失われた帝国での出会い (Encuentros en el Imperio Perdido) [Priv: Runari Wildly]

por Roku Ginshô Lun Abr 10, 2017 4:01 am

Allí estaba de nuevo. En aquellas ruinas empezó todo, y si en ese entonces ya estaban en un estado deplorable, ahora solo quedaban vestigios de lo que fueron. Sí, podía recordar la vez que quedó atrapado en aquel juego de poderes e intereses superiores enfrentados, y de cómo podría ser considerada su primera aventura en el digimundo. En aquel entonces, estaba limitado a Dracumon, pero de eso había pasado mucho tiempo ya, y ahora todo había cambiado, a peor, por supuesto. Necesitaba más poder para garantizar sus planes a futuro, pero su cuerpo no lograba soportar la tensión del spirit, y por más que combinaba datas, espíritus y técnicas, había un límite. Era una barrera que no podía superar, no sin arriesgarse a un peligro desconocido. El Azazel, el digi-spirit que usaba, mantenía la amenaza de consumirle si bajaba la guardia, si se dejaba tentar con un poder que, aunque deseaba, lo destruiría todo. Inútilmente, intentó equipararse con el estudio y la práctica, y aunque había hecho avances, eran insuficientes.

Por ello, su interés regreso a este lugar, donde estaban aquellos digimons que, a ojos del mundo, no existían, y que figuraban más en leyendas que en pruebas tangibles. Sí, en los RK's figuraba como líder, enviado directo de Yggdrassil, pero era solo uno, y capaz de evolucionar hasta el nivel Mega, y más. Él, y otros, habían visto allí al rookie de ese digimon, y si el original poseía un poder casi infinitos, qué no podrían hacer estos. Pasó a una de sus formas, la de DinoTigermon, y empezó a seguir el rastro. Pudo encontrar un grupo, que no había querido abandonar el sitio, porque ese era su hogar. No iba a atacarlos, solo quería preguntar si sabían lo que eran en realidad, pero antes de poder hacerlo, él le hirió. Con esa arma molesta, que aunque no le pudo hacer un gran daño, sí que logró que el combate no pudiera avanzar, pues los ataques se repelían mutuamente. Un arma de chrome digizoid, y la manejaba con cierta pericia, pese a que Roku no usaba toda su fuerza, pues de nuevo, no quería dañarlos.

La pelea alertó a digimons más agresivos y crueles, y estos acabaron sumándose a la pelea, queriendo devorar a esos pequeños digimons, tan únicos, tan indefensos. DinoTigermon rugió, y aunque se vio obligado a acabar con las vidas de estos cazadores, nunca fue esta su inteción. Estaba cansado, pero no podía permitirse ese lujo. Se volteó, y los Dorumons habían huído. Si iniciaba la carrera, sus heridas se agravarían, pero había dos rastros, de un grupo, y de un individuo. Le interesaba él, el más agresivo, quien podía convocar esa extraña arma, así que se centró en su ruta, y empezó a seguir su rastro, detectando parcas manchas de lo que parecía...

-¿Sangre? Pero si intenté no dañarle.

Al principio, fue solo, pero la distancia iba ampliándose más y más. ¿Cómo era posible? ¡Solo era un niño! Pero esa fuerza, esa velocidad... Pensar en ello, sin ninguna pista más, era perder el tiempo. Tras unos días, Sven se sumó a la partida de caza, pero el destino final fue extraño. En la ciudad Central, con su ajetreo, sería imposible localizarlo, pero la pista se perdió en el puerto. Había huido a Atlantis, la antiquísima ciudad voladora sobre los mares. Probablemente, habría accedido a alguno de los barcos que, con algún ingenio, transportarían hasta la ciudad, o puede que un Traillmon, a saber. Lo que estaba claro, es que un digimon tan antiguo se había sentido atraído a un lugar igualmente ancestral.

-Pues la persecución se hizo más interesante, Sven. ¿Te apetece visitar una ciudad voladora? -el pequeño león se le quedó mirando- Esta vez te prometo que no intentaré derribarla, palabra.

por **Runari Wildly** Mar Abr 11, 2017 10:59 pm

Ya a estas alturas se había dejado de preguntar el “¿Como termine aquí?” la razón es simple, era difícil enumerar todos los hechos extraños que la llevaron a terminar en este lugar, claro que al principio incluía un tren, luego pasaron ciertos sucesos mas que incluían correr por sus vidas y colgar de los pies de un pajarote, pero ya que, no venia al caso tratar de recordar todo eso. Pero tenia que admitir que no había nada mejor para hacer latir el corazón y sentir una gran cantidad de adrenalina que correr sin parar tratando de mantenerse con vida.

Pero el Hackmon no tenia el mismo nivel de entusiasmo de su compañera, al contrario, estaba tratando de sacar su capa atascada de entre las rocas.-Runari...¿Por que sigues llevando esa cosa?.-Señalo con una de sus garras la mochila que llevaba la chica, desde que salieron de casa la había traído y aun no fue capaz de que era lo que tenia en el interior.-Solo traje comida, un botiquín y mas comida.- Esta vez si vino preparada, mas que nada para la hora de la comida, el resto poco le importaba .

-¿Por que trajiste comida? Yo puedo conseguirla

-No dudo de tu capacidad para conseguirla, dudo del sabor que tendrá la comida que encuentres en este lugar...-Haku tendría que darle un punto en esta ocasión, estando en medio de las ruinas la comida a obtener sin duda no seria muy sabrosa. Y la comida humana, tampoco estaba mal esas comidas llamadas “Instantáneas” si que eran bastante útiles a la hora de tener algo a la mano.

Runari miro fijamente la capa atascada del digimon y agarro una parte de esta tratando de sacarla de su atasque, pero nada, no se movía ni un poco. Enserio ¿Por que pasaban estas cosas? Parecían que fueran a propósito.-No se afloja...Vas a tener que quitártela o cortarla.-Que mal, no había traído sus tijeras. Pero por la expresión de Haku, se notaba que no estaba muy de acuerdo con esa idea .-No.-Pocas palabras o mejor dicho la única palabra que expresaba que no iba a hacer ninguna de esas opciones. En cuanto a la chica solo se le quedo mirando al digimon, y antes de iniciar la discusión, ella solo se lanzo sobre el tratando de quitarle la capa.-¡No voy a pasar todo el maldito día aquí! ¡Así que déjate quitar esa cosa!.-Y así comenzó una épica batalla entre una humana y un digimon por una capa.

por Roku Ginshô Miér Abr 12, 2017 11:51 am

-¿Y vosotros qué hacéis aquí? -aunque sus dimensiones eran parecidas a las del Hackmon, era distinta su especie- ¡Esta es nuestra casa, no podéis estar aquí!

Con un pelaje oscuro, que al atrapar la luz pasaba a tener un brillo púrpura, lila y magenta, era un pequeño dragón, con cola de zorro, piernas similares a las de Haku, alas de murciélago y una placa metálica en el morro, cuyas mandíbulas no podían ser diferenciadas entre saurio, bestia o algún otro ser. De estar basado en un animal existente en la tierra originaria de Runari, desde luego que no lo conocía. Sin duda, era un digimon, ¿salvaje, con tamer? A saber, solo que por su tono no parecía muy amigable.

-Estáis agotando mi paciencia...-el triángulo rojo de su frente se iluminó, y emergió de este una espada- ¡He dicho que largo!

Y con un tajo, lo destrozó. El escombro que atenazaba la bufanda de Haku, que pudo extraerla al ser ahora poco más que gravilla. El digimon, con la respiración agitaba, tal vez por blandir un arma de tamaño tan drástico, emitió una serie de quejidos, y uno de sus brazos, zarpas o garras empezó a sufrir espasmos. Tosió, alejándose de ellos, hablando solo, y solo pudieron entender cuando, con un giro súbito, los miró.

-Él me está siguiendo, lo sé. Y si me quedo aquí, los míos estarán en peligro. Así que os venís conmigo -con la hoja, los apuntó-. Y si pensáis que solo soy un rookie, estáis equivocados, pues con esta arma os puedo machacar sin problemas. ¡Andando! Él debe estar cerca, pero si os retengo, quizás me sirváis de moneda de cambio...

Un pequeño animal les estaba secuestrando. A punta de arma blanca. No todo era malo, al menos no les estaba robando la comida. Y de todas formas, estando perdidos al menos viajar con alguien lo haría más ameno. De no ser porque en el viaje, siempre les estaba metiendo prisa, exigiendo que avanzaran en silencio, mientras se dedicaba a hablar solo y enarbolar su espada.

Off:

por **Runari Wildly** Lun Abr 17, 2017 1:28 am

Por la voz a sus espaldas pudieron finalmente detener la batalla por la capa roja, pero no había que preocuparse, iba a ser reanudada dentro de un rato. Cuando miraron al posesor de la voz, tuvieron que bajar la vista ya que era mucho mas bajito de lo que lo que hubieran creído, tampoco que fuera un dinozorro purpura ,con alas negras y notorio mal temperamento, pero contando que se trataba de este mundo, ya cualquier cosa o combinación rara valía.
Runari miro a Haku y luego al digimon extraño, repitiendo el proceso un par de veces, luego de unos segundos llego a una conclusión: Este Dinozorro es un enano. ¿Cuanto media? Al metro no llegaba, posiblemente eran menos de unos sesenta centímetros, si contaba el largo de la cola, obviamente.

-¡Runari!.-Haku la empujo antes de que algún escombro pudiera darle. La pobre estaba tan distraída en sus pensamientos comparando los tamaño que solo se percato del ataque hasta que ya fue muy tarde y...¡Demonios! ¡Se ve mas enano con esa espada en sus patas! Pero, no se le notaba nada bien.

Haku, muy al contrario de su compañera, no estaba nada feliz y mucho menos aturdido.-¿Que te hace creer que te seguiremos sin mas? No me importa que tan fuertes te creas aun así puedo darte batalla.-Una bola de fuego estaba comenzando a formarse entre las fauces del Hackmon, pero en el momento en que estaba a punto de lanzarla, la mano de Runari empujo hacia abajo con fuerza la mandíbula inferior de este, haciéndole tragarla de la sorpresa, logrando que saliera humo negro de las fosas nasales y boca del pobre digimon, mientras la chica solo tomaba asiento en el suelo y sacaba el botiquín y una botella con agua.-Seriously...Jamas entenderé a los digimons. Atrapala.-Le lanzo la botella de agua a Haku, el cual la bebió desesperado.-Te acompañaremos, pero con la condición de que te dejes curar. De lo contrario tendrás que aguantar a Haku en una batalla y si te siguen, solo lograras malgastar mas el tiempo de lo que debes.

-¿¡Por que lo ayudas!? ¡El nos ataco!.-Exclamo el digimon apenas termino de beber toda la botella de agua, quería una respuesta, pero solo consiguió un bostezo por parte de la chica, si, se notaba que no planeaba responder a su pregunta.

por Roku Ginshô Lun Abr 17, 2017 7:29 am

El digimon espadachín, apoyando la hoja sobre su hombro, observaba la conversación entre tamer y dragón, preguntándose si se daban cuenta de que eso era un secuestro. Discutían entre ellos, y le reclamaban comportarse, ya sea no atacando (cosa que dejaban implícita) como dejando que alguien tratara sus heridas. Quizás por sus nefastas habilidades sociales, quizás porque se sabía perseguido, o puede incluso porque el carácter del dragón chocaba con el suyo, su paciencia se agotó.

-¡No estáis en posición de negociar, andando! -dijo, con su vocecita aterciopelada de rookie- Y menos voces, no alertemos a los digimons de la zona, dita sea...

Les instó a avanzar, a punta de navaja, prácticamente, mientras sus tics y espasmos seguían. Él notaba este problema, sabía que estaba enfermo, y por eso se alejó de los suyos. Nunca habían tenido problemas semejantes, y sin Alphamon para sanar o darles una explicación, mejor aislarse en una especie de cuarentena antes de acabar con sus hermanos. No sabía si Runari podría curarle, no había ninguna garantía, y por eso, andaban. Los digimons salvajes no eran problema, pues atacarían al perseguidos, de mayor nivel y fácilmente reconocible.

-Vamos, vamos, no os detengáis -protestaba, notándose febril-. Si nos pilla todos estaremos jod...

Por suerte, no pudo terminar el vocablo soez, pues un tren cruzaba el bosque. Lejos de pensar en si esto era siquiera posible, o si nacía de un delirio, obligó a Runari y Haku subir empleando, de nuevo, la espada.

-Y no intentéis nada raro -decía, una vez apostados en el vagón-, o si no... Si no...

Soltó su arma, que hizo un considerable ruido por sus dimensiones y peso, mas no perturbó su sueño, profundo. Se quedó dormitando, ante la peculiar pareja, respirando pesadamente. Llevaba días dumiendo mal por las palpitaciones que le afligían, y el combate de hoy, su huída, y el improvisado secuestro, habían agotado sus últimas fuerzas. Nada impedía saltar del tren y huir, pero entonces, Runaru se quedaría sin respuesta alguna como, por ejemplo, por qué este digimon podía invocar un arma y Haku no.

por **Runari Wildly** Jue Abr 20, 2017 9:44 pm

Lo maravilloso de este mundo, es que con cada minuto que pasaba en el, mas aprendía sobre este, y lo que estaba aprendiendo ahora era....¡QUE TODOS LOS DINOSAURIOS SON UNOS TERCOS! Por favor ¿¡Tanto les costaba aceptar una simple ayuda!? Y mas aun cuando obviamente necesitaban de una, no le costaba nada detenerse unos segundos en este secuestro absurdo para ver que demonios le pasaba a su brazo ¡Pero no! Tenia que actuar a lo terco e ignorar todo lo que le decía ¡Es como un segundo Haku! Pero con peor temperamento.

-Hey entre nosotros tu eres el único que se la pasa alzando la voz.-Era extraño, pro primera vez en su vida ella no era la escandalosa, se sentía demasiado incomodo. Tenia que hacer una travesura pronto, estaba perdiendo su encanto desastroso.

Muy al contrario de su compañera, el Hackmon no estaba nada relajado con esta situación, estaba con la guardia demasiado alta y claramente el estaba un poco enfadado, mas que nada consigo mismo por dejar que toda esta situación sucediera.-Lenguaje.-Reprendió al digimon por la mala palabra incluso si no la termino, no era correcto usar ese tipo de lenguaje, esto no seria tan malo si Runari no estuviera tratando de contener la risa.

Muy a las apuradas se vieron obligados a subir al tren, no habría problemas si este fuera el tren que los trajo al digimundo en primer lugar. Y entonces, vieron al digimon caer profundamente dormido.

-¿Y ahora que?.-Pregunto Haku mirando a su compañera, la cual le lanzo el botiquín de emergencias el cual atrapo.-¿No es obvio? Tu ve que tiene en el brazo y yo....-Comenzó a buscar en su mochila varios instantes hasta que finalmente saco un fibron negro.-Le voy a garabatear la cara.-Nunca había que desaprovechar el momento para hacer alguna pequeña travesura. Mientras Haku revisaba al digimon, Runari dibujaba la cara de este, era mejor dejarle ese tipos de cosas al que sabia mas sobre los de su tipo.

por Roku Ginshô Miér Abr 26, 2017 7:37 am

Desprevenido al mecerse en los brazos de Morfeo, aquel digimon ignoraba los eventos que sucedían en sus inmediaciones. Así, evaluaban su brazo al mismo tiempo que su cara era sometida a vejaciones, a modo de pago por las atenciones médicas. El dibujo era fácil, pues no hubo resistencia alguna, y los problemas surgieron en la inspección de Haku. Ese digimon le era desconocido, una especie de rookie nunca antes vista, lo cual dificultaba la exploración, pero no solo eso.

Con un vistazo, pudo comprobar que en el brazo se manifestaba una inflamación de lo que parecían ser los vasos sanguíneos, cuyo tamaño se había incrementado, presentando una coloración oscura y malsana. Palpitando, la extremidad padecía de espasmos molestos, lo que no auguraba nada bueno. ¿Qué mal podría ser ese?

Por la mente del digimon, entre la vigilia y la consciencia, intentaba recordar dónde había visto esos ojos. En la bestia percibió una chispa, un atisbo de inteligencia más allá de ese instinto animal. Le recordó a alguien de su pasado, un digimon humanoide, sí, pero en cuyo mirar vislumbraba el salvajismo primordial de una bestia. Solo había conocido a alguien así, y solo lo vio una vez.

Era él, no había duda. ¿Habría evolucionado? Sí, pero por qué intentaba ir a por él, por qué le pereguía. Debía huir de él, y a la vez atraerlo. Debía garantizar la seguridad de sus hermanos. Sin embargo, la ausencia de un rumbo atenazaba su ánimo, pues sin saber a dónde dirigirse, solo sería cuestión de tiempo ser cazado.

Llegaron a la ciudad, con el tumulto típico de una gran ciudad. Gente bajando y subiendo a los transportes, negocios atendiendo a clientes, o simples transeúntes paseando. Ruido. El digimon, ignorando estos y sus pintadas faciales, quería pensar, y una sola palabra llegó a su mente: Atlantis.

Algunos hablaban de ella, y con el esfuerzo de obviar el resto de voces, atendió a esta información. ¿Por qué le sonaba esa ciudad? Los dorumon nunca han visto el exterior. ¿De qué la conoce entonces? ¿Un recuerdo de Alphamon? Sí, pero vago, muy vago. Necesitaba saber más de él, de ellos, de ella... Ya sabía a dónde debía ir. Mirando a sus rehénes, con un intento de intimidación ahogado por las pintadas, dijo:

-Os venís a Atlantis. Andando, no querréis montar una escena aquí, ¿verdad?

Y apuntando con su morro, los fue empujando, en busca de algún tren o digimon que les llevara hasta allí.

por **Runari Wildly** Miér Mayo 03, 2017 10:48 pm

Haku observaba el brazo del digimon dormido, se veía bastante mal y comenzaba a dudar que pudiera hacer algo para poder remedir eso. Ni siquiera sabia que tipo de digimon era este, en si tenia todas en contras en este momento, un digimon de especie desconocida, una inflamación que no sabia si era por torcedura o una infección y una tamer que estaba mas interesada en pintar el pelaje de la cara del digimon.-Wow eso se ve feo. Hay que hacer algo o terminara saliéndole ojos y comenzara a hablar.- Haku se sobresalto, no espero a que ella se le acercara tan sigilosamente. Runari comenzó a revolver el botiquín en lo que buscaba algo, hasta que saco un pequeño paquete el cual comenzó a sacudir de inmediato, suerte que sus padres le gustaba poner cosas en los botiquines de emergencia, como en este caso, el hielo instantáneo, supuso que era por si a alguien le daba fiebre o necesitaba enfriar una bebida y el agua estaba cortada...¿Esta cosa se podía consumir?

De forma un poco brusca, apoyo de forma brusca sobre la zona hinchada y pulsante del dinozorro, buen ahora solo tenia que quedarse quieto un buen rato...Si, no pasaría eso. -Si se mueve sujétalo y no lo sueltes hasta que termine.-No le importaba si para eso tenia que abrazarse al dinosaurio peludo, lo quería quieto. Por suerte el sueño de este parecía pesado, por lo que se puso a vendarle el brazo de forma ajustada para asegurarse de que el paquete no fuera a moverse. Eso debería ayudar a evitar que siga hinchándose hasta que salga una segunda cabeza.

-...Haku

-¿Si?

-Te apuesto mi postre de una semana a que no se da cuenta de los garabatos hasta después del atardecer

-.....Hecho

El viaje, en si transcurrió como cualquier viaje en tren mientras eres secuestrado, lo cual consistía en Runari durmiendo y Haku mirando al digimon de forma fija. Si, paz y calma hasta que llego el momento de bajar.
Tenia que admitir que ver tanto movimiento en el lugar le era agradable, aunque el dinozorro seguía de mal humor incluso después de su siestecita. -Depende...¿Puedo merendar?

por Roku Ginshô Sáb Mayo 06, 2017 5:59 am

Angustiado, por la pesadilla y sus miedos, ni se percató del hielo, menos aún de las pintadas. Estaba iracundo, pues en su cabeza resonaba, una y otra vez, “Atlantis”, pero sin poder saber por qué. Nunca había abandonado las ruinas, ¿por qué la conocía? Y esa niña solo pensaba en comer. Fue a satisfacer esa petición, la quería, si bien no contenta, callada. Paseó por los puestos comerciales, y fue atacado, por una nube de perfumes, esencias, aceites aromáticos y demás productos de belleza pulverizados sobre él, dejándole un aroma dulzón, tan desagradable a su olfato, que casi estuvo a punto de desenvainar su arma y causar destrozos varios.

-No debo llamar la atención... Pero...

Con rápidos golpes de su cola, derribó algún que otro frasco, y nadie pareció percatarse, y lejos de ello, quisieron ayudar. Desatendiendo otros puestos, por lo que el Dorumon usó el movimiento recién estrenado para guardar en su cola porciones de comida e irse. No se sentía cómodo atendiendo a caprichos de un rehén, que debería tenerle miedo. Suponía que era necesario, pero estaba agotado. Se llevó la mano a la cara, y se percató de esa tintura negra.

-...¿Estoy sangrando? ¡Si no me han herido! -aterrado, pensó en su fin, identificando la broma como el resultado de su batalla- ¡¿Y qué es esto del brazo?!

Lo mordió, poniendo cara de asco y sacando la lengua. No tenía tiempo para tonterías, ya pensaría luego en qué era eso. Regresó con Runari y Haku, apuntando con el morro el tren al que deberían subir ahora, uno que les dejaría en el rumbo deseado: Atlantis. Seguía pensando cómo esa información podía llegar a él, por qué, de todas las memorias de Alphamon, esa precisamente prevalecía en su fuero interno.

-¿De qué la conozco...? -decía, subiendo al tren con la humana y su compañero- De qué... Ah, sí -proyectó la comida al suelo, más que por desprecio, por falta de costumbre-. Tu merienda. No te atragantes.

Y aunque pareciera mentira, ese olor que despedía, le estaba salvando, pues Roku y Sven dejaron de poder seguir su rastro, ahora corrupto, por algo tan tonto como agua aromatizada.

por **Runari Wildly** Dom Mayo 14, 2017 8:27 pm

¡Pero que rápido se podía desatar el desmadre! Ella solo pregunto por la merienda y vio como el dinozorro se lanzo sobre una tienda de perfumes, los cuales le torturaron su nariz de la peor forma posible.

¡Olían igual a los viejos perfumes de la abuela! Oh no no no no, por favor que no comiencen los.
-¡A-A-A-AAAAASHUUU!
.-Y si, comenzaron los estornudos, por esta razón nunca le gustaron los perfumes fuertes, siempre le hacían estornudar hasta el punto que podía sentir que las tripas en cualquier momento escaparían por su nariz. Al menos esta vez no estaba sola, Haku la estaba acompañando en los estornudos sin parar, eso es mejor a sufrir sola esto. O eso pensaba hasta que en uno de los estornudos vio como soltaba una pequeña flama....-Oh Fuck...-Eso, no iba a terminar bien.

Pero había algo peor que los estornudos o la posibilidad de que se desate un incendio en el lugar, no....¡El digimon descubrió la tintura en su cara! Genial, simplemente genial, ahora tendría que darle a Haku su postre por una semana completa. Lo único que recibió como consuelo es saber que el hielo instantáneo no era comestible, aunque hubiera podido vivir sin saber la respuesta a esa pregunta.

Y ahora estaban en un vagón, encerrados con una criatura violeta que apestaba a flores, si esto solo podía terminar de una forma.-¡Ashuuu! ¡Ashuuu! ¡ASHUUU! ¡A Jegus!.-Se cubrió la nariz con la mano, mientras Haku se cubrio el hocico un una pata por completo tratando de ignorar el molesto olor fuerte a flores. No tuvieron mas opción que retroceder unos cuantos pasos para tratar de alejarse del olor.-A-Ah....si sabes que tenia comida en mi mochila ¿no?.-Hablo viendo la comida en el suelo y preguntándose si apestaría también a perfume.-Solo pregunte si me darías tiempo para comer.-En estos momentos estaba mas preocupada por no haber traído algo para calmar los estornudos.

por Roku Ginshô Jue Mayo 18, 2017 11:22 pm

-Te he traído la maldita comida, ¡ahora come! -enseñando los dientes, dejaba claro su falta de ánimo y comprensión hacia la muchacha- ¡¡Estoy harto de tus caprichos y tus...!!

No pudo acabar la frase, pues muchos de quienes estaban en el vagón ya empezaban a fijarse en ellos y en la escena que él estaba iniciando. Bajó la voz, e hizo que Runari y Haku tomaran asiento, intentando refrenar las atentas miradas, sin éxito. Un Hackmon y un Dorumon, dos rookies que, en un principio, no deberían haber existido, conformados únicamente por decisión de Yggdrassil en tiempos difíciles. Y pese a esto, allí estaban sentados, uno frente al otro, sin saber muy bien qué decir, o qué hacer.

-¿Y tú qué estás mirando?

No, no iban a ser amigos, por lo que podía verse en esos minutos, donde la atmósfera se iba crispando más y más. Finalmente, pudieron llegar a Atlantis, la ciudad milenaria, la que emergió del mar, sin que nadie supiera explicar su creación o historia. Una de las parcelas más antiguas del digimundo conocido y... Y una urbe cosmopolita, pues al poco de bajar, asistieron a un verdadero tumulto: distintos negocios, diferentes transehúntes, y diversos edificios alentaban al turista a perderse en el lugar y, simplemente, disfrutar.

-¿Era así? -por su cabeza, centelleaban imágenes de una ciudad distinta, no tan edulcorada, algo estaba mal- No, no debería ser así... ¡Seguid moviéndoos!

Instando a que avanzaran, quería encontrar es Atlantis que recordaba, con unos recuerdos que no eran suyos. ¿La encontraría, no? Solo podría descubrirlo en caso de que avanzaran.

por **Runari Wildly** Mar Mayo 30, 2017 2:44 pm

Ay no...El dinozorro se enfado, parecía Haku cuando por descuido el perro del vecino comenzó a olfatearle el, bueno que importa, nadie quería conocer viejas historias de la semana pasada. No, quizás no se parecía tanto a Haku, a el su enojo le duraba unos cuantos segundos, tomaba aire y lograba calmarse, entonces...¿A quien le recordaba? Mostrando los dientes, gritando y...estaba casi segura que su pelo se había erizado....
En lo que Runari pensaba profundamente, el Hackmon dio un paso al frente poniéndose entre el digimon morado y su compañera. Pero cuando las miradas se posaron en ellos la situación pareció calmarse un poco. Esto le era una revelación a Runari, callarse cuando todos le veían fijo...este dinozorro ¡Era igual a su hermano!.-Jajaja Awww.-Vale, ahora Runari estaba actuando rara, pero esta solo recogió la comida del suelo y fue a sentarse con el par de dragones.

Quizás era idea suya, pero el ambiente aquí estaba un poco mas tenso en el lugar y ¿Les estaban mirando? Haku por su parte jalaba su capucha roja sobre su cara tratando de evitar las miradas molestas y solo soltó un gruñido ante las palabras del digimon.-Valla si que llaman la atención, ya que dudo mucho que estén viéndome a mi y a mi brillante personalidad.-Comento al ver todas las miradas de los pasajeros sobre ellos.

Y finalmente, parecían haber llegado al destino que el digimon morado buscaba. La chica solo soltó un silbido de asombro a ver tanto movimiento en el lugar, valla, y ella creía que Tokio era un lugar movido. Pero claro, su captor no estaba contento con esto y les obligo a seguir avanzando mas.-Sabes, esto seria mas fácil si nos dijeras que es lo que buscas. Ya sabes, seis ojos son mejor que dos ¿Oh piensas seguir con esa terquedad de dragón?.-¿Los dragones eran tercos? ¡Pues claro que lo eran! Y aquí tenían dos claros ejemplos, tres si contaban a Runari. Todo el mundo sabia que los dragones eran unas de las criaturas mas tercas de todas, solo siendo superado por los enanos y los argentinos.

por Roku Ginshô Vie Jun 09, 2017 5:30 am

El Dorumon movió las orejas, curioso. No entendía las expresiones de la humana, y no sabía si se estaba burlando de él. Claro que no podía amenazarla de nuevo, o golpearla, eso generaría demasiadas atenciones, y las atenciones lo atraerían a él, eso estaba claro. Debía calmarse, respirar, y estar tranquilo. La violencia no conduciría a ningún lado, ahora mismo no, tal vez luego. Debía fingir relax, quizás así se bajaría su enfado. La chica seguía hablando, y el otro con esa cara de malos humos, ¿retándole? ¿querría una confrontación para ver quién mandaba ahí? En sí, para que le siguiera, bastaría con atacar a la humana... Pero eso sería jugar sucio, ¿de qué serviría abusar de su fuerza? Por supervivencia, sí, pero, ¿y luego qué?

De nuevo, palabrería sobre el honor. Las había escuchado desde el inicio de su existencia, era toda su educación pero... ¿De verdad creía él en esos valores, o le habían sido impuestos? ¿Eran sus pensamientos, o una excisión más de un ser que no era él?

Llegaron a Atlantis, ¿y ahora? Esa no era la que conocía. Aunque no conocía esa ciudad, solo eran imágenes difusas, como fotografías. Le ardía la cabeza, sucediéndose los fotogramas en rápida sucesión. Empezó a caminar para pasar luego al trote. No sabía a dónde se estaba dirigiendo, pero llegó.

-Creo... Creo que es aquí...

Un desfiladero, que daba paso a una barriada vieja, ajada y ruinosa. Nada que ver con el destino turístico, y desde luego, un destino al que nadie en su sano juicio querría ir. A excepción de este digimon.

por **Runari Wildly** Vie Jun 30, 2017 8:05 pm

Luego de tratar de seguirle el paso a un dinozorro violeta, finalmente parecía que habían llegado a su destino ¡Yey! ¿Ahora qué? En este lugar no parecía ser un sitio que muchos vinieran a visitar ¿Acaso los digimons no disfrutaban de la adorable vista de un lugar así?

Aunque parecía un pensamiento lleno de sarcasmo, si le agradaba el lugar, al fin de cuentas los lugares viejos y en ruinas normalmente eran conocidos por estar llenos de misterios y una que otra aventura, como si ser secuestrada por un dragón enano no bastara. La verdad, no le sorprendería en lo absoluto si terminara activando alguna trampa secreta que estuviera oculta por ahí…Recordatorio: Mirar bien por donde caminaba.

Runari miro a su compañero, aun seguía un poco malhumorado por todo lo sucedido, pero aun así, se notaba que estaba un poco curioso respecto a que fueran a encontrarse en este sitio.-¿Conoces este lugar?.-Le pregunto al Hackmon, el cual solo negó con la cabeza.-Al igual que tu, esta es la primera vez que vengo aquí.-Bien parecía que el dinozorro era el único al menos con la mínima idea de que podría encontrarse en este lugar.

-¿Estas esperando a alguien?.-Le pregunto al digimon mas pequeño y temperamental.-O…¿Buscas a alguien?.-Tener un poco mas de información respecto al porque habían venido hasta aquí, no le vendría nada mal en estos momentos, y posiblemente la información ayude un poco a calmar el malhumor de alguno de estos dos dragones, de enserio, aquí se sentía que comenzaría la guerra en cualquier instante si ella no estuviera en medio.

por Roku Ginshô Miér Jul 05, 2017 7:13 am

No tenía idea de dónde estaban, solo sabía que había estado allí, pero no como él, sino como parte de un todo. Una ínfima parte de aquel ser superior, que era padre y a la vez, él, y que en su recuerdo solo albergaba odio. ¿Por qué ese sentimiento? Gracias a él, existieron. Los abandonó, ¿cierto? Simplemente, dejó de existir, y los dejó solos. Un buen padre no hace eso. Pero él también se había ido, ¿no? Era distinto, él quería alejar el peligro de los suyos. Hacía lo correcto, ¿no? ¿Por qué dolía entonces? La humana hacía preguntas, y no tenía respuestas. ¿Tan difícil era seguirle en silencio? Ni sabía a dónde estaban yendo, ni había un camino a seguir. Solo andaban, sin más. Podía vislumbrar un lugar, y para ir a ese sitio, debían avanzar pero, siendo imposible continuar por el acantilado, ¿qué querrían decirle aquellas visiones?

-No, no lo sé -pudo responder, a duras penas-. Hay una especie de sala pero, luego, nada. ¿Quiero ir allí?

No tenía idea, pensar en sus necesidades era algo nuevo. Y pese a ello, no había tiempo, pues se sentía perseguido. Su frente comenzó a iluminarse, pues esa pequeña chispa de divinidad servía al fin por el que se había sentido atraído hasta allí. Del acantilado surgieron rocas con placas de metal incrustado que, plegándose, conformaron una escalera de caracol. ¿Cuántos años habrían esperado estas a alguien? No acabó allí el espectáculo, pues las casas que les esperaban abajo también comenzaron, como si estuvieran dotadas de vida, a moverse, dando lugar a un extraño edificio, como un castillo, o un templo, entre herrumbroso, y mágico.

-Creo que es allí... -comentó, iniciando el paso- Supongo.

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失われた帝国での出会い (Encuentros en el Imperio Perdido) [Priv: Runari Wildly]

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