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El descubrimiento de las ruinas del Monasterio Draco, tallado en lo alto de una desolada montaña en el valle de los dragones, ha despertado un gran interés por todo el Digimundo. Principalmente porque según los tallados de la pared exterior dentro de las ruinas se encuentra un obre mágico que contiene en su interior la data y poder del treceavo Royal Kinght, la cual sera dada a quien reclame dicho objeto. Según la historia grabada en los murales, el obre fue dejado allí por el mismo Royal Kinght en caso de que su poder sea necesario para derrotar al mal que se alce en el futuro...por desgracia semejante premio también a llamado la atención de quienes usarían el poder para sus propias metas egoístas. Por lo que esta aventura ahora se a vuelto una carrera por ver quien consigue el gran premio.
6 meses despues de la ultima carrera, un BanchoLeomon reune al viejo equipo de organizacion para dar un nuevo espectaculo, pero en esta carrera, el misterioso patrocinador ha enviado a un "Aspirante a Campeon" con un extraño y unico Digivice. ¿Que es lo que sucedera a lo largo del evento y como funciona este nuevo digivice?.
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Baile Enmascarado: Honor a los Antiguos Caballeros [Tema Libre]
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Baile Enmascarado: Honor a los Antiguos Caballeros [Tema Libre]
~[Narrador]~
Han pasado ya varias épocas dentro del mundo digital desde que los Royal Knights, los caballeros de Yggdrassil encargados de proteger y vigilar el mundo digital, desaparecieron sin dejar rastro alguno. Por muchos años, fueron buscados por sus seguidores; pero nadie obtuvo ninguna pista de ellos, ni siquiera alguna señal de que pudieran seguir con vida… simplemente, desaparecieron de un día para el otro en la nada misma. Pero aunque la presencia de estos caballeros desapareció de la faz del mundo; sus espíritus siguen vivos en los corazones de los digimons que transmitieron las grandes hazañas de los Royal Knights como leyendas con el pasar de los años; y tal es esta vitalidad memorial que al día de hoy, se celebra un gran festival en honor a los caballeros santos. Puede que no sea la mejor forma de recordar un día tan triste y caótico como el de su desaparición, pero sin duda alguna es la mejor forma de poder mantener sus espíritus vivos dentro de corazones y digicores, tanto de humanos como digimons. Puede que los humanos no estuvieran para recordar la desaparición de estos guerreros legendarios; pero aun así ellos han sabido respetar las grandes leyendas que cuentan sobre los mismos, pudiendo ayudar en la organización de este pequeño festival. El festival de este año se organizaría en la Zona Imperial, en su Ciudad Principal debido a que esta zona era de las pocas que aun seguían apoyando a los Royal Knights, ya fuese el clan moderno o a los caballeros antiguos, y que para demostrar su apoyo y lealtad otorgarían su territorio para la celebración. Algo que podría mencionarse de esta devoción y disposición a ser los “anfitriones” de la fiesta, fue que el gran líder Slayerdramon mando a forjar y esculpir 13 estatuas; todas de los Royal Knights para así poder organizar juegos y algún evento en honor a cada uno; pero también quería que el festival tuviera un objetivo único: recordar a los caballeros antiguos y sus tradiciones, así como sus costumbres dignas de un ambiente medieval. Habían varias opciones; desde una justa medieval humana hasta un duelo de Knightmons… pero entonces, la respuesta llego sola al leer sobre la cultura humana medieval: un baile de mascaras. Ciertamente esa era la mejor opción porque mantenía la gracia y elegancia medieval con un evento ligeramente moderno como las mascaras para ocultar los rostros de los invitados, así como cascos que podrían representar a los caballeros. La idea era perfecta, asique todo ya estaba en proceso de organización y en cuestión de semanas, podrían iniciar el Festival de los Caballeros Antiguos.
Así pasaron las semanas; todo estaba preparado. El sector central de toda la Zona Imperial estaba listo para recibir a los visitantes que celebraran las memorias de los Royal Knights originales. Gracias al ambiente ya de por si natural de la Zona Imperial, el lugar se veía perfecto a simple vista, pero las grandes estatuas dedicadas a los 13 Royal Knights eran sin duda alguna el toque de gloria. Todas las estatuas median aproximadamente lo mismo que un MegaGargomon, pudiendo alcanzar y/o superar el tamaño de un castillo reforzado para ser una fortaleza difícil de derribar. Cada estatua tenía todos los detalles posibles; desde las armas hechas de Chrome Digizoid planeado hasta algunos decorados específicos de las armaduras hechas con el Chrome Digizoid del mismo color que las piezas originales. Eran verdaderas obras de arte a la vista, así como verdaderos monumentos de honor a los caballeros antiguos. Es casi una pena que las estatuas fueran a ser trasladadas a las grandes montañas luego de que el festival acabara, ya que se habían tomado bastante tiempo para crearlas pero bueno; al menos las memorias de los caballeros irían a un lugar mejor y que los digimons pudieran visitar de vez en cuando. Fuese como fuese, todo ya estaba en su lugar y solo faltaba el que la gente lo disfrutaba, aunque por gusto de Slayerdramon, el puso una regla para que los visitantes pudieran disfrutar del festival en toda su plenitud: todos deberían de llevar ropa de gala, ya fuera moderna o medieval, así como un casco o mascara que cubriera sus rostros para mantener un toque más “anónimo” a los visitantes. Puede que la regla sonara algo ridícula al principio, pero cuando la gente comenzó a hacerle caso real, todos se percataron de que el festival o más bien en ese punto, el baile, era todo un éxito; e inclusive comenzaron a correr rumores de que los propios miembros de los Royal Knights actuales podrían llegar a visitar el festival. Ciertamente eso sería un gran honor, ya que tranquilamente los “nuevos caballeros” podrían dirigir unas palabras al mundo que ellos protegían, pudiendo dar una mejor imagen así como también, poder demostrar sus respetos a los antiguos caballeros que ahora ellos están cubriendo.
La celebración duraría tan solo 2 días. El primer día fue un éxito y ahora solo quedaba el segundo, el cual sería dedicado únicamente al baile de gala o baile de enmascarados como prefería decirle el público participante. En principio, las primeras horas del día fueron dedicadas a los digimons más jóvenes para que disfrutaran plenamente de los juegos antes de que fueran desmontados para preparar las numerosas mesas de comida así como escenarios diversos para diferentes orquestas y bandas de música clásica para poder animar realmente el ambiente. Finalmente cuando llego el pre-alba o pre-ocaso, comenzó el verdadero baile. El cielo anaranjado y cubierto con varias nubes blancas, las luces de los grandes faroles iluminando las calles y toda la gente que estaba accediendo tanto por puertos como por entradas principales daba una total impresión y belleza a la escena. Una obre de arte sin pintar, podría decirse en ese momento. Varios humanos y digimons habían venido con parejas, algo relativamente normal; aunque a comparación del día anterior, eran muchas más las parejas… quizás porque esta sería la oportunidad perfecta para salir con alguien importante o quizás para pasar un buen rato sin compromisos de ninguna clase. Fuese como fuese, sin importar la intención de cualquier invitación, todos los invitados presentes ahora solo debían disfrutar de la ocasión, porque después de todo para eso son las celebraciones, ¿verdad?
~[Plasma]~
Luego de varios días caminando sin rumbo alguno, llegue a una ciudad bastante pintoresca; de ambiente feudal o medieval donde casi todos los digimons vivan esa clase de vida. Vendedores ambulantes tirando de carretas con sus puestos de venta, tiendas de sastres, algunas barberías bastante antiguas dentro de lo que yo conozco; e inclusive cuarteles de entrenamiento para caballeros… sin duda alguna, una ciudad feudal real o eso supongo. Aunque no me intereso mucho la apariencia del lugar, a Magnamon si… de hecho, el se alegro de haber llegado a un lugar como ese, y cuando le pregunte él porque, simplemente me respondió que le recordaba a algo. Magnamon no sabía a qué le recordaba la ciudad pero si le recordaba a algo, lo mejor sería quedarse para intentar averiguar a qué le recordaba… y fue en ese instante cuando vi un afiche que mencionaba algo sobre una celebración a los Caballeros Santos o Royal Knights originales. Eh de admitir que no sabía quiénes eran ellos pero cuando Magnamon leyó “Royal Knights”, inmediatamente me pidió que nos quedáramos a la celebración… él no sabía por qué y yo mucho menos, pero no iba a negarle esa petición; después de todo el afiche también decía que la celebración se llevaría a cabo con un baile de mascaras… eso significaría que podría relajarme manteniendo mi identidad a salvo… no policías ni agentes gubernamentales detrás de mi… solo yo, un traje y una máscara disfrutando del festival… y claro, Magnamon también aunque el realmente no podría hacer nada debido a ser un simple espíritu atrapado en el Digivice pero bueno, tampoco le resulto importante.
Tuve que quedarme cerca de una semana en ese lugar pero me dio el tiempo suficiente para conseguir dinero para un traje y también para encargarle a un herrero que me fabricara un casco. Magnamon en principio quiso saber qué clase de casco había encargado, pero no se lo dije hasta que fui a recogerlo, y vaya sorpresa se llevo al ver que ese casco era como el que el tenia. Fue difícil encargarle al herrero que me hiciera un casco de Magnamon sin darle muchas especificaciones, pero cuando mencione a Magnamon, el digimon se rio con calma y me dijo que lo haría sin problemas. Realmente me gustaría demostrar el aprecio que tengo a Magnamon por todo lo que me ah ayudado en este tiempo… y creo que la mejor forma de hacerlo, es dejar que “el” disfrute del festival.
Finalmente pasaron los días hasta que llego el momento del festival. El primer día que duro fue uno dedicado a digimons jóvenes en su mayoría, habiendo bastantes puestos de juegos y librerías abiertas para que los visitantes nuevos se enteraran de las grandes hazañas de los caballeros santos. Debo aceptar que yo me compre un libro o quizás 2, y cuando los leí… realmente me quede fascinado con todas aquellas historias de antiguos caballeros; pero me sorprendí bastante al enterarme de que Magnamon era un digimon de tipo Royal Knight, y el también se sorprendió un poco… quizás aun no recordaba esa clase de información de su propia especie… pero bueno, ahora lo recordaba; aunque se quedo especialmente callado cuando leí las historias del Magnamon originario de los Royal Knights… fue como si Magnamon quisiera tener un verdadero momento de silencio para mostrar sus respetos a ese Magnamon legendario, y yo respete eso claramente. Pero continuando con mi pequeña “recapitulación”… al llegar el segundo día, vi como toda la ciudad se llenaba de gente… las grandes plazas de comercio y parques se encontraban vacíos para poder permitir el baile y paso a los visitantes; habían varias mesas repartidas por toda la ciudad con comidas diferentes, tanto de digimons como comidas humanas de diferentes países. Era un trabajo digno de todos, realmente todo estaba bien organizado pero… las estatuas… wow… esas gigantescas estatuas que estaban repartidas por la zona central de la ciudad y que miraban a su centro como si los Royal Knights estuvieran vigilando ese único punto… wow… debió costar mucho hacerlo, y por eso cada vez que las veo me quedo callado por un momento para guardar respeto a todos los digimons que debieron trabajar arduamente para lograr montar esos monumentos inigualables.
Sea como sea… lo único que me queda hacer por lo que queda de la noche es disfrutar de esta celebración… aunque realmente no tengo nadie con quien asistir a ese baile… supongo que me tocara bailar una pieza de una persona… jeje… aunque tampoco me molesta… no conozco a nadie ni quiero conocer a nadie ahora… con estar solo físicamente, me siento feliz.
- Off:
- Bueno, ya esta el tema; recuerden que deben venir bien vestidos y con una mascara/antifaz/casco/algo que les cubra la cara ;D
Tambien recuerden que es un tema social, asique no durara mucho; aunque si lo suficiente para que haya un pequeño problema para solucionar entre todos -w-
- Tamer
- Digi Puntos :453Cuentas :Ficha :NPCs :Nivel On Rol :Hyper SpiritIcono :Rango y Unidad :Plasma Inazuma
Rango: Holy Knight
Unidad: Shiny MiracleInventario :
Plasma Inazuma
Re: Baile Enmascarado: Honor a los Antiguos Caballeros [Tema Libre]
Tsurugi
Ya después de un par de horas caminando por la ciudad el oji amarillo pudo observar que varios afiches colgados por toda la ciudad indicaban algo sobre un evento en honor a los Royal Knights, anteriormente se habia encontrado con el señor Roseworth, y sinceramente se sentia intrigado por el asunto de los Royal Knights así que por obviedad de razones el señor Roseworth bien podria estar en ese festival que indicaban los afiches.
Puede que probablemente necesataria invitación para el evento sin embargo, Tsurugi conocia al peli esmeralda así que eso contaria como invitación de todas maneras, ya estaba resuelto el problema ahora... el afiche indicaba que era un evento de gala ¿De donde demonios iba a sacar un traje de gala? Tsurugi se dirigio a su compañero felino que estaba a sus espaldas.- Oye Liollmon, ¿sabes donde puedo conseguir un traje de gala o algo así? -Liollmon ladeo la cabeza un poco y bajo sus orejas, obviamente no entendia de que tonterias hablaba su Tamer.- ¿Eh? ¿Gala? ¿Es una especie de comida? -Exclamó el Digimon.
La primera reacción que tuvo Tsurugi fue golpear su cara con la palma de su mano y suspirar profundamente, bueno no le culpaba, era un Digimon poco o nada sabia de asuntos del mundo Humano y esas cosas y más Liollmon que era tan despistado, Tsurugi retiro su mano de su cara e inquirio.- Bueno, en el camino te explico, vayamos buscando un lugar donde comprar un vestido de gala y eso. -Tsurugi comenzó a caminar y su compañero le siguio, el evento era el día de hoy, o bueno, el baile era el día de hoy así que tenia prisa en conseguir algo que ponerse también recordo que en el afiche mencionaba algo de baile de mascaras, curioso pues Tsurugi pensaba que ese tipo de eventos eran exclusivos de la humanidad.
Puede que los Digimon lo copiaran de los humanos, o los humanos de los Digimon...
Fuese como fuese eso era lo menos importante ahora, tiempo atrás una Babamon que Tsurugi rescató le entrego una bolsa pequeña llena de algo llamado Bits, según esa Babamon los Bits era el dinero del Mundo Digital así que no debia preocuparse por el pagar.
Tsurugi fue recorriendo de tienda en tienda hasta que el ocaso se apodero del lugar, ya casi oscurecia, finalmente en una pequeña tienda de antiguedades Tsurugi encontró un traje que llamaba su atención, se componia de una camisa blanca de manga larga, un chaleco negro, una corbata de encaje y una gabardina negra, unos guantes blanco y en la parte inferior unos pantalones negros de seda con unos zapatos de punta dura y cuadrada de coloración negra, y también un sombero de gala con un pequeño piquete en una de las esquinas.
¿¡120.000 Bits!? Jope hombre, vaya que estaba cara pero era entendible, según lo que contaba el Elecmon que atendia la tienda el traje pertenecio a un legendario Tamer de hace decadas.
Por fortuna el dinero que Tsurugi manejaba superaba la cifra y pudo comprarlo sin problemas, Tsurugi le dio la bolsa con el traje a su compañero Liollmon el cual sosteniendola con la boca hablo entre dientes.- Bueno, ¿Y ahora que procede Tsu-kun? -Dijo casi sin poder hablar debido a lo que manejaba entre sus fauces.
Tsurugi ladeo la cabeza a ambos lados.- La mascara. -Dijo mientras se dirigia a un estante de la tienda que estaba lleno de mascaras, algunas de imaginación propia y otras en honor a algún Digimon.- Llevare esta. -Inquirio mientras sacaba una mascara del estante, era de un blanco reluciente con dos franjas negras atrevesando toda la cara desde la zona de la frente hasta el mentón con formaciones parecidas a dientes en donde deberia ir la boca y con los orificios para los ojos rasgados.
300 Bits, esta era muchismo más barata, quizás era de mala calidad pero da igual solo era para usarla una noche, hablando de noche ya habia oscurecido por completo, el ruido de fuegos artificiales explotando dio a entender que el evento ya habia comenzado, Tsurugi pregunto al Elecmon se podia cambiarse de vestimenta en esa misma tienda a lo cual este dijo que no habia ningún problema, estaba totalmente agradecido por la gran cantidad de Bits que Tsurugi habia gastado en su tienda, luego de un par de minutos Tsurugi se quito sus polvorientas prendas para vestir el elegante traje acompañado de la mascara y el sombrero su pinta era deslumbrante y más aún por el echo de que sus brillantes ojos amarillentos resaltaban detrás de la mascara haciendo relucir más.
Con su Digivice Tsurugi guardo sus ropas y lo demás que traia consigo, pues eran datos y el IC podia almacenar datos digitales, Tsurugi y Liollmon salieron de la tienda, el castillo de la ciudad deslumbraba con brillo propio iluminando toda la ciudad aparentemente mientras era bañado con la luz de la luna y bendecido con la alegria de los Digimon y del resto de invitados al evento, Tsurugi se subio al lomo de su compañero que comenzó a cabalgar en dirección al castillo donde se organizaba el evento, mientras más se acercaba podia divisar 13 estatuas de proporciones exageradas, quizás eran estatuas en tributo a los Royal Knights pues habia una totalmente parecida a Duftmon a.k.a el señor Roseworth pero daba igual luego le preguntaria por si mismo al peli verde.
- Atuendo y Mascara:
Última edición por Tsurugi Kurone el Lun Dic 14, 2015 4:56 am, editado 1 vez
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :20Ficha :Relaciones :Cronologia :[En proceso]NPCs :[En proceso]Nivel On Rol :RookieInventario :
Tsurugi Kurone
Re: Baile Enmascarado: Honor a los Antiguos Caballeros [Tema Libre]
Sigrun
La noticia de un baile de máscaras corrió deprisa por la base del clan, era una celebración en honor a los antiguos Royal Knights y a la que algunos de los miembros del clan tenían pensado asistir, según escuché en las conversaciones durante las comidas en el Gran Comedor. Yo no iba a ser menos, era la sublíder de los actuales Royal Knights y por si fuera poco mi compañero era uno de sus antiguos miembros. Prácticamente teníamos la obligación de ir.
Desgraciadamente había mucho papeleo por clasificar y revisar, y varios lugares a los que ir por problemas con digimon con data x. A escasas dos semanas del baile aún tenía una montaña de trabajo, así que Ulforce y yo tuvimos que hacer un gran esfuerzo en terminarlo todo a tiempo. Íbamos y veníamos de la base continuamente, comíamos durante los viajes a las misiones y prácticamente sólo acudíamos a la base a dormir.
Cuando por fin terminamos la última misión, decidí pasarme por un centro comercial de Ciudad Central, antes de regresar a la base. Ya sólo faltaban un par de días para ese baile y no tenía ningún vestido para una ocasión así, y mucho menos una máscara. Quise buscar algo especial, algo que me favoreciera y que al mismo tiempo me identificara de algún modo. Ulforce venía conmigo, habría sido mejor llamar a alguna amiga para que me ayudara a elegir pero ninguna estaba cerca del lugar de aquella misión de antes.
Al cabo de un par de horas por fin encontré lo que andaba buscando, un precioso vestido blanco y azul con un par de detalles en dorado. Después Ulforce me ayudó a elegir la máscara, su forma recordaba la de un dragón azul con marcas doradas. Realmente aquella mascara me identificaba.
Una vez de vuelta en la base, dejé el vestido y la máscara en mi habitación y fui a buscar a alguien. En un evento así, lo más común es ir en parejas y Alanna insistió mucho en que se lo pidiera a cierto chico de mi propio clan. La verdad es que estaba muy ilusionada en poder ir al baile con él… y un poco nerviosa he de admitir.
Lamentablemente el destino no hizo más que jugar conmigo. Fui al Gran Comedor y allí lo vi hablando con otra chica, otra miembro del clan. Escuché su conversación, oculta tras las grandes puertas de aquella sala. Hablaban del baile y de lo bien que se lo pasarían. No quise escuchar más y me marché a mi habitación. Había llegado tarde, ya se lo había pedido a la otra chica.
Ulforce entró al cabo de un rato a mi habitación, bajo su nivel rookie.
- ¿Ya se lo has pedido?- me preguntó, pero al verme tan desanimada se preocupó- ¿Qué ha pasado?
- Por lo visto ya se lo pidió a otra…
- Vaya…
- ¿Y tú? ¿Pudiste hablar con Flora?- le pregunté.
- No pude localizarla, así que tendré que ir solo a ese baile- me explicó- ¿Y no podrías pedirle a otro miembro del clan que te acompañara?
Negué con la cabeza antes de dirigir mi mirada hacia fuera de la ventana, hacia ese cielo digital que cubría la base.
- Sólo he podido localizar a dos. Fuji ya tiene pareja y a Zereck es imposible sacarlo de la biblioteca si no es para una misión. Creo que yo también tendré que acudir sola…
Los días antes del baile preferí evitar a ese chico, no tenía muchas ganas de hablar con él. Habría sido perfecto poder ir los dos juntos, pero parece que cuando deseas algo, siempre se estropea.
A pesar de todo, no abandoné la idea de ir al baile de máscaras aunque ya había perdido casi todo el interés. Pero como sublíder de los Royal Knights, así como compañera de uno de los antiguos miembros, debía hacer acto de presencia en un evento en honor al clan.
La noche del baile, ya con el vestido y la máscara puesta, Ulforce y yo salimos de un portal que se abrió en el cielo nocturno de la ciudad. Ulforce volaba bajo su etapa de UlforceVeedramon y yo iba en su hombro derecho. Aterrizamos en una calle amplia, justo al lado de dónde se celebraba el baile y nos dirigimos caminando hacia allí.
Por suerte, el tamaño de mi compañero no es demasiado grande por lo que podía moverse con tranquilidad por las calles. Yo le llegaba por las rodillas más o menos.
Mientras caminábamos algunos tamers y digimon nos miraron para después hablar entre ellos. De aquellas conversaciones pudimos escuchar algunas palabras.
- ¿Son ellos? ¿Los sublíderes de los Royal Knights?
- Dicen que el UlforceVeedramon de la sublíder perteneció a los antiguos Royal Knights.
- ¡Es un honor que Blue Flash esté esta noche aquí!
Ulforce no pudo evitar sonreír cuando nos alejábamos de aquél grupo. Desde que recuperó la memoria, poco a poco el rumor de que fue uno de los antiguos Royal Knights se fue extendiendo. Aquella carrera en las tierras flotantes ayudó a extender ese rumor. A estas alturas muchos digimons ya sabían de la identidad de mi compañero.
Cuando llegamos, nos dimos cuenta de que había un gran ambiente de fiesta. Realmente quienes organizaron el baile se esforzaron muchísimo en la decoración, no había más que ver las grandes estatuas de los miembros originales del clan que adornaban el lugar.
A pesar de todo el buen ambiente, no podía quitarme de la cabeza lo de hacía unos días. Estaba bastante desanimada por no haber podido que aquél chico viniera conmigo al baile. Bueno, al menos estaré aquí para honrar la memoria de los antiguos Royal Knights, siendo mi compañero uno de ellos siento que es mi deber estar aquí.
- Máscara de Sigrun:
- Vestido de Sigrun (PRIMERA LINEA. EL CUARTO):
- Tamer & Digimon
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :642Cuentas :Ficha :Relaciones :Cronologia :NPCs :Nivel On Rol :Burst Mode/Future ModeNivel On Rol de los Digi Aliados :Draco: Ultimate [BlackMetalGreymon]
Kara: Rookie [Dorumon]Icono :Rango y Unidad :Sigrun Vinter
Rango: Hand of the King y Holy Knight
Unidad: Todo el clan (Blue Thunder Dragons)
Ulforce
Rango: Hand of the King y Holy Knight
Unidad: Todo el clan (Blue Thunder Dragons)Rango y Unidad Digi Aliado :Draco
Rango: Knight
Unidad: Dragons DestroyersInventario :
Sigrun Vinter
Re: Baile Enmascarado: Honor a los Antiguos Caballeros [Tema Libre]
Mis chicos y yo acabábamos de volver de una misión rescate en Atlantis y nos tomamos unos días de descanso en la base de los US. A los pocos días una de mis más admiradas de los miembros de mi clan, Minervamon-sama de los Olimpicos me vino a buscar a mi dormitorio.
-Tu eres la joven soldado, Ashely-chan verdad?- me preguntó
-Wooow.... Minervamon-sama... esto... si, si, claro!-comenté casi sin poder hablar de la emoción.
-Jeje, no se si te habrás enterado pero, los Royal Knight van a hacer un baile victoriano hay carteles por toda la base, no se si los habrás visto... -me dijo Minervamon
-Pues, hace poco mi equipo y yo volvimos de viaje, no no vi nada, pero bueno tampoco soy muy de bailes asique esas cosas no me llaman mucho la atención...-comenté restandole importancia
-Una pena... siempre vamos al menos un miembro de cada clan para mantener la cordialidad entre clanes y también por velar por la seguridad del evento... y habíamos pensado en ti para ascenderte a la división de los Olympo Heros cuando regresaras, por lo que ese baile sería para ti como una especie de graduación también... pero vamos si no quieres ir....-chantajeó Minervamon-sama
-¿Olympo Heros??? trabajaría codo con codo con vos??-dije yo con mis ojos verdes agrandados por la emoción
-Si, jajaja supongo que supone mucho para ti ese titulo pero bueno aun así dejo que lo pienses con tu equipo, ya que los 3 seréis ascendidos aunque Blurr estará siempre bajo tus órdenes y las de Gato, pero no creo que le importe ya se lo comenté antes a el.-dicho esto se marchó dejandome sola con mis pensamientos.
-Woooow, miembro de la división de los Olympo Heros... todavía no me lo creo...-cuando aun estaba asimilándolo tocaron a mi puerta.
-Puedo pasar?-me dijo una voz q conocía bien tras la puerta
-Claro! pasa Blurr-le dije y cuando el entró traía un paquete bajo el brazo y se había puesto un traje negro de gala, con pajarita y un clavel en el bolsillo de la chaqueta.
-¿Qué haces asi vestido? pareces un pingüino y que es lo que traes?-le pregunté
-Jeje, Minervamon-sama me lo ha contado todo, se lo que supone para ti y para esa gata entrar en los olympos hero asi que me he preparado para la ocasión y me he tomado la molestia de traerte un regalo, ¡Abrelo, por favor!-me dijo tendiendome el paquete
-Pero Blurr, aun no he dicho que si, ¿qué pinto yo en un baile? Bailo como un pato mareado! y además no tengo pareja! ¿No pretenderás que vaya allí, vea todas esas parejas felices y yo más sola que la una? No, de ninguna manera, qué depresión!-dije yo
-Y por esa banalidad, vas a desaprovechar tu oportunidad de ascenso? No te creía tan cobarde, Ashe. Abrelo anda-me insistió
-Blurr amigo, una cosa es luchar contra digimon malvados y otra muy distinta son las parejitas y los eventos sociales, eso ni con 20 litros de tila podría superarlo... Wooow!! Es preciosooo! ¿de donde lo has sacado?-dije al ver el vestido que me había traido Blurr para la ocasión.
- Vestido de Ashe:
-Me alegro que te guste, tu madre se enteró también del evento y me lo dio para ti. Fue su traje de pedida de mano, lo arregló para ti, quiere que tu también lo lleves. Espero te esté bien y... quién sabe a lo mejor allí encuentras a esa persona que te haga sentir especial, mientras tantos si quieres puedo ser yo tu peludo acompañante, eh? que me dices? jeje-me dijo Blurr arreglándose la pajarita.
-El vestido de pedida de mi madre.... Oh, Blurr! Muchas gracias!-le abracé agradecida sin notar el cierto rubor que apareció en sus mejillas con el abrazo.
Sin embargo antes de que el dijera nada, Gatomon entró en la habitación en tropel con un papalajo en las zarpas.
-¡Ashe, Ashe,ASHEEEE!!- Se lanzó en medio de los dos, yo creo q sin percatarse si quiera de que estábamos abrazados, tirándome en la cama,subiéndose encima de mi y poniéndome el papel en la cara sin darme tiempo si quiere a verlo bien, máxime a leerlo me dijo:
-Tenemos que ir! No tienes excusa! NECESITO ir!!!! Ulforcín seguro que está alli!!!! Lo convertiré en mi pareja muahahhahahahah!!! Di que si! di que si! DI QUE SIIIIII!!!-Dijo sin caber en si misma de emoción.
-Gato vale, para! me vas a dejar sin respiración saltándome en las costillas!-dije quitándomela de encima intentando calmarla
-Con razon, no le dijo nada Minervamon.... en cuanto viera el cartel querría ir sin dudarlo....-dijo Blurr en un susurro pues en el cartel aparecía el sublider de los RK junto con la información del evento.
-¿Decías algo, perro?-le miró Gatomon con inquina
-Que, qué te vas a poner Gato?-preguntó él fingiendo un cierto interés
-Ay no se, ay no se! Es una mascarada, tengo que pensarlo!-fue corriendo a hurgar en su pequeño baúl donde metía toda las cosas que encontraba por ahí y le gustaba ponerse.
-En fin...creo que no me vais a dejar ninguno excusa para negarme... está bien..... iremos-dije finalmente.
Al poco de ese conversación, cogimos un trailmon que nos llevara rumbo a la dirección que ponía el evento, había mucha gente en la puerta con disfraces y muchas parejas.... lo que me hizo lanzar un hondo suspiro, a mi solo me había resultado atractivo un muchacho con el que coincidi en una aventura... era muy mono, tanto el como su rana amarilla pero no sabía si iría al evento, y en el caso de que allí estuviera, ¿se fijaría en mi? me ruboricé tenuemente bajo mi máscara de gato que iba a juego con mi vestido en colores rojos y dorados, por suerte creo que ninguno de mis acompañantes se dio cuenta. Blurr me llevaba del brazo como si se tratase de un padre llevando a su hija al altar y mirándolo de reojo parecia tan nervioso como yo. La nota discordante del grupo, como no podía ser de otro modo, era la imagen de Gatomon, la cual se había decantado por verstirse como el gato con botas, con una capa roja un gorro pirata rojo con una pluma rosada, antifaz negro, botas del mismo color y un cinturón del que pendía un pequeño florete.
-Gato... es una fiesta de gala no de disfraces... no se si tu traje va a desentonar un poquitin...-le comenté
-Vamos Ashe, es una mascarada, mascarada, antifaces, disfraces, ¿qué más da? Además si no gusta tengo otro traje enmascarado de reserva sólo y exclusivamente me lo pondré cuando vea a Ulforcin-dijo con una sonrisa malévola.
No recordaba que Gato hubiera escogido otro traje cuando de pronto, algo siniestro vino a mi mente...
-Gato... no pensarás...?-le pregunté
-Si, Ashe... justo eso jijijijijijiji, más te vale no fallarme ...-dijo ella mirando de reojo a mi pequeño bolso donde llevaba mi digivice y mi coleccion de cartas.
-Gata salida....-comentó Blurr en voz baja mientras nos mezclábamos entre la multitud.
- Tamer & Digimon
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :312Cuentas :Ficha :Cronologia :NPCs :Nivel On Rol :MegaNivel On Rol de los Digi Aliados :UltimateIcono :Rango y Unidad :Ashely Shirley
Rango: Oficial
División: Olimpo Heros
Unidad/Sub-division: Green Light Speed
Gatomon
Rango: Oficial
División: Olimpo Heros
Unidad/Sub-division: Green Light SpeedRango y Unidad Digi Aliado :Blurr
Rango: Sub-oficial
División: Olimpo Heros
Unidad/Sub-division: The Huntress MoonInventario :
Ashely_mellorine
Re: Baile Enmascarado: Honor a los Antiguos Caballeros [Tema Libre]
Llegó la hora, pronto sería momento de acudir al baile de mascaras, lo cierto es que se sentía eufórica, no conocía a nadie, pero dado que era un baile de mascaras, el misterios era lo más interesante de todo, y nadie más misteriosa que ella, que llegaría como una total desconocida. Gatomon era la que había insistido en acudir, quería unirse a los U.S. Y pensaba que la fiesta sería la oportunidad perfecta para hacer contactos. No daba la impresión de confiar demasiado en Alanna en cuanto a responsabilidad, pero sabía que la joven tenía algo que a ella le faltaba, don de gentes, y que donde Cat era una seria y una sosa, demasiado recta para ver los dos lados de la moneda, su tamer era la persona alegre que le quitaba seriedad a las cosas más importantes.
Empezó a prepararse con tiempo de sobras, se metió en la ducha pensando en Sigrun, ¿habría invitado ya al chico? nunca veía asu amiga nerviosa o sonrojada, pero cuando habían hablado del tema, la joven había estado totalmente sonrojada, tan adorable que Alanna no había podido evitar darle un abrazo, y un pequeño empujoncito, esperaba que todo hubiera salido a pedir de boca.
El agua resvalaba por su piel de seda, enrojeciendola mientras la chica intentaba relajarse del estrés de los últimos días, la escuela de danza del barrio se había quedado sin maestra, y ella, que a penas ganaba dinero con los contratos temporales para periódicos y en sus exposiciones, más que casuales en algunas galerías, había decidido que debía sacar partido a su titulo del conservatorio. Y, tras postular como candidata, había sido seleccionada como profesora de baile, por fin un sueldo fijo. Se untó el jabón y el suavizante en el pelo, y siguió dejando resvalar el agua mientras la voz de gatomon intentaba entrar en sus oidos, que no la escuchaban centrados en escuchar su tarareo.
- Alanna, escuchame atentamente, no vas a ir a divertirte, has de encontrar contactos.- repetía Cat por enésima vez.
- Nana, nana na nana.- la ignoraba Alanna repetidamente cantando con voz dulce.
- Da igual como, pero debemos entrar en los U.S, es primordial.- dijo su dispositivo mientras la chica salía por fin de la ducha, ya limpia, envolviendose en una toalla aun tarareando.- Alanna, ¿me escuchas?- Preguntó mientras la chica se secaba el pelo y se lo desenredaba, al tiempo que calentaba las pinzas para rizarselo.- Alanna, acabaré enfadandome.
- Cat, me lo has repetido mil veces, lo he entendido, pero no porque lo digas voy a dejar de divertirme, va una buena amiga, y quiero disfrutar de la fiesta.- Contestó ya harta de las constantes exigencias de su gatomont.
Salió del baño lanzandole la toalla a su digivice, ahogando así parte de las protestas de Cat, que como pasaba usualmente, cada vez que Alanna acababa cansada y le respondía de modo que a la digimon le resultaba desagradable, se ponía hecha una furia. Alanna se puso la ropa interior y sacó del armario el vestido rojo bor goña que había elegido para esa noche, junto a una mascara negra y unos zapatos de tacón iguales a la máscara.
Volvió al baño, a terminar de alistarse. se secó el pelo con secador y arregló sus ondas con las pinzas, para, luego, pasar a aplicarse una ligera capa de maquillaje, color de mejillas, sombra de ojos y labial rojo. ya con el boceto de lo que sería ella esa noche listo, arregló el cuarto de baño, sacando de allí las toallas para tenderlas, y, aun en ropa interior, tomó el digivice y se lo llevó a su dormitorio mientras se vestía. No tardó demasiado en estar lista, con Cat de morros, sin hablar de nada, era más facil vestirse y arreglarse. puesto el vestido, que enmarcaba su figura, guardada su cámara dentro dell bolso y anudado el digivice a un lado de la cadera. Salió con los tacones hasta la sala y apuntó el digivice a la pantalla, haciendo que esta se iluminara, adentrandose nuevamente en el digimundo.
Por una vez, llegó a un lugar adecuado, sin entradas raras, subió los escalones de la magnifica entrada mientras la luz y la música ya resonaban, con la máscara atada, entrego su contrato y esperó en la recepción a algún conocido para adentrarse junto a él a la fista. El sitio estaba repleto de flores que dejaban un estupendo aroma en el lugar, aunque las rosas del sitio contrastaban en parte el aroma a jazmín que había quedado en su piel. Desde la entrada, podía ver un escenario en la zona principal, prometía ser una gran noche.
Sacó la cámara y comenzó a hacer fotos del quienes pasaban, maravillada por lo que la rodeaba, seguramente algunas autoridades importantes se disponían a hacer discursos para aumentar el misterio y el ansia de la noche. ¿Descubriría a alguien tras las máscaras?
Empezó a prepararse con tiempo de sobras, se metió en la ducha pensando en Sigrun, ¿habría invitado ya al chico? nunca veía asu amiga nerviosa o sonrojada, pero cuando habían hablado del tema, la joven había estado totalmente sonrojada, tan adorable que Alanna no había podido evitar darle un abrazo, y un pequeño empujoncito, esperaba que todo hubiera salido a pedir de boca.
El agua resvalaba por su piel de seda, enrojeciendola mientras la chica intentaba relajarse del estrés de los últimos días, la escuela de danza del barrio se había quedado sin maestra, y ella, que a penas ganaba dinero con los contratos temporales para periódicos y en sus exposiciones, más que casuales en algunas galerías, había decidido que debía sacar partido a su titulo del conservatorio. Y, tras postular como candidata, había sido seleccionada como profesora de baile, por fin un sueldo fijo. Se untó el jabón y el suavizante en el pelo, y siguió dejando resvalar el agua mientras la voz de gatomon intentaba entrar en sus oidos, que no la escuchaban centrados en escuchar su tarareo.
- Alanna, escuchame atentamente, no vas a ir a divertirte, has de encontrar contactos.- repetía Cat por enésima vez.
- Nana, nana na nana.- la ignoraba Alanna repetidamente cantando con voz dulce.
- Da igual como, pero debemos entrar en los U.S, es primordial.- dijo su dispositivo mientras la chica salía por fin de la ducha, ya limpia, envolviendose en una toalla aun tarareando.- Alanna, ¿me escuchas?- Preguntó mientras la chica se secaba el pelo y se lo desenredaba, al tiempo que calentaba las pinzas para rizarselo.- Alanna, acabaré enfadandome.
- Cat, me lo has repetido mil veces, lo he entendido, pero no porque lo digas voy a dejar de divertirme, va una buena amiga, y quiero disfrutar de la fiesta.- Contestó ya harta de las constantes exigencias de su gatomont.
Salió del baño lanzandole la toalla a su digivice, ahogando así parte de las protestas de Cat, que como pasaba usualmente, cada vez que Alanna acababa cansada y le respondía de modo que a la digimon le resultaba desagradable, se ponía hecha una furia. Alanna se puso la ropa interior y sacó del armario el vestido rojo bor goña que había elegido para esa noche, junto a una mascara negra y unos zapatos de tacón iguales a la máscara.
Volvió al baño, a terminar de alistarse. se secó el pelo con secador y arregló sus ondas con las pinzas, para, luego, pasar a aplicarse una ligera capa de maquillaje, color de mejillas, sombra de ojos y labial rojo. ya con el boceto de lo que sería ella esa noche listo, arregló el cuarto de baño, sacando de allí las toallas para tenderlas, y, aun en ropa interior, tomó el digivice y se lo llevó a su dormitorio mientras se vestía. No tardó demasiado en estar lista, con Cat de morros, sin hablar de nada, era más facil vestirse y arreglarse. puesto el vestido, que enmarcaba su figura, guardada su cámara dentro dell bolso y anudado el digivice a un lado de la cadera. Salió con los tacones hasta la sala y apuntó el digivice a la pantalla, haciendo que esta se iluminara, adentrandose nuevamente en el digimundo.
Por una vez, llegó a un lugar adecuado, sin entradas raras, subió los escalones de la magnifica entrada mientras la luz y la música ya resonaban, con la máscara atada, entrego su contrato y esperó en la recepción a algún conocido para adentrarse junto a él a la fista. El sitio estaba repleto de flores que dejaban un estupendo aroma en el lugar, aunque las rosas del sitio contrastaban en parte el aroma a jazmín que había quedado en su piel. Desde la entrada, podía ver un escenario en la zona principal, prometía ser una gran noche.
Sacó la cámara y comenzó a hacer fotos del quienes pasaban, maravillada por lo que la rodeaba, seguramente algunas autoridades importantes se disponían a hacer discursos para aumentar el misterio y el ansia de la noche. ¿Descubriría a alguien tras las máscaras?
- Vestido y Mascara:
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :41Ficha :Cronologia :Nivel On Rol :Rookie Spirit
Alanna Tale
Re: Baile Enmascarado: Honor a los Antiguos Caballeros [Tema Libre]
Un baile, y no cualquier baile, uno que te obligaba a asistir a él con una mascara que ocultara tu identidad “como si alguien importante me conociera de cualquier forma” pensé al releer aquel pequeño cartel pegado en la pared, no era realmente de mi incumbencia el asistir a un evento tan conglomerado como lo era una celebración a los antiguos… bla bla bla… la historia de los RK no me interesaba, los defensores del digimundo y decenas de nombres con los que se les llamaba a un grupo de digimons que había peleado en tiempos antiguos
- ¿Por qué yo? – suspire viéndome frente al espejo con el vestido en mano, nos dirigíamos a la zona imperial en uno de los muchos barcos que tenían por destino llevar a los asistentes al evento, mi digimon aliado se encontraba sentado en la cama del camarote que habíamos pagado con dinero del clan, si, nos habíamos aprovechado de esto después de que me mandaran decir los altos mandos que debía haber ciertos miembros vigilando la fiesta, incluyéndome a mi, entendia que como una de las celebraciones de un “enemigo” del clan, o mejor dicho competencia, había que estar alerta a sus movimientos, el líder del CE nunca hacia estas cosas a la ligera, y solo aumentaba mi sospecha al saber que Eth no estaría libre por algunos días, una misión en secreto, es todo lo que había podido sacarle a mi digimon, quien se despidió de mi sin atreverse a decir nada mas, eso nos dejaba a wizarmon y a mi a merced de soportar aquel baile de gala, por una parte creía que se había enterado y había inventado una excusa para evitar aquel compromiso, conociéndolo sería lo mas probable
- Deberías vestirte, se hará tarde – mi digimon me saco de mis pensamientos que estaban llegando muy lejos para traerme de regreso a lo que debía estar haciendo, un suspiro volvió a salir de mis labios – Te esperare afuera – se levantó y despidió de forma amable mientras me cambiaba por el conjunto que había encontrado para esta ocasión, un vestido entre azul claro y aqua hasta los tobillos, sin mangas y con un escote algo pronunciado, una vez me lo puse volvi a observarme frente al espejo, en verdad era incómodo para mí que no había usado este tipo de vestimentas nunca, maldije por lo bajo a que era el único vestido que me había agradado – y el mas decente – que encontré en las tiendas a las que fui, no había salido barato pero no tenía mucho tiempo para estar eligiendo o visitando más lugares ya que había estado ocupada con asuntos del clan y en el digimundo no conocía muchas zonas dedicadas a vestimenta para humanos, además que no pensaba usar cosas destinadas a digimons, lo había intentado antes sin buenos resultados, sin querer darle mas vueltas a mi apariencia proseguí colocándome los accesorios, dos pulseras, aretes y un collar color dorado, me calce los zapatos plateados y posterior al leve toque de maquillaje que use, me coloque una mascara que combinaba los colores dorado, blanco y azul, con un pequeño moño como decoracion en su lado derecho
- Supongo que tratare de divertirme – me acomode el cabello un poco antes de salir, tome una bolsa de igual color dorado cuya correa era una cadena, donde cómodamente cabia mi digivice, en el pasillo mi digimon me estaba esperando recargado en la pared, al notar mi presencia sonrió de manera calida
- Te ves bien – lo sentí mas como un cumplido que diría mi padre, pero era wizarmon de quien estábamos hablando, sabia que lo decía sinceramente, lo cual me provoco una leve sonrisa
- ¿Puedo hacerte cambiar de idea con respecto a acompañarme? – negó inmediatamente con la cabeza
- Es mejor si vas sola, y no es como si me fuera a quedar aquí, estare platicando contigo el tiempo que sea necesario, pero intentemos que conozcas a mas personas primero – lo dijo como si fuera lo mas sencillo del mundo, pero debido a mi personalidad mas introvertida de un tiempo aca lo veia realmente dificil, Vaal me tomo de la mano caminando conmigo hacia la parte superior del barco, el cual avanzaba a paso rápido, en escasos minutos estaríamos desembarcando, nos topamos con un monton de digimons, vestidos de formas de lo mas variadas, aunque todos con apariencia un tanto elegante y antigua a la vez, y algunas personas acordes a lo mismo, pronto estuvimos en el puerto, donde todos descendieron de forma tranquila, siguiendo un solo camino, el cual se adentraba en la ciudad hasta terminar en un majestuoso castillo del cual solo podíamos ver la parte superior
- Creo que me tengo que despedir – mi digimon se transformo en datos almacenándose en mi digivice, lo cual me hizo sentir un poco de pánico al avanzar completamente sola entre tantas personas, aunque rápidamente recobre la compostura y continue caminando, por suerte el puerto se encontraba relativamente cerca del lugar del evento, y debía agradecer que el tipo de botas que usaba tenían un tacon parecido al que me encontraba vistiendo, ya que no fue sencillo caminar de esa forma por un tramo del camino que era de piedra
Despues de unos 15 minutos en los que nos hicieron subir a unos transportes preparados previamente ya estaba frente al lugar de celebración, la noche acababa de llegar y las luces encendidas realmente le daban un toque mágico al lugar, preferí mezclarme entre la gente admirando las estatuas que era lo que mas imponía en la fiesta
- Un buen trabajo realmente – hable para mí misma quedándome unos segundos de pie frente a una de ellas, los detalles eran tan exactos que de no ser porque todos sabían que se trataban de estatuas jurarías que el digimon representado estaba con vida, me dirigí a la zona de mesas donde había tanto digimons como personas sentados ya sea conversando o comiendo algún platillo de los que exponían en una gran mesa estilo buffet, sin llamar mucho la atención tome asiento en una pequeña mesa vacía, intentando disfrutar un poco del ambiente, no había mucho ruido mas que la música clásica que inundaba el lugar y los murmuros de la gente a mi alrededor, solo esperaba que la velada fuera tranquila para regresar rapido a la base, saque mi digivice de la bolsa y lo coloque entre mis manos
- Vamos elith, trata de animarte un poco - me insistio mi digimon
- ¿Que quieres que haga? No es de mis gustos el bailar y no conozco a nadie, menos con estos trajes - mi wizarmon rio de forma alegre
- Ese es el punto de la fiesta, divertirte sin que te preocupe que te reconozcan, ahora intenta hacer nuevos amigos, no pienso salir sin verte intentarlo primero - resople fastidiada y me levante para ir por una bebida, tome una limonada y la lleve hasta mi asiento, sin dirigirle la palabra a mi digimon me mantuve entretenida terminandome eso, si no pensaba salir por mi estaba bien
- ¿Por qué yo? – suspire viéndome frente al espejo con el vestido en mano, nos dirigíamos a la zona imperial en uno de los muchos barcos que tenían por destino llevar a los asistentes al evento, mi digimon aliado se encontraba sentado en la cama del camarote que habíamos pagado con dinero del clan, si, nos habíamos aprovechado de esto después de que me mandaran decir los altos mandos que debía haber ciertos miembros vigilando la fiesta, incluyéndome a mi, entendia que como una de las celebraciones de un “enemigo” del clan, o mejor dicho competencia, había que estar alerta a sus movimientos, el líder del CE nunca hacia estas cosas a la ligera, y solo aumentaba mi sospecha al saber que Eth no estaría libre por algunos días, una misión en secreto, es todo lo que había podido sacarle a mi digimon, quien se despidió de mi sin atreverse a decir nada mas, eso nos dejaba a wizarmon y a mi a merced de soportar aquel baile de gala, por una parte creía que se había enterado y había inventado una excusa para evitar aquel compromiso, conociéndolo sería lo mas probable
- Deberías vestirte, se hará tarde – mi digimon me saco de mis pensamientos que estaban llegando muy lejos para traerme de regreso a lo que debía estar haciendo, un suspiro volvió a salir de mis labios – Te esperare afuera – se levantó y despidió de forma amable mientras me cambiaba por el conjunto que había encontrado para esta ocasión, un vestido entre azul claro y aqua hasta los tobillos, sin mangas y con un escote algo pronunciado, una vez me lo puse volvi a observarme frente al espejo, en verdad era incómodo para mí que no había usado este tipo de vestimentas nunca, maldije por lo bajo a que era el único vestido que me había agradado – y el mas decente – que encontré en las tiendas a las que fui, no había salido barato pero no tenía mucho tiempo para estar eligiendo o visitando más lugares ya que había estado ocupada con asuntos del clan y en el digimundo no conocía muchas zonas dedicadas a vestimenta para humanos, además que no pensaba usar cosas destinadas a digimons, lo había intentado antes sin buenos resultados, sin querer darle mas vueltas a mi apariencia proseguí colocándome los accesorios, dos pulseras, aretes y un collar color dorado, me calce los zapatos plateados y posterior al leve toque de maquillaje que use, me coloque una mascara que combinaba los colores dorado, blanco y azul, con un pequeño moño como decoracion en su lado derecho
- Supongo que tratare de divertirme – me acomode el cabello un poco antes de salir, tome una bolsa de igual color dorado cuya correa era una cadena, donde cómodamente cabia mi digivice, en el pasillo mi digimon me estaba esperando recargado en la pared, al notar mi presencia sonrió de manera calida
- Te ves bien – lo sentí mas como un cumplido que diría mi padre, pero era wizarmon de quien estábamos hablando, sabia que lo decía sinceramente, lo cual me provoco una leve sonrisa
- ¿Puedo hacerte cambiar de idea con respecto a acompañarme? – negó inmediatamente con la cabeza
- Es mejor si vas sola, y no es como si me fuera a quedar aquí, estare platicando contigo el tiempo que sea necesario, pero intentemos que conozcas a mas personas primero – lo dijo como si fuera lo mas sencillo del mundo, pero debido a mi personalidad mas introvertida de un tiempo aca lo veia realmente dificil, Vaal me tomo de la mano caminando conmigo hacia la parte superior del barco, el cual avanzaba a paso rápido, en escasos minutos estaríamos desembarcando, nos topamos con un monton de digimons, vestidos de formas de lo mas variadas, aunque todos con apariencia un tanto elegante y antigua a la vez, y algunas personas acordes a lo mismo, pronto estuvimos en el puerto, donde todos descendieron de forma tranquila, siguiendo un solo camino, el cual se adentraba en la ciudad hasta terminar en un majestuoso castillo del cual solo podíamos ver la parte superior
- Creo que me tengo que despedir – mi digimon se transformo en datos almacenándose en mi digivice, lo cual me hizo sentir un poco de pánico al avanzar completamente sola entre tantas personas, aunque rápidamente recobre la compostura y continue caminando, por suerte el puerto se encontraba relativamente cerca del lugar del evento, y debía agradecer que el tipo de botas que usaba tenían un tacon parecido al que me encontraba vistiendo, ya que no fue sencillo caminar de esa forma por un tramo del camino que era de piedra
Despues de unos 15 minutos en los que nos hicieron subir a unos transportes preparados previamente ya estaba frente al lugar de celebración, la noche acababa de llegar y las luces encendidas realmente le daban un toque mágico al lugar, preferí mezclarme entre la gente admirando las estatuas que era lo que mas imponía en la fiesta
- Un buen trabajo realmente – hable para mí misma quedándome unos segundos de pie frente a una de ellas, los detalles eran tan exactos que de no ser porque todos sabían que se trataban de estatuas jurarías que el digimon representado estaba con vida, me dirigí a la zona de mesas donde había tanto digimons como personas sentados ya sea conversando o comiendo algún platillo de los que exponían en una gran mesa estilo buffet, sin llamar mucho la atención tome asiento en una pequeña mesa vacía, intentando disfrutar un poco del ambiente, no había mucho ruido mas que la música clásica que inundaba el lugar y los murmuros de la gente a mi alrededor, solo esperaba que la velada fuera tranquila para regresar rapido a la base, saque mi digivice de la bolsa y lo coloque entre mis manos
- Vamos elith, trata de animarte un poco - me insistio mi digimon
- ¿Que quieres que haga? No es de mis gustos el bailar y no conozco a nadie, menos con estos trajes - mi wizarmon rio de forma alegre
- Ese es el punto de la fiesta, divertirte sin que te preocupe que te reconozcan, ahora intenta hacer nuevos amigos, no pienso salir sin verte intentarlo primero - resople fastidiada y me levante para ir por una bebida, tome una limonada y la lleve hasta mi asiento, sin dirigirle la palabra a mi digimon me mantuve entretenida terminandome eso, si no pensaba salir por mi estaba bien
- vestido:
- mascara:
- Tamer & Digimon
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :513Nivel On Rol :MegaIcono :Rango y Unidad :Elith
Rango: Chaos general
División: D-brigade
Unidad/Sub-division: Blue Demons
Vaal
Rango: Chaos general
División: D-brigade
Unidad/Sub-division: Blue Demons
Rango y Unidad Digi Aliado :
Elith
Re: Baile Enmascarado: Honor a los Antiguos Caballeros [Tema Libre]
Cuando recibió el mensaje por parte de los PawnChessmon, Elluka se sobresaltó. Tenía muy poco tiempo para terminar de averiguar qué hacer con su cabello. Miró el digivice en la mesa, sabía perfectamente bien que Lunamon sabría resolver su problema ¿Era correcto dejar de buscarla un par de días para divertirse?
-"Ve" -Sonó una dulce y aguda voz en su cabeza. Eso es lo que Lune diría, ¿No es así? Incluso su imaginación comenzaba a hacerle jugarretas melancólicas. Tomó el blanco aparato en su mano en respuesta y miró la imagen de si DigiSpirit, como si quisiera agradecer un permiso que ella misma se había otorgado.
Con su cuerpo cubierto por una bata de baño, se miró al espejo y se acomodó la cabellera de cerezo en una cebolla alta. Si mojaba su cabello, no podría arreglarlo como se debe, obviamente. Pero más que nada, quería verse perfecta. Entró en la bañera con agua tibia y se puso cómoda. Sabía que su acompañante sería el hombre más elegante y grácil del evento, no quería manchar su reputación... Y quería que viera cuánto ha crecido a convertirse en una mujer completa. Una ligera sensación caliente se hizo presente en las mejillas de la chica. ¿En qué estaba pensando? Trató de ahogar sus pensamientos y enfriar su cara mediante sumergiendo la mitad de esta, dejando sus ojos clavados en las rodillas que sobresalían del agua.
Terminada de lavarse, su siguiente preocupación era el maquillaje. Si si bien era un baile de máscaras, ella había conseguido un antifaz, puesto sentía que era lo único que concordaba con el vestido que había comprado. Lo consiguió en una tienda de disfraces, para ser honesta, pero eso no quitaba el hecho que era hermoso y digno de cualquier doncella de la Reina Victoria, tanto el ropaje como el antifaz. Usó un set de pinturas muy naturales, poco llamativas. Una ligera sombra en los ojos fue decorada a su vez por un fino trazo de delineador que a su mismo tiempo era adornado por las largas pestañas de la joven. Su pálida clara era arreglada por un tenue rubor rosado, dulce y a la vez atrevido, mientras que sus labios llevaban un brillo ligeramente rojo que hacía resaltar el color natural de los mismos. Se soltó el cabello y comenzó a cepillarlo suavemente. ¿Por qué le era tan extraño arreglarse a sí misma? ¿Acaso nunca lo había hecho antes? No tenía idea si lo estaba haciendo bien, pero confiaba en su propio sentido de la moda y del color. Solía pintar, ¿no? Debía ser lo mismo en la cara. Cuando se miró al espejo había quedado satisfecha con su trabajo. Sí, su cabello se veía más que hermoso en su manera natural.
Se dirigió a la cama, lugar donde yacía reposando el magnífico vestido de novia medieval. Era blanco y sencillo, de mangas largas, muy agraciado. El escote era muy pronunciado y eso no terminaba de agradarle a Elluka, por lo que hizo uso de un corset de hilos dorados para ajustar el vestido y subirse un poco el pronunciado escote hasta un punto en el que se sentía cómoda. Colocó una diadema de alambres entrelazados dorada en su cabeza. Ambos lados de la misma acababan en un adorno floral del mismo color del metal, y de ellos colgaban un par de pendientes azules que hacían juego con el camafeo del pecho de la chica. En su cuello fue adornada con una gargantilla amplia y de patrones complicados. Dio una vuelta, dando vuelo a su vestido. Sus piernas eran cubiertas por medias y zapatos de tacón bajo blancos y de corchete. Por primera vez en mucho tiempo sentía que unía una parte de su pasado con su presente.
La dueña de la posada había llamado a Elluka por fuera de la puerta. Era una mujer amable, una tamer de DigiSpirit. Elluka había hablado con ella ya sobre su mudanza, los Union Saver le habían ofrecido vivienda y comida como prestación gracias a ser parte de ellos. La mujer se vio muy accesible con ella, por lo que en tres días se comenzaría a instalar en la base. Elluka tomó la máscara de su tocador y con su mano, cuyas uñas estaban barnizadas del color de sus ojos, abrió la puerta.
-Señorita Clockworker, un elegante príncipe la espera en la puerta -Burló la mujer. Elluka rió en respuesta y volvió a su tocador, tomando su digivice y lo acomodó por dentro de una de las amplias mangas del vestido, atorando el aparato entre las costuras interiores.
-Ya bajo, Ma'am -Respondió y salió de la habitación. Bajó las escaleras con cuidado de no tropezar, tenía algún tiempo ya de no usar zapatos elevados. Sus ojos se abrieron enormemente al divisar, efectivamente, un príncipe de cabellos esmeralda. Se ajustó la voz en un intento fallido de calmarse. Se sintió tentada a mirar de pies a cabeza al hombre, pero debía resistirse. No quería parecer impropia, ya tendría oportunidad de admirarlo mejor. Realizó una reverencia al hombre y ladeó su cabeza en forma de saludo.
-Bonsoir, Holy Knight of the Deadly Rose -Desvió la mirada levemente antes de hacer contacto visual. Se ruborizó al escuchar la respuesta del hombre y llevó una mano a su propia mejilla. -¿Cómo es que sabe responder lo que me hará ruborizar? -Rió bromista.
Una vez fuera, un pequeño suspiró abierto salió de sus labios. Era un carruaje, nunca había visto un carruaje en el mundo digital. Los digimon que cumplían la función de caballos eran preciosos y el conductor parecía una pieza de ajedrez. Elluka sabía jugar ajedrez, esa era una torre. Ese era RookChessmon, lo conocía también. El dicho digimon abrió la puerta para la agraciada pareja y la joven de los cabellos rosados se adentró en el interior con la ayuda del mismo. Era cómodo y acogedor, sin olvidar la elegancia.
-¿Así asistirán todos los Royal Knight? En carruajes tan elegantes -Preguntó algo sorfprendida. Su clan pasó a ser un pensamiento ¿Reconocería a alguien en la fiesta? No sabía mucho de los que irían en nombre de los Union Saver, se acordó que entraría completamente en información una vez que se estableciera en la base. ¿Debería mencionar su ascenso? Por lo menos consideró correcto mencionar que había vuelto a formar parte de ellos. -Monsieur, dentro de unos días viviré junto a los Union Saver. -Inició. -Fui reubicada en The Huntress Moon por obvias razones. -Omitió su ascenso y su nuevo y flamante apodo. Sabía que los rumores se habían colado rápido, pero alardear demasiado no iba junto a una dama, mucho menos cuando se trataba de su apariencia. -Espero no exista problema alguno con ello, monsieur -Comentó en un tono un tanto insinuante. -Ya no podré cantar en lugares nocturnos, estaré algo ocupada entrenando con mi tropa y rastreando criminales, aunque no estaré molesta si me cela un poco ¿hm? -Asintió con unos ojos juguetones que no se resbalaban de los ajenos y una sonrisa pícara, que por obviedad buscaba molestar un tanto al hombre. Rió seguidamente y posó ambas manos en su regazo de una manera educada, recuperando con esto la compostura.
La noche se daba entrada y llegar al baile no fue tan tardado como se esperaba Elluka. Miró al contrario y se colocó el antifaz, pidiendo ayuda para hacer nudo el listón detrás de su cabeza. Se dio la vuelta, acomodó su cabello con una mano hacia su lado y sostuvo el antifaz con la otra en lo que el contrario lo ajustaba. Se sentía torpe por no poder anudarlo, pero no era malo. Era un capricho suyo el que la mimara un poco su príncipe de blanco, había de admitir. Acababa de pensar en que era su príncipe, ¿Verdad? Regresó su mirada al contrario con una tenue sonrisa. Se acercó un poco para ver mejor esos ojos que tan inalcanzables le parecían. Eran tan dorados como el oro y tan bronceados como el cobre, era una especie de ámbar brillante. Un ámbar que mantenía prisioneras dos pupilas tan negras que parecían guardar todos los secretos del hombre. RookChessmon abrió la puerta del carruaje, haciendo sobresaltar a Elluka inmediatamente y su cara ardió en llamas internas. ¿Qué estaba haciendo?
-Lo siento. -Rió nerviosa y bajó del vehículo con ayuda de la pieza de ajedrez. Sus mejillas ardían en rojo intenso que contrastaba con el blanco de la máscara. Esperó a que saliera del carruaje el contrario y lo tomó por el brazo formalmente con una timidez extrema. ¿Cómo se habría interpretado lo anterior? Esperaba profundamente que no se hubiese molestado por el gesto, ni siquiera pensaba en lo que hacía. Estaba a punto de decir algo, pero unos murmullos no muy lejanos captaron su atención.
-Sí, así es, es él, es... -Lograba apreciar. -Y viene acompañado de la... -Elluka se ajustó la voz tratando de mitigar el "sirena" tras aquellos murmullos y sonrió a su acompañante.
-"Ve" -Sonó una dulce y aguda voz en su cabeza. Eso es lo que Lune diría, ¿No es así? Incluso su imaginación comenzaba a hacerle jugarretas melancólicas. Tomó el blanco aparato en su mano en respuesta y miró la imagen de si DigiSpirit, como si quisiera agradecer un permiso que ella misma se había otorgado.
Con su cuerpo cubierto por una bata de baño, se miró al espejo y se acomodó la cabellera de cerezo en una cebolla alta. Si mojaba su cabello, no podría arreglarlo como se debe, obviamente. Pero más que nada, quería verse perfecta. Entró en la bañera con agua tibia y se puso cómoda. Sabía que su acompañante sería el hombre más elegante y grácil del evento, no quería manchar su reputación... Y quería que viera cuánto ha crecido a convertirse en una mujer completa. Una ligera sensación caliente se hizo presente en las mejillas de la chica. ¿En qué estaba pensando? Trató de ahogar sus pensamientos y enfriar su cara mediante sumergiendo la mitad de esta, dejando sus ojos clavados en las rodillas que sobresalían del agua.
Terminada de lavarse, su siguiente preocupación era el maquillaje. Si si bien era un baile de máscaras, ella había conseguido un antifaz, puesto sentía que era lo único que concordaba con el vestido que había comprado. Lo consiguió en una tienda de disfraces, para ser honesta, pero eso no quitaba el hecho que era hermoso y digno de cualquier doncella de la Reina Victoria, tanto el ropaje como el antifaz. Usó un set de pinturas muy naturales, poco llamativas. Una ligera sombra en los ojos fue decorada a su vez por un fino trazo de delineador que a su mismo tiempo era adornado por las largas pestañas de la joven. Su pálida clara era arreglada por un tenue rubor rosado, dulce y a la vez atrevido, mientras que sus labios llevaban un brillo ligeramente rojo que hacía resaltar el color natural de los mismos. Se soltó el cabello y comenzó a cepillarlo suavemente. ¿Por qué le era tan extraño arreglarse a sí misma? ¿Acaso nunca lo había hecho antes? No tenía idea si lo estaba haciendo bien, pero confiaba en su propio sentido de la moda y del color. Solía pintar, ¿no? Debía ser lo mismo en la cara. Cuando se miró al espejo había quedado satisfecha con su trabajo. Sí, su cabello se veía más que hermoso en su manera natural.
Se dirigió a la cama, lugar donde yacía reposando el magnífico vestido de novia medieval. Era blanco y sencillo, de mangas largas, muy agraciado. El escote era muy pronunciado y eso no terminaba de agradarle a Elluka, por lo que hizo uso de un corset de hilos dorados para ajustar el vestido y subirse un poco el pronunciado escote hasta un punto en el que se sentía cómoda. Colocó una diadema de alambres entrelazados dorada en su cabeza. Ambos lados de la misma acababan en un adorno floral del mismo color del metal, y de ellos colgaban un par de pendientes azules que hacían juego con el camafeo del pecho de la chica. En su cuello fue adornada con una gargantilla amplia y de patrones complicados. Dio una vuelta, dando vuelo a su vestido. Sus piernas eran cubiertas por medias y zapatos de tacón bajo blancos y de corchete. Por primera vez en mucho tiempo sentía que unía una parte de su pasado con su presente.
La dueña de la posada había llamado a Elluka por fuera de la puerta. Era una mujer amable, una tamer de DigiSpirit. Elluka había hablado con ella ya sobre su mudanza, los Union Saver le habían ofrecido vivienda y comida como prestación gracias a ser parte de ellos. La mujer se vio muy accesible con ella, por lo que en tres días se comenzaría a instalar en la base. Elluka tomó la máscara de su tocador y con su mano, cuyas uñas estaban barnizadas del color de sus ojos, abrió la puerta.
-Señorita Clockworker, un elegante príncipe la espera en la puerta -Burló la mujer. Elluka rió en respuesta y volvió a su tocador, tomando su digivice y lo acomodó por dentro de una de las amplias mangas del vestido, atorando el aparato entre las costuras interiores.
-Ya bajo, Ma'am -Respondió y salió de la habitación. Bajó las escaleras con cuidado de no tropezar, tenía algún tiempo ya de no usar zapatos elevados. Sus ojos se abrieron enormemente al divisar, efectivamente, un príncipe de cabellos esmeralda. Se ajustó la voz en un intento fallido de calmarse. Se sintió tentada a mirar de pies a cabeza al hombre, pero debía resistirse. No quería parecer impropia, ya tendría oportunidad de admirarlo mejor. Realizó una reverencia al hombre y ladeó su cabeza en forma de saludo.
-Bonsoir, Holy Knight of the Deadly Rose -Desvió la mirada levemente antes de hacer contacto visual. Se ruborizó al escuchar la respuesta del hombre y llevó una mano a su propia mejilla. -¿Cómo es que sabe responder lo que me hará ruborizar? -Rió bromista.
Una vez fuera, un pequeño suspiró abierto salió de sus labios. Era un carruaje, nunca había visto un carruaje en el mundo digital. Los digimon que cumplían la función de caballos eran preciosos y el conductor parecía una pieza de ajedrez. Elluka sabía jugar ajedrez, esa era una torre. Ese era RookChessmon, lo conocía también. El dicho digimon abrió la puerta para la agraciada pareja y la joven de los cabellos rosados se adentró en el interior con la ayuda del mismo. Era cómodo y acogedor, sin olvidar la elegancia.
-¿Así asistirán todos los Royal Knight? En carruajes tan elegantes -Preguntó algo sorfprendida. Su clan pasó a ser un pensamiento ¿Reconocería a alguien en la fiesta? No sabía mucho de los que irían en nombre de los Union Saver, se acordó que entraría completamente en información una vez que se estableciera en la base. ¿Debería mencionar su ascenso? Por lo menos consideró correcto mencionar que había vuelto a formar parte de ellos. -Monsieur, dentro de unos días viviré junto a los Union Saver. -Inició. -Fui reubicada en The Huntress Moon por obvias razones. -Omitió su ascenso y su nuevo y flamante apodo. Sabía que los rumores se habían colado rápido, pero alardear demasiado no iba junto a una dama, mucho menos cuando se trataba de su apariencia. -Espero no exista problema alguno con ello, monsieur -Comentó en un tono un tanto insinuante. -Ya no podré cantar en lugares nocturnos, estaré algo ocupada entrenando con mi tropa y rastreando criminales, aunque no estaré molesta si me cela un poco ¿hm? -Asintió con unos ojos juguetones que no se resbalaban de los ajenos y una sonrisa pícara, que por obviedad buscaba molestar un tanto al hombre. Rió seguidamente y posó ambas manos en su regazo de una manera educada, recuperando con esto la compostura.
La noche se daba entrada y llegar al baile no fue tan tardado como se esperaba Elluka. Miró al contrario y se colocó el antifaz, pidiendo ayuda para hacer nudo el listón detrás de su cabeza. Se dio la vuelta, acomodó su cabello con una mano hacia su lado y sostuvo el antifaz con la otra en lo que el contrario lo ajustaba. Se sentía torpe por no poder anudarlo, pero no era malo. Era un capricho suyo el que la mimara un poco su príncipe de blanco, había de admitir. Acababa de pensar en que era su príncipe, ¿Verdad? Regresó su mirada al contrario con una tenue sonrisa. Se acercó un poco para ver mejor esos ojos que tan inalcanzables le parecían. Eran tan dorados como el oro y tan bronceados como el cobre, era una especie de ámbar brillante. Un ámbar que mantenía prisioneras dos pupilas tan negras que parecían guardar todos los secretos del hombre. RookChessmon abrió la puerta del carruaje, haciendo sobresaltar a Elluka inmediatamente y su cara ardió en llamas internas. ¿Qué estaba haciendo?
-Lo siento. -Rió nerviosa y bajó del vehículo con ayuda de la pieza de ajedrez. Sus mejillas ardían en rojo intenso que contrastaba con el blanco de la máscara. Esperó a que saliera del carruaje el contrario y lo tomó por el brazo formalmente con una timidez extrema. ¿Cómo se habría interpretado lo anterior? Esperaba profundamente que no se hubiese molestado por el gesto, ni siquiera pensaba en lo que hacía. Estaba a punto de decir algo, pero unos murmullos no muy lejanos captaron su atención.
-Sí, así es, es él, es... -Lograba apreciar. -Y viene acompañado de la... -Elluka se ajustó la voz tratando de mitigar el "sirena" tras aquellos murmullos y sonrió a su acompañante.
- Tamer
- Digi Puntos :532Cuentas :Ficha :Relaciones :NPCs :Nivel On Rol :Ancient SpiritNivel On Rol de los Digi Aliados :
Mega
Ultimate
Icono :Rango y Unidad :Elluka Clockworker
Rango: Demi God
División: Olimpo Heros
Unidad/Sub-division: Venus Dove
Rango y Unidad Digi Aliado :Aleron
Rango: Oficial
División: Olimpo Heros
Unidad/Sub-division: Venus Dove
Lion
Rango: Cabo
División: Olimpo Heros
Unidad/Sub-division: Venus DoveInventario :
Elluka Clockworker
Re: Baile Enmascarado: Honor a los Antiguos Caballeros [Tema Libre]
Los preparativos de aquel festival tenían que ser más que perfectos, pero no por la ocasión conmemoraba que tenía poco más que sin cuidado al peliverde, si no por ser su acompañante nada menos que la joven con quien se había encontrado tras interminables ascensos y descensos de soles, y lunas. Fuji comenzó a planchar su traje de gala desde la mañana de aquel día, tarareando melodías mientras terminaba de confeccionar su atuendo, cortaba a mano rosas selectas de sus jardines colgantes en aquel colosal castillo que pertenecía a su propio ciberespacio. - Pawn Chessmon, diriganse a la posada donde se hospeda Mademoiselle Elluka, y haganle saber que haré acto de presencia para escoltarla cuando la primera de las lunas sobresalga por el horizonte de la Ciudad Central; no cometan indiscreciones que yo no cometería -Ordenó el peliverde mientras preparaba un bouquet de carnosas rosas carmesíes con tonalidades vino tinto en sus pétalos totalmente florecidos.
El resto del día consistió en terminar de comandar a sus súbditos para que su plan siguiese paso a paso hacia la perfección, su traje blanco como la nieve por fuera mostraba detalles cosidos a mano con hilo dorado, acompañado de un corte oscuro para contrastar el interior que presentaba una tonalidad vino tinto propia del escuadrón del peliverde. Cada parte del traje. exceptuando el pañuelo de su cuello el cual era una prenda portada por todos los líderes de la familia Roseworth, fue diseñada, y creada a mano por el caballero con ayuda de su fiel sirvienta en poco menos de una semana, creando tras noches de desvelo lo que sería la vestimenta del Holy Knight. Elegante, llamativa, ostentosa mas no soberbia; mostraba su faceta como noble, como guerrero y como estratega en cada detalle de su confección.
La hora se acercaba poco a poco, y fue cuando ya con su porte digno de un príncipe, atravesó los extensos pasillos del palacio; puerta por puerta, hasta llegar al portal hacia la Ciudad Central. Apareció tras un ligero, con el bouquet en mano, junto a una resplandeciente carroza dorada tirada por varios Pegasusmon que servían a su división, y manejada por un simpático Rook Chessmon, que abrió una de las puertas del carruaje para que el peliverde ingrese.
Así fue como al ritmo del galope de aquellas criaturas, había ido al encuentro de aquella dama a quien escoltaría, procurando llegar a tiempo a destino. Aún tenían que viajar a la Zona Imperial desde aquella ciudad, pero por la distancia no tomaría más que veinte minutos si los Pegasusmon se comportaban con la dedicación que ameritaba. Avanzó firme como si su carroza fuese toda una tropa de la milicia, nadie se atrevía a ponerse frente a ella, inclusive cuando veían que ésta se acercaba, abrían paso saludando a quien viajaba en su interior. De pronto, se detuvo frente a una posada, bajando de su vehículo mientras se acercaba a la dueña de dicha posada.
- Mi nombre es Fuji Pierre Raikomaru Roseworth, he venido para buscar a Elluka Clockworker, ¿podría avisarle que he llegado? –Preguntó el caballero con una sonrisa de lado a lado en el rostro antes de agradecerle con un ademan de la diestra y una ligera reverencia a dicha mujer, quien se dirigió inmediatamente a ello, sin siquiera pedir mas detalles al peliverde vestido de inmaculado blanco. Los minutos le parecieron eternidades, no debido a la joven tardar mucho, si no por su propia ansiedad por verla. Desde su reencuentro no había hecho más que pensar en ella, en su mirada, en esos ojos como el firmamento aunque hondos como más profundo de los océanos en su perfección. Inclusive podía recordar esa voz tan harmoniosa, había sido la primera vez que la oía cantar y tenía la esperanza de que Elluka volviese a entonar una canción para él. Observó su reloj de bolsillo dorado, los segundos transcurrieron más rápidos cuando su mente se distrajo pensando en su acompañante. Entonces, una presencia majestuosa realizó su descenso por las escaleras de aquella posada. La mirada de Fuji trató de mantenerse serena, de no mostrar la emoción que llenaba su pecho, pero fue difícil ya que una sonrisa de lado se mostró en aquel rostro usualmente pálido que ahora mostraba una tonalidad más viva.
Respondió a la reverencia de la joven con una propia, profunda aunque delicada, tomando la diestra de la ajena con suavidad para depositar un efímero beso en el dorso de la misma. - Bonsoir, mon hymne à la beauté –respondió con un tono de voz cargado de cortesía aunque sin dejar de mostrar esa particular forma entre amistosa, y coqueta, con la que frecuentemente se dirigía hasta la dama de cabellos rosados. Cuando se incorporó, el joven negó sutilmente con la cabeza, mostrando genuina modestia, mientras se encogía de hombros sin quitar la vista de la mirada contraria. – Solo respondo lo que merece, mademoiselle –tras aquel breve intercambio de palabras, tomó la diestra de la joven nuevamente, pero esta vez para escoltarla con un paso sereno hacia la carroza que los esperaba, igual que lo haría un caballero guiando a una princesa.
El RookChessmon que había traído consigo al peliverde se levantó veloz aunque siempre discreto para abrir las puertas del vehículo a la pareja, las cuales no se cerraron hasta que ambos hubiesen tomado asiento en su cómodo interior aterciopelado. – Desconozco como concurran mis compañeros, no he estado precisamente interesado en ellos estos días, me encontraba distraído, mi cabeza ha estado flotando en las nubes de Paris desde cierta noche –replicó pícaro a su pregunta, con una sonrisa de lado dedicada en su totalidad a Elluka, en referencia a aquella noche en que ambos “se conocieron”. El Holy Knight entonces enfocó su total atención en la dama frente a sí, aplaudiendo suavemente ante sus palabras, verdaderamente se encontraba alegre de oír las buenas noticias que le habían confirmado en ese momento.
- Bravo, mademoiselle Elluka, me quitaría el sombrero ante tal noticia si lo tuviese conmigo esta noche –Bromeó el joven, acomodando su flequillo esmeralda con ayuda de su diestra, a diferencia del hondeo que utilizaba cotidianamente. - … pero debo admitir que si bien me encuentro complacido, no es ninguna sorpresa para mí, estaba seguro que tan pronto contactases con los Union Saber ello verían en ti una prometedora compañera –explicó con calma mientras pensaba en todas, y cada una de las virtudes de la joven. Ahora, una risa leve escapó de entre sus labios cuando escuchó aquella frase juguetona, aunque para nada irrespetuosa. – Espero tengas tiempo de responder mis misivas, pero en caso de no hallarlo, estoy seguro que cuando alces la mirada para ver la luna… verás mi ceño fruncido, no verte por un tiempo prologando solo podría resultar en esa expresión, y un mal humor que nunca querré justificar hasta verte –replicó igual de coqueto, espetando aquellas palabras con su lengua viperina aunque sin ninguna mala intención de por medio.
Cuando ella volvió a sus modos de dama de alta sociedad, adulta y serena, el por su parte también acomodó sus guantes con serenidad mientras mantenía la mirada alta, atento a que su acompañase nada le faltase hasta llegar a destino. Al escuchar el pedido de ayuda de la misma, asintió sin dudarlo por un minuto, pero fue entonces cuando lo notó. Él había pensado que era su deber complacerla en esa noche, y junto con aquella mezcla de sentimientos que lo invadían cada vez que la veía, o pensaba en ella, poco a poco iba notando como no solo se intensificaban, si no que se volvían más claros con cada latido de su corazón. Cuando la joven hizo de lado su cabello, el peliverde con suma delicadeza, tratándola como una muñeca de cristal, ajustó el antifaz de la dama, contorneando suavemente el cuello de la joven cuando bajaba la diestra al terminar dicha acción
Entonces, sus miradas se toparon, y lo que no pudo haber sido mas que un momento se convirtió en un infinito para él. Esos ojos puros, aunque de suma intensidad, parecían desnudar su alma en ese instante, fue la primera vez que quien muchos conocían como el príncipe caído, el hombre de mil rostros, el cruel inquisidor se convirtió… en un simple hombre, no, en un hombre vulnerable; se sonrojó, de manera profunda aunque sin sentirse incomodo, encantado y hechizado por la dama. Hasta que, tan súbitamente como empezó, aquella escena finalizó al haber llegado al destino.
- O-Oh, parece que hemos llegado –exclamó mientras recuperaba el porte que lo caracterizaba. Mientras la joven realizaba su descenso del carruaje dorado, Fuji inhalo una profunda bocanada de aire, infló el pecho y su presencia recuperó aquella aura de magnanimidad que lo acompañaba habitualmente, para finalizar colocándose un simple antifaz de color blanco con detalles dorados.
Al bajar e incorporarse del lado izquierdo de la joven para que esa se posase a su diestra, extendió el brazo hacia la joven. Se sentía orgulloso de la compañía que mostraba consigo en aquel festín, tanto así, que hizo oídos sordos a las lenguas de poca monta que podía oír provenientes de las miradas que se posaban sobre ellos. Respondió a la sonrisa de su acompañante con una de igual calidez, y dulzura, y murmuró unas palabras que solo ella podía oír. – Esta noche nada puede herirte, tu frente tocará el cielo y tu mirada será quien juzgue, tu orgullo debe ser intocable y digno de admiración… -Le dijo, para llenarla de confianza, el por supuesto elevó la mirada hacia el frente, su porte con casi dos metros ahora se veía como un gigante, emanando un aura de gloria y confianza a medida que ingresaban en aquel festejo.
Atuendo de Fuji
Mascara del mismo.
El resto del día consistió en terminar de comandar a sus súbditos para que su plan siguiese paso a paso hacia la perfección, su traje blanco como la nieve por fuera mostraba detalles cosidos a mano con hilo dorado, acompañado de un corte oscuro para contrastar el interior que presentaba una tonalidad vino tinto propia del escuadrón del peliverde. Cada parte del traje. exceptuando el pañuelo de su cuello el cual era una prenda portada por todos los líderes de la familia Roseworth, fue diseñada, y creada a mano por el caballero con ayuda de su fiel sirvienta en poco menos de una semana, creando tras noches de desvelo lo que sería la vestimenta del Holy Knight. Elegante, llamativa, ostentosa mas no soberbia; mostraba su faceta como noble, como guerrero y como estratega en cada detalle de su confección.
La hora se acercaba poco a poco, y fue cuando ya con su porte digno de un príncipe, atravesó los extensos pasillos del palacio; puerta por puerta, hasta llegar al portal hacia la Ciudad Central. Apareció tras un ligero, con el bouquet en mano, junto a una resplandeciente carroza dorada tirada por varios Pegasusmon que servían a su división, y manejada por un simpático Rook Chessmon, que abrió una de las puertas del carruaje para que el peliverde ingrese.
Así fue como al ritmo del galope de aquellas criaturas, había ido al encuentro de aquella dama a quien escoltaría, procurando llegar a tiempo a destino. Aún tenían que viajar a la Zona Imperial desde aquella ciudad, pero por la distancia no tomaría más que veinte minutos si los Pegasusmon se comportaban con la dedicación que ameritaba. Avanzó firme como si su carroza fuese toda una tropa de la milicia, nadie se atrevía a ponerse frente a ella, inclusive cuando veían que ésta se acercaba, abrían paso saludando a quien viajaba en su interior. De pronto, se detuvo frente a una posada, bajando de su vehículo mientras se acercaba a la dueña de dicha posada.
- Mi nombre es Fuji Pierre Raikomaru Roseworth, he venido para buscar a Elluka Clockworker, ¿podría avisarle que he llegado? –Preguntó el caballero con una sonrisa de lado a lado en el rostro antes de agradecerle con un ademan de la diestra y una ligera reverencia a dicha mujer, quien se dirigió inmediatamente a ello, sin siquiera pedir mas detalles al peliverde vestido de inmaculado blanco. Los minutos le parecieron eternidades, no debido a la joven tardar mucho, si no por su propia ansiedad por verla. Desde su reencuentro no había hecho más que pensar en ella, en su mirada, en esos ojos como el firmamento aunque hondos como más profundo de los océanos en su perfección. Inclusive podía recordar esa voz tan harmoniosa, había sido la primera vez que la oía cantar y tenía la esperanza de que Elluka volviese a entonar una canción para él. Observó su reloj de bolsillo dorado, los segundos transcurrieron más rápidos cuando su mente se distrajo pensando en su acompañante. Entonces, una presencia majestuosa realizó su descenso por las escaleras de aquella posada. La mirada de Fuji trató de mantenerse serena, de no mostrar la emoción que llenaba su pecho, pero fue difícil ya que una sonrisa de lado se mostró en aquel rostro usualmente pálido que ahora mostraba una tonalidad más viva.
Respondió a la reverencia de la joven con una propia, profunda aunque delicada, tomando la diestra de la ajena con suavidad para depositar un efímero beso en el dorso de la misma. - Bonsoir, mon hymne à la beauté –respondió con un tono de voz cargado de cortesía aunque sin dejar de mostrar esa particular forma entre amistosa, y coqueta, con la que frecuentemente se dirigía hasta la dama de cabellos rosados. Cuando se incorporó, el joven negó sutilmente con la cabeza, mostrando genuina modestia, mientras se encogía de hombros sin quitar la vista de la mirada contraria. – Solo respondo lo que merece, mademoiselle –tras aquel breve intercambio de palabras, tomó la diestra de la joven nuevamente, pero esta vez para escoltarla con un paso sereno hacia la carroza que los esperaba, igual que lo haría un caballero guiando a una princesa.
El RookChessmon que había traído consigo al peliverde se levantó veloz aunque siempre discreto para abrir las puertas del vehículo a la pareja, las cuales no se cerraron hasta que ambos hubiesen tomado asiento en su cómodo interior aterciopelado. – Desconozco como concurran mis compañeros, no he estado precisamente interesado en ellos estos días, me encontraba distraído, mi cabeza ha estado flotando en las nubes de Paris desde cierta noche –replicó pícaro a su pregunta, con una sonrisa de lado dedicada en su totalidad a Elluka, en referencia a aquella noche en que ambos “se conocieron”. El Holy Knight entonces enfocó su total atención en la dama frente a sí, aplaudiendo suavemente ante sus palabras, verdaderamente se encontraba alegre de oír las buenas noticias que le habían confirmado en ese momento.
- Bravo, mademoiselle Elluka, me quitaría el sombrero ante tal noticia si lo tuviese conmigo esta noche –Bromeó el joven, acomodando su flequillo esmeralda con ayuda de su diestra, a diferencia del hondeo que utilizaba cotidianamente. - … pero debo admitir que si bien me encuentro complacido, no es ninguna sorpresa para mí, estaba seguro que tan pronto contactases con los Union Saber ello verían en ti una prometedora compañera –explicó con calma mientras pensaba en todas, y cada una de las virtudes de la joven. Ahora, una risa leve escapó de entre sus labios cuando escuchó aquella frase juguetona, aunque para nada irrespetuosa. – Espero tengas tiempo de responder mis misivas, pero en caso de no hallarlo, estoy seguro que cuando alces la mirada para ver la luna… verás mi ceño fruncido, no verte por un tiempo prologando solo podría resultar en esa expresión, y un mal humor que nunca querré justificar hasta verte –replicó igual de coqueto, espetando aquellas palabras con su lengua viperina aunque sin ninguna mala intención de por medio.
Cuando ella volvió a sus modos de dama de alta sociedad, adulta y serena, el por su parte también acomodó sus guantes con serenidad mientras mantenía la mirada alta, atento a que su acompañase nada le faltase hasta llegar a destino. Al escuchar el pedido de ayuda de la misma, asintió sin dudarlo por un minuto, pero fue entonces cuando lo notó. Él había pensado que era su deber complacerla en esa noche, y junto con aquella mezcla de sentimientos que lo invadían cada vez que la veía, o pensaba en ella, poco a poco iba notando como no solo se intensificaban, si no que se volvían más claros con cada latido de su corazón. Cuando la joven hizo de lado su cabello, el peliverde con suma delicadeza, tratándola como una muñeca de cristal, ajustó el antifaz de la dama, contorneando suavemente el cuello de la joven cuando bajaba la diestra al terminar dicha acción
Entonces, sus miradas se toparon, y lo que no pudo haber sido mas que un momento se convirtió en un infinito para él. Esos ojos puros, aunque de suma intensidad, parecían desnudar su alma en ese instante, fue la primera vez que quien muchos conocían como el príncipe caído, el hombre de mil rostros, el cruel inquisidor se convirtió… en un simple hombre, no, en un hombre vulnerable; se sonrojó, de manera profunda aunque sin sentirse incomodo, encantado y hechizado por la dama. Hasta que, tan súbitamente como empezó, aquella escena finalizó al haber llegado al destino.
- O-Oh, parece que hemos llegado –exclamó mientras recuperaba el porte que lo caracterizaba. Mientras la joven realizaba su descenso del carruaje dorado, Fuji inhalo una profunda bocanada de aire, infló el pecho y su presencia recuperó aquella aura de magnanimidad que lo acompañaba habitualmente, para finalizar colocándose un simple antifaz de color blanco con detalles dorados.
Al bajar e incorporarse del lado izquierdo de la joven para que esa se posase a su diestra, extendió el brazo hacia la joven. Se sentía orgulloso de la compañía que mostraba consigo en aquel festín, tanto así, que hizo oídos sordos a las lenguas de poca monta que podía oír provenientes de las miradas que se posaban sobre ellos. Respondió a la sonrisa de su acompañante con una de igual calidez, y dulzura, y murmuró unas palabras que solo ella podía oír. – Esta noche nada puede herirte, tu frente tocará el cielo y tu mirada será quien juzgue, tu orgullo debe ser intocable y digno de admiración… -Le dijo, para llenarla de confianza, el por supuesto elevó la mirada hacia el frente, su porte con casi dos metros ahora se veía como un gigante, emanando un aura de gloria y confianza a medida que ingresaban en aquel festejo.
Atuendo de Fuji
Mascara del mismo.
- Tamer
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :1145Cuentas :Ficha :Relaciones :Cronologia :NPCs :Nivel On Rol :Ancient Spirit X Evolution.Nivel On Rol de los Digi Aliados :Lily - Super Ultimate.
Dahlia - Super Ultimate.Icono :Rango y Unidad :Fuji Raikomaru
Rango: Holy Knight
Unidad: Deadly RoseRango y Unidad Digi Aliado :Lily (Lilithmon)
Rango: Maestre
División: Deadly Rose
Inventario :
Fuji Raikomaru
Re: Baile Enmascarado: Honor a los Antiguos Caballeros [Tema Libre]
- Preámbulo: Un primer error:
- -No sé cómo te atreves a dar la cara tras tu fracaso, humano- inquiría aquel digimon de aspecto sombrío- Pero obviamente el Jefe no está contento con tu nefasto rendimiento...
Roku no podía decir nada. Indudablemente había fallado, y sabía que habría consecuencias. Excusarse o cualquier actitud evasiva solo acrecentaría la cólera de su nuevo Jefe. Con un ademán, el digimon sacó un teléfono móvil del que podían escucharse un sonido muy notorio: gritos humanos.
-¡¡Caramba, chico!!¿Qué tal los primeros días en el digimundo? EMOCIONANTE, ¿no? Bueno, a lo que vamos... Has fallado, ¿no? Y eso merece un castigo. Tranquilo, trasladamos a tus compañeros a u sitio más... Privado, Y LO ESTAMOS PASANDO GENIAL, ¿verdad?-los gritos se hacían más y más fuertes.-Pasemos a alguien al azar... Oh, esta chica servirá...
-No, por favor, quiero irme a casa...-antes de continuar solo podía oírse su voz en forma de alarido.
El joven debía pensar en algo. Ciertamente había acudido con las manos vacías y ya no podría hacer nada para solucionar el problema. La gravedad de su fallo se exponía ahora ante él. No podía reconocer a la muchacha, ni evocar su cara, pero no soportaba ese sonido. Un sonido que solo le recordaba aquello que sabía. Era débil.
-Basta.
Antes de que el digimon o su líder pudieran reaccionar, Roku agarró la falange del meñique y con un tirón seco la dislocó. Conocía la antigua costumbre de los yakuzas de amputarse un dedo en caso de errar en una orden, pero él no disponía de ningún instrumento con el que efectuar el tormento.
-Un fallo, una herida. Asistiré al baile e intentaré reunir información de las cabezas visibles de los demás clanes... Y de Rena o el Caos Empire, de lo que queráis. Pero por esta vez perdonad mi error, por favor...
-No sé, no sé. Me caes bien, chaval, pero es que tu fallo ha sido gordo. Bueno, dejémoslo así. Aquí mi amigo te va a dar una paliza, y obviamente te va a doler. Nada de intentar defenderse, simplemente aguanta la golpiza con entereza. Sustituyamos los gritos de ella por los tuyos. Y por cierto, una aclaración. Estos no son tus compañeros, es otro negocio. Pero muy noble por tu parte, ¿eh?
Antes de caer contra el suelo y que empezara su castigo pudo oír la risa de aquel tipo, que derivó en un desagradable eco que lo llevó a la inconsciencia. Cuando despertó pudo notar la cara hinchada, el sabor de la sangre seca en su boca y cómo lo habían pateado en el torso. Examinó sus gafas, que afortunadamente no se habían roto, y tras ponérselas vio que no las necesitaría, pues su ojo izquierdo, aquel que tanto sufrió en el pasado, estaba tan hinchado que apenas podía ver. Las guardó como pudo y, caminando lento debido al dolor, puso rumbo al baile.
- Llegada a la Zona Imperial:
Llevaba días deambulando por las diferentes zonas, alimentándose de lo que podía recoger de la naturaleza (por suerte la flora digimon abastecía de carne a este mundo), procurando cuidar el traje que le permitiría la entrada. El otro había quedado reducido a harapos con los que lavar las heridas e improvisar un torniquete para su mano. Cuando llegó a la zona donde se celebraba se percató de que aún estaban en proceso de preparación, por lo que se dedicó a hablar con los lugareños para aprender modales y etiqueta de aquellos seres. Le sorprendió lo cercano que eran estas con los protocolos humanos, y la semejanza entre pueblos.
Para costearse la comida y el alojamiento durante el festival ayudaba en lo que podía durante los preparativos: un día ayudaba a trabajar el terreno, otro socorría a los carpinteros de algún puesto, atendía en alguna taberna o local... Se integraba en aquella sociedad, incluso dejó de ser “el humano” para ser “Roku”. Por primera vez en mucho tiempo dejó de sentirse como una herramienta y volvió a pensar en él como persona.
Cuando el ocaso llegaba y el Sol se ocultaba tras su cenit, Roku aprovechaba el fin de la jornada para pensar. La alegría del trabajo se apagaba como una pavesa errante, y quedaba sepultada por sus dudas. ¿Por qué él? ¿Por qué de todos los alumnos de Japón había sido él seleccionado para estar encerrado en un mundo que no es el suyo? Pero no era esa la queja que le mermaba el espíritu, no. Era su fracaso. Su misión era sencilla, llevar a una chica al baile, ¿y ni siquiera servía para eso?
No había podido proteger a su familia en el pasado, ni a sus compañeros en el presente. ¿Qué nuevas limitaciones vería en el futuro? ¿Hasta dónde podría fallar Roku? Sí, podría ayudar a los digimons en su día a día, pero ¿y qué? Rena no era la primera humana que había conocido en el digimundo, pero ni siquiera podía acercarse a ella. ¿Y qué decir de Hao? Lo conocía de hace menos de un mes y estuvo a punto de implicarle a él también en SUS problemas. ¿Y si en represalia aquel tipo cogía a sus seres queridos? ¿Y si los siguientes gritos en oir fueran los del propio Hao?
Había sido irresponsable. Y peor aún. Lo seguía siendo. ¿Quién era él para seguir buscando a Rena? Nada le garantizaba que, tras darles la información no le harían nada. ¿En qué se había convertido Roku? ¿En un traidor de la propia humanidad? La nauseas llegaron súbitamente. No podía encontrar nada que lo diferenciara de todo aquello que odiaba.
En la oscuridad de su habitación encendió una vara de incienso, producto local. El aroma le era desconocido, pero servía para despejar su mente, y sus dudas. Adquirió una pose férrea y empezó a pensar en su futuro, en qué debía hacer. Obviamente no quería acabar siendo el perro faldero de un jefe criminal, y aunque ahora sentía su yugo, no se rendiría. Lucharía para ganar la libertad que antes poseía y volver a su meta en esta vida: no permitir que nadie sufra.
Respiraba profundamente, pues hasta ahora todo el trabajo duro no había servido para nada. En su memoria regresaba el recuerdo de Rena: ”Es una pena que hayas tenido que ver esto, pero pareces un chico inteligente, no creo que vayas por ahí contando estas cosas a todos, ¿Verdad? -le sonrió- ¿Verdad? -sin dar espera a que dijese algo, procedió a dar una respuesta concisa- A Rena le gustan los bailes, pero no creo que te convenga salir conmigo -tomó al Toucanmon del cascarón y dio un par de tirones para darle a entender que debía levantarse- Rena debe seguir con lo que tiene que hacer. No tenemos tiempo que perder, ¿Verdad, Toucanmon? -el miedoso plumífero asintió repetidas veces- Pero... Tal vez nos veamos en ese lugar, a menos que andes con suerte.”
¿En eso tenía que haberse convertido para sobrevivir en el digimundo? A primera vista parecía una chica normal, tranquila... Pero fue sentirse amenazada y poder derribar a un digimon con un par de golpes. “ A Rena le gustan los bailes, pero no creo que te convenga salir conmigo”, poseía gustos y personalidad, pero podía convertirse en una guerrera cuando lo requería la situación. Según el ideal taoísta, poseía “yin” y “yang”, “calma” y “fuerza”.
¿Y él? Se había desprendido de todo rasgo de personalidad buscando ser “yang”, pero en el proceso se había quedado hueco, vacío, incompleto. Quería fuerza, y era débil. Las opciones se iban limitando: no podía recurrir a otros, solo los expondría al peligro,;no podía depender de sí mismo, pues carecía de fuerza. ¿Qué le quedaba entonces?
-Soy un samurai sin espada... Y la espada es el alma del samurai.
Fue la triste conclusión a la que llegó. Cogió el digivice que portaba, observando la chatarra inútil que era y la carga que le suponía. Había visto como a otros humanos les brindaba el apoyo de un compañero digital, luchando juntos como un tandem, pero él no quería eso.
-Bríndame tu fuerza, pero no pongas en peligro a un digimon. Nadie debe soportar mi carga. Dame la fortaleza para proteger, no tu mundo, ni el mío, sino ambos. Por favor... Solo te pido eso...
Y aquí acabó su noche.
- 1º día del Festival:
Al día siguiente fue el inicio de la festividad. Roku pensaba que podría divisar ya a los cabecillas de los diferentes clanes, pero un problema de última hora lo requiso. Al parecer un músico no podría tocar ese día por un leve problema de salud, y aunque Roku nunca se interesó especialmente en las clases de música tenía nociones por el empeño y dedicación a sus estudios. Le buscaron el instrumento más afín a sus habilidades y estuvo practicando. Solo podía “disimular” (pues no era en absoluto un virtuoso, y más que tocar fingía hacerlo) que manejaba una variante extraña de la trompeta y de la guitarra, que le recordaban a la flauta y al shimasen, instrumento que se tocaba en las reuniones familiares.
La mañana sucedió a la tarde y esta a la noche. No hizo un trabajo espectacular pero tampoco mediocre, y simplemente les permitió salir del paso. Para el segundo día el músico original podría actuar y no necesitarían a Roku. Este, sin embargo, estaba inspirado. No quería olvidar los pensamientos del día anterior y le pidió al director ayuda y consejo.
Juntos compusieron un tema de orquesta acorde a los recursos de los músicos. Incluso podían solicitar los servicios de una cantante a capella para añadir un contrapunto melódico al tema. Roku pensó que eso era justo lo que requería: una canción que indicara la dualidad que necesitaba, como dos presencias en armonía, no en guerra.
-Necesita un nombre -le dijo el director- ¿alguna idea?
-”Corazón monocromo”-dijo el joven casi sin pensar- ¿le parece un buen nombre?
-No está mal, muchacho, no está mal...
A la mañana siguiente el baile fue anunciado con pompa y boato, de un modo espectacular. Roku observaba por la ventana de su habitación, una buhardilla donde la taberna en la que había estado ayudando guardaban menage y productos. Las pesadillas habían regresado aquella noche, por lo que cuando despuntaba el alba ya estaba consciente. Se asomó a la ventana y prestó atención al gran jaleo que se armaba ante la llegada de importantes miembros de las diferentes facciones.
Después de asearse y preparar sus cosas, fue a recoger el traje que había llevado a una puesta a punto. Sonrió al notar que el olor de los pantanos se había desvanecido. Dedicó el resto de la tarde a practicar el baile, pues no quería hacer el ridículo ni en modos ni en danza. Sin vergüenza alguna sacó a algún digimon a bailar alguna canción popular que sonaba en aquellos momentos de fiesta. Aunque seguía sin poder distinguir la sexualidad de los digimons, practicar esto le era... Divertido.
Ya en la noche, a pocas horas de que el baile comenzara estaba nervioso. Para evitar una excesiva sudoración decidió volverse a bañar. Roku nunca destacó por su rapidez en este procedimiento, pues el modo japonés procura que el baño sea algo relajante y el concepto “ducha rápida” le era casi desconocido... En el proceso observó su falange hinchada, aún dolía. La articuló un poco y volvió a entablillarla. Salió del baño y se vistió, sin noción alguna del tiempo. Solo podía pensar en sus fallos.
Pensaba que llegaba tarde, pero no. Se había adecuado al ritmo de sus compañeros de la orquesta, los cuales había conocido atendiendo en la taberna y ayudando en la limpieza de sus instrumentos... Por lo que aún era “temprano”. Respiró repetidas veces y se calmó. Iba a partir a cuando este grupo le detuvo.
-¿A dónde vas, Roku?
-Vuestro amigo se recuperó, y creo que lo hará mejor que yo,- musitaba- así que me pasearé por el baile antes de que se llene de bullicio.
-Así no vas, colega-dijo el director mientras todos se reían- Con esa cara ninguna chica aceptará un baile. Anda ten, cubre tu rostro. La hemos elegido entre todos, nos recordó a la historia que nos contaste ayer, aquella de un amor imposible.
-Izanagi e Izanami...-era la primera vez que Roku recibía un regalo de alguien ajeno a su familia; la máscara ayudó a que no divisaran sus ojos llorosos, y aunque intentó disimular la emoción en su voz, les dijo de todo corazón y sinceridad una única realidad-... Gracias, por todo, a todos. Sois estupendos.
-Pásatelo bien, muchacho, te lo has ganado.
Roku salió a la calzada, pero una figura eclipsó los sutiles resplandores de la Luna. Un enorme dragón recorría los cielos con una mujer a sus espaldas. El llamativo color de su cabello cegó el único ojo operativo del chico, que la confundió con una Fortuna que había ido a bendecir el baile, pero este pensamiento pronto se interrumpió por el jaleo que la presencia de la pareja produjo:
- ¿Son ellos? ¿Los sublíderes de los Royal Knights?
- Dicen que el UlforceVeedramon de la sublíder perteneció a los antiguos Royal Knights.
- ¡Es un honor que Blue Flash esté esta noche aquí!
De esto el chico atendió a la expresión “Royal Knights”, uno de los bandos del mundo digital. Debía acercarse a ella y comprender qué significaba aquella diferenciación de lo “antiguos” y los “nuevos” RK. Con esto podría satisfacer lo que se le exigía.
Podría haber ido ya al baile, pero se le ocurrió un último detalle. Acudió a la orquesta que tanto le había ayudado y, cogiendo una de sus guitarras, les dijo que podrían, como despedida, dejar un recuerdo en el pueblo con una última canción. Todos estuvieron de acuerdo y marcharon al baile con tonadillas del mundo digital que Roku había estado escuchando estos días.
La orquesta desfiló entre aquellos que ya habían llegado advirtiendo de su presencia, que permitiría el inicio del baile. Roku salió disimuladamente de la formación (todo lo disimuladamente que podía dada su diferente constitución y la nada discreta máscara seleccionada. Observó como sus compañeros formaban ya en la zona que se les había preparado para aprovechar la acústica que las trece estatuas proporcionaban.
Roku deambuló un poco por la fiesta, intentando divisar a alguien cuya actitud denotara la nobleza a esperar de un líder de facción, pero su maltrecha vista no lo permitía. Finalmente, divisó los cabellos de aquella dama que llegó montada en el dragón. Se armó de valor y se aproximó a ella.
-Disculpa, joven dama, solo soy un ronin, pero me gustaría escuchar la historia de cómo puedes guiar al dragón que te transportaba. A cambio solo puedo ofrecerte un baile.
Roku le ofreció la mano a aquella señorita. Ciertamente ya había experimentado el fracaso, pero eso no le importaba. Aunque debía cumplir su misión, ciertamente le fascinaba el halo de misterio y poder que emanaba aquella que podía hacer desfilar majestuosamente a un dragón. Casi parecía un ser de fantasía, por lo que el joven decidió que, por esta vez, y si bien tenía claros sus objetivos, intentaría también disfrutar.
Bajo la máscara, y por primera vez en mucho tiempo, Roku Ginshô sonrió.
- Traje:
- Máscara:
- Resumen:
- Un primer error: Castigo de Roku por fallar en la misión de llevar a Rena al baile: tiene un dedo fracturado, hematomas y su ojo malo hinchado.
Llegada a la Zona Imperial: Roku ayuda a los lugareños en lo que puede con vistas a asistir al baile. Medita sobre su vida y sus errores.
1º Día de Festival: Roku participa con la orquesta que ameniza el primer día del festival. Compone un tema en cara al evento del Baile de máscaras.
Resumen general: Roku ha recibido, aprendido de sus errores, meditado y preparado sus dotes sociales y de baile en cara al festival. Bajo la máscara va claramente herido.
- Tamer
- Faltas :Una por cada double.Prueba de Rol :ADigi Puntos :1060Ficha :NPCs :Nivel On Rol :Ancient spiritNivel On Rol de los Digi Aliados :Sven-Hyper SpiritIcono :Rango y Unidad :Roku Ginshô (Adam Odysseum)
Rango: Holy General
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield TurtleRango y Unidad Digi Aliado :Sven
Rango: Teniente
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield TurtleInventario :
Roku Ginshô
Re: Baile Enmascarado: Honor a los Antiguos Caballeros [Tema Libre]
Eran aproximadamente las 5:30 de la tarde en el mundo real, acababa de llegar de compras, había logrado conseguir mi mascara y traje para lo que seria el evento de los RK, estaba muy emocionado desde la ultima vez que vi a Fuji, aquel Holy Knight, y mi petición para unirme a los RK, quien sabe si lograba toparme lo por aquellos lares, lo mas probable aun así quien sabe.
Llegue a casa, llevando en una mano los cartuchos con la mercancía recién adquirida, mi digivice colgaba de mi cuello, con un tirante de color azul muy parecido al de Veemon, llegue al porton de mi casa, realice un saludo hacia la caseta en la cual estaba Marcos, el educad amente regreso el saludo con una sonrisa, presionando el botón para abrir el portón principal de la casa.
Muchas gracias, Marcos- Camine por el portón hasta llegar a la puerta que se encontraba pasando el Jardín, gire la perilla de la puerta y a la misma vez empuje de la misma, al entrar a casa me quite mis zapatos colocan dolos a un lado del marco de la puerta, pase lo mas rápido posible para evitar a mi papa, pues cada día tenia noticias sobre su trabajo y se volvía algo agobiante, logre pasar desapercibido hasta mi cuarto, subí las escaleras, abrí rápidamente la puerta y entre, coloque el cierre de la misma. Deje los paquetes a un lado de mi cama, me quite el suéter para refrescarme un poco y tomando el control que estaba sobre el conforte de mi cama encendí el aire acondicionado.
Ahh al fin en casa, odio estar todo el día en la calle es muy agotador- dije para mi mismo, olvidando por completo que veemon aun seguía dentro del digvice- Eh Hao!! Sácame de aquí!! Vamos - Aquella voz irrumpió mi relajación, haciéndome recordar al instante de la existencia de Veemon- Jajaja, disculpa lo había olvidado por completo- Tome el digivice del cordón azul que colgaba de mi cuello, con un clic este se separo de aquel cordón, siendo así de libre manipulación para el usuario- Bien sal un rato a estirar los músculos- Apunte mi digivice a un lado de la cama, un brillo lancinante se produjo de este, dejando así liberar numerosas partículas de color azul, blanco y escasas amarillas materializando así los datos y el digicore de Veemon dentro de mi habitación.
Al fin! gracias a Yggdrasil- aliviado se expreso veemon, estirando sus brazos y piernas, la verdad desconocía esa sensación de estar dentro de un dispositivo- Debe ser algo agotador están tanto tiempo en un lugar como ese, perdóname. Aun así sabes que no puedes andar por el mundo real saludando a toda la gente; no todos somos tamers. - Replique, veemon era muy extrovertido y seria de riesgo que estuviera dándose a conocer por todas partes, podría provocar un infarto a alguien y por su aspecto no podría asociarlo con un perro o gato para ocultar su verdadera procedencia.
Bueno descansare un rato y luego partiremos hacia el digimundo, de acuerdo?- Me di media vuelta dándole la espalda a veemon....
Pasaron dos horas hasta que desperté, me estire de pie a cabeza y me senté, frote mis ojos con mi mano derecha, todo se veía muy borroso, solo pude observar aquel borron azul sentado enfrente de mi computadora- Veemon? Ahhh...- Bostece y volví a dirigir la palabra a veemon- Espero que no hayas ido abajo, mi padre podría morir de un ataque si te ve.- Veemon se encontraba utilizando mi pc, era muy amante de la tecnología humana- Pues claro que no, Hao, no haría eso no estoy para sermones hoy- Observe a veemon de manera fría como solía hacerlo cuando notaba que actuaba de una forma para nada normal- Si tu lo dices...iré a alistarme, no trates de hacer ninguna locura- Veemon giro en la silla de la PC y me observo- Crees que yo? haría algo loco...por dios Hao, acaso no me conoces?- Soltó una carcajada luego terminar aquella frase- Pero tranquilo me mantendré aquí hasta que regreses, no tardes. - Me levante de la cama, volví a frotar mis ojos y seguido despeine un poco mi cabello, pasaron algunos minutos hasta que termine los preparativos, me había duchado, perfumado, y le había colocado un gato a veemon, de color negro para que se notara, el insistía en uno azul, pero seria algo absurdo no se apreciaría demasiado. -Es broma? Quería el azul y lo sabes- Se cruzo de brazos intentando imitar una personalidad furiosa- Ah vamos no sea llorón.. ya te explique el Por Que- Tome la bolsa con la mascara y el traje colocando la sobre la cama y desempacando todo.
Bien hora de vestirme no tardare...eso creo- Le dije bromeando a Veemon, ya estaba exhausto de tener que esperar por mi- Ahh mas tiempo? Ya que...- Se lanzo al suelo y se hizo el dormido mientras yo iria a vestirme.
Cambie mi pantalon rojo por uno negro que recien habia comprado, tome un sueter manga larga colocandole por dentro del pantalon, por encima de cada manga llevaba un articulo en mi mano izquierda, entre el antebrazo y mi codo, coloque una pequeña correa de cuero que ajustaba aquella manga, del otro lado llevaba otra, sin embargo esta era en el area de la muñeca y era mas larga que la anterior.
Sin ajustar la correa anterior, me coloque un par de guantes que dejan al descubierto parte de los dedos estos eran de color blanco y llevaban un simbolo sobre ellos, para finalizar tome la capa blanca que llevaba algunos trazados de color negro y gris, para finalizar me coloque un cinturon de cuero de color chocolate, por suerte traia un pequeño bolsillo incluido que me serviria para colocar mis cartas, el D-Arc iria como siempre colgando de mi cuello.
Recorde que mi D-Arc aun estaba en mi cama, asi que fui por el, rebusque entre sabanas y almohadas mientras veemon se ajustaba su gato- Eh veemon, creo que estoy listo hora de irnos- Veemon se levanto de un salto muy alegre- Yei!! Hora de irnos al fin- Sonrei al ver la emocion de veemon a la que estaba acostumbrado, tome el D-Arc y me acerque a mi Computadora- Veemon tienes la mascara?- mire a veemon y este la traia puesta encima- Venga, dame eso aca, ya basta de chistes- Le quite de la cara la mascara veneciana a Veemon y me la coloque y nuevamente pose mi mirada sobre la pantalla del PC.
Hora de irnos Veemon- Veemon se agarro de una de mis piernas, mientras aquel brillo lancinante de colores hacia presencia en mi cuarto, aquella sensacion de mareo se dio nuevamente mientras viajabamos directamente hacia la zona imperial donde se daría el evento de los RK.
Pasado unos minutos aquel portal con forma de cilindro se poso sobre la entrada de aquel gigantesco castillo decorado y preparado para la ocasion, celebrar algo en motivo de los RK, que defendieron el digimundo hace muchos años.
Observe detenidamente cada detalle alrededor, era algo espectacular como la coordinacion predominaba entre los digimones, arte, clase, elegancia, era algo espectacular.
Wow...menudo trabajo han hecho aqui no crees Veemon?- observe a veemon, aun colgaba de mi pierna izquierda, estaba boquiabierto no tenia palabras para contestarme- Bueno jeje, tomare eso como un "Esta genial"- sacudí mi pierna y veemon termino soltándome, para luego mirarme de mala manera- Que? no eres un bebe- Me dirigí hacia la entrada de aquel castillo, pude observar una gran cantidad de visitantes tanto como digimons como humanos de la localidad, ya sea porque habitaban aqui o acompañados de sus digimons.
Al entrar podría observarse una lujosa sala repleta de gente, intente reconocer a alguien de las pocas personas que había visto en mi trayecto por el digimundo pero no me fue posible identificar a alguien, así que veemon y yo decidimos andar un poco.
Luego de unos minutos de andar por los alrededores de la fiesta, y hasta consumir un poco de lo que era la barra de comidas, que por cierto estaba exquisita, decidí regresar hacia la entrada mientras estaba caminando en aquella direccion , pude observar una aglomeración en la entrada, me emocione puesto que alguno de los RK actuales podría haber arribado al festín.
Pude reconocer de entre todas esas personas a Fuji, aquella persona que nos salvo en las zonas heladas y enfrento a aquel Titanmon. Mire a veemon y ambos asentimos y continuamos hacia aquel lugar.
Las personas que estaban alrededor despejaron al entrada para ellos y aproveche para saludarlo- Buenas Noches Fuji-sama, y a usted joven damisela, es una dicha tenerlo aquí. - Sonreí luego de aquel cordial saludo hacia Fuji y su hermosa acompañante, al igual veemon hice una reverencia para ambos.
Llegue a casa, llevando en una mano los cartuchos con la mercancía recién adquirida, mi digivice colgaba de mi cuello, con un tirante de color azul muy parecido al de Veemon, llegue al porton de mi casa, realice un saludo hacia la caseta en la cual estaba Marcos, el educad amente regreso el saludo con una sonrisa, presionando el botón para abrir el portón principal de la casa.
Muchas gracias, Marcos- Camine por el portón hasta llegar a la puerta que se encontraba pasando el Jardín, gire la perilla de la puerta y a la misma vez empuje de la misma, al entrar a casa me quite mis zapatos colocan dolos a un lado del marco de la puerta, pase lo mas rápido posible para evitar a mi papa, pues cada día tenia noticias sobre su trabajo y se volvía algo agobiante, logre pasar desapercibido hasta mi cuarto, subí las escaleras, abrí rápidamente la puerta y entre, coloque el cierre de la misma. Deje los paquetes a un lado de mi cama, me quite el suéter para refrescarme un poco y tomando el control que estaba sobre el conforte de mi cama encendí el aire acondicionado.
Ahh al fin en casa, odio estar todo el día en la calle es muy agotador- dije para mi mismo, olvidando por completo que veemon aun seguía dentro del digvice- Eh Hao!! Sácame de aquí!! Vamos - Aquella voz irrumpió mi relajación, haciéndome recordar al instante de la existencia de Veemon- Jajaja, disculpa lo había olvidado por completo- Tome el digivice del cordón azul que colgaba de mi cuello, con un clic este se separo de aquel cordón, siendo así de libre manipulación para el usuario- Bien sal un rato a estirar los músculos- Apunte mi digivice a un lado de la cama, un brillo lancinante se produjo de este, dejando así liberar numerosas partículas de color azul, blanco y escasas amarillas materializando así los datos y el digicore de Veemon dentro de mi habitación.
Al fin! gracias a Yggdrasil- aliviado se expreso veemon, estirando sus brazos y piernas, la verdad desconocía esa sensación de estar dentro de un dispositivo- Debe ser algo agotador están tanto tiempo en un lugar como ese, perdóname. Aun así sabes que no puedes andar por el mundo real saludando a toda la gente; no todos somos tamers. - Replique, veemon era muy extrovertido y seria de riesgo que estuviera dándose a conocer por todas partes, podría provocar un infarto a alguien y por su aspecto no podría asociarlo con un perro o gato para ocultar su verdadera procedencia.
Bueno descansare un rato y luego partiremos hacia el digimundo, de acuerdo?- Me di media vuelta dándole la espalda a veemon....
Pasaron dos horas hasta que desperté, me estire de pie a cabeza y me senté, frote mis ojos con mi mano derecha, todo se veía muy borroso, solo pude observar aquel borron azul sentado enfrente de mi computadora- Veemon? Ahhh...- Bostece y volví a dirigir la palabra a veemon- Espero que no hayas ido abajo, mi padre podría morir de un ataque si te ve.- Veemon se encontraba utilizando mi pc, era muy amante de la tecnología humana- Pues claro que no, Hao, no haría eso no estoy para sermones hoy- Observe a veemon de manera fría como solía hacerlo cuando notaba que actuaba de una forma para nada normal- Si tu lo dices...iré a alistarme, no trates de hacer ninguna locura- Veemon giro en la silla de la PC y me observo- Crees que yo? haría algo loco...por dios Hao, acaso no me conoces?- Soltó una carcajada luego terminar aquella frase- Pero tranquilo me mantendré aquí hasta que regreses, no tardes. - Me levante de la cama, volví a frotar mis ojos y seguido despeine un poco mi cabello, pasaron algunos minutos hasta que termine los preparativos, me había duchado, perfumado, y le había colocado un gato a veemon, de color negro para que se notara, el insistía en uno azul, pero seria algo absurdo no se apreciaría demasiado. -Es broma? Quería el azul y lo sabes- Se cruzo de brazos intentando imitar una personalidad furiosa- Ah vamos no sea llorón.. ya te explique el Por Que- Tome la bolsa con la mascara y el traje colocando la sobre la cama y desempacando todo.
Bien hora de vestirme no tardare...eso creo- Le dije bromeando a Veemon, ya estaba exhausto de tener que esperar por mi- Ahh mas tiempo? Ya que...- Se lanzo al suelo y se hizo el dormido mientras yo iria a vestirme.
Cambie mi pantalon rojo por uno negro que recien habia comprado, tome un sueter manga larga colocandole por dentro del pantalon, por encima de cada manga llevaba un articulo en mi mano izquierda, entre el antebrazo y mi codo, coloque una pequeña correa de cuero que ajustaba aquella manga, del otro lado llevaba otra, sin embargo esta era en el area de la muñeca y era mas larga que la anterior.
Sin ajustar la correa anterior, me coloque un par de guantes que dejan al descubierto parte de los dedos estos eran de color blanco y llevaban un simbolo sobre ellos, para finalizar tome la capa blanca que llevaba algunos trazados de color negro y gris, para finalizar me coloque un cinturon de cuero de color chocolate, por suerte traia un pequeño bolsillo incluido que me serviria para colocar mis cartas, el D-Arc iria como siempre colgando de mi cuello.
Recorde que mi D-Arc aun estaba en mi cama, asi que fui por el, rebusque entre sabanas y almohadas mientras veemon se ajustaba su gato- Eh veemon, creo que estoy listo hora de irnos- Veemon se levanto de un salto muy alegre- Yei!! Hora de irnos al fin- Sonrei al ver la emocion de veemon a la que estaba acostumbrado, tome el D-Arc y me acerque a mi Computadora- Veemon tienes la mascara?- mire a veemon y este la traia puesta encima- Venga, dame eso aca, ya basta de chistes- Le quite de la cara la mascara veneciana a Veemon y me la coloque y nuevamente pose mi mirada sobre la pantalla del PC.
Hora de irnos Veemon- Veemon se agarro de una de mis piernas, mientras aquel brillo lancinante de colores hacia presencia en mi cuarto, aquella sensacion de mareo se dio nuevamente mientras viajabamos directamente hacia la zona imperial donde se daría el evento de los RK.
Pasado unos minutos aquel portal con forma de cilindro se poso sobre la entrada de aquel gigantesco castillo decorado y preparado para la ocasion, celebrar algo en motivo de los RK, que defendieron el digimundo hace muchos años.
Observe detenidamente cada detalle alrededor, era algo espectacular como la coordinacion predominaba entre los digimones, arte, clase, elegancia, era algo espectacular.
Wow...menudo trabajo han hecho aqui no crees Veemon?- observe a veemon, aun colgaba de mi pierna izquierda, estaba boquiabierto no tenia palabras para contestarme- Bueno jeje, tomare eso como un "Esta genial"- sacudí mi pierna y veemon termino soltándome, para luego mirarme de mala manera- Que? no eres un bebe- Me dirigí hacia la entrada de aquel castillo, pude observar una gran cantidad de visitantes tanto como digimons como humanos de la localidad, ya sea porque habitaban aqui o acompañados de sus digimons.
Al entrar podría observarse una lujosa sala repleta de gente, intente reconocer a alguien de las pocas personas que había visto en mi trayecto por el digimundo pero no me fue posible identificar a alguien, así que veemon y yo decidimos andar un poco.
Luego de unos minutos de andar por los alrededores de la fiesta, y hasta consumir un poco de lo que era la barra de comidas, que por cierto estaba exquisita, decidí regresar hacia la entrada mientras estaba caminando en aquella direccion , pude observar una aglomeración en la entrada, me emocione puesto que alguno de los RK actuales podría haber arribado al festín.
Pude reconocer de entre todas esas personas a Fuji, aquella persona que nos salvo en las zonas heladas y enfrento a aquel Titanmon. Mire a veemon y ambos asentimos y continuamos hacia aquel lugar.
Las personas que estaban alrededor despejaron al entrada para ellos y aproveche para saludarlo- Buenas Noches Fuji-sama, y a usted joven damisela, es una dicha tenerlo aquí. - Sonreí luego de aquel cordial saludo hacia Fuji y su hermosa acompañante, al igual veemon hice una reverencia para ambos.
- Traje Estilo mediaval:
- Mascara:
- Digi Puntos :102Ficha :Relaciones :Cronologia :-En Proceso-NPCs :-Ninguno-Nivel On Rol :Champion
Fura Kiiro
Re: Baile Enmascarado: Honor a los Antiguos Caballeros [Tema Libre]
"¿Un baile? Que perdida de tiempo más grande..." Eso fue lo que pensé hace una semana en cuanto recibí una tarjeta de invitación en mi correo electrónico, tal vez no lo había considerado por el simple hecho de que vestir de gala no era algo que se daba muy a menudo en mi vida, pero ésta era una fiesta diferente se trataba de un tributo en honor a los Royal Knights. A pesar de haberme convertido en un Tamer no hace mucho he leído y escuchado historias sobre estos caballeros que sirvieron al digimundo protegiéndolo de la destrucción.
Tal vez si voy podría averiguar como funciona mi digivice después de todo solo apareció sin más en mi vida, sin presentación alguna... Bueno no es que esperaba algo como un "Hola Noya, soy tu digivice ahora cuídame como si fuese tu bebé pequeño." No, claro que no. Pero es que no ha funcionado desde que cayó en mis manos. Así que sin dar tantas vueltas tomé una decisión de la que tal vez pueda llegar a arrepentirme, porque sin duda alguna no sé lo que me espera en esa fiesta. Esa semana me tomé la libertad de no ir a entrenar para poder comprar mi traje y mi máscara, trabajé de medio tiempo como mesero en un restaurante cuando terminaba mis clases. Fue un trabajo duro, la torpeza de la gente ponían a prueba mis reflejos todo el tiempo evitando que tazas, platos y vasos de vidrio o porcelana se rompieran, mi jefe se sentía aliviado por ese lado salvo que no tenía planeado trabajar en ese lugar toda la vida sólo era temporal hasta que pudiese conseguir el dinero para alquilar un traje. Y con mucho esfuerzo así fue, ya estaba listo para el día de la fiesta y observándome frente al espejo hablaba conmigo mismo. -Se siente... Raro pero se ve bien... - Vestía un traje blanco con unas mangas de un color negro, un chaleco negro con líneas grises, la camisa era blanca con un tono imperial en los botones, el pantalón era de un color gris muy claro con líneas blancas, unos zapatos negros de cuero. Por encima de su espalda y cubriéndole el brazo derecho tiene puesta una capa negra como accesorio incluyendo unos guantes negros.
Solo faltaba por ponerme la mascara que me había tomado mucho tiempo por comprar, fue tan difícil decidirme entre esa y la edición limitada de Kato compañero del avispón verde pero bueno, no podía llevar dos y la de tonos dorados parecía mas adecuada. El antifaz negro hacia las cosas mas simples y es lo que no quería desprender esa noche en la fiesta. Ya era momento de irse así que tome mi digivice y opte por ponerme en marcha hacia el destino, era algo lejos teniendo en cuenta que quedaba en el digimundo pero desde la Digi central. Al llegar y enseñar la tarjeta de invitación junto con el D-Scanner me dieron el permiso de transportarme hasta la fiesta, el digimundo era algo hermoso que pude admirar en el transcurso del viaje y una vez dentro todo se siente diferente. Transitando la Zona Imperial observaba como otras personas se dirigían al mismo punto de encuentro, muchos iban muy bien elegantes y formales, humanos y digimons juntos camino a la gran fiesta en honor a los Caballeros Sagrados. Muy a mi pesar me sentí un poco incomodo teniendo en cuenta de que ni siquiera tenia un digispirit propio solo un digivice que no hacia mas que no emitir ruido alguno, como si estuviese apagado, se podía oír la música desde la calle lo cual me resulto bastante impresionante porque en cuanto vi la estructura en la que se realizaba tal evento daba la impresión de que habíamos regresado el tiempo atrás, se oía la melodía de un violín que me envolvió completamente, llegando a la puerta de entrada armándome de valor sin siquiera conocer a nadie ingrese, con el antifaz que había comprado puesto admire las figuras tan colosales de unas estatuas gigantescas cada una de ella representando a cada uno de los caballeros a los cuales homenajeaban. Una sensación extraña me había invadido por alguna razón me resultaba genial todo el trabajo que habían hecho para conmemorar a los RK sin duda alguna era espectacular. -Asombroso... ¡Magnifico!.- Exclamo con una sonrisa radiando alegría, una mesa con un gran banquete de comida y la orquesta del otro lado, este al parecer iba a ser un gran baile.
Por un momento toda aquella inseguridad se había esfumado dando paso a la confianza para poder disfrutar de aquella maravillosa noche, pero claro aquella sonrisa de gozo parecía imborrable porque no podía dejar de quedar maravillado con lo que habían hecho, había mucha gente, muchas parejas, otros que simplemente habían llegado solos, me acerque a ver tocar la orquesta y escucharla. Tocaban piezas conocidas y otras que no había escuchado en toda mi vida, la música clásica y las baladas volvían todo mas medieval además de la vestimenta de muchos, algunos mas modernos haciendo que todo sea mas variado.
- Vaya... Y yo que no tenia pensado venir... ¡Solo mira cuantas chicas bonitas hay! - Decía motivado mirando a mi alrededor muchas mujeres hermosas por doquier muchas acompañadas, antes de comenzar decidí acercarme a la mesa de los bocadillos ya que desde lejos se veía todo delicioso, quería comprobarlo personalmente, una risa interior paso por mi mente mientras llegaba hasta la comida para probar un poco, pero solo un poco de los platillos fríos. Me quede allí y note como la gran mayoría de tamers se conocían y se saludaban los unos con los otros.
Trate de hacer la vista gorda e ignorar el hecho de que no conocía a nadie y de a poco funcionaba gracias a las delicias que probaba, la música y el buen ambiente terminaron por animarme disfrutando cada vez mas de tan maravilloso evento. -¡A disfrutar de la noche! - Dijo en voz alta mientras se servía un poco de beber y a la salud de los RK dio el primer trago.
- Traje y mascara:
- Tamer
- Digi Puntos :13
Nishinoya Yuu
Re: Baile Enmascarado: Honor a los Antiguos Caballeros [Tema Libre]
En la estación central de Trailmons, un joven se apresura junto a su compañero digital, en alcanzar el último tren a la zona imperial. Un retraso del Trailmon que les trajo de la Tierra, les provocó que perdieran los demás transportes, teniendo que correr contra reloj para intentar llegar a tiempo a la dichosa fiesta de los Royal Knight, algo que se notaba por la vestimenta del joven y el conocimiento público de tal evento. Mientras apura el paso y busca desesperada mente con la mirada al Trialmon, le grita a su compañero para ver si él logro divisar el transporte, quien responde con una negación algo titubeante que pronto se vuelve una respuesta afirmativa y con certeza. El Digimon marca el camino con sus pasos, seguido de cerca por su camarada humano. Por desgracia el transporte ya estaba partiendo y no tendrían tiempo para bajar por las escalares (puesto estaban en una plataforma superior), por lo que no tuvieron más remedio que saltar sobre el primer coche del tren digital, provocando un golpe en el techo que llamo la atención y duda de los que iban dentro. Por suerte antes de que alguno se dispusiera a pelear contra lo que creían una posible amenaza, el joven y su compañero digital logran entrar por una de las ventanas abiertas, terminando por quedar sentados en el suelo, con las cabezas agachadas intentando recuperar el aire por tal agitación. La vestimenta y el suspiro de alivio del joven, dan a entender a los dos únicos pasajeros de ese único vagón que tenía aquel Trailmon; que estos dos polizones iban al mismo eventos que ellos…solo que seguro se había equivocado de transporte puesto este no era uno público.
-pensé que no llegariam….- levantando la vista de apoco y quedándose mudo al ver que solo había un joven de pelo negro con un traje completo del mismo color, incluso la camisa, lo único que era diferente era la corbata azul con rayas más oscuras y luego la mascara azul con rayos blancos; y un Coelamon con una máscara de War Greymon, al menos la parte de arriba de la cabeza. Aunque al inicio su grito fue mudo, por el interior se quería morir – ¡maldición! ¡¡¡Yuyun nos equivocamos de tren!!! – Compartiendo la culpa con su camarada, un Yuki/Snow Agumon - ¡¡haaa!! ¡¡Tal vez si saltamos llegamos a tiempo!! – Responde igual de asustado – ¡¡tal vez si me vuelvo Wingdramon…pero mi disfraz!!! – preocupado por su vestimenta que consistía en una máscara que cubría la parte superior de su cabeza, la cual le disfrazaba esa parte como un Dorumon; y una pequeña capa en sus hombros que llegaba a cubrir hasta sus codos, cuyos colores hacían juego con la máscara…aunque no tanto con su piel tan clara – ¡Zep guardamelo! – extrañamente tomando una actitud más tranquila, puesto no quería arruinar su capa ni su máscara, mientras se las quitaba y las empezaba a doblar. Su joven tamer en realidad ahora caía en cuenta de que pudieron ir volando todo este tiempo, tanta preocupación por un determinado tema le evitaron pensar en eso…aunque su camarada en realidad quería evitar eso, puesto incluso se puso un perfume que le había regalado y no quería tener que sudar y arruinar toda su elegancia – ¡Hey esperen! – se apura Rony, antes de que el joven denominado Zep y el Agumon celeste, siquiera habrán la puerta del vagón. Levantando se del asiento y extendiendo el brazo y los dedos de la mano, como señal de que se detengan, por suerte su todo hacía notar que sus intenciones no eran nada hostiles – si van para el baile pueden quedarse en el tren – logrando llamar más su atención, y evitando que el Agumon se quite siquiera la cápita que el Digimon tanto adoraba – La Tamer del Trailmon nos está llevando justo ahora para la Zona Imperial. Tiene un trabajo de transporte en esa dirección así que nos da un aventón – Continua luego de ver que logro llamar su interés - ¿¡de verdad?! – algo escéptico por la casualidad, aunque siendo un evento gratuito y global, no era tan raro – no, solo queremos burlarnos de ustedes – dice con sarcasmo y un tono algo intolerante, el Coelamon – ya Carlos! – le reprocha – no le hagan caso simplemente no quería venir. La comida gratuita le convención –aquellas palabras soltaron un soplo de risa involuntario de los dos polizones, y un suspiro quejoso y algo apenado de parte de Carlos, que solo siguen acostado en su asiento y miro por la ventana.
Luego de eso, los polizones tomaron asiento y ambos grupos se presentaron. Carlos el Coelamon, Rony su tamer con el antifaz azul y blanco; Yuyun el Snow Agumon, y Zephyr el humano de pelo negro, ojos verdes, piel clara, que bestia un traje negro, remera blanco, corbata roja, del mismo color que el de los bordes de la solapa y el de la pequeña capa oscura, que al igual que la de su compañero digital, le llegaba maso menos hasta los codos; sujeta en ambos extremos por broches dorados con el símbolo de Alphamon (el triángulo de la cabeza), y conectados por una soga de hilos dorados. Su máscara seleccionada por su camarada digital, en una tienda de antigüedades, se asemejaba al rostro de un Omegamon oscuro, pero con líneas rojas en la cara y los cuernos destruidos, ya sea por el tiempo o cosa de su diseño. Según el vendedor era la máscara de un ser muy antiguo, prácticamente olvidad, pero la verdad a Yuyun solo la compro porque se veía bien, y además parecía estar hecha para humanos. Aquella mascara en si era más como un antifaz muy desarrollado, puesto solo cubría de la nariz hasta la frente, dejando la boca libre seguramente para comer algo.
-¿y porque tanto apuro para ir a la fiesta? – pregunta solo por curioso y vencer el silencio algo incómodo que estaba dominado el tren. Su tono fue algo más amigable que la otra vez, como si saber sus nombres le hiciera entrar en mayor confianza, o quizá también fue el efecto de su especie en general, que solían ser bastante amigables….por lastima su pasado le hacía retroceder en ese aspecto y así llegar a contener sus emociones. La pregunta tomo algo de sorpresa a Zephyr, pero no tardó en responder la con un poco de vergüenza pero más calmado por hablar con un extraño, después de todo eso hacía que le importe menos la reacción de este – es que esperaba encontrar a alguien allí – al tiempo que diversas señales físicas involuntarias, mostraban que se refería a una persona que le gustaba – ¿no hubiera sido más adecuado invitar la e ir juntos? – comprendiendo la relación entre Zep y la persona misteriosa, pero sin entender bien aquel sentimiento humano, los Digimons no se relacionaban así, al menos no la mayoría, su sentido de amor era limitado a la amistad, una fuerte amistad pero nada más. Rony trato de modificar la duda de Carlos, para evitar que Zep se vea obligado a responder – gracias Ron, pero está bien – le calma un poco – era la idea….pero las cosas al parecer ella ha estado muy ocupada, no logre encontrar la en todo el mes, y estos últimos día parecía más difícil hallar la, jeje – le responde a Carlos, soltando una leve risa falsa como para calmar su propia angustia por no poder invitar a quien deseaba y esperando que esa persona no haya sido invitado por otro. Aquella ansiedad, tristeza, preocupación y deseos por al menos saber si estaba bien, le invadió cada vez en cada intento fallido por encontrar la, por suerte sus camaradas le ayudaron a mantener la mente ocupada en otras cosas mientras esperaba a intentar de nuevo durante todos esos días…pero era algo relajante liberar lo, en especial cuando se estaban acercando a la fiesta – pues que tengas suerte – responde Carlos con un tono algo amigable, pero aun así sin mucho interés.
-¿y tu Rony?- dice el Snow Agumon, tanto por duda, cortesía y desviar el tema de la relación fallida de su tamer – pues volvimos de una misión de los Union Saber, hace muy poco…- provocando una interrupción por decir que pertenecían a ese clan – wow ¿¡ustedes son del Union?! – lleno de sorpresa el pequeño lagarto azul - ¿¡por qué la sorpresa?! - con una mirada algo molesta, como diciendo con la misma ¿acaso no crees que soy lo suficientemente bueno? – he?! – da un pequeño salto por el miedo que provoco la repentina mirada fulminante del Coelamon, y al haber sida mal interpretada su sorpresa – no…esto… es que somos de los Royal y no conocemos a muchos de los Union…al menos no fuera de algunos pleitos...ha! pero nada serio, solo alguna disputa por ideales y terrenos…jeje – respondiendo lo primero que piensa, arrepintiéndose de algunas partes, pero con un claro tono y mirada inocente. Por suerte ni Rony, ni Carlos eran de esos que odiaban a los Royal Knight por pelear solo por uno de los mundos, reconocían que cada uno debía acudir a sus propias llamadas y que las leyendas podrían dejar los como héroes, pero en realidad solo eran más como monjes guerreros, peleando por su “Dios” – así que le damos un aventón a dos Royal Knight a su propia fiesta. Jajaja – ríe por la situación, siendo acompañado luego por el Agumon y su tamer, pero estos con una risa más leve – ¡¿ha!? ¡Perdon Rony! – dice sacando la lengua de forma inocente, al caer en la cuenta de su poco educada interrupción – prosigue, jeje – mientras se rasca la nuca de vergüenza – jejeje, no te preocupes – incapaz de enojarse con aquella tierna criatura – como decía, volvíamos de una misión hace muy poco, recién esta mañana nos enteramos de la fiesta y bueno, pensé que sería un buena oportunidad para encontrar algún amigo y descansar un rato del trabajo en la base, jejeje – algo apenado de la simpleza de su excusa, pero de momento no estaba mucho en la onda de noviazgos, aunque nunca tuvo metas en la vida, simplemente se dejaba llevar por las corrientes, peleando cuando sea necesario y disfrutando de los pequeños placeres de la vida, en especial si además pasaba tiempo con amigos. La charla continuo por un tiempo hasta que por fin llegaron a su destino…solo que no era donde esperaban que fuera.
-¡Chicos es hora que bajen! – se escucha a una voz femenina hablar por los parlantes del vagón – ¡lamento la altura, pero que se diviertan! – dice el Trailmon, cuya voz también salía de los parlantes y era una más masculina y gruesa. Las palabras del Digimon pusieron en alerta y dieron algo de confusión en la mente de los pasajeros, solo cuando miraron por la ventana se percataron porque las dijo. Como le habían dicho a Rony, les darían un aventón a la zona Imperial, cerca de la fiesta, pero no que irían por vías a varios metros de altura de la ciudad, y que sería a esa altura a la que los dejarían – ¡¿pero, cómo piensas que bajemos?! – grita Carlos sorprendido y bastante molesto, hacia los parlantes – na, tampoco para tanto. Nuestro primo cae de alturas mas altas desde hace tiempo y anda perfecto – hablando en plural, puesto andaba con otro pariente en la zona de máquinas del Trailmon. Tratando el miedo y excusas de Carlos como pura histeria sin sentido – además se supone que Carlangas puede volar en forma mega….a no espera no puede evolucionar, jajajajajaja - provocando exitosamente al Coelamon que era retenido por Rony, evitando que rompiera los parlantes y todo el vagón – jeje, nosotros nos encargamos – dice Zep, con confianza. Entonces carga algo de Digisoul en su mano y evoluciona a su compañero en un XV-mon, el cual tenía suficiente fuerza y tamaño para poder llevar a los dos humanos y a Carlos dentro del Digivice de Rony. Claramente tuvo que quitarse su vestimenta y antifaz, las cuales dejo en cuidado de su tamer, quien se las devolvería una vez llegaran a tierra y el Digimon volviera a su forma Rookie.
-bueno al fin llegamos- dice Rony mientras libera del Digivice a su camarada, al mismo tiempo que el XV-mon volvía a su forma más pequeña perfecta para las prendas que le devolvía su tamer. A medida que avanzaban hasta el lugar del baile, contemplaban con asombro las decoraciones, incluso parando un poco para observar bien las enormes y detalladas estatuas de los diversos Royal Knights. En durante ese momento, cuando Zep observa la de Ulforce, que entra en sí y se despide momentáneamente del resto para intentar encontrar a quien buscaba – ¡suerte! – Le despide Rony, quien no tarda en ver que el Yuki Agumon no iba con su tamer – a es verdad ¿a que viniste tu Yuyun? - puesto fue el único que no dio su motivo durante el viaje – mi motivo es el mismo que el tuyo y Carlos juntos, por comida y ver si encuentro amigos con quien divertirme, jejeje – dice con su tono inocente y amigable – jeje, pues entonces vayan a buscar más conocidos y algo de comida.
Off-rol: Zerep y Yuyun son NPC para una trama con otros users, por lo que solo puede ser usado por mí, Sigrun y Alanna.
-pensé que no llegariam….- levantando la vista de apoco y quedándose mudo al ver que solo había un joven de pelo negro con un traje completo del mismo color, incluso la camisa, lo único que era diferente era la corbata azul con rayas más oscuras y luego la mascara azul con rayos blancos; y un Coelamon con una máscara de War Greymon, al menos la parte de arriba de la cabeza. Aunque al inicio su grito fue mudo, por el interior se quería morir – ¡maldición! ¡¡¡Yuyun nos equivocamos de tren!!! – Compartiendo la culpa con su camarada, un Yuki/Snow Agumon - ¡¡haaa!! ¡¡Tal vez si saltamos llegamos a tiempo!! – Responde igual de asustado – ¡¡tal vez si me vuelvo Wingdramon…pero mi disfraz!!! – preocupado por su vestimenta que consistía en una máscara que cubría la parte superior de su cabeza, la cual le disfrazaba esa parte como un Dorumon; y una pequeña capa en sus hombros que llegaba a cubrir hasta sus codos, cuyos colores hacían juego con la máscara…aunque no tanto con su piel tan clara – ¡Zep guardamelo! – extrañamente tomando una actitud más tranquila, puesto no quería arruinar su capa ni su máscara, mientras se las quitaba y las empezaba a doblar. Su joven tamer en realidad ahora caía en cuenta de que pudieron ir volando todo este tiempo, tanta preocupación por un determinado tema le evitaron pensar en eso…aunque su camarada en realidad quería evitar eso, puesto incluso se puso un perfume que le había regalado y no quería tener que sudar y arruinar toda su elegancia – ¡Hey esperen! – se apura Rony, antes de que el joven denominado Zep y el Agumon celeste, siquiera habrán la puerta del vagón. Levantando se del asiento y extendiendo el brazo y los dedos de la mano, como señal de que se detengan, por suerte su todo hacía notar que sus intenciones no eran nada hostiles – si van para el baile pueden quedarse en el tren – logrando llamar más su atención, y evitando que el Agumon se quite siquiera la cápita que el Digimon tanto adoraba – La Tamer del Trailmon nos está llevando justo ahora para la Zona Imperial. Tiene un trabajo de transporte en esa dirección así que nos da un aventón – Continua luego de ver que logro llamar su interés - ¿¡de verdad?! – algo escéptico por la casualidad, aunque siendo un evento gratuito y global, no era tan raro – no, solo queremos burlarnos de ustedes – dice con sarcasmo y un tono algo intolerante, el Coelamon – ya Carlos! – le reprocha – no le hagan caso simplemente no quería venir. La comida gratuita le convención –aquellas palabras soltaron un soplo de risa involuntario de los dos polizones, y un suspiro quejoso y algo apenado de parte de Carlos, que solo siguen acostado en su asiento y miro por la ventana.
Luego de eso, los polizones tomaron asiento y ambos grupos se presentaron. Carlos el Coelamon, Rony su tamer con el antifaz azul y blanco; Yuyun el Snow Agumon, y Zephyr el humano de pelo negro, ojos verdes, piel clara, que bestia un traje negro, remera blanco, corbata roja, del mismo color que el de los bordes de la solapa y el de la pequeña capa oscura, que al igual que la de su compañero digital, le llegaba maso menos hasta los codos; sujeta en ambos extremos por broches dorados con el símbolo de Alphamon (el triángulo de la cabeza), y conectados por una soga de hilos dorados. Su máscara seleccionada por su camarada digital, en una tienda de antigüedades, se asemejaba al rostro de un Omegamon oscuro, pero con líneas rojas en la cara y los cuernos destruidos, ya sea por el tiempo o cosa de su diseño. Según el vendedor era la máscara de un ser muy antiguo, prácticamente olvidad, pero la verdad a Yuyun solo la compro porque se veía bien, y además parecía estar hecha para humanos. Aquella mascara en si era más como un antifaz muy desarrollado, puesto solo cubría de la nariz hasta la frente, dejando la boca libre seguramente para comer algo.
-¿y porque tanto apuro para ir a la fiesta? – pregunta solo por curioso y vencer el silencio algo incómodo que estaba dominado el tren. Su tono fue algo más amigable que la otra vez, como si saber sus nombres le hiciera entrar en mayor confianza, o quizá también fue el efecto de su especie en general, que solían ser bastante amigables….por lastima su pasado le hacía retroceder en ese aspecto y así llegar a contener sus emociones. La pregunta tomo algo de sorpresa a Zephyr, pero no tardó en responder la con un poco de vergüenza pero más calmado por hablar con un extraño, después de todo eso hacía que le importe menos la reacción de este – es que esperaba encontrar a alguien allí – al tiempo que diversas señales físicas involuntarias, mostraban que se refería a una persona que le gustaba – ¿no hubiera sido más adecuado invitar la e ir juntos? – comprendiendo la relación entre Zep y la persona misteriosa, pero sin entender bien aquel sentimiento humano, los Digimons no se relacionaban así, al menos no la mayoría, su sentido de amor era limitado a la amistad, una fuerte amistad pero nada más. Rony trato de modificar la duda de Carlos, para evitar que Zep se vea obligado a responder – gracias Ron, pero está bien – le calma un poco – era la idea….pero las cosas al parecer ella ha estado muy ocupada, no logre encontrar la en todo el mes, y estos últimos día parecía más difícil hallar la, jeje – le responde a Carlos, soltando una leve risa falsa como para calmar su propia angustia por no poder invitar a quien deseaba y esperando que esa persona no haya sido invitado por otro. Aquella ansiedad, tristeza, preocupación y deseos por al menos saber si estaba bien, le invadió cada vez en cada intento fallido por encontrar la, por suerte sus camaradas le ayudaron a mantener la mente ocupada en otras cosas mientras esperaba a intentar de nuevo durante todos esos días…pero era algo relajante liberar lo, en especial cuando se estaban acercando a la fiesta – pues que tengas suerte – responde Carlos con un tono algo amigable, pero aun así sin mucho interés.
-¿y tu Rony?- dice el Snow Agumon, tanto por duda, cortesía y desviar el tema de la relación fallida de su tamer – pues volvimos de una misión de los Union Saber, hace muy poco…- provocando una interrupción por decir que pertenecían a ese clan – wow ¿¡ustedes son del Union?! – lleno de sorpresa el pequeño lagarto azul - ¿¡por qué la sorpresa?! - con una mirada algo molesta, como diciendo con la misma ¿acaso no crees que soy lo suficientemente bueno? – he?! – da un pequeño salto por el miedo que provoco la repentina mirada fulminante del Coelamon, y al haber sida mal interpretada su sorpresa – no…esto… es que somos de los Royal y no conocemos a muchos de los Union…al menos no fuera de algunos pleitos...ha! pero nada serio, solo alguna disputa por ideales y terrenos…jeje – respondiendo lo primero que piensa, arrepintiéndose de algunas partes, pero con un claro tono y mirada inocente. Por suerte ni Rony, ni Carlos eran de esos que odiaban a los Royal Knight por pelear solo por uno de los mundos, reconocían que cada uno debía acudir a sus propias llamadas y que las leyendas podrían dejar los como héroes, pero en realidad solo eran más como monjes guerreros, peleando por su “Dios” – así que le damos un aventón a dos Royal Knight a su propia fiesta. Jajaja – ríe por la situación, siendo acompañado luego por el Agumon y su tamer, pero estos con una risa más leve – ¡¿ha!? ¡Perdon Rony! – dice sacando la lengua de forma inocente, al caer en la cuenta de su poco educada interrupción – prosigue, jeje – mientras se rasca la nuca de vergüenza – jejeje, no te preocupes – incapaz de enojarse con aquella tierna criatura – como decía, volvíamos de una misión hace muy poco, recién esta mañana nos enteramos de la fiesta y bueno, pensé que sería un buena oportunidad para encontrar algún amigo y descansar un rato del trabajo en la base, jejeje – algo apenado de la simpleza de su excusa, pero de momento no estaba mucho en la onda de noviazgos, aunque nunca tuvo metas en la vida, simplemente se dejaba llevar por las corrientes, peleando cuando sea necesario y disfrutando de los pequeños placeres de la vida, en especial si además pasaba tiempo con amigos. La charla continuo por un tiempo hasta que por fin llegaron a su destino…solo que no era donde esperaban que fuera.
-¡Chicos es hora que bajen! – se escucha a una voz femenina hablar por los parlantes del vagón – ¡lamento la altura, pero que se diviertan! – dice el Trailmon, cuya voz también salía de los parlantes y era una más masculina y gruesa. Las palabras del Digimon pusieron en alerta y dieron algo de confusión en la mente de los pasajeros, solo cuando miraron por la ventana se percataron porque las dijo. Como le habían dicho a Rony, les darían un aventón a la zona Imperial, cerca de la fiesta, pero no que irían por vías a varios metros de altura de la ciudad, y que sería a esa altura a la que los dejarían – ¡¿pero, cómo piensas que bajemos?! – grita Carlos sorprendido y bastante molesto, hacia los parlantes – na, tampoco para tanto. Nuestro primo cae de alturas mas altas desde hace tiempo y anda perfecto – hablando en plural, puesto andaba con otro pariente en la zona de máquinas del Trailmon. Tratando el miedo y excusas de Carlos como pura histeria sin sentido – además se supone que Carlangas puede volar en forma mega….a no espera no puede evolucionar, jajajajajaja - provocando exitosamente al Coelamon que era retenido por Rony, evitando que rompiera los parlantes y todo el vagón – jeje, nosotros nos encargamos – dice Zep, con confianza. Entonces carga algo de Digisoul en su mano y evoluciona a su compañero en un XV-mon, el cual tenía suficiente fuerza y tamaño para poder llevar a los dos humanos y a Carlos dentro del Digivice de Rony. Claramente tuvo que quitarse su vestimenta y antifaz, las cuales dejo en cuidado de su tamer, quien se las devolvería una vez llegaran a tierra y el Digimon volviera a su forma Rookie.
-bueno al fin llegamos- dice Rony mientras libera del Digivice a su camarada, al mismo tiempo que el XV-mon volvía a su forma más pequeña perfecta para las prendas que le devolvía su tamer. A medida que avanzaban hasta el lugar del baile, contemplaban con asombro las decoraciones, incluso parando un poco para observar bien las enormes y detalladas estatuas de los diversos Royal Knights. En durante ese momento, cuando Zep observa la de Ulforce, que entra en sí y se despide momentáneamente del resto para intentar encontrar a quien buscaba – ¡suerte! – Le despide Rony, quien no tarda en ver que el Yuki Agumon no iba con su tamer – a es verdad ¿a que viniste tu Yuyun? - puesto fue el único que no dio su motivo durante el viaje – mi motivo es el mismo que el tuyo y Carlos juntos, por comida y ver si encuentro amigos con quien divertirme, jejeje – dice con su tono inocente y amigable – jeje, pues entonces vayan a buscar más conocidos y algo de comida.
Off-rol: Zerep y Yuyun son NPC para una trama con otros users, por lo que solo puede ser usado por mí, Sigrun y Alanna.
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :232Cuentas :Ficha :Cronologia :Nivel On Rol :UltimateNivel On Rol de los Digi Aliados :Champion
Icono :Rango y Unidad :Ronaldo Antonio Kooi
Rango: Soldado
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: East Blue Dragon
Carlos Kooi
Rango: Soldado
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: East Blue DragonRango y Unidad Digi Aliado :Le-Amien Kooi
Rango: Soldado
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: East Blue DragonInventario :
Rony & Carlos
Re: Baile Enmascarado: Honor a los Antiguos Caballeros [Tema Libre]
Traje de Luna:
Los carruajes desfilaban suavemente a lo largo del puente de piedra, que se fundía con una gigantesca puerta de madera y metal. Aquella era la única entrada a la Ciudad Imperial, en sí, era un lugar fortificado; resguardada y abrigada por los acantilados y las montañas que creaban una barrera natural, además de un paisaje tremendamente característico. Posiblemente, a juzgar por su localización, sus cimientos eran los de un amplísimo castillo fortificado, tan grande que incluso dentro de sus murallas albergaba un valle. Por no hablar de las murallas y demás fortificaciones. Altísimas almenas coronaban las murallas, y los torreones no tenían nada que envidiarle a los rascacielos de Ciudad Central. El cielo estaba aprisionado por las figuras afiladas de los acantilados que lo recortaban. Luna, junto con Leonardo y Flora -aunque ella en su forma de Lilamon-, recorrían el puente, con paso tranquilo, y disfrutando de la atmósfera. La tamer observaba el paisaje y la Ciudad con interés. La Ciudad Imperial se había vestido de gala para aquella noche por el homenaje a sus héroes, así que largos estandartes con el logo de los Caballeros Reales -o mejor conocidos como Royal Knights- adornaban la Ciudad, junto con unas estatuas de la generación antigua de los Royal Knights que cumplían su deber como mudos vigilantes de la fiesta. La Ciudad estaba de gala, sí, pero Luna estaba segura de que incluso normalmente, era un lugar impresionante, y más para ella, que sentía bastante gusto por lo medieval. Nunca había ido a la Zona Imperial ya que nunca las misiones la habían llevado allí, pues, era territorio de los R.K, y sus espadas eran las que guardaban el lugar. Los ojos de Flora, en su forma de Lilamon, no pudieron evitar observar todas aquellas estatuas con un sentimiento respetuoso hacia aquellas leyendas del digimundo que, como una estrella fugaz, habían desaparecido. No pudo evitar dedicar un mayor tiempo a mirar la de UlforceVeedramon, sorprendiéndose del lujo del detalle que tenía la estatua. Él había resurgido de las arenas del olvido como uno de los Royal Knights originales, y su fama se había extendido notablemente, al igual que la de Sigrun, siendo proclamados ambos como los flamantes sublíderes de los R.K actuales, siendo el nexo de unión entre ambas generaciones y realizando hazañas dignas de los antiguos R.K. La digimon tuvo que dejar de mirar la estatua, y bajó los ojos con timidez con una expresión de estar haciendo algo furtivamente.
Caminaban a lo largo del puente, con cuidado de no interponerse en el camino de las carrozas, donde los invitados más distinguidos llegaban. Luna había preferido caminar, para no perderse el firmamento nocturno. El paisaje la distraía de que pronto tendría que enfrentarse al baile. La sola idea la hacía sentirse algo triste, pero el no ir acompañada era el empujoncito que necesitaba para caer en caída libre a la tristeza y el desapego. “Esto, más que un empujoncito, es el equivalente emocional a que me tiren por un barranco” pensó con ese ácido humor que tenía reservado únicamente contra su persona. A juzgar por el panorama, todo el mundo, iría acompañado. Así era como, una idea que le hubiera encantado, había degenerado en un compromiso que hubiera preferido eludir. Si estaba allí, era sólo por Flora; la digimon deseaba estar en una celebración tan importante para UlforceVeedramon, no importaba si él no se percatase de que había acudido o le importase, incluso si su aplauso entre la muchedumbre quedaba acallado. Luna no podía negarle eso a su digimon, teniendo en cuenta que Floramon había vivido gran parte de su vida enclaustrada en el apartamento de Luna. La tamer sabía que su digimon se negaría a ir de saber cuánto le pesaba estar allí, así que la chica decidió hacer aquel esfuerzo para corresponder a los otros tantos que la digimon hacía diariamente. Además, quería de paso, ahorrarle a Leonardo un mal rato, pues ella sabía que el digimon tenía un gran odio y resquemor hacia los R.K; aún así, también estaba dispuesto a lidiar con ello, y aunque Luna trató de disuadirlo días antes, el digimon se negó en rotundo y fue imposible hacerlo cambiar de respuesta. Luna se dijo que debía haberlo supuesto, Leonardo era alguien obsesivo por naturaleza, y no dejaría que sus sentimientos influyeran en el deber que se había marcado que era protegerlas allá donde fueran. Dado a las circunstancias, Luna lo esperaba con peor cara; más allá del hecho de la rivalidad amorosa entre UlforceVeedramon y él, Leonardo tenía motivos más profundos para aborrecer a los R.K, así que a la tamer le sorprendió verlo con su usual gesto de seriedad.
Luna no pudo evitar fijarse en la férrea seguridad apostada a lo largo del puente; toda una hilera de Knightmons que miraban los carruajes pasar. Sus ojos se fijaron en que en las murallas había Sagittarimon son sus arcos preparados para disparar una lluvia de flechas. Era obvio que los R.K. no estaban dispuestos a permitir que algo parecido a lo ocurrido a la fiesta de aniversario de los Union Saver. A este evento, se lo había denominado Kimera Party, y se estimaba que se había cobrado la vida de la mitad de la población de Ciudad Central. Luna se dijo con cierta tristeza que era evidente una cosa; en comparación a los U.S, los R.K eran guerreros natos con capacidad de aguantar un asedio. Ese incremento de la seguridad buscaba prevenir y disuadir cualquier tentativa de ataque.
Las carrozas dejaban a sus elegantes pasajeros en los pasillos y cuevas previas a las calles de la Ciudad propiamente dicha, que estaba situada en aquel curioso valle. El suelo empedrado resonaba ante los pasos apresurados de todo el gentío. Un paso aquí, otro acá, elegantes sonidos de tacones bajando de las carrozas y palabras de galanteo allí y allá.
-Ay, Dios…-se lamentó Luna, al ver que a pesar de haber aflojado el ritmo de sus pasos deliberadamente llegaban inexorablemente a las calles llenas de personas cuyo destino era el baile. No se trataba de una muchedumbre normal, sino una muchedumbre de personas elegantemente vestidas y caras bonitas, por lo que la mente y el cuerpo de Luna se quedó en blanco por unos instantes, observando cómo los caballeros ofrecían sus brazos para que las damas se aferrasen a ellos para caminar. Aunque la tamer esbozó una sonrisa, era una sonrisa de pánico y decepción más preocupante que otro gesto serio. Probablemente, incluso si alguien intentaba llevarla aferrada de su brazo, no habría podido moverse ya que su cuerpo se había tensado hasta el punto de hacer de la chica un bloque de acero pesado; moverse un poco era una ardua tarea, al menos, lo sería hasta que sus piernas reaccionasen y su mente consiguiera lanzar algún pensamiento. En cuestión de segundos, la tamer pasó de la tensión extrema a sucumbir a los nervios, ya que sus piernas pasaron a tener la consistencia de un flan hasta el punto que parecía que se desharían con el primer paso. La mente de Luna consiguió salir de su estupor. “Es que hay mucha gente… hay muchísima y encima, ¿¡has visto qué pintas!?”.A partir de este primer pensamiento, el resto comenzaron a amontonarse causándole desde tristeza y miedo hasta ira, así que añadió ácidamente en un susurro-NADIE se lo ha querido perder, maldita sea.
-Todos han preparado sus mejores galas para el evento-añadió la digimon, igual de impresionada ante la variedad de vestidos y rostros enmascarados. Luna, más que nada, estaba abrumadísima y sintió unas ganas bastante fuertes de tirarse al suelo y llorar. La tamer lo sustituyó por morderse la yema del dedo pulgar mientras sus ojos azules se paseaban en una actividad frenética por cada persona, sin verlas realmente, pues sólo dedicaba fracciones de segundo antes de pasar a otra, pensando que definitivamente, había optado por el vestido equivocado, ya que era de los más discretos, en contrastes a elegantísimos vestidos y llamativos colores. Sin embargo, la prenda de Luna no era fea o inapropiada; creaba una percepción engañosa como los rayos de la luna perdiéndose en la copa de los árboles. Si alguien posaba la mirada durante varios segundos, comenzaba a notar que detalle a detalle se tejía la paradójica complejidad sutil. Por encima de cualquier elemento referenciado a su nombre, esta descripción podía aplicarse a su persona y la representaba de manera completa. El color oscuro de la prenda favorecía la piel pálida de Luna, y el vestido se fundía con las mangas de encaje transparentes que se unían en una especie de capa para crear una estela ligera y etérea de encaje, como si fuera un rastro fantasmal de la negrura de la prenda. El vestido tenía un escote en forma de corazón y dejaba al descubierto las clavículas y hombros de Luna, y a partir del escote bajaba hasta el suelo, sin ningún tipo de rizo en la tela, tan sólo un corte a uno de los lados que dejaban asomar la pierna de Luna hasta la altura del muslo, respondiendo a la necesidad de Luna de no sentirse atrapada en su vestido y poderse mover con cierta comodidad. No podía decirse que el color del traje fuera negro por completo, sino más bien un violeta intenso que se confundía con ese azul marino tan cercano al negro. Pequeños destellos resplandecientes azulados salpicaban toda la tela, como pequeñas estrellas acompañando a la soledad de la Luna. El pelo de Luna estaba recogido en un regio moño que parecía una aciaga corona ónice, aunque debido a la naturaleza del cabello de la chica, algunos mechones se habían desprendido y caían formando pequeñas ondas. El antifaz de Luna poseía un color blanco perlado, que se distinguía de la piel pálida de la chica, y la zona derecha formaba una luna menguante en cuya curvatura brotaban rosas de color violeta, mientras que la zona izquierda era decorada por dos plumas argénteas. Guardaba los ojos nerviosos e inseguros de Luna, de ese color azul oscuro, y que aquel día, en lugar de estar custodiados por sus gafas redondas, no tenían más protección que el antifaz y las lentillas. El rostro de Luna estaba exento de maquillaje pues además de que nada podía ocultar signos de cansancio profundos como ojeras, ella no lo necesitaba; por ejemplo, solía estar nerviosa, y tener los mofletes algo rojizos, y sus pestañas eran largas por naturaleza. Dicen, que en efecto, la luz de la Luna es mortecina y débil, tan débil como su presencia, sin embargo, ahí estaban las rosas; creciendo bajo el amparo del sorpresivo filo de cuchillo del astro y regándose con luz plateada y mortecina.
Luna, por supuesto, no pensaba de manera tan poética sobre sí misma.
En cuanto a Leonardo y Floramon, también habían optado por antifaces que no tenían ostentosos abalorios. Por ejemplo, el antifaz de gaomon era de plata, aunque con una levísima coloración dorada, y con relieves en la zona por debajo de los ojos, pero lo que más llamaba la atención eran los rematados de la zona de las cejas, que representaban a pequeños leones alados y más relieves de motivos curvos. El hecho de que no fuese de un dorado refulgente, hacía destacar los ojos ambarinos de Leonardo. En cuanto al de Flora se trataba de uno de una apariencia más suave ya que además de sus tonos pasteles, estaba coronado por encajes rosados. En su ojo izquierdo pequeñas rosas blancas y perlas se fundían sobre el color de la tela rosada del antifaz que se entremezclaba con el color verde de los tallos y hojas de las rosas. La digimon, en su forma de Lilamon, había prescindido de la pequeña flor que usualmente usaba de sombrero y las lianas que conformaban los mechones de su pelo llegaban sobre sus hombros, rozandolos a cada giro y movimiento.
Al ver cómo Luna había parado de manera súbita de caminar, Leonardo leyó el miedo en su rostro, así que dijo:
-Luna, tenemos que continuar. Estás perfecta-Leonardo se giró hacia Flora, aunque no pudo mirarle a los ojos, cosa que sí había hecho para decirle a Luna que estaba perfecta. Obviamente, era porque aunque eran palabras parecidas, el sentimiento que las empujaba era distinto-Tú también, Floramon.
Luna notó que Leonardo le daba un suave empujón, y que su voz guardaba ese matiz de calidez tan suave y agradable que no se solía percibir en su habitual tono serio, pero que estaba ahí y que era muy agradable. Poca gente sabía ver que Leonardo, en realidad, era alguien cálido para con las personas, incluso si no se podía ver a simple vista. Luna sabía que era una especie de mentira piadosa, o mejor dicho, la opinión del padre que piensa que la niña de sus ojos es la más linda, pero aún así Luna necesitaba oírlo y gracias a eso pudo desterrar aquel nudo en la garganta que precedía al llanto. Lo desterró hacia lo más hondo de su estómago y corazón.“Puede que no esté perfecta, pero voy a estar bien. Tengo que estar bien”, y con dicho pensamiento, a pesar de creer que se desharía apenas diera un paso, no lo hizo. Tambaleante por el movimiento tembloroso de sus piernas y por el tacón, su cuerpo resistió el primer paso. Y el siguiente. Y otro más.
Flora alzó la vista hacia el firmamento, y sus manos pétalos lo señalaron, mientras se le escapaba unas palabras con un tono de admiración.
-Mirad.
Luna en principio no entendió a qué se refería Flora, pues ella sólo veía algunos digimon volando y llevando a sus tamers, ya que algunos habían optado por la comodidad de viajar en sus digimons. Sin embargo, lo que señalaba Flora era un dragón azulado que rompía el azul oscuro nocturno. A medida que bajaba, Luna pudo divisar algo que parecía una figura humana. Murmullos de admiración le dieron a Luna una clara pista de quiénes se tratase, aunque le costase ver a causa de que no estaba acostumbrada a las lentillas. Aterrizaron en una zona cercana, al parecer una calle de mayor amplitud, pues aunque UlforceVeedramon se podía mover entre las calles sin problemas de tamaño, sí que necesitaban un lugar despejado en el que descender del cielo. No tardaron en verlo incorporarse al flujo de viandantes. Ya los seguían murmullos de admiración alrededor que delataban que efectivamente, eran ellos. Luna vio antes a Ulforce que a la propia Sigrun. Trató de ponerse de puntillas sobre los tacones, pero sólo consiguió desnivelarse y tambalearse hacia delante. Notó las manos de Leonardo en su cintura para reequilibrarla y evitar que se pegase un buen golpe. Había captado levemente su pelo rubio. Además el porte de la valkiria -así cariñosamente recordaba Luna a Sigrun, como una valkiria- y el dragón azulado eran inconfundibles. Luna aún no se acostumbraba a ver a UlforceVeedramon así de impresionante y grande, porque Sigrun le llegaba a las rodillas. Se preguntaba si todos los digimon en su etapa mega tendrían tanto porte, ya que al menos, UlforceVeedramon y Sigrun caminaban más seguros de sí mismo de lo que Luna nunca creería que caminaría. A la tamer le vino a la cabeza una imagen que la hizo tener que aguantar la risa y evitar mirar a Leonardo durante los próximos minutos. Se imaginó a Leonardo tal cual, en su forma rookie, pero del tamaño de UlforceVeedramon. Eso la relajó un poco. Enseguida, al caminar, sus oídos captaron cómo un grupo de digimon que no quitaba la vista de UlforceVeedramon y Sigrun decían con admiración:
-¿Son ellos? ¿Los sublíderes de los Royal Knights?
-Dicen que el UlforceVeedramon de la sublíder perteneció a los antiguos Royal Knights.
-¡Es un honor que Blue Flash esté esta noche aquí!
Aunque Luna habría querido alcanzarles, abrirse paso entre todas las personas era imposible, así que tuvieron que seguir caminando sin poder acercarse a saludarles. Leonardo observó que Flora parecía visiblemente nerviosa. La digimon era muy calmada en cuanto a sus emociones, y eso junto a sus modales la hacía parecer a veces una bonita muñeca de porcelana, pero en ese momento, su rostro reflejaba nerviosismo y su sonrisa usualmente calmada había desaparecido. Leonardo conocía lo suficiente a Flora para saber que un comportamiento así de anómalo le estaba indicando que sus temores estaban terminando de forjarse de la misma manera que se forjaba el lazo entre UlforceVeedramon y Flora. Apretó los puños, con sentimientos encontrados, y dirigió la vista hacia el frente.
-Sé de alguien que esta noche va a estar muy solicitada así que probablemente ni pueda saludarla. Todos querrán conocer a la tamer del Blue Flash, al fin de al cabo-comentó Luna con una sonrisita felina refiriéndose a Sigrun. Se alegraba de que alguien como Sigrun destacase en la fiesta, ya que a pesar de las diferencias entre clanes le tenía estima. Sigrun y Luna se habían prestado apoyo en determinadas ocasiones, aunque según Luna era más correcto decir “que Sigrun le había sacado de algún aprieto” un par de veces. Realmente, era una de esas tamers a los que le gustaría parecerse, pero Luna estaba convencida que no podría llegar a ser ni la sombra de lo que quería porque su presencia era pequeña, y dentro de sí misma había duda y debilidad, más que otra cosa-Por cierto, hablando de eso, Flora, quería preguntarte algo. Ya que UlforceVeedramon está aquí, le podrías pedir un baile, ¿no? Seguro que os divertís. ¿Lo harás?
Se formó un silencio, a pesar de que Luna había puesto todo su empeño en añadir esto último tratando de sonar natural y casual, sin embargo, era hora de que lo mencionasen. Aunque Leonardo la acuchilló con la mirada, más que la propuesta en sí, por la poca delicadeza de Luna para exponerla -aunque Leonardo no podía hablar de delicadeza, pues él era el primero en ser cortante y directo- y lo repentino que había sido, pero Luna podía soportar más la tensión de estar callada ante el asunto evidente que los había traído a la fiesta.
Una sonrisa de abnegación se dibujó en el rostro de Flora, que recuperó la calma y serenidad habitual, aunque aún en algunos puntos de su respuesta, su voz temblaba levemente, cosa extraña pues, aunque su voz fuera atiplada, la digimon siempre había sido firme, honesta y segura a la hora de hablar.
-Sería para mí un inmenso placer. Pero es muy probable que haya solicitado la compañía de otra digimon, además posiblemente se halle muy ocupado como para poder prestar tiempo a atenderme esta noche. Es uno de los antiguos Royal Knights, así que su presencia es protagónica en esta festividad, por lo que no sólo recibirá la atención de otras digimon, sino de todos los asistentes de la fiesta.
Hubo una leve pausa, y la digimon cerró los ojos. El tono de Floramon se volvió aún más y más débil cuando concluyó con esta frase:
-Es más recomendable, por tanto, no causarle molestias en lo sucesivo.
Luna esbozó una expresión de tensión, entornando levemente los ojos, antes de poner un gesto y una mirada vagas, como si nada fuera del todo importante. Cuando hacía este gesto, no miraba a los ojos de su interlocutor, ya que la finalidad del gesto era relajar tensión, pero sus ojos estaban completamente llenos de nerviosismo que la delataban y contradecían el gesto.
-Mujer, digo yo que podrá sacar un poco de tiempo para un baile en todas estas horas de noche que quedan-dijo Luna; no le gustaba mucho meterse en algo tan íntimo como la vida amorosa de su digimon, pero tampoco comprendía por qué Flora iba a renunciar así a una oportunidad de estar junto a UlforceVeedramon y acercarse a él-Sabes que no me meto mucho en estas cosas, pero no sé…
Leonardo intervino, de manera concisa. No se decidía a cómo sentirse, pero lo que sí sabía era que no le gustaba ver a Flora siendo presa de la incertidumbre, si él podía hacer algo por tranquilizarla. Tampoco pretendía irse de la lengua; conocía los sentimientos de UlforceVeedramon a la perfección, pues se habían gritado a la cara que ambos amaban a Floramon, pero por muy R.K que fuera y por mucho que lo odiara, Leonardo no se sentía en el derecho de desvelarlo.
-Floramon, UlforceVeedramon no se va a negar. Estoy seguro de ello. Así que deberías pedírselo. Sé que eres capaz de hacerlo.
Floramon dirigió una clara mirada a Leonardo que le preguntaba si realmente lo creía, pero al digimon no le hizo falta asentir siquiera para responder. Leonardo y Flora se entendían bastante bien sin siquiera hablarse, a base de trabajo y tiempo juntos, además de algo de inteligencia emocional. La digimon sí asintió, notándose algo más determinada; siempre solía hacer mucho caso a la opinión de Leonardo ya que le tenía como alguien juicioso en la mayoría de ocasiones.
-Gracias-dijo Flora, esbozando una sonrisa limpia y sincera de agradecimiento, una sonrisa que contagió tanto a Leonardo como a Luna por unos instantes.
-A tu servicio, Flora-respondió él educadamente. Luna sorprendió por que Leonardo acortase el nombre de Floramon, era algo que sólo hacía rara vez y por razones especiales y concretas.
No tardaron en llegar a la plazoleta que sería la pista del baile, y los peores temores de Luna se confirmaron; había príncipes y princesas por todos sitios. Al fijarse en la zona donde debía colocarse la orquesta para tocar, se percató de que estaba vacía, así que al menos, habían llegado a tiempo. La orquesta llegaba poco a poco con su tonadilla, y Luna aprovechó el momento para apoyarse en la espalda de Lilamon y darle un pequeño empujón, al ver que la digimon no sabía muy bien qué hacer.
-Venga, Flora, quien no arriesga no gana. Ve y busca a UlforceVeedramon antes de que la orquesta esté lista y empiece a tocar. ¡Si te das prisa, estás a tiempo de llevarte su primer baile, es más, el baile que oficialmente abre la velada! ¿No sería maravilloso?
-Pero…
-¿Pero qué?
-¿Y si a causa del antifaz, UlforceVeedramon no puede reconocer mi rostro?
Luna se dijo que era más fácil que no la reconocieran a ella por la ausencia de gafas y el vestido que a Flora.
-¡Como si UlforceVeedramon conociera a treintamil Lilamon!¡Además, incluso si lo hiciera, obviamente sabrá que eres tú!¡Tanto yo como Leo sabríamos hacerlo!-insistió Luna. Habían ido hasta allí solo para eso, así que la tamer estaba bastante convencida de que tenía que hacer que Flora se decidiera a acercarse a UlforceVeedramon-Y si no lo hace, ¿qué más da? Aprovecha el anonimato.
-Luna, yo no encuentro las palabras adecuadas para dirigirme a él. Sí las correctas, pero no las adecuadas…-Flora no sabía explicar mejor que quería traspasar la barrera de la formalidad y poder hablarle más abiertamente. Conocerse. Pero la digimon tenía la incapacidad de ser espontánea con otra persona que no fuera Leonardo.
-No te lo pienses tanto, di lo primero que se te venga. Sé espontánea. Esa es la clave de la victoria y de la seducción-Luna se dijo con sorna que bueno, eso era relativo porque si ella misma tuviera las claves de la seducción estaría siendo adorada por el resto de hombres del baile, pero no tenía tiempo de explicar que si era espontánea, al menos, no se sentiría tan tensa. Miró a un lado para buscar el apoyo moral de Leonardo-¿Verdad Le...?
No estaba. La tamer se giró sobre sí misma, sin encontrarlo. El tamaño que Leonardo tenía en su forma rookie no ayudaba, y además le seguía costando ver así que era un reto algo difícil buscarlo entre tanta gente.
-¿Eh? ¿Dónde se metió?
Luna sólo pudo pensar: “¿Por qué demonios me hace la de Batman JUSTO AHORA?” O mejor dicho, por qué tenía que desaparecer en ese momento. Luna sintió que tenía que atajar, a ese paso, todo el mundo se pondría a bailar, así que se limitó a arrojar a su digimon a los leones.
-¡Adelante, Flora, tú puedes!-esta vez el empujón fue literal porque la digimon asentía, pero no hablaba. Todo el mundo ya se estaba concentrando con la expectación del primer baile. Luna se dijo que si alguien le hubiera hecho mismo a ella misma, se hubiera volteado para poner mala cara. Pero confiaba en que su digimon tras el estupor inicial, sería capaz de desenvolverse. Siempre había sido muy sociable. En caso de mala suerte y de que no pudiera encontrar al Royal Knight, Luna estaba segura de que su digimon no se iba a quedar sin baile, es más, probablemente tuviera que declinar educademente a alguna oferta mientras buscaba a UlforceVeedramon. Flora era muy atractiva.
Se dijo que ya había una cosa menos de la que encargarse, pero seguía con la duda de a dónde había ido Leonardo. De veras deseaba que se hubiera ido a atender el compromiso del primer baile con otra digimon, pero lo conocía, y sabía que lo más seguro era que estuviera buscando el mejor lugar para vigilar que Flora estuviera bien, tan mudo como aquellas estatuas. Fuera como fuese, en lo que a Luna respectaba, ya no tenía nada que hacer ahí. Luna comenzaba a sentirse mareada. El no estar acostumbrada a las lentillas, también hacía que con tanto movimiento a su alrededor, comenzase a ver algo peor, así que decidió salir de aquella espiral. De pie en la pista de baile, sin pareja, sólo molestaría así que se tomaría aquello de manera diferente; una agradable velada oyendo la música orquestal. Trató de concentrarse en la fiesta para no dejar entrar otros pensamientos, pero es que la fiesta de por sí le causaba cierta tristeza. La orquesta, estaba ya preparada en la zona para comenzar la cadencia de notas y que las parejas del baile comenzasen a danzar. Luna no pudo evitar dejar escapar un sincero suspiro de tristeza en un tono tan bajo que apenas era audible ni para ella misma. Si no podía bailar, al menos, pondría su atención en oír la música orquestal, que marcaría el ritmo de su tristeza, en cada subida de nota, en cada giro de vestido, y en cada risa ajena. Se alegraba de llevar las gafas en el bolso de fiesta, porque no sabía si simplemente es que no se las había colocado bien o aquel vaho que manchaba las lentillas provenía de sus lágrimas secándose. Sabía que probablemente su sonrisa se había despeinado, y que se le corría alguna que otra lágrima, disimulada bajo la máscara. Hizo bien en no ponerse rimel. Aquella lluvia conformada por la música de la orquesta, la música de los vestidos elegantes arrastrándose y girando vertiginosamente, y las risas del baile caía sin cesar y aguaba su ánimo. Incluso le dio la sensación de que las estatuas le dirigían una mirada burlona.
-Me niego a esto-terminó por mascullar en voz alta. Se sentía tan airada con el mundo como consigo misma en esos momentos, así que se dio la vuelta, sin percatarse de que lo hizo con bastante porte y que el zapateo de los tacones había tenido incluso un pequeño ritmo. Otro mechón de pelo se descolocó por la fuerza del giro pero era lo que menos le importaba a Luna en esos momentos. Su idea era explorar la Ciudad Imperial y disfrutar de un paseo nocturno que le despejase un poco la cabeza antes de volver a la plazoleta, si es que volvía.
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Los carruajes desfilaban suavemente a lo largo del puente de piedra, que se fundía con una gigantesca puerta de madera y metal. Aquella era la única entrada a la Ciudad Imperial, en sí, era un lugar fortificado; resguardada y abrigada por los acantilados y las montañas que creaban una barrera natural, además de un paisaje tremendamente característico. Posiblemente, a juzgar por su localización, sus cimientos eran los de un amplísimo castillo fortificado, tan grande que incluso dentro de sus murallas albergaba un valle. Por no hablar de las murallas y demás fortificaciones. Altísimas almenas coronaban las murallas, y los torreones no tenían nada que envidiarle a los rascacielos de Ciudad Central. El cielo estaba aprisionado por las figuras afiladas de los acantilados que lo recortaban. Luna, junto con Leonardo y Flora -aunque ella en su forma de Lilamon-, recorrían el puente, con paso tranquilo, y disfrutando de la atmósfera. La tamer observaba el paisaje y la Ciudad con interés. La Ciudad Imperial se había vestido de gala para aquella noche por el homenaje a sus héroes, así que largos estandartes con el logo de los Caballeros Reales -o mejor conocidos como Royal Knights- adornaban la Ciudad, junto con unas estatuas de la generación antigua de los Royal Knights que cumplían su deber como mudos vigilantes de la fiesta. La Ciudad estaba de gala, sí, pero Luna estaba segura de que incluso normalmente, era un lugar impresionante, y más para ella, que sentía bastante gusto por lo medieval. Nunca había ido a la Zona Imperial ya que nunca las misiones la habían llevado allí, pues, era territorio de los R.K, y sus espadas eran las que guardaban el lugar. Los ojos de Flora, en su forma de Lilamon, no pudieron evitar observar todas aquellas estatuas con un sentimiento respetuoso hacia aquellas leyendas del digimundo que, como una estrella fugaz, habían desaparecido. No pudo evitar dedicar un mayor tiempo a mirar la de UlforceVeedramon, sorprendiéndose del lujo del detalle que tenía la estatua. Él había resurgido de las arenas del olvido como uno de los Royal Knights originales, y su fama se había extendido notablemente, al igual que la de Sigrun, siendo proclamados ambos como los flamantes sublíderes de los R.K actuales, siendo el nexo de unión entre ambas generaciones y realizando hazañas dignas de los antiguos R.K. La digimon tuvo que dejar de mirar la estatua, y bajó los ojos con timidez con una expresión de estar haciendo algo furtivamente.
Caminaban a lo largo del puente, con cuidado de no interponerse en el camino de las carrozas, donde los invitados más distinguidos llegaban. Luna había preferido caminar, para no perderse el firmamento nocturno. El paisaje la distraía de que pronto tendría que enfrentarse al baile. La sola idea la hacía sentirse algo triste, pero el no ir acompañada era el empujoncito que necesitaba para caer en caída libre a la tristeza y el desapego. “Esto, más que un empujoncito, es el equivalente emocional a que me tiren por un barranco” pensó con ese ácido humor que tenía reservado únicamente contra su persona. A juzgar por el panorama, todo el mundo, iría acompañado. Así era como, una idea que le hubiera encantado, había degenerado en un compromiso que hubiera preferido eludir. Si estaba allí, era sólo por Flora; la digimon deseaba estar en una celebración tan importante para UlforceVeedramon, no importaba si él no se percatase de que había acudido o le importase, incluso si su aplauso entre la muchedumbre quedaba acallado. Luna no podía negarle eso a su digimon, teniendo en cuenta que Floramon había vivido gran parte de su vida enclaustrada en el apartamento de Luna. La tamer sabía que su digimon se negaría a ir de saber cuánto le pesaba estar allí, así que la chica decidió hacer aquel esfuerzo para corresponder a los otros tantos que la digimon hacía diariamente. Además, quería de paso, ahorrarle a Leonardo un mal rato, pues ella sabía que el digimon tenía un gran odio y resquemor hacia los R.K; aún así, también estaba dispuesto a lidiar con ello, y aunque Luna trató de disuadirlo días antes, el digimon se negó en rotundo y fue imposible hacerlo cambiar de respuesta. Luna se dijo que debía haberlo supuesto, Leonardo era alguien obsesivo por naturaleza, y no dejaría que sus sentimientos influyeran en el deber que se había marcado que era protegerlas allá donde fueran. Dado a las circunstancias, Luna lo esperaba con peor cara; más allá del hecho de la rivalidad amorosa entre UlforceVeedramon y él, Leonardo tenía motivos más profundos para aborrecer a los R.K, así que a la tamer le sorprendió verlo con su usual gesto de seriedad.
Luna no pudo evitar fijarse en la férrea seguridad apostada a lo largo del puente; toda una hilera de Knightmons que miraban los carruajes pasar. Sus ojos se fijaron en que en las murallas había Sagittarimon son sus arcos preparados para disparar una lluvia de flechas. Era obvio que los R.K. no estaban dispuestos a permitir que algo parecido a lo ocurrido a la fiesta de aniversario de los Union Saver. A este evento, se lo había denominado Kimera Party, y se estimaba que se había cobrado la vida de la mitad de la población de Ciudad Central. Luna se dijo con cierta tristeza que era evidente una cosa; en comparación a los U.S, los R.K eran guerreros natos con capacidad de aguantar un asedio. Ese incremento de la seguridad buscaba prevenir y disuadir cualquier tentativa de ataque.
Las carrozas dejaban a sus elegantes pasajeros en los pasillos y cuevas previas a las calles de la Ciudad propiamente dicha, que estaba situada en aquel curioso valle. El suelo empedrado resonaba ante los pasos apresurados de todo el gentío. Un paso aquí, otro acá, elegantes sonidos de tacones bajando de las carrozas y palabras de galanteo allí y allá.
-Ay, Dios…-se lamentó Luna, al ver que a pesar de haber aflojado el ritmo de sus pasos deliberadamente llegaban inexorablemente a las calles llenas de personas cuyo destino era el baile. No se trataba de una muchedumbre normal, sino una muchedumbre de personas elegantemente vestidas y caras bonitas, por lo que la mente y el cuerpo de Luna se quedó en blanco por unos instantes, observando cómo los caballeros ofrecían sus brazos para que las damas se aferrasen a ellos para caminar. Aunque la tamer esbozó una sonrisa, era una sonrisa de pánico y decepción más preocupante que otro gesto serio. Probablemente, incluso si alguien intentaba llevarla aferrada de su brazo, no habría podido moverse ya que su cuerpo se había tensado hasta el punto de hacer de la chica un bloque de acero pesado; moverse un poco era una ardua tarea, al menos, lo sería hasta que sus piernas reaccionasen y su mente consiguiera lanzar algún pensamiento. En cuestión de segundos, la tamer pasó de la tensión extrema a sucumbir a los nervios, ya que sus piernas pasaron a tener la consistencia de un flan hasta el punto que parecía que se desharían con el primer paso. La mente de Luna consiguió salir de su estupor. “Es que hay mucha gente… hay muchísima y encima, ¿¡has visto qué pintas!?”.A partir de este primer pensamiento, el resto comenzaron a amontonarse causándole desde tristeza y miedo hasta ira, así que añadió ácidamente en un susurro-NADIE se lo ha querido perder, maldita sea.
-Todos han preparado sus mejores galas para el evento-añadió la digimon, igual de impresionada ante la variedad de vestidos y rostros enmascarados. Luna, más que nada, estaba abrumadísima y sintió unas ganas bastante fuertes de tirarse al suelo y llorar. La tamer lo sustituyó por morderse la yema del dedo pulgar mientras sus ojos azules se paseaban en una actividad frenética por cada persona, sin verlas realmente, pues sólo dedicaba fracciones de segundo antes de pasar a otra, pensando que definitivamente, había optado por el vestido equivocado, ya que era de los más discretos, en contrastes a elegantísimos vestidos y llamativos colores. Sin embargo, la prenda de Luna no era fea o inapropiada; creaba una percepción engañosa como los rayos de la luna perdiéndose en la copa de los árboles. Si alguien posaba la mirada durante varios segundos, comenzaba a notar que detalle a detalle se tejía la paradójica complejidad sutil. Por encima de cualquier elemento referenciado a su nombre, esta descripción podía aplicarse a su persona y la representaba de manera completa. El color oscuro de la prenda favorecía la piel pálida de Luna, y el vestido se fundía con las mangas de encaje transparentes que se unían en una especie de capa para crear una estela ligera y etérea de encaje, como si fuera un rastro fantasmal de la negrura de la prenda. El vestido tenía un escote en forma de corazón y dejaba al descubierto las clavículas y hombros de Luna, y a partir del escote bajaba hasta el suelo, sin ningún tipo de rizo en la tela, tan sólo un corte a uno de los lados que dejaban asomar la pierna de Luna hasta la altura del muslo, respondiendo a la necesidad de Luna de no sentirse atrapada en su vestido y poderse mover con cierta comodidad. No podía decirse que el color del traje fuera negro por completo, sino más bien un violeta intenso que se confundía con ese azul marino tan cercano al negro. Pequeños destellos resplandecientes azulados salpicaban toda la tela, como pequeñas estrellas acompañando a la soledad de la Luna. El pelo de Luna estaba recogido en un regio moño que parecía una aciaga corona ónice, aunque debido a la naturaleza del cabello de la chica, algunos mechones se habían desprendido y caían formando pequeñas ondas. El antifaz de Luna poseía un color blanco perlado, que se distinguía de la piel pálida de la chica, y la zona derecha formaba una luna menguante en cuya curvatura brotaban rosas de color violeta, mientras que la zona izquierda era decorada por dos plumas argénteas. Guardaba los ojos nerviosos e inseguros de Luna, de ese color azul oscuro, y que aquel día, en lugar de estar custodiados por sus gafas redondas, no tenían más protección que el antifaz y las lentillas. El rostro de Luna estaba exento de maquillaje pues además de que nada podía ocultar signos de cansancio profundos como ojeras, ella no lo necesitaba; por ejemplo, solía estar nerviosa, y tener los mofletes algo rojizos, y sus pestañas eran largas por naturaleza. Dicen, que en efecto, la luz de la Luna es mortecina y débil, tan débil como su presencia, sin embargo, ahí estaban las rosas; creciendo bajo el amparo del sorpresivo filo de cuchillo del astro y regándose con luz plateada y mortecina.
Luna, por supuesto, no pensaba de manera tan poética sobre sí misma.
En cuanto a Leonardo y Floramon, también habían optado por antifaces que no tenían ostentosos abalorios. Por ejemplo, el antifaz de gaomon era de plata, aunque con una levísima coloración dorada, y con relieves en la zona por debajo de los ojos, pero lo que más llamaba la atención eran los rematados de la zona de las cejas, que representaban a pequeños leones alados y más relieves de motivos curvos. El hecho de que no fuese de un dorado refulgente, hacía destacar los ojos ambarinos de Leonardo. En cuanto al de Flora se trataba de uno de una apariencia más suave ya que además de sus tonos pasteles, estaba coronado por encajes rosados. En su ojo izquierdo pequeñas rosas blancas y perlas se fundían sobre el color de la tela rosada del antifaz que se entremezclaba con el color verde de los tallos y hojas de las rosas. La digimon, en su forma de Lilamon, había prescindido de la pequeña flor que usualmente usaba de sombrero y las lianas que conformaban los mechones de su pelo llegaban sobre sus hombros, rozandolos a cada giro y movimiento.
Al ver cómo Luna había parado de manera súbita de caminar, Leonardo leyó el miedo en su rostro, así que dijo:
-Luna, tenemos que continuar. Estás perfecta-Leonardo se giró hacia Flora, aunque no pudo mirarle a los ojos, cosa que sí había hecho para decirle a Luna que estaba perfecta. Obviamente, era porque aunque eran palabras parecidas, el sentimiento que las empujaba era distinto-Tú también, Floramon.
Luna notó que Leonardo le daba un suave empujón, y que su voz guardaba ese matiz de calidez tan suave y agradable que no se solía percibir en su habitual tono serio, pero que estaba ahí y que era muy agradable. Poca gente sabía ver que Leonardo, en realidad, era alguien cálido para con las personas, incluso si no se podía ver a simple vista. Luna sabía que era una especie de mentira piadosa, o mejor dicho, la opinión del padre que piensa que la niña de sus ojos es la más linda, pero aún así Luna necesitaba oírlo y gracias a eso pudo desterrar aquel nudo en la garganta que precedía al llanto. Lo desterró hacia lo más hondo de su estómago y corazón.“Puede que no esté perfecta, pero voy a estar bien. Tengo que estar bien”, y con dicho pensamiento, a pesar de creer que se desharía apenas diera un paso, no lo hizo. Tambaleante por el movimiento tembloroso de sus piernas y por el tacón, su cuerpo resistió el primer paso. Y el siguiente. Y otro más.
Flora alzó la vista hacia el firmamento, y sus manos pétalos lo señalaron, mientras se le escapaba unas palabras con un tono de admiración.
-Mirad.
Luna en principio no entendió a qué se refería Flora, pues ella sólo veía algunos digimon volando y llevando a sus tamers, ya que algunos habían optado por la comodidad de viajar en sus digimons. Sin embargo, lo que señalaba Flora era un dragón azulado que rompía el azul oscuro nocturno. A medida que bajaba, Luna pudo divisar algo que parecía una figura humana. Murmullos de admiración le dieron a Luna una clara pista de quiénes se tratase, aunque le costase ver a causa de que no estaba acostumbrada a las lentillas. Aterrizaron en una zona cercana, al parecer una calle de mayor amplitud, pues aunque UlforceVeedramon se podía mover entre las calles sin problemas de tamaño, sí que necesitaban un lugar despejado en el que descender del cielo. No tardaron en verlo incorporarse al flujo de viandantes. Ya los seguían murmullos de admiración alrededor que delataban que efectivamente, eran ellos. Luna vio antes a Ulforce que a la propia Sigrun. Trató de ponerse de puntillas sobre los tacones, pero sólo consiguió desnivelarse y tambalearse hacia delante. Notó las manos de Leonardo en su cintura para reequilibrarla y evitar que se pegase un buen golpe. Había captado levemente su pelo rubio. Además el porte de la valkiria -así cariñosamente recordaba Luna a Sigrun, como una valkiria- y el dragón azulado eran inconfundibles. Luna aún no se acostumbraba a ver a UlforceVeedramon así de impresionante y grande, porque Sigrun le llegaba a las rodillas. Se preguntaba si todos los digimon en su etapa mega tendrían tanto porte, ya que al menos, UlforceVeedramon y Sigrun caminaban más seguros de sí mismo de lo que Luna nunca creería que caminaría. A la tamer le vino a la cabeza una imagen que la hizo tener que aguantar la risa y evitar mirar a Leonardo durante los próximos minutos. Se imaginó a Leonardo tal cual, en su forma rookie, pero del tamaño de UlforceVeedramon. Eso la relajó un poco. Enseguida, al caminar, sus oídos captaron cómo un grupo de digimon que no quitaba la vista de UlforceVeedramon y Sigrun decían con admiración:
-¿Son ellos? ¿Los sublíderes de los Royal Knights?
-Dicen que el UlforceVeedramon de la sublíder perteneció a los antiguos Royal Knights.
-¡Es un honor que Blue Flash esté esta noche aquí!
Aunque Luna habría querido alcanzarles, abrirse paso entre todas las personas era imposible, así que tuvieron que seguir caminando sin poder acercarse a saludarles. Leonardo observó que Flora parecía visiblemente nerviosa. La digimon era muy calmada en cuanto a sus emociones, y eso junto a sus modales la hacía parecer a veces una bonita muñeca de porcelana, pero en ese momento, su rostro reflejaba nerviosismo y su sonrisa usualmente calmada había desaparecido. Leonardo conocía lo suficiente a Flora para saber que un comportamiento así de anómalo le estaba indicando que sus temores estaban terminando de forjarse de la misma manera que se forjaba el lazo entre UlforceVeedramon y Flora. Apretó los puños, con sentimientos encontrados, y dirigió la vista hacia el frente.
-Sé de alguien que esta noche va a estar muy solicitada así que probablemente ni pueda saludarla. Todos querrán conocer a la tamer del Blue Flash, al fin de al cabo-comentó Luna con una sonrisita felina refiriéndose a Sigrun. Se alegraba de que alguien como Sigrun destacase en la fiesta, ya que a pesar de las diferencias entre clanes le tenía estima. Sigrun y Luna se habían prestado apoyo en determinadas ocasiones, aunque según Luna era más correcto decir “que Sigrun le había sacado de algún aprieto” un par de veces. Realmente, era una de esas tamers a los que le gustaría parecerse, pero Luna estaba convencida que no podría llegar a ser ni la sombra de lo que quería porque su presencia era pequeña, y dentro de sí misma había duda y debilidad, más que otra cosa-Por cierto, hablando de eso, Flora, quería preguntarte algo. Ya que UlforceVeedramon está aquí, le podrías pedir un baile, ¿no? Seguro que os divertís. ¿Lo harás?
Se formó un silencio, a pesar de que Luna había puesto todo su empeño en añadir esto último tratando de sonar natural y casual, sin embargo, era hora de que lo mencionasen. Aunque Leonardo la acuchilló con la mirada, más que la propuesta en sí, por la poca delicadeza de Luna para exponerla -aunque Leonardo no podía hablar de delicadeza, pues él era el primero en ser cortante y directo- y lo repentino que había sido, pero Luna podía soportar más la tensión de estar callada ante el asunto evidente que los había traído a la fiesta.
Una sonrisa de abnegación se dibujó en el rostro de Flora, que recuperó la calma y serenidad habitual, aunque aún en algunos puntos de su respuesta, su voz temblaba levemente, cosa extraña pues, aunque su voz fuera atiplada, la digimon siempre había sido firme, honesta y segura a la hora de hablar.
-Sería para mí un inmenso placer. Pero es muy probable que haya solicitado la compañía de otra digimon, además posiblemente se halle muy ocupado como para poder prestar tiempo a atenderme esta noche. Es uno de los antiguos Royal Knights, así que su presencia es protagónica en esta festividad, por lo que no sólo recibirá la atención de otras digimon, sino de todos los asistentes de la fiesta.
Hubo una leve pausa, y la digimon cerró los ojos. El tono de Floramon se volvió aún más y más débil cuando concluyó con esta frase:
-Es más recomendable, por tanto, no causarle molestias en lo sucesivo.
Luna esbozó una expresión de tensión, entornando levemente los ojos, antes de poner un gesto y una mirada vagas, como si nada fuera del todo importante. Cuando hacía este gesto, no miraba a los ojos de su interlocutor, ya que la finalidad del gesto era relajar tensión, pero sus ojos estaban completamente llenos de nerviosismo que la delataban y contradecían el gesto.
-Mujer, digo yo que podrá sacar un poco de tiempo para un baile en todas estas horas de noche que quedan-dijo Luna; no le gustaba mucho meterse en algo tan íntimo como la vida amorosa de su digimon, pero tampoco comprendía por qué Flora iba a renunciar así a una oportunidad de estar junto a UlforceVeedramon y acercarse a él-Sabes que no me meto mucho en estas cosas, pero no sé…
Leonardo intervino, de manera concisa. No se decidía a cómo sentirse, pero lo que sí sabía era que no le gustaba ver a Flora siendo presa de la incertidumbre, si él podía hacer algo por tranquilizarla. Tampoco pretendía irse de la lengua; conocía los sentimientos de UlforceVeedramon a la perfección, pues se habían gritado a la cara que ambos amaban a Floramon, pero por muy R.K que fuera y por mucho que lo odiara, Leonardo no se sentía en el derecho de desvelarlo.
-Floramon, UlforceVeedramon no se va a negar. Estoy seguro de ello. Así que deberías pedírselo. Sé que eres capaz de hacerlo.
Floramon dirigió una clara mirada a Leonardo que le preguntaba si realmente lo creía, pero al digimon no le hizo falta asentir siquiera para responder. Leonardo y Flora se entendían bastante bien sin siquiera hablarse, a base de trabajo y tiempo juntos, además de algo de inteligencia emocional. La digimon sí asintió, notándose algo más determinada; siempre solía hacer mucho caso a la opinión de Leonardo ya que le tenía como alguien juicioso en la mayoría de ocasiones.
-Gracias-dijo Flora, esbozando una sonrisa limpia y sincera de agradecimiento, una sonrisa que contagió tanto a Leonardo como a Luna por unos instantes.
-A tu servicio, Flora-respondió él educadamente. Luna sorprendió por que Leonardo acortase el nombre de Floramon, era algo que sólo hacía rara vez y por razones especiales y concretas.
No tardaron en llegar a la plazoleta que sería la pista del baile, y los peores temores de Luna se confirmaron; había príncipes y princesas por todos sitios. Al fijarse en la zona donde debía colocarse la orquesta para tocar, se percató de que estaba vacía, así que al menos, habían llegado a tiempo. La orquesta llegaba poco a poco con su tonadilla, y Luna aprovechó el momento para apoyarse en la espalda de Lilamon y darle un pequeño empujón, al ver que la digimon no sabía muy bien qué hacer.
-Venga, Flora, quien no arriesga no gana. Ve y busca a UlforceVeedramon antes de que la orquesta esté lista y empiece a tocar. ¡Si te das prisa, estás a tiempo de llevarte su primer baile, es más, el baile que oficialmente abre la velada! ¿No sería maravilloso?
-Pero…
-¿Pero qué?
-¿Y si a causa del antifaz, UlforceVeedramon no puede reconocer mi rostro?
Luna se dijo que era más fácil que no la reconocieran a ella por la ausencia de gafas y el vestido que a Flora.
-¡Como si UlforceVeedramon conociera a treintamil Lilamon!¡Además, incluso si lo hiciera, obviamente sabrá que eres tú!¡Tanto yo como Leo sabríamos hacerlo!-insistió Luna. Habían ido hasta allí solo para eso, así que la tamer estaba bastante convencida de que tenía que hacer que Flora se decidiera a acercarse a UlforceVeedramon-Y si no lo hace, ¿qué más da? Aprovecha el anonimato.
-Luna, yo no encuentro las palabras adecuadas para dirigirme a él. Sí las correctas, pero no las adecuadas…-Flora no sabía explicar mejor que quería traspasar la barrera de la formalidad y poder hablarle más abiertamente. Conocerse. Pero la digimon tenía la incapacidad de ser espontánea con otra persona que no fuera Leonardo.
-No te lo pienses tanto, di lo primero que se te venga. Sé espontánea. Esa es la clave de la victoria y de la seducción-Luna se dijo con sorna que bueno, eso era relativo porque si ella misma tuviera las claves de la seducción estaría siendo adorada por el resto de hombres del baile, pero no tenía tiempo de explicar que si era espontánea, al menos, no se sentiría tan tensa. Miró a un lado para buscar el apoyo moral de Leonardo-¿Verdad Le...?
No estaba. La tamer se giró sobre sí misma, sin encontrarlo. El tamaño que Leonardo tenía en su forma rookie no ayudaba, y además le seguía costando ver así que era un reto algo difícil buscarlo entre tanta gente.
-¿Eh? ¿Dónde se metió?
Luna sólo pudo pensar: “¿Por qué demonios me hace la de Batman JUSTO AHORA?” O mejor dicho, por qué tenía que desaparecer en ese momento. Luna sintió que tenía que atajar, a ese paso, todo el mundo se pondría a bailar, así que se limitó a arrojar a su digimon a los leones.
-¡Adelante, Flora, tú puedes!-esta vez el empujón fue literal porque la digimon asentía, pero no hablaba. Todo el mundo ya se estaba concentrando con la expectación del primer baile. Luna se dijo que si alguien le hubiera hecho mismo a ella misma, se hubiera volteado para poner mala cara. Pero confiaba en que su digimon tras el estupor inicial, sería capaz de desenvolverse. Siempre había sido muy sociable. En caso de mala suerte y de que no pudiera encontrar al Royal Knight, Luna estaba segura de que su digimon no se iba a quedar sin baile, es más, probablemente tuviera que declinar educademente a alguna oferta mientras buscaba a UlforceVeedramon. Flora era muy atractiva.
Se dijo que ya había una cosa menos de la que encargarse, pero seguía con la duda de a dónde había ido Leonardo. De veras deseaba que se hubiera ido a atender el compromiso del primer baile con otra digimon, pero lo conocía, y sabía que lo más seguro era que estuviera buscando el mejor lugar para vigilar que Flora estuviera bien, tan mudo como aquellas estatuas. Fuera como fuese, en lo que a Luna respectaba, ya no tenía nada que hacer ahí. Luna comenzaba a sentirse mareada. El no estar acostumbrada a las lentillas, también hacía que con tanto movimiento a su alrededor, comenzase a ver algo peor, así que decidió salir de aquella espiral. De pie en la pista de baile, sin pareja, sólo molestaría así que se tomaría aquello de manera diferente; una agradable velada oyendo la música orquestal. Trató de concentrarse en la fiesta para no dejar entrar otros pensamientos, pero es que la fiesta de por sí le causaba cierta tristeza. La orquesta, estaba ya preparada en la zona para comenzar la cadencia de notas y que las parejas del baile comenzasen a danzar. Luna no pudo evitar dejar escapar un sincero suspiro de tristeza en un tono tan bajo que apenas era audible ni para ella misma. Si no podía bailar, al menos, pondría su atención en oír la música orquestal, que marcaría el ritmo de su tristeza, en cada subida de nota, en cada giro de vestido, y en cada risa ajena. Se alegraba de llevar las gafas en el bolso de fiesta, porque no sabía si simplemente es que no se las había colocado bien o aquel vaho que manchaba las lentillas provenía de sus lágrimas secándose. Sabía que probablemente su sonrisa se había despeinado, y que se le corría alguna que otra lágrima, disimulada bajo la máscara. Hizo bien en no ponerse rimel. Aquella lluvia conformada por la música de la orquesta, la música de los vestidos elegantes arrastrándose y girando vertiginosamente, y las risas del baile caía sin cesar y aguaba su ánimo. Incluso le dio la sensación de que las estatuas le dirigían una mirada burlona.
-Me niego a esto-terminó por mascullar en voz alta. Se sentía tan airada con el mundo como consigo misma en esos momentos, así que se dio la vuelta, sin percatarse de que lo hizo con bastante porte y que el zapateo de los tacones había tenido incluso un pequeño ritmo. Otro mechón de pelo se descolocó por la fuerza del giro pero era lo que menos le importaba a Luna en esos momentos. Su idea era explorar la Ciudad Imperial y disfrutar de un paseo nocturno que le despejase un poco la cabeza antes de volver a la plazoleta, si es que volvía.
- Tamer & Digimon
- Faltas :1Prueba de Rol :ADigi Puntos :402Ficha :Nivel On Rol :RookieNivel On Rol de los Digi Aliados :Leonardo
Champion
Icono :Rango y Unidad :Luna Naitoenjeru
Rango: Soldado
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield Tortule
Flora
Rango: Soldado
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield Tortule
Rango y Unidad Digi Aliado :Leonardo
Rango: Soldado
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield TortuleInventario :
Luna Kobayashi
Re: Baile Enmascarado: Honor a los Antiguos Caballeros [Tema Libre]
La noche era tan oscura como de costumbre, incluso se notaba un poco más sombría de lo usual a causa de la etapa actual en la que las lunas se hallaban. Rena no fue directo a la cama esa noche, antes de eso prefirió tomar un merecido descanso frente a la ventana de su habitación, sentada sobre un mueble suave donde suelen haber en su mayoría peluches, muñecas e incluso algunos trastos que ha tomado en alguna de sus típicas salidas ‘’en busca de tesoros’’. Claro que, por cuestión de comodidad, los hizo a un lado antes de tomar asiento.
Rena estaba en uno de esos momentos donde tiene la necesidad de detenerse a pensar en lo que ha hecho y en lo que hará, esos momentos cuando la base se halla tranquila y el silencio parece duradero, aunque todos sabemos lo efímero que puede llegar a ser esto. Repasó algunos sucesos, los que más destacan y los que harían de ese día algo fuera de la rutina como que el desayuno de esa mañana decidió prepararlo ella antes que lo hicieran los encargados de eso, o que había salido de la base para tomar una misión donde se haría pasar por un miembro de Rango Oro común y corriente solo para hacer de espía y averiguar propósitos ocultos del movimiento que se estaba efectuando popularmente estos días en el clan. Por supuesto, también recordó como un extraño hombre mago hacía un par de trucos con propósitos que en esos momentos no alcanzaba a recordar bien; su mente en ocasiones se tornaba demasiado turbulenta, aunque Rena no sea conocida por ser alguien olvidadiza y por ende es notoria su preocupación de porque hay momentos en los que puede llegar a no recordar nada de lo que ha pasado en ciertos minutos u horas del día.
Rena sabe su posición. Rena sabe que por más que lo desee nunca va a estar sola. Incluso en momentos como esos en los que disfruta de pasar tiempo con ella y solo con ella, no puede evitar pensar que hay alguien ahí que está viendo lo que hace, escuchando lo que dice e incluso lo que piensa. Momentos de paranoia que provocan un estado de ansiedad completamente visible en la pelicastaña y que son el sinónimo de que era hora de tomar un respiro, o en el caso de aquella noche, ir a dormir.
A la mañana siguiente se despertó con un rotundo dolor de cabeza. Había tenido pesadillas otra vez, pesadillas que no podía memorizar y que, posiblemente, eso sea lo mejor para ella, pero había una idea que sin duda le resultó espontánea y la llenó de entusiasmo. Una fiesta. Una fiesta en honor a los Caballeros Reales. Aunque todo comenzó como una vaga idea de lo que podría ser solo parte mínima de un sueño difuso, comprobó la veracidad de la noticia cuando habló de ello con su compañera Lopmon. Al parecer, la fiesta se realizaría en una semana exactamente. Hasta ese día, Rena no había asistido nunca a ninguna clase de celebración o festejo que no haya sido el que realizó su hermano, Commandramon y todos los Numemon de la base cuando despertó de su largo, largo sueño.
Rena estaba muy feliz con la simple idea de que la fiesta estaba dirigida a todo público y tendría una duración de dos días, ella podría fácilmente ir a ambos días solo para satisfacer su emoción ¿Pero dónde quedaría lo especial en eso? No, ella iría cuando el verdadero festejo se haría. En la noche, el horario del baile con máscaras. Rena tenía en su armario muchas clases de ropa que podía usar para un festejo, pero no uno de gala. Por eso, con bolso sujeto, se tomaría la tarde para ir a buscar un buen vestido que quedara con su peculiar gusto pero que no desfigure ni desentone con el de las demás chicas que asistirían esa noche. La máscara no habría porque preocuparse, los Numemon de la base aceptaron con mucho gusto hacer una que pudiera combinar con el vestido elegido.
Así pasaron las horas, los soles brillaban con intensidad cuando Rena llegó a la gran ciudad central donde las mercancías podían llegar a ser tanto cómodas y baratas como lujosas y de gran costo, pero siguiendo su ciclo el cielo pasaría de verse brillante y celeste a un apagado naranja. Las tiendas comenzaban a cerrar, ¿Y Rena?, ella seguía sin poder hallar un vestido que le resultara agradable y que al mismo tiempo pudiese costear con sus ahorros. Así sin más, algo apagada por el hecho de volver con las manos vacías y tener que darle esa noticia a sus buenos amigos, regresó a la base. Rena no quería rendirse, pensaba que tal vez al otro día podría ir a buscar a otra zona mejores opciones para su vestido y que a la vez sus precios no superara lo que ella podría aportar. Estaba decidida a hacerlo, mas no sería necesario, ya que a la mañana siguiente se despertaría con un precioso vestido morado con decoraciones oscuras pero elegantes hasta cierto punto que respetaban la forma de ser de Rena, y por supuesto, su excéntrico y llamativo gusto. ¿Quiénes serían los causantes de esto? Los Numemon, por supuesto, encabezados, motivados y dirigidos por la mente maestra: Lopmon.
Una vez listos tan solo hacía falta esperar a que el día llegase. Considerando la emoción notoria de la joven, el tiempo de espera era muy lento, pero cuando se notó un considerable movimiento en la zona imperial donde se llevaría a cabo el baile sabía que era momento de marcharse. Vistiendo por primera vez el vestido aún con la idea incierta por cómo se vería con él no hubo ningún arrepentimiento ni de su parte como por parte de los confeccionistas. Rena se veía espectacular, y al mismo tiempo, seguía viéndose como Rena. Con suma delicadeza se colocó el sombrero que hacía juego con el vestido y que sustituiría a la boina que suele llevar en los días comunes, viéndose al espejo y esperando que por la forma distinta que tenía no fuese a volarse con el viento. En su mano derecha cargó su bastón que resplandecía como el oro y con la izquierda se colocó el antifaz obligatorio por las mismas reglas de la fiesta de mantenerse ‘’anónimo’’. Su adorable digimon mascota, Nunu, había logrado convencer a la chica de acompañarla en esa noche de celebración saltando hacia sus brazos con sumo contento.
La noche de hoy no era como la de hace una semana. Había un brillo especial que proporcionaban tanto las lunas como las estrellas, destellos que iluminaban el cetro con el que se ayudaba para caminar por las calles de la Ciudad imperial. Se podía respirar la jovialidad de sus ciudadanos quienes seguramente fueron los verdaderos anfitriones y responsables de las decoraciones que se alcanzaban a apreciar tanto en postes como edificios, dejando a destacar que hoy era un día de celebración hacia los caballeros reales que con mucho esfuerzo y lealtad dieron sus vidas para que el mundo digital tuviera la prosperidad que hoy en día tenía.
Rena no tenía nada en contra del mundo actual al que pertenece, este era su verdadero hogar, y aunque a veces su clan sea culpado por causar daño a este sus intenciones reales siguen siendo un desconocimiento total para el resto. No le importaba si sería reconocida como una villana para el resto de las personas, eso era lo de menos, en un día de fiesta como el de hoy tampoco es como si debiera importar. No venía con intenciones de arruinar nada esta vez, de hecho, posiblemente sea Rena una de las personas más emocionadas con la idea del baile llegando a compararse su emoción con la de los anfitriones e incluso los protagonistas que hoy estarían presentes. Los miembros actuales del clan.
Se dio cuenta que había llegado al punto exacto de la celebración cuando observó desde la distancia trece estatuas cuyo tamaño era de admirar. Los responsables de esculpir semejante obra de arte sin duda se llevarían el sincero respeto de la pelicastaña que había hoy de admirarlas. Comenzaban a verse varias mesas ubicadas en las orillas de las calles con bocadillos, aperitivos, bebidas y envases; por más que uno tratara de buscar un fallo a la decoración y preparativos de la noche eso sería una tarea casi imposible, incluso había una banda tocando orquesta ya sea para dar ambiente al lugar como para, más adelante, invitar a todos a bailar.
Rena podía sentir su corazón latiendo más rápido de lo usual cuando sus nuevos zapatos tocaron el piso de lo que podría ser tratado como el centro de la fiesta. Esperaba no recibir muchas miradas de parte de los demás, tan solo quería pasar bien el rato; no obstante había una duda que no podía hacerse pasar por sutil en la mente de la joven, quien susurró a su compañero acomodado en su brazo izquierdo- ¿Qué se supone que se debe hacer en una fiesta? –Numemon, que también era un novato en estas celebraciones, hizo un ‘’arduo’’ esfuerzo por tratar de pensar en algo, un primer paso, que pudiera servirle a la chica, pero no tardó mucho para que su atención fuese llamada completamente por los alimentos que habían para el público. Completamente descontrolado, el digimon molusco utilizó su baboso cuerpo para escapar del agarra de Rena y correr a toda prisa hacia lo que podría ser la mesa de bocadillos. Tan solo se podía escuchar la voz de Rena tratando de hacer que su mascota reaccionara, pero en vista de que el molusco estaba completamente cegado por el aroma de la comida, tuvo que ir tras él.
Rena estaba en uno de esos momentos donde tiene la necesidad de detenerse a pensar en lo que ha hecho y en lo que hará, esos momentos cuando la base se halla tranquila y el silencio parece duradero, aunque todos sabemos lo efímero que puede llegar a ser esto. Repasó algunos sucesos, los que más destacan y los que harían de ese día algo fuera de la rutina como que el desayuno de esa mañana decidió prepararlo ella antes que lo hicieran los encargados de eso, o que había salido de la base para tomar una misión donde se haría pasar por un miembro de Rango Oro común y corriente solo para hacer de espía y averiguar propósitos ocultos del movimiento que se estaba efectuando popularmente estos días en el clan. Por supuesto, también recordó como un extraño hombre mago hacía un par de trucos con propósitos que en esos momentos no alcanzaba a recordar bien; su mente en ocasiones se tornaba demasiado turbulenta, aunque Rena no sea conocida por ser alguien olvidadiza y por ende es notoria su preocupación de porque hay momentos en los que puede llegar a no recordar nada de lo que ha pasado en ciertos minutos u horas del día.
Rena sabe su posición. Rena sabe que por más que lo desee nunca va a estar sola. Incluso en momentos como esos en los que disfruta de pasar tiempo con ella y solo con ella, no puede evitar pensar que hay alguien ahí que está viendo lo que hace, escuchando lo que dice e incluso lo que piensa. Momentos de paranoia que provocan un estado de ansiedad completamente visible en la pelicastaña y que son el sinónimo de que era hora de tomar un respiro, o en el caso de aquella noche, ir a dormir.
A la mañana siguiente se despertó con un rotundo dolor de cabeza. Había tenido pesadillas otra vez, pesadillas que no podía memorizar y que, posiblemente, eso sea lo mejor para ella, pero había una idea que sin duda le resultó espontánea y la llenó de entusiasmo. Una fiesta. Una fiesta en honor a los Caballeros Reales. Aunque todo comenzó como una vaga idea de lo que podría ser solo parte mínima de un sueño difuso, comprobó la veracidad de la noticia cuando habló de ello con su compañera Lopmon. Al parecer, la fiesta se realizaría en una semana exactamente. Hasta ese día, Rena no había asistido nunca a ninguna clase de celebración o festejo que no haya sido el que realizó su hermano, Commandramon y todos los Numemon de la base cuando despertó de su largo, largo sueño.
Rena estaba muy feliz con la simple idea de que la fiesta estaba dirigida a todo público y tendría una duración de dos días, ella podría fácilmente ir a ambos días solo para satisfacer su emoción ¿Pero dónde quedaría lo especial en eso? No, ella iría cuando el verdadero festejo se haría. En la noche, el horario del baile con máscaras. Rena tenía en su armario muchas clases de ropa que podía usar para un festejo, pero no uno de gala. Por eso, con bolso sujeto, se tomaría la tarde para ir a buscar un buen vestido que quedara con su peculiar gusto pero que no desfigure ni desentone con el de las demás chicas que asistirían esa noche. La máscara no habría porque preocuparse, los Numemon de la base aceptaron con mucho gusto hacer una que pudiera combinar con el vestido elegido.
Así pasaron las horas, los soles brillaban con intensidad cuando Rena llegó a la gran ciudad central donde las mercancías podían llegar a ser tanto cómodas y baratas como lujosas y de gran costo, pero siguiendo su ciclo el cielo pasaría de verse brillante y celeste a un apagado naranja. Las tiendas comenzaban a cerrar, ¿Y Rena?, ella seguía sin poder hallar un vestido que le resultara agradable y que al mismo tiempo pudiese costear con sus ahorros. Así sin más, algo apagada por el hecho de volver con las manos vacías y tener que darle esa noticia a sus buenos amigos, regresó a la base. Rena no quería rendirse, pensaba que tal vez al otro día podría ir a buscar a otra zona mejores opciones para su vestido y que a la vez sus precios no superara lo que ella podría aportar. Estaba decidida a hacerlo, mas no sería necesario, ya que a la mañana siguiente se despertaría con un precioso vestido morado con decoraciones oscuras pero elegantes hasta cierto punto que respetaban la forma de ser de Rena, y por supuesto, su excéntrico y llamativo gusto. ¿Quiénes serían los causantes de esto? Los Numemon, por supuesto, encabezados, motivados y dirigidos por la mente maestra: Lopmon.
Una vez listos tan solo hacía falta esperar a que el día llegase. Considerando la emoción notoria de la joven, el tiempo de espera era muy lento, pero cuando se notó un considerable movimiento en la zona imperial donde se llevaría a cabo el baile sabía que era momento de marcharse. Vistiendo por primera vez el vestido aún con la idea incierta por cómo se vería con él no hubo ningún arrepentimiento ni de su parte como por parte de los confeccionistas. Rena se veía espectacular, y al mismo tiempo, seguía viéndose como Rena. Con suma delicadeza se colocó el sombrero que hacía juego con el vestido y que sustituiría a la boina que suele llevar en los días comunes, viéndose al espejo y esperando que por la forma distinta que tenía no fuese a volarse con el viento. En su mano derecha cargó su bastón que resplandecía como el oro y con la izquierda se colocó el antifaz obligatorio por las mismas reglas de la fiesta de mantenerse ‘’anónimo’’. Su adorable digimon mascota, Nunu, había logrado convencer a la chica de acompañarla en esa noche de celebración saltando hacia sus brazos con sumo contento.
La noche de hoy no era como la de hace una semana. Había un brillo especial que proporcionaban tanto las lunas como las estrellas, destellos que iluminaban el cetro con el que se ayudaba para caminar por las calles de la Ciudad imperial. Se podía respirar la jovialidad de sus ciudadanos quienes seguramente fueron los verdaderos anfitriones y responsables de las decoraciones que se alcanzaban a apreciar tanto en postes como edificios, dejando a destacar que hoy era un día de celebración hacia los caballeros reales que con mucho esfuerzo y lealtad dieron sus vidas para que el mundo digital tuviera la prosperidad que hoy en día tenía.
Rena no tenía nada en contra del mundo actual al que pertenece, este era su verdadero hogar, y aunque a veces su clan sea culpado por causar daño a este sus intenciones reales siguen siendo un desconocimiento total para el resto. No le importaba si sería reconocida como una villana para el resto de las personas, eso era lo de menos, en un día de fiesta como el de hoy tampoco es como si debiera importar. No venía con intenciones de arruinar nada esta vez, de hecho, posiblemente sea Rena una de las personas más emocionadas con la idea del baile llegando a compararse su emoción con la de los anfitriones e incluso los protagonistas que hoy estarían presentes. Los miembros actuales del clan.
Se dio cuenta que había llegado al punto exacto de la celebración cuando observó desde la distancia trece estatuas cuyo tamaño era de admirar. Los responsables de esculpir semejante obra de arte sin duda se llevarían el sincero respeto de la pelicastaña que había hoy de admirarlas. Comenzaban a verse varias mesas ubicadas en las orillas de las calles con bocadillos, aperitivos, bebidas y envases; por más que uno tratara de buscar un fallo a la decoración y preparativos de la noche eso sería una tarea casi imposible, incluso había una banda tocando orquesta ya sea para dar ambiente al lugar como para, más adelante, invitar a todos a bailar.
Rena podía sentir su corazón latiendo más rápido de lo usual cuando sus nuevos zapatos tocaron el piso de lo que podría ser tratado como el centro de la fiesta. Esperaba no recibir muchas miradas de parte de los demás, tan solo quería pasar bien el rato; no obstante había una duda que no podía hacerse pasar por sutil en la mente de la joven, quien susurró a su compañero acomodado en su brazo izquierdo- ¿Qué se supone que se debe hacer en una fiesta? –Numemon, que también era un novato en estas celebraciones, hizo un ‘’arduo’’ esfuerzo por tratar de pensar en algo, un primer paso, que pudiera servirle a la chica, pero no tardó mucho para que su atención fuese llamada completamente por los alimentos que habían para el público. Completamente descontrolado, el digimon molusco utilizó su baboso cuerpo para escapar del agarra de Rena y correr a toda prisa hacia lo que podría ser la mesa de bocadillos. Tan solo se podía escuchar la voz de Rena tratando de hacer que su mascota reaccionara, pero en vista de que el molusco estaba completamente cegado por el aroma de la comida, tuvo que ir tras él.
- Spoiler:
- Hay un corriendo por las calles en busca de comida y una apresurada Rena yendo tras él, si alguien quiere toparse con ellos, atrapar al Nunu o algo así siéntanse libres
Diana S. Bennet
Re: Baile Enmascarado: Honor a los Antiguos Caballeros [Tema Libre]
~[Hace 2 semanas…]~
~[Scott]~
~[Scott]~
Las Kimeras… criaturas que no debieron existir pero que existen gracias a las mentes enfermas que unen datos que no deberían unirse para formar criaturas abominables y terroríficas… todas carecen de sentimientos o la capacidad de sentir la mas mínima sensación o compasión… solo obedecen ordenes; eso es lo que tengo claro… pero… esos son solo protocolos de seguridad… y es aquí cuando pienso en lo que realmente puede aterrar a uno… una kimera que fue diseñada específicamente para eso. Sin protocolos, sin necesidad de seguridad… únicamente se hiso eso en ella porque así estaba planeado desde mucho antes de que sus datos fueran unidos. Una kimera que no solo fue privada de su capacidad de sentir o hablar… si no que también de su libre albedrio únicamente porque así lo quise… LadyAngdramon… ese es el nombre que le di… y cada vez que la veo de cerca, siento una especie de temor o cosquilleo… no le temo a mi creación, pero de forma simultánea no soporto verla de cerca… es una sensación contradictoria en todo mi ser. Esta vez no había misiones de por medio… simplemente mande a llamar a LadyAngdramon porque la necesitaba… aunque, ¿para qué exactamente?... es difícil decirlo… mas tratándose de ella. Esta Kimera, así como todas las demás, carece de capacidad de opinar o dudar… ella hace todo lo que le ordene… si quisiera decirle que se arrancara un brazo, lo haría en el acto y sin sufrir el menor dolor o siquiera hacer algún gemido de “dolor”… no… ella tranquilamente podría destruirse lentamente sin preocuparse de nada, todo porque fue una mera orden… y eso es lo que me inquieta un poco de ella… su obediencia tan ciega que yo mismo hice por… por quien sabe qué razón realmente… simplemente fue un capricho… tener una “sirvienta”… algo similar a una esclava como me tuvieron a mi… pero… ¿Qué logre de esto?... un vacio profundo… quizás por eso no tolero verla cerca… porque no me causa satisfacción pero… eso no viene al caso en estos momentos. La razón por la que llame a esta kimera fue algo mucho más sencillo… como dije, no había misiones ni nada de por medio… era un mero capricho o petición personal… y esa petición era… algo que jamás pensé que le ordenaría a LadyAngdramon de todo lo que tenía pensado ordenarle cuando estaba creándola.
LadyAngdramon… por favor… baila conmigo una pieza completa… -Comente a secas, estirando mi brazo derecho para que ella posara su mano sobre la mía; manteniendo la compostura mientras MetalMamemon y sus asistentes observaban a la kimera inmóvil- …
Señor… ¿realmente quiere hacer esto…?... es una kimera… ¿Por qué no se lo pide a alguna de las digimons de la base? –Comento MetalMamemon preocupado al ver la indiferencia de la kimera- es una kimera… ella no puede sentir… ¿Qué quiere lograr con esto?
LadyAngdramon no tiene sentimientos a propósito, no por un simple protocolo… se mejor que nadie que ella no puede sentir nada ni sentirá nada nunca… pero aun así, ella tiene una base de datos tan amplia que puede responder a este tipo de ordenes… y yo necesito una compañera de baile… al menos esta noche –Comente fríamente, observando a mi Kimera mientras esta levantaba su brazo derecho, posando su mano de dragón sobre la mía- …
¿Cómo es que… ella respondió? –MetalMamemon así como sus compañeros retrocedieron ligeramente sorprendidos, mientras que yo acercaba a la kimera hacia mí, iniciando una pose de baile clásico- ¿Por qué ella…?
Porque ella es la única a la que podría pedirle ayuda para practicar baile clásico y que realmente tiene en su base de datos información medieval… ella tiene datos de Dukemon… -Dije mientras continuaba mi baile con la kimera que tantos vacio me causaba- Anubismon me preparo un traje y mascara para esa dichosa fiesta de los Royal Knights… y conociéndolo, no me permitirá quedarme en la base asique… por lo menos, practicare…
Ya veo… entonces… ¿Por qué estamos nosotros aquí?
Muy simple… necesito a alguien aquí para controlar la música y que nadie aparezca… -En ese instante, hice dar un giro leve a mi “compañera”, quien se aparto e hiso una reverencia, para acercarse y volver a su posición inicial- (Ella… lo hace de forma tan natural… ¿serán sus datos o realmente ella no es tan peligrosa como la hice…?... bueno… no interesa… ella al menos me ayuda a practicar pese a que no es una orden real… es más una petición)
~[Hace 1 semana…]~
~[Scott]~
~[Scott]~
Practicar una semana completa con LadyAngdramon me hiso bastante… diestro en esto de bailar… pero tampoco me interesaba mucho realmente… lo que me interesaba mas era que llegara esa dichosa noche para quitarme tantos preparativos de Anubismon de encima. Estoy seguro de que el solo quiere sacarme una noche para estar más tiempo con Loppi y menos con el papeleo… pero no me importa… el se merece ese tiempo… pero lo que si me molesta ciertamente, es que Nova y Night lo ayuden… Nova preparo mi mascara o antifaz o lo que sea que haya hecho… y Night… bueno, ella se ofreció a llevarme pero no a quedarse conmigo como si fuera mi acompañante… ella no era de esas cosas, tsk… como si yo lo fuera tampoco. Bueno… sea como sea… según Anubismon, debía de llevar una pareja para pasar mejor la noche… entonces pensé, “¿conozco siquiera a alguien que me tolere como para ir conmigo?”… la respuesta obvia fue no… luego pensé en otras opciones pero ninguna daría resultado… ¿Sigrun?, no, ella seguramente sería una invitada de honor y no hablamos desde que se entero de que soy de los Chaos Empire… ¿Luna?, lo dudo, no la veo de ese tipo de fiestas… ¿Louise…? ... … simplemente… no creo que pueda estar con alguien que me abandono… … egh… ¿Ashely?... pfs, no vale la pena siquiera pensarlo… egh… no había opciones… ¿y qué tal Rena?... podría ser; ir como amigos y sin compromisos… si… eso tendría sentido pero… no la vi en todo el día y realmente no voy a buscarla… si no esta es porque estará ocupada buscando galletas o mas Numemons para su colección.
Supongo que me tocara ir solo… bueno… no es como si fuera algo nuevo… ir solo a casi todos lados es algo a lo que ya estoy acostumbrado… -Comente tranquilamente, caminando por la base- … ¿podría llevar a LadyAngdramon…?... no… se darían cuenta de que es una kimera y seguramente me matarían… mejor evito esa estupidez…
~[La “gran” noche…]~
~[Scott]~
~[Scott]~
Finalmente llego el dichoso día… Anubismon me levanto temprano para que pudiera prepararme al 100%... esa noche habia decidido dormir en mi propia base de mercenario para poder estar tranquilo y a gusto; además poder llegar más rápido ya que ese lugar quedaba cerca de la Zona Imperial. BR preparo el desayuno y lo sirvió con tanto cariño como siempre, aunque esta vez un poco más alegre que normalmente… quizás el hecho de que iría a una fiesta le alegraba… ella era como una madre en todo este lugar… y supongo que como toda “madre”, se alegraba enormemente de que alguien como yo pudiera ir a un evento social sin tener que causar problemas o sin tener intenciones de trabajo. Sí, eso debía de ser una alegría… claro, para mí no lo era. Fuese como fuese, cuando llego la hora de vestirme para la noche, Anubismon me enseño el traje totalmente terminado y me negué rotundamente a usar algo así de… elegante… simplemente no era mi estilo; pero negarme a un digimon de nivel mega que además es un supuesto dios no fue buena idea. Mi compañero me sujeto de los hombros y me llevo a mi habitación para cambiarme, ya fuera por las buenas o por las malas… y fue más bien por las malas; ya que cuando me sujete al marco de mi puerta para evitar que me hicieran vestirme con ese traje, Nova se unió al forcejeo, junto con Night que más bien quería reírse un poco más que querer ayudar a la causa. Finalmente cuando terminaron de vestirme, me pusieron frente a un espejo… y realmente no podía creerme lo que me habían puesto. Era un traje puramente negro, con bordados dorados tirando a un tono oscuro del mismo color para que no hiciera tan chocante la vista al negro de la prenda; el cuello del traje acomodado hacia fuera dejaba ver tela de color rojo oscuro, digno de la sangre supongo; aunque en las mangas, dobladas también hacia fuera dejaban ver esa misma tele roja con decorados de color oro. El traje tenía un único botón por la mitad del pecho, teniendo dobleces para permitir dejar ver la camisa negra que traía debajo y, ¿Por qué no?, mostrar más tela roja para evitar hacer tan pesada la vista a un traje como ese. Pantalones de vestir de color negro y botas del mismo color… realmente, incluso a mí se me hacia pesado tanto negro pero tampoco me intereso… lo que si me pareció curioso fue que Anubismon colocara hombreras de metal sobre el traje… quizás para darle un toque más de mi “estilo”… y realmente tampoco quedaban del todo mal… lo que si me molesto fue que Night me pusiera un pañuelo rojo en el cuello. No pude quitármelo, Anubismon dijo que ya era demasiado tarde y que era hora de salir.
Tan pronto Salí de mi habitación con ese traje puesto; Farah me observo y casi instantáneamente se pego a mi lado, tomándome del brazo y preguntándome cuando pensaba invitarla al baile. Naturalmente me la quite de encima y me aleje algo molesto, aunque tampoco sería una mala idea llevarla… sería una forma de tener pareja sin compromisos pero… es Farah, al final se volvería un compromiso bastante extraño. Fuese como fuese, tome mi mascara y me la puse… realmente era bastante extraña; era como la parte superior del cráneo de un dragón, con 2 averturas para poder ver tranquilamente, así como también 2 conectores; uno para la parte trasera de la cabeza y otro para sujetarse a mi mentón; de modo que la máscara no se cayera. Realmente me sorprendió bastante que funcionara este sistema… aunque poco tiempo tuvo para sorprenderme ya que era la hora de salida de modo que… Night se dejo de bromear y me llevo al lugar al que realmente no quería ir.
Fueron cerca de 20 minutos de viaje pero finalmente Night me dejo en la puerta principal de la Zona Imperial, con mi traje y mascara lista… aunque no me gustaba para nada tener que ir allí, no había vuelta atrás. Lo único que se me olvido antes de salir fue el maquillaje especial para cubrir mi cicatriz… bueno, supongo que poco importaría ya que tengo una máscara que “protege mi identidad”… esta fiesta se basa en el anonimato asique será mejor aprovechar eso para… “divertirme” supongo… aunque no seque podría hacer aquí… digo, puedo bailar pero sin ninguna pareja… es una completa tontería… egh… comienzo a arrepentirme de haber practicado una semana entera con LadyAngdramon… pero bueno… a lo mejor si un día saco a bailar a un espíritu, sabré que hacer.
- Traje de Scott (cambien las zonas azules por rojas):
- Mascara de Scott (la que tiene el tipo en la cara):
- Tamer & Digimon
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :707Cuentas :Ficha :Relaciones :Cronologia :NPCs :Nivel On Rol :DNA Evolution (Super Ultimate)Nivel On Rol de los Digi Aliados :Nova: Mega
BR: MegaIcono :Rango y Unidad :Scott Shadowest Musahrahjy
Rango: Hades Knight
División: Hades Titans
Unidad/Sub-division: Titans
Labramon
Rango: Hades Knight
División: Hades Titans
Unidad/Sub-division: TitansRango y Unidad Digi Aliado :Nova (BlackWarGreymon)
Rango: Hades Knight
División: Hades Titans
Unidad/Sub-division: Titans
BR (Renamon)
Rango: Soldado
División: D-Brigade
Unidad/Sub-division: Shadow LizardInventario :
Scott Desaster
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