Re: 失われた帝国での出会い (Encuentros en el Imperio Perdido) [Priv: Runari Wildly]

por **Runari Wildly** Dom Jul 16, 2017 11:45 pm

Bien, se sentía más tranquila saber que el dinozorro, no, la verdad no, pero bueno ella no era la mejor persona hablar de ese tipo de situaciones, al fin de cuentas ella se metía casi diario en este tipo de situaciones, mejor dicho, terminaba metida de una u otra forma en estos, aunque no hiciera nada para involucrarse. En cuanto a su compañero, simplemente ya parecía que se rindió ante este tipo de situaciones, desde que conoció a su compañera pudo comprender que no ganaba nada luchando contra la corriente de situaciones extraña que provocaba la sola presencia de Runari, por lo mas bien, no se rindió, solo estaba demasiado acostumbrado a que cosas raras pasaran, y posiblemente solo siguieran pasando.

-Pues…Ya llegamos hasta aquí, sería una lástima regresar sin saber que pasara al final del camino.- Podía sentir la mirada de Haku punzante sobre su nuca, como siempre no estaba de acuerdo con el plan de seguir, mas bien, no estaba contento con que Runari estuviera tentando a su suerte con semejante palabras, que bueno, normalmente cuando ella tentaba la suerte era cuando la situación se descontrolaba por completo.

Y de la nada aparecieron esas escaleras, cualquiera comenzaría a sospechar de inmediato de estas, pero por la cara de fascinación de Runari, claramente estaba más que emocionada por saber hasta dónde la llevarían, no podía esperarse menos de una fan de las historias llenas de magia y fantasía. Estaba a punto de saltar y salir corriendo por las escaleras, pero una fuerza superior le freno antes de salir disparada.-¿Por qué dudas tanto?.-Le pregunto al digimon inicio el paso.

por Roku Ginshô Jue Jul 20, 2017 8:19 am

No pudo responder a la chica, pues seguía siendo un manojo de nervios. Ni conocía ese lugar, ni qué relación guardaba con él. Huyendo, solo quedaba seguir hacia delante, y por ello, descendió. En silencio, como una comparsa, escalón a escalón, junto a la muchacha y su dragón, mientras las ruinas de aquellas casuchas seguían conformando el edificio al que se dirigían, aquel macabro templo que estaba surgiendo de la nada. Cruzaron el pórtico, ya abierto, y el interior de este albergaba multitud de elementos fantásticos a la par que indescifrables. Una galería de pedestales situados a ambos lados, y en cada uno, un objeto. Todos eran de cristal, pero a su vez, cada uno era único, ya fuera por la figura geométrica o por los colores que manifestaban.

-Mejor no toquéis nada...

No estaba muy seguro de su orden, ya que no tenía la menor idea de qué eran esas cosas. La galería seguía extendiéndose, hasta que alcanzaron a ver el ábside, el muro que establecía el límite final de la construcción. En él no había nada, ni una sola respuesta para calmar el sufrimiento del Dorumon, cuyos espasmos iban a más. ¿Por qué su instinto lo trajo allí, para luego no hallar nada? Derrotado, se inclinó ante, lo que para él, sería el verdadero muro de las Lamentaciones, y lo vio, con claridad.

El símbolo de su frente, adosado al suelo. Debía de tener algún significado o uso, mas, ¿cuál? La ausencia de respuestas le enfurecía, tan cerca y a la vez tan lejos. Sin dudarlo, desenvainó su arma, de nuevo convocada, y con un golpe quebró esa loseta. El edificio pareció sufrir la puñalada, pues un temblor asaltó el lugar. Y del mismo modo que aquel símbolo estaba herido, las figuras cristalinas de los portales empezaban a manifestar quiebres...

por **Runari Wildly** Mar Ago 15, 2017 10:04 am

Runari solo soltó un simple suspiro, aunque quería una respuesta sabía muy bien que no le iba a responder, la razón simple, ¡Era un dragón! Vale, quizás estaba metiendo a todos dentro del mismo saco, pero vamos ya es demasiada coincidencia que estos dos tuvieran esa personalidad y que aun mas se negaran a contestar preguntas que tuvieran que ver con ellos o como se sentían. A este punto, podía comprender perfectamente por que en la mayoría de las historias los retrataban como, gruñones, también estaría gruñona si se guardara todo lo que se sentía, aunque estaba comenzando a pensar muy seriamente que lo hacían por cuestión de orgullo y evitaban cualquier contacto emocional con cualquiera. Después de esto sin duda le daría una larga terapia a Haku.

Un gran escalofríos recorrió toda la columna del digimon y de repente un muy mal presentimiento le invadió, miro hacia todas las direcciones posibles en busca de una señal de mal augurio, pero nada en el lugar parecía resaltar a parte de su compañera bajando las escaleras a saltos, eso era normal en ella, así que no debía prestar mucha atención a eso. Aun así, se mantendría atento a todo lo que le rodeaba, ese estremecimiento fue demasiado fuerte como para que no fuera nada, además el templo no estaba ayudando en lo absoluto a calmarse.
Pero de una sensación incomoda en el lomo paso a un dolor de estomago terrible, la razón, la mirada de Runari al llegar a la gallería, claro cualquiera no prestaría atención a una mirada llena de inocencia y curiosidad infantil, cada vez, cada maldita vez que tenía esa mirada es que estaba a punto de saltar sobre algo, como un gato saltando sobre un juguete nuevo.
Haku solo se coloco detrás de la chica y comenzó a empujarla para evitar que se quede demasiado tiempo, era demasiado peligroso dejar que caminara a paso lento por este lugar, sobre todo por como estiraba la mano hacia estos objetos, claramente tentada a tocarlos.

El estar empujando y siendo empujada, causo que se retrasaran en el paso y dejaran que el dorumon se adelantara, se habían tardado lo suficiente como para cuando llegaran vieran como este clavara su arma contra la loseta e inmediatamente sentir el temblor en todo el edificio.-Esto no puede ser bueno…- ¿En cuantas películas el temblor de un edificio era una buena señal? Respuesta, ninguna y este claramente parecía ser el caso.-¡Bien la búsqueda de respuestas queda para otro día! ¡Ahora tenemos que salir de aquí!.-Grito con la suficiente fuerza para asegurarse que cualquiera en el lugar pudiera oírla, no es como si le fuera difícil al fin de cuentas. Miro al dinozorro morado.-¡Y eso va para todos! ¿¡Quedo claro!?.-No importaba que fuera a decir, si no comenzaba a correr, ella misma lo llevaría a rastras jalándolo de la cola.

por Roku Ginshô Lun Ago 21, 2017 9:02 pm

Él ya tenía las respuestas, aunque no todas. Solo intuiciones, sumadas a recuerdos vagos, como fotografías roídas por el paso del tiempo, superpuestas a toda velocidad, sin mayor explicación que los retazos comunes que iba pudiendo percibir. Mucha era la información, y poco su entendimiento, mas un mensaje estaba claro. Aquello no era un templo, ni una vivienda, ni un pueblo, eso solo eran disfraces para una cruel realidad. Con su espada, y sin cuestión alguna que hiciera temblar su pulso, chocó el filo contra uno de esos objetos brillantes, cayendo al piso, restallando en virutas de cristal. Las esquirlas, arremolinándose, empezaban a despedir luz, y a cargar el aire cercano con electricidad.

Viendo el proceso, con una mirada impasible y con un deje, ¿triste? blandió su arma una vez más, quebrando otras tantas de esas reliquias. Del mismo modo, reaccionaban, moviendo los fragmentos, juntándose de nuevo, y dando lugar a aquellos seres. ¿Humanos? ¿Digimons? No se podía saber a ciencia cierta, pues en su ser recogían rasgos de varias especies, como un puzzle desagradable y forzado. No hablaron, solo desencajaron sus bocas para gritar, como si de este primitivo modo celebraran su libertad.

-¿Irme? No, son como yo, encerrados en una jaula... ¿Dejarlos a su suerte? ¿Quiénes sois para denegarles la libertad?

Y con su mirada, ahora triste, rencorosa, y hasta con algo de rabia, miró al dragón blanco, y a la chica. No eran culpables de su sino, pero quién quedaba en aquella sala, aparte de sus nuevos compañeros. Su ira podía dirigirse a sí mismo, a su impotencia por querer cambiar las cosas, pero no. Eso sería asumir sus fallos, un paso que no estaba dispuesto a dar.

por **Runari Wildly** Miér Ago 30, 2017 4:53 am

Esto era lo más normal del mundo, vamos, si todo el maldito lugar comienza a temblar lo más lógico para cualquiera con un mero instinto de supervivencia era salir del maldito sitio y buscar una zona mucho más segura. Vamos ella creció en Japón, los cursos sobre qué hacer cuando todo el maldito lugar tiembla y parece que se te cae encima prácticamente te lo obligan a aprender desde el jardín de niños. Pero ahora se preguntaba por el comportamiento de este par si en el digimundo había terremotos, si debía haber, quizás este par tuvo la suerte de vivir en un sitio sin tanto movimiento. Además no podían culparla por tener el instinto lógico de buscar un lugar seguro al ver las cosas temblar.

Haku empujo a su compañera hacia atrás ante el repentino ataque del Dorumon a las reliquias brillantes, temiendo alguna agresión repentina contra la humana o en su contra. El lugar podría estarse viniéndose abajo, podía manejar eso, pero tener que llegar a tener un enfrentamiento en estos momentos, eso podía volver la situación bastante peligrosa.

Y la situación se puso más extraña, por más increíble e imposible que fuera, las reliquias rotas volvían a unirse nuevamente para…para ¡Ni siquiera sabia que eran! Solo estaban ahí gritando, bueno, cada quien haga lo que quiera, al fin de cuentas esto era ya una locura. Y hablando de locuras e irracionalidades, era turno de Runari. Respiro hondo y solo dejo salir lo que tenía guardado en el pecho.

- You are fucking kidding me right now.-Si, las palabras nunca fueron su fuerte, y posiblemente nunca lo serán, no era de esos personajes en el anime que siempre sabían que decir en los momentos de tención y decir aquello que todos querían oír. Si, ella definitivamente no es así.- ¿¡Dime exactamente que carajos piensas hacer en esta sala!? No, sabes que, lo adivinare, nada bueno, lo sé por tu maldita cara.-Vamos, déjalo salir.-Puede que aquí no esté lo que buscabas, pero solo tienes que seguir buscando. ¿¡Y sabes que!? ¡Llévatelos contigo! Disfruten de esa libertad que tanto querían, con todo lo bueno y lo malo que implica. Mas lo segundo ya que la vida puede ser una verdadera perra cuando quiere, pero no ganan absolutamente nada quedándose aquí sobretodo tú y tu cara de amargado. -Vale, necesitaba calmarse, respiro hondo, calmo cada emoción que tenia, si eso no sería posible, estaba hecha un lio emocional en este momento, demonios, es un dragón a fin de cuentas.

-Cuando dije que nos íbamos todos, es TODOS, eso les incluye. ¿¡O a caso planeas mantenerlos en este lugar que se viene al carajo!?.-Se le escapo eso, aun se notaba que no estaba calma del todo, pero simplemente no podía pensar claro. Así que, izo lo que su instinto le dictaba, se sentó en el suelo de piernas cruzadas, con una expresión fija sobre el digimon morado.-Me quedare sentada aquí y te haré compañía.

por Roku Ginshô Jue Ago 31, 2017 4:32 am

Elevó su ceja izquierda ante la primera frase, pues no la entendió, y mientras seguía hablando, no podía ignorar la amalgama de fragmentos y pedazos vivientes que se arrastraban, intentando recolocarse en una posición donde su cabeza, dondequiera que estuviese, se encontrara erguida. Atendieron a las palabras de la chica, no en silencio, pues las amorfas criaturas no dejaban de contonearse y gritar, como si su libertad o existencia doliera. El Dorumon no comprendía la mayoría de las frases, y menos por el jaleo que armaban aquellos seres.

No sabía aún qué era esa sala, solo eran conjeturas. “Algo” los encerró, eso estaba clara, y camuflaron la prisión para que nadie, nunca, los liberara. Solo sentía empatía hacia aquellas criaturas, cautivas como él, encerradas de por vida por designio de alguien que, lejos de comprenderlas, se desentendió. Solo cerraron la puerta y tiraron la llave. No le parecía justo, hubieran hecho lo que hubiesen hecho. Claro que siendo así no encajarían en el mundo exterior, del mismo modo que él tampoco lo hacía. Necesitaba darles una base, una información mínima.

-No sé qué te pasa niña -protestaba-. Yo solo buscaba huir de un cazador, y casualmente llegué aquí. Pero no puedo dejar a estos encerrados de por vida. Intentaré enseñarles cómo sobrevivir y luego seguramente nos iremos de aquí. No se nos ha perdido nada en esta ciudad, ni en ninguna.

Acabando esta frase, una figura quebró el ventanal, precipitándose contra el suelo. De peaje blanco, cubierto con una coraza marrón, la bestia exhibía grandes colmillos, y sobre su melena reposaba un pequeño león blanco, que imitaba el rugido de esta fiera con un gracioso maullido. Había localizado el rastro, por fin, y la búsqueda finalizaba aquí. Por miedo, el Dorumon ni se movió, completamente paralizado, pero los liberados sí actuaron en su lugar.

-Carce... Lero....

Fue lo que lograron articular, empezando a reptar, rodeándole, al tiempo que el Dorumon soltaba su arma, y una desagradable descarga de dolor recorría su brazo. Ya no oía el jaleo de la sala, en su lugar solo podía pensar en que el responsable de todo su sufrimiento, de todas sus dudas, estaba frente a él.

por **Runari Wildly** Jue Sep 07, 2017 5:20 pm

Como sospechaba desde hace tiempo, ni siquiera entendía el por qué pero ¿¡Como era posible que los digimons no entendieran ingles!? Una cosa era cuando el Hackmon se le quedaba viendo con cara de confundido cuando hablaba el idioma, pero es otra muy diferente, que cada maldita vez que se le escapaba una palabra en ingles, cualquier digimon cerca le miraba de forma extrañado. Decidido, de ahora en adelante le enseñaría ingles a Haku, aunque eso implicara que entendiera cada mala palabra que fuera a decir.
Al parecer se quedaría un buen rato sentada, no se quejaba, al fin de cuentas ya le hacía falta un buen descanso, si tomaba por descanso estar cerca de un dinosaurio amargado y lo que fueran ellos. Tenía que admitir, que, lo que fuera que fueran, eran un poco ¿Tiernos? ¿Lindos? Claro, que en un sentido raro, pero mientras no hablaran por lugares que no parecieran bocas, aquí no iba a pasar nada malo, al fin de cuentas tardo bastante en acostumbrarse a Haku, aunque si era del todo sincera, aun le llamaba un poco la atención su apariencia. Más tarde, trataría de interactuar con ellos un poco, solo cosas simples, como tratar de jugar un juego de manos o algo similar.

Planeaba ignorar cualquier cosa que le fuera a decir el dinozorro, era una lástima que ella no era del tipo que pudieran practicar la ley del hielo con facilidad.-¿Cazador?.-Pregunto, Haku solo le explico cosas básicas de este mundo, nunca dio demasiados detalles.- Y más razón para quedarnos ¿Alguien necesita enseñarles ingles no?.-El Ingles siempre es importante, sin mencionar que podrán insultar sin que nadie se dé cuenta.

Hubiera seguido hablando de no ser porque fue jalada hacia atrás, porque Haku se apresuro a morder de la parte trasera del cuello de la camisa de Runari. Todo fue tan rápido para ella que solo llego a escuchar el sonido de una ventana rota, cuando logro soltarse del dragón, noto a los dos nuevos llegados y solo una simple palabra salió de su boca.-Shit.-Era la que mejor iba con la situación, mas contando lo alterada que se encontraban estas criaturas. Bien, veamos, el donozorro estaba aterrado, las criaturas alteradas y Haku inquieto, esto indicaba….nada bueno.

-¿Te he visto antes?.-Pregunto mientras se ponía de pie y comenzaba a caminar hasta quedar en frente del extraño grupo de criaturas y el digimon, limpio su ropa en el proceso, cuando llego al frente mientras limpiaba su espalda, hizo un ligero gesto con el dedo índice y mayor, indicándole a los de atrás que se vayan, sin duda apenas vean la oportunidad.

por Roku Ginshô Vie Oct 06, 2017 9:25 am

-¿Esa no es la chica-tonta que se perdió esa vez? -decía el león, pensativo- No, imposible. Iba con un globo rosa, no un dragón blanco. No es la misma.

Ignorando la evidencia que suponía la digievolución, Sven ignoró su propia memoria, y ni se molestó en asociar la imagen mental de aquel recuerdo con la instantánea del presente. Para él, no eran la misma persona, y ya, simple y llanamente. Los encarcelados, meneando sus protuberancias y articulaciones, intentaban azotar al animal mayor, rodeándole al tiempo que aullaban. Intentando no ser inmovilizado, saltaba y giraba en el aire, evadiendo los golpes. Sven, que salió volando al primer salto, no cambió el ademán, llevando su mano a la barbilla.

-Naaaaah -dijo, abriendo mucho la boca-. No puede haberse perdido de nuevo, ¿verdad?

Y cayendo de cabeza, rodó, usando su casco para disminuir la tensión del golpe. Con una acrobacia sencilla, se reincorporó, haciendo oídos sordos de la pelea, como si el asunto no fuera con él. Al tiempo de esto, bajo la superioridad numérica, las bestias lograron imponerse al animal, saltándole encima para que se rindiera ante una marea de carne. Intentó hacerse más grande, sin éxito. Finalmente, un torrente de fuego rompió la formación, y un ggante tricéfalo, dotado de cuatro brazos, comenzó a expeler puñetazos para alejar a los atacantes.

-¡¡Quiere encarceralos!! -gritó el Dorumon, sacando su espada e ignorando la voz de la chica- ¡¡Atacadle!!

Iracundos, todos gruñeron en una desagradable rapsodia, y reiniciaron el ataque. Sin querer dañarles, Roku los apartaba con una violencia mínima, pero el número de atacantes, sus constantes embestidas, extravagantes sonidos y formas empezaban a cansarle. El Dorumon arengaba a estos prisioneros, asegurando que todo era culpa de este invasor. Aunque había atendido a Runari, no quería que saliera herida. La habia amenazado, extorsionado e incluso atacado verbalmente, pero en el corto tiempo que estuvo en su compañía, no pudo evitar que brotara un sentimiento paternal.

Al igual que con sus hermanos, con ella podía dar su opinión, gritarle, reírle sus gracias... Era extraño, pues pensaba que todos los humanos eran unos cargantes e idealistas que no cerraban la boca nunca, que nunca tenían suficiente de nada, y que intentaban engañarte para hacerte daño y ser ellos felices a tu costa. Pero ella no buscaba nada, en cambio, se preocupaba por el y esas cosas. No todos eran iguales, suponía.

-Lo siento -le dijo, muy serio, mirándola-, pero creo que es mejor que te vayas de aquí. Pensé que todos los humanos eran unos imbéciles y codiciosos, pero tú eres distinta -preparando su arma, ignorando el dolor de su brazo, añadió- No sé qué significa shit en tu idioma, pero si es algo bueno... Shit para ti también.

Y tras esto, se unió a la barahunda de seres que seguían atacando a Roku.

por **Runari Wildly** Jue Oct 12, 2017 3:04 pm

-¡Por el amor a…! ¡Era mi maldito primer día en el digimundo, sin mencionar que llegue por accidente! ¡Hubiera sido más raro si no me hubiera perdido!.-Grito, demasiado alto. Cualquiera hubiera aprovechado aquella falta de memoria y que claramente no reconocían a Haku, pero como estábamos hablando de una Runari que se había ofendido por que le llamaron tonta, claramente no tenía tiempo para pensar en planes muy detallados. El Hackmon solo miraba la situación, una humana ofendida y esas co…criaturas tratando de atacar, solo pudo mirar fijo antes de golpear su frente con su pata.

-Y para tu información no me perdí. Solo me secuestraron y no tengo idea de donde estoy metida.- Había que señalar las diferencias, una cosa es caminar hasta estar completamente perdido y otra muy diferente es que te secuestren y te lleven a otra sitio, era una diferencia muy importante.

Bien comprendía que estas criaturas habían sido liberadas de un encierro de, dios sabrá cuanto tiempo, y que apenas si estaban comenzando a hablar, pero si tenían la suficiente inteligencia para atacar ¿¡Cómo no podían distinguir una seña de retirada!? Tampoco ayudaba mucho que el dinozorro morado diera la señal de ataque. Runari solo alcanzo a soltar un bufido mientras entornaba los ojos, Haku solo la miro con una extraña mirada divertida.-Ahora entiendes lo que sufro.-Comento sin más mientras se agazapaba listo para saltar y unirse a la fiesta, hasta que Runari le jalo de la capa.-¡No oh señor! ¡Tú no vas!.-Lo último que le faltaba era otro dragón que solo quería lanzarse al ataque antes de pensar. Se estaba sintiendo extraña el ser la responsable del grupo.

Las criaturas no podían hacer frente, eran apartados con el mínimo esfuerzo, con el Dorumon animando la batalla claramente no tenían planeado retroceder hasta que…Demonios mejor frenaba esto.

Estaba a punto de morderse las uñas cuando el digimon morado le hablo.-No, no, para.-Trato de frenarlo viendo donde estaba yendo todo esto.-Calla, por favor no sigas.-No le gustaba la ruta que estaba tomando esto, pero como estaba temiendo, el Dorumon se lanzó al ataque, la chica solo lo miro fijo antes de revolverse el cabello con fuerza, antes de comenzar hacia la zona de combate con paso firme y pesado.

-¡Runari espera!.-Trato de agarrar de la ropa a la chica hasta que esta lo miro fijo.

-No ahora Haku.-Por el tono de Runari, estaba más que claro que le arrancaría el brazo a cualquiera que le tocara.

-….Vale.

Camino hasta el dinozorro morado y sin ninguna advertencia lo agarro de la cola jalándolo hacia atrás, esa simple acción izo que hasta a Haku le doliera. Tomo una gran bocanada de aire y miro a las bestias.

-¡DETENGANSE!

Grito a toda fuerza de pulmón, resonando con fuerza en todo el lugar, posiblemente se quedaría sin voz mañana, pero hasta que el momento llegara, gritaría todo lo que su voz llegara a resistir. Apretando los dientes levanto el brazo y con el dedo índice señalo al lugar donde estaba el Hackmon.-¡VAYAN AHORA MISMO CON SU TIO! ¡A NO SER QUE ME QUIERAN VER MUY MUUUY ENOJADA!.-Claramente no iba aceptar peros, si queríamos agregar, tenía la misma expresión y tono de voz que usaba su madre cuando se enfadaba. Luego solo fijo su mirada en el par que simplemente por aparecer se armó el gran caos.-Ustedes.Yo.Hablar.Ahora.-De pocas palabras y señalando un punto apartado con el pulgar. Finalmente salto la cola del Dorumon y con una sonrisa que daba más preocupación que consuelo, les dijo unas simples y claras palabras.-Te quedas aquí ¿Fui clara?

por Roku Ginshô Dom Nov 19, 2017 1:14 am

-Iri mi milditi primir dí in il digimindi -decía, reposando en el suelo, perezoso-. Es un mundo donde la CARNE brota del SUELO, y todo el mundo te dice qué hacer y blablabla -bostezó, activando su habilidad para despertar el miedo en otros, la cual solo pretendía asegurar que le dejaran empezar su siesta-. Todos ayudan a todos, como en esas pelis para niños -ella siguió explicando su situación, a lo que el león se limitó a imitarla como si su mano fuera ella, repitiendo en voz baja lo que le decía procurando un tono burlón-. ¿Ya? Te has perdido y punto.

El grito de la muchacha y su mandato puso fin a la acción. Todos se detuvieron unos instantes, clavando sus pupilas en la figura de esa autoritaria tamer. Lejos de seguir su mandato, aquellos seres se giraron, posando sus distintos ojos (quienes los poseyeran) ante esa figura autoritaria, recordando, a través de la espesa niebla de sus marchitas mentes, a quien solo podían evocar vagamente, quien los encerró en aquel lugar: el Carcelero.

Arrastrando sus miembros y protuberancias, de constitución gelatinosa, chapoteaban disminuyendo las distancias. No escuchaban qué les decía, para ellos solo era ruido, un ruido que es hacía recordar. Y para ellos no había mayor pesar que esa memoria. Sus bocas se abrían, escupiendo palabras inconexas, condenando esas órdenes, y con estas maldiciones, sus contornos se expandían, rodeando a la humana, disponiéndose a cumplir ese destino.

-¡Carcelero! -gruñían- ¡¡Matar al carcelero!!

Muchos se preguntarían por qué nadie actuó en el momento en que las amorfas criaturas ya se disponían a cumplir sus primitivas amenazas. Roku, permaneciendo en su forma de Asuramon, intentaba aprovechar sus sentidos aumentados, nacidos de ese cuerpo triple, para comprender qué demonios eran esas cosas. Por un momento, dudó, pues tenía miedo que de atacar, la chica se viera atrapada en el fuego cruzado, mas estaba claro que algo debía hacer. Aprovechando sus dimensiones, podría cubrirla y alejar a aquellos seres.

Pero no pudo dar ni un paso. Había tenido cuidado, procurando evadir los ataques directos de aquella amalgama de carne. En el digimundo, el peligro era una realidad constante, y al igual que la avispa marina o el pulpo de anillos azules envenenan con su tacto, los tentáculos ya levantaban sospecha. Los puños flamígeros buscaban alejar estas amenazas, pero por la tensión en sus músculos, y la imposibilidad de moverse libremente, le informaba de que alguien debió de golpearle. Debería buscar otra solución.

El dorumon, por su parte, pretendía detener a la turba, pero esta ni se inmutó. Con gesto y paso ligero, lo apartaron, y las mismas toxinas que frenaban al coloso lo dejaron postergado en el suelo. Pensó que, siendo prisioneros como él, podría entenderlos, empatizar, volver a ser parte de algo parecido a una familia. Quería regresar a la paz de hace unos minutos, y no asistir al asesinato de su (presunta) rehén. Desde lo más hondo de su corazón, quiso detenerles, brillando la gema de su frente.

-Te odio -dijo, mirando desde el suelo a su perseguidor-. Si no hubieras aparecido, esto no habría pasado.
-Tampoco hubiera tenido lugar de no haber huido desde el principio. Solo quería saber si necesitábais algo tras vuestra pérdida, ya fuera refugio o comida. Imaginaste cosas, y dejaste que te dominaran. No es mi culpa, pero sabes quién la tiene, ¿cierto?

Ante esta discusión, la lumbre prendida parpadeaba con fuerza y rabia. Por ser el responsable de todo, por no poder hacer nada, el sentimiento nacía de él sin saber cómo definirlo. Gracias a sus seis ojos, Roku se dio cuenta de algo, estableciendo una conexión con esa fuerza que yacía en el interior del digimon con aquel lugar. Captó un brillo situado en varias metopas, losas decorativas, del techo. Podía identificar varias de estas, símbolos que ya había visto en otras partes, y en otros digimons, los “emblemas”, cada uno representando una cualidad o talento: valor, amistad, conocimiento...

Mas no reconocía el que más brillaba. Solo sabía que, hiciera lo que estuviera haciendo ese dorumon, afectaba al símbolo. Y teniendo en cuenta, que los emblemas se relacionaban profundamente con los tamers, quizás allí residía la salvación de Runari. Como una suerte de Deux ex machina, era su última esperanza. Y por ello debía turbar más al digimon. Claro que lo reconoció, claro que sabía quién era, y claro que sabía enfurecerle.

-Mira bien la escena. Vas a volver a asistir a la muerte de alguien. Y, una vez más, será tu culpa.

Con un rugido, más similar a un lamento, la luz despedida por su símbolo permaneció constante, abandonando el tilileo. El símbolo imitó el destello, y del mismo modo que su poder fue la llave de aquellos prisioneros, también lo era de aquella fuerza desconocida. Y esta, manifestándose como un pilar de luz, y dado el aspecto sacro de aquel edificio, simuló ser un haz divino, que bañó con su prístina luz a la tamer.

por **Runari Wildly** Jue Nov 23, 2017 11:16 pm

¿¡Cuantas veces tenía que decir que no se había perdido!? Es decir vamos, no es como si tuviera pintado en la cara lo problemática que era para seguir direcciones, o el número de veces que se había metido en problemas ¡Vamos que fue secuestrada contra su voluntad! No es como si una persona secuestrada supiera exactamente donde está, de ser así ahorraría muchos problemas. Miro al leoncito haciendo caras y….¿Sería muy malo arrojarle una cubeta de agua fría? Si tuviera una cubeta al menos o un rio cercano ¿Qué? Puede ser un león o lo que sea, pero seguía siendo un gato al fin de cuentas. Bien nota mental, traer siempre en los bolsillos catnip.

Bien finalmente algo de silencio y quietud, cosa que duro menos de unos pocos segundos, le duro demasiado poco la alegría, ahora tenía todos los ojos….o los sentidos puestos sobre ella y simplemente no le dio un buen presentimiento. Vamos, quietud más la mirada fija sobre ella, daba como resultado nada remotamente bueno.

Retrocedió un paso por instinto al escuchar el sonido grotesco de las criaturas acercándose a ella y solo se dio una palmada a la cara.-Yo no soy el, yo si dejo que hagan desmadre.-Pero por supuesto que no estaban prestando mucha atención en este momento.

-Hermosas últimas palabras Runari.-Era increíble como en momentos así ella incluso se atrevía a bromear, a lo cual ella solo reacciono mirándolo y encogiéndose de hombros, enserio, simplemente no se lograba comprender la capacidad de esta chica para percibir el peligro o si siquiera tenía una.

El Hackmon tenía una estrategia diferente al otro par, la cual era tratar de rodear a la turba para llegar a su tamer, luego de eso tendría que improvisar ¡Demonios! ¡Runari es una mala influencia! Pero no tenia de otra, ponerse a pensar que hacer sería una muy mala idea en estos momentos. Pero este plan también era horrible, no podía llegar a su compañera sin estar en contacto con la turba ya vio lo que le paso al dorumon, si le pasaba lo mismo solo lograría sellar el condenado destino de su compañera.
Runari fijo la vista en ambos digimons dragón, esto no está bien para ninguno, miro as u compañero, él no podía hacer nada no tenía caso que tratara de llegar a ella, solo se pondría en riesgo, definitivamente era una mala influencia para el.-¡NO VENGAS LAGARTO IDIOTA! ¡SI QUIERES HACER ALGO UTIL AYUDALO A EL!.-grito en lo que retrocedía más y más.

-¿¡ESTAS LOCA MUJER!?.

-Debo estarlo…-Murmuro.-¡POR UNA VEZ HAS LO QUE DIGO! ¡EH SALIDO DE COSAS PEORES.-Mentirosa.

En respuesta solo recibió un gruñido fuerte y que sonaba demasiado familiar a varias películas de Jurassic Park, no le hacía falta saber hablar dragonico para saber que Haku se había negado rotundamente. Pero para bien o para mal, ya era un poco tarde para que su compañero tratara de ayudarla.

El sonido de un lamentoso rugido resonó en el lugar, que mal, realmente quería ver que hacia el dinozorro con su vida, ahora tenía que morir con esa maldita curiosidad molestándole. Pero de repente fue cegada unos segundos por una fuerte luz a lo cual tuvo que levantar los brazos para cubrirse los ojos unos instantes, cuando finalmente los bajo noto que ese halo de luz solo estaba alrededor.-Ok….this is new

por Roku Ginshô Mar Dic 05, 2017 6:01 am

La masa de carne impactó contra el muro. Era una escena semejante a esos paseos submarinos donde los turistas podían observar, siempre guarecidos tras un cristal blindado, a las bestias marinas que, sorprendidas, suelen nadar cerca de estos recreos, y en ocasiones, atraídos por el ruido o el movimiento, embisten a ese falso espejo, movidos por un impulso irracional. Del mismo modo, las criaturas intentaban alcanzar a la chica, aporreando con sus tentáculos la barrera lumínica, impulsada por una fuerza desconocida, que separaba lo humano de lo monstruoso. Claro que ninguno sabía a qué respondía dicho poder, y el problema solo se retrasaba. Cuando la energía se agotara, la furia de esos horrores alcanzaría a la tamer.

-Bueno, Sven está durmiendo, ella está a salvo, de momento, y nosotros -aún inmóvil, Roku iniciaba una conversación con el Dorumon- deberíamos hablar de una vez sobre nuestra situación, ¿no crees?
-¡¡Lo arruinaste todo!! ¡¡Ojalá te mueras!! ¡¡Sucia y asquerosa abominación!!
-En fin -cambió de forma, transformándose en el samurai Musyamon; aún inmóvil por la toxina, activó la “capa negra”, y este aura oscura, oprimiendo sus músculos, le permitía moverse del mismo modo que un marionetista manipula los hilos del juguete-, va siendo hora de que nos pongamos serios.

Y, de un modo tan artificial como el títere, se desplazó frente al Dorumon, y en esa posición, propinó un sonoro bofetón que retumbó, gracias a la acústica del lugar, de un modo atronador. Tras unos segundos, los que tardó el atontado digimon en sobreponerse a la peculiar reprimenda, y antes de que pudiera bramar en señal de protesta, Roku lo acalló, colocando el índice sobre las fauces, y respondió a la muda réplica:

-Puedes culparme cuanto gustes, no estuvo en mi potestad salvar a los tuyos, ni mucho menos fui la causa de la enfermedad. Solo estuve allí, y obré del modo que pude y consideré oportuno, ya no para mi propio beneficio, sino para equilibrar la balanza -con su mirada, sentenció estas declaraciones-. Que los tuyos murieran no me supuso ganancia ni pérdida, y con eso, muchos seguís vivos, ¿no? Hice lo que pude, ¿y tú?

Calló, pues ciertamente, no pudo defender a los suyos, ni mucho menos salvarlos. Muchas eran las vidas que se perdieron, y que nunca volverían. ¿Y por qué? Porque él era débil, asquerosamente débil, y cobarde. Se escudó tras un culpable, aquel monstruo, y luego tras una chica, ¿y para qué? Intentaba excusarse buscando una nueva meta en su vida, como ayudar a esos despojos, pero solo era un engaño más. Debía asumir su parte de culpa, esa pesada carga que nace de sus propios errores.

-Ahora mismo, estamos en la misma situación -abrió los brazos-. Un cúmulo de “infectados”, porque la falta de raciocinio y su procedencia desconocida es, claramente, una enfermedad, como la que padeció tu pueblo -luego, señaló a Runari-. Un poder desconocido que debemos interpretar. No te ofendas, chica, pero entiende que no vemos pilares de luz gigantes anti-tentáculos todos los días. Y por último, estamos tú, y yo.

En este tiempo, he desarrollado nuevas habilidades, y tú también, aunque no las domines del todo -señaló la brillante gema de su frente-. Esa parte de ti reacciona con otras energías: liberó a estos de su prisión, y activó esa reliquia. Ya no sois los fragmentos de un falso dios, fuisteis dotados de autonomía. Tus hermanos, antes o después, regresarán a la vida, y por ello, deberías olvidar ese “pecado” -carraspeó, regresando al tema-. Pero vengamos a lo que aquí nos ocupa. Tenemos un ejército, y tres opciones por las que decantarnos:

Podría acabar con ellos liberando una toxina, de la que no tenéis que preocuparos por esta protección pseudo-divina que disfrutáis.

La segunda opción es encerrarlos en una prisión de hielo, buscando una posible cura para su mal, a futuro.

Y en tercer lugar, intentar usar este poder para purificarles, y adaptar sus cuerpos a las leyes naturales de este mundo.

Existe en China una leyenda sobre “la decisión del extraño”, ostentar en un desconocido el poder de decidir sobre un asunto. Este, al ser ajeno al problema, se decantará por la opción más “adecuada”, ignorando los intereses. Voy a adscribirme a esta tradición: ¿qué hacemos?

por **Runari Wildly** Jue Dic 07, 2017 7:59 pm

Un notorio estremecimiento recorrió Runari al ver la masa de espejo chocar contra la barrera, posiblemente estaba siendo algo descortés pero hay que admitir que desde su punto de vista, esto no se veía para nada bonito. Luego de que se golpearan de un par de veces contra el cristal, finalmente se acostumbró a ver las formas amorfas chocar contra este repetidas veces, no era agradable de ver sus figuras raras apretarse contra el cristal ya que, aunque parecía imposible, los desfiguraba aún más.

Regreso la vista a su compañero que aun obstinadamente trataba de acercarse a ella, por lo que inmediatamente comenzó a hacer gestos para tratar de alejar al lagarto de ella, al principio eran sutiles con ligeros movimientos de manos, para que las masas no lo notaran, aunque aún tenía en duda la capacidad de inteligencia de estos, pero eso era hasta que Haku decidió obviamente ignorarla fingiendo que no la estaba viendo ¿¡Esto es enserio!? ¿¡Acaso él quería hacerle creer que ella no noto que la miro!? ¡Sera hijo de su lagarta madre! Y así señores es como comenzó Runari a hacer gestos exagerados, tratando con todas sus fuerzas de no alzar la voz para que las criaturas no se alteraran, aun mas, y fueran contra el digimon.

-Hey chicos ustedes puedes….-Runari cerró los ojos con fuerza al sonido de la bofetada, vaya eso sin duda debió haber dolido.-Guys….sé que tienen mucho de qué hablar….¿¡Pero pueden hacerme el favor de alejar al cocodrilo albino antes de que algo lo pique!?.-Vamos que ya bastante malo que el dinozorro haya sido picado, lo único que faltaba es que Haku se uniera a la lista, pero como sabía que él no la iba a escuchar, lo único que podía hacer era pedir que alguien le jalara la cola en su lugar.

Bendita sea la acústica de este lugar, podía escuchar prácticamente todo a pesar de que no entendía del todo que tipo de suceso había pasado entre ese par, aunque tenía que admitir que estaba bastante curiosa por saber qué había sucedido exactamente. Quizás, debería ponerse un poco más curiosa respecto a cómo saldría de esto con vida.

-No me ofende, yo tampoco sé que carajos es esto.-Comento sin más ya sentada en el suelo por estar aburrida de estar de pie.

-Lenguaje.-Le regaño casi de forma inmediata el digimon.

-Haku si hay un momento en mi vida en donde sea correcto usar lenguaje vulgar ¡Es este!.-Hablo mientras gesticulaba con los brazos exageradamente.-Y si algo con vida también cuando este en pleno alumbramiento.-Eso no venía en lo absoluto al caso y por la cara de Haku podía adivinar que no entendía en lo absoluto a que se refería, quizás fue mejor así.-Por cierto voto por la 3.-Hablo como si se tratara de una votación a ver quién es presidente de la clase.

-¡No crees que deberías pensar por más de un segundo!

-¿Pensar qué? La opción uno no pasara, jamás, nadie estará feliz con semejante decisión. La segunda tiene un poco más de sentido, pero nada asegura que vayan a ser liberados en un futuro cercano, podrían pasar siglos e incluso cabe la posibilidad de que jamás pase. Y cuando pase finalmente todo ese, quien sabe cuánto tiempo, nada asegura que quien lo haga los cure. Por ende la opción más lógica es la tercera, ¿Es arriesgada? Si, ya que ese intentar queda demasiado abierto a la interpretación, por lo que claramente es un riesgo, pero prefiero tomarlo antes de elegir una opción que tiene un porcentaje de perdida mucho más alto.

Termino de hablar y el Hackmon se le quedo mirando con una expresión entre atónito, sorprendido y asustado, todo al mismo tiempo, abrió las fauces para decir algo, pero tardo un par de segundo en encontrar las palabras.-¿Quién ….eres?

-Que sea problemática no significa que soy idiota. No tengo culpa en que representen a las personas hiperactivas y algo propensas al peligro como idiotas en los medios populares como en el anime. Puede que mis calificaciones no apoyen mucho a este hecho, pero puedo asegurar que mis capacidades mentales son las suficientes para tomar la decisión más lógica y con mejor chance de éxito. Si quieres puedes seguir apoyado en la superficial imagen que tienes sobre mí y atribuir esto a mi falta de azúcar o a una muy probable fiebre por estrés. Te puedo asegurar que me importa menos que un pepino la imagen que tienen sobre mí.

De nuevo un eterno silencio por parte del dragón blanco y ahora le estaba mirando como si fuera una completa desconocida y no la chica inquieta con la que había estado viviendo por meses. Runari solo soltó un suspiro, mientras se ponía de pie nuevamente y tomaba una bocanada de aire.-¡Solo vota por la tres cara de pejelagarto!

-Vale ya entendí….solo me tomo con la guardia baja. Yo también apoyo la tres….

por Roku Ginshô Lun Dic 11, 2017 4:40 am

El tumulto persistía, sin éxito, en atravesar las defensas místicas que separaban a la humana de esa amenaza de carne tintineante. Era un espectáculo casi hipnótico, poder ver cómo se retiraban, plegando sus distintas protuberancias, para, como una desagradable y mórbida ola, impactar contra esa protección, repitiendo el espectáculo una y otra vez, con un empeño loable. Y acababa siento tan relajante como mirar el mar. A esto se sumaban las palabras de la tamer, un débil eco entre la melodía de golpes que reiteraba la turba. Decía algo sobre su digimon, quizás hablaba de que iba a evolucionar, y que tuvieran cuidado por las dimensiones de esta etapa o algún despliegue de fuerza.

Pero, y esta idea surcaba el pensamiento de Roku, si no había recurrido a dicha ventaja cuando iba a ser atacada, podía descartarse esta opción. Ese dragón no podía digievolucionar. Sin problemas. Más riesgo había en que intentara acceder a su compañera, exponiéndose a la toxina que podían inyectar las criaturas.

-Creo que deberíamos hacer algo para distanciar al pequeño de la amenaza -comentó, haciendo el digimon oídos sordos-. Eso, ignórame, muy maduro de tu parte. Así vamos a salvar muchas vidas.

Ante la ausencia de cooperación por parte de Dorumon, recaía en él salvaguardar al otro digimon novato, pues Sven, ensimismado en su siesta, descansando del esfuerzo que suponía ignorar todo el jaleo de allí. Roku apostó para esta tarea a Dracumon, pues con sus habilidades podría matar dos pájaros de un tiro. En primer lugar, apuntó con su ojo al lagarto.

-¡Eh, albino! -era lo que le parecía, y no sabía muy bien cómo referirse a él- ¡Mira aquí!

Con el simple contacto visual, sesgó su psique, afianzando una fuerte idea por medio de la hipnosis: “Sal de la muchedumbre”. Simple, básico, y fácil de obedecer, que se alejara de aquellos seres y se pusiera a salvo. En sus inicios, pensó que esta habilidad permitía solo inmovilizar a sus víctimas, pero practicando diferentes comandos, se convirtió en una herramienta de sugestión muy práctica.

-Y ahora, pasemos a la segunda tarea -hundió sus colmillos en la esponjosa cola del Dorumon, que obviamente, gritó- Tranfilo -decía, con la boca llena-, folo ago efto para kitarte l'mieo -usando otra habilidad del vampiro, devoró cualquier duda, miedo o emoción que despertara impotencia en él-. Ya está -alimentado con estos sentimientos negativos, recuperó la movilidad-. Ahora, solo debo hipnotizarte para que puedas dirigir tu habilidad para activar cosas a su digivice. Durante unos minutos, no tendrás dudas y...
-Te sigo odiando, y por más que uses tu habilidad, seguiré teniendo ese rencor vivo en mí -su mirada delataba esta condición-. Porque por TU culpa, mis hermanos ya no están, es porque TÚ irrumpiste en...
-No quiero verme obligado a darte otro tortazo, ¿no entiendes que quejarte, aquí y ahora, no arregla NADA? -desesperado, intentaba hacerle razonar- Hasta la chica ha evaluado y considerado la mejor opción según SU criterio, pero tú te centras en no implicarte para poder culpar a otros cuando las cosas no salen como quieres -por fin, le exponía sus faltas a la cara-. Sigue odiándome, me da igual, cúlpame de cualquier tipo de tragedia, pero a AHORA estamos decidiendo cómo salvarlos. Y si te empeñas en mantenerte distante, sus muertes serán TÚ culpa. Así que cállate de una vez, deja que te hipnotice, y acabemos de una santa vez, Rudolph.
-¿Ruqué? ¿Por qué me llamas así?
-Porque te brilla la nariz como a un reno. Simplemente, ¿quieres salvarlos? ¿crees que el plan a seguir es el adecuado? Dinos algo.
-...-murmulló algo, casi inaudible, Roku tuvo que acercarse y pedirle que repitiera- Sigamos ese plan, hipnotízame de una vez.

Y así lo hizo, centelleando la gema de su frente, que no el morro como decía Roku al apodarlo de ese modo, esperando una reacción por parte del digivice.

por **Runari Wildly** Jue Dic 14, 2017 9:27 pm

Iba a tener sueños sumamente extraños después de este día ¿Recuerdan esa época cuando salió la primera temporada de the walking dead? Todo el mundo tenía pesadillas relacionadas con zombis, esto era igual, solo que en vez de una serie sobre cómo sobrevivir al apocalipsis zombi, se encontraba frente a frente con un tumulto de criaturas bizarras que se la habían agarrado contra ella solo por gritarles. Por alguna razón le recordaban a unas criaturas que vio en un anime, aunque el anime se trataba de una colonia humana en el espacio y había robots gigantes, en cuanto a la diferencia entre esas criaturas y estas…la verdad no había casi ninguna, solo que quizás aquellas tenían más tentáculos.

Era un poco difícil recordar los animes que tenían formas de vida carnosas y con tentáculos, cuando tu compañero estaba a punto de hacer una estupidez ¡Ese es su maldito trabajo! ¡Una cosa es que ella lo hiciera y otra el! ¡Vamos que ella no servía para actuar de la responsable y mucho menos de voz de la razón! ¡No necesitaban otro incidente Birdramon! Nadie, absolutamente nadie quería revivir o recordar ese incidente.

Runari se cubrió la cara con la palma de su mano ante la poca y nada atención que le daba el dinosaurio a los demás.-Ahora no ¿No ves que estoy ocupado?.-Fue la respuesta que dio el lagarto, hasta que de repente sus orejas se irguieron por completo.-¿¡Como que albino!?¡ Es el color natural de mi especie!.-Y por pleno accidente termino por cruzar miradas en pleno grito y quedando casi inmediatamente hipnotizado, apartándose del peligro que significaba el túmulo.

-¿Cómo llegue aquí?.-Pregunto dándose cuenta que estaba bastante apartado de donde había estado originalmente.

-¡Oye dinozorrro! Si te hace sentir mejor, piensa que yo soy la del plan ya que yo soy quien decidió apostar esta idea.-No podría decir que su relación era mejor pero, al menos no le detestaba tanto a ella, así que quizás podía ayudar en algo.

Y entonces lo escucho, trato, de verdad trato con todas sus fuerzas, pero esto pudo mucho más que ella.-PFFFF JAJAJA ¿¡Rudolph!? ¡Oh my God! ¡ It's Perfect! Wait! Wait! ¿Cómo era el villancico?.-Paro un poco las risas aunque se notaba que estaba temblando en su intento de contenerlas, fue un milagro que pudiera recordar el villancico ya que el Japón, al parecer solo cantaban jingles bells y noche de paz.- Rudolph, the red nosed reindeer~ Had a very shiny nose~ And if you ever saw him~ You would even say it glows~.-Después de eso solo cayó al piso entre risas mientras se sujetaba el estómago, claramente Runari tenía un sentido del humor algo extraño.

-¡Runari ponte seria!

-Vale Vale.-Snort.-Ya me pongo seria.-Claro que decirlo que hacerlo era otra cosa, ya que no podía evitar que uno que otro ronquido a causa de la risa se le escapara.

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