le daba igual la humana, pero no permitiría que su digimon saliera dañado.

Cuando Roku acabó su discurso la única que pareció tomarse el problema en serio fue la más novata, Yoko, la cual les explicó cómo había conocido, de primera mano, la amenaza digital. “Robo de información”, y seguro que alguno todavía pensaría que el peligro verdadero residía en su bolsa de bebidas. ¿Es que acaso el digimundo no tomaba medidas contra los sombreros negros* y la posibilidad de que accedan a información clasificada? Era irónico que, existiendo métodos humanos para acceder a estos datos, fuera un digimon quien perpetrara el robo. ¿Le hubieran afectado las medidas antihackers ya existentes?

Pero mientras cavilaba sobre estos asuntos, su antaño compañero del coliseo pareció percatarse de una amenaza originaria del “otro lado”, y si bien no era problema suyo, consideró educado quedarse para escuchar el modo de actuación. Le molestó el comentario del tamer en cuanto a que la falta de discreción mostrada, y si bien esta se había producido por los otros asistentes, seguía pensando que el peligro no justificaba la ausencia de discreción por parte de personas supuestamente de fiar.

-Esto es como la paradoja de los mechas, ¿no? -aclaraba Bakemono- Piensa que el hecho de que haya malos te avala para destrozarlo todo, y siempre que los venzas, da igual... ¿Eso es una gárgola gigante? “Sigilo”.

Las quejas cómicas del digimon muerto calmaban a Roku, pues por lo menos lo entretenían. Ya relajado, escuchó un detalle que despertó en su mente una serie de informaciones que, aunque nadie las pidiera, ya estaba dispuesto a dar, pero antes de hacerlo el chico se dirigió a la tamer novata.

-Pasa de nosotros como de las masas misteriosas de un numemon... -aclaraba, de un modo bastante explícito, el dracumon- En serio, ojalá le rajen el cuello. A Teemo no, me cae bien, ¿pero su tamer? Ha sido un grosero.

“Bueno, ciertamente ella es una tamer que acaba de empezar, es normal que quieran que no se involucre en situaciones peligrosas” le explicaba el japonés, a lo que su digimon contraargumento “En teoría tú eres un civil sin digivice y no te ha dicho NADA. Empiezo a pensar que solo te quiero vivo yo...”, y puede que tuviera razón. Pero al menos el chico estaba pensando en alejar la amenaza de las zonas transitadas de Shibuya (una tarea hercúlea en cuanto a que todo el lugar siempre anda infestado de turistas).

Cuando el tamer se fue volando, la reacción fue dispar. La digimon de Yoko insistía en ir, a lo que su tamer parecía secundar este impulso. Por suerte Sigrun y su compañero, encubierto aún dentro de la carcasa metálica del digivice, acudirían al encuentro de la gárgola y su humano tal como este sugirió. Antes de que partieran, y más concretamente dirigiéndose a Sigrun tanto por ser extranjera como por el hecho de que, siendo la sublíder RK, estaría en un estado psicológico más estable que el de la pelirroja.

-Ya os he dicho que no soy un tamer, así que si os acompaño solo sería un estorbo -le mintió descaradamente-, pero voy a recorrer las inmediaciones para alejar al mayor grupo posible de civiles, así podréis pelear de una forma más holgada, ¿de acuerdo? ¡Ah! -él mismo casi había olvidado lo que le iba a decir al chico del pelo verde- recuerda que esto es Japón, los edificios y el barrio entero están reforzados para resistir los terremotos y demás inclemencias naturales. Si os veis muy apurados llevad el combate al subsuelo, por más que os descontroléis los pilares aguantarán. Dudo que, sean quienes sean, puedan imitar la fuerza de un seísmo de escala ocho o superior.

Tras esto vio cómo ambas muchachas se alejaban, dejándole solo con la presencia del némesis de Bakemono: Gato. Fue acabar su discurso y la tamer de esta se alejó a “hacer una llamada”. Las posibilidades que Roku pensaban eran un registro de los nuevos tamers encontrados (para control y gestión de esta parte de la población), petición de refuerzos para combatir a los digimons o, en el peor de los casos, solicitar la detención del propio Ginshô por el delito de estraperlo, contrabando, tráfico ilegal o como lo llamaran en el digimundo. La primera la descartó por ser el sistema que usaban los nazis para el control de los judíos, no veía a los US empleando estas tácticas. La segunda era inconcebible para él puesto que tenían como refuerzo a Blue Flash, el mismísimo RK de la leyenda. Por tanto, y conectando lógicamente el hecho de que fue prácticamente simultáneo el fin de su historia y la partida de Ashely, Roku suspiró pesadamente ante este nuevo problema.

-¿Y ahora qué hacemos? -preguntaba Bakemono- No es plan de que nos metan en una celda. Sería como pedirle al Jefazo que fusilara a tu clase...
-Aprende, Baka -el humano ya había planeado cómo desestabilizar al grupo, y aprovechando que su tamer estaba lejos, se acercó a Gatomon, susurrándole en el oído- ¿De verdad piensas que el digisarampión del desierto fue un brote esporádico? ¿No te hace sospechar que Nefertimon fuera de las primeras infectadas? No estáis siguiendo las pistas adecuadas, me temo...
-¡¿Pero qué haces, loco?! ¡Con esto querrá atraparnos ella... Ignorando la... Oh, eres bueno, eres muy bueno!

Bakemono ya lo entendió. Alejándose súbitamente de Gato para evitar cualquier ataque físico, ya que ella seguía restringida por el lazo energético de su tamer. Cuando empezó a recoger la cadena simplemente sonrió. Sabía que, ante todo, el deber de los US es prevenir los daños entre los mundos, por lo que ante una amenaza real como eran los digimons invasores y otra infundada como era él la US no podría decidir por sí misma, sino atender a su deber.

-Buena suerte salvando Shibuya, yo ya me voy a mis cosas... Nos vemos, ¿sí? ¡Byebye!

Caminando con paso firme se alejó de la encadenada digimon, tarareando y moviéndose entre las sombras del barrio, aprovechando que a aquella hora aún no encendían. Roku había aprendido algo ese día, y era que, por su forma de ser o el hecho de moverse en un mundo de “elegidos” sin haberse ganado dicho rango, parecía disponer del talento para pasar inadvertido ante estos tamers. Tardaban en darse cuenta de su llegada, se olvidaban de su presencia, e incluso directamente hacían como si no estuviera allí. La excepción era Sigrun, probablemente por el olfato de su mascota, pero no se iba a quejar de una habilidad tan útil en el ambiente por el que se movía.

Recordando que los US tenían entre sus filas digimons de aspecto cánido, lo más normal sería que le intentaran rastrear por el olor, como había sospechado Gato. Lo primero era pribarles de esa posibilidad. Lo más significativo que portaba era la bolsa con bebidas alcohólicas, la cual colgó en una rama del parque Yoyogi, lugar al que se había dirigido.

El chico había deducido que, de tratarse la amenaza de digimons voladores, el plan de Max no funcionaría al no podérseles privar de manera alguna de una posible retirada. En caso de que el combate se produjera en los cielos, los edificios podrían aguantar los embates, pero el parque era diferente. Un caos en el barrio  podía solucionarse rápidamente gracias a las medidas anti-desastre, resguardándose la gente y esperando a que los servicios de emergencia repararan los daños. Pero una chispa y aquella foresta ardería en minutos, acabando con todos los que estuvieran allí en cuestión de minutos.

Dejando su sombrero, chaqueta y corbatas en el árbol apartado donde depositó la bolsa, empezó a recorrer el parque intentando que la gente se fuera, habiendo cogido el digivice negro que le dejaba hablar con Bakemono de la prenda desprendida. Para desalojar el lugar, y aprovechando que se aproximaba la hora de almorzar, empezó a promocionar el hotel donde había estado aquella mañana, garantizando un servicio ejemplar y precios asequibles. Así, la gente que merodeaba el lugar asistirían al complejo y, por lo menos, se evitaría su intromisión accidental en la batalla.

Pero un temblor de tierra, hizo que se estremeciera. Un digimon gorila emergió de uno de los lagos del parque, y, sonriendo, empezó a emitir chispas por una especie de cañón que remataba su brazo, acercándose a un árbol.

-Oye tú, ¿qué se supone que estás haciendo? -dijo Roku en voz alta, agradeciendo que ya todos en aquel lugar se habían ido, pues los japoneses se toman el almuerzo muy en serio ya que es la única pausa larga en el trabajo- ¿No te dijo tu mamá que eras muy feo para jugar con fuego? Ah, perdona, que los digimons no tienen madre... Pero fijo que de tener una te hubiera abandonado, porque mira que duele verte.
-Oh, un humano que quiere morir estúpidamente -decía el digimon riéndose-. Bueno, si me he separado del grupo es precisamente porque quería divertirme... Les dije a esos tamers que me dedicaría a destrozar la zona mientras peleaban contra los míos... Y no veas qué cara pusieron cuando me escabullí por las alcantarillas de un cañonazo (el temblor de antes)-las carcajadas del digimon dejaban claro que se divertía-. Será genial poder llevarles tu cadáver y acabar con las pocas esperanzas que les queden.
-¿Eso crees? Bakemono, despierta a Benkei. Sé que a estas horas le gusta meditar, pero tenemos trabajo.
-¿Qué haces hablando sol...?-el digimon se sorprendió cuando vio el digivice negro.
-僧兵 の立往生 (”Permanece de pie en la muerte, monje guerrero”), 人間の精神の進化 (“evolución del espíritu humano”): 弁慶¡ (“¡Benkei!”).

Detrás del muchacho apareció la armadura del digimon samurai, y mientras un código de datos azules y negros brotaban de su mano, con la sobrante sostuvo la espada de Musyamon, desenvainándola y liberando una serie de datos que lo rodearon, convirtiendo a Roku Ginshô en una forma de vida trascendida: un monstruo digital.

-¿Qué prefieres? ¿Un honorable sepukku o que te arranqué la cabeza?
-Ohhh, esto va a ser divertido...

Off-rol: Para la búsqueda de “Seimei”, en japonés, 生命 (“vida pura” o “existencia plena”) le van a salir los rituales de meditación (tales como la ceremonia del té, la lectura de estrellas o la meditación ascética), pero lo más probable es que, si logra ignorar todas estas informaciones mundabas, se tope con la historia de Abe no Seimei, considerado el padre de las técnicas onmyōdō, las cuales consisten en comunicar el mundo terrenal con el celestial. Para más info, que busque Blurr.

Sobre las dimensiones del post son un poco exageradas por el hecho de poder justificar las precauciones que está tomando ante su posible persecución ya que, en el mundo humano, está desaparecido y que lo encarcelen solo le dificultaría su vida en ambos mundos (PD: Nunca lo cogerán con vida). Por si se preguntan si su actuación tiene sentido, sí en cuanto a que la lógica que está siguiendo es dejar claro que es un criminal para que lo persigan y puedan ver quién es su Jefe, para que detengan a este sin que Roku haya dicho nunca nada en contra de este digimon, y así no tome represalias contra su clase, que siguen siendo rehenes. No lo parece, pero tiene un plan.

Y todo esto, procurando no diosear. Pero si nada más decir "soy un contrabandista" os alejáis a telefonear, espero que no os sorprenda que sospeche. es demasiada coincidencia...

Devidramon comenzó a acelerar el movimiento nada más vio al grupo con el que había mantenido contacto. Max, por otra parte, escudriñó el área. Allí se encontraban Sigrun, Ashely y Yoko, además de sus Digimons compañeros: Veemon, Gatomon y Nyaromon. Sin embargo no veía al contrabandista de licor por ninguna parte. Puede que se haya largado al no tener Digivice. O, simplemente, porque le gustaba pasar desapercibido. De hecho, hace unos momentos, recordaba constantemente que los Digimons no deberían de causar tanto alboroto.

Es cuestión de tiempo que la humanidad descubra a los Digimons... Además, Yoko dijo que su padre descubrió a los Digimons hace ya algún tiempo... Cada vez es más inevitable.- Max pensaba eso mientras Devidramon aterrizaba. Él se mantuvo firme, encima de Devidramon. Estaba claro que su plan no era entregar a Sigrun Vinter así, por las buenas, pero... había sido demasiado sencillo... Entonces, tanto Devidramon como Maxwell se percataron de que Gorillamon no se encontraba encima de Airdramon, sino que había desaparecido.

¡Ey! ¡¿Dónde está Gorillamon?!- preguntó Devidramon con una gravísima voz, fruto de su Digievolución, causando un gran contraste con la aguda voz que tenía Tsukaimon.

¡Je! Te dijimos que no íbamos a dejar a un lado nuestro plan... Y Gorillamon se encargará de ello, aunque nos quite parte de la diversión a nosotros- con una pose de gran guerrero, totalmente erguido, ShadowSeraphimon estiró su brazo derecho hacia la cara de Maxwell mientras éste ponía una cara de preocupación-Y ahora, ¡apártate! ¡Queremos a Sigrun Vinter!- ShadowSeraphimon generó una esfera de energía oscura que casi roza la cara del peliverde.

Y nosotros te dijimos que te conduciríamos adonde estaba Sigrun Vinter... ¡No que te la fuésemos a entregar! ¡Ahora Devidramon!- Max señaló con un movimiento de sus dedo índice hacia ShadowSeraphimon para que actuara contra él.

¡Ojos Rojos!- Devidramon contraatacó lanzando un rayo láser de cada uno de sus cuatro ojos rojos, impactando contra ShadowSeraphimon y haciéndole deshacer su bola de oscuridad... Pero sin causarle ni siquiera un rasguño diminuto. Aunque lo que si que levantó es una pequeña cortina de humo que les daría unos segundos de ventaja.

¡Sigrun! ¡Te dejamos al Seraphimon a tí! ¡Nosotros somos incapaces de acabar con él con el poder que tenemos actualmente!- dijo el Tamer apenado mientras se encogía de hombros y luego miraba a Yoko después de suspirar- Sé que no tienes apenas experiencia en combates Digimon... Pero ve a por DemiDevimon, es el murciélago enano. Es el más débil del grupo pero, aún así, es más fuerte que tu Nyaromon, así que ten cuidado... Vendré a ayudarte lo más rápido que pueda - tras estas palabras, miró a Ashe con cara de: "ocúpate del que falta", confiando en ella, y Devidramon despegó, lanzándose contra el Airdramon, quien era el que tenía el nivel más parecido a Devidramon.

¡Garra Carmesí!- Devidramon se lanzó contra la serpiente alada, agarrando el cuello de ésta y estampando su cabeza contra el suelo para después soltarlo. Seguramente Airdramon recibiese daño, pero no heridas mortales, por lo que Devidramon se alejó, provocando a Airdramon para que le siguiera, aunque sin irse demasiado lejos por si tenía que intervenir en la pelea de Nyaromon y Yoko contra DemiDevimon.

¿Sabes qué es lo mejor de todo ésto Devidramon? Que podré utilizar mis nuevas cartas- mientras decía esto Max, la niebla que solía envolver los combates Digimon en el Mundo Humano comenzaba a aparecer y a rodear a todos los que se encontraban peleando en ese área...

-Woooow!!! Ulforcín!!! Sabía que vendría!!!-Gatomon emocionada fue corriendo a abrazarlo y acosarlo pero algo se lo impidió.

-¡SOUL PREDATOR!- MetalPhantomon se abalanzó contra mi compañera antes de que yo pudiera centrarla en el combate con el látigo de luz de mi dispositivo, no se si sería demasiado cruel su manera de centrarla en el combate pero consiguió su proposito aunque temí un poco por mi compañera.

-Gatomon...-dije acercándome cautelosamente a ella.

MetalPhantomon parecía querer absorber su data estando aun viva, pues dudo que los digimon puedan tener algo llamado "alma".

-Miiaaaww!!-gritaba ella de dolor mientras su anillo brillaba intentando protegerse así de la aspiración oscura de ese digimon. -Ashee...-decía Gatomon mirándome implorando mi ayuda.

Debía distraerlo de alguna manera para que no absorbiera la data de mi digimon y poder tenerla entera al menos para poder digievolucionar. Por lo que saqué una de mis cartas más preciadas y la pasé por mi D-power.

-CARD SLASH! carta digimon! NEFERTIMON! ATAQUE A!-grité.

-PIEDRA ROSETTA!!-con las alas de nefertimon Gato pudo revolverse de la absorción y darle con la piedra en toda la crisma a MetalPhantomon deteniendo asi su ataque.

-Oh! una chica dura! Pero acaso crees que con ese ataque puedes hacerme si quiera cosquillas?-se mofó el fantasma metálico.

-Maldita Parca sin sex appel! Interceptaste mi acoso a Ulforcín! Pagarás por ello!-dijo Gatomon eliminando su data de nefertimon.

-Soy atractivo en mi siniestra inmortalidad jejej! Una lástima que me desprecies así, te iba a invitar a cenar y eso... eres muy mona.-se rió MetalPhantomon.

-Y por qué querría salir yo con un fantasma de los que aterran a mi tamer? estás muerto!-protestó Gatomon visiblemente ofendida pues ella aspiraba más que para ser la esposa de un fantasma.

-Si, tal y como estarás tú por despreciarme!- enarboló su guadaña para rebanar a Gatomon.

-Gatomon, esquívalo!-dije yo triunfante pues acababa de aparecer ante mi la Blue Card.

Gatomon dio una voltereta para caer sobre la cabeza de MetalPhantomon.

-GOLPE DE GATO!-atacó. pero sólo consiguió dañarse la zarpa. AUUUHHH!!

-Te he dicho que tus flojuchos ataques no me hacen nada! Estoy recubierto de un duro metal- la cogió por la pata y la lanzó contra el suelo.

-Gatomon! Prepárate para hacerle morder el polvo a ese horrible fantasma!-la animé yo haciendo que se incorporara furiosa sacudiéndose el polvo del golpe, una mirada suya me valió para ponernos serias. En fin... esperemos que no haga tonterías... ¡CARD SLASH!-pasé la carta azul por mi D-power esperando que Lady se comportara y le machacara. carta dispositivo! EVOLUTION!-grité.

GATOMON SUPERDIGIEVOLUCIONA EN....-Su cuerpo se estilizó, mostrando sus curvas para luego vestirse de un ajustado traje negro. LADYDEVIMON!!

-Ya voy Ulforciiiiiiiiiiiiiiiiin!!!-gritó ella mientras salía del haz de luz extendiendo sus alas y volando hacia donde Ulforceveedramon forcejeaba con el Shadowseraphymon.

-LADY!!-la llamé yo viendo como MetalPhantomon la perseguía.

-No me ignores!!! GRAVE SCREAM!!-Silbó el aire con su guadaña produciendo un ruido ensordecedor que casi deja fuera de combate a mi compañera y no se si afectaría algo a la batalla de los dos megas. Lady y yo nos tapamos los oidos casi automáticamente, pero aun asi hizo que mi compañera se hincara de rodillas en el suelo.

-Jejjeje asi me gusta, una chica sumisa jojojoj!-se mofó MetalPhantomon al ver a Ladydevimon de rodillas bajo su capa.

-Maldito digimon retrógrado! Cómo te atreves a denigrar así a una mujer?!!!-me interpuse en medio de mi digimon y él llena de ira ante  sus palabras.

-Uhhh! Dos chicas molestas se atreven a desafiarme! Cuidado no os rompais una uña!-Lady se levantó y yo con ella, ambas parecíamos rodeadas de un aura de ira, nuestros sentimientos eran idénticos.

Ladydevimon me apartó con la mayor ternura que la había visto en la vida y sin dejar de chirriar sus dientes de rabia.

-MELODÍA MORTAL!-una horda de murciélagos se estamparon contra su pecho haciéndole desequilibrarse.

-Uh, oh! -se sorprendió MetalPhantomon ante el poder de la digimon femenina.

Como si movida por una ira inconmensurable me subí a la espalda de mi digimon y le dije al oído.

-LadyDevimon, vamos a matarle las dos juntas! Esto ya es personal...-mis ojos como los de mi compañera se encendieron de la más pura ira y se volvieron rojos y brillaron.

-Qué sepas Ashely, que despues de eso tampoco te iba a dejar detenerme!-la sonreí cómplice y Lady extendió sus alas y voló hacia MetalPhantomon preparando su siguiente ataque.

Maxwell se encontraba a lomos de Devidramon, su mas leal compañero. El viento rozaba todo su rostro y le removía el cabello verdoso hacia atrás. El muchacho adoraba esa sensación, le encantaba sentirse libre cuál pájaro... Aunque su amigo fuese una gárgola demoníaca con cara de querer consumirlo todo... Sin embargo, era un gran tipo, que velaba por los débiles, al igual que el chico.

Jojojo... Mira Maxi, parece que la pelea de gatas acaba de empezar...- Devidramon sonriendo señaló con una de sus garras hacia donde se encontraba la pelea. Por un lado, se encontraban Sigrun y UlforceVeedramon peleando contra ShadowSeraphimon, un rival a tener muy en cuenta. Por otro lado, tenían a Ashely y a Gatomon peleando contra MetalPhantomon. En este combate, Gatomon intentó pelear en su forma Champion, pero se vio superada por el fantasma de metal y tuvo que digievolucionar en un Digimon MegaCampeón, una LadyDevimon a lo que Devidramon silbó impresionado- ¡Menudas curvas que tiene esa LadyDevimon ¿no, Maxi?!- con una risa grave quiso hacerle ponerse nervioso a su Tamer, que impasibe, le dio unos toquecitos en la cabeza.

Ya vale Devidramon, ya vale, sé que en esta forma te vuelves un poco salvaje... Pero tenemos a Airdramon justamente detrás- Max señaló hacia atrás, con su pulgar derecho, mientras que veía al Digimon alado enemigo preparar su ataque desde su boca, la cual brillaba con un poderoso fulgor anaranjado.

¡Tornado de Dios!- Airdramon exhaló de pronto un pequeño tornado de fuego desde su boca al que Devidramon se posicionó justo enfrente de él, sin apartarse, pues el ataque podría dañar a un edificio.

¡Sujétate bien, Maxi! ¡¡Vendaval Demoníaco!!- Devidramon comenzó a agitar violentamente sus alas para así tener la capacidad de crear un poderoso tornado oscuro que se dirigía hacia el Tornado de Dios de Airdramon, haciendo que ambos ataques chocasen y se destruyeran mutuamente- ¡Ahí va! ¡Sí creí haber utilizado la fuerza necesaria para derrotar a ese Airdramon! Bueno, a la siguiente te derrotaré, ¡gallina sin patas! ¡al menos tu puedes volar, no como los Kokatorimon y Akatorimon que una vez derrotamos!- Devidramon reía mientras se encaraba contra Airdramon, intentando provocarle.

¡No me compares con esos pajarracos! ¡Soy un honorable miembro de la familia Dramon!- Airdramon se veía enfurecido, pudiendo notarse los músculos de su serpentíneo cuerpo endurecerse. Al mismo tiempo que duraba la charleta, Max echó un vistazo al combate de Yokomon y Nyaromon contra DemiDevimon, que estaría por empezar en poco tiempo.

¡No me hagas reír! ¡Yo también soy miembro de esa familia! ¡Y te puedo asegurar que soy mejor Dramon que tú, serpiente con alas!- Devidramon se señaló con una de sus garras a sí mismo mientras sonreía orgullosamente, mirando por encima del hombro a Airdramon.

¿En serio, Devidramon? ¿Lo dices en serio? ¿Qué se ha convertido esto? ¿En una pelea caballerosa por el honor y el orgullo de cada uno?- dijo el muchacho dándole un coscorrón a su Digimon en la cabeza- ¿Estamos aquí para salvar Shibuya y Tokio entero! ¡Nuestro hogar!- Max se cruzó de brazos, tranquilamente... Y también temerariamente, porque de un momento a otro podría caerse de donde estaba subido- Así que centrate, leñe.

¡Sí mi comandante!- Devidramon suspiró, mientras crujía sus garras, mirando con una sonrisa loca por las peleas hacia Aidramon- Bueno, cariño, ¿por dónde ibamos? ¡Round Two!

Ni siquiera me has dejado escanear sus datos, estate quieto, que la información es nuestro mayor aliado- Max sacó su Digivice y, como venía siendo habitual en él, se dispuso a escanear los datos de su contrincante.

Airdramon, Digimon Bestia Mítica de Nivel Campeón y Atributo Vacuna. Un Digimon bestia mítica al que le crecieron alas gigantescas. Es un monstruo muy valorado debido a que se dice que tienen una existencia cercana a la de un dios. Se especializa en ataques aéreos, su rugido provoca tormentas y enormes tornados que causa batiendo sus alas. Su personalidad es bastante brutal, pero tiene una gran inteligencia. Tiene varios ataques, destacando el Tornado de Dios y la Aguja Giratoria- una imagen tridimensional salía de la pantalla del Digivice, mostrando los datos de aquél Digimon aéreo.

Genial, Digimon de Atributo Vacuna... Estamos en desventaja- el Tamer volvió a guardar en su bolsillo el Digivice mientras observaba con cuidado al Airdramon que los miraba sin hacer ningún movimiento- Por eso, aunque utilizarás más fuerza que él, tu Vendaval Demoníaco tuvo la misma fuerza que su Tornado de Dios!

Ohhhh, pero eso lo hace mucho más divertido, ¿verdad que sí, gusano alado?- Devidramon seguía con su mirada de desafío y excitación ante la batalla que se les avecinaba.

No sé si eres demasiado valiente o demasiado imprudente...- Max suspiró, dispuesto a ayudar a su compañero, volviendo su cara en una sonrisa desafiante, al igual que su Digimon- Aún así, yo soy tan imprudente como tú, así que vamos a patearle el culo a este bichito