Jardín de Estatuas [Misión de Max 'Kenku' y Demyx]-Grupal-

El chico de cabellos verdosos se quedó mirando a su compañero que, aunque ya había utilizado la carta azul, no digievolucionaba. ¿Qué demonios había pasado? Su cara era un auténtico problema. Tenía cara de tonto cuando la carta azul desapareció, sin más, sin lograr ningún resultado.

¿Qué carajos te pasa, maldito cacharro?- dijo Max mientras miraba con una cara de odio al pequeño dispositivo que descansaba en su mano.

¿Qué ha pasado, Max?- preguntó el roedor volador de color violeta mientras descendía por el volcán aleteando con sus orejas que le servían de alas.

No lo sé, debe de haber algún error o algo... No has cambiado y la carta azul ha desaparecido...- suspiró con pesadez el chico, harto de ese lugar. Quería encontrar a Coronamon e irse de allí a derrotar a Harpymon de una vez- Es igual, creo que en tu estado actual podrás cargar con Coronamon sin mucho esfuerzo...- el muchacho no estaba seguro del todo, pero suponía que el Digimon flamígero no debía de pesar demasiado, por lo que animó a su compañero a que procediera con el plan.

Momentos después, una ensordecedora ráfaga de disparos calló a ambos amigos. Los proyectiles que explosionaban, procedían del Blimpmon sobre el que Max se encontraba, pues estaba atacando a un grupo de aves que pululaba por allí, seguramente fuesen parte de quienes habían petrificado a las estatuas que se veían a lo lejos. Aunque, eso sí, los disparos del Digimon dirigible parecían ser solamente un aviso... De todas formas, en ese terreno, Blimpmon tenía las de ganar. Kokatorimon y Akatorimon no podían volar, por muy ridículo que pareciese, mientras que sus rayos petrificadores no llegarían hacia donde se encontraba el vehículo digital... Por otro lado, los proyectiles de Blimpmon si que podían golpear a las aves. Era un problema menos, no había duda.

Gracias por ayudarnos, Blimpmon. Y perdona por traerte a una zona tan peligrosa...- se disculpó el muchacho, mientras seguía con su vista a su propio compañero que se sobresaltó al ver la estatua de un imponente Digimon. Tenía cuatro ojos en el rostro, un rostro feroz. Sus alas estaban completamente extendidas, amenazando con aniquilarlo todo. Pero era eso, una estatua.

¿Por qué me es tan familiar esa estatua...?- se quedó pensando el pequeño mamífero durante unos segundos, para después encoger sus pequeños hombros y seguir su camino- serán imaginaciones mías...

En cuanto llegó hacia su destino, donde se encontraba el Coronamon, éste se encontraba sollozando. cabizbajo. Tenía miedo, era normal, sus palabras no carecían de sentido: si se fusionaba con el Agumon de la profecía, cabía la posibilidad de que dejase de existir para formar parte de algo más poderoso: el Espíritu del Volcán. Las piernas no le respondían, tenía miedo, estaba paralizado. Y era completamente normal.

No soy un experto en fusiones, de hecho nunca me he fusionado... Pero, por lo que me ha contado mi maestro Jijimon, no necesariamente una fusión tiene que permanecer permanentemente en esa forma... Podéis dividiros cuando terminéis vuestro trabajo, estoy seguro...- decía sin saber qué responder para animarle. Obviamente necesitaban su ayuda... Pero no podía obligarle a hacer algo que no quería. Sin embargo, se sentó al lado del Digimon anaranjado y adornado con formas solares- Mira Coronamon... La vida nos pone varios exámenes difíciles. Muchos los suspenden porque intentan copiar a otros, pero no se dan cuenta de que cada uno tenemos preguntas distintas. Lo que quiero decir es... Haz lo que creas que es más conveniente. Nosotros no te forzaremos a hacer nada que quieras. Es normal tener miedo. Yo mismamente me muero de miedo casi siempre que voy a luchar contra un enemigo malvado... Tengo miedo de morir. Pero hay algo más poderoso que el miedo, mucho más. Es el amor. No el amor romántico. El amor por la vida y por tus seres queridos. Yo me juego la vida por defender a Max, mi Tamer y amigo, pero también por defender a todos aquellos que sufren por los Digimons malvados. Aún a pesar de que tengo miedo, me enfrento a seres como los Kokatorimon para pararles los pies y evitar que sigan sufriendo más de lo que ya han sufrido, aunque eso me hiera... O acabe matándome. Es una decisión difícil la tuya, pero, ¿quieres mi opinión? ¡Lucha! ¡Vente conmigo, fusionate con Agumon! ¡Luchad ambos como uno solo, derrotad a los malvados y, cuando terminéis vuestro trabajo, luchad para volver a ser Coronamon y Agumon de nuevo! ¡El sacrificio que hacemos hoy, es el triunfo del mañana! ¡Si piensas en los problemas que tienes hoy, solo encontrarás más problemas! ¡Piensa en soluciones y encontrarás soluciones! Dime, ¿vendrás conmigo? ¡Sonríe y demuestra que eres más fuerte que tus problemas!- dijo Xorem, intentando animar a Coronamon, mientras estiraba una de sus patas delanteras hacia delante, intentando ayudar al Digimon felino de color anaranjado, sin perder su sonrisa que se dibujaba en el rostro del Digimon bicolor volador.

Unimon parecía majo. Esa era la primera impresión que le daba a Demyx tras haber estado charlando y bromeando con el Digimon equino volador, similar a un cruce entre un pegaso y un unicornio. Aún tenía heridas, pero accedió de buena gana a transportar tanto al rubio como al dragón anaranjado hacia su destino. Antes de partir, Demyx se aseguró de arrancar un buen puñado de las hierbas medicinales que allí había... Por si acaso. Nunca se sabía y sabiendo a quien debían enfrentarse... Mejor prevenir que curar.

Aunque sabía que debía llevarles hacia el castillo de Harpymon, el jefe de los Digimons que le habían atacado y herido, Unimon cumplió con su palabra, aunque advirtió que no lucharía, dado su estado actual, duraría más bien poco.

Demyx: No te preocupes, nosotros nos encargaremos de ella. Ya no le deben de quedar ningún subordinado junto a ella.

Ryu: Además, Argus, un amigo nuestro, está peleando contra ella. Si no la ha vencido, estará a punto.

Demyx: Eso es seguro

Sin embargo, nada más lejos de la realidad. En cuanto llegaron y Unimon se fue, tras un viaje ajetreado debido a las heridas del Digimon que no le permitían volar adecuadamente, pudieron observar el panorama. Harpymon se encontraba encadenada con una gran variedad de cadenas metálicas atadas alrededor de su cuerpo. Tan sólo tenía un ala libre. Por otro lado, Agus, el Digimon dinosaurio, tenía una herida bastante fea en el pecho. Tras resistir todo lo que pudo el dolor, degeneró en Agumon, su nivel evolutivo anterior. La herida seguía presente. Por otro lado, Harpymon se reía desquiciadamente, relamiendo el sabor de su esperada y ansiada victoria.

Demyx: Cállate, pajarraco.

Ryu: Sólamente eres un pajarraco molesto encadenado.

Demyx: Y te vamos a molestar un poco, claro está.

Ryu: Venga, vamos, saca una carta Demyx

Demyx: ¡Carta leída! ¡Dragon's Pride! ¡Orgullo del Dragón!

Ryu: ¡Uohhhhh! ¡Esto ya mejora por momentos! ¡Llama Bebé!

Un aura anaranjada apareció, rodeando el contorno del Agumon llamado Ryu. Su poder se hizo más grande, aunque no lo suficiente como para derrotar a una Harpymon, de nivel Armadura. Sin embargo, la distraería lo suficiente como para que Demyx se llevase a Agus a un rincón, fuera del ángulo de visión del Digimon ave para tratarle. Le aplicó las hierbas medicinales a Agus, tal y como había hecho anteriormente con el Unimon. Estaba seguro que curaría al Digimon que tanto se parecía a su compañero.

Mientras Max seguía esperando a Xorem sobre el cuerpo del volador Blimpmon, éste intentaba convencer a Coronamon de que les acompañase... Sin éxito. El Digimon león tenía demasiado miedo como para ir. Alegaba que no era más fuerte que sus problemas, sino que tan sólo era un erudito, un estudioso que se dedicaba a estudiar porque era incapaz de digievolucionar por si mismo. También decía que, como no conocía de nada a ese Agumon, no sabía si iba a acceder a fusionarse con él. Incluso daba a entender que lo más probable era que se peleasen o que la personalidad del Agumon dominase a la del propio Coronamon. No sabía nada y eso le aterraba y más aún le aterraba estar solo y no tener nada por lo que luchar.

Mirame a mi, ¿te crees que soy algo? ¡Soy muy poquita cosa! ¡Soy un hámster con alas de murciélago! ¡Simple y llanamente!- dijo Xorem cruzando sus patitas entre sí, suspirando pesadamente- Sería incapaz de hacer algo sin mi Tamer. ¡Tú eres más que eso! ¡Eres el guardián de esta zona! ¡Eres Coronamon! Con un poco de entrenamiento, puedes ser un Digimon no sólo inteligente, sino tremendamente fuerte. Estoy seguro de ello. Quiero decir... Sino no te habrían dejado aquí, a cargo de estas pinturas- el Tsukaimon suspiró pesadamente luego, hinchando su cuerpo haciendo que preparaba su ataque más poderoso- ¡Fuego Amistoso!- una pequeña burbuja de aire impactó contra la pared, haciendo que varios pequeños fragmentos de roca cayesen, sin que fuesen demasiados trozos- Estoy seguro que si tu lanzas un ataque contra la pared, sin dañar el relieve claro, harías una grieta muchísimo más grande. Yo soy incapaz de hacer nada por mi mismo. Y tu sin embargo, ¿cuanto tiempo llevas viviendo aquí solo? ¿Sobreviviendo por tu cuenta? ¡Eres mucho más fuerte de lo que te piensas! Además, aunque fueses débil, la fuerza no es tan importante como la Inteligencia... Y tu eres inteligente. Si aprovechas bien tu inteligencia, podrás hacer cualquier cosa- no sabía si estaba encaminando bien la conversación, intentando convencer a aquél Digimon ígneo... No se le daba bien la psicología, la verdad, ¿qué podría hacer para animarle?- Mira, la única forma que tengo para digievolucionar es que Max utilice una carta. Y aquí sigo. No me ha pasado nada. A ti no te pasará nada si te fusionas. Y teniendo en cuenta que el Agumon quiere salvar a su aldea y eres el único que puedes ayudarle... Creo que no tendrá ninguna objección para que os fusioneis-- el pequeño Digimon volador volvió a revolotear con sus alitas, osbervando a Coronamon- ¿Quieres un motivo para realizar la fusión? ¿Qué tal ser un héroe? ¿Un héroe aclamado por todos los ciudadanos? ¿El héroe que acabó con el mal, con los Digimons que petrificaban a tus vecinos? ¿No decías que eras débil? Si te conviertes en el héroe, demostrarás a todos, incluido a ti mismo, que eres fuerte... ¡Y que eres un héroe! ¡Despierta al héroe que hay dentro de tí! ¿De verdad vas a dejar a los Digimons abandonados, y que los Kokatorimon y Akatorimon sigan petrificando a tus vecinos? ¿Ese es el sentido de la justicia que tienes? ¡Saca al héroe que llevas dentro y demuestra el poder de la justicia! ¡Tu justicia está por encima de esos pajarracos!- Xorem levantó el puño hacia arriba, recordando las palabras que movían a Max a seguir adelante: luchar contra las injusticias- Un héroe de verdad lucha contra las injusticias. Dime, ¿quieres ser un héroe o no?


OFF: Supuestamente, Coronamon tiene un gran sentido de la justicia, al menos eso pone en Wikimon, si no he leído/traducido mal.

La estrategia utilizada por Demyx fue, en parte, buena. A pesar de que Ryu, el Agumon compañero del chico de cresta rubia, no acertó con su ataque en el cuerpo de Harpymon, aunque estuviese reforzado, el ataque del otro Agumon, Agus, si surtió efecto. Él también se vio afectado por la carta Dragon's Pride, ya que se trataba de un Digimon de la familia de los dragones, al igual que Ryu... El ataque de Agus impactó irremediablemente. Sin embargo, demostró una gran cabezonería pues, a pesar de que el remedio que había aplicado Demyx era eficaz en su justa medida, se trataba únicamente de un remedio improvisado. Una ráfaga de bolas de fuego fueron a parar al techo sobre el que se encontraba Harpymon, derrumbando parte del mismo.

Demyx: ¡Agus! ¡Para! ¡Estás herido!

Ryu: Además, como sigas así... ¡Vas a terminar matándonos a todos!

Demyx: Tiene que haver una manera de que podamos hacer algo con Harpymon...

Ryu: Sí, pero, ¿el qué?

El chico se quedó callado, repasando con su vista la baraja de cartas que disponía y que se había empequeñecido después de usar la última carta. Pudo ver el resto de cartas que le quedaban: DinoTigermon, SkullBaluchimon, Metal Knuckle, DigiCannon Revision y Afro. Ésta última carta era, aunque ridícula, muy poderosa e, incluso, terrorífica. La usaría como último recurso, si Harpymon se libraba de esas cadenas y tenían que escapar... O si resultaba que la que escapaba era ella. Afro ridiculiza tanto al adversario que le deja paralizado. Pero en ese instante no le servía para nada esa carta. Harpymon YA se encontraba paralizada. SkullBaluchimon podría congelarla durante un tiempo, pero estarían en las mismas. No necesitaban esas cartas. Metal Knuckle reforzaba los ataques físicos de Agumon, además de que podían permitirle excavar... Sin embargo, podía hacer un combo con las otras dos cartas: DigiCannon Revision y DinoTigermon.

Demyx: Bien... Creo que tengo un plan...

Ryu: ¿Qué plan?

Demyx: Realizaremos un combo con las cartas DigiCannon Revision y DinoTigermon. Con los cañones dispararemos al techo para herir a Harpymon, mientras que utilizarás el ataque de Colmillos de la Tierra de DinoTigermon para crear pilares alrededor nuestro y protegernos de los escombros.

Ryu: ¿Durarán los pilares la caída de los escombros?

Demyx: Sí, si lanzas en el ángulo correcto tus cañones. ¿Ves ese ángulo de 90º en el techo, justo encima de Harpymon? Debes disparar ahí. Tengo el presentimiento de que si disparas ahí, la mayor parte de los escombros caerán sobre Harpymon, mientras que los pilares nos protegerán

Ryu: Está bien... Tu eres el jefe.

Demyx: ¡Cartas leídas! ¡DigiCannon Revision y DinoTigermon!

Ryu: ¡Adelante!

El Agumon de Demyx adquirió de pronto un enorme par de colmillos de color marrón metálico en su boca y un par de cañones en su espalda. Rápidamente lanzó dos proyectiles hacia Harpymon para que no pudiese interrumpir el plan de Demyx, para después lanzar el resto de la munición sobre la dirección que le había indicado Demyx. No pasó ni un segundo hasta que Ryu clavó sus nuevos colmillos en el suelo, generando pilares de tierra que rodearon a los dos Agumon y a Demyx, con el objetivo de protegerles de los escombros que podrían caerles. Los pilares formaron una figura ovalada mientras se retorcían entre sí hasta el máximo que les hera permitido sin quebrarse, sin fisuras y sin que cualquier escombro pudiese atravesarlo sin destrozar los pilares... Aunque perderían mucha fuerza si así era.

Eres un gato que, por tu apariencia, tienes el poder del sol. ¿O no es ese el símbolo del sol?- dijo el Tsukaimon señalando los símbolos solares que poseía el Digimon anaranjado que se encontraba delante de él- Además ¿estás sólo? ¿Quieres un amigo?- el pequeño Digimon estrechó su pequeña patita, hacia Coronamon- [colori=indigo] lo digo totalmente en serio, me caes bien, y es normal que tengas miedo, te lo he dicho antes. Nos acabamos de conocer, cierto, pero eso no nos impide ser amigos ¿o sí? [/color]- realmente el pequeño Digimon era abierto a los demás y no le molestaba ser el primer amigo de Coronamon -No te forzaré a luchar o a fusionarte. Pero puedes venir con nosotros sólamente para que veas cómo está la situación- dijo volviendo a mirar a aquellas esferas de Zhuqiaomon, observándolas detenidamente- Quizás, si hubiese una forma de activar estas esferas podríamos salvar el área de Harpymon y los suyos sin necesidad de que te fusiones... Una bestia sagrada contiene mucho poder en su interior, así que no lo descartaría... Por lo que una sola de las esferas nos valdría, quizás dos como mucho... ¿Alguna idea?- preguntó a Coronamon, podría ser que ni siquiera necesitasen la fusión, como creyeron en un principio, tal vez incluso era la mejor solución, puesto que Coronamon no tendría que sacrificarse- ¿Hay alguna pintura rupestre más por estas cavernas, Coronamon? Quizás las marcas solares en tu cuerpo tengan algo que ver... Si esas marcas representan el sol y Zhuqiaomon representa la zona sur del Mundo Digital y ambos tenéis poderes ígneos.. Podría ser un comienzo-

Entretanto Max se encontraba sobre el Blimpmon, organizando sus cartas en la baraja. Se preguntaba qué era lo que les pasaba a Xorem y a Coronamon como para tardar tanto... Así como si Demyx había logrado vencer a Harpymon.

¿Qué estarán haciendo esos dos enanos ahí abajo? ¿Tomar el té?- suspiró el muchacho apoyándose en una de las barandillas y asomandose a la grieta del cráter por si lograba ver a su compañero Digimon y al guardián.

OFF: Lo siento, no estoy para pensar mucho, me encuentro bastante mareado...

La tactica no había servido de nada. No solo los pilares de tierra no realizaron la forma que el rubio esperaba, sino que, además, Harpymon no sufrió ningún daño. Harpymon utilizó otro de sus ataques, que consistía en proyectar fuerza con sus cuerdas vocales.

Demyx: Me parece que no ha sido una de mis mejores ideas...

Ryu: Nop, definitivamente no.

Harpymon se burló de ellos, como era obvio... Confiaba demasiado en su poder. De hecho les dijo algo sobre que era su enemiga jurada y que les había tirado por un precipicio hace nada... Sin embargo, Demyx, simplemente, se encogió de hombros.

Demyx: Como si me molestase. Si, sufrimos varios percances gracias a cierto pajarraco al que no le han dado lo suyo en un tiempo... Pero gracias a ti, hemos conocido a un buen amigo, Unimon.

Ryu: ¡Eso! ¡Malfoll...!

Demyx: Ryu, no digas palabrotas o te quedas sin comer.

Ryu: ¡Me comeré tu parte!

Un suspiro proveniente de Demyx le indicó lo que pensaba a su compañero. Era una mezcla entre un "intentalo si te atreves" y un "vale, sí, lo que tu digas". Mientras tanto, la Digimon atrapada se preparaba para utilizar de nuevo su ataque vocal, esta vez apuntando a las rocas que había encima del grupo. Ryu, rápidamente, agarró una de las rocas que habían rebotado después de recibir el ataque anterior de Harpymon, no mucho más grande que la mano de un niño humano y se la tiró a la cabeza a Harpymon, simplemente para distraerla.

Demyx: No tienes opción a ganar, Harpymon, por mucho que tengas un nivel superior al nuestro. ¡Carta leída! ¡Afro!

Una peluca afro multicolor apareció encima de la cabeza de Harpymon. El efecto que tenía esa carta era paralizar completamente al Digimon afectado, gracias al ridículo que le provocaba. Esperaba que no intentase escapar en un tiempo, por lo menos hasta que volviese Max con el guardián al que estaban esperando.

Nota Off-todo: ¿Eso que he leído ha sido un intento de insulto? ¡¡Por ahí no paso!! ¡¡¡Que los digis no tenían nada ahí abajo hasta la semana pasada!!! Ahora en serio, se puede entender que es un intento de enfurecerla, pero siendo la dirigente de un grupo de digis aves, digo yo que DE ESO precisamente no escasea.

...Y de hay vienen los digihuevos.

No todos los digimons podían evolucionar. Aunque en sus cuerpos hubieran datos de sus vidas pasadas, a veces una lesión, una barrera emocional, o simplemente el destino, impedía la evolución, un proceso, en teoría, “natural”. Pero no para todos, pues Yggdrassil es un dios caprichoso, ¿o increíblemente metódico? No todos alcanzan la gracia de la evolución, concedida solo a los especímenes que han demostrado ser dignos de ella, los más fuertes, valientes y sabios. Un digimon pequeño, cobarde, y lleno de dudas como Coronamon nunca conseguiría este don, relegado a ese pequeño ser.

Como habitante del digimundo, lo sabía muy bien. Por eso se relegaba a la cueva, ocupando su tiempo con el estudio. La impotencia, la amargura, le invadían. Y por eso, rió. Lo más fuerte que pudo. Se limpió las lágrimas con las manos y atendió a Tsukaimon.

-Supongo que tener un amigo ayuda en algo... -indicaba- Pero aunque son buenas palabras, sigo sin estar dispuesto a sacrificarme. Las esferas podrían servir, pero las pinturas no recogen cómo usarlas. En sí, el poder de una esfera de Zuqhiaomon es una doceava parte de su fuerza, pero dudo que estas sean sus digicores originales, sino más bien un objeto que creó....-pensaba- Sí, no tiene sentido que dejara sus corazones por aquí tirados. Es el ave del fuego, igual se activa sí... Bueno, le aplicamos energía de ese tipo. Sí es cierto que un Agumon pegándole una llamarada a esto no es que sea... Inteligente, ¿imaginas que explotan? Aunque sí les puedo imbuir calor, pero claro, no tengo idea de qué puede pasar. Me gustaría estudiarlas, pero supongo que no hay tiempo... A no ser que salvemos esta zona. No me fusionaré, eso sí -hizo una pausa, mirándole-. ¿Te puedo pedir un favor, amigo? Cárgame. Mis piernas siguen igual de paralizadas que al principio.

Mientras tanto, Demyx seguía guiando a su Agumon en la pelea contra Harpymon, la cual, si bien podía responder los comentarios del tamer y al insulto de su compañero, prefería gritarles. Claro que estas voces eran en realidad haces de ondas sónicas asesinas. Casi era mejor el insulto que el ataque. Por suerte, la carta de “afro” la hizo callarse un rato. Ese molesto pelaje la irritaba, intentando quitárselo con su ala, desatendiendo las cadenas que iba a intentar destrozar con su voz. Habían ganado tiempo, y aunque le hacía torpe, no tardaría en rendirse y atacar.Debían aprovechar la oportunidad.

Off: La carta “afro” la hace verse ridícula y molesta los movimientos, pero no paraliza. En sí, lo que haría es que sus compañeros se rieran y estuvieran distraidos, pero anda sola. El efecto del desequilibrio sí se aplica, y durará dos post más. Podéis aprovechar para atacar, o resguardaros, lo que prefiráis. El efecto de “Orgullo de dragón” se finaliza, pues ya pasaron 3 post.

El muchacho seguía esperando, impacientemente a que Xorem y Coronamon volviesen. Mientras tanto, él se encontraba en su mundo. Se imaginó a él y a Natsuki, juntos, caminando por la playa. El cabello dorado de la chica competía directamente con el misísimo Sol, mientras que sus ojos azulados hacían lo propio con el bello y cristalino agua del mar. Sus labios eran imposibles de tocar, de besar. Era un reclamo para él, su droga. Cuando los labios de la chica rozaban los del chico, él perdía completamente la cabeza. Un escalofrío le recorrió la espalda, a lo que sonrió, volviendo a la realidad. Quería acabar esa misión para volver a estar entre los brazos de Natsuki, su bella y dulce damisela. Una mirada hacia abajo, volvió a permitir que Max intentase percibir dónde se encontraba su compañero.

Por otro lado, parecía que las palabras de Xorem habían hecho efecto. Quizás no el deseado, puesto que el Coronamon comenzó a reír e, incluso, a secarse las lágrimas. Parecía que se había animado. Xorem no pudo evitar poner cara de tonto, puesto que ni siquiera sabía cómo había hecho cambiar de idea al felino anaranjado. Sin embargo, volvió a hacer enfasis en sus palabras.

Si necesitas un amigo, cuenta conmigo. Siempre intento ayudar a quien esté en problemas... Así que no te preocupes...- sonrió el hámster volador bicolor con una sonrisa volviendo a observar las esferas en cuanto Coronamon comenzó a hablar sobre ellas. Dijo que no sabía cómo activarlas y no creía que fueran las esferas auténticas de Zhuqiaomon, aunque le gustaría estudiarlas... Aunque, dado que no había tiempo, ayudaría, sin fusionarse, a detener a Harpymon y al resto de aves. Asintiendo a la petición de Coronamon, Xorem el Tsukaimon, agarró con sus patitas de las zarpas de Coronamon, volviendo a subir hacia donde se encontraban Maxwell y el Blimpmon.

Por fin... Ya era hora...- dijo Max elevando sus puños hacia arriba, dirigiéndose a Blimpmon- Blimpmon, vuelve a la localización anterior- dijo para después escuchar de boca de Xorem lo ocurrido con Coronamon, su miedo a la fusión y demás- No te preocupes, encontraremos otro modo de vencerle, Coronamon- una de sus clásicas sonrisss esperanzadoras se dibujó en su rostro mientras observaba al gato solar.

OFF: ¡Que tenga opción a ello no quiere decir que se lo hagan bien! xD

ON: Harpymon había tratado de deshacerse de las cadenas que, muy probablemente, el hermano mayor de Demyx había colocado en esa zona, para aprisionar a la Digimon Ave. Sin embargo, Demyx había estado avispado, mucho más de lo que había estado al experimentar el poder de DinoTigermon, pues ya había comprobado que los pilares no podrían moverse a voluntad: tenían un límite. La nueva y rápida decisión de Demyx fue colocar a la mujer pájaro una peluca afro multicolor que la hizo verse ridícula. Y el plan funcionó pues el ave humanoide intentó zafarse de las garras de la peluca con su única extremidad liberada, olvidándose por completo de sus cadenas y del grupo formado por Demyx y los dos Agumons: Ryu y Agus.

Demyx: Menos mal que Afro nunca falla...

Ryu: Es que de verdad, un día de estos me vas a reventar el corazón... ¡Que casi nos come esta tía!

Demyx: No te preocupes, Ryu. Lo tengo tooooodo bajo control

Ryu: Sí, seguro...

Demyx: ¡Te digo la verdad, maldito desconfiado!

Tras la pequeña escaramuza verbal entre los dos amigos, Demyx se dirigió hacia Agus, recorriendo varios centímetros, sin apartar la vista de Harpymon, asegurándose de estar preparado si la Digimon semifémina intentaba atacarles. Una vez allí, habló directamente con el Agumon que había estado protegiendo la zona y peleando contra Harpymon.

Demyx: Ryu, vigila a Harpymon.

Ryu: Roger, brother

Demyx: ¿Cómo te encuentras Agus? Esas heridas parecen feas... Deberíamos llevarte a una zona segura. Las hierbas medicinales que utilicé anteriormente en ti sirven como remedio casero, para salir del paso... Así que en cuanto aseguremos la zona, te llevaremos hacia un lugar seguro y haremos que te examinen, ¿de acuerdo?

Ryu: Y entonces... ¿Cuál es nuestro plan actual?

Demyx: Esperaremos a que mi hermano Maxwell vuelva... Lo necesitamos si queremos derrotar a la emplumada esta.

Ryu: Solo por pesada... Utilizaré sus plumas cuando la derrotemos y rellenaré mi almohada con esas mismas plumas. Por cansina.

Demyx: Es un buen plan.

Nota (A Max): ¿Pero las esferas no estaban con Max? Lo pregunto porque si ya decías que te costaba que Tsukaimon portara a Coronamon imaginarme la escena con dos las tres más se me hace ciertamente hilarante... A no ser que haga tres viajes (portando en cada cual una de las cargas: Coronamon y las dos esferas), que no habría más problema a parte de la pérdida de tiempo y el cansancio para Xorem.

Que por mí no hay problema, salvo lo obvio de que Demyx está solo y eso. Por ello en este post no se va a llegar todavía. Tampoco recuerdo si el Blimpmon estaba en la base de Harpymon o si era de otro sitio (por lo que volvería a ese segundo sitio, y no a socorrer a Demyx). Como eso sería como cuando en un RPG te confundes de localización y te comes la pantalla de carga, en el siguiente post le indicas que quieres ir a ESE SITIO -señalando la fortaleza semiderruida-.

Xorem informaba a su tamer de la situación, y ciertamente no estaba todo perdido, pues ambos podían entender los miedos de Coronamon, respetando su voluntad de negarse a una fusión. El pequeño digimon volador, tras la proeza de portar al gato ígneo y las esferas estaba terriblemente cansado, pero ahora podía recuperarse en la fortaleza voladora que constituía Blimpmon. Mientras, Coronamon observaba las esferas, buscando alguna inscripción o uno, algo que permitiera conocer su funcionamiento, sin suerte, se temía. Sostuvo una, rotándola para observarla desde todos los ángulos posibles, y pese a su empeño, ni un mínimo indicio de cómo funcionaba. Exasperado, bufó, y la esfera de pronto empezó a irradiar luz.

-... Esto, chicos... -iniciaba preocupado- ¿Creéis que es que funciona así, o que va a explotar?

Nota (A Demyx):  Igual usar las columnas o derrumbamientos a modo de barrera habría sido una decisión adecuada. Vigilar a Harpymon con un agumon, sin equipamiento alguno, pues es exponerlo a sus ataques.

Pese a la molestia del afro, Harpymon seguía pudiendo atacar, y más por el hecho de que le habían hecho llevar... Una ridícula peluca afro. De esas multicolor tan horteras, y encima de dimensiones exageradas. Definitivamente nadie querría llevar eso, y menos dejar que la vieran así. Con su vozarrón, realizó el mismo ataque, apuntando al responsable: Demyx.

Este haz sónico, capaz de pulverizar rocas, sin duda destrozaría al humano, reventando sus órganos internos y quebrando sus huesos. Y así hubiera sido, si Agus no hubiera usado sus escasas fuerzas para interponerse y servir de escudo humano. Sus duras escamas amortiguarían el impacto, sí, pero eso no impediría que por dentro acabara, procurando no entrar en descripciones obscenas y morbosos, “hecho puré”. Pero seguía vivo...

-Ay...-dejó escapar tras que él y Demyx salieran despedidos por la sala, frenando al chocar contra un muro- Igual deberíamos alejarnos de ella...-sí, seguía vivo, si no, ni hablar podría.

Mientras, Ryu estaba, solo, frente a una digimon que le superaba en nivel y a la que previamente había insultado y difamado. Era obvio qué iba a hacerle, pero no tanto lo que él podría hacer. Sí, atacar era una opción, pero en este piedra-papel-tijeras del digimundo los champions son la piedra que te aplasta, siendo papel y tijeras, eso sí, de fuerza rookie. Había otras opciones, claro, pero sin la guía de su tamer, ¿qué debería hacer el Agumon? Y ya puestos, ¿Demyx regresaría? ¿Con o sin Agus? Son muchas preguntas, pero que no deben ser respondidas ahora.

Principalmente porque estaban a escasos minutos de reunirse por fin con los refuerzos, y las decisiones tomaran supondrían el clímax de la apoteósica batalla final. Lo que hicieran supondría la diferencia entre la victoria o la derrota.

OFF: Bueno ya te comenté por el cb, así que creo que resolví tus dudas xD

ON: El chico peliverde atendió a los dos seres digitales que se encontraban allí, encima de Blimpmon, mientras éste sobrevolaba la zona antes de virar y dirigirse a su destino... Que no era otro que la línea de salida por la que habían partido hace ya un rato. Xorem comentaba el motivo por el que habían tardado tanto en volver al Digimon con forma de dirigible. El chico asentía mientras que el pequeño hámster volador movía sus labios para explicar el asunto que les había retardado a las dos formas de vida digital, Tsukaimon y Coronamon.

Así que... Coronamon, ¿tienes miedo de una fusión? ¿De unirte mediante un proceso evolutivo a otro ser digital como tú y así volveros uno y convertiros en alguien mucho más fuerte?- preguntó el muchacho mientras su barbilla reposaba en sus dedos, pensativo- Es totalmente comprensible, no te preocupes chiquitín. Nunca hay una única solución, así que encontraremos otra forma de solucionar nuestro problemilla con las estatuas y los pajarracos estos...- sonrió mientras miraba al felino de color naranja, quien portaba varias de las esferas de Zhuqiaomon que había visto previamente. Por otra parte, Xorem se encontraba tumbado en la cubierta de la fortaleza aérea, tumbado panza arriba y respirando pesadamente, recuperando sus fuerzas progresivamente.

Por otro lado, Coronamon se disponía a inspeccionar una de las esferas que se encontraba en el suelo. Parecía estar inspeccionandolas, como si estuviese buscando alguna inscripción o un modo de activarlas... Y de hecho, parecía haberla encontrado, puesto que la esfera comenzó a irradiar un fulgor de color rojizo. Coronamon preguntó si funcionaría así o iría a explotar en escasos momentos.

No creo que vaya a explotar, no has ejercido ningún movimiento brusco como para activar una explosión... No veo viable que se haya activado una reacción química o... Lo que sea, así sin más.- se encogíó de hombros, acercándose al Coronamon y a la esfera, osbervando ésta última.

De todas formas... Si va a explotar... Podemos usarla como arma contra Harpymon... Si logramos sobrevivir...- decía un agotado Xorem mientras observaba la esfera incandescente que poseía el Digimon felino en su zarpa.

Tienes razón... Me gustaría examinarla más detenidamente, pero no tengo el instrumental necesario para ello... Si nos sobra alguna, podemos enviársela a Jijimon, a ver si él sabe qué demonios es esta cosa... Al menos del todo- suspiró Maxwell mientras observaba hipnóticamente aquella esfera que irradiaba luz y calor.

La peluca afro era eficaz, de eso no había ninguna duda. Sin embargo, y para desgracia de Demyx, la peluca y la carta no eran infalibles. El Digimon ave peleaba incansablemente contra su añadido multicolor. Era visible que le molestaba enormemente. Sin embargo, aunque Harpymon estaba siendo molestada enormemente por la ridiculez que suponía tener una peluca tan extravagante y colorida, no se pensó dos veces el atacar a sus rivales: el Tamer Demyx, y los dos Agumons: Ryu y Agus. Aunque primero empezaría por el ser humano, ya que era el más débil y el más fuerte al mismo tiempo. Era el más débil por cuestiones obvias: su cuerpo no podría resisitr un ataque de un Digimon Champion como Harpymon... Y, en el milagroso caso en el que pudiese resistir el ataque, acabaría muy malherido... Y seguramente le quedaría alguna cicatriz de por vida. Pero, por otro lado, Demyx también era fuerte. Era fuerte por el simple hecho de que, gracias a su Digivice de la clase D-arc, así como sus cartas, podía potenciar a su compañero Digimon y, en algunos casos, como había ocurrido hace escasos minutos con la carta Dragon's Pride, también era capaz de potenciar a otros Digimons, como fue el caso de Agus. Realmente, en la mayoría de los casos, si alguien querría ganar a un equipo compuesto por un Tamer y su compañero Digimon, lo más aconsejable era ir a por el Tamer.

Volviendo a la pelea, Harpymon lanzó una corriente de ondas sónicas, generadas con las cuerdas vocales del Digimon mitológico. El ataque sónico se dirigió velozmente contra el chico de cresta rubia que habría muerto... De no ser porque Agus se interpuso entre el ataque y el muchacho. Ambos chocaron contra un muro. El dolor que sufrió Demyx fue parecido a cuando alguien se rompía la espalda... Salvo que no terminó rompiéndosela y que el golpe no fue para tanto... Pero le dolía. Le dolía como ningún otro golpe recibido anteriormente le había dolido.

Demyx: La madre que... La parió...

El chico, en un intento por recuperar el aliento perdido, colocó una de las cartas que aún no había utilizado entre sus dedos y la pasó por el lector de su Digivice D-arc, que reaccionó con un brillo anaranjado.

Demyx: Carta... Leída... ¡Metal Knucle! Au...¡Retirada, Ryu! ¡Reagrupémonos para recuperarnos de nuestras heridas y pensar un plan!

Unas garras metálicas, similares a la impresa en la carta de Demyx, crecieron en las manos de Ryu quien, antes de que Harpymon hiciese algo, excavó hacia abajo, intentando llegar al piso inferior, excarvando con sus garras y abriéndose camino para salvarse. Demyx, con Agus en sus brazos, corrió como buenamente pudo a esconderse detrás del muro con el que habían chocado, antes de que Harpymon se diese cuenta. Demyx, entonces, comenzó a dar pisotones en el suelo. Se había asegurado no estar dentro del ángulo de visión de Harpymon antes de realizara acción. Los pisotones, que creaban pequeñas vibraciones en el suelo, servirían como guía a Ryu para crear un nuevo agujero, debajo de Demyx y Agus. Aunque excavaría un tunel de tal forma que no cayesen de golpe al piso inferior, puesto que si se trazaba una caída rectilínea... Bueno, Agus y Demyx podrían pasar de romperse las piernas por la caída hasta convertirse en puré, dependiendo de los metros de caída que hubiese.

Ryu: De momento es lo único que podemos hacer...