Buscando un camino (Priv. Ethrios)

Habían pasado unos cuantos meses desde de ese  fatídico incidente cuyo resultado fue la separación con mi compañera, mas no todo eran malas noticias tres semanas atrás en un incidente un tanto complicado de narrar pero los resultados fueron lo siguiente; la completa recuperación de mi brazo, asi como una nueva apariencia beelzemon. Esta nueva forma era la que ahora ostentaba.

Me encontraba vagando por las zonas del digimundo sobre behemoth  deteniéndome solo de vez en cuando ya que no quería establecer conexiones con ninguna otra criatura del lugar, esta era la misma razón por la que no había aparecido por las bases de los C.E por si me encontraba con ella. Rápidamente sacudí aquella idea de mi pensamiento  mientras tenía la sensación del viento sobre mi rostro, ya no era necesario tener aquellos pensamientos -“ahora soy libre”- comente en mi mente mientras los paisajes. Montañas, desiertos, ciudades y praderas eran los lugares en los que estuve antes de llegar a una zona en donde el follaje  imposibilitaba cualquier tipo de transporte salvo el caminar, por lo que tuve que desmontar de mi vehículo he internarme por aquel paramo.

Asi estuve recorriendo unos cuantos minutos aquel lugar sin dar con nada más que molestos digimon de niveles bajos correteando por el lugar. – ¡Vayan a molestar a otro lado!- les grite a todos los que comenzaban a acercarse, no necesitaba su compañía ni mucho menos deseaba tener que defenderlos en caso de que algo sucediera, por suerte estos parecieron entenderlo por lo que dejaron de intentar establecer contacto conmigo. – ¡Sigh!- suspire aliviado y retome mi marcha hasta llegar a un gran árbol, bueno en comparación a los otros era de un tamaño mucho más considerable, este era un sitio perfecto en el cual descansar si no fuera porque cerca de ahí en una especie de tocón una pequeña y delgada figura se encontraba retozando.

Pude escuchar como aquella figura que por su tono de voz se trataba de una chica, hablaba sola puesto que no se notaba, ni se veía ningún otro ser aparte de esta. Decidí hacer lo más prudente que podía, es decir mantuve una cierta distancia de ella; lo suficiente como para poder escucharla sin que ella me viera a simple vista.

Aquella chica despertaba mi interés, mas su actitud  me molestaba era demasiado tranquila para mi gusto  lo cual fácilmente podría confundir con  la melancolía. Por sus propias palabras supe que ella no tenía ni idea donde se encontraba  pero siendo asi ¿porque no se preocupaba por su suerte? Estaba claro que este no era un  mundo seguro para los humanos y mucho menos para aquellos sin la compañía de algún digimon u otros como ella para protegerse de lo que aquí sucediera.

Guiada por la risa de algunos digimon  esta se movió hacia su dirección a lo que yo simplemente seguí sus movimientos con la mirada mientras posaba mi cuerpo cerca de uno de los arboles  cruzando los brazos y adoptando una posición más cómoda  -“¿que intenta hacer?”- me pregunte mientras tanto. No es que fuera la mejor decisión acercarse a un lugar que uno no conoce solo por haber escuchado algunas risas.

Por unos segundos perdí de vista su silueta pero luego volví a verla pero estabas estaba intentando trepar un árbol para ayudar  a uno de los molestos digimon que de seguro jugando se había quedado atrapado y ahora no era capaz de bajas por sus propios medios. ¿Acaso es un gato? Y  ¿simplemente debe estar loca?  Fueron mis dos pensamientos al verla en aquel sitio más aun sabiendo que cerca de aquellas ramas se cernía un barranco, una caída tan alta y larga que podrías gritar un buen tiempo antes de sentir el sólido abrazo de la tierra sobre su cabeza. Pese a mis predicciones en contra y las veces que resbalo aquella chica logro llegar a la cima rescatando al tonto digimon para luego bajar con un aterrizaje no tan bueno –le doy un 3 por esa caída...- comente en voz baja.  Decidí que nada me detenía aquí disponiéndome a marchar, pero antes de hacerlo le di una rápida mirada a aquella muchacha que comenzaba a alejarse de mi notando aquella herida en el brazo la cual si no era trataba podría infectarse provocándole un daño mayor.

Puede que su actitud de ayudar a otros me recordara a cierta persona o simplemente  una mera curiosidad, pero cualquiera fuera el motivo opte por ayudarla un poco a mi modo claro está. -¡Ey!- le grite antes de que se alejara demasiado intentando llamar su atención, una vez que confirme eso continúe hablando –deberías tratar aquella herida inmediatamente -  le dije señalando su brazo sangrando  -digo al menos que quieras perderlo- comente en tono un tanto burlón. Lo cierto es que poco a poco las horas habían comenzado a pasar cambiando el azul del cielo por un suave anaranjado, el clima agradable hace tan solo unos momentos ahora estaba comenzando a volverse frio.

-Te daré una recomendación muchacha- volví a hablar sin darle tiempo de preguntar nada, no quería responder preguntas tan solo estaba hablándole por un mero capricho –deberías viajar al pueblo más cercano sino quieres pasar la noche en un lugar tan peligroso- habiendo concluido mis palabras me voltee dispuesto a retomar mi camino sin importar donde este me llevara.

-“¿Ayudar yo a un humano?”- me cuestione en mi mente  mientras detenía mi marcha en retirada quedándome en aquel sitio, si bien era cierto que ya había hecho contacto con aquella chica y debía reconocer que si algo malo le pasara sin que yo la hubiera ayudado me haría sentir un poco mal. Antes de que pudiera dar respuesta alguna ella simplemente siguió su marcha rumbo a la zona donde se hallaba un puente de condiciones más que dudosas, estaba claro que no era seguro cruzar por aquel lugar sin sufrir el riesgo de una caída del tipo mortal.

-¡¡Tch!!-  me queje chasqueando la lengua –los humanos solo traen problemas...- comencé a avanzar en su dirección a paso raudo puesto que debía evitar a toda costa que  diera un paso más por aquel lugar, por suerte todavía se encontraba en la parte segura ya que justo llegue cuando ella se cuestionó el sí atravesar por ahí o no. Llegue a su lado hasta colocarme en su espalda y estirando mi brazo la tome  de su ropa levantándola en contra de su voluntad – ¿Acaso quieres suicidarte?- le pregunte intentando en tender cual era el motivo de estar tan cerca de un barranco –vas por ahí sola sin compañía y sin saber dónde ir...-

-¡Oye enana!- Le hable después de dejarla lo más suavemente que pude a una distancia prudente de aquella herida -muéstrame tu brazo- le dije tomando este de manera brusca, examine con cuidado la  herida quizás con un pequeño vendaje bastaría pero en aquel momento no contaba con nada que pudiera usar como venda  -“a menos que...”- si había algo. Solté su brazo mientras con mis manos desataba la pañoleta que tenía en mi brazo para luego colocarla sobre su herida asegurándome que quedara lo suficientemente apretado como para detener la sangre –tendrás que devolvérmelo cuando lleguemos al pueblo- le dije mirando hacia otro lugar, no iba a dejarla marchar sola y mucho menos ahora que tenía algo que me pertenecía.

Ya habiendo zanjado el asunto de su herida solo faltaba el llevarla a un sitio seguro, pero el pueblo cercano estaba a una distancia considerable. Nos tomaría dos días caminando y uno en behemoth, por lo que mejor ahora sería descansar por allí y esperar el alba para continuar el viaje. –Mañana temprano te llevare al pueblo, pero ahora hay que encontrar cobijo para la noche que se acerca- a decir verdad otro de los motivos era mi evidente cansancio divido al tiempo empleado en viajar además de mantener mi forma evolucionada.

Aunque escuche su gracias simplemente me hice el desentendido, no es que me agradara ayudar a otros sin más y mucho menos el escuchar que me agradecieran mis acciones por lo que la única acción que hice al respecto fue un leve movimiento de mi brazo. Mi idea era encontrar un lugar lo suficientemente cómodo como para dormir sin sufrir las intemperancias del tiempo puesto que preocuparse por otros digimons era lo menos importante de acuerdo a mi nivel actual quizás podríamos quedarnos a la sombra de algún árbol y prender algún fuego estableciendo una especie de mini campamente, pero aquellos planes hubieron tuvieron que ser cambiados a causa de la falta de agua de aquella muchacha.

-Interesante nombre pero prefiero decirte enana, por mi parte puedes llamarme...- me detuve unos segundos pensando en que nombre podría decirle, pese a ser un digimon entre muchos yo poseía un nombre propio, pero aquel evocaba una gran cantidad de sentimientos los cuales deseaba suprimir –simplemente llámame beel – pronuncie finalmente usando las primeras palabras del nombre de mi forma actual –“que tonto”- pensé al darme cuenta de lo que había dicho, habiendo una infinidad de combinaciones posibles voy yo y escojo el más fácil.

El lugar que buscaba se encontraba a como una hora de camino desde nuestra posición actual, sin duda no era un sendero difícil de recorrer, no habían muchas vueltas, ni bajadas peligrosas. Tan solo era una especie de ruta cubierta por una gran cantidad de árboles de un tamaño considerable -Trata de no quedarte atrás...- le dije mientras comenzaba a sortear aquellos obstáculos naturales que se encontraban ya enfrente nuestro -y por cierto...- dije haciendo una pequeña pausa ya que podía notar algunos digimon asechándonos –intenta no separarte si no quieres desaparecer- no sabía las intenciones de los ojos que nos miraban pero era mejor prevenirla para que en caso de cualquier emergencia estuviera preparada.

Quizás fuera solo suerte  pero al cabo del tiempo estimado los arboles poco a poco comenzaron a disminuir su cantidad dando paso a un pequeño claro  cuyas características importantes eran dos: una pequeña cueva la cual al mirarse bien era más una especie de madriguera vacía de poca profundidad donde fácilmente cabria un humano de tamaño moderado sin mucho esfuerzo y la otra característica era un pequeño riachuelo que cruzaba por el lado derecho con unas aguas tan cristalinas que el fondo se mostraba sin mucho esfuerzo. –¡Aquí pasaremos la noche!- exclame una vez llegamos. Teníamos agua y cobijo solo faltaba el fuego y la comida.

-Quédate aquí enana iré a buscar algo de madera, mientras tu puedes buscar algo de comida pero no te alejes demasiado - volví a advertirle, aunque no pensaba adentrarme mucho en busca de ramas para la fogata sería demasiado molesto tener que ir a rescatarla en medio de aquella noche. Luego de haber dejado todo dicho deshice mis pasos en dirección al bosque donde no tardaría mas de veinte minutos en mi labor.

De aquí por allá uno podía sentir el olor de la naturaleza, una molesta combinación a la cual la luz lunar era agregada al ambiente. Mirando por todo el lugar fue fácil dar con unos cuantos arboles cuyas ramas estaban en la condición perfecta para usarse de combustibles; lo suficientemente secas como para encender pero no tanto para que asi el fuego no las consumiera de forma rápida. Tome alguno de las ramas aun sobre los árboles, las cuales fueron arrancadas con un leve sonido parecido al que se escucharía cuando es sacado de cuajo –“Supongo que con unas pocas serán más que suficientes...”- pensé mientras contaba la cantidad que se encontraba en mis manos. Cuyo total superaba la veintena aunque si llegaran a faltar tan solo tendría que volver por otra ración de estas.

Ya tenía el combustible solo faltaba una base para evitar la expansión del fuego por el lugar, unas cuantas piedras deberían bastar para aquello  por fortuna el lugar estaba atestado de ellas y asi fue como de ser un digimon por unos cuantos minutos me convertí en recolector regresando a nuestro campamente  temporal cargado de palos y rocas –he vuelto- exclame cuando mi figura se hizo visible en aquel lugar –¿espero no hayas tenido problemas con la comida?- le comente al momento que soltaba todo lo que traía y  quedando lo más cerca de aquella mini caverna comenzaba a cavar un pequeño agujero con mis manos, el que luego rodee con las rocas clavando un poco estas por los bordes. Para luego rellenar el agujero con una mezclas de ramas y hierva  creando asi un lugar seguro donde ardería el fuego con suficiente intensidad para calentar el interior del refugio temporal sin impedir la entrada y salida de este.

Ahora tocaba la parte molesta –¡¡¡Sigh!!- suspire. Debía decidir cómo iniciar la flama entre mis opciones estaban: hacer fricción con dos ramitas lo cual sinceramente me parecía molesto y cansador o crear alguna especie de chispa por la colisión de dos piedras lo cual obviamente fue mi elección. Tomando dos piedras un tanto aplanadas con puntas casi afiladas comencé a golpearlas una contra otra unos cuantos minutos hasta que luego de algunos intentos conseguí que una pequeña chispa cayera dentro del hoyo lo que inmediatamente provoco que del lugar se desprendiera humo negro que fue disminuyendo hasta ser remplazado por una llama de color rojiza.

Esta listo exclame triunfante, al mismo tiempo que me acomodaba cerca de la fogata donde inmediatamente sentí el calor inundar mi cuerpo, sin duda era una sensación agradable por lo que perfectamente podría descansar aquella noche al aire libre, aunque antes habían ciertas dudas sobre la tal “Iggy” que debía conocer, por lo que sin esperar que se acomodara siquiera comencé con un pequeño interrogatorio. De entre las múltiples preguntas que hice solo realmente tres eran las que me importaban en ese momento –¡¡¡Oye Enana!!! ¿Cómo está tu brazo?- fue la primera con la que empecé aquel interrogatorio, seguida por -¿sabes cómo llegaste a este lugar?- y la podría tener mayor importancia – ¿Sabes en qué lugar te encuentras?-  habiéndolas formuladas y esperando su respuesta simplemente acomode mi cuerpo relajando cada musculo mientras esperaba su respuesta.

Me quede pensado unos segundo que era lo que había pasado con aquel aparato, no estaba muy segura de todo lo que estaba pasando en mi vida pero de algo si estaba muy segura, que esto no fue solo por suerte, si no que quizá el destino quería que visitara este nuevo mundo, una misión tal vez que necesitara algo de mi...
Escuche que Beel venia de regreso, intente calmarme para no levantar sospechas ni nada, procure estar lo mas tranquila y relajada como siempre. Mire como traía en sus brazos ramas, rocas y palos, todo para encender la fogata que nos mantendría con luz y cobijarnos calidamente.
Seguí sentada en aquel viejo tronco mirando de lejos, como Beel acomodaba todo lo que necesitaba para la fogata, pensé unos cuantos segundos el apoyarle pero, al parecer se veía todo bien, aun así lo pregunte -Hay algo en lo que pueda ayudar?- No me dio tiempo de levantarme de mi asiento, cuando pude ver un destello de color rojo cayó sobre aquella montaña de ramas y palos, para encenderse por completo -Bien, supongo que tomare eso como un no- Suspire profundamente, mientras permanecía ahí sentada.
Abrí una lata de aquellas ensaladas para después tomar mi bolso y sacar un cubierto... Poco después de estar comiendo lentamente aquella ensalada, pude escuchar ciertas cuestiones que me desquiciaron un poco, principalmente la pregunta de como seguía mi brazo...
Lleve mi vista a Beel y baje un poco aquella lata de comida -Creo que esta un poco mejor- Sonreí mientras nuevamente seguí comiendo, para escuchar las demás preguntas. Asentí con la cabeza mirando un poco al cielo -Creo que de aya vengo, en realidad caí del este cielo, no estoy muy segura pero caí de un gran agujero- No le veía muy lógica al contar esa extraña historia, puesto que todo lo que contaba tenia ciertas bases un poco creíbles, pero no me encontraba en situación de discutir eso...
Escuche por ultimo su pregunta final, para soltar otro gran suspiro -Creo que no, quizá un mundo paralelo, no estoy muy segura, todo aquí es muy extraño, no logro entender el por que de mi presencia en este mundo- Termine de hablar y continué comiendo aquella ensalada, recordando a Beel a mi lado -Por cierto, tengo aquí otra lata de comida, puedo dártela si quieres- Esperaba que aceptara mi invitación, tal vez así podríamos comenzar a conocernos mas...

-Gracias...- respondí de forma cortes aunque con actitud un poco indiferente mientras recibía aquella lata de comida, no iba a negarme a ello puesto que habían pasado casi doce horas desde la última vez que mi cuerpo tuvo bocado alguno. Casi sin prisa la abrí y comencé a disfrutar del alimento que se encontraba en su interior, aunque este acto no duro demasiado puesto que el hambre era mayor a la cantidad de elemento que pudiera contener aquella lata –tal parece que tuviste algo de suerte en caer en una zona como esta...- comente cuando ya no me quedaba nada de alimento.

-Bueno...-  dije acomodando mi cuerpo mientras llevaba mis brazos detrás de mi cabeza para asi reposar de manera más cómoda –entonces básicamente eres un conejito perdido- que posibilidades podrían existir que los humanos viajaran entre el mundo humano y el digimundo, bueno si tomábamos encuentra a los que solían llevar el aparato llamado digivice era algo común puesto que más de una vez di con estos  y algunos hasta se podían transformar en lo que yo llamaba con desprecio pseudo-digimons; es decir que pese a ser personas de otro mundo estos adoptaban nuestras formas obteniendo nuestros poderes –¿Si te encuentras en este mundo, debes tener entre tus cosas un aparato extraño?- pregunte un tanto intrigado, ya que si averiguaba  cual era podría conocer la razón para que se encontrara tan sola.

Simplemente escuche su respuesta y luego de quedar satisfecho con estas, decidí que ya era tiempo de responder algunas de sus dudas; digo ella había contestado cada una de mis interrogativas y me había proporcionado alimento era lo justo ofrecerle algo a cambio de aquellos datos –Si, tienes alguna duda me encargare de responderlas mientras me sea posible- le comente mientras llevaba una mano a mi boca tapando mis bostezos por el sueño puesto que no era alguien cuya mayor cualidad fuera mantener una conversación por lo menos si era capaz de responder sus preguntas, pese a que pudiera ser demasiado tarde cuando terminaramos de platicar esa noche no dormiría más bien me quedaría despierto vigilando los alrededores para no permitir que ningún otro digimon se acercara lo suficiente para molestar, ya que por su naturaleza curiosa algunos de ellos eran  demasiado atrevidos cuando encontraban algo que no conocían como por ejemplo una humana igual que Iggy.

Lo que desconocíamos a esa hora, era que  unos cuantos kilómetros a la distancia una especie de pelea entre dos digimons desconocidos desencadenaría un evento el cual nos tendría cruzando el puente de forma apurada. Aquello fue un combate entre dos digimon de nivel ultime cuyos ataques alertaron y asustaron a un grupo de monochromon  los cuales comenzaron a huir formando una especie de estampida arrasando todo a su paso. Caían  árboles, el piso quedaba casi sin vegetación  mientras aquellos digimon avanzaban en su carrera por alejarse de los peligros provocados por el fuego cruzado.. Aunque por la distancia alcanzarían nuestra ubicación a primeras horas de la madrugada.

Con un simple vistazo pude comprobar que mis pensamientos eran completamente acertados puesto que o que tenía en su mano Iggy era un digivice. Aunque no era de extrañarse puesto que desde el primer recuerdo que poseía en este mundo cada humano con el cual he tenido contacto de una forma u otra poseía uno de estos artefactos cuya función pese a las diferentes formas y nombres que estos recibieran seguía siendo la misma, es decir tenía que ver con nosotros los digimon –“ya veo”- pensé al verlo detalladamente, ya que por su forma pude notar que se trataba de aquel que permitía a los humanos ser pseudos-digimon  pese que no entendía a ciencias y ciertas como realmente funcionaba aquel proceso había algo que estaba claro, ellos no eran digimons.

-¿¡Uh!?- para ser honesto no entendía a que se refería con aquellas palabras, asi que simplemente solo una cosa pude responder ente su interrogativa – ¿y cómo quieres que lo sepa?-  pregunte mientras separaba mis brazos haciendo un gesto que denotaba mi falta de conocimiento sobre aquello, aunque podía sentir aquel movimiento parecido a un temblor no es que fuera realmente preocupante para mí y más aún era demasiado tarde como para andarse preocupando por ello en este momento, puesto que sin duda debido a la intensidad del sonido no llegaría a nuestra posición por algún tiempo –aunque no lo creas enana no soy un adivino...- comente de forma un tanto indiferente.

-Si no tienes alguna otra pregunta es mejor que te duermas- le dije mientras me volteaba intentando adoptar una pose en la que fuera posible dormitar un poco sin tener que bajar la guardia –intenta descansar que mañana el viaje será largo- a decir verdad debido al estado actual del puente y mi incapacidad para adoptar otra forma más beneficiosa, como podría serlo ser un digimon con alas, tendríamos que optar por el camino largo. Un viaje un tanto tedioso puesto que para empezar tendríamos que retroceder unos cuantos kilómetros caminando entre la espesura del bosque hasta llegar a una especie de bifurcación donde tomaríamos el camino de la derecha, el cual en vez de alejarse de aquel lugar solo nos haría adentrarnos en el corazón de la zona  impidiendo el uso de behemoth por lo complicado del tramo. Pero todo ello no era lo peor, lo que sin duda resultaba ser complicado seria el hecho de tener que caminar por más de un día por lugares donde una gran cantidad de molestos digimon revoloteaban sin parar curioseando y metiéndose en los asuntos de otros por donde pasaran.