Watch Over You [Priv.Scott]

Selene miraba atenta por la ventana del trailmon, Momo dormitaba sobre sus piernas. La hermosa pelirroja pecosa consideraba que habían pasado demasiado tiempo desde la última vez que había visto al pelinegro de ojos carmesí y a su cachorro digital; muchas cosas habían pasado para la tamer y su acompañante sin embargo para ella la más importante de todas recaía en un solo hecho: Momo aun no evolucionaba. Estaba preocupada, no iba a negarlo pero debía admitir que mucho trabajo en la relación “tamer-digimon” no había hecho, el día a día entre la energía incansable de Momo y los líos a los que los llevaba los consumía con rapidez, si no era un mensaje por parte de wizzardmon, era buscarlo por toda una ciudad, caer deshidratada en pleno desierto o librarse por los pelos de las provocaciones del bebe hacia otros digimon.

“Tenemos que entrenar” había asegurado la chica y él bebe se había negado, de una forma u otra Momo se las ingeniaba para sacarse de encima el entrenamiento por juego u otra estrategia y cada vez que trataba de abordar el tema de la “evolución” el caprimon parecía querer rehuir del tema y ¡lo lograba! Selene le daba puntos por el ingenio, pero ya estaba llegando al límite. “Iremos a la ciudad imperial” determinó aquella mañana con la mochila a la espalda y la ropa cómoda que calzaba aquel día, su misión era entrenar a su acompañante aunque no tenía la menor idea por donde debía partir, recordaba que Scott había dicho algo de batallas pero ¿a quién podía pedirle una “batalla” con su pequeño caprimon? ¿Bragi? No, de seguro aquel peculiar y simpático Valkyr terminaría llevando a momo a punto de no retorno, ¿kai? No, hacia demasiado tiempo que no se encontraba ni al digimon ni al tamer y mejor no considerar ni al romeo ni a hibiki. El primero porque no estaba segura de cómo sería un entrenamiento con este y el segundo, porque estaba segura que debía llevar un nivel más avanzado; selene dejo escapar un suspiro mientras apoyaba su frente en el vidrio del trailmon volvía a su primera opción: Scott y Labramon.

No era solo porque deseara ver al peli negro de ojos carmesí, sino porque era al único que consideraba podía guiarla un poco en todo el asunto y porque Momo no sospecharía de ellos ni los rechazaría como hacía con la mayoría, de eso estaba segura.

El trailmon hizo su sonido típico de parada y Momo despertó al instante -¿Ya llegamos?- anunció emocionado -¡Vamos Vamos!- de un bote ya estaba afuera del regazo de su tamer y de tres más ya estaba afuera del trailmon, Selene sonrió, en esas ocasiones ella dudaba si realmente quería verlo evolucionar. Le siguió hacia la parada y de inmediato se quedó impresionada por el lugar ¿Dónde carajos estaban? ¿la edad media? -¿Qué pasa Selene?- preguntó Momo al notar como su tamer se plantaba en aquel lugar -¿No te gusta?- cuestionó -No..no es eso, es solo que el digimundo no deja de impresionarme- aseguró obligándose a caminar por las calles rusticas de una ambientación que ella creía muerta, parte de los libros de historia y algunas reliquias, definitivamente no era su ciudad favorita, impresionante si pero a Selene le gustaban las cosas menos ostentosas y más prácticas. El ambiente de la ciudad era peculiar, todo iba en orden, parecía que la seguridad no fallaba y aquello solo sumo más nerviosismo a la tamer ¿y si momo se metía en líos ahí? Estaba segura que su ingenio o su sonrisa no les salvarían en esa ocasión.

-¡Selene mira!- chilló el pequeño caprimon y la chica llevo sus ojos azules en la dirección… “Un momento…¿Momo? ¡MOMO!” en menos de un parpadeo el digimon había vuelto a desaparecer -Fuck this ...- maldijo mientras sus ojos buscaban con rapidez a su acompañante -¡Momo!- gritó y algunos digimon se giraron a verla como si acabase de hacer el peor sacrilegio del mundo “Mierda” se apresuró a caminar en la dirección que creía el caprimon había huido, sin embargo la tamer lo único que estaba haciendo era alejarse del pequeño Momo, quien en su ingenuidad e impulsividad había boteado con rapidez en la dirección contraría parándose al lado de un puesto de comida cubierto por digimon de nivel rookie y champion, el pelaje claro del caprimon lograba pasar desapercibido -¡Selene quiero probar eso!- chilló emocionado girando sobre si mismo, solo para darse cuenta que estaba solo en una ciudad desconocida.

Momo ciertamente estaba al borde del llanto, solo, rodeado de digimon gigantes y sin Selene a su lado se sentía totalmente indefenso. De alguna manera recordó las palabras de su tamer “si evolucionas Momo, podrás hacer más cosas por ti mismo” había dicho Selene, era cierto, si fuera más grande y fuerte él podría buscarla ahora y encontrarla, podía abrirse espacio entre los pies peludos y no peludos, podría hablar y todos ahí le tomarían atención pero el pequeño Momo también tenía una gran razón para no desear hacerlo, era solamente una razón pero era una muy poderosa para él.

Giró rápidamente sobre si mismo asustado y se llevó por el lado a otro digimon más quedándose inmóvil de inmediato ¿y si era gigante? ¿y si estaba en su última etapa? ¿y si lo mataba ahí mismo y no volvía a ver a Selene? Busco desesperadamente con la mirada una forma de esconderse, sin embargo al notar que, quien lo estaba retando era una bola como el, solo que unos centímetros más alta el nerviosismo inicial desapareció ¿Cómo podía ganarle a él alguien que era apenas unos centímetros más alto? -¡No soy un bebe!- se defendió el pequeño Caprimon ofendido con dos tonos agudos más alto con su pelaje teñido de rojo a la altura de sus mejillas -Además si te pones a mi lado ¿Cómo no voy a botarte la comida? No tengo ojos en la espalda para fijarme- argumentó -y tu comida, señor llorón- aventajó Momo sin miramientos ni mediciones en diferencias de niveles y experiencias, tenía que devolverle la vergüenza que le había hecho pasar al decirle bebe en público y frente a otros digimon -puedo pagártela cuando encuentre a Selene, ella puede comprarte dos o tres postres, a diferencia de lo que tú te pagaste- aseguró con una expresión casi orgullosa al hablar de su tamer como si fuera la mejor de todas las tamer. Momo tenía la mala costumbre de hablar de más, actuar de más y sobre todo sin pensar y ahora frente al Metalmamemon no era distinto el pequeño caprimon no media sus palabras ni tampoco sus intenciones de parecer un digimon grande y no un bebe.

Mientras tanto la mencionada intentaba abrirse paso entre los tamer y la cantidad de digimon que había en ciudad ¿Cómo encontrarlo? ¿debía pedir ayuda al a seguridad? ¿a los caballeros de aspecto nada amables? Lo dudaba -Disculpen- dijo la chica acercándose a un grupo de digimon compuesto por un gabumon y dos agumon -¿Han visto a un caprimon por aquí? ¿Revoltoso y de voz chillona?- los tres negaron al unísono y la hermosa pelirroja pecosa avanzo con rapidez hacia el siguiente grupo con la desesperación clavada en su rostro ¿si Momo se metía en problemas mientras ella no estaba? Eso era casi seguro pero..¿y si le pasaba algo peor?. Intento apresurarse entre grupo y grupo mientras lo llama a voz a intervalos donde no encontrase a los caballeros de mirada severa que estaba segura, no le agradaban los digimon revoltosos.

-Hola- comenzó nuevamente como si fuera una grabadora -¿han visto a un Caprimon revoltoso y de voz chillona?- la ojiazul observo a los digimon que estaban frente a ella, no los conocía y era la primera vez que se topaba con un demi devimon, pagumon y wanyamon. El grupo pareció evaluar su interrupción y fue el demi devimon que hablo por los otros dos -claro- respondió con una sonrisa que ella no tenía porque sospechar -Si vienes con nosotros te llevamos- a Selene pareció que le regresaban los colores a las mejillas ¡al fin! ¡Por fin! Fue lo que pasó por su cabeza más desconocía las verdaderas intenciones del trio -pero tendrás que pagarnos- añadió el wanyamon -somos expertos rastreadores, con mi olfato desarrollado puedo encontrarlo donde sea pero tendrás que pagarnos- en otro momento y sin estar contra el tiempo ella hubiese dudado e incluso rechazado la ayuda del trio que tenía enfrente pero ahora, considerando que cada segundo contaba y que Momo era experto en armar líos no podía darse ese lujo -de acuerdo- dijo al fin -¿Cuál es el precio?- presionó, los tres volvieron a darse una mirada -¿Cuánto llevas encima?- dijo el pagumon -Solo comida- mintió la chica omitiendo otros detalles -pues eso queremos- añadió el demi devimon -y te llevaremos donde está el caprimon-

Selene no dudo, dándoles la espalda abrió la mochila y saco la bolsa replata de comida del “mundo humano” Momo luego podría llorar por haber perdido sus dulces, ahora lo importante era encontrarlo.

═══════ ≪ • Momo • ≫ ═══════

Sonreí cuando el llorón rechino los dientes ¡Ja! Era mucho mejor que mi rival -Yo no dije que eras pobre si tu te sientes aludido por ser pobre ahí tu- respondí alzando la mirada ¿Quién se creía para culparme de todas sus desgracias?, entonces el apuntó y yo abrí mucho mis ojos ¿iba a dispararme de verdad?....¿realmente? yo solo estaba jugando.

El sonido del cañón alcanzo mis oídos y vi el rojo tomar forma en su interior ¡No! ¿Por qué? ¿Qué era lo que decía Selene en estos casos? ¿disculpa? ¿lo siento? Mi rival disparó y yo cerré los ojos con fuerza sin saber cómo reaccionar, lo siento Selene, nuevamente yo….¿estaba corriendo? Mis ojos se abrieron de par en par ¡ESTABA CORRIENDO! ¿Cuándo me salieron las piernas? ¿habia evolucionado en ese instante? Pero no sentí nada raro ¿eso era evolucionar?. Miré a mi alrededor con más atención, yo no estaba corriendo me estaban cargando -¡JA!- grité hacia atrás mientras me giraba en las manos de mi salvador y aprovechaba de sacar la lengua a la bola que me había disparado ¡que tonto! -¡Jamás me alcan--- mi gritó quedó a medio camino cuando mi salvador me dejaba en el piso y seguía huyendo y la bola acercándose; le saque la lengua con fuerza y el disparo rozo mi cola ¡No podía dejar que me dañara! -¡Nunca te pagaré la comida llorón!- grité boteando lo más rápido que podía en la dirección opuesta escuchando maldecir a mi espalda ¡esto si que era divertido!

Corrí más rápido metiéndome entre las piernas de los digimon que estaban en las calles, sin darme la oportunidad para detenerme salte sobre una lilimon que tenía unas bolsas en las manos para hacerlas caer e impedir el paso de mi enemigo, la lilimon a mis espaldas gritó algo pero no me detuve me lance contra un grupo de koromon para disgregarlos y hacer que juntos se fueran contra un puesto de comida, el carro se oyó a mis espaldas estrellarse contra el piso y aproveche la distracción para girar a mi izquierda y esconderme detrás de unas cajas, jadeando totalmente emocionado por la carrera. Como tenía que ser sigiloso incline mi cuerpo hacia un lado que me permitiera ver la conmoción, varios digimon peleaban entre si, algunos estaban cubiertos de comida y otros discutían porque no entendían que era lo que pasaba ¡lo había logrado! Con eso jamás me encontraría.

═══════ ≪ • Narrador • ≫ ═══════

Selene siguió al demi devimon y sus acompañantes atenta a su alrededor, estaba nerviosa y lejos del barullo de la plaza inicial, caminando por una de las calles donde los puestos comenzaban a ser escasos al igual que el resto de los digimon. ¿Por qué no le había pedido a Scott su correo? ¿su número de teléfono o lo que fuera para encontrarlo? Estaba segura que él podía ayudarle a encontrar a Momo antes que se metiese en un gran lio, si lo veía, no dejaría pasar la opción -¿Hace cuánto que eres un tamer?- pregunto el pagumon boteando al lado izquierdo de la chica -No hace mucho ¿Por qué?- añadió ella -Porque eres una pésima tamer si pierdes a tu digimon- añadió wanyamon a su derecha ¿Cuándo había tomado esa formación a su alrededor? Selene intentó no darle demasiada importancia -Gracias por declarar lo que todos ya sabemos- respondió con la ironía y acides característica mientras se cruzaba de brazos bajo el pecho y el demi devimon al frente de ella se reía -Al menos lo admites, ahora para seguir caminando ¿Qué más tienes? Creo que estamos cerca pero tenemos que asegurarnos-

La hermosa pelirroja pecosa alzó una ceja, solo necesito segundos para comprender que esos tres la estaban timando y aprovechándose de su situación, necesitaba un plan y rápido -Dólares- respondió por instinto -dólares americanos- agregó tratando de hacerlo sonar más interesante de lo que realmente era; demi devimon la miro sin interés sin embargo los otros parecieron caer en sus palabras -¿Qué es eso?- wanyamon se acercó un poco a ella y pagumon dudo si avanzar -dame un momento y te los enseño- Selene giró dándole la espalda a los tres digimon observando a su alrededor, no tenía absolutamente nada cerca para hacer cualquier clase de movimiento y estaba de más considerando que esos tres podían causarle un grave daño si así lo querían -¿Y bien?- apresuró el demi devimon.

Comprendió que solo tenía una oportunidad, nuevamente como si fuera una historia que se repetía siempre que perdía a Momo, Selene hecho a correr por donde habían venido a todo lo que le daba las piernas.

Si Momo sobrevivía ella le daría la reprimenda de su vida por haberla metido, otra vez, en un lio ¿Cómo era que aquel caprimon, siendo tan pequeño, podía llevar consigo tales consecuencias? Selene pensó que ella era complicada pero con Momo a su lado rápidamente se dio cuenta que sus impulsos eran santos al lado del bebe y que comenzaba a sonar a su madre mientras corría por la calle -¡No podrás correr para siempre!- gritó el pagumon a su espalda escuchando el boteo característico “corre, corre ,corre” era todo lo que podía articular en su cabeza mientras se saltaba unas cajas y esquivaba a los pocos digimon que comenzaban a aparecer en las calles -¡Atácala!- añadió el wanyamon -¡Si va a la plaza la perderemos!- Sus piernas ya comenzaban a flaquearle y con la respiración entre cortada giro justo para ver como el demi devimon agitaba las alas lanzando en su contra …¿jeringas? ¿eso eran jeringas? La chica esquivo justo hacia la derecha sin quitarles la vista de encima cuando pagumon agrega un “otra vez que fallaste” sin alcanzar a ver a quien se llevaba por el frente, su cuerpo impacto a toda velocidad directo contra alguien más -¡Fuck!- maldijo en su idioma natal y fue incapaz de alcanzar a poner las manos o las rodillas para detener su caída.

El quejido de dolor no se hizo esperar por su parte, su cuerpo resentía el golpe directo y fuerte que acababa de darle a quien estaba aplastando por completo en ese momento -Lo…siento- murmuro apoyando sus manos en el piso para comenzar a enderezar su cuerpo y fijar sus ojos sobre los orbes rojos que, quisiera o no, había extrañado de alguna manera -¡Scott!- iba a lanzarse hacia adelante para abrazarlo, el peli negro no comprendía la alegría que ella sentía en ese momento justo en ese preciso momento de encontrarlo ahí en la ciudad, sin embargo las manos firmes de Scott lograron hacer distancia entre ambos ayudándola a enderezarse para quedar sentada sobre sus piernas, frente a frente.

-Lo he perdido- la angustia se hizo presente en su tono de voz -cuando llegamos en un segundo estaba conmigo y lueg— la explicación de la chica quedó a medio camino ante la interrupción de labramon y los digimon que había intentado timarla, giró el rostro observándoles con enfado -¿¡Deberles dinero!? ¡Ustedes trio de ladrones deberían regresarme mi comida!- argumentó molesta mientras giraba el cuerpo para levantarse omitiendo el dolor de la caída dándole la espalda a Scott, estaba cansada de huir. El demi devimon amenazó con atacar nuevamente y Selene pensó lo malo que había sido irse de bocazas de manera impulsiva, ahora no tenía argumento contra Momo, suerte para ella que un digimon que Scott conocía los sacaba del paso, Selene sonrió -¿no te cansas de ser badass verdad?- agregó mientras giraba sonriéndole con coquetería al pelinegro estirando su mano para ayudar a levantarse por completo del suelo.

-Ahora, Momo, no sé dónde está- la hermosa pelirroja pecosa miro primero al humano luego a su compañero -entramos a la ciudad, no llevábamos ni cinco minutos aquí y ya lo he perdido- la angustia volvió a aflorar en sus facciones y en el tono de su voz -Ustedes lo conocen, él es perfecto para meterse en líos, solo espero que esta vez pueda sacarlo- No iba a esconderlo, Selene estaba realmente preocupada por su compañero digimon.

Mientras tanto, Momo alejado de la angustia de su compañera lidiaba con los problemas que el mismo se había causado. Creía estar seguro contra las cajas y se había tenido que aguantar la risa al escuchar tantos disparos y quejas alzándose a vivas voz, con el sigilo que le caracterizaba en cada una de sus travesuras volvió a mirar por el costado de las cajas y se quedó mudo al notar ahí a los knightmons cargado al llorón ¿y si lo delataba? ¿él tendría que asumir las consecuencias? No quería, el caprimon se removió inquieto en su sitio tratando de escuchar con atención la conversación sin embargo, las acciones valían más que las palabras la bola de metal estaba libre, había vencido a los knigtmons con facilidad y parecía ir en su dirección, Momo sintió las mismas emociones que le impedían evolucionar, armándose de valor salió de las cajas sacándole la lengua al Metalmamemon -¡Aprende a disparar!- le retó con su voz chillona para luego botear con rapidez hacia su izquierda.

Momo se movía la mayor velocidad que le permitía su estado de bebe II, valiéndose de su porte pequeño y de la gran cantidad de digimon y tiendas boteo pegado a las tiendas tratando se zigzaguear entre los tamer que ahí se encontraban y los digimon que intentaban darle espacio al ver su loca carrera y los disparos que pasaban cercanos y rasantes del bebe. Con algo de suerte Larry no le había alcanzado sin embargo ante los destrozos Momo se había golpeado con restos de ladrillos y la punta de su cola humeaba a cada bote, le dolía pero no podía detenerse -¡Cuidado!- chillo no para alertar al grupo de leomon que le impedían el paso sino para sobresaltar a la gatomon que llevaba una bandeja de pasteles, el pequeño caprimon la empujo y las humeantes tartas volaron por los aires, Momo no se detuvo a ver el resultado del desastre que dejaba a su espalda sino que siguió el sonido de la música que se hacía más fuerte tratando de esquivar lo mejor que podía las balas del llorón a su espalda.

De frente lo vio, un peculiar digimon tocando saxofón era su "salvador" ¿le ayudaría ahora? las personas y digimons incomodos a su alrededor y knigtmons corriendo en su dirección, era su oportunidad su única oportunidad -¡Ayuda!- chilló -¡Me persigue una bola de metal que viene destrozando la plaza!-

Momo boteo hasta esconderse detrás de quien había sido su salvador, ahí estaba seguro o al menos así lo veía él para que la bola llorona le diera primero tendría que apuntar a quien era su salvador y eso le daría un tiempo para volver a huir, las voces se alzaban en una sinfonía que se acercaba a la palabra caos el pequeño caprimon tenía que darse algo de crédito, nunca había enfadado a tantos digimon juntos de un momento a otro, era un nuevo nivel -¡Vieron!- chilló Momo - ¡está loco! ¡No sé porque me quiere atacar!- anunció fingiendo estar al borde del llanto como un buen bebe digimon nivel II, si quería salir vivo de esa tenía que seguir con su farsa hasta el final o hasta donde pudiese volver a huir de ahí.

Un knigthmon pareció entender el asunto, él no tenía absolutamente nada de culpa y él bebe sintió cierto relajo interno cuando salió en su defensa -¿insufrible? ¡A quien le dices insufrible señor llorón destruye ciudades!- se defendió ofendido por el calificativo, él no era insufrible. Los vio pelear muy atento rogando en su interior que ganase el caballero de la ciudad, sin embargo no advitó cuando su “salvador” lo dejaba ahora expuesto al peligro -¿pero que..?- con horror Momo vio como Larry iba hacia él seguido del caballero, nuevamente se echó a correr alrededor de la pileta esquivando lo mejor que podía los ataques de su enemigo, trozos de escombros volaban de un lado a otro y los digimon que exigían violencia y sangre formaban un circulo alrededor del espectáculo impidiéndole el escape ¿ahora que pasaría con el?

Mientras tanto, alejada del problema real Selene siguió con la mirada a los digimon que parecían caballeros y comprendió las palabras de Scott ¡Momo estaba detrás de todo eso! ¿Cómo lo sacaría de esa? La hermosa peliroja pecosa sintió una punzada en su estómago -Te sigo- aseguró, después de todo ella no tenía ni idea como llegar a la plaza. Caminó rápido a pesar de tener las piernas adoloridas por la incipiente carrera de segundos atrás y el golpe que se había dado el chocar con Scott, avanzaba silenciosa algo poco característico de ella pero no se le podía pedir más, estaba muy preocupada por su compañero -Espero que no sea Momo que esté causando todo esto…- aseguró a Scott y Labramon aunque en el fondo sabía que eso era algo imposible.

A medida que seguían a los knigthmons el ruido de la plaza iba en aumento la conmoción que allí estaba ocurriendo parecía ser de buenas proporciones -¡Aun lado! ¡Abran paso!- anunciaron los digimon caballeros que intentaban separar a los espectadores -¿Scott, Labramon, logran ver algo?- consultó la chica que si bien no era baja para ser una mujer no podía ver por sobre los hombros del grupo de Leomon que estaban frente a ellos.

La hermosa pelirroja pecosa intento abrirse paso entre la multitud de digimons y tamers que allí estaban y entre bote y bote Momo la vio, Selene entraba a la aplaza seguida de Scott y Labramon, Momo junto aire, lo máximo que pudiesen juntar sus pequeños pulmones y chilló -¡SELENE, SCOTT AYUDAAAA!- intentó abrirse paso entre los digimon pero le fue imposible, sin embargo su Tamer ya estaba empujando para llegar a hasta él y apenas puso un pie dentro del circulo de persecución Momo salto a sus brazos temblando -¡Selene Selene me quiere matar!- el pequeño caprimon tembló sobre los brazos de la chica quien lo sujetaba con fuerza, ahora estaba seguro Selene no permitiría que la bola de metal le hiciera daño.

Sin embargo, la chica se había quedado momentáneamente muda y muy quieta sosteniendo a su pequeño caprimon con la punta de la cola quemada ¿Momo había sido capaz de hacer semejante lio? ¿Qué era lo que realmente estaba pasando? Y lo que más le preocupaba ahora ¿Cómo era la “ley” en el digimundo para esa clase de altercados? -…¿Scott?...- le llamó mientras lo buscaba con la mirada, estaba en medio del circulo con los ojos sobre ella, el caprimon temblando, una bola de metal que no le sacaba la mirada sedienta de sangre a Momo y un caballero enfadado que no se sacaba el ojo de encima a la bola de metal, si necesitaba la intervención del badass ese era el momento adecuado para sacarla de ahí.

Selene no hizo amago de oponer resistencia cuando sintió la mano de Scott en su espalda como señal de avance, si habían cosas que le hacían sentir un poco incomoda eran esa clase de cosas que alrededor se le quedaran mirando fijo como si tuviese algo pegado en el rostro o peor además el badass había logrado que zafaran de un posible castigo, ciertamente ella se había imaginado que mínimo los pondrían a recoger el desastre que podrían haber causado Momo y el llamado Larry pero al parecer Scott tenía una buena estrategia.

Para su sorpresa Momo también estaba mudo entre sus brazos mientras la esfera de metal contaba su versión de los hechos, ella no dudaba de las palabras de Larry conocía a Momo y sabía que era perfectamente capaz de llamarlo pobre y llorón -Lo siento Larry- fue lo primero que salió de sus labios -yo te compraré el postre, doble, por todo el problema que te causó Momo- el pequeño caprimon se removió inquieto entre los brazos de su tamer -¡No selene! ¡casi me mata y me quemó mí colita! Además yo le dije que tu podías comprarle un postre extra y él lo rechazó- acuso el bebe mirando directamente a la bola de metal, ella frunció el ceño -¿Te disculpaste con Larry por haber botado su comida al piso aunque fuera un accidente?- el tono de la chica era fuerte y firme, Momo abrió la boca y la volvió a cerrar desviando la mirada para darle la espalda a todos los presentes entre los brazos de su tamer -Lo supuse, tu y yo tenemos una conversación pendiente- el pequeño caprimon no se movió, como si repentinamente se hubiese quedado profundamente dormido y Selene dejó escapar un suspiro.

-Gracias Scott- añadió la chica observándolo primero a él y luego a Labramon -Por sacarnos de ese lio, otra vez- una sonrisa sutil se formó en sus labios, Selene se sentía un poco incomoda por todo el asunto ¿Cómo no era capaz de solucionar sus propios líos sola? Comenzaba a pensar que el papel de damisela en apuros le pegaba más seguido de lo creía en el digimundo y aquello no le agradaba demasiado -Espero no haber arruinado lo que estaban haciendo- les pidió disculpas con la mirada a ambos -Larry, ¿Por qué no nos guías al postre? Creo que me vendría bien algo salado como opción y alejarnos de aquí-

Selene siguió al digimon que acompañaba a Scott para “pagar” la deuda de Momo quien seguía en silencio entre sus brazos -Por cierto ¿Cómo sigue tu pierna?- añadió mientras observaba el desastre por el cual avanzaban Momo se había ganado un nuevo nivel de charla por lo que ella estaba viendo. Algunos digimon a su alrededor parecían reconocer a los causantes del lio cuchicheando entre ellos, dedicándoles miradas molestas o simplemente culpándolos a viva voz de lo que acababa de pasar -Humm saben creo que será mejor que nos comamos la fruta que traigo en la mochila y salgamos de aquí- propuso siguiendo esta vez a Scott y Labramon hacia una nueva ruta -Mi idea original era preguntar por ti y Labramon por aquí pero gracias al desastre probablemente pongan un cartel del siglo pasado con mi cara y la de Momo impidiéndonos el paso- lo había dicho en un tono de broma pero realmente lo creía probable.

Avanzó con los tres hacia un lugar menos concurrido de la ciudad, la plaza a la que habían llegado entregaba una de las vistas de las montañas que rodeaban el lugar, era amplia y no habían muchos digimon o tamer en ella; Selene dejo a Momo en el piso mientras se acomodaba en una de las bancas con su mochila al lado, el pequeño caprimon boteo lejos de los cuatro hacia la mitad de la plaza ofendido por tener que estar en el mismo lugar que el digimon que casi lo asesinaba y con su compañera entregándole su comida -Bien tengo piña, manzana, un par de sándwiches y unas gomitas dulces el resto se lo entregue al trio de ladrones ¿Qué prefieres?- espero que Larry decidiera para entregarle el pedido -Labramon ¿quieres algo? Por cierto, me gusta tu pañuelo te queda bien- era cierto, la apariencia del cachorro digital con el pañuelo al cuello le recordaba a los perros del mundo humano con accesorios que los hacían resaltar. Espero la respuesta de labra para dirigirse a Scott -Ahora que ya te has ganado el título de badass rescatador espero que me des tu número o algo, digo, si siempre que te veo estoy metida en un problema del cual nos sacas es mejor ponerte sobre aviso- la chica sonrió con coquetería mientras le extendía su mochila para que eligiese algo de comer si gustaba.

La hermosa pelirroja pecosa se quedó observando por un momento a los dos digimon que se alejaban de ellos, Larry por un lado y Momo por el otro, tenía que admitir que se sentía mal por ambos no le gustaba regañar a Momo y tampoco le agradaba la idea que un compañero de Scott se metiese en problemas por culpa del pequeño caprimon, además Selene podía darse cuenta de lo “firme” que era el pelinegro en esas situaciones aquello le agradaba pero eso no significaba que no se sintiese un poco culpable por el llamado Larry. Ella alzo las cejas cuando Larry le espetó por el número de teléfono y sonrío un poco divertida con eso de “confidencial”, sus azules inevitablemente se fueron sobre la garra del digimon “Momo tuvo suerte” si le hubiese acertado un solo golpe probablemente ella no estaría sentada allí.

Tuvo que aguantarse la risa cuando escucho lo de la máquina de golosinas y comprendió porque Larry y Momo se llevaban tan mal en una primera instancia, quizás eran bastante parecidos en actitudes. Sin embargo cuando el pelinegro menciono su cara ella se río, armónica, entonada, lo necesitaba, necesitaba dejar ir esas tensiones -Tu cara no tiene nada de malo, me gusta incluido el problema de visión- aclaro observándolo de medio lado -y ya que tu número de identificación es secreto y no tienes celular- rebusco en su mochila hasta dar con una libreta y un lápiz azul que estaba por el fondo, escribió en él con rapidez corto la hoja y se lo entrego -si no me mandas un mensaje cuando tengas tu número de identificación pensare que me estas engañando con otra pelirroja- añadió en un tono juguetón dejando el bolso sobre sus piernas -Sabes badass extrañaba hablar contigo- confeso sin quitarle la vista de encima con esa franqueza abrumadora que le era característica -además necesitaba preguntarte…la última vez que nos vimos recuerdo que me mencionaste que tu entrenaste a labramon  ¿Cómo lo hiciste Scott? ¿Cómo se entrena a un digimon? ¿lo pones a que use sus habilidades o como..? ¿Cómo lo hiciste con Labramon? Se que labra y Momo son totalmente distintos pero Momo...no se... es como si realmente no quisiera hacerlo-

La preocupación volvió a teñir los rasgos de la chica, quien atenta al pelinegro no distinguió cuando aquel ser alado dejaba los dulces frente a momo -¡Oye regresa!- dijo el caprimon en ese tono agudo para verle desvanecerse detrás de los árboles de la misma forma que había aparecido ¿Qué le pasaba a ese digimon? ¿le ayudaba, luego dejaba que lo mataran y ahora le daba algo? De seguro tenía que andarse con cuidado. Aun así se le olvidó completamente el cuidado que tenía que tener con aquel particular saxofonista cuando observo la bolsa con ojo crítico ¡estaba repleta de dulces! Momo se lanzó sobre el contenido como si no hubiese un mañana de por medio, trago unos cuantos y al momento de atorarse con otro par choco contra el metal mamemon que también se había dispersado del grupo, el pequeño caprimon giró con rapidez y le observo en silencio por varios segundos ¿tenía que disculparse? No quería…pero Selene se enojaría el doble con el si no lo hacía  -Que quede claro que solo lo siento un poquito- fue lo primero que dijo casi rozando el orgullo -además me quemaste mi colita y me duele, si me hubieses aceptado el postre gratis no hubiese ocurrido esto y Selene y Scott no estarían molestos-

Momo sabía que eso no sonaba nada bien, es más parecía el inicio para una nueva pelea pero era lo más parecido a una disculpa que había llegado en su vida de Bebe II con otro digimon y tampoco iría más lejos, o la bola de metal lo tomaba o lo dejaba -¿Quieres un dulce?- ofreció como “ofrenda de paz”, era su segundo intento, si Larry no era capaz de entender sus intenciones Momo no haría más por arreglar la situación, porque ya lo había intentado y no era su problema…no del todo.

De los labios de Selene se escapó una pequeña risa cuando Scott le daba por respuesta cartas y sentimentalismos, estaba “perdida” si quería que Momo le dijese el real motivo porque no quería entrenar ni evolucionar no lo conseguiría tan fácilmente, ya lo había intentado y de muchas maneras -Lo sé- respondió ella cuando el menciono posibles motivos -el problema es que Momo no quiere decírmelo, ya lo he intentado de muchas formas tratar de averiguar porque no quiere evolucionar, es decir, le dije que no me importaba si se quedaba como bebe por mucho tiempo si el así lo quería aunque eso significara ponernos en peligro de manera constante pero que entendiese que evolucionar es parte del proceso natural de un digimon, por lo que hablamos y si el no quiere hacerlo porque tiene una razón podía decírmela pero Momo simplemente ignoró el tema, creo que él no quiere evolucionar y ya y la razón porque no quiera decírmelo debe ser igual de fuerte que sus deseos de quedarse en esa etapa- suspiró -y si soy sincera no me importa que se quede como bebe, no quiero forzarlo a que evolucione solo quiero entender porque no quiere hacerlo podría ayudarlo si me lo dijese-

Los ojos azules de la pelirroja siguieron los movimientos del pelinegro y sintió cierta ternura al verlo cargar a Labramon de esa manera, sin embargo, cuando lo colocó frente a ella tuvo la misma reacción que el cachorro digital, ella también ladeo la cabeza confundida. Selene sonrió cuando Scott agrego que ofrecía a Labramon como peluche -Yo tampoco entiendo que pretendes- añadió ella mientras dejaba su mochila a un lado y tomaba al compañero del pelinegro de la misma forma que él lo sostenía desde las axilas para sentarlo sobre su regazo; por instinto Selene acaricio la cabeza del cachorro en la misma dirección que crecía el pelaje suave -dudo que Momo sienta celos, es decir no le gusta compartir su comida pero de ahí a algo más pero agradezco que me dejes a Labramon para acariciarlo, me gusta su pelaje suave-

Ciertamente Selene no entendía bien aquella emoción denominada “celos”, ella nunca había sido una persona celosa porque nunca había llegado a tener grandes sentimientos por otros por ende no los conocía ni había sentido algo parecido, sin embargo, el pequeño caprimon si. Momo, aun ajeno a la situación, se entretenía compartiendo los dulces con el MetalMamemon quien ya no le caía mal, él se había disculpado y el amigo de Scott también solo guardaba cierta molestia porque le había quemado su cola pero estaba seguro que a medida que compartieran se le iría pasando, como todo -Un digimon- lo dijo con ese tono de “es lo más obvio del mundo, de donde crees que los saque” muy parecido al nivel de ironía con el que se podía expresar también su tamer -El mismo que me salvo la primera vez que me disparaste, creo que se fue por allá entre los árboles- Momo señalo hacia el frente -Vamos a buscarlo si quieres- el pequeño caprimon quien ya había transformado a Larry en su compañero de búsquedas se giró para chillarle a Selene que iría tras un digimon, notando como su tamer acariciaba al compañero de Scott, el pelaje se le erizo de inmediato -¿Por qué Selene está cargando a Labramon?- lo había dicho en voz alta olvidándose que Larry estaba ahí para oírlo -¡Eso es injusto, yo también quiero que me cargue!- El pequeño Momo ya tenía un nuevo objetivo, atraer la atención de su tamer y como si de un niño pequeño se tratase dio un bote en su dirección aun así no logro llegar más lejos, el estómago comenzaba a dolerle y sonarle muy fuerte; se enrollo con su cola quemada alrededor del cuerpo en un intento de disminuir el dolor mientras su estómago seguía sonando -Me duele…- dijo en ese tono agudo volviéndose a Larry solo para notar que él no estaba en mejores condiciones -¿Le pusiste algo a los dulces mientras no te miraba?- pregunto momo como si fuera una acusación hacia el MetalMamemon pero la pregunta era sincera, si no había sido Larry ¿Quién? ¿su “salvador”? No lo creía capaz, ¿quién se tomaría la molestia de salvarlo de la muerte para después darle dulces malos?