Buscando un camino (Priv. Ethrios)

Lo que realmente buscaba en aquella posición era acomodarme de tal forma que no se pudiera notar si estaba despierto o no, para asi poder vigilar mejor los alrededores y en caso de que ocurriera algún incidente poder reaccionar de forma rápida. Fue asi como pude notar lo que aconteció con Iggy aunque claro debido a la posición no fue mucho lo observado en aquel momento; una extraña luz; ella marchándose unos momentos para luego volver a acomodarse, fue todo lo que pude notar. Simplemente como en casi toda situación últimamente, no darle importancia alguna a lo que sucedía.

La noche al igual que la fogata se iba consumiendo lentamente, mientras la primera empezaba a proyectar los primeros rayos del alba la segunda disminuía  su brillo de tal forma que uno podría llegar a pensar que sus papeles se encontraban invertidos en ese punto; desde todos los rincones se podía sentir el fresco y porque no decirlo molesto olor de las plantas las cuales liberaban su aroma dando a conocer que el bosque se encontraba repleto de vida; un poco más a lo lejos y prestando la debida atención se podían escuchar los murmullos causados por los digimon que habitaban aquella zona boscosa, como si al aparecer el sol alguno en su interior los hubiera puesto en funcionamiento, moviéndose de acá para allá.

Ya era hora de ponerse en marcha por ende me levante de mi lugar, el cual resultó ser un tanto incomodo aunque la posición tampoco ayudó mucho en mejorar aquella situación, podía sentir como los músculos de mi cuerpo se encontraba un poco rígidos debido a la escasa suavidad que un suelo lleno de hierbas y tierra podía proveer.  Al encontrarme de pie simplemente levante mis brazos estirando mi cuerpo para quitar todo remanente de sueño que pudiera aun permanecer, aunque eso no evito que un pequeño bostezo saliera de mi boca – ¡uuuuuah!- lleve mi mano a mi boca cubriéndola aminorando aquel sonido. Luego de terminar todo eso mi vista se centró en mi pequeña compañera, la pequeña Iggy la cual parecía encontrarse completamente despierta. –Espero que hayas descansado bien enana- le dije mirándola directamente a los ojos  -todavía tenemos unas pocas horas antes de marcharnos por si necesitas algo- comente un tanto indiferente mientras me acercaba al pequeño arroyo para refrescar mi rostro con el agua cristalina que fluía “– ¡brrr! Que fría-” pensé en el momento en que mis manos al lograr recolectar un poco de ella la arrojaron sobre mi cara mientras una escalofrió hizo a mi espalda temblar levemente.

Habiéndome refrescado volví a sentarme cerca de los restos de una ya casi inexistente fogata – ¿tienes hambre?- pregunte de pronto a Iggy –en este lugar debe haber una buena cantidad de frutas comestibles si es que te apetece...- lo que quería decir con mis palabras era que yo podría ir a buscar comida en el caso de ella encontrarse hambrienta aunque claro no lo diría de forma tan abiertamente. Sin esperar respuesta alguna volví a levantarme y me dirigí hacia el bosque no sin antes decirle unas cuantas palabras –en cuanto vuelva hablaremos de lo que haremos para llegar al pueblo- comente mientras la distancia entre ambos volvia  el sonido más suave, por lo que dude si me había escuchado o no.

Pese a las horas que habían transcurrido desde que los monochromon habían comenzado su estampida por el bosque derribando todo lo que se encontrara en su camino, todavía faltaban unas cuantas horas para su llegada hasta la zona cercana al puente, mientras adelante se podían ver una gran cantidad de verdes y frondosos árboles en su espalda a cambio solo los destrozos y troncos arrancados se encontraban a la vista, convirtiendo lo que alguna vez fue una zona verde en algo parecido a un desierto árido.

Vague unos cuantos minutos al interior de la zona boscosa buscando cual sería la mejor fruta para que una humana comiera, si bien era fácil para mi tomar cualquier fruto puesto que a pesar de sus extravagantes formas y colores no tenían ningún raro efecto en mí nunca podría estar completamente seguro sobre como reaccionaria un ser humano al momento darle un mordisco. -"Si tan solo hubiera sabido que algo así ocurriría"-  estaba claro que con un conocimiento de ese índole en este momento estaría preparado con unas cuantas provisiones pero claro todo esto era un supuesto de una situación que aquella posibilidad no era posible desde el instante en que Salí desde mi punto de inicio. Un leve suspiro cruzo mis labios mientras todos aquellos pensamientos abandonaban mi mente, no tenía el tiempo ni las ganas de sumergirme en mis pensamientos ya que mientras menos tiempo demorar a en la comida más rápido nos pondremos en marcha hacia aquel pueblo y por ende de la misma manera estaría siguiendo nuevamente mi camino sin rumbo fijo por el digimundo.

Una pata acompañada de un leve temblor en el árbol mas cercano a mi hizo que un pequeño fruto redondo de color azulado cayera sobre mi mano  *ñac* el sonido de mi mordisco junto al dulce jugo que se desprendió fueron la señal que me indico el haber encontrado el indicado -sin duda este le agradara...- comente en voz baja para mi mismo evitando ser oído por cualquiera que se encontrara en los alrededores. Esta vez decidí no patear el tronco, en su lugar simplemente estire mis brazos tomando las cuales no se detuvieron hasta recolectar una mínima cantidad de cinco de aquellos frutos -supongo que esto sera suficiente- aunque seguía hablando para mi mismo aquellas palabras parecían estar dedicadas a un ser invisible del cual esperaba una inexistente señal de confirmación algo que por obviamente no sucedería aunque tampoco era como si lo esperara. Cargado con la comida deshice mis pasos rumbo al lugar designado como refugio temporal al cual llegue en cuestiones de segundos puesto que ni estaba tan lejos ni era tan difícil dar con el desde mi ubicación previa.

-¡Toma enana!- exclame al momento de llegar lanzándole tres de los cinco frutos esperando que los atrapara sin problema alguno - cómelos, pese a su extraña forma tienen un buen sabor...- me detuve unos cuantos segundos mientras pensaba en como definir el sabor que estos poseían -mmm...bueno si lo comparamos con los alimentos del mundo humano se podría decir que tienen un gusto a fresas con la consistencia de una manzana - agregue dando una mordía a una de las que yo aun conservaba y entre mordidas comente -aunque no se si te harán daño, aunque no creo que te maten-  hable en un tono un tanto duditativo y ante mis propias palabras despreocupadas simplemente me encogi de hombros esperando que ella las comiera.

Mientras esperaba que ella degustara la comida le pregunte que pensaba hacer despues que la dejara en el pueblo -¿y?...¿ bien haz pensado lo que harás a continuación ?- comente refiriéndome a sus planes luego de encontrarse en aquel pequeño poblado mas adelante

A cierta parte de mi ser parecía agradarle el saber que Iggy disfrutaba de aquella comida, pero no podía dejar que en mi rostro se reflejara, si aquella muchacha aparentemente inexpresiva podía mantenerse en ese estado yo por mi parte haría lo mismo aunque en parte era debido que desde aquel incidente casi había olvidado como sonreír o cualquier sensación de alegría.

-Sí, supongo… no es como si fuera conveniente permanecer un poco más en este lugar- pese a que ella fuera la primera en caminar debido a nuestra diferencia de complexión la distancia no sería mucha a pesar de no seguirle el ritmo inmediatamente. Quizás fuera que no le estaba poniendo mucha atención a sus palabras o el simple hecho de no haber pensado sobre ello, pero  o que ella dijo me sorprendió un poco puesto que no me había planteado considerarla un estorbo, de haber sido de esa forma nunca me hubiera acercado siquiera a ella o quedado tanto tiempo a su lado.

-Tranquila no tengo ningún problema en cuidar a una enana como tú- comente acercándome a ella y acariciando su cabeza –además no creas que te ayudo de forma altruista, puede que en algún momento necesite que me pagues este favor y para que eso ocurra debo asegurarme de que por lo menos llegues a salvo a tu destino- fuera una excusa o no mis palabras eran para ocultar el motivo de mi viaje, no podía ni quería reconocer ante nadie que me mantenía en movimiento para estar siempre lo más lejos posible de ella, la humana que alguna vez fue mi tamer y porque no decirlo mi amiga. Ya no poseía ninguna meta en específico, desde ese momento mi único objetivo era seguir adelante hasta que mi ser ya no pudiera aguantar aquel ritmo.

Estaba a punto de decir más cuando un pequeño temblor se comenzó a sentir, el cual lentamente aumento de intensidad gradualmente hasta hacer notar lo que reamente era. No es que la tierra se estuviera estremeciendo, la razón era otra completamente diferente -¡¡¡rayos!!!- maldije en ese momento al ver como los arboles comenzaban a ser derrumbados dando paso a las figuras de los que serían unos monochromon los cuales corrían frenéticamente  arrasando con todo a su pasa; si bien en mi estado actual no tendría problema alguno en acabar con todos ellos no podía asegurar si lo haría antes de que alguno alcanzara a Iggy por lo tanto sin mucho tiempo para meditar escogí la mejor opción.

Sin esperar su consentimiento tan solo cargue a Iggy entre mis brazos comenzando a correr en dirección al puente, tenía más que claro que a esa velocidad tardarían casi nada en darnos alcance terminando en un resultado poco favorable siempre y cuando solo corriéramos lo que para nuestra suerte no sería así. Desde una cierta distancia un objeto avanzaba a una gran velocidad aunque al principio solo se escuchaba el ruido que este hacia yo está completamente seguro sobre quien era; Behemoth mi transporte y compañero de viaje el cual venia tan solo con el pensamiento aunque ese no era el momento adecuado para estar perdiendo el tiempo pensando en asuntos vanos.

Con un rápido movimiento  logre subirme al justo cuando se encontraba a mi lado colocando a Iggy en la parte de atrás. –¡¡¡Agárrate fuerte!!!- le advertí unos pocos segundos antes de acelerar a fondo, el vehículo aumento la velocidad de manera brusca acortando el trecho que nos separaba de aquel inestable puente pero no había tiempo de detenerse ya fuera que lográramos llegar al otro extremo o cayéramos en mitad del trayecto no habría problema alguno para mí. Tuvimos suerte de que el puente tuviera el ancho necesario para permitirnos cruzarlo en el vehículo.

-Si caemos espero que sepas volar- comente en tono de broma a Iggy mientras a mi espalda podía sentir como la madera crujía y se despedazaba momentos después que la rueda pasara por encima de ella, también se podía sentir como la cuerda se tensaba hasta casi llegar al punto de colapso todo eso permitía que tan solo le quedaban unos pocos segundos a aquel puente. Dicho y hecho, luego de unos pocos segundos este comenzó a desmoronarse detrás de nosotros  pero eso no fue lo suficiente como para frenarnos y acabamos llegando a suelo firme. Con un suave derrape frene la moto y suspire un poco aliviado -ha sido un viaje un tanto movido-  comente mientras observaba como los monochromon se detenían en la orilla del acantilado a tiempo para no caer.

-¿Entonces proseguimos el viaje a la ciudad?- le pregunte esperando su respuesta, aun si el viaje era un tanto corto debía reconocer que era emocionante viajar con otra persona sobre todo si esta me recordaba a mi antigua compañera.

-JAJAJAJAJA – su comentario me resulto demasiado gracioso como para aguantar la risa, el simple hecho de salir con algo así luego de una situación un tanto peligrosa. Nada se podía hacer si ella no quería seguir usando un modo de transporte práctico. –Bueno ya te llamare en otro momento- le comente a Behemoth dándole unas palmadas de consolación, aunque no sabía si sería seguro dejarla ahí abandonada pero si alguien la intentara usar solo terminaría siendo controlado por ella –“bueno supongo que así será más fácil que se mantenga cerca”- con un leve gesto de mi mano me despedí de Behemoth pese a que este no pudiera responderme.

Era fácil alcanzar a la pequeña muchacha mis pasos podían fácilmente abarcar un terreno mayor en comparación a los suyos por lo que nada tarde en quedar a la par con ella. –Comienzas a agradarme enana- le comente de forma completamente natural mientras seguíamos el camino que nos llevaría a la ciudad más cercana aunque claro antes debíamos pasar por un pequeño pueblito.

Habiendo dejado atrás el bosque junto con ese gran barranco el camino frente a nosotros comenzó a tomar una forma y matiz un tanto distinto: el camino de tierra seco y desquebrajado lentamente volvió a tomar el color verdoso y los árboles se irguieron; habían algunos troncos caídos, otros  que solo alcanzaban a ser la mitad de lo que antes fueron  pese a ello se podía notar como la vida aun florecía en ellos; el suelo debajo de estos estaba cubierto con un manto de flores y plantas multicolores y un camino que parecía estar cavado atravesaba hasta llegar a una encrucijada, en medio de ambos un pequeño cartel posado sobre una estaca de madera mostraba dos direcciones. Había llegado el momento divertido de elegir nuevamente la ruta a seguir –“si viva”- fue un completo pensamiento de alegría, aunque a quien quería engañar era demasiado fastidioso el tener que elegir una de las rutas siendo que ambas nos llevarían al mismo destino pero por rutas completamente diferente.

Bosque:

Al paso que íbamos no tardamos demasiado en estar frente a aquella señalización en la cual a esa distancia se podía leer fácilmente las rutas: “pueblo monmon”  se podía apreciar en la flecha que apuntaba por la izquierda, por el contrario en el de la derecha  “pueblo floramon” era legible. En más de una ocasión cruce por aquellos sitios y aunque ambos terminaban en el mismo sitio; es decir más adelante atravesaban unas especies de ruinas antiguas inexploradas  y un poco más allá estaba nuestro camino, pero la diferencia radicaba en la ruta que seguían para llegar ello. El pueblo habitado por los monmon era una especie de ciudad construida en los arboles debido a que la vegetación en esa zona crecía de forma impresionante volviendo al terreno demasiado inestable para edificar en él, motivo por el cual la forma de transitarlo era por una especie de puentes colgantes que conectaban una casa con la otra. Por otro lado el pueblo de los floramon eran pequeñas chozas cubiertas por grandes pastizales los que por la concentración formaban casi un perfecto laberinto no tan difícil de atravesar.  

Esta vez pese a conocer los caminos iba a dejarle la decisión a Iggy por mera vagancia y por supuesto porque me daba igual la ruta. –Bien enana- le comente pausadamente –este es tu momento de elegir nuestro camino- la elección era sencilla y sin muchas complicaciones, pero quizás la que ella eligiera podía tener algún resultado diferente.

Moví mis manos restándole importancia al asunto –claro que sería rápido si yo lo elijo, pero menos divertido- no era bueno simplemente avanzar siendo el guía, ya que si bien la ayudaría a llegar al pueblo eso no implicaba el tener que hacerlo todo yo mismo, sin más preámbulos tomamos el camino de la derecha rumbo a la aldea de los floramon.

Si bien podía fácilmente igualar los pasos de Iggy o simplemente adelantarla solo me mantuve detrás de ella. Quizás por ir demasiado absorto en mis pensamientos no me di cuenta de mi mirada y el incómodo silencio acrecentándose a cada minuto de nuestro viaje –bueno no creo que sea buena idea dejarte en el pueblo de los floramon, además yo también debo hacer algo en nuestro destino- podía ser buena idea ayudarla a regresar a su mundo humano pero era cierto que no tenía mucho tiempo que gastar ya que al ser un miembro de los CE todavía seguía aceptando misiones pese a no pasar tiempo en el cuartel.

Apenas hube terminado de responder a su pregunta note donde nos encontrábamos, si estábamos frente al letrero que nos indicaba que podíamos coger uno de los tantos frutos cuya función era mostrar los sentimientos de quienes los comían. Si de mí dependiera evitaría  probarlos y volver a sentir aquel sabor si se le podía llamar así –“bueno ya que ella lo menciona quizás pueda hacerlo un poco divertido”- pensé al escucharla sobre el probar la fruta –está bien la probare- comente finalmente luego de pensar un poco en lo que haría. Como ya conocía el funcionamiento del fruto simplemente me acerque al cartel he hice como si lo leía mientras esperaba que ella consiguiera su fruto y como lo sospechaba al morderlo el sabor que sintió era agradable.

A diferencia de ella no tuve que realizar mucho esfuerzo para obtener uno de los frutos, tan solo me basto estirar mi mano y tomarlo. Teniéndolo ya en mis manos lo observe por unos pocos segundos antes de darle una mordida * crunch* fue el sonido escuchado cuando mis dientes entraron en contacto con la fruta, de inmediato mi cara comenzó a cambiar a una de angustia dando a entender lo picante  que se encontraba el fruto para que luego volviera a su estado normal –era una broma, en realidad a mi estos frutos no me saben a nada- puede que esto se debiera a mi costumbre de realizar las cosas de acuerdo a mi conveniencia fueran estas buenas o malas o simplemente ya estaba aclimatado al sabor, cual fuese el motivo estas frutas eran como morder algo crujiente pero no entregaban ningún gusto.

-Creo que deberíamos continuar- comente mientras con mi mano izquierda lanzaba el fruto hacia una dirección random desapareciendo este de nuestra vista. Luego de aquel incidente continuamos nuestra marcha hasta llegar a lo que sería la aldea de los floramon.

Un gran letrero se posaba sobre el camino indicando de manera rustica el nombre del lugar, esto servía como entrada a la aldea, algo completamente inútil si se pensaba que fácilmente se podía ingresar por los lados del bosque. La aldea era un pequeño pueblo cuyas casas estaban construidas completamente de follaje; tanto las paredes como el techo de ellas estaban edificadas de la misma forma sostenidas con unos cuantos troncos usados como pilares, en si era un lugar sencillo, lo complicado estaba en la salida ubicada en la dirección opuesta de donde nos encontrábamos para ser más exactos el laberinto, puesto que si bien como había dicho se podía bordear la entrada del pueblo era imposible hacerlo con el laberinto. Cualquiera que lo intentara corría el riesgo de quedar atrapado en una especie de arena movediza que imposibilitaba salir de ahí.

casas de la aldea:

-Bien llegamos, será mejor que tú hables con los lugareños porque… digamos que no tenemos muy buena relación- algunas cosas habían sucedido desde mi última visita, para ser más exacto termino en una pequeña pelea cuyo resultado final fue la quema de algunas casas y aunque los floramon no armaron un escándalo era obvio que cuando me veían ni se molestaban en dirigirme la palabra.

Con cierto recelo entre al pueblo siguiendo a Iggy sin dudarlo y si de mí dependiera  seguiría mi camino sin detener mis pasos puesto que no quería ni necesitaba descansar en aquel pueblo, pero no me lo podía permitir. La situación esta vez se desarrollaba de una manera completamente opuesta comparada con mi última visita; hoy no estaba solo, no señor en esta ocasión me encontraba acompañado de una enana que como todo humano tenía la necesidad de comer; beber y dormir de forma más seguida obviamente comparándola conmigo.

Pese a ser un lugar donde la naturaleza parecía tener el control inundando el sitio con sus aromas florales otra fragancia comenzó a dominar sobre la anterior, era el indudable llamado de la comida venida de algún restaurante en el sitio el cual con ese movimiento intentaba atraer clientela y así aumentar sus fondos y prestigios –Si, debe tratarse de algún restaurante del lugar- comente momentos antes de la aparición de dos floramon.

-¿Que hace aquí nuevamente este beelzemon?- pregunto una de las floramon a su compañera de platica mientras miraban hacia donde me encontraba con caras de disgustos mezclada con malestar.

-Realmente no lo sé, pero debemos tener cuidado…- en aquellas palabras un poco de recelo se podía escuchar y quien las culparía después de presenciar un incendio consumiendo algunas de sus viviendas construidas con mucho esfuerzo cosa que la verdad realmente no me importaba

De pronto ambas fueron sorprendidas por la intervención de Iggy y un tanto confusas respondieron al unísono  a los halagos de ella –Muchas gracias y bienvenida, esperamos que disfrutes tu estadía en nuestro pueblo- sus palabras habían funcionado para calmar el ambiente volviéndolo una situación más agradable.

Luego de aquella situación nos dirigimos hacia el hotel donde ella se encargó de la reservación de la habitación eligiendo un cuarto doble, cuya ubicación permitía obtener una perfecta vista del bosque.  -No deberías molestarte fingiendo- comente encogiéndome de hombros si bien yo a veces también modificaba mi personalidad no lo hacía para agradar a otros –aunque si algo te desagrada deberías dejarlo saber, a veces es bueno mostrar tus sentimientos- no me molestaba su actitud pero aveces era bueno dejar salir los sentimientos y en teoría podía escucharse como algo bonito pero desconocía como seria llevarlo a la práctica por no realizar lo que predicaba.

Mientras escuchaba su comentario sobre lo sucedido en la aldea no pude menos que reír por lo bajo recordando aquella pelea cuyo resultado fue un pequeño incendio, y con pequeño me refería a que tan solo un tercio de la aldea quedo hecho cenizas, otro tercio con pequeñas quemaduras y todo lo demás intacto. Se podría decir hasta que deberían agradecer el haberles evitado un daño aun mayor –“por lo menos evite que la pelea se prolongara”- pensé al corroborar la envergadura del desastre.

Iggy se había quedado quieta mirando hacia la ventana y aun no era hora de comer  por lo tanto y para no aburrirme decidí salir a explorar un poco el laberinto que dentro de pronto cruzaríamos. –Bueno iré a dar una vuelta por el sitio- le dije con un tono un tanto indiferente –si te da hambre puedes buscar donde comer- aunque claro dudaba si ella traía consigo dinero puesto que en este sitio la comida no era gratis –como al parecer no tienes dinero…mmm vemos…¡¡toma esto!!- le dije lanzándole una pequeña bolsa con unos cuantos bits –en cuanto termine de revisar el lugar me reuniré contigo así que espérame en el restaurante- dejando todo en claro me encamine a la puerta y luego de abandonar el hotel me dirigí al laberinto.

El laberinto en su era un sitio cuyas paredes creadas con las plantas y enredaderas del lugar  fácilmente alcanzaban los diez metros de altura y, su grosor podía estar entre los tres a cuatro metros siendo esto solo un estimativo. –Veamos que encontraremos...- no sabía cuánto me demoraría quizás fuera una o dos horas pero aprovecharía aquel tiempo para trazar una ruta segura hasta nuestro próximo  destino antes de la comida y por supuesto de tener que cruzarlo pero con Iggy.

Izquierda, derecha, izquierda, avanzar unos cuantos metros para luego volver a tomar una desviación a hacia alguno de los lados y así continuar el ciclo anterior. Sin duda a pesar de tan solo pasar unos pocos minutos desde que entre en el laberinto el camino se había complicado un poco para ser memorizado y no es que mi memoria fuera mala ya que siempre y cuando la información no saturara mi cerebro era capaz de recordar las cosas por unas cuantas horas. – ¿por donde debería continuar ahora?-  frente a mí una división de dos caminos se presentaba por lo cual solo uno de ellos podría llevarme hacia la siguiente parte del lugar mientras que lo más seguro seria afirmar que el otro terminaba en un camino sin salida.

-Tch!!! Porque no simplemente atravieso de la misma forma que la última vez- todo sería tan sencillo si usara a Behemoth para abrir un agujero entre las innumerables paredes que conformaban el sitio, idea que rápidamente debía descartar no por mí claramente sino por mi acompañante temporal la cual con tanto esfuerzo convenció a los tontos habitantes de este pueblo. Debía resignarme a hacerlo del modo común tan solo avanzando y creando en mi mente una especie de mapa.

Diez minutos transcurrieron sin poder tomar una fácil decisión y la desesperación o más bien el enojo comenzó a llenar mi mente –¡¡Ahhh!! ¡¡Me arte de esto!!- vocifere pero mis palabras solo fueron llevadas por el viento hasta perderse quién sabe dónde. Sin pensarlo un segundo opte por el camino de mi derecha el cual me llevo por lo que parecía ser una serpenteante  ruta cuyo final era un grueso muro de plantas –ahora lo hare a mi modo…- comente en voz baja desenfundando una de mis armas y abriendo un agujero de un tamaño suficiente, la fuerza del disparo atravesó más de una pared haciendo posible cruzar la mitad del camino en una perfecta línea recta –excelente con esto será suficiente, las preparaciones están completas para nuestra partida- dije satisfecho al momento de guardar mi arma y sacudir mis manos en señal de partida.

La ruta de regreso aunque igual de intrincada como al principio esta vez resultaría rápida por el simple hecho de tener presente  en mi mente los lugares por los que avanzar. En más de una ocasión pude notar y sentir la presencia de otros digimons pero viendo que no presentaban peligro alguno opte por dejarlos seguir deambulando  ya que no reportaba beneficio alguno el acabar con ellos o siquiera entablar alguna especie de dialogo –“¿que estará haciendo la enana?”- sin duda ella podía estar perfectamente bien pero recordando como la había encontrado cabía la posibilidad de meterse en algún problema lo que resultaría en otra situación complicada que resolver.

-Bueno que se le va a hacer…- llevando las manos atrás de mi espalda termine de recorrer el trecho que me separaba de la entrada a este laberinto. Al llegar al pueblo se podía oír el vitoreo  de algunos digimons los cuales exclamaban  “La Guerrera D'arcmon ha llegado” esto era escuchado de un lado a otro como si se hubiera propagado igual a un virus de gripe.

-Creo que esta gente está loca…- murmure en voz baja mientras buscaba por los lugares Iggy la cual encontré después de unos pocos minutos cerca de lo que debía ser un templo pero realmente no deslumbre bien los detalles puesto que no me interesaban. Lentamente y casi sin hacer sonido alguno me acerque por su espalda y posando mi mano (si es que podía decirse así) sobre su hombro. – ¿Qué es lo que ocurrió?-  pregunte intrigado y puesto que ella parecía ser la causa esperaba que fuera ella misma capaz de aclararme la situación.

Todo el asunto de los digimon alegres y festejando por un motivo que aunque un poco consiente de este decidí ignorar estaba comenzando a volverse realmente molesto –“acaso tendrán alguna especie de problema mental o quizás serán miembros de alguna clase de secta cuyas extrañas costumbres les obligan a celebrar por todo”- si bien era cierto que la enana era algo rara pero tampoco era para motivo de celebración y según sus palabras ella no comprendía  como todo había llegado hasta tal punto pero de sus palabras junto a mi basto conocimiento pudo entender que ella era uno de los tantos humanos que usando una especie de espíritu digimon podían obtener la forma de este pero como era que lo hacían era un asunto que no me interesaba ya que para mí ellos eran solo una copia de los digimon.

Sin deseos de intervenir en las delirantes palabras de los digimon que habitaban este pueblo me quede en completo silencio escuchando  como contaban la historia del pueblo que una bla bla bla, casi al principio de ello deje de prestarle atención a lo que se decía obviando todo aquello. Un  resumen adecuado sería decir que los habitantes de este poblado eran un montón de débiles cuya única esperanza era la de esperar a que alguien más fuerte les pudiera ayudar en contra de todos los que atacaban y siendo consciente de su mirada sobre mi simplemente se la devolví con la misma actitud.

“tch, debí haber dejado que todo este lugar ardiera en ese momento” una leve sonrisa un tanto siniestra se dibujó en mi rostro pero fue tan fugaz que nadie podría darse por enterado, con su fuerza y numero lo máximo que podrían duran si hubiera querido hacerme con su supuesto poder serian alrededor de unos cuantos minutos y eso era si iba completamente tranquilo. Pese a que deseaba abandonar rápidamente este sitio de locos la conversación que tenía Iggy era encaminada lentamente hacia una celebración.

-“Entonces para que me preguntas si tú no te podrás negar”- le replique en mi mente mientras nos dirigíamos al hotel, si fuera  por mí tendría más de una forma de negarme a ello las cuales irían desde una simple negativa hasta el punto de usar palabras amenazantes para pedirles que se largaran y dejaran de molestar pero claro estando con la enana no podía tomármelo a la ligera puesto que los humanos al ser más débiles necesitaban alimentarse con regularidad y la comida gratis podría hacernos bien pese a tener que alimentarnos en un sitio tan desagradable a mi parecer. Mientras me encontraba sumergido en mis pensamientos no había notado el momento en que ya nos encontrábamos  en nuestro lugar de descanso, fueron las palabras de Iggy las que me sacaron de aquel trance.

En el lugar donde me encontraba había una pequeña silla en la cual me senté mientras comenzaba a escuchar los deseos de Iggy todo iba viento en popa hasta que menciono la idea de no querer dejar que les sucediera algo a los habitantes, ese discurso del buen samaritano lo había escuchado muchas veces en tiempos pasados aquellas palabras siempre solían provenir de aquellos cuya fuerza era tan insignificante que simplemente perecían antes de siquiera llegar a decir en que ayudarían sin duda ese tipo de seres eras los más molestos  sobre todo aquel que vino a mi mente el seudo mago con complejo de boyscout como odia aquella actitud, para ahora tener a una muchacha que no sabía nada de este mundo diciendo algo parecido.

No puede evitar suspirar de decepción  aunque Iggy me agradaba hasta cierto punto no me iba a sacrificar defendiendo a otros solo porque ella quisiera ayudar –sabes…- comencé a hablar haciendo una breve –si quieres quedarte a comer lo haremos, respeto tu decisión además de ser una celebración en tu honor al parecer- mi tono era relajado pero lentamente comenzó a volverse un poco más serio ganando matices oscuros –pero te diré solo una cosa, tú no tienes por qué protegerlos a ellos; no les debes nada y no ganaras nada con esto además tu fuerza es insuficiente en caso de que algún digimon ataque simplemente no podrás hacer nada más que refugiarte junto con ellos- ya no estaba dando mi opinión sino que me encontraba sermoneándola y puesto que no sabía que pensaba ella sobre mi decidí aclarar un último punto –y si acaso piensas que en una situación de peligro los ayudare estas completamente equivocada , en el momento de algún ataque simplemente me preocupare de tu seguridad puesto que te prometí llevarte a donde puedas estar segura y este sitio obviamente no lo es- al terminar aquellas palabras deje que mi cuerpo se apoyara en el respaldo de la silla y levantando mi cabeza me quede con la mirada perdida en el techo sin siquiera bajarla para ver su rostro.