Re: El inicio de un gran resentimiento [Priv.Scott]

por **Scott Desaster** Miér Ene 17, 2018 7:15 am

~[Narrador]~

Tras escuchar todo lo que la humana tuvo que decir, el emperador guardo silencio. Inicialmente no sabía que hacer al respecto; lo correcto sería quitarle la vida si la contraria no lo veía como una mala opción y no se mostraba dispuesta a ser una simple títere del señor demonio; pero internamente dudaba de si era lo moralmente correcto. Podía imaginarse como se sentía, y no le gustaba lo que imaginaba; principalmente porque gran parte de eso era una mera fantasía de la que él no tenía ningún tipo de experiencia previa. Jamás intimo con su madre como para entender del todo como se sentía Eli, pero claro, Bisuto tenía seres queridos que podrían reemplazar el papel que representaba la madre de la humana.

Suspiro levemente y tomo la espada con ambas manos, retirándola del suelo para empuñarla firmemente. La hoja de data corrupta ahora apuntaba al cielo y parecía dividir el rostro del pelinegro. Un lado mostraba el visor como siempre, pero el otro permitía ver más allá del cristal. Los ojos robos de Bisuto estaban clavados en el rostro de la humana, analizando esa sonrisa que claramente parecía agradecerle el hecho de que iba a acabar con su vida, o al menos eso podía entender.

…

Pero no lo hiso.

El emperador simplemente regreso la espada a su sitio, haciendo que la hoja se borrara y dispersara conforme era introducida dentro de su funda. Exhalo tranquilamente y extendió su brazo para posar su mano sobre la cabeza de la contraria. Cerró el puño y comenzó a frotarlo sobre ella a modo de regaño. Acomodo su visor y luego aparto la mano.

Honestamente eres bastante tonta, te apresuras a juzgar y francamente, no tienes para nada claro el poder al que quieres enfrentar… ni siquiera puedes confrontar a una persona que ha dicho abiertamente que tenía la opción de matarte –Suspiro levemente se cruzó de brazos- pero al menos tienes las agallas para decir que quieres obligar a un cocodrilo gigante demoniaco a que te devuelva tus memorias… quizás por eso pueda arreglar todo este asunto

Bisuto extendió el brazo levemente, abriendo la mano frente a Eli, invitándola a tomarla con tranquilidad. Se apresuró a llevarla frente al agua, y una vez ambos quedaron frente a la misma, el humano volvió a sacar la espada, pero esta vez la incrusto en el agua, tiñéndola de negro rápidamente. Hubo un instante de silencio, hasta que finalmente se vio la figura del cocodrilo gigante de fondo, aunque esta desapareció rápidamente, para hacerse presente una sombra con cientos de bocas y de ojos rojos. El diablo que vigilaba al emperador estaba presente, y al ver a la humana, claramente se mostró enfadado, aunque al momento de entablar una conversación, lo hiso con un tono apagado, al fin y al cabo, si la humana seguía viva, es porque Bisuto tenía una idea, o por lo menos, una sugerencia.

¿Puedo saber porque está la influenciada aun respirando y con vida en los ojos?
Simple, porque no pienso matar a una potencial fuerza para el imperio que tú me forzaste a mantener con vida –Aclaro el emperador, firme frente a la figura-
¿Potencial fuerza? ¿Esa mocosa? Tiene que ser una broma, ¿Qué podría ofrecer al infierno? –La sombra salió lentamente del agua, mostrándose como una mancha negra de azufre- ¿Qué le da valor a su patética existencia?
Además de que ha podido resistir la influencia de Leviamon por un tiempo considerable, tiene a su disposición espíritus digitales del propio Leviamon… si aprende a manejarlos, seria un buen apoyo –El humano se quitó el visor, mostrando sus ojos rojos por primera vez desde que aterrizo en el desierto- sin mencionar que tuvo la brillante idea de intentar doblegar al demonio con su propio poder… dime, ¿si eso no es una fuerza potencial, entonces qué es?
Tch… ¿y solo por eso piensas dejarla vivir?
Sabes que el imperio es débil aun, necesitamos ayuda… ¿y qué mejor que alguien que ya tiene una conexión con el infierno? –Bisuto se giró para ver a la rubia- pero necesito que sus memorias se conserven intactas
¿Disculpa? ¿Estas poniendo condiciones?
Necesitamos toda la ayuda que podamos, pero ella no sirve sin sus memorias… Leviamon no puede liberarse solo aunque su poder sea restaurado en parte… y ella es la única que podría liberarlo, pero sin sus memorias ella no dará un paso al frente –Se cruzó de brazos y volvió a ver a la mancha de azufre- eres el dios del infierno donde están encerrados esos demonios, solo tienes que chasquear los dedos para que Leviamon obedezca
… de acuerdo… de acuerdo, tienes un punto… -La mancha de azufre extendió una “rama” como si fuera un brazo, señalando a la humana- tú, ¿deseas que tu memoria quede intacta? Puedo concedértelo, pero tendrás que abandonar tu libertad para formar parte del imperio del caos… ¿aceptas el trato?

por **Eli Ayase** Miér Ene 17, 2018 10:49 pm

Me quede un tiempo parada ahí, delante de Bisuto, quien en su mano empuñaba aquella espada bañada en datos. Por mi mente pasaban miles de ideas, sabía que tenía el deber de terminar con mi vida en ese instante, pero algo en el, me transmitía un sentimiento diferente, era totalmente extraño.

Al momento que levanto la espada, ahora esta apuntaba al cielo, un destello de luz dejo ver parte de su rostro, aquellos ojos, se pintaban tan rojos y penetrantes, nunca antes había sentido que una mirada fuera tan embriagante como la de Bisuto, quizá por eso, ocultaba sus ojos rojos. Todo paso en cuestión de segundos, el tiempo parecía detenerse mientras sentía sobre mi aquella mirada del pelinegro.

Finalmente, aquella espada bañada en oscuridad, fue retirada, ya no había peligro alguno. Me sorprendió bastante la siguiente actitud del muchacho. Su acción parecía un tanto infantil, como un hermano mayor. De pronto todo se volvió confusión, el gesto que había tomado Bisuto era totalmente diferente, al que inicialmente había mostrado. Se podía notar un poco mas calmado y relajado.

Escuche las palabras que salían de su boca a modo de regaño, y luego la situación se volvió un tanto confusa. Me quede en silencio durante un buen rato y solo prestaba atención al contrario. Sus palabras tenían algo de razón, pero ¿Cómo podía interponerme en contra de alguien, que claramente tenía la misión de terminar con mi vida? Era simplemente una muchacha indefensa al lado de alguien que tenía cierto nivel de poder.

–¿Arreglarlo?- Pregunté en voz baja mientras miraba como el chico extendía su mano, invitándome a tomarla. El sentimiento que ahora recorría mi cuerpo era seguridad, estaba mas tranquila, luego de que aquel acto de homicidio no sucediera. Lentamente tome la mano de Bisuto, extrañamente parecía sentirse fría, para después este llevarme frente al agua.

No tenía ni idea de lo que ahora iba a suceder, cuando de un leve jalón, empuño nuevamente su espada y la hundió sobre el agua. La reacción de esta fue impresionante, al ver como cada gota se inundaba en una profunda oscuridad. Al ver esto, no pude evitar ejercer un poco de fuerza sobre la mano del chico, la impresión de lo que estaba por suceder me tenía un poco acomplejada.

La figura de Leviamon se hizo presente sobre la cristalina agua oscura, a modo de espejo, pero esto duro unos cuantos segundos, para después abrirle paso a un ser mucho mas diabólico que el anterior. Una voz tétrica y múltiples ojos se mostraron sobre el agua, parecía una especie de espejismo, pero este tomo su propia forma al salir al exterior. Me había quedado completamente muda ante el acto de presencia de ese demonio.

Al parecer Bisuto y el recién emergido, comenzaron a conversar sobre mi existencia y los planes que uno tenía mas que el otro. Palabras que no comprendía del todo. Al parecer, el demonio no estaba satisfecho con que siguiera existiendo en este mundo, pero al momento de escuchar las palabras de Bistuto, un leve escalofrío recorrió mi cuerpo en segundos.

Llamo mucho mi atención mirar el rostro desnudo del chico, ya que sus visores hacían que su rostro no se pudiera apreciar tal cual. Teniéndolo tan cerca, pude apreciar mucho mas aquellos envolventes ojos rojos.

El momento de repente se volvió un intercambio de bienes, mis memorias ahora estaban en juego gracias al comentario de Bisuto con aquel demonio. No entendía muy bien lo que ambos tenían de relación, pero por lo que pude escuchar, este demonio podría ser el jefe del chico.

Aquella mancha extendió una extremidad señalándome, inmediatamente retrocedí un poco. Ciertamente era algo tenebroso, pero la compañía de Bisuto me calmaba un poco mas. Las palabras del demonio eran claras, un contrato había sido extendido con tantas palabras, si quería recuperar todos mis recuerdos ahora debería trabajar para el, tal cual Bisuto ¿Pero podría hacerlo?.

En medio de pensamientos y dudas, mi Digivice comenzó a emerger una luz azul. De este salieron dos hologramas detrás mío. Estos se materializaron en los DigiSpirits que ahora poseía, Ranamon y Calmaramon. Había tenido la experiencia de poder utilizar el poder de ambas, el poder del espíritu humano era mas manejable que el bestia, pero ambas pusieron sus manos sobre mis hombros, una a cada lado.

Terminando por escuchar las palabras del demonio frente a mi, solté una leve sonrisa. No sabía si lo que estaba a punto de decir me ayudaría con forme a lo que tenía planeado para el futuro, simplemente, necesitaba recordarlo todo y estaba segura que sería el inicio de algo de lo cual no podría salir nunca mas –A…Acepto el trato- Sin apenas decirlo el demonio aventó una cortina oscura que envolvió todo mi cuerpo. Los espíritus desaparecieron regresando al Digivice.

Podía ver todo con mas claridad, los recuerdos que había perdido se comenzaban a materializar en pequeños fragmentos de una película en mi mente. Podría recordar quien era, lo que había estado haciendo y como fue que llegue al Digimundo. También, el rostro de mi madre se materializaba frente a mi.

Al termino de este intercambio, mis rodillas habían perdido el equilibrio y comencé a caer desmayada al suelo… Una extraña marca se formó en mi hombro derecho la cual tenía forma del símbolo de agua que antes había visto en los libros que había estado investigando. Este era el comienzo de algo completamente nuevo para mi…

por **Scott Desaster** Miér Ene 17, 2018 11:43 pm

~[Narrador]~

El emperador aprecio la grotesca pero rápida y eficaz forma que tenía el demonio para hacer un pacto con un humano. Inicialmente sintió lastima por Eli al saber que ahora sería una marioneta más de Plutomon, pero luego se olvidó de ese sentimiento, puesto era mejor vivir con aquello que le arrebataron a morir sin recordar nada. Suspiro levemente y cuando vio que el proceso finalizo, pudo notar como la humana estaba cubierta con restos de azufre que poco a poco se evaporaban como si de agua se tratara.

Le estaba dando la espalda completamente a la mancha de azufre, la cual tomo una forma más sólida, la del dios del infierno: Plutomon. Él se mantuvo en su sitio y observo el digivice de la humana, el cual estaba tirado en el suelo y con su pantalla en estática. Lo hiso levitar y con un simple chasquido de dedos, hiso aparecer el símbolo que representaba a Leviamon solo para borrarlo y reemplazarlo con la nueva marca que tenía la rubia en el hombro. Una vez hecho eso, dejo el dispositivo digital en el suelo y comenzó a hundirse en el agua oscura, observando al humano fijamente pero sin dirigirle la palabra.

Una vez que el demonio se fue, Bisuto suspiro aliviado y camino hacia el cuerpo inconsciente de Eli. Observo la marca que ahora tenía en su hombro y se quitó un guante para tocarla. Era el mismo tacto que la del propio emperador, pero de mucho menor tamaño. Se preguntaba porque esa diferencia colosal en el tamaño de la marca del infierno, ¿sería porque el precio que pagaron era distinto? No lo sabía, y realmente no quería volver a contactar al demonio para preguntárselo; suficiente tenía con haber negociado con él. Simplemente suspiro levemente y tomo a la humana por las axilas, cargándola sobre su hombro con dificultad. Tomo el digivice de Eli y lo guardo en su abrigo antes de pararse por completo para marcharse del invernadero.

Bienvenida al Chaos Empire, Eli… lamento que tu ingreso sea tan forzado pero bueno… Plutomon nunca ha sido muy amable que digamos con esto de hacer pactos con los humanos –Comenzó a caminar fuera del invernadero- tendré que pedirle a Lilithmon y sus BlackGatomons que preparen un nuevo uniforme… quizás uno con equipo de natación

Luego de que ambos humanos estuvieran fuera del invernadero, el emperador volvió a colocarse su visor y camino hacia la gran multitud de digimons que seguían tomándose fotografías junto con el compañero de Bisuto: Anubismon. Ya reunido con su compañero, el dios digital cargo a la nueva recluta desmayada y emprendió vuelo junto con su compañero, dirigiéndose hacia la base del Chaos Empire para formalizar el ingreso de la rubia.

por **Eli Ayase** Vie Ene 19, 2018 8:46 am

Mi cuerpo parecía flotar en una inmensa oscuridad. Parecía como si las leyes de la gravedad no afectaran en este páramo oscuro. Por unos cuantos minutos, me mantuve flotando sobre la nada, ningún ruido se podía escuchar, ni si quiera un pequeño rastro del sol lograba entrar en aquella habitación en la que me encontraba.

Parecía como si todo mi alrededor estuviera fabricado por obra de mi mente. De un momento a otro todo comenzó a quebrarse como un delicado cristal. Grandes grietas se formaron en las paredes, el techo y el suelo. Estas lentamente se fueron desprendiendo y mientras caían estas se formaban en polvo de diamante, el cual era brillante.

El cielo abrió paso iluminando todo mi alrededor. La escena cambio completamente, ahora me encontraba en una playa… Bastante conocída… Era la misma playa que había visitado con mi madre, la última vez que pude salir con ella. Comencé a descender desde el cielo lentamente hasta llegar al suelo. La cálida arena me hacia olvidarme de la oscuridad anterior.

Apenas y recordaba lo que había sucedido. Un gran destello paso sobre mis ojos –¡Bisuto!- Dije sorprendida, estaba completamente sola en aquella playa –¿Donde esta Bisuto? ¿Que paso con Plutomon?- En ese momento me encontraba confundida y mi cabeza comenzaba a doler un poco. Las piernas comenzaron a temblarme haciéndome caer de rodillas sobre la suave arena; mis pies se encontraban descalzos. No pude evitar levantar un poco de la arena con una de mis manos, haciendo que esta lentamente cayera, observando como esta terminaba de caer grano por grano. El hombro derecho comenzó a brillar, aquella marca extraña que tenía tatuada comenzó a doler levemente, la cubrí con mi mano esperando que esta dejara de doler.

A mi espalda se encontraba el brillante mar y un atardecer que comenzaba a pintar el cielo de un rojo intenso. El sol comenzaba a ocultarse entre las mas lejanas profundidades.

–Eli, mi querida hija- Una voz muy conocida hizo que mis ojos se llenaran de lágrimas, me quede estática por un segundo. Esa voz, esa cálida voz que me nombraba era la de mi madre. Desde una silla reclinable y bajo una enorme sombrilla azul se encontraba sentada mi madre, aquella mujer que tanto anhelaba recordar –¿Eres tu, madre? ¿De verdad eres tu?- Mis piernas retomaron sus fuerzas y me levante para después comenzar a correr en su dirección.

Parecía que todo estaba siendo producido por mi mente, pero me daba mucho gusto el poder volver a ver aquella que me dio la vida –Te he extrañado tanto, no sabes la falta que me haces, necesito tanto tu compañía- Caí a los pies de mi madre, me recargue sobre sus piernas y las lágrimas salían de mis ojos sin parar.

Una de sus cálidas manos se levantó lentamente y se postro sobre mi cabeza dando una leve caricia –No debes estar triste mi niña, siempre he estado contigo, no lo olvides- Sus palabras hacían que mi corazón comenzara a latir de modo acelerado, nunca había podido pensar en ver a mi madre una vez mas –Ahora mas que nunca debes ser fuerte, usa esa fuerza para salir adelante, no tienes que preocuparte ni mucho menos tener miedo. No quiero que vuelvas a pensar que estas sola, yo siempre estaré contigo ¿Recuerdas?- Aquella mujer se reclino mas de su silla y me abrazo.

Su cálido abrazo me daba paz y tranquilidad. Tan solo duro unos cuantos segundos para que al momento de levantar mi vista mi madre ya no se encontrara –M...Mamá- Ultimas lagrimas brotaron de mis ojos, limpie con mis manos las lágrimas y después me levante –Tienes razón, no volveré tener miedo, se que siempre estarás conmigo- Lleve una de mis manos al collar que siempre llevaba, este tenía una gema en forma de gota de agua, con un color esmeralda muy hermoso, que mi madre me había obsequiado para que la recordara.

Dentro de uno de los bolsos de mi blusa se encontraba mi Digivice, el cual comenzó a emitir una luz azulada y proyectaba una especie de holograma. La forma delante de mí era Ranamon, quien con una gran sonrisa me tendió la mano para levantarme –Vamos no estés triste, ahora tienes muchas cosas mas por hacer, no seas aburrida. Además, si te la pasas llorando te pondrás arrugada y ya no serás mas una modelo hermosa ¿Eso es lo que quieres?- Sonriendo tome la mano de la Digimon y me levante quedando frente a ella –Ahora que todo ha vuelto a la normalidad estoy segura que podras con lo que sea que enfrentes, de todos modos, te he brindado mis poderes. No es que me agrade del todo, pero es mejor que una chica hermosa como tu los posea- Ranamon llevo una de sus manos a mi mentón –Ahora volvamos al mundo real- Todo a mi alrededor se volvió oscuridad en un segundo…

De un jalón desperté, me encontraba sobre los brazos de un enorme Digimon con forma de zorro. Su presencia se me hacia muy familiar, parecía ser el compañero de Bisuto –¿Labramon eres tu?- Pregunté casi inconciente y algo mareada, al parecer me llevaba a un lugar, no tenía ni idea, pero ahora todo regresaba a mi memoria –Es cierto, ahora recuerdo, Plutomon…- Me quede callada durante el resto del viaje, mientras intentaba digerir todo lo que estaba en mi mente en ese instante.

Spoiler:

por Contenido patrocinado